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Liderando el

Desarrollo
Sostenible de las
Ciudades

Unidad Temática
Planificación urbana
y ordenamiento teritorial

Semana 4
Liderando el Desarrollo Sostenible de las Ciudades

Gerente del Sector de Conocimiento y Aprendizaje:


Federico Basañes

Jefe del Instituto Interamericano para el Desarrollo Económico y Social – INDES:


Juan Cristóbal Bonnefoy

Coordinador General del Programa:


José E. Yitani

Equipo del programa:


Ana Haro
Alison Elías
Andrea Dusso

Autor:
Diego Carrión

Corrección de estilo y maquetación:


Manthra Comunicación

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del Banco Interamericano de Desarrollo, de su Directorio Ejecutivo ni de los países que representa.
Contenido

1. Planificación urbana: panorama


general y grandes desafíos�������������������������������������������������� 3
1.1 La importancia de la planificación urbana��������������������� 4

2. Gestión del suelo����������������������������������������������������������������� 7


2.1 La gestión del suelo urbano������������������������������������������ 7
2.2 El rol de la municipalidad
y de otros actores en la gestión del suelo�������������������� 8
2.3 Los desafíos y estrategias de la gestión del suelo
para la equidad y el desarrollo sostenible�������������������� 8

3. Desigualdad urbana y acceso a la vivienda������������������������� 9


3.1 La ciudad: escenario de intereses,
conflictos y desigualdades�������������������������������������������� 9
3.2 El desafío para lograr una ciudad más homogénea,
equitativa e inclusiva. Principales instrumentos
para superar la desigualdad urbana y mejorar
la calidad del hábitat urbano�������������������������������������� 11
3.3 Programas de mejoramiento de barrios (PMB)����������� 11
Planificación urbana y ordenamiento territorial

Unidad temática:
Planificación urbana
y ordenamiento territorial

1. Planificación urbana: panorama general


y grandes desafíos
La ciudad es un sistema complejo que involucra varias dimensiones
interdependientes que interactúan entre sí y “de cuya dinámica
depende la calidad de vida de millones de personas y buena parte
de la economía regional” (BID, 2011:1). En la medida en que las
ciudades concentran un alto porcentaje de la población y de la
actividad económica, el desafío de lograr un crecimiento urbano
sostenible es fundamental para que las decisiones que se tomen
en la actualidad no comprometan el bienestar de las futuras gene-
raciones (BID, 2011:9).

América Latina y el Caribe (ALC) es la región en desarrollo que ha


registrado la más rápida urbanización en el mundo: la población
urbana pasó de 41%, en 1950, a 80% en 2010. Asimismo, la región
muestra una concentración urbana de la actividad económica: en-
tre 60% y 70% del PIB regional se produce en las ciudades. A pesar
de esta generación de riqueza, 2/3 de los habitantes de las urbes
latinoamericanas viven en condiciones de pobreza (BID, 2011:1),
bajo patrones de segregación residencial y desigualdad en la cali-
dad urbana.

Algunos desafíos y características generales de la planificación ur-


bana de las ciudades son:

Ordenar el crecimiento. Una de las causas de los problemas ac-


tuales de las ciudades de la región es el crecimiento desordenado
y sin planificación del territorio. A partir de los años sesenta, el
crecimiento de la mayoría de ciudades de ALC obedece a proce-
sos espontáneos, no planificados, generalmente por subdivisión
de tierras agrícolas al margen de las regulaciones urbanas o por la
ocupación informal de áreas centrales.

Corregir la segregación espacial. El patrón de crecimiento urba-


no ha generado segregación espacial donde las áreas más pobres
se ubican en la periferia o en los intersticios de la ciudad formal,

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Liderando el Desarrollo Sostenible de las Ciudades

y carecen de servicios públicos, sistemas viales y accesos adecua-


dos, espacios públicos, equipamiento en educación y salud, y se-
guridad en cuanto a la tenencia de la tierra. De esta manera, re-
presentan espacios de mayor inseguridad, violencia, precariedad
urbana y vulnerabilidad social.

Evitar la expansión. En las últimas décadas, la extensión de mu-


chas ciudades de ALC ha superado las demandas del crecimiento
poblacional, con graves impactos en 1) el medio ambiente, debido
a la ocupación de terrenos agrícolas, bosques o áreas de protec-
ción ambiental; 2) el consumo energético, por los desplazamientos
desde las periferias hacia las áreas centrales de la ciudad donde se
encuentran los empleos y servicios; 3) los costos para la adminis-
tración local, ya que deben extenderse los servicios básicos y las
vías para atender a población dispersa; y, 4) la calidad de vida de
las familias, obligadas a recorrer largas distancias para acceder al
trabajo y a los servicios.

1.1 La importancia de la planificación urbana


Debido a los problemas de las ciudades, se ha reactivado la ne-
cesidad de planificar su crecimiento y organización. Se reconoce
que las ciudades exitosas son aquellas que han introducido de
manera sistemática y rigurosa una cultura y procesos de planifi-
cación mediante un proceso político-técnico, con alto grado de
consenso en cuanto a sus objetivos y una importante participa-
ción de la sociedad.

1.1.2 Características de la planificación urbana. La planificación


es fundamental, ya que define patrones de crecimiento y uso del
suelo que minimizan la huella ecológica y los impactos en el me-
dio ambiente natural (BID, 2010). Asimismo, prioriza un aprovecha-
miento territorial equilibrado, equitativo y eficiente a favor de un
desarrollo urbano sostenible, la equidad social y un incremento de
los niveles de productividad urbana, y para prever la dotación ade-
cuada, oportuna, redistributiva y eficiente de los bienes públicos.

1.1.3 Componentes de la planificación urbana. Para enfrentar los


desafíos de mejorar la calidad de vida de la población y lograr un
desarrollo sostenible de las ciudades, la planificación territorial ur-
bana debe considerar, por lo menos, los siguientes componentes:

•• Control del crecimiento urbano. Densidad. Diseñar y establecer


mecanismos rigurosos de control del crecimiento de la “mancha

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Planificación urbana y ordenamiento territorial

urbana”, para impulsar la noción de ciudad compacta frente a la


ciudad extensa y dispersa, ya que las ciudades difusas terminan
por ser ineficientes desde el punto de vista de las actividades
económicas y del acceso a satisfactores de vida urbana para la
población.

•• Diversidad urbana. Definir densidades y usos del suelo adecua-


das, que propendan a establecer variedad y diversidad de mor-
fologías y tipologías de edificación, con mixtura de usos compa-
tibles, en función de la capacidad de acogida del territorio. Se
trata de crear una ciudad dinámica y activa; por ejemplo, combi-
nando zonas comerciales y de oficinas con vivienda, para evitar
la desolación en días y horas de inactividad comercial o laboral.

•• Rehabilitación urbana. Crear programas sostenidos de rehabi-


litación y conservación de las áreas consolidadas de la ciudad,
con el fin de aprovechar adecuadamente los entornos urbanos
centralmente ubicados y dotados de infraestructuras y servicios.

•• Centralidades. Establecer multi-centralidades urbanas, con


equipamientos y servicios, para reducir desplazamientos y crear
identidad de ciudad en distintos nodos del territorio.1

•• Espacio público. Crear un sistema de espacio público estruc-


turador de la trama urbana, con base en áreas verdes, plazas,
paseos, y circuitos peatonales y de bicicleta, destinado al uso
ciudadano, gratuito y de libre acceso, ya que es un elemento
integrador y generador de desarrollo social.2

•• Movilidad. Favorecer la implantación de sistemas de transporte


público y tráfico que mejoren los desplazamientos bajo consi-
deraciones de reducción y racionalización del uso de energía,
disminución de la contaminación, multi-modalidad, y des-incen-
tivación del uso del automóvil privado.

•• Riesgos y desastres. Establecer un mapa de riesgos y amenazas


de desastres naturales para definir mecanismos que impidan y
controlen la ocupación de zonas de peligro; y en los casos que
se encuentren ocupadas y en eminente riesgo, implementar
programas de reasentamiento compensatorio.3

1 Véase el trabajo de Cuenin y Silva (2010) sobre una propuesta de multi-centralidades en el caso de Quito.

2 Un ejemplo relevante en la región es el de Curitiba, donde coexisten sistemas de transporte público y estructurados
de espacio público.

3 Uno de los aspectos críticos para la calidad de vida de los pobladores urbanos tiene que ver con las condiciones de
vulnerabilidad ante riesgos naturales. Muchos barrios populares de las ciudades de la región fueron construidos en
zonas de riesgo (deslaves, inundaciones, tormentas, etc.), por lo que, la ocurrencia de desastres provoca accidentes
que resultan en heridos y fallecidos, así como afectaciones a la salud y la pérdida de bienes materiales. La vivienda en
estos barrios –generalmente, autoconstruida– es de mala calidad y de alto riesgo (Carrión, 2010).

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Liderando el Desarrollo Sostenible de las Ciudades

•• Áreas urbanas protegidas. Establecer las áreas de valor ambien-


tal y protegerlas de la ocupación urbana, ya que la expansión
urbana está directamente relacionada con la destrucción y frag-
mentación de los ecosistemas, con el incremento de riesgos
ambientales y con incidencia en el cambio climático.4

1.1.3 Planes urbanos. Las municipalidades tienen la facultad y la


obligación legal de otorgar licencias de uso y ocupación del suelo,
y para la realización de obras y construcción aplicables a los pre-
dios. Al mismo tiempo, tienen la competencia y el deber de vigilar
el cumplimiento de las disposiciones que correspondan en estas
materias. La base instrumental para ello son los diversos planes,
que van en una suerte de jerarquía territorial, desde el ámbito más
amplio, hasta las operaciones puntuales en áreas específicas de las
ciudades. Algunos ejemplos son: Planificación Estratégica Urbana,
Plan de Ordenamiento Territorial, Plan Maestro (o Plan Director),
Plan de Uso y Ocupación del Suelo (PUOS), Plan Zonal y de desa-
rrollo de territorios específicos, Planes Sectoriales.

La experiencia de Curitiba es un ejemplo exitoso de planifica-


ción y gestión urbana ya que es consecuencia de la aplicación
sistemática de políticas continuas y efectivas durante varias
décadas. En este caso se trabajó en:

•• sistemas integrados de transporte, uso del suelo y densida-


des de población

•• descongestionamiento del área central y preservación del


centro tradicional

•• ordenamiento del crecimiento de la población

•• normalización del uso del suelo

•• promoción económica al desarrollo urbano

•• dotación de equipamientos públicos y servicios de infraes-


tructura como agua potable y alcantarillado

4 Un ejemplo de protección ambiental de áreas de interés ecológico amenazadas por la urbanización es la Reserva
Forestal Protectora Bosque Oriental de Bogotá, localizada sobre los cerros orientales de la ciudad de Bogotá D.C., con
aproximadamente 14 000 hectáreas, y conectada a los Parques Nacionales Naturales de Chingaza y Sumapaz (http://
ambientebogota.gov.co/cerros-orientales). Un ejemplo similar en Quito es el proyecto Parque Pichincha que busca pro-
teger las laderas occidentales de la ciudad y evitar el crecimiento urbano informal en esas áreas. El proyecto contempla
la construcción y adecuación de cinco parques naturales en las laderas del Pichincha. En total, el plan comprende una
superficie de 1 115 hectáreas. Estas obras permitirán proteger las laderas occidentales, evitar las invasiones y dotar
a la ciudad de un espacio paisajístico de conservación. (Tomado de diario El Comercio, http://www.elcomercio.com/
quito/proyecto-Quito-parques-laderas_del_Pichincha_0_948505387.html. ElComercio.com).

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Planificación urbana y ordenamiento territorial

•• protección al medio ambiente: control de la contaminación


emitida por los vehículos de combustión; estímulo al uso de
la bicicleta como medio de transporte; creación de grandes
áreas de parques y bosques, plazas, espacios públicos y vías
públicas provistas de vegetación.

Cabe señalar que el éxito de Curitiba también se debe a un pro-


ceso de planificación a largo plazo y a la aplicación de un conjun-
to de factores para la gestión del plan y de conformación de una
estructura institucional para su implementación.5

2. Gestión del suelo

2.1 La gestión del suelo urbano


El manejo del suelo es clave para orientar el desarrollo sostenible de
las ciudades y la calidad de vida de sus habitantes. Este es un recur-
so escaso cuyo desarrollo es costoso, por lo que su gestión requiere
una visión a largo plazo así como consideraciones económicas y en
cuanto a equidad social. Gestionar el suelo significa pasar de las
definiciones conceptuales (visión de la ciudad deseada, estructura
física, tipo e intensidad de los usos), al ordenamiento de la actuación
pública y el incentivo y canalización de la participación privada.

Se trata, entonces, del “conjunto de intervenciones de las entida-


des públicas sobre el mercado de la tierra, destinadas a alcanzar
los objetivos éticos y políticos que asume una colectividad en los
procesos de transformación, ocupación y conservación de un terri-
torio” (Maldonado et al., 2006:77). Para alcanzar estos objetivos,
los sistemas urbanísticos se auxilian de diferentes instrumentos que
recaen sobre la propiedad del suelo. La gestión del suelo implica la
realización de acciones mediante instrumentos que afecten el uso
y destino de la propiedad urbana (Furtado & Acosta, 2012:67).

2.2 El rol de la municipalidad


y de otros actores en la gestión del suelo
De acuerdo con la legislación de los países de ALC, las municipa-
lidades son responsables de la planificación y asignación de usos

5 Para lo cual se creó el Instituto de Pesquisa e Planejamento Urbano de Curitiba (IPPUC).

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Liderando el Desarrollo Sostenible de las Ciudades

y ocupación del suelo en sus jurisdicciones territoriales. Asimismo,


establecen políticas fiscales que los propietarios de inmuebles
deben cumplir y, por tanto, fijan tributos inmobiliarios (impuestos
prediales, tasas, tarifas, contribuciones) tomando al catastro como
referencia y valoración de predios y edificaciones.

El suelo urbano raramente ha sido objeto de una política de Es-


tado y, en la mayoría de países, solo se han tomado medidas a
posteriori para regularizar situaciones de ilegalidad o informalidad
(ONU-Hábitat, 2012:69). Salvo excepciones, en las ciudades de
ALC el mercado del suelo está poco reglamentado y no existen
políticas públicas que favorezcan una distribución más equitativa.

Es posible constatar resultados deficientes de la política del sue-


lo en la región: baja tributación inmobiliaria, escasa recuperación
de plusvalías del suelo generadas por inversiones públicas, distri-
bución inequitativa de infraestructura y servicios urbanos, escasa
oferta de vivienda para los pobres en las zonas urbanas. Esta si-
tuación se atribuye a las condiciones adversas para implementar
políticas de suelo, especialmente por los poderosos intereses de
tenencia del suelo. (Smolka & Mullahy, 2007:xviii).

2.3 Los desafíos y estrategias de la gestión del suelo


para la equidad y el desarrollo sostenible
Uno de los retos para las administraciones locales en cuanto a equi-
dad y desarrollo sostenible es equilibrar la demanda de suelo para
vivienda, industrias, comercios, servicios, espacios públicos, áreas
verdes y otros componentes urbanos, en un contexto de gran cre-
cimiento urbano. Por eso, la gestión del suelo de las urbes requiere
políticas e instrumentos que permitan: 1) generar suficiente oferta
para el desarrollo de la ciudad y 2) preservar las áreas verdes, agrí-
colas, forestales y de interés ambiental.

Entre las estrategias para asumir el manejo del suelo urbano con
fines residenciales, se destacan: densificar las zonas existentes y
en nuevos desarrollos de la ciudad, rehabilitar sectores urbanos
deteriorados, limitar la extensión de la ciudad y habilitar suelo para
vivienda en sectores populares.

Para implementar dichas estrategias, las ciudades de ALC em-


plean, entre otros:

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Planificación urbana y ordenamiento territorial

•• Mecanismos tributarios (impuestos prediales progresivos para


lotes vacantes, incentivos tributarios, contribuciones especiales
de mejoras, valorización);

•• Mecanismos normativos (cambios en la legislación de uso del


suelo, aplicación de la noción de “uso social de la propiedad”6,
aumento del coeficiente de aprovechamiento con pago de con-
trapartida);

•• Mecanismos de gestión (acciones entre el poder público y el


sector privado, promoción de emprendimientos especiales).

Existen medidas que aumentan la oferta de suelo urbanizable dis-


ponible, permiten el financiamiento urbano de infraestructuras y
desaniman las prácticas de retención especulativa del suelo. Por
ejemplo, en Bogotá, la implementación de la Participación en Plus-
valías permitió recaudar aproximadamente USD 38 millones, en-
tre 2009 y 2011, para reinvertir principalmente en vivienda social
y el mejoramiento de asentamientos precarios. Asimismo, en São
Paulo se realizaron importantes recaudaciones para cubrir costos
de infraestructura y garantizar viviendas para residentes con bajos
ingresos mediante Certificados de Edificabilidad Potencial Adicio-
nal Constructiva (CEPAC), un tipo de título negociable en subasta
pública, correspondiente a una superficie construible adicional a
la prevista dentro de las normas urbanas. Con este instrumento,
en la operación urbana en la barriada de Faria Lima, entre 1995 y
2004 se recaudaron más de USD 150 millones por compra de estos
títulos.

3. Desigualdad urbana y acceso a la vivienda

3.1 La ciudad: escenario de intereses,


conflictos y desigualdades
El crecimiento poblacional de las ciudades latinoamericanas en
contraste a la lentitud con la que integran económicamente a la
totalidad de su población ha generado graves problemas urbanos
y sociales. Según las Naciones Unidas (UN-Hábitat, 2006), 127,5
millones de personas (32% de la población urbana) viven en asen-
tamientos informales. Esta situación genera grandes contrastes en
la calidad de vida en las ciudades: áreas desarrolladas y bien equi-
padas conviven con zonas de extrema pobreza que carecen de

6 Crea excepciones en la legislación sobre construcción y uso del suelo.

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Liderando el Desarrollo Sostenible de las Ciudades

servicios sociales e infraestructura y en condiciones habitacionales


y ambientales degradadas. La reducción de la informalidad urba-
na requiere inversiones estratégicas para el mejoramiento de los
barrios, que aumenten la accesibilidad y provean la infraestructura
urbana mínima (saneamiento básico, drenaje y otros), servicios cla-
ves (salud y educación) y vivienda social.

El patrón de organización territorial de las ciudades de la región


mantiene pautas de segregación urbana que consolidan formas de
exclusión social. Tal esquema, anclado en mecanismos de mercado
del suelo y los inmuebles, provocan desarticulación, privatización
parcial de la ciudad por efecto de urbanizaciones cerradas, frag-
mentación urbana, desajustes y desequilibrios en la dotación de
equipamientos, servicios e infraestructura.

La rápida expansión de las ciudades ha superado la capacidad de


los gobiernos locales de proveer servicios e infraestructura según
los estándares definidos por los planes urbanos, razón por la cual
grandes áreas residenciales desarrolladas por el sector informal en-
frentan carencias importantes (Rojas, 2009:4).

Esta tendencia es el resultado de una concentración de tenencia


de la tierra y de mercados del suelo, así como de instituciones e
instrumentos de planificación débiles. En esta medida, otro de los
problemas en las ciudades de ALC es la escasa disponibilidad de
tierra para vivienda para la población de bajos ingresos.

En las ciudades de ALC se observa una concentración territorial de


la pobreza. Esto representa un problema ya que estas zonas que-
dan alejadas del centro de las ciudades y no cuentan con un buen
servicio de transporte público. El aislamiento provoca una concen-
tración de problemas sociales con impactos negativos en el desa-
rrollo humano y social, así como un acceso limitado a los bienes
y servicios que ofrece la ciudad, incluida la vivienda. Al no poder
acceder a viviendas producidas por el sector formal, estas pobla-
ciones recurren a soluciones informales. Como resultado, el paisaje
urbano se caracteriza por la presencia de asentamientos populares
habilitados, construidos y desarrollados por los pobladores.

3.2 El desafío para lograr una ciudad más homogénea, equita-


tiva e inclusiva. Principales instrumentos para superar la des-
igualdad urbana y mejorar la calidad del hábitat urbano
El principal desafío para superar la desigualdad urbana es lograr
una ciudad más homogénea, equitativa e inclusiva. Esto significa

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Planificación urbana y ordenamiento territorial

ofrecer a los residentes de los barrios pobres acceso a la misma


infraestructura y servicios públicos disponibles en otras áreas de la
ciudad. Para lograrlo, es necesario integrar los barrios populares
precarios a las redes de servicios de la ciudad, mediante inversio-
nes focalizadas territorialmente destinadas a construir o terminar
la infraestructura básica y a atender sus necesidades específicas
mediante el equipamiento social.

Un gran número de países de ALC ha adoptado estas políticas de


integración lo que contribuye a mejorar las condiciones de vida
de millones de habitantes en las urbes. De esta manera, desarrolla
programas para el mejoramiento de la calidad habitacional que
contemplan la mejora de barrios consolidados y tugurizados y re-
gularizan su situación urbanística al proveer servicios e infraestruc-
tura básicos. En este tipo de acciones, los municipios juegan un
rol fundamental ya que las áreas aptas para vivienda y otras acti-
vidades humanas se definen mediante la planificación territorial.
(Jordán y Martínez, 2009:57).

La estrategia para enfrentar el problema de la marginalidad urbana


exige el alineamiento de varios factores: 1) una política de inte-
gración urbana formulada a nivel local, 2) un plan específico para
enfrentar el problema; 3) recursos financieros a largo plazo y 4) un
esquema de ejecución eficiente.

Está probado que la combinación de una voluntad política y una


buena planificación y asignación de recursos logra importantes
avances en la recuperación de los barrios marginados de las
ciudades.

3.3 Programas de mejoramiento de barrios (PMB)


Los PMB son intervenciones integrales que contemplan la recu-
peración o implementación de infraestructura básica; oferta de
servicios urbanos (recolección de basura) y sociales (educación,
salud); capacitación e inserción laboral; regularización de la tenen-
cia; atención a grupos vulnerables; seguridad ciudadana; y mejora-
miento ambiental y habitacional, entre otros (Brakarz et al., 2002;
UN-Hábitat, 2011).

Los PMB exitosos son aquellos en los cuales se observan cuatro


pares de ocho temas interrelacionados (Magalhaes, et al., 2012):
1) legitimidad e institucionalidad, 2) integralidad y sustentabilidad,
3) calidad y costo y 4) focalización y universalización. Sostienen,
además, que una política urbana consistente debe combinar la

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Liderando el Desarrollo Sostenible de las Ciudades

urbanización de asentamientos precarios con la producción de


nuevas viviendas y el apoyo a la construcción progresiva, en es-
pecial para los grupos de más bajo ingreso. lo que depende de la
ampliación del acceso a la tierra urbanizada de bajo costo, y pro-
mover el mercado de inmuebles en grupos con ingresos medios y
bajos. (Magalhaes, et al., 2012: 114).

El modelo actual de PMB es una alternativa que ha generado gran


interés por parte de los países de la región, debido al éxito con-
seguido en las ciudades que lo adoptaron (Brakarz 2002, 2010).
Desde mediados de los años ochenta, el Banco Interamericano de
Desarrollo (BID) apoya varios PMB. Este modelo de acción es una
de las soluciones para el problema de los asentamientos humanos
informales. De esta manera, programas de diversos sectores, como
el saneamiento básico, la prevención de la violencia y los fondos
de inversión social, entre otros, han incorporado el enfoque inte-
gral de los PMB relativo a los problemas urbanos y.

Algunos ejemplos emblemáticos de PMB son los de Chile, Río de


Janeiro (Favela-Bairro), Habitar Brasil BID (HBB), Planes Estratégi-
cos de Asentamientos Subnormales – PEMAS (Brasil), PROMEBA
(Argentina), el Programa de Mejoramiento de Barrios de Quito (Mi
barrio Lindo) (Ecuador), Programa Hábitat de México, entre otros.

Los PMB se han convertido en intervenciones que integran varias


dimensiones del desarrollo urbano, social y económico de la ciu-
dad y los barrios involucrados, impulsadas por los gobiernos nacio-
nales y municipales. En los últimos años, numerosos países de ALC
atienden los problemas de precariedad de los barrios populares y
su integración a la ciudad.

En los programas nacionales, los PMB responden a una racionalidad


de interés público en base a tres perspectivas complementarias: 1)
como instrumentos de desarrollo urbano, 2) como elementos im-
portantes de las políticas de vivienda y, 3) como componentes de
estrategias de desarrollo social (Brakarz, 2009).

De acuerdo con una perspectiva municipal, los PMB atienden ob-


jetivos de política local como el desarrollo urbano, políticas socia-
les específicas, intervenciones urbano-ambientales y generación
de ingresos. Otras acciones relacionadas con la desigualdad urbana
son la movilidad y la desconcentración de servicios y equipamientos.

Un caso interesante es el de los proyectos urbanos integra-


les de Medellín, que consisten, según Cárdenas (2006:28), en

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Planificación urbana y ordenamiento territorial

“un modelo de intervención urbana que pretende elevar los nive-


les de la calidad de vida de los habitantes de una zona específica.
Para ello, concentra todos sus recursos en un solo territorio, con el
ánimo de focalizar los esfuerzos y lograr un resultado que se refleje
en el desarrollo y transformación integral de las comunidades, en
lo social y en lo físico. Está diseñado especialmente para abordar
las zonas de la ciudad más deprimidas y marginadas donde el Es-
tado suele tener una alta deuda social, y para ser utilizado como
modelo de intervención replicable”.

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Liderando el Desarrollo Sostenible de las Ciudades

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