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durante la segunda parte del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX, tuvo lugar un periodo que quedó en la

historia con el nombre de revolución industrial. Se trató de una época de grandes transformaciones en
el ámbito tecnológico, económico, social y cultural, que tuvo su epicentro en Inglaterra.

La revolución industrial se compuso de dos etapas bien diferenciadas: la primera se dio entre los años
1760 y 1870, y la segunda, entre 1870 y 1914.

--En la Primera etapa de la revolución industrial El primer paso fue la mecanización de las actividades
textiles y la industrialización en la producción de hierro.

Fue un periodo marcado por los continuos inventos. En el año 1800, Volta inventaría la pila eléctrica.
Stephenson inventó la primera locomotora de vapor en el año 1814. En 1825 se inauguró la primera
línea de pasajeros. En 1834 fue Richard Roberts el que ideó el telar y la máquina de hilar. En 1837,
Morse inventa el telégrafo y se da el primer gran impulso a las comunicaciones. En 1863 se inaugura el
primer sistema de metro del mundo en Londres. En 1868 se lanza el primer ferrocarril
transcontinental…. El surgimiento del ferrocarril y la creación de las máquinas de vapor fueron cambios
decisivos, ya que facilitaron el transporte de mercancías e incrementaron la capacidad productiva.

--La segunda etapa fue consecuencia de la primera y tuvo como protagonistas a países tales como
Francia, Bélgica, Rusia, Alemania y Estados Unidos. Se caracterizó por sentar aún más las bases
económicas que gobernarían el curso de las sociedades. Y quizás fuera el invento de la dinamo la que
diera un nuevo empujón a la carrera por la modernización tecnológica. La obtención de fuerza
hidroeléctrica gracias a estas dinamos permitieron transformarla en luz, y, por ende, en energía para los
nuevos transportes que iban surgiendo.

La era de los transportes daba un nuevo salto adelante, y, por otro lado, la sociedad se veía
recompensada con un nuevo elemento desconocido hasta entonces: el alumbrado. Las horas de
oscuridad, de candiles y cera, quedaban atrás. Cuando en 1879, Thomas Edison presentó la lámpara
incandescente la sociedad ya se había preparado para los grandes avances que, uno tras otro, iban a
llegar en aquellos años de finales del XIX y principios del siglo XX.

Es importante resaltar que en ambos períodos sucedieron transformaciones sociales tales como el
nacimiento del proletariado, es decir, los obreros industriales, Paralelamente a la aparición del
proletariado, se conformó otro grupo social, identificado con el nombre de burguesía industrial, el cual
englobó a los grandes empresarios y a aquellos que se quedaron con el poder y los beneficios
económicos derivados de este proceso histórico.

Pueden mencionarse tres puntos fuertes de la revolución industrial:

* La revolución agrícola: gracias a la inversión que ciertos propietarios hicieron en técnicas modernas de
trabajar el suelo y en la modernización de los sistemas de cultivo, lo que trajo un aumento progresivo de
la producción agrícola. Cabe destacar que en este período se creó e implementó el uso de fertilizantes
en la agricultura;

* Desarrollo del capital comercial: se establecieron reglas para sistematizar el trabajo, la relación entre
empleadores y trabajadores se volvió estrictamente laboral y tuvo como único objetivo la obtención de
beneficios por ambas partes. La incorporación de maquinaria en el trabajo permitió no sólo mejorar las
condiciones de los trabajos sino también mejorar la comunicación y el transporte en las ciudades;

* Cambios demográfico-sociales: dados los cambios provocados por los nuevos medios de transporte y
comunicación, muchas personas se concentraron en la ciudad para trabajar en las fábricas; el resto se
enfocó en las zonas agrícolas que habían implementado los cambios. A su vez, gracias a las mejoras en la
producción agrícola y a la abundancia de alimentos, mejoró mucho la salud de los ciudadanos,
permitiendo de este modo el crecimiento demográfico.
Sin embargo, aquella Revolución Industrial también tuvo sus puntos negros, que en este caso se
reflejaban en la cada vez mayor explotación laboral. Jornadas de quince horas y el nacimiento de lo
que Karl Marx definió como alienamiento de los trabajadores. además de la degradación del medio
ambiente por la explotación sin control de los recursos naturales.

El éxito de la Revolución Industrial estuvo sustentado desde muchos puntos de la economía y la cultura,
pues si la sociedad supo acoplarse y recibir con expectación todos aquellos avances y desde el punto de
vista económico se estaba en una época de bonanza, también la apertura de nuevas rutas comerciales
favoreció el engrandecimiento de todas aquellas naciones que se alineaban a ese nuevo progreso. En
ello fue importantísimo también la apertura del Canal de Suez, en Egipto, en 1869, que permitió un
comercio más fluido entre Europa y Asia.

Además, las redes ferroviarias iban en aumento, y se comenzó una carrera loca por conseguir conectar,
por un lado, las dos costas de Estados Unidos, y por el otro lado, los principales puntos comerciales de
Europa. Por último, la presentación en sociedad de las primeras líneas telefónicas de larga distancia
permitió conectar en el instante a distintos puntos del mundo agilizando de este modo el comercio.

El ritmo de aquellos años parecía por momentos frenético. Era una carrera contrarreloj por ser los
primeros en la que Inglaterra, Estados Unidos y Francia habían adquirido ventaja. Pero aquel
imperialismo; aquella supremacía, no hizo sino crear más tensiones entre determinados países.
Alemania e Italia se veían relegados y pronto surgieron los conflictos políticos… estábamos ante las
puertas de la Primera Guerra Mundial.

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