Cuadro Comparativo

Historia de la literatura infantil

María Fernanda Penagos Lozano.

Marzo 2019.

Corporación universitaria Minuto de Dios.

Cundinamarca.
Práctica Profesional
 CUADRO COMPARATIVO DE LA HISTORIA DE LA LITERATURA INFANTIL
ANTIGUEDAD
Antes del nacimiento de la
literatura infantil como género
autónomo, los niños que podían
tener acceso a la lectura, ´pues no
todos podían aprender a leer, se
deleitaban con las mismas obras
que los adultos escuchaban y leían
tales como poemas épicos,
romances y literatura de cordel.
Esto no resulta extraño, ya que la
literatura infantil también está
relacionada con el folklore y la
oralidad, cuyas manifestaciones
exigían del público una
ingenuidad casi infantil y una
credulidad sin límites para aceptar
la mezcla de lo natural y lo
sobrenatural como algo cotidiano.
Lejos de relatar historias de
aventuras, incluían lecciones
morales que reflejaban las
creencias religiosas de la época,
pues todo iba unido, las
costumbres, las creencias
populares, la mitología y la
religión.
MEDIEVAL
Con la llegada y popularización de
la imprenta, fueron editándose
historias para niños hasta entonces
difundidas mediante la tradición
oral. Junto con la traducción de
las Fábulas de Esopo, alcanzó
gran popularidad en España
el Fabulario de Sebastián Mey
(1613), en el que reunió 57 fábulas
y cuentos que concluyen con una
lección moral. Mención aparte
merecen Charles Perrault y
sus Cuentos de antaño (1697).
Entre las leyendas célticas y los
relatos populares franceses e
italianos que recopiló,
encontramos clásicos como La
Cenicienta, El gato con
botas, Caperucita
Roja y Pulgarcito.
Conforme aparecieron novelas
ligeras de aventuras, la atención
por la lectura infantil fue en
aumento. Dos ejemplos clásicos
son Robinson Crusoe (1719)
y Los viajes de Gulliver (1726),
SIGLO XIX SIGLO XX
El siglo XIX y el Si diversos escritores
Romanticismo, con su exaltación decimonónicos como Oscar
del individuo, favorece el auge de Wilde, Mark Twain, Rudyard
la fantasía, y, con el interés por lo Kipling, Robert Louis Stevenson,
nacional, fomenta el folclore Jules Verne y E.T.A. Hoffmann ya
autóctono que lleva a los autores a coquetearon con el género, serían
buscar y recopilar antiguas en el siglo XX cuando la literatura
leyendas y cuentos folklóricos. infantil adquiriría su completa
A principios del siglo XIX, la autonomía y madurez. La
corriente del romanticismo psicología y los intereses del niño
propició el auge de la fantasía. De serían tenidos en cuenta para
esta época datan dos iconos de la trazar personajes y tramas mucho
literatura infantil, de gran talento más elaboradas, que evolucionan a
literario. Por un lado, lo largo de la historia. La lista de
los hermanos Jacob y Wilhelm clásicos infantiles no tendría fin, y
Grimm que, podría estar encabezada por libros
desde Blancanieves hasta La tan conocidos como Peter
bella durmiente, popularizaron Pan, Mary Poppins, El
muchos de los personajes más principito, Las crónicas de
famosos hoy en día gracias a Narnia, Charlie y la fábrica de
sus Cuentos para la infancia y el chocolate y La historia
hogar (1812-1815). No fue menos interminable. Aventuras todas
trascendente la aportación ellas a años luz de las fábulas del
de Hans Christian siglo XVII, pero que quizá no
Andersen, Cuentos para habrían nacido de no ser por
niños (1835), caracterizada por su aquellas.
ambas escritas para adultos pero sensibilidad a la hora de esculpir a
recomendadas con el paso del personajes tan dispares como La
tiempo también para niños. sirenita y El patito feo. La
editorial Saturnino Calleja, creada
en 1876, fue la que divulgó las
mejores piezas de literatura
infantil en España gracias a los
denominados “Cuentos de
Calleja“, que contaban con la
colaboración de los mejores
ilustradores de la época.
Finalmente, es de destacar que en
Suiza, patria del personaje Heidi
de Johana Spyri y país de gran
tradición pedagógica, se crea, en
1954, el International Board on
Books for Young People (IBBY)
que integra a escritores,
ilustradores, libreros, pedagogos,
etc. Este organismo concede todos
los años la Medalla Andersen, que
puede ser considerada como el
premio Nobel de la Literatura
Infantil, a un escritor y a un
ilustrador.