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Revista IUSTA 79

Delitos contra la libertad individual


y otras garantías
Crimes against individual freedom and
other guaranteed rights
Guillermo E. Ferro Torres*

Resumen

La libertad individual es un derecho protegido por los tratados internacionales de derechos humanos
como por nuestra constitución. El objetivo del trabajo es el de analizar el tema de la libertad a la luz de
Código Penal colombiano, Ley 599 de 2000, en particular al enfoque que el legislador dio al tema del
constreñimiento.

Palabras clave

Código penal, voluntad, libertad, constreñimiento.

Abstract

Individual freedom is a right protected by international human rights conventions as well as the Colombian
Constitution. The objective of this text is to analyse the subject of freedom in the light of the Colombian
penal code (Law 599 of 2000). It particularly focuses on the approach the legislator gave to the subject of
coercion.

* Docente de la Universidad Santo Tomás, Facultad de Derecho. Artículo de avance de investigación de la tesis de Doctorado en Sociología
Jurídica e Instituciones Políticas de la Universidad Externado de Colombia.
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Keywords

Penal code, will, freedom, coercion

1. El bien jurídico protegido de esperanzas en el porvenir, como de recuerdos


de lo pasado? Si así es, aun cuando los actos se
El Código Penal de 2000 (Ley 599) siguió conser- engranan unos con otros, por encima de esta se-
vando la denominación de “Libertad individual y rie que no es mecánica ni inflexible, existe en el
otras garantías”, dada al título contentivo de la hombre poder para rehacer sus actos anteriores
amplia gama de descripciones comportamentales y enlazar la continuidad de los sucesivos a prece-
que atentan contra los derechos y las prerrogativas dentes puestos de nuevo. La única significación
avalados con énfasis en el título II de nuestra Cons- exacta del sentido negativo de este concepto se
titución, en el que se establecen referencias pre- aplica a la libertad corporal, o exterior concebida
cisas a los derechos de locomoción, la privacidad como poder para obrar sin coacción externa, con
domiciliaria, el trabajo, la huelga, la asociación, la disposición completa de nuestro cuerpo y sus ór-
correspondencia, las comunicaciones, la reunión, ganos, dirigida según su naturaleza a la ejecución
entre otros, todos ellos reflejados en el estatuto de lo que nos proponemos.
punitivo bajo un manto específico de protección,
para hacer real la inquebrantable decisión estatal La libertad interior o espontaneidad consciente
de alejar de la inocuidad su protección, mediante consiste en que el agente obra impulsado por
la amenaza sancionatoria. Sin embargo, el voca- motivos subjetivos y propios con conocimiento del
blo “libertad” es tan amplio y difícil de establecer fin que persigue. Esta forma de concebir la libertad
que la mera pretensión de definirlo nos haría refleja más y mejor que ninguna otra cualidad el
tomar partido por cualquiera de las tendencias valor propio de la persona humana y el alcance de
filosóficas predominantes. Basta con que desde su iniciativa (autonomía o poder para comenzar
ahora pregonemos que se halla sin posibilida- el movimiento, que decía Kant) cuando pone de
des de separación, inmersa en la naturaleza del manifiesto la síntesis de todo nuestro ser y la for-
hombre. Podemos señalar de antemano que su taleza del carácter, que si se rompe no se dobla,
idea se remite a la facultad que se le atribuye al como ya enseñaban los estoicos. Refiere Epicteto
individuo de actuar conforme lo determine en la conversación sostenida entre un esbirro de Ne-
su fuero íntimo, es decir, por motivos propios. Es rón y Luteranus, acusado de conspiración contra la
usual que los intentos de precisión de una noción vida del César, en los siguientes términos:
de la libertad estén supeditados a ciertas dosis
de negatividad, afirmando que consiste en la Cuando tenga algo que contestar –dice
ausencia de necesidad (obrar porque sí, porque Luteranus, negándose a responder las
nos nace), de donde proceden luego la licencia, preguntas insidiosas del mandadero–,
se lo diré a tu amo.
el desorden y la anarquía. Pero se ha anotado que
la voluntad indeterminada no es la libre y yerra el –Te prenderán.
determinismo cuando concibe a la libertad de este –No veo la necesidad de entrar en la
modo para negarla y a la vez se equivoca redu- prisión llorando.
ciendo los motivos definidores de la acción a sus –Te desterrarán.
precedentes cronológicos. ¿Acaso no vivimos tanto –Iré alegre y satisfecho al destierro.
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–Te darán tormento. samiento de Schopenhauer (1952), quien afirma


–Les reto a que lo hagan, pues sólo que la libertad halla en los motivos que la rodean
lograrán afligir mis miembros. las condiciones complementarias para su ejercicio
–Te van a cortar el cuello. y que importa bastante fijar la trascendentalidad
–Jamás he dicho que mi cuello gozase de los impulsos, que son conceptos o ideas de la
del privilegio de no ser cortado (Epícte- inteligencia, que por su naturaleza representativa
to, 1972). o contemplativa guía a la voluntad (la induce en sí,
pero es la voluntad la que llega a él mediante su
En medio de tales obstáculos se afirma la libertad
poder). Cuando un hombre se encuentra rodeado
como energía de iniciativa propia en el individuo
de tinieblas permanece inmóvil, al aparecer la luz
para modificar la dirección de sus actos. El agente
ve su fin y su camino, y marcha. Es ese registro
libre goza de eficacia suficiente en sí para superar
sensorial el que ha impreso dinámica a través de
los obstáculos de su propia naturaleza. Es, pues,
sus nervios y músculos. Así, el motivo convierte
innegable la existencia de la libertad, aun rodeada
el acto de la voluntad en posible, pero no lo pro-
de límites que sólo consiguen impedir su ejercicio
duce. Es la condición previa y no suficiente. Sólo
de momento (extremo al cual, cuando más, llegan
ante la multiplicidad de motivos que solicitan la
la acción del despotismo o la influencia de circuns-
voluntad, se comprende el uso y el empleo de la
tancias adversas), según la distinción ya indicada
iniciativa, propia de la energía anímica, libre, para
entre la libertad exterior o corporal (ausencia de
combinarlos de modo adecuado al cumplimiento
coacción externa) y la interna (poder de iniciativa
del fin, cuya realización persigue.
en el agente). Los límites que restringen la libertad
niegan in actu su ejercicio si faltan las condiciones Leibniz ya acentuaba esta verdad de a puño,
que constituyen su complemento obligado, pues cuando otorgaba carácter basal a los motivos,
es condición de condiciones. Pero en medio de sin negar por ello la acción propia de la libertad.
sus negaciones actuales afirman en potencia el Merced a la posibilidad de los distintos excitantes
principio mismo de la libertad, que subsiste aun que reclaman la voluntad (sin que siempre sea
impedido su ejercicio, revelándose en las luchas ésta arrastrada por el más fuerte, como dice el
constantes y las victorias que individuos y pueblos determinismo, pues en tal caso no se explicaría
sostienen y alcanzan para recobrarla una vez per- el carácter contradictorio, según el cual se mani-
dida, y para conservarla si se conquistó antes. Pero fiestan las flaquezas de la condición humana),
aun en el caso que es el descrito por Epícteto, de se concibe que el hombre emplee este poder
que ninguna de las condiciones circundantes esti- combinador y director en mostrar ante el peligro
mule su ejercicio, todavía la libertad subsiste con la serena y épica majestad con que da su vida en
energía tan viva y eficaz, que si no puede volcar la holocausto por sus ideas y convicciones, como
inmensa pesadumbre con que sobre ella gravitan en sentido contrario, que el agente libre goce
las circunstancias, impidiéndole manifestarse, in- del triste privilegio de ser hipócrita, simulando
funda al individuo el valor estoico suficiente para lo opuesto a lo que siente y desea, para engañar
luchar y para morir, proclamando con Luteranus a los demás aunque sin engañarse a sí mismo.
su vigencia. Quizás pudiera decirse con Aristóte- Presentimiento bien certero de la esfera de acción
les que el hombre, en cuanto agente libre, es el de la libertad como poder director y aglutinador se
padre de sus actos, de la propia suerte que lo es halla en la frase de Paris a Héctor: “No nos faltare
de sus hijos, pues ni aquéllos ni éstos surgen de el valor mientras nos queden fuerzas” (Homero,
la nada. Igual sentido se halla implícito en el pen- 1971: Canto XIII).
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La libertad, solicitada por motivos propios, no en- En el monárquico y absolutista el tiempo de aquél
cuentra en el determinismo, cuando va a cumplir entonces, sus representantes omnímodos sintie-
sus propósitos, factores antitéticos que la nieguen ron profunda alarma ante el avance de los deseos
o contradigan, sino condiciones para su ejercicio populares. De nada sirvió el periodo reaccionario
en la parte ejecutiva de los actos. Así es que yo, que se abrió a la caída del coloso napoleónico, ni
como agente libre, no creo fuerzas nuevas sino las esperanzas que hizo abrigar a sus sostenedo-
que dispongo de las que poseo en el momento res la causa y finalidades de la Santa Alianza. El
que elijo para actuar. De modo que no me es pueblo siguió su camino, el hombre reclamó aun
lícito exprimir las leyes que dimanan de la índole con mayor fuerza sus derechos. Cede la realeza
de las fuerzas que me rodean, en cuyo caso fuera ante el empuje popular y se inaugura en algunos
la libertad principio de desorden y perturbación. países el periodo de las cartas otorgadas. El mo-
Pero si puedo modificar su dirección e incorporar narca reconoce al pueblo ciertos derechos y los
a la obra general la mía propia como coagente consigna en el documento que promulga él como
y colaborador de ella. No puede el hombre, por rey, sin intervención popular directa. He aquí la
ejemplo, volar, contrariando las leyes de la natura- consecuencia de las anteriores injusticias. Significa
leza y entre ellas la de la gravedad, pero sí logra, ya un avance, pero el pueblo piensa que no es el
estudiando el peso específico de los cuerpos, soberano quien debe dictar de forma unilateral
variar un punto de apoyo, modificar la atracción a la ley que garantiza al hombre los derechos que
la que obedece y elevarse en los aires por medio le corresponden como ciudadano y ser libre, y
de aparatos, cuyo cambio en la dirección de la determinar cuáles han de ser éstos, sino que el
fuerza es obra de su libre iniciativa, que combina Código que los consagre debe ser el resultado del
y presta auxilios adecuados a las fuerzas naturales. convenio o del pacto del pueblo con su soberano,
De igual modo, es impotente el hombre si trata ya que no son los pueblos para sus reyes, sino los
de privar a la dinamita o a la pólvora de su fuerza reyes para el pueblo, donde reside la facultad de
explosiva, pero consigue convertirla de elemento elegir sus jefes.
de destrucción y muerte en auxiliar de la adquisi-
ción de recursos y fuente de riqueza, aplicándola Entramos así en la era constitucional que sustitu-
mediante dispositivos especiales a extraer de la ye a la de las cartas otorgadas. Una tras otra van
tierra sus minerales más preciados. promulgándose constituciones votadas en las
asambleas representativas o parlamentos de los
Lo anotado nos muestra que nos hallamos ante un diferentes pueblos, sancionadas por los monarcas,
bien tan prioritario que se reputa justificado librar previo juramento de guardarlas con fidelidad. No
batallas de todo género para defenderlo. Esa lucha faltó –nunca falta– el escándalo entre los suce-
ha tenido durante los siglos diversas manifesta- sores de aquellos antiguos apologistas del poder
ciones. Es corriente admitir que fue la Revolución absoluto del monarca. Al canonista de los tiempos
Francesa la que de una manera perenne consiguió medios sucede el tradicionalismo intolerante; al
la difusión y preservación suya en un espectro muy legista cesarista, los juristas acompañantes de la
amplio. Pero admitiéndola para efectos cronoló- majestad incomprendida, según ellos. Tampoco
gicos como punto de partida, no podemos dejar faltan los filósofos que rechazan como pretensión
de anotar con tanta o mayor lógica la importancia vitanda que el pueblo se considere receptáculo de
que revistió la Revolución de Estados Unidos en su la soberanía cuando ella está de manera explícita
consolidación y difusión. Lo que interesa señalar depositada por la divinidad en la persona del
es que a partir de ese momento la lucha del hom- monarca. Estos servicios dialécticos prestados a
bre por los derechos esenciales que como tal le los reyes del siglo XIX recuerdan aquellos otros
corresponden entra en su máximo apogeo. que los príncipes alemanes del Renacimiento y
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de la Reforma utilizaron con profusión cuando, contra el pueblo declina gradualmente. El hombre
para justificar sus excesos y conducta depravada, va ganando terreno porque no puede comprender,
encontraban siempre el filósofo adecuado quien ni tolerar, que sean pocos los cargados de bienes
con su doctrina precisa convertía en bueno lo que y de riquezas, las más de las veces, obtenidas sin
la humanidad consideraba como repudiable por esfuerzo o por el sudor ajeno.
llevarlo impreso en el sentimiento.
Pero como el hombre no es un ser aislado, sino por
Con el paso del tiempo las coronas no siempre naturaleza social –situación por la cual se deben
fueron leales a lo que juraron cumplir. El eco de imponer criterios como el orden y el entendimien-
la vieja filosofía acarició sus oídos y su voluntad to–, se ve precisado a afincar su pertenencia al
claudicó ante el embeleso de la fuerza. El pueblo núcleo social y acatar la necesidad de someti-
no lo perdonó y en más de un lugar de la Tierra miento a las condiciones que la vida en común
los soberanos fueron cayendo, sustituidos por con los demás impone y se empiecen a destacar
regímenes más acordes con la voluntad general. factores de supeditación emanados de la necesi-
El poder cesáreo había perdido la batalla política. dad de adecuación a los fines perseguidos por la
Pero el hombre, en posesión de sus derechos sociedad, con lo cual la libertad queda convertida
individuales, comprendió con rapidez que nada individualmente, en la suma de posibilidades
adelantaba con que le dejasen pensar, o reunirse de autodeterminación que no se opongan a la
bajo la inspiración del antojo, o escribir aquello consecución de los propósitos colectivos, lo cual
que sentía, o juzgar con libertad la conducta de se ve patentizado, en el mundo normativo, en la
sus mandatarios y otras ventajas y prerrogativas concepción de que el hombre es libre de hacer
por el estilo, si además, no entraba en posesión u omitir lo que no se le haya vedado por la ley.
de un bienestar relativo que asegurase su vidag Señalamiento que por su vastedad cubre todo el
y con ella, hasta la efectividad de otros derechos. régimen criminal y policial–contravencional, de-
Porque no hemos de olvidar que hasta para prac- jando franco el ingreso a todos los demás objetos
ticar la virtud es conveniente un cierto bienestar. jurídicos reputados como emanaciones suyas. Por
Y surge la cuestión social, que no es otra cosa sino tal razón, acogemos como nuestras las asevera-
la demanda de los humildes de una mayor partici- ciones de connotados autores, como Duverger,
pación en los bienes de la tierra producidos por el Legaz y Lacambra. Higuera Guimerá señala la
esfuerzo de todos. Entra en juego la exigencia de
una mayor justicia distributiva, o con simpleza, del
reconocimiento igualitario del empleo de energías,  Maurice Duverger establece que: “Por un lado, las libertades
problema muy viejo, pero que adopta en la época definen un coto cerrado a la actividad gubernamental, una zona
de acción privada reservada a los individuos. Por el otro, en el
moderna una forma más organizada. propio ámbito en que se manifiesta la actividad gubernamental,
las libertades procuran medios de oposición al gobierno,
medios para evitar que su imperio sea demasiado fuerte” En
Al escándalo de los juristas ante la ruina del poder Instituciones políticas y derecho constitucional. Barcelona.
político abusivo de la realeza se une ahora el otro 1962. p. 210. A su turno, Legaz y Lacambra plantea: “La libertad
pertenece esencialmente a la persona, no hay existencia
escándalo, el de los poderosos de la tierra, abun- personal donde falta la libertad, la cual se halla en la misma
dantes en bienes económicos, alarmados ante la raíz metafísica de la vida…el Derecho recorta la superficie de
la libertad existencial y devuelve como recompensa la libertad
posible pérdida de su poder tentacular y su posi- jurídica de las personas…en cuanto forma social de vida, el
Derecho es la libertad jurídica. Pero la libertad jurídica es libertad
ción encumbrada. Sus razonamientos convencen organizada, precisada, recortada.” En Filosofía del Derecho.
poco; en consecuencia, la lucha que desarrollan Barcelona, Bosch. 3ª Ed. 1972. pp. 770 a 774.
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complejidad y crisis que afecta su sistematización Las violentas son también circunstancias modales
normativa y su ejercicio. predominantes en este acápite. Para ser conse-
cuentes con el ofrecimiento de una guía que nos
Por lo expresado, muchos códigos contemporá- aproxime al sistema de acogida de su predominio,
neos emplean la expresión “Delitos contra las proponemos la siguiente agrupación:
garantías constitucionales”. En el Código de 1837
se aludía en el título 1 del libro 2 a los “Delitos • Violentas: desaparición forzada, secuestros ex-
y culpas contra la Constitución”, fórmula que a torsivo y simple, constreñimiento ilegal y para
nuestro juicio resuelve apenas de forma parcial delinquir, tortura, inseminación artificial o
el problema, pues subsiste el inconveniente de transferencia de óvulo fecundado no consen-
excluir derechos como a la propiedad privada, tidas, apoderamiento y desvío de aeronaves,
la vida y la integridad personal, etc., respaldados naves o medios de transporte colectivo, tráfico
por la Carta política y desarrollados en títulos in- de migrantes, trata de personas, violación de
dependientes. habitación ajena, violación ilícita de comuni-
caciones, violación ilícita de comunicaciones o
Por lo demás, es factible tender un puente entre correspondencia de carácter oficial, violación
las diversas formas de tutela establecidas en la de la libertad de trabajo, sabotaje, violación
bitácora fundamental, con los tipos descritos en de los derechos de reunión y asociación, vio-
este apartado del Código, de un modo íntimo y di- lación a la libertad religiosa y daños o agravios
recto, lo cual operaría con excepción del irrespeto a personas o a cosas destinadas al culto.
a cadáveres, en todos los casos. De similar manera,
recogemos la posición doctrinal de quienes equi- • Engañosas: desaparición forzada, secuestros
paran derechos y libertades individuales, en otras extorsivo y simple, fraudulenta internación
palabras, las interrelaciones existentes entre el en asilo, clínica o establecimiento similar, in-
Código Penal y el título II de nuestra Constitución, seminación artificial o transferencia de óvulo
así la aseveración de Carrara serviría de notable fecundado no consentidas, apoderamiento
ilustración para establecer las distinciones entre y desvío de aeronaves, naves o medios de
otros títulos y el que examinamos en cuanto se transporte colectivo, tráfico de migrantes,
haya impedido con rigor el ejercicio de la libertad, trata de personas, violación de habitación
sin que se afecte en el plano colateral diverso ajena, violación y permanencia ilícita de o en
rubro, cuyo ataque constituya materia de otra es- habitación ajena, violación ilícita de comunica-
pecificación particular (Carrara, sf: 350 y 351). ciones, violación ilícita de comunicaciones o
correspondencia de carácter oficial, violación
de la libertad de trabajo, sabotaje, violación
de los derechos de reunión y asociación.
 Este autor expresa que: “Se explica pues, que de siempre
haya sido un empeño difícil para la humanidad, y lo sea • Abusivas: desaparición forzada, violación de
muy acusadamente en los momentos actuales, coordinar el
reconocimiento de la libertad, con el de los límites extrínsecos habitación ajena por servidor público, priva-
e intrínsecos, dentro de los que la libertad ha de actuar en ción ilegal de libertad, prolongación ilícita de
el mundo de las realidades sociales. La libertad vive hoy una
de sus más patéticas aventuras, y en efecto, el drama eterno privación de la libertad, detención arbitraria
de la libertad se agudiza cada vez más, todo conspira contra especial, desconocimiento del habeas corpus,
ella, desde el actual clima de “fuerza” o “violencia” en todas
las esferas y capas sociales, hasta los excesos abusivos de la violación de habitación ajena por empleado
socialización estatal, que están a punto de ahogar la autonomía oficial, acceso abusivo a un sistema informá-
privada de la libertad.” En El delito de coacciones. Barcelona,
Bosch. 1978. p. 35. tico, violación ilícita de comunicaciones.
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• Indiferentes: ofrecimiento, venta o compra que debieran incorporarse en su tratamiento y


de instrumento apto para interceptar la co- la importancia atribuible a los mismos, así como
municación privada entre personas, divulga- las desarmonías que acerca de la identificación
ción y empleo de documentos reservados, de su esencia se patentizan en los planos de la
utilización ilícita de equipos receptores o psicología individual y la sociología dinámica, en
transmisores, violación de los derechos de el que el trasfondo lingüístico, a nuestro juicio,
reunión y asociación, impedimento y pertur- pierde cierta consistencia, que sin duda obtiene
bación de ceremonias religiosas e irrespeto en predios del Derecho, el cual, por su naturale-
a cadáveres. za, se ve obligado a utilizar fórmulas que posean
la virtud de encerrar significados que funden su
Para finalizar, aquí se emplea en esencia la misma éxito como tales, en su idéntica comprensión por
clasificación por capítulos, utilizada en la Ley 109 los coasociados. La tarea que nos corresponde
de 1922, salvo la incorporación de la desaparición desarrollar en el presente trabajo se circunscribirá
forzada, apoderamiento y desvío de aeronaves, a tocar de forma muy fragmentaria y tangencial el
naves o medios de transporte colectivo y la eli- enfoque que nuestro legislador le ha reservado a
minación de los atentados contra los derechos la regulación punitiva de algunas modalidades que
políticos, a saber: secuestro, detención arbitraria, ocupan un lugar cimero en el sistema de selección
violación de secretos y comunicaciones, delitos de comportamientos que, por catalogarse como
contra la autonomía personal, la inviolabilidad de merecedores de reproche, han entrado a militar
habitación o sitio de trabajo, la libertad de trabajo en los prohibidos. Además, procuraremos seguir
y asociación, y el sentimiento religioso y respeto el cauce demarcado por las estructuras formales
a los difuntos. del mismo carácter idiomático, presentes en los
ilícitos de constreñimiento ilegal, para delinquir
y extorsión, los cuales extenderemos por razones
2. Algunas formas
obvias a la coacción como mecanismo de ejercicio
de violencia en el CPC
de control de ejecutorias ajenas, relevantes para
el Derecho Penal.
2.1. Panorama general
Con base en lo anterior, el Artículo 182 del CP ex-
presa: “El que, fuera de los casos especialmente
Muchos han sido los conatos emprendidos desde
previstos como delito, constriña a otro a hacer,
la sociología criminal para conceptuar y sistemati-
tolerar u omitir alguna cosa, incurrirá en prisión de
zar el fenómeno de la violencia en los conglome-
uno (1) a dos (2) años”. A su turno, el Artículo 184
rados humanos, sin que se haya podido llegar a un
prescribe que: “El que constriña a otro a cometer
acuerdo que sirva como punto de referencia único,
una conducta punible siempre que ésta no cons-
porque las discrepancias acerca de las premisas
tituya delito sancionado con pena mayor, incurrirá
que deben darse para justificarlo desde las ópticas
en prisión de uno (1) a tres (3) años”, y el Artículo
interna y externa, son variadas y distan de ofrecer
244, delineador de los elementos constitutivos
puntos que favorezcan el logro de consensos.
de la extorsión: “El que constriña a otro a hacer,
Contra el alcance del objetivo de enrumbar los omitir o tolerar alguna cosa con el propósito de
esfuerzos realizados en diferentes latitudes y obtener provecho, beneficio u otra utilidad de ca-
épocas en una dirección inequívoca, ha cons- rácter ilícito incurrirá en pena de doce a dieciséis
pirado la discrepancia acerca de los elementos años de prisión”. Especificaciones que, fieles a las
consignadas en ordenamientos anteriores, se han
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mantenido salvo algunas innecesarias alusiones, metodización, como lo reconocen varios autores
como la de la remarcación expresa de su carácter al recordar las definiciones de Paulus (Vis es un
subsidiario, en las dos primeras conductas a lo “maiori rei impetus, qui repeli non potest”) y Ulpia-
largo de más de un siglo, incólumes en aparien- no (Vis enim fiebat, mentio, propter, necesitarme
cia, pues no sobra reseñar que en el Código de impositam contrariam voluntati”). En el Fuero Juz-
1936, se le daba toda la primacía verbal al ejercicio go, se castiga al “omne que detuviera por fuerza
de la violencia, distinguiendo entre la física y las a aquel que va por su camino e non devia nada”
amenazas para las dos formas de constreñimiento (Fuero Juzgo o Libro de los Jueces, 1968: Ley 4,
aludidas, al paso que se dividía la carga incluida en título IV, libro III). Allí siguen citándose numerosas
ese atentado contra el patrimonio económico en- formas de constreñimiento, que realzan su ten-
tre extorsión y chantaje, buscando en seguimiento dencia de naturaleza casuística. Se reconoce, sin
de un modelo casuístico, expresar al interior de su embargo, que la primera regulación que le otorga
precisión idiomática los medios de comisión de los a esta conducta sentido amplio y genérico es el
ilícitos, tema que abordaremos más adelante. Landrecht prusiano, ya que en su parágrafo 1.077
II/20 del apartado 13, que alude a las “ofensas o
Para comenzar, nos referiremos al primero de los ataques contra la libertad” dice que quien, además
nombrados, al representar la mínima porción de de los casos precisados en los parágrafos 1.075 y
violencia acotada en el concierto punitivo nacional 1.076, “domina la conciencia de una persona, la
como típica, cuyo estudio en términos generales captura a viva fuerza, encarcela o coacciona para
ha sido subestimado por los autores nacionales que ejecute algo contra su voluntad, aun cuando
y su aplicación también soslayada, de manera no presente circunstancia agravante alguna según
inexplicable, por fiscales y jueces, cuando para el las leyes establecidas, tendrá no obstante un arres-
mundo civilizado constituye un instrumento funda- to en prisión, correccional o trabajos forzados de
mental para combatir el advenimiento de formas 14 días a 6 meses” (Higuera Guimerá, 1978). Como
agresivas, las cuales imprimen un sello característi- noticia inmediata del actual texto, se menciona el
co a nuestros conglomerados humanos, en los que Artículo 610 del CP italiano de 1930, que prescribía:
para su desenvolvimiento adecuado es inevitable “El que con violencias o amenazas obligue a otros
que se llegue a acuerdos –no siempre nacidos a hacer, tolerar u omitir alguna cosa”, que repre-
de la total convicción en su bondad intrínseca–, y senta una afortunada síntesis de lo que Carrara
deben afrontarse de forma constante riesgos que en aras de establecer los alcances de la violencia
se han consolidado como connaturales al progreso privada concebía como:
y que se lucha por mantenerlos en sus estándares
normales, como los que se derivan del tránsito en Cualquier acto con el cual, ejerciendo
general, de las relaciones económicas, del manejo violencia sobre el cuerpo o sobre la
de la fuentes energéticas, de las comunicaciones voluntad ajenos, se constriñe a alguien
interpersonales, etc. Asimismo, son el sostén de contra su propio deseo, a hacer u omitir
o sufrir que otro haga alguna cosa, cuya
tipos más trascendentes, que en las hipótesis de consecución no representa, respecto del
resultar insuficientes en la absorción de algunas autor del hecho, una violación especial
conductas, quedarían como última alternativa de de la ley punitiva (Carrara, 1945: 313).
invocación suya.

Su génesis se remonta a épocas inmemoriales,


pero fueron los romanos quienes iniciaron su
 Entre ellos, Higuera Guimerá (1978).
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Advertiremos también que debemos estar vigi- cuando se buscaba un mejor rendimiento acadé-
lantes al instante de emplear las disposiciones mico. No en vano el conocido dicho de “la letra
criminales, porque nos hallamos proclives a con sangre entra” reflejaba de cuerpo entero el
rechazar con vigor todas las expresiones que pensamiento de toda una época. Incluso si nos
entrañen invasión de nuestra esfera volitiva, remontamos a las calendas más remotas de las
cuando es ineludible que aceptemos que la vida que se ha podido obtener noticia, sin variación
en comunidad –propia de las condiciones sociales encontramos que el despliegue de tormentos
al situarnos ante el imperativo de interactuar con físicos era el mecanismo predilecto para afirmar
los demás– genera contactos, roces y diferencias la superioridad e inspirar temor de unos seres
que implican la utilización de mecanismos que humanos sobre otros, llegándose a obtener un
en puridad de términos serían clasificables como refinamiento de los instrumentos para llenar de
violentos, pero que no por adquirir esa connota- pánico hasta a los más valientes e insensibles,
ción se adueñarían de la credencial para recibir que la mera descripción suya bastaría para llenar
tratamiento punitivo, puesto que la gran mayoría páginas enteras, finalidad que sobrepasa la per-
de los mismos pertenecería a la categoría de los seguida con este trabajo.
tolerables por la conciencia comunitaria, ya que
no suponen sobrepasamiento de los volúmenes No obstante, sería vano e iluso negar el mante-
acatados por el común o se asumen como riesgos nimiento de prácticas que reciben desaprobación
inherentes a la convivencia. mayoritaria al tachárselas como rezagos de bruta-
lidad, primitivismo e incultura, y que, ante todo,
Dicha apreciación se conecta a su vez con las cos- al dejar en su mayoría huellas que comprometen
tumbres que se estilan en las relaciones interperso- la responsabilidad de su autor, son con cuidado
nales que tienen lugar en regiones, clases sociales, evitadas. En cambio, los mecanismos verbales y de
grupos laborales, generacionales, sexuales, etc., asunción de actitudes que se ponen en marcha
instituyéndose permisiones y actitudes que pue- para condicionar las expresiones de la voluntad
den calificarse como intolerables para quien no se ajena han ido cobrando rasgos de extrema sutile-
halla familiarizado con ellas, acrecentándose aún za, que llegan incluso a generar traumas y a afectar
más el carácter inicial de singularidad de sus expre- con superior poderío las estructuras de decisión
siones y la consiguiente necesidad de sopesarlas de los demás, sin que al mismo tiempo sean per-
en un contexto identificado con nitidez, para evitar cibidas en su verdadero contenido como formas
la inexactitud de los juicios que se lancen. de presión vedadas por la sociedad, que las ignora
porque reconoce que pese a haberse alcanzado
En un contexto similar, debemos aludir como un progresos inconmensurables en el campo de la
síndrome de los tiempos que corren al significa- técnica, aún se muestra incapaz para valorar en
tivo desplazamiento de la violencia física hacia la órbitas objetivas las repercusiones dañinas en la
ppsíquica. Hasta hace pocos años se manejaban psique, de lo cual son numerosos y elocuentes
los castigos contra la anatomía de las víctimas los eventos registrados. Para no ir más lejos, los
como los más eficaces medios de corrección que códigos penales de casi todos los países civilizados
empleaba el Estado para aleccionar a los coaso- de antiguo han contemplado a la par las lesiones
ciados: el patrono, con la pretensión de hacer personales físicas con las de naturaleza ppsíquica,
sufrir a sus trabajadores para que no repitieran los pero salvo casos en los que se puede identificar
errores cometidos en el decurso de sus labores; la causación de protuberantes daños en la subje-
los padres, para afirmar su autoridad; los maestros, tividad humana, los cuales representan evidentes
esgrimiendo las ventajas que el método ofrecía patologías, el resto de secuelas nunca han sido
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objetos de valoración médico–legal, como si no Por lo demás, ha hecho carrera el enfoque acerca
existieran. Tal inclinación parece encubrir la im- del empleo de tácticas disuasivas que persigan el
posibilidad para rendir dictámenes acerca de las asentimiento de su destinatario, ya que al destacar-
alteraciones sufridas en la parte espiritual, porque se las virtudes del entendimiento como vía exclu-
parece no haber peritos idóneos para producirlos, siva de aceptación de lo conveniente entre seres
haciéndose honor a su carácter de intangibilidad, dotados de razón, su imperio se acentúa como el
lo que contraría su protección específica por el más valedero y aceptable. Sin embargo, la tenden-
ordenamiento criminal. De todas maneras, la su- cia, por cierto muy generalizada, de la apropiación
jeción a pautas normativas torna exigible para el del sentido común por algunos individuos que con
juez, ante todo, que conozca la compleja urdimbre el socorrido pretexto de que sus interlocutores se
espiritual de la personalidad del sujeto pasivo para ubican por debajo del nivel medio en materia de
orientar la valoración de la búsqueda jurídica que comprensión, los hace sentirse legitimados para
de ahí en adelante emprenda. invocar argumentos de autoridad que obliguen a
los tozudos a allanarse a las propuestas que les
Otro aspecto, no menos importante, lo constituye planteen o, con frecuencia, a agotar formas de
el concerniente a establecer las condiciones de presión que tengan por destino la solidarización
prevalencia de la violencia en la modificación de con causas que no digieren en su intelecto. Pero
la capacidad de actuación en el sujeto pasivo, las más comunes, se centran en la imposición
por cuanto se requiere que se establezca la exis- de condiciones que encarnan amenazas muy
tencia de una cabal y exacta comprensión de los sutiles, muchas veces encubiertas por la dulzura
contenidos transmitidos por el actor acerca de de las actitudes que representan la prospección
la composición de los instrumentos utilizados, de privaciones de beneficios y el escamoteo de
en donde quepa la noción de sus atributos y de derechos que se estiman valederos. Se podría decir
sus alcances, en la aprehensión intelectiva del que en las relaciones humanas, en apariencia más
receptor. Es decir, que se dé la congruencia entre anodinas, se esconden insospechados engendros
el contenido de la prospección del mal, con su del chantaje, que se concretan en réplicas y ajus-
real composición y el significado que perciba el tes comportamentales que se podrían cuestionar
coaccionado. Si no es predicable la coincidencia, como viciadas, lo cual paralizaría gran parte de
se pueden dar las situaciones de minimizarse la los avances evolutivos de la especie humana.
naturaleza de la compulsión o sus efectos, en Por eso, la zona brumosa que se forma en aquel
cuyo caso, la voluntad o no registrará afectación lugar donde se confunden libertad y opresión se
o ésta será inferior a lo esperado, o apreciarse la halla plagada de elementos bifrontes que tornan
presencia de energía coercitiva en donde no con- su adecuada ubicación en empresa arriesgada y
currió o magnificarse su potencia, eventos estos dudosa, pues no es extraño que el consentimiento
últimos que se incardinarán en la denominada sea poco perseverante y acompañe las fuentes
violencia subjetiva, cuyo análisis dejará vigente la de desusados martirios, o que la prestación de
configuración del engaño o de comportamiento éste en su origen se vea enturbiada por influjos
inocuo. Se resalta que el tema es de tanta impor- contrarios al Derecho, para luego facilitarse con la
tancia, que para evitar situar la intervención del más fanática complacencia. Así es de inconstante
agente en modalidades ubicadas a la misma altura y caprichoso el homo sapiens.
punitiva, las legislaciones han buscado referirse de
forma expresa a ciertas expresiones conductuales Lo consignado hasta ahora nos brinda una idea
como la que contempla nuestro CP en el Artículo de mensurabilidad del ámbito en que se mueve
247, num. 2. y sitúa la libertad como bien jurídico y generado-
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ra de derechos y deberes, que nos pone sobre 2. De la regulación legal de los


un camino en el que se impone el carácter de tipos de constreñimiento
relatividad del concepto, porque fluctúan en ilegal para delinquir
su integración factores como grados de ajuste y extorsión
social en su disfrute, gravedad o levedad de los
atentados que se detectan, escalas de permisión,
legalidad de los fines buscados, lo cual se refleja
2.1. Elementos objetivos de los tipos
en la construcción de un muro de contención que
nos condiciona a revisar con tiento extremo la
consistencia del terreno sobre el que asentamos Sujeto activo puede ser cualquier persona, porque
nuestros pies antes de aspirar a superarlo. No se en ninguna de estas disposiciones se hace distin-
aleja tampoco de nuestros cálculos la posibilidad ción que permita remitir la comisión de la conducta
de apreciar las conductas con arreglo al principio a alguien que ostente ámbito de competencia
de insignificancia, cuya detección debe obedecer institucional, lo cual es predicable de idéntica
a postulados que denoten aproximaciones a des- manera del sujeto pasivo, sin que, en principio,
medros de cierta entidad del bien jurídico tutelado sean excluibles los inimputables e incluso el recién
y a la sujeción a pautas de social acogida. nacido, pues su potestad de autodeterminación
así sea restringida, se reputa susceptible de ser
La matriz de la cual proviene la violencia constituye atacada, en la medida en que los primeros no la
un campo merecedor de permanente atención, han perdido y los restantes la tienen representada
puesto que el Estado se ha asegurado su mono- en titulares a quienes la Ley les concede precisas
polio, ocupándose de propalarlo con constancia prerrogativas en tal sentido, a más que al concepto
y vehemencia, mediante ropajes tan discutibles de libertad debe integrarse el de dignidad, aunque
como la arrogación de la facultad de imponer hay autores que lo cuestionan, cuando sostienen
castigos y mantener amenazas sobre los coaso- que debe tomarse como prerrequisito una deter-
ciados, so pretexto de la urgencia de conservar minada capacidad que se mengüe por la fuerza
el orden público interno e inspirar respetabilidad externa que se ejerza sobre ella, admitiéndose que
a las instituciones que lo representan a través de la poseen algunos inimputables, pero se niega de
individuos a quienes dota de investidura oficial, recién nacidos y sicóticos que se hallen en fase
lo cual propicia confusiones, ya que resulta arduo terminal de estupor catatónico (Rodríguez Devesa,
enmarcar sus ejecutorias en márgenes de entra- 1977: 255).
da violentos o abusivos, pues sus espacios de
acción, al hallarse amparados por la presunción El codificador colombiano se ha valido del verbo
de legitimidad, internan sus raíces en superficies “constreñir” para integrar el verbo rector de estas
de ambigüedad e indefinición. Lo patente es conductas, que, al decir de varios lingüistas (Cuer-
que si las expresiones estatales apuntan hacia la vo, 1954: 436), proviene del latín constringere,
convalidación de manifestaciones catalizadoras compuesto de cum con, intensivo y stringere in-
de violencia, reputándolas útiles, se está invitan- dicador de apretar, estrechar, imponer, compeler,
do a quienes están al mando de agrupaciones obligar a hacer algo, de tal suerte que lo podemos
institucionalizadas como la familia a asimilarlas acoger como sinónimo de violentar, dicción de
y practicarlas. suyo amplia e intrincada.

Para el diccionario de la Real Academia de la


Lengua Española, “la violencia consiste en aplicar
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medios a cosas o personas para vencer su resis- la actualidad, es indispensable que en la “adminis-
tencia”. En esta concepción cabría enfatizar ante tración sin violencia de narcóticos se puede ver el
todo el ajuste de los instrumentos empleados a empleo de la violencia, ciertos narcóticos como el
las pretensiones de su manipulador para asegurar ‘evipán’, ‘éter’, ‘morfina’, y similares, cambian por
el grado de influencia sobre la voluntad ajena y medios químicos al organismo, especialmente al
clasificarlos en tres grandes grupos: psíquicos, sistema nervioso, excluyendo la capacidad misma
físicos o mecánicos y técnicos o químicos. A con- de formación de la voluntad” (Higuera Guimerá,
tinuación se desarrolla cada uno de los grupos 1978: 121). En nuestro país los casos de explotación
mencionados. de la escopolamina se han multiplicado en los úl-
timos tiempos, sustancia que junto con el alcohol,
Psíquicos ha entrado a engrosar las estadísticas criminales
Se plasman en la acción de amenazar, es decir, con tenebrosa frecuencia.
de proyectar el acaecimiento de un mal cuya
Sin embargo, la utilización de los medios citados
realización futura, cercana o lejana, depende del
no puede mirarse en ningún caso con indepen-
coaccionador, contra bienes relevantes de quien
dencia del contexto general del comportamiento,
adoptaría respuestas de protección para impedirlo,
pues sus efectos son vitales para alcanzar una
pero que al catalogarlas como insuficientes por la
conformidad típica, acorde con las finalidades
posición del actor, ve menos gravoso plegarse a las
perseguidas por la justicia. Como quiera que los
órdenes impartidas por éste, con lo cual se afecta
tipos no establecen gradación entre gravedad o
la capacidad de decisión individual.
levedad de la violencia, debe entenderse apenas
Físicos o mecánicos que ésta posea la virtud de disminuir la voluntad
del sujeto pasivo, de una manera proporcional a
Entrañan la influencia material sobre el cuerpo o aquello que se le exija hacer, omitir o tolerar.
bienes del coaccionado o en los de quienes en
Para tal efecto el baremo del hombre
el mundo de sus afectos se estiman, mediante el
medio será válido en principio, a falta de
despliegue de energía física, casi siempre muscu- datos más concretos que pueda tener el
lar, o sobre instrumentos que al estar en contacto sujeto activo sobre el sujeto pasivo, pero
con éste, se hallan en condiciones de afectar su la existencia de tales datos, puede poner
de manifiesto una personalidad dotada
volición, como cuando el operario de un carrusel de más o menos temple que el hombre
de diversión de forma intencionada, imprime gran ordinario, y lo decisivo ya no será enton-
velocidad al aparato para influir sobre el pasajero ces el baremo del hombre medio “sino las
o cuando el encargado de controlar una cabina de características del sujeto pasivo conocidas
por el autor” (Higuera Guimerá, 1978: 145).
baño al vapor, empieza a elevar su temperatura
para incomodar a quien la utiliza. Se centra en la Apuntando hacia esa consideración, es prioritario
limitación o anulación de la capacidad de forma- que mencionemos siquiera de forma tangencial,
ción de la voluntad o su ejecución en concreto. lo que ocurre con la violencia desencadenada
sobre las cosas, terceros y para vedar el ingreso a
Técnicos o químicos ciertos sitios.
En esta hipótesis agrupamos las situaciones cono-
cidas con la denominación de violencia impropia. La literatura jurídica contemporánea ha aceptado
En el Código de 1936, se tipificaba la perturbación que la violencia se puede ejercer sobre cosas. En
indebida de una persona por hipnosis, sustancias esta línea, se alude al efecto que ésta produzca en
alcohólicas, narcóticos u otro medio semejante. En el sujeto pasivo en dos direcciones, cuando es el:
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a. Objeto de las amenazas, como por ejemplo, La prohibición para acceder a ciertos sitios, sólo
la advertencia de que si no se hace lo que se entraña violencia punible en aquellos eventos en
pide, se romperá un valioso cuadro o se matará los cuales se vea con claridad que la coartación
al perro guardián, etc. se hizo en torno a un resultado, hacia donde el
sujeto pasivo encaminaba sus pasos o figuraba
b. Medio para presionar al sujeto pasivo. Por en sus hipótesis cercanas de conducción. Estaría
ejemplo se esconden sus ropas para evitar en ese caso el portero de una plaza de toros que
que salga a la calle, se desconecta el teléfono se niega a franquear el paso para presenciar la
para que no se comunique con el exterior, corrida a su enemigo, quien exhibe boleto válido
etc. o la obstaculización del único camino carreteable
que conduce a su finca para el propietario, quien
Estas hipótesis no producen desmedro en la cosa,
se dirige en ese momento hacia ella.
pero es habitual que, ocasionándose su deterioro
o destrucción, nos hallemos en presencia del Se notará que la acción de constreñir a otro en
concurso entre constreñimiento ilegal y daño en su contexto terminológico, es compartida por
bien ajeno. los tres tipos que hemos tomado como punto de
referencia y que si nos atuviéramos a sus tenores
La compulsión puede, de similar manera, dirigirse
literales, la única distinción que nos hallaríamos
contra terceros, pero con el designio de producir
en condiciones de percibir, sería la de la variación
un recorte en la voluntad del verdadero coaccio-
en los ingredientes subjetivos del tipo conocidos
nado. Al respecto observamos dos principales
como “mediatos”, pues ya reseñamos que en el
formas cuando:
constreñimiento ilegal y la extorsión, la finalidad
del agente se centra en la pretensión de que se
a. Actúa sobre el tercero que participa en la
haga, omita o tolere algo, con la importante su-
acción para abortarla o estorbarla. Se da, por
perposición en este último caso de perseguirse la
ejemplo, en el impedimento a un guardia–vías
obtención de un beneficio que se puede enmar-
de la realización de su función de adecuar
car en el dominio de lo económico, derivándose
los tendidos férreos, con el objeto de que
de esa comprensión, que el fundamento de su
al desviarse el tren, uno de los pasajeros no
punibilización superior se funda en la valoración
pueda acudir a tiempo a una cita importante
más negativa de su proyección, que se avendría al
o si se obliga a un operario de computador
sistema adoptado en el Estatuto de 1936, en el que
a suspender la copia del escrito que le está
se modularon las consecuencias sancionatorias en
sacando en limpio al abogado que no sabe
escalas que recogían no sólo inclinaciones finales
digitar, para impedir la presentación del do-
concretas que el agente debía abrigar, sino que a
cumento en el término legal.
la par se hacía referencia a medios y escenarios
b. Emplea la fuerza contra un tercero cuya concretos, que introducían elementos de juicio
situación influye sobre la esfera volitiva del que enlazados entre sí, posibilitaban la formación
sujeto pasivo. Hipótesis en la que caben los de un sistema dotado de cierta correspondencia
golpes propinados al hermano de un tenista con niveles de cuyo examen era factible deducir
para impedir que éste gane el juego del día el respeto a técnicas legislativas concretas. Con la
siguiente o la negativa de una enfermera de
suministrarle droga al niño enfermo, hasta
cuando sus padres no cancelen la cuenta  Se observa que en los códigos que rigieron en Colombia antes
de 1938 no se registró a la extorsión como delito autónomo. Esa
debida en el hospital. consagración se obtuvo en la Ley 109 de 1922, Arts. 350 y 352.
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eliminación de los rezagos casuísticos en el Código a la imperturbabilidad de la voluntad ajena. Lo


de 1980 y de términos redundantes e innecesarios, referido en precedencia, nos fuerza a perseguir
pretextando la inconveniencia de conservarlos, pautas más seguras que abonen de manera con-
porque reñían con las tendencias contemporáneas, vincente, la postura legislativa de considerar la
se presenció el desalojo del interior de los tipos de extorsión como más lesiva que las restantes agre-
vocablos como “violencias”, “amenazas”, “injusta- siones al bien jurídico de la autonomía personal,
mente”, “valiéndose del hipnotismo o sustancias asida al endurecimiento constante de su cuantía
narcóticas”, “simulando autoridad pública o falsa punitiva, iniciando un escrutinio que nos despeje
orden de la misma”, “obligue a otro a entregar, la incógnita centrada en el disparejo incremento
enviar, depositar o poner a su disposición”, “obli- de su sanción, ya que si se cotejan las diferencias
gue a otro a suscribir o destruir documentos”, “por entre tales previsiones en el Código de 1936, cuya
medio de amenazas de imputaciones contra el armonía era defendible, pues los saltos entre las
honor o revelación de secretos”, que repercutían penas reservadas a la comisión de los ilícitos men-
en el otorgamiento de caracteres que transpa- cionados eran impalpables y comprensibles, y los
rentaban grados de aminoración o elevación del percibidos en el Código de 2000, que pese a su
desvalor de la acción, que a su vez se expresaban supeditación a políticas alcistas generalizadas en
en cuantías punitivas que guardaban coherencia lo inherente a las consecuencias sancionatorias,
interna con el conjunto. dejó estáticas las descripciones especificadas en
el Código de 1980, así como las penas, a excep-
Por igual, un sopesamiento meticuloso de los tipos ción de las reservadas al punible de extorsión,
invocados como eje de nuestro examen, nos de- que en dicha materia, se disparó, para alejarse
muestra que ninguno de ellos posee aditamentos de sus hermanos, cavando simas que desafían las
objetivos que vayan más allá de la realización reglas de cordura y sensatez. En ese sentido, se
del verbo constreñir, lo que deja en limpio que nos asigna la tarea de entronizar nuevas pautas
todos entrañan de entrada una trasgresión a la exploratorias.
libertad tanto de decisión como de ejecución de
la voluntad, que exige que si pretendemos respe- Entendemos que a raíz de la presencia de com-
tar la correlación entre significado y significante, portamientos que menoscababan la libertad
uniformemos nuestros conceptos alrededor de la individual con propósitos económicos, que empe-
concesión de sentido coincidente en los eventos zaron a sucederse con mayor frecuencia, a cargo
susceptibles de ser cubiertos por su hegemonía, de organizaciones criminales, casi siempre, se
ejercicio que refrenda la aseveración de que todos imponía la inauguración de reacciones estatales.
implican agresiones al mismo bien jurídico y que El legislador por las influencias alarmantes que
la ubicación de la extorsión como un espécimen palpaba en la sociedad, comenzó a centrar su
de los ilícitos contra el patrimonio económico se atención en la elevación gradual y paulatina de las
nos antoja caprichosa y discutible, en cuanto su penas, –remedio que se ha catalogado en nuestro
ligamen sutil y débil en extremo se estructura a medio infalible– sin percatarse de la naturaleza de
partir de una apetencia psíquica, con la fragilidad pertenencia de la figura a un sistema reconocido,
que ella ofrece. Por tanto, esa característica no obteniendo como resultado el atrás aludido, de
nos puede apartar de la ratificación del apotegma que mientras se rectificaba la colocación de la
de que si hay identidad de conducta, el momento plataforma punitiva de la extorsión en alturas más
de su consumación sigue ese patrón, el cual es elevadas, seguían en sus enclaves originales sus
concomitante con la irrupción en el área reservada parientes constreñimiento ilegal y para delinquir,
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tornando de paso inservibles las claves interpretati- de ellos con miras a la facilitación del alcance de
vas que sirvieron desde un comienzo para explicar objetivos que se allanan con la supeditación a los
las características de cada una de ellas, con arreglo propios designios, lo cual hace aparecer como
a una visión panorámica. improbable que el despliegue de energía física
o psíquica se explique con suficiencia como un
fin en sí mismo, pues siempre será identificable
2.2. Elementos psíquicos
la presencia de un designio determinado, que de
Se ha atribuido a los componentes subjetivos otra parte, es característico de todas las acciones
del tipo toda la responsabilidad en cuanto a la humanas. Se compele para: mejorar la capacidad
fijación de las diferencias entre constreñimiento de aprendizaje, que se reconozca la superioridad
ilegal para delinquir y extorsión. Una visión rápida de alguien en el grupo, que alguien cambie de
de los que hemos denominado inmediatos –por carril, acrecentar los activos económicos, etc.
cuanto se proyectan sobre el enlace que conecta
a los sujetos activo y pasivo, que se traduce en la El resultado que el agente debe obtener se concre-
expectativa derivada del ejercicio de violencia que tará en el despliegue de actuación en la práctica
se agota en la mera modificación de la conducta apta para vencer la resistencia del sujeto pasivo,
del receptor, de quien se espera ajuste la dirección lo cual equivale a decir, que en la medida en que
de su vida a las manipulaciones del ordenador aquél logre efectuar violencia capaz de impedir
haciendo, omitiendo o tolerando algo, como paso la voluntaria determinación de éste, existirá la
obligado hacia la obtención de una aspiración más comisión típica. Por ello, el que se haga, tolere u
trascendente de carácter mediato– nos hace dudar omita algo por el titular del derecho atacado, es
de la corrección de su inclusión en este contexto, irrelevante, ya que al pertenecer sólo al ámbito de
ya que resultaría inconcebible suponer el empleo la ideación del actor, esto es, como ingrediente
de cualquier forma de violencia que no tuviera por subjetivo, no es indispensable su ejecución para el
objeto la obtención de una respuesta casada con perfeccionamiento de esa conducta. Lo cual es tan
las formas de reacción abarcadas en las formas cierto que se trata de un tipo de mera conducta,
que hallan su distingo en el ejercicio de conducta que para su culminación basta con la mera compul-
activa, omisiva o contemplativa, y que si se cerce- sión. Se anota, empero, que el sujeto activo debe
naran del tipo, éste no perdería su riqueza, debido perseguir la obtención de una finalidad concreta.
a que se reconoce de entrada que el agente acude Posee subyugantes puntos de contacto con el se-
al ejercicio de presión sobre otro, para acopiar cuestro y la detención arbitraria, en los cuales hay
una hipótesis expresiva cuya verificación exige pérdida de la libertad física, en los delitos previstos
la participación ajena, ausente sin la invocación en los Artículos 168, 169 y 174.
de la fuerza, pero que por lo general se acopla
a una aspiración que sobrepasa las derivaciones Córdoba Roda manifiesta que: “En primer lugar,
simples del solo recorte de las expectativas de mientras las detenciones ilegales equivalen al
realización del otro, lo cual significa, que la orien- atentado contra la libertad ambulatoria, las coac-
tación teleológica que se imprime a la horadación ciones estriban en el ataque a la libertad considera-
de la autonomía ajena, va tras de una meta que da abstractamente. En segundo lugar, en tanto que
traspone los umbrales de los efectos directos que las detenciones ilegales pueden ser efectuadas en
se producen al tomar los controles en el manejo virtud de la interposición de toda clase de medios,
de la determinación individual de los demás, directos o indirectos, las coacciones requieren de
esto es, que se los instrumentaliza para servirse la aplicación de violencia, ya sea material o psíqui-
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ca. Esa mayor amplitud de los medios comisivos de De mención aparte se hace acreedora la denomi-
las detenciones ilegales, impide considerar a las nada violencia en el tránsito automotor, punto que
mismas como una simple especie de las coaccio- ha sido objeto central de examen en el Derecho
nes, y a éstas como un tipo residual de aquéllas” Penal y la criminología actuales. Las varias hipótesis
(Córdoba Roda, 1964–1965: 404). podemos dividirlas en:

Con la concusión (Art. 404) en donde es el servidor a) Obstrucciones vehiculares por otras máqui-
público que abusando de su cargo o funciones nas.
violenta a alguien a dar o prometer dinero, o
cualquier otra utilidad indebidos, disminuyéndose b) Obstrucciones vehiculares por impedimentos
de esta manera, tanto la posibilidad de ser actor, diferentes.
como la trascendencia del ingrediente subjetivo.
En estos supuestos debe partirse de la premisa
Con la extorsión (Art. 244) es diferenciable sólo en
de que el sujeto activo aspiraba a impedir la mo-
cuanto a la tendencia patrimonial característica de
vilización del pasivo o la causación de zozobra o
ésta, pues en lo demás son tipos idénticos. Similar
temor en éste. Por igual, que exista una relación
construcción es la del hurto calificado en este
de causalidad directa entre el conductor y la acción
punto. Pero ya Carrara con su impecable raciocinio
que desea verificar mediante el uso de su vehí-
había expuesto:
culo. Así pues, en el grupo inicial incluiremos los
Cuando infundiendo temor se ha in- bloqueos provocados por otros conductores en el
ducido a otro a hacer o a no hacer o
a sufrir una cosa que no traiga lucro al
lugar de aparcadero mismo y en la vía pública en
amenazante, se tiene la violencia priva- o sin la presencia del sujeto pasivo. Los casos más
da. Cuando con la amenaza de un mal graves ocurren de ordinario en las vías públicas,
inminente se ha constreñido a otro a cuando uno de los conductores precisa adelantar
darnos alguna cosa con miras de lucro, se
tiene el hurto violento. Finalmente, con al otro, pero éste se lo impide. También el frenado
miras de lucro se ha amenazado con un brusco intencional o “cerrada” como se le conoce
mal futuro constriñendo a dársenos en en nuestro medio y en los casos de “acosamiento”
seguida o se ha amenazado con un mal
que se distinguen por el innecesario despliegue
inminente para obtener una promesa o
una dación futura, se tiene la extorsión. de potencia y artificios de luces y sonidos que
produce el conductor que genera la maniobra
Con la violencia contra servidor público, por cuanto de sobrepasamiento del otro vehículo, lo cual
se establece sanción como ya lo advertimos a la obliga al otro conductor a abandonar su placidez
presión sobre la voluntad de un servidor del Estado y normal manejo y a salirse de la vía en muchas
con la orientación última de hacerlo ejecutar u ocasiones o a realizar maniobras no permitidas.
omitir algún acto propio de su cargo, o contrario a En todos estos supuestos se remarca la existencia
sus deberes oficiales. Con la perturbación violenta de constreñimiento ilegal.
de actos oficiales, en el grado de valerse de me-
dios coactivos para impedir o perturbar la reunión En el grupo restante sobresalen las manipulacio-
o el ejercicio de las funciones de las corporaciones nes suscitadas por otras personas, valiéndose
o autoridades legislativas, jurisdiccionales o admi- de talanqueras y barricadas, situados en lugares
nistrativas, o de cualquier otra actividad pública o privados o en las vías públicas. No pocas veces,
para influir en sus decisiones o deliberaciones. estos obstáculos son las propias personas, lo cual
Debe anotarse que todos estos tipos sólo admiten hace inexigible al chofer cualquier otra conducta,
su realización dolosa. diferente a aminorar la marcha o a detenerse, con
Revista IUSTA 95

la consecuencia de que no puede obrar conforme CÓRDOBA RODA, Juan. (1964–1965). El delito de
a los dictados de su voluntad. coacciones ilegales. Madrid: Anuario de Derecho
Penal y Ciencia Penal.
El consentimiento excluye la tipicidad de la conduc-
ta, porque deja de afectarse la autonomía perso- CUERVO, Rufino José. (1954). Diccionario de Cons-
nal, ya que este valor, siendo por antonomasia un trucción y Régimen de la lengua castellana. Tomo
atributo del cual puede disponer el individuo, sólo II. Bogotá: Instituto Caro y Cuervo.
se tiene en cuanto se pueda decidir sobre ella de
forma originaria o a través de otros a quienes se DUVERGER, Maurice. (1962). Instituciones políticas
les ha concedido ese derecho, con la consiguiente y Derecho Constitucional. Barcelona: Bosch.
anexión de la facultad de escogimiento de la alter-
EPÍCTETO. (1972. Disertaciones por Arriano. Madrid:
nativa sugerida por el suministrador de la violencia,
Gredos.
que la anuencia no esté viciada, que no sobrepase
la esfera de lo permitido por el sujeto pasivo y que
FUERO JUZGO O LIBRO DE LOS JUECES. (1968).
no sea posterior a la compulsión.
Barcelona: Reus.
En las causales excluyentes de la antijuridicidad,
HIGUERA GUIMERÁ, Juan Felipe. (1978). El delito
las que mayor aplicación tienen son el ejercicio de
de coacciones. Barcelona: Bosch.
derechos correctivos, entre ellos el penitenciario
y el estado de necesidad. HOMERO. (1971). Ilíada. Barcelona; Juventud.

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