You are on page 1of 6

JAN GEHL – “LA ESCALA HUMANA”

Jan Gehl, arquitecto danés, ha centrado su carrera en el estudio para elevar la


calidad de vida en las ciudades. Inspirado en ello, el documental “La escala
humana” es una reflexión de la vida en ellas. El 50% de la población mundial vive en
zonas urbanas y en el año 2050 este porcentaje aumentará hasta el 80%. La vida en
las grandes ciudades es atractiva y problemática a la vez.

“Imaginad una película de ciencia ficción. Estamos en un paisaje urbano frio y


distante. Imaginad que estamos viviendo en este futuro ahora mismo. …” – Jan Gehl.

El ser humano es por naturaleza un ser social – históricamente se han juntado unos y
otros en tribus o clanes. Es por esto que la ciudad debe estar dirigida a una
interacción constante, e inclusión. Debe entender las aspiraciones de la gente.

Capítulo 1 - Primero damos forma a las ciudades, ahora nuestras ciudades nos dan
forma a nosotros

En el año 1960 con el boom económico en la época de la Revolución Industrial, la


gente comenzó a moverse hacia las ciudades. Los modernos han generado un gran
cambio, con su movimiento y las nuevas ideas, las viviendas pensadas como
“máquinas de habitar”. Sin embargo para algunos como Jan Gehl, los modernistas
destruyeron el tejido urbano.

China, que antiguamente dependía de la agricultura, comenzó a tener un desarrollo


económico a gran velocidad, y con este un nuevo desarrollo urbano. Esto planteó
un desafío para la vida, para el medio ambiente. Al crecer la ciudad cambió el estilo
de vida de las personas: las viviendas comenzaron a ubicarse en las afueras,
obligando a la gente a moverse para ir a trabajar. Con este tipo de cambio se
perdieron características antiguas de la ciudad, como la estrechez del barrio y la
vida en estos espacios (los pasillos como lugares de encuentro), o las casas
tradicionales “hutong”. El paisaje urbano cambiante siempre afecta a las personas.
Con una oportunidad económica, y el uso del automóvil en aumento, hubo un
importante crecimiento de las carreteras y autopistas – esto es algo que se tomó
principalmente de Estados Unidos, pero en este lugar el desarrollo se llevó mucho
más rápido. Sin embargo, ¿podríamos decir que esto era lo adecuado para la vida
de los chinos? A los habitantes los viajes en bici se les hicieron muy largos al haber
más distancia que recorrer y por la presión para llegar al trabajo. A la noche por la
obligación de viajar llegan cansados, con lo cual los vecinos ni siquiera se conocen.
La planificación urbana debería mirar más al ser humano.

Capítulo 2 - Mides lo que te importa

En Copenhague (Dinamarca) con los años 60 llegó la misma modernización.


Atravesar la ciudad se volvió aburrido, por la falta de actividades, sólo podían verse
praderas verdes y no aparecían personas. Gehl buscaba desafiar la centralización
en el transporte, iniciando un estudio del comportamiento humano. Gracias al
estudio pudieron darse cuenta de que éste cambiaba con la peatonalización de las
calles. Al haber más carreteras se incrementa la cantidad de autos que circulan y en
consecuencia, el tráfico; en cambio al generar más espacios, se puede ver más vida
pública, uno se siente a gusto y se produce el encuentro de los distintos, perfectos
extraños. Copenhague en este momento tiene 350 kilómetros de bicisendas. Se
busca redefinir el espacio urbano, recuperando lugares donde se perdieron estos
espacios a causa de la vida privatizada, que hace que la gente no salga de su
hogar.

Este método de estudio de Gehl se llevó a Nueva York, concentrada en el desarrollo


de autopistas, en la velocidad. La separación entre juego y trabajo no es buena para
la ciudad. Estas cosas están marcadas por un mundo dominado por el automóvil, y
no se puede construir vida alrededor del tráfico, al contrario de lo que decía Robert
Moses.

En el Times Square de antes se podía ver una cultura dominante del coche, estaba
lleno de taxis, y los autos eran lo único que se tenía en cuenta, por lo que no había
forma de medir a las personas. Jan Gelh buscaba que miren para ese lado, y
comenzó a observar las calles y los espacios, a preguntarse ¿qué hace la gente?, ya
que no había datos con respecto a esto, mientras que sí había información con
respecto a los vehículos. En el estudio pudo verse que el 90% de la calzada consistía
en autos, mientras solo el 10% era utilizado por las personas, y esto debía cambiarse.
Sin lugar para sentarse, las calles estaban desaprovechadas – había que definir una
nueva forma de moverse, si bien los cambios que afectan la rutina en un principio
suelen generar rechazo. Un taxista decía que “no hay tiempo para andar en bici”.
Para el proyecto piloto cerraron una carretera, pusieron una bicisenda y mejoraron
el equipamiento, generaron un espacio público. Había una búsqueda de una
ciudad más interactiva, y la gente aceptó este cambio. Aumentó la cantidad de
visitantes y se transformaba el estilo de vida, lo cual es algo necesario, ya que el
petróleo está acabándose. En un suceso sorprendente surgió una gran guerra de
nieve, todos jugando en el espacio público, las personas estaban saliendo de sus
casas.

Capítulo 3 - ¿Cómo haces más con menos?

Chongqing es una ciudad desarrollada en China, con una península similar a lo que
es Manhattan en su centro. Allí se busca crear una red peatonal, mejorando los
lugares, haciéndolos más atractivos para pasear e interactuar, se agregarían bancos
– estos cambios son importantes para la comunidad. Hay que preguntarse ¿qué
priorizamos? Siempre es importante priorizar a los peatones, aunque resulte difícil
convencer a los locales. Se deben crear ejemplos.

Gehl inició una investigación en Siena (Italia) conocida por ser un lugar famoso,
bonito. Allí notó una “escala de 5 km por hora”, donde uno aprecia los detalles. Las
ciudades modernas, con sus suburbios en cambio están pensadas para 60 km por
hora.

En Melbourne (Australia) se dieron cuenta de que vivir en las afueras no resulta una
buena inversión: la aspiración de los jóvenes de la época era tener su pequeña casa
aparte en los suburbios, afuera de la ciudad, pero esto genera un aislamiento social.
Este modelo hecho para los autos, debe cambiarse por una “ciudad de 24 horas”,
una ciudad llena de vida. Ya que la mentalidad de la gente aún está en querer su
casa con jardín y auto, se están buscando estrategias. Las pequeñas calles, y
espacios entre edificios están desaprovechados, se puede cambiar mucho con estos
espacios – la calle se pueden convertir en la “sala de estar” de la ciudad, con sus
cafeterías y espacios de encuentro. Para traer a la gente de vuelta a la ciudad se
debe aumentar su capacidad. Hay un crecimiento sin planificar que debe ser
observado, y preguntarnos, ¿cómo hacer más con menos?

Capítulo 4 - Dirigirse a un caos creado por ti mismo

Daca (Bangladesh) es una ciudad que hace 50 años era similar a Venecia. Tras la
guerra, comenzó una política más bien centralizada. Aproximadamente mil personas
se mudan cada día, y se podría decir que es un crecimiento masivo, con una
modernización de la ciudad. Algunos vecinos se preguntan ¿por qué vivir igual que
los occidentales? Jan Gehl busca introducir sus métodos, en un lugar donde surgen
iniciativas para prohibir los carros en algunas calles – esto sería una fuente de
congestión, con los ya conocidos problemas de aparcamiento. Existen una serie de
negociados, con préstamos para hacer carreteras, aumentando la cantidad de
autos que alarma a los habitantes, que dicen que necesitan los carros para su
trabajo. Las planificaciones no están mirando las aspiraciones de la gente, se debería
incluir a todos. Están priorizando a la modernidad: el plan, financiado por el World
Bank, prioriza a las carreteras mientras que el entorno peatonal sigue pobre – los
peatones piden igualdad, piden transporte público. Daca, además de ser un lugar
donde el agua se agota, es una zona sísmica, donde se cree que los edificios podrían
colapsar ante un terremoto. Es por esto que la gente teme que se construyan edificios
altos. Se debería pensar primero en un lugar para que puedan jugar y andar los niños.
El modelo capitalista occidental, con sus carreteras modernas está dirigido al
consumismo, al gasto de energía.

Capítulo 5 - No me cuesta nada ser amable

Christchurch (Nueva Zelanda) ha sido víctima de un importante terremoto en el año


2011. Ante la necesidad de reconstruir, se quería hacer como estaba antes todo, no
obstante estudios sugieren que se debería mejorar, para retomar la calidad de vida.
Un sector de la ciudad se cerró por la destrucción, y Gehl ayuda a desarrollar un
plan. ¿Cómo se reconstruye el centro de una ciudad? Se invitó a personas para que
compartan sus ideas, para ver qué quería la gente, y entre las cosas que dijeron,
estaba muy marcado el tema de los pequeños espacios, y una ciudad eficiente. Las
ideas resultaron parecidas a las del mismo Jan Gehl. Los vecinos recuerdan a los
edificios como lugares de su vida, donde se escribieron sus historias. Para buscar una
sustentabilidad económica, se llegó a la conclusión de que hay que construir
edificios altos, pero la gente se opone a esta idea. Es necesario poder moverse, salir
afuera, por lo que hay que construir, pero no sin control, sino pensando en lo que
realmente se necesita. ¿Para quién es el entorno que estamos construyendo? ¿Para
quién trabajamos? La única respuesta son las personas. La reconstrucción ayudaría
a la economía, pero no deja de ser una decisión política. Debido a la presión popular
se estableció el límite de 7 plantas. El grupo Gap Filler busca demostrar que la gente
necesita de los pequeños espacios, organizando actividades de forma espontánea.
El ser humano probablemente será el mismo en el futuro, pero no podemos predecir
su comportamiento – lo que podemos hacer, es invitarlos a quedarse en los espacios.
“… No cuesta nada ser amable con la gente en el urbanismo. Comparado con otras
inversiones no cuesta nada.” – Jan Gehl.

You might also like