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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA,


CIENCIA Y TECNOLOGÍA
UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA “HUGO RAFAEL CHÁVEZ
FRÍAS”
DIRECCIÓN GENERAL DE PRODUCCIÓN Y RECREACIÓN DE SABERES
PROGRAMA DE FORMACIÓN AVANZADA
ESPECIALIZACIÓN EN DOCENCIA UNIVERSITARIA
ARAGUA DE MATURÍN- ESTADO MONAGAS

Revisión de los procesos socioacadémicos en la educación


ambiental: una propuesta para la Formación Ambiental
Universitaria desde la sistematización de las experiencias en la
aldea Félix Antonio Calderón, Aragua de Maturín, municipio Piar,
estado Monagas.
Trabajo de Grado presentado con opción al grado académico de Especialización en
Docencia Universitaria

Autor:

Argenis Marcano

Aragua de Maturín, julio de 2018


2

Revisión de los procesos socioacadémicos en la educación ambiental: una


propuesta para la Formación Ambiental Universitaria desde la
sistematización de las experiencias en la aldea Félix Antonio Calderón,
Aragua de Maturín, municipio Piar, estado Monagas.

Argenis José Marcano Mejías


Universidad Bolivariana de Venezuela “Hugo Rafael Chávez Frías”
argenisjrmr@gmail.com

RESUMEN
La tarea fundamental de la educación es formar hombres y mujeres activos con
capacidad crítica, autónomos y responsables para convivir en forma consciente en
la sociedad, capaces de evolucionar y adaptarse a la compleja realidad del mundo
contemporáneo; así como, inducir a los ciudadanos y las ciudadanas a la
construcción de sus propias ideas de acuerdo al medio físico, social, cultural y
ambiental en el que se desenvuelven, garantizando la suprema felicidad social y el
equilibrio ambiental. Tomando en cuenta lo anterior, se presenta la siguiente
investigación que tiene como finalidad “Revisar los procesos socioacadémicos en
la educación ambiental: una propuesta para la Formación Ambiental Universitaria
desde la sistematización de las experiencias en la aldea Félix Antonio Calderón”;
haciendo énfasis en la educación ambiental y participación comunitaria como
mecanismos de transformación socioambiental; por ello, se hace propicio la
aplicación de procesos afectivos, cognitivos, actitudinales y comportamentales que
aportan relevancia a la relación que debe existir entre el individuo-naturaleza. En
este sentido, se utilizarán los métodos de procesos etnográficos y la
sistematización de experiencias, los mismos permitirán obtener de primera mano
la realidad en cuanto al situado problémico existente, así como, establecer de
manera dialógica la consolidación de dicha investigación. Finalmente a través de l
presente estudio se pretende dar una visión específica sostenida en una revisión
etnográfica de los documentos que regulan el ámbito ambiental vinculado con
líneas estratégicas del Plan de la Patria 2013-2019.

Palabras claves: estrategias metodológicas, educación ambiental, participación


colectiva, Formación Ambiental Universitaria (FAU), transformación
socioambiental.
3

ÍNDICE GENERAL

Págs.

Resumen Ii
Introducción 1
Planteamiento del problema 6
Objetivo general 12
Objetivos específicos 12
Referentes metodológicos 13
Procesos etnográficos 13
Sistematización de experiencias 13
Referentes teóricos 17
Raíces históricas de la crisis ecológica 17
La emergencia de la concienciación ecológica 18
La conducta como factor implicado en el deterioro ecológico 19
El constructo de preocupación ambiental 21
Concepto de preocupación ambiental 22
Líneas de investigación en preocupación ambiental 23
Concepto de conducta ecológica 24
Sistematización de los resultados 25
Estrategias socioformativas en el ámbito universitario: confrontaciones y 25
visiones
Experiencias y aprendizajes: cosmovisiones de los actores académicos 26
Como investigar y no morir en el intento: algunas experiencias de los actores 27
involucrados en el proceso
Experiencias en las sinergias del contexto ambiental-ambientalista: apuntes 29
para la construcción de la Formación Ambiental Universitaria (FAU)
Retrospectiva de los aprendizajes y experiencias: un alto en el camino 32
para continuar
Referencias y bibliografías consultadas 34
Anexos 38
4

INTRODUCCIÓN

La tarea fundamental de la educación es formar hombres y mujeres activos


con capacidad crítica, autónomos y responsables para convivir en forma
consciente en la sociedad, capaces de evolucionar y adaptarse a la compleja
realidad del mundo contemporáneo, así como, inducir a los ciudadanos y las
ciudadanas a la construcción de sus propias ideas de acuerdo al medio físico,
social, cultural y ambiental en el que se desenvuelven, garantizando la suprema
felicidad social y el equilibrio humanidad-naturaleza . En este contexto, surge la
necesidad de reimpulsar la educación ambiental desde los espacios universitarios,
en miras a fortalecer la dinámica ambiental en los distintos ámbitos de la sociedad,
garantizando de esta manera, un ambiente sano y ecológicamente equilibrado a
las generaciones futuras, así como la mejora en la calidad de vida de cada ser
humano.

En este orden de ideas, la educación ambiental nace como propuesta


integradora para facilitar las herramientas pedagógicas que requiere el ser
humano para hacer frente al compendio de problemas que cada día afecta los
espacios naturales del planeta; por este motivo, se buscan alternativas de
soluciones que tengan mayores resultados en minimizar dicha situación.

En ese mismo orden de ideas, Stapp et al., (1969), citado por Maguregi
(2010), concibe que: “la educación ambiental aspira a formar una ciudadanía que
conozca lo referente al ámbito biofísico y sus problemas asociados; que sepa
cómo ayudar a resolverlos y a motivarlos para que puedan participar en su
solución”(p.8). Tomando en consideración la anterior cita, se infiere que a través
de la educación ambiental como herramienta vinculadora en la creación de
conciencia ambiental en el colectivo, se logrará la participación activa y
protagónica de todos los ciudadanos que sientan las necesidad de preservar y
5

mantener el equilibrio ecológico del ambiente para el disfrute de las generaciones


actuales y futuras, conllevando esto a mejorar su calidad de vida.

Por consiguiente, desde las universidades se busca promover los


conocimientos necesarios en cuanto a aptitudes, actitudes, motivación y deseos
necesarios para trabajar individual y colectivamente en la búsqueda de soluciones
a los problemas actuales y para prevenir los que pudieran aparecer en lo
sucesivo. Es así como se conjugan los siguientes elementos que ayudaran al ser
humano a la integración con el ambiente.

Es evidente entonces que, dicha propuesta de investigación tendrá como


propósito fundamental la integración del ser humano tanto de manera individual
como colectiva, atendiendo a los diferentes puntos de vista que se describen a
continuación:

 Desde el punto de vista cognitivo: se obtendrá el grado de información y


conocimiento sobre cuestiones relacionadas con el ambiente, es decir,
todas aquellas ideas que se generen del colectivo serán tomadas en cuenta
al momento de presentar propuestas macro para ser aplicadas en los
distintos ámbitos de la sociedad.

 Desde el punto de vista afectivo: se visualiza la percepción del ambiente;


creencias y sentimientos en materia ambiental. En este aspecto se
considera el ambiente como el componente esencial en todo ser humano,
en donde se pone de manifiesto el modelo biopsicosocial (integración
mente, cuerpo e interacción social), garantizando de esta manera el
desarrollo armónico hombre-naturaleza.
 Desde el punto de vista conativo: se toman como referencia la disposición a
adoptar criterios proambientales en la conducta, manifestando interés o
predisposición a participar en actividades y aportar mejoras; es entonces
donde el individuo se involucra de manera activa, tomando como criterios
sus actitudes que lo conllevaran a actuar en función de dar solución a la
problemática suscitada.
6

 Desde el punto de vista activo: la realización de prácticas y


comportamientos ambientalmente responsables, tanto individuales como
colectivos, incluso en situaciones comprometidas o de presión se ponen de
manifiesto en este aspecto, es decir, la forma de actuar y pensar de cada
ser humano ayudará al proceso de capacitación, participación y
cooperación enalteciendo así los procesos conductuales de cada uno de los
agentes involucrados con la ejecución de acciones correctivas en cuanto a
solucionar la problemática ambiental que se esté estudiando.

Desde esta perspectiva, Vera, B., Carbelo, B. y Vecina, M.L. (2007)


manifiestan que:

La psicología, tradicionalmente, ha considerado que lo natural era


que si una persona vivía una experiencia traumática, desarrollará
alguna patología en relación a esa vivencia. Históricamente, la
psicología ha considerado al ser humano fundamentalmente como
un sujeto pasivo que reaccionaba ante los estímulos del ambiente. (p
.16).

Con referencia a lo anterior, desde modelos más optimistas, se considera


que la persona es fuerte y activa, con una capacidad natural de resistir y
rehacerse a pesar de las adversidades. Esta concepción se enmarca dentro del
marco de la psicología positiva, y pretender comprender los procesos y
mecanismos que subyacen a las fortalezas y virtudes del ser humano.

Significa entonces que, la sistematización es aquella interpretación crítica


de una o varias experiencias, que a partir de su ordenamiento y reconstrucción,
descubre o explicita la lógica del proceso vivido, los factores que han intervenido
en dicho proceso, c.mo se han relacionado entre sí, y por qué lo han hecho de ese
modo. Esta afirmación básica contiene sintéticamente varias afirmaciones
particulares:
7

 Define la sistematización como interpretación crítica, es decir, como


el resultado de todo un esfuerzo por comprender el sentido de las
experiencias, tomando distancia de ellas.
 Señala que esta interpretación solo es posible si previamente se ha
ordenado y reconstruido el proceso vivido en esas experiencias.
 Es una interpretación que se caracteriza por descubrir la lógica con
la que ese proceso se lleva a cabo, cuáles son los factores que
intervienen en el y las relaciones entre ellos.

A partir de estas afirmaciones centrales, podríamos añadir otras


características importantes de la sistematización:

La sistematización de una experiencia produce un nuevo conocimiento, un


primer nivel de conceptualización a partir de la práctica concreta, que a la vez que
posibilita su comprensión, apunta a trascenderla, a ir más allá de ella misma. En
este sentido, nos permite abstraer lo que estamos haciendo en cada caso
particular y encontrar un terreno fértil donde la generalización es posible.

La sistematización, al reconstruir el proceso de la práctica, permite identificar


sus elementos, clasificarlos y reordenarlos, nos hace objetivar lo vivido, hacer un
alto para tomar distanciado de lo que hemos experimentado vivencialmente y
convertir así la propia experiencia en objeto de estudio e interpretación teórica, a
la vez que en objeto de transformación.

La sistematización pone en orden conocimientos desordenados y


percepciones dispersas que surgieron en el transcurso de la experiencia.

Al sistematizar, no sólo se pone atención a los acontecimientos, a su


comportamiento y evolución, sino también a las interpretaciones que los sujetos
tienen sobre ellos. Se crea así un espacio para que esas interpretaciones sean
discutidas, compartidas y confrontadas.

Hechas las consideraciones anteriores, Jara (1998) expresa que:


8

La sistematización resulta un mecanismo o una herramienta


con la que diferentes colectivos pueden lograr objetivos cómo:
capturar los significados de su acción y sus efectos; no repetir
determinados errores; mejorar la propia práctica y la forma de
hacer política; compartir aprendizajes con grupos similares; generar
nuevas motivaciones; lograr mayor cohesión grupal;
desenmascarar aquellos elementos de la ideología dominante que
impregnan sus prácticas; contribuir al enriquecimiento de la teoría;
generar nuevas articulaciones; revalorizar los movimientos sociales
y dotar de sentido su acción; incidir positivamente en la autoestima
de los activistas; transformar componentes autoritarios o sexistas
en el funcionamiento de los movimientos sociales; promover la
politización y concienciación de los activistas, entre otros. Además,
en el ámbito de los movimientos sociales, la sistematización puede
acontecer un proceso constructor de pensamiento, identidad y de
sentido; rescatar aquello innovador de las formas y métodos de
organización; identificar nuevas maneras de pensar y hacer
política; rearticular tejidos sociales fragmentados; acontecer factor
de unidad y constructor de propuestas alternativas. (p. 32).

De acuerdo a lo referido anteriormente, la sistematización como


herramienta esencial para concretar las actividades que se desarrollan en
diferentes ámbitos educativos, permitiendo de este modo al afianzamiento del
pensamiento liberador del ser humano a fin de innovar desde los diferentes
métodos constructivo la identidad y sentido de pertinencia social. Es allí donde la
sistematización abarca desde lo individual a lo colectivo, desde lo micro a lo macro
o en todo caso, el factor esencial para la construcción de propuestas que permitan
al investigador ordenar de manera sistemática la información deseada.

En este orden de ideas, la sistematización de experiencias permite


transformar la experiencia en conocimiento ordenado, fundamentado y
transmisible. No existe un proceso de sistematización estipulado como único o
más válido, más bien existe cierto consenso en las fases que lo podrían componer,
pero que pueden variar en función del contexto en el que se aplique o del eje de la
sistematización. Para que esto sea así aplicarán las dinámicas grupales y
técnicas participativas que consideren oportunas. Los promotores y promotoras,
9

en caso alguno, tendrían que restar protagonismo a los participantes o establecer


una relación de dominación o desigual con éstos. Más bien al contrario, al igual
que el resto de educadores populares, los promotores de procesos de
sistematización mantiene una relación horizontal con el resto de participantes y
descubren la realidad juntamente a ellos, desde una posición situada y localizada.

Con referencia a lo anterior, un criterio que permite el cumplimiento de este


requisito consistiría en que el equipo promotor haya estado involucrado en la
misma experiencia a sistematizar. Para respetar este criterio, en determinadas
ocasiones, los colectivos que promueven la sistematización de experiencias
organizan e imparten, previamente al inicio del proceso, “talleres de formación de
promotores”.

De manera general se tiene que la presente investigación está enmarcada


en el desarrollo de un ensayo investigativo, el mismo refleja la sistematización de
experiencias como alternativa de interés social para los actores-investigadores, los
mismos desempeñan un doble rol al momento de llevar a cabo dichos análisis,
rompiendo de este modo los viejos paradigmas que giran en torno al campo de la
investigación y los saberes.

Planteamiento del problema

La complejidad ambiental abre una nueva reflexión sobre la naturaleza del


ser, del saber y del conocer; sobre la hibridación de conocimientos en la
interdisciplinariedad y la transdisciplinariedad; sobre el diálogo de saberes y la
10

inserción de la subjetividad en las formas de conocimiento; el involucramiento de


los valores y los intereses en la toma de decisiones y en las estrategias de
apropiación de la naturaleza. El saber ambiental cuestiona las formas como los
valores permean el conocimiento del mundo, abriendo un espacio para el
encuentro entre lo racional y lo sensible, entre la racionalidad formal y la
racionalidad sustantiva.

Ante la situación planteada, la crisis ambiental remite a una pregunta sobre


el mundo, sobre el ser y el saber. Aprender la complejidad ambiental implica una
nueva comprensión del mundo que incorpora los conocimientos y saberes
arraigados en cosmologías, mitologías, ideologías, teorías y saberes prácticos que
están en los cimientos de la civilización moderna, en la sangre de cada cultura, en
el rostro de cada persona.

Tal como se ha visto, en ese saber del mundo sobre el ser y las cosas,
sobre sus esencias y atributos, sobre sus leyes y su existencia, en toda esa
tematización ontológica y epistemológica, subyacen nociones fundamentales que
han dado sentido al conocimiento y que han arraigado en los saberes culturales y
personales de la gente. En este sentido, el saber ambiental implica un proceso de
desconstrucción de lo pensado para pensar lo aún no pensado, para desentrañar
lo más entrañable de nuestros saberes y para dar curso a lo inédito. Es saber que
el camino en el que vamos acelerando el paso es una carrera desenfrenada hacia
un abismo inevitable; es saber sostenernos en la incertidumbre y refundamentar el
saber sobre el mundo movidos por el deseo de vida que se proyecta hacia la
construcción de futuros inéditos a través del pensamiento y la acción movilizada
por el deseo de ser y de saber en la perspectiva del infinito, la diferencia y la
alteridad.

Dada las condiciones que anteceden, la sistematización de experiencias es


una metodología de investigación participativa iniciada por colectivos
comprometidos con la educación popular en América Latina. La sistematización de
11

experiencias nace a principios de la década de los 80 en un contexto de crisis


socioeconómica en la mayoría de países de la región (motivo por el cual se habla
de los 80 como la “década perdida de América Latina”) y en el que el paradigma
de la educación para el desarrollo desde la perspectiva de la teoría del capital
humano estaba demostrando sus carencias. En cambio, en esta época la
propuesta de la educación popular se estaba difundiendo con éxito en el territorio
latinoamericano. En esos años, era habitual que se asumiera esta propuesta
pedagógica desde diferentes movimientos populares. Entre otros casos, se puede
destacar su centralidad en la recién triunfante Revolución Sandinista, en las
Comunidades de Población en Resistencia guatemaltecas, o en el desarrollo de
organizaciones populares de Brasil de la trascendencia de la Central Unificada de
Trabajadores (CUT) o del Movimiento de Trabajadores Rurales sin Tierra (MST).

En Venezuela se puede ubicar un marco legal a través de la historia que, de


alguna manera ha servido de antecedente para la Educación Ambiental, desde la
época de la independencia hasta 1975. A partir de esta fecha la Educación
Ambiental en el país, adopta la visión propuesta por la UNESCO, a través del
“Programa Internacional de Educación Ambiental (1975– 1995)”, que busca
conducir e informar a las personas sobre problemáticas ambientales y el
desarrollo de habilidades que apuntarían a resolverlos. Ya para 1971, en la
principal casa de estudios de los docentes, la Universidad Pedagógica, se señaló
que la Educación Ambiental debía ser un eje transversal, lo que representaba algo
muy novedoso para la época.

Siguiendo estas consideraciones, Jara (2000), manifiesta que: la educación


popular articulada con la teoría de la dependencia y la teología de la liberación,
conformaba un cuerpo teórico coherente y afirmativo, no solo para agentes
educativos, sino que en general para un amplio sector de activistas políticos. (p.
25). Además de generar procesos pedagógicos y de concienciación, los
movimientos de educación popular incidían en las políticas educativas de
diferentes países, se constituían en redes y organizaban diversos encuentros de
12

ámbito internacional. Finalmente, incluso en niveles institucionales, se percibía la


educación popular como una poderosa herramienta para la democratización del
sistema político, para la defensa de los derechos humanos o para trabajar
cuestiones de género en diferentes países de la región.

Es entonces que, recrear las experiencias desde este contexto


socioambiental transformador como elemento educativo, especialmente en el nivel
universitario, puede resultar altamente complejo: intervienen una serie de factores
objetivos y subjetivos que están en interrelación:

Condiciones de contexto o momento histórico en que se desenvuelven.


Situaciones particulares que la hacen posible.
Acciones intencionadas que realizamos las personas con determinados fines
(o inintencionadas que se dan sólo como respuesta a situaciones).
Reacciones que se generan a partir de dichas acciones.
Resultados esperados o inesperados que van surgiendo.
Percepciones, interpretaciones, intuiciones y emociones de los hombres y las
mujeres que intervenimos en él.
Relaciones que se establecen entre las personas que somos sujetos de estas
experiencias.

En este sentido, las sistematizaciones, en concreto, permiten superar


algunas debilidades o limitaciones que se habían hecho patentes a raíz de la
tecnificación y la cooptación de los procesos de educación popular. Una de estas
debilidades consistía en que, tal y como se ha mencionado, los educadores
populares perseguían objetivos cada vez más instrumentales y, por lo tanto, iban
abandonando la pretensión de construir subjetividades políticas emancipadoras.
Por otra parte, se abandonaba también el objetivo de construir un proceso de
investigación coherente a partir de procesos formativos.
13

En cambio, las sistematizaciones permitían a diferentes colectivos acumular


y intercambiar sus experiencias de intervención y/o de acción. A raíz de la
propuesta de las sistematizaciones se percibe que se pueden generar procesos
de investigación, es decir, mirar al interior de las prácticas para constituir un
campo
teórico-práctico con un cierto rigor, que pueda dialogar con conocimientos
constituidos desde otras instancias.

Asimismo, en los procesos de sistematización implementados, se constata


como en el campo de la educación social, el trabajo social o la enseñanza escolar,
la propuesta de la sistematización permite devolver un cierto estatus a los
profesionales de la intervención social y desarrollar una tarea más comprometida
con la transformación de la realidad. Tengamos los profesionales de estas áreas
con visión y talante más crítico se tienen que resignar a menudo ante la
rutinización de su tarea, lo cual menoscaba la creatividad y el trabajo cognitivo;
intervienen sobre una realidad fragmentada y desestructurada que se pensaban
poder transformar a partir de su opción profesional; y asumen, involuntariamente,
una función de contención social al quedar su tarea relegada a resistir “en primera
línea de fuego” las consecuencias de los costes sociales del neoliberalismo. La
sistematización de experiencias, a esta clase de profesionales, les ha permitido
empoderarse y ejercer una tarea más comprometida socialmente.

Dentro de este orden de ideas, la Revolución Bolivariana exige cada día


más, que en la educación universitaria se debe innovar el proceso formativo, y al
mismo tiempo revolucione las modalidades tradicionales de estudios
universitarios, es decir, llevar la revolución a la educación en general sobre todo a
la educación universitaria. Por lo que se debe impulsar el modelo de desarrollo
endógeno según el plan de desarrollo económico y social de la nación y formar
profesionales críticos con un alto compromiso social, bien preparados pero al
mismo tiempo entiendan la sociedad en la cual se mueven y cuyas funciones
14

tengan que ver con la pertinencia social y responda a las necesidades locales,
regionales y nacionales.

Ahora bien, desde las universidades tradicionales de nuestro país, el


modelo de transformación ambiental no ha tenido concreción en su desarrollo
cotidiano, puesto que, desde los espacios de las academias que han imperado en
el mismo, el tema ambiental siempre es tomado como referencia superficial por los
responsables en impartir las diferentes asignaturas; por tanto, el desafío de hoy
día es involucrar a toda la colectividad en el situado socioeducativo, así como en
las comunidades, fortalecer los procesos de formación ambiental para que la
conciencia permanezca en el colectivo; de esta manera, se busca dinamizar y
expandir nuevas estrategias que vayan en función de hacer uso adecuado de los
recursos naturales, permitiendo esto, la garantía y el aprovechamiento de los
mismos por las generaciones actuales y futuras.

En este marco de acción, se crea la Universidad Bolivariana de Venezuela


(UBV), la misma rompe con los paradigmas tradicionales que ya acostumbraban a
desarrollar otras universidades, para aplicar una nueva concepción en cuanto al
estudio preliminar del contexto socioeducativo y el sociocomunitario, asumiendo
como premisa fundamental el estudio de los procesos etnográficos, entendiéndose
este como base esencial en el constructo teórico-práctico. Es allí donde nace el
epicentro central de esta investigación, pues en los diferentes municipios de la
geografía nacional se crean las aldeas universitarias, esto con la finalidad de
incluir a la población estudiantil que por muchos años fue excluida del ámbito
educativo. Es entonces donde se ofertan diferentes programas de formación
destinados a la preparación de nuevos profesionales del país, los cuales se
encargarán de generar líneas de investigación para dar solución a diferentes
problemáticas que enfrenta el planeta en la actualidad.

En efecto, el situado problémico incide en que desde las diferentes


experiencias vividas tanto en el contexto socioacadémico, como en el contexto
15

sociocomunitario, no han surgido nuevas estrategias que permitan reforzar la


Formación Ambiental Universitaria, específicamente en la Aldea Universitario Félix
Antonio Calderón de Aragua de Maturín, esto como producto de la falta de
apropiación colectiva de docentes y estudiantes en cuanto a las diferentes
situaciones socioambientales que se generan dentro y fuera del municipio; por
tanto, desde la contextualización sociohistórica del espacio, emerge un
componente integrador capaz de consolidar diversos accionares en el desarrollo
de diversos trabajos, pues se habla de la Unidad Básica Integradora Proyecto
(UBIP); es allí donde emerge la esencia de integralidad de saberes dentro de la
acción colectiva, permitiendo la misma poder expresar de manera sistematizada y
concreta todas aquellas experiencias que se obtienen desde el desarrollo del
trabajo integral de docentes, estudiantes y comunidad en general, dentro del
contexto socioambiental.

En consecuencia, a través de las experiencias vividas desde los diferentes


contextos comunitarios se busca la sistematización de las mismas para abordarlas
y proponer nuevas estrategias que permitan afianzar los procesos formativos y por
ende, mantener el estimulo de la conciencia de las generaciones actuales y
futuras.

En este mismo orden y dirección, la Formación Ambiental Universitaria nace


como propuesta educativa en aras de fortalecer los procesos formativos que se
dan en el contexto socioacadémico; es allí donde reincide el compromiso social de
los entes involucrados en consolidar acciones de trabajo conjunto, consolidando
las acciones colectivas de investigación garantizando de esta manera, la inclusión
de estudiantes, docentes y colectivo comunitario comprometidos con la
construcción de saberes desde cualquier ámbito social.

En este marco de acción, de acuerdo con el situado problémico que se


desarrolla, intervienen diferentes elementos que dan cabida a plantearse las
siguientes interrogantes:
16

¿Qué estrategias se podrían aplicar para recopilar la información requerida


durante el proceso investigativo dentro del contexto socioacadémico de la Aldea
Universitaria Félix Antonio Calderón?
¿Será que las estrategias planificadas en el ámbito comunitario ayudan a
fortalecer los procesos formativos?
¿De qué manera las experiencias vividas y la aplicación de estrategias
educativas ayudarán a dar soluciones a las situaciones problémicas del contexto
comunitario?
¿Será indispensable el desarrollo de la Formación Ambiental Universitaria
en los espacios de la aldea Félix Antonio Calderón, como mecanismo de acción en
los procesos formativos de estudiantes y docentes?
¿Cuál será el aporte de la FAU para la construcción del desarrollo
biopsicosocial del profesional universitario que hace vida en las aldeas
universitarias?

Objetivo general

Analizar los procesos dentro de la Formación Ambiental Universitaria como


aporte para la construcción biopsicosocial del profesional universitario, mediante la
experiencia generada dentro de la Aldea Universitaria Félix Antonio Calderón,
Aragua de Maturín, municipio Piar, estado Monagas.

Objetivos específicos

 Diagnosticar el contexto socioacadémico referente a la educación ambiental


en la Aldea Universitaria Félix Antonio Calderón
 Argumentar la Formación Ambiental Universitaria a través de la
sistematización de experiencias vividas desde el contexto socioacadémico.
17

 Caracterizar las acciones concretas que permitan fortalecer los procesos


formativos referente al modelo biopsicosocial de los estudiantes y docentes
universitarios.
 Definir las inherencias que permitan categorizar las estrategias educativas a
través de la sistematización de experiencias universitarias.
18

Referentes metodológicos

Procesos etnográficos

La etnografía es un proceso sistemático de aproximación a una situación


social, considerada de manera global en su propio contexto natural. Por tanto, el
objetivo fundamental y el punto de partida que orienta todo este proceso de
investigación es la comprensión empática del fenómeno objeto de estudio. Este
proceso se interesa por lo que la gente hace, cómo se comporta, como interactúa;
se propone descubrir sus creencias, valores, motivaciones, entre otros elementos.
Cabe destacar que los procesos etnográficos, tratan de interpretar los fenómenos
sociales viendo desde dentro la perspectiva del contexto social de los
participantes, permitiendo al investigador tener un conocimiento íntimo de la vida
social.

Sistematización de experiencias

En el desarrollo de estrategias metodológicas que facilitan el análisis


reflexivo de las actividades que se generan en el contexto teórico-práctico, Jara,
(1994); Francke y Morgan, M. (1995), manifiestan que:
Se entiende por sistematización de experiencias el proceso de
reconstrucción y reflexión analítica sobre una experiencia de acción o
de intervención mediante la cual interpretarla y comprenderla. Con el
proceso de sistematización se obtiene un conocimiento consistente
que permite transmitir la experiencia, confrontarla con otras
experiencias o con el conocimiento teórico existente. Así, se
contribuye a la acumulación de conocimientos generados desde y
para la práctica, y a su difusión o transmisión. (p.56).

De acuerdo con la cita anterior, la sistematización pone énfasis en el


desarrollo de los procesos; de esta manera, se diferencia de la evaluación, la cual
19

enfatiza los resultados, y de la diagnosis, que se centra en la realidad sobre la que


se actúa. Así, a quien sistematiza le interesa rescatar el proceso, evidenciar cómo
se ha actuado, analizar los efectos de la intervención en los sujetos y el carácter
de las relaciones que se han generado, sin por ello no considerar el éxito o
fracaso del proyecto en términos de resultados. Permite construir una visión
común sobre la experiencia vivida entre aquellos que la han protagonizado:
aciertos, errores, topes, posibilidades.

Por lo tanto, la sistematización resulta un mecanismo o una herramienta


con la que diferentes colectivos pueden lograr objetivos cómo: capturar los
significados de su acción y sus efectos; no repetir determinados errores; mejorar
la propia práctica y la forma de hacer política; compartir aprendizajes con grupos
similares; generar nuevas motivaciones; lograr mayor cohesión grupal;
desenmascarar aquellos elementos de la ideología dominante que impregnan sus
prácticas; contribuir al enriquecimiento de la teoría; generar nuevas articulaciones;
revalorizar los movimientos sociales y dotar de sentido su acción; incidir
positivamente en la autoestima de los activistas; transformar componentes
autoritarios o sexistas en el funcionamiento de los movimientos sociales; promover
la politización y concienciación de los activistas, entre otros.

En el orden de ideas anteriores, Jara (1998), manifiesta que:


Además, en el ámbito de los movimientos sociales, la sistematización
puede acontecer un proceso constructor de pensamiento, identidad y
de sentido; rescatar aquello innovador de las formas y métodos de
organización; identificar nuevas maneras de pensar y hacer política;
rearticular tejidos sociales fragmentados; acontecer factor de unidad y
constructor de propuestas alternativas. (p. 43).

Con referencia a la cita anterior, se pone de manifiesto que la


sistematización como estrategia metodológica facilita al individuo al proceso
constructivo del pensamiento, esto en aras de consolidar los tejidos sociales que
ayudan a complementar las propuestas alternativas.
20

En definitiva, con la sistematización los actores pueden dotar de sentido su


acción, adoptar una posición privilegiada para la interpretación de las experiencias
en las que participan, observarlas de forma integral y completa, compartir esta
mirada con otros actores y contar con más elementos para saber cuáles deberían
ser los próximos pasos a dar. (Fig. 1).

P r o c e s o in v e s tig a tiv o e n e l a c c io n a r
c o le c tiv o

M é to d o s y p ro c e s o s
S is te m a tiz a c ió n d e e x p e r ie n c ia s
e tn o g r á fic o s

D iá lo g o d e s a b e r e s p e r m a n e n te p a r a
c o n s o lid a r e l p r o c e s o f o r m a t iv o

Figura 1: integración metodológica en el accionar investigativo, basada en la propuesta


de Sánchez (2017).

Ahora bien, dentro de integración metodológica tomada en consideración


para llevar a cabo dicho proceso investigativo, se abordan las diferentes
situaciones problémicas desde el situado comunitario a través del análisis
participativo y protagónico de los entes involucrados actores-investigadores, a fin
de desarrollar situaciones partiendo de un diagnóstico primario a manera que se
establezcan las relaciones comunitarias y dicha información pueda ser
suministrada de primera mano. Posteriormente a través de la sistematización de
experiencias generadas del proceso etnográfico, permitirá establecer nexos para ir
avanzando de manera progresiva en cuanto a la investigación se refiere, esto
como mecanismo para consolidar dicha investigación; es entonces, la vinculación
de estos procesos etnográficos y la sistematización de experiencias aportará
mayor conocimiento al equipo involucrado fortaleciendo de este modo las
enseñanzas adquiridas en el contexto sociocomunitario.
21

Referentes teóricos

Raíces histórica de la crisis ecológica

La crisis ecológica o deterioro ecológico global debido a los diferentes


problemas locales y globales del medio ambiente, como la superpoblación, la
contaminación y la destrucción de los recursos naturales, que comprometen la
salud de los ecosistemas y del planeta en su conjunto, estaría provocada por la
relación que los seres humanos han establecido con el medio ambiente a lo largo
de su historia.

El estudio amplio de la historia de las relaciones entre la especie humana y


el medio natural entendidas a través de la historia política, económica y social (O
´Connor, 1997), se contempla como una nueva forma de hacer historia basada en
la comprensión de las relaciones que los seres humanos han establecido con la
Naturaleza y entre sí mismos a través de las distintas formas históricas de
producción y de manejo de los recursos naturales (González de Molina, 1993). Por
ello, se considera que nuestra situación actual como seres humanos es un
producto de nuestra relación histórica con los ecosistemas y que la Naturaleza
como objeto de la ciencia estaría socialmente construida e influida por la Historia
(Escobar, 1995). En este sentido, cabe pensar que a lo largo del tiempo los seres
humanos de las distintas sociedades siempre se han preocupado por su entorno y
por la Naturaleza en la que estaban inmersos.
22

Las culturas del Mundo Antiguo consideraron a la Naturaleza como una


diosa madre, como algo animado por espíritus y dioses que mediaban entre la
Naturaleza y los humanos e inspiraban rituales y comportamientos basados en la
moderación para regular el uso y explotación del ambiente (Merchant, 1993). Sin
embargo, “a la ruptura de la visión globalizadora y organicista de la Naturaleza
como ente vivo, sucedió la consideración de la tierra como una máquina y,
lógicamente, la separación artificial del proceso agrícola de sus conexiones con
los ecosistemas” (González de Molina, 1993, p. 38).

A partir del siglo XVIII, con el crecimiento de la población y el aumento de


la cantidad de tierras cultivadas y con el surgimiento de la sociedad de mercado,
los recursos naturales como las tierras y los bosques se convierten en meras
mercancías y se inicia la intensificación de la producción y la acumulación de
beneficios que sirven de soporte a una emergente Revolución Industrial basada en
la explotación del trabajo humano y en el consumo de materiales y fuentes de
energía no renovables y muy contaminantes, y a finales del siglo XIX y durante el
siglo XX, los países industrializados controlan las fuentes de energía, las materias
primas y la mano de obra de los países pobres imponiendo un modelo de
desarrollo y de producción que sería el causante del fenómeno de la pobreza y de
la crisis ecológica (González de Molina, 1993).

La emergencia de la concienciación ecológica

Se reconoce que las consecuencias más claras de la crisis ecológica, en


forma de contaminación, deforestación o agotamiento de recursos y sus efectos
nocivos sobre los seres humanos, empezaron a hacerse sentir en la segunda
mitad del siglo XX, lo que unido a la eclosión de los movimientos sociales, a la
crisis energética y a la creciente atención de los medios de comunicación sobre
los temas ecológicos, son fenómenos que provocan una clara preocupación por el
medio ambiente y una amplia concienciación ecológica en amplios sectores
23

sociales. Heberlein (1972) mantuvo que la ciencia y la tecnología también pueden


ser consideradas como importantes responsables del surgimiento e incremento
general de la preocupación por el medio ambiente. En concreto, los
descubrimientos de la ciencia sobre los efectos nocivos de la degradación del
medio ambiente han aumentado la toma de conciencia sobre las consecuencias
negativas de las decisiones relativas al medio ambiente y, por su parte, la
tecnología ha generado alternativas a la contaminación desencadenando de ese
modo la responsabilidad de los posibles efectos de la opción de contaminar. Esta
responsabilidad se ha denominado como justicia de la responsabilidad (Cable y
Benson, 1993).

En este sentido, las denuncias sobre la situación planetaria realizadas por


los científicos con base en los resultados de la investigación ecológica (Sosa,
1990) son asumidas por los movimientos ecologistas y van provocando un
progresivo cambio de cultura y pensamiento respecto a la Naturaleza y a los
modos de concebir la relación existente entre la economía, la sociedad y la
Naturaleza (Castells, 1998). En general, la solución por la que abogan los
movimientos y partidos verdes pasa por la economía de no crecimiento basada
principalmente en el descenso de los niveles de consumo, en la justicia y equidad
y en modificar las actuales estructuras económicas y políticas. El planteamiento
ecológico de la vida es holístico en el sentido que aboga por la globalidad en la
gestión del tiempo, es decir considerar la relación con la Naturaleza de forma
evolutiva, y por lo local en la defensa del espacio (Castells, 1998). Frente a la
capitalización de la Naturaleza y a la visión económica de la vida natural y social,
los denominados movimientos sociales de justicia ambiental abogarían por que las
comunidades locales se representen mental y culturalmente la Naturaleza de una
forma diferente y experimenten formas productivas y organizativas espacio-
temporales alternativas (Escobar, 1995).

La conducta como factor implicado en el deterioro ecológico


24

En la segunda mitad del siglo XX, la preocupación por el medio ambiente se


ha extendido en todos los ámbitos políticos, sociales y científicos, de tal forma que
ya no se discute la existencia del cambio global del medio ambiente y la
posibilidad de una catástrofe ecológica debida a problemas universales como la
reducción de la capa de ozono, el calentamiento del planeta por el efecto
invernadero, el cambio climático, la destrucción de la biodiversidad y, en general,
la contaminación del aire, la tierra y el agua. Las causas de estos problemas
ambientales están enraizadas en determinados aspectos de la conducta humana
como son el crecimiento de la población, el consumo abusivo y la falta de
conservación de los recursos naturales existentes (Oskamp, 1995). Esta
explotación ecológica ya fue expresada por Ehrlich y Holdren (1971), para quiénes
los impactos producidos en el medio ambiente serían el producto del tamaño de la
población, de la opulencia o consumo individual y de la tecnología de producción y
consumo.

Por lo tanto, como se ha contemplado en los apartados anteriores, el


deterioro ambiental es un problema provocado por el incremento de la población,
por el modelo de organización social y por los hábitos de consumo y los procesos
de producción y transformación (Fransson y Gärling, 1999) y “numerosos
problemas ambientales son, en esencia, problemas conductuales, sociales y
culturales a nivel del hogar individual, de las compañías de negocios, industrias y
departamentos gubernamentales” (Vlek, 2000, p. 154). Por ello, se reconoce que
“el problema de la población no tiene solución técnica; requiere un aumento básico
de la moralidad” (Hardin, 1968, p. 1243), ya que “ni a través de la ecotecnología
por sí sola ni de los mecanismos de la economía de mercado por sí mismos,
pueden ser resueltos los principales problemas medioambientales” (Vlek, 2000, p.
153). Es decir, que la solución podría hallarse en el cambio de la conducta de los
grupos y de las organizaciones y en las decisiones que puedan ir tomando los
diferentes países del planeta por medio de políticas de control del crecimiento de
la población, del uso eficiente de los recursos e incluso de cambios en los estilos
25

de vida, en las prácticas culturales y en los valores basados en la opulencia y en


el consumo material (Oskamp, 2000a, 2000b).

A este respecto, ya en los primeros años de la década de 1970, cuando los


efectos del deterioro del medio ambiente empiezan a ser muy evidentes, Maloney
y Ward (1973) postulan que “la crisis ecológica es una crisis de conducta mala
adaptada”, donde “las ciencias de la conducta adquieren la responsabilidad de
entender, predecir y modificar aquellas conductas de la población más implicadas
en el desarrollo de esta problemática” (Maloney y Ward, 1973, p. 583).

Por lo tanto, las ciencias sociales en general y las ciencias del


comportamiento en particular tienen que aportar su grado de análisis y explicación
de los problemas referidos al ambiente. A este respecto, la Psicología, bajo un
enfoque orientado al problema, puede clarificar cómo los individuos determinan las
decisiones que afectan al medio ambiente en las organizaciones y cómo influyen o
apoyan las políticas y los movimientos sociales defensores del ambiente (Stern,
2000a).

Por su parte, la Psicología Ambiental como “disciplina que estudia las


relaciones recíprocas entre la conducta de las personas y el ambiente sociofísico
tanto natural como construido” (Aragonés y Amérigo, 1998, p. 24), tiene un
carácter de “área aplicada de la psicología cuyo objetivo es estudiar el
comportamiento humano en el marco de problemas o tópicos ambientales
delimitados” (Corral-Verdugo, 2001, p. 38). De esta forma, puesto que el medio
ambiente constituye un motivo de preocupación social (Corraliza, 2001), esta
disciplina se encarga de estudiar las conductas causantes de su deterioro o
conservación dentro del objetivo más general de comprensión de la función del
comportamiento en las relaciones del ser humano y el ambiente (Hernández,
1997).

El constructo de preocupación ambiental


26

El análisis psicológico de los problemas del ambiente basado en las


actitudes ha estado muy condicionado por los repetidos intentos de contemplar la
posible existencia de una actitud general hacia el ambiente o constructo de
“preocupación ambiental” que pudiese explicar la conducta que los seres humanos
despliegan con respecto a su medio ambiente. El concepto de actitud, por tanto,
ha sido considerado como de capital importancia para poder explicar los
determinantes de la conducta ecológica o ambiental y la forma en que ésta podría
ser cambiada en una determinada dirección (Newhouse, 1990).

La noción de actitud, generalmente entendida como disposición evaluativa


ante un objeto psicológico (Ajzen, 2001), ha sido el concepto más distintivo de la
Psicología Social, considerándose una de las principales influencias del
comportamiento social (Rodríguez, 1989). Las innumerables definiciones
existentes del concepto de actitud comparten una serie de aspectos comunes
como son el carácter de conjunto de convicciones o creencias estables y la
predisposición favorable o desfavorable para actuar hacia un objeto o tema
(Herrera y Seoane, 1989). A este respecto, las actitudes nos permiten conocer y
responder ante la realidad (Ros, 2001b) y, en este sentido, nuestra actitud hacia el
medio ambiente estaría formado, al menos, por la información que tengamos
sobre el propio medio ambiente y por el afecto o desafecto que sentimos hacia el
entorno ecológico. En cualquier caso, como menciona Milbrath (1990c), todas las
formas de conocimiento se basan en los sentimientos y de esta forma el
componente afectivo cobra especial relevancia. Si bien, el grado de contribución
del afecto o de la cognición en la explicación de las actitudes depende del objeto
de actitud y de las diferencias individuales (Ajzen, 2001).

Concepto de preocupación ambiental

Hasta el momento presente no existe una definición claramente establecida


sobre este concepto, si bien recientemente la preocupación ambiental empieza a
27

considerarse “como la inclinación a llevar a cabo acciones con intención


proambiental” (Stern, 2000b, p. 411). En cualquier caso, como se ha mencionado
más arriba, el concepto de preocupación ambiental hace referencia a una actitud
de carácter general hacia el medio ambiente o al conjunto de orientaciones más o
menos específicas que los seres humanos mantenemos hacia los diferentes
temas o sucesos ambientales. Sin embargo, no existe acuerdo sobre los aspectos
o dimensiones que puedan subyacer bajo este concepto.

A este respecto, Van Liere y Dunlap (1981) plantean que los temas
sustantivos que caracterizan al concepto de preocupación ambiental son la
contaminación, la conservación de recursos naturales y la regulación del medio
ambiente exceptuando los temas de población, debido a que las actitudes hacia
estos tres temas mantienen correlaciones significativas entre sí. Por su parte,
Samdahl y Robertson (1989) analizan la preocupación ambiental a través de tres
dimensiones: la percepción de los problemas medioambientales, la implicación en
conductas ecológicas y el apoyo a la regulación medioambiental. De esta forma,
incluyen aspectos conductuales dentro de este concepto.

Líneas de investigación en preocupación ambiental

El surgimiento del concepto de la preocupación ambiental estaría


relacionado con una serie de enfoques característicos de la investigación en la
preocupación por la calidad del medio ambiente. A este respecto, Stern, Dietz,
Kalof y Guagnano (1995b) mencionan el enfoque basado en el estudio de los
correlatos sociodemográficos de la preocupación ambiental, el enfoque basado en
la percepción del riesgo ambiental y el enfoque de la preocupación ambiental
basado en los valores humanos.

Respecto al enfoque de investigación basado en las variables o correlatos


sociodemográficos, cabe mencionar que no ha conseguido establecer posibles
enlaces claros entre las variables sociodemográficas y las actitudes hacia el
28

ambiente, ni tampoco teniendo en cuenta las características sociodemográficas de


los individuos ha sido posible explicar la conducta ecológica. Sin embargo, los
trabajos realizados bajo este enfoque han permitido determinar en cierto modo el
perfil de los sujetos más preocupados por el medio ambiente. Desde el enfoque de
la percepción de riesgo, la preocupación o actitudes hacia el medio ambiente
surgirían a través de las creencias personales sobre los posibles riesgos o daños
para el ser humano que se atribuyen a los diferentes estados o condiciones del
medio ambiente.

Por último, desde el enfoque de los valores humanos se ha contemplado la


preocupación por el ambiente como una tendencia encaminada a la satisfacción
de estados humanos de orden superior como serían las necesidades de
realización, conocimiento y estéticas. Este planteamiento estaría basado en la
jerarquía de las necesidades humanas de Maslow (1954). También se considera la
preocupación ambiental como la expresión de valores postmaterialistas que
surgen principalmente en los países desarrollados donde la opulencia y riqueza
son una constante (Inglehart, 1991), pero además la preocupación por el medio
ambiente se revelaría como la expresión de valores humanos tales como los
altruistas, de autotrascendencia e incluso ecológicos (Stern y Dietz, 1994; Karp,
1996; Amérigo y González, 2001).

En este caso, “las preocupaciones ambientales son un grupo de


preocupaciones morales enraizadas en valores universales” (Stern et al., 1995b, p.
1614), pues emergen de sentimientos de obligación moral hacia uno mismo, hacia
los otros seres humanos y hacia la biosfera que son activados por los valores
personales. De esta forma, los motivos o razones que subyacen en la
preocupación por el medio ambiente son valores de carácter egoísta, altruista y
biosférico (Stern, Dietz y Kalof., 1993).

Concepto de conducta ecológica


29

El estudio de la preocupación ambiental está estrechamente unido a la


posibilidad de explicar y predecir la conducta relativa al medio ambiente. Por ello,
la preocupación ambiental, considerada como proceso cognitivo que predispone a
poner en marcha conductas proambientales, será entendida más fácilmente si se
conoce el concepto de conducta ecológica o ambiental, así como las variables
determinantes de o asociadas a dicha conducta.

La denominada conducta ecológica haría alusión a aquellas conductas que


suponen una implicación deliberada y tienen determinadas consecuencias
efectivas sobre la protección del medio ambiente (Hess et al., 1997; Suárez, 1998;
Corral-Verdugo, 2001). El concepto englobaría toda una serie de acciones o
actividades humanas que influyen de forma relevante en el carácter e intensidad
de los problemas ambientales (Cone y Hayes, 1980) y en la calidad del medio
ambiente (Castro, 2001), como podrían ser las acciones de ahorro de recursos, la
reducción, el reciclaje y la reutilización de productos, el consumo responsable y la
evitación de la contaminación y del deterioro de los ecosistemas naturales y de los
ambientes construidos.

Geller, Winnett y Everett (1982) ya clasificaron las conductas responsables


del deterioro ecológico en función de la intervención requerida para su
modificación - tecnológica o conductual-, del ámbito sobre el que se interviene
-residencial, industrial o individual-, y de las áreas concretas de intervención como
serían los residuos, el transporte, consumo u otros.

Sistematización de los resultados

 Estrategias socioformativas en el ámbito universitario: confrontaciones y


visiones.
30

De acuerdo a la apreciación de las personas involucradas en el proceso


investigativo, concuerdan que la aplicación de estrategias educativas, motivadoras
y transformadoras en el contexto comunitario, son indispensable para el desarrollo
formativo tanto de docentes, estudiantes y comunidad en cuestión, ya que, a
través de las mismas los investigadores así como el ámbito investigado generan
nuevas habilidades que permiten mejorar la calidad de vida del colectivo, al mismo
tiempo que, proponen ideas y concretan propósitos a fin de brindar bienestar
social tanto individual como colectivamente.

En este sentido, al momento de visitar cualquier espacio comunitario, se


hace indispensable la aplicación de técnicas e instrumentos que faciliten la
recopilación de información según la magnitud de la investigación que se llevará a
cabo; sin embargo, el diagnostico participativo se hace propicio para detallar con
mayor exactitud aquellas situaciones problémicas que afectan el ámbito
sociocomunitario. Es entonces, a partir del mismo surge el compromiso de
elaborar un plan de trabajo en función de hacer frente a tales realidades para
mejorar la calidad de vida de los individuos en cuestión; por ello, se pone de
manifiesto un compendio de herramientas que facilitan tal proceso, destacando:
talleres, salidas de campo, conversatorios, visitas guiadas, asambleas de
ciudadanos y ciudadanas, procesos etnográficos, entre otros. Las mismas
desempeñarán un papel esencial en la promoción y divulgación de todo el arsenal
que se aplicará, garantizando de esta manera que los habitantes se conviertan en
actores participativos y protagónicos para el diseño e implementación de
habilidades que faciliten la disposición de cada uno de ellos, afianzando así un
mejor estilo de vida dentro de su contexto geográfico.

 Experiencias y aprendizajes: cosmovisiones de los actores académicos


31

Partiendo de las experiencias vividas dentro del contexto comunitario se


puede decir que, gracias a la participación de los habitantes en cuanto a la
aplicación de estrategias motivadoras y formativas para hacer frente a
situaciones problémicas de cada sector, comunidad o ámbito geográfico en
estudio, la comunicación como medio para la interacción entre individuos fue
determinante, ya que a través del contacto directo con los mismos se pudo
llevar a cabo planificaciones destinadas a dar solución a elementos sociales,
económicos, educativos, culturales y ambientales; dando así importancia a
todas aquellas estrategias que desde el contexto educativo se organizan para
su posterior proyección y por ende, transformar la realidad social de una
manera positiva y satisfactoria, garantizando de este modo, mayor suma de
felicidad al pueblo.

Bajo estos parámetros y con una visión focalizada en el accionar continuo


de los actores académicos, desde loas espacios universitarios como epicentro
del quehacer colectivo donde se generan acciones entre docente-estudiantes-
investigadores, se requiere afianzar un modelo de inclusión participativo donde
todos los actores involucrados en dar solución a la problemática ambiental
puedan consolidar estrategias que den como resultados indicios a
investigaciones que, partiendo del hacer cotidiano transcienda las fronteras
que permitan proyectar a la sociedad soluciones inmediatas de acuerdo a la
magnitud del impacto ambiental que se desea resolver.

En este sentido,(Monrós (2002), expresa que: vale la pena constatar que la


ambientalización de la Formación y la Investigación se consideran asociadas a la
ambientalización de la Universidad, pero transcienden a esta y se proyecta a la
sociedad, siendo esto el verdadero objetivo ambiental de la universidad: formar
profesionales con una profunda sensibilidad ambiental y liderar una investigación
que pueda estar o no directamente implicada en objetivos ambientales pero
siempre desarrollada dentro de unas buenas prácticas ambientales. (p.78).
32

Por ello, se toma como ejemplo el trabajo de varios actores involucrados en


este proceso los cuales desde su cosmovisión cada vez generan líneas de
investigación esperando consolidar el esfuerzo que cada uno de ellos han iniciado.
Por consiguiente, cada docente que se adentra a la función de Investigación se
propone impregnar la perspectiva ambiental en las diferentes investigaciones y
tener líneas de investigación consolidadas en temas ambientales prioritarios. A
parte de aumentar de manera sistémica el número de proyectos de investigación
interdisciplinarios que se desarrollen para solucionar problemas ambientales,
también es recomendable vincular las investigaciones con las necesidades
nacionales, regionales o locales.

 Cómo investigar y no morir en el intento: algunas experiencias de los


actores académicos involucrados en el proceso.

Asumiendo el compromiso que se genera desde el contexto educativo, los y las


estudiantes a través de los diferentes programas de formación inician su carrera
como investigadores, dado que a partir de los diferentes tramos y trayecto, se
vinculan al contexto sociocomunitario a fin de sistematizar los diferentes
problemáticas que afectan la calidad de vida de los habitantes. Es por ello, que la
aplicación de estrategias formativas se hace indispensable con el firme propósito
de vincular de manera directa y concreta las acciones planificadas para
contrarrestar los situados problémicos existente en dicho espacio. Por tanto, los
investigadores deben mantener un accionar permanente para consolidar una
interacción conjunta entre actores-investigadores para así poder transformar la
realidad social.

Por consiguiente y desde una concepción sistémica integral, dichas


transformaciones deben partir de la creación de un sistema educativo sustentado
33

en una coherencia ontológica y epistemológica, tanto en su transformación y


conformación, como en su forma de interpretación de manera integrada, la cual
parta desde el nivel inicial hasta el universitario, creando espacios para la
formación permanente.

En este sentido se concibe como planteamiento básico que, a través de sus


funciones docentes e investigativas, la universidad tome en cuenta la formación
del hombre de este milenio, con una conciencia que genere su aprendizaje,
atendiendo a sus conocimientos previos en relación al entorno. Al mismo tiempo,
utilizar como estrategia la interacción y, de esta manera, incorporar a su estructura
cognitiva y afectiva, la comprensión por consenso del conocimiento socio natural y
en consecuencia, según Agudelo y Flores (2006), “darle significado y comprender
mejor la realidad” (p. 13).

Por esta razón, dentro del ámbito universitario, las funciones de docencia e
investigación deben ser vistas con una orientación hacia la formación de
pensadores independientes, sustentados en un compromiso hacia su ambiente
por ser ésta la base para el desarrollo de la vida; por lo tanto, es primordial
mejorar las relaciones del individuo con el ambiente que le rodea, debiendo
tomarse todo tipo de precauciones, ya sean ecológicas, sociales o económicas,
como aspectos que se refieren al comportamiento del ser con su ambiente.

Igualmente, a la universidad se le concede dentro de su misión social,


innumerables posibilidades de consolidar en forma permanente y sistemática, su
presencia activa en los sectores de la estructura social en la cual se desenvuelven
profesores y estudiantes en cuanto a la organización y ejecución de programas
concretos, en función de la realidad específica de su entorno social, donde debe
atenderse la conservación de la diversidad biológica y cultural, conjuntamente con
la obligación que tienen las diferentes instituciones educativas y empresariales de
34

participar en la preservación del ambiente, de esta manera dar fiel cumplimiento a


los mandatos constitucionales y por ende, fortaleciendo y consolidando lo
estipulado en el V objetivo del Plan de la Patria.

 Experiencias en las sinergias del contexto ambiental-ambientalista1:


apuntes para la construcción de la Formación Ambiental Universitaria
(FAU).

La promoción y divulgación de la educación ambiental desde diferentes


ámbitos sociales se hace indispensable, esto como mecanismo de afianzar
estrategias que permitan el accionar permanente del individuo en garantizar el uso
y aprovechamiento adecuado de los recursos naturales, respondiendo a las
necesidades de las generaciones actuales sin comprometer a las futuras
generaciones. Por ello, desde los espacios universitarios es indispensable
impulsar y desarrollar estrategias que vayan en función a la formación activa y
permanente del ámbito ambiental, en todos los programas de formación a fin de
concretar logros estipulados por docentes y estudiantes, así como lo establecido
en las diferentes leyes que enfatizan el aspecto ambiental.

Es allí donde recae la propuesta de la Formación Ambiental Universitaria


(FAU), la misma estará enfocada a la realización de actividades permanentes por
parte de estudiantes que se estén comprometidos con la conservación ambiental y
los recursos naturales; de tal manera que, se conformen brigadas o grupos
protectores del ambiente en cada colectivo, instituciones educativas, instituciones
gubernamentales, comunidades, entre otros, garantizando de este modo contribuir
1
: Es importante recalcar las diferencias entre el contexto ambiental y ambientalista; es entonces que el
contexto ambiental está basado en los elementos científicos que caracterizan al ambiente en su totalidad; sin
embargo el ambientalista se basa esencialmente en el contexto sociopolítico donde existe interacción aquellas
ONG, Brigadas Ambientalistas, movimientos ambientalistas, entre otros, estos conciben al ambiente como un
elemento integrador donde convergen las acciones del individuo en aras de conservar los recursos naturales y
darles un uso adecuado a los mismos, garantizando de este modo un ambiente sano y ecológicamente
equilibrado a las generaciones actuales sin comprometer a las futuras generaciones (N.A.).
35

a la salvación de la vida en el planeta y la especie humana tal como lo estipula el


quinto objetivo del Plan de la patria.

En este orden de ideas se puede decir que, son muchas las maneras que
existen para la aplicación de estrategias motivadoras que permitan afianzar los
procesos formativos de cada individuo, desde los espacios universitarios los y las
estudiantes una vez que se inician en los diferentes programas de formación
tienen la oportunidad de estar en contacto directo con la realidad del contexto
sociocomunitario, permitiendo este recopilar las diferentes problemáticas
existentes y poner en marcha su proceso investigativo a fin de concretar un
accionar permanente entre actores-investigadores en aras de dar solución a los
mismos. Es entonces, cuando se abre la oportunidad de sensibilizar a la población
estudiantil conformando un equipo de investigadores y promotores de la
conservación ambiental, de este modo, se establecerán convenidos, acciones,
planes estratégicos y una gama de acciones que garantizaran de manera
permanente el proceso investigativo entre el equipo involucrado.

En este sentido se puede decir que, la FAU como propuesta socioformativa se


encuentra enmarcada dentro del ámbito de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, en su articulado 127 al 129, donde se expresa el
derecho y el deber de cada generación conservar y preservar el equilibrio
dinámico de los ecosistemas, esto con el propósito de hacer uso adecuado de los
recursos naturales, garantizando de este modo la supervivencia de las
generaciones actuales sin comprometer las generaciones futuras.

Por otra parte hay que recalcar que, desde el contexto universitario tradicional
no existía un programa que se dedicara al proceso investigativo relacionado al
estudio del ambiente; es entonces, a raíz de la creación de la Universidad
Bolivariana de Venezuela (UBV) nace el Programa de Formación de Grado en
Gestión Ambiental enfocado en brindar la oportunidad a las y los estudiantes en
formarse con una nueva visión de ver la realidad ambiental desde el contexto
36

sociopolítico, cultural y ambiental; de esta manera se inicia una realimentación


entre investigadores y actores sociales que participan de manera activa y
protagónica con la finalidad de transformar la existencia social desde los diferentes
ámbitos geográficos.

De acuerdo con Vega et al. (2009), el modelo para la formación ambiental debe
basarse en principios de sostenibilidad y para ello, es necesario comprender las
conexiones entre los problemas económicos, políticos y los conflictos
socioambientales. Para Leff (1998): “la formación ambiental va en contracorriente
de la formación tradicional y de la racionalidad productiva dominante. La nueva
ética ambiental promueve el cambio de actitudes y la transformación de
conocimientos y prácticas”. (p. 74).

En menor proporción, otras investigaciones le apuestan al desarrollo de una


ética ambiental que tiene un sentido social mucho más amplio que el de la
conciencia. Con la propuesta de la FAU se le atribuye al contexto y a la comunidad
un significado más rico e imprescindible para cualquier acción formativa ambiental.
Por tanto, se sugiere el rescate de saberes ancestrales y se apuesta por el diálogo
entre culturas, pues la ética incluye una racionalidad compartida entre los
colectivos, sus conocimientos, sus perspectivas y sus potencialidades, dando
prioridad al respeto por la vida.

Asumir esta última postura en la FAU, implica por un lado, dinamizar las
rígidas estructuras académicas de nuestras universidades y por otro, hacer una
crítica-participativa a los modelos ideológicos hegemónicos y dominantes. Cuando
se habla de lo ambiental como forma de vida, se asume de manera explícita y
conscientemente unas formas culturales que identifican y permiten mantener,
reproducir o transformar los sistemas en los que el individuo se desarrolla. Es así
como se puede tener una visión ambiental del mundo desde la cual lo importante y
37

fundamental sea la utilización de la naturaleza para bien del ser humano u otra
desde la cual, los seres humanos se consideren suficientemente parte de ella
como para intentar comprenderla ni explicarla, no para dominarla y explotarla sino
para volver a vivir en armonía dentro de sus redes.

Lo ambiental como forma de vida implica una cultura que responda a los
condicionamientos de lo local y por tanto no asume de manera acrítica lo que se
impone desde otros contextos. Así, para las poblaciones de América Latina y el
Caribe se reclama revisar críticamente lo impuesto por los países del Norte que
tradicionalmente han dado “las orientaciones” desde las cuales debemos
comprendernos en América Latina y el Caribe.

Con más razón, siendo la universidad centros de producción del


conocimiento es la institución llamada a ejercer el liderazgo en esa construcción.
Infortunadamente, la mayoría de las instituciones universitarias desde su
concepción y nacimiento han seguido estas “orientaciones” impuestas desde fuera
que no permiten desarrollar culturas de formación ambiental endógena y
posibilidades de autodeterminación. Así las cosas, la educación universitaria y la
formación ambiental que en ellas se hace, se mantiene en un alto porcentaje
dominada por paradigmas tradicionales de subordinación que no permiten la
crítica, la reflexión y por ende, la transformación. Es entonces donde nace un
nuevo esquema de inclusión universitaria, la UBV como nueva casa de estudio
llega para romper paradigmas y transformar esa realidad que ha imperado en los
últimos 40 años de lucha educativa que han tenido grandes grupos de estudiantes;
por tanto, se debe aprovechar la oportunidad que brinda la patria nueva, la
oportunidad de ser investigadores desde el accionar comunitario y colectivo.

Retrospectiva de los aprendizajes y experiencias: un alto reflexivo en el


camino para continuar.
38

Muchos son los aprendizajes que se obtienen en el camino del campo


investigativo, estos conducen cada día a la adquisición de nuevas experiencias
centradas en afianzar los procesos cognoscitivos de los actores- investigadores
involucrados en tal proceso; por ello se hace indispensable consolidar toda la
información recopilada en aquellos grupos que están presto a colaborar con tal fin
en aras de presentar estrategias que vayan en función de mejorar la calidad de
vida de cada individuo. Es así como de todo trabajo investigativo se convierte en
una acción investigativa capaz de trascender fronteras dentro del contexto
universitario, donde confluye la teoría con la praxis pedagógica. Por tanto, la UBV
como institución nacida en proceso de revolución se encuentra enmarcada en
ofrecer nuevas oportunidades de estudios a través de sus innovadores Programas
de Formación los cuales contribuyen a la formación integral del estudiantado, así
como, despierta el interés por ejecutar investigaciones en diferentes ámbitos
geográficos (sociocomunitarios) alcanzando estándares de participación social
activa y protagónica por parte de los grupos etáreos.

En tal sentido, es propicio agradecer al personal involucrado en este nuevo


camino que se recorre, que no es más que un acercamiento a aquellos rincones
más vulnerables que sirven como escenario para llevar a cabo una acción
colectiva entre docentes, estudiantes y colectivo comunitario, en donde exista
constante interacción en cuanto al situado problémico existente; de allí que, la
sistematización de experiencias es concebida como la consolidación de trabajo en
conjunto para establecer una real emancipación comunitaria, es decir, la
independencia y liberación del grupo involucrado en cuestión.
39

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44

ANEXOS
45

SE EVIDENCIAN ELEMENTOS INTERROGANTES DENTRO DE CONTEXTO DEL GUIÓN DE ENTREVISTA


QUE AÚN DEBEN DE CORREGIRSE. SE TRABAJARÁ MEDIANTE UN EJERCICIO DE MANERA QUE SE
RESALTE DEBIDAMENTE EN EL TRABAJO. LO DESARROLLAREMOS EN SESIÓN DE TRABAJO.

Guión de Entrevista

Nombre y Apellido: ________________________ Profesión: ______

Lugar de trabajo: _________________________________


Años de experiencia: _______________

Tiempo que llevas cursando estudios en la Universidad Bolivariana de Venezuela

¿Te gusta la receptividad que te han brindado en la universidad?


¿Por qué decidiste estudiar Gestión Ambiental?
¿Qué información recibiste?
¿Qué te motivó a estudiar este PFG?
¿Qué criterios tienes acerca de la difusión que ha tenido este programa?
¿Qué opinión tienes acerca del horario?
¿Consideras suficiente el tiempo asignado para cada una de la unidades
curriculares?
De las unidades curriculares cursadas ¿Cuáles son las preferidas y las que menos
te agradan y por qué?
46

¿Qué opinión tienes de las condiciones de las instalaciones donde funciona la


aldea?
¿Cómo influye en el desempeño del trabajo docente?
¿Qué criterios tienes con relación a los docentes (preparación, metodología
utilizada, evaluación y relaciones)?
¿Te sientes satisfecho (a) con los resultados de tus estudios?
¿Qué esperas como resultado de la aplicación de estrategias educativas que
conlleven al desarrollo de la Formación Ambiental Universitaria?
¿Cuáles son las cosas que más te gustan y cuáles las que menos te gustan de la
aplicación de estas estrategias?
¿Recomendarías a otros compañeros al ingreso de este programa de formación?
Otros aspectos de importancia que consideras para mejorar la educación
ambiental desde el contexto universitario.

1. Cuando se hace mención de las universidades tradicionales, se hace referencia a todas aquellas que ya existían en el país desde hace muchos años; algunas de
ellas hablaban del tema ambiental de manera relativa; sin embargo, es a partir del año 2003 cuando nace la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), que
contempla en su pensum de estudio el PFG Gestión Ambiental como herramienta indispensable en el logro de afianzar los procesos enseñanzas y aprendizajes en
el individuo.

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