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POSTALES

1.1 MHN como institución | Doc. Histórico


1.2 Postal como dispositivo | Contexto de creación
1.3 Función postales
SERIE DE POSTALES
2.1 Héroes patrios
2.2 Construcción del relato nacional - Panteón de héroes
2.3 Modernidad estética, modernización cultural y nacionalismo
2.4 ¿Cómo aporta a la idea de nacionalización y modernización?
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA

Resumen:
En el presente trabajo se busca reflexionar sobre la construcción de la identidad nacional en
función de las postales emitidas durante el Centenario de la Revolución de Mayo. Para esto,
se va a trabajar con una serie compuesta por tres postales y con algunos aportes de otra
serie a modo de ejemplo.
La búsqueda de este trabajo consiste en a partir del dispositivo postal poder estar
delineando la idea de historia nacional, los héroes patrios y la construcción de un
nacionalismo moderno a partir del relato construido por el estado nacional y el rol que
cumplieron las instituciones en este proceso.
En este trabajo, la postal será abordada como documento histórico, como dispositivo que se
emite por millones, que posee un amplio espacio de circulación y como portadora de una
“pedagogía patriótica” que buscó instalar durante 1910 el imaginario de una nación moderna
que camina hacia el progreso en el marco de los festejos del Centenario .

1.1 La instituciones y su capacidad de instalar sentidos comunes:

Para la realización de este trabajo fue necesario ponerse en contacto con el Museo
Histórico Nacional quien conserva como parte de su acervo una gran cantidad de tarjetas
postales emitidas entre ​XXXX Y XXXX ​obtenidas en su mayoría por el primer director que
tuvo el museo Adolfo Carranza.
En el hall de entrada del MHN se puede leer:

“El Museo Histórico Nacional fue inaugurado el 15 de febrero de 1891, bajo la dirección de
Adolfo Carranza, con el fin de exhibir colecciones referidas a la Revolución de Mayo y la
Guerra de la Independencia. Desde 1897 ocupa el actual predio, donde se amplió la
exhibición a otras etapas del pasado nacional, con la mirada historiográfica de una época en
la que se buscaba desarrollar un “pedagogía patriótica” frente a la inmigración masiva que
arribó a la Argentina, y consolidar la identidad de una nación agro-exportadora incorporada
a la división internacional del trabajo liderada por Gran Bretaña. Este relato centralista,
porteño y aristocrático se grabó en las mentes de generaciones de argentinos a través de
las imágenes y objetos que aún permanecen expuestos en sus salas. En la actualidad,
luego de una renovación historiográfica y con otro contexto social y político, el Museo
Histórico Nacional incorporó a los hombres públicos del pasado en un relato federal e
integral que incluye a actores sociales antes excluidos: los pueblos originarios, los negros,
los sectores populares, las mujeres y el protagonismo de las provincias, representando la
diversidad social y cultural de la nación argentina​”

Si bien hoy los criterios historiográficos difieren de aquellos con los que se creó, el MHN
no niega el papel que jugaron en la construcción del imaginario de nación que se buscaba
consolidar. Por lo contrario, se plantea desde un renovado criterio historiográfico, una
postura crítica que formula sus bases para el abordaje de estas representaciones históricas
nacionales, ampliando las categorías de análisis y las nociones historiográficas que le
permiten incorporar y clasificar nuevos documentos históricos como tales y aquellos
personajes excluidos por la Historia Oficial Mitrista de finales de siglo XIX y principios del
XX. Aún así, esta pedagogía patriótica de la que nos habla el MHN nos permite pensar que
el acervo del mismo fue en sus inicios considerado como una herramienta para crear y
moldear una conciencia nacional. Por lo cual vemos como las colecciones fueron
entendidas por el Museo a partir de nociones de representación capaces de influir en la
constitución del imaginario del grupo social al que pertenecían.
En este punto podríamos hablar del museo como una institución que reproduce prácticas
discursivas y formas visuales de representación desde la cual individuos y grupos sociales
dan sentido al mundo que les rodea. Es decir, fue y es un actor clave en la construcción del
relato oficial de Nación.
Esto se agudiza con el advenimiento de la conmemoración del Centenario de Mayo, en un
clima de fervor patriótico que constituyó un escenario favorable para el planteamiento de
programas iconográficos desde el nacionalismo oficial y para la profusión de imágenes
desde una perspectiva historicista y pedagógica que el Estado Nacional difundirá por otros
medios inundando diversos ámbitos de la vida social, cultural y educativa. El Estado se
ocupó de los textos escolares, las revistas ilustradas, álbumes conmemorativos,
almanaques, y nuestro tema de interés: las postales.
En este contexto podemos ver no solamente cómo la institución museo jugó un papel
fundamental como lugar de la memoria que consolida la narrativa de nación siendo parte
integrante de un proyecto de unificación del territorio y de la construcción de un pasado
glorioso sino que también jugó un papel fundamental en la difusión de esta iconografía
patriótica que también en las escuelas y en los diversos espacios de circulación de la vida
privada y pública fueron inundados de imágenes de la historia patria, sus héroes y
personajes célebres como así también visibilizaron el proyecto modernizador de la
Argentina a través de las imágenes urbanas y los hitos arquitectónicos de Buenos Aires.

1.2 Postal como dispositivo

La postal como dispositivo y como cristalización de una sociedad moderna asume las
características producidas por la Administración de Correos de la República Argentina que
tipificaron un modo de escritura y organizaron el conjunto de tipologías en el que se vuelven
comprensibles los modos específicos en los cuales el sistema postal contribuyó a configurar
el imaginario visual durante el siglo XIX: sellos postales, fajas, tarjetas, cartas postales,
tarjetas postales desde la cual los Estudios Visuales han permitido la inclusión de estos
artefactos en el análisis de la producción de imaginarios por parte de un Estado cada vez
más consciente de la escala inédita de circulación de la imagen a través del sistema postal
expresada en sellos postales, tarjetas con vistas, monumentos y obras públicas de la
República Argentina.
Como se dijo anteriormente, las instituciones del Estado garantizaron su instauración como
una de las formas políticas de representación colectiva. Podemos decir entonces, que esto
constituye una marca de carácter moderno y dinámico que le da relevancia al análisis de las
prácticas que, de modo diverso, se apoderan de los bienes simbólicos, produciendo así
usos y significaciones diferenciadas en el marco de la creciente autoconciencia de la
institución postal de que su progresiva organización y complejización configuraba un
indicador de progreso tanto desde el imaginario nacional como internacional.
Además de su interés como dispositivo visual, construye una configuración de la trama
urbana, suburbana y rural del país en el que los correos y telégrafos delinearon límites,
inclusiones y exclusiones que modelan las formas que fueron adquiriendo las ciudades,
comunas y pueblos.
En este contexto se celebra el Centenario de la Revolución de Mayo y la iconografía
patriótica tuvo un lugar privilegiado en la tarjeta postal que para este momento va a gozar
de gran popularidad ya que la práctica de escribir y enviar postales devino en masiva. Ahí
se representaron los héroes nacionales ya consagrados por efecto del programa de
educación argentinizante. En este punto, historia e iconografía irán de la mano en el
proceso de construcción de epopeyas, hechos relevantes y figuras ilustres que
protagonizaron los sucesos que constituyeron la Nación, de ahí la consolidación de una
iconografía que documentara visualmente un pasado no muy lejano y que legitimara las
definiciones políticas de la elite gobernante.

Serie de postales​ (ver anexo)

El abordaje de análisis de las postales será en dos partes, una primera parte donde se
analizará la generalidad de las postales y con ello los elementos que le son comunes a las
tres tarjetas elegidas y una segunda instancia donde se trabajará puntualmente cada postal
con sus respectivas particularidades.
La serie con la que estamos trabajando está conformada por tres postales que poseen
héroes patrios y monumentos históricos. Las postales en términos generales son similares,
salvo que cada una tendrá una imagen diferente en el centro. Las tres postales tienen
tamaño rectangular, son apaisadas, y o​rganizan en ella a diferentes grupos de personajes
de la historia política nacional. ​Sobre el marco inferior nos encontramos con la leyenda
“1810 República Argentina 1910” sobre la leyenda aparecen los siguientes personajes
encerrados sobre un círculo con un retrato, de derecha a izquierda: Figueroa Alcorta,
Quintana, Uriburu, Saenz Peña, Pellegrini, Juárez Celman, Roca, Avellaneda, Sarmiento.
Sobre ellos y con jerarquía de tamaño aparecen asociados Pueyrredón y Las Heras, a su
lado en menor tamaño, Mitre. Sobre ellos, vemos lo que parece ser la representación de un
niño ángel alado que observa con un instrumento la escena que se encuentra al centro, esa
escena varía en cada una de las postales. Sobre una de sus alas se encuentra el retrato de
Urquiza, por encima de este, dos banderas Argentinas. En el margen superior izquierdo los
retratos de Rivadavia y Saavedra, la representación de un sol brillante y una representación
arquitectónica de la Pirámide de Mayo. Hacia el centro del margen superior se encuentran
San Martín y Belgrano en mayor jerarquía de tamaño y de posición acompañando la escena
que se sucede al centro de la imagen que, como se dijo anteriormente varía en cada postal.
En el margen derecho de la imagen podemos ver una alegoría de la república con atributos
a la francesa, recuerda a una moderna libertad guiando al pueblo ya que está representada
en una mujer de vestiduras blancas y rojas con una antorcha encendida en su mano
izquierda extendida y en reposo su mano derecha sosteniendo una espada. El escudo
nacional a sus pies y a su lado un florero con rosas rojas y una pareja de palomas blancas.
La imagen está cerrada por formas arquitectónicas clásicas, en el ambiente general sobre el
cual se desarrolla la escena hay claras intenciones estilísticas que responden a los cánones
del arte clásico, inspirado en las formas arquitectónicas, en el decorado vegetal y en la
presencia de columnas clásicas.

San Martin y Belgrano

Como vemos, estas postales hablan mucho por sí mismas, en ellas hay elementos que no
fueron puestos al azar sino que responden al relato oficial, relato que Bartolomé Mitre
construyó fundamentalmente a partir de dos libros, uno dedicado a Belgrano y otro a San
Martín. Con la biografía de Belgrano inventó una revolución de Mayo independentista,
separatista, antiespañola, por el comercio libre y por tanto probritánica. Con la biografía de
San Martín creó un Padre de la Patria que vino a salvar a esa revolución y que debía
suponérselo blanco, porteño, y por tanto también antiespañol y europeísta, que bregó por
crear una Hispanoamérica libre. En la postal podemos ver cómo ese relato oficial se condice
con la construcción de la imagen ya que estos dos próceres coronan la postal y su retrato
es jerárquico en términos de ubicación (al centro de la imágen) y de tamaño. Son los padres
de la Patria que cien años después se está celebrando y que encuentra su mito fundacional
en esos dos hombres de Mayo.

Saavedra

Por otro lado, aparece la figura del polémico Cornelio Saavedra, otro de los hombres de
Mayo, quien fue presidente de la primera junta y Comandante del Cuerpo de Patricios, el
regimiento armado más importante con el que el virrey Fernando VII podría contar. Es
interesante su participación en la construcción de esta imagen ya que allá por 1810 se
enfrentaban dos corrientes: Por un lado, la del pensamiento revolucionario de Moreno,
Castelli, y Belgrano, firmes partidarios de la ruptura definitiva de los vínculos con España,
que pugnaba, a través de un Gobierno propio dentro del espíritu renovador de la Revolución
Francesa, por un cambio en la estructura social y económica colonial, reivindicando los
derechos de los pueblos originarios. Y por otro lado, la corriente conservadora que
pretendía el mantenimiento de las estructuras coloniales, liderada por Saavedra para quien
un gobierno propio no era incompatible con el retorno de Fernando VII. ​Es decir, en esta
imagen hay una ausencia absoluta de conflicto ideológico, Saavedra y Belgrano comparten
postal pese a que en la historia estuvieron parados en veredas opuestas y que cada uno
representó distintos intereses. Cien años, se reivindica la figura de Cornelio Saavedra como
uno de los hombres de Mayo o

Pueyrredón y Las Heras


Las Heras va a pasar a la historia como discípulo y compañero de San Martín, excelente y
victorioso militar y libertador de la Patria Grande ya que su actuación en batalla no fue
únicamente para la liberación de Argentina sino que también tuvo participación en la
empresa libertadora de Perú y Chile. Por otro lado, Pueyrredón

El panteón presidencial

Finalmente, en esta postal podemos ver los retratos de doce presidentes que se presentan
de manera cronológica y que van desde el primero constitucional: Bernardino Rivadavia
hasta el actual gobernante del momento: Figueroa Alcorta. El uso de los retratos de estos
doce presidentes nos permite pensar en términos de continuidad histórica, de legitimidad
constitucional, pedagógica y reivindicativa. Un común denominador entre estos personajes
es que todos tomaron deuda, todos son representantes de los sectores más ricos de la
sociedad y todos son hombres de confianza del capitalismo inglés, con históricos
negociados de tierra, de compra y venta del ferrocarril del oeste y todos fueron tomadores
seriales de deuda de la banca británica en primer lugar y de otros confines en segundo
término. La representación de estos personajes no es una cuestión aislada, en ella se ve
cristalizado el pensamiento de toda una generación de ideas liberales, europeísta,
seudo-culta, ansiosa por dejar atrás un pasado catalogado por algunos de sus ideólogos
como bárbaro y que, sin embargo, no puede romper con al antiguo soporte de la economía,
que es la tierra. Era un conjunto de hombres que devotamente creía en el progreso

Los retratos de estos hombres responden a la construcción de un relato nacional que


encuentra sus raíces en la gesta independentista de 1810, por eso nos encontramos con
militares, políticos, hombres de letras, abogados y pensadores que a través de un discurso
homogeneizador están presentados en estas postales como los depositarios de la memoria
nacional siendo parte de los discursos visuales que acompañan la historia oficial escrita.
Podemos ver que desde San Martín a Figueroa Alcorta hay una gran diversidad histórico
temporal e ideológica entre los personajes que participan de esta imagen, algunos se
encuentran más alejados en el tiempo, otros son más contemporáneos, pero todos entran a
formar parte del panteón de los héroes, en este caso por continuidad iconográfica (ya que la
única diferencia entre los retratos que se da es por tamaño) personajes como Figueroa
Alcorta quedan directamente asociados a los emblemas identitarios como la bandera y el
escudo, legitimando el proyecto político de la oligarquía que busca asociar su gobierno con
la gesta independentista de 1810 y mostrar a la Argentina como un país ideal, visión que no
se condice con el contexto político y social conflictivo de 1910 donde se gobierna a partir del
fraude electoral y la represión a las movilizaciones obreras. Lo que la iconografía oficial no
muestra es que en la Argentina de 1910 se viven profundas desigualdades y amplias
tensiones sociales, en lugar de esto, va a utilizar el recurso de la alegoría.
En la construcción de esta imagen aparece una moderna alegoría de la República
encarnada en una mujer joven, con el cabello recogido. Esta representación está construida
a partir de una reproducción fotográfica de una mujer de carne y hueso. Sostiene una
antorcha, símbolo de la Ilustración, y una espada. Apoyado en el suelo, el escudo nacional
dentro de un escudo. Como se dijo más arriba, vemos nuevamente cómo los símbolos
patrios, el panteón de los héroes y la representación de monumentos públicos es parte de
un relato nacionalista y moderno y eso se ve reflejado en la construcción de estas
imágenes. La construcción de la imágen en términos de técnica, el uso de la fotografía y la
litografía, el dispositivo postal y su capacidad de reproducción y circulación, la
representación de monumentos públicos, el relato historicista y pedagógico, todo en esta
imagen habla de la modernidad Argentina y la construcción de su respectivo relato de cara
a los cien años de la Independencia.

De lo general a lo particular

Para este trabajo se está utilizando como insumo tres postales emitidas durante el año del
Centenario de la Revolución de Mayo. Como se dijo anteriormente, las postales en términos
generales son bastante similares. Sin embargo cada una de las tarjetas en el centro de la
imagen nos revelan diferentes momentos de la historia nacional.
En la Postal n°1 podemos ver la Casa del Congreso en Tucuman. La imagen es una
litografía de la casa que vio nacer la declaración de la independencia, un antecedente
histórico, cuna de la República moderna. Esta postal se puede pensar de conjunto con la
Postal n°3, ya que mientras la primera busca ser una suerte de antecedente histórico, la n°3
se presenta como la modernidad en el ​aquí y el ahora,​ a través de lo que pareciera ser un
dibujo coloreado del nuevo Palacio del Congreso Nacional ya ubicado en Buenos Aires.
Para este momento, la ciudad ya se había consolidado como una de las grandes capitales
latinoamericanas que se miraba en Europa, pero particularmente en París “la París de
Sudamérica” era el ideal de los hombres ilustrados de la clase gobernante que ven en
Buenos Aires un faro de civilización y que soñaban con el progreso como símbolo de
producción y grandeza. Durante el Centenario se realizaron obras de gran magnitud que
apuntaban a modernizar la fisionomía de la ciudad y esto claramente tenía que ser
traspolado a la construcción de imágenes. De ahí proviene la necesidad de representar
tanto la casa de Tucumán como el Palacio del Congreso, ambos edificios como símbolos de
las instituciones y del Estado moderno.
Por otro lado, la Postal n°2 nos muestra una escena que pareciera ser un dibujo, donde
podemos ver a Belgrano con la Bandera Nacional en alto al lado de lo que pareciera ser el
General San Martín con el sable en la mano y otros generales con un regimiento de
granaderos a caballo de fondo. Abajo de la imagen la leyenda “Presentación de la bandera
por Belgrano”. Nuevamente, nos encontramos con la creación iconográfica de una imagen
que representa un hecho fundamental dentro de la creación de la historia nacional que tiene
que ver justamente con un símbolo patrio como la bandera. A cien años de la Revolución de
Mayo, a la clase dirigente le fue totalmente funcional generar imágenes de estos hechos
claves dentro de la construcción del relato del Estado moderno y de los respectivos
hombres que fueron fundantes para su creación. En las tres postales se da el procedimiento
de enaltecer el presente a partir de los hechos y las figuras del pasado. La historia y la
iconografía son partes fundamentales en la construcción de este relato.
Esta iconografía nacionalista -y oligarca- además de consolidar a los hombres célebres de
la historia nacional adhirió a la búsqueda de imágenes que pudieran denotar el progreso
modernizador de la Argentina a través de los hitos arquitectónicos de Buenos Aires y de la
representación de momentos claves de la historia nacional, como en este caso la postal #2
que en centro tiene la representación del momento donde Belgrano presenta la bandera. En
cuanto a las otras dos postales, también abonan a la idea de nación que progresa
mostrando el afán modernizador con que la Argentina pretendía mostrarse al mundo a partir
de grandes monumentos estatales que muestran el poder y la consolidación del Estado, en
este caso, vemos como la postal #1 nos muestra en el centro una litografía del viejo
Congreso en Tucumán, lugar donde se gesta la independencia y cien años después
podemos ver en la postal #3 el Palacio del Congreso ya ubicado en Buenos Aires
reforzando la legitimidad de las instituciones de un Estado moderno y el cosmopolitismo de
la gran ciudad.

¿Por qué? - Conclusiones

Surge la pregunta del por qué, ¿cuáles eran las necesidades que llevaron a las clases
dirigentes a hacer uso de la historia, de las imágenes y de las figuras que constituyeron
nuestra patria? La respuesta a esta pregunta se ha estado delineando a lo largo de este
trabajo, quizá más en términos específicos, hablamos un poco de las instituciones y de qué
manera contribuyeron a instalar estos discursos, hablamos de las postales como dispositivo
de alta circulación, de la importancia de generar una iconografía patriótica que fuera
consecuente con el discurso histórico de corte positivista y liberal y llegamos al ¿por qué?
de todo esto.
La realidad es que en el contexto socio político en el que se enmarca el centenario es un
contexto de profunda desigualdad social y las celebraciones que se dieron en el marco de la
semana de Mayo estuvieron fuertemente marcadas por violentas represiones a los reclamos
de las clases populares por mejores condiciones de trabajo y de vida. El Centenario de la
Patria se celebró en estado sitio, con un sistema político corrupto, sostenido en base al
fraude electoral y por la completa complicidad de la prensa que -siempre funcional a los
intereses de los poderosos- se esmeró en cubrir las represiones y la conflictividad que se
vivía.
Pese a la amplia participación de los sectores populares a las celebraciones del Centenario,
estas fiestas habían sido pensadas desde las entrañas de la clase dominante, esto cristaliza
las contradicciones de una sociedad compleja que mientras la oligarquía celebra los cien
años de una Nación capitalista y moderna sustentada en el monopolio del poder político y
en el avance del modelo económico agroexportador. Las celebraciones del Centenario
intentan mostrar hacia afuera un país pujante y moderno con la mirada puesta en Europa
pero detrás del ostentosos festejos se intenta acallar las voces de todo un pueblo que
reclama por sus derechos, entonces la respuesta al porqué comienza a delinearse, por que
a cien años de la gesta de la independencia la elite porteña con Figueroa Alcorta a la
cabeza tenía que justificar un proyecto político para pocos a partir de todas las herramientas
que tenían al alcance, porque los cien años de la Patria se dieron en un contexto donde lo
que abundaba era la censura de prensa, la legislación represiva, la violencia institucional y
paraestatal. A cien años de la gesta independentista y con una declaración de estado de
sitio podemos ver que para un gran porcentaje de la población hay muy poco para festejar.

A partir de este trabajo se pueden entender a las postales como una herramienta más de
legitimación y difusión de la historia oficial funcional a las clases dirigentes que en medio de
un contexto político y social polarizado entre la élite gobernante y el pueblo. Pueblo
migrante, mestizo, mulato y diverso. La necesidad urgente por parte del Estado de generar
una identidad nacional y una historia oficial que pueda homogeneizar esa diversidad y a la
vez legitimar un proyecto nacional que se mira en europa y q
En este punto entra una iconografía que busca asociar directamente al régimen de Alcorta
con los revolucionarios independentistas de 1810. En esta sintonía podemos ver cómo en
esta serie de postales emitida en 1910 hay un proyecto que se ve cristalizado mediante los
recursos del lenguaje visual. La composición de la imagen, la iconografía, las alegorías, la
leyenda, todo lo que en ella se condensa apunta a reforzar un relato (oficial y funcional).

Serie 1 - Héroes Patrios y monumentos alegóricos

Posta 1 - Casa del congreso


Postal 2 - Presentación de la bandera

Postal 3- Congreso de Buenos Aires

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