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Índice
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1Período Prehispánico
2La Conquista
3La Audiencia de Charcas
4La Independencia
5Consolidación de la República
6Economía
7Guerras Limítrofes
o 7.1Guerra del Pacífico
o 7.2La posguerra: la era del estaño
o 7.3Acre
o 7.4Guerra del Chaco
8Era contemporánea
o 8.1Revolución del 52
o 8.2Gobiernos Militares
o 8.3Gobiernos democráticos a partir de 1982
8.3.1Evo Morales Ayma
9Véase también
10Bibliografía
11Referencias
12Enlaces externos
Período Prehispánico[editar]
La Conquista[editar]
Artículo principal: Conquista de Bolivia
Alto Perú en colores rojos, divisiones administrativas durante el virreinato del Río de la Plata 1783
La conquista del Imperio inca por Francisco Pizarro abrió el camino para el sometimiento de la
Bolivia actual en el año 1535 y el establecimiento de la Real Audiencia de Charcas, parte
esencial del Virreinato del Perú, que abarcó todo lo que hoy es el territorio boliviano. Aunque
la historia de Bolivia en el período virreinal se halla muy ligada al Perú, conociéndose con el
nombre de Alto Perú.
El origen de la división de ambos territorios se debe a las capitulaciones de Carlos V,
revisadas en 1534, que asignaban a Pizarro doscientos sesenta leguas desde Tumbes al sur,
y otras doscientos a Diego de Almagro al sur de estas. Juan de Saavedra, adelantado
de Diego de Almagro, llegó en 1535 al Lago Titicaca y al valle de La Paz, para luego fundar
las ciudades de Paria (Oruro) y Tupiza en 1536 al sur. Muerto Almagro, Francisco
Pizarro envió a su hermano Gonzalo a colonizar la provincia del Collao. Pedro de
Anzúrez fundó Chuquisaca (actual Sucre) en 1538, Potosí surgió en 1546, La
Paz en 1548 y Cochabamba en 1574.
La corriente colonizadora del Río de La Plata se expandió hacia el territorio de lo que hoy en
día es Bolivia, con la fundación de Santa Cruz en 1561. Un grupo de españoles partidos
de Asunción del Paraguay y Buenos Aires encabezados por Ñuflo de Chávez y acompañados
por aliados itatines conquistaron la región, los primeros fundaron Santa Cruz a orillas de la
serranía de Sutó y los segundos se establecieron en el norte en la región hoy conocida
como Guarayos. Esta ciudad de frontera se sirvió como marca española de contención a los
constantes ataques de bandeirantes portugueses que desde la región de São Paulo invadían
la región capturando indígenas para mano de obra en las colonias portuguesas, y el constante
acecho de los guaraníes que atentaban contra la frontera sudeste de la región minera del Alto
Perú.5
El clima subtropical continental, la carencia de mano de obra indígena abundante, la ausencia
de minas y grandes riquezas, y el constante ataque de los guaraníes hicieron que Santa
Cruz sea de poco interés para la migración española. Para contrarrestar esto y asegurase que
esta región aislada se pueble de fieles a la corona, se libró impuesto a sus habitantes, se dio
indulto a grupos perseguidos (principalmente judíos conversos, pero también algunos
cimarrones, gitanos y mercenarios), además se dio libertad y encomiendas a favor de
mestizos e inclusive indígenas lo cual no estaba permitido en otras regiones de la colonia.
Santa Cruz se mantuvo como una cultura agrícola ganadera aislada del auge minero del Alto
Perú, pero creció en población y sus habitantes fundaron otros pueblos y ciudades
importantes en toda la planicie Chaco-Beniana y los valles del sudoeste (Vallegrande,
Portachuelo, Trinidad, Charagua, Cuevo, Samaipata, San Ignacio, Riberalta y otros).
Por su parte, el Alto Perú se caracterizó por presentar una base minero-agrícola. La ciudad
de Potosí, la más poblada de América en 1574 (120.000 habitantes), se convirtió en un gran
centro minero por la explotación de las minas de plata del Cerro Rico de Potosí y en 1611 era
la mayor productora de plata del mundo. El rey Carlos I había otorgado a esta ciudad el título
de villa imperial después de su fundación.
Como un colchón adicional de presencia española ante la avanzada portuguesa, la corona
permitió el establecimiento de misiones jesuíticas al norte y este de Santa Cruz en las
regiones de Moxos y Chiquitos. Estas misiones fueron muy exitosas y se establecieron centros
importantes y avanzados tanto cultural como económicamente. Estos territorios pertenecían a
la gobernación de Santa Cruz y los misioneros eran en su mayoría originarios del centro de
Europa (Suiza, Alemania, Hungría). Como testigos del nivel de desarrollo de estos centros
misionales quedan las Misiones de Chiquitos (San Javier, Concepción, San Miguel, San
Rafael, San José y Santa Ana) todas en Santa Cruz y fueron declaradas Patrimonio de la
Humanidad por Unesco.6
La Audiencia de Charcas[editar]
Una de las instituciones más importantes del gobierno colonial América fueron las Reales
Audiencias, los organismos dedicados a desempeñar las funciones judiciales. La Audiencia de
Charcas, fue la más alta autoridad jurídica del territorio del Alto Perú SIG, Tucumán, Río de la
Plata y Paraguay. Tenía su sede en la ciudad de Chuquisaca, también llamada entonces La
Plata y actualmente Sucre.
La Real Audiencia de Charcas fue creada por Cédula del Rey Felipe II el 18 de
septiembre de 1559 y sus límites fueron fijados por Cédula del 29 de agosto de 1563. Contaba
con cinco oidores, un presidente y algunos funcionarios subalternos. El Presidente de la Real
Audiencia de Charcas, era también Capitán General de La Plata, cargo equivalente al de un
gobernador, y por lo tanto tenía también facultades administrativas.
Durante algo más de 200 años el territorio de la actual Bolivia constituyó la Real Audiencia de
Charcas, uno de los centros más prósperos y densamente poblados de los virreinatos
españoles. En las últimas décadas del siglo XVIII, Potosí, la ciudad más importante en el
hemisferio occidental del Imperio español, comenzó a decaer hasta pasar al olvido al agotarse
las vetas de plata más ricas y desviarse el comercio hacia otros países.
En 1776 la Real Audiencia de Charcas que pertenecía al Virreinato del Perú, pasó a depender
del nuevo Virreinato del Río de la Plata, con sede en Buenos Aires.
La Independencia[editar]
Artículo principal: Independencia de Bolivia
Consolidación de la República[editar]
Véase también Presidente de Bolivia
Desde su emancipación, Bolivia se sumergió en un estado crónico de revoluciones y guerras
civiles. Los primeros 50 años de la República se caracterizaron por la inestabilidad política y
por constantes amenazas externas que ponían en riesgo su independencia, soberanía e
integridad territorial. Simón Bolívar deja al poco tiempo la presidencia (1826) tras nombrar al
general Antonio José de Sucre presidente de la República. En 1825, el Imperio del
Brasil invadió el oriente del país, ocupando la provincia de Chiquitos. En ese entonces,
El Mariscal Sucre envió una carta al Emperador del Brasil pidiendo que dejen el lugar. Sin
interés en Chiquitos, los brasileños vuelven a su país. Antonio José de Sucre, quien como
segundo mandatario gobernó hasta 1828, año en que una serie de revueltas le hicieron
renunciar al mando presidencial.
Posteriormente, se produce la invasión de tropas peruanas de 1828, lideradas por Agustín
Gamarra y cuyo objetivo principal era forzar la salida de las tropas de la Gran Colombia. El
conflicto concluyó con el Tratado de Piquiza y la retirada peruana de suelo boliviano tras lograr
la renuncia del presidente Sucre y la instauración de un gobierno sin influencia bolivariana.
Mariscal Andrés de Santa Cruz, héroe nacional y 7° Presidente de Bolivia.
Batalla de Ingavi y muerte de Gamarra. Óleo anónimo del Museo Nacional de Historia de Lima.
Después de unos meses de inestabilidad política, en 1829, fue nombrado presidente por la
Asamblea Nacional el Mariscal Andrés de Santa Cruz, convirtiéndose en la figura central del
período independiente al constituirse en principal forjador y organizador del Estado boliviano,
además de ordenador e instructor en tácticas napoleónicas del Ejército Boliviano. La
efectividad del reformado ejército quedó en evidencia cuando el Presidente
Orbegoso del Perú solicita ayuda a Santa Cruz para recuperar el poder político y territorial de
su país. Las tropas bolivianas derrotan al sublevado Felipe Salaverry, y Orbegoso, a cambio
de la ayuda militar, accede a formar la Confederación Perú-Boliviana que se inicia
en 1837 con el Mariscal Santa Cruz como su Protector y conformado por los estados Nor
Peruano, Sur Peruano y Bolivia.
Bolivia vivió su época de mayor esplendor durante la presidencia del Mariscal Andrés de
Santa Cruz. Este periodo se caracterizó por un gran desarrollo económico y avance político y
social, el mayor de la historia boliviana. Sin embargo, la Confederación Perú-Boliviana no
logra consolidarse debido a que Chile, la Confederación Argentina y peruanos contrarios a
Santa Cruz se oponen a su conformación. Entre 1837 y 1839, se suscita la Guerra contra la
Confederación Perú-Boliviana. En la primera fase de la guerra, la Confederación sale
victoriosa frente a la invasión Argentina Chilena, produciéndose la retirada de las fuerzas
enemigas y la firma del Tratado de Paucarpata. En la segunda fase, el Ejército Unido
Restaurador compuesto por chilenos y peruanos contrarios a Santa Cruz, se produjo la Batalla
de Yungay que define la disolución de la Confederación Perú-Boliviana en 1839 y el
derrocamiento de Santa Cruz.
Mariscal Braun, héroe de la emancipación americana y Ministro del Interior de la Confederación Perú-
Boliviana.
Las fuerzas del gobernador de Buenos Aires Juan Manuel de Rosas también intervinieron
contra la Confederación por ser refugio de sus opositores políticos, los unitarios. Bolivia con el
general alemán Otto Philipp Braun como comandante, concentró sus tropas en Tupiza y a
fines de agosto de 1837 ingresó en la Provincia de Jujuy. Los soldados confederados tuvieron
varias victorias, llegando a ocupar sectores fronterizos de las provincias de Jujuy y Salta y tras
una serie de contraataques argentinos, estos invaden territorio boliviano. Los argentinos
fueron derrotados en la Batalla de Montenegro. El 22 de agosto de 1838, las tropas argentinas
se retiran y tras los sucesos de Yungay, se pone fin a la guerra.
Tras la desaparición de la Confederación Perú-Boliviana, Bolivia vivió un período de anarquía
y enfrentamientos políticos entre partidarios y contrarios de la unión con el Perú. El Presidente
peruano Agustín Gamarra, ideólogo de la anexión de Bolivia al Perú, aprovechándose de la
situación decidió invadir territorio boliviano llegando a ocupar varias zonas del Departamento
de La Paz. Ante esta circunstancia, los bolivianos deciden unirse ante un enemigo común y se
dejan los poderes del Estado a José Ballivián. El 18 de noviembre de 1841 acaeció la Batalla
de Ingavi, en la que el Ejército Boliviano derrota a las tropas peruanas de Gamarra (muerto en
la batalla). Tras la victoria, se firma el Tratado de Puno. La Presidencia de Ballivián logra
consolidar la independencia y soberanía de Bolivia. Ballivián gobernó hasta el 23 de
diciembre de 1847.
Nuevas revueltas promovidas en parte por Velasco, que ocupó por cuarta vez el poder;
contribuyeron a sucederle una serie de gobiernos militares: el más importante de ellos es
quizá el gobierno populista de Manuel Isidoro Belzu entre los años 1848 y 1855. En
septiembre de 1857 una revolución otorga el mando presidencial a un civil, José María Linares
Lizarazu; en cuyo gobierno se redujo el poder del ejército para que no incubase nuevas
revoluciones. Además innovó en la organización judicial y administrativa: en el año 1859 se
publicó el primer mapa de Bolivia, trazado por Lucio Camacho con base en datos aportados
por los generales Mariano Mejía y Juan Ondarza. Derrocado por un golpe de Estado en 1861,
le sucedió José María de Achá, uno de los miembros del triunvirato que encabezó la conjura.
Dictó la Ley de Imprenta, implantó el servicio de correos con el uso de estampillas, fundó la
población de Rurrenabaque y mediante un nuevo golpe militar en el año 1864 tomó el
poder Mariano Melgarejo, cuyo gobierno tuvo negativas consecuencias para el país.
Disposiciones arbitrarias e irrazonables determinaron inconvenientes acuerdos con Brasil y
Chile, que hicieron perder a Bolivia grandes extensiones de su territorio.
Economía[editar]
Bolivia iniciaba su vida independiente con una región arrasada por la guerra y en depresión
económica, situación que se acompañaba por un sector minero descapitalizado y una
economía basada en la subsistencia.
Es entonces que con la finalidad de reorganizar y volver a desarrollar la economía, se decidió
nacionalizar todas las minas abandonadas e invitar a capitalistas extranjeros para que
volvieran a poner en explotación las minas. Esta iniciativa se vio truncada por los altos costes,
que resultaban prohibitivos. Entre los costes más altos destacaba el de la mano de obra,
originado por la abolición de la mita, que obligaba a pagar salarios altos para atraer a los
trabajadores de la agricultura.
Finalmente, ante la necesidad de contar con recursos, se decidió confiscar a favor del nuevo
estado el patrimonio eclesiástico.Este patrimonio se otorgó en arrendamiento y los ingresos
generados fueron destinados a la creación de servicios sociales y centros educativos en los
centros urbanos de Bolivia.
De esta manera la creación del estado independiente de Bolivia surgió sobre una economía
bastante delicada ocasionada por los muchos años de guerra, partiendo la nueva república en
un contexto económico desastroso, nada favorable para ese nuevo camino independiente y de
libertades.
En un periodo posterior, que abarca desde 1841 a 1880, la nueva República de Bolivia se
caracteriza por la crisis del estado ante la falta de recursos gubernamentales y de inversiones,
materializándose en un estancamiento económico.
Durante los primeros años de este periodo, el nivel educativo de la sociedad era
extraordinariamente bajo y parecía implicar que en el futuro no se podían esperar grandes
cambios; el sector minero contaba con innumerables minas abandonadas y el resto de la
industria nacional satisfacía únicamente las necesidades de su población. Así, al igual que en
el comienzo de su vida republicana, Bolivia seguía siendo una sociedad predominantemente
rural.
No obstante, a pesar de iniciarse con un sector minero en completo detrimento, se pudo lograr
con la iniciativa de inversionistas bolivianos como Aniceto Arce y Aramayo, una mejora
sustancial allá por 1870, periodo durante el cual empezó a hacerse presente el capital
extranjero en cantidades importantes, pudiendo decirse que la industria minera de la plata de
Bolivia había alcanzado unos niveles internacionales de capitalización, desarrollo tecnológico
y eficiencia considerables.
El pujante crecimiento de la industria minera, así como el descubrimiento de yacimientos
importantes de plata en la región de Caracoles, como los grandes yacimientos de guano y
salitre en la región de Mejillones, llamaron la atención a los vecinos de Bolivia. Esto ocasionó
que gobiernos e inversionistas extranjeros muestren su interés en los mismos y que Bolivia
ante la necesidad de recursos económicos otorgue concesiones a favor de ellos con la
finalidad de beneficiar al país.
Pero tal situación no llegó a suceder, ya que en 1878 el gobierno boliviano introdujo un
impuesto al salitre, ganándose el desagrado de los concesionarios que se negaron a pagarlo
por considerarlo "injusto" e "ilegal", argumento que tenía apoyo de los chilenos. Tal situación
obligó al gobierno boliviano a confiscar el patrimonio de dichas concesiones, originando a su
vez que el vecino país de Chile que había acogido en su territorio a los propietarios, llevaran a
la práctica su plan larga y cuidadosamente preparado.
Es así que en febrero de 1879, las tropas chilenas con la excusa de proteger a los residentes
chilenos en la zona de Antofagasta, iniciaron una decidida invasión al territorio boliviano,
dando origen a la Guerra del Pacífico.
Guerras Limítrofes[editar]
Guerra del Pacífico[editar]
Por la Guerra del Pacífico Bolivia perdió su salida al mar. Aún en el presente, la recuperación de una
salida soberana al mar es un reclamo sustancial del pueblo boliviano.
En 1879 se desató la Guerra del Pacífico que enfrentó a Chile contra la Alianza entre Bolivia
y Perú. El conflicto fue originado por los intereses de explotación del guano y el salitre, por lo
que también es conocida como Guerra del Salitre y tuvo como consecuencia final la pérdida
de la salida soberana al mar para Bolivia, al quedar en posesión de Chile de Antofagasta, y
para Perú la pérdida de sus territorios de Tarapacá y Arica. Las versiones sobre las causas,
circunstancias, derechos y acontecimientos relacionados con la Guerra del Pacífico varían
sustancialmente según provengan de los países que estuvieron en pugna.
A mediados del siglo XIX Bolivia y Chile tenían diferencias sobre la delimitación de la frontera
entre ambos países que los pusieron al borde de la guerra en varias oportunidades. Por esa
razón firmaron dos tratados en 1866 y 1874 fijando la frontera en el paralelo 24º pero
estableciendo también mecanismos de explotación compartida de minerales en la región En
especial el artículo 4º del Tratado de 1874 estableció una cláusula que sería la clave de la
guerra, cuatro años después:
Los derechos de exportación que se impongan sobre los minerales exportados en la zona de terreno de
que hablan los artículos precedentes, no excederán la cuota de la que actualmente se cobra, y las
personas, industrias y capitales chilenos no quedarán sujetos amas contribuciones de cualquiera clase
que sean que las que al presente existen.
La estipulación contenida en este artículo durará por el término de veinticinco años.(ver)
El 27 de noviembre de 1873, la Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta firmó
un contrato con el gobierno de Bolivia, que le autorizaba la explotación del mineral libre de
derechos por 15 años, desde la bahía de Antofagasta hasta Salinas, incluyendo el Salar del
Carmen. Este contrato no fue ratificado por el Congreso de Bolivia, que en ese entonces se
encontraba analizando las negociaciones con Chile9 —que darían por resultado el tratado de
límites de 1874—.
Para Bolivia el contrato de 1873 aún no se encontraba vigente, porque de acuerdo a
la constitución boliviana, los contratos sobre recursos naturales debían aprobarse por
el congreso9 En 1878 la Asamblea Nacional Constituyente boliviana, en medio de una crisis
económica, se avocó al estudio del acuerdo celebrado por el gobierno en 1873. Decidió
ratificar el contrato si se pagaba un impuesto de 10 centavos sobre quintal exportado de
territorio boliviano. Esta decisión que afectaba los intereses de la Compañía de Salitres y
Ferrocarriles de Antofagasta, finalmente fue considerada por el gobierno chileno como una
violación al artículo IV del tratado de 1874. Dicho impuesto de 10 centavos, que afectaba a
esta empresa es mencionado como el casus belli de la Guerra del Pacífico.
El 14 de febrero de 1879, tropas chilenas desembarcaron y ocuparon Antofagasta, entonces
ciudad-puerto boliviana, extendiendo la ocupación a toda la zona. El 1 de marzo Bolivia
declaró la de ruptura de comunicaciones con Chile y embargo de propiedades de ciudadanos
chilenos y el 23 de marzo ambos países se enfrentaron en la batalla de Calama, con resultado
adverso para las fuerzas bolivianas. Finalmente, el 5 de abril Chile le declaró la guerra a Perú,
que además tenía un tratado de defensa mutua con Bolivia que el Presidente Daza exigía
cumplir.
Luego de los desastres militares de Pisagua, San Francisco (19 de noviembre) y de una
cuestionada retirada de las tropas bolivianas en Camarones, el Presidente Hilarión Daza fue
destituido el 28 de diciembre por un golpe de estado de la cúpula militar en medio de un
enorme descontento de la población por la suerte de la guerra. Daza se exilió en Francia y el
general Narciso Campero asumió el poder. Poco después, el 26 de mayo de 1880 se produjo
la batalla de Tacna que puso fin a la participación militar de Bolivia en la guerra.
Años después, el 27 de febrero de 1894 Hilarión Daza volvería al país para defenderse de las
acusaciones, pero fue asesinado al llegar, en la estación ferroviaria de Uyuni. El crimen nunca
fue resuelto.
La posguerra: la era del estaño[editar]
Estampilla del llamado Estado Independiente de Acre, formado en 1899 durante la fiebre del caucho que
llevó a la Guerra del Acre con Brasil de resultas de la cual Bolivia le cedió esa amplia región
amazónica mediante el Tratado de Petrópolis.
En 1880 fue designado presidente Narciso Campero. Se inició así un largo período de
estabilidad democrática denominada "de la oligarquía conservadora-liberal", apoyada primero
en la economía del mineral de plata del sur, cuyo centro era Sucre, y luego en la minería
del estaño cuyo centro seguía el eje Oruro-La Paz. Le sucedieron Gregorio Pacheco en el
año 1884 (un presidente de larga trayectoria filantrópica) y Aniceto Arce en 1888. Durante el
gobierno de este último empezó a funcionar el primer ferrocarril| público del país de Uyuni a
Oruro.
En 1899 los liberales derrotaron a los conservadores en la llamada Guerra
Federal encabezada por el coronel José Manuel Pando al frente de una junta federal de
gobierno, que asumió el poder en ese año; fue entonces cuando se trasladó la sede de la
Presidencia de la República desde Sucre a La Paz. Durante esta época se inició la era
del estaño, el cual sustituyó a la plata como principal fuente de divisas, produciendo un
dramático cambio en la economía boliviana. La figura descollante del momento fue Simón I.
Patiño, minero del estaño que llegó a ser uno los hombres más ricos y poderosos del mundo.
Con Pando nació el "periodo liberal" de los años 1899-1920 en el que se sucedieron varios
gobiernos elegidos democráticamente, siendo los más importantes los de Ismael
Montes (1904-1909) y (1913-1917).
Acre[editar]
El efímero auge de la goma elástica (caucho) condujo en los años 1903-1904 a un conflicto
con Brasil por el dominio del eje Beni-Pando, gran productor del citado material. Tras
la Guerra del Acre, región fronteriza con el Brasil de 355.242 km² de extensión, el 7 de
noviembre de 1903 se firmó el Tratado de Petrópolis, que cedió al vecino país toda el área en
conflicto.
Adicionalmente en 1904 Bolivia firmó un tratado de paz con Chile, mediante el cual cedía los
territorios ganados por éste en la Guerra del Pacífico a cambio de la construcción del
ferrocarril Arica-La Paz.
Guerra del Chaco[editar]
A partir de 1930 el país vivió de nuevo periodos de disensiones internas. Ese año una
revolución derrocó al presidente Hernando Siles que había gobernado desde 1926 sin
convocar la legislatura nacional e intentaba prorrogar su mandato. Daniel Salamanca, elegido
presidente en 1931, fue derrocado en 1934 por una camarilla liderada por su
vicepresidente José Luis Tejada Sorzano. Su gobierno fue derribado por una Junta militar
encabezada por el coronel David Toro, quien intentó sacar al país de la situación desesperada
en que se encontraba, como consecuencia de la recesión mundial y del conflicto
del Chaco con Paraguay. Sin embargo, se rodeó de enemigos entre los militares y en 1937 fue
derrocado por un grupo encabezado por el teniente coronel Germán Busch Becerra, jefe
del Estado Mayor.
En 1938 se aprobó una nueva Constitución. Sin embargo, Busch la abolió un año después e
impuso un gobierno dictatorial. A los cuatro meses fue encontrado muerto de un disparo.
Asumió la presidencia el general Carlos Quintanilla, quien restauró la vigencia de
la Constitución de 1938 y determinó que el Ejército debía ejercer el control del país hasta la
celebración de nuevas elecciones.
En 1940 fue elegido presidente el general Enrique Peñaranda, quien el 7 de abril de 1943,
durante la Segunda Guerra Mundial, declaró la guerra a los países del Eje.
En diciembre de 1943 fue derrocado por una insurrección cívico-militar que encabezó el
militar Gualberto Villarroel, quien un año después asumió la presidencia constitucional del país
apoyado por el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), partido en cuyo seno había
simpatizantes del Eje, y por el Partido Obrero Revolucionario. No obstante, y por presiones
económicas, el nuevo gobierno se vio obligado a mantener buenas relaciones con las fuerzas
aliadas. En julio de 1946 Villarroel fue derrocado y linchado en La Paz.
En 1947 los conservadores volvieron a tomar el poder. El gobierno de Enrique Hertzog tuvo
que soportar continuamente la oposición de los partidos de derecha y de izquierda, y a
principios de la década de 1950 el Partido Comunista fue ilegalizado. Hertzog dimitió
y Mamerto Urriolagoitia le sucedió en el poder.
Era contemporánea[editar]
Revolución del 52[editar]
Los obreros mineros liderados por Juan Lechín, fueron el eje sobre el que se organizó la COB y
desempeñaron un papel central en la Revolución de 1952
El gobierno militar llevó a cabo una política de reformas económicas conservadoras, como la
reapertura de la industria de las minas de estaño a las inversiones privadas extranjeras.
En julio de 1966 René Barrientos fue elegido presidente ya como civil. Sin embargo, se vio
obligado a depender de los militares para poder enfrentarse a los movimientos guerrilleros que
habían empezado a actuar en las regiones montañosas. En octubre de 1967 el Ejército
boliviano anunció haber derrotado a los rebeldes en un lugar próximo a la aldea
de Vallegrande. Había sido capturado en el campo de batalla Ernesto Che Guevara, siendo
poco después ejecutado. Barrientos murió en un extraño accidente
de helicóptero en abril de 1969. Se sucedieron en el poder una serie de gobiernos de corta
duración, la mayoría militares, y en agosto de 1971 el general Juan José Torres fue derrocado
por un golpe de Estado encabezado por el coronel Hugo Banzer con el apoyo de la FSB y el
MNR partidos políticos enemigos durante la década pasada.
El régimen de Banzer viró rápidamente desde una posición relativamente moderada a una de
mayor represión: suprimió el movimiento obrero, suspendió todos los derechos civiles y envió
tropas a los centros mineros. En 1978 Banzer dimitió y una junta militar se hizo con el poder. A
comienzos de la década de 1980 el fuerte crecimiento económico de la década anterior —que
había sido sostenido por los altos precios del estaño en el mercado mundial— dio paso a la
crisis. La caída del precio del mineral y la mala administración de los regímenes militares
habían dejado a Bolivia con una inmensa deuda, una situación hiperinflacionaria y un
descenso de los ingresos por exportaciones. La exportación ilegal de cocaína fue el principal
recurso que le procuró divisas, por lo que Estados Unidos presionó al gobierno de Bolivia para
que tomara medidas efectivas contra el tráfico de esta droga.
Enfrentada a problemas raciales y culturales, Bolivia ha conocido revoluciones y Golpes de
Estado militares. A principios de la década de los 80 fue derrocada la última junta militar que
gobernaba el país para reinstaurar la forma de gobierno democracia.
Gobiernos democráticos a partir de 1982[editar]
En octubre de 1982 Hernán Siles Zuazo tomó de nuevo posesión de la presidencia. Se
enfrentó con varias crisis ministeriales y fue incapaz de resolver los problemas económicos del
país, bastante urgentes debido al pago de los intereses de la deuda externa a los bancos
internacionales. Siles dimitió y convocó elecciones anticipadas; el Congreso volvió a reclamar
a Paz Estenssoro como presidente. Su nuevo gobierno intentó cortar la producción de coca y
la venta de cocaína con la colaboración de las tropas estadounidenses, pero esta medida,
además de ser impopular, sólo obtuvo un éxito parcial. El principal logro de Paz Estenssoro
fue una nueva política económica que frenó una hiperinflación del orden del
27.000% entre enero y agosto de 1985, y que fue exportada a otros países de América. Jaime
Paz Zamora, que había sido el tercer candidato más votado en las elecciones
de mayo de 1989, asumió en agosto la presidencia del país después de recibir el apoyo
de Acción Democrática Nacionalista (ADN), grupo político de derecha.
Evo Morales, en 2006, con mandato hasta 2010. En la foto con el presidente de Brasil, Lula da Silva.
Evo Morales Ayma asumió el poder el 22 de enero de 2006 como el primer mandatario de
ascendencia indígena en ser electo Presidente de la República por una mayoría absoluta del
60% de los votos de la elección presidencial general (la segunda vuelta no está tipificada). Lo
hizo prometiendo nacionalizar los hidrocarburos del país, combatir la corrupción y excesos de
las multinacionales, permitir el mercado legal de coca e intervenir sin la ayuda de Estados
Unidos, repartir mejor las tierras y gobernar para todos. Hasta la fecha Morales ha tenido
varios enfrentamientos con petroleras y gobiernos de los países de los cuales proceden dichas
petroleras, como el caso de Repsol. El tema de la nacionalización sigue pendiente en la
agenda del presidente boliviano pero el 29 de octubre de 2006 se firmaron como primer paso
unas nuevas condiciones las petroleras.[cita requerida]
En julio de 2006, se llevaron a cabo elecciones para elegir representantes para una asamblea
la propuesta autonómica llevó a cabo un bloqueo interno en la Asamblea Constituyente. Todas
estas dicotomías llevaron a tensionar la situación política entre oriente y occidente. Cuando el
escenario político boliviano parecía estar menos convulsionado, a ello se sumó una propuesta
controversial para la Asamblea Constituyente, ya que la ciudad de Sucre (capital de Bolivia
con un solo poder estatal constituido) pedía que los otros dos poderes estatales situados en
La Paz (sede de Gobierno) sean trasladados a Sucre.
Estas controversias políticas, ocasionaron un paro temporal de sesiones en la Asamblea
Constituyente. Empero, la vicepresidencia de la república se prestó para ser la mediadora
entre ambas fuerzas políticas. Si bien la vicepresidencia logró un consenso entre todas las
bancadas políticas, de igual manera elaboró un documento que no logró la satisfacción a la
demanda de la ciudad de Sucre. El tema de la Capitalia fue retirado de la agenda
política después de llevarse a cabo en la ciudad de El Alto, el Gran Cabildo, que movió la
balanza en favor de retirar este difícil tema de la nueva constitución.
El 21 de noviembre del 2007 en reunión del Comité Interinstitucional de Chuquisaca, decidió la
toma de las instalaciones policiales y la intervención de la sesión de la Asamblea
Constituyente en el Liceo Militar también la orientación del cabildo del viernes 23 de
noviembre para evitar la votación final de los distintos artículos de la Nueva Constitución
Política de Bolivia. Debido a los constantes ataques e insultos que recibían los Asambleistas,
por parte de fuerzas reaccionarias contrarias a la aprobación de una nueva Constitución
Política; la presidencia de la Asamblea Constituyente decide trasladar la Asamblea
Constituyente al Liceo Militar “Teniente Edmundo Andrade” en el Castillo de La Glorieta, para
de esta manera dar seguridad a los Asambleistas y poder dar lugar a la votación final de los
diferentes artíiculos de la Nueva Constitución. [cita requerida]
Es en esos momentos que el Comité Interinstitucional liderado por Jaime Barrón que había
articulado con anticipación una estrategia para trabar la Asamblea Constituyente usando como
excusa el tema de la sede de los poderes del estado o Capitalía, y tomar los cuarteles de la
fuerza pública, provocar la renuncia del entonces Prefecto David Sánchez adherente del MAS,
decide actuar y lanzar su ataque cuando el cabildo expiraba, al mediodía del viernes 23,
Barrón lanzó una arenga a la multitud que se concentró en la Plaza 25 de mayo: “Tenemos
que apurarnos porque hay problemas en el Teatro Gran Mariscal”, dijo pese a que aquello no
era evidente. Más que como un comentario, la multitud tomó las palabras de Barrón como una
orden y se dirigió rumbo a esas instalaciones para tomarlas y la refriega con la fuerza pública
empezó. Ésta concluiría con el repliegue policial a Potosí, 48 horas después, con el saldo de
tres muertos, casi tres centenares de heridos y media docena de instalaciones policiales bajo
el fuego. Posteriormente los "manifestantes" dirigidos por Barrón decidieron el intento de toma
del Liceo de La Glorieta, para detener la aprobación en Grande de la Asamblea Constituyente
y fueron repelidos por la Policía, después de varias horas de lucha. Durante ese tiempo,
dentro del Liceo, los Asambleístas concluían la aprobación en grande de la Nueva
Constitución Política, el 25 de noviembre de 2007.[cita requerida]
La nueva constitución boliviana entró en vigencia el 7 de febrero de 2009, fecha en la que fue
promulgada por el Presidente Evo Morales10 11 tras ser aprobada en un referéndum con un
90,24% de participación. La consulta fue celebrada el 25 de enero de 2009 y el voto
aprobatorio alcanzó un 61,43% del total, es decir, 2.064.417 votos. El "no", por su parte,
alcanzó 1.296.175 sufragios (es decir, un 38,57%). Los votos en blanco sumaron 1,7% y los
nulos, un 2,61%.12