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G. 10.000
1000 TÍTULOS
“Cada libro, cada volumen que ves
aquí, tiene un alma. El alma de la
persona que lo escribió y de aquellos
que lo leyeron, vivieron y soñaron
con él. Cada vez que un libro cambia
de manos, cada vez que alguien baja
sus ojos a las páginas, su espíritu
crece y se fortalece”.
(La Sombra del Viento, Carlos Ruiz Zafón)
Pablo Neruda (Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto). Nació en Parral, Chile, el 12 de junio de 1904).
Considerado uno de los máximos poetas del Siglo XX. Premio Nobel de Literatura en 1971. Doctor Honoris
Causa por la Universidad de Oxford. Fue senador y miembro del Comité Central del Partido Comunista Chileno y
precandidato a la presidencia de su país. También ejerció el cargo de embajador de su país en Francia.
Marzo - Abril 2019 /- 3
SUMARIO
Los versos del Capitán 2 Récord alcanzado por Vidalia Sánchez
Los mil títulos de Servilibro 3
Viejos poetas, iluminados
mortales 4 LOS MIL TÍTULOS DE SERVILIBRO
Retrato de lo cotidiano
en poesías de estructura
vivencial 6
La persona crítico-creativa 7
Resurrección 9
La soledad del sujeto Publicar 1000
contemporáneo 11 títulos es una ver-
Cuando la poesía se baña dadera proeza que
en playas uruguayas 13 probablemente se
La llave en la puerta 14
convierta en un
récord inalcanza-
Poemas de
ble en Paraguay.
Graciela Delgado 17
La marginalidad actual Sin embargo, Vidalia Sánchez, una mujer resuelta y con
no se resuelve sólo con disciplina de acero demostró que eso es posible. En más de
crecimiento y empleo 18 dos décadas ella logró romper todas las limitaciones e im-
poner un estilo propio a la impresión y desarrollo del nego-
cio de libros en Paraguay.
VIEJOS POETAS,
ILUMINADOS MORTALES
Escribe: Victorio V. Suárez
Últimamente, los buenos li- Indudablemente, se trata de una elemento prácticamente humilla-
bros no vienen con el condimento tarea difícil, pero gratificante, do y marchitado en nuestros días.
abrumador de pendones vanos y llevando en cuenta que mediante ¿Pero qué sería de un mundo sin
etiquetas vanidosas que suelen una actitud genuina, la verdadera poesía?
cumplir un rol presuntuoso en poesía logra con certeza su per- Paradójicamente, si bien ha-
los escaparates. Contrariamente, durabilidad esencial en el tiempo, llamos abrumadores datos rom-
grandes obras de comprobada tal como quería Machado. piendo las fronteras (vía Internet)
calidad utilizan de refugio ana- Sin poesía no hay amor, tam- y traspasando toda la imaginación
queles más modestos, donde se poco querencia humanista. Es po- humana, hay países y sectores so-
hallan resguardados y sostenidos sible que nadie se apiade de no- ciales que no gozan de la avalan-
por las manos indulgentes de edi- sotros, pero no importa, tenemos cha sorprendente de la “Sociedad
toriales de tradición más ética, la palabra, ese verbo de los santos de la información”. ¿Cómo domi-
menos mediatizada, pero con una que no requiere precisamente de nar la explosión de contenidos?
sinceridad digna de los indulgen- la gramática para mover las al- Se pregunta Christiane Zschirnt.
tes monjes cartujos. mas porque su propia esencia es Luego expone con cierto estupor:
Lejos de las desdichas, los el milagro musical, numen de una “Antes, al terminar el cole-
buenos libros vienen en envolto- categoría más alta. Es lo que nos gio, uno salía provisto (en el caso
rios breves, con inspirado sumo decía aquel viejo de luenga barba, ideal) de todo el bagaje cultural
de calidad, igual al más noble don Ramón María Valle Inclán. que iba a necesitar durante el res-
perfume que sirve para deleitar ¿Dónde está la poesía? La so- to de su vida. Los colegios de hoy
del olfato y a la fantasía. ciedad mediática socava la expre- deben proporcionar un nivel de
En un arranque de venganza sión estética con estereotipos de conocimiento en el que uno pue-
contra las banalidades de los fa- bajo nivel sustancial. La sociedad da orientarse cuando éste cambie.
mosos Best Sellers, bañados por actual vive momentos de con- El panorama del saber ha cambia-
el fermento publicitario de las frontaciones, violencia, discrimi- do. Cuando mi abuelo empezó a
grandes compañías editoriales, nación, indiferencia, corrupción ir al colegio, en 1909, le mostra-
los buenos libros siguen seguros y, por sobre todo, está castigada ron una montaña. En realidad, no
de sí porque saben que la historia por un miserable aluvión de in- se trataba de una verdadera mon-
les depara la vigencia, la perdu- quisiciones manipuladas por las taña, sino de un montón de gi-
rabilidad y el sosiego placentero grandes cadenas informativas gantes, unos encima de otros. Mi
que inyectarán a los lectores. que responden aviesamente a in- abuelo no sabía entonces quiénes
En nuestros días, la mejor tereses corporativos miserables. eran, pero más tarde los conoció,
poesía se está publicando casi en Éstas por su categoría displicen- Homero, Dante, Shakespeare, y
el silencio y la clandestinidad. Se te reducen a la mínima expresión Goethe estaban allí, pero tam-
halla alejada, por motivos de su- la tarea creativa, la presencia del bién muchos otros. “Ahora has
pervivencia inteligente, más allá intelecto. Y, aunque el intelecto de subir”, le dijo su profesor, “y
de las garrapatas territoriales de no cante, como diría el poeta que cuando alcances la cima serás un
la mediocridad y el alarde em- hizo camino al andar, hay intelec- enano sentado sobre el hombro de
baucador de los prestidigitadores. tuales que también portan la lira, gigantes”. Si bien la escalada pa-
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LA PERSONA CRÍTICO-CREATIVA
Por Gloria Marecos Rodas
Hay una soledad que es es- otro, lo que se observa es que cada hombre, y esto se sabe pero no se
pecífica de nuestro tiempo. No vez más se ofrecen objetos para comenta...
es una soledad relativa al estado el goce del tipo autista y sin mu-
civil de los vínculos de pareja, cha necesidad del otro, del amor. Esto porque una mujer no re-
porque el enlace sostenido por lo La soledad contemporánea es por suelve tan fácilmente la pregunta
simbólico (pactos) del casamiento lo tanto correlativa y efecto de un sobre su ser femenino por medio de
continúa existiendo. Tampoco la modo de gozar que la cultura (cada una identificación, como un hom-
soledad se presenta como virtud o vez más global) ofrece en nuestro bre podría hacerlo con su trabajo
una elección ética. Pero hay algo tiempo, dándole un lugar de privi- o prestigio social, por ejemplo. Es
de la soledad que hoy se impone legio al goce desvinculado. Esto porque puede sentirse sobrepasada
como una cierta exigencia de sa- provoca consecuencias importan- o sobrepasar los referenciales de
tisfacción (de vivir) sin pareja, en tes tanto para el hombre como para la cultura en su búsqueda de satis-
vínculo amoroso. la mujer. Sobre todo, porque la di- facciones y de su propio ser, que el
mensión del amor del otro, el de la amor puede tener para ella un valor
Aunque la cultura globalizada pareja, es fundamental para lo fe- inestimable, inconmensurable. Es
cada vez más ofrezca de todo para menino del ser. Quien se aproxima allí, por su intermedio, donde ella
no sentirse solo, es decir, para no más al amor, ya lo decía Tiresias, busca una identificación, algo que
vivir lo que pueda ser una sole- es siempre una mujer. También la identifique no sólo como sujeto
dad, en el sentido de una falta del puede gozar mucho más que un sino sobre todo como mujer. Es así
que ella espera por medio del amor
de un hombre un lugar de valor que
pueda definirla “en relación a...” ,
vale decir, “mujer de...”.
vive. En fin, con todo eso que nos me a la repetición de las investidu-
suple y que son marcas de nuestra ras libidinales infantiles (aunque
condición de exilados irremedia- pasen por ellas), lo que se constata
bles del pleno encuentro en la re- en la actualidad es un empuje ha-
lación hombre-mujer. cia lo insulso, vulgar, prosaico del
objeto del amor. Algo que ocurre
Es en este sentido que se puede al transformarlo en objeto del goce
afirmar que el amor es una suplen- consumista.
cia esencial que una pareja puede
inventar para abordar esa soledad Como el objeto de puro gozo no
inevitable del ser en su propia fal- pasa de una experiencia de lo con-
ta. Es lo que da un sentido de valor tingente y fugaz, por más intensa
al amor. que ella sea, el residuo puede ser la
presencia de un resto de soledad,
En nuestros días actuales todo ahora sin esperanzas, de un nuevo
indica que esa dimensión de su- amor. Soledad sin esperanzas, sin
plencia del amor podría volverse fantasías, sin ficciones o sin metá-
innecesaria o perfectamente su- foras del amor. Soledad del suje-
plantable por otros modos o me- to que pierde la capacidad de en-
dios: los modos de gozar de la amor-arse, a no ser de sí mismo y
cultura del consumo de objetos. de su autoerotismo. Esta parece ser
Hay, sin duda, goce y satisfacción la soledad de nuestros días.
con estos objetos del mercado
y corresponde a lo que se viene Aun así, se inventarán nuevas
ofertando como suplencia y subs- maneras de amor, un nuevo amor
titutos a la función del amor en y un no estar tan sólo, esto, se-
nuestros días. Pero, debemos dejar guramente, que no vendrá de las
las cosas claras, no son objetos de grandes empresas ni de los gran-
amor a partir de su falta. Así, ellos amor, son objetos de goce y cada des consumidores, ni de la ciencia,
expresan mucho menos sus senti- vez más descartables. No se vuel- vendrá de un hombre y una mujer
mientos amorosos y sus demandas ven necesarios ni exigen mucho en sus desencuentros con el merca-
de amor a sus parejas. cuidado o preservación. Es decir, do y sus suplencias.
no necesitan ser objetos amables.
II Esto nos indica algo de lo que vie-
ne ocurriendo con la dimensión de
Siempre, inevitablemente, ocu- la experiencia amorosa en nues-
rren desencuentros en la pareja, tros días, en el sentido de que se
por mas que el hombre responda oferta y se sugiere la posibilidad
con amor a ella. Por ejemplo, este de que el amor seria perfectamente
mismo hombre, la coloca nueva- dispensable en lo que se refiere a
mente en sentimiento de soledad las cuestiones del ser y de su falta.
en la medida en que hay un sentir- Algo que se juega en las parejas.
se sola y sobrepasada en lo que se
refiere a lo que una mujer quiere y Sí podemos afirmar que el amor
con lo que goza. Aun así, hay en- es una invención o ficción que res-
cuentros posibles, no con ese otro ponde a la falta en ser, a la preca- GENARO RIERA HÜNTER.
ser sexuado que siempre nos falta riedad de nuestro existir, que el Psicoanalista. Pertenece a Ága-
verdadero amor en su fundamento pe Psicoanalítico Paraguayo
para una cabal respuesta, pero sí Federación Psicoanalítica Para-
con los síntomas, sentimientos, es acto poético y de creación, in- guaya
afectos, hijos, que con el otro se vención subjetiva, que no se resu-
Marzo - Abril 2019 /- 11
PALABRAS DE VERANO
La llave en la puerta
Cuento de lisandro cardozo
traños y a veces temblaba un poco. Yo sentía una leve Crucé los Pirineos y fui transitando la península
excitación, y el temor me asaltaba más y más. itálica hacia Roma. Ahí escuché a Séneca aconsejan-
Por el mañana, ya repuesto del cansancio con un do al que más tarde quemaría la ciudad al son de su
buen desayuno, nos sentamos en la sala. Observé lira. Luego navegué al noreste, al Asia menor, y en el
que no había cambiado tanto, como fue mi prime- Ponto conocí a Mitridates VI bebiendo sus venenos
ra impresión. Debo advertir que tenemos el mismo para morir finalmente en mano de su esclavo, ante el
nombre, los mismos gestos y calzamos los mismos acoso de los romanos.
zapatos. Tal vez la pequeña diferencia consiste en Después de vagar por Grecia y Palestina, fui
que él siempre fue inquieto, inconforme con nuestras a Francia. Eran años iniciales del siglo doce. Con
cotidianas costumbres. Quizás esto provenga de mi Marcel y Jacques de Clermont conversamos acerca
madre, que para liberarse de la atadura de mi padre, de las leyes del equilibrio estático, aplicadas en las
prefirió la muerte. Un largo viaje. inmensas catedrales de París, Reims y Amiens. Con
Se mantuvo todo el tiempo tranquilo, casi son- Fulcanelli estudié los símbolos y enigmas ocultos, y
riente; miraba por todos lados, como descubriendo fuimos en busca de la piedra filosofal en varios ex-
de nuevo lo que ahí había. Fijó sus ojos un momen- perimentos.
to en el retrato de nuestro abuelo, luego en el rostro En Florencia conocí a Leonardo Da Vinci y a Mi-
impasible de nuestra madre, que acariciaba un gato guel Ángel, que por ese tiempo esculpía La Aurora.
siamés. No dejó de palpar con sus dedos ni un mo- Con Da Vinci trabajamos en las teorías sobre las le-
mento los pliegues grises de un elefante de porcelana, yes de la hidráulica, la velocidad del viento y en la
que era réplica vulgar de alguna misteriosa dinastía exactitud de los cálculos para la construcción de los
oriental. engranajes. En uno de esos largos y fructíferos días
Por fin reuní fuerzas y le pregunté qué había he- que tuve con el maestro, le hablé del avión, del sub-
cho con su vida transparente en todo ese tiempo. Pa- marino y del helicóptero. Tomó muchas notas ante un
reció no escuchar la pregunta, pero fue poniéndose espejo e hizo varios bocetos sobre tales descripcio-
serio gradualmente. nes. Aún tengo las costillas doloridas de intentar el
vuelo con alas articuladas de madera y lienzo.
En Ravena vi a Dante, que iba camino al infierno,
(Después de tanto tiempo es natural que haya ol-
componiendo en el crepúsculo la grandiosidad de su
vidado algo de todo lo que dijo aquella mañana. Esto
obra, y no quise interrumpirlo. Ya en España, me aso-
es parcialmente lo que pude sacar de mi memoria
cié a algunos navegantes marranos que huían de la
frente a mi vieja Remington.)
Santa Inquisición y vine a la gran aventura de ir hacia
Hice un largo viaje, dijo, que ni puedes imaginar. las Indias y llegar a América.
Recorrí todos los tiempos, todos los continentes, vi-
Ya en el continente, vine al sur, hasta encontrar
viendo intensamente cada minuto. Crucé el Atlántico
el estuario del que sería Río de la Plata, y lo remonté
mucho antes que las expediciones. Viajé en un an-
penosamente hacia el Paraguay, con muy poco vien-
tiguo y extraño barco, y tras casi un mes de porfía,
to a favor. Después de muchos
llegué a una agreste bahía de pie-
avatares, en Asunción inició su
dra y arena salada. Desde ahí fui
gobierno el dictador Francia;
adentrándome a pie por un sen-
dero de guijarros hasta un acanti- “...Debo advertir que hombre parco y de muy poco
tenemos el mismo nom- hablar. En una de las audiencias
lado. El murmullo de mar me lle-
que me concedió, discutimos so-
gaba claro desde las rompientes bre, los mismos gestos bre el encierro del país, y decía
a intervalos regulares y precisos.
Allí conocí a Ulises; él estaba
y calzamos los mismos que no estaba de acuerdo con
que Paraguay fuera provincia de
atado al mástil de su barco. Vol- zapatos. Tal vez la pe- Buenos Aires, y la sola mención
vía de Troya con sus guerreros queña diferencia con- de la idea lo encolerizaba.
todavía sangrantes. Mi voz se
transmitió nítidamente sobre las siste en que él siempre Durante toda una fresca tarde
nos sentamos en la amplia gale-
olas y le dije que Penélope aún fue inquieto, inconfor- ría de la Casa de Gobierno. Él
lo esperaba, a pesar del tiempo y
los príncipes que la acosaban en
me con nuestras coti- vestía su acostumbrado blusón
dianas costumbres.” blanco y ajustada polaina, que
Itaca. También le advertí sobre lo
golpeaba constantemente con
tortuoso que sería el regreso.
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una fusta de cuero trenzado. Charlamos sobre la Teo- fuertes. Es el corazón, estoy seguro, aunque se resista
ría Heliocéntrica de Copérnico, y me mostró el libro a decírmelo el doctor. Es cuestión de herencia, creo.
del sabio, “De Revolutionibus Orbium Coelistium”, Ya eran casi las seis. ¡Al fin!, dije, casi gritando,
que gustaba leer directamente del latín. De Galileo y suspiré hondo al sentir que mi pulso se aceleraba.
Galilei hablamos cuando me enseñó su telescopio re- Miré el picaporte que giraba casi imperceptiblemen-
flector, un verdadero tesoro, que guardaba cuidadosa- te. Me acerqué a la puerta, procurando alejar de mí
mente en una caja de madera preciosa y revestida de la impresión y la emoción del momento. El picaporte
paño carmesí, pues era aficionado a la astronomía y llegó suavemente a la curva máxima sobre su eje, y
pasaba largas horas insomne en la noche, observan- sabía que estaba ahí. La hoja de madera comenzaba a
do el cielo. Me explicó el isocronismo del péndulo y moverse e incluso podía escuchar su respiración en-
probamos la ley de la gravedad. Tradujo con palabras trecortada.
seguras In Nunzio Sidereo, de Galileo. También ho-
Miré el picaporte y la llave estaba puesta hacia
jeamos la pesada Biblia, que dijo que estaba encua-
adentro. La puerta rebatida se acercaba a mí inexo-
dernada con piel humana y que la había hecho traer
rablemente, y ya percibía su característico aroma en
de Inglaterra, por intermedio de Rengger. La Rueda
el resquicio.
de Ezequiel era un enigma insondable para el Dicta-
dor, que nunca pudo concebir a Dios, como el profeta De improviso, como empujado por algo, salté
lo explicaba a través de la visión que tuvo de El. sobre la madera, la empujé con el cuerpo y la hoja
chirrió bajo mi peso en un profundo quejido. Instinti-
El Apocalipsis de Juan era otro pasaje que lo in-
vamente busqué la llave y la giré dos vueltas.
trigaba y decía obsesivamente que estábamos rodea-
dos por los Ángeles de la destrucción, que estaban en Cuando la taquicardia fue cediendo y tuve con-
cada punto cardinal. Temía por el daño que pudieran ciencia de mis actos, cuando la angustia fue reempla-
hacerle a su pueblo, y por ello el enclaustramiento zada por una infinita tranquilidad, me fui a la ventana
del país. y lo vi caminar hasta desaparecer en la esquina.
Fui pasando posteriormente de guerra en guerra y En el cielo había evidencia de lluvia, y me sentí en
de revolución en revolución. Tantas muertes, mise- paz conmigo mismo desde entonces.
rias, luego las calles asfaltadas, venenos, torres altas
de cemento y piedra, sucios charcos y el aroma anti-
guo de la ciudad...”, dijo y se levantó bruscamente y
fue resueltamente hacia la puerta.
–Bien, más tarde te contaré otras historias con
mayor tiempo. Ahora debo retomar mis estudios.
¿Estás de acuerdo?, dijo tranquilamente, mientras yo
asentía. Me quedé un rato más sentado, pero nunca
más me habló de esos viajes.
Pero estoy de nuevo aquí en la insoportable es-
pera, de noches insomnes, días de lluvia, humedad
pastosa y soles calcinantes. Mientras tanto, mi expec-
tativa crecía con las horas. LISANDRO CARDOZO ALMADA. Nació en Asunción el
Ya era media tarde y miraba insistentemente la 26 de junio de 1954.
puerta. Pensé que llegaría pasada la medianoche, De profesión arquitecto, estudió en la Universidad Na-
cional de Asunción (1980 – 1985).
como la vez anterior. Fui a la ventana una vez más, Ejerce el periodismo desde muy joven, habiendo traba-
miré el cielo que estaba claro, aunque algunas nu- jado en los diarios La Tribuna, Última Hora, La Tarde, y
bes parecían amenazar desde el poniente, y había una en la Sección Arte y Espectáculos del Diario ABC Color
leve brisa entre los árboles de la plaza. de Asunción. Desde 1990 a 1992, dirigió el Suplemento
Cultural del Diario ABC Color. Ejerció la docencia en Ins-
La tensión iba creciendo en mi interior, estaba con titutos de Artes y en Universidades.
la boca seca y al borde del colapso. Fui de nuevo al Como escritor, publicó el libro “Poemas de fin de siglo”
baño y revolví el botiquín en busca de mis píldoras. (1992), Noche de pesca y otros cuentos (2004), Diccio-
Tomé una con abundante agua desde la canilla, pues nario de las Artes Visuales del Paraguay (2007).
Formó parte del Taller de Poesía Ortiz Guerrero, con el
mi salud ha desmejorado bastante en los últimos tiem- que publicó tres libros colectivos. Fue presidente de la
pos, y el médico me ha mandado tomar vitaminas y Sociedad de Escritores del Paraguay en dos periodos.
calmantes, prohibiéndome alcohol y condimentos
Marzo - Abril 2019 /- 15
Graciela Delgado
POEMAS DE
IDENTIDAD VERNOS
Si quieres saber quién es Solían mirar para abajo
si es que quieres conocerlo cuando decidían verme
no se te ocurra pedirle y yo también hacía lo mismo
partida de nacimiento. para verlos a ellos.
Pudo haber nacido aquí:
a pasos de tu lindero TE LO PROHÍBO
o tal vez viene de lejos Te prohíbo que me ames
y sería lo de menos. sin amarme
¡Ah! y tampoco te demores y te prohíbo también
en el color de su piel que me pienses
si es más blanco,o es más negro sin estar pensando en mí.
que eso es asunto del sol.
Si es que quieres conocerlo Te prohíbo los escudos
desentraña el fuego rojo y las verdades subversivas
que en sus pupilas crepita que socavan mi conciencia,
y su furia contenida las rosas y los poemas.
cuando una injusticia pasa
por delante de sus ojos Te prohíbo el calendario
desentraña la piedad donde señalas los días
que le ablanda la mirada de pasión desenfrenada
cuando ve a un perro con sarna incluyendo la hora exacta
amontonarse en la esquina de entrada y de salida.
cuando el sueño vence a un niño
entre los brazos del hambre. Es más. Te prohíbo que regreses
Esa es su identidad. te prohíbo hasta un milagro.
Marzo - Abril 2019 / 16
La marginalidad actual
no se resuelve sólo
con crecimiento y empleo
por Fabián Bosoer**
GRAN ACTUALIDAD CONCEPTUAL
Por creer de interés publicamos esta nota a Loic Wacquant, uno una sociedad cuando ella queda
de los más lúcidos sociólogos de la actualidad. La nota, a pesar del dominada por la pura lógica del
tiempo transcurrido, no pierde actualidad y nos deleita a profundi-
dad sobre las dificultades sociales de nuestro tiempo. mercado.
Para Loic Wacquant es un
error observar las formas actua-
Se presenta como un «soció- sus numerosos libros. Su mun- les de la marginalidad afuera o
logo urbano», estudia la transfor- do es el de las fronteras entre «el detrás nuestro, en el pasado, o en
mación de las ciudades y la mar- adentro» y «el afuera», los guetos el «atraso»: «ellas están dentro de
ginalidad social y es considerado de Chicago, las periferias de París, los espacios y relaciones sociales,
el principal discípulo de Pierre los barrios suburbanos de las me- delante nuestro, y si no empeza-
Bourdieu, el célebre sociólogo trópolis latinoamericanas, el cómo mos por reconocerlo no podremos
francés con quien escribió uno de se trazan las fronteras internas de cambiarlo», dice. Hiperactivo, 47
años, llegó a Buenos Aires, visi-
tó las cárceles, donde asistió a los
cursos universitarios que se dictan
allí, dio una conferencia y se fue
al día siguiente. Vino invitado por
la UBA en el marco del 50 aniver-
sario de la Carrera de Sociología,
con el auspicio de la Fundación
OSDE, Clacso y el Ministerio de
Educación.
Fabián Bosoer: Se utilizan
muchas metáforas y eufemismos
para hablar de la marginalidad
social: «excluidos del reparto de
la torta», «castigados del mode-
lo», «bomba de tiempo», «sectores
en problemas», «condenados de
las ciudades», «parias urbanos».
Obra del pintor peruano Jorge Fernández Villalba
¿Cómo se establece hoy esta re-
Marzo - Abril 2019 /- 17
do de la sanción del mercado, a un Marx, un fantasma recorre el mun- FB: Pero usted mismo señala
«workfare», a una obligación de do, sí, pero no es el proletariado; que el regreso del pleno empleo
trabajar, de seguir una formación, es el fantasma del neoliberalismo y el viejo Estado asistencial no es
de dar a la comunidad como con- y sus resultados. posible ni deseable.
trapartida de la ayuda social que
se recibe. De modo que el trabajo FB: ¿Qué respuesta da a esos LW: Hacen falta políticas de
deja de ser un derecho para con- argumentos? largo plazo, a cinco, diez, veinte
vertirse en un deber del ciudadano, años. (Los políticos deben tener
LW: Lo que sostengo es que una mirada a largo plazo. Y pensar
que empuja a los pobres hacia un esta marginalidad no es un residuo
mercado laboral precario e inesta- no sólo en esta generación sino en
del pasado, y tampoco es un fenó- la generación que viene). Hay que
ble. Y entonces se funden y con- meno transitorio o efímero. Es un
funden los barrios obreros estables tener el valor, aunque no haya una
fenómeno que está ligado al desa- caída inmediata de la criminalidad,
con la economía callejera infor- rrollo mismo de los sectores más
mal, dominada por actividades de sostener el crecimiento econó-
avanzados de la economía. Y por mico y el mejoramiento de em-
ilícitas o criminales, y la violencia lo tanto está delante de nosotros,
y el miedo que éstas generan, con pleo. Aunque es verdad, las nue-
no detrás. Y está aquí para durar. Y vas formas de la marginalidad no
gran circulación de armas de fuego mientras se insista en apostar a lo
y de drogas, más los enclaves mar- se resuelven sólo con crecimiento
que se llama el camino de la eco- y empleo.
ginales, definidos por la experien- nomía avanzada, sin contemplar el
cia de un estigma de grupo y una cuadro social completo, se seguirá FB: ¿Entonces?
decadencia colectiva. reproduciendo marginalidad avan-
zada. LW: Creo que hay que inventar
FB: ¿Qué papel juega el Esta- un nuevo Estado social o preparar-
do en estos cambios? FB: ¿Cuál sería la respuesta se para enfrentar desórdenes e in-
LW: Es fundamental. Tenemos alternativa en el modo de encarar seguridad crónica. Un componen-
una política estatal que por dos la- el problema? te, por ejemplo, es el principio de
dos aumenta y difunde la inseguri- una renta universal del ciudadano.
LW: En América Latina se ob- Que cada familia tenga acceso a
dad social. Por el lado de la desre- serva desde hace quince años un
gulación económica y por el lado un ingreso mínimo independiente-
aumento de la violencia, de la cri- mente del trabajo. Que los bienes
de la restricción de los programas minalidad, del miedo en las ciuda-
de protección social. Esa turbulen- públicos esenciales, la educación,
des y, por lo tanto, en reacción a la salud, la seguridad, la vivienda
cia y esos desórdenes sociales que ese aumento de la inseguridad y el
son creados por la desregulación y el transporte sean provistos en
miedo el Estado reacciona dicien- una cuota mínima a todo el mun-
económica y el retiro de la ayuda do: «vamos a activar la policía, la
social, hay que contenerlos de al- do. Hay que inventar nuevos pro-
justicia, la prisión». «Mano dura». gramas que permitan distribuir de
guna manera particular. «tolerancia cero». Y esa reacción la manera más igualitaria posible
FB: ¿Se los contiene desple- de utilizar el Estado penal para tra- esos bienes fundamentales para
gando el Estado penal? tar de contener la violencia fracasa tener una sociedad democrática.
porque no toca la causa que es la Se puede empezar con un ingreso
LW: La paradoja es que el des- inseguridad social y económica. Si universal ciudadano o por el acce-
pliegue de la policía, de la justicia se deja que la inseguridad econó- so a la educación y la formación
criminal y las cárceles es una res- mica siga ahí, forzosamente habrá profesional para toda la vida. Te-
puesta que da el Estado a la inse- inseguridad criminal. Y se puede ner políticas de salud pública y de
guridad social que las políticas aumentar la policía, la justicia y educación muy activas es la mejor
públicas crearon al desregular la las cárceles, se pueden multiplicar lucha contra la criminalidad.
economía y reducir la protección por dos, por tres, por cinco y poco
social. Por eso es algo que se ve se logrará.
en el mundo entero. Como escribió
Marzo - Abril 2019 /- 19
rata de biblioteca
Pierre Bourdieu.
SOBRE EL ESTADO.
Cursos en el Collége de France (1989-1992)
Anagrama, colección argumentos, 577 páginas.
Vende: LIBRERÍA INTERCONTINENTAL.
Demetrio Estébanez Calderón.
BREVE DICCIONARIO
Respecto a este excelen-
DE TÉRMINOS LITERARIOS.
te material, los editores ex-
Alianza Editorial, 623 páginas.
ponen: Libro fundamental:
VENTA EN LIBRERÍA INTERCONTINENTAL.
A pesar de estar presente en
toda la obra de Pierre Bour-
Excelente presentación y de mucha utilidad para
dieu, la cuestión del Estado
el conocimiento de los términos literarios. Puede ser
no llegó a convertirse en el
de mucha utilidad para estudiantes, investigadores y
objeto de un libro que unifi-
gente vinculada a la literatura. Los editores afirman
cara la teoría sobre el tema.
que el libro fue “Concebido con el objetivo de faci-
Ahora bien, esta cuestión,
litar a los estudiosos de la materia y al público culto
a la que consagró tres años
en general una información rigurosa y actualizada de
de su actividad docente en
los conceptos fundamentales impartidos en las dis-
el College de France, ofrece
tintas ramas de la Ciencia de la Literatura, este breve
en muchos aspectos la clave
diccionario de términos literarios reelabora el más
para integrar el conjunto de sus investigaciones: esta
amplio Diccionario de términos literarios de Deme-
“ficción colectiva” de efectos muy reales es a la vez
trio Estébanez Calderón, publicado en esta misma
producto, desafío y fundamento de todas las luchas
editorial,. Esta segunda edición actualizada con la
de intereses. Este texto, que inaugura la publicación
aportación de –Cristina Estébanez, ofrece un panora-
de cursos y seminarios del sociólogo, proporciona
ma amplio y suficiente
también la lectura de otro Bordieu, más concreto y
de las cuatro ramas de
pedagógico ya que muestra su pensamiento mientras
las que se deviene la
lo elabora.
disciplina (teoría de
Desenmascara la ilusión de la “Idea del Estado”,
la Literatura, Crítica
dedicada a mantener la creencia en un principio de
literaria, Historia de la
gobierno orientado hacia el bien común, y critica el
Literatura y Literatura
“estado de ánimo anti institucional”, dispuesto a re-
Comparada), además
cudir la construcción de un aparato burocrático a una
de otros campos y te-
función de mantenimiento del orden social.
mas (retórica, métrica,
En momentos en que la crisis económica permi-
lingüística, semiótica,
te precipitar, a costa de la soberanía popular, el des-
estética, arte, topica,
mantelamiento de los servicios públicas, este libro
personajes, institucio-
aporta las herramientas críticas necesarias para una
nes, etc.), vinculados a
comprensión más lúcida de los resortes de la domi-
la misma.
nación”.
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Enzo Pertile
OMOHA’ANGA:
GUIÓN Y TRADUCCIÓN:
María Gloria Pereira
DISEÑO E ILUSTRACIONES:
Enzo Pertile
Antoine de Saint-Exupéry
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PRINCIPE’I
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Algunos de los títulos
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7 el vasto catálogo de
EL PRINCIPITO
16/11/
2018
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05 a. m.
SERVILIBRO
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ESPECTRALES
y la Sombra de los cuentos, con la Edi- las puertas a lo que será un expectante mundo de los colegios Teresiano, Perpetuo Soco-
torial Servilibro en 2017. sombras antinaturales y fantasmas convertidos rro, y San Alfonso. Actualmente cursa
en cenizas. sus estudios secundarios en el Colegio
Aguardamos su visita
En el año 2016 publicó sus cuentos
“Aullido sin luna” y “La mutación”
en la Antología del Laboratorio de
Creación Literaria 2016, dirigida por
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LIBRERÍA EDITORA
Intercontinental
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Resurrección
y fue a la Argentina. Pronto consiguió trabajo y una cripción meticulosa de la mujer y como favor pedía
vez bien establecido, invitó a sus hermanos a unirse a con urgencia que averiguara el nombre y la dirección
él, uno aceptó, pero Raimundo, por nada del mundo que constituía para él de vital importancia.
dejaría a su madre. Raimundo era un hombre callado, Al día siguiente bien temprano apareció el amigo
meticuloso, y gran trabajador, de oficio múltiple, te- con la noticia, le dijo: ella vive en el departamento
nía pocos amigos, pero uno hacía las veces de mucho, azul de las tres piedras, su nombre es Magdalena y
porque era su compinche y le apodó capitán pues en está casada con un uruguayo. Uncido al carro de su
mejores tiempos su amigo contaba con una lancha realidad, el buey no quiso seguir arando, se sentía
que transportaba pasajeros de San Bernardino hasta desmotivado, como el jugador que en la primera par-
Areguá. Una tarde calurosa de enero, Raimundo fue tida pierde todo lo apostado. Quiso el destino dejar en
caminando hacia el lago, un pasito antes de llegar se el camino el elixir de la alegría y Raimundo fue lla-
detuvo en un copetín ambulante, pidió refrigerante y mado de urgencia en un sanatorio como electricista y
desde allí contemplaba el bullicioso paisaje, cuando al llegar al pasillo la encuentra cara a cara, al inicio se
de pronto quedó como alucinado al observar las cur- sintió gelatinoso, pero se repuso enseguida y se acer-
vas impresionantes de una hermosa sirena, también có a ella, quien no dudó un segundo para invitarle un
ella lo vio y empezó a provocarlo meneando las ca- cafecito. Charlaron largo y tendido con la promesa
deras, cimbreando la cintura, se echaba al agua y lo de un reencuentro, situación que luego ocurrió con
miraba de soslayo para comprobar el efecto y como asiduidad. Raimundo cambió su forma de vestir, pues
todo hombre que se preste, captó al filo ciertas seña- ante el pedido de su amada, se dejó crecer el cabello y
les enigmáticas, enderezó el espinel y fue tras el se- la barba, tal vez ella, maquiavélicamente ya pensaba
ñuelo, pero, al poner los pies al agua, la desconocida en un engaño como Sansón y Dalila. Él estaba te-
se perdía hacia un recodo del lago. Llegó a casa de su rriblemente enamorado, ni sabía lo que hacía, ni por
amigo con un retortijón en las tripas, fue para contar- cuál rendija entraba. Era capaz de vender su alma a
le a capitán lo ocurrido en la tarde. Le dio una des- Satanás, robarle la nave al vikingo o quitarle el soli-
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deo al papa si así fuere necesario para com- por su cabeza la piedra existencial de Sísifo,
placerla. Los días sucedieron en rotaciones que debía hacer rodar subiéndola a la cum-
iguales y una noche secreta, noche alcahue- bre y la fuerza de gravedad de vuelta la traía
ta, la flor del deseo abrió corolas, dejando para abajo.
escapar la inconfundible fragancia, que solo Continuaban en su afán las plañideras,
percibían los amantes impenitentes. iban hasta la extenuación y en un fugaz mo-
Cierta noche el marido le dijo a Magda- mento de silencio, se oyeron unos golpes
lena, que se ausentaría por quince días por violentos saliendo del cajón del muerto y
motivo de trabajo. Qué buena noticia para una voz que pedía socorro. ¡Oh susto! Que
ella, ni bien salió el señor trajo al amante a quitas el aliento y regalas adrenalina. Toda
su casa Todas las noches Raimundo llegaba, la multitud huyeron despavoridas, los an-
aunque truene caiga rayos o tormentas, salía cianos reumáticos no podían alejarse, ni los
de su casa vistiendo ropa negra para mimeti- obesos tampoco. El boyero bajó de la carreta
zarse con la oscuridad. Asaltaba como un la- y se unió a la maratón. Los bueyes asustados
drón el aposento y allí estaba la meretriz, la sin dirección comenzaron a caer en picada,
pérfida ramera. Exacto como un reloj, el ma- en escala cromática, rematando en un final
rido apareció a los quince días y a partir de in crescendo. El réquiem de Raimundo. La
allí Raimundo ya no tuvo noticias de su que- caída fue estrepitosa y la tapa del ataúd saltó
rida, se apoderó de su alma una ira luctuosa vibrando, mientras Raimundo todo magulla-
porque su amada se había evaporado como do aún no comprendía lo que había sucedi-
el espíritu del alcohol Un domingo decidió ir do, y menos el común de la gente.
a misa para calmar sus pesares, torpemente Capitán encontró entre la multitud a una
traspasó el umbral y al llegar a la nave cen- prima suya y le preguntó: cómo se llama esta
tral, sus ojos desorbitados comprobaron una enfermedad que te mata un día y al siguiente
traicionera revelación: a unos pasos de él, ya estás con vida nuevamente, escuché un
estaba la única mujer de su vida, muy de la caso igual, pero con mi edad se me va la me-
manito con el marido. No podía permitir se- moria y clarifico por asociación de palabras
mejante afrenta, tantas promesas en noches de amor para no olvidarme y ahora recuerdo que debía nom-
y lo más importante: que ella dejaría al marido defi- brar a mis dos amigas, a Cata y Alepcia y no estoy
nitivamente porque ya no lo amaba. Por qué entonces logrando encastrar, y la prima responde: Se llama re-
seguía abrazando al culibajito del demonio, de pronto surrección Capitán—Ah sí…mm, con razón andaba
se sintió igual que un caballo y un jinete rabioso cla- con tanto secreto y yo que pensé que me consideraba
vándole fuertes espolines dedujo su realidad a duras su mejor amigo y nunca me comentó que fuese pa-
penas: cómo se armaba el andamiaje inmenso de la riente del nazareno.
deslealtad y el embuste, sobre el cual se construye la
vida. Rojo de ira y pesar quedó paralizado, llamaron ALICIA RIZZI. Poeta y narrado-
a un doctor rápidamente, pero cuando el galeno llegó, ra. Integró el Taller de la Uni-
versidad Iberoamericana don-
ya Raimundo había partido al otro mundo. de dio a conocer sus poemas
Se hizo el velorio y luego el tema del cemente- a través de varias antologías
rio. Capitán le contó a la madre que el deseo de su que fueron publicadas por el
citado cenáculo literario. Sus
hijo era ser enterrado en Altos, pues ellos hablaban obras fueron reunidas en un
siempre de muchas cosas y entre ellas de la vida y poemario titulado ORIGEN,
la muerte. Para el efecto, capitán alquiló una carreta, que apareció en el 2011. Ac-
tualmente prepara una nueva
cargaron el ataúd y él ofició de boyero. Iba subien- obra que será presentada en
do la empinada senda que conducía al camposanto y breve. Sus poemas y cuentos
para llegar al lugar tenía que sortear un monte, la as- fueron publicados en la revis-
ta Arte y Cultura.
censión era difícil, requería paciencia y calma. Pasó
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Cocina y Literatura
Por María Zuny Rodríguez *
Esta edición se realizó con el apoyo del Fondo Nacional de la Cultura y las Artes –fondec–