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Constituye una técnica con un amplio y reconocido espectro de aplicaciones en el campo del análisis
estructural. Es la herramienta analítica que proporciona mayor información estructural y
estereoquímica en un tiempo asequible.
Es una técnica que explota las propiedades magnéticas de ciertos núcleos. Las aplicaciones más
importantes para su uso en química orgánica son la espectrometría RMN de protones y la de
carbono-13.
Tuvo sus inicios a principios de la década de 1950, cuando se comercializaron los primeros
espectrómetros para la obtención de espectros de protones, tras el descubrimiento en 1945 de la
resonancia. Este fenómeno plantea que los núclidos sometidos a un campo magnético externo
absorben radiación electromagnética en el orden de las radiofrecuencias. Como la frecuencia exacta
de esta absorción depende del entorno químico de los núclidos, el espectro de señales de absorción
de los mismos revela una valiosa información sobre la estructura de la molécula.
Las partes fundamentales de un espectrómetro de RMN son un imán, actualmente una bobina
superconductora, que suministra el campo magnético principal, un oscilador de radiofrecuencias
que suministra la energía necesaria para cambiar la orientación de los núcleos, una bobina detectora
que recibe las señales y un sistema informatizado que gobierna todo el aparato y que incluye un
sistema de amplificación y registro.
El impacto de la espectrometría RMN en las ciencias naturales ha sido sustancial. Puede utilizarse,
entre otras cosas, para estudiar mezclas de analitos, para comprender efectos dinámicos como el
cambio en la temperatura y los mecanismos de reacción, y es una herramienta de valor incalculable
para la comprensión de la estructura y función de las proteínas y los ácidos nucleicos. Este tipo de
espectrometría se puede aplicar a una amplia variedad de muestras, tanto en solución como en
estado sólido siendo esta última una técnica adecuada y cada vez más utilizada para el estudio de
las propiedades estructurales de una amplia variedad de materiales amorfos o poco cristalinos. A
diferencia de las muestras en disolución, las muestras en estado sólido dan lugar a espectros con
señales anchas, resultado de la suma de diversos factores. Estos espectros, sin embargo, contienen
información única acerca de la estructura y la dinámica de los materiales estudiados.
Las aplicaciones de la RMN de estado sólido suelen utilizarse en investigaciones sobre proteínas de
la membrana, fibrillas de proteínas, todo tipo de polímeros, análisis en química inorgánica, y
también otras más "exóticas" como las hojas de plantas y las pilas de combustible.
La RMN, aunque resulta una técnica costosa permite optimizar parámetros para cuantificar
biomoléculas de elevada complejidad. No requiere necesariamente la destrucción o transformación
de la muestra.
ESPECTROMETRÍA RMN APLICADA A PROTEÍNAS
La Resonancia Magnética Nuclear, junto con la cristalografía de rayos X, son las únicas técnicas que
permiten determinar la estructura tridimensional de las proteínas con alta resolución. El
conocimiento de la estructura tridimensional de las proteínas resulta fundamental para poder
comprender sus funciones.
Frente a otras técnicas que también se emplean para estudiar proteínas, la RMN no sólo nos permite
determinar la estructura de las proteínas con resolución atómica, sino también sus movimientos y
sus interacciones con otras moléculas en el cuerpo, datos que necesitamos para poder explicar
muchas de sus funciones.
Desde sus comienzos, la Resonancia Paramagnética electrónica se reveló como una técnica
poderosa para obtener una información detallada de la estructura microscópica de defectos en
sólidos.
Las impurezas, o defectos químicos, juegan un papel importante a la hora de determinar las
propiedades de un material. Estas impurezas pueden, como consecuencia del proceso de
preparación o inducidas por distintos agentes externos (radiación, calentamiento en diferentes
atmósferas, etc.), modificar su configuración o estado de carga, apareciendo con valencias
inusuales desde el punto de vista químico. En múltiples ocasiones estos estados de carga
resultan ser paramagnéticos y en estos casos la espectroscopia de Resonancia Paramagnética
Electrónica es una herramienta de gran utilidad para su estudio dada su gran sensibilidad
(pequeñas trazas de estas impurezas son suficientes para modular las propiedades del material
huésped) y por su gran especificidad (los espectros de Resonancia Paramagnética Electrónica
son sensibles a pequeños cambios en la configuración de estos defectos). Así, se ha publicado
una gran cantidad de trabajos en los que se estudia la configuración electrónica y la disposición
geométrica de estos defectos extrínsecos
Una gran parte de los compuestos de coordinación contienen metales de transición, muchos de
cuyos estados son paramagnéticos. En estos casos la Resonancia Paramagnética Electrónica se
ha mostrado como una técnica eficaz para obtener información acerca del estado de carga y de
la simetría puntual del metal, tanto en experimentos realizados en muestras policristalinas
como en disoluciones congeladas y, muy especialmente, en monocristales. Es una técnica
idónea para la determinación de interacciones magnéticas débiles, que no dan lugar a orden
magnético. Detecta la formación de dímeros y permite estimar las constantes de interacción de
canje en sistemas magnéticamente concentrados.
Los centros activos de los catalizadores heterogéneos están constituidos, en ocasiones, por
entidades paramagnéticas. Uno de los factores que ha dado más relevancia a esta técnica en el
estudio de los catalizadores es su elevada sensibilidad junto con su especificidad. En estos
sistemas la concentración de centros activos es, en general, muy pequeña y además, en
ocasiones, pequeñas modificaciones en su estado o configuración alteran drásticamente su
actividad catalítica. Así, la espectroscopia de Resonancia Paramagnética Electrónica suministra
información acerca de la configuración y entorno de iones de transición en catalizadores, de las
modificaciones de la esfera de coordinación en los iones superficiales y de los procesos redox
que sufren los iones de transición activos.
Esencialmente, uno de los tipos de medición comúnmente empleado para determinar el efecto
de la luz polarizada en una molécula asimétrica es el dicroísmo circular (DC) (Hammes G., 2005),
que se define como la diferencia entre la absorción de luz polarizada circularmente a la izquierda
y a la derecha por compuestos ópticamente activos.
La luz polarizada circularmente es quiral, es decir, se encuentra en dos formas no superponibles,
las cuales son imágenes en el espejo una de otra. Para discriminar entre las dos formas quirales
de la luz, una molécula debe ser quiral, lo cual incluye a la extensa mayoría de moléculas
biológicas.
Los efectos producidos por la incidencia de la luz sobre moléculas quirales son relativamente
pequeños pero pueden ser medidos fácilmente con instrumentos modernos. Por lo tanto,
medidas de dicroísmo circular proporcionan información detallada, estructural y enantiomérica
de proteínas, carbohidratos, ácidos nucleicos, productos farmacéuticos, etc. (Fasman G., 1996).
En el caso particular de proteínas, el DC es una técnica muy valiosa, ya que permite llevar a cabo
estudios estructurales en las condiciones donde las biomoléculas funcionan normalmente: en
solución, proporcionando así medidas de cambios estructurales esenciales para su función
biológica.
Gama de aplicaciones
En soluciones de iones metálicos de transición pueden ser coloreadas (es decir, absorben la luz
visible) debido a que los electrones en los átomos de metal se pueden excitar desde un estado
electrónico a otro. El color de las soluciones de iones metálicos se ve muy afectado por la presencia
de otras especies, como algunos aniones o ligandos. Por ejemplo, el color de una solución diluida
de sulfato de cobre es muy azul; agregando amoníaco se intensifica el color y cambia la longitud de
onda de absorción máxima.
En el caso de los compuestos orgánicos, especialmente aquellos con un alto grado de conjugación,
también absorben luz en las regiones del espectro electromagnético visible o ultravioleta. Los
disolventes para estas determinaciones son a menudo el agua para los compuestos solubles en
agua, o el etanol para compuestos orgánicos solubles. Los disolventes orgánicos pueden tener una
significativa absorción de UV, por lo que no todos los disolventes son adecuados para su uso en
espectrometría UV. El etanol absorbe muy débilmente en la mayoría de longitudes de onda. La
polaridad y el pH del disolvente pueden afectar la absorción del espectro de un compuesto orgánico.
La tirosina, por ejemplo, aumenta su máximo de absorción y su coeficiente de extinción molar
cuando aumenta el pH de 6 a 13, o cuando disminuye la polaridad de los disolventes.
El espectrofotómetro UV/Vis puede utilizarse como detector para la Cromatografía Líquida de Alta
Resolución (CLAR). La presencia de un analito da una respuesta que puede ser proporcional a la
concentración. Para resultados precisos, la respuesta del instrumento al analito debe compararse
con la respuesta a un estándar, lo que es muy similar al uso de curvas de calibración. La respuesta
(por ejemplo, el pico de altura) para un concentración particular se conoce como factor de
respuesta.
Espectroscopía Vibracional
Espectroscopía Raman
La espectrometría infrarroja se basa en el hecho de que los enlaces químicos de las sustancias tienen
frecuencias de vibración específicas, que corresponden a los niveles de energía de la molécula. Estas
frecuencias dependen de la forma de la superficie de energía potencial de la molécula, la geometría
molecular, las masas atómicas y, posiblemente, el acoplamiento vibracional.
Cuando se analiza una muestra mediante espectroscopía IR, se producirá absorción de la radiación
si la vibración activada modifica el momento dipolar de la molécula. Es decir, para que una banda
en cuestión se observe, es necesario que varíe el momento dipolar permanente con respecto al
correspondiente modo normal de vibración. De esta forma se pueden identificar grupos funcionales
por su frecuencia de aparición. Este hecho unido a la sencillez y robustez experimentales de la
técnica, hacen de la espectroscopía IR un método sencillo, rápido y fiable para identificar la
naturaleza química de una sustancia.
Esta técnica funciona casi exclusivamente en enlaces covalentes, y se usa mucho en química, en
especial en química orgánica. Se pueden generar gráficos bien resueltos con muestras de una sola
sustancia de gran pureza. Sin embargo, la técnica se utiliza habitualmente para la identificación de
mezclas complejas.
Bibliografia
Laurella, Sergio Luis Nociones de resonancia magnética nuclear : una aproximación a la elucidación
estructural / Sergio Luis Laurella. - 1a ed. - La Plata : Universidad Nacional de La Plata, 2017.
Gascón Alonso Javier, “La resonancia paramagnética electrónica una técnica multidisciplinar”,
España. Academia de ciencias exactas, físicas, químicas y naturales de Zaragoza,2002, recuperado
el 17 de enero de 2019, disponible en
http://www.raczar.es/webracz/ImageServlet?mod=publicaciones&subMod=discursos&archivo=Al
onso.pdf