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Denuncias de intento de feminicidio

suben 125% tras #NiUnaMenos


Denuncias de violencia de género también aumentaron más de 40% en agosto
durante primeras semanas luego de #NiUnaMenos
Miles de personas participaron el 13 de agosto último en la marcha#NiUnaMenos, una
respuesta ciudadana ante la impunidad con la que se trata a los agresores de mujeres y
hoy, un mes después, podemos ver los primeros efectos de esta masiva movilización en
cuestión de cifras.
Las cifras preliminares del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP)
demuestran que en agosto de este año se registró un pico importante en el número de
denuncias de casos de violencia contra la mujer atendidos en sus Centros de Emergencia
Mujer (CEM) a nivel nacional.
- Feminicidio -
En agosto, se han detectado 14 casos de asesinatos con características de feminicidio,
número superior al promedio anual hasta julio (10 casos al mes). Sin embargo, donde se
ve el mayor incremento es en el número de tentativas de feminicidio.
El MIMP registró solo en agosto 36 casos de tentativa de feminicidio, muy por encima de
los 16 registrados en julio e incluso del promedio en lo que va del año (19 casos al mes).
Esto significa un incremento de 125% frente al mes de julio, cuando el ministerio registró
16 denuncias que consideró que tenían características de tentativa de feminicidio.

En julio de este año se registraron 4.412 casos de violencia contra la mujer y en agosto
esta cifra llegó a 6.173 denuncias, una diferencia que representa un aumento de 40%. Ni
siquiera el mes con el mayor número de casos de violencia de género durante la primera
mitad del año alcanzó esos niveles (en mayo se registraron 5.069 denuncias).

Los incrementos más importantes en el número de denuncias se han visto en la población


adulta, donde se detectó un aumento de 64% de casos de violencia de género. En niños el
número aumentó en un 18%, en adolescentes un 13% y en adultos mayores un 5%.
Un aumento similar de denuncias se registró a través del servicio Línea 100. En agosto,
preliminarmente, el MIMP atendió a 4.253 mujeres que llamaron al ser víctimas de
violencia de género o familiar, frente a 652 hombres que acudieron a este servicio. Esto es
un aumento de 51% frente al mes de julio (2.807).
"El acto ciudadano del 13 de agosto ha sido muy positivo y ha generado conciencia, pero
debe ser un primer paso para que se generen políticas de prevención", comentó a El
Comercio la directora de Promsex, Susana Chávez. Para ella, no se puede hablar de un
incremento de casos, sino en una realidad que se ha mantenido llena de agresiones contra
la mujer pero ahora con más visibilización de los casos.
"Lo que se ha logrado es que podemos ver de manera más transparente una realidad en la
cual miles de mujeres son maltratadas en todo el país", señaló Chávez.
Para la titular de Promsex, el primer paso ha sido dado por parte de la ciudadanía, por lo
que ahora corresponde que el Gobierno tome cartas en el asunto y atienda esa demanda
de justicia que está más viva que nunca tras la marcha #NiUnaMenos.
"La realidad no va a cambiar sola y primero hay que reconocer que el Estado no tiene ni
una sola política preventiva que incluya, por ejemplo, una educación basada en el género
o en el tema de la igualdad entre hombres y mujeres. Falta mucho camino que recorrer",
concluyó.

Riesgo y probabilidad de feminicidio, por


Wilson Hernández B.
"En mucho sí somos predecibles, incluso cuando de violencia se trata".
En algún momento de nuestras vidas, todos hemos caído en lo inevitable: haber criticado
lo que no conocemos. Hace unas semanas, en su columna “Psicolandia” (El Comercio
10.9.16), Alfredo Bullard formuló duras críticas contra un proyecto de ley que busca que
los novios, antes de casarse, sean evaluados psicológicamente a fin de determinar la
potencial agresividad hacia su pareja. Para el autor de esta propuesta legislativa, el
congresista fujimorista Octavio Salazar, la norma disminuiría los feminicidios.
Coincido con Bullard en que la propuesta del congresista Salazar no está a la altura de lo
que exige el problema del feminicidio. Propuestas normativas de este tipo, lejos de hacer
bien, estigmatizarían inherentemente a hombres como violentos y a mujeres como
víctimas, y desviarían la atención de políticas preventivas.
Aunque el congresista Salazar le respondió a Bullard en su artículo “Élite intelectual y
censura de ideas” (El Comercio, 21.9.16), ahondó en generalidades obvias sobre la
importancia del feminicidio y se defendió atacando la falta de apertura al libre
pensamiento.
Como la discusión se fue a otro lado, es importante retomar un error en la argumentación
de Bullard pues, en otra escala, es parte de cómo muchos desmenuzan la realidad. Esto
es, que la naturaleza humana no es predecible y, por tanto, su regulación no es deseable.
Lo más importante no es el argumento, sino lo que estas argumentaciones desconocen,
pues en mucho sí somos predecibles, incluso cuando de violencia se trata. Veamos dos
casos basados no en el sentido común, sino en resultados de estudios especializados.
Mario consumió drogas desde los 14 años producto de malas juntas. También fue víctima
de violencia familiar. Hoy bordea la mayoría de edad y es un conocido carterista en su
barrio. Por el contrario, su primo Carlos, quien nunca estuvo expuesto a estos riesgos, se
mantuvo siempre alejado de la delincuencia.
Si Mario tomó el mal camino fue porque acumuló factores de riesgo que elevaron su
probabilidad de delinquir. La palabra clave está ahí: probabilidad. No es determinismo. Es
cuestión de probabilidades.
Sucede lo mismo en muchos otros aspectos de la vida, incluyendo el feminicidio. Una larga
lista de estudios empíricos coincide en que la probabilidad de feminicidio es mayor cuando
la violencia física hacia la mujer se intensifica (por ejemplo, cuando su pareja la ha
estrangulado o usado armas en agresiones anteriores).
También cuando al separarse las parejas, el acoso aumenta, o cuando la mujer tiene más
educación, mejor trabajo o gana más que él (ya que esto rompe la dependencia
económica y desafía el statu quo en una relación violenta).
En esta línea, desde la psicología se han creado instrumentos que registran y valoran la
existencia de factores de riesgo de feminicidio en una mujer. El más conocido de estos
tiene nombre de mujer –SARA (Spousal Assault Risk Assessment)– y se aplica en más de
15 países, incluyendo algunos latinoamericanos que lo han adaptado a su realidad.
El tema de fondo es saber cuándo y para qué emplear estos instrumentos. En la línea de
cómo se emplean en España, el año pasado el Congreso peruano aprobó la Ley 30364.
En su artículo 28, la ley señala la obligación de que policías y fiscales apliquen un
instrumento para valorar el riesgo de víctimas de violencia de pareja, cuyos resultados
deben ser tomados como insumo para dictar medidas de protección y evitar feminicidios.
Por supuesto, los instrumentos de valoración de riesgo no son infalibles. Pero mal
hacemos en descartarlos de plano. Más bien, discutamos técnicamente cuándo y cómo
utilizarlos, y cuándo evitarlos.
La violencia contra la mujer es considerada por la Organización Mundial de la Salud un
mal endémico, pues genera miles de muertes en el mundo, lo que acarrea problemas no
solo sociales, sino también económicos.

Por ello, miles de mujeres saldrán a protestar este 13 de agosto en Lima y otras ciudades
en la marcha #NiUnaMenos que busca visibilizar la violencia de género, que provoca la
muerte 60 mujeres cada mes en nuestro país, según la Defensoría del Pueblo.
►#NiUnaMenos, un movimiento que surgió de la indignación
--- Un triste panorama ---
De acuerdo al informe del 2015 de la Carga Global de la Violencia Armada (GBAV, por sus
siglas en inglés), que recoge información de 104 países y territorios, se estima
que 60.000 mujeres y niñas murieron violentamente cada año, entre 2007 a 2012.
En el Perú, en ese mismo período, 232 mujeres por cada 100 mil fueron víctimas de
feminicidio, según el estudio de GBAV, que incluye un apartado especialmente dedicado a
la violencia de género.
Además, GBAV indica que 2944 peruanas por cada 100 mil fueron víctimas de
un homicidio intencional y 621 por cada 100 mil murieron por arma de fuego.
“A pesar del aumento de la conciencia [de la violencia de género], hay una persistente falta
de datos sobre la muerte de la mujer, ya sea dentro o fuera del hogar”, por lo cual no se
puede elaborar un ránking al respecto, detalla el informe, que indica que esto obstaculiza
comprender el problema en su verdadera dimensión.
Continentes con mayor cantidad de muertes violentas de mujeres
“La ausencia crónica de detalles en circunstancias de los homicidios de mujeres también
hace que sea difícil de comprender y abordar efectivamente ese fenómeno. Por otra parte,
la falta de normas estandarizadas, categorías y definiciones hace que las comparaciones
entre países difícil”, indica el informe, que es hasta el momento el más completo de su tipo.
Las muertes de las mujeres debido solo a su condición de féminas “representan
aproximadamente el 16% de todos los homicidios dolosos [premeditados] a nivel mundial”,
señala el informe que publica el Programa de las Naciones Unidad para el Desarrollo
(PNUD) desde la Declaración de Ginebra sobre Violencia Armada y Desarrollo en 2008.
Si bien el estudio indica que la mayoría de las víctimas de homicidio en el mundo son
hombres, las mujeres son las principales víctimas de homicidio dentro de la pareja,
incluyendo eventos de homicidio-suicidio; es decir, cuando el atacante se mata luego de
asesinar a su pareja.
►Derechos en los que no hay igualdad entre mujeres y hombres

--- 98% de impunidad ---


El número de feminicidios ha aumentado de manera alarmante en los últimos años en
América Latina y la mayoría de ellos permanecen impunes, alertó en el abril de este año la
directora de la ONU Mujeres para las Américas y el Caribe, Luisa Carvalho.
“El feminicidio y otras formas de violencia contra las mujeres en la región siguen en
aumento y la aplicación de la justicia continúa siendo limitada, con 98% de impunidad”,
aseguró Carvalho, tras presentar el estudio “Prevenir los conflictos, transformar la justicia,
garantizar la paz”.
Según este informe, de los 25 países del mundo con las tasas más altas de feminicidio, 14
son de América Latina y el Caribe.
“El Salvador, Honduras y Guatemala, tres países vecinos, presentan algunas de las tasas
de feminicidios más altas del planeta”, señala el estudio.
El ránking lo lidera El Salvador, donde 14 de cada 100 mil mujeres son asesinadas por
razones de género. De cerca le sigue Honduras: allí 11 de cada 100 mil mujeres mueren
como producto de la violencia de género.
En estos tres países centroamericanos la situación es agravada por las pandillas en estas
naciones, donde “las mujeres y las niñas experimentan espeluznantes tasas de violencia
letal y no letal”.
►Mujeres van por las riendas de las grandes potencias
Según el informe, el número de mujeres de esos tres países que intentaron migrar con sus
hijos a Estados Unidos pasó de 12 mil en 2013 a más de 66 mil en 2014.
De igual modo, el número de niñas menores de 18 años que fueron atrapadas tratando de
cruzar la frontera entre Estados Unidos y México solas aumentó un 77% en 2014.
Según datos oficiales recopilados por el Observatorio de Igualdad de Género de América
Latina y el Caribe de la CEPAL, 1.903mujeres fueron asesinadas por su condición de tal
en 15 países de América Latina y tres del Caribe solo en 2014.
Datos:
- Se entiende como feminicidio el homicidio de una mujer por razones vinculadas a su
género.
- Para facilitar y aportar al cumplimiento de la ley contra elfeminicidio y otras formas de
violencia contra las mujeres, la ONU desarrolló un modelo de protocolo específico para
investigar estos crímenes en Latinoamérica, que ha sido publicado en 2015.

http://www.flora.org.pe/pdfs/Feminicidio.pdf

Violencia contra la mujer: 12 de cada 100 peruanas fueron


maltratadas
Martes 25 de noviembre del 2014 | 16:29
Una encuesta del INEI reveló que la mayoría de casos de agresión por parte de
parejas se registró en Cusco, Junín y Ayacucho.

En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer


un estudio del INEI reveló que en el país 12 de cada 100 mujeres de 15 a 49 años
de edad sufrieron violencia física o sexual por parte de su esposo o
conviviente.
Según ese estudio, el 67% de las afectadas fue víctima de un ataque psicológico y
verbal; el 35.7% de agresión física, y el 8.4% sufrió violencia sexual. Estos casos
se tradujeron en empujones, golpes, patadas, amenazas o agresiones con cuchillo
o pistola.
La mayoría de las víctimas, el 40.2%, tiene nivel de educación secundaria; el
38% educación primaria; el 37.3% no tiene nivel de educación y el 28.4% presenta
educación superior.
Según departamentos, se observó que en el Cusco la proporción de mujeres que
sufrió violencia física y sexual por parte de su pareja representó el 53.7%, seguido
de Junín con 50.1% y Ayacucho con 49.7%. En tanto, Cajamarca, Piura y La
Libertad presentaron las menores cifras.
Según datos proporcionados por el Ministerio Público, durante el 2013 se
registraron 104 casos de feminicidio a nivel nacional. Cabe precisar que de
enero a junio de este año ya se han presentado 32 casos.
A raíz de la conmemoración de este día, el Congreso organizó una concentración
en la Plaza Bolívar. Junto a la presidenta del Parlamento y demás congresistas,
participaron también representantes de distintas asociaciones civiles agrupados
bajo el lema “Basta ya a la violencia contra la mujer”.
http://www2.congreso.gob.pe/sicr/cendocbib/con4_uibd.nsf/4D6FF68892487BCF05257E2
E005F78D3/$FILE/INFTEM126-2014-2015.pdf

Poner fin a la violencia contra las mujeres


La violencia contra mujeres y niñas es una violación grave de los derechos
humanos. Su impacto puede ser inmediato como de largo alcance, e incluye
múltiples consecuencias físicas, sexuales, psicológicas, e incluso mortales, para
mujeres y niñas. Afecta negativamente el bienestar de las mujeres e impide su
plena participación en la sociedad. Además de tener consecuencias negativas
para las mujeres, la violencia también impacta su familia, comunidad y el país.
Los altos costos asociados, que comprenden desde un aumento en gastos de
atención de salud y servicios jurídicos a pérdidas de productividad, impactan en
presupuestos públicos nacionales y representan un obstáculo al desarrollo.
Tras varias décadas de movilizaciones promovidas por la sociedad civil y los
movimientos de mujeres, se ha conseguido incluir la erradicación de la violencia
de género en las agendas nacionales e internacionales. Nunca tantos países
han contado con leyes contra la violencia doméstica, las agresiones sexuales y
otras formas de violencia. Sin embargo, continúan existiendo desafíos en la
aplicación de estas leyes, resultando en una limitada protección y acceso a la
justicia por parte de mujeres y niñas. Asimismo, no se hace lo suficiente para
prevenir la violencia, y cuando ésta ocurre a menudo queda impune.

Nuestras soluciones
El derecho de las mujeres a vivir sin violencia está consagrado en los acuerdos
internacionales como la Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer (CEDAW), en especial a través de
sus recomendaciones generales núm. 12 y 19 y de la Declaración sobre la eliminación
de la violencia contra la mujer de las Naciones Unidas. A nivel global, ONU
Mujeres trabaja con los países para avanzar los marcos normativos
internacionales prestando apoyo a procesos inter-gubernamentales, tales como
la Asamblea General y la Comisión sobre la Condición Jurídica y Social de la
Mujer. A nivel de país, ONU Mujeres trabaja para conseguir la adopción y
promulgación de reformas jurídicas acordes con normas y estándares
internacionales.
Colaboramos con gobiernos, organizaciones de la sociedad civil y otras
instituciones para promover el fin de la violencia, aumentar la sensibilización
sobre sus causas y consecuencias y fortalecer las capacidades de nuestras
contrapartes para su prevención y respuesta. También promovemos la
necesidad de cambiar normas y el comportamiento de hombres y niños, y
abogamos por la equidad de género y los derechos de las mujeres. ONU
Mujeres apoya la ampliación de acceso a respuestas multisectoriales de calidad
para sobrevivientes, que incluyen seguridad, refugio, salud, justicia y otros
servicios esenciales. Prestamos orientación para políticas públicas para ayudar a
maximizar las inversiones destinadas a la prevención – la solución más rentable
y de largo plazo para detener la violencia.
Trabajamos con gobiernos para desarrollar planes nacionales de acción
dedicados a prevenir y abordar la violencia contra mujeres, fortaleciendo la
coordinación entre actores y sectores diversos que se requieren para una acción
significativa y de largo alcance. ONU Mujeres también aboga por integrar
medidas de lucha contra la violencia en marcos estratégicos a nivel
internacional, regional y nacional, tales como la agenda para el desarrollo
después de 2015.
http://hoy.com.do/accionar-del-estado-ante-los-problemas-de-violencia-de-genero/
http://www.un.org/womenwatch/daw/public/VAW_Study/VAW-Spanish.pdf
http://www.diarioregistrado.com/politica/como-el-estado-combatio-la-violencia-de-genero-
en-la-ultima-decada_a56316ae842bd9ca81b195722
http://www.notivida.org/legnacional/LEY%20NACIONAL%20DE%20VIOLENCIA%20CONT
RA%20LA%20MUJER.html
http://busquedas.elperuano.com.pe/normaslegales/ley-para-prevenir-sancionar-y-erradicar-
la-violencia-contra-ley-n-30364-1314999-1/

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