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Las muertes por el frío en Puno no son algo extraordinario, pero sí es sorprendente cómo esto
revela temas antiguos, pendientes. Y el problema en sí no es único y exclusivo de Puno. En
cualquier comunidad campesina de la sierra sur se sabe que, a ciertas horas, una persona sin la
debida protección puede simplemente fallecer al exponerse al clima. Los medios han incidido,
como siempre, en el frío y las muertes. Sin embargo, una vez más, el problema está donde no se
creía.
Vayamos por algunas cifras. La temperatura en Juliaca puede llegar a los -5 celsius por las
noches. En el campo, las temperaturas son aún más bajas. El 50.3% de la población de Puno es
rural. Existen 435 centros de salud en Puno. Sin embargo los caseríos, las comunidades, no
siempre están cerca de un centro de salud.
El presupuesto del Ministerio de Salud para el 2009 no contempla ningún proyecto de mejora,
mantenimiento o renovación de los hospitales de Puno, menos aún inversión en nuevas
instalaciones. A su vez, el presupuesto de la región Puno para este año incluye un programa
para la mejora de capacidades de atención de los centros de salud que, una vez repartido,
significaría doscientos setenta soles por centro de salud. La región Puno maneja un limitado
programa de atención a infecciones respiratorias (de dos millones de soles para toda la región,
de un presupuesto que se comparte con la atención a EDA’s)
En el otro lado de la historia, se demuestra el fallo de los programas de atención social. El frío es
el gatillo para infecciones que proliferan en los pobladores con desnutrición. Puno, Lampa,
Azángaro y Carabaya muestran altos niveles de desnutrición infantil. Por ejemplo, diversos
programas de PRONAA han sido aplicados en la región. al parecer, no de forma muy apropiada.
Sin embargo, la incidencia de neumonías multifocales es alta, correspondiendose a bajos niveles
de respuesta inmunologica.
De los 435 centros de salud ubicados en la región Puno, pocos son los que cuentan con las
condiciones apropiadas para atender casos de neumonía extendidos por toda la población. Es
más, muchos de estos centros de salud son de Primer Nivel, es decir puestos de salud con
limitaciones y con un promedio de dos profesionales.
La solución no es la vacuna contra la gripe sino que un adecuado sistema de apoyo social brinde
sus frutos. Y que el Estado se encuentre preparado a atender las infecciones clásicas, pues las
IRA’s son una constante en la época de frío.