You are on page 1of 14

El Adviento, preparación para la Navidad Tiempo para prepararse y estar en

gracia para vivir correctamente la Navidad

Significado del Adviento

La palabra latina "adventus" significa “venida”. En el lenguaje


cristiano se refiere a la venida de Jesucristo. La liturgia de la
Iglesia da el nombre de Adviento a las cuatro semanas que
preceden a la Navidad, como una oportunidad para prepararnos
El Adviento, en la esperanza y en el arrepentimiento para la llegada del Señor.
preparación para la
Navidad
El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa penitencia.

El tiempo de Adviento es un período privilegiado para los cristianos ya que nos invita a
recordar el pasado, nos impulsa a vivir el presente y a preparar el futuro.

Esta es su triple finalidad:

- Recordar el pasado: Celebrar y contemplar el nacimiento de Jesús en Belén. El Señor


ya vino y nació en Belén. Esta fue su venida en la carne, lleno de humildad y pobreza.
Vino como uno de nosotros, hombre entre los hombres. Esta fue su primera venida.

- Vivir el presente: Se trata de vivir en el presente de nuestra vida diaria la "presencia


de Jesucristo" en nosotros y, por nosotros, en el mundo. Vivir siempre vigilantes,
caminando por los caminos del Señor, en la justicia y en el amor.

- Preparar el futuro: Se trata de prepararnos para la Parusía o segunda venida de


Jesucristo en la "majestad de su gloria". Entonces vendrá como Señor y como Juez de
todas las naciones, y premiará con el Cielo a los que han creido en Él; vivido como hijos
fieles del Padre y hermanos buenos de los demás. Esperamos su venida gloriosa que nos
traerá la salvación y la vida eterna sin sufrimientos.

En el Evangelio, varias veces nos habla Jesucristo de la Parusía y nos dice que nadie
sabe el día ni la hora en la que sucederá. Por esta razón, la Iglesia nos invita en el
Adviento a prepararnos para este momento a través de la revisión y la proyección:

Revisión: Aprovechando este tiempo para pensar en qué tan buenos hemos sido hasta
ahora y lo que vamos a hacer para ser mejores que antes. Es importante saber hacer un
alto en la vida para reflexionar acerca de nuestra vida espiritual y nuestra relación con
Dios y con el prójimo. Todos los días podemos y debemos ser mejores.

Proyección: En Adviento debemos hacer un plan para que no sólo seamos buenos en
Adviento sino siempre. Analizar qué es lo que más trabajo nos cuesta y hacer propósitos
para evitar caer de nuevo en lo mismo.
Algunas ideas para vivir el Adviento
La Corona de Adviento
Algo que no debes olvidar

El adviento comprende las cuatro semanas antes de la Navidad.


El adviento es tiempo de preparación, esperanza y arrepentimiento de
nuestros pecados para la llegada del Señor.
En el adviento nos preparamos para la navidad y la segunda venida de
Cristo al mundo, cuando volverá como Rey de todo el Universo.
Es un tiempo en el que podemos revisar cómo ha sido nuestra vida espiritual, nuestra
vida en relación con Dios y convertirnos de nuevo.
Es un tiempo en el que podemos hacer un plan de vida para mejorar como personas.

Cuida tu fe

Esta es una época del año en la que vamos a estar “bombardeados” por la publicidad
para comprar todo tipo de cosas, vamos a estar invitados a muchas fiestas. Todo esto
puede llegar a hacer que nos olvidemos del verdadero sentido del Adviento.
Esforcémonos por vivir este tiempo litúrgico con profundidad, con el sentido cristiano.
De esta forma viviremos la Navidad del Señor ocupados del Señor de la Navidad.

Ideas para vivir el Adviento Esta es una época del año en la que estamos
“bombardeados” por la publicidad, todo esto puede llegar a hacer que nos olvidemos del
verdadero sentido del Adviento
La palabra latina "adventus" significa “venida”. En el lenguaje cristiano se
refiere a la venida de Jesucristo. La liturgia de la Iglesia da el nombre de
Adviento a las cuatro semanas que preceden a la Navidad, como una
oportunidad para prepararnos en la esperanza y en el arrepentimiento para
la llegada del Señor.
Ideas para
vivir el
Durante el tiempo de Adviento se puede escoger alguna de las opciones que
Adviento presentamos a continuación para vivir cada día del Adviento y llegar a la
Navidad con un corazón lleno de amor al niño Dios.

1.Pesebre y pajas:

En esta actividad se va a preparar un pesebre para el Niño Dios el día de su nacimiento.


El pesebre se elaborará de paja para que al nacer el niño Dios no tenga frío y la paja le
dé el calor que necesita. Con las obras buenas de cada uno de los niños, se va a ir
preparando el pesebre. Por cada buena obra que hagan los niños, se pone una pajita en el
pesebre hasta el día de la celebración del nacimiento de Cristo.

2.Vitral del Nacimiento:

En algún dibujo en el que se represente el Nacimiento se puede ir coloreando alguna


parte de éste, cada vez que lleven a cabo una obra buena, para irlo completando para la
Navidad.

3.Calendario Tradicional de Adviento:


En esta actividad se trata de hacer un calendario de Adviento en donde marquen los días
del Adviento y escribir sus propósitos a cumplir. Pueden dibujar en la cartulina el día de
Navidad con la escena del nacimiento de Jesús. Diario revisarán los propósitos para ir
preparando su corazón a la Navidad. Este calendario lo podrán llevar a la Iglesia el día
de Navidad si así lo desean.

Se sugieren los siguientes propósitos:

1. Ayudaré en casa en aquello que más me cueste trabajo.


2. Rezaré en familia por la paz del mundo.
3. Ofreceré mi día por los niños que no tienen papás ni una casa donde vivir.
4. Obedeceré a mis papás y maestros con alegría.
5. Compartiré mi almuerzo con una sonrisa a quien le haga falta.
6. Hoy cumpliré con toda mi tarea sin quejarme.
7. Ayudaré a mis hermanos en algo que necesiten.
8. Ofreceré un sacrificio por los sacerdotes.
9. Rezaré por el Papa.
10. Daré gracias a Dios por todo lo que me ha dado.
11. Llevaré a cabo un sacrificio.
12. Leeré algún pasaje del Evangelio.
13. Ofreceré una comunión espiritual a Jesús por los que no lo aman.
14. Daré un juguete o una ropa a un niño que no lo tenga.
15. No comeré entre comidas.
16. En lugar de ver la televisión ayudaré a mi mamá en lo que necesite.
17. Imitaré a Jesús en su perdón cuando alguien me moleste.
18. Pediré por los que tienen hambre y no comeré dulces.
19. Rezaré un Ave María para demostrarle a la Virgen cuanto la amo.
20. Hoy no pelearé con mis hermanos.
21. Saludaré con cariño a toda persona que me encuentre.
22. Hoy pediré a la Santísima virgen por mi país.
23. Leeré el nacimiento de Jesús en el Evangelio de S. Lucas 2, 1-20.
24. Abriré mi corazón a Jesús para que nazca en él.

4.- Novena de Navidad

Esta es una época del año en la que vamos a estar “bombardeados” por la publicidad
para comprar todo tipo de cosas, vamos a estar invitados a muchas fiestas. Todo esto
puede llegar a hacer que nos olvidemos del verdadero sentido del Adviento.
Esforcémonos por vivir este tiempo litúrgico con profundidad, con el sentido cristiano.
De esta forma viviremos la Navidad del Señor ocupados del Señor de la Navidad.
La Corona de Adviento La corona o guirnalda de Adviento es el primer anuncio de
Navidad
La corona o guirnalda de Adviento es el primer anuncio de
Navidad.

La palabra ADVIENTO es de origen latín y quiere decir


VENIDA. Es el tiempo en que los cristianos nos preparamos
para la venida de Jesucristo. El tiempo de adviento abarca
La Corona de Adviento cuatro semanas antes de Navidad.

Una costumbre significativa y de gran ayuda para vivir este tiempo es La corona o
guirnalda de Adviento, es el primer anuncio de Navidad.

Origen:

La corona de adviento encuentra sus raíces en las costumbres pre-cristianas de los


germanos (Alemania). Durante el frío y la oscuridad de diciembre, colectaban coronas
de ramas verdes y encendían fuegos como señal de esperanza en la venida de la
primavera. Pero la corona de adviento no representa una concesión al paganismo sino,
al contrario, es un ejemplo de la cristianización de la cultura. Lo viejo ahora toma un
nuevo y pleno contenido en Cristo. El vino para hacer todas las cosas nuevas.

Nueva realidad:

Los cristianos supieron apreciar la enseñanza de Jesús: Juan 8,12: «Yo soy la luz del
mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.».
La luz que prendemos en la oscuridad del invierno nos recuerda a Cristo que vence la
oscuridad. Nosotros, unidos a Jesús, también somos luz: Mateo 5,14 «Vosotros sois la
luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte."

En el siglo XVI católicos y protestantes alemanes utilizaban este símbolo para celebrar
el adviento: Aquellas costumbres primitivas contenían una semilla de verdad que ahora
podía expresar la verdad suprema: Jesús es la luz que ha venido, que está con nosotros y
que vendrá con gloria. Las velas anticipan la venida de la luz en la Navidad: Jesucristo.

La corona de adviento se hace con follaje verde sobre el que se insertan cuatro velas.
Tres velas son violeta, una es rosa. El primer domingo de adviento encendemos la
primera vela y cada domingo de adviento encendemos una vela mas hasta llegar a la
Navidad. La vela rosa corresponde al tercer domingo y representa el gozo. Mientras se
encienden las velas se hace una oración, utilizando algún pasaje de la Biblia y se
entonan cantos. Esto lo hacemos en las misas de adviento y también es recomendable
hacerlo en casa, por ejemplo antes o después de la cena. Si no hay velas de esos colores
aun se puede hacer la corona ya que lo mas importante es el significado: la luz que
aumenta con la proximidad del nacimiento de Jesús quien es la Luz del Mundo. La
corona se puede llevar a la iglesia para ser bendecida por el sacerdote.

La corona de adviento encierra varios simbolismos:

La forma circular: El círculo no tiene principio ni fin. Es señal del amor de Dios que
es eterno, sin principio y sin fin, y también de nuestro amor a Dios y al prójimo que
nunca debe de terminar.
Las ramas verdes: Verde es el color de esperanza y vida. Dios quiere que esperemos su
gracia, el perdón de los pecados y la gloria eterna al final de nuestras vidas. El anhelo
más importante en nuestras vidas debe ser llegar a una unión más estrecha con Dios,
nuestro Padre.

Las cuatro velas: Nos hacen pensar en la obscuridad provocada por el pecado que
ciega al hombre y lo aleja de Dios. Después de la primera caída del hombre, Dios fue
dando poco a poco una esperanza de salvación que iluminó todo el universo como las
velas la corona. Así como las tinieblas se disipan con cada vela que encendemos, los
siglos se fueron iluminando con la cada vez más cercana llegada de Cristo a nuestro
mundo. Son cuatro velas las que se ponen en la corona y se prenden de una en una,
durante los cuatro domingos de adviento al hacer la oración en familia.

Las manzanas rojas que adornan la corona: Representan los frutos del jardín del
Edén con Adán y Eva que trajeron el pecado al mundo pero recibieron también la
promesa del Salvador Universal.

El listón rojo: Representa nuestro amor a Dios y el amor de Dios que nos envuelve.

BENDICIÓN DE LA CORONA DE ADVIENTO

En algunas parroquias o colegios se hace la bendición de las Coronas de Adviento. Si no


sepuede asistir a estas celebraciones, se puede hacer la bendición en familia con la
siguiente oración:

Señor Dios, bendice con tu poder


nuestra corona de adviento para que, al encenderla, despierte en nosotros el deseo de
esperar la venida de Cristo practicando las buenas obras, y para que así, cuando Él
llegue, seamos admitidos al Reino de los Cielos.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Todos: Amén.
La bendición de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre esta Corona y
sobre todos los que con ella queremos preparar la venida de Jesús.

PROPONEMOS ESTE ESQUEMA SENCILLO PARA ORAR AL ENCENDER


LA VELA DE ADVIENTO

PRIMER DOMINGO

LLAMADA A LA VIGILANCIA
ENTRADA.

Se entona algún canto.


Saludo.
Guía: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Acto de Contrición.
Guía: Reconozcamos ante Dios que somos pecadores.
Todos: Yo confieso ante Dios todopoderoso...
LITURGIA DE LA PALABRA. Lectura del santo evangelio según san Marcos 13,33:
“Estén preparados y vigilando, ya que nos saben cual será el momento”. Palabra del
Señor. (Breve pausa para meditar)
Reflexión.

Guía: Vigilar significa estar atentos, salir al encuentro del Señor, que quiere entrar, este
año más que el pasado, en nuestra existencia, para darle sentido total y salvarnos.

ENCENDIDO DE LA VELA. Oración.

Guía: Encendemos, Señor, esta luz, como aquel que enciende su lámpara para salir, en
la noche, al encuentro del amigo que ya viene. En esta primer semana de Adviento
queremos levantarnos para esperarte preparados, para recibirte con alegría. Muchas
sombras nos envuelven. Muchos halagos nos adormecen.

Queremos estar despiertos y vigilantes, porque tú traes la luz más clara, la paz más
profunda y la alegría más verdadera. ¡Ven, Señor Jesús!. ¡Ven, Señor Jesús!

PADRE NUESTRO
Guia: Unidos en una sola voz digamos: Padre Nuestro...

CONCLUSION

Guía: Ven, Señor, haz resplandecer tu rostro sobre nosotros.


Todos: Y seremos salvos. Amén.

SEGUNDO DOMINGO

ENTRADA. Se entona algún canto. Guía: En el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo.

Acto de Contrición.
Guía: Reconozcamos ante Dios que somos pecadores.
Todos: Yo confieso ante Dios todopoderoso...

LITURGIA DE LA PALABRA.
Lectura de la II carta de San Pedro 3,13-14: ”Nosotros esperamos según la promesa de
Dios cielos nuevos y tierra nueva, un mundo en que reinará la justicia. Por eso,
queridos hermanos, durante esta espera, esfuércense para que Dios los halle sin
mancha ni culpa, viviendo en paz". Palabra de Dios.
Breve pausa para meditar

Reflexión
Guía: ¿Qué va a cambiar en mí, en nosotros en este Adviento? ¿ Se notará que creemos
de veras en Cristo?

ENCENDIDO DE LA VELA. Oración.

Guía: Los profetas mantenían encendida la esperanza de Israel. Nosotros, como un


símbolo, encendemos estas dos velas. El viejo tronco está rebrotando se estremece
porque Dios se ha sembrado en nuestra carne...

Que cada uno de nosotros, Señor, te abra su vida para que brotes, para que florezcas,
para que nazcas y mantengas en nuestro corazón encendida la esperanza. ¡Ven pronto,
Señor! ¡Ven, Salvador!

PADRE NUESTRO.
Guía: Unidos en una sola voz digamos: Padre nuestro...

CONCLUSION.
Guía: Ven, Señor, haz resplandecer tu rostro sobre nosotros.
Todos: Y seremos salvados. Amén.

TERCER DOMINGO

ENTRADA.
Se entona algún canto. Saludo.
Guía: En el nombre del Padre y del Hijo Y del Espíritu Santo. Acto de Contrición.
Guía: Reconozcamos ante Dios que somos pecadores.
Todos: Yo confieso ante Dios todopoderoso...

LITURGIA DE LA PALABRA.
Lectura de la Primera carta a los Tesalonicenses 5,23: ”Que el propio Dios de la paz los
santifique, llevándolos a la perfección. Guárdense enteramente, sin mancha, en todo su
espíritu, su alma y su cuerpo, hasta la venida de Cristo Jesús, nuestro Señor”. Palabra
de Dios.
Breve pausa para meditar. Reflexión.

Guía: Los hombres de hoy no verán en persona a Cristo en esta Navidad. Pero sí verán
a la Iglesia, nos verán a nosotros. ¿Habrá más luz, más amor, más esperanza reflejada en
nuestra vida para que puedan creer en El?

ENCENDIDO DE LA VELA. Oración.

Guía: En las tinieblas se encendió una luz, en el desierto clamó una voz. Se anuncia la
buena noticia: ¡El Señor va a llegar! ¡Preparen sus caminos, porque ya se acerca!
Adornen su alma como una novia se engalana el día de su boda. ¡Ya llega el mensajero!.
Juan Bautista no es la luz, sino el que nos anuncia la luz.

Cuando encendemos estas tres velas cada uno de nosotros quiere ser antorcha tuya para
que brilles, llama para que calientes. ¡Ven, Señor, a salvarnos, envuélvenos en tu luz,
caliéntanos en tu amor!

PADRE NUESTRO.
Guía: Unidos en una sola voz digamos: Padre nuestro...

CONCLUSION.
Guía: Ven, Señor, haz resplandecer tu rostro sobre nosotros.
Todos: Y seremos salvados. Amén
CUARTO DOMINGO

Todos hacen la señal de la cruz.


Guía: "Nuestro auxilio es en el nombre del Señor"
Todos: "Que hizo el cielo y la tierra"

Liturgia de la Palabra:
Primera lectura: Rm 13,13-14 "Conduzcámonos como en pleno día, con dignidad. Nada
de comilonas y borracheras, nada de lujuria ni desenfreno, nada de riñas ni
pendencias. Vestios del Señor Jesucristo". "Palabra de Dios"
Todos: "Te alabamos Señor".

Segunda lectura: 2 Tes. 1,6-7 "Es justo a los ojos de Dios pagar con alivio a vosotros,
los afligidos, y a nosotros, cuando el Señor Jesús se revele, viniendo del cielo
acompañado de sus poderosos ángeles, entre las aclamaciones de sus pueblo santo y la
admiración de todos los creyentes." -"Palabra de Dios"
Todos: "Te alabamos Señor".
Guía: "Ven, Señor, y no tardes.
Todos: "Perdona los pecados de tu pueblo".

SE ENCIENDEN LAS CUATRO VELAS


Guía: "Bendigamos al Señor"
Todos hacen la señal de la cruz mientras dicen: "Demos gracias a Dios".

Humildad y gloria
El Nacimiento de Jesús

Guía: Lectura del Evangelio según San Lucas (2:6-7)


"Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron
los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito,
le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el
alojamiento."
"Palabra de Dios"
Todos: "Te alabamos Señor".

MEDITACION

La Virgen y San José, con su fe, esperanza y caridad salen victoriosos en la prueba. No
hay rechazo, ni frío, ni oscuridad ni incomodidad que les pueda separar del amor de
Cristo que nace. Ellos son los benditos de Dios que le reciben. Dios no encuentra lugar
mejor que aquel pesebre, porque allí estaba el amor inmaculado que lo recibe.

Nos unimos a La Virgen y San José con un sincero deseo de renunciar a todo lo que
impide que Jesús nazca en nuestro corazón.

Tiempo de silencio / Tiempo de intercesión


Padre Nuestro / Ave María.

ORACIÓN FINAL
Derrama Señor, tu gracia sobre nosotros, que, por el anuncio del ángel, hemos conocido
la encarnación de tu Hijo, para que lleguemos por su pasión y su cruz a la gloria de la
resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo.

Todos: "Amén"

imprímelo aquí

Otros dos esquemas para la oración al encender la velas de la corona de adviento

Celebración de la oración para encender la corona de adviento siguiendo la historia de la


salvación

Celebración de la Corona de Adviento analizando la presencia de Jesucristo y sus


enseñanzas en la vida familiar

Consulta también el artículo de la Corona de Adviento de P. Alberto Ramírez Mozqueda

Significado del Adviento: Al celebrar la Iglesia el Adviento, te invita a meditar en


la venida del Señor. Esta venida se nos presenta en tres dimensiones:

 Adviento Histórico. Es la espera en que vivieron los pueblos que ansiaban la


venida del Salvador. Va desde Adán hasta la encarnación, abarca todo el
Antiguo Testamento. Escuchar en las lecturas a los Profetas, nos deja una
enseñanza importante para preparar los corazones a la llegada del Señor.
Acercarse a esta historia es identificarse con aquellos hombres que
deseaban con vehemencia la llegada del Mesías y la liberación que
esperaban de él.
 Adviento Místico. Es la preparación moral del hombre de hoy a la venida del
Señor. Es un Adviento actual. Es tiempo propicio para la evangelización y la
oración que dispone al hombre, como persona, y a la comunidad humana,
como sociedad, a aceptar la salvación que viene del Señor. Jesús es el Señor
que viene constantemente al hombre. Es necesario que el hombre se percate
de esta realidad, para estar con el corazón abierto, listo para que entre el
Señor. El Adviento, entendido así, es de suma actualidad e importancia.

 Adviento Escatológico. Es la preparación a la llegada definitiva del Señor, al


final de los tiempos, cuando vendrá para coronar definitivamente su obra
redentora, dando a cada uno según sus obras. La Iglesia invita al hombre a
no esperar este tiempo con temor y angustia, sino con la esperanza de que,
cuando esto ocurra, será para la felicidad eterna del hombre que aceptó a
Jesús como su salvador.

Esta celebración manifiesta cómo todo el tiempo gira alrededor de Cristo, el mismo
ayer, hoy y siempre; Cristo el Señor del tiempo y de la Historia.
Esquema del adviento: Inicia con las vísperas del domingo más cercano al 30 de
Noviembre y termina antes de las vísperas de la Navidad. Los domingos de
este tiempo se llaman 1°, 2°, 3° y 4° de Adviento. Los días del 16 al 24 de
diciembre (la Novena de Navidad) tienden a preparar más específicamente
las fiestas de la Navidad.

El color de los ornamentos del altar y la vestidura del sacerdote es el morado, igual
que en Cuaresma, que simboliza austeridad y penitencia. Son cuatro los
temas que se presentan durante el Adviento:

I Domingo, la vigilancia en espera de la venida del Señor.

Durante esta primer semana las lecturas bíblicas y la predicación son una
invitación con las palabras del Evangelio: "Velen y estén preparados, que
no saben cuándo llegará el momento".

Es importante que, como familia nos hagamos un propósito que nos permita
avanzar en el camino hacia la Navidad; ¿qué te parece si nos proponemos
revisar nuestras relaciones familiares? Como resultado deberemos buscar
el perdón de quienes hemos ofendido y darlo a quienes nos hayan ofendido
para comenzar el Adviento viviendo en un ambiente de armonía y amor
familiar. Desde luego, esto deberá ser extensivo también a los demás
grupos de personas con los que nos relacionamos diariamente, como la
escuela, el trabajo, los vecinos, etc. Esta semana, en familia al igual que en
cada comunidad parroquial, encenderemos la primer vela de la Corona de
Adviento, color morada, como signo de vigilancia y deseos de conversión.

II Domingo, la conversión, nota predominante de la predicación de Juan Bautista.

Durante la segunda semana, la liturgia nos invita a reflexionar con la exhortación


del profeta Juan Bautista: "Preparen el camino, Jesús llega" y, ¿qué
mejor manera de prepararlo que buscando ahora la reconciliación con
Dios? En la semana anterior nos reconciliamos con las personas que nos
rodean; como siguiente paso, la Iglesia nos invita a acudir al Sacramento
de la Reconciliación (Confesión) que nos devuelve la amistad con Dios que
habíamos perdido por el pecado. Encenderemos la segunda vela morada
de la Corona de Adviento, como signo del proceso de conversión que
estamos viviendo.

Durante esta semana puedes buscar en los diferentes templos que tienes cerca, los
horarios de confesiones disponibles, para que cuando llegue la Navidad,
estés bien preparado interiormente, uniéndote a Jesús y a los hermanos en
la Eucaristía.

III Domingo, el testimonio, que María, la Madre del Señor, vive, sirviendo y
ayudando al prójimo.
Coincide este domingo con la celebración de la Virgen de Guadalupe, y
precisamente la liturgia de Adviento nos invita a recordar la figura de
María, que se prepara para ser la Madre de Jesús y que además está
dispuesta a ayudar y servir a quien la necesita. El evangelio nos relata la
visita de la Virgen a su prima Isabel y nos invita a repetir como ella:
"Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a verme?.

Sabemos que María está siempre acompañando a sus hijos en la Iglesia, por lo que
nos disponemos a vivir esta tercer semana de Adviento, meditando acerca
del papel que la Virgen María desempeñó. Te proponemos que fomentes la
devoción a María, rezando el Rosario en familia, uno de los elementos de
las tradicionales posadas, que inician el próximo día 16. Encendemos
como signo de espera gozosa, la tercer vela, color rosa, de la Corona de
Adviento.

IV Domingo, el anuncio del nacimiento de Jesús hecho a José y a María.

Las lecturas bíblicas y la predicación, dirigen su mirada a la disposición de la


Virgen María, ante el anuncio del nacimiento de su Hijo y nos invitan a
"Aprender de María y aceptar a Cristo que es la Luz del Mundo". Como
ya está tan próxima la Navidad, nos hemos reconciliado con Dios y con
nuestros hermanos; ahora nos queda solamente esperar la gran fiesta.
Como familia debemos vivir la armonía, la fraternidad y la alegría que
esta cercana celebración representa. Todos los preparativos para la fiesta
debieran vivirse en este ambiente, con el firme propósito de aceptar a
Jesús en los corazones, las familias y las comunidades. Encendemos la
cuarta vela color morada, de la Corona de Adviento.

Corona de Adviento:

 Origen. La Corona de Adviento con sus cuatro velas es un símbolo


tradicional de Alemania difundido por todo el mundo. Representaba el
ruego para que el dios-sol regresara con su luz y calor durante el invierno.
Los cristianos luteranos, al ver en Jesucristo el origen de la vida y luz
espiritual, adoptaron este símbolo para expresar y vivir su fe en torno a la
persona del Mesías.

 Significado. El círculo de follaje verde, recuerda la eternidad de Dios y nos


hace pensar en los miles de años de espera del Mesías, desde Adán hasta su
nacimiento y, en la actual espera de la segunda venido de Cristo. El color
verde significa la esperanza de la vida.

Las cuatro velas que se colocan alrededor, significan la luz que disipan las
tinieblas del pecado, son tres de color morado, que hablan del deseo de
conversión y una rosa que habla de la alegría vivida con María, por la
inminente llegada de Jesús.

La vela blanca del centro es la Luz de Jesús que con su nacimiento, viene a
iluminar definitivamente la vida del hombre.
 Celebración. Es una costumbre que reúne a la familia, pues es allí en donde
se sugiere la celebración. La familia unida hace una oración en torno a la
corona, con alguna meditación alusiva a las lecturas dominicales; se
enciende una vela cada semana cantando algo que hable de la espera del
Salvador. La noche del 24 de diciembre con las cuatro velas encendidas, se
enciende por último la vela blanca cantando villancicos y se "acuesta al niño
Jesús" en el nacimiento, como de costumbre, desde luego después de haber
leído el Evangelio del relato del Nacimiento en Belén y de haber hecho una
reflexión y oración todos juntos. Generalmente en los templos se reparten
hojas con oraciones sugeridas para esta celebración.

Nuestra preparación:

Nuestra preparación no tiene que ser sólo litúrgica, sino también espiritual y
moral. Llama a la conversión del corazón y a la renovación de vida.

El tiempo de Adviento no es un tiempo de penitencia al estilo de la cuaresma, que


busca la conversión por el hecho de conocer el sacrificio de Jesús por
nosotros en la cruz. El Adviento es el tiempo favorable para emprender un
cambio del corazón y para dar un nuevo y decisivo paso en nuestro
caminar espiritual, es conversión como preparación por la espera de Jesús.

La figura de San Juan Bautista destaca de manera especial en adviento. Es un


compañero ideal, austero y gozoso a la vez. Su vida fue penitente en grado
sumo, pero no resuena en ella nota alguna de tristeza. Como heraldo y
precursor del Señor, se regocijo al escuchar la voz de Jesús. Este es el
único capaz de sacarnos de nuestra propia complacencia. "¡Arrepentíos, el
reino de los cielos está cerca!", gritaba.

La venida espiritual

En Cristo, el Hijo eterno, Dios ha aparecido entre nosotros en forma humana. E


intenta entrar en lo más íntimo de nuestras vidas, a fin de compartir su
vida con nosotros. Él está a la puerta y llama, pero jamás forzará la
entrada. La puerta que da acceso a nuestros corazones sólo puede ser
abierta desde dentro.

Fue San Bernardo quien conectó esta venida espiritual de Cristo con el Adviento.
En sus sermones para este tiempo habla de tres venidas de Nuestro Señor:
su venida que tuvo lugar ya en el nacimiento, su futura venida en la gloria
y su venida espiritual, que pertenece al presente. De esta última dice:
"Esta venida intermedia es como la senda por la que pasa de la primera a la
última: en la primera, Cristo fue nuestra redención; en la última, aparecerá
como nuestra vida; en ésta es nuestro descanso y nuestro consuelo".

Dos venidas entrelazadas

En Navidad celebramos la venida en un momento concreto. Esto no plantea una


dificultad especial. Pero hay otra perspectiva, la del futuro, la del retorno
de Cristo en gloria al final de los tiempos. Y aquí pude asaltarnos la
dificultad. ¿Cómo hay que armonizar estos diversos aspectos?

Tal vez nos sorprenda y nos preguntemos por la conexión existente entre la venida
de Cristo que aconteció hace más de dos mil años y su retorno futuro, en
una fecha conocida sólo por el Padre.
Pero si reflexionamos, descubrimos que estas dos "venidas" están
relacionadas entre sí y se complementan recíprocamente. Se las puede ver
como dos fases o aspectos del único misterio de salvación.

Los padres de la Iglesia, fieles a la Escritura, no disociaron estas dos venidas, sino
que las consideraron conjuntamente y hablaron de ellas sin separar una de
la otra. San Cirilo de Jerusalén decía: "Anunciamos la venida de Cristo,
pero no una sola -dice-, sino también una segunda, mucho más magnífica
que la anterior". Y continúa con la contraposición de estas dos venidas:
"En la primera venida fue envuelto con pajas en el pesebre; en la segunda
se revestirá de luz como vestidura. En la primera soportó la cruz, sin mido a
la ignominia; en la otra vendrá glorificado y escoltado por un ejército de
ángeles".

El término mismo "adviento" admite una doble significación. Puede significar


tanto una venida que ha tenido ya lugar como otra que es esperada aún:
presencia y espera. En el Nuevo Testamento, la palabra griega equivalente
es "parousia", que puede traducirse por venida o llegada, pero que se
refiere más frecuentemente a la segunda venida de Cristo, al día del Señor.

No podemos proyectarnos a los tiempos del AT, como si esperásemos todavía un


Mesías y un salvador. La prolongada noche de la espera ha pasado ya. Nos
encontramos en la plenitud de los tiempos. La Palabra se hizo carne y
habitó entre nosotros. Es Emmanuel, "Dios con nosotros". Pero a pesar de
todo esto, la Iglesia continua aguardando y esperando. Ella espera y ansía
la plenitud de la venida de Cristo. El mundo ha sido redimido, pero la
historia de la redención continúa. Y continuará hasta que Cristo, el Señor,
termine su tarea. El reino de Dios no ha sido establecido aún de manera
plena, y la obra de extender el reino de Cristo en la tierra tiene que
continuar.

Tiempo de esperanza

La Iglesia es más consciente de que su esperanza descansa en el futuro. Ella mira


hacia delante, hacia la restauración de todas las cosas en Cristo, a unos
nuevos cielos y una nueva tierra. Sólo entonces alcanzará ella su
perfección plena.

Ciertamente, es muy difícil practicar la esperanza en los tiempos que vivimos.


Muchísimas son las cosas que militan en su contra: las críticas y ataques a
la fe, los valores morales en declive, el materialismo, la secularización se
vienen a la alza. Hablando humanamente, hay poquísimos motivos para la
esperanza; pro la esperanza cristiana no se basa en meras consideraciones
humanas, sino en la bondad y el poder de Dios.
Como pueblo de Dios, tenemos que poner lo que está de nuestra parte para la
construcción de un mundo mejor y para preparar un camino al Señor.
Ambas tareas son inseparables.

"Vigilar y orar"

La vigilancia es una virtud importante, pero bastante descuidada. Vigilar significa


vivir en el pensamiento de la segunda venida de Cristo. Debería ser una
actitud de mente constante, que gobernará toda nuestra conducta. Una
virtud para todo momento, pero especialmente apropiada durante el
Adviento.

Si estamos dispuestos y preparados en todo momento para servir a nuestros


prójimos y a Dios, entonces estamos practicando la vigilancia; estamos al
acecho de Cristo.

Esta actitud de vigilancia no es algo ansiosa, sino paciente y pacífica; pero es, al
mismo tiempo, una postura de alerta.
"Somos más fuertes cuando esperamos que cuando poseemos. Cuando
poseemos a Dios (o creemos poseerlo), lo reducimos a aquella pequeña cosa
que conocemos y captamos de él, y lo convertimos en un ídolo... pero si
sabemos que no le conocemos y si esperamos que él se nos dé a conocer,
entonces somos captados, conocidos y poseídos por Él" Paul Tilich

You might also like