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(1) PAUL CELAN


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co J. Jiménez Heffernan
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(1) J. Alcoriza
L.
A. Corría

J.L. Villa cañas


l. Zavala
J.Nebreda
E. Na varro

J.García Leal
F. Cobo
O. Barroso

Composici n
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premios
universidad
de~ranada
a 1~ ivulgación
Científica
111::
Eduardo Battaner

unfísico
en la calle

Eduardo Battaner Alberto Salamanca María José Cano


Miguel Ángel Espinosa
Un físico Monstruos,
en la calle ostentos y Historia y cultura
280 págs., 14 x 21 cm, 2005 hermafroditas del pueblo judío
ISBN: 978-84 -338-3680 -3 280 págs., 14 x 21 cm, 2005
514 págs., 17 x 24 cm, 2007
ISBN: 978-84-338-3680-3
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Composici n
revista de literatura y pensamiento
Número 01 • invierno 2008-2009

03 Presentación

Sultana Wahnón
Javier Alcoriza

43 Singer, Celan,
Sachs. Sobre
Eva Navarro

88 La televisión en
la literatura
DOSSIER la supervivencia
de la literatura Jesús Nebreda
PAUL CELAN
Denis Thouard
98

Parece que los
tiempos han
cambiado pero

05 Celan para los


filósofos



permanecen los
dioses.
Los cien años de
Simone de Beauvoir

Ana Gorría

51

Voces en el
umbral del ser
humano: Reja de
lenguaje y
Esperando a
Robert Caner Godot.

10

Rimas y paisajes:
Paul Celan describe
Berlín en diciembre LA ANTORCHA
LECTURAS
José García Leal
de1967 AL OÍDO
José Luis Villacañas
111

El debate sobre
la visión en el
pensamiento

64

La teoría de la
tragedia en
Schiller


francés del
último siglo

Francisco Cobo

116

Catolicismo y
anticatolicismo
en la antesala
Jorge Pérez de Tudela Velasco de la Guerra

20
Altura de Celan.
Con sendas
observaciones
Civil

Óscar Barroso


sobre el tiempo y
la liberación Iris Zavala 122 Cuando el
pasado se

Julián Jiménez Heffernan 81 La labor de


civilizar en la


convierte en
memoria y el

30

Edén, o
alrededores.
Nota sobre Celan


cultura
contemporánea



futuro en deseo.
Pensando la historia y
Europa desde las
y la poesía inglesa subjetividades.

1 I N V I E R N O 2 0 0 8 - 2 0 0 9 R E V I S TA D E L I T E R AT U R A Y P E N S A M I E N T O
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tículos sobre una misma temáti- doce notas a pie de página, que Gerard Vilar, «La filosofía de la cuerpo del texto, poniendo el nú-
ca; «La antorcha al oído», don- deberán ser breves y fundamen- cultura», en V. Bozal (ed.), His- mero de página entre paréntesis:
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temática variada; y «Lecturas», bibliográficas. La extensión de las teorías artísticas contemporá-
dedicada a comentarios exten- las «Lecturas» será de 15.000 a neas, vol. I, Madrid, Visor, 1996, TABLA DE MATERIAS
sos de libros de reciente apari- 20.000 caracteres, también con pp. 365-376. Afinidades publicará artículos
ción. En las dos primeras seccio- espacios incluidos. En ellas no de carácter reflexivo y/o ensa-
nes se publicarán artículos origi- se usarán notas a pie de pági- PARA OBRAS CLÁSICAS: yístico que se inscriban en cual-
nales e inéditos, de carácter re- na, aunque podrá incluirse al fi- Juan Luis Vives, Obras Com- quiera de estos ámbitos de las
flexivo y/o ensayístico, que ver- nal una breve «Bibliografía», de pletas, ed. de L. Riber, Madrid, Humanidades y que versen so-
sen sobre cualquiera de las ma- cinco títulos como máximo, que, Aguilar, 1948. bre autores y asuntos modernos
terias que se indican en la tabla en su caso, se citará en el cuer- y contemporáneos —en general,
de contenidos que figura en esta po del texto mediante el sistema (Cuando la temática del artícu- a partir del siglo XVIII:
misma página. La sección «Lec- autor-fecha-página. lo lo exija, los autores podrán
turas» está destinada exclusiva- hacer constar las fechas de las —Literaturas europeas
mente a comentar libros de ca- El sistema de cita en las notas ediciones originales, después del —Pensamiento literario
rácter teórico, crítico o ensayís- a pie de página de las seccio- título y entre paréntesis. Ejem- —Modernidad europea
tico; no obras literarias. nes «Dossier» y «La antorcha al plo: Hannah Arendt, La condi- —Corrientes actuales del pen-
oído» será el siguiente: ción humana (1958), Barcelo- samiento
Los autores que lo deseen pue- na, Paidós, 1998). —Pensadores modernos y con-
den enviar sus artículos o lectu- PARA LIBROS: temporáneos
ras en soporte informático a la Hannah Arendt, La condición hu- El sistema de referencias en —Reflexiones sobre la historia
siguiente dirección electrónica: mana, Barcelona, Paidós, 1998, la «Bibliografía» de las «Lectu- europea del siglo XX
swahnon@ugr.es. Una vez reci- pp. 89-102 (en adelante, La con- ras» será: —Ética de la literatura
bidos, serán evaluados por la dición humana, p. 58). —Filosofía y literatura
Dirección y el Consejo de Re- CAN ETTI, Elías (1960), Ma- —Estética
dacción y, en los casos en que PARA ARTÍCULOS: sa y poder, Barcelona, Much- —Teoría de las Artes
sea necesario, también por el Tzvetan Todorov, «Por qué Jakob- nik, 1977. —Filosofía de las ciencias hu-
Consejo Asesor. La revista co- son y Bajtin no se encontraron manas.
municará su decisión a los au- nunca», Revista de Occidente, 90, (Y de modo similar para los ar- —Teoría de la interpretación
tores lo antes posible, aunque marzo 1997, pp. 120-155. tículos, capítulos de libro, etc. —Teoría de la historia
no devolverá los originales no En las obras clásicas de data- —Antropología filosófica y lite-
solicitados. PARA CAPÍTULOS ción desconocida solo se hará raria
DE LIBRO: constar, al final, la fecha de la —Filosofía política
La extensión de los artículos in- Walter Benjamin, «Escondrijos», edición utilizada). —Teorías sociales
cluidos en las secciones «Do- en Infancia en Berlín hacia —Ética y filosofía moral
ssier» y «La antorcha al oído» se- 1900, Madrid, Alfaguara, 1990, En lo que respecta a la obra co- —Teoría de la cultura
rá de 35.000 a 40.000 caracte- pp. 49-50. mentada, se proporcionará la re- —Teoría de la justicia

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Presentación
Sultana Wahnón
Directora de Afinidades

La Universidad de Granada
emprende est a aventura
cultural, la creación de una nueva
ahora ya supra-nacionales, entre una
supuesta identidad monolíticamente
europea, frente a otra no menos
tiempos de Juan Luis Vives, pero que
tropieza para ello con el obstáculo
de no hablar ni, sobre todo, escribir
revista de literatura y pensamiento, monolíticamente norteamericana —o ya en una misma y única lengua.
coincidiendo con el momento en asiática, o sudamericana. Y esto ni La desaparición del latín como
que se dispone también a culminar siquiera en aras de la competitividad lengua común de las universidades
el proceso de Bolonia y a ingresar, económica que, según declaraciones europeas, contra la que el humanista
por tanto, en el Espacio Europeo de la propia Comisión Europea (véase español fue uno de los primeros en
de Educación Superior. De ahí que por ejemplo el documento «El papel pronunciarse, fue, amén de algo
Afinidades nazca con una vocación de las universidades en la Europa seguramente inevitable, el punto
netamente europeísta y contemporá- del conocimiento»), sería el objetivo de partida de la difícil coyuntura
nea, queriéndose cauce de expresión último de la reforma universitaria que ya en 1824, y comparándose
y transmisión de las grandes ideas decretada por Bruselas. con los antiguos sabios, le dibujara
y valores que, desde el siglo XVIII Goethe con desconsuelo al joven
hasta hoy, habrían tenido su lugar Entiéndase, pues, Europa, en el Eckermann: «Ahora tenemos que
de nacimiento en cualquiera de las amplio, generoso y espiritual sentido ser griegos y latinos, y franceses e
naciones del viejo continente. Con en que la entendió, entre otros, el ingleses». Por lo mismo, no caeremos
este gesto, el de crear una revista autor que ha inspirado precisamente aquí en la «locura» (y sigo citando
cultural de dimensión europea y no el nombre de la revista. Pero téngase al poeta alemán) de mirar también
exclusivamente nacional, la Univer- también en cuenta que el haberla hacia Oriente. Aun queriéndonos
sidad de Granada aspira a participar concebido como europea implica no en definitiva universales, la revista
en la construcción del espacio común solo el deseo de abrirla a horizontes limitará voluntariamente su horizonte
europeo desde un punto de vista más amplios que los nacionales, sino de visión al ámbito de la cultura eu-
que no sería ya solo el estrictamente también el de fijar ciertos límites ropea o, como mucho, occidental, sin
académico de la necesaria adaptación fronterizos a la que a partir de ahora dar cabida en general a los mundos
de los planes de estudios al sistema va a ser su actividad. No habría que otrora exóticos —y hoy próximos,
de créditos europeos, sino también perder de vista que, a estas alturas familiares y queridos— del Medio
el de la contribución al desarrollo de del tiempo, ocuparse solo de la cul- o Lejano Oriente, como tampoco
una cultura y unos valores europeos, tura europea sería ya de por sí una a los africanos, ni a todos cuantos,
o, lo que es lo mismo, de un sen- tarea inacabable. Al fin y al cabo, en resumen, tienden a englobarse
timiento de identidad europea más por mucho que las circunstancias actualmente bajo la rúbrica de los
allá y por encima del sentimiento de políticas hayan cambiado sustancial- estudios post-coloniales. Afinidades
identidad nacional de cada uno de mente con el nacimiento de la Unión quiere ser una revista con un perfil
los países que componen la Unión Europea, casi tres siglos después de definido, que, por las razones de
Europea. El espíritu que anima a que Goethe mantuviera sus famosas orden práctico y de pertinencia
esta nueva publicación es, pues, conversaciones con Eckermann, la histórica y universitaria que acaban
integrador: supone una invitación situación sigue siendo esencialmente de exponerse, va a ser en concreto
a sentirse europeos, además de la misma que él dibujó allí, esto es, un perfil europeo.
españoles, franceses o ingleses. No la de una Europa que, pese a sus ya
queremos, en cambio, alentar en irreversibles divisiones territoriales, Para limitar un poco más todavía
modo alguno la tendencia actual querría seguir estando culturalmente el aun así inabarcable campo de
a construir nuevos antagonismos, tan unida como lo estaba todavía en las humanidades europeas, esta

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editorial

publicación va a dar cabida solo sin duda, una de las figuras más pasado más o menos reciente, debería
a un número determinado, si bien emblemáticas de la alta literatura permitirnos comprender mejor cual-
generoso, de temáticas, entre las que europea del siglo XX. Con una quier cosa que esté ocurriendo hoy
ocuparán un lugar especialmente escritura de tan difícil acceso como en el mundo del pensamiento, de la
importante las literarias (entendi- las de Mallarmé o Rimbaud, pero cultura, de las ideas, o simplemente
das, sobre todo, en el sentido de obedeciendo a otra lógica que la del en el mundo en general. Dentro de
alta literatura) y las filosóficas o simbolismo, su obra es significativa esta sección se incluirá también,
teóricas, comprendiendo por esto no solo por haber supuesto una re- siempre que parezca necesario (como
todo cuanto entra dentro de la volución formal en la poesía escrita ha ocurrido ya en este número), una
categoría de pensamiento, aunque en lengua alemana, sino también por sub-sección dedicada a las grandes
preferentemente en las modalidades constituir, desde el punto de vista figuras de la cultura europea cuyos
que se encuentran consignadas al ético, una contundente respuesta centenarios se conmemoren en el año
comienzo de este mismo número, literaria a los episodios más trágicos en curso. Constituye un motivo de
en la tabla de materias. La última e imborrables de la reciente historia satisfacción para la revista que en
restricción que vamos a imponer europea: los relacionados con la Se- esta primera, y por tanto especial
a nuestros futuros colaboradores y gunda Guerra Mundial, los campos ocasión, la autora a la que se rinde
lectores es la que tiene que ver con de concentración y exterminio y la homenaje sea la francesa Simone
el tratamiento de estas temáticas, destrucción de los judíos europeos. de Beauvoir.
que deberá caracterizarse por la Los artículos reunidos en este dossier
solidez propia de la investigación sobre Paul Celan no solo llevan Finalmente, la tercera y última
académica (puesto que Afinidades es, a cabo una puesta al día de las sección, llamada Lecturas, tratará
ante todo, una revista universitaria), cuestiones más debatidas en torno también de dar noticia de la actuali-
pero exponerse, en cambio, con la a este autor, sino que además abren dad —en este caso bibliográfica. No
soltura del ensayo, en artículos que una serie de nuevas interrogantes, será un apartado de reseñas, sino de
serán, pues, de carácter predomi- planteadas en ocasiones desde ori- comentarios extensos, personales y,
nantemente reflexivo, en lugar de ginales perspectivas comparatistas. cuando proceda, críticos, de obras
meramente académico o erudito. En próximos números de Afinidades, de reciente aparición. Los libros
Con esta decisión, que no es de otras grandes personalidades de seleccionados para estas lecturas
ningún modo arbitraria, no solo la cultura europea del siglo XX, serán siempre de carácter teórico,
pretendemos darle a la revista un como Benjamin, Ortega, Camus o académico o ensayístico, nunca obras
carácter más propiamente cultural Hannah Arendt, serán igualmente literarias; y se los elegirá porque
que académico, sino también esti- objeto de este tipo de revisiones contengan una aportación importan-
mular la producción de estos géneros monográficas. te, o cuando menos interesante, a
ensayísticos de discurso, que quizás cualquiera de las disciplinas propias
no gozan todavía de demasiada La segunda sección llevará el ca- de la revista. Por razones compren-
implantación en las universidades nettiano título de La antorcha al sibles, entre ellos se incluirán con
españolas. oído. En ella tendrán cabida ensayos frecuencia algunos de los que, entre
de temática libre o, mejor dicho, los publicados recientemente por
La revista va a constar, en cada diversa —aunque siempre dentro de la Editorial de la Universidad de
número, de tres secciones dife- los ámbitos de actuación de la revista Granada (EUG), revistan también
renciadas. La primera, el Dossier, a los que se hace referencia en la especial interés.
reunirá una serie de aportaciones ya mencionada tabla de materias.
monográficas sobre un mismo asunto Será, pues, una especie de Varia, Esperamos y confiamos en que todo
o autor, que se seleccionarán siem- pero con la particularidad de que aquel que esté genuinamente intere-
pre en razón de su significación y los artículos reunidos en ella debe- sado en las letras y el pensamiento
trascendencia universales. En este rán estar especialmente atentos a lo encuentre en Afinidades no solo una
primer número el elegido ha sido que sucede a nuestro alrededor. No puerta de acceso a la mejor cultura
el poeta Paul Celan. Nacido en quiere decir esto que solo puedan europea de los últimos tres siglos,
1920 en Czernowitz, la capital de la versar sobre figuras o cuestiones de sino también un espacio donde con-
Bucovina (que acababa entonces de candente actualidad, pero sí que la tribuir a su continuidad y pervivencia
integrarse en Rumanía), e instalado reflexión contenida en ellos, incluso mediante el análisis, la reflexión y
desde 1948 en París, Paul Celan es, en los casos en que se refiera a un el pensamiento crítico. v

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Celan para los filósofos dossier paul celan

Autor
Denis Thouard
Director de Investigación
de Filosofía del CNRS
(Universidad de Charles de
Gaulle-Lille 3).
Autor de Le partage des idées.
Études sur la forme de la
philosophie.

Traducción del francés


Wenceslao-Carlos
Lozano

El interés que muestran los filósofos


por la obra de Celan supone que han
asumido una serie de cuestiones que sin duda
de la facultad de juzgar»1. Al margen de
su carácter hiperbólico, esta fórmula resulta
reveladora de lo que representa dicha obra
conviene volver a pensar. Informa acerca del para un filósofo.
reconocimiento de la obra, apostando por
su representatividad, pero también acerca El defecto del que peca con facilidad el dis-
de determinadas expectativas sobre la poesía curso filosófico, cuando le da por interesarse
en general dentro de las condiciones de la por su otro poético, estriba en conceder sin
modernidad. más al lenguaje poético unas virtudes misterio-
sas. Ya de vuelta de un concepto puramente
No es nada corriente que un filósofo se instrumental del lenguaje, según el cual éste
dedique al estudio de un poeta; la tradición sirve para que los hombres se comuniquen
pide más bien que lo mantenga al margen entre sí, o para determinar del mejor modo
de sus preocupaciones y de la Ciudad. La posible el mundo dentro del registro de la
irrupción del romanticismo invirtió esa rela- denotación, resulta muy tentador renunciar
ción instituyendo una nueva reverencia por a todo sentido de la medida para pasmarse
el arte, cuyos lazos con la antigua y obligada ante la esencia insondable tal como se supone
reverencia por la religión son conocidos. Pero que la revela la poesía. Pues al filósofo le
no deja de ser excepcional que un filósofo interesan menos los poemas que la poesía. El
se dedique a la obra de un poeta. lenguaje poético sería el lenguaje recondu-
cido a su origen, el lenguaje en su esencia,
No son muchos los poetas que han sido objeto repentinamente portador del misterio del ser.
de semejante homenaje durante el periodo Si se tiene a la poesía en tal alta estima, es NO DEJA
más reciente: Hölderlin, Baudelaire, Valéry, porque conlleva algo inexplicable y podemos DE SER
Rilke; a veces su relación se complica debido limitarnos al registro de la elipsis. Pero esa EXCEPCIONAL
a cierta inspiración filosófica, por ejemplo posición eminente también la sustrae a las QUE UN
en los casos de Char o de Ponge. contingencias de tiempo y lugar, que se vuel- FILÓSOFO SE
ven secundarias y quedan reabsorbidas en la DEDIQUE A LA
El caso de Celan es particular. Desconcertó Sprachlichkeit2, a la vez que esa abstracción OBRA DE UN
a algunos contemporáneos inmediatos, que permite evitar la «trivial» tarea de leer y de POETA
dijeron poco de él, como Adorno o Heide- dar cuenta de su comprensión.
gger, y de quienes habría que preguntarse
minuciosamente sobre los motivos tanto Ahora bien, la ontología del lenguaje que
de su atracción como de su abstención. se desprende implícitamente de esto puede
La confrontación con su poesía se ha ido ser de dos tipos muy distintos. Uno consiste
convirtiendo sobre todo en un ejercicio de en absolutizar el lenguaje poético y hacer
virtuosismo en el que determinados discursos de él el lenguaje esencial, reduciendo así
teóricos ponen a prueba su validez. Así, el el lenguaje corriente de la comunicación a
filósofo Hans-Georg Gadamer declaró, en su versión venida a menos. En tal caso, se
una entrevista de 2001, que consideraba su identifica la poesía con un espacio de reve-
comentario del ciclo Cristal de aliento (Atem- lación y se justifica la ausencia de intento
kristell) de Celan como su «propia Crítica de interpretación de dicha revelación por

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dossier paul celan

el riesgo de volver a caer en la trivialidad. los adornos de la poesía y pavonearse con


La alusión sustituye a la explicación, de la dicho atavío. Para ello, le basta con tomar
que ahora se prescinde. Con la invocación una serie de muestras, fragmentos de citas
se deja de prestar atención a los vocablos. deslumbrantes exiliadas de sus correspon-
La comprensión se detiene en la precom- dientes poemas, que evocan un ambiente
prensión, cuya indeterminación suple la o temas relacionados con los mismos y que
toma de posición. La ambigüedad preserva se insertan en un discurso que los acoge
la reverencia y la comunión, a la vez que y absorbe. Se destacan unos pocos versos,
excluye toda interpretación determinada que siempre los mismos, y se los lastra con
pudiese introducir discordancias al obligar el alcance especulativo que se espera de
a proporcionar razones. Se alcanza un ellos, cuando no conducen directamente a
acuerdo sobre un sentimiento, sobre valores un sermón que poco tiene que ver con su
presupuestos, sobre una imagen de la poesía significado primero3. La aplicación sustituye
en general y de la poesía de Celan en par- al entendimiento. A menudo, incluso, basta
ticular. A menudo, basta con la evocación con los símbolos: tal fragmento de poema
del trasfondo biográfico para infundir una extraído de La rosa de Nadie, o ese Meri-
especie de terror sacro, incompatible con los diano considerado como un «discurso» que
intentos de explicar las palabras y de ubicar se transparenta a sí mismo y que parece
el trabajo poético.
 1.
El otro consiste en extender la poeticidad al
AL DISCURSO conjunto del lenguaje común, fundamen-
FILOSÓFICO tando en la Sprachlichkeit una ontología de
LE TIENTA la comunidad cultural y tradicional, que es
ENGALANARSE el espacio de pertenencia primero e infran-
CON LOS queable. Ningún idioma, ninguna forma de
ADORNOS DE arte pueden librarse de ella; por el contrario,
LA POESÍA debe poderse reconducirla hacia éstos. Esto
hace, de entrada, impensable todo intento de
poesía rupturista. La continuidad del vínculo
lingüístico debe englobar las distintas lenguas
implicadas y los registros más particulares
de la expresión. La actualidad del poema
se da, pues, en la actualización por él de
un fondo cultural previamente compartido
y forzosamente aceptado, hasta el punto
de que el hecho mismo de cuestionarla se
considera inútil de entrada. Pero Celan no
tuvo mayor empeño que examinar con total
radicalidad aquella tradición, por la que sin
duda sentía aprecio debido a la lengua y de
la que, no obstante, se arriesgó a convertirse
en una víctima que se negó a ser.

De tales aproximaciones filosóficas a la


obra de Celan, la primera cuestión crítica
que debe plantearse es, al margen de su
pertinencia propiamente filosófica, saber
si efectivamente facilitan un acceso a la
obra o si, por el contrario, se interponen
entre ésta y el lector, sustituyéndolo. Al
discurso filosófico le tienta engalanarse con

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Celan para los filósofos dossier paul celan

exponer a las claras la «poética» del poeta El homenaje de los filósofos es ambiguo.
que nos cuesta hallar en los propios poe- Andan buscando un aval de modernidad a
mas. La poética disociada de los poemas. El la vez que una respuesta a la violencia exter-
comentario especulativo planea a la altura minadora del siglo XX; quisieran simultanear
de la esencia, saltando de la «poesía» al hermetismo y compromiso para recuperar lo
«pensamiento», asiéndose de cuando en que han dejado de tener. ¿Pues de dónde
cuando a las ramas de algunas citas que pueden seguir extrayendo su autoridad? El
solo le ofrecen un apoyo en su imaginación. prestigio de su tradición, escolarizada, se
¿No estamos acaso en terreno conocido con difumina. El repliegue sobre el bastión de
Hölderlin o el Zóhar? Pues no. una tecnicidad absoluta los tranquiliza, pero
los destierra del espacio público. Hasta las
La paradoja del discurso filosófico que se religiones están agotadas. Han perdido el
adelanta a la «poesía» para experimentar la ardor de la defensa de una causa. Pero la
alteridad y sortear las trampas de la razón poesía puede hacer el apaño, con el visto
(trampas que exagera más a menudo de lo bueno de ilustres antecesores, para dar tes-
que cree) está en que su salida fuera de sí timonio de la historia, de los sufrimientos
no pasa de ser su propia operación, que solo de un destino singular.
difiere de la anexión que denuncia por su
declaración de intenciones. En esta relación especular, la filosofía se
beneficia de rebote de la insistente curiosidad
que le prodigó el poeta, un atractivo que el
demasiado famoso poema «Todtnauberg»  1.
parece a la vez acreditar y rebatir. El deba- Joaquín
te se focaliza en la explicación del poema Casanova Cano
y del significado del encuentro que dicho La Gorgona, 2002.
poema analiza y recoge. El espectro inter- Óleo sobre tela

pretativo es asombrosamente amplio, desde


el homenaje hasta la condena. Para destacar
«el sentido de un diálogo» entre ambos, Ha-
drien France-Lanord4 ha pretendido reunir
todos los documentos relativos a la relación
entre Heidegger y Celan que culminó el
25 de julio de 1967 con la visita del poeta
al «pensador» en su chalet. Para el autor,
se trata de un encuentro «que marcó una
época» (p. 116), cuyo significado es «historia
en sí» (p. 209), que materializa un posible
acercamiento entre el «pensamiento» y la
«poesía», «[siendo] poetizar y pensar las dos
vertientes de una misma montaña» (p. 52).
Convierte en «diálogo» aquella «cumbre», que
fue tan poco locuaz. Se trata ante todo de
señalar la existencia de un «entendimiento»
entre la poesía y el pensamiento, acreditado
por un interés mutuo y ratificado por aquella
visita. Celan fue efectivamente lector de
filósofos, del mismo modo que Heidegger
estuvo muy atento a la poesía, incluyendo
la de Celan.

El interés de Celan por la filosofía está docu-


mentado en los apuntes de sus marginalia y

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dossier paul celan

publicación progresiva de las correspondencias


y de los informes de documentos como el
del «Caso Goll», cuyo efecto perverso puede
radicar en hacer de pantalla entre los poemas
y su lector6. En efecto, la facilidad de acceso
a lo anecdótico y a lo biográfico muy bien
podría enmascarar el trabajo poético, que no
se da a conocer ni se deja paladear en otra
parte que no sea la lengua de los poemas. El
aporte documental, imprescindible en toda
investigación, no puede tornarse fecundo sino
en el contexto del estudio de dichos poemas,
permitiendo reconstruir no la referencia en
sí, sino la distancia de su reconstrucción.
Pues la referencia se rehace en los poemas
al igual que las palabras de la lengua. Por
muy útil que a menudo resulte conocerla,
 2. en los subrayados de sus libros recontados por jamás es una clave en sí misma.
Alexandre Richter, Patrick Alac y Bertrand Ba-
diou en la Bibliothèque philosophique de Paul Sin duda, la monografía de H. France-Lanord
Celan5. Se puede apreciar estadísticamente falla sobre todo en el hecho de que soslaya
la importancia de sus lecturas, especialmente los poemas. Antepone las cartas, las huellas
de obras de Heidegger. Resulta más compli- de sus lecturas y el discurso escrito para la
cado reconstruir con exactitud la naturaleza entrega del premio Georg Büchner —así como
de su interés. Dichos textos podían hacerle los borradores del mismo—7 y no interpreta
las veces de proveedores de determinados los poemas, ni siquiera «Todnauberg». La
conocimientos filosóficos generales; atraerle, reiterada apelación a la «seriedad» queda
como Ser y tiempo, por su insistencia en la en efecto muy en entredicho debido a la
existencia individual, o también inspirarle perspectiva, que permanece centrada en la
una reflexión sobre el lenguaje y la lengua reconstrucción de un encuentro y de un paseo
alemana en particular, cuando no propor- por el bosque bajo la lluvia, que el estudioso
cionarle una materia prima apta para nuevas apenas se resiste a convertir en un gran mo-
elaboraciones poéticas. Solo mediante un mento del pensamiento: un encuentro sobre
nuevo estudio de los poemas podrá decirse lo que es la lengua, la palabra poética y el
hasta qué punto algunos inventos verbales vacío de la época, una proximidad a pesar
tomados del corpus filosófico han podido del recuerdo de la «culpa» heideggeriana,
alimentar la fábrica poética de Celan, y con que enturbia levemente la armonía.
EL TRABAJO qué intención. Hay que felicitar por ello a
POÉTICO […] los editores por su paciencia, pero también Para Celan, la relación de transformación
NO SE DA A preguntarse acerca del privilegio concedido de la lengua era fundamental, y no menor
CONOCER a la biblioteca filosófica, teniendo en cuen- tuvo que ser su interés por las innovaciones
NI SE DEJA ta que por ejemplo las lecturas geológicas de Heidegger en ese ámbito. Sin embargo,
PALADEAR EN o botánicas prometen, desde el punto de resulta aventurado hacerle compartir el gusto
OTRA PARTE vista del esclarecimiento de la lengua de por las etimologías del pensador de la Selva
QUE NO SEA los poemas, una aportación cuando menos Negra (p. 90), pues Celan se impuso, por
LA LENGUA equiparable —por no hablar de su lectura el contrario, un nuevo examen crítico de las
DE LOS de la tradición poética. Bajo su apariencia palabras y de su historia: el pensamiento-don
POEMAS positivista, la empresa viene a confirmar la (Denken/Danken) no obtiene su verdad de la
sobreestimación de la filosofía con respecto a naturaleza de la lengua más o menos bien
las demás áreas de la cultura. Por otro lado, reconstruida, sino que se construye en la
poner a disposición de los investigadores ese historia de sus poemas. Así mismo, es difícil
tipo de conocimiento puede compararse con la pensar que Celan intentara «volver a aprender

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Celan para los filósofos dossier paul celan

el alemán» (p. 37) como «lengua madre», acontecimiento del encuentro para conferirle LA POESÍA
pues se había producido una cesura que le el significado de un juicio de los muertos, CRÍTICA
había hecho perder la confianza innata en tal como adelantó Jean Bollack en su lectura SE HA
aquella lengua. Por el contrario, se esforzó «El monte de la muerte»8? Para saberlo, CONVERTIDO
en llevar adelante la contradicción dentro de habría que dejar a un lado la solidaridad EN LA BIBLIA
la propia lengua alemana para convertirla en entre las cumbres del Ser y la materialidad DE LOS
una «contralengua». Con el alemán, Celan documental y enfrentar directamente la NUEVOS
impugnó la tradición literaria que lo había lectura de los poemas. CREYENTES
ilustrado, de un modo radical y muy alejado
de la meditación destinal de Heidegger. Más aún que la marcada atracción de Celan
por los filósofos, acreditada por la biblioteca,
Si sorteamos toda explicación relativa a dos no deja de resultar sorprendente y significativo
lenguas, aquí nos queda por preguntarnos si que los filósofos coincidan en homenajearlo.
«el encuentro fue bien». Pero si «fue bien», Pero raramente se trata de un intento de
¿significa eso que Celan obtuvo satisfacción, lectura (cuyos riesgos ha experimentado a su
alguna respuesta que le diera la razón o la costa Gadamer), sino, las más de las veces,
promesa de una disculpa pública por parte del de meditaciones bíblicas contemporáneas. La
pensador? ¿O significa que su demostración inversión resulta perfecta. La poesía crítica  2.
del mal, del que el pensador no parecía muy se ha convertido en la Biblia de los nuevos Cayetano
Aníbal González
consciente, pudo efectivamente convertirse creyentes. Poesía y filosofía han intercambiado
Sombras y reflejos
en el descenso a los infiernos recogido en sus papeles. Es hora de que nos percatemos en el rincón, 1993.
el poema «Todtnauberg», que reinterpreta el de ello. v Punta seca

Notas

1. contemporary thinkers, Fordham, d’un dialogue, París, Fayard, « Les (1999), Nelly Sachs (1993), Hanne
Le Monde del 16 de marzo de 2004, p. 182. Quarante piliers», 2004. y Hermann Lenz (2001), Peter
2001. Para Celan, me remito a 3. 5. Szondi (2005).
la edición de Barbara Wiede- Al lector no le costará identificar Paul Celan, La bibliothèque phi- 7.
mann: Paul Celan, Die Gedich- las fórmulas más manidas. Vea- losophique / Die philosophische Paul Celan, Der Meridian. End-
����
te, Kommentierte Gesamtausga- mos algunos ejemplos: «Unlesbar- Bibliothek. Catálogo racional de fassung – Entwürfe – Materia-
be, Fráncfort del Meno, 2003 (en keit dieser / Welt. Alles doppelt» las anotaciones, establecido por len (Tübinger Ausgabe), edita-
adelante, se citará KG seguido (Schneepart, KG, 317); «Niemand / Alejandra Richter, Patrick Alac y do por Bernhard Böschenstein y
de la página). zeugt / für den Zeugen» (Aschen- Bertrand Badiou. Prefacio de Jean- Heino Schmull, Fráncfort del Me-
2. glorie, KG, 198). Si siguiéramos, Pierre Lefebvre. Publicado por el no, Suhrkamp, 1999.
La palabra «Sprachlichkeit» no se no nos costaría recomponer una Grupo de Investigación Paul Ce- 8.
deja traducir fácilmente a otro idio- vulgata contemporánea. Ese pro- lan de la Escuela Normal Supe- Recogido en Jean Bollack, La
ma. Remite al lenguaje, a la di- cedimiento reduce la obra a un rior (Prensas de la Escuela Nor- Grèce de personne, París, 1997.
mensión lingüística de nuestra ex- conjunto de oraciones falsamente mal Superior), París, Éditions Rue La traducción española inclu-
periencia. Tiene una función deci- inteligibles al estar descontextua- d’Ulm, 2004. ye una actualización importan-
siva particularmente en la herme- lizadas del lenguaje poético. Pro- 6. te; véase Jean Bollack, «El Mon-
néutica filosófica. En una entrevis- porciona un resumen apto para el Barbara Wiedemann (ed.), Die te de la muerte: el sentido del
ta con Richard Kearney, H. G. Ga- discurso filosófico, que encuen- « Goll-Affäre». Dokumente zu encuentro entre Celan y Heide-
damer la definió así: «Sprachlich- tra en él «aval» y a la vez «ilus- einer ‘Infamie’, Fráncfort del gger», en Poesía contra poesía.
keit rather indicates the inexpres- tración». Esto es una apropiación Meno, 2000. Véanse también Celan y la literatura, ed. de ���
Ar-
sible capacity that underlies and indebida, el arrendajo provisto de los numerosos volúmenes de la nau Pons, trad. de Ana Nuño y
is actualized in all particular lin- las plumas del pavo real. correspondencia editados espe- Arnau Pons, Madrid, Trotta, 2005,
guistic expressions», en Richard 4. cialmente con su esposa Gisele pp. 413-445.
Kearney, Debates in Continental Hadrien France-Lanord, Paul Ce- Celan (2001), pero también con
Philosophy: Conversations with lan et Martin Heidegger. Le sens Franz Wurm (1995), Eric Einhorm

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Rimas y paisajes. Paul
Autor
Celan describe Berlín en
Robert Caner-Liese
Profesor de Teoría
diciembre de 1967
de la Literatura
y Literatura Comparada.
Universidad de Barcelona.
Autor de Gadamer, lector
de Celan.

Paul Celan visitó Berlín entre el


16 y el 29 de diciembre de
1967 invitado por la Academia de Bellas
—observa Szondi en el ensayo lamentable-
mente inacabado—, el conocimiento de los
hechos y las experiencias reales referentes a
Artes. Durante aquellos días ofreció dos la estancia de Celan en Berlín en la Navidad
lecturas públicas de sus poemas: el día 18, de 1967, a pesar de que pueda integrarse
ante un numeroso público que llenó la sala en el poema “Du liegst” (Estás acostado),
de actos de la Academia y al día siguiente, todavía no constituye una interpretación».
ante un reducido grupo de estudiantes y La pregunta es más bien cómo valorar estas
profesores invitados personalmente al acto informaciones y, sobre todo, cómo integrar-
por Peter Szondi, amigo del poeta y profesor las en la comprensión del poema. En el
de Literatura Comparada en la Universidad epílogo de ¿Quién soy yo y quién eres tú?,
Libre de Berlín. Además de cumplir con sus la obra en la que Gadamer interpreta uno
compromisos —los recitales y una entrevista por uno los 21 poemas del ciclo Cristal de
para la televisión— y de recorrer la ciudad aliento de Paul Celan, el filósofo se propone
con algunos amigos, Celan escribió durante continuar el diálogo iniciado por Szondi con
aquellos días los cuatro poemas dedicados una suerte de experimento hermenéutico del
a Berlín que abren el volumen Schneepart que hablaremos después de prestar atención
(Parte de nieve) publicado póstumamente en a las aportaciones de Szondi2.
1971. Uno de estos poemas dedicados a la
que fuera la capital de la Alemania nacio- El poema, que en una primera versión lle-
nalsocialista, «Du liegst» (Estás echado), ha vaba por título «Wintergedicht» (Poema de
llegado a adquirir cierta notoriedad gracias a
un ensayo de Szondi cuyo interés trasciende
el reducido ámbito de la discusión entre los El poema de Celan que se halla en el
especialistas en la obra de Celan. El intento origen del debate dice así:
de entender el hermético poema de Celan
originó un debate en el cual, en realidad, Estás echado en este extenso escuchar,
«DU LIEGST» se discute acerca de dos temas clave: los rodeado de arbustos, de copos rodeado.
(ESTÁS modelos de lectura e interpretación y los
Ve tú al Spree, ve al Havel,
ECHADO), posibles límites y significados del principio ve a los ganchos de carnicero,
HA LLEGADO de la autonomía del arte1. ve a la rojas manzanas en palillero
A ADQUIRIR de Suecia –
CIERTA El estudio de Szondi, que lleva por título
NOTORIEDAD Edén, indica verso por verso el referente Viene la mesa que las ofrendas trae,
en un Edén da la vuelta –
GRACIAS A empírico en el que se inspira el poema. La
UN ENSAYO información que proporciona Szondi es tan El hombre quedó como un colador, la mujer,
DE SZONDI exhaustiva —los lugares visitados, los objetos la cerda, flotando se tuvo que ver,
vistos y las lecturas realizadas durante la es- por ella, por nadie, por todos –
tancia berlinesa de Celan— que después de
leer el informe podemos tener la sensación El canal de Landwehr no va a murmurar.
Nada
de poseer la llave interpretativa que descifra e se atasca3.
ilumina el texto en su totalidad. «Sin embargo,

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Rimas y paisajes. Paul Celan describe dossier paul celan
Berlín en diciembre de 1967

invierno), fue concebido como aportación EL POETA


al homenaje al poeta berlinés Peter Huchel. PROPONE
En esta primera publicación del poema ATRAVESAR
venían indicados el lugar y el momento de UN PAISAJE
la composición: «Berlin, 22./23.12.1967». CONSTRUIDO
Cuatro años más tarde, cuando el poema CON
apareció publicado póstumamente en Parte MATERIALES
de nieve, habían desaparecido los datos de QUE
la dedicatoria. A pesar de haber eliminado PROCEDEN
la fecha y el lugar de la dedicatoria pode- DE LA
mos, sin embargo, saber por la nieve de la REALIDAD
primera estrofa y por el nombre de los ríos
Spree y Havel y del canal de Landwehr que
el poema se refiere al invierno berlinés. La
primera palabra del poema —el pronombre
«Du» (‘tú’)— nos introduce en la peculiar
situación dialógica que caracteriza la obra
de Celan en su totalidad. El poeta dirige la
palabra a sí mismo y a través de esa distancia
reflexiva no solo habla consigo mismo, sino
que abre un juego de perspectivas que ofre-
ce a cada lector la posibilidad de participar
en el diálogo y de convertirse en cómplice
de su búsqueda. Con el sonoro neologismo
«Gelausche» el poeta designa el amplio espa-
cio de un intenso escuchar que inaugura el con materiales que proceden de la realidad,
poema. Pero el yo lírico exhorta al tú a que pero que van a ser sometidos a un proceso
abandone ese lugar protegido para iniciar el de transformación muy peculiar.
recorrido por el texto. De un modo impera-
tivo y exhortando a tener el oído atento, el Recordemos, pues, el origen de estos mate-
poeta propone atravesar un paisaje construido riales con los que trabaja el poeta y de los
cuales tenemos conocimiento gracias a la
información de primera mano que nos ha
La versión original nos permite percibir la facilitado Szondi en Edén. Arbustos, nieve
densa red de remisiones rítmicas y métricas y silencio rodeaban al poeta cuando éste se
que constituyen el poema: dispuso a escribir el poema «Du liegst»: desde
Du liegst im großen Gelausche, las amplias ventanas del apartamento de la
umbuscht, umflockt. Academia en el cual se hospedaba Celan,
se podía divisar la abundante maleza de un
Geh du zur Spree, geh zur Havel,
geh zu den Fleischerhaken,
jardín zoológico completamente cubierto por
zu den roten Äppelstaken la nieve. El poema fue escrito justamente
aus Schweden – en la víspera de la Nochebuena, y en él se
alude en dos ocasiones a la fiesta cristiana
Es kommt der Tisch mit den Gaben, que celebra y recuerda el nacimiento del
er biegt um ein Eden –
Mesías. La mención de Spree y Havel nos
Der Mann ward zum Sieb, die Frau sitúa ante un paisaje fluvial muy concreto.
mußte schwimmen, die Sau, El poema invita a visitar, a ver y a reconocer
für sich, für keinen, für jeden – el paisaje que será descrito a continuación.
El objetivo del recorrido son los dos ríos
Der Landwehrkanal wird nicht rauschen. berlineses mencionados y dos objetos, uno
Nichts
stockt4.
de los cuales, los «ganchos de carnicero»,
resulta especialmente sorprendente ya que

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dossier paul celan

GRACIAS las asociaciones más bien violentas que sus- reúne ambos motivos: «La mesa con los re-
AL TRABAJO cita este instrumento destruyen las bucólicas galos llena de cadáveres» (‘Der Gabentisch
DE SZONDI expectativas que hubieran podido despertar, voller Leichen’).
SABEMOS tanto el paisaje fluvial designado en el tercer
QUE CELAN verso, como el silencioso espacio de aquella La estrofa central del poema constituye
VISITÓ EL escucha atenta e invernal que inaugura el una suerte de eje en el que se produce
MEMORIAL poema. La enigmática conjunción de dos un doble giro: el extraño giro de una mesa
DE ríos berlineses, los ganchos de carnicero y las de ofrendas que da la vuelta al Edén, es
PLÖTZENSEE manzanas en palillero constituyen el paisaje decir, un objeto de culto se ha convertido
imaginario de la segunda estrofa. Gracias al en automóvil que da la vuelta a una esqui-
trabajo de Szondi sabemos que Celan visitó na para luego desaparecer, y el giro que
el memorial de Plötzensee. En la prisión de supone desplazarnos del paisaje berlinés
Plötzensee a orillas del Havel fueron ence- al bíblico. También de estos versos Szondi
rrados y ejecutados numerosos opositores nos proporciona informaciones interesantes:
del régimen nacionalsocialista, entre otros, la palabra Edén no solo se refiere al lugar
en el cual Dios puso la primera pareja
humana al culminar la creación, sino
que también alude al hotel berlinés en el
 2. cual Rosa Luxemburg y Karl Liebknecht
pasaron las últimas horas de sus vidas. La
noche del 15 de enero de 1919 los dos
dirigentes espartaquistas fueron detenidos
por una milicia urbana que los condujo al
hotel Edén. Liebknecht fue violentamente
interrogado, conducido a la orilla del Neuer
See, arrojado del coche y asesinado; Rosa
Luxemburg fue lanzada herida en el canal
de Landwehr. Su cadáver no apareció hasta
meses más tarde. Szondi aprovechó un tra-
yecto en coche por la ciudad para mostrar
a Celan el edificio de apartamentos que se
había construido en el emplazamiento del
antiguo hotel Edén. Los amigos charlaron
sobre el «cruel escarnio a la memoria de los
dos asesinados que representa el hecho de
 1. miembros de organizaciones comunistas y del conservar el nombre “Edén” para un lujoso
grupo de conspiradores del 20 de julio de edificio de apartamentos». Las resonancias
1944. A finales de 1942 se instalaron en el bíblicas de la tercera estrofa —la promesa
barracón de ejecuciones de la prisión unos «Es kommt» (‘Viene’ en la traducción) y el
ganchos de acero que permitieron proceder jardín del Edén— continúan presentes en
a la ejecución simultánea de hasta ocho con- la siguiente estrofa, ya que el uso arcaizante
denados. Aquel mismo día Celan visitó una del pretérito «ward» recuerda el alemán de
feria navideña. En el puesto que representaba la Biblia de Lutero y «el hombre» y «la
a Suecia pudo ver el objeto decorativo que mujer» pueden también entenderse como
encontramos en el quinto verso del poema: alusión a la primera pareja humana que,
una corona de adviento en la que vienen según el relato del «Antiguo Testamento»,
clavadas velas y manzanas. Probablemente la habitó el paraíso terrenal. La estrofa incluye
simultánea percepción del horror histórico del además dos citas de un libro que Celan leyó
nacionalsocialismo y el ambiente consumista durante su estancia berlinesa. Se trata del
navideño constituya uno de los orígenes del volumen en el que se recogían las actas
poema. En el cuaderno de notas de Celan del juicio contra los presuntos asesinos
se encuentra una anotación que justamente de Karl Liebknecht y Rosa Luxemburg así

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Rimas y paisajes. Paul Celan describe dossier paul celan
Berlín en diciembre de 1967

como las crónicas sobre el crimen político canal en el que


que aparecieron publicadas en la prensa fue arrojada Rosa
de la época. Las frases «Liebknecht estaba Luxemburg fluyan
agujereado como un colador» y «La cerda sin interrupción.
tendrá que nadar» son brutales exclamacio- Nada provocará
nes de dos implicados en el asesinato de el sonoro murmu-
los activistas políticos, que el poema cita llo que recuerde
de un modo casi literal. lo acontecido. El
poema, en cambio,
La última estrofa, como ya vimos, menciona nos hace tropezar:
el canal donde fue arrojada Rosa Luxem- la frase quebrada
burg y contiene, nuevamente, una cita. En mediante el curio-
el momento de concluir «Du liegst», en el so encabalgamien-
momento en el que nos disponemos a saber to obliga a una
si la atenta escucha ha logrado percibir o pequeña interrup-
captar alguna cosa, el poeta menciona un ción. Y esta breve
pasaje de La muerte de Dantón de Georg pausa contradice,
Büchner en el que se describe una situación aunque solo sea
análoga a la del poema. Hacia el final de la por un instante,
obra, justo antes de la ejecución de Camille lo afirmado en
y de Dantón, Lucile, la mujer de Camille, el poema. «Por
dice las siguientes palabras: el hecho de que
nada se estanca,
«Lucile: Hay algo como serio en ello. Voy se estanca el poema. Que nada se estanque,  2.
a reflexionar un momento. Comienzo a estanca el poema» concluye Szondi con
entender algo. Morir. Morir. Todo tiene admirable precisión. Será, pues, el poema
derecho a la vida. Todo, este pequeño quien se ocupe de hacer hablar a este paisaje
mosquito, ese pájaro. ¿Y él por qué no? silencioso y olvidadizo6.
El caudal de la vida tendría que detenerse
[stocken] cuando se derrama una sola gota. Las informaciones que nos proporciona Szondi
El golpe tendría que producir una herida producen un efecto efectivamente engañoso
en la tierra. Todo se mueve, los relojes y seductor. La posibilidad de conocer los
marchan, las campanas tañen, la gente hechos que inspiran el poema crean en el
camina, el agua fluye y todo así hasta, lector la sensación de haber comprendido
hasta… ahí: ¡No! ¡No!, eso no puede el poema. Con el conocimiento empírico
ser, ¡no! Voy a sentarme en el suelo y de la realidad a la que el poema alude, el
a gritar, que todo se pare, asustado, que proceso de lectura parece haber concluido
todo se quede quieto [stockt], que nada definitivamente: el significado queda cerra-
se mueva. (Se sienta en el suelo, se tapa do y el lector puede abandonar tranquilo y
los ojos y lanza un grito. Tras una pausa, satisfecho el texto pues ya nada queda por
se levanta.) No sirve de nada, todo está decir o comprender. Cada relectura volverá
como antes, las casas, la calle, el viento a identificar los mismos supuestos significa- 1.
sopla, las nubes pasan. Tendremos que dos. Ya no queda entonces ni sorpresa, ni M.ª Teresa Martín
soportarlo»5. enigma, ni resistencia que superar. Szondi, Vivaldi.
sin embargo, insiste en que esto no es así y Sin título.
Igual que Lucile también Celan se subleva y que es necesario continuar preguntando sobre Acuarela sobre papel.
escribe contra el olvido de ese silencio que la relación que puede o debe haber entre 2.
no cesa. El recorrido de «Du liegst» empieza el conocimiento de ciertos datos históricos Jesús Martínez
en el protegido espacio de la gran escucha o biográficos y el acto de la comprensión. Labrador.
y termina junto al canal de Landwehr para La lectura no debe quedar reducida a mero Sin título, 1991.
constatar la completa ausencia de cualquier acto de reconocimiento de unas informacio- Carboncillo sobre
ruido. Nada va a impedir que las aguas del nes que ya podemos poseer de antemano. cartón.

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dossier paul celan

Si esto fuera así, leer no sería mucho más


que una suerte de entretenimiento erudito.
«Más bien la pregunta que debe plantear-
se —dice Szondi en su ensayo—, es si un
informe [biográfico] semejante puede servir
para fundamentarla [la interpretación].
¿Hasta qué punto la comprensión del poema
depende del conocimiento de los materiales
biográficos e históricos? O, pregunta esencial:
¿hasta qué punto el poema está condicionado
por elementos que le son externos, y hasta
qué punto semejante determinación de lo
que es ajeno puede quedar abolida por la
propia lógica del poema?»7. ¿Es posible,
pues, comprender el poema desde el poema
mismo o precisamos más bien recurrir a
saberes externos y añadidos que destruyen
el límite que separa el ámbito estético de
la realidad?

En el epílogo de ¿Quién soy yo y quién eres


tú?, Gadamer propone una respuesta a los
interrogantes abiertos por Szondi formulando
una nueva pregunta: ¿Hasta dónde es posible
comprender el poema sin las informaciones modo razonablemente provechoso. El recurso
que Szondi nos transmite? Según Gadamer, a cualquier saber o información procedente
la lectura tiene que ser posible con los cono- del exterior del poema es considerado una
cimientos de un supuesto lector medio que traición al mismo.
en su experimento hermenéutico deviene,
en realidad, un lector ideal. El rechazo al La tesis central de esta interpretación que
biografismo, que Gadamer y Szondi compar- finge no saber afirma que el poema nos habla
ten, parece del todo justificado ya que en de un contraste y una contradicción. Según
realidad es un rechazo del ideal positivista Gadamer, la imagen central del poema, esa
que consideraría explicado el poema con imagen efectivamente insólita que describe
la fijación de un nexo causal entre la obra una mesa de ofrendas dirigiéndose al Edén
y las informaciones objetivas y comproba- pero sin alcanzarlo, que gira, lo bordea y
bles que conforman su trasfondo. Pero la se aleja de él, no solo es «un audaz giro»,
GADAMER huida del positivismo conduce a Gadamer sino también un argumento a favor de su
FINGIRÁ SER al extremo opuesto: intentará interpretar el interpretación. La imagen confirma que
ESE LECTOR poema prescindiendo por completo de la el poema trata de una «amarga contradic-
NORMAL información que Szondi nos ha facilitado. ción»: lo «determinante» para el poema es
QUE NADA Así pues, Gadamer fingirá ser ese lector la tensión del contraste de un camino que
SABE DE LA normal que nada sabe de la erudición de los no conduce a la felicidad del Edén. Jus-
ERUDICIÓN especialistas. El experimento de Gadamer tamente los versos anteriores confirmarían
DE LOS pretende ser la defensa de un modelo de su propuesta interpretativa ya que también
ESPECIALISTAS lectura que toma cada poema como la me- los ganchos de carnicero y las manzanas en
dida y el único criterio válidos que debemos palillero producen un efecto de contraste,
tener en cuenta a la hora de comprender. el contraste entre dos objetos unidos por el
Cada poema constituye, según Gadamer, un mismo color rojo a la vez que opuestos a
mundo en sí, un todo cerrado, completo y causa de la sensación que provocan: mientras
autónomo que no precisa de ninguna infor- que el primero viene asociado a la violencia,
mación exterior para poder ser leído de un la muerte y la brutalidad, el segundo, en

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Rimas y paisajes. Paul Celan describe dossier paul celan
Berlín en diciembre de 1967

cambio, forma parte del ambiente amable, poema quiere, a su vez, que todo esto se ¿CÓMO
festivo y pacífico propio de la Navidad. La sepa, que se descubra y aprenda cuanto ENTENDER
terrible tensión que estructura el poema en el poema sabe y que a partir de entonces ESTE PAISAJE
su totalidad vuelve a aparecer concentrada no se olvide»8. Gadamer percibe que el FLUVIAL CON
en el verso final. La breve interrupción poema no encaja en la identidad que su CADÁVERES
provocada por el lacónico encabalgamiento interpretación le ha impuesto. El poema QUE FLOTAN
—«Nada / se atasca»— constituye, según reclama la superación de los propios límites, O QUE
Gadamer, el momento de la comunicación exhorta a ver lugares concretos cargados de HAN SIDO
poética. Pero, insiste Gadamer, no se trata trágica historia. El intérprete, en cambio, AGUJEREADOS
de la comunicación poética del autor que insiste en leer de un modo preestablecido COMO UN
casualmente ha visitado Plötzensee, la feria que consiste en tomar los límites textuales COLADOR…?
navideña y los apartamentos de lujo, sino la del poema como punto de partida y con-
del poema que recuerda la coincidencia de dición irrenunciable del acto mismo de
los opuestos. Los imperativos con los que se la comprensión. El exegeta se obstina en
exhorta al tú a recorrer el paisaje construido respetar unos límites que el texto mismo
por el poema pretenden mostrar la presen- viene a cuestionar.
cia simultánea en el mundo de la alegría
navideña y la brutalidad del matadero, los ¿Cómo pensar, entonces, la frágil y proble-
apartamentos de lujo y el hotel del horror, es mática identidad del poema? ¿Cómo dar
decir, concluye Gadamer, en el mundo hay razón de la heterogénea coincidencia de
«Edén y Edén» repitiendo el mismo nombre, elementos tan dispares en el interior de un
que alude primero al hotel del año 1919 y único poema? ¿Cómo entender este paisaje
luego a los apartamentos de lujo del año fluvial con cadáveres que flotan o que han
1967. Con lo cual la conclusión exegética sido agujereados como un colador, un paisaje
de Gadamer no solo ha logrado neutralizar en el cual se mezclan lugares históricos con
por completo la carga política del poema, espacios míticos, objetos festivos o de culto
sino que además ha sido formulada con una con instrumentos inquietantes o máquinas
frase efectista —«hay Edén y Edén»— que, simplemente profanas como un automóvil?
sin embargo, sin las informaciones que Szon- ¿Cómo comprender unos versos en los que
di nos ha proporcionado sería totalmente se citan textos tan dispares como la Biblia,
incomprensible. La lectura de Gadamer una obra de teatro del siglo XIX o una
elimina cualquier especificidad o indivi- documentación histórica? ¿Será el poema
dualidad del poema y lo convierte en una la realización de aquella nueva poesía que
de las muchas concreciones posibles de un imaginaron los primeros románticos alemanes?
tema universal, en el ejemplo de una verdad El poema de Celan parece efectivamente un
atemporal que rezaría algo así como: en el ejemplo bastante exacto de aquella poesía
mundo conviven y se mezclan la bondad venidera que Novalis describe y anuncia en
y la maldad, la felicidad y el horror. Y los un célebre fragmento de sus anotaciones
lugares berlineses mencionados no serían del año 1799:
más que un ejemplo entre otros muchos
posibles de esta certeza incuestionable y «Narraciones sin coherencia ni conexión
quizás por ello banal. aunque sí asociativas como los sueños.
Poemas —meramente agradables al
A pesar de todo parece como si Gadamer oído y llenos de bellas palabras— pero
no quedara completamente satisfecho con su también desprovistos de sentido y cohe-
interpretación. ¿Para decir esto —hay Edén rencia —a lo sumo unos versos aislados
y Edén— era necesario escribir el poema comprensibles— no deberán ser más que
«Du liegst»? El exegeta parece tener sus fragmentos procedentes de las cosas más
dudas: «No hay por qué saber nada privado dispares. La verdadera poesía puede tener
o efímero. Y aunque se sepa, hay que hacer a lo sumo un sentido alegórico en general
abstracción de tal saber y pensar únicamente y producir un efecto indirecto como la
en lo que el poema sabe. Sin embargo, el música etc.»9.

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dossier paul celan

Tan heterogénea simultaneidad viene a de- primera y última enmarcan semánticamente


safiar la concepción clásica de la hermenéu- el texto: la primera estrofa despierta las ex-
tica que presupone una suerte de armonía pectativas ligadas a ese espacio de la gran
preestablecida entre el todo y las partes, una escucha con el cual se abre el poema, y en
armonía que permite una transición fluida la última estrofa encontramos la respuesta
del sustrato sensible al contenido ideal. a esas expectativas. El resultado del atento
Significativamente, Novalis no habla en su escuchar es nulo, el esfuerzo por percibir
fragmento del símbolo, sino de la alegoría, algún rastro de los crímenes políticos se queda
de esa forma cuya comprensión reclama en nada. El poema justamente termina con
un recorrido más complejo, indirecto y en la ausencia de aquel murmullo que debería
cierto modo más incierto. En el poema recordar las atrocidades acontecidas y que,
romántico imaginado por Novalis el ir y sin embargo, no tiene lugar. El paralelismo
venir del círculo hermenéutico ha quedado que une estas dos estrofas que enmarcan el
truncado. Aquel ideal clásico de la obra de hermético paisaje berlinés también es intenso
arte, aquella obra cuya totalidad integra las desde el punto de vista de la sonoridad: ambas
partes que la componen y en la que cada estrofas están formadas por dos versos que
parte es manifestación inequívoca del todo que riman cada uno con el verso correspondiente
la acoge, ha perdido su validez. El modelo de la otra estrofa («Gelausche/rauschen» y
de obra y de sentido deberá transformarse si «umflockt/stockt») y ambas estrofas presen-
nos queremos enfrentar a una obra como el tan el mismo número de acentos repartidos
poema de Celan, que reúne en su interior de un modo similar («Du líegst im gróßen
fragmentos diversos cuyo origen es difícil de Geláusche/umbúscht, umflóckt» y «Der
determinar y que posee unos contornos que Lándwehrkanal wird nícht ráuschen./Níchts/
EL MODELO apenas logran sostener una diferencia nítida stóckt.»), es decir, las dos estrofas repiten con
DE OBRA Y entre lo interior y lo exterior. El poema parece una ligera variación el mismo ritmo al prin-
DE SENTIDO incompleto, los elementos que lo componen cipio y al final del poema. Pero no todo son
DEBERÁ están como aislados los unos de los otros, y la similitudes: en el compacto marco formado
TRANSFORMARSE identidad que constituye presenta unos límites por la primera y última estrofas se abre un
SI NOS quebradizos y problemáticos. Habrá, pues, orificio. La última estrofa, la que constituiría
QUEREMOS que escuchar con atención el poema para la parte inferior del marco de «Du liegst»,
ENFRENTAR descubrir sus fracturas, sus indicaciones y sus presenta una llamativa fractura perceptible
A UNA OBRA exigencias. Si al «lector común», la categoría no solo para el oído, sino también para la
COMO EL que imagina Gadamer para llevar a cabo su vista. Para el oído porque «Nichts» («Nada»)
POEMA DE experimento hermenéutico, le añadimos el es, significativamente, el único verso que no
CELAN objeto de la lectura y lo convertimos en «lec- rima con ningún otro. Y para la vista porque
tor común de poesía», podemos suponer, sin la frase «Nichts stockt» («Nada se atasca») se
forzar en exceso la situación, que descubrirá halla repartida en dos versos, el segundo de
algunos detalles significativos del poema que los cuales está desplazado hacia el interior
le llamarán la atención y que, sobre todo, de tal modo que visualmente parece como
le invitarán a cuestionar su perspectiva. Ni si el verbo se hubiera desprendido cayendo
la identidad cerrada sobre sí misma de un hacia la línea inferior. Así pues, el marco
lector que considera su saber como criterio no logra cumplir su función separadora:
incuestionable, ni la estable identidad que los ámbitos interior y exterior del poema
proyecta el lector sobre la obra resistirán una no quedan separados de un modo unívoco
lectura algo más atenta de «Du liegst». y definitivo. El poema es, pues, hermético,
pero su identidad está dañada. El mismo
El poema mismo, ciertamente, afirma la Gadamer, por cierto, llega a constatar la
existencia de un marco que lo abraza y lo presencia de tan significativa fisura:
contiene. Pero también es cierto que el poema
se encarga asimismo de cuestionar la solidez «El poema quiere que se sepa [el acon-
de este límite que supuestamente debería tecimiento singular]. Lo quiere hasta
sostener la identidad de la obra. Las estrofas tal punto que los dos últimos versos, las

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Rimas y paisajes. Paul Celan describe dossier paul celan
Berlín en diciembre de 1967

últimas palabras, “nada” y “se atasca”, puede designar, tanto un sonido carente de
vuelven a concentrar toda la terrible ten- significado, como una multitud de sentidos
sión reinante en el poema, de tal modo difusos y mezclados que habría que separar
que rompe todas las fronteras» 10. y distinguir para hacerlos comprensibles. El

Pero no solo el marco fracturado —las


fronteras que se rompen, en palabras de EN TIERRAS EXTRAÑAS IN DER FREMDE
Gadamer— nos están diciendo que el poema
Oigo el susurro del río Ich hör die Bächlein rauschen
no es aislable. En el poema mismo aparecen En el bosque, aquí y allá, Im Walde her und hin,
apuntados diversos contextos y constelaciones En el bosque, en el susurro, Im Walde in dem Rauschen
—la Biblia, documentos históricos o la lírica Y no sé dónde me encuentro. Ich weiß nicht, wo ich bin.
romántica— en los que cabría situar el poema
para determinar sus posibles sentidos. «Du En la soledad sus cantos Die Nachtigallen schlagen
Entonan los ruiseñores, Hier in der Einsamkeit,
liegst» contiene en lugares tan importantes
Parecen querer decir algo Als wollten sie was sagen
del poema, como son la primera y la última De aquel hermoso pasado. Von der alten, schönen Zeit11.
estrofa, los que quizás sean los dos verbos más
trillados de la poesía romántica alemana: el
lector que conozca, aunque sea superficial- equivalente visual de «rauschen» sería lo
mente, la lírica de Joseph von Eichendorff turbio y lo borroso. En el ámbito poético
sabrá que en sus célebres descripciones de suele designar el murmullo de una corrien-
paisajes abundan los momentos de ese atento te de agua, el estruendo de la cascada, el
escuchar que en alemán se dice «lauschen». susurrar del viento y de los árboles o el
Y el mismo lector sabrá que no hay «laus- crujir de las hojas. El amplio espectro de
chen» sin «rauschen». La escucha atenta y significados de «rauschen» abarca desde la
concentrada acaba percibiendo ese peculiar manifestación de un dios que habla a través
sonido de la naturaleza que se expresa con de la naturaleza hasta el ruido indescifrable
el verbo «rauschen». Sirvan de ejemplo las que emite un transistor averiado, es decir,
dos primeras estrofas del célebre poema «In desde el mensaje divino hasta la ausencia
der Fremde» (En tierras extrañas) que fue de comunicación. En la palabra «rauschen»
publicado por primera vez en el año 1837. resuena además el eco de otra palabra muy
Un poema que, por cierto, presenta cierta similar a ésta e igualmente fundamental en
analogía con el poema de Celan, ya que la tradición poética alemana: la experiencia
ambos textos describen un paisaje en el de la «Rausch», la embriaguez, que Nietzs-
que está en juego la huella de la muerte. che asocia a lo dionisíaco —a la ausencia
Aunque más allá de la común inminencia de imagen y contornos definidos, al cues-
de este decir del paisaje, las diferencias son tionamiento de la identidad— y opone a la
AMBOS
notables. Mientras que Celan se refiere a claridad figurativa de lo apolíneo. En ambas
TEXTOS
hechos y muertes de personajes históricos nociones, tanto en el murmullo romántico
DESCRIBEN
concretos, Eichendorff, como es habitual como en la embriaguez dionisíaca, está en
UN PAISAJE
en él, canta la pérdida de la amada de ese juego una pregunta fundamental para la
EN EL QUE
modo vago y poco preciso, característico de obra de arte: la pregunta por los límites de
ESTÁ EN
quien habla de lo más íntimo, pero rehúye la comprensión y de la inteligibilidad.
JUEGO LA
siempre lo personal.
HUELLA DE
Celan cita el romántico murmullo, pero
LA MUERTE
Tanto la complejidad semántica del verbo lo cita para decir que no va a tener lugar:
«rauschen», como la frecuencia de su uso porque el poema de Celan ya no puede
literario, y no solo por parte de poetas ro- construir uno de aquellos paisajes románticos
mánticos como Eichendorff, podrían haberlo en los que la naturaleza todavía conseguía
convertido en un término de valor poeto- recordar la pérdida y la muerte. El paisaje
lógico: quien lo usa quizás esté indicando descrito por Celan es justamente el espa-
alguna cosa acerca de su concepción de la cio inhóspito que nada dice acerca de los
poesía. En un sentido más general «rauschen» violentos acontecimientos históricos de los

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dossier paul celan

personal posible. Los ma-


teriales con los que trabaja
Celan, en cambio, llevan
inscrita una fecha y tienen
nombre propio, poseen
contornos nítidos, son
concretos e identificables,
son, en definitiva, realis-
tas. Y no solo porque un
gancho de carnicero sea
impensable en un poema
romántico. Los materiales
con los que está hecho el
poema de Celan son in-
sustituibles, tomados de la
realidad, pero integrados
en el poema de tal modo
que son sometidos a una
intensa reorganización.
Los materiales citados se
convierten en lenguaje
que se cierra sobre sí
 3. que ha sido escenario. Paisaje que ha sido mismo, palabra que se opone a la ausencia
testimonio y que, sin embargo, niega lo de palabra, para convertirse finalmente en
sucedido. El poema cita, pues, la tradición ese murmullo tan difícil de descifrar que nos
lírica en la que se sitúa, dialoga con ella y puede hacer dudar de su sentido. El poema
marca las diferencias para señalar de este mismo empieza a murmullar, a «rauschen». Y,
modo la distancia temporal que los separa. sin embargo, nada más alejado de la román-
Y marcar esta distancia es una forma de tica embriaguez que el poema de Celan: la
señalar y recordar el abismo de lo aconte- lengua del poema deviene opaca y se acerca
cido. Ambos paisajes —el romántico y el a los límites del sentido, pero no para que
hermético— coinciden en ser el resultado de nos abandonemos al fluir arrebatador de una
una elaborada construcción que, sin embar- melodía que nos envuelva, nos libere del
go, procede de modos distintos. Eichendorff presente y nos transporte hacia un estado
construye sus paisajes con unos materiales de ánimo alejado de toda objetividad. El
que son intercambiables. Sus poemas parecen poema exhorta al lector de un modo indi-
el resultado de innumerables combinaciones vidual, insiste en el imperativo, subraya la
Y, SIN que operan con un escaso repertorio de presencia del tú y ordena acciones concretas:
EMBARGO, materiales siempre iguales y rápidamente ve y mira y escucha. Y hazlo atentamente:
NADA MÁS reconocibles —el río, el bosque o el castillo «Ve tú al Spree, ve al Havel,/ve a los gan-
ALEJADO que podrían ser cualquier río, cualquier chos de carnicero,/ve a las rojas manzanas
DE LA bosque o cualquier castillo— a los que el en palillero/de Suecia». El poema contiene
ROMÁNTICA poeta se refiere con un lenguaje que con- exigencias muy concretas y espera convertir
EMBRIAGUEZ sigue difuminar por completo la sensación al lector en cómplice de un desciframiento
QUE EL de realidad. La vaguedad y la imprecisión que reclama el máximo de atención. Una
POEMA DE se ponen al servicio de la configuración de atención difícilmente compatible con ninguna
CELAN un paisaje que es espacio puro. El yo lírico forma de embriaguez.
percibe cómo ante su mirada y su oído se
despliega la amplitud y la profundidad de El lector de poesía que antes hemos imaginado
ese espacio a través del cual deviene posible captará otra alusión igualmente significativa
designar lo lejano, lo extraño, la pérdida y la respecto de las intenciones del poema. Una
soledad y sentirlos además del modo menos alusión cuyo primer efecto sea probablemente

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Rimas y paisajes. Paul Celan describe dossier paul celan
Berlín en diciembre de 1967,

el sobresalto, ya que se trata de una rima fácil, preguntarse en qué otras constelaciones situar NOS
grosera y escandalosa que viene a interrumpir el poema para resolver la delicada cuestión ENCONTRAMOS
la densa y sutil red rítmica y métrica que de su posible sentido y para responder a la ANTE LA
va tejiendo el poema: en la cuarta estrofa pregunta por su múltiple identidad. Tam- PARADÓJICA
topamos con la rima que une «Frau» con bién la «Fuga de la muerte» constituye una VERSIÓN
«Sau», la mujer con la cerda, es decir, con suerte de collage de citas y un diálogo con DE UN
el conocido insulto antisemita alemán. Pero una tradición que ha devenido problemática. HERMETISMO
la rima con «au» es algo más que una fácil La alusión en el mismo título a la fuga y a REALISTA
solución métrica, es también una alusión las danzas de la muerte ya es una forma de
literaria indudablemente programática ya que preguntarse si es posible seguir cultivando
aquí Celan se está citando a sí mismo. La géneros y formas históricos cuando el objeto
rima de «Frau» con «Sau» puede entender- de la obra de arte es ser testimonio del ho-
se como una alusión a la única rima de su rror nacionalsocialista. Citar la «Fuga de la
celebérrimo poema sobre el Holocausto: la muerte» es un modo de recordar un programa
«Fuga de la muerte». En un momento álgido poético que considera impensable separar el
del poema, en el momento del asesinato, la lenguaje lírico del testimonio histórico. Un
métrica aúna el característico color azul (blau) testimonio que trabaja con el lenguaje, que
del ojo germánico y la celebrada virtud de se oscurece y cierra sobre sí mismo, pero
la precisión y exactitud (genau) alemanas: no porque quiera ser autosuficiente —como
«der Tod ist ein Meister aus Deutschland desearía Gadamer—, sino porque se opone
sein Auge ist blau/er trifft dich mit bleierner al silencio de la realidad. Y de este modo 3.
Kugel er trifft dich genau» («la muerte es un nos encontramos ante la paradójica versión Juan Garcés
El rapto del arco iris,
Maestro Alemán su ojo es azul/él te alcanza de un hermetismo realista, es decir, de una
1998.
con bala de plomo su blanco eres tú»)12. Así opacidad que cuando ha sido atravesada Técnica mixta sobre
pues, motivos más que suficientes como para ilumina la realidad. v lienzo

Notas

1. 3. por el triple guión. Esta rima, en 9.


El trabajo fue publicado bajo el Paul Celan, Obras completas, tra- realidad, repite hasta tres veces Novalis, Schriften (Vol. 3: Das phi-
título Acerca de un poema de ducción de J. L. Reina Palazón, el sustantivo “Eden”, cuyo acento losophische Werk II), ed. ������
de Ri-
Paul Celan en el suplemento li- Madrid, Trotta, 1999, pp. 353- recae en alemán en el inicio de chard Samuel, Hans-Joachim Mähl
terario del Neue Zürcher Zeitung 354. Las correcciones de la tra- la palabra. La primera y última y Gerhard Schulz, Stuttgart, Kohl-
del 15 de octubre de 1972 y pos- ducción son mías. estrofas repiten ritmo y número hammer, 1983, p. 572.
teriormente incluido en los Ce- 4. de acentos. 10.
lan-Studien con el título Eden. Paul Celan, Die Gedichte (Kom- 5. Hans-Georg Gadamer, ¿Quién soy
La versión castellana en: Peter mentierte Gesamtausgabe in Georg Büchner, Obras comple- yo y quién eres tú?..., p. 127.
Szondi, Estudios sobre Celan, einem Band), ed. de Barba- tas, ed. de K. Forssmann y J. Ja- 11.
Madrid, Trotta, 2005, pp. 105- ra Wiedemann, Frankfurt a.M., né, trad. de C. Gauger, Madrid, Eichendorff, Gedichte. Poesías,
114 y 121-122. Suhrkamp, 2003, pp. 315-316. Trotta, 1992, p. 133. ed. de Alfonsina Janés, Barcelona,
2. Brevemente sobre la rima: el 6. Bosch, 1981, pp. 92-93. El poe-
Hans-Georg Gadamer, ¿Quién soy poema contiene tres rimas P. Szondi, Estudios sobre Ce- ma ha inspirado una de las pie-
yo y quién eres tú? Comentario consonantes (umflockt-stockt, lan, p. 121. zas del Ciclo de canciones so-
a «Cristal de aliento» de Paul Fleischerhacken-Äppelstaken y 7. bre poemas de Eichendorff, op.
Celan, Barcelona, Herder, 2001. Frau-Sau), dos rimas asonantes P. Szondi, Estudios sobre Ce- 39 que Robert Schumann com-
La primavera de 2009 aparece- (Gelausche-rauschen y Havel- lan, p. 111. puso en el año 1840.
rá en la editorial Herder un en- Gaben) y la rima que une el 8. 12.
sayo con el título Gadamer, lec- final de las tres estrofas centra- Hans-Georg Gadamer, ¿Quién soy Paul Celan, Obras Completas, p.
tor de Celan, en el que trato so- les (Schweden-Eden-jeden) que yo y quién eres tú?..., p. 128. La 64, y la versión original en p. 41
bre este debate. gráficamente viene destacada cursiva es mía. de la edición alemana.

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Altura de Celan. Con
Autor
sendas observaciones
Jorge Pérez
de Tudela Velasco
sobre el tiempo y
la liberación
Profesor de Filosofía.
Universidad Autónoma
de Madrid.
Autor de Historia de la
filosofía moderna: de Cusa a
Rousseau.

En el «Discurso» de Bremen1, el poema


se define con una concisión que no
por precavida deja de ser formal: «Puesto que
No es que «das Meer», en efecto, ni cual-
quiera de los muchos términos que en sus
libros hacen alusión a lo marino (el remar
es una manifestación del lenguaje y por tanto y la natación, la orilla y el cruzar a la otra
esencialmente dialógico, el poema puede orilla, la esclusa y las lanchas, las redes y las
ser una botella de mensaje». La metáfora, almadías, la playa y sus arenas, la bitácora
como se sabe, no ha sido fabricada por las y la quilla, los muelles y el cabrestante, los
manos de Celan. La tomó de su amado diques y los acantilados, las barcazas y las
—y admirado, y traducido, y nombrado en redes, las bahías y las sirgas, los cabos y las
escritura— Osip Mandelstam, quien en jarcias, los puertos, las anclas y los mástiles,
«su ensayo Sobre el interlocutor (1913)… las olas y las dunas, las tempestades y las
describe un paseo imaginario por las dunas, calmas…), sean piezas ausentes del repertorio
en el curso del cual encuentra una botella de un poeta obsesivo, famoso por su fidelidad
en cuyo interior está el nombre y el destino a un conjunto más bien cerrado de mojones
de algún poeta que ha naufragado»2 (pero lingüísticos. A cuenta de ello, por lo demás,
es bien sabido que cuando «el nombre Osip nada más fácil que esgrimir la biografía atroz
viene a tu encuentro… tú tienes de nuevo de un suicida auto-arrojado al Sena desde
lo que es tuyo, lo que era suyo»3). Cierto es el puente ya antes cantado, el Mirabeau de
que, en rigor, tampoco entonces se precisó Apollinaire, eficaz saltadero hacia la vida.
si el espacio o elemento al que el poema-y- Solo que no es seguro que ese «mar» del
botella se arroja sea o no el espacio del mar. que hablo, en verdad omnipresente, sea sin
Pero no es solo que el mecanismo secular más el símbolo, más o menos hermético,
de la comparación casi parece exigirlo así: más o menos reinterpretado, del existir como
es que de la tierra, del elemento contrario viajar, de la vida como travesía; ni tampoco
al mar, sí da razón literal, a continuación, la fidelísima trascripción del muy concreto
el texto. Porque se dice: «una botella de mar —por ejemplo— de Bretaña, del que,
mensaje»; pero se continúa: «lanzada con sin embargo, también es transparente me-
RUMOREA la confianza —ciertamente no siempre muy moria gráfica. Porque el hecho es que, junto
EN CELAN esperanzadora— de que pueda ser arrojada a aquéllos, también rumorea en Celan un
UN «MAR» a tierra en algún lugar y en algún momen- «mar» de distinto tipo: un «mar» que en él
DE DISTINTO to.» El poema-y-botella, así, bien puede ser se confunde, lo veremos, con el alma, con
TIPO: UN botella arrojada al mar, de camino hacia la el «mundo interior», encerrado de por vida
«MAR» QUE tierra. Finalmente, cerraríamos el triángulo en una cárcel de muros de hueso.
EN ÉL SE con solo mencionar, siempre con nuestro
CONFUNDE texto, que dicha «tierra» es, a su vez, para el Ese mar, digo, rumorea en una poesía que
[…] CON EL de nuevo cauteloso Celan, «tal vez la tierra acoge sintagmas como «yo, hombre de
ALMA del corazón»4. Mar, tierra, poema, corazón: mar»5 o «yo era lo que soy… un bebedor
intensidades fraternas, coligadas, de la primera en el mar»6; pero también, como en Bre-
de las cuales, de su incansable presencia men, en la correspondiente prosa adjetiva.
discreta en las inscripciones de Celan, algo Corrían los años cuarenta del siglo pasado,
querría, ahora, dejarse aquí, si no dicho, sí en efecto, cuando la punta acerada de
por lo menos sugerido. Celan arañó ciertos signos relativos a un

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Altura de Celan. Con sendas observaciones dossier paul celan
sobre el tiempo y la liberación

pintor surrealista, Edgar Jené7. Con ellos sólito», un algo o alguien que se considera EL ALMA-MAR
—en eso no hay misterio— quiso informar «alcanzable, liberable, vacante tal vez», y del […] ES LA
de su singladura personal por el universo que cada cosa y cada hombre resulta ser, «para DEL PROPIO
del creador. Solo que no es casualidad que, el poema… una forma», es una propuesta POETA,
para describir ese periplo, haya acudido al conocida, que el mencionado «Discurso» de ASOMADO A
término «singladura». Y es que el informe Bremen remachó, a su vez, con parecidas LOS ABISMOS
—así lo remata Celan— lo es «de algo que fórmulas9. Solo que, a mi juicio, a mi juicio DE SU
se me apareció en el mar profundo de un hermenéutico-circular, esas cláusulas resultan EXPERIENCIA
alma». Esta conclusión, como ocurre tantas por su parte enriquecidas al aceptar, como PERSONAL
veces en su obra, resulta ser circular y en arriba se sugiere, no solo aquello de que el
absoluto retórica, toda vez que el texto, ya viaje del poema, en Celan, es comúnmente
desde su mismo arranque, había establecido una «navegación»; sino, además, que ese
con precisión no solo el orden y naturaleza «mar» por atravesar, tanto a nado como a
de las capas que tenía que atravesar, sino, bordo de un navío o remando en una barca,
además, el carácter de su dominio: «Abrí una es, formalmente, el íntimo mar de un alma,
brecha en las paredes y en los reparos de la de un cerebro, de un yo.
realidad y me encontré ante el espejo de la
superficie del mar. Tuve que esperar un rato Pero se dirá: ¿y es sostenible tal cosa, cuando
hasta que se rompió y pude entrar en el gran este laureado poeta de la interpelación10 jamás
cristal del mundo interior. Con la gran estrella ha dejado de proclamar la hiriente ajenidad
baja de los descubridores desconsolados sobre del mundo, la urgente conveniencia de, cito
mí, seguí a Edgar Jené por sus cuadros.» El el título de un poema, «Que tú seas como
texto, me parece, es exquisitamente ambiguo tú, siempre»11? ¡Ah!, pero es que este piloto
respecto a si el alma-mar a la que se alude de altura no parece concebir el tránsito sino
es la de Jené o bien, como prefiero, la del como travesía, y asimila en verdad cuanto
propio poeta, asomado a los abismos de su le acontece a encuentros, encuentros que el
experiencia personal. Destaco, por último, mareante experimenta (vale decir: sufre) con
que este ámbito marino, abisal, del alma, ciudades, objetos, paisajes, recuerdos, heridas,
recibe en este pasaje una caracterización personas, palabras o vegetales, a los que no es
ulterior —y en Celan no menos poderosa: infrecuente que atribuya, a su vez, como al  1.
se trataría, «lo leímos», nada menos que de menos en un momento atribuyó a su cerebro Asche für Celan (Ceni-
un cristal. («más duramente que yo / nadie se ciñó al za para Paul Celan), de
viento, // a nadie como a mí / atravesó la racha Anselm Kiefer, 2006.
Si fuese significativo, semejante escenario de granizo / el cerebro acuchillado, dispuesto Foto. Durga, Creative Commons.

ayudaría a clarificar el sentido de otras de- / a zarpar»: O. C., p. 309; la cursiva es mía),
claraciones, no menos célebres, igualmente esa misma condición de viajeros extraviados
consignadas por Celan. Así, las que esmaltan en el mar de… digamos «la existencia». Así lo
El Meridiano8, verdaderas tablas de la ley de hace, por ejemplo, con
su poética: declaraciones como aquéllas, la propia
inolvidables, de que el poema, con la
poesía y con el arte en general, «se
dirige», «recorre el camino», «busca»,
«quiere ir», «mantiene el rumbo». Que aque-
llo hacia donde se encamina el poema
—y con él la poesía, y con él también
el arte— sea, en un texto tan bende-
cido por Buber como por Rilke
y Heidegger, algo así
como «lo Otro»,
«la lejanía»,
«la extrañe-
za», «lo in-

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dossier paul celan

París, esa «capital» a la que probablemente


aluden los versos —por cierto, tan conformes
con nuestra exégesis— a cuyo tenor «un
tembloroso / lóbulo cerebral, un / trozo de
mar, / iza, donde tú vives, su capital, la /
inocupable» (O. C., p. 387). Es, pues, de
París, «barquito… anclado en el cristal», de
quien se asegura en el mismo aliento que
«navega en su lágrima», en la lágrima de
un corazón que a su vez, se nos dice, «pone
rumbo a…» (O. C., p. 69).

En el mar de los encuentros, donde ese re-


petido corazón no solo puede oficiar, como
vimos, de «tierra» a la que acaso arribe el
poema, sino también, y sobre todo, de barca
de salvación con la que aventurarse al viaje,
lo encontrado son guías, pescadores, pecios,
criaturas de la orilla o de la hondura a las
que el poeta, antes o después de despedirse
de ellos, de acompañarles, nadando, en amis-
tad, o de juramentarse sin vacilación contra
ellos, viene a dar cobijo —y realidad— en
su alfabeto, sus líneas, su «letra, compañera
profunda» (O. C., p. 285), sus conmemora-
ciones de tinta. Lo así encontrado puede ser,
naturalmente, numeroso. En rigor, puede
ser hasta infinito. De ahí también, quizá,
que del poema, llamado —como vimos— a
surcar las aguas de lo incierto, se nos advierta
apropiadamente que «encierra una pretensión
de infinitud» (O. C., p. 498).

Ahora bien, si se pregunta, en diálogo con


el autor, de dónde podrían proceder esas  2.
criaturas, cuyo número es en verdad incon-
table, Celan contestará que, aunque quizá donde, por otro lado, no solo es él quien
LO sean pocos los que saben tal cosa, el creador nada, sino también «…NOSOTROS, los /
ENCONTRADO de todas ellas es el hombre (O. C., p. 474). por doquier extraviados, a pesar de todo /
SON GUÍAS, Declaración contundente, frente a la que es viajeros» (O. C., p. 467), y con todos, en
PESCADORES, difícil resistirse a leer una notable inclina- fin, el mismísimo sol («este mar nadado por
PECIOS, ción de nuestro poeta hacia algo así como el sol»: O. C., p. 95), y hasta la «nadadora
CRIATURAS el solipsismo, por no decir (perdóneseme la luz» (O. C., p. 120).
DE LA ORILLA utilización de esta jerga de filosofante) de
O DE LA idealismo o constructivismo. No se puede En otra de sus anotaciones teóricas, la tarea
HONDURA pensar otra cosa cuando, insisto, el mar, del artista recibirá, en este mismo sentido,
la mar que el poeta dice beber, saborear, un sello no menos preciso: cuando luchaba a
soñar (O. C., p. 136), no es en definitiva brazo partido con aquella única cosa restante,
más que el mar del artista, la «corriente la lengua, se trataba —así lo declaró Celan
salada» de algún otro poema, en la que ante sus oyentes de Bremen— no solo de
cabe arrojar por la borda piedras de ancla orientarse, de establecer mediante estrellas las
con su inscripción (O. C., p. 465). Un mar coordenadas de su posición; se trataba, dijo

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Altura de Celan. Con sendas observaciones dossier paul celan
sobre el tiempo y la liberación

también, de «proyectar- Así que el mar en el que braceamos y bracea- NUESTRO


me una realidad» (O. mos, nuestro verdadero «mar interior», no es VERDADERO
C., p. 498). La realidad. ni puede ser más que el mar de la nada, esa «MAR
Algo que, de acuerdo nada (o quizá mejor: Nada) a la que Celan, INTERIOR»,
con otras sentencias del en otras memorables líneas, no dejará de NO ES NI
autor, no está ni puede atribuir, precisamente… mares. Piénsese si no PUEDE SER
estar dado; algo que, en «Matière de Bretagne», poema incluido MÁS QUE EL
por el contrario, hay en Reja de lenguaje, donde el poeta de la MAR DE LA
que buscar y conseguir Bukovina transcribe que «la nada rueda sus NADA
(O. C., p. 481). mares», con intuición que pronto repetirá
más en breve, al celebrar sombrío «la nada,
Celan, Paul Celan de sus mares» (O. C., pp. 130-131). Un mar así
Czernowitz de Sadagora, es terrible. Y, sin embargo, preciso es zambu-
no sería, sin embargo, llirse en él y afrontar sus bajíos, sus arrecifes,
Celan si ese «mar» en sus Escilas y Caribdis; porque, como ya he
el que nada, se abrasa y dicho, no habría otra vía de retorno al hogar,
se apaga (O. C., p. 229) a Jerusalén, a casa; porque, como también
no fuese un campo de he dicho ya, solo a través suyo —recordemos
cenizas, un sin-fondo de El Meridiano— cabrá completar el círculo,
oquedades sin porqué ni la línea que reúne los polos y llegar, acaso
para qué. A la mente de misteriosamente, a esa meta misma que se
quien, a veces irritado, a acaba de mencionar: el yo. Para ese arries-
veces conmovido y casi gado paso, sin embargo, el arrojado no se
siempre atemorizado, encuentra enteramente desprovisto de ayudas.
se aventure a surcar él Se mece, desde luego, en lo incierto, pero
también sus caudales de siempre podrá contar con el apoyo de ciertas
palabra, no tardará en candelas: las palabras. Estrellas nocturnas,
acudir, en este sentido, signos en el horizonte, que, en el contexto
un nombre de griegos, de otras tradiciones, malamente podrían jugar
un término reutilizado semejante papel —pero que aquí reclaman
después, como se sabe, con toda coherencia su función:
por ilustres buzos del
inconsciente como Carl molinos de viento
Gustav Jung. Pues brota: te insuflan aire en los pulmones, remas
νéκυια, en ese sentido especial del vocablo por los canales, lagunas y cauces,
que le permite aludir al viaje nocturno, a la a la luz de la palabra,
arriesgada incursión odiseica a la tierra de en la popa ningún porqué, en la proa ningún
los muertos, allí donde obtener de un ciego adónde,…
noticia con que regresar a casa —a uno (O. C., p. 198).
mismo. Y es que el mar, aquí, es terrible.
En efecto: es nuestro mar. Pero «nosotros» «A la luz de la palabra», el imposible viaje
(nosotros los extraviados, aquellos a los que a través de la Nada se nos hace a nosotros
«lo extraño» «tiene en su red» [O. C., p. —sus florecientes rosas— sin duda imposible,
446], nosotros los hombres-y-judíos, nosotros pero también extrañamente exigible, insosla-
los judíos-y-poetas, nosotros los hombres-y- yable, marca y ley como es de nuestro asig-
poetas), nosotros: nado, incomprensible destino de resistentes.
Salvo que tampoco con ello abandonamos
Una nada el ámbito de lo mortuorio, ese rasgo de lo  2.
fuimos, somos, seremos funeral que desde Ulises parece teñir todo Andrés Monteagudo
siempre, floreciendo: regreso. ¿O no es «la palabra», en Celan, Villanueva.
rosa de nada, y según ecuación suya más que sabida y De la serie letanía,
de Nadie rosa12. archicitada, «un cadáver»? ¿Nos orientan, 2005. Fotografía.

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dossier paul celan

LEYENDO A entonces —puesto que nos orientan las resultaría preservada como tal justamente en
CELAN SE palabras—, cadáveres, la mortecina luz que el poema que la alcanza y así mantiene, a su
APRENDE proporciona un cadáver? Por cierto que sí. vez, la inviolable ajenidad del emisor («Solo
QUE, COMO Sí, ante todo, porque también «nosotros», infidente soy fiel. / Yo soy tú si yo soy yo»:
EN HOMERO, los humanos, y para el poema en realidad O. C., p. 60). El poema sería, entonces, ese
SON cualquier ente, es ahora reducible sin más instrumento de precisión con el que y en el
TAMBIÉN LOS a «palabra». Y sí, en segundo lugar, porque que, según Celan, los opuestos irreductibles
MUERTOS leyendo a Celan se aprende que, como en ganan su ser, vale decir, su ser-opuesto-a-lo-otro,
LOS QUE Homero, son también los muertos los que su (fatigo las voces y los ojos, abuso de ellos,
ACUDEN A acuden a ponerse a nuestra disposición, pres- pero ¿cómo no abusar en esto de las voces
PONERSE tos a liberar de peligros nuestro camino. En y los ojos?) ser islas y barcos aislados en el
A NUESTRA especial, ese muerto insepultable que para océano de la perseguida realidad. Ahora bien,
DISPOSICIÓN nuestro autor vino a ser su madre, cobijo a es igualmente en estas frases tajantes, jugosas,
su vez, como no podía ser de otro modo, de El Meridiano, donde Celan se atreve a
tanto de la palabra como de la luz: estampar, sin más, un nombre —al que pocos
podrían aventajar en calado filosófico— para
EL COMPAÑERO DE VIAJE eso que constituye lo más propio e íntimo,
lo más singular e incompartible del otro en
El alma de tu madre va en vilo delante. cuanto otro; pues tal esencia de lo inasimilable
El alma de tu madre ayuda a capear la noche, resulta ser, en efecto, ésta: «su tiempo».
[escollo a escollo.
El alma de tu madre fustiga a los tiburones Su tiempo: solo dos palabras, y con ellas sola-
[delante de ti. mente —se diría— una vuelta más de tuerca
en la interpretación. Por supuesto. Pero ¡qué
Este vocablo es pupilo de tu madre. vuelta de tuerca! ¿Su tiempo? ¿Qué tiempo?
El pupilo de tu madre comparte tu lecho, ¿Ése que en filosofía no ha dejado nunca
[piedra a piedra. de provocar perplejidades? ¿La fuerza de
El pupilo de tu madre se inclina sobre la migaja generación-y-destrucción de la que todo sale y
[de luz. a la que todo, en su disolución, regresa? ¿La
(O. C., p. 73). imagen móvil de la eternidad? ¿La sucesión
de los ahoras? ¿El instante propicio en que se
La vocación de poeta resulta así identificada, presenta la Oportunidad? ¿La forma pura de
desde aquí, con la de navegante o nada- la sensibilidad interna? ¿La cuarta dimensión
dor por las aguas de la Nada, oscuramente del continuo minkowskiano, relativista, del
iluminado por ciertas palabras-candela, por bloque espacio-temporal? ¿El contradictorio,
ciertas palabras-tú, que en nada se distinguen, probablemente ideal y hasta ilusorio —y sin
a su vez, de restos de otros naufragios. Y se embargo imprescindible— constituyente basal
añade: así reza la descripción correcta de de nuestra existencia?
lo que es. Cabría incluso pensar: así reza la
descripción definitiva del «concepto» —si así Preguntas de filosofante, preguntas a las que el
puede decirse— que nuestro poeta tiene de poeta, desde luego, tampoco tiene obligación
la situación. Creo, sin embargo, que con lo de contestar —y a las que, de hecho, y salvo
dicho no todo lo interpretable ha quedado ni mejor opinión en contra, no me consta que
mucho menos explicitado. Y que una lectura Celan respondiera. Lo dicho, sin embargo,
atenta de Celan podría todavía añadir algo dicho está, y el poeta apuntó sin vacilación,
más. Como se recordará, comenzábamos y plenamente consciente de la gravedad de
este ensayo recogiendo aquella firme opinión su apuesta, a ese monstruo jánico, pleno de
celaniana de que el poema sería flecha y biografía y cicatrices conceptuales, a saber,
envío hacia una tierra-corazón, un «lugar» el tiempo, como candidato más que firme a
hospitalario, eso interpelado «que gracias a la responsable último de lo que hay. Cabría, así,
denominación ha devenido un Tú» (O. C., soñar con otro giro más en la demorada espiral
p. 507), cuya constitutiva, esencial alteridad de nuestra interpretación. Porque si la expe-

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Altura de Celan. Con sendas observaciones dossier paul celan
sobre el tiempo y la liberación

riencia es la ex- dad «fina are-


periencia, para na» (O. C., p.
cada uno, de 74), y también
su mar interior la hora puede
(«Amor, al ex- presentársenos
traño signo / mi «desgranada»
barca sigue por («Arena / recla-
mi mar»: O. C., mas por ello, /
p. 455), y si ese pues la última
mar o corriente / rosa en casa /
o río del yo no quiere que tam-
es, a su vez, sino bién esta tarde
floración o bu- la alimentes /
merang surgido de hora des-
del silencio o, granada»: O.
más bien, de C., p. 95), debe
la nada, lo que advertirse, me
ahora parece parece, que los
di b u j a r s e e s tan mentados
que, además, barcos en los INFINITO,
la médula de que el poeta NADA, MAR…
tal espacio no surca el curso TIEMPO:
es otra que la del tiempo son NOMBRES
temporalidad: asimismo, en DISTINTOS
¿no había atri- alguna ocasión, PARA UN
buido ya Celan barcos en los MISMO
al poema una que remontar ESPACIO
volunt ad de «el río de are- DE LA
tras-paso, una na» (O. C., p. INTERIORIDAD
v o c a ci ó n d e 97).
«paso-a-través»
en verdad in- Flores, pues,
saciable, literal- como somos
mente infinita? de la Nada,
3.
Pues bien, ese corazones que
infinito que el poema se lanza a atravesar, a las veces son ya ellos mismos esquifes en
y obviamente a través suyo, «no por encima los que esquivar el naufragio, a las veces pa-
de él» es, así se inscribe en el mismísimo sajeros desconcertados de la chalupa-mundo
párrafo, el tiempo (O. C., p. 498). (O. C., p. 381), nosotros los arrastrados por
(y, literalmente, enredados en) semejante
Infinito, nada, mar… tiempo: nombres distintos mundo-tiempo, nosotros los embarcados
para un mismo espacio de la interioridad. La «río-día-año-arriba, río-día-año-abajo» (fór-
cadena de las remisiones metafóricas parecería mulas de este jaez destila en algún mo-
pues, de ser correcta, llevarnos a esperar, en mento el alambique de nuestro escritor),
la escritura de Celan, la presencia de una nosotros, los descubridores, habremos de
reducción de ese «tiempo» del que hablamos acabar teniéndonos —así nos lo impone la
no solo al descoyuntamiento, la fragilidad, lo lectura— por formas del tiempo, remansos
arenoso de una sustancia que, en rigor, (no) es del Gran Rápido, nadadores desnudos,  3.
Nada, sino, además, una consistente alusión a inermes y ateridos en cuyo interior, en lo Antonio Pérez Pineda.
lo fluido de su carácter. Todo lo cual, en rigor, más hondo de cuyo interior, alienta, late… Sin título. Tinta,
se cumple. Y se cumple en ambos frentes, un reloj («vosotros, relojes en lo hondo de rotulador y acrílico
porque si el tiempo, para Celan, es en ver- nosotros»: O. C., p. 133). sobre papel.

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dossier paul celan

Cuando algún poema celaniano —el oído, de cada poema, temporalidad pura —y no
el tímpano quebrado y sutilísimo de Derrida menos pura mortalidad (O. C., p. 508).
(reléase Schibboleth) no dejó nunca, como
se sabe, de registrar parecidos sones— pa- La poética, me atrevería a decir, cuasi filo-
rece invertir la concepción más usual de la sófica, si no totalmente filosófica, de Paul
relación entre tiempo y cosas, y violentando Celan, conduce pues a soñar un poema (por
un verso de Verlaine, pregunta finalmente no más que tal poema, el poema absoluto, no
solo cuándo volverán las rosas, las rosas de exista ni pueda existir: O. C., p. 507), al
septiembre, sino cuándo, más bien, florecerá que se le asigna esa difícil misión que todo
el cuándo, y cuándo, más bien, florecerán náufrago confía a la botella que, desespera-
los septiembres para las rosas (O. C., pp. do, arroja al mar: salvar su contenido y, con
191-192), es toda esta metafísica inmanente semejante salvación, conseguir de rechazo,
en la actualización de su regreso, salvación
también para su emisario. En el océano de
PASSAGES temporalidad, en el oceánico día (O. C., p.
430) que nos rodea y atenaza en sus redes,
la cápsula con el mensaje debe llegar a la
otra orilla, cruzar el río que haga de fron-
tera, superar calmas y tormentas; colarse
por los pasos más estrechos. Mas se insiste:
pero todo para volver. Para volver al propio
yo del emisor, y con él al propio poema, y
con ambos al tú o los túes que el poema
pudo en su momento recoger en su red —y
que quizá de ese modo, como la antigua
filosofía predicó de los «fenómenos», resul-
ten «salvados». A cuenta de esa operación,
operación en la que, como podría apuntarse,
se «verifica», se hace verdadero lo real, y que
por lo mismo solo pueden realizar, en rigor,
poemas verdaderos, poetas verdaderos, perso-
nas verdaderas, a cuenta de esa operación,
repito, se pronuncia pues, aquí y ahora, la
palabra «salvación». Palabra excesiva, podría
quizá pensarse; palabra que, sin embargo,
figura, aislada como una astilla o una luz de
candelabro («Licht war. Rettung»: O. C., p.
257), en la propia página de Celan.

Pero tampoco forcemos la letra. Subrayamos,


LA CÁPSULA que otorga primacía al Tiempo sobre sus con los poemas, la incandescente prosa de
CON EL criaturas la que, si mi juicio no yerra, se está El Meridiano, y en El Meridiano, como se
MENSAJE desplegando a toda vela, a toda conciencia, a recordará, no es tanto de salvación de lo que
DEBE LLEGAR todo arte. Esa misma metafísica que, por ello se habla cuanto de otra experiencia, otra meta,
A LA OTRA —mencionemos también este aspecto—, no otro «lugar» ontológicamente u-tópico al que
ORILLA, dejará de enfatizar la pertenencia insepara- orientar las flechas, la dirección, el rumbo
CRUZAR EL ble, a cada poema singular, de «sus» fechas del poema: (el lugar de) la liberación. ¿Se
RÍO QUE irrepetibles, repetiblemente irrepetibles, las recuerdan los párrafos? Están como rezados,
HAGA DE fechas de nacimiento grabadas en su piel, y presentan preguntas e imperativos con todo
FRONTERA que recuerda cada vez. Se trataría, en suma, el aire de un sermón eckhartiano —invertido,
de la misma metafísica que, en conclusión laico, negro, en apariencia dubitativo, pero,
muy coherente, descubrirá en cada materia en última instancia, bebido en la escondida

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Altura de Celan. Con sendas observaciones dossier paul celan
sobre el tiempo y la liberación

fuente de las místicas cabalística y renana: C., p. 301). Esto es al menos lo que señala EL POEMA
«He creído encontrar la poesía en Lucile, un poema cuyo arranque aconseja (de nue- «SALVA» LO
y Lucile percibe el lenguaje como figura, vo los mismos temas) «ARROJA EL AÑO CANTADO,
dirección y aliento; yo busco, también aquí, SOLAR, del que dependes, / por la borda COMENZANDO
en esta obra de Büchner, lo mismo, busco a del corazón, / y rema bien, adelante con el POR EL POETA,
Lenz mismo, lo busco como persona, busco hambre, copulando». Así es como las estrofas, AL
su figura: por la ubicación de la poesía, de la a todo lo largo de la producción celaniana, DEVOLVERLO
liberación, por el paso. (…) ¿Encontraremos habrán de cantar, sostenidamente, a «lo A LA LIBERTAD
acaso ahora el lugar donde estaba lo extraño, libre», a la libertad; a aquella libertad de DE LO QUE
el lugar donde la persona podía liberarse como entonces, de cuando nadábamos; de aquel EN ÉL ES MÁS
un —extrañado— yo? ¿Encontra- INTRADUCIBLE
remos tal lugar, tal paso? (….)
Quién sabe, tal vez la poesía
recorre el camino —también el
camino del arte— en función
de ese cambio de aliento. (…)
Tal vez se libera aquí con el yo
—con el yo extrañado liberado
aquí y de tal manera—, tal vez
se libera aquí también algo Otro.
(…) ¿Ampliar el arte? No. Sino
ve con el arte a tu más propia
angostura. Y libérate.» (O. C.,
pp. 504-508).

El «lugar» del poema, el lugar


que, siempre según El Me-
ridiano, busca el poema, ese
espacio «abierto, vacío y libre»
(O. C., p. 507), «lejano y aún
por ocupar» (O. C., p. 508),
al que solo cabe aproximarse
por la vía de aquel uso extre-
mo de la atención que, según
ciertos clásicos, es para el alma
su forma natural de orar, ese
lugar —parece— es un espacio
vacante en el que el yo, y con
él su interlocutor-en-el-poema,
pueden alcanzar, acaso más
que la libertad, la liberación  4.
de su ser más propio, de su
presencia y su presente, la liberación de su momento en que estuvieron (otra vez los
temporalidad. Dicho con otros términos: mismos motivos):
el poema «salva» lo cantado, comenzando
por el poeta, al devolverlo a la libertad de ILUMINADOS los gérmenes 4.
lo que, en él, es más intraducible, singular: que en ti Fco. Luis Baños Torres.
él mismo. Y, si logra hacerlo, es por lo que logré nadando, Sin título, 1991.
tiene de esencial —e imperativo— retorno a liberados a fuerza de remos Dibujo Basir Guarro.
la raíz oscura, al origen inmemorial de cuya los nombres que Decollage (fragmentos
incertidumbre procedemos —«lo inanimado, cruzan los estrechos del soporte arrancados
el país natal, / exige ahora el retorno» (O. (O. C., p. 447). a mano).

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dossier paul celan

algún brumoso país soñado, por no decir


fabulado, del que solo podríamos capturar
su carácter de no-presente, su condición
de perdido? Preguntas como éstas, a mi
juicio, no resultan en modo alguno fáciles
de contestar. En efecto: que esa patria, para
el poeta, está siempre «allí», en la lejanía,
inalcanzable y sin acceso, textos hay que,
en su estricta interpretación literal o, como
se diría en clásico, histórica, lo afirman sin
rebozo. De ser cierta esa interpretación,
del mar celaniano no habría, entonces,
más salida, ni consiguiente liberación, que
aquélla que permitiese, por angosto que sea
el paso, escapar al propio mar —hundirse en
él para, abandonándolo, saltar raudo hacia
la vida. Solo que… que casi todo lo que
hasta aquí hemos venido sugiriendo milita
abiertamente en contra de tal exégesis; y
que, además, no es menos cierto que, en
otras ocasiones, Celan afina su dialéctica y
celebra una posición considerablemente más
compleja. Ocasiones como, por ejemplo,
aquel puñado de renglones —cito ahora
de «Todo es distinto»— en que a la auto-
propuesta pregunta «¿cómo se llama tu país
/ detrás de la montaña, detrás del año?»
contestará derechamente:

Yo sé cómo se llama.
Como el cuento de invierno, así se llama,
se llama como el cuento de verano,
5. Son, o así al menos me lo parece, auténticos la-tierra-de-los-tres-años de tu madre, ése era,
protocolos, arropados por esa especialísima ése es,
autoridad que emana de la experiencia. Y emigra por doquier, como la lengua,
su fuerza tiende a compadecerse mal con arrójala, arrójala,
análisis como el presente, que persigue el entonces la volverás a tener, como a él,
ASÍ PUES, SE diseño, o más bien el esbozo, de su marco el guijarro…
TRATA DE intelectivo. Pero el impenitente lector es (O. C., p. 199)
REGRESAR, DE contumaz y a la vista de los nuevos datos
RECUPERAR, no puede dejar de seguir inquiriendo. Por Así pues, se trata de regresar, de recuperar,
DE VOLVER. ejemplo: ¿dónde exactamente supone Celan de volver. De (sombras de Rainer Maria
DE DEVOLVER que se encuentra semejante «lugar»? ¿Per- Rilke, sombras de Martin Heidegger) de-
A CADA COSA tenecerá, como parece sugerir el constante volver a cada cosa, liberándola, aquello que
[…] AQUELLO inmanentismo de sus expresiones, a ese campo fue suyo, suyo propio y no de nadie ni de
QUE FUE mismo de la experiencia-sin-orillas que aquí Nadie; aquello que se perdió y que, en su
SUYO venimos persiguiendo, pegados al hilo de la huida, solo pudo dejar cenizas de su fuego,
red de su metafórica acuática? ¿O más bien cáscaras de su palabra. Pero, se nos advierte
habrá que pensar que, en consonancia con aquí y ahora, solo lo perdido se recupera; es
tradiciones de gusto más trascendentalista, la solo perdiendo como se vuelve de nuevo a
liberación celaniana solo puede tener cabida poseer; es solo lo ajeno, como ajeno, lo que
en algún brumoso «más-allá-del-mar», en puede transformarse en propio. Apuéstese

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Altura de Celan. Con sendas observaciones dossier paul celan
sobre el tiempo y la liberación

aquí, por lo tanto, por la vía inmanente de nización de la hora que el mar-y-el-tiempo, SERÍA […]
la interpretación: no es hacia «otro mundo», nutricios, espléndidos, escupen de cuando DEVOLVER
signifique eso lo que signifique, hacia donde en vez, pedazos de sí mismos, a sus errantes SIN PAUSA A
el poema, en Celan, larga su vela y endereza criaturas. Conseguir ese imposible sería tanto LA VIDA LO
su rumbo. Aquello hacia lo que está en ca- como re-vitalizar, devolver sin pausa a la vida QUE LA VIDA
mino, más bien, es algo harto más difícil y lo que la vida no deja nunca de convertir NO DEJA
elusivo: la intensidad de la vida, la libertad en muerte. Y aunque en verdad no es fácil NUNCA DE
de este mundo, lo que este mundo ¿tuvo? y determinar a qué género de ultra-vida esté CONVERTIR
¿puede tener? de propio. No hay escape del ahora señalando Celan, sí querría finalizar EN MUERTE
mar. No, en primer y último término, hacia estas observaciones con versos suyos; versos
el cielo. Entre otras cosas, porque (subráyese cargados, en este contexto, me parece, de
la expresión mil veces, imprímase en negrita significación:
esta aclaración entre paréntesis; sin ella poco
o nada se entenderá a Celan): «¡Encréspate, ola! ¡Pez, atrévete a salir!
Donde hay agua se puede vivir otra vez»
(Nunca hubo cielo. (O. C., p. 75).
Pero mar hay todavía, rojo flameante,
mar). El segundo verso es gnómico. Cosa nada
O. C., p. 242. extraordinaria, porque Celan no tuvo reparos,
como se sabe, en tener a Píndaro por su
Nunca hubo cielo. Pero mar hay todavía. igual. ¿Cómo evitar entonces que, nadando
No, no hay, para el hombre de la Bucovina, por sus estrechos, se aleje de la mente el eco
escape posible al mar. Entre otras cosas, por- de aquel dictum fundacional, aquel arranque
5.
que en rigor no buscamos nada «más allá» de la primera Olímpica, a tenor de cuyo Pedro Orellana.
del mismo; sino que lo nuestro es procurar griego áriston mèn hýdor, «lo mejor, por un Sin título.
desesperadamente la intensificación, la eter- lado, es el agua»? v Bolígrafo sobre papel.

Notas
1. 5. M. Cuesta Abad, La palabra tar- 1.
1
Paul Celan, «Discurso con moti- Paul Celan, «En alta mar», en día. Hacia Paul Celan. Madrid, Paul Celan, Obras completas, p.
vo de la concesión del premio de Obras completas, p. 308. Trotta, 2001. 349. En adelante, las referencias
literatura de la ciudad libre han- 6. 9. se insertarán en el propio texto,
seática de Bremen», en Obras Paul Celan, «Agua y fuego», en «De igual forma, los poemas es- utilizándose las siglas O. C.
completas, Madrid, Trotta, 1999, Obras completas, p. 79. tán de camino: rumbo hacia algo. 12.
pp. 497-498. 7. ¿Hacia qué? Hacia algo abierto, Paul Celan: «Salmo» (O. C., p.
2. Paul Celan, «Edgard Jené y el sue- ocupable, tal vez hacia un tú ase- 162).
John Felstiner, Paul Celan: poe- ño del sueño», en Obras comple- quible, hacia una realidad asequi-
ta, superviviente, judío. Madrid, tas, pp. 471-475. ble a la palabra» («Discurso…»,
Trotta, 2002 p. 198. 8. p. 498).
3. Paul Celan, El Meridiano, en Obras 10.
Paul Celan, «Todo es distinto», en completas, pp. 499-510. Las re- Hans-Georg Gadamer, ¿Quién soy
Obras Completas, p. 198. ferencias textuales se entresa- yo y quién eres tú?, Barcelona,
4. can de dicha traducción. Se en- Herder, 1999.
Paul Celan, «Discurso…», p. contrará un comentario en caste-
498. llano a la altura del original en J.

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Edén o alrededores.
Autor
Nota sobre Celan y la
Julián Jiménez
Heffernan
poesía inglesa
Catedrático de Filología
Inglesa.
Universidad de Córdoba.
Autor de La palabra
emplazada. Meditación
y contemplación.

A José Manuel Cuesta Abad de su obra pudo ser, como apunta Felsti-
ner en su monografía sobre Celan 2, la de
Es wurde Nacht im Paradies Joachim Neugroschel, Speech-Grille and
rilke Selected Poems (1971).

En el año 2001 publicaba J. M. Co-


etzee un ensayo en el New York
Review of Books titulado «Paul Celan and
Coetzee no olvida mencionar la edición
fundamental que Michael Hamburger hiciera
en 1988, una amplia antología que revisa
his Translators» 1. Se trata, en realidad, de y amplía dos anteriores, de 1972 (Selected
una reseña motivada por tres ediciones de Poems) y 1980 (Paul Celan: Poems). Esta
poemas de Celan traducidas al inglés que edición, nuevamente revisada en 1995, fue
vieron la luz en el año 2000. Las edicio- finalmente publicada en Penguin como Se-
nes son las antologías Selected Poems and lected Poems en 1996 y constituye sin duda
Prose of Paul Celan (Norton, New York), a una de las vías de acceso más ortodoxas a
cargo de John Felstiner, y Glotal Stop: 101 la obra de Celan de las que todavía dispone
Poems (Stanford University Press), a cargo el lector anglo-parlante. La edición de 1988
de Nikolai Popov y Heather McHugh, y la que Coetzee cita es la de Anvil Press, editada
traducción del libro completo Fadensonnen, luego por Penguin en 1989, con el título de
Threadsuns (Sun & Moon Press, Los An- Poems of Paul Celan. Hamburger, a su vez,
geles) por Pierre Jois. Tanto John Felstiner recuerda la tarea de otros traductores, como
como Pierre Jois gozaban, antes de 2000, Brian Lynch y Peter Jankowsky, responsables
de experiencia en la aproximación a la obra de 65 Poems (Raven Arts, Dublin, 1985) y
de Paul Celan, el primero como autor del Katharine Washburn y Margret Guillemin,
monográfico Paul Celan: Poet, Survivor, Jew traductoras de Last Poems (North Point Press,
(Norton, New York, 1995) y el segundo San Francisco, 1986). Michael Hamburger,
con su versión de Atemwende, Breathturn cuyas credenciales críticas son incuestionables,
(Sun & Moon Press, Los Angeles, 1995). es justamente calificado por Coetzee como
ESTE AMPLIO Este amplio conjunto textual, que evidencia «uno de los traductores más eminentes de
CONJUNTO un interés creciente por parte de la cultura Paul Celan» (p. 118). La importancia de
TEXTUAL […] anglo-americana hacia Celan, no agota, Hamburger para la impresión global que la
EVIDENCIA de ningún modo, el cuerpo de recepción escritura de Celan produjo en Coetzee parece
UN INTERÉS inglesa de la obra de este poeta. Sin afán rebasar, en cualquier caso, su condición de
CRECIENTE de exhaustividad, convendría también re- traductor. Mi impresión es que el prólogo que
POR PARTE cordar la tarea pionera de Michael Bullock Hamburger hizo a sus sucesivas ediciones de
DE LA y Clement Greenberg, quienes tradujeron la antología, cuyas fechas de composición son
CULTURA poemas para antologías de poesía judía 1979 y 1989, constituye un indudable punto
ANGLO- en los años cincuenta, así como a Jerome de partida para su reflexión. La reseña del
AMERICANA Rothenberg, Christopher Middleton y el novelista surafricano exhibe una estructura
HACIA CELAN propio Hamburger, que incluyeron versio- común a la mayor parte de sus recensiones
nes de poemas de Celan en antologías de críticas: una introducción biográfica sobre
poesía alemana moderna a comienzos de el autor e histórica sobre su contexto, una
los sesenta. La primera antología específica consideración crítica, o varias, en torno a un

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Edén, o alrededores. Nota sobre dossier paul celan
Celan y la poesía inglesa

problema de índole creativa en sentido amplio siguientes interrogantes: «¿Ofrece la poesía un LA PREGUNTA
(lingüístico, sintáctico, retórico, sociológico) tipo de conocimiento diferente al que ofrece DE FONDO ES
y, en el caso de tratarse de una traducción, la historia, y exige acaso una clase distinta de […] ¿SE PUEDE
especialmente si es del alemán (idioma receptividad? ¿Se puede responder a poesía TRADUCIR
que Coetzee conoce bien), un puñado de como la de Celan, incluso traducirla, sin POESÍA SIN
minuciosas objeciones a detalles corregibles comprenderla del todo?». (p. 117) La pre- COMPRENDERLA?
entremezcladas, si hay suerte, con algún gunta de fondo es más simple y más grave:
encomio. En el caso de la reseña que nos ¿se puede traducir poesía sin comprenderla?
ocupa, al tratarse de una respuesta global a De ser afirmativa la respuesta, pudiera incluso
varias ediciones recientes, Coetzee no tiene darse el caso de que dicha incomprensión
más remedio que establecer comparaciones constituyera el requisito para una buena
sobre la bondad y acierto de las traducciones traducción. En rigor, en un horizonte de
respectivas, cotejando diversas versiones del hermenéutica negativa o anomalista, como el
mismo poema. Este cotejo está, no obstante, desconstructivo (Bloom, De Man), la versión
precedido de una reflexión global sobre el más radical de este enigma pasa a constituir
hermetismo de la escritura de Celan, una casi un principio de ortodoxia creativa. Si un
oscuridad que parece condenar, en muchos poema fuerte tergiversa a otro previo en virtud
casos, a la intraducibilidad. Y aquí es don- de su resistencia, entonces nada mejor
de el gesto de Hamburger importa. En la que un poema foráneo como provo-
introducción mentada, Hamburger afirmó cación creativa, pues la allendidad
lo siguiente: idiomática pasa a constituir un tercer
nivel de resistencia sumado a las dos
«Gran parte de la poesía tardía de Ce- anteriores, la resistencia semán-
lan puede captarse de manera intuitiva, tica inherente de cualquier
pero no verterse a otro idioma sin un enunciado y la resistencia
conocimiento exhaustivo de sus fuentes; semántica añadida de un
y toda la información que un traductor enunciado poético. Mediante
pueda obtener de los estudiosos la volverá este conjunto de evasiones cabría
mucho más penetrable. Con todo, desde incluso retroceder, sospecha Benja-
mi condición de traductor quisiera insistir min, a un original más puro que el
en la dificultad y paradoja esenciales de original. Importa recordar, ahora,
su poesía. Éstas pueden iluminarse, pero que la mera postulación metafísica
no resolverse o disolverse, por la investi- de un origen infundado en otra
gación académica. Son precisamente la cosa que sí mismo es algo que pre-
dificultad y la paradoja las que exigen ocupaba a Celan tanto como a su  1.
una atención especial a cada palabra de admirado Hölderlin. En el poema Monumento a
sus textos, y esta atención es algo distinto «Tübingen, Jänner» se fragmenta Paul Celan en
a lo que normalmente llamamos “com- deliberadamente parte de un verso Ucrania.
prensión” (“understanding”). No estoy en del poema «Der Rhein», «ein Rätsel Foto: Ukraine Herbst,

Creative Commons.
absoluto seguro de haber “comprendido” ist Reinentsprungenes»3, traducida
(“understood”) ni siquiera aquellos poemas al castellano por Bermúdez Cañete
suyos, una proporción muy limitada de como «Lo que nace de fuente
su producción, que he logrado traducir pura es siempre enigmático»4. En
a lo largo de estos años» (p. 20). cualquier caso, la historia literaria
demuestra que mucha gran poesía,
Este fragmento atrapó la atención de Co- también enigmática, se obtiene de
etzee. En su reseña cita, de la parte final, manantiales viciados y pozos de
precisamente las dos frases que condensan derivación. La relación agónica-
un enigma no siempre reconocido por los mente productiva que existe, por
traductores de poesía, en especial por aquellos ejemplo, entre Dante y Virgilio,
que, como Hamburger, son tambien poetas. Hölderlin y Sófocles, o Eliot y
El enigma, para Coetzee, se reduce a los Dante, confirma en cierta medida

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dossier paul celan
'>'/ , .

LA ESCRITURA esta impresión. No es un azar, por ello, que


DE GEOFFREY un poeta eminentemente resistente como
HILL Celan haya provocado reacciones creativas
CONSTITUYÓ fundadas en la traducción. En la poesía espa-
UNO DE LOS ñola contemporánea tenemos el caso de José
HORIZONTES Ángel Valente, un escritor cuyo conocimiento
DE del alemán era (creo) lo suficientemente
RECEPCIÓN fatigoso (él habla de «un largo periodo de
[…] MÁS frecuentación de un lenguaje nuevo»)5 como
PRODUCTIVOS para que las resistencias sumadas de la lírica
DE LA POESÍA celaniana configurasen, a sus ojos, un colosal
DE CELAN e inesquivable desafío. Algo parecido debió
de suponerle a Geoffrey Hill, el poeta inglés Celan pudo hallar en el
contemporáneo más próximo a Celan. En ámbito anglosajón. Más allá de los ecos que
su libro Tenebrae de 1978, Hill incluye dos su obra pudo dejar en cierta escritura expre-
poemas bajo el epígrafe común de «Two sionista y confesional como la tardía de Plath,
Chorale-Preludes on Melodies of Paul Ce- ecos que involucran tanto una técnica de
lan». El primero lleva por título «Ave Regina fragmentación como la concitación de una
Coelorum»6, y dice así: mitología del holocausto, la lírica de Celan
pudo tener un acomodo más genuino en
ámbitos de escritura poética derivados del
Hay un país de nombre Perdido There is a land called Lost tardo-modernismo poundiano. Me refiero, en
pacificado en nuestras mentes. at peace inside our heads. concreto, a la obra de Robert Duncan, Prynne
La luna, escarchada, vivifica The moon, full on the frost, o Basil Bunting. En los tres es prioritaria tanto
estas mentes de piedra. Vivifies these stone heads.
una pulsión inmanente y experimental hacia
Modalidades del verbo ‘contemplar’, Moods of the verb ‘to stare’, la densa materialidad del lenguaje como una
identidades partidas, conjugan split selfhoods, conjugate relativa confianza en el brillo expresionista de
en el aire facetas de hielo, ice-facets from the air, procedencia no sólo naturalista, sino también
luz acristalando luz. the light glazing the light. mitológica, siendo sus mitos tan diversos
como el psicoanálisis, el primitivismo antro-
Míranos, Reina del Cielo. Look at us, Queen of Heaven.
Nuestras soledades a la deriva Our solitudes drift by pológico, la mineralogía o las leyendas celtas.
junto a las tuyas, siete astros your solitudes, the seven Pero no existió, que yo sepa, una recepción
muertos en tu cielo. dead stars in your sky. clara de la obra celaniana en ese círculo
post-poundiano, más o menos excéntrico y
ciertamente atomizado. Poetas más jóvenes,
La traducción es mía El segundo se titula «Te Lucis Ante Terminum». de claro cuño surrealista y tardo-romántico,
Ambos incorporan, en posición de subtítulo como Kinnell, Merwin o Strand, también
o epígrafe, el arranque del primer verso, en podrían haber rentabilizado creativamente
el original, del poema celaniano en que se la obra de Celan. El hecho de que Jerome
inspiran. Se trata, respectivamente, de «Eis, Rothenberg, un intelectual muy influyente
Eden» y «Kermorvan», ambos pertenecientes en estos círculos, hubiera traducido poemas
al libro Die Niemandsrose (1963). Se trata, en de Celan en 1959 deja abierta la posibilidad
rigor, de dos variaciones creativas, que Hill a recepciones más o menos encubiertas. En
describe en sus notas del siguiente modo: cualquier caso, y más allá de la sospecha y
«He combinado algunas frases de traducción la especulación contra-factual, lo cierto es
libre con frases de mi propia invención» (p. que Celan parece dejar escasa huella visible
204). Quisiera detenerme en este episodio de en la poesía moderna en inglés hasta los dos
influencia y centrarme en el primer poema poemitas de 1978 de Geoffrey Hill.
citado, por varios motivos. En mi opinión,
la escritura de Geoffrey Hill constituyó uno Esta emergencia explícita de un trasvase
de los horizontes de recepción (reflexión y inter-cultural debería de haber provocado
refracción) más productivos que la poesía de alguna reflexión, me parece, en el pretendida-

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Edén, o alrededores. Nota sobre dossier paul celan
Celan y la poesía inglesa

«Little Apocalypse (Hölderlin: 1770-1843)», ES EN


«The Death of Shelley», «Ovid in the Third CANAAN […]
Reich», «Funeral Music», «Four Poems DONDE LA
Regarding the Endurance of Poets» (dedi- ESCRITURA
cados a Campanella, Hernández, Desnos DE HILL MÁS
y Mandelstam), o «The Assisi Fragments», SE ASEMEJA A
concitan ya, desde el título, una mitología LA DE CELAN
figural reconociblemente celaniana.

Ahora bien, es en Canaan, publicado en


1996, un libro sencillamente perfecto, donde
la escritura de Hill más se asemeja a la de
mente exhaustivo estudio de Celan, apreciándose un contagio no sólo en el
John Felstiner. Y no solo por la importancia plano imaginativo, sino también en el orden
indudable que ello supone para la poesía de la ejecución poética, más fragmentada, más
inglesa, sino por la importancia incuestio- densa y balbuceante. No es un azar que Hill
nable de Geoffrey Hill para la poesía con- y Celan compartieran el gusto, genético en
temporánea. Por decirlo en plata: que Hill el primero, aprendido en el segundo (tradujo
se interesase por Celan en los años setenta poemas de Marvell y Donne), por la lírica
es un hecho que, más allá de confirmar la metafísica británica del diecisiete, un lugar
inteligencia poética de Hill, sirve de pasada de escritura que anticipa muchos de los ras-
(pace puristas) para prestigiar a Celan. Cabe gos arriba apuntados. Esta es, en definitiva,
sospechar, además, que el interés del poeta la primera razón que motiva mi alusión a
inglés por la escritura celaniana es anterior a Geoffrey Hill. La segunda es el modo en
1978. La extraordinaria semejanza que existe el que el poema arriba citado se convierte,
entre procedimientos creativos de la obra en sí mismo, en un motivo idóneo para de-
de ambos poetas, en particular en For the batir algunas cuestiones sobre hermetismo,
Unfallen (1959), King Log (1968) y Mercian poeticidad y literatura comparada. Como el
Hymns (1971) y la obra completa de Celan, propio Hill reconoce, dicho poema traduce
permite sospechar la existencia de un influjo libremente el siguiente de Celan:
soterrado de Celan en Hill, un influjo que no
haría sino nutrir una disposición creativa ya
de por sí receptiva. Algunos rasgos comparti- EIS, EDEN HIELO, EDÉN
dos son: la inclinación elegíaco-funeraria del
poema, centrado en episodios históricos de Es ist ein Land Verloren, Hay un País Perdido,
da wächst ein Mond in Ried, su juncal con luna es,
violencia, pogromo o genocidio, o en asesi-
und das mit uns erfroren, y lo con nos arrecido
natos políticos de intelectuales relevantes de arde alredor y ve.
es glüht umher und sieht.
todos los tiempos; el interés por el socialismo
mesiánico, la gravitación retórica en torno Es sieht, denn es hat Augen, Ve, pues tiene ojos grandes,
a sustancias desencantadas, como el polvo, die helle Erden sind. tierras claras su ser.
la ceniza o el lodo; el interés por el soporte Die Nacht, die Nacht, die Laugen. La noche, la noche, las sales.
narrativo-estructural de leyendas medievales Es sieht, das Augenkind. El niño de los ojos ve.
de corte más o menos mágico, la fascinación
Es sieht, es sieht, wir sehen, Él ve, ve, vemos,
por la canción sencilla, infantil o folclórica,
ich sehe dich, du siehst. yo te veo, tú ves.
con ritmo hipnótico, reiteración léxica y alta Das Eis wird auferstehen, Resucitará el hielo,
potencia irracional; el recurso a lo himníco eh sich die Stunde schliesst. la hora dará después.
y salmódico, la invocación de un horizonte
secular fisurado por la trascendencia, como
el naturalismo franciscano o el judaísmo. Estamos, claramente, ante una suerte de «Kin- Versión de J. L. Reina
Palazón.
Poemas de Hill como «Merlin», «Two derlied» (canción infantil). Su compacidad,
Formal Elegies (For the Jews in Europe)», rima férrea, hipnosis léxica, vuelo hiperreal
«Canticle for Good Friday», «Wreaths», y proyección escatológica debieron de atraer

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dossier paul celan

LAS SIETE profundamente a Hill. Quizás leyó la versión Heaven») motivado por angustia existencial
ESTRELLAS que Hamburger hizo del poema: («Our solitudes...»), muy característico de la
MUERTAS […] lírica devocional y metafísica inglesa. Esta
SIN DUDA ICE, EDEN evasión propone, por otro lado, una extraña
EVOCAN imagen, las siete estrellas muertas, que sin
OTRO There is a country Lost, duda evocan otro enigma textual celaniano,
ENIGMA a moon grows in its reed glosado por Coetzee en su reseña, de la
TEXTUAL where all that died of frost «Siebenstern», una flor (Trientalis europea) en
CELANIANO as we did, glows and sees. cuyo nombre alemán convergen dos motivos
judaicos, la estrella de las seis puntas y el
It sees, for it has eyes, candelabro de los siete brazos. Cabe decir, por
each eye an earth, and bright. lo tanto, que la variación de Hill surjudaïse
The night, the night, the lyes. el original de Celan. Y esta cuestión de la
The eye-child’s gift is sight. sobrejudaización de la escritura de Celan
no es en absoluto un asunto menor. John
It sees, it sees, we see, Felstiner se defiende en su estudio de esta
I see you, you see me. virtual imputación y lo hace con argumentos
Before this hour has ended sólidos y coherentes con su proyecto.
ice will rise from the dead.
La naturaleza de este problema reside, en el
fondo, en la atención prioritaria que pueda
concederse a un marco hermenéutico, en este
caso el judaísmo, sobre otros posibles, en el
intento de descodificar el presunto hermetismo
de la poesía de Celan. Es importante señalar,
en este sentido, que de manera muy similar
al modo en que Lorca rechazara, en carta a
Sebastián Gasch, la naturaleza superrealista
de su poesía, Celan asegura a Hamburger,
en una dedicatoria, que su poesía es «Ganz
und gar nicht hermetisch», «absolutamente
no hermética» (Esta preciosa información,
luego recogida por muchos, como Felstiner,
la da Hamburger en su Introducción a los
Selected Poems, p. 29) Parece, en cualquier
• .. -,--=.~,- . ~= ~
caso, indudable que el judaísmo es quizás
el marco, hermenéutico en un sentido am-
como
Lapoesía experiencia plio (ideológico, imaginativo, conceptual,
histórico), más adecuado para comprender
muchas de las opacidades filológicas que
afligen y potencian a un tiempo los poemas
de Celan. En ese sentido, no es fácil, aunque
posible, sobrejudaizar una escritura ya matri-
cialmente judaizada. Lo que quizás no sea
La leyera o no, esta fiel y feliz versión de apropiado es conceder un carácter singular
Hamburger nos permite medir la transforma- o exclusivo a dicha judaización, pues, quizás
ción a la que Hill sometió el original. Mientras con menor énfasis, otras muchas escrituras
que en la primera estrofa Hill conserva la líricas que importaron (y mucho) a Celan
semántica global, y la segunda ejerce una ya incorporaban una escatología hebrea al
caprichosa paráfrasis, en la tercera se evade servicio de la figuración poemática. Otras,
completamente hacia un enunciado invoca- que no importaban a Celan, como la de
tivo o ejaculatio dei («Look at us, Queen of Hill, se acercaron a la de Celan en gran

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Edén, o alrededores. Nota sobre dossier paul celan
Celan y la poesía inglesa

medida atraídas por esa trama


compartida. Uno de los episodios Du liegst im grossen Gelausche, Yaces atento en extremo,
interpretativos donde mejor se umbuscht, umflockt. arbustado, encopado.
aprecian las limitaciones de una
Geh du zur Spree, geh zur Havel, Ve al Spree, vete al Havel,
hermenéutica exclusiva ante geh zu den Fleischerhaken, vete a los ganchos de carnicero
lo hermético lo constituye el zu den roten Äppelstaken a las rojas sartas de manzanas
diálogo crítico entre Szondi y aus Schweden – de Suecia –
Gadamer en torno a un poema
de Celan, «Du liegst im grossen Es kommt der Tisch mit den Gaben, Llega la mesa con los dones,
er biegt um ein Eden – dobla la esquina de un Edén –
Gelausche» (Yaces atento en
extremo) de Schneepart (1971). Der Mann ward zum Sieb, die Frau El hombre, hecho un colador, la mujer
El poema, escrito en Berlín en musste schwimmen, die Sau, ¡a nadar!, la marrana,
1967, evoca el asesinato de Rosa für sich, für keinen, für jeden – por ella, por nadie, por todos –
Luxemburg y su marido:7
Der Landwehrkanal wird nicht rauschen. El canal de Landwehr no hará ruido.
Nichts Nada
La importancia de este poe- stockt. se estanca.
ma para la industria exegética
sobre Celan es máxima. Baste
con decir que su más cercano intérprete, de inscripción deíctico-vivencial (la visión
Peter Szondi, terminó su lectura del poema, del Hotel Edén restaurado en un viaje en EDÉN ES,
titulada «Edén», antes de suicidarse hacia coche por Berlín un día de invierno, ¿el 22 ANTES QUE
Celan. Gadamer respondió en un ensayo de diciembre?, de 1967) que tan decisiva NINGUNA
breve y contundente. Hamburger, alegando resulta, como ha demostrado Derrida, en OTRA COSA,
criterios técnicos (la imposibilidad de salvar la escritura de Celán. El filósofo francés, LA PALABRA
las rimas Schweden-Eden-jeden), se inhibió en su breve intervención en este debate, QUE CELAN
de traducir el poema, pero no se resistió elogia la modestia de Szondi al relativizar la PUDO OIR
a glosarlo en su prólogo como indicio del importancia de la información testimonial, DE NIÑO EN
hermetismo descifrable. Coetzee, por otro pero recuerda que esa información es «a la EL ORIGINAL
lado, revisita el poema con largueza y califi- vez esencial e inesencial»8. HEBREO O
ca el debate suscitado como «a minor locus QUE LEYÓ
classicus» (p. 117). Y el debate de fondo en Lo que no es en absoluto inesencial es que EN LA BIBLIA
el diálogo crítico Szondi-Gadamer en torno Edén es el paraíso terrenal en la mitología LUTERANA
a este poema no es otro que la importancia veterotestamentaria y que, como tal, aparece
relativa que debe conferirse a información citado en varios poemas de Celan. Aquí el
de carácter extrapoemático en la elucidación estructuralismo, como la nobleza, también
de un poema. Szondi conocía datos muy obliga, pues el sentido de un término es
precisos sobre la estancia de Celan en Ber- indisociable del texto y contexto de sus re-
lín en diciembre de 1967 que iluminaban apariciones en la escritura de un autor. Edén
referencias oscuras del poema, referencias es, antes que ninguna otra cosa, la palabra
que, sin embargo, asegura el crítico, no son que Celan pudo oir de niño en el original
estructuralmente necesarias para la compren- hebreo o que leyó en la Biblia luterana:
sión y que, por otro lado, como bien indica «Und Gott der Herr den Menschen pflanzte
Gadamer, pueden y deben ser rescatadas por ein Garten in Eden gegen Osten hin setzte
un lector exigente que acepta la conminación den Menschen hinein» (1. Mose 2.8). Edén
urgente de Celan: «Geh du, ... geh ...» Una es la palabra de un lugar (un jardín), de un
de esas referencias era el Hotel Edén, frente lugar que luego, tras los pasos de Caín, el
al cual pasó Celan en su visita a Berlín, y hombre abandona «im Lande Nod, jenseits
que pudo transmutarse en el Edén del ver- von Eden, gegen Osten» (1. Mose 4.16). El
so: «er biegt um ein Eden» («en un Edén alcance (denotativo, connotativo, geográfico,
dobla la esquina»). Gadamer insiste aquí en emocional, moral...) que dicha alusión posea
la riqueza connotativa del término «Edén», en la obra de Celan habrá de evaluarse en
que no excluye, en cualquier caso, un tipo cada caso. Pero lo cierto es que Edén es

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dossier paul celan

Así, el lieu de mémoire que Celan propone


en torno al Landwehrkanal al que fueran
arrojados Rosa Luxemburg y su marido en
1919 puede ser tanto un remoto y frío Edén
perdido al que todos, en nuestra allendidad,
nos regresamos, como el contra-paraíso fluvial
que el totalitarismo diseñara para la historia
secular. Un contra-paraíso semejante al Cocito
cristalino del Inferno, residencia definitiva
en la que todo, salvo el flujo de traidores
políticos, «ombre dolenti ne le ghiaccia»
(Inferno, XXXII, 35), está ya definitivamente
estanco. La brusca conjunción, «Ghetto und
Eden», que ofrece el poema «Huttenfenster»,
también de Niemandsrose como «Eis, Eden»,
deja poco espacio a la duda. No está de más
recordar, como hace Scholem,10 que cierta
tradición mística hebrea fundió errónamente
los términos adamá (tierra) y Eden o Edem
2.
Edén, y que, como bien apunta Gadamer, (paraíso) en una designación de un ámbito
quien dobla su esquina se aleja de la felicidad: necesariamente híbrido, telúrico-trascendental.
«“Dobla la esquina de un Edén” se refiere al Queda de este modo sugerida la constitución
camino que aparta de la dicha y no al que originariamente contaminada de un Edén,
conduce a ella. Esto es lo que figura en el en principio pneumático ver perpetuum, pero
poema, y no que el poeta pasó en coche siempre sujeto a los avatares destructivos del
delante del Hotel Eden»9. En el fondo late telurismo. Así, en el poema 180 de Emily
la presunción de que dicha esquina ya ha Dickinson, una «little Arctic flower /.../ to
sido inexorablemente doblada, por todos, Eden, wandered in». Nada impide pensar,
asesinados y supervivientes. De ahí que en por otro lado, que Hill proyectase sobre su
el poema «Eis, Eden», traducido por Hill, versión de «Eis, Eden» algunas hebras del
la tierra prometida, «Eden», sea calificada exorcismo que hay en «Du liegst», pues la
de «Verloren», perdida. En ambos poemas reina del cielo («Queen of Heaven») de sole-
prevalece una atmósfera de gelidez invernal: dad heptastral, esa que luego es re-invocada
el hielo y la escarcha en «Eis, Eden» y los como «Te Lucis ante Terminum», bien
términos «umbuscht, umflockt», en «Du pudiera ser la rosa de nadie con luz en su
liegst», que Gadamer asocia sin reservas apellido, Rosa Luxemburg, figura comparable
al invierno berlinés. Pero el primer poema a otra, Charles Péguy, también socialista,
sugiere que los muertos (todos) han muerto también asesinado junto a un río, al que Hill
en Edén, que allí se han congelado, y que dedicara un poema memorable. El término
desde allí se contemplan, esperando, en esa «Eden» es, sin duda, el vínculo más seguro
EL TÉRMINO su hora decisiva, la némesis final del hielo. entre ambos poemas de Celan, pero no es
«EDEN» ES, Uno piensa tanto en las invariantes seculares descartable que el pathos, invernal y acuáti-
SIN DUDA, del cadáver del asesinado arrojado al río y co, que comparten, pudiera haberse nutrido
EL VÍNCULO del suicida fluvial como en el hecho de que simultáneamente de una importante elegía
MÁS SEGURO el jardín de Edén tenía cuatro ríos. Uno previa a la muerte de Rosa Luxemburg, el
ENTRE recuerda asimismo que, en cualquier caso, poema «Ballade vor ertrunkenen Mädchen»
AMBOS el mar roba y da memoria (Hölderlin), que (Balada de la muchacha ahogada, 1922)
POEMAS DE el mar recuerda incluso el nombre de sus de Brecht, originalmente titulado «Ballade
CELAN ahogados (Lorca). Geoffrey Hill, por si hiciera vor erschlangenen Mädchen» (Balada de
falta, nos conmina a no olvidarlo: «the sea la muchacha asesinada). En este poema se
/ across daubed rock evacuates its dead.» describe, con mórbida detención, la conver-
(«Requiem for the Plantagenet Kings»). sión paulatina del cuerpo, crecientemente

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Edén, o alrededores. Nota sobre dossier paul celan
Celan y la poesía inglesa

abandonado por Dios, en mera carroña el mito hebreo del paraíso terrenal, su pérdida
surcada por fríos peces («Kuhl die Fische y la posible redención» (283). Felstiner está
schwammen an ihrem Bein...»)11. equivocado. Lo que refleja esa propuesta no
es, en realidad, otra cosa que una decisión
Con el fin de escapar a esta circularidad técnica motivada, en efecto, como reconoce
argumental, aliviada ligeramente con la alu- Felstiner con la boca pequeña, por la rima
sión a Brecht, quisiera retomar un nombre, con «eben» y «gegeben». Como lo es el
el de Emily Dickinson, importante para hecho sorprendente de que, en el poema
Celan —pues tradujo devotamente diez de «I never saw a Moor —», Celan decida tra-
sus poemas—, decisivo para Hill. El poema ducir el verso «Nor visited Heaven» como
«Eis, Eden» recuerda mucho, tanto en su «bin niemals dortgewesen», sin indicación
ejecución rítmica como en su sentido último, de geografía escatológica. La razón vuelve
a este otro de la escritora norteamericana: a ser la coerción para rimar con «gelesen»

En ambos
poemas se After great pain, a formal feeling comes – Después de un gran dolor, sobreviene una calma –
sugiere, The Nerves sit ceremonious, like Tombs – los Nervios se aposentan, como Tumbas –
The stiff heart questions was it He, that bore, agarrotada, el alma, pregunta «¿Quién sufrió?»
imaginati-
And Yesterday, or Centuries before? «¿Fue ayer o fue hace siglos?»
vamente,
resignación The Feet, mechanical, go round – Los pies, mecánicos, dan vueltas –
ante el es- Of Ground, or Air, or Ought – un Sendero envarado
tupor letal A Wooden way de Tierra o Aire o Nada –
de una es- Regadless grown, una dicha de Cuarzo, como piedra –
A Quartz contentment, like a stone –
p e ci e d e
Esta es la hora del Plomo –
glaciación This is the Hour of Lead – impresa en la memoria, si acaso sobrevive,
somática. Remembered, if outlived, como gentes heladas que recuerdan la nieve –
Ambos es- As Freezing persons, recollect the Snow – Primero – Frío – luego – Estupor – y luego el abandono.
tán asedia- First – Chill – then Stupor – then the letting go –
dos por la
inminencia
de una hora última: «This is he Hour of («Karte», el lexema fuerte del último verso, La traducción es mía
Lead», «eh sich die Stunde schliesst». Que no ofrecía analogía homofónica ni con «Hi-
dicha hora pudiera coincidir con un retorno, mmel» ni con «Eden», las dos soluciones
camino de poniente, hacia el Edén perdido, posibles)12.
como paraíso de dolor (hegelianamente)
superado, no es descabellado tampoco en el Que la exigencia fonética, y no una inquieta
caso de Dickinson. Esta hipótesis entra en voluntad de subversión teológica, constituye
conflicto con la insólita interpretación que el criterio dominante en muchas de las so-
John Felstiner hace de las versiones celania- luciones de Celan, se aprecia asimismo en
nas de Dickinson, en las que su empeño en su versión de «Why Paradise defer —», del
escrutar originalidad traductológica le lleva poema «One Blessing had I than the rest»,
a cometer bizarras inexactitudes, por decir como «und Eden sich vertagt» (p. 389), 2.
algo. Cuando compara el poema «I reason, existiendo un bonito «Paradies» cifrado y Hay ciento un edifi-
Earth is short» de Dickinson con la versión cios dispersos por la
prestigiado por el alemán de Lutero (Offenba-
ciudad holandesa de
alemana de Celan, asegura que la distancia rung, 2,7). Respecto a la presunta originalidad Leiden que reprodu-
que hay entre el verso «I reason, that in teológica, aquí, de Celan, solo se me ocurre cen poemas en sus
Heaven» con el transverso «Ich denk: Im consignar perplejidad. Parece extraño que un paredes. Uno de ellos
Garten Eden», refleja la radical novedad señor como Felstiner ignore que el mito más es ��������������������
«Nachmittag mit zir-
propuesta por el traductor, pues, aduce, «‘El tenaz para la legitimación protestante del im- kus und citadelle», del
libro La rosa de nadie
jardin del Edén’, lugar totalmente diferente perio británico durante los siglos XVI y XVII
de Paul Celan.
del cielo del que habla Emily Dickinson, fue el hebreo de la tierra de promisión, un Foto: Craigbooth,
introduce a una protestante del siglo XIX en mito que nutre en su entraña a la nación de Creative Commons.

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dossier paul celan

Dickinson. Parece extraño que ignore que la


mitología judaica tiene un peso decisivo en la
constitución del imaginario protestante radical
británico, como demuestra su omnipresencia
en la escritura de poetas diversos como Wyatt
(traductor de los salmos), Vaughan, Herbert,
y, por supuesto, el mismísimo Milton (cartó-
grafo mayor del «Land Verloren»), poetas en
absoluto prescindibles para Dickinson (una
proporción muy amplia de la mejor poesía en
inglés de todos los tiempos es sencillamente
inconcebible sin el peso de la tradición judía,
y esta afirmación, aparentemente gratuita,
no es válida para cualquier tradición, pues
©Craigbooth, Creative Commons.

no todas las literaturas nacionales alojan


anomalías tan determinantes como Milton,
Blake o Dickinson). Y parece extraño, final-
mente, que Felstiner no se haya molestado en
verificar que, como era de prever, el término
Edén aparece al menos en cuatro poemas de
El poema reproducido en el edificio de Leiden Dickinson (los numerados 211, 213, 1069 y
1657 en la edición de Thomas H. Johnson,
NACHMITTAG MIT ZIRKUS UND CITADELLE
Little, Brown & Company, Boston, 1960), una
In Brest, vor den Flammenringen, adicta al Antiguo Testamento que no necesita
im Zelt, wo der Tiger sprang,
a ningún Celan para que la familiarice con
da hört ich dich, Endlichkeit, singen,
da sah ich dich, Mandelstamm. el mito hebreo del paraíso terrenal. Ahí va
un botón:
Der himmel hing über der Reede,
die Möwe hing über dem Kran.
Das Endliche sang, das Stete, —
Eden is that old-fashioned House
du, Kanonenboot, heißt ‘Baobab’.
We dwell in every day
Without suspecting our abode
Ich grüßte die Trikolore
Until we drive away.
mit einem russischen Wort —
Verloren war Unverloren,
How fair on looking back, the Day
das Herz ein befestigter Ort.
We sauntered from the Door –
Unconscious our returning,
MEDIODÍA CON CIRCO Y CIUDADELA But discover it no more.
En Brest ante los anillos en llamas,
en la carpa que al tigre vio saltar,
allí te oí, finitud, que cantabas, De nuevo, como ven, la paradójica inescapabi-
allí te vi, Mandelstamm.
COMO ERA lidad del lugar abandonado, motivo recurrente
DE PREVER, Sobre la rada el cielo colgante,
en Dickinson: «Paradise is that old mansion /
EL TÉRMINO la gaviota sobre la grúa vino a estar. Many owned before — / Occupied by each
EDÉN Lo infinito cantaba, lo constante,- an instant / Then reversed the Door — »
APARECE tú, cañonera, te llamas “Baobab”. (1119) Ya no es el infierno, como propone
AL MENOS el Dr. Faustus, el lugar en el que siempre
Saludé a la tricolor
EN CUATRO moramos, sino más bien el Hotel Edén, esa
con una rusa palabra –
POEMAS DE Lo perdido no se perdió, casa anticuada («that old-fashioned House»,
DICKINSON el corazón, fuerte plaza. «that old mansion»), en estado de permanente
reforma, en cuyas estancias hacemos nuestra
(Traducción de J. L. Reina Palazón, en P. Celan, Obras eternamente transitoria residencia, pues nada
Completas, Madrid, Trotta, 2007, p. 183).
(dice Celan) se estanca. No es ésta la única

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Edén, o alrededores. Nota sobre dossier paul celan
Celan y la poesía inglesa

inexactitud de Felstiner. Más divertida, si cabe, macabros («I Felt a Funeral, in my Brain», LA SINTONÍA
es su defensa de la cercanía en la concepción 280) o traumáticos («I felt a Cleaving in my TÉCNICA E
celaniana de la muerte, «impensable en la Mind», 937), una escenificación irónicamente IMAGINATIVA
plegaria de Emily Dickinson a una Muerte propiciada por Milton al poner en boca del ENTRE
divinizada» (p. 285) Es evidente que Felstiner ángel este consuelo a Adán y Eva: «then wilt DICKINSON
no ha leído bien a la poeta americana, ni thou not be loath / To leave this Paradise, but Y CELAN ES
siquiera las versiones de Celan, pues una de shall possess / A Paradise within thee, happier ASOMBROSA
ellas (la primera en la edición de las Obras far» (Paradise Lost, XII, 585-588); reconoce el
Completas) relata, en una apoteosis de anómala terso aplomo de ese arranque poemático, tan
proximidad, un memorable paseo en coche común en sus poemas: «There is a pain —so
con la muerte («Der Tod, da ich nicht halten utter-» (599), «There is a solitude of space»
konnt, / hielt an, war gern bereit», p. 383). (1695), «There is an arid Pleasure» (782),
«There is another sky» (2), «There is another
La sintonía técnica e imaginativa entre Loneliness» (1116)... «There is a land called
Dickinson y Celan es asombrosa. Las diez Lost». Y reconoce, finalmente, el asunto de
versiones del alemán, magistralmente ajusta- la pérdida como invariante estructural de su
das a los ritmos ferreos y sintaxis sincopada escritura. En el poema 181 el mundo perdido
del original —un ajuste sólo alcanzable, por tiene, como en la versión de Hill, aspecto de
otro lado, entre idiomas tan genéticamente reina celeste con una diadema de estrellas
vinculados como el inglés y el alemán— (¿siete?¿muertas?): La traducción es mía
constituyen un documento extraordinario de
simpatía creativa. Pero esta simpatía rebasa
el ámbito de los procedimientos técnicos y I lost a World, the other day! ¡Perdí un mundo — el otro día!
se adentra en un horizonte figural de fuertes Has Anybody found? ¿Lo ha encontrado alguien?
You’ll know it by the Row of Tiene una hilera de astros
implicaciones ideológicas. Y es precisamente
[Stars en su frente ceñida.
la coexistencia de ambos espacios, técnico e Around its forehead bound.
imaginativo, lo que el lector de Tenebrae de

Edén es la casa anticuada


en la que residimos a diario
sin sospechar nuestra morada
hasta que nos marchamos.

Qué hermoso recordar el día


en el que atrás quedó la puerta,
inconsciente el regreso
para ya nunca hallarla.
©Hodge, Creative Commons.

Hill debió de sentir en 1978 al toparse con


la canción «Ave Regina Coelorum», citada al
comienzo, una canción cuya primera estrofa
«There is a land called Lost / at peace inside Esta reina reaparece, en el poema 337, bajo
our heads. / The moon, full on the frost, / la especie antropomorfizada del verano.
Vivifies these stone heads», solo suena a una Como en la «Ode to the West Wind» de
cosa en la tradición inglesa: suena lejanamente Shelley, aquí la amenaza es el frío, cuchillo
a Vaughan o Herbert, e inmediatamente a de necesidad dispuesto a seccionar la dicha,
Emily Dickinson. El lector reconoce como arrojarnos al canal o al lago, convertirnos
típicamente dickinsoniano ese entumecimiento en escarcha o cuarzo, hacernos doblar,
de la conciencia que se asimila a la piedra o en suma, la esquina de «Eden» —jardín,
al frío; reconoce la prodigiosa espacialización tierra y hotel— lexema insano reversible
de la mente-cerebro, escenario de episodios en «Lost»:

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dossier paul celan

Allí aprende que


I know a place where Summer strives Sé de un lugar donde el verano pugna en el final de los
With such a practised Frost – con escarcha tan diestra – tiempos, cuando
She – each year- leads her Daisies back – cada año hace volver las margaritas –
el mundo esté por
Recording briefly – «Lost» y anota brevemente – «perdidas»
disolverse, cuan-
But when the South Wind stirs the Pools Mas cuando el viento del Sur agita los estanques do el juicio esté a
And struggles in the lanes – y lucha en los senderos – punto de prescribir
Her Heart misgives Her, for Her Vow – su corazón le advierte y recuerda su promesa – la redención de
And she pours soft Refrains y él se deshace en cantinelas los benditos, tierra
y cielo serán in-
Into the lap of Adamant – como llovido sobre los diamantes –
And spices – and the Dew – y las especias – y el rocío – distinguibles, «for
That stiffens quietly to Quartz – que lentamente se endurece en cuarzo – then the earth /
Upon her Amber Shoe – en sus zapatos ambarinos. Shall all be para-
dise, far happier
place / Than this
of Eden, and far happier days» (XII, 463-
465). La promesa de una tierra-paraíso, de
una tierra más feliz que el Edén, no parece
fácilmente inteligible. Supongo que ninguno
de nosotros, si fuera Adán, la creería. No es
raro que ante tanta ambigüedad, el poema
no se cierre fuera de Edén, sino más bién,
con pasos errabundos («wand’ring steps») a
través de Edén («through Eden»), o alrede-
dores. Un mejor título para el poema épico
de Milton, sería, entonces, In Paradise Lost.
Y allí seguimos, en el Edén o en el Guetto,
parece decir(se) Celan. En un ensayo de Juan
Barja titulado «En el jardín» se especula
con la inversión paradójica de la agenda
escatológica, como si la búsqueda humana
de residencia en la tierra, la búsqueda de
habitación, no fuese más que

«Un proyecto que se organiza como pro-


yecto en tanto que memoria de futuro; en
tanto que memoria del jardín, proyecto de la
 3. El verano es aquí la mujer ahogada, arrojada memoria del jardín. Un proyecto invertido,
al agua por el viento del sur, arrastrando reflejo del recuerdo de su hueco y en su
EL VERANO sus guirnaldas, descuartizada y cuarzosa, positiva negación. Porque, por una parte,
ES AQUÍ terminada. «Nada se estanca» porque la ¿existe —o ha existido— verdaderamente
LA MUJER historia se empeña en reiterar su fin. La el jardín? Y, además, ¿alguien ha salido?,
AHOGADA, hemos visto en las Ofelias de Shakespeare ¿alguien fue expulsado alguna vez? “¿Y si su
ARROJADA AL y Rimbaud, la hemos visto en las Rosas de castigo consistiera realmente realmente [...]
AGUA POR Brecht y de Celan, olvidadas de Dios, la en tener que seguir viviendo allí, solitario
EL VIENTO hemos visto en la Eva de Milton, empren- y sufriendo, inadvertido, aislado de Dios?
DEL SUR, diendo junto a Adán, «through Eden» (XII, [...] si la verdadera razón de aquel castigo
ARRASTRANDO 650), su camino solitario, consciente también [...] fuera que el pobre diablo aborreciera
SUS del desencanto, pues, aunque su Dios no la en secreto aquel lugar [...] que lo hubiera
GUIRNALDAS, olvida, seguramente duerme: «For God is also aborrecido desde siempre [...]”. [Cita de
DESCUAR- in sleep» (XII, 611). En el relato final del Bajo el Volcán, de Malcolm Lowry] ¿Y
TIZADA… ángel, Adán conoce el destino del mundo. si hubiera —si hubiéramos— salido, real

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Edén, o alrededores. Nota sobre dossier paul celan
Celan y la poesía inglesa

y verdaderamente del jardín, pero solo ma está erróneamente planteado. El riesgo EL «TEATRO
para llevarlo con nosotros, rehacerlo de no es tanto el de sur-juduïser como el de DE SOMBRAS»
nuevo con nosotros, modelo irrenunciable sous-poetiser la escritura de Celan. Felstiner QUE
e interior incesantemente proyectado en infrapoetiza la poesía de Celan cuando se IMPORTA, A
un teatro de sombras?» (Ausencia y Forma, niega a permitir la homologación última CELAN, Y POR
pp. 163-164). entre los universos figurales de un Celan EXTENSIÓN
legítimamente surjuduïsé y una Dickinson A DICKINSON
Lo que he tratado de sugerir en este ensayo incomprensiblemente sousjuduïsé. Ni Milton Y HILL, ES EL
es que el «teatro de sombras» que importa, a ni Dickinson ni Hill fueron judíos o supervi- DE LA POESÍA
Celan, y por extensión a Dickinson y Hill, es vientes, en el sentido justificadamente recto
el de la poesía. Que el dispositivo intelectual que Felstiner da a ambos términos. Pero
que manipulan los tres para rehacer su jardín ello no impide que puedan (que deban)
interior, para renegociar, diríamos, su Edén, ser puestos junto a Celan con garantías de
no es otro que el plano inmanente de la neutralidad hermenéutica, especialmente si lo
praxis poética, un plano con coordenadas y que queremos, al fin y al cabo, es entender
leyes propias. He tratado de profundizar en poemas y no personas.
un poema de Celan, «Eis, Eden», mediante
una evasión calculada: trasladando la atención Sin ser germanista, mi conocimiento no pro-
hacia una mistranslation de Geoffrey Hill, que fesional del alemán me impide juzgar con
a su vez me permitía saltar, por vía interior, a solvencia. Ahora bien, si fuese germanista,
otro poema de Celan, «Du liegst im grossen supongo que trataría de leer a Celan desde
Gelausche», y por vía externa a unos poe- Goethe, Schiller, Hölderlin, Heine, Novalis,
mas de Dickinson. El trasfondo compartido Rilke, George, Trakl y Benn. Fundamental-
entre Dickinson y Celan, palpable en unas mente desde allí, desde ese teatro de sombras
traducciones muy raramente tergiversas, per- en el que todavía se discierne la esquina
mite, con apoyo en el Antiguo Testamento ajardinada del Edén, por no mentar al frío o
y Milton, un regreso quizás más seguro a la a los muertos. Luego buscaría en Mandelstam,
canción de Hill, y quizás por ello mismo a y en Ajmátova. Luego en Baudelaire, Ma-
la canción original de Celan. El problema llarmé, Rimbaud, Apollinaire, Valéry, Breton
era, inicialmente, si puede traducirse lo que y Éluard. Todos han sido huéspedes, más o
no se entiende. Un problema menor, en el menos inhóspitos, del viejo Hotel Edén. Otra
fondo, si lo comparamos con la incógnita incursión posible, más honesta en mi caso,
que lo precede: ¿podemos entender lo ya invita a la excursión comparatista que este
siempre traducido, es decir, la poesía, lo que ensayo esboza. Escribe Steiner:
ya no es manantial sino canal, por mucho
que nunca se estanque? No olvidemos que, «Lo que un acto de traducción realmente
para Hölderlin-Celan, el enigma es «lo que inspirado (cosa que escasamente se da)
nace de fuente pura» («Reinentsprungenes»), ofrece es la reparación de algo nuevo
y que el río que nace en Edén («Und es ging que ya estaba allí. Esto no es misticismo.
aus von Eden ein Strom», 1 Mose 2.10) lo Cualquier traductor cuidadoso sabrá a lo
hace de fuente originariamente pura. De ahí que me refiero. La poesía, en particular,
que podamos intentarlo, intentar entender las es tan plural en sus potencialidades de
aguas contaminadas, pues lo que en realidad significación y sugestión a lo largo del
está vetado es el acceso al enigma, a ese otro tiempo, tan resistente a cualquier forma
enigma, el de la reine Sprache. Después de de anatomía o paráfrasis, que contiene,
todo, conviene no olvidar que la hermenéutica en un estado latente y activo, energías
existe porque hubo vertidos en el río. que el traductor puede provocar, liberar,
hacer entrar claramente en juego. Cuando
Podemos intentarlo, pero conviene evitar los Valéry traduce a Virgilio, cuando Leyris 3.
resbalones. Felstiner temía la imputación de traduce a Hopkins, cuando Celan hace Francisco Lagares.
sobrejudaización de la escritura celaniana. Su versiones de Valéry o Ungaretti, los textos Sin título.
libro demuestra, me parece, que el proble- latinos, franceses, o italianos se vuelven, Técnica mixta.

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dossier paul celan

ERA en un sentido palpable, más ricos y ple- Solo consigo descubrir mi argumento al
BENJAMIN nos que antes. Han tomado posesión, descubrir las palabras apropiadas para él.
QUIEN SE quizás por vez primera, de algo que ya Hay una frase en el Jerusalem de William
ESFORZABA era suyo»13. Blake, “the struggles of entanglement with
EN EXPLICAR incoherent roots” (“las luchas del enredo
QUE SOLO LA Podríamos extender esa lista: cuando Celan con raíces incoherentes”), y en momentos
TRADUCCIÓN traduce a Dickinson, o Geoffrey Hill a Celan. de euforia o depresión siento que esa frase
EXCAVA Era Benjamin quien se esforzaba en explicar podría representar un epígrafe para toda
LO NUEVO que solo la traducción excava lo nuevo oculto. mi vida de escritor»14.
OCULTO Bloom sugirió luego que dicha excavación exige
incomprensión. Ignoro si Hill entendía bien Por otro lado, Susan Howe, otra escritora
o mal los poemas de Celan. Lo que parece que cabe situar, como a Hill, junto a Celan,
seguro es que su virtual incomprensión alum- escribió que Emiliy Dickinson «situó su pro-
bra el frío que ambos, Celan y él, comparten, ducción en un campo de predescubrimiento
y de paso fotografía, en el canal del Edén, libre y transgresivo»15. En mi opinión estas
a una ahogada que no cesa de luchar con dos frases, «the struggles of entanglement with
flores, peces, algas y raíces. Aseguraba Hill incoherent roots» y «a field of free transgressive
en una entrevista lo siguiente: prediscovery», evocan algo de la extravagancia
poética —insisto, poética, pues tampoco esto
«[Cuando escribo un poema] conozco el es misticismo, aunque quizás sí hermetismo—
tema pero ignoro el argumento. No creo de Celan. Como recuerda Cuesta Abad en
que haya concebido nunca el argumento su lúcida exégesis, «el espacio del poema no
poético como una cosa en sí que tan representa sino el espacio del poema»16. Hotel,
sólo requería palabras para plasmarlo. casa, jardín, Edén, o alrededores. v

Notas

1. mente, que siendo este el original ción española del ensayo de Ga- 12.
Esta reseña fue luego recogida de la escansión versal que propo- damer sobre este poema: «¿Qué Cito las traducciones de Celan
en Inner Workings. Essays 2000- ne Celan, «ein / Rätsel ist Rein- debe saber el lector?», en Poe- de Gesammelte Werke, Band
2005, London, Harvill Secker, / entsprungenes», Valente optase ma y diálogo, Barcelona, Gedisa, V, Frankfurt am Main, Suhrkamp,
2007, pp. 114-131. Cito siempre por una solución tan extravagante 1993, pp. 100-101. 2003, pp. 382-401.
de esta edición. como «un / enigma es / manan- 8. 13.
2. tía pureza». La solución de Reina Jacques Derrida, Schibboleth. Pa- George Steiner, Errata, New Ha-
Paul Celan: poeta, supervivien- Palazón, «un / enigma es brotar / ra Paul Celan, Traducción de Jor- ven, Yale University Press, 1997,
te, judío, Madrid, Trotta, 2002, puro» (p. 163) es algo más pre- ge Pérez de Tudela, Madrid, Are- p. 112.
p. 402, n. 29. cisa, si bien la más ajustada, en na Libros, 2002, p. 35. 14.
3. especial a la fuente textual, es la 9. John Haffenden, Viewpoints. Poets
Cito de la edición bilingüe de Reina de Hamburger: «an enigma is / the Hans-Georg Gadamer, «¿Qué de- in Conversation with John Ha-
Palazón: Paul Celan, Obras com- purely / originated» (p. 181). be saber el lector?, p. 102. ffenden, London, Faber & Faber,
pletas, Madrid, Trotta, 2001. 5. 10. 1981, p. 97.
4. José Ángel Valente, Lectura de Gerschom Scholem, La cábala y 15.
Sus excelentes versiones del poe- Paul Celan: Fragmentos, Barce- su simbolismo, Madrid, Siglo XXI, Susan Howe, The Birth-Mark. Un-
ta alemán se encuentran en Frie- lona, Ediciones de la Rosa Cúbi- 1989, pp. 179-180. settling the Wilderness in Ame-
drich Hölderlin, Antología poética, ca, 1995, p. 9. 11. rican Literary History, Hanover,
ed. de Federico Bermúdez Cañete, 6. El poema es la segunda pieza Wesleyan University Press, 1993,
Cátedra, Madrid, 2002, p. 201. El Geoffrey Hill, Collected Poems, del Berliner Requiem (1928), de p. 147.
poema original de Hölderlin pue- London, Penguin, 1985, p. 165. Brecht y Weil. Cito del ensayo 16.
de consultarse en Hölderlin, Ge- 7. de Juan Barja, «Variaciones sobre José Manuel Cuesta Abad, La pa-
dichte, ed. de Jochen Schmidt, In- La traducción que se ofrece, se- Brecht» (Ausencia y Forma, Madrid, labra tardía. Hacia Paul Celan, Ma-
sel, Frankfurt am Main, 1984, pp. guramente de Daniel Najmías y Abada, 2008, p. 151, n.4). Debo drid, Trotta, 2001, p. 105.
147-153. No se explica, cierta- Juan Navarro, aparece en la edi- esta referencia a Juan Barja.

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Singer, Celan, Sachs. dossier paul celan

Sobre la supervivencia de Autor

la literatura Javier Alcoriza


Doctor en Filosofía y Profesor
de Literatura.
Autor de Dostoyevski y su
influencia en la cultura
europea.

Ante degradación del ser humano resultaría, por LO QUE PARECE


múltiples dioses su parte, inefable. Todos los caminos al habla PLANTEARSE
perdí una palabra que me buscaba: parecerían borrados y la única recuperación ES UNA DUDA
Cadish sería, entonces, la elusión o el olvido de RAZONABLE
paul celan esa experiencia. Fijamos ahí un límite en SOBRE LA
la apreciación de la correspondencia entre POSIBILIDAD

Podría resultar excesivo comen-


zar diciendo que la supervi-
vencia de la literatura no depende solo de la
los dos poetas citados, que sobrevivieron o
escaparon al horror de los campos de concen-
tración y el Holocausto. No eludimos, sino
MISMA DE LA
COMUNICACIÓN
HUMANA
supervivencia de los escritores. Sin embargo, que aplazaremos la respuesta a la pregunta
en el caso que nos ocupará al final, que es de si el olvido será la única salida frente a
el de la lectura de la correspondencia entre la visión del horror y la experiencia de la
Paul Celan y Nelly Sachs, la observación degradación. Pero es importante, a mi jui-
parecería justificada. El tema de la literatura cio, referirnos en primer lugar a ese límite
posterior al Holocausto sería el marco de esa más allá del cual el ser humano quedaría
observación. El tema de la literatura posterior expuesto a la condena del silencio absoluto.
al Holocausto es el tema del límite de lo ex- En realidad, lo que parece plantearse es una
presable, cuando lo expresable tiene que ver duda razonable sobre la posibilidad misma
con la experiencia de la absoluta degradación de la comunicación humana, cuya modalidad
del ser humano. Ha habido escritores que más elaborada sería la literaria.
han examinado la cuestión de la corrupción
del lenguaje; esa era una cuestión leve, como El caso de la literatura posterior al Holocausto
sabían, en comparación con la experiencia sería así paralelo al de la filosofía posterior
de la degradación del ser humano. En la al Holocausto. Ahora bien, la investigación,
preocupación por la corrupción del que es el eje de la actividad filosófica,
lenguaje hay implícita una esperanza estaría menos expuesta en principio
de reconducción o reeducación a la objeción de la insuperabilidad
del habla. La experiencia de la que ha implicado el tema del
©Hodge, Creative Commons.

43 I N V I E R N O 2 0 0 8 - 2 0 0 9 R E V I S TA D E L I T E R AT U R A Y P E N S A M I E N T O
dossier paul celan

parte constitutiva de su arte 1. No será ese el


caso de la filosofía, donde toda preferencia
corrompería el sentido de la búsqueda de la
verdad. El trabajo del historiador, asociado
naturalmente a la narración de los hechos
que realmente han tenido lugar, ocuparía
una posición intermedia, grosso modo, entre
la filosofía y la literatura. Al historiador le
importa tanto contar como establecer la
verdad de los hechos. Al respecto bastaría
con atender a los progresos del propio de-
bate historiográfico. Aunque sea de pasada,
podemos tener en cuenta la contribución
teórica que ha significado el estudio del
texto histórico «como artefacto literario» 2.
Las principales figuras retóricas habrían
armado, con esa perspectiva, la estructura
básica de la narración, lo que pondría en
cuestión toda pretensión de hablar de «ciencia
histórica». El relato mismo de la persecu-
ción y destrucción de los judíos en Europa
supondría un ejemplo de esa dificultad.
Sin embargo, a la imposibilidad de impedir
que la imaginación tenga algo que decir en
la configuración de un texto histórico se
uniría, cuando abordamos el tema del Ho-
locausto, la imposibilidad misma de contar
o imaginar la experiencia del sufrimiento y
la deshumanización. La proximidad en el
tiempo ha hecho que los documentos más
fidedignos sean los de las víctimas que han
1. «mal radical» inherente a los crímenes nazis. sobrevivido, y el afán de saber podría llevar-
El filósofo no estaría condicionado, en la nos a esperar de los testigos más de lo que
dirección y elementos de su reflexión, por son capaces de revivir, incluso en memoria
el devenir histórico (lo que no supone que de los que habrían perecido. Como vemos
la expresión filosófica, en cuanto sometida —y lo vemos y oímos de un modo que el
a un contexto histórico determinado, no arte del siglo XX, el cine, ha vuelto más
adquiera un significado especial en función verosímil que nunca—, también la historia
del carácter literario que adopta). Pero la y el historiador se han visto en dificultades
tarea de la filosofía sería examinar, no con- para narrar ese horrible episodio del pasado
tar. Ocurre de otro modo con la literatura, reciente3. ¿Qué ocurrirá, entonces, con la
LA LABOR que ha seguido, en términos generales, el literatura?
DEL curso de la narración. La labor del litera-
LITERATO to o poeta ha sido secularmente contar o La respuesta a esa pregunta ha quedado
O POETA cantar hechos memorables. La Memoria registrada, como es obvio, en los libros de
HA SIDO es la madre de las musas, y el tono de la los supervivientes. El hombre de letras,
SECULAR- poesía épica, la primera en invocar a la el intelectual, habría tratado de contar su
MENTE musa, ha sido aleccionador. Será digno de historia, en primera instancia, para preve-
CONTAR ser cantado o recordado lo que sea digno nirnos ante el riesgo de que la catástrofe se
O CANTAR de ser aprendido. La parcialidad del poeta repitiera en el futuro. El pensamiento judío,
HECHOS respecto de su historia no será un obstáculo desde su propio punto de vista, ha hecho
MEMORABLES en su tarea; tal vez la parcialidad sea una suya una consigna que llama la atención, en

R E V I S TA D E L I T E R AT U R A Y P E N S A M I E N T O I N V I E R N O 2 0 0 8 - 2 0 0 9 44
Singer, Celan, Sachs. Sobre dossier paul celan
la supervivencia de la Literatura

general, de cualquier lector, sea o no judío, —aun más allá, como reza el título de la
al hablar de «no otorgar victorias póstumas a obra de un superviviente, del «crimen y
Hitler». Seguir esa línea de pensamiento nos castigo» infligido y soportado—, como que
llevaría aquí en otra dirección4. Retomamos la lectura de la experiencia de ese horror,
el punto esencial de que la literatura es enfrentado por el literato en pie de igualdad
obra de la imaginación y de que el escritor con sus semejantes, nos haga conscientes de
pretende contar una historia
que al menos tendría un lugar
propio en la memoria de la
vida de sus lectores. ¿Cómo
sería posible, sin prescindir
de la dimensión lúdica que
la literatura ha tenido desde
sus orígenes, lograr que lector
©4alexandre, Creative Commons.

alguno considere indispensable


o inolvidable una historia que
le recuerde, en cierto modo,
algo por lo que podría o de-
bería avergonzarse de formar
parte de la raza humana? Los
relatos fraguados en torno a la experiencia la necesidad de recuperar el concepto más ASISTIR AL
del sufrimiento de las víctimas del Holo- noble de la propia literatura. HORROR DEL
causto encontrarían barreras tan insalvables MUNDO […]
en su aspiración de veracidad como podría Lo que propongo, en consecuencia, al aludir NO SIEMPRE
haberlas en el caso del registro histórico. al concepto más noble de la propia literatura, HABRÍA
Diríamos que se trata de las barreras que sería volver a pensar en los textos literarios PUESTO EN
levanta la naturaleza humana frente a sí como portadores de un sentido que ha de RIESGO LA
misma y que se hacen visibles en obras imbricarse naturalmente en la consideración POSIBILIDAD
como Treblinka, de Jean-François Steiner, de las cosas que nos afectan de manera prin- DE CONTAR
o Nuestro hogar es Auschwitz, de Tadeus cipal, o que ha de formar parte del contexto UNA
Borowski. Sin embargo, asistir al horror del cultural más sofisticado en que la palabra ha HISTORIA
mundo, como sabemos tras la lectura de una perdido su posición privilegiada. El carácter
novela como El corazón de las tinieblas, no invasor de los medios de comunicación escritos
siempre habría puesto en riesgo la posibilidad y no escritos habría postergado el libro en
de contar una historia. Habría que insistir, las sociedades democráticas que conforman
con esa perspectiva, propia de una ética mayoritariamente, digámoslo así, un mun-
de la literatura, en que tanto las historias do de oyentes y espectadores antes que de
reales como las imaginarias formarían parte lectores. Por otra parte, la situación actual,
por diverso cauce de la textura misma (y más favorable que nunca para un horizonte
de la misma textura) de la vida. El texto o de creciente alfabetización, brindaría la
textura de la vida no condicionaría el tipo oportunidad de recuperar un contacto con
de historias que queremos oír en la medida la literatura no necesariamente mediado o
en que tratamos de ampliar o enriquecer los postergado por las elaboraciones teóricas de
márgenes de nuestra experiencia. El texto las que habría sido objeto en el siglo XX. La
o textura de la vida quedaría compuesto en distinción no supone descrédito alguno de
virtud del arte de escribir. Al respecto, la esas elaboraciones, sino que nos conduciría
cuestión de la supervivencia de la literatura de manera inmediata al contraste directo
se volvería una cuestión tan seria como la de con el caudal de experiencia en que habría
la supervivencia de la noción de humanidad. radicado la fuerza de ciertos textos (antiguos o 1.
En este punto advertimos que no importará clásicos) que habrían ejercido una fuerza de Andrés Benjumea.
tanto que la literatura sea capaz de expresar gravedad permanente sobre el históricamente Figura, 2002.
el sufrimiento generado por el Holocausto variable mundo de los lectores. Óleo sobre lienzo.

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dossier paul celan

Ese caudal de experiencia habría nutrido la los supervivientes. En uno de esos relatos
obra del novelista judío Isaac Bashevis Singer. nos habla de Hanka, una mujer que se
ons.

En su caso habría resultado primordial, por presenta como pariente lejana del escritor
m
e Com

la vía de la reescritura y la traducción, el y lo lleva a través de Buenos Aires a visitar


iv

sentido de la transmisión de lo que había a otros parientes suyos que viven allí. Se
r, Creat

aprendido en el seno de su «cultura escrita»5. trata de supervivientes que han estado en el


Berge

Un escritor como Singer representaba así un umbral de la muerte, a los que se describe
n van

eslabón en la cadena de la tradición a la que como seres incapaces de volver a la vida.


©Wille

pertenecía. Por supuesto, su obra se desvia- La auténtica destrucción de la humanidad,


ba del rumbo tomado y marcado por ella, intuimos, puede estar más acá de la ani-
pero el desvío no sería más significativo, quilación física. Como si el descubrimiento
fuera de la estricta óptica religiosa, que creara una deuda al narrador de la historia
el fundamento mismo de la obediencia con Hanka, que ha actuado como una mis-
mantenida a las fuentes y leyes superiores teriosa e imperiosa mensajera, vuelve en su
de la cultura de su pueblo. Sin embargo, busca y, aunque Hanka desaparece, haberla
lo que distingue a Singer en el contexto entrevisto inesperadamente en el público de
de los problemas que han afrontado una de sus conferencias se convierte en un
también otros escritores judíos del siglo hallazgo inolvidable. En «Sabath en Por-
XX sería la fuerza de la imaginación tugal», el mismo escritor comparte la cena
que se hace presente en sus historias; con una familia de Lisboa descendiente de
la fuerza, digámoslo así, con que la marranos. Como si asistiera a una reunión
imaginación se habría atenido a los de otros tiempos, el padre de familia pone
hechos contados, reales o ficticios, y en sus manos un libro de Responsa que ha
a los personajes que encarnaban con sido celosamente preservado; un libro que
intensidad la crisis de supervivencia a el invitado admite ser capaz de leer. La
la que hemos aludido al principio. mujer de su anfitrión guarda un asombroso
parecido con Esther, una muchacha de la
El trasfondo autobiográfico de que el escritor estuvo enamorado antes de
gran parte de los cuentos de abandonar Polonia y que había sido ase-
LO QUE Singer, así como el carácter sinada por los nazis. La semejanza es tan
DISTINGUE A novelesco de buena parte sorprendente que, al final, el protagonista
SINGER SERÍA de sus libros autobiográfi- cree estar hablando con la propia Esther.
LA FUERZA cos, avalaría la opinión de En «Hanka» y «Shabat en Portugal», se diría
DE LA que la función narrativa que vivos y muertos alternan sus papeles,
IMAGINACIÓN garantizaba la continui- pero no hay duda de que una fe compartida
QUE SE HACE dad entre la vida y la hace avanzar la imaginación del autor en
PRESENTE literatura en su obra: una una sola dirección; en la dirección, por así
EN SUS continuidad o dependen- decirlo, de la multiplicación de evidencias
HISTORIAS cia que habría pasado a que harían de la cuestión de la supervivencia
primer término en las de la literatura una cuestión menor respecto
referencias a la desapa- a la intención o propósito con que se afronta
rición de los judíos el hecho mismo de seguir viviendo.
con el Holocausto.
Cinco años después Podría afirmarse así que el hecho de seguir
del fallecimiento de viviendo es más poderoso y formidable que el
Celan y Sachs, el mero hecho de estar vivo. En consecuencia,
septuagenario Singer la supervivencia supondría una responsabili-
publicaba Pasiones y dad añadida con los que tienen que seguir
otros cuentos, en que viviendo; una responsabilidad igual, si no
la sombra del exter- mayor, a la de mantener la memoria de los
minio se extendía que han muerto. En realidad, como vemos al
al encuentro con final del cuento de Singer, el acto supremo

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Singer, Celan, Sachs. Sobre dossier paul celan
la supervivencia de la Literatura

de fe sería anticiparse a decir que no han que tenía Celan cuando se planteaba «con
muerto. Apreciar la obra de Singer desde el otras palabras, pasando por alto algunas co-
punto de vista literario, y no religioso, sin sas: ¿podemos partir del arte, como sucede
embargo, sería una alabanza suficiente para a menudo, como de algo dado de antemano
un escritor cuya obra, al fin y al cabo, fue y necesariamente evidente?»7. Ahora bien,
censurada a partir de 1986 en las escuelas la lectura de Celan plantea deliberadamente
talmúdicas de Israel. A pesar de su falta de más enigmas de los que resuelve, aunque
coincidencia con los valores de la ortodoxia el poeta haya hablado de la inclinación a
judía, esta obra de la imaginación habría sido hacer asequibles sus versos. Resulta signifi-
construida con todo lo que había sobrevivido cativo que el poeta fijara famosamente sus
a la mayor desgracia vivida en la historia de consideraciones sobre la poesía en un texto
su pueblo y sobre un firme compromiso con que manifestaba de manera circunstancial
la claridad de la escritura: su aprecio por la obra de Georg Büchner.
El desencuentro de ambos escritores con
«Aunque la oscuridad en el contenido y su respectiva época habría hecho difícil,
el estilo pueda estar de moda, la claridad si no imposible, que aceptaran las pautas
sigue siendo la ambición de este escritor. con que se había suscrito, por así decirlo,
Esto es especialmente importante porque el convenio lingüístico de sus contem-
trato con personajes únicos en circuns- poráneos. La dedicación a la poesía en
tancias únicas, un grupo de personas que Celan tendría que ver con una voluntad
aún son un enigma para el mundo y a intransigente de descubrir el ángulo con
menudo para sí mismas: los judíos de que su uso de las palabras sería susceptible
Europa del este, en especial los judíos de de provocar, como citaba en El Meridiano
habla yidish que perecieron en Polonia y a propósito de Büchner, un «cambio de
los que emigraron a los Estados Unidos aliento». La difícil interpretación de la
de América. Cuanto más vivo con ellos poesía de Celan derivaría de la negativa a
y escribo sobre ellos, más perplejo me valerse de un lenguaje que, a semejanza del
quedo ante la riqueza de su individualidad mundo que hasta entonces se habría dicho
y (como soy uno de ellos) de mis propios que representaba, había sido expoliado y de-
caprichos y pasiones. Aunque confío y gradado por los enemigos de la humanidad,
rezo por la redención y la resurrección, tal como reflejaban algunos aforismos de
me atrevo a decir que, para mí, estas Contraluz: «Es inútil hablar de justicia
personas están vivas todas ahora mismo. mientras el mayor de los acorazados
En la literatura, como en nuestros sueños, de batalla no se haya estrellado
la muerte no existe»6. contra la frente de un ahogado».
El poeta se negaría a heredar o
Oscuridad, enigma y muerte son palabras que seguir los caminos de un lenguaje
adquieren un sentido muy diverso cuando y un mundo corrompidos por «el OSCURIDAD,
nos aproximamos a la obra de Paul Celan. peso milenario de una rectitud ENIGMA Y
Al leer sus poemas, advertimos que el tesón falsa y deformada». MUERTE SON
subjetivo que asociamos a la creación lírica, PALABRAS
de hecho, carece de valor por sí mismo y Pero la suya no ha sido la poe- QUE
se vuelve significativo solo como condición sía de la purificación, sino de ADQUIEREN
de la existencia del poeta, o de su existencia la purificación impugnada. UN SENTIDO
como poeta, que es la que hace posible su Cada poema entraña esa MUY DIVERSO
encuentro con el lenguaje. Las divergencias impugnación, una reela- CUANDO NOS
entre la obra del novelista yidish y del poeta boración de la experiencia APROXIMAMOS
alemán podrían hacernos olvidar fácilmente única —según ha señalado A LA OBRA DE
que en ambos resulta apremiante una necesi- Jacques Derrida— sobre lo PAUL CELAN
dad pareja de responder a la pregunta por la que puede llegar a expresarse
supervivencia de la literatura. Esa necesidad cada vez 8 . Su esfuerzo
se hacía presente en la idea de la literatura merece una lectura de-

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dossier paul celan

tenida por esa intransigente emancipación, manzana podrida / al abismo terrible», se ex-
aun cuando haga crecer nuestra perplejidad presara la intención de «aprender de nuevo
cuando somos incapaces de advertir hasta suavemente la vida». La fuerte raigambre
qué punto es necesaria esa ruptura. Los usos bíblica de la poesía de Sachs invitaría a es-
del mundo y del lenguaje habrían minado la tablecer su mérito literario con un criterio
confianza del poeta, que no se resignaría, sin que no se limitara solo a consideraciones li-
embargo, al silencio absoluto: «Ese ‘todavía’ terarias, e incluso a rechazar la opinión de
no puede ser sin embargo más que un ha- que su «patria» hubiera sido «la lengua», a
blar». La insólita belleza de algunos versos de pesar del lar-
Celan sería el primer síntoma de lo insólito go exilio en
que resulta hablar de «lo bello» —frente a Suecia, don-
lo sobrio, objetivo o veraz— en relación con de ejercería
sus versos. En ocasiones se tiene la sospecha como traduc-
de que el sentido espigado en sus poemas tora de sus
solo es superficial o preliminar frente a su poetas líricos.
verdadero significado, y de que el verdadero (Cierto nacio-
significado, no obstante, nada tiene que ver nalismo lite-
con distinguir lo superficial o preliminar, como rario asoma-
si nos moviéramos, según el título de uno de ría aún en los
sus títulos, «de umbral en umbral». En todo homenajes de
caso, no creo —como Cuesta Abad— que críticos como
la difícil lectura o el «tratamiento único» de Horst Bienek
«cada poema» de Celan suponga un desafío o Klaus Herr-
epistemológico antes que una consideración mann, quien
ética (aunque ésta no tendría que estar nece- hablaba sin
sariamente orientada hacia la interpretación pudor de las
lévinasiana de Celan)9. «virtudes típi-
camente ale-
Si la supervivencia del lenguaje habría sido manas» en
para Celan una cuestión más urgente que la un texto con
de la propia literatura, en el caso de Nelly motivo de la
Sachs la supervivencia de la literatura habría concesión a
estado supeditada a la posibilidad de repre- Sachs del Pre-
sentar el sufrimiento del pueblo judío. A esa mio de la Paz
posibilidad habrían contribuido los recursos de los Libre-
EN EL CASO del «teatro cúltico» de que la autora se habría ros y Edito-
DE NELLY servido en Eli, donde se recreaba la muerte res alemanes,
SACHS LA del niño judío como epítome del «sufrimien- cuando Ale-
SUPERVIVENCIA to de Israel». Entre las sucesivas escenas de mania aún no
DE LA Eli, sonaba estremecedora la voz de las chi- había estable-
LITERATURA meneas, como un nuevo movimiento de la cido relacio-
HABRÍA «Fuga de la muerte» de Celan: «Nosotras, nes diplomá-
ESTADO piedras, somos las últimas que formamos el ticas con Is-
SUPEDITADA cuerpo de Israel»10. La poesía lírica y dra- rael.) En una
A LA mática de Sachs, marcada por el horror del de las primeras cartas enviadas por Sachs a
POSIBILIDAD Holocausto, respondería también al afán de Celan, le escribió: «Su carta ha sido una de
DE recobrar la esperanza que suponía la convic- las grandes alegrías de mi vida. Tiene usted
REPRESENTAR ción de que «en todas partes está Jerusalén». conocimiento de mis cosas, las tiene consi-
EL No resultaba incoherente, con esa perspec- go; por tanto, tengo un hogar sobre la tie-
SUFRIMIENTO tiva, que, junto al afán de «saber dónde se rra»; y también: «Con sus poemas usted me
DEL PUEBLO posó tu última mirada», o a la indignación ha dado un hogar en el mundo que antes
JUDÍO por que la tierra no haya sido «lanzada como creía me iba a ser arrebatado por la muer-

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Singer, Celan, Sachs. Sobre dossier paul celan
la supervivencia de la Literatura

te. Aquí resisto». En un ejemplar de Flucht de su supervivencia como poetas supondría LA VOLUNTAD
und Verwandlung (Fuga y transformación) una clave de su amistad, prolongada hasta DE
enviado desde Estocolmo en 1959, Sachs el año mismo de la muerte de ambos12. SOBREPONERSE
anotó: «En lugar de patria / tengo a / Paul Pero esa clave común, según sabían, debía AL
/Gisèle / Eric»11. descifrarse de diverso modo, tal como se de- SUFRIMIENTO
duciría del poema escrito por Celan tras su DIRIGÍA Y
Resulta obvio, por tanto, concluir que la patria primer encuentro, «Zürich, zum Storchen» MODULABA EL
o el hogar de un poeta sería el «lugar» —o (en La rosa de nadie), o de la notable carta INTERCAMBIO
la topología con que intentaba animar a Sachs a escapar EPISTOLAR
que ayudaría de «la red de angustia y espanto que han ENTRE CELAN
a descubrir- arrojado sobre mí»: «¿Te acuerdas todavía de Y SACHS
lo— habita- cuando hablamos por segunda vez de Dios
ble para el en nuestra casa, la tuya, la que te espera, te
espíritu. Y acuerdas del destello dorado sobre la pared?
el espíritu, Desde ti, desde tu proximidad se hace visi-
como podía ble, se necesita de ti, se necesita, también
desprenderse por mandato de aquellos en los que piensas
del «Coro de y de los que te sabes próxima, de tu estar
los salvados», aquí y entre-los-seres-humanos, se necesita
de Sachs, ha- de ti todavía por mucho tiempo, se busca tu
bría sido la mirada»13. La exigencia con que la fe —o
víctima del la falta de fe— se habría hecho patente en
sufrimiento sus versos determinaría la resistencia del vín-
qu e h a c í a culo forjado entre Celan y Sachs. El hecho
difícil la su- de que esa exigencia fuera una condición
pervivencia «impuesta» por su judaísmo habría quedado
misma de «expuesto» —por retomar los términos de El
la literatura. Meridiano— en su poesía con estremecedora
Pero no deja y característica fuerza. Pero no solo en su
de sorpren- poesía, según se comprueba en la mayoría
der la mane- de las cartas cruzadas.
ra en que la
voluntad de Al final de una de ellas, Paul Celan escribía:
sobreponerse «En Czernowitz los judíos, al despedirse,
al sufrimien- solían desearse: ¡que conserves la salud! Lo
to dirigía y cual no es una fórmula alemana, sino yiddish;
modulaba el así que permíteme que te lo diga en yiddish
intercambio y con caracteres hebreos: ! ». En el
©Nubecilla, Creative Commons.

epistolar en- cuento de Singer «La fiesta de Año Nuevo»,


tre Celan y Harry, el fiel amigo del difunto Boris Lemkin,
Sachs. La lec- visita al escritor con el fin de que convenza
tura de esas a un grabador para que acceda a inscribir en
cartas debería la lápida el siguiente epitafio: «Querido Boris,
ser conside- mantente sano y feliz, dondequiera que estés».
rada indispensable tras la lectura de sus Tras replicarle que la palabra «sano» carece
respectivos libros, porque traspasa cualquier de sentido aquí, el narrador anota: «Qué ex-
impresión de opacidad que pudieran produ- traño: Harry empezó a debatir conmigo sobre
cir y retiene el valor de cuanto los poetas, el uso de las palabras. Por sus ejemplos, me
más acá y más allá de sus versos, estuvieron di cuenta por vez primera de que en yidish se
dispuestos a compartir. El hecho de que su usa a menudo la misma palabra para ‘firme’,
supervivencia como judíos —o habitantes de ‘cuerdo’ y ‘sano’, gesunt. Le propuse a Harry
la «patria invisible»— no pueda desprenderse que en lugar de ‘sano’ inscribiera ‘contento’,

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dossier paul celan

SACHS pero Harry dijo: “He pasado noches en vela de la historia de la correspondencia de los
ESCRIBIRÍA: pensándolo. Estas palabras vinieron a mi poetas Celan y Sachs; así había sonado la
«¿QUIÉN mente y quisiera que la inscripción fuera confidencial voz de Sachs en los versos de
SABE QUÉ esa. ¿Acaso está escrito en la Torá que tales Celan14:
MÁGICAS palabras están prohibidas?”». El escritor
ACCIONES / acaba sorprendido por la altura espiritual nosotros
SE CUMPLEN alcanzada por ese hombre analfabeto, «rara en verdad no sabemos
EN LOS incluso entre pensadores, filósofos, poetas», lo que
ESPACIOS y le confiesa que ignoraba que existiera una cuenta.
INVISIBLES?» amistad como la suya con Boris, a lo que
Harry responde que «solo Dios sabe toda la En la dedicatoria de Eclipse de la estrella,
verdad». Singer se haría eco de la sentencia Sachs escribiría: «¿Quién sabe qué mágicas
de Isaías (55:9): «Cuanto son los cielos más acciones / se cumplen en los espacios invi-
altos que la tierra, tanto están mis caminos sibles? / Vale Paul vale / Solo que quizá de
por encima de los vuestros». Las palabras de otra manera que como pensamos / Nelly,
Harry podrían figurar también en el epílogo Zúrich, 26.5.1960». v

Notas

1. filosóficas, trad. de L. Rodríguez 9. 12.


Cecil Maurice Bowra, From Vir- Duplá, Salamanca, Sígueme, 2002, Cfr. José M. Cuesta Abad, Poe- «Patria invisible» es una expresión
gil to Milton, Londres, Macmillan y Jean Améry, Más allá de la cul- ma y enigma, Madrid, Huerga y de Nelly Sachs (carta 119); Ce-
and Co. Ltd., 1948, p. 22. Quiero pa y la expiación. Tentativas de Fierro, 1999, y Silvana Rabino- lan confiesa saber lo que signi-
agradecer a Antonio Lastra que superación de una víctima de la vich, «Entre ética y poética: he- ficaba la «soledad judía» en su
pusiera a mi alcance este volu- violencia, trad. de E. Ocaña, Va- teronomías meridionales», Acta «Alocución ante la Asociación
men, así como sus comentarios lencia, Pre-Textos, 20042. Poética, 25, primavera de 2004, de Escritores Hebreos», pronun-
sobre este ensayo. 5. pp. 209-223. ciada en Tel-Aviv el 14 de octu-
2. «¿Qué soy yo, un escritor o un 10. bre de 1969; véase Paul Celan,
Hayden White, El texto histórico traductor?». Véase Grace Farrell, Nelly Sachs, La pasión de Israel. Obras completas, p. 511.
como artefacto literario y otros Isaac Bashevis Singer: Con- Eli. En las moradas de la muerte. 13.
escritos, introducción de Veróni- versations, University Press of Eclipse de la estrella, epílogo de Paul Celan y Nelly Sachs, Corres-
ca Tozzi, trad. de V. Tozzi y N. La- Mississippi, Jackson y Londres, W. Weber, trad. de M. R. Borrás, pondencia, carta 57. La «red»
vagnino, Barcelona, Paidós, 2003. 1992, p. 12. Barcelona, Grijalbo, 1966, p. 55. era la metáfora del temor a la
Véase en especial «El aconteci- 6. (La editorial Trotta ha anunciado persecución que angustiaba a
miento modernista». Isaac Bashevis Singer, Collected la próxima publicación de Nelly Sachs; véanse las cartas 37, 50,
3. Stories: A Friend of Kafka to Sachs, Viaje a la transparencia. 68, 70, 116.
Claude Lanzmann, Shoah, prefa- Passions, Nueva York, The Library Obra poética completa, trad. de 14.
cio de Simone de Beauvoir, trad. of America, 2004, p. 563. J. L. Reina Palazón.) Cf. Paul Celan, Obras comple-
de F. de Carlos Otto, Madrid, Are- 7. 11. tas, pp. 154-155, 171, 325, con
na Libros, 2001. Véase también Paul Celan, Obras completas, Paul Celan y Nelly Sachs, Corres- Paul Celan y Nelly Sachs, Co-
Javier Alcoriza, «Reflexiones so- prólogo de C. Ortega, trad. de J. pondencia, ed. de Barbara Wie- rrespondencia, pp. 120-121 y
bre cine y judaísmo», en A. Las- L. Reina Palazón, Madrid, Trotta, demann, trad. de A. Bueno Tu- Nelly Sachs, La pasión de Is-
tra (ed.), Representaciones cultu- 20075, p. 503. bía, Madrid, Trotta, 2007, carta rael, p. 164.
rales, Madrid, Verbum, 2006. 8. 23. Para la dedicatoria véase el
4. Jacques Derrida, Schibboleth: «Índice comentado de las obras»,
Véanse Emil L. Fackenheim, La para Paul Celan, trad. de J. Pé- pp. 115-116.
presencia de Dios en la historia. rez de Tudela, Madrid, Arena Li-
Afirmaciones judías y reflexiones bros, 2002.

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Voces en el umbral dossier paul celan

del ser humano. Reja


de lenguaje y Esperando
Autor
Ana Gorría
Becaria de Investigación del

a Godot
CSIC (Madrid).
Prepara su tesis doctoral sobre
el discurso dramático.

La ironía presenta un conflicto humano que situar aquí dos obras que, como Reja
que, a diferencia de lo que ocurre en la de lenguaje y Esperando a Godot, son ex-
comedia, la novela, o incluso en la tra- ponentes máximos de la expresión trágica
gedia, es insatisfactorio, incompleto a no de la ruptura (o la impotencia) ante la
ser que veamos tras él un significado, algo comunicación, o, tal y como voy a tratar
típico de la situación humana globalmente de delimitar en este artículo, del tránsito
considerada. La ironía preserva la seriedad desde la concepción aristotélica de la li-
de la literatura al exigir una expansión de teratura, entendida como improbabilidad
las perspectivas de la acción que presenta: probable, a la definitiva constatación de la
pero preserva la integridad de la literatura posible imposibilidad de los lenguajes, de
al no establecer prescripciones ni límites a los sentidos, del signo, de la comunicación
esa perspectiva1. o de la historia. Como afirma Maria Zárate
a propósito de la obra de Camus:

En la cita que precede a este ensayo,


que versa sobre las posibilidades
expresivas de la ironía en Paul Celan y
«(…) Si se cesa, además, de sostener
un motivo ultraterreno a la existencia,
1.
Juan Garcés.
Los cuatro puntos
en Samuel Beckett, Northop Frye llama la se vive en el presente con el trasfondo marginales, 1998.
atención sobre el carácter netamente agó- silencioso del mundo, privado de futuro Técnica mixta sobre
nico, existencial, del gesto irónico. Habría y de esperanza»2. lienzo.

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dossier paul celan

Lenguas de nadie ción. Ante esta posibilidad del silencio, tanto


Paul Celan como Samuel Beckett proponen
La confluencia de dos lenguajes hacia un la idea de fuga, de desterritorialización del
mismo sentir, de dos géneros en apariencia deseo —en palabras de Deleuze—, como
tan dispares como las formas dramáticas y el acto que posibilita la huida del vacío que
lenguaje poético, en un mismo horizonte de las estructuras de la ironía no hacen sino
comprensión, es uno de los problemas que subrayar: la nada, la impotencia.
intento asumir en esta breve aproximación al
hecho irónico como expresión de la violencia La ironía es un módulo expresivo y cognitivo
del drama, del que son portadores, entre fundamental para la historia de la civilización
otras grandes líneas de significación, estos occidental, que, si bien ha tendido a situarse
dos textos. Se trata, para ambos, de poner especialmente en la gnoseología y teoría del
de relieve la definitiva ruptura del sentido conocimiento socrática, como modo epistemo-
común y, en consecuencia, la tragedia de la lógico de acceso a la verdad, permite también
incapacidad del pacto y del testigo. ser entendida, tal y como reclama Frye en el
texto anteriormente citado, como resultado
La aparente disparidad de códigos no supone, de una situación comunicativa extrema: el
pues, en modo alguno un obstáculo para resultado de las lenguas dichas a nadie o que
acercar las intenciones de estos dos autores. ya nadie escucha, tal como ocurriría, según
Los amantes de los «realia» reconocerán el mismo autor, en el libro de las Lamenta-
como un elemento de cohesión para los dos ciones. De este modo, la ironía, como ardid
escritores la siguiente anécdota:
2.
«Regresó a París. Era a finales de mar-
zo cuando inopinadamente una tarde
su amigo Franz Wurm le animó para
que le acompañara a casa de Samuel
Beckett y lo conociera. Pero Celan se
negó, porque pensaba que no estaba
bien acudir sin haberse anunciado y en
el último minuto. Cuando Wurm volvió
de su reunión trayéndole recuerdos del
escritor, Celan le dijo: ‘Es probablemente
el único hombre con él que yo podría
entenderme aquí’»3.

La conciencia radical de soledad que perse-


guía a Celan y que, más importante aún, se
materializaba en su lenguaje fue propuesta
en términos de concordia por parte de éste
EL GESTO hacia Beckett. Ese sentimiento de soledad, de
IRÓNICO SE conciencia del propio límite (del lenguaje,
PRESENTA de la razón, del propio ser humano) es, tal
COMO LA vez, el motivo fundamental de su obra. Un
CONSTA- motivo que exige para su estudio y justa
TACIÓN valoración un análisis de la ironía, entendida
DE UNA en los mismos términos que propone Frye
SITUACIÓN partiendo de los códigos semíticos presentes
RADICAL DE en el libro de las Lamentaciones o el libro de
AUSENCIA Job, entre otros. Según esto, el gesto irónico
DE COMUNI- se presenta como la constatación de una
CACIÓN situación radical de ausencia de comunica-

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Voces en el umbral del ser humano. dossier paul celan
Reja de lenguaje y Esperando a Godot

en primera instancia epistemológico, es, más presiva, es capaz de generar en un sentido DE LA


allá de sus posibilidades tropológicas, no solo u otro un universo de significado práctica- OPRESIÓN
la modalidad expresiva orientada a develar mente autónomo, portador de un mensaje Y, SOBRE
el mundo de la apariencia en pro del acceso que se traslada desde la antigüedad hasta TODO, DE
a la esencia de la realidad, sino también el el presente, al mismo tiempo que, dado lo LA SOLEDAD
gesto a través del que es posible constatar esa diferente del contexto en que aparece, es ES DE LO
situación límite de comunicación que denota portadora también de nuevas significaciones QUE SE VA
la ausencia de pacto —la ruptura, como he y posibilidades semiológicas y expresivas. En A HABLAR
dicho, del «sentido común». Una ruptura efecto, si bien las imágenes poéticas com- EN ESTA
ésta presente tanto en el poemario Reja de portan un significado esencial, también son PROPUESTA
lenguaje como en Esperando a Godot. susceptibles de participar por ósmosis de los DE ANÁLISIS
diferentes caracteres históricos, de las épocas DE LA OBRA
que los generan, tal y como lo ha señalado DE PAUL
El grado cero Northop Frye: Todo gran poema es producto CELAN Y
de la comunicación de su tiempo, y consecuentemente está sujeto DE SAMUEL
a las ansiedades del mismo5. Las obras que se BECKETT
Los dos textos van a ser analizados, pues, abordan en este artículo prueban que el gesto
a la luz de la ironía, como expresión del irónico ha ido manteniendo y ampliando su
conflicto tanto íntimo como cósmico al que significación desde las expresiones literarias
Frye se refiere cuando habla de la literatura antiguas hasta las poéticas y las creaciones
como «mitología consciente»4. En ambos se más recientes. Esta significación, como se
demuestra que la ironía, entendida como verá más adelante, habría tenido un punto de
figura tropológica o como modalidad ex- inflexión en la modernidad, donde termina
remitiendo ineludiblemente a la escisión, a
la fractura dentro de la propia naturaleza de
la realidad, de la comunicación, del sentir
humano. Se trata de proyectar la falta de
correspondencias, la disociación del mundo
fenoménico frente a la trascendencia; de
subrayar la expresión de la desesperanza. De
esa fractura abisal, del miedo, del dolor, de
la opresión y, sobre todo, de la soledad es
de lo que se va a hablar en esta propuesta
de análisis de la obra de Paul Celan y de
Samuel Beckett.

La soledad sonora
Como ya he señalado, el concepto de ironía
es una noción fuertemente enraizada en
la construcción de la identidad occidental
—presente también, como reclama Northop
Frye, en el más desatendido canon semítico
en los libros antes apuntados—, desde la
antigüedad hasta el más inmediato presente,
con las formulaciones de retóricos como Paul  2.
de Man. Aun así, estas formulaciones sobre Geheimnis der farne
la ironía han de ser consideradas desde la (El secreto de los
perspectiva que ofrece la modernidad con helechos), de Anselm
la revisión del Sócrates irónico de autores Kiefer, para Paul Celan.
como Schlegel —que apunta a una pers- Foto: Dalbera, Creative Commons.

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dossier paul celan

Por otro lado, Alan Badiou7 ha formulado,


como elementos fundamentales y carac-
terizadores de la obra de Beckett, cuatro
preguntas, que desde mi punto de vista
también son extensibles a la obra celaniana,
en concreto al libro Reja de lenguaje. Estas
preguntas competen al lugar del ser, al del
sujeto, al movimiento de lo que pasa, de
lo que adviene, y a la existencia del dos, o
de la virtualidad del otro. A partir de estas
cuatro preguntas matrices sería posible no
solo trazar lazos entre la obra del escritor
dublinés y la de Celan, sino también, tal
vez, arrojar nuevas preguntas sobre la obra
del autor de Amapola y memoria. Así, cabe
tener presente que el desplazamiento entre
lo fenoménico y lo numérico, a que antes
me referí, se proyecta tanto en un plano
íntimo como cósmico a través del recurso a
la ironía. Una ironía que nace de la fractura
que conlleva la imposibilidad de la alianza
entre el logos y la naturaleza. Se trata de la
certificación definitiva de la aniquilación de
la trascendencia.

Tanto la obra de Celan como la de Beckett


pueden, por eso, ser leídas como el índice
de la sensibilidad que se desarrolló en bue-
na parte de la literatura europea durante la
posguerra. Una mirada al sesgo sobre ambas
posiciones —en última instancia, existen-
ciales— permite también imbricarlas en
el movimiento más amplio de la crítica al
concepto de modernidad, un concepto en el
que nociones como humanismo, confianza
en la razón, utopía y progreso inauguraron,
como se sabe, una nueva edad en la historia.
Ambos textos, por ser finalmente reflexiones
sobre el lugar del ser humano en la historia,
respecto de la naturaleza, y también, al mismo
tiempo, indagaciones acerca de la relación
entre el uno y el/los otros, en una situación
límite como resulta ser la de la ausencia de
causalidad y fines, encierran la posibilidad de
ser leídos como la materialización de la crisis
3. pectiva pragmática hoy presente mutatis del pensamiento utópico en la tristeza del
mutandis en la obra de pensadores como significado. El desvanecimiento del mañana
Richard Rorty— o Hegel y Kierkegaard, leído desde la ucronía. Un desvanecimiento,
cuya visión de la ironía fue entendida y que, como antes indiqué, utiliza previamente
desarrollada en términos semánticos, tal y la ironía en todos los niveles de la creación
como ha apuntado recientemente Vicente textual, ya que, tal como ha señalado Do-
Raga Rosaleny6. mingo Hernández Sánchez:

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Voces en el umbral del ser humano. dossier paul celan
Reja de lenguaje y Esperando a Godot

«Siempre hay un problema de comuni- la lógica temporal, dado que la variación, el LOS
cación en el discurso irónico. Se trata de transcurso de un día, no se somete a la lógica DISPOSITIVOS
una paradoja irresoluble que remite por del naturalismo. Ahora el árbol, marchito ESCÉNICOS
un lado, a la imposibilidad del discurso y muerto en el acto anterior, se encuentra QUE
o sistema detenido, pero, por otro, a la cubierto de hojas: BECKETT
necesidad de ese discurso. (…) Se trata INTRODUCE
de una reivindicación del caos, de la pa- «Al día siguiente. A la misma hora. En el […] RESULTAN
radoja, de la parábasis, pero no como un mismo lugar. Junto a la batería, los zapa- COINCIDIR
mero desorden, mera anarquía subjetiva. tos de Estragón pegados por los talones A GRANDES
Por ello la ironía es un peligro incluso separados por las puntas. El sombrero de RASGOS CON
político, en tanto niega un orden o una Lucky, en el mismo lugar. El árbol tiene LA MIRADA
ordenación detenidos que no permitan la algunas hojas» (E. G., p. 603). DESOLADA
reproducción de las apariencias, de otros DE CELAN
lenguajes, de otros órdenes» 8. De forma parecida, en el poemario Reja
de lenguaje nos encontramos ante un juego
Tanto Celan en Reja de lenguaje, como Bec- de voces que parecen someterse a la misma
kett en Esperando a Godot, se centran en esa estructura que la disposición del espacio
incapacidad de comunicación valiéndose de escénico de Esperando a Godot, tal y como
modos de representación distintos, pero tal ha señalado Roberto Bravo de la Varga al
vez —me atrevo a sugerir— con la misma reflexionar sobre el concepto de exterio-
intención. Analizar esta fractura epistemoló- ridad en la literatura austríaca moderna,
gica, característica de la obra de ambos, es una exterioridad que, según este autor,
el objetivo de las páginas que siguen. «nace de la observación de la realidad en
su conexión no solo con mi yo, sino con
el yo de todos, e investiga los procesos de
pérdida y recuperación de espacios comunes.
Formas de ser en Samuel Así ocurre con Roth, Kraus, Zweig, Celan,
Beckett y Paul Celan los autores del exilio y de la Heimat y Anti-
Heimatliteratur»10.
El texto teatral Esperando a Godot propone,
desde las acotaciones escénicas, un espacio Las voces reificadas, en un espacio no ca-
en el que los protagonistas —Vladimiro, racterizado, se suceden en el primer núcleo
Estragón, Pozzo y Lucky (hasta el imposi- semántico de este poemario. Estas voces,
ble Godot)— son seres arrojados al mundo, como digo, no aparecen como vocativos,
personajes proyectados en un espacio fuera sino como la encarnación de diversos moti-
del tiempo y del espacio en el que las úni- vos propios del imaginario semítico: Jacob,
cas señales reconocibles, caracterizadoras el arca. La ninguna voz última que se ma-
del espacio escénico, son un camino y un nifiesta desnuda, desvestida de identidad,
árbol, que dotan de algo de materialidad a supone el colofón de esa cadena de voces
un cuerpo escénico altamente estilizado. Se arrojada a través de la yuxtaposición, sin ma-
trata de la materialización de un universo en nifestar —en apariencia. De modo similar
el que los personajes se desenvuelven torpe se presentan los personajes de Esperando a
y grotescamente a través de una acción que Godot, en un universo exento de causalidad
no existe o parece no existir. En concreto, o finalidad, en el que solo se desarrolla su
en la acotación del primer acto solo refie- propio estar-ahí, la manifestación de su pre-
re espacialmente el árbol y el camino, al sencia. Los dispositivos escénicos que Beckett
mismo tiempo que introduce de forma casi introduce, tanto en las acotaciones como en
impresionista una nota ambiental: «Camino las didascalias, resultan coincidir a grandes
en un descampado, con árbol. Atardecer»9. rasgos con la mirada desolada de Celan en  3.
En el segundo acto, en cambio, el texto Reja de lenguaje: el árbol, «Si yo fuera como Ana Djorjevic.
introduce una ligera variación sobre el es- tú, si tú fueras como yo / ¿No estuvimos / La casa, 2004.
pacio escénico, que implica una ruptura de bajo un alisio? / Somos extraños»11; el ca- Óleo sobre tabla.

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dossier paul celan

mino, «Voces desde el camino de la linealidad y de la causalidad: «Cristal


de ortigas» (O. C., p. 117); el tras cristal / en el tiempo profundamente
cielo, «La palabra /mientras reticulados, caemos, /caemos y yacemos y
precipitas / sal de la noche, caemos» (O. C., p. 129).
la mirada / vuelve a buscar
la antelia» (O. C., p. 141), al Además de la temporalidad antinaturalista
que en algún momento dirigen que ya he apuntado, acorde con la imagen
su mirada los personajes de la estilizada que nos sugiere Beckett y con el
obra dramática. La coincidencia modo irónico que proponen tanto él como
en la disposición de elementos Celan para representar la realidad y el ser
simbólicos es aún mayor si te- humano, habría que destacar también en
nemos en cuenta que uno de ambas obras la crítica al optimismo epistemo-
los juegos que se realizan en lógico inherente al concepto de modernidad.
escena y se introducen en el El proyecto de la modernidad empezó a ser
desarrollo de la (no) acción es cuestionado con los códigos que aportaron
el de la variación sobre la po- las vanguardias históricas, códigos desde los
sibilidad de suicidio (la horca) que es preciso leer la renovación de lengua-
en el árbol que preside el vacío jes y sentidos propia de estos dos autores,
donde intentan desenvolverse especialmente desde las posiciones vitalistas
los personajes de Esperando a del Expresionismo. Una condición artística,
Godot: «Voces desde el árbol la del Expresionismo, que empieza a subra-
de la horca / donde el leño de yar, con su recurrencia al oxímoron como
otoño y el de primavera los ani- módulo vertebrador de su weltschaung, la
4. llos / cambian y cambian» (O. C., p. 117). dislocación entre conciencia y realidad, pero
que, pese a eso, no tiende a desintegrar el
En último lugar, en la sección que cierra arte como institución social, avanzando más
el poemario, el poeta nos presenta una bien progresivamente hacia una estilización
naturaleza ¿muerta?, desolada, casi en los «in crescendo» que devendría finalmente
mismos términos que lo hacía Beckett en en abstracción, tal y como programó uno
sus acotaciones escénicas: «El mundo hacia de sus más reconocidos maestros en «De lo
nosotros / en la hora vacía acercado: Dos / espiritual en el arte».
troncos de árbol, negros, / sin ramas, sin /
nudos. En la estela del reactor, nítida, la / En ninguno de los dos textos el tratamiento
única, / aislada / hoja láctea. También noso- temporal adopta posiciones naturalistas, como
tros aquí en el vacío/nos mantenemos junto lo demuestra el que en ninguno de ellos sea
a las banderas» (O. C., p. 140). posible delimitar una temporalidad sometida
a la cronología. En Esperando a Godot el
La ausencia de causalidad y finalidad, la tiempo discurre en una temporalidad sin fin
inmediata y siempre presente posibilidad de ni principio, a la que se ven arrojados los
la muerte materializada en la acción escénica personajes y que, al mismo tiempo, no es
EN alrededor del suicidio, la existencia de un vacío capaz de permanecer ni de ser sometida a
ESPERANDO al que parecen ser arrojados los personajes y los órdenes de la linealidad:
A GODOT las manifestaciones de la identidad, la ausencia
EL TIEMPO de sentido, al fin y al cabo, para el devenir ESTRAGÓN.— ¿Estás seguro de que
DISCURRE de voces que se oyen en Reja de lenguaje era esta noche?
EN UNA y en Esperando a Godot, tiene también su VLADIMIRO.— ¿El qué?
TEMPORA- trasunto en el decurso del tiempo en que se ESTRAGÓN.— Cuando había que
LIDAD SIN desarrollan tanto la dramaturgia de Beckett esperarlo.
FIN NI en Esperando a Godot como el poemario y VLADIMIRO.— Dijo el sábado. (Pausa)
PRINCIPIO las formas verbales de Reja de lenguaje. Un Según creo.
poemario este en el que también se hará ESTRAGÓN.— Después del trabajo.
presente esa concepción temporal alejada VLADIMIRO.— Debí apuntarlo (Re-

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Voces en el umbral del ser humano. dossier paul celan
Reja de lenguaje y Esperando a Godot

vuelve en sus bolsillos, repletos de toda


clase de porquerías)
ESTRAGÓN.— Pero ¿qué sábado? ¿Y es
hoy sábado? ¿No será más bien domingo?
¿O lunes? ¿O viernes?
VLADIMIRO.— (Mirando enloquecido
alrededor suyo como si la fecha estuviese
escrita en el paisaje) No es posible.
ESTRAGÓN.— O jueves.
VLADIMIRO.— ¿Qué hacemos?
ESTRAGÓN.— Si anoche se molestó
en balde, ya puedes estar seguro de que
hoy no vendrá.
VLADIMIRO.— Pero tú dices que no-
sotros vinimos anoche.

El juego temporal que se materializa en


este diálogo tiene una doble naturaleza. En
primer lugar, como ya he apuntado, debido a
la representación no naturalista se desordena
no solo el tiempo de la fábula, sino el de la
propia trama. La posición antinaturalista se
materializa en la fractura de la lógica que
sucede a la falta de correspondencias entre
los puntos de referencia de la enunciación,
lo que conduce a Vladimiro y a Estragón a
la confusión y asimismo a la falta de corres-
pondencia —y de autoconciencia— entre su
pasado y su presente, tal como sugieren las
palabras del primero. Esto será algo que se
repita una y otra vez a lo largo del desarrollo
de la obra dramática; y, por lo tanto, dada su
recurrencia, un módulo estructural que tendrá
importantes consecuencias semiológicas.

Por otro lado, esta desubicación cronoló- textos como la absoluta disposición de la 5.
gica define una temporalidad cercana a la presencia, una presencia cuya duración está
que manifiesta también Reja de lenguaje sometida al ritmo de su propia disposición,
a través del uso de tiempos verbales que, pre-disposiciones, llevando al límite las po-
como en Esperando a Godot, son siempre sibilidades que ofrecen las etimologías. El
de presente o de futuro, pero que tienden presente del presente dentro de las categorías
en general a eludir el pasado. Enlazarían temporales agustinianas: la atención. Cada
así con la tópica temporal asociada a las unidad temporal en las escenas es por eso,
tramas simbólicas y reflejas que se deriva a la vez, la manifestación de una unidad y  4.
de las teorías bergsonianas del élan vital y su consumación, susceptible de modificarse, Marcos Barquero.
también de los códigos temporales proceden- aunque la esencia de los personajes —tal es Sin título.
tes de la filosofía heiddgeriana, en la que el caso de Vladimiro y Estragón— no se mo- Esmalte sintético sobre
el ser humano es en relación a la muerte difique. De ahí, tal vez, la propuesta irónica tela y papel.
y, en consecuencia, la cronología no puede sobre la identidad humana que encierra el 5.
contemplarse en términos de linealidad, sino mensaje de la obra de Samuel Beckett, ya Eduardo Maldonado.
de manifestación, estancia y desaparición. que estos dos personajes no tienen conciencia Sin título, 2002.
Es posible, por lo tanto, entender ambos de sí mismos más allá de su propio presente, Óleo sobre lienzo.

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dossier paul celan

aun cuando el continuum de su identidad sí título poemas como «Esbozo de un paisa-


resulta accesible al destinatario de la fábula: je» (O. C., p. 137) o «Terraplenes, bordes
el espectador. Por lo mismo cabría recordar de caminos, soledumbres, escombros» (O.
aquí unas afirmaciones de Marcos Roca C., p. 143). El lenguaje de la escatología
poética cobra así materialidad, colaborando
con esos espacios escasamente proyectados,
de difícil reconocimiento, al dibujo de la
verdad interior, a la ruptura de esa Spra-
chgitter que resulta ser una cárcel del sí
mismo. Una cárcel de la que la voz poética
procura liberarse en una fuga abierta, fuga
que personifican las voces, los espacios, los
tiempos de Reja de lenguaje y que, como
ya he indicado, acerca las obras de Beckett
y Celan a grandes rasgos a los presupuestos
ontológicos del expresionismo histórico, un
expresionismo que no siguieron, desde lue-
go, a pies juntillas, pero del que adoptaron
el aliento vital, la necesidad de trascender
las cadenas de la percepción —de acuerdo
con los presupuestos del vitalismo.

Así, especialmente en el poemario de Paul


Celan al que estamos atendiendo aquí,
encontramos voces de presente combinadas
con voces de futuro, en un tiempo ucrónico
fuera de la concepción ordinaria: «Ninguna/
voz un / rumor tardío, ajeno a las horas /
ofrecido a tu / pensamiento (…)» (O. C.,
p. 118). Las voces arrojadas en el paisaje,
6. Sierra referidas precisamente a la condición «en lo verde», «desde el camino de ortigas»,
temporal de la crisis de la modernidad: «entretejidas de noche» (p. 117), «guturales,
REJA DE en el sábulo», «en el interior del arca» (p.
LENGUAJE «El tiempo de la vida se separa del ciclo 118), definitivamente «voz de Nadie» (p. 139)
TAMBIÉN vital de la sucesión de las generaciones (tales son los atributos que se les confieren)
PARTICIPA característico de la época tradicional. Del se suceden en un espacio sin tiempo, en una
DE ESTA mismo modo, el espacio ya no es verifica- causa sin trama donde el tiempo presente
DIMENSIÓN, ble como parámetro de la experiencia y se yuxtapone al futuro, donde el indicativo
TANTO ha perdido su carácter significador como se anexa al subjuntivo, a la pregunta, una
TEMPORAL referente externo para la construcción de pregunta que en última instancia es la ver-
COMO la identidad del individuo»12. tebradora del universo de estos dos autores,
ESPACIAL, proyectada en la advocación a un elemento
QUE ROMPE que está más allá del propio horizonte de
LA LÓGICA El triunfo de la lámpara la posibilidad, en el por venir: «¿Vienes ya
DE LA nadadora luz?» (O. C., p. 119).
CAUSALIDAD Reja de lenguaje también participa de esta
Y TIENDE dimensión, tanto temporal como espacial, En ambos autores, aunque de diversas formas
A LA que rompe la lógica de la causalidad y tien- y modos, se trataría, por decirlo ahora en
ABOLICIÓN de a la abolición de los referentes externos. términos de Abrams, del definitivo triunfo
DE LOS También el espacio se manifiesta dibujado, de la lámpara sobre el espejo, un espejo
REFERENTES en ocasiones, en términos de proyecto o que ambos autores rompen, que tienden a
EXTERNOS ruina, como indican ya desde el mismo aniquilar y a neutralizar en virtud de una

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Voces en el umbral del ser humano. dossier paul celan
Reja de lenguaje y Esperando a Godot

condición en fuga, caduca, inestable, hacia términos posiblemente religiosos, incluyendo


un centro que resulta difícilmente accesible. el vocativo «Señor» en la enunciación de la
Una inestabilidad fruto de la ruptura, que, situación de opresión. El primer poema de
como he venido señalando a lo largo de este esta sección es Tenebrae, título este sobre el
texto, se manifiesta a través de la ironía en que cabe establecer un símil que, partiendo
todos los niveles de lenguaje y de registro, de lo ambiental, accede a lo simbólico, tal
situándose así, formalmente, como heredera como veíamos que ocurría también en la
de los códigos de las vanguardias artísticas, en acotación primera de Esperando a Godot,
los que —no habría que olvidarlo— ambos siendo este matiz mucho más significativo
autores se formaron literariamente. por la expresión latina con que se abre. El
poema es una exhortación al Señor: «Ruega,
Señor, ruéganos» (O. C., p. 125), que, dada LOS DOS
Fundaciones, moradas la proximidad de estos dos diferentes actos de PROTAGO-
habla, es tanto una orden como una súplica. NISTAS
Reja de lenguaje se compone de cinco El autor invierte aquí los términos básicos PRINCIPALES
núcleos semánticos, de cinco módulos del acto de orar centrando su atención no DE
cuya delimitación viene especificada por el en el objeto del deseo, el destinatario de la ESPERANDO
encabezamiento de las secciones en núme- súplica, sino en el propio aspecto del supli- A GODOT SE
ros romanos. El primer núcleo semántico, cante: «Ven, nadadora luz» (p. 120). Se trata DESIGNAN A
como introito, pone ante los ojos del lector de un giro contrafáctico respecto del acto de SÍ MISMOS
la manifestación de las voces arrojadas, en habla que supone la oración. COMO
búsqueda. Como los viandantes que esperan SUPLICANTES
a Godot, estas cinco voces dialogan con el Conviene ahora subrayar que los dos prota-
dolor, suspiran, claman. La segunda sección, gonistas principales de Esperando a Godot
en cambio, presenta elementos que atañen se designan a sí mismos como suplicantes y
al espacio y al movimiento. Las relaciones que, por tanto, el acto de habla de la oración
entre un sujeto aspirante y un objeto que, (cuyo fin último no conocen los propios
al igual que ocurría en la obra de Beckett, personajes) se encuentra también presente
carece de posibilidad de realizarse. El juego en la obra teatral:
de la voz poética, que va del tú al vosotros,
nos sitúa en esa condición que media entre VLADIMIRO.— Tengo curiosidad por
lo particular y lo universal, entre el uno y saber lo que nos va a decir. Eso no nos
los otros. El espacio intersticial que afirma compromete a nada.
esa Reja de lenguaje como el testigo de la ESTRAGÓN.— Pero, exactamente, ¿qué
condición abisal nacida de la fractura entre es lo que se le ha pedido?
la conciencia y el mundo es, precisamente, VLADIMIRO.— ¿No estabas allí?
aquél contra el que se quiere rebelar la ESTRAGÓN.— No presté atención.
conciencia. Y lo hace, como en su día pro- VLADIMIRO.— Pues…Nada en con-
pusiera el expresionismo histórico, a través de creto.
la liberación hacia la totalidad que supone ESTRAGÓN.— Una especie de súpli-
la posibilidad simbólica del encuentro con ca
lo otro, bien en términos de absoluto, bien VLADIMIRO.— Una vaga súplica.
en términos de totalidad. Una totalidad solo VLADIMIRO.— Sí, si quieres.
alcanzable, como ya he dicho, a través de ESTRAGÓN.— ¿Y qué contestó?
la noción de fuga, que es la que resuelve VLADIMIRO.— Que ya vería.
(y no resuelve, irónicamente) el conflicto ESTRAGÓN.— Que no podía prometer
planteado en ambas obras. nada.
VLADIMIRO.— Que necesitaba re-
La tercera parte de Reja de lenguaje hunde flexionar.  6.
su mirada en la radical desubicación del ser ESTRAGÓN.— Serenamente. Francisco Lagares.
humano, expresando las relaciones entre sujeto VLADIMIRO.— Consultar con su fa- Sin título.
y mundo como una situación disruptiva, en milia. Técnica mixta.

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dossier paul celan

ESTRAGÓN.— Sus amigos. ausencia, desaparecidas. Al introducir la ne-


VLADIMIRO.— Sus agentes. gación de los sentidos en el propio discurso
ESTRAGÓN.— Sus corresponsales. lírico, como en el poema «Colonia Am Hof»
VLADIMIRO.— Sus archivos. (O. C., p. 133), esta ausencia propone una
ESTRAGÓN.— Su cuenta corriente. desvinculación casi absoluta, tanto del orden
VLADIMIRO.— Antes de decidirse. lingüístico, como del mundo de los sentidos
ESTRAGÓN.— Es natural. —tal como postularon los movimientos ar-
VLADIMIRO.— ¿No es verdad? tísticos que se derivaron del expresionismo y
ESTRAGÓN.— Eso me parece. recayeron en la abstracción durante esa mitad
VLADIMIRO.— A mí también. de siglo: «Vosotras, catedrales, no vistas, / vo-
(pausa) sotros, ríos no escuchados, / vosotros, relojes
ESTRAGÓN.— ¿Y nosotros? en lo hondo de nosotros» (O. C., p. 133),
VLADIMIRO.— ¿Cómo? proponiendo y llevando a cabo una lenta y
ESTRAGÓN.— Decía: ¿y nosotros? progresiva asimilación e interiorización de
VLADIMIRO.—NO entiendo. la experiencia.
ESTRAGÓN.— ¿Cuál es nuestro papel
en todo esto? De forma parecida se presenta el anteriormen-
VLADIMIRO.— ¿Nuestro papel? te mencionado «Esbozo de un paisaje» (O.
ESTRAGÓN.— Tómalo con tiempo. C., p. 137), un poema en el que el paisaje
VLADIMIRO.— ¿Nuestro papel? El de es presentado por medio de la acumulación,
suplicantes. a través de la yuxtaposición de sintagmas que
se suceden. El poema parece constatar la
(E. G., p. 559). posibilidad de emancipación de la conciencia
respecto del lenguaje y propone una visión
TODOS LOS Volviendo a Celan, todos los poemas de la emancipada del mundo. En consecuencia,
POEMAS DE tercera sección de Reja de lenguaje redundan la naturaleza solo puede ser presentada en
LA TERCERA en el significado de desamparo existencial que términos de esbozo, de ensayo perceptivo
SECCIÓN se encuentra ya en el primero; de situación —en calidad de tentativa y texto abierto.
DE REJA DE límite, de opresión cercana a la crueldad. Se
LENGUAJE trata del análisis de una crueldad que, en El quinto núcleo del poemario funciona al
REDUNDAN Esperando a Godot, se manifiesta también mismo tiempo como coda y propuesta de
EN EL en relación con dos personajes fundamenta- resolución a la problemática, al conflicto
SIGNIFICADO les, Pozzo y Lucky, y a la que Vladimiro y humano, plasmado en él. Así, la voz poé-
DE Estragón asisten como espectadores dentro tica se presenta, en esta última sección,
DESAMPARO de la obra, jugando con el concepto de mise emancipada, en un flujo-fuga en el que
EXISTENCIAL en abyme. La cuarta sección del poemario todos los motivos acuñados a lo largo del
de Celan propone, con matices, el concepto libro se yuxtaponen y toman presencia. Una
de alteridad. Hay un otro cuyo alcance se presencia presidida y regida por el primer
esconde en la dialéctica de la ausencia, pero título de la sección, «Un ojo, abierto», que
cuya presencia, como la de Godot en la obra parece la consecuencia lógica de esa libe-
dramática, supone el fin último de esa ausen- ración de barreras entre lo fenoménico y lo
cia de finalidad y de causalidad, sin porqués, numénico, al proponer en tér- minos
sobre la que se sostienen ambas visiones. Así literarios un acceso a la tota- lidad
desde las voces reificadas y, en apariencia,
desmaterializadas de la primera parte del
poemario, la voz poética crece para dialogar
con materialidades espaciales, persona-
les, concretas —aunque
escondidas en la

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Voces en el umbral del ser humano. dossier paul celan
Reja de lenguaje y Esperando a Godot

de la experiencia interna muy similar al de La profusión de adjetivos orientados a desta- EN LOS DOS
las obras artísticas de Malevitch, Mondrian car la sensación, la sinestesia desarrollada a ACTOS QUE
o el más reciente Rothko: través de la confusión entre el sabor y el oído, COMPONEN
contribuye a la superación del lenguaje, de ESPERANDO
UN OJO, ABIERTO la reja que, tal como se nos advierte desde A GODOT
el título mismo del poemario, se interpone […]SE PONE
Horas, color de mayo, frescas. entre el sujeto y el mundo. EN MARCHA
Lo que ya no se puede nombrar, ardiente, LA NADA
audible en la boca. ANTE LOS
La condición inarmónica OJOS DEL
Voz de Nadie, de nuevo. ESPECTADOR
Tacet. Es el módulo sobre el que la música
Doloroso fondo del globo ocular: reconoce la interpretación de la nada. En un
el párpado período más o menos inmediato a la redac-
no impide el camino, la pestaña ción de Reja de lenguaje y de Esperando a
no cuenta lo que entra. Godot, John Cage trajo a nuestros oídos la
materialización del no sonido, llevando hasta
La lágrima, a medias, el límite de sus posibilidades la condición
el más penetrante cristalino, móvil inarmónica que se pusiera de relieve con
te capta las imágenes. el cuestionamiento de la mimesis por parte
(O. C., p. 139). de las vanguardias históricas. Se trataba de
un silencio que, por las propias condiciones
semiológicas de su representación, volvía a
incidir en los mecanismos de la iro-
nía. Hacer no hacer, de forma
parecida a como Malevitch y
Mondrian llegaron a pintar «no
pintando,», es decir, eludiendo
—y en ocasiones superan-
do— los andamiajes de la
figuración.

De la misma manera, es
habitual decir que la obra
beckettiana es la represen-
tación de la nada. Dos
veces. En los dos actos
que componen Esperando
a Godot para los cuatro
personajes y el gran aludido,
se pone en marcha la nada
ante los ojos del especta-
dor. Una nada reforzada
por los mecanismos de
la no acción, o el
©Joits, Creative Commons.

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dossier paul celan

ESTRAGÓN.— ¡Qué! ¿nos vamos?


VLADIMIRO.— Vámonos. (No se mue-
ven).
TELÓN
(E. G., p. 602).

Son unas relaciones que, tal y como ha


señalado Alan Badiou, suponen la consta-
tación de ese movimiento dialéctico en el
interior de la realidad y la base de la ironía
del autor: «Si consideramos el conjunto de
la obra de Beckett, comprobamos que hay
©falcon170ct, Creative Commons.

en realidad una especie de trenzado de dos


localizaciones ontológicas, localizaciones
que tienen la apariencia de ser opuestas
una respecto de la otra». También la obra
de Celan apunta ineludiblemente a esta
dialéctica resuelta en fuga y que se sostiene
engranaje de la iteración. La repetición supone semánticamente sobre la ironía. Una ironía
al mismo tiempo la variación sobre un motivo que al mismo tiempo ha de leerse como la
idéntico, tal y como preconizara el serialismo fractura entre acto y habla, la escisión que
en música y el arte conceptual, con composi- encuentra su materialización dramatúrgica
tores como Xenakis, y el arte conceptual que en el decoro roto en aras de significar esa
postulara Beuys. Estamos ante una visión del estilización de la identidad humana. Incluso
arte, que, en palabras de Hernández Sánchez en la denominación de los personajes existe
—a mi juicio, extensibles a los dos escritores una dislocación, una ruptura del continuo
de los que estamos hablando aquí—, parte entre el texto autorial, Vladimiro y Estragón,
de la búsqueda de un acercamiento a la idea y los vocativos que usan los personajes Didi
de ser, a la idea de historia, a la idea de ser y Gogo en el desarrollo de la acción (no
en la historia. Según este mismo autor, este acción) dramática.
movimiento solo se podría conseguir, por otra
parte, a través de la negación que se sostiene, La condición oximorónica de la naturaleza hu-
es decir, de la ironía: «La conciencia es con- mana —su violencia implícita— y la relación
ciencia de sí misma del mismo modo que lo de esta con lo cognoscible es un hecho que
viviente siente a lo viviente, se entiende como se encuentra presente en las dos obras cuyo
un sí mismo: lo vivo se caracteriza precisamen- análisis he realizado a la luz del concepto
te por el relacionarse consigo mismo, por el de ironía. En ambos autores la ironía parte
automovimiento»13. de la necesidad de develar y de representar
ese oxímoron en pro de palabras verdaderas,
La no figuración en Beckett se manifiesta a como quería Ingeborg Bachmann, y recurre
TAMBIÉN través de esa estilización deíctica y referencial en ambos casos a la noción de fuga como
LA OBRA en la que se sostiene Esperando a Godot. motivo, una fuga que en Esperando a Godot
DE CELAN «Aquí» y «ahora» puede ser cualquier aquí o se materializa en ese esperar no-esperando y
APUNTA ahora. Más bien, es el más allá aquí y ahora. no-esperar esperando.
INELUDIBLE- Godot es la figuración emancipada del deseo,
MENTE el fin inmarcesible por su propia presencia El teatro de Beckett, que ha caído por los
A ESTA ausente. En consecuencia, Godot es, desde ardides de las taxonomías en la categoría de
DIALÉCTICA una perspectiva retórica, el oxímoron que lo absurdo —una etiqueta que la propia gra-
RESUELTA EN modula la obra y que puede leerse como mática traiciona—, enlaza con un movimiento
FUGA la representación de las relaciones que se fundamental que se inicia con el romanticismo
dan en el seno de la obra entre la palabra y que quiere, tal como subrayó Wordsworth en
y el acto: su prólogo a las Baladas líricas, ser capaz de

R E V I S TA D E L I T E R AT U R A Y P E N S A M I E N T O I N V I E R N O 2 0 0 8 - 2 0 0 9 62
Voces en el umbral del ser humano. dossier paul celan
Reja de lenguaje y Esperando a Godot

profundizar en las estructuras de la realidad resolver desde la propia voz en marcha. Una LOS DOS
asumiendo también las posibilidades de lo voz que, al cuestionar la realidad, al agitar AUTORES
grotesco, demostrando la violencia que hay los mecanismos del destino, puede ser ca- COMPARTEN,
en la inquietud sobre la que se sostienen los paz incluso de remover las estructuras de la PUES, UN
interrogantes referidos por Badiou al inicio realidad para superar el conflicto humano MISMO
de este texto. También la lírica de Celan que remite a la escisión entre el ser y el PROPÓSITO
participaría, a mi juicio, de esa retórica de la querer. Ese conflicto, que, encarnado en la ÉTICO […]
inquietud a partir de una violencia inicial, la espera y la búsqueda, en la necesidad de la HACER
ejercida por el propio lenguaje como forzoso emancipación a través de lo otro, sería el VISIBLE LA
mediador entre la naturaleza y el ser huma- motivo fundamental de los dos textos sobre PRECARIA
no, entre la conciencia y la realidad. Tanto los que ha tratado este ensayo: ONTOLOGÍA
Reja de lenguaje como Esperando a Godot DEL SER
se replantean la naturaleza de la creación «El sujeto está dividido entre el sujeto de
literaria para proponerle una finalidad que la enunciación, el sujeto de la pasividad y
sea la del radical encuentro con el mundo el sujeto interrogante. El tercero es en el
y el ser, la fuga hacia un límite cuyo fin fondo aquel para quien la relación de los
último desconocemos pero que apunta a la dos primeros, la relación entre enunciación
totalidad. y pasividad, es una pregunta» 14.

Los dos autores comparten, pues, un mis- La posibilidad dislocada de las corresponden-
mo propósito ético, un sentido que cabe cias entre sentido y referencia, o, si se adopta
circunscribir a un proyecto que, a partir de la formulación freguiana, entre discurso y
una fractura histórica, filósofica e ideológica, comunicación, es una de las constantes que
deviene en ética. Se trataría de la necesidad sostienen las posibilidades semánticas de la
de hacer visible la precaria ontología del ser, ironía, desde que se planteara —explícita o
legado de la posguerra mundial, para llamar implícitamente— en la antigüedad y se re-
la atención sobre esa íntima preocupación formulara en la modernidad, tanto filosófica
de la que parte el aserto celaniano —a que como literariamente. Se trataría, también en
antes me referí— acerca de su profunda los casos de Celan y Beckett, de dibujar la
proximidad respecto de Beckett. Como he figura en escorzo de la condición humana,
venido subrayando, la ironía sería en ambos el sin sentido de la propia existencia, de la
el testigo de una fractura que solo se podría voz humana. Del deseo. v

Notas

1. la crítica literaria, Madrid, Taurus, rá como EG seguido de las pági- 13.


Northop Frye, La estructura inflexi- 1986, p. 85. nas en el cuerpo del texto. D. Hernández Sánchez, La ironía
ble de la obra literaria: ensayos 6. 10. estética., p. 199.
sobre crítica y sociedad, Madrid, Vicente Raga Rosaleny, «Schlegel Roberto Bravo de la Varga, El es- 14.
Taurus, 1973, p 227. y los enemigos de la ironía román- pacio en la literatura austríaca mo- A. Badiou, Condiciones, p. 325.
2. tica», Anales del seminario de filo- derna (tesis doctoral dirigida por
María Zárate, Camus (1913- sofía, vol. 24, 2007, p. 158. Jaime Acerrolaja Asenjo), Madrid,
1960), Madrid, Ediciones del Or- 7. Universidad Complutense de Ma-
to, 1995, p. 22. Alan Badiou, Condiciones, Madrid, drid, 2004.
3. Siglo XXI, 2003, p. 316. 11.
Paul Celan, Obras Completas, 8. P. Celan, Obras Completas, p. 128.
trad. de J. L. Reina Palazón, Ma- Domingo Hernández Sánchez, La A partir de este momento se cita-
drid, Trotta, 2007, p. 34. ironía estética. Estética romántica rá como OC seguido de las pági-
4. y arte moderno, Salamanca, Edi- nas en el cuerpo del texto.
N. Frye, La estructura inflexible ciones de la Universidad de Sa- 12.
de la obra literaria: ensayos sobre lamanca, 2002, pp. 71-72. Marcos Roca Sierra, «Las tramas
crítica y sociedad, p. 387. 9. de la identidad: Tipología y tra-
5. Samuel Beckett, Esperando a Go- yectoria», Dicenda, Cuadernos
N. Frye, El camino crítico. Ensa- dot, Madrid, Aguilar, 1978, p. 547. de Filología Hispánica, 2006,
yo sobre el contexto social de A partir de este momento se cita- 24, p. 212.

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La teoría de la
Autor
Tragedia en Schiller
José Luis
Villacañas Berlanga
Catedrático de Filosofía.
Universidad de Murcia.
Autor de Los latidos de la
ciudad: Introducción a la
Filosofía.

Una reunión de familia este, de entre los grandes literatos, aspiró con
tanta vocación a realizar un trabajo teórico

En un seminario inicial del grupo de jóve-


nes que estaba alrededor de Sigmund
Freud se escuchó que Schiller recomendaba
sobre su propio arte. Y sin embargo, aunque
nuestro autor deseó medir las distancias entre
teoría y praxis de la tragedia, el tiempo no ha
a un amigo liberarse de los dolores y de las cesado de descubrir que estas distancias eran
angustias entregándose a libres asociaciones más abismales de lo que él presintió. Quizá
de pensamientos. Sin duda esa cita pretendía convenga decirlo ahora: el filósofo Schiller
captar la atención de Freud, quien durante nos decepciona de forma proporcional a

~
-~
horas podía hablar de Schiller con la mayor como nos seduce el autor dramático. Hay

-•• .( ---
competencia. Sin em- elementos en su obra, en su práctica poética,
- --·--·--·
bargo, Freud nunca nos que no aparecen en absoluto en su teoría.
-

,.: dejó un tratamiento más En otros lugares he mostrado los postulados


o menos completo de lo teóricos que pueden establecerse a partir de
que para él había signifi- un correcto análisis de sus propios personajes

Fa
e

31-
-
-- &\·)~'
-'-¡.
cado el autor dramático.
Aunque sus comentarios
sobre Goethe no son
muy creativos, sin duda
dramáticos. Estos postulados deberían haber
alterado las posiciones de Schiller sobre la
esencia de la tragedia. Sin embargo, no lo
hicieron de forma clara.

f'
nos ofrecen muchas más
!I!.:.
.•

, -
pistas acerca de lo que su Este juego filosófico no es una curiosidad.
espíritu debía al creador Como es sabido, Schiller organizó una
¡a
t;•-
-
:r.
- .
••
de Mefisto1. Para Freud,
Schiller era uno de los
grandes hombres de la
nación alemana, e inclu-
so, en algún momento,
reflexión sobre la teoría de la tragedia que
pretendía conceder eficacia artística a las
ideas morales kantianas. Por lo tanto, una
reflexión acerca de la teoría de la tragedia
es, siempre, una reflexión sobre la ética de

t✓ •
lo puso en relación con
las dos grandes pulsiones
del psiquismo que tenía
por uno de sus mayores
Kant y sobre su relación con las pulsiones
humanas. Un análisis de los personajes —no
de las teorías de Schiller— podría entonces
ponernos en la pista de comprender mejor
hallazgos. No fue más el profundo sentido de la ética de Kant.
1. allá. Así que me temo que debemos realizar En todo esto, ¿dónde quedaría Freud, cuya
ese juego por él. Sin esperar algo más que mirada deseábamos integrar para contemplar
una respuesta imperfecta, desde luego, debe- los personajes de Schiller? Sería precipitado
mos preguntarnos: ¿qué aprendemos cuando decir que en ningún sitio. Y no solo porque se
leemos a Schiller a la luz de Freud? pueden encontrar en Freud jugosas reflexio-
nes sobre la conciencia moral de Kant, sino
Este trabajo debería ser productivo. En porque disponemos de un seguidor de Freud
realidad, mi convicción reside en que solo que ha abordado de manera convergente los
entonces entendemos bien la teoría y la prác- problemas de la ética, de la tragedia y de
tica de la tragedia de Schiller. Nadie como Kant. Me refiero a Jacques Lacan2, cuya forma

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La teoría de la Tragedia antorcha al oído
en Schiller

de expresarse es muchas veces extravagante


y disparatada, pero de cuyos comentarios se
pueden extraer algunas enseñanzas oportunas
a este tema.

Entre la naturaleza humana


y el proyecto nacional
En el creador Schiller, al trabajar con
materiales muy cercanos a la ilusión y a
los sueños, opera algo así como un incons-
ciente en acto. Como es natural, y aunque
nos haya prevenido acerca de su potencia
teórica, Schiller estaba mucho más allá de
lo elemental. Y elemental era apreciar la
naturaleza alucinatoria del teatro, eso que F.
Nietzsche llamó ilusión apolínea3. Aunque
interpretó esta pulsión a la manera burguesa, trágico, el teatro debía ofrecerle la comedia; 2.
como compensación ideal de la corrupción allí donde surgiera lo ridículo, proponer lo
del mundo, Schiller fue certero al apreciar heroico. Era la forma de ver las cosas propia
—en su ensayo ¿Qué influencia puede tener del momento clásico: el teatro era la escuela
verdaderamente un buen teatro permanen- de una humanidad equilibrada y, por ello,
te?— que «en ese mundo ficticio seguimos capaz de ofrecer elementos para una armo-
soñando el mundo real, nos reinterpretamos nía plena de la existencia humana. De esa
a nosotros mismos»4. Su aspiración no era armonía formaba parte necesaria y reguladora
otra que conectar con los «laberintos más la autoconciencia. Para alumbrarla, el autor
secretos del alma humana» (p. 91). Solo teatral descendía a los abismos del alma
el éxito de su obra permitiría una nueva «para descubrirlos y hacerlos inofensivos»
interpretación de la humanidad. en sus resortes.

A pesar de todo, lo que Schiller quería Si subrayamos las palabras empleadas,


decir en 1785 al definir el teatro como una descubrimos fácilmente la idea central de
«institución moral», no era desde luego algo esta teoría. Penetrar las fuerzas que forjan
muy refinado. En esa época, en la que no el destino humano para sobrellevarlo, tornar
había recibido todavía la Crítica del Juicio, familiar lo siniestro («en el corazón del
el autor proclamaba las bases elementales de hombre resurge como de la tumba todo
la educación estética que eran comunes a la el espantoso retablo artístico», dice un
Ilustración del gusto. Moral era cierto trabajo pasaje del ensayo), dulcificar el descon-
que el teatro llevaba a cabo con los afectos cierto, hacer experiencia de lo traumático
humanos —como he dicho, de naturaleza para finalmente ser más justos, humanos
compensatoria. En quien se hunde en el y tolerantes, una vez conocido el «secreto
vacío, el teatro debía despertar el «eterno engranaje que nos lleva a actuar». Sin la
impulso de actividad»; a quien posee ru- menor duda, cabe calificar esta aspiración
das inclinaciones, la escena debía enseñar como ilustrada. No solo porque lanzaba luz
a moderarlas para permitir su armonía; a sobre lo más difícil, el propio ser humano, 1.
quien solo se relaciona con las leyes civiles sino porque lo hacía a la manera ilustrada, Sigmund Freud.
como un mandato externo, una buena obra generando una idea de lo común. Aunque Foto: Carla216, Creative Commons.

2.
debía ofrecerle el plus de motivación —no Schiller no podía sino pensar eso común a
Teatro de Dionisos.
exenta de seducción— para aceptar la ley la manera de la patria o la nación —lo que
Atenas.
como parte de la virtud interna. A aquel iba en contra de su teatro, que caminaba Foto: Jorge Orte Tudela,
que apreciaba en sí una disposición a lo por pueblos y tiempos como por la casa Creative Commons.

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antorcha al oído

humana lo que se reconocía en sus obras.


Por este tiempo todavía parecía un seguidor
más fiel de Herder que de Kant, y tenía
el sueño de Grecia como modelo. Pero ya
estaba preparado para incorporar el modelo
universalista de Kant, el único apropiado a
una verdadera ilustración. Solo este será el
estadio definitivo de su pensamiento. Por eso
sus aproximaciones eran relevantes para una
teoría de la naturaleza humana.

Lector de Kant: el problema


de la ambivalencia
Estas reflexiones elementales empezaron a
complicarse cuando leyó la Crítica del Juicio de
Kant. Sus pensamientos sobre la obra quedaron
recogidos en una serie de trabajos escritos
entre los años 1792-17945, que contienen el
tratamiento canónico del asunto por parte de
Schiller. En ellos, su aproximación inicial al
tema dependía de la Crítica del Juicio, pero
su profundidad lo hacía de la asunción de
la ambivalencia como problema central. Si
Kant analizaba el conjunto indisoluble de
placer y displacer que se daba cita ante una
representación sublime e intentaba explicarlo
desde una antropología dualista, que distinguía
entre el hombre fenoménico y la libertad;
Schiller aplicaba estas categorías a la acción
trágica y lo hacía de una manera muy origi-
nal. En ella era perceptible que lo horroroso,
lo espantoso, lo desolador nos repele y nos
atrae al mismo tiempo, nos desagrada y nos
produce placer.

Tal ambivalencia no era fruto de la dife-


rencia entre el náufrago y el espectador, ni
se producía por nuestra seguridad frente al
peligro de lo Otro 6. En la obra teatral bien
lograda, las distancias entre el espectador
3. del ser humano—, y a pesar de imaginar y el héroe debían desaparecer. El efecto
la dimensión ética del teatro como base trágico no debía dejar intacto al burgués
de la formación del «espíritu nacional de seguro de su confort, frente al héroe en-
un pueblo» (p. 96), resultaba claro que su tregado a los abismos de la desolación. El
ideal excedía esta presentación parcial. En teatro debía provocar una profunda simpatía
realidad, él pensaba en un espectador que «con el puro dolor moral» (p. 100), no un
pudiera ser movido por una «única simpatía abismo de distancias. El de separar a los
que todo lo entreteje» y, por tanto, en un seres humanos no era el juego del teatro.
receptor perteneciente a un «único géne- No es nuestra seguridad la que nos produce
ro». No era Alemania, sino la naturaleza placer frente a las desdichas del héroe, sino

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La teoría de la Tragedia antorcha al oído
en Schiller

que nos deleita su mismo sufrimiento. Nadie iban más allá de la pura comprensión CON KANT,
puede ocultar que el teatro de Schiller gusta sensible de la dignidad y que implicaban SCHILLER
porque despierta pulsiones masoquistas en el un placer intenso. En efecto, la tragedia PENSÓ QUE
espectador. Si el teatro era un instrumento imitaba la naturaleza de estas acciones EL DELEITE
de ilustración, entonces sus claves eran racionales cuyo placer viene mediado PECULIAR DE
antropológicas, no sociológicas. El teatro por el sufrimiento de la sensibilidad. Su LA TRAGEDIA
hablaba a los espectadores, cierto que bur- éxito consistía en producir ese placer en […] SOLO
gueses, pero de cursos de acción que eran el espectador mediante la simpatía, una PODÍA
universales, y el placer que producía ascendía imitación secundaria que experimentaba ACTIVARSE
desde estratos del alma que seguían intactos el gozo humano verdadero a través de la CUANDO LA
debajo de las levitas y los chalecos. Schiller imitación primaria que instituía el arte. SENSIBILIDAD
era consciente de que en una buena obra se ERA
jugaba una «disposición originaria» y una La ambivalencia de los sentimientos de placer AGREDIDA
«ley psicológica universal». Por eso, llegó y dolor, lo que Schiller llamó «la imagen
a hablar en este mismo ensayo de ofrecer de una incoherencia», fue así explicada de
una Lebensphilosophie que debía explicitar la forma kantiana más clásica. Se trataba de
leyes universales. Esta filosofía de la vida referir los dos sentimientos a dos principios
daría una clave a la teoría y a la práctica en el ser humano: la sensibilidad y la razón.
de la tragedia: su exigencia de verdad ob- Estas eran las dos disposiciones universales
jetiva de los personajes se fundaba en una del ánimo humano, las estructuras universa-
razón: «Porque coinciden con la naturaleza les. Aquella incoherencia de sufrimiento y
de todos los sujetos» (p. 113). gozo debía lograr una coherencia superior.
Para ello, el sufrimiento debía ser natural,
Si algo tenía claro Schiller, era esta idea: proceder de la naturaleza misma de las
lo más atractivo era la pena misma. Para cosas, mostrar la tensión entre el hombre
lograrla, se debía activar la Tauschung, la y la naturaleza, ser herido por ella y, así,
ilusión de estar sufriendo con el héroe y de ilustrar el combate entre la necesidad y la
acompañarlo en su excitación y emoción. libertad. Entonces la simpatía era total.
Con Kant, Schiller pensó que el deleite La compasión era plena porque no estaba
peculiar de la tragedia, est a profunda mediada por el error, la incompetencia, la
simpatía, solo podía activarse cuando la maldad o por cualquier otra dimensión aza-
sensibilidad era agredida. Aquí sensibilidad rosa o subjetiva del ser humano. Sufríamos
era una dimensión trascendental —necesaria con el héroe sin poder culparle. Por eso la
y universal— y garantizaba la posibilidad simpatía, la compasión y el placer superior
de intercambiarse los sujetos. En cierto se tornan coherentes, sobre todo, cuando
modo, tras esa sensibilidad se ocultaba un el héroe se dirige contra la naturaleza, se
«carácter humano universal en nosotros». enfrenta al sufrimiento por razones morales,
Pero tras el dolor de la sensibilidad herida eligiéndolo. La incoherencia se transformaba
y macerada brillaba un placer. Una facultad entonces en coherencia superior. El teatro
del alma humana se activaba cuando la no perdía de vista los ideales de armonía
sensibilidad sufría. Las emociones tristes clásica, pero atravesados ahora por unas
despertaban una pulsión que, al activarse, exigencias heroicas. Aquí, en la apelación
producía también su placer: «Esa facultad a la moralidad kantiana, la tragedia griega
no es otra que la razón», dijo Schiller en quedaba superada. Por eso Schiller pudo
1791. En el ensayo de 1792 la describió decir con orgullo: «Nosotros los modernos,
como dotada de un «impulso a la actividad», tenemos que renunciar a restablecer el arte
que, al realizarse, producía el placer del griego». El destino, esa categoría propia
que la tragedia era una muestra central (p. de la naturaleza, se presentaba como una
105). Una pulsión sensible de placer era potencia intermedia, sometida a la potencia
activada directamente por la razón —esto moral que se revelaba en lo sublime y que, 3.
«Jena iluminado».
es lo que se quería decir. Bajo el dominio para él, denunciaba «una concatenación
Foto: Unblogbar.org,
de la razón se activaban sentimientos que teológica de las cosas, de un orden subli- Creative Commons.

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antorcha al oído

me, de una voluntad bondadosa». De esta En esta gradación hacia la totalidad Schiller
forma, la disonancia quedaba transformada llegó a identificar la forma de la tragedia.
en armonía, y el desajuste entre el hombre Aquí el mundo clásico alemán imponía sus
y la naturaleza quedaba superado en «la exigencias formales, pero ahora quedaban al
agradable imagen de la más plena coherencia servicio de una finalidad no-griega. La forma
en la totalidad de la naturaleza» (pp. 108- era apropiada para provocar el efecto compa-
109). Esa coherencia solo podía lograrse de sivo, pero la finalidad última era demostrar la
contar con las ideas suprasensibles, y ante suprema coherencia de la libertad. El empleo
todo, con la idea de libertad. apropiado de la forma para esta finalidad,
las dos cosas, constituía de manera conjunta
Esta incoherencia superada, esa ambivalen- el ideal de la tragedia. Schiller pensaba así
cia reducida, esta armonía de necesidad y responder a las exigencias del trabajo teórico.
libertad lograda, a la que llegar mediante la Aunque las últimas tesis no las dejó claras en
vivacidad y la verdad trágica, requería lo que Sobre el arte trágico —donde subrayó sobre
Schiller llamó «totalidad». En cierto modo, todo la finalidad de la compasión—, en su
esta totalidad hacía referencia al carácter siguiente trabajo, Sobre la razón del deleite
completo de las mediaciones por las que se en los temas trágicos las expuso con rotunda
reducía la ambivalencia. En sí misma era claridad: «Solo en la medida en que lleve
imposible sin verdad y sin vivacidad. Solo a a cabo su suprema eficiencia estética tendrá
través de una lógica completa de la situación [el teatro] una benefactora influencia en la
podíamos acompañar al héroe trágico en su moralidad», dijo entonces8. La finalidad era
sufrimiento natural y en el superior triunfo analizar ese deleite que constituía un medio
de la moralidad. Aquí se ha querido ver una para la moralidad.
contradicción entre el Schiller idealista y el
realista, entre el que desprecia la motivación
de los personajes y el que la analiza. No hay Seguir leyendo
tal contradicción. La categoría de totalidad
muestra y prepara el acontecimiento de la Tenemos la seguridad de que Schiller con-
libertad, pero no lo explica ni lo anticipa. tinuó leyendo a Kant en el otoño de 1791 y
El espectador ha de ser encadenado al sufri- comienzos de 1792. En realidad, su lectura
miento y a la compasión. No ha de atisbar introdujo importantes conceptos y profundizó
demasiado pronto la irrupción de la libertad, en aspectos centrales de eso que se había
pero tampoco debe debilitar su expectativa de llamado antes el «carácter universal huma-
ella. Ha de jugar con las mediaciones, con no». Tras penetrar de manera más firme en
el combate, con la cadena de causas que, el análisis de lo sublime, Schiller desplegó
sin embargo, queda rota cuando acontece en este ensayo una nueva perspectiva del
la libertad: «En ese combate reside el gran asunto de la ambivalencia. A pesar de todo,
EL secreto del arte trágico; así se manifiesta en la lógica no era diferente. En efecto, más allá
ESPECTADOR su luz más resplandeciente». La categoría de de displacer y placer, en lo sublime se daban
HA DE SER totalidad debía regular ese combate y debía cita el sentimiento de nuestra impotencia y
ENCADENADO regular las mediaciones: «El artista llega a de nuestra omnipotencia. Impotencia ante la
AL su meta paso a paso, mediante descargas pe- naturaleza y sus medidas desproporcionadas
SUFRIMIENTO queñas, e impregna completamente el alma respecto de nuestra finitud, pero también
Y A LA emocionándola solo de manera progresiva y omnipotencia al sentir una nueva infinitud
COMPASIÓN. gradual» (p. 116)7. Se comprende por ello en nosotros, caracterizada por esa capacidad
NO HA DE que esta teoría gustara sobremanera al teórico superior de la libertad. Dolor y deleite eran
ATISBAR marxista Georg Lukács. En ella vio la afini- sentimientos ahora referidos al poder y a la
DEMASIADO dad profunda entre clasicismo y marxismo, supremacía. Poder de la naturaleza que nos
PRONTO LA pues daba un ejemplo de la transformación humilla hasta la impotencia; poder de la
IRRUPCIÓN de la cantidad en la cualidad, del progreso libertad que nos ensalza hasta la omnipo-
DE LA en irrupción revolucionaria. De hecho, esta tencia: he ahí el nuevo juego de la ambiva-
LIBERTAD era ya la perspectiva kantiana. lencia expresado ya de forma cercana a un

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La teoría de la Tragedia antorcha al oído
en Schiller

vocabulario de pulsiones. La reducción de Pero esto era la teoría. El teatro, sin embar- NO ERA
la incoherencia se presentaba ahora como go, no parecía centrarse en ese momento LA HYBRIS,
la demostración de la supremacía moral. socrático en que, por el imperativo, se ofrece COMO EN LOS
La teoría moral venía a decir que «en la la vida. Schiller no se centró tanto en los GRIEGOS, LA
lucha, el supremo deleite moral siempre héroes morales modernos, sino en otro QUE LLEVABA
estará acompañado por el dolor» (p. 131). tipo de personajes completamente diverso HACIA LA
La disposición moral debía asumir en cierto que, ante todo, mostraba la dificultad de DESTRUCCIÓN,
modo una condición masoquista compensada la heroicidad burguesa. Así que su práctica SINO LA
por una cierta deificatio, por un cierto goce teórica se alejó de las sencillas y ordenadas EXIGENCIA DE
de omnipotencia. De ella se valía el arte de previsiones kantianas. La coherencia y la LA LIBERTAD
la tragedia. omnipotencia de la libertad —esto es
lo decisivo— también se descubren
Es muy curioso que este trabajo en los fenómenos negativos del
ponga del lado de la naturaleza, incumplimiento moral. Los sen-
de la sensibilidad, todas las re- timientos de tristeza, arrepenti-
glas de la prudencia. Según se miento, remordimiento, culpa
dice aquí, el personaje trágico y desesperación no pueden
debe mostrar la incapacidad de experimentarse sin conciencia
la prudencia para adaptarnos moral, sin ese «incorruptible
a la naturaleza y, así, caminar sentimiento de lo justo e in-
hacia la necesidad de dar el paso a justo» al que Freud llamó
una acción que, en tanto estado súper-yo. Esos senti-
de excepción de la prudencia, mientos constituían
sería el signo de la moralidad9. evidencias morales tan
La vieja doctrina clásica de nítidas como el sacri-
la Frónesis como condición ficio por el bien. La
de la vida buena se perdía única diferencia era la
ahora. Tampoco se trataba temporal: muestran «el
de un fallo ético: la famosa poder de la ley moral
hamartía aristotélica. La solo más tarde» (p.
vida natural entera, con 135). Y lo hacen domi-
todas sus máximas, de- nando la conciencia
bía sacrificarse ante humana con un
la moral, porque solo sufrimiento que
esta era la garantía ya Adam Smith
de la vida buena. No había puesto de
era la hybris, como manifiesto como
en los griegos, la el más terrible
que llevaba hacia la de la naturaleza
destrucción, sino la humana: el re-
exigencia de la liber- mordimiento.
tad y de cierto ideal.
Estas ideas parecían El asunto de la
adecuadas a dos ob- prudencia no es
jetivos: apropiarse de baladí y nos lleva
la teoría moral kan- a un desarrollo
tiana, característica complet amente
de la época ilustrada otro. Hacia el
heroica, y ofrecer en final de su tra- 4.
este héroe moderno bajo, Schiller nos Busto de F. Schiller en
una alternativa al sugiere que la Central Park.
héroe griego. tragedia muestra Foto: Wallyg, Creative Commons.

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antorcha al oído

LA TRAGEDIA su mecanismo más complejo cuando la na- en este juego —deberes que no lo son, que
REPRESENTA turaleza desaparece del escenario, y dolor y pueden ser violados en estado de excepción;
UN placer son ambos morales. Las mediaciones coherencia que exige destrucción de un
JUEGO DE entonces consisten en lograr que brille de deber, placer que puede sobreponerse a
POTENCIAS manera adecuada la jerarquía de valores y una herida, placer en el remordimiento,
Y FUERZAS, de deberes. Aquí la prudencia es valorada, placer en la culpa, todos los futuros temas
PERO SOBRE pero no es lo último. En suma, la tragedia hegelianos—, reconoció que solo en él se
TODO HA DE muestra el sistema moral con sus jerarquías daba cita la virtud heroica. La ilustración
DEJAR NÍTIDA nítidas y por eso en cierto modo represen- entonces significó para él un «entendimiento
SU POTENCIA ta un juego de potencias y fuerzas, pero lúcido», capaz de determinar «correctamente
SOBERANA, sobre todo ha de dejar nítida su potencia las relaciones de los deberes morales con
LA MORAL soberana, la moral: «Hay casos en que el el supremo principio de la moralidad» (p.
deleite moral solo se consigue mediante un 136). Aquí, sin embargo, la verdad objetiva
dolor moral, y eso sucede cuando hay que distaba mucho de ser evidente. Es más,
transgredir un deber moral para observar aquí el ser humano mantenía una serie de
otro superior, más general y más curiosas capacidades que impedían que «la
5. coherente» (p. 135). Por medida de la razón» fuese la misma para
mucho que Schiller no todos. Estas capacidades humanas producían
haya profundizado efectos estéticos que afectaban al núcleo
mismo de la teoría de la tragedia.

Pero ni siquiera esta gama de perso-


najes entregados al remordimiento
eran los más interesantes. Tengo la
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impresión de que Schiller pasó de
puntillas por otros anti-héroes y
que, al hacerlo, se atuvo a su
programa con más voluntarismo
que profundidad. En cierto
momento de Sobre la razón
del deleite… propuso una
tesis que, de haber proseguido
hasta el final, le hubiera traído
quebraderos de cabeza. Dijo:
«La coherencia nos produce
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deleite en cualquier circuns-
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tancia, tanto si se refiere en


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absoluto a lo moral como si


se opone a ello» (p. 137). Esto
quiere decir, si lo entiendo
bien, que el ser humano tiene
capacidad de juzgar el curso
de una acción sin atender a
su dimensión moral, haciendo
caso omiso de su voz. De esta
manera, la maldad coherente
llevada hasta el final —por
ejemplo, la que por esas
fechas se representa en una
novelita epistolar llamada Las
amistades peligrosas— produ-
ce un placer intenso. Desde

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La teoría de la Tragedia antorcha al oído
en Schiller

luego, como lectores, saboreamos el mal la sensibilidad. El mal consecuente no es el DESDE


sin acordarnos de finalidad moral alguna. placer. La bondad no es la única dimensión LUEGO,
Schiller sabía de qué hablaba porque esa del ser humano que genera disposiciones ma- COMO
dimensión estaba en la base del éxito de soquistas. El autor repitió en muchas ocasiones LECTORES,
público de Franz Moor, el personaje central que una finalidad moral demasiado explícita SABOREAMOS
de Los Bandidos: corrompía la obra de arte, y una vez llegó a EL MAL SIN
expresar con toda claridad sus reservas frente ACORDARNOS
«La actuación de un malvado, sumamen- a la voluntad de ser edificante. Fue cuando, DE
te consecuente con sus maquinaciones mencionando a Kant, se preguntó: «¿Alguno FINALIDAD
evidentemente nos deleita, por más que se puede llegar a sentir edificado por un MORAL
sus disposiciones y finalidad se opongan sermón en cuya escucha, sin embargo, no ALGUNA
a nuestro sentimiento moral. Un hom- se ha construido absolutamente nada en su
bre así es capaz de despertar nuestra interior?»10. Parecía que una obra de arte
más viva simpatía y temblamos ante el verdadera no debía caer en eso. Pero ¿cómo
fracaso de sus planes, cuya frustración impedir sentirse interiormente edificado en
más ardientemente deberíamos desear, el mal?
si fuera verdad que todo lo referimos a
la coherencia moral» (p. 137).
Lo patético
Si fuera verdad que todo lo referimos a la
coherencia moral. Pero resulta evidente que «Construir en el interior» parece una frase
no lo hacemos. Sin embargo, el autor no des- relevante. Su sentido, sin embargo, es difí-
plegó este hecho insólito, por el cual sentimos cil de precisar. Con seguridad, al menos,
un placer superior fundado en el triunfo del nos sugiere que esa construcción subjetiva
mal. Se limitó a decir que «no es raro que tiene que ver con el trabajo del espíritu y
una ingeniosa maldad consiga particularmente que este no puede realizarse al margen de
nuestro favor porque es un medio para procu- las mediaciones que toda tragedia pone en
rar el goce de la coherencia moral» (p. 138). marcha en tanto forma y finalidad. En el
Coherencia moral aquí es una conducta que trabajo de 1793 dedicado a precisar el sentido
de forma ejemplar no está al servicio de la de lo patético, Schiller profundizó en esas
bondad, desde luego, ni de la voluntad buena mediaciones. Allí dijo que la tragedia tenía
de Kant. Sin embargo, ¿cómo caracterizar que elaborar lo patético. Hacía referencia
ese placer que nos produce una ingeniosa con ello a un profundo y violento padecer.
maldad, que conquista nuestro favor porque Este medio, sin embargo, solo tenía un fin:
es radicalmente mala, porque nos muestra un exponer la libertad moral. Con sencillez
mundo donde, por mucho que haya personajes dijo, en algo parecido a una máxima, que
anclados en deberes, estos perecen impotentes «lo patético solo es estético en la medida
frente a la potencia gloriosa del mal? Olvidar en que es sublime» (p. 70). Lo primero, lo
estos casos es una obligación de quien quiere patético, hacía justicia a la naturaleza del
ser piadoso y edificante, pero no de quien ser humano. Lo segundo, lo sublime, hacía
desea conocer las leyes universales del alma justicia a su razón y a su libertad. Para ello
humana y desea representarlas en el juego era preciso exhibir un padecer violento y
de la tragedia. ¿Pero, entonces, qué decir de profundo al cual resistía la libertad y la
la vieja totalidad de forma y finalidad de la razón. Lo que Schiller quería evitar era,
tragedia? En realidad, el filósofo Schiller de- sin duda, la languidez, algo que por en-
seaba ser justamente idealista, pero el artista tonces se llamaba voluptuosidad y que él
Schiller se resistía o, al menos, mostraba que veía por doquier en los rostros, «en los ojos
eran necesarias ulteriores mediaciones. El que navegan ebrios». Este padecer insano 5.
dramaturgo sabía que no se podía escribir y visible en su época no era la mediación Monumento a
una tragedia sin un disfrute específicamente adecuada a lo sublime. Su exposición no F. Schiller frente al
debido a la coherencia del mal. Este disfrute complacía a la libertad, ni era resistida por Teatro de Berlín.
exigía también la mediación de la herida de la razón. Por eso, en su esquema de valores, Foto: SP8254, Creative Commons.

71 I N V I E R N O 2 0 0 8 - 2 0 0 9 R E V I S TA D E L I T E R AT U R A Y P E N S A M I E N T O
antorcha al oído

naturaleza se contraponía entonces a lo


ilimitado de la libertad.

En realidad, el autor no iba más allá de


comentar el Laocoonte, que ya había sido
objeto de atención por parte de la aguda
mirada de Lessing11. Si he traído a mención
estos pasajes de Sobre lo Patético, no es,
~-.·,••.·•)'', sin embargo, por repetir este viejo tópico.
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aquello que no está pensado en ellas. En un
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, pasaje perdido del mismo ensayo, organizó
la mediación entre lo patético y lo sublime
afirmando: «Ahora se podría decir que es él
mismo [el ser humano] el que se entrega a su
perdición eligiéndola libremente, y su muerte
©wpwend42, Creative Commons.

se torna una acción voluntaria» (p. 83). Este


punto lo desplegó mediante la categoría de
«sublime de la acción». Su sentido es que el
... -1. 4 -· 1 ' • _' • ,.
sufrimiento patético de la naturaleza sensible
en el hombre tiene como causa, de alguna
manera, el consentimiento de la voluntad.
la languidez era un valor vulgar, mientras Lo patético es así acción, no mera pasión.
que solo la resistencia moral al padecer le Es obra del carácter libre.
parecía noble.
Y aquí, con una fidelidad importante a los
Esa resistencia moral necesitaba de una anti-héroes morales coherentes antes citados,
manifestación violenta de la esfera de la Schiller hizo una distinción. El padecer po-
animalidad, y eso era lo patético. Escindido día ser obra mediata del carácter moral. Así
entre su cuerpo, que sufre en la exteriori- sucedía cuando el ser humano, «por respeto
dad, y su libertad, que se afirma como lo hacia algún deber, elige padecer». El motivo es
más propio, indiferente al sufrimiento, el cumplir el deber, y su consecuencia inevitable,
héroe trágico muestra de manera clara la el padecer, es aceptada de forma indirecta.
existencia de un principio suprasensible en El padecer es obra inmediata y directa del
el hombre. La mediación del dolor patético carácter moral cuando el ser humano «expía
hacia la libertad era sublime, y en lo apro- moralmente el deber contravenido». Aquí se
piado de esta mediación se abre camino manifiesta el poder inhumano del deber, y ese
la fuerza trágica. Ahí el dolor propiciaba poder es el que hace sufrir incluso sin que
EL DEBER la belleza. La impotencia natural era el intervenga la voluntad, mediante la fuerza
AQUÍ ERA camino hacia la omnipotencia anímica. incontrolable del remordimiento. El deber
UN DAÌMON El miedo natural se compensaba con la aquí era un daìmon capaz de agitar la natu-
CAPAZ DE certeza de sí. De nuevo se repitieron todos raleza de quien lo desobedeció, mostrando
AGITAR LA los sentidos de la ambivalencia y se aña- así su plena superioridad sobre ella.
NATURALEZA dieron otros. En medio de los sufrimientos
DE QUIEN LO «nada tendríamos que temer por nuestro El autor, sin embargo, no persiguió esta
DESOBEDECIÓ, sí mismo libre ni por la autonomía de pista, ni vio cómo se podía construir el in-
MOSTRANDO las determinaciones que damos a nuestra terior psíquico, reconocer una ley anímica,
ASÍ SU PLENA voluntad». Schiller habló aquí incluso de mostrar una dimensión de su filosofía de la
SUPERIORIDAD la ganancia de una «seguridad absoluta e vida. Y, no obstante, lo acarició con una dis-
SOBRE ELLA infinita» (pp. 80-82). Lo limitado de la tinción en la que identificó lo propio de la

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La teoría de la Tragedia antorcha al oído
en Schiller

dimensión estética. Pues


era evidente que el daì-
mon daba muerte desde
dentro a quien había des-
preciado el deber. Ahora
bien, Schiller abandonó
este punto de análisis. El
resto de sus reflexiones
las dirigió a marcar una
diferencia fundamental
entre un juicio moral
de la acción trágica y un
juicio estético. Desde el
punto de vista del juicio
moral, todo debía estar
regido por la necesidad
—Notwendigkei—, por
la exigencia —Forde-
rung— de la razón. El
aplauso moral sería una
satisfacción intelectual,
una Befriedigung. Sin
embargo, y en esta pers-
pectiva, las relaciones entre el deber moral especial «que nos llena de júbilo y nos 6.
y la sensibilidad no eran necesarias en sí extasía» (p. 89). Sin duda, era un caso del
mismas. Respecto de las exigencias morales, juicio reflexionante de Kant, que piensa esa
la sensibilidad siempre es indigente —Not- adecuación de una teleología para la que EN ESTA
durft—, y que cumpla sus reclamaciones es no se tiene concepto. PERSPECTIVA,
un hecho contingente. Kant aquí era deci- LAS
sivo. El punto de vista moral de la acción Las consecuencias de esta doble valoración RELACIONES
trágica solo aprecia la necesidad racional. o enjuiciamiento de la acción trágica eran ENTRE
El punto de vista estético era algo comple- innegables. Desde el punto de vista moral EL DEBER
tamente diferente. siempre nos queda algo por cumplir, y la MORAL Y LA
ley moral está por encima de nosotros en SENSIBILIDAD
Consciente de la contingencia de la relación tanto seres naturales. El curso de las ac- NO ERAN
entre la sensibilidad y la libertad, el autor ciones morales debe ser impuesto por el NECESARIAS
explicó que, cuando por un azar especial deber, y así los ordenes de la posibilidad, EN SÍ
se daba una sensibilidad que disponía a de la fantasía y de la imaginación quedan MISMAS
la moral, entonces se producía un placer radicalmente cercenados. En realidad, la
semejante al de una finalidad inexplicable, aspiración a cumplir la ley moral tiene un
pero operativa. Este placer era de naturaleza efecto limitador, negador de los aspectos de
estética, procedía del caso concreto y ponía la sensibilidad. No hay aquí entusiasmo,
el caso humano en una milagrosa relación sino rigor, consecuencia, ascesis, negación.
con la ley. El punto de vista estético en Pero desde el punto de vista estético todo
el juicio de la acción trágica percibía esta cambia. Por lo general, la sensibilidad no
finalidad contingente, azarosa. Tal finalidad conduce a la moralidad. Basta con que la
no se podía exigir de la naturaleza. En este naturaleza conozca un estado de excepción
caso, la indigencia de la sensibilidad había y nos sea posible despreciarla, para que el 6.
sido superada por la propia naturaleza, como placer sublime sea intenso, al percibir que Goethe y Schiller
una especie de favor, de gracia que la tor- algo no idóneo para la libertad de repente frente al Teatro de
naba capaz de cumplir con la ley. Apreciar lo es y la permite. Este estado de excep- Weimar.
este favor lleva consigo un contentamiento ción es sublime. De esta manera, Schiller Foto: Libär, Creative Commons.

73 I N V I E R N O 2 0 0 8 - 2 0 0 9 R E V I S TA D E L I T E R AT U R A Y P E N S A M I E N T O
antorcha al oído

DESDE EL comprendió que la estética y la moral son voluntaria. Ahora aseguraba que ese era el
PUNTO dos direcciones completamente opuestas placer estético verdadero.
DE VISTA del ánimo. La primera impone sus con-
ESTÉTICO, secuencias morales a la realidad sensible Era demasiado evidente que, desde el punto
LA LIBERTAD con necesidad. La segunda parte de una de vista estético, la libertad resultaba de ese
RESULTABA mera posibilidad de la fantasía, de una encaminarse voluntario hacia la muerte.
DE ESE «posibilidad representada» que hace idónea Que estuviera al servicio de la moral ya era
ENCAMINARSE a la naturaleza para mostrar la existencia otra cosa. En Sobre lo Sublime se preguntó
VOLUNTARIO de la libertad. por el impulso que había tras todo esto.
HACIA LA Lo encontró en otra forma de mencionar
MUERTE Pero, para que algo sea sublime, no se necesita esa libertad, que ahora caracterizó como
que venza la ley moral y aparezca la edifica- la «liberación absoluta de todo lo que es
ción del deber. No se necesita esta milagrosa violencia» (p. 218). Entonces argumentó
adaptación de la naturaleza con el bien y que violencia era exactamente la vieja indi-
ni siquiera se requiere el remordimiento, la gencia, el «tener que». Una vez más, esta
normal hostilidad de bien y sensibilidad. La coacción parecía contraria al sentimiento de
valoración estética hace referencia a que se la dignidad, pero su sentido no estaba espe-
muestre la posibilidad de la libertad —no el cialmente relacionado con la ley moral, sino
bien moral— en el mundo sensible, y este es con la libertad. Vemos así que el problema
el trabajo de la imaginación. La valoración moral se complica, pues cabe pensar una
moral muestra la necesidad con la que la dignidad libre que no esté al servicio de la
libertad realiza la ley moral en el mundo moral. Pero no solo eso. Otro problema era
sensible, y es el trabajo de la exigencia y del el de comprender esa misma libertad. El
rigorismo. Son dos orientaciones completa- tener que, la necesidad, la indigencia es la
mente diversas, en la medida en que son dos estructura de la naturaleza. La pretensión
fines distintos. Uno muestra la realidad del de escapar a esta violencia estructural, sin
deber; otro, la dimensión estética, la función embargo, se da en un ser que, igualmente,
más básica de la libertad. es natural. El ser humano mostraba ahora
su rasgo más especial: tenía una pretensión,
una exigencia, pero no estaba claro que
Sublime tuviera un poder adecuado para realizarla.
Exigencia de liberación sin poder suficiente:
La valoración estética de la acción trágica, esta es la imagen madura del ser humano
de su patetismo y de su sublimidad, tenía en Schiller. «Surge de esto —dice— una
que ver con la libertad humana, no con la desafortunada contradicción entre el impulso
perfección moral. Esta distinción es central y la capacidad» (p. 218).
en Schiller y constituye un problema básico
en sus planteamientos teóricos y dramáticos, La muerte aparece como la piedra de cruz
no suficientemente desplegados. En su tra- de esta contradicción. Pues la indigencia
bajo sobre la categoría de lo sublime siguió ante la muerte era la prueba más palpable
mostrando el problema de la libertad, no el de que el ser humano era llevado de manera
de la acción moral. El placer extático que se coactiva a algo que no quería. La muerte
produce cuando imaginamos una sensibilidad es contraria a su sentido de la dignidad, y
capaz de trascenderse, de prestar energías la cultura le parecía a Schiller la obra que
al ser humano para superar esa propia sen- lucha contra esta indigencia, la operación que
sibilidad, de activar impulsos sensibles que dota al ser humano de poder suficiente para
se dirigen contra los principales intereses ultimar su impulso de liberación y afirmar su
sensibles, como el de mantenerse con vida voluntad. En cierto modo, ya sea mediante
o el de gozar de determinados placeres, era la ciencia y la técnica, ya sea mediante la
ahora un problema en sí. Schiller había cultura, de forma realista o idealista, el ser
hablado de la acción trágica como aquella humano no hace sino luchar contra el poder
en la que la muerte era en cierto modo de la muerte. Con ello, todos los hilos que

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La teoría de la Tragedia antorcha al oído
en Schiller

hemos dejado abiertos nos van conduciendo todo lo patético— no puede ser neutralizada LA TRAGEDIA
al nudo. Antes dijimos que la tragedia podía en una lucha de poder a poder. Nuestra PRESENTA
ser pensada como aquella acción en la que liberación no pasa por esto. Resulta obligada UNA ACCIÓN
la muerte se seguía de la propia voluntad. otra estrategia. Schiller la define así: «Es pre- QUE LLEVA A
Había también ciso suspender LA MUERTE
un indicio de totalmente una VOLUNTARIA,
la libert ad en relación que le A UNA
querer la muerte es tan perjudicial MUERTE
y el placer con- y anular, confor- QUE NO ES
secuente. Ahora, me al concepto, VIOLENTA
esta tesis adquie- u n a v i o l e n ci a NI EXTERNA
re ya pleno sen- que tiene que SOBRE
©Yves Le Bail, Creative Commons.

tido. Debemos padecer confor- EL SER


observar que, me al hecho» HUMANO,
aquí, justo aquí, (p. 220). No se SINO
el pensamiento debe mantener QUERIDA.
de Schiller se nuestra relación
desplaza desde con la indigen-
la problemática moral a la estética. Todo lo cia de nuestra naturaleza, representada en
que el autor piense de ahora en adelante —y la muerte, como una relación de poder a
solo así tiene plena coherencia lo anterior— poder, de violencia a violencia. Anular esta
depende de este sencillo hecho. La moral relación pasa por aceptar voluntariamente
ha sido desplazada de su centralidad frente los límites, hacerlos fruto de nuestra libertad.
a la libertad. En la estética, la noción de En el caso de la muerte, pasa por construir
libertad es ahora mucho más central que la un impulso de muerte, capaz de permitir
ley moral, y lo es porque es la única forma que nos sometamos voluntariamente a ella.
verdadera de lucha ideal contra la muerte. Esta construcción es el fruto preciso de la
Educación estética, desde luego, pero una libertad, y el proceso apropiado para ella es
que se repliega sobre el sujeto —solo des- la cultura moral. Más allá de la educación
pués podríamos extraer consecuencias para estética de lo bello, destinada al equilibrio
la comunidad—, en tanto forma ideal de de nuestras facultades, era preciso avanzar en
lucha para dotar al hombre de dignidad a esta educación estética de lo sublime, como
pesar de la muerte. ha dicho, entre otros, Jean Rancière.

En efecto, ideal ha llamado Schiller a esta No veo manera, pues, de escapar a esta conse-
lucha, porque ya no puede confiar en la cuencia: la cultura moral pasaría por construir
contra-violencia de los poderes de la ciencia el impulso de muerte como una forma de
y de la técnica. Como tal, esa lucha ideal relación libre con nuestra finitud. Triunfo de
se centraba en el problema de lo sublime la libertad, no implica también, en cambio,
y por eso tenía como lugar oportuno el que se ponga al servicio de la moralidad. La
campo de la tragedia. El autor se acercó así ley moral ya no es lo central en la cultura
a la cultura contemporánea, al hacer de lo moral o en el sentido de la dignidad. Lo
sublime el centro mismo de la producción más relevante de esta estrategia ideal es que
cultural de la humanidad, tras la muerte del transforma la naturaleza finita del hombre con
Dios de las religiones y en plena época de sus contingencias y límites. De esta manera,
la ciencia y la técnica. De hecho, esta era al no dejar a la naturaleza humana fuera de
la única salida oportuna a esa desafortunada sí, la educación estética ideal de la tragedia
contradicción entre el impulso de liberación presenta una acción que lleva a la muerte
y la capacidad de lograrla, que la ciencia y voluntaria, a una muerte que no es violenta
la técnica no pueden superar con su retórica ni externa sobre el ser humano, sino querida.
del aplazamiento continuo. La violencia de Y muestra que todos gozamos de ello porque
la naturaleza —que se hacía evidente en lo que se representa de forma excepcional

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antorcha al oído

en el héroe- la naturaleza
antihéroe es nos aplasta,
i mi t a d o d e pero algo re-
forma suave siste en no-
y adecuada sotros. Todos
en los espec- los instintos
tadores. Esta relacionados
penetración con los ob-
de la natura- jetos son bur-
leza desde la lados, pero
voluntad, esta otro instinto
aceptación de se siente sa-
sus pasos na- tisfecho. Los
turales como primeros
pasos volun- sienten des-
tarios, es la agrado y el
nueva cultura segundo pro-
moral, la úni- duce placer.
ca alternativa
a la religión Preso del
y a la ciencia kantismo,
y lo que ver- Schiller in-
daderamente terpretó estas
se educa en dualidades
nosotros por a la luz de
medio de la la dualidad
tragedia. kantiana de
hombre fe-
Lo específico noménico y
de la tesis de nouménico.
Schiller resi- 7. Su diferencia
d e e n qu e es ontológica
esta construcción de la cultura de la muerte y no se atreve a presentarla como fenomé-
no se hace desde la nada. Este pensamiento nica, en el mismo plano de consideración.
antinaturalista sería improcedente para él. Lo sublime sería síntoma para él de que
La cultura moral hace pie siempre en una somos algo más que seres sensibles, no de
pulsión, en este caso la estética, y tiene su que dispongamos de una doble sensibilidad:
base en un modo de sentir. Como tal, puede la que se sostiene sobre el principio de pla-
ser elaborada mediante productos del arte y cer, representado por lo bello, y la pasa a
refinada en «dirección a este impulso ideal través del principio de dolor, representado
del ánimo» (p. 220). La estrategia idealista en la mediación patética de lo sublime.
SCHILLER de trabajar la muerte como acto voluntario se Como es natural, esta dualidad permite
DESPLEGÓ LA basa, en suma, en una disposición idealista ambas retóricas, pero parece claro que en
FILOSOFÍA DE hacia la libertad. De ella era un síntoma modo alguno puede clausurarse la dualidad.
KANT HASTA sensible la noción de belleza. Pero todavía Como es natural, permite también la retórica
LLEGAR A más sintomática era la noción de sublime y del principio de placer y del principio de
LOS LÍMITES los sentimientos patéticos. De esta manera, muerte. De hecho, Schiller se acercó a ella
DE UNA Schiller desplegó la filosofía de Kant hasta cuando mantuvo que lo bello nos llevaría a
ANTROPOLOGÍA llegar a los límites de una antropología que un «goce ininterrumpido», solo limitado por
QUE ESTARÍA estaría ya muy cerca de Freud. En lo sublime lo sublime, que implica dolor y principio de
YA MUY CERCA nos ponemos en situación de muerte, pero finitud. Si consideramos a la muerte como
DE FREUD no huimos de ella. La omnipotencia de un objeto más del principio de placer, como

R E V I S TA D E L I T E R AT U R A Y P E N S A M I E N T O I N V I E R N O 2 0 0 8 - 2 0 0 9 76
La teoría de la Tragedia antorcha al oído
en Schiller

algo bello, desde luego, nos produce espanto. impulso de muerte. En este caso, tendría- LA
La apreciación de un cadáver no puede ser mos que ver en el imperativo categórico un EDUCACIÓN
bello, ni puede producir placer estético. Pero principio regulador del impulso de muerte. ESTÉTICA DE
si la consideramos como acción en relación De hecho esta sería mi tesis más básica. LO SUBLIME
con lo sublime, entonces es objeto de un La tragedia, en este caso, mostraría desde DESCUBRE LA
«placer estremecido». Desde luego, quien luego el impulso de muerte. Sin embargo, PULSIÓN, LA
asume los dos principios no se engaña acer- no lo regularía. Presentaría casos en los que VINCULACIÓN
ca de la armonía entre el ser humano y la se activa la libertad, y disfrutamos de ello, ENTRE
realidad. Sin embargo, quien reconozca el pero en formas desajustadas, perturbadas, LIBERTAD,
placer patético de lo sublime conecta con extremas, no reguladas. La educación en lo DIGNIDAD Y
una disposición que Schiller llamó «el daì- sublime activaría desde luego ese impulso, MUERTE
mon puro en él». Del apropiado juego del pero mostraría en la tragedia sus caminos
principio de lo bello y de lo sublime, del cegados, enfermizos, acelerados, apocalíp-
principio de placer y de muerte se deriva ticos, como en La Novia de Mesina o en
que seamos «ciudadanos consumados de La doncella de Orleans. Solo el imperativo
la naturaleza sin por ello ser sus esclavos categórico haría lo debido: asumir que un
y sin perder por ligereza nuestra ciudada- impulso de muerte que forma parte de la
nía en el mundo naturaleza huma-
inteligible» (pp. na debe regular
235-236). Como nuestras actua-
vemos, las retó- ciones desde la
ricas se hacían forma de una ley
aquí convergentes universal. Esto
con el problema sería hacer de sí
de la ciudadanía mismo fin en sí,
y la política. algo que no tie-
ne posibilidad de
Desde este punto ser interpretado
de vista, la am- de acuerdo con
bigüedad tiene el principio de
su lugar en la placer. La edu-
relación entre li- cación estética de
bertad y moral. Y lo sublime descu-
esto es decisivo bre la pulsión, la
para la teoría de vinculación entre
la tragedia y para libertad, dignidad
la comprensión y muerte. Solo
de las relaciones la reflexión mo-
entre la práctica y ral del especta-
la teoría del dra- 8. dor tras el teatro
ma. Pues, como puede regularla
hemos visto, lo sublime —y, por tanto, en su propio trabajo moral. Todo esto nos
también la tragedia— está relacionado con lleva a preguntarnos con detalle: 7.
la libertad y no con la ley moral. Esto es Inmanuel Kant por
así porque la tragedia estaría implicada en Anselm Kiefer.
las formas de activar el impulso de muerte ¿Qué hace la tragedia? Foto: Martin Pulaski,

Creative Commons.
y de aceptación voluntaria de la misma, y
8.
no solo en la realización de la moral en el Al distinguir el punto de vista estético del
El Lucifer de Milton,
mundo —que sería únicamente uno de sus punto de vista moral en la apreciación de la
dibujado por Gustave
casos. Otro problema, bien distinto, es si la tragedia, el autor quería relacionar la forma
Doré, 1866.
libertad acaba absorbiendo a la moral y si trágica con la libertad; no directamente con el Foto: Carulmare,
esta solo queda vinculada a la regulación del perfeccionamiento moral. Por eso, la tragedia Creative Commons.

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antorcha al oído

no tenía nada que ver con el cumplimiento sencillamente el Lucifer de su querido Milton.
del imperativo categórico, sino con las situacio- Cuando leemos el texto que citó Schiller,
nes, imaginadas o no, que permitían mostrar comprendemos que lo único concernido en
una muerte aceptada. La verdad poética de él es la libertad:
la tragedia dependía de que se viera como
posible en la apariencia estética activar el «Horrores, ¡os saludo! ¡Y a ti, mundo sub-
impulso de muerte y aceptar la muerte volun- terráneo! ¡Y a ti, el más profundo de los
tariamente12. Schiller comprendió que esto infiernos, acoge a tu nuevo huésped! Viene
era suficiente para mostrar la a ti con un ánimo que ni el tiempo ni el
libertad en acto. A lo lugar pueden modificar. En su ánimo habita.
largo de todos sus Éste creará para él un cielo en el infierno
ensayos acarició mismo. Aquí somos, por fin, libres».
la idea, que ahora
alcanzaba cohe- No cabe duda de que en este caso toda la
rencia teórica, de acción se deriva de un carácter moral, aunque
que para ese fin sea de uno más bien diabólico. Ahora bien, en
el héroe trágico que él se da el mismo desprecio de la sensibilidad,
servía al mal resultaba la misma superación de la patología, la misma
tan legítimo como el héroe experiencia de la libertad, que en el carácter
que servía al bien. Como bueno. Aquí el contenido del carácter sería
en tantas otras cosas, el aleatorio y estaría relacionado con el interés
autor se fue acercando de la trama, con el juego de la imaginación y
de forma cada vez más con el placer frenético de aceptar la muerte.
refinada a este asunto. En El autor concluyó por eso que «en lo que
sus primeros trabajos de los respecta a su interés, tanto da que tome sus
años 90 creyó que el placer héroes de la clase de los buenos caracteres o
que se derivaba de un héroe de la de los malos, pues la misma medida de
perverso estaba relacionado con fuerza que es necesaria para el bien puede
su coherencia, pues pensaba que requerirla muy a menudo el ser consecuente
«la coherencia nos produce deleite en en el mal». Esto era así porque el malo de-
cualquier circunstancia»13. Entonces sugirió bía arriesgar también su felicidad para poder
que, para gustar de héroes como Ricardo III desplegar de manera plena y coherente su
o Yago, debíamos olvidar que eran hombres maldad. El mal es tan sacrificado como el
y mantenerlos al margen de todo recuerdo bien. Ambos, en tanto que manifestaciones
de la ley moral. Sin embargo, lo que hace de la administración del principio de muerte,
de ellos héroes trágicos es que persiguen su van contra el principio de placer.
mal a pesar de saber que éste les lleva a la
muerte, a la que aceptan gustosos persiguiendo Ciertamente, todo esto procedía de la consi-
su fin. Es el caso de Don Juan o el de los deración estética de la tragedia. Sin embargo,
ERA SUBLIME personajes de Las amistades peligrosas. no era un mero capricho: «El juicio estético
TODO —dijo a continuación— contiene aquí algo
CARÁCTER Este punto de vista fue corregido en el más verdadero de lo que solemos creer».
QUE trabajo Sobre lo Patético. Aquí, desplegando Esta advertencia no debe sorprendernos. Lo
RESISTIESE un kantismo final consecuente, vio que tan que diferencia al malvado del ser humano
AL DESTINO indicador de libertad era realizar la máxima bueno no es sino cierta forma de la máxima,
Y ACEPTASE mala como la buena. La tragedia debía mostrar que por su propia naturaleza es meramente
LA MUERTE, la libertad, no la bondad. Por eso entendió abstracta. Ambos operan desde la libertad,
AUNQUE que era sublime todo carácter que resistiese desde un querer absolutamente libre, y al
FUESE al destino y aceptase la muerte, aunque fuese malo no le queda sino «una única inversión
PERSIGUIENDO persiguiendo una máxima mala. En realidad, de las máximas para volver hacia el bien toda
UNA MÁXIMA Schiller no tuvo sino que recordar que el la consecuencia y presteza de voluntad que
MALA principal ejemplo de personaje sublime era prodiga en el mal» (p. 95).

R E V I S TA D E L I T E R AT U R A Y P E N S A M I E N T O I N V I E R N O 2 0 0 8 - 2 0 0 9 78
La teoría de la Tragedia antorcha al oído
en Schiller

Llegados a este punto, nos encontramos con en la tragedia uno «solo se está regocijando
las verdaderas dificultades filosóficas. Pues en sueños». Con la tragedia se ha ganado
¿qué puede significar inversión de una máxima solo una «grata ensoñación del instante».
meramente formal? ¿Qué diferencia la máxima Que una tragedia trascienda esta dimensión,
buena de la máxima diabólica si ambas son depende de que conecte con una fuerza que
consecuencias de la libertad? Esta inversión haga libres efectivamente a los seres humanos,
no queda clara, desde luego, y Schiller no nos incluso despiertos. Para ello debe conectar
acompaña en este trance, nudo final de las con «el fundamento firme y profundo de la
ambivalencias. Y, sin embargo, todo el programa naturaleza» (pp. 238-240).
de una correcta relación entre la dimensión
estética y la dimensión moral depende de Schiller entendió
este asunto. Para abordarlo, basta hacernos qu e e l c o r o
estas preguntas: ¿el carácter que llamamos era el proce-
perverso sacrifica la felicidad por el mal cuya dimiento para
realización busca? ¿O sencillamente persigue ello. Con él,
su bien? ¿Qué relación hay entre tragedia y solo se podía
bien? ¿Qué comprensión del bien determina trabajar con lo
la existencia de la tragedia? ¿Qué comprensión esencial, lo senci-
del bien o del mal impone que asumamos llo, lo originario y lo
la muerte de forma voluntaria? ¿Qué hay de ingenuo. El coro era
común en eso que llamamos carácter moral, poético porque en él
libertad, querer absoluto, sea del bien o del lo ideal y lo real que-
mal, que nos dispone al sacrificio? ¿Cómo daban fundidos. Su
podemos vincular libertad, querer absoluto, distancia respecto a
dignidad, a un objeto y llamar a éste mal? la acción, su capacidad
Como se ve, entramos ya en el territorio de de contemplarla desde
Lacan. Cuando contemplamos esta acción, fuera, su carácter repre-
¿a qué se debe que sintamos un goce no sentativo de lo humano en
interrumpido, que va más allá del contenido su universalidad, harían de él
moral de la acción? Ese goce sensible, estético, un personaje ideal. En la medida
ajeno a la moralidad, ¿qué dimensión sensible en que participa de la acción y se acerca
del ser humano activa? a los personajes, muestra la dualidad y la
ambivalencia de las cosas humanas, entra
En las reflexiones Sobre el uso del coro en en conflicto consigo mismo e ilumina las
la tragedia, Schiller caracterizó este placer mediaciones patéticas hacia la libertad. ¿CÓMO
estético como una «alegría» y dijo que no PODEMOS
había tarea más alta para el arte que esta de Como siempre, sin embargo, la pregunta VINCULAR
hacer felices a los hombres14. Desde luego seguía abierta y en pie: ¿de qué fundamen- LIBERTAD,
no habló de placer, sino de alegría y de feli- to se hablaba aquí que es afín con la grata QUERER
cidad. No se refirió a una sensación concreta ensoñación? ¿Sobre qué fundamento firme ABSOLUTO,
de un deseo concreto, sino a algo que se reposa la libertad, que es afín a la alegría DIGNIDAD, A
atrevió a llamar el goce supremo. Sabemos de los sueños? ¿Sobre qué fuerza se afirma UN OBJETO
que esto hace referencia a la capacidad de esta dimensión, de tal manera que pueda Y LLAMAR A
mostrar y gustar la libertad. Lo relevante imponer un sacrificio al principio de placer ÉSTE MAL?
de este último trabajo teórico reside en que y conducirnos a aceptar la muerte volunta-
marca de manera apropiada la afinidad entre riamente? ¿De qué naturaleza son las fuerzas
esta finalidad, la de mostrar la libertad en que se ponen en tensión en la tragedia y en
el juego vivo de todas las fuerzas subjetivas, la libertad? En cierto modo, estas preguntas
y la fantasía. Sin embargo, esta fantasía, en constituyen la plataforma desde la que habla
estos asuntos, no era cualquiera, sino justo el coro, pero desgraciadamente, el coro solo
aquella que se aproximaba a la alegría de los hace acto de presencia en La novia de Mesi-
sueños. En realidad, Schiller reconoce que na. Un correcto comentario de las tragedias

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antorcha al oído

LA VERDAD DE de Schiller nos llevaría a lograr un coro aquellas sentencias que un intérprete estaría
SCHILLER NO capaz de decir la más adecuada enseñanza en condiciones de extraer de ellas, como
ESTÁ NI EN LA universal extraída de cada una de ellas. En si debiera escribir los pasajes del texto del
TEORÍA, NI EN cierto modo, algo así se nos propone en coro. Solo en ellas las fuerzas que hemos
LA PRÁCTICA, esta afirmación: «El coro antiguo sin duda mencionado adquirirían contenido material.
SINO EN UN daría su verdadera significación a la tragedia Por este motivo las reflexiones teóricas nos
COMENTARIO de Shakespeare» (p. 247). Nietzsche, que hacen merodear la antropología, pero solo
CAPAZ DE desarrolló este tema, identificó en el coro las tragedias concretas nos la muestran. En
APROXIMAR LA la expresión de una sabiduría apolínea, ex- cierto modo, esta parece una propuesta
PRIMERA A LA tasiada y onírica15. adecuada. La teoría no nos daría sino el
SEGUNDA lenguaje apropiado para comentar las obras
Sin embargo, este era el final de la produc- trágicas, una especie de clave formal para su
ción de Schiller, no su principio. En suma, apreciación estética. La índole material de
él no nos ofrece una solución teórica a estas las fuerzas que la tragedia pone de relieve,
preguntas. Las fuerzas psíquicas que perseguía la que determina el placer de su recepción,
se manifestaban mejor al imaginar y escribir esas deben extraerse de manera concreta a
sus tragedias que al pensar sobre ellas. Por través de las distancias ideales que podamos
eso quizás podamos ofrecer una respuesta producir en relación con la trama de la tra-
a nuestras preguntas si nos comportamos gedia concreta. Por eso, la verdad de Schiller
como el coro respecto de las tragedias de no está ni en la teoría, ni en la práctica,
Shakespeare: si les damos su verdadera sig- sino en un comentario capaz de aproximar
nificación. Si hay tragedia, debería suceder la primera a la segunda, de acercarse a la
algo que podría caracterizarse como lo hemos mirada que tendría el coro respecto de la
hecho. Su sentido material dependerá de tragedia a la que acompaña. v

Notas

1. Neue Thalia, 2, 1792; y «Sobre la de una serie de sucesos interre- 11.


Véase mi trabajo: «Freud sobre razón del deleite en los temas trá- lacionados (de una acción total) Cf. para este asunto mi libro La
Fausto: sustitutivos de la omni- gicos», escrito entre el otoño de que nos presenta a nosotros, los quiebra de la razón ilustrada, Ma-
potencia», Arbor, CSIC, número 1791 y el invierno de 1792 (am- hombres, en una situación de su- drid, Cincel, 20023.
monográfico Freud, 2006. bos en Cuatro textos…, pp. 98- frimiento y cuya intención es pro- 12.
2. 122 y 123-140, respectivamente). vocar nuestra compasión». Lo de- Esta era una tesis que dependía
Se podría usar para esto el Semi- A ellos habría que añadir «Sobre cisivo es, pues, que se trataba de de Aristóteles y que hacía de la
nario de Jacques Lacan, Libro 7, lo Patético», de 1793, y «Sobre lo una imitación de una acción to- poesía una forma de relacionarse
La ética del Psicoanálisis, 1959- Sublime», que pueden leerse en tal. Solo ella podía ser compar- con la verdad más cercana a la
1960, México, Paidós, 1988, so- Escritos sobre estética, ed. y est. tida, pues solo si nos ponemos filosofía que a la historia.
bre todo el primer capítulo «Intro- de J. M. Navarro Cordón, Madrid, en las circunstancias naturales y 13.
ducción a la cosa» y «La esencia Tecnos, 1991, pp. 65-97 y 218- externas de la acción, podemos «Sobre la razón del deleite en los
de la Tragedia». 238, respectivamente. experimentar la ilusión de pade- asuntos trágicos», p. 137.
3. 6. cer el dolor. 14.
Cf. Hector López Pérez, La metafí- Cf. «Sobre el arte trágico», p. 99. 8. F. Schiller, «Sobre el uso del co-
sica del artista en el joven Nietzs- Blumenberg no ha usado este co- «Sobre la razón del deleite en los ro en la tragedia», en Cuatro tex-
che, Murcia, Res Publica, 2000. mentario para su Naufragio con es- temas trágicos», p. 126. tos…, pp. 238-239.
4. pectador, lo que en cierto modo 9. 15.
«¿Qué influencia puede tener ver- le habría puesto en la pista de la «Ante el supremo interés de la Cf. de nuevo la obra de H. J. Ló-
daderamente un buen teatro perma- temática clásica de esta metáfo- moralidad, contravenir las reglas pez Pérez, ya citada, para la evo-
nente? O el Escenario teatral con- ra dentro del escenario ilustrado, de la prudencia para actuar solo lución de las tesis de Nietzsche
siderado como institución moral» más aparentemente optimista que de acuerdo con el superior deber sobre el coro y para la teoría del
en F. Schiller, Cuatro textos sobre el procedente de Lucrecio. moral» («Sobre la razón del delei- poema cantado.
la Dramaturgia y la Tragedia, Va- 7. te…», p. 133).
lencia, MuVIM, 2005, p. 97. Solo tras exponer estas catego- 10.
5. rías de vivacidad, verdad, totalidad, «Sobre lo Patético», p. 69.
Se trata de los ensayos «Sobre ofreció Schiller su definición de
el arte trágico», que apareció en tragedia: «Sería imitación poética

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La labor de civilizar antorcha al oído
en la cultura
contemporánea
Autor
Iris Zavala
Escritora y teórica.
Autora de La posmodernidad
y Mijail Bajtin.

Comienzo con una insu-


bordinación: la
posición femenina es un modo de desafiar
la causa del sufrimiento y toma la forma
de una pregunta, la histerización supone
un cuestionamiento, una apertura al Otro
CULTIVAR Y
CIVILIZAR
HAN SIDO
al Otro, de situarse en la frontera, de pre- y un cambio de posición del sujeto en el A MENUDO
guntar desde el borde y descentralizar desde discurso. Civilizar equivale a domesticar TAREAS EN
el margen el orden institucionalizado. Inicio el goce, conscientes de que hace falta algo MANOS DE
el recorrido con la «cultura de fronteras» más que el lenguaje para civilizarlo. Goce: MUJERES, LAS
bajtiniana: el dominio cultural no tiene te- lo extralimitado, el sufrimiento, el dolor y QUE HABLAN
rritorio interior, las fronteras lo recorren por eso que llamamos después de Freud, la pul- DESDE EL
todas partes. La palabra vive, en la frontera, sión de muerte. Hemos de intentar civilizar MARGEN
entre su contexto y el ajeno, tiene así doble la crueldad de ese depredador que somos,
vida... como la réplica; la frontera rehúye el que nos lanza al pasado, a volver a formar
centro, está en los márgenes. Este margen es parte de una manada y a sus exigencias de
1.
fundamental en la posición femenina. Afino sacrificio.
La asamblea
y retomo a Bajtin y a Lacan para esbozar la
de mujeres, de
tarea que propongo. Cultivar y civilizar han Contra estos imperativos modernos propongo
Aristófanes.
sido a menudo tareas en manos de mujeres, un retorno a la ética, entendida como una Foto: Lenicanovacas,
las que hablan desde el margen, desde la subversión en la estructura del saber; un Creative Commons.

exotopía. La cultura semeja una serie de saber al servicio del


artificios simbólicos discursivos que nos per- trabajo de civilizar
miten resistir lo real imposible de soportar; —el arte, el úni-
domestica y cumple una importante función co discurso que en
sublimatoria en las sociedades, atempera lo la modernidad le
que Lacan llama «el goce» del ser hablante: otorga un lugar al
lo desmedido, sobrepasar los límites, se expresa sujeto. La pintura
en el sufrimiento; las pesadillas del sujeto —escribe Lacan—
acosado y objeto de crueldades. La muerte incluye una función
y el holocausto, los fantasmas de vergüen- subjetivadora, que
za, la creación de infiernos y suplicios. El tiene el poder de
masoquismo primordial que doblega siempre hacer o conformar
al principio del placer. La compulsión de o transformar a los
repetición, que nos impulsa, como a Sísifo, sujetos. Lacan de-
a subir una y otra vez la piedra. Se trata de duce que la pintura
civilizar cuestionando. Ya Roland Barthes no trata de la repre-
sostuvo que la historia es histérica, y sugiero sentación y que la
que en la histerización está el recurso de historia de la plás-
lo que puede ser una nueva tarea para la tica es la secuencia
posición femenina. de las variaciones
de la estructura de
Histerizar equivale a transformar la estruc- subjetivación. Esta
tura del discurso dominante. Si histerizar, reflexión nos debie-
según Lacan, es suscitar un deseo de saber ra llevar lejos y de

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antorcha al oído

¿QUÉ HACER vilizadora, conscientes de que los procesos


CON ESTA de subjetivación también pueden acabar
CONTEMPO- convirtiéndose en campos reconstruidos
RANEIDAD, para el ejercicio del poder. Y reconocer
DE LA CUAL que todo texto o expresión artística puede y
YO TAMBIÉN debe ser entendida como señal y síntoma de
SOY antinomias sociales y que hay una ética de
RESPON- la escritura como hay una de la lectura; y
SABLE?; hablo ahora como escritora. Nos permitiría
¿CÓMO rechazar que la única libertad se dirija hoy
INTENTAR al mercado y a la masacre que representa la
TRANSFOR- aldea global del pragmatismo más cruento.
MARLA?, He ahí la paradoja en que me encuentro.
¿CÓMO ¿Qué hacer con esta contemporaneidad, de
ELABORAR la cual yo también soy responsable?; ¿cómo
UNA NUEVA intentar transformarla?, ¿cómo elaborar una
ÉTICA? nueva ética?, ¿cómo hacer una torsión, un
reverso que nos abra a la suprema libertad,
que es al mismo tiempo el peligro absoluto,
ya que se rompen los caminos y se establecen
nuevos principios? Freud, Bajtin y Lacan nos
han abierto senderos nuevos, han anticipado
lo que hoy día nos produce más dolor y nos
deja a la deriva.

En El reverso del psicoanálisis (Seminario 17,


2. 1969-70), Lacan nos recuerda que el discurso
histérico implica una oposición al discurso
manera directa a los intentos de cercar lo del amo —hoy, el mercado—, cuestiona la
Real, abordado por los grandes innovadores existencia del Otro con obstinación, cuestio-
del arte. El artista creador emplea profusa- na su saber y pone en entredicho su poder.
mente los símbolos, y cuanto más le sirven Histerizar nos induce a cuestionar la historia,
para expresar los conflictos entre el amor el arte y todas las actividades humanas esta-
y el odio, la destructividad y la reparación, blecidas y aceptadas. Afino. En el discurso
los instintos de vida y de muerte, tanto más histérico lo que se pone por delante no es
universal será la forma que adopten. ¿Y cómo la integración tiranizante de lo compulsivo,
se socava la consistencia de la realidad en sino el descentramiento propio del mundo
nuestro mundo contemporáneo, si con el interior, su incoherencia, su división entre
neoliberalismo y el capital sabemos que no los ideales y lo que estos han reprimido. Lo
es necesario combatir las doctrinas, sino que se hace evidente no es la sumisión, sino
esperar a que se pasen de moda, y hacer la insatisfacción. La actitud histérica lleva
pactos y chapuzas, y la metáfora del dinero implícita la demanda de nuevos ideales, de
hace del arte moneda falsa? un nuevo amo. Nueva paradoja. El discurso
de la libertad toma un giro en mayo de 1968
Como trabajadora de la palabra, invito a —el objetivo está abiertamente declarado,
conocer bien la espiral a la que la época nos el complejo monoteísta patriarcal se agrieta
arrastra en la obra continuada de Babel, a definitivamente, toda forma de autoridad se
que sepamos nuestra función de intérprete vuelve automáticamente sospechosa. De ahí
en la discordia de los lenguajes y a entender que Lacan desconfiara de aquella protesta
los «nuevos procesos de subjetivación» que estudiantil, señalando que esos estudiantes
el arte produce en cada momento histórico. histerizados querían otro amo. Ahora lo sa-
Concebir la cultura como intervención ci- bemos: era el amo global. Lo que propongo

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La labor de civilizar en la cultura antorcha al oído
contemporánea

es que desde la cultura —escritura, pintura, Es una dificultad que alcanza a uno y otro LA ÉTICA
música, educación—, es decir, desde todos sexo. El concepto de diferencia que invoco A LA QUE
los vínculos sociales, es posible histerizar el aquí es el que, de un modo sintomático, ALUDO
discurso, llenarlo de preguntas, de retos, y que denuncia el carácter «no-todo» de lo social y NADA TIENE
estas preguntas se responden con el enigma. desmonta desde dentro la consistencia de la QUE VER
Histerizar forma parte de la investigación ideología dominante. Retomado en un sentido CON UNA
ética que no sucumba al amo global. reductivo, la mujer como no toda nos obliga DOCTRINA
a repensar los estudios feministas. DE VALORES
Así pues, el trabajo de civilizar supone un O NORMAS
enfoque crítico. Sugiero que la posición El pasado y la memoria histórica nos exigen QUE DIRÍAN
femenina podría establecer un diálogo para intentar esta exploración ética, situándonos DÓNDE ESTÁ
«civilizar» y, si no erradicar, al menos aminorar en territorio de frontera, de la exotopía y, EL BIEN DEL
los efectos terribles de la paranoia que nos simultáneamente, en la responsabilidad re- SUJETO
habita, el discurso de la violencia con sus cíproca entre el arte y la vida. Es necesario
desvaríos psicóticos y su feroz delirio, signo comprender —y me conduce Bajtin— la
y marca de buena parte de la cultura actual, especificidad de lo estético en la cultura
sobre todo de la audiovisual. El paisaje es humana. He aquí el reto para un mundo
desolador... ¿Cómo crear una nueva ética y de semblantes, narcisista, hedonista, exhibi-
un nuevo discurso cultural? Este parece ser el cionista y dominado por el lucro, impúdico
gran reto de la política hoy. La ética a la que y obsceno. ¿Cómo incluir lo otro —y lo 2.
aludo nada tiene que ver con una doctrina femenino como otredad— en un mundo Atenea pensativa.
de valores o normas que dirían dónde está el dominado por la tecnología que produce Foto: Aigialos, Creative Commons.

bien del sujeto. No es una ética prescriptiva, objetos adictivos —y lucrativos— que nos
universal, sino individual, «relativa al discur- separan del deseo y del saber que el deseo
so» del sujeto; ética del «Bien Decir». La produce?
elección ética se enmarca dentro del deseo
inscrito en el discurso desde donde el suje- Es una ética de lo particular, que supone
to habla. La posición ética se centra en la que cada uno debe hacerse responsable de
responsabilidad del sujeto frente a su deseo,
concierne a su síntoma, a su modo de goce,
a su inconsciente; solo desde esa dimensión
sufriente podrá hacerse responsable de sus
actos. Todo ello marca una diferencia. Hasta
aquí el vuelco ético de Lacan.
1· JASPERS STRINDBERG
ANO VA

Lo que propongo desde un cuestionamiento


ético es la posibilidad de las mujeres de ser ·.~·.·~ •• JacquesLacan
«trabajadoras de la cultura», de construir
mundos de saberes, de civilizar histerizan-
do el discurso. Si se exige un lugar para 'iHEDAUGBIER'SSED1JCTION
la mujer en la cultura, sería desde lo que
hoy llamamos la diferencia; no como una
Femiaism
andPsychoanalysis
segregación más, sino como diferencia en
el sentido preciso que le otorga Lacan: «La
mujer no existe, no hay un conjunto en el
cual inscribirse, es no-toda, y encuentra su
ser en la “excepción”». Ésta la diferencia
©Hackett, Creative Commons.

y supone otra lógica opuesta al paradigma


masculino, fálico, universal. Nada hay que per-
mita al sujeto situarse como hombre o mujer
':fHE LANGlJAGEO
si no hay una relación o posición subjetiva
respecto del falo, símbolo de lo universal.

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antorcha al oído

sus actos. Nada tiene para «civilizar» y aminorar los efectos terri-
que ver con una bles del discurso de la violencia que es el
doctrina de valo- consumismo, del individualismo hedonista.
res o normas que El paisaje es desolador...
dirían dónde está
el bien del sujeto; Es necesario intentar ese viraje civilizatorio,
no da preceptos, capaz de hacer surgir el respeto, el pudor, la
es una ética «re- vergüenza, la autoridad, un saber otro más
lativa al discurso». allá del poder. Es decir, un cambio en el
La elección ética modo de habitar la lengua supone un cambio
de cada sujeto se libidinal, un cambio en la relación del sujeto
enmarca dentro del —hombre y mujer— con su deseo. Este es
discurso en el que di- nuestro desarraigo, un exilio del suelo en
cho sujeto se inserta; el que habitualmente nos reconocemos. Y
desde dónde se habla. confieso que, como escriba de la letra, tengo
He aquí el vuelco ético memoria en el rostro, la voz ronca, como si
de la filosofía lacaniana. tuviera una lágrima en la herida. Cuando
Prosigo ligando la ética el carnaval mediático arrastra, volver a la
al desgarramiento que frontera sería el modo
ha supuesto esa fecha de implicarnos en la
traumática del siglo XXI tarea paradójica de
en el dominio histórico. Si lo social. Paradoja, el
aceptamos que cada ruptura modo más enérgico
histórica, cada advenimiento de presentar la ver-
lejano en el tiempo cambia dad, dice Unamuno; la
retroactivamente el significado cultura está construida
de toda la tradición, reestructu­ra por paradojas y equívo-
la narración del pasado, la hace cos; conocerlos permite
legible de otra forma, hemos de afrontar mejor la paranoia
leer este acontecimiento a la luz moderna y sus mortíferos
del pasado, en la medida en que resultados.
se simboliza en el tejido de la
memoria histórica. Con la fecha Volvamos a nuestro presente
coyuntural del 11 de septiembre se y a los fantasmas que he-
reescribió la historia, dando retroacti- mos de vencer. El siglo XXI
vamente su peso simbólico al pasado. irrumpe con la violencia, con
Sobre este fondo sombrío del goce enormes y fuertes procesos de
actual una nueva ética nos permitirá segregación, inscritos en la lógica
desmoronar los universales, desnudar misma del capitalismo. La mirada
la falsa neutralidad de la ciencia y de la va dirigida hacia lo semejante en lo
razón y reconocer el «uno por uno», lo que tiene de diferente. Es, además,
particular. Pero construirla desde el margen, marca fundacional del ser humano,
desde un discurso histerizado que no acepta repite la grotesca concepción de la
la autoridad sin cuestionarla. Quizá así, y política como creencia en la palabra
con la conciencia de que el inconsciente es del otro; palabreo político que no di-
la política, podremos comenzar a entablar simula cómo se cautivan los incautos.
un diálogo que no excluya lo singular, el La historia ya no la hace la religión,
uno por uno, lejano de aquella propuesta «Ahora son los discursos los que realizan
habermasiana, de consenso, otro universal. las rupturas.» Aludo a esos discursos fun-
Esta labor es labor de muchos, de diálogo damentalistas, xenófobos o misóginos, de
entre disciplinas y culturas, con/y las dife- un individualismo feroz que se baten para
rencias. Y más pertinente hoy día; diálogo imponer el discurso del consumo: todo tiene

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La labor de civilizar en la cultura antorcha al oído
contemporánea

un precio.... El mundo está entre la derecha discurso, propio de


occidental y el irracionalismo extremo del nuestra época. Esta
islamismo. novedad adquie-
re todo su peso
El discurso Amo hipermoderno hace vínculo si la situamos en
con la mercancía y tiene en la democracia el contexto de la
una útil coartada. El significante amo parece explosión de dife-
inatacable, precisamente en su imposibilidad. rencias propias de
¿Dónde está?, ¿cómo nombrarlo?; es necesa- la posmodernidad.
rio situarlo en sus efectos mortíferos, en el El reto consiste en
terrible malestar que produce: las «crisis de no confundir el res-
identidad», decimos, y los «procesos de se- peto a la diferencia
gregación». Resumo. «Estamos evidentemente con el estableci-
en una época de segregación ... nunca hubo miento de ghetos
más» —escribe Lacan ya en 1970. Cuanto o la instauración
existe hoy está fundado en la segregación; y/o colaboración
en primer término esa utopía que se llama con procesos de
la fraternidad universal. Sea como sea, «los segregación. Otra
humanos se han descubierto hermanos, y uno trampa: la diversi-
se pregunta en nombre de qué segregación», dad es una forma
dice con ironía. Lo que demuestra Lacan de de velar, ocultar,
forma contundente es que el desbarajuste y modalidades de
ersatz actuales, que producen tanto espanto y goce irreductibles.
horror, son solo el principio. «Nuestro porvenir
de mercados comunes —dice— será contrape- Cambio de tono

©Mon Oeil, Creative Commons.


sado por la extensión cada vez más dura de y de ritmo. En su
los procesos de “segregación”». Después de ese conocida respuesta
«primer intento de segregación social a gran a Einstein, Freud
escala que fue el nazismo», nos enfrentamos invocó a la agresi-
hoy a la segregación por motivos político- vidad devenida del
religiosos, como la sexual o por el género, o instinto de muerte
«la segregación de la anomalía» tan actuales. en su expresión externa como instinto de LACAN
El efecto real llamado segregación, que asfixia destrucción. El trabajo de civilizar supone CONFIRMA LA
hasta la identidad simbólica, pone en marcha poner el peso en la vida, reconociendo el IRRUPCIÓN
la operación imaginaria (la fraternidad) que sufrimiento del síntoma y el malestar que DE UN NUEVO
produce desechos humanos, sin olvidar que produce en el sujeto el vínculo social. Lo FENÓMENO
segregar significa «separar o apartar una cosa sustancial del arte no está en el contenido, DE
de otra u otras». en la materialidad, sino en la creación de un SEGREGACIÓN,
sentido que nos aleja de la pulsión destructiva. UN RACISMO
El discurso es un modo de tratamiento del De aquí que la utilidad social del arte no está DE DISCURSO,
goce, tan eficaz como lo fue la creencia en ser un bien de mercado, sino en remitir PROPIO DE
religiosa. Es evidente que no hay necesidad al sujeto a representarse, a significar para NUESTRA
alguna de ninguna ideología para que haya otro lo irrepresentable, a decir lo indecible ÉPOCA
racismo...es suficiente un plus de goce que sobre su propia verdad, su propia muerte.
se reconozca como tal: el sudaca, el moro, De esta manera hace lazo social. Todo el
el negro, el gitano. Lo más evidente es la mundo pretende y tiene derecho a conseguir
intolerancia radical de los «modos de vida la felicidad, y este ideal es, en tanto tal, solo
diferentes». El peso de ese goce mueve el una ilusión, demuestra Freud.
discurso social, y en este proceso contempo-
ráneo de reabsorción por disolución de las Nuestro reto es des-escribir el pasado para
creencias, Lacan confirma la irrupción de un construir nuevos futuros. Un acto verdade-
nuevo fenómeno de segregación, un racismo de ramente subversivo si hacemos un reverso

85 I N V I E R N O 2 0 0 8 - 2 0 0 9 R E V I S TA D E L I T E R AT U R A Y P E N S A M I E N T O
antorcha al oído

EL PODER poco se puede esperar. Y además, en una


PUEDE época que sustituye la historia por un parque
IMPONERSE, )enema
l~eJac~ue~(1~)))
lacan temático, ¿cómo puede haber narración sin
SOLO LA historia? Y la cuestión ética que no puede
AUTORIDAD
5(ES) obviarse, ¿qué oferta de «subjetivación» tiene
SABE éxito hoy en el mercado?
HACERSE
OBEDECER, La hostilidad del mundo contemporáneo
SIN por la letra escrita es síntoma central, por
ESCLAVIZAR. ejemplo. En el actual desierto simbólico
el arte nos hace sentir y saber cuánto de
©Jclepoulet, Creative Commons.

incivilización produce el capitalismo, in-


cidiendo funestamente en los destinos del
@utre sujeto contemporáneo. Pero conocer qué
moi
(a) obras del arte «hacen saber» el estado de
nuestra civilización y lo que anuncian para
tiempos venideros no es fácil, cuando lo
de los cantos de sirena del discurso Amo que domina en el arte hoy es el «evento»
capitalista y dejamos la piedra en la cumbre... cultural global; la intención del mercado
para que no vuelva a rodar. Urge, pues, leer hace estallar en pedazos el concepto de «obra
en retroactivo nuestras historias personales y del arte». La retórica vacía que alimenta
sociales para desnudar ese goce obsceno que el discurso de la crítica contribuye poco a
interpela desde el goce de la opereta trágica, separar las aguas.
en la paródica repetición del pasado en amo
moderno. Necesariamente debemos producir Lo que deseo subrayar ante todo es el derecho
una conversión, una «rectificación subjeti- de la mujer a ser trabajadora de la cultura»,
va», que nos permita facilitar el camino de a construir mundos de saberes, a civilizar,
civilizarnos y civilizar. Nadie escapa al signo a autorizarse. Desacralizar por una parte, e
de la época. ¿Cómo reconocer entonces que histerizar y poetizar, sería nuestro trabajo
en una obra de arte, cuya injerencia en el hoy... para hacer posible una nueva ética que
estado de una cultura es central, hay algo responda al deseo. Este parece ser el gran
que nos concierne como sujetos, algo que reto que la política elude. Nos encontramos
nos habla, algo que nos mira? Algo que toca ante «una nueva problemática del riesgo».
el corazón de nuestro ser y nos permite La impotencia de quienes deberían afrontar
vislumbrar un saber inédito. Repensemos las transformaciones ocurridas a partir de los
la función del arte en nuestra contempora- 70, con el debilitamiento del Estado social,
neidad. La sublimación es una modalidad nos coloca en situación de vulnerabilidad y
de recubrir y, a la vez, de hacer surgir lo nos induce a vivir vicariamente y de manera
real, es decir, lo imposible de comprender: indirecta a partir de emociones y sentimien-
el silencio de la muerte. tos creados y re-creados por el consumismo
que divide el mundo en grandes masas
Sugiero examinar lo que las obras del arte empobrecidas y desamparadas y pequeñas
«han hecho saber de lo insabido» —el in- minorías enriquecidas. Lo central es que el
consciente. Y sin duda la obra literaria aporta individualismo hedonista es resultado de la
claves, respuestas para lo que se interroga modelación de la subjetividad llevada a cabo
desde el arte. Pero y hoy, ¿somos intérpretes por las instituciones del propio Estado.
de la subjetividad de nuestra época u objetos
del mercado de los goces? Si el capitalismo Invito a ejercitar el pensamiento para adquirir
ha incorporado al artista en el circuito de la saber y autoridad; el poder puede imponerse,
producción de la industria del entertainment, solo la autoridad sabe hacerse obedecer, sin
como animador cultural y artífice de eventos esclavizar. Se trata de buscar la autoridad, no
sociales, o como agente de cultura visual, el poder. Claro que la desconsiderada con-

R E V I S TA D E L I T E R AT U R A Y P E N S A M I E N T O I N V I E R N O 2 0 0 8 - 2 0 0 9 86
La labor de civilizar en la cultura antorcha al oído
contemporánea

secución de los propios intereses predomina mirada, lejos de avergon-


L• ~
en el ámbito cultural e intelectual; no hay
institución que se salve. Y, sin embargo, «El
zar, no es sino una mirada
que también goza» (dice fa ·~
.-1
• 1
filósofo tiene hoy el deber de desconfiar, de
mirar maliciosamente de reojo desde todos los
abismos de la sospecha», escribió Nietzsche,
y ese deber ha de ser nuestro horizonte. Im-
Jacques-Alain Miller).

Hay que repensar el «ma-


lestar en la civilización»
T
.:- ~.
,e
;.
- -• '

plica socavar los prejuicios que anidan bajo


la actual caída de la cultura y la autoridad.
a partir de los efectos del
lenguaje normativo sobre

~
-... •
Autoridad, autorizarnos como trabajadoras el sujeto. Hoy se vive al
~ ••
de la cultura supone buscar respuestas a
nuestras preguntas, concientes de que ningún
texto puede ser un núcleo fijo de sentido,
proponer nuevos puntos de vista. Civilizar
día, y todo el mundo dice L.
que ¡goza!... un goce obs-
ceno el que no civiliza...
El lenguaje se emplea
-
T. -•
con la letra escrita, con el trazo pictórico, para agredir, amenazar, '

con la nota musical. Y domesticar, civilizar
el goce. Instaurar la vergüenza, el pudor, el
respeto a la autoridad del saber. ¿Qué pasa,
entonces, cuando la vergüenza desaparece?
Entonces se instaura el primum vivere como
valor supremo. Y de ahí a la vida como reality
desafiar, retar; pero ya
sabemos en nuestra propia
carne que algunas palabras
dejan huella, tienen capa-
cidad de marca, porque las
palabras tienen poder. A la
.
,-. --
show: «La mirada que allí se instaura (...) es vez, toda palabra llama a una respuesta, y si
una mirada que ya no avergüenza (...) Lo la palabra constituye al sujeto, no podemos 3.
que se refleja en esa vergonzante práctica olvidar que de nuestra posición de sujeto Anna Freud.
generalizada es la demostración de que tu somos siempre responsables. v Foto: Carla216, Creative Commons.

en el próximo número:

Dossier La idea cosmopolita


con artículos de Pedro Cerezo, Javier Muguerza,
Kwame A. Appiah, Juan A. Estrada y Antoni Martí.

La antorcha al oído
colaboraciones de Jenaro Talens, José Luis Martínez-Dueñas,
María Ángeles Grande y Antonio Gómez López-Quiñones.

Lecturas
de Ricardo Senabre, Pedro Arroyal, María Victoria Utrera
y Milena Rodríguez.

87 I N V I E R N O 2 0 0 8 - 2 0 0 9 R E V I S TA D E L I T E R AT U R A Y P E N S A M I E N T O
La televisión
Autora
en la Literatura
Eva Navarro
Martínez
Profesora de Literatura y
Cultura Españolas.
Universidad de Amsterdam.
Autora de La novela de la
Generación X.

De la nueva mirada a la dos reflexiones importantes. Una primera


nueva escritura tendría que ver con la idea, contenida im-
plícitamente en la afirmación de Loriga,

«En este país la gente sigue escribiendo


como si no existiera la televisión».
Esta afirmación, realizada por el escritor
de que la aparición de la televisión supuso
una frontera, un antes y un después, en los
hábitos diarios y culturales de las sociedades
y cineasta Ray Loriga en una entrevista de la última mitad del siglo XX y que, en
concedida a la revista Ajoblanco a finales consecuencia, esos cambios socioculturales
del siglo pasado, se refería a la actividad han repercutido (o deberían haberlo hecho)
literaria de España en esos momentos1. Al en la creación literaria.
margen de su carga de sarcasmo, la sentencia
resulta interesante, no solo porque alude a Una consideración similar es la que se en-
la relación entre la televisión y la literatura cuentra en Historias del Kronen de José Ángel
—dos medios en apariencia opuestos—,
._,l..__,_...,...,.._._,..., ' sino
..............._,
...._._,.._.. ......... ..., ............,..... ..., ............ 1 ........ ..., ........., ......... Mañas,
• •~•,.•••v) cuando
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R E V I S TA D E L I T E R AT U R A Y P E N S A M I E N T O I N V I E R N O 2 0 0 8 - 2 0 0 9 88
La televisión en la Literatura antorcha al oído

mos hijos de la televisión». Con este tipo de


afirmaciones los autores —directamente, o a
través de sus personajes— están aludiendo al
hecho de que los ciudadanos de las sociedades
tecnológicamente avanzadas pasamos gran
parte de nuestra existencia ante la televisión
(u otro tipo de pantallas), tanto en los espacios
públicos como en los privados, lo cual ejerce
un impacto innegable en nosotros. Por tanto,
y estoy de acuerdo con ellos, si entendemos y
aceptamos que a partir de la televisión poseemos
una nueva manera de percibir el mundo, es
lógico que admitamos que el escritor plasme
esa mirada en su obra2.

De hecho, desde que apareció la televisión, ©Videocrab, Creative Commons.


han sido muchas las obras literarias, dentro
y fuera de España, que han introducido di- de generaciones anteriores, como los de la
versos aspectos de la pequeña pantalla en sus Generación Beat americana, o españoles como
páginas o que han construido un imaginario Javier Marías, Suso de Toro, Javier Tomeo o
a partir de la influencia de este medio en Antonio Muñoz Molina, entre otros, también
las sociedades modernas. Recordemos dos han recreado en las páginas de sus libros si-
magníficos y ya clásicos ejemplos de literatura tuaciones relativas a los medios audiovisuales,
que expresaron de forma extrema el nuevo en concreto, a la televisión y el cine.
poder y alcance de la televisión. Uno LA LARGA […]
de ellos fue la obra de George Orwell, Volviendo a la afirmación de Ray Loriga, la DISCUSIÓN
1984, la cual, en una asombrosa sátira segunda reflexión que puede hacerse a partir ENTRE
sobre el stalinismo, construía una ficción de ella es la que versaría sobre la existencia de APOCALÍPTICOS
en la que el régimen dictatorial de Big una suerte de oposición entre los dos medios: E INTEGRADOS
Brother controlaba a los ciudadanos a televisión y literatura. La negativa por parte FRENTE A
través de «telepantallas» instaladas en de la literatura a aceptar la importancia de LA CULTURA
sus casas. El otro sería la obra de Ray la televisión nos remite a la ya tradicional AUDIOVISUAL
Bradbury, Fahrenheit 451, en la cual polémica en torno a la cultura audiovisual y […] SIGUE
la cultura de la imagen llega a suplir a sus nocivos «efectos» para la cultura escri- VIGENTE HOY
casi por completo a la cultura escri- ta y, en general, para la sociedad. La larga EN DÍA
ta. Pero ha sido, sobre todo, en las y, en verdad, anacrónica, discusión entre
últimas décadas del siglo XX cuando apocalípticos e integrados frente a la cultura
la literatura se ha hecho mayor eco audiovisual, que planteara Umberto Eco en
mmons.

del impacto de la televisión en la los años sesenta, sigue vigente hoy en día;
Creative Co

vida actual, mostrando diversos incluso se diría que más avivada, ya que las
aspectos de ésta. Esto se aprecia, «amenazas» a la «cultura elevada» no cesan
ard.author,

especialmente, en las obras de los de crecer. Tanto es así que, en muchos casos,
escritores nacidos a partir de los las reacciones «apocalípticas» han llegado a
©Chrishow

años sesenta. Tal es el caso de convertirse en necrologías de la expresión


autores como José Ángel Mañas, escrita. Creo, por tanto, que la polémica en
Ray Loriga, Benjamín Prado, Félix torno a los supuestos perjuicios ocasionados a
Romeo, Pedro Maestre, Germán la literatura por los medios audiovisuales hacen
Sierra, Juan Bonilla (en España) cada vez más necesario llevar a cabo una
y de Douglas Coupland, Breat revisión de esta oposición y de los múltiples
Easton Ellys, Irvine Welsh, Nick malentendidos surgidos a su amparo. Por lo
Hornby o Ben Elton, (en el resto de Europa mismo, las páginas que siguen se articularán
y en Norteamérica). Sin embargo, autores en torno a dos ejes: en primer lugar, se pro-

89 I N V I E R N O 2 0 0 8 - 2 0 0 9 R E V I S TA D E L I T E R AT U R A Y P E N S A M I E N T O
antorcha al oído

¿VERDADERA-
MENTE ES EL 1. plenamente con esta opinión y creo, además,
AUGE DE LA que de esta apoplejía es precisamente de
TELEVISIÓN cederá a una nueva lectura de esta polémica donde surgen gran número de las críticas
Y OTROS y de la relación «externa» entre televisión y e interpretaciones equívocas respecto de la
MEDIOS literatura; y en segundo, se ofrecerá una visión amenaza que supone la televisión para la
AUDIOVI- panorámica de algunas de las transformaciones salud de la literatura.
SUALES EL que, precisamente por influjo de la televisión,
RESPONSABLE habría experimentado la escritura literaria y, a Los debates sobre las pantallas y la literatura
DE QUE SE partir de ella, también nuestra propia forma, parecen girar, sobre todo, en torno a tres
LEA POCO? como lectores, de acercarnos a los textos. líneas principales que esbozaré solo muy
brevemente: la primera es la idea de que la
televisión habría usurpado el terreno a las
Solo ante el peligro: letras; la segunda, la de que la televisión
el libro y los fantasmas fomentaría lo que George Steiner ha llamado
audiovisuales una «alfabetización pop»; y la tercera, la de
que la cultura del libro sería superior a la
«La televisión es un instrumento literario cultura audiovisual.
sumamente perfeccionado,
cuando alguien la enciende, me voy a la En lo que respecta a la primera de las tres
habitación de al lado y leo un libro.» ideas, los críticos y escritores más apocalípticos
Groucho Marx no solo se quejan del desencanto de la lectura
entre los ciudadanos actuales, sino, yendo más
Plantear un estudio partiendo del binomio lejos aún, de la amenaza de extinción que
televisión y literatura nos remite inevitable- parece planear sobre el libro y sobre la letra
mente a la vieja e interminable polémica impresa en general. Llegados a este punto,
sobre la «cultura de masas» o «cultura baja», un mar de dudas amenaza con ahogarnos,
frente a la «cultura alta»; con la televisión, de por lo que no nos queda sino detenernos en
entrada, en el primer grupo; y la literatura, en su orilla y plantearnos seriamente algunas
el último. El crítico norteamericano Richard preguntas —de no fácil respuesta, por fortuna.
Lanham escribía con bastante ironía, antes Por ejemplo: ¿Verdaderamente es el auge
incluso de la era de Internet, que cuando se de la televisión y otros medios audiovisuales
trataba de «enfrentarse» a los medios electró- el responsable de que se lea poco? ¿Lee la
nicos —que para muchos, puntualizaba, se gente menos que antes de la existencia de
resumían en la televisión—, gran parte del estos medios? Sin tratar de optar por una u
mundo de las letras daba la apariencia de otra posición, es necesario que admitamos
sufrir una especie de «apoplejía intelectual» que la televisión no es en absoluto la única
que le impedía enfrentarse a este contexto culpable de que se lea poco (todos sabemos
—radicalmente nuevo— de una forma cohe- que España, históricamente, nunca ha sido
rente o al menos relativizadora3. Coincido un país eminentemente lector, sobre todo si

R E V I S TA D E L I T E R AT U R A Y P E N S A M I E N T O I N V I E R N O 2 0 0 8 - 2 0 0 9 90
La televisión en la Literatura antorcha al oído

lo comparamos con otros países de Europa).

©Centrífuga*desaparecida, Creative Commons.


Por tanto, a la pregunta de «¿ve la televisión
el público que antes leía?», debería darse,
sin duda, una respuesta negativa. La televi-
sión no le habría usurpado parte del terreno
solamente a la literatura, sino, sobre todo,
a otras formas culturales y de ocio, como
asistir al cine o al teatro. En todo caso,
tal como sostiene Díez Borque en su libro
Literatura y cultura de masas, la televisión
habría desplazado a la literatura de masas, a
la subliteratura4, ya que las teleseries serían
el correlato de los subgéneros literarios.

Los planteamientos de Díez Borque siguen


siendo, me parece, perfectamente aplica-
bles a la situación actual, entre otras cosas
porque la discusión de aquellos años —en
los que el autor señalaba que el recelo que la supuesta muerte de la literatura este autor EN TODO
el escritor sintió en su día hacia el cine lo responde con las siguientes palabras: CASO, LA
estaba sintiendo ahora hacia la televisión—, TELEVISIÓN
no se ha terminado de resolver. Desde luego, «Mantener que la novela ha muerto es HABRÍA
resultaría un tanto incongruente afirmar que, algo así como decir que ha muerto la DESPLAZADO
precisamente ahora, cuando, al menos en ficción en prosa. Yo más bien diría que A LA
Occidente, la tasa de alfabetización es más hay una manera de narrar acontecimientos, LITERATURA
alta que nunca en la Historia, la gente lee proveniente del siglo XIX y considerada DE MASAS,
menos que cuando no sabía leer. Que se lea propia del discurso novelístico por anto- A LA
poco no se debería solo a la televisión ni a nomasia, que ha perdido vitalidad, que no SUBLITERA-
los nuevos medios tecnológicos; sino que se adecua a las necesidades del escritor TURA
sería un problema anterior a la aparición ni del lector»6.
de los mismos. Como bien escribe Lorenzo
Vilches en La migración digital: Otro escritor que se ha pronunciado de
forma extensa y más o menos conciliadora
«Resulta tan arbitrario decir que los pro- sobre este tema es el neoyorquino Jonathan
blemas de la literatura empiezan con la Franzen, quien también ha negado la aserción
televisión o las tecnologías multimedia de que «la novela está muriendo porque el
como afirmar que la literatura comenzó consumidor ya no la quiere»7; y que, al igual
con la invención de la imprenta» 5. que Orejudo, ha admitido que la autoridad
como medio cultural y de ocio que ésta tuvo
Efectivamente tales posturas no son solamente durante siglos se estaría hoy tambaleando.
arbitrarias, sino que denotan claramente la Estoy de acuerdo con ambos escritores en
existencia de una confusión entre libro y que la situación para la literatura impresa ha
cultura verbal. cambiado. Pero me parece algo exagerado
sostener que la palabra y la creación literaria
En defensa de la buena salud de la litera- han muerto, cuando todos sabemos que nunca
tura, me remito al escritor y crítico Antonio como ahora existieron tantas posibilidades de
Orejudo, quien reconoce que las pantallas expresión verbal (oral y escrita). Ante tanta
1.
suponen un marco inaudito para la literatura oferta cultural y de ocio como disponemos
Monumento a la
y lectura de libros y que, además, admite que hoy en día, es lógico que el libro no sea el
imprenta en Alcalá de
los discursos audiovisuales ofrecen nuevos único protagonista del panorama cultural.
Henares.
modelos de creación para la escritura. A las Pero ni la creación ni la lectura de libros van Foto: Daniel Rodríguez Calvo,

posturas más apocalípticas en relación con a desaparecer, creo, mientras haya un sector Creative Commons.

91 I N V I E R N O 2 0 0 8 - 2 0 0 9 R E V I S TA D E L I T E R AT U R A Y P E N S A M I E N T O
antorcha al oído

de la cultura que, por las razones que sea, lo libro ya no ejerce los poderes que le eran
apoye y lo fomente. Y todos sabemos que lo consustanciales, tales como ser elemento único
hay. Si atendemos a las estadísticas, ese tan de evasión y dueño de nuestro razonamiento
cacareado desencanto de la lectura choca y sentimientos...»9 porque la televisión le
con las cifras de ventas de algunos escritores. ha arrebatado esas funciones, es no solo
Uno de los muchos ejemplos al respecto lo cuestionable, sino además bastante simplista,
ofrece el mismo Jonathan Franzen en «Why puesto que presupone, nada menos, que el
bother?» (¿Por qué alarmarse?): poder de la lectura, capaz de establecer una
íntima relación entre lector y libro, se ha
«El best-seller numero uno de 1955, desvanecido; que la emoción de la lectura
Marjorie Morningstar, vendió ciento ha muerto. Posturas como ésta resultan de
muy poca utilidad para la propia literatura
y, sobre todo, para analizar y entender la
situación cultural actual de una forma crítica
(e inteligente) y conciliadora.

El segundo punto de la polémica, al que


aludía más arriba, es que en el caso de que
el libro no sucumba del todo a estos potentes
enemigos, la mayoría de los lectores actuales
parecen no estar lo suficientemente prepara-
dos para profundizar en la lectura. Esta es
la opinión defendida, como ya he señalado,
por autores como George Steiner10, quien
lamenta la creciente falta de una verdadera
«alfabetización cultural», entendida ésta
como la habilidad de participar en la inter-
textualidad profunda de los textos literarios.
Según Steiner, estamos adquiriendo una
«semi-alfabetización» o «sub-alfabetización»
que hace imposible a los textos literarios
«sobrevivir desnudos y lograr, sin vigilancia,
©Ylvas, Creative Commons.

un impacto en el lector». Pero Steiner no


sería el único crítico que ha hecho refe-
rencia a una cultura o alfabetismo pop, o
a la vulgarización de la cultura provocada
en buena parte por la gran explosión de la
noventa mil copias en las librerías. En cultura audiovisual. Otros que también lo
1994, en un país cuya población ha hacen son Gilles Lipovetsky, en su famoso
crecido menos del doble, The Chamber, ensayo La era del vacío; o el crítico holandés
de John Grisham, vendió mas de tres René Boomkens, quien define nuestra época
millones. Publicar es hoy un subsidiario como la del Popmodernisme11.
ESE TAN de Hollywood, y la novela “bombazo” es
CACAREADO una mercancía comerciable en masa, un El tercer punto de la discusión, tal vez el más
DESENCANTO sustituto portátil de la televisión» 8. peregrino e infundado, pero a la vez el que
DE LA más leña echa a la encendida polémica, es
LECTURA Como muy bien se desprende de las palabras la oposición radical que se suele establecer
CHOCA CON de Franzen, la «cultura de masas» no es entre televisión (y, por extensión, pantallas) y
LAS CIFRAS exclusiva o no equivale a «cultura audiovi- literatura. Como daba a entender la cómica
DE VENTAS sual», sino que también se encuentra en el cita de Groucho Marx, «o se lee o se ve la
DE ALGUNOS ámbito de la literatura. Por tanto, insistir, televisión», sin reconciliación posible entre
ESCRITORES como hacen los «alarmados», en que «el ambas actividades. Leer se constituye, de

R E V I S TA D E L I T E R AT U R A Y P E N S A M I E N T O I N V I E R N O 2 0 0 8 - 2 0 0 9 92
La televisión en la Literatura antorcha al oído

este modo, en una especie de resistencia o tradicionales (literatura, pintura, música, etc.),
parapeto frente al bombardeo de los media. ni pueden medirse con los mismos parámetros
Desde esta apocalíptica perspectiva, los libros que éstas. Por lo mismo, la mejor actitud sería
ya no son solo un bien cultural, o de distrac- entender que la literatura es una cosa y la
ción, sino que adquieren el status de «signos televisión otra, y que equiparar sus valores
de distinción», hasta el punto de que se ha carece de todo sentido. No se puede negar
llegado a decir que «la expresión última de que la lectura aporta valores que la televisión
esa regla sería dividir el mundo en dos catego- no ofrece, pero hay que comprender que se
rías: los alfabetos (quienes saben leer y leen) trata de dos medios totalmente distintos, que
y los analfabetos (los que no leen, sepan o por consiguiente esperan de sus «consumi-
no hacerlo)»12. Esta tajante aseveración deja dores» (los lectores o espectadores) «usos» y
entrever, sin duda, la consideración de que
el verdadero o auténtico alfabetismo es aquel
que proviene única y exclusivamente de los
libros o, un poco más extensamente, de la
cultura tradicionalmente considerada «alta».
A planteamientos como éstos se podría res-
ponder con la afirmación del escritor chileno
Antonio Skármeta de que «los responsables de
la glorificación casi mundial de la incultura
y la banalidad son, sí, los medios masivos
obsesionados por el rating, pero también los
intelectuales y su actitud hermética, solemne
y pretenciosa hacia la televisión»13.

A mi juicio, la mayoría de las quejas y


opiniones «apocalípticas» surgen de una
actitud demasiado elitista, caracterizada por
considerar la cultura de los libros como la
única verdadera y capaz de ofrecer una for-
mación adecuada al ser humano. Coincido
con Richard Lanham en que, para muchos
escritores y críticos literarios, el nuevo mundo
audiovisual estaría separado del viejo mundo
de la imprenta por un cataclismo que habría
creado dos esferas apartadas e irreconciliables.
Creo que aquí es donde se halla la raíz, no
solo de la polémica misma, sino también de
la dificultad para explicar la posición de la
literatura frente a la televisión y otros medios
audiovisuales. Efectivamente, la literatura (y
no precisamente la novela; pensemos más bien
en el teatro o la poesía) ha perdido parte del
monopolio como medio cultural y de ocio «posturas» diferentes. Me parece, por tanto, 2.
que tuvo durante siglos, pero no deberíamos un poco gratuito responsabilizar de la falta
olvidar que su alcance, al menos el de la lite- del hábito de la lectura a las múltiples posibi-
ratura escrita, siempre fue para una minoría lidades de ocio e información que poseemos
letrada y mayoritariamente masculina. en la actualidad. ¿Sería mejor no tenerlas? Es
verdad que las tentaciones son muchas, pero la 2.
La televisión y las nuevas formas culturales, decisión última de apagar la televisión y coger Torre de televisión en
tanto audiovisuales como verbales, no pueden un libro es del usuario. Del mismo modo, Nagoya, Japón.
entrar dentro de los márgenes de las artes y aunque esto es quizás un tema de mayor Foto: yui.kubo, Creative Commons.

93 I N V I E R N O 2 0 0 8 - 2 0 0 9 R E V I S TA D E L I T E R AT U R A Y P E N S A M I E N T O
antorcha al oído

complejidad, la responsabilidad de hacer que de tener múltiples orígenes, influencias o


el público encuentre la lectura de una obra fuentes de inspiración, procedentes tanto
literaria más interesante que un determinado de otros géneros artísticos, como de otras
programa televisivo sería fundamentalmente culturas o ámbitos geográficos. Por citar de
de los escritores y de los encargados de fo- nuevo al escritor Ray Loriga, supone preci-
mentar la lectura y la literatura. samente un esfuerzo increíble definir qué
sean «las raíces» en un mundo en el que,
a través de la televisión y otros medios de
La televisión comunicación, es posible conectarse a gran
en la literatura cantidad de países y en el que la tecnología
hace posible que la cultura viaje por todo
Podría decirse que la interrelación entre dife- el planeta con una rapidez sin precedentes.
rentes géneros artís-
ticos es algo innato a
la creación cultural.
El texto literario es
un lugar de diálogo
con el lector, en el
que se encuentran el
yo del escritor y su
mundo simbólico y
el yo del lector y su
bagaje ideológico y
cultural; un diálogo
que se desarrolla
en una red (o con-
texto) cultural que
©Adactio, Creative Commons.

determina tanto la
forma de escribir
como la de acercarse
a los textos. Est a
mediación cultural
afecta al escritor (en
la composición del libro), al producto (en En este contexto, los conceptos de «local
su distribución, propaganda…) y al lector (en y global» han adquirido otro estado, o, in-
su actitud hacia la lectura y en su interpre- cluso, se han convertido prácticamente en
tación de la obra). Esta misma descripción abstracciones. La televisión ha transformado
podría aplicarse, aunque de otro modo, a nuestra percepción del espacio y nuestra
la producción televisiva, puesto que tam- idea de cercanía o lejanía.
bién la manera de hacer televisión cambia
LA según el espacio y la época. A partir de Como muestran muchas obras en las que la
TELEVISIÓN este planteamiento habría que admitir que televisión u otras pantallas aparecen repre-
HA todas las obras literarias y artísticas tienen sentadas, la introducción de la televisión y
TRANSFOR- un claro carácter metacultural y que, por sus diversos elementos en el texto literario
MADO lo mismo, todas ellas apelan, en mayor o afecta, sobre todo, a tres aspectos fundamen-
NUESTRA menor medida, a otras formas culturales, tales: la narración, los personajes y el espacio
PERCEPCIÓN como productos que son siempre del con- literario. Aunque existen estudios profundos
DEL ESPACIO texto en el que aparecen. Esta característica sobre la interrelación entre la literatura y
Y NUESTRA se habría acentuado en el siglo XX, preci- medios como el cine, apenas hay, en cambio,
IDEA DE samente con la introducción de la cultura estudios detallados sobre la televisión en la
CERCANÍA O audiovisual. Las obras literarias (o artísticas) literatura. Por eso me parece necesario un
LEJANÍA. actuales son, por tanto, más susceptibles estudio de este tipo, que propongo plantear

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La televisión en la Literatura antorcha al oído

partiendo de las funciones que la televisión Podría resumirse diciendo que, desde la LA
desempeña dentro del texto. Es lo que llamo literatura, se invita a una reflexión sobre TELEVISIÓN,
las funciones literarias de la televisión. Se la televisión y sobre su alcance en nuestra AL ESTAR TAN
trataría, en esencia, de atender al rol de vida cotidiana. SUMAMENTE
la televisión en el texto literario desde el PRESENTE
punto de vista argumental y temático, pero Respecto a cómo ha afectado la presencia de EN ALGUNAS
también desde la perspectiva de su aspecto la televisión a la creación de los personajes HISTORIAS,
formal, en todo lo referido a los personajes literarios, una actitud destacada en muchas LLEGA A
y, finalmente, teniendo en cuenta también el obras en las que aparece este medio de comu- CONVERTIRSE
contexto cultural en el que las obras se han nicación es la «teleadicción» de sus protago- ELLA MISMA
escrito y leído, es decir, prestando atención nistas. Esta marca va más allá del carácter del EN UNA
a la posición del lector 14. Dichas funciones personaje o de ser un recurso temático, ya que PROTAGONISTA
tiene repercu- MÁS.
siones en otros
aspectos, tales
como el de la
relación entre
los personajes,
o en cuestiones
como el espacio
y el tiempo de
la obra. Quiero
decir que, al in-
troducir el espa-
cio televisivo en
el literario, se
multiplican los
©Matti Mattila, Creative Commons.

espacios dentro
de la narración,
lo que acaba
desembocando
en el caracte-
rístico juego de
podrían agruparse en tres fundamentales, espejos. En las obras en que la televisión está
pero que pueden incluir otras. La primera muy presente también se da con frecuen-
sería la función técnica, que se traduce en cia un tipo de personaje al que se puede
la repercusión que la televisión puede ejer- calificar de «personaje zapeador», ya que
cer en la composición y el lenguaje de las nos muestra la historia (cuando la hay) o
obras literarias; la segunda sería la función segmentos de la misma, de forma alternativa
argumental y temática, ya que la televisión y fragmentada.
participa o cobra un papel importante en el
desarrollo de la historia y puede ser, incluso, Junto a estos personajes «reales» dentro del
un personaje de la misma; y una tercera, libro, también podemos encontrarnos con
la predominante a mi juicio, es la función que la televisión, al estar tan sumamente
referencial o mediadora entre la literatura presente en algunas historias, llega a con-
y el entorno sociocultural en que ha sido vertirse ella misma en una protagonista más.
creada. A esta última función se la puede Esto sucede de dos formas: por un lado, es
calificar también como función reflexiva, el propio televisor el que se personifica; por
ya que la televisión así introducida en la otro, son los personajes televisivos los que
obra literaria apela a sí misma, en cuanto saltan al espacio literario e interactúan con
a estructura y contenidos, y en cuanto a los «propiamente» literarios que los estaban
los debates socioculturales en torno a ella. observando. Mediante estos recursos la tele-

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antorcha al oído

una conciencia, por parte de los autores o


narradores, del importante rol de la pequeña
pantalla como fenómeno de transformación
social. Por un lado, se lleva a cabo una re-
creación nostálgica de la niñez a través de
la televisión y de algunos de sus personajes
y programas. La televisión se convierte así en
archivo del pasado y la memoria, cumpliendo
una función historiográfica o memorística,
al recoger y guardar los sucesos de diversa
índole de la historia de una comunidad
nacional o internacional. Pero, al mismo
tiempo, esa memoria colectiva certificada por
la televisión es también individual, ya que
los recuerdos «compartidos» de programas
televisivos se guardan junto a los recuerdos
«privados» de las vivencias de cada uno. Por
otro lado, se puede ver en algunas obras el
3. visión se convierte en un espacio particular papel que juega la televisión en la formación
que se inmiscuye en los lugares donde está de la idea del propio yo frente a los otros y
encendida y que sirve de trasfondo sonoro, de la oposición local-global. En definitiva, la
espacial y temporal a la narración. Creo que televisión de fondo amplía los espacios (de
en algunas novelas actuales también es posible lugar, de tiempo y sonoro) de la narración,
hallar una representación —en la mayoría lo que hace que el lector reciba la historia
de los casos, diría que conscientemente principal de forma fragmentada y que tenga
elaborada por el autor— del abuso o mal que «desplazar» su mirada constantemente
uso de la televisión, tanto por parte de los —como si los personajes hicieran zapping
productores como de los usuarios, y también por él—, de un espacio a otro, en el que
de cómo este medio audiovisual es capaz de se dan situaciones totalmente ajenas a las
inmiscuirse en nuestra vida privada-doméstica del primero.
y de las consecuencias que ello tiene en
las relaciones interpersonales. Este aspecto Otra prueba sobre el papel y el alcance de
enlaza con la oposición «público-privado», las pantallas en las sociedades modernas es
conceptos ambos que están viendo alteradas el hecho de que hayan aparecido algunas
sus fronteras e, incluso, su sentido y signifi- obras literarias totalmente inspiradas en los
cación, cuando son tratados en la televisión. contenidos de la televisión e incluso en al-
Además de ser un espacio físico paralelo al gunos formatos. Así encontramos casos como
literario, la televisión se convierte, como pasa la novela Sellevision, de Augusten Burroughs,
en la vida real, en un lugar simbólico que basada en los programas de «teletienda»,
amplía el espacio psicológico del personaje, o como Dead Famous, de Ben Elton, una
puesto que es un instrumento sobre el que especie de adaptación literaria del programa
ENCONTRAMOS proyectar la emoción o el deseo. Big Brother; entre otros muchos ejemplos,
CASOS COMO casi siempre inspirados en los espacios de
LA NOVELA Otros elementos en los que la televisión la llamada «telerrealidad». En estos casos,
SELLEVISION, juega un papel importante son los relacio- y al contrario de lo que era habitual hasta
DE AUGUSTEN nados con el tiempo de la obra literaria. En ahora, estaríamos hablando de una adapta-
BURROUGHS, este sentido, la pequeña pantalla aparece ción literaria de la televisión. A esto habría
BASADA en numerosas obras como protagonista en que añadir que la televisión, como máquina
EN LOS la formación del entorno televisual y como productora de mitos y modelos estéticos o
PROGRAMAS gran responsable de procesos tales como de comportamiento, constituye el motor de
DE la globalización cultural o la creación de creación de algunas ficciones literarias; hecho,
«TELETIENDA» una memoria colectiva. Existe, por tanto, por otro lado, que no hace sino continuar

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La televisión en la Literatura antorcha al oído

la larga tradición de personajes mitológicos de expresarlos, sino también la lectura y la AMBOS


y literarios inspirados en la ciencia y la interpretación de los mismos. MEDIOS,
tecnología. Y SUS
Concluyendo, creo que a estas alturas sería CORRESPON-
No obstante, a pesar de las evidentes trans- absurdo negar la importante aportación de DIENTES
formaciones que la televisión ha provocado la producción audiovisual a la cultura de NARRATIVAS,
en la literatura, un análisis detenido de la nuestra época, como tampoco puede negarse SURGEN DE
interacción de la televisión con el texto que la televisión ha cambiado nuestra socie- UN TRONCO
literario permite comprobar que ambos medios, dad y que, a partir de ahí, ha influido en la COMÚN, EL
y sus correspondientes narrativas, surgen de un creación literaria y en la lectura. Más que PRINCIPIO
tronco común, el principio de la narratividad, nunca, por tanto, es necesaria una crítica DE LA
que es el que las diferencia de los nuevos de la interrelación de la literatura con estos NARRATIVIDAD
medios post-narrativos, como pueden serlo medios, pero una crítica constructiva, en la
la realidad virtual y otros géneros digitales que la labor del crítico sea detectar cuáles
basados principalmente en el principio de la son esos cambios y ayudar a entender la
interacción. Esto quiere decir que muchos de nueva situación.
los aspectos y rasgos de la literatura que se
señalan como herederos de los audiovisuales Al margen de cualquier polémica y en
se habían dado ya, en una u otra medida, en medio de este complejo contexto cultural,
la primera, y que, por tanto, son los nuevos la literatura, por ahora, seguirá existiendo e
medios quienes han podido tomarlos de ella. intentando cumplir su papel, ya sea el de
Pensemos, por ejemplo, en Don Quijote como entretenernos, o el de ayudarnos a conocernos
uno de los personajes literarios «a ritmo de mejor a nosotros mismos y al mundo que
zapping» por excelencia. Todo esto tiene nos rodea. Esta es la tarea que la escritura
que ver con el hecho de que el entorno literaria sigue llevando a cabo, como siem-
audiovisual en el que nos hallamos y nuestra pre lo ha hecho, adaptándose a las nuevas  3.
constante exposición a las pantallas, lo que circunstancias socioculturales y valiéndose Augusten Burroughs,
llamamos la «condición televisual», no solo de las nuevas formas de expresión que se autor de Sellevision.
determina los mensajes literarios y el modo le brindan. v Foto: Somegal, Creative Commons.

Notas
1. del oeste, policíacas y de aven- 9. 12.
José Rivas, «Ray Loriga: un púgil turas, o las de terror —la mayoría A. Remesal, «Literatura y televi- A. Remesal, «Literatura y tele-
a ritmo de zapping», Ajoblanco, de ellos, en efecto, en extinción sión», Signa, 5, 1996, pp. 307- visión».
diciembre 1993, pp. 34-38. (J. M. Díez Borque, Literatura y 315. La versión consultada aquí 13.
2. cultura de masas, Castellón, Al- procede de una publicación digi- A. García Hernández , «Sobre An-
En mi libro La novela de la Gene- Borak, 1972). tal que se encuentra en la Biblio- tonio Skármeta», Sitio digital de
ración X (Universidad de Granada, 5. teca Virtual Cervantes. la Casa de las Américas, 21 de
2008), dedico un capítulo a la te- Lorenzo Vilches, La migración di- 10. marzo de 2005.
levisión y a su presencia y reper- gital, Barcelona, Gedisa, 2002, Algunos de los trabajos de Geor- 14.
cusión en la literatura de algunos p. 98. ge Steiner que abordan esta pro- Desarrollo más en detalle todas
autores contemporáneos. La televi- 6. blemática son, «In a Post-Culture» estas funciones en mi libro to-
sión es estudiada como tema dentro Antonio Orejudo, «Buscando en en Extra-Territorial: Papers on Li- davía inédito La televisión en la
de las novelas y como medio que el baúl de los recuerdos: nove- terature and Language Revolution literatura.
ha podido influir en la creación de la, sociedad, ideología y compro- (New York, Atheneum, 1971) o
una nueva expresión literaria. miso», Tonos Digital 2, noviem- «After the book?» en On Difficult
3. bre 2001. and Other Essays (Oxford, Oxford
Richard Lanham, The electronic 7. University Press, 1978).
word, Chicago y Londres, Univer- Jonathan Franzen, How to be 11.
sity of Chicago Press, 1993. alone, Nueva York, Farrar, Straus René Boomkens, «Popmodernis-
4. & Giroux, 2002, p. 94. me», Dietsche warande en Bel-
Entre estos géneros el autor in- 8. fort (Amsterdam), 4, agosto 2000,
cluía, por ejemplo, la novela rosa, J. Franzen, How to be alone, p. pp. 397-427.
el folletín, la ciencia ficción, las 85. La traducción es mía.

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Parece que los tiempos
Autor
han cambiado pero
Jesús Nebreda
Profesor de Filosofía.
permanecen los dioses.
Los cien años
Universidad de Granada.
Autor de Las razones
del único.

de Simone de Beauvoir

ACERCA DE
SIMONE DE
BEAUVOIR,
A la asombrosa coincidencia entre el año
en curso y el de 1908, el que ambos
terminen en ocho, se ha de añadir la de que
los otros, los tres también se separaron unos de
otros. La muerte al fin separó definitivamente
a dos de ellos del restante. Las palabras que
PERSONA entre ellos ha transcurrido exactamente un Simone de Beauvoir escribió tras la muerte
Y OBRAS, siglo. Siguiendo, more mathematico, el que ya de Sartre bien pueden aplicarse a los tres en
[…] NUNCA desde hoy se conoce como método histórico un cambiante rondeau: Sa mort nous sépare.
ESCRIBÍ NI efemeridiano1, hallo tres filósofos, entre los Ma mort ne nous réunira pas. C’est ainsi.
HE ESCRITO para mí relevantes, que coinciden en haber C’est déjà beaucoup que nos chemins aient
AÚN NADA nacido hace cien años, con la particularidad pu si longtemps s’accorder2. Habrá quienes
de que uno de ellos además ha llegado vivo piensen que Lévi-Strauss es más antropólogo
hasta el día de hoy. Los tres filósofos de los que filósofo y también quienes opinen que
que hablo son: el primero, Claude Lévi- Simone de Beauvoir fue más novelista que
Strauss que, nacido el 28 de noviembre de filósofa. Creo que quien les niegue el derecho
1. 1908 en Bruselas sigue vivo en París, hoy, a entrar en la nómina de los grandes filósofos
día 16 de agos- del siglo XX sencillamente se equivoca. ¿Por
to de 2008, en qué me llama la atención el centenario de
que comienzo estos tres filósofos y en ese orden? Dediqué
a escribir estos en su día largo tiempo a leer y estudiar la
párrafos. El se- obra de Claude Lévi-Strauss e hice sobre ella
gundo, Maurice mi trabajo de licenciatura, uno de los prime-
Merleau-Ponty, ros trabajos que se hicieron en nuestro país
nació en Roche- sobre el tema, allá a finales de los sesenta,
fort-sur-Mer el y que no publiqué porque pertenezco a una
14 de marzo de generación y un tiempo en los que publicar
1908 y murió estaba mal visto.
tempranamente
en París el 5 de Ante una hipotética tesis doctoral sobre la
mayo de 1961 a repercusión de las teorías lingüísticas en el
los 53 años de pensar filosófico a lo largo de la historia,
edad. El tercero, preparaba más tarde largas lecturas y amplios
la tercera, Simo- resúmenes para ello, y acabé centrando mis
ne de Beauvoir esfuerzos en un trabajo acerca de la fenome-
nació en París el nología del lenguaje de Maurice Merleau-
día 8 de enero Ponty, trabajo que, editado tardíamente en
de 1908 y mu- 1980, fue también de algún modo pionero
rió, también en en el interés que despertaron en España los
París, el 14 de escritos del filósofo. Cuento todo esto, no
abril de 1986. por vanidad personal, sino por valorar lo
Los tres se cono- siguiente: acerca de Simone de Beauvoir,
cieron, los tres persona y obras, al menos algunas de ellas,
escribieron los que conocía desde antiguo, nunca escribí
unos acerca de ni he escrito aún nada. Y me pregunto si

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Parece que los tiempos han cambiado antorcha al oído
pero permanecen los dioses

no estaré yo mismo cayendo en una actitud tiene como resultados palpables, en estos LOS
bastante común, algo que me produce cierta tiempos nuestros y en esta nuestra piel de FILÓSOFOS
repugnancia intelectual y humana, esto es, toro, la muerte a manos de sus maridos no- EN GENERAL
si no será porque era una mujer, al fin y al vios amantes y asimilados de unas setenta u NO HAN
cabo. Sartre preguntó a Simone de Beauvoir ochenta mujeres por año, dato escalofriante DEJADO
en cierta ocasión qué había supuesto para para pieles culturalmente menos curtidas que DE DECIR
ella el hecho de ser mujer, y ella se las nuestras. Ya en el siglo V, los cris- TONTERÍAS
interrogó: ¿Qué ha supuesto para tianos alejandrinos INTERESADAS,
mí el hecho de ser mujer?, con desgarraron el QUE NO
lo que él insistió: ¿Has sentido cuerpo de Hy- INTERESANTES,
discriminación por el mero hecho patia, mujer, ACERCA DE
de serlo? y entonces contestó sabia, matemá- LAS MUJERES
Simone: Nunca me he sentido tica y pagana,
inferior por ser mujer; la fe- asesinato que
minidad no ha sido una traba produjo tal
para mí. Pero Sartre le dio repulsa social
un consejo: Sin embargo no que el comité
has sido educada de la de agitación y
misma manera propaganda de
que un chico.
Convendría Sírnone-' la época se in-
ventó la leyenda
que reflexiona-
ses sobre ello.
'é(eCBecuivoií" de Santa Cata-
lina de Alejan-
Ella se puso a
}\/1.1:~~;~óB,lAS dría para acallar
pensar y acabó DE-01\11.A-1\,1.E~"ÑA las conciencias
pariendo el más BE1\ll.-co1\ll.?OB.'TADA y las protestas.
famoso manifies- Sin llegar, que se sepa, a tales
to del feminismo barbaridades, los filósofos en
que a lo largo de general no han dejado de
setecientas páginas decir tonterías interesadas,
pondría las bases que no interesantes, acerca
de lo que hoy cons- de las mujeres. Platón,
1.
tituye la figura de la homosexual y totalitario
La tumba de Jean
mujer occidental . 3
avant la lettre, admirador
Paul Sartre y Simone
Sin pretender que de los espartanos, antidemó-
de Beauvoir en
ocurra nada parecido, crata confeso, enemigo de la sociedad
el Cimetière de
faltaría más, me he 2. abierta, partidario de la eugenesia y otras
Montparnasse.
preguntado yo hoy a mi lindezas, el divino Platón, digo, es el único Foto: OscarDC, Creative Commons.
vez por qué no escribí nunca nada acerca de filósofo, dejando aparte al benemérito John  2.
Simone de Beauvoir e intento reflexionar sobre Stuart Mill, que dijo lo evidente: La única Durante 2008 se
ello en este artículo, tanto más por cuanto diferencia natural entre el varón y la mujer ha conmemorado el
que una de mis más hondas preocupaciones es que la mujer pare y el varón engendra. primer centenario del
acerca de nuestra cultura occidental y latina Todo lo demás es cultural. Los que tras él nacimiento de Simone
es la secular, y también religiosa, tradición vinieron, de Aristóteles en adelante, y pese de Beauvoir. En la
de considerar a la mujer como posesión del a Whitehead (La historia de la filosofía son foto puede verse la
varón hasta el punto de justificar asesinatos notas a pie de página de los Diálogos de portada de la edición
casi rituales con la terrible expresión castiza Platón), vinieron a escribir glosas más o portuguesa de uno
de La maté porque era mía. menos amplias del dicho popular: La mujer de sus libros más
honrada, la pata quebrada y en casa. La lista conocidos, Memorias
Bajo expresiones como esa, se esconde y sería tediosa. Solo un ejemplo: las estupideces de una joven formal
agazapa una inveterada costumbre, de hondas que Schopenhauer escribió sobre las mujeres (1958).
raíces filosóficas, religiosas y populares, que son difícilmente superables. Únicamente tal Foto: *starrynight1, Creative Commons.

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antorcha al oído

un sentido moderno cuenta con una buena


nómina, de la que cabe recordar algunos
nombres que marcan hitos en el desarrollo
de esta historia. Comencemos por el caba-
llero cartesiano François Poulain de la Barre
(1647-1723), primer representante de lo que
se ha llamado el feminismo filosófico, que
escribió De la igualdad de los dos sexos y La
educación de las damas. Simone de Beauvoir
elige una cita suya al inicio de El segundo
sexo: Todo lo escrito sobre las mujeres por los
hombres debe ser sometido a sospecha, ya que
son a la vez juez y parte. Cabe pensar que lo
mismo habrá que sospechar de lo escrito por
mujeres y por la misma razón. El segundo
nombre importante de esta brevísima enu-
meración ha de ser el de Olimpe de Gouges,
seudónimo de Marie Gouze (1748-1793),
literata y activista de la revolución francesa
que en 1791 tuvo la osadía de escribir una
Declaración de los derechos de la mujer y de
la ciudadana. La Declaración comenzaba
con esta pregunta: Hombre, ¿eres capaz de
ser justo? Una mujer te hace esta pregunta.
La respuesta fue la guillotina. Otra gran fe-
minista fue Mary Wollstonecraft (1759-1797),
filósofa y escritora británica, considerada hoy
día precursora de la filosofía feminista, que
escribió en 1792 una Vindicación de los
derechos de la mujer. Casada con William
Godwin, tuvo con él su segunda hija, Mary
3. vez las de San Pablo logren empequeñecerlas. Wollstonecraft Shelley, autora de Frankenstein
Claro que las cartas del apóstol, aparte de y esposa del poeta romántico Percy Bysshe
estar inspiradas, solo repiten lo que el derecho Shelley. El nacimiento de la pequeña Mary
consuetudinario romano legislaba. Y Freud, causó la muerte de su madre. Finalmente,
la otra cara de la misma moneda, llamó a John Stuart Mill (1806-1873), junto con su
Lou von Salomé la musa del psicoanálisis. mujer, Harriet Taylor (1808-1858), trabajó
La situación no ha mejorado demasiado en por la consecución legal de los derechos
nuestros días, cuando los estudios de género femeninos. El más conocido de sus escritos
son rechazados en algunos departamentos de sobre el tema es The Subjection of Women,
JOHN STUART filosofía con variopintos argumentos filológi- obra de 1869.
MILL, JUNTO cos, filosóficos y sociológicos4.
CON SU Con este leve repaso y expurgo de una
MUJER Cabe recordar que el feminismo no nació relación posible de nombres y obras se ha
HARRIET ayer. Pero, siguiendo el consejo de Jorge tratado de dar solo una muestra de que un
TAYLOR, Manrique, dexemos a los troyanos, que sus problema que afecta cuando menos a más
TRABAJÓ males no los vimos ni sus glorias; dexemos de la mitad de la humanidad, es decir, a las
POR LA a los romanos, aunque oímos y leímos sus mujeres, ha merecido desde hace tiempo la
CONSECUCIÓN vitorias. No curemos de saber lo de aquel atención de sociólogos y filósofos, es verdad
LEGAL DE LOS siglo pasado qué fue dello; vengamos a lo de que especialmente filósofas, y que, por su
DERECHOS ayer, que tan bien es olvidado como aquéllo. enorme repercusión, tan grande al menos
FEMENINOS La lucha por los derechos de la mujer en como los problemas de la esclavitud o de

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Parece que los tiempos han cambiado antorcha al oído
pero permanecen los dioses

la explotación, con los que se entremezcla esencialista y su machismo. Marx tampoco EN LA


inexorablemente, parece evidente que debiera lo hizo, por puro y simple machismo. Las ALEGORÍA
ser tratado en profundidad. Cuánto más si dos guerras europeas, llamadas mundiales por HEGELIANA,
consideramos que el problema de las mujeres nuestro narcisismo culturalmente congénito, EL ESCLAVO
es el problema de los varones. Digámoslo, al plantearon el tema de una manera práctica. ES LA MUJER,
modo de Juan de Mairena, de una manera Primero, la Gran Guerra, la guerra del catorce, EL VARÓN ES
impresionante: Hegel (incluso de Hegel se acabó con el internacionalismo proletario por EL AMO, Y EL
puede aprender algo), antes que Marx, nos vía de hechos. Los obreros europeos prefirie- LIBRE, VARÓN
enseñó que la dialéctica del amo y el esclavo ron ser rusos, alemanes, polacos, franceses, Y MUJER,
no se soluciona con la realización práctica ingleses, etc. antes que miembros conscientes NO EXISTE
del hispánico concepto de la vuelta de la y activos del proletariado internacional. La TODAVÍA
tortilla, el quítate tú que me pongo yo, sino segunda internacional murió de inanición,
con la revolución (¡horror!), esto es, con la y la tercera no fue más que el banderín de
superación de la situación de opresión en enganche del imperialismo ruso en lucha
una Aufhebung que consiste en el paso a expansiva contra el imperialismo america-
una nueva situación global. El problema no no. Segundo, las dos guerras, en especial la 3.
consiste en que el esclavo no sea reconocido segunda, despoblaron las ciudades y campos Monumento a John
como persona. El problema consiste en que, de labranza de varones y ello dio lugar a un Stuart Mill, Londres.
mientras el esclavo no sea reconocido como trabajo activo y eficaz de las mujeres y un Foto: netNicholls, Creative Commons.

persona, el amo tampoco podrá serlo, la proceso de concienciación de ellas, que, de


humanidad no hará su aparición en el ho- paso, comprendieron que esclavos y obreros
rizonte. La cuestión no es que los pobres se no habían sido unos buenos aliados tácticos
suban al carro, pues entonces, ¿quién tirará para la lucha de su propia emancipación y
del carro? Vivimos una situación en la que reconocimiento. Con la vuelta al hogar de
hay un carro y unos que tiran de él mientras los varones, maltrechos y cercenados pero
otros van en él sentados. La pretendida, y heroicos, se restableció el orden y la tradición.
falsa, humanidad de los que van sentados se Las mujeres hubieron de volver al hogar y
alimenta de la destrucción de la pretendida, renunciar a ese fulgurante y fugaz primer
y falsa, humanidad de los que
del carro tiran. ¿Qué quiere
el esclavo? Ser libre, natural-
mente. Ser hombre, se dice a
veces. ¿Qué es ser hombre para
el esclavo (y para el amo)?
Ser hombre es ser amo. No ha
aparecido aún otro horizonte.
No canta libertad más que el
esclavo, el pobre esclavo. El libre
canta amor, dijo Unamuno. Hay
que corregir la segunda frase.
El libre cantará amor, cuando
su existencia sea posible. En la
alegoría hegeliana, el esclavo es
la mujer, el varón es el amo,
y el libre, varón y mujer, no
existe todavía.
©Subcomandanta, Creative Commons.

Contra lo que pudiera pare-


cer, no trato de sacralizar la
dialéctica, ni hegeliana ni mar-
xista. Hegel ni siquiera olió el
problema por su pensamiento

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antorcha al oído

dar a entender lo que tantas veces se ha


dicho acerca de muchas mujeres concretas
en relación con concretos varones; punto de
vista, óptica de varón, a veces compartida
más o menos inconscientemente por los
mismos varones que alentaban la valentía de
esas mujeres. Pensemos no tanto en Sartre
y Beauvoir, cuanto en las relaciones de la
pareja de Abelardo y Heloísa, tal como se
muestran en la Historia calamitatum y en las
cartas mutuas que de ellos se conservan5. No
era la primera vez que Simone de Beauvoir
trataba de hallar la entraña transmisible y
trascendida de su vivencia y ponerla en rela-
ción y contexto con lo comunicable. En sus
novelas, L’invitée (1943), La sang des autres
(1944), Tous les hommes sont mortels (1946),
en sus ensayos, Pyrrus et Cinéas (1944) y
Pour une morale de l’ambiguïté (1947), y,
más tarde, en sus libros de memorias y otras
novelas, desde Mémoires d’une jeune fille
rangée (1958) a la Céremonie des adieux
4. puesto productivo y social que de siempre (1981), Simone de Beauvoir hace filosofía
perteneció al primer sexo. El movimiento y hace literatura desde la vida y la acción,
feminista (llamo así a los esforzados intentos ejerciendo en la práctica lo que Ortega y
de lograr la igualdad efectiva de los sexos, y Gasset llamara salvaciones, esto es, hallan-
de los géneros, en el plano social, cultural do y mostrando el logos de las situaciones
e ideológico), sufrió un bajón cuando no vividas y de las circunstancias concretas. En
un retroceso en esos años de posguerra que su obra, como sustrato vivo de su filosofía,
fueron la segunda mitad de los cuarenta. palpita subyacente y en sus momentos claves
Fue entonces, cuando el pensamiento, la toda una vida que comenzó hace cien años y
economía y el empuje conocieron sus horas que en este celebramos. En una figura tem-
bajas, el momento en que una joven de poral, hecha clásica en la literatura europea
buena familia que había abandonado el nido por obra de la Commedia de Dante, quiero
de los prejuicios burgueses heredados para decir, nel mezzo del cammin della sua vita,
tratar de hacer sus propios juicios y construir la filósofa existencialista que compartió, en
su propia vida, entretuvo sus horas, cálidas una admirable y mutua independencia y
entre las calefacciones de Les deux Magots libertad, aficiones, vida e ideas con Sartre,
y el Café de Flore, en repensar lo que para produjo, el año que viene hará sesenta de
ella había supuesto, y suponía, su condición su edición primera, El segundo sexo.
DE UNA de mujer.
PREGUNTA Desde que Simone de Beauvoir y Jean Paul
QUE LE De una pregunta que le hizo Sartre surgi- Sartre se conocieran en las aulas de la École
HIZO SARTRE ría un grueso libro en dos tomos que iba a Normale Supérieure, donde ambos estudiaban
SURGIRÍA relanzar el movimiento feminista y a poner filosofía en 1929 hasta la muerte de éste en
UN GRUESO de nuevo en el candelero las aspiraciones y 1980, las existencias de ambos transcurrieron
LIBRO EN las esperanzas de millones de mujeres que entrelazadas en el tejer y destejer de dos vidas
DOS TOMOS en su lectura se reconocieron o que de ella en comunes afanes y personales libertades.
QUE IBA A tomaron nuevo aliento para nuevas batallas. Simone de Beauvoir entró en el círculo de
RELANZAR EL Sabido es que los críticos del existencialismo, amigos de Sartre y participó en su forma de
MOVIMIENTO y de ella y de Sartre, la llamaron, con un contestación a los valores burgueses. Eran
FEMINISTA juego de palabras, la grande Sartreuse, para compañeros de estudios Raymond Aron y,

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Parece que los tiempos han cambiado antorcha al oído
pero permanecen los dioses

sobre todo, Paul Nizan y Maurice Merleau- Comienza por plantearse una pregunta que SIMONE DE
Ponty. Las exigencias propias del sistema resulta ser una pregunta clave: ¿Qué es una BEAUVOIR
escolar francés dispersaron más tarde a los mujer? La revisión de los puntos históricos HACE UN
componentes del grupo por diversos lugares fundamentales, de los mitos, de los datos y EXAMEN
de Francia en los que serían profesores: Sartre de las filosofías implicadas en la posible res- EXHAUSTIVO
en Le Havre, Beauvoir en Rouen y Marseille, puesta a la pregunta constituye el contenido DE LA
Merleau-Ponty en Aix-en-Provence, hasta del primer tomo del libro, Los hechos y los CONDICIÓN
que la guerra y la ocupación les reunieron mitos, en sus tres partes generales: Destino, DE LA MUJER
de nuevo en París y en la resistencia. Tras Historia y Mitos. El segundo tomo, La expe- EN SU ÉPOCA
la contienda bregaron juntos en la empresa riencia vivida, es la respuesta a una segunda Y EN SU
de Les Temps Modernes y en tantos avatares pregunta, tan fundamental como la primera PATRIA
políticos y sociales de la postguerra francesa y y derivada de ella: ¿Cómo puede cumplirse
de la situación mundial. Las diversas rupturas un ser humano en la condición femenina?
de Sartre arrastraron también a Simone de Partiendo de la frase con la que este segundo
Beauvoir, así la ocurrida con Merleau-Ponty, tomo se inicia, On ne naît pas femme: on le
pero, no obstante, siguieron manteniéndose devient, se recorre implacablemente el largo
unas ciertas relaciones de generación. Las rosario de la alienación sistemática del ser
novelas de Sartre y, especialmente, de Simone humano mujer en la condición femenina
de Beauvoir representan, a los ojos de Merleau- en un mundo que pertenece al primer sexo,
Ponty, el desarrollo de una literatura metafísica, mostrando el revés de la trama, la hilazón
el fin de una literatura «moral»6. Un párrafo del tapiz que sobre la mujer se ha tejido, la
de L’invitée, citado por Merleau-Ponty como condición femenina de la mujer tal como es
exergo de su comentario, puede servir para vivida, sufrida, desde el nacimiento hasta la
mostrar la manera de sentir filosóficamente el vejez. En sus tres partes generales, Formación,
mundo y la vida que caracterizó a Simone Situación y Justificaciones, van apareciendo
de Beauvoir. —Ce qui me surprend, c’est que las trampas y las redes en las que la mujer
tu sois touchée d’une manière si concrète par se va haciendo y las falsas salidas que se le
une situation métaphysique. —Mais c’est du ofrecen para rehacer o enderezar su propia
concret, dit Françoise, tout le sens de ma vie se condición. A lo largo del texto se pone al
trouve mis en jeu. —Je ne dis pas, dit Pierre. descubierto la injusticia de la desigualdad
C’est quand même exceptionnel ce pouvoir y los mecanismos culturales que fundamen-
que tu as de vivre une idée corps et âme. A tan una tiranía sobre unas pseudo razones,
pesar de las diferencias ideológicas que los cuando no simples y crasas falsedades, acerca
separaron, las amistades permanecieron a lo de una supuesta y fraudulenta inferioridad
largo del tiempo en un ejemplo de fidelidad femenina, hecho histórico y cultural que
y camaradería que superó las dolorosas ex- pretende hacerse pasar por condición natural, 4.
periencias mutuas de la guerra, el desamor universal y metafísica. Publicidad en las calles
y el desarraigo. de París de uno de
Entre las voluminosas tonterías vertidas acerca los muchos actos con
En Le deuxième sexe, que vio la luz en 1949, de la mujer cabe empezar por recordar aquella que, durante 2008,
cuatro años después del final de la guerra y respuesta escueta y rotunda: Tota mulier in se ha conmemorado
cinco años después de la concesión del dere- utero, la mujer es una matriz. Pero no todo el primer centenario
cho de voto a las mujeres en Francia («¿No ser humano hembra es necesariamente una del nacimiento de
creéis que ya va siendo hora de prometer mujer, para ello le es necesario participar en Simone de Beauvoir.
a las mujeres, en la Ciudad pacificada, el esa realidad misteriosa y amenazada que es la En el caso concreto
papel que asumen y organizan en la Ciudad feminidad. Y ¿qué es eso de la feminidad? No de la foto, el
en guerra?»), Simone de Beauvoir hace un parece que exista una esencia cuya descripción homenaje coincidía
examen exhaustivo de la condición de la responda a esa pregunta. No hay entidades con la celebración
mujer en su época y en su patria, examen inmutables y fijas. Mujeres y hombres son del 8 de marzo, Día
extensible, si no a todas las mujeres, sí a las seres humanos. Pero conviene recordar que de Internacional de la
pertenecientes a la cultura occidental. No hecho un ser humano concreto está siempre Mujer.
será ocioso recorrer de nuevo sus itinerarios7. singularmente situado. No hay eterno feme- Foto: Zio Fabio, Creative Commons.

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antorcha al oído

¿DE DÓNDE nino, pero sí existen mujeres, como existen absolutamente contrario es lo femenino. La
LE VIENE A negros y judíos, por ejemplo, sin que por alteridad se cumple en lo femenino, sentencia
LA MUJER ello haya un alma negra o un carácter judío. el filósofo Lévinas. La alteridad es una cate-
ESTA ¿Qué es, entonces, una mujer? La diferencia goría esencial del pensamiento8. Hegel nos
SUMISIÓN? salta inmediatamente al caer en la cuenta de enseñó que la conciencia pretende reducir
¿CÓMO que a ningún hombre se le hubiera ocurrido a otra conciencia a objeto. Pero la otra con-
COMENZÓ escribir un libro sobre la singular situación ciencia le opone resistencia. Esa contradicción
TODA ESTA de los machos en la humanidad. Ellos son la es el motor de la historia. Entonces, ¿por
HISTORIA? humanidad. La mujer es mujer en virtud de qué la mujer, la otra conciencia, no opone
una cierta carencia de cualidades, dice Aris- resistencia alguna? ¿De dónde le viene a la
tóteles. La mujer es un hombre incompleto, mujer esta sumisión? ¿Cómo comenzó toda
un ser ocasional, dice Tomás de Aquino. Y esta historia?
el Génesis: La mujer procede de un hueso
supernumerario (Bossuet dixit) de Adán. Y Hacia el esclarecimiento de la cuestión, se
Michelet: La mujer, el ser relativo. Y Julien pueden examinar algunos prejuicios que pa-
Benda: El hombre se piensa sin la mujer. recen tener como base verdades científicas,
La mujer no se piensa sin el hombre. La psicológicas o filosófico-ideológicas. Hay tres
lista de autoridades pudiera ser eterna y es aspectos según los cuales la feminidad parece
enojosa. Muestra que la humanidad es ma- ser un destino para la mujer. Pero, en primer
cho. El hombre es lo esencial, el Sujeto, el lugar, los datos de la biología no parecen
Absoluto (también el Absoluto es macho). La fundar la inferioridad de la mujer como
mujer es lo inesencial, el objeto, lo relativo. segundo sexo. La mujer es su cuerpo. Como
5. La mujer es lo Otro. Pienso que lo contrario también el hombre lo es9. Sin embargo, su

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Parece que los tiempos han cambiado antorcha al oído
pero permanecen los dioses

cuerpo es una cosa distinta de ella. Los datos LA


biológicos tienen una gran importancia ya MATERNIDAD
que el cuerpo es el instrumento de nuestra Y SUS
captación del mundo. Pero lo que rechazamos CONSECUEN-
es la idea de que esos datos constituyan por CIAS
sí mismos un destino fijado. Ni explican por PARECEN SER
qué la mujer es lo Otro, ni la condenan para UNA PRIMERA
siempre a ese rol subordinado. También el TARA PARA
psicoanálisis parece interpretar la feminidad LA MUJER
como un destino, si bien Freud no parece FRENTE A LA
haberse ocupado mucho del destino de la VOLUNTAD
mujer; más bien ha calcado su descripción DE DOMINIO

©Nusa Tenggara, Indonesia, Creative Commons.


sobre la del destino masculino. Así solo DEL MACHO
reconoce una libido original, de esencia
macho. Tal vez por ello, la suposición de
Freud es que la mujer es un macho mu-
tilado y, asimismo, su noción de complejo
de Electra, por ser calcada también, resulta
demasiado vaga. La posición de Simone de
Beauvoir es clara: la sexualidad no es un
dato irreductible. La búsqueda del ser es en
el existente algo más original, y la sexualidad a la voluntad de dominio del macho. Las
no es más que uno de sus aspectos. El psi- funciones naturales y los trabajos domésticos
coanálisis rechaza violentamente la noción encierran a la hembra en la repetición y en
de elección, y precisamente el psicoanálisis la inmanencia. Pero el homo faber se apropia
solo podría hallar su verdad en el contexto del mundo y así se realiza como existente.
histórico. A la comprensión de este se ha Tenemos aquí la clave de todo el misterio:
dedicado el materialismo histórico. La con- trascendiendo la Vida por la Existencia, el
ciencia de sí de la mujer refleja una situación hombre asegura la repetición de la Vida. Pero,
que depende de la estructura económica de a su vez, por esta superación crea valores que
la sociedad. Engels en Los orígenes de la niegan valor alguno a la mera repetición. Y
familia... narra la historia de la mujer que es esto lo que la mujer hace, repetir, es decir,
depende de la evolución de las técnicas. La hace nada. La maternidad se hace sagrada
propiedad privada es la derrota histórica de la y la mujer es asimilada a la madre tierra.
mujer. La suerte de la mujer se une así a la La mujer, como los grandes ídolos, se halla
suerte del socialismo. Pero para dar cuenta rodeada de tabúes. Su reino se halla en lo
racionalmente de los datos históricos de esa sagrado, fuera del reino humano, reino que
evolución es necesario desbordar el marco permanece macho. La estructura se repite
de interpretación del materialismo histórico de edad en edad. La mujer es siempre lo
y su estrecho economicismo. Otro, su poder es precario, como algo que
es siempre recibido y no escogido por ella.
Hasta ahora, el mundo ha pertenecido siempre El triunfo del dios macho semita asegura la
a los machos. Esta constatación no es la de misma marcha histórica. La mujer pierde su
un destino fijo ni la de una esencia eterna papel económico y se encuentra recluida en
sino la de un hecho histórico, contingente y el hogar. En la familia romana el derecho
temporal por tanto. Puede uno, y debe, pre- patriarcal se afianza aún más. La mujer es
guntarse por la razón de que las cosas hayan sometida a la autoridad de un tutor, aunque
ocurrido así y no de otra manera. La filosofía posteriormente la tutela será abolida. Cuando, 5.
existencialista sirve de marco a Simone de con Marco Aurelio, se complete la evolución Puente de la mujer.
Beauvoir para interpretar los datos históricos. de la familia romana, la mujer, igual legal- Santiago Calatrava,
La maternidad y sus consecuencias parecen mente al varón, pasará a estar bajo la tutela Buenos Aires.
ser una primera tara para la mujer frente del Estado. Aparece entonces el concepto Foto: Albi, Creative Commons.

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antorcha al oído

de la fragilidad del mujer es el Otro absoluto, sin reciprocidad.


sexo, en un notable Esta convicción profundamente cara al macho
y repetido proceso es expresada por todos los mitos, desde la
de justificación: la leyenda del Génesis, perpetuada en la civi-
desigualdad tomará lización occidental a través del cristianismo.
a partir de ahora su La mujer destinada al hombre. «Gracias, Dios
«fundamento» de la mío, por haber creado la mujer», y también:
«imbecilidad» del «Gracias, Dios mío, por no haberme hecho
sexo femenino. Solo ni esclavo ni mujer». Tal vez el mito de la
por su participación mujer se apague algún día, quizás en aquella
en la producción y sociedad que anunciara Marx, pero hoy por
por su liberación de hoy persiste todavía en el corazón de todos
la esclavitud de la re- los hombres. Se puede rastrear la evolución
producción evolucio- circular del mito, plus ça change, plus c’est
nará modernamente la même chose, en los pintores, escritores o
la condición de la filósofos. El ideal del hombre medio occi-
mujer. dental es una mujer que soporta libremente
su dominación, que no acepta sus ideas sin
Para el hombre han discutirlas, pero que cede a sus razones, que
sido siempre todos los se le resiste con inteligencia para acabar
poderes concretos. La por dejarse convencer. «El guerrero ama el
historia muestra que peligro y el juego», dice el tímido y solitario
de este modo la mujer Nietzsche, «por eso ama a la mujer que es
ha sido constituida el juego más peligroso». De Kierkegaard a
como lo Otro. El Mauriac, de Orson Welles, Citizen Kane, a
hombre halla frente André Malraux, La condition humaine, se ha
a sí la Naturaleza e cantado la doble invención masculina de la
intenta apropiársela, feminidad: una mujer que sea suya de ellos
pero la verdadera al- y que a la vez les sea extraña. La Virgen
teridad se constitu- María y Eva, casta meretrix como la Iglesia
ye cuando frente al de Cristo, esclava y hechicera a la vez. Por
hombre aparece otra supuesto, el hombre varón solo habla en
conciencia extraña e público de la primera parte de esa doble
idéntica. La mujer va exigencia viril que desgarra a la mujer.
a mostrarse como la
intermediaria entre Por no ser la feminidad ni destino ni esen-
el hombre y la Na- cia ni dato biológico ni yugo determinista,
turaleza, el sueño sino resultado histórico de una determinada
encarnado de lo to- existencia en situación, las mujeres están hoy
talmente distinto y lo en día, dijo Simone de Beauvoir hace ahora
demasiado semejante. sesenta años, echando abajo el mito de la
La mujer es una con- feminidad. No obstante, el prestigio viril
ciencia y puede sin está lejos de haberse borrado. Por ello, en el
embargo ser poseída segundo tomo de la obra, la autora propone
en su carne. A pesar estudiar concretamente la experiencia vivida
©Monroe’s Dragonfly, Creative Commons.

de las semejanzas, la por las mujeres que, habiendo heredado un


mujer no puede ser fardo tradicional, se esfuerzan por crearse
asimilada al esclavo, un nuevo porvenir. En el largo, y tortuoso,
porque el hombre camino de la formación de la mujer feme-
no teme de ella que nina, resultarán ellas ser, en palabras de
pueda convertirlo en Sartre, semivíctimas y semicómplices, como
objeto a su vez. La todo el mundo. Pero las trampas a las que

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Parece que los tiempos han cambiado antorcha al oído
pero permanecen los dioses

ellas han de enfrentarse son múltiples, más y la vida en sociedad, que la autora agrupa
atrayentes y más fáciles que las que el varón bajo la rúbrica Situación. Especialmente,
halla en su camino. Porque on ne naît pas en la madre culmina la vida femenina, ella
femme: on le devient. Esta frase, quizá la más es la meta hacia la que toda la vida ante-
citada de Le deuxième sexe, inicia la amplia y rior de la mujer ha sido dirigida. La mujer
precisa descripción del camino de perfección alienada en su papel de inesencial relativa
imperfecta que la sociedad machista ofrece al varón, se aliena gloriosamente en la vida
a las mujeres a fin de que lleguen a ser lo
que los hombres quieren que sean. El con-
junto de la civilización elabora ese producto
intermedio entre el macho y el castrado que
se califica de femenino. De la infancia a la
juventud y a la iniciación sexual, toda una
panoplia de instituciones e institutrices se
encarga de perpetuar la tradición que asocia
el mundo y el mando al falo y a la idea de
macho. Todo contribuye a afirmar a los ojos
de la niña esa jerarquía. Cultura, historias,
literatura, canciones, leyendas con que se la
mece, tratan todas ellas de la exaltación del
hombre. Al lado de los héroes, las historias
de mujeres son aburridas. El prestigio del
macho se refleja en el mundo sobrenatural,
regido por un Dios hombre, de barba blanca,

©Anithing you say, Creative Commons.


y mediado por Cristo, un redentor hombre
de carne y hueso con una hermosa barba
rubia. Los ángeles no tienen sexo, pero sus
nombres son masculinos. Los vicarios de
Dios en la tierra, papa, obispos, sacerdotes,
confesores, son todos hombres. Y el modelo
de lo femenino es la Virgen María arrodi-
llada, recibiendo agradecida una milagrosa de la especie. Se ha dicho que Simone de EL MODELO
maternidad como esclava del Señor. Beauvoir odia y fustiga duramente la ma- DE LO
ternidad. No es cierto. Ocurre aquí, como FEMENINO
Según Simone de Beauvoir, la homosexualidad en todo el resto, que ella muestra, como se ES LA VIRGEN
femenina es una de las salidas, falsas, que ha dicho más arriba, el revés de la trama, MARÍA
a la mujer se le abren, como coronamiento el dorso del bello tapiz que la tradición ha ARRODILLADA,
de esta etapa de formación, para escapar coloreado y tejido, con evidente hipocresía RECIBIENDO
a la condición que se le quiere imponer y con armoniosa mala fe. Veamos solo un AGRADECIDA
desde fuera como un destino. Favorecida ejemplo: Si un escritor describe los dolores y UNA
por el modo y métodos de la formación fe- alegría de un parto, eso está bien. Si habla MILAGROSA
menina, la actitud lésbica es para la mujer de un aborto, se le acusará de revolcarse en la MATERNIDAD
una manera entre otras de intentar resolver basura y de describir la humanidad a una luz COMO
los problemas planteados por su condición abyecta. Resulta que en Francia hay anual- ESCLAVA DEL
general. Es una actitud elegida en situación, mente tantos abortos como nacimientos. Una SEÑOR
pero resulta ser más una maldición fatal sociedad tan interesada en los derechos del
que una perversión deliberada. La lesbiana nasciturus, se olvida enseguida de los niños
intenta ser un hombre, pero, queriendo efectivamente nacidos. La autora se pregunta:
sustraerse a la opresión del macho, termina Si eso conviene a la moral, ¿que se puede
siendo esclava de su personaje. Por ello, el pensar de semejante moral? Y concluye: En
proceso tiene una «normal» continuación realidad aquí se apunta contra una vieja y
en las figuras de la mujer casada, la madre tozuda tradición que nada tiene que ver con

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antorcha al oído

LA FIGURA gundo prejuicio, implicado por el primero,


POSITIVA es creer o querer hacer creer que el niño
DE LA encuentra una felicidad segura en los brazos
LIBERACIÓN maternales. Cabe decir que no hay madres
FEMENINA «desnaturalizadas» porque el amor maternal
ES LA MUJER no tiene nada de natural. Más bien habría
INDEPEN- que poner en guardia acerca de lo peligrosos
DIENTE, YA que resultan ser para el niño en muchos
QUE EL MAL casos los padres considerados «normales».
FUNDAMENTAL Volviendo al tema central, el hecho es que
RESIDE EN SU desde los griegos a nuestros días, la condición
DEPENDENCIA de la mujer ha permanecido la misma, a pe-
sar de superficiales cambios. Muchas de las
afirmaciones que subrayan defectos femeninos
tienen su punto de verdad. Lo que no lo es es
que tales defectos o taras estén dictados por
las hormonas o prefigurados en la estructura
de su cerebro. Están más bien marcados en
hueco por su situación. Las mujeres nunca
han formado una sociedad autónoma y ce-
rrada, sino que siempre han pertenecido al
universo masculino, y es en él donde han
intentado coaligarse en un «contrauniverso».
Esta es la paradoja: pertenecen a la vez al
mundo macho y a una esfera en la que ese
mundo es cuestionado. La mujer sabe que
el mundo es masculino. La mujer no se
6. considera responsable de él. Se sobreentiende
que ella es inferior y dependiente. Por ello
la moral. Se trata solo de una muestra. A su lote es la obediencia y el respeto. Por eso
todo lo largo del texto pueden verse otras las contrafiguras, la prostituta, la hetaira, la
muchas reflexiones lúcidas y libres acerca narcisista, la amoureuse, e incluso la mística,
de temas enormemente serios y, ¿por qué están abocadas al fracaso.
no?, sangrantes.
So capa de salvación individual, esos esfuerzos
Sin tiempo ni espacio para poder detenernos fracasan porque, en ellos, o bien la mujer
en los muchos pasajes importantes del texto, se relaciona con algo irreal, sea su doble
se ha de subrayar sin embargo que también o sea Dios; o bien crea una relación irreal
esta etapa de madurez y culminación de lo con un ser real; en todo caso no se da una
femenino tiene sus falsas actitudes y escapis- aprehensión de mundo. La mujer no se evade
mos. Hay dos falsos prejuicios denunciados de su subjetividad, y su libertad permanece
expresamente por Simone de Beauvoir en mixtificada. La única manera de realizarse
torno a la maternidad: El primero es que la auténticamente consiste en proyectarse por
maternidad es suficiente en todo caso para medio de una acción positiva en la sociedad
plenificar a una mujer. Nada de eso. Se trata humana. La figura positiva de la liberación
de un error nefasto y absurdo querer hacer femenina es la mujer independiente, ya que
del niño una panacea universal. Y es parti- el mal fundamental reside en su depen-
cularmente criminal aconsejar la maternidad dencia, en ese su ser el segundo sexo. Y el
como remedio para melancólicas o neuróticas. primer paso, necesario aunque no suficiente,
No hay nada de natural en las obligaciones es la libertad económica, sin la cual todos
maternales. Una moral social y artificial se los derechos y libertades otorgados siguen
esconde tras ese pseudo-naturalismo. El se- siendo abstractos, esto es ineficaces y en

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Parece que los tiempos han cambiado antorcha al oído
pero permanecen los dioses

realidad inexistentes. Sin embargo, en una lucha con armas varoniles, tiene la partida
sociedad como la actual, no se ha de olvidar perdida no solo frente a los varones, sino
que la mayor parte de los trabajadores son también frente a sí misma; y aunque hoy
siervos y explotados, por lo que la libertad en día las mujeres saben ser trabajadoras
económica no es suficiente. Hoy día aún, sin perder su feminidad propia, no tienen
por otro lado, la mayor parte de las mujeres con ello aún la tarea totalmente cumplida.
que trabajan no logran evadirse del mundo Aun en las más favorables circunstancias,
femenino tradicional, ya que las ayudas que su situación no es equivalente a la del va-
reciben, de la sociedad o del marido, no son rón, de manera especial en el terreno de la
las que serían necesarias para llegar a ser sexualidad. Ni los encuentros fortuitos, ni
iguales a los varones. La mujer, a la hora las posibles enfermedades sobrevenidas, ni la
de afrontar su vida adulta, no tiene tras de fuerza física son los mismos para él que para
sí el mismo pasado que el varón; además, ella. Se trata, además, de mantener la propia
la sociedad no la mira con los mismos ojos. dignidad de ser humano en un campo, el de
El privilegio del varón consiste en que su las relaciones sexuales, en el que el varón se
vocación de ser humano no contradice su arroga para sí solo la cualidad de ser sujeto,
destino de macho. Pero el hecho de ser hasta el punto de que «una mujer que no
mujer plantea a un ser humano autónomo siente miedo de los varones les produce
problemas singulares. Si la mujer debe, para miedo a ellos». Peor aún si una mujer toma
llenar su vocación humana, renunciar a sus la iniciativa. Es el hombre el que vence, el 6.
caracteres femeninos, entonces no logrará su que toma a la mujer. En este terreno, los Virginia Woolf.
autonomía. El ser humano adulto es un ser fantasmas opuestos de la frigidez Foto: Litmuse, Creative Commons.

humano sexuado. Renunciar a la feminidad o del masoquismo acechan a la


es renunciar a una parte de su humanidad. mujer y con frecuencia se rea-
Pero el modelo y molde de feminidad que lizan. La mujer independiente
la sociedad le ofrece, su destino femenino, está hoy todavía dividida entre
contradice su humanidad. Además, la mujer sus intereses profesionales y los
ha de realizar un doble trabajo. Al volver a cuidados de su vocación sexual.
su casa por la tarde, incluso si vive sola, ha El hombre en general obedece a
de recoser una prenda o lavar unas ropas una imperiosa necesidad
o hacer unos trabajos domésticos que en lo que hace. La
no se exigen al varón. mujer ha de reno-
var continuamente
Sobre ella pesa una larga tradi- su decisión. El hom-
ción que le exige un especial bre tiene la costumbre de
cuidado de sí, de su interior imponerse. La mujer más
y de su exterior; si bien la actitud contraria.
En resumen, la mujer ha
de moverse
en un
©Donnay, Creative Commons.

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antorcha al oído

EL VARÓN, mundo de hombres sin dejar de ser mujer, misma manera que el Amo no abandonará
EL MACHO, y para ello las condiciones objetivas, las cos- sin lucha sus privilegios y seguirá definiendo
PRETENDE tumbres, las tradiciones y las rutinas le son su particular versión de la libertad y de la
MANTENER contrarias. Ante este panorama hay quienes humanidad, en la filosofía, en las costumbres,
SU STATUS cantan las excelencias y aun las ventajas de en la religión y en la organización económi-
PRIVILEGIADO seguir siendo mujeres como hasta ahora. Otras, ca y política, también el Varón, el Macho,
FRENTE A más interesantes, tratan de luchar contra este pretende mantener su status privilegiado
Y CONTRA injusto estado de cosas: Virginia Woolf, Jane frente a y contra la mujer a cualquier precio.
LA MUJER A Austen, las hermanas Brönte, George Eliot... Cualquier cambio se le aparece como un
CUALQUIER gastan tanta energía en esa desigual batalla desafío a su hombría o como un desprecio
PRECIO que llegan extenuadas al lugar que para los ignorante de tradiciones sacrosantas. Un
escritores varones es el punto de partida. No verdadero sistema de coeducación igualitaria
tienen la riqueza de experiencias de un Tolstoy sería altamente deseable para ayudar a este
o de un Dostoievsky. Tienen en ocasiones cambio histórico que, aunque adiosgracias
una mayor lucidez, y esa es su gloria. imparable, no por ello es ni será durante tal
vez largo tiempo ni fácil ni cómodo. Ni, lo
Tras una larga marcha hacia la liberación que es aún peor, comprendido ni querido
de las mujeres, las opiniones están divididas por los en estos temas santos defensores de
acerca de los logros obtenidos. No parece ya las tradiciones humanas, es decir, machistas,
posible levantar la bandera de fundamentos y las verdades divinas, es decir, humanas,
biológicos para la discriminación sexual. Y, demasiado humanas. Hace ya algunos años
no obstante, todavía hoy, septiembre de 2008, Rafael Sánchez Ferlosio publicó un libro
aparecen noticias extrañas acerca del tema en suyo bajo este hermoso título: Mientras no
los periódicos. Los hombres y las mujeres no cambien los dioses nada habrá cambiado 10.
están en general contentos ni satisfechos los No es que los dioses tengan la culpa de
unos de los otros. Se diría que los tiempos todo. Su rugiente inexistencia les libera
están cambiando. Y, sin embargo, aumenta de toda responsabilidad. Pero ellos son el
espectacularmente la repugnante criminalidad reflejo de los fantasmas, las creencias y las
sexual o doméstica. El Macho se resiste a aspiraciones humanas, y por ello hay que
soltar su presa y su trofeo. Parece olvidarse atender sus demandas e investigar e instigar
que el cambio de la condición femenina sus transformaciones. Este es mi deseo final:
lleva consigo necesariamente la transfor- Que los dioses nos sean propicios en lugar
mación de la condición masculina. De la de sernos como hasta ahora hostiles. v

Notas

1. to propio de Virginia Woolf (Ma- 7. 9.


Véase: Rafael Sánchez Ferlosio, drid, Júcar, 1991, pp. 47-64). A partir de aquí se cita el texto Aquí la autora se apoya en Mer-
La hija de la guerra y la madre 5. de Le deuxième sexe, según la leau-Ponty (Phénoménologie de
de la patria, Barcelona, Destino, Véase: Cartas de Abelardo y He- edición en dos tomos de Galli- la perception)  : «Je suis donc
2002, pp. 133-134. loísa, ed. de Pedro R. Santidrián y mard, 1969. mon corps, du moins dans tou-
2. Manuela Astruga, Madrid, Alianza, 8. te la mesure où j’ai un acquis et
Ver: Céremonie des adieux. Ga- 1993 (incluye, como Carta Prime- Anota Simone de Beauvoir en réciproquement mon corps est
llimard, 1981. ra, la Historia calamitatum de Pe- apoyo de su afirmación una lar- comme un sujet naturel, comme
3. dro Abelardo, pp. 37-95). ga cita de Les structures elémen- une esquisse provisoire de mon
Véase: Rafael Robles, Simone de 6. taires de la parenté y declara ha- être total».
Beauvoir: A la sombra del genio. Véase: Maurice Merleau-Ponty, ber utilizado ampliamente el texto 10.
http://mundofilosofia.portalmundos. 1945 «Le roman et la métaphysi- entonces aún no editado, con el Rafael Sánchez Ferlosio, Mientras
com/simone-de-beauvoir-a-la-som- que», en Sens et non-sens, París, permiso de Claude Lévi-Strauss. no cambien los dioses nada ha-
bra-del-genio/ Gallimard, 1996, p. 37. Ver tam- El libro aparecería ese mismo año brá cambiado, Barcelona, Des-
4. bién: 1947 «Un auteur scanda- de 1949. tino, 2002.
Véase sobre estos temas el regoci- leux», pp. 53 ss.
jante capítulo segundo de Un cuar-

R E V I S TA D E L I T E R AT U R A Y P E N S A M I E N T O I N V I E R N O 2 0 0 8 - 2 0 0 9 110
El debate sobre la visión lecturas
en el pensamiento
francés del último siglo
Autor
José García Leal
Catedrático de Estética
Universidad de Granada.
Autor de Filosofía del arte.

Martin Jay es conocido


entre nosotros
por sus estudios sobre la Escuela
hábitos culturales permiten ver. Hay,
pues, una variabilidad cultural de
la visión, una historicidad de los OJOS
de Frankfurt: Adorno y, sobre todo, esquemas y prácticas visuales, de ABATIDOS
La Imaginación Dialéctica, obra las posibilidades perceptivas. Según LA DENIGRACIÓN
DE LA VISIÓN
que tuvo en su momento un muy un ejemplo de Norwood R. Hanson, EN EL PENSAMIENTO
amplio eco y sirvió para muchos de no ven lo mismo al mirar el sol un FRANCÉS DEL SIGLO XX
puerta de entrada al pensamiento egipcio antiguo, adorador del dios Martin }ay
francfortiano. Además de otros li- Ra, y un científico de hoy.
bros, es también autor de Campos
de fuerza. Entre la historia intelec- A partir de ahí, y aceptando que
tual y la crítica cultural, donde existe una interacción y permeabi-
vuelve a ocuparse de la Escuela lidad entre lo natural y lo cultural
de Frankfurt, el postestructuralismo de la visión, Martin Jay defiende
y el debate sobre la visión. En el que la variabilidad cultural de la
mismo año que este último, 1993, experiencia perceptiva se hace más
y centrado ya solo en el tema de evidente al tener en cuenta que
la visión, publicó Ojos abatidos. el ojo no solo no es un receptor
La denigración de la visión en el pasivo de rayos luminosos sino que
pensamiento francés del siglo XX, es el más expresivo de los órganos Martin Jay,
recientemente traducido por F. sensoriales. Hay, pues, una constante Ojos abatidos. La denigración
de la visión en el pensamiento
López Martín (Madrid, Akal, 2007). interrelación entre la experiencia francés del siglo XX.
Es el que será objeto de nuestro visual y otras experiencias culturales Madrid, Akal, 2007.
comentario. y psicológicas, pero de modo que
esa relación está marcada por una
El libro tiene como punto de partida cierta preeminencia de la visión. La
el debate en torno a la experiencia experiencia visual tiene una pode- que triunfa en la modernidad por
visual entre quienes privilegian rosa influencia en muchos procesos influencia de Descartes. Aunque
los componentes «naturales» o psicológicos, tales como la paranoia, sin olvidar sus precedentes en el
los componentes «culturales» de el narcisismo, el exhibicionismo, mundo clásico, según lo recuerda
la visión. En tanto determinada etc., según han mostrado distintos el primer capítulo del libro, de
naturalmente, la visión tendría estudios. Y más allá de episodios título altamente significativo: «El
unas constantes universales, una particulares, el conjunto de la cul- más noble de los sentidos: la visión
cierta atemporalidad. Así, ante un tura está fuertemente marcado por desde Platón hasta Descartes». Es
mismo fenómeno u objeto verían el predominio de la visión. Incluso así porque el ojo ofrece un acceso
lo mismo los individuos inmersos el fenómeno religioso, que, aun si privilegiado a la luz de la verdad.
en diferentes contextos culturales. apunta finalmente a lo invisible, lo Pues bien, esa preeminencia de la
Desde el ángulo opuesto, se de- hace a través de diversas mediaciones visión es la que entra en crisis en la
fiende que la visión está mediada visuales. segunda mitad del siglo XIX. El ojo
lingüística y culturalmente: se pierde su privilegio, y lo hace por
ve en cada caso lo que se puede El acento en las prerrogativas de la múltiples razones, empezando por la
describir verbalmente, lo que los visión da lugar al «ocularcentrismo», aparición de la máquina fotográfica,

111 I N V I E R N O 2 0 0 8 - 2 0 0 9 R E V I S TA D E L I T E R AT U R A Y P E N S A M I E N T O
lecturas

un ojo mecánico que día. Lo sorprendente


desplaza al ojo natural y problemático es la
en distintos órdenes asociación que Jay es-
de la cultura. Pero el tablece:
libro tiene un centro
de interés: el análi- «Acaso sin preten-
sis del pensamiento derlo Duchamp
francés del último ejemplifica aquí
siglo que propicia y la interacción vi-
legítima teóricamente sual explorada en
la «denigración» de términos existen-
la visión. ciales y psicológi-
cos por valedores
La guerra contra la import antes del
primacía de la visión discurso francés
ha asumido distintas antivisual como
formas y manifesta- Sartre y Lacan.
ciones, se ha desa- No result a sor-
rrollado en batallas prendente que la
de diversa índole. Ha obra de Duchamp
tenido diversos focos. fuera elogiada ex-
Uno especialmente plícitamente por
significativo es el que otro contribuyen-
se da en el campo del te a ese discur-
arte. Y como siem- so, Lyotard, que
pre, en connivencia compartía con
con ciertos pronun- Duchamp su fas-
ciamientos teóricos. cinación por las
Así, Martin Jay cree intersecciones del
posible asociar cier- discurso, del fi-
tas interpretaciones gurativismo y del
del impresionismo, deseo» (p. 132).
el arte antiocular de
Duchamp y la deva- Pero ese es justamente
luación explícita de el desafío del libro,
la visión que supues- 1. establecer las com-
tamente lleva a cabo plicidades del pen-
la filosofía de Bergson. en la rebelión contra la primacía samiento francés del último siglo
de lo visual o retiniano en el arte. en torno a un hilo conductor: el
Los análisis particulares que ofre- En efecto, Duchamp devalúa lo ataque a la primacía de lo visual,
ce el libro suelen aunar lucidez y visual, quiere poner la pintura al el supuesto compartido de que no
meticulosa información. Las vincu- servicio de la mente, privilegia la se puede confiar en el ojo para
laciones que establece entre ciertos idea, el concepto, asienta las ba- captar verazmente la realidad que
fenómenos y posiciones filosóficas, ses de la corriente conceptual, de nos envuelve.
así como las relaciones entre estas presencia tan dominante en el arte
últimas, a veces resultan discuti- de las neovanguardias y cuyo influ- Puesto que aquí no es posible
bles; y los puntos en que supues- jo expansivo se mantiene aún hoy comentar el libro en todos sus
tamente coinciden en su oposición extremos, hagamos algunas calas.
al «ocularcentrismo», en ocasiones 1. Y no de aquellas, numerosas, que
parecen demasiado forzados. Por Marcel Duchamp, Rueda de bicicleta, resultan más convincentes en su
ejemplo, es sin duda acertado el (tercera versión, 1951). argumentación, sino de las que más
protagonismo que da a Duchamp Foto: Wallyg, Creative Commons. abiertamente suscitan la polémica.

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El debate sobre la visión en el lecturas
pensamiento francés del último siglo

Así, ¿Merleau-Ponty proporcionados por


está entre los críticos la desacredit ada
de la visión? Desde tradición perspec-
luego, la interpre- tivista cartesiana»
t ación habitual de (227).
este autor apunta en
sentido contrario. Si Pero a continuación
para él algo está claro intenta demostrar que
en la relación entre el su proyecto de una
ojo y el espíritu, es defensa alternativa
que el espíritu debe de lo visual «no fue
asentarse en el ojo. satisfactoriamente
Lejos de cualquier completado» (227).
dualismo que escin- Entre otras razones
diría el espíritu de porque la labor de
la corporalidad de la descentramiento del
visión, acentúa por sujeto —el sujeto
contra la raigambre constituyente del
corporal del pensa- idealismo de raigam-
miento. Tal como se bre cartesiana— que
afirma desde el inicio Merleau-Ponty lleva
de L’ Oeil et L’Esprit, a cabo abre algunas
el pensamiento cientí- dudas sobre el sujeto
fico, acostumbrado a de la visión. Y, para-
sobrevolar el objeto lelamente, la revalo-
y pensarlo genérica- rización del lenguaje,
mente, debe volver a más la influencia de
situarse en algo que los primeros escritos
hay previo, subya- de Lacan, le llevan
cente, el suelo del a pensar que los sig-
mundo sensible, al nificados que trans-
que nuestro cuerpo mite la experiencia
se abre por medio visual permanecen
de la percepción. El mudos mientras no
pensamiento teórico sean mediados por el
y la ciencia deben 2. lenguaje y trasladados
reformularse sobre la a la comunicación
base de la percepción sensible. Y filósofos que mejor argumentan el lingüística. Ahora bien, todos estos
este es un espacio que privilegia- papel primordial de la visión? El extremos, agudamente destacados
damente puede ocupar el pintor. propio Jay lo reconoce así: por Martin Jay, ¿son algo más que
Pues el pintor ve a través de todo matices que perfilan mejor esa
su cuerpo, «lleva consigo su cuer- «… es plausible afirmar que la apoteosis de la visión alumbrada
po», como decía Valéry y recuerda visión [de Merleau-Ponty] de la por El ojo y el espíritu?
Merleau-Ponty. El pintor, si de fenomenología fue un intento
verdad lo es, nunca pierde pie en heroico de reafirmar la nobleza ¿El concepto de ideología de
el suelo del mundo sensible. de la visión sobre unos fundamen- Althusser, como algo profunda-
tos nuevos y más firmes que los mente inconsciente y que nos sitúa
¿Hay en todo esto un ataque al privi- en el mundo de lo Imaginario, es
legio de la visión?, ¿no es justamente 2. suficiente para situar a este autor
lo contrario del intelectualismo an- Marcel Duchamp, Étant donnés. en la línea que atraviesa todo el
tiocular que propugnaba Duchamp?, Museo de Arte de Filadelfia. pensamiento francés de crítica a
¿no es Merleau-Ponty uno de los Foto: Carolina Mendonça, Creative Commons. la preeminencia de la visión? ¿Tie-

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lecturas

ne esto algo que Levinas otorga al tacto


ver con el rechazo sobre la visión, cifrado
de Duchamp a la en el principio de que
pintura retiniana? «así como las relaciones
¿No son elemen- visuales con los otros
tos que tienen su fomentan la manipula-
verdadero sentido ción instrumental […],
en el contexto teó- el tacto permite una
rico de cada autor interacción más afable»
y que, al sacarlos (419). De paso, otra vez
de ahí, se prestan nuestra reserva: ¿se está
a asociaciones de- hablando de lo mismo
masiado desdibu- en todos estos casos?
jadas? Insisto en
que estas reservas En 1971 Lyot ard se
en modo alguno había present ado al
restan valor e inte- doctorat d’êtat con su
rés al libro. Aparte libro Discurso, Figura.
de los penetrantes En él la idea central es,
análisis que ofrece si no la contraposición,
sobre los distintos al menos el contraste
autores, su tesis entre el discurso y la
central fuerza a figura. El discurso, la
replantearnos cier- comunicación reglada,
tas interpretaciones privilegia el concepto
convenidas. sobre la percepción, en
la que se da el contac-
Los estudios sobre to prerreflexivo con el
Bat aille, Lacan, mundo. Por su parte, la
Foucault, Derrida, figura introduce todo
Barthes, Debord, aquello que escapa al
etc. llevan a ce- discurso, lo heterogé-
©Depone, Creative Commons.

rrar la obra con neo, el exceso, lo opaco


la consideración e inconmensurable. Es
de la posmoderni- así que la figura resul-
dad, a partir de la ta más próxima a lo
perspectiva que la abierto del devenir, a
contempla como la imprevisibilidad de
«la apoteosis de lo visual, el triun- y muy particularmente Levinas, los acontecimientos; genera una
fo del simulacro», y por lo mismo importante fuente de inspiración transformación de la realidad en
en contradicción con la tendencia en el tránsito que llevó a Lyotard imágenes que es ajena al orden del
dominante que se viene comentan- de ser un fenomenólogo de izquier- discurso. Esa distinción básica que
do. Con todo, las cosas no son tan das a prominente defensor de la se explora en diferentes registros a lo
simples. posmodernidad. La influencia de largo de todo el libro, conlleva desde
Levinas adquiere mayor presencia el inicio una toma de partido por
Lyotard es, según Jay, «el principal justamente cuando Lyotard escribe, lo figurativo. No es que se excluya
sostenedor de la histeria posmoderna en 1979, La condición posmoder- sin más el orden discursivo, pero
de lo visual» (410). Pero para situar- na: informe sobre el conocimiento, sí que se cuestiona su pretendida
lo, Jay hace unas breves y sugerentes donde según Jay toma cuerpo omnipotencia, a la par que se reivin-
referencias a la influencia que sobre una crítica al ocularcentrismo. El dica la trama libidinal que emerge
aquél tuvo el pensamiento judío punto de partida de la mencionada en la figura, en el ámbito de la
(con su rechazo de las imágenes) influencia sería el privilegio que percepción. Y el propio Jay recoge

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El debate sobre la visión en el lecturas
pensamiento francés del último siglo

una cita de las primeras recta, por medio de índices,


páginas en las que Lyotard huellas, sugerencias, signos
afirma explícitamente que indeterminados. Algo que
«este libro es una defensa carezca de toda composición
del ojo» (424). Pues bien, visual, plástica, no será una
la argumentación de Jay, pintura, sino más bien un
sintomática del desafío que jeroglífico. Rothko, se sabe,
venimos comentando, le pretendía en sus cuadros
lleva a defender que Lyo- simbolizar lo infinito. Lo
tard, a pesar de lo referido hacía por medio del juego
en la cita, participaba ya en de colores, transparencias,
este libro de la crítica al ondulaciones y profundidad
ocularcentrismo que tomará de la luz: signos visuales

©Jef Safi, Creative Commons.


cuerpo definitivo en La todos ellos, que apelan a las
condición posmoderna. virtuosidades del ojo, a la
perspicacia de la visión.
Más allá de la archiconoci-
da crítica a los metarrelatos Acabamos con una de las
emancipatorios, Jay se in- conclusiones afirmadas en
teresa por las anotaciones que allí De todos modos, ¿la distinción de el libro. La que expresa que «ha
aparecen sobre las cuestiones de Lyotard alimenta en verdad una quedado t ambién de manifies-
la visión. Y cifra el rechazo del crítica al papel primordial de la to el grado en que la crítica del
ocularcentrismo en la distinción visión? Decididamente, no lo creo. ocularcentrismo ha contribuido al
que propone Lyot ard entre la Es cierto que lo sublime alude a lo debilitamiento concomitante de la
modernidad y la posmodernidad: que no puede mostrarse, a lo que fe profesada por los intelectuales
mientras que la primera está anclada carece de presencia sensible. A lo franceses —y no solo por ellos— en
en la representación realista, en la infinito, o si se quiere, a lo invisi- lo que a grandes rasgos podríamos
imitación de lo real, la segunda se ble. La pintura que lo aborda no llamar el proyecto moderno de la
vuelca a lo sublime, tal como hace podrá ser representativa (pues no ilustración» (441). Para algunos, el
la pintura abstracta. Dejemos a un hay algo dado, una realidad efectiva que la crítica del ocularcentrismo
lado el acierto o no del dictamen que representar), acaso ni siquiera socave la creencia en el proyecto
de Lyotard, que en cualquier caso figurativa (según apunta Lyotard, moderno de la ilustración, sería una
parece tomar la parte por el todo. aunque eso último sea discutible); buena razón para precavernos contra
Desde las vanguardias históricas será necesariamente abstracta. Hasta dicha crítica. Pero no parece que
hasta nuestros días hay ciertamente aquí, más o menos de acuerdo. Pero, sea el caso. Por suerte, el proyecto
una corriente artística dominada ¿de donde saca Martin Jay que haya ilustrado admite en su seno diversas
por la abstracción, que podría más en esto una crítica a lo cardinal de la variantes sobre el papel de la visión
o menos asociarse a lo que Lyotard visión? Para que la pintura sublime en la conformación de los procesos
señala como sublime. Pero hay otra siga siendo pintura tendrá que dar mentales. v
corriente, desde las vanguardias una cierta manifestación sensible
históricas hasta las neovanguardias a aquello que es impresentable,
últimas, que se mantiene en la lí- tendrá que traer a presencia visual
nea de la representación pictórica, (no transparente) lo que de por sí
pienso que tan relevante y legítima carece de ella, tendrá que hacer
como la tendencia a la abstracción. ver que hay algo invisible a lo que
Ni pasa por ahí lo distintivo de la alude. Aunque sea de forma indi-
posmodernidad, ni una u otra de
ambas tendencias es más acorde
con las exigencias del momento
histórico. En principio, ninguna
es de por sí superior ni preferible
bajo criterio alguno.

115 I N V I E R N O 2 0 0 8 - 2 0 0 9 R E V I S TA D E L I T E R AT U R A Y P E N S A M I E N T O
Catolicismo
Autor
y anticatolicismo
Francisco Cobo
Romero
en la antesala
de la guerra civil
Profesor de Historia
Contemporánea.
Universidad de Granada.
Autor de Revolución
campesina y contrarrevolución
franquista en Andalucía,
1931-1950.

fuentes archivísticas y hemerográfi- el largo proceso de secularización


·,.,
~.- -..-~1:\:.
,#
_~~.6 -·--·- cas disponibles, el atinado enfoque
aplicado en la disección de las
de la sociedad y el Estado que
acompañó al pausado asentamiento
__
.

·,_ ....."' -~
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·
tP 't . .
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agudas controversias sostenidas en del liberalismo. De acuerdo con

,.~,,..,~'

_:';~ .;j-:.' . ·· . ....


. __ , ~
,..___
. . --_. torno a las lógicas y los discursos
que modelaron los actos de anti-
clericalismo estudiados, o la certera
tal premisa, que juzgamos solo en
parte certera, los axiomas doctrinales
y la labor apostólica de la Iglesia
ubicación de sus argumentaciones Española habrían permanecido in-
ICON Ü CLASTIA en la senda de la clarificación de un variablemente enquistados en una
1930-1936 asunto tan polémico y trascendental interpretación ortodoxa y ultramon-
La (·i IHlad ck I>ios como el del papel desempeñado tana, que la habría incapacitado
rr1•11tP11la lllOCh'l'lliclad por la Iglesia Católica en el fracaso no ya para sostener una apacible
y la destrucción de la democracia coexistencia con las disposiciones
española de los años treinta. legislativas secularizadoras del li-
beralismo decimonónico, sino tam-
La tesis fundamental sostenida en bién para hacer frente de manera
1u
!{ .\ . ll
;1 11 \I .i n 11 ,. 1
l< 1 < l ~ R < l / . 1 · .\ el libro de Barrios Rozúa se inserta exitosa a la acelerada propagación
dentro de una sólida trayectoria de entre las clases medias y el mundo
estudios inaugurada por las investi- del trabajo de las ideologías obre-
Juan Manuel Barrios Rozúa, gaciones pioneras de Joan Connelly ristas y republicanas de profunda
Iconoclastia (1930-1936). Ullman, Hilari Raguer o Frances raigambre racionalista, anticlerical
La ciudad de Dios frente
Lannon. Casi todas ellas responsa- y materialista.
a la modernidad.
Granada, Editorial Universidad bilizaban a la cerrazón, la pertinaz
de Granada, 2007. alianza con el monarquismo más Según esto, el estrecho maridaje
reaccionario y la intransigencia o entre el catolicismo oficial y la mo-
el hermetismo propios de la Igle- narquía liberal habría favorecido la
sia Católica, de ser los principales preponderancia del papel de tutela

La publicación del libro de


Juan Manuel Barrios Rozúa
supone una señera aportación al
alentadores de las recurrentes, y a
veces furibundas, expresiones de
anticlericalismo, antisacramenta-
moral y espiritual ejercido por la
Iglesia sobre una sociedad crecien-
temente laica, de la misma manera
espinoso tema del anticlericalis- lismo e iconoclastia que, incitadas que el «modus vivendi» previamente
mo español y sus más extremas incluso desde los poderes públicos sancionado en el Concordato de 1851
manifestaciones, en un periodo y las culturas políticas del republi- habría contribuido a que el muy con-
tan crucial y determinante de la canismo, el liberalismo o el socialis- servador régimen de la Restauración
historia de nuestro siglo XX como mo, se sucedieron periódicamente confiriese a la institución eclesiástica
el de la experiencia democrática a lo largo del siglo XIX y durante una posición privilegiada. A cambio
republicana y su trágico desliza- la primera mitad del XX. En sín- de todo lo anterior, la Iglesia misma
miento hacia la Guerra Civil. La tesis, los postulados defendidos en contribuiría dócilmente a la difusión
obra se engalana con numerosas la obra que ahora sometemos a de un código de valores instalado
virtudes. Entre todas ellas cabe crítica vienen también a subrayar sobre el providencialismo, la piadosa
destacar su preciso y elocuente el profundo ensimismamiento pade- resignación de los humildes frente a
estilo, el acertado manejo de las cido por el catolicismo español en los poderosos, la aceptación por las

R E V I S TA D E L I T E R AT U R A Y P E N S A M I E N T O I N V I E R N O 2 0 0 8 - 2 0 0 9 116
Catolicismo y anticatolicismo lecturas
en la antesala de la guerra civil

clases populares de una jerarquizada el ámbito de la dirección moral


ordenación social supuestamente de la sociedad, se unió a la casi
inspirada en un orden sobrenatural automática asimilación del binomio
y divino y la concordia necesaria «catolicismo-antirrepublicanismo»,
entre las clases sociales como eficaz confeccionado desde el imaginario
antídoto frente al proselitismo ejer- antirreligioso profusamente difundido
cido por republicanos, socialistas y por las izquierdas. El resultado final

©Jaume D’Urgell, Creative Commons.


anarquistas. A juicio del autor, los de la ecuación planteada, dado el
presupuestos sobre los que se fundó espeso sedimento de repertorios de
desde la etapa restauracionista el protesta antirreligiosa y expresiones
regalismo monárquico en el que de iconoclastia con que se había
quedaron amparadas las privilegiadas ido colmando el dilatado proceso
posiciones de la Iglesia Española, se de secularización y laicización de
habrían reproducido, en una ascen- la sociedad española, no podía ser
dente proyección, durante el periodo La recalcitrante postura adoptada otro, siempre según el autor, que la
de excepcional pietismo y fervorosa por la Iglesia Española ante la sucesión de las súbitas e irrefrenables
exaltación religiosa en que quedó irrupción del régimen republicano manifestaciones de odio anticlerical
convertida la dictadura del general respondería, según Barrios Rozúa, que jalonaron la efímera experiencia
Primo de Rivera. La mencionada a la inveterada actitud invariable- democrática previa a la Guerra Ci-
secuencia de circunstancias habría mente antiliberal, antidemocrática vil. La constatación de esta prolija
colocado a la jerarquía eclesiástica y antiparlamentaria insistentemente secuencia argumental nos obliga,
en una adversa e incómoda situa- mostrada por aquélla, así como a sin embargo, a formular algunas
ción en el momento mismo de la una enraizada predisposición a la objeciones.
proclamación del régimen democrá- defensa de la monarquía tradicional
tico de la II República. Disputas al y católica, entendida como la única Como ya ha sido dicho, el autor
margen, lo que sí parece probado es forma de Estado capacitada para se inscribe en una larga tradición
que la mayoría de los eclesiásticos hacer realidad la preservación de historiográfica centrada en el papel
continuaba, a la altura del año 1931, sus tradicionales privilegios y pre- desempeñado por la Iglesia Católica
identificando República con ateísmo; bendas. Como derivación de todo en la evolución socio-política de la
o democracia y liberalismo, con lo anterior, la Iglesia Española se España contemporánea. La referida
antirreligiosidad y laicismo. Pese a habría instalado, a lo largo de toda la tradición ha visto notablemente enri-
todo, la aseveración precedente no encrespada andadura del régimen de quecido su ya denso caudal interpre-
debe hacernos pensar que la Iglesia la II República, sobre una monolítica tativo gracias al alumbramiento de
Española habría sido completamente e impenetrable posición manifies- valiosas aportaciones, aparecidas en
inmune a los fenómenos de adap- tamente contraria a la experiencia el transcurso de las últimas décadas.
tación a la democracia y la política democrática inaugurada en 1931, Así pues, a las incursiones sobre
de masas que se venían registrando que la habría arrastrado hacia un el tema de la «cuestión religiosa»
en otras muchas Iglesias nacionales inmovilismo entumecido y fosilizado. en la II República, ya un tanto
europeas, impidiendo así la flexible Este posicionamiento, tozudamente lejanas en el tiempo, de José M.
y dúctil incorporación de los cris- sostenido a lo largo de los años re- Sánchez, José Andrés Gallego, José
tianos a la vida política mediante la publicanos, la habría conducido a R. Montero, Víctor Manuel Arbeloa,
asunción implícita de los principios juzgar absolutamente inadmisibles Vicente Cárcel, María L. Rodríguez
de la libertad, la justicia, la igual- los presupuestos esencialmente laicos Aísa, Feliciano Montero o Gonzalo
dad, o la legítima confrontación que inspiraron la labor legislativa Redondo, se han unido las más re-
partidista. Pues, como trataremos de desplegada por el nuevo Estado de- cientes y esclarecedoras de William
probar más adelante, también aquí mocrático. La cerril contraposición J. Callahan, Mary Vincent, Martin
la institución eclesiástica articuló expresada por la jerarquía eclesiástica Conway, Manuel Delgado, Julio de
una variada gama de habilidades y española a la labor legislativa de la Cueva o Manuel Álvarez Tardío,
pericias, prestas a hacer efectiva la los gobiernos de centro-izquierda, por citar tan solo algunos ejemplos.
movilización de una ingente masa dirigida esta última a disminuir la Las nuevas perspectivas desbrozadas
de católicos en defensa de sus más preponderante ascendencia de la por la reciente historiografía han
anhelados objetivos. Iglesia en materia educativa, o en ensanchado nuestro conocimiento

117 I N V I E R N O 2 0 0 8 - 2 0 0 9 R E V I S TA D E L I T E R AT U R A Y P E N S A M I E N T O
lecturas

acerca de las dificultades experimen- una vasta extensión del catolicismo


tadas por los católicos para unificar europeo, que se identificó con ellas,
sus esfuerzos en la consecución de convencido de su superior eficacia
una estrategia política homogénea y para hacer frente a las amenazas
cohesiva, capacitada para hacer pre- del comunismo y el laicismo, o
valecer los intereses del cristianismo para contrarrestar las corrientes
en un escenario adverso presidido por secularizadoras impulsadas por las
la movilización de las izquierdas y filosofías materialistas, el cambio
la política de masas. Asimismo, se socio-cultural, la modernización
han producido notables avances en económica y el súbito derrumbe del
la comprensión de las cambiantes jerarquizado y elitista ordenamiento
estrategias puestas en práctica por propio del liberalismo clásico.
la jerarquía eclesiástica española y
por la densa red de congregaciones Si bien la postura oficial de la jerar-
religiosas, asociaciones católicas y quía católica española ante la pro-
organizaciones seglares, para hacer clamación del régimen republicano
posible una auténtica movilización fue la del acatamiento prestado a las
de los creyentes frente a los intentos nuevas autoridades —en consonancia
de laicización desplegados por los con la doctrina promulgada desde
gobiernos republicanos del primer los tiempos de León XIII—, debe
bienio. Pero, sin lugar a dudas, el hacerse constar que algunos de sus
progreso más notorio exhibido por más altos representantes, con el
la reciente historiografía centrada 1. cardenal primado Pedro Segura al
en el papel desempeñado por la frente, habrían expresado el más
Iglesia en los decisivos años treinta, católicos en la defensa del «reino de hondo menosprecio por el nuevo
ha sido aquel que ha sabido entre- Dios sobre la tierra». orden político democrático, cuando
lazar el acentuado integrismo de la no recomendado abiertamente a sus
reacción antidemocrática y antirre- Y es precisamente en torno a esta fieles el respaldo a las opciones mo-
publicana expresada por la mayoría esencial perspectiva donde quizás nárquicas. La contundente certeza de
de los católicos, con el revestimiento el sugerente libro de Barrios Rozúa estas apreciaciones no debe hacernos
simbólico, lingüístico, discursivo, presente algunas debilidades, pese a minusvalorar, no obstante, la existen-
alegórico e idealizado con el que que la escasez y la insignificancia cia de un sector decisivo de la jerar-
aparecieron envueltas las interpre- numérica de las mismas sirvan para quía eclesiástica y de la diplomacia
taciones manejadas por aquéllos en atenuar la posible contundencia de vaticana dispuesto a mantener una
su particular análisis de la realidad nuestras objeciones. En la Europa de pragmática y conciliatoria relación
política entonces vigente. Ha sido Entreguerras, los católicos españoles con los gobiernos republicanos del
aquí, precisamente, donde algunos no escaparon a la influencia de primer bienio (sostenidos por una
recientes estudios han puesto un una vigorosa corriente que arrastró coalición parlamentaria integrada
énfasis satisfactorio en la importancia a buena parte de las Iglesias nacio- por socialistas y republicanos de
que llegó a alcanzar, incluso en los nales de numerosos países hacia izquierda). Mediante la asunción
años republicanos, la edificación en la defensa de postulados políticos de la referida estrategia, ese mismo
el seno de la Iglesia Católica de un abiertamente autoritarios. A todo ello sector perseguía la evitación de
nuevo imaginario, que resaltaba la hay que añadir la intensa seducción males mayores, con la vista puesta
naturaleza esencialmente impía e ejercida por las propuestas fascistas en la retractación de los gobiernos
irreligiosa de la República, ligaba o intensamente fascistizadas sobre republicanos de su empeño por
su esencia a la poderosa onda de hacer inmediata la ejecución de los
materialismo ateo y antirreligiosidad preceptos constitucionales sobre el
que se habría abatido por casi toda 1. carácter aconfesional del Estado y el
Europa y señalaba el carácter im- Celebración en Madrid de la proclamación sometimiento de las congregaciones
postergable de una acción piadosa de la Segunda República Española, religiosas a un estatuto especial, o
a la vez que categórica, que tuviese el 14 de abril de 1931. la tan temida legislación laicizante.
por finalidad la unión de todos los Foto: Jaume D’Urgell, Creative Commons. Tras la promulgación de las prime-

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Catolicismo y anticatolicismo lecturas
en la antesala de la guerra civil

ras leyes anticlericales de 1933. Esta era, al


(libertad de conciencia menos, la mejor de las
y culto, carácter volun- concreciones con la
tario de la enseñanza que podría verse plas-
religiosa, supresión del mada la estrategia que
crucifijo en las escue- blandió la mayor parte
las, regulación del di- de la jerarquía hasta el
vorcio, disolución de año 1936 y que, según
la Compañía de Jesús, palabras del propio Vi-
secularización de ce- dal i Barraquer, debería
menterios y prohibición consistir en «mover los
de las manifestaciones dos brazos, emplear los
externas del culto ca- dos métodos». El com-
tólico, entre otras), y
una vez aprobada la
t:tt NS 'I,l 'I,11t~1tt1 promiso de los católi-
cos con la intervención
Constitución, la postura en los asuntos políticos
oficial del Vaticano y 11I~ 1,A lt 1i11 ÍIIII ..ICA públicos respondía a
de la mayor parte de un fenómeno que se
la jerarquía española
consistió en la defensa
1~ S 11 A Ñ tt l., A había generalizado, y
reforzado, en prácti-
de un protocolario en- camente toda Europa
tendimiento con las au- tras la finalización de
toridades republicanas. la Gran Guerra, espo-
Mientras tanto, median- leado por la titánica
te la labor apostólica empresa de recristiani-
©Jaume D’Urgell, Creative Commons.

conjunta de obispos y zación emprendida por


seglares se perseguiría Pío XI. El aludido fe-
la ansiada unión de nómeno traducía, a su
los católicos, reputada vez, la honda división
imprescindible para del catolicismo europeo
contrarrestar la «ame- en torno a la adecuada
naza revolucionaria» y gestión de sus dificul-
la espesa onda de anti- tosas relaciones con la
clericalismo que hacía temblar los de los casos. Además, no debe ser democracia, la pujante seculariza-
cimientos mismos del catolicismo preterida ni injustamente menos- ción de la vida pública y la política
hispano (véase la carta pastoral preciada la iniciativa adoptada por de masas. Como ocurrió en otras
«Horas Graves», dictada en julio todo un extenso grupo de propa- latitudes del continente europeo
de 1933 por el entonces arzobispo gandistas de Acción Católica que, (valgan los ejemplos de Alemania,
de Toledo y primado de España, pese a su muy temprana y estrecha Austria, Bélgica, Italia o Portugal),
monseñor Gomá y Tomás). identificación con la defensa de los la inmersión de los católicos espa-
intereses del agrarismo más conser- ñoles en el agreste panorama de las
Con el uso de tales procedimientos, vador y con una visión corporati- disputas partidistas y parlamentarias
la jerarquía eclesiástica (con Fran- vista y dudosamente democrática les condujo en numerosas ocasio-
cesc Vidal i Barraquer comisionado del juego parlamentario, asumió nes hacia una más que perceptible
por el Papado para negociar con la la participación en las disputas deriva antidemocrática, que se vio
República desde el 17 de mayo de partidistas y electorales sostenidas profusamente impregnada por la
1931) procuraba el acatamiento de en la arena pública de la etapa manifestación exaltada con la que
lo estipulado por la burocracia va- republicana y enarboló la bandera muchos de ellos ensalzaron las vir-
ticana, en un común empeño por del «accidentalismo» mediante la tudes del autoritarismo o del fas-
ralentizar la aplicación de las de- constitución de un partido político cismo en la contención del avan-
testadas medidas anticlericales, o confesional que alcanzó un amplio ce del proceso secularizador, del
abortar su ejecución en el mejor respaldo electoral en los comicios laicismo y del ateísmo.

119 I N V I E R N O 2 0 0 8 - 2 0 0 9 R E V I S TA D E L I T E R AT U R A Y P E N S A M I E N T O
lecturas

Por otro lado, y tal y como


han demostrado sobrada-
mente rigurosos estudios
preocupados por desentra-
ñar las estrategias seguidas
por la Iglesia en un nuevo
escenario marcado por la
política de masas, un deci-
sivo sector declaradamente
integrista del clero y la je-
rarquía alcanzó un notable
éxito en la movilización an-
tirrepublicana de un extenso

©Vestigios, Creative Commons.


colectivo de fieles. Como
prueban los ejemplos extraí-
dos de numerosas comarcas
y regiones profundamente
ruralizadas del centro o el
tercio septentrional de la
península ibérica, la Iglesia Católica que afloraron a la superficie de las supuestamente imparable avance de
persistió en su posición ideológica muy frecuentes manifestaciones la revolución y el ateísmo encerraba
hegemónica, mantuvo intacto el de protesta colectiva, e incluso al la aceptación implícita de la legi-
liderazgo espiritual y atesoró una ámbito de las agrias disputas polí- timidad de un alzamiento armado
más que probada capacidad de mo- ticas, actuaron como un eficiente contra un Estado catalogado de
vilización sobre amplios colectivos catalizador, que contribuyó a la anticatólico, a la vez que inculpado
sociales en la defensa de principios condensación y a la concreción de una aviesa enemistad con la
y postulados profundamente opuestos significativa de los elementos dis- Iglesia y su doctrina. Tan seductora
a la democracia, al liberalismo o al cursivos, lingüísticos y alegóricos recreación discursiva movilizó a un
republicanismo. De esta manera, desplegados desde, al menos, el ingente número de católicos, hasta
consiguió articular un discurso año 1932 por las fracciones más arrastrarlos hacia la adopción de
interpretativo de la naturaleza del intransigentes del clero y la jerarquía actitudes fervorosamente dispuestas a
Estado republicano y de la inevitable eclesiástica. Sobre aquellos mismos apoyar, hasta sus últimas consecuen-
deriva atea, irreligiosa y materialista componentes simbólicos e idealiza- cias, la inminente puesta en marcha
de su íntima constitución jurídica dos, la corriente mayoritariamente de un movimiento militar dirigido
y política, sumamente efectista y integrista y reaccionaria del clero a destruir los cimientos mismos de
profundamente seductor. La doctrina español edificó un aglutinante la democracia republicana.
eclesial que terminaría imponiendo discurso de descalificación de la
su hegemonía en el transcurso de República y de exaltación de un A nuestro juicio, la «cuestión religio-
la corta andadura democrática de la catolicismo integral rotundamente sa» se convirtió en los años treinta
II República, identificó al Estado y, opuesto a la experiencia democrá- de la pasada centuria en un canden-
muy especialmente, a la legislación tica de los años treinta, al tiempo te asunto que galvanizó a la opinión
anticlerical del primer bienio con la que profundamente comprometido pública, cooperó en la profundiza-
encarnación de una malévola forma con su irremediable destrucción. ción de las fracturas ideológicas que
de ordenamiento político visceral- Este discurso se instaló sobre la ya venían allanando el camino a la
mente anticatólica, al tiempo que antítesis alegóricamente erigida polarización y a la radicalización de
profundamente contaminada por los sobre los siguientes extremos con- la vida política y aceleró el proceso
perniciosos agentes del materialismo, trapuestos, insertos dentro de un de decantación de los imaginarios
el ateísmo o el comunismo. mismo y vertiginoso alineamiento: discursivos construidos desde las irre-
«República-Ateísmo-Anti-España- conciliables esferas del anticlerica-
Por nuestra parte, estamos entera- Comunismo-Revolución» versus lismo y el integrismo ultracatólico.
mente convencidos de que las recu- «Catolicismo-Orden-Familia-Tradi- En medio de un agitado escenario
rrentes expresiones de iconoclastia ción». La satisfactoria contención del de disputas, cada vez más encona-

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Catolicismo y anticatolicismo lecturas
en la antesala de la guerra civil

un comporta- un clero reaccionario y ultramonár-


miento instin- quico, esencialmente opuesto a los
tivo, cargado ideales de progreso, libertad, demo-
de espontanei- cracia, laicismo y modernidad que
dad, o seudo- adornaban la República. En medio
irracional, atri- de un contexto de amplia permisi-
buible a los vidad gubernamental y de visible
sectores popu- ensanchamiento de la estructura de
lares y las cla- oportunidades políticas, la prodiga-
©Jaume D’Urgell, Creative Commons.

ses trabajado- lidad con que se vieron difundidos


ras más inten- los aludidos discursos anticlericales
samente des- pudo desembocar, en coyunturas de
cristianizadas especial tensión socio-política o en
en su intento circunstancias de intenso conflicto
por contener socio-económico o laboral, en autén-
el avance de ticas oleadas de manifestaciones fu-
das, en torno al papel reservado a las fuerzas reaccionarias más visce- ribundamente iconoclastas.
la Iglesia Católica en la ordenación ralmente opuestas a la pervivencia
de la vida espiritual y política de la de la República. Por consiguiente, Todas las observaciones que acaba-
Nación, los frecuentes estallidos de desde aquí sostenemos con firmeza mos de hacer han sido vivamente
iconoclastia pueden ser considerados, que tales actos de iconoclastia fue- estimuladas por el profundo poso
tal y como sostiene acertadamente ron asimismo fomentados, modela- de brillantes y sugerentes plantea-
el autor de la obra, como el acto dos, estimulados y discursivamente mientos que subyace en la excelente
reflejo y espontáneo de las clases edificados por la copiosa propaga- obra del profesor Barrios Rozúa.
populares en su empeño por atajar ción de imaginarios enraizadamen- Pensamos que mediante el recurso
la actitud radicalmente antirrepubli- te antirreligiosos, gestados desde las a la controversia quizá cooperemos
cana del clero y la jerarquía. Pero a culturas y los lenguajes políticos del a la profundización en un debate
esto último tendríamos que objetar republicanismo, el liberalismo lai- que todavía hoy, y quizás hoy más
que los constantes conatos de odio co, el socialismo o el anarquismo. que nunca, continúa rebosando
anticlerical y los incontrolados ac- Estos imaginarios se habían nutrido actualidad y que se encuentra im-
tos de apasionado antisacramenta- de un denso caudal de estereotipos pregnado de elementos de candente
lismo, no deben ser unívocamente y visiones alegóricas o sublimadas interés que invitan a un sosegado y
concebidos como las expresiones de que personalizaron la imagen de desapasionado diálogo. v

Bibliografía

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121 I N V I E R N O 2 0 0 8 - 2 0 0 9 R E V I S TA D E L I T E R AT U R A Y P E N S A M I E N T O
Cuando el pasado
se convierte en memoria
y el futuro en deseo.
Autor
Óscar Barroso
Fernández

Pensando la historia y Europa


Profesor de Filosofía.
Universidad de Granada.
Autor de Verdad y acción.

desde las subjetividades

y evalúa por criterios científicos


de especialización, Passerini no
renuncia a la apertura intelectual.
En este breve trabajo quiero
presentar su última obra:
Memoria y utopía. La
primacía de la in-
tersubjetividad (Pu-
blicaciones de la
Universidad de
Valencia / Edi-
torial Univer-
sidad de Gra-
nada, 2006),
cuyo original
italiano es del
año 2003 (Bo-
llati Boringiheri
editore).
Luisa Passerini,
Memoria y utopía. La primacía de
Se trata de un texto
la intersubjetividad.
Granada, Publicaciones de la Universi- en el que se reco-
dad de Valencia y Editorial Universidad pilan cinco trabajos
de Granada, 2006. recientes de Passeri-
ni, pero, a despecho
de este carácter recopilato-

Luisa Passerini es un claro


ejemplo de cómo el
intelectual tiende a superar el estan-
rio, en él encontramos líneas
de fuerza transversales que le
dan un aspecto unitario. Des-
camiento universitario en disciplinas de el punto de vista del estilo,
hacia un verdadero pensar interdis- estamos ante una obra ágil y
ciplinar. En sus obras L’Europa e dinámica, y eso a pesar del
l’amore (1999) o Il mito di Europa abismal repertorio
(2002), aunque con pretensiones de citas, que, lejos
fundamentalmente historiográficas de convertirla en
e históricas, no tuvo problemas a un pesado texto de
la hora de apoyarse en la filosofía, erudición y eclecticis-
la sociología, el arte o la literatura, mo, le da el aspecto de
y, de esta forma, proyectar también un diálogo textual. El único
luz sobre estos campos del saber. problema que se detecta relacio-
En una universidad cada vez más nado con ello es que la autora pierde
especializada y donde todo se mide frecuentemente su línea argumental,

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Cuando el pasado se convierte lecturas
en memoria y el futuro en deseo

aunque, en realidad, tal extravío es me más por encontronazo que la nueva recuperación de la sub-
en muchas ocasiones intencionado o inquiriendo en mi entendimiento». jetividad nace, en realidad, de un
producto de la temática misma tra- movimiento filosófico que tiene sus
tada: «La naturaleza asistemática del El libro tiene dos partes bien di- fuentes en una forma culminante
recorrido es un reflejo de la misma ferenciadas. En la primera, «El del estructuralismo: la genealogía
asistematicidad de la memoria: en pasado. La investigación», Passerini de Foucault. La forma en que
otras palabras, he seguido mis asocia- se interesa fundamentalmente por Passerini enfrent a el problema
ciones personales, basadas, con todo, asuntos de carácter historiográfico de la subjetividad está en línea
en un patrimonio común de estudio relacionados con las formas en las con el pensar de la comunidad
y saberes» (p. 40). Es sencillamente que podemos enfrentar el pasado intersubjetiva abierto a comienzos
lo que ocurre cuando intentamos reciente y la importancia que en de los años ochenta por Jean-Luc
hacernos cargo de la subjetividad una perspectiva tal tiene el estudio Nancy (1983) y Maurice Blanchot
en su dinámica real, en la que es de las formas de la subjetividad. (1983). Aunque no es este el lu-
instante y fluctuación. A este En la segunda parte, «El presente. gar, sería interesante confrontar el
respecto, no está de más La pertenencia», rastrea fenómenos modelo historiográfico de Passerini,
recordar aquí las pala- de la historia contemporánea para basado en la subjetividad, con el
bras de Montaigne afrontar desde ellos el problema de genealógico propuesto por el joven
(1774: 77): «Ocú- la identidad europea en relación con investigador Óscar Moro (2006).
rreme también las subjetividades.
el no hallarme Obviamente, la recuperación del
cuando me Por lo tanto, el eje vertebrador de concepto de subjetividad ya no puede
busco y ha- la obra es el problema de la subje- referirse a una vuelta al primado de
llar- tividad en relación con el tiempo. la conciencia y el pensar egológico,
Passerini const at a cómo desde sino que esta nueva exploración
mediados de los años ochenta, recorre, respectivamente, el fondo
coincidiendo significativamente con no consciente y los entramados
la muerte de Michel Foucault, la intersubjetivos. De hecho, este se-
categoría conceptual de la subje- gundo elemento va ganando fuerza
tividad ha tomado una gran en la obra respecto del primero:
relevancia en el ámbito la constitución de un sujeto no es
del conocimiento social y ya, como era para Freud o Lacan,
humanista. Se trataría de una batalla en el interior del pro-
una perspectiva que en las pio individuo, sino una cuestión
décadas anteriores había intersubjetiva. Muestra de ello es
quedado en un segundo el uso del «memory work», trabajo
plano a causa de los intersubjetivo fundamental para la
enfoques estructuralis- historia y para la creación de nuevos
tas. En cualquier caso, «lugares de resistencia e innovación
el objetivo no es respecto a las instituciones y las
confrontar un formas de saber» (p. 15). Passerini
planteamiento no enfrenta su trabajo como algo
científico-es- meramente teórico, sino fundamen-
tructural con talmente práctico, si es que hoy la
otro más hu- distinción entre teoría y praxis sigue
manista, porque teniendo alguna validez.

La importancia de lo subjetivo en la
1. historiografía de Passerini se detecta
Zeus y Europa. Museo sobre todo en la manera que tiene de
de Arte de Sarasota, entender el pasado como memoria y
Florida. Foto: Atelier Teee, el futuro como utopía desde el anclaje
Creative Commons. del presente; es esta la forma en que

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lecturas

puede transformarse en una forma


de olvido, entre nostalgia y consu-
mismo» (p. 28). La cuestión de la
ruptura de los silencios no es, por
ello, algo banal, sino fundamental
para la constitución de verdaderos
espacios públicos en las sociedades
democráticas:

«Existe un estrecho nexo entre la


formación de una ‘esfera pública
democrática’ y las memorias de
los individuos que le dan vida:
si la memoria del pasado se
banaliza, tendremos ‘individuos
fallidos’, sin memoria, y por tanto,
presas fáciles para movimientos
totalitarios» (p. 35).

2. Es sumamente interesante el com-


promiso social que la historia ad-
el sujeto vive la historicidad, y con ella había dedicado varias investigaciones quiere en Passerini. La historia no
la historia es pensada prácticamente con anterioridad. solo sirve para evitar viejos errores,
desde el presente, como plataforma como los del totalitarismo, sino que
para la apertura de horizontes futu- Pasando al análisis estructural de la también es fuente de crítica hacia
ros. Desde aquí, la memoria aparece obra, la primera parte está dividida el presente. Los individuos fallidos
como desvelamiento de lo olvidado, en tres capítulos. El primero, «Me- no son únicamente alimento esen-
de las formas del olvido individuales morias entre silencio y olvido», tiene cial de los regímenes totalitarios,
y colectivas, y la utopía es entendida un objetivo historiográfico: sino también de una democracia
no como algo teleolológicamente meramente nominalista, transfor-
cerrado, sino, a la manera del 68, «¿Cómo podríamos encontrar los mada en lo que Carlos París llama
como deseo. signos del olvido y del silencio, una «sociedad himinóptera», una
no siendo éstos verificables de sociedad de insectos:
Desde el punto de vista de la historia, por sí, sino deducibles a partir
Passerini detecta una triple signifi- de otros datos?» (p. 27). «Tópicamente han sido compa-
cación del término «subjetividad». radas estas colonias con las so-
Un primer núcleo de problemas Trabajar en estos términos con la ciedades totalitarias, pero pueden
esta relacionado con quiénes son memoria supone renunciar a la ser vistas también más sutilmente
los sujetos de la historia, descu- perspectiva objetivista y abrirse a un cual realización del ideal tecno-
briendo que estos pueden ser tanto proceder hermenéutico. El enfoque crático capitalista. El rendimiento
individuos como colectividades. Un es especialmente significativo cuando de semejantes sociedades, en
segundo concepto hace referencia a se trata de enfrentar históricamente cifras macroeconómicas, haría
la «subjetividad acumulada», a la el siglo XX, singularmente dado al las delicias de los gobernantes
herencia con que cada generación olvido: claramente en los regímenes de nuestro mundo, la planifica-
se enfrenta a lo real, patrimonio totalitarios, pero también en los ción acabada permitiría vacar a
continuamente sometido a renova- democráticos, donde «la memoria los ministros de Hacienda, y la
ción. Como dirían Ortega o Zubiri, perfecta disciplina en individuos
la historia no es una sucesión de programados por una instintividad
hechos, sino de sucesos. Por último, 2. mucho más poderosa que nuestros
Passerini destaca la ego-histoire, es Corrado Giaquinto. medios de comunicación relajaría
decir, la subjetividad del propio El rapto de Europa, ca. 1752. totalmente a nuestros ministros
historiador, tema al que ella misma Foto: Joethe Lion, Creative Commons. del Interior. ¿No es el ideal que

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Cuando el pasado se convierte lecturas
en memoria y el futuro en deseo

actúa inconfesadamente dentro


de nuestro mundo?» (París,
1994: 90).

El capítulo segundo lleva por título


«Convertirse en sujeto en la época
de la muerte del sujeto». Este es un
problema que la autora no podía
pasar por alto: no se puede reivindi-
car la subjetividad, hacer referencia
al sujeto, sin tener en cuenta que
nos hallamos en una época que
podríamos calificar como posthu-

©Callejera, Creative Commons.


manista. Pensemos en la tradición
que partiendo de lo que Ricoeur
llamara con acierto «Escuela de la
sospecha», y pasando por Heidegger,
llega hasta Foucault o Derrida. La
cuestión se vuelve especialmente
dramática en relación con uno de como señalábamos líneas arriba, algo al orden tan subrayada en las anti-
los mayores intereses de Passerini: abierto, una tensión de la expectativa, utopías de Orwell o Huxley.
la entrada en la subjetividad de la del deseo. La clave, para entender
mujer; pero precisamente desde de esta forma la utopía, la encon- En la segunda parte del texto el
las corrientes feministas es posible tramos en la interpretación de un enfoque cambia: ya no se trata tanto
pensar esta nueva reivindicación fenómeno histórico muy significativo de pensar nuevas formas historiográ-
de la subjetividad y la muerte del para Passerini: el 68’. Este fenómeno ficas, como de reivindicar, a través
sujeto. En realidad, lo que la filo- es entendido en un sentido muy de la mirada a la historia reciente,
sofía posthumanista demanda es el amplio, incluyendo movimientos la pertinencia del discurso históri-
«abandono de una concepción del sociales, políticos y culturales, y co en los problemas actuales. A la
sujeto que ignoraba el cuerpo, que multitud de formas de subjetividad: autora le interesa un problema bien
negaba la diferencia y privilegiaba trabajadores, artistas, mujeres, homo- concreto: la identidad europea, pen-
el nivel de la conciencia» (p. 46). sexuales, etc. Un análisis adecuado sada en términos más culturales que
Pero no es esta la subjetividad que del 68’ exige superar el objetivismo políticos. El capítulo cuarto, «De la
reivindica Passerini, sino una reno- y moverse en distintos niveles de ironía de la identidad a la identidad
vada versión que aparece como «un interpretación. Como acontecimien- de la ironía», parte de una noción
proceso, una serie de cambios y no to fue algo breve… una cuestión negativa de identidad, en cuanto
una condición estática, un desarro- de meses. Pero si lo pensamos en concepto regresivo y etnocéntrico.
llo, aunque no necesariamente una términos de movimiento social, las La significatividad del debate actual
evolución lineal. Es una narración, cosas cambian, y más si pasamos en torno a la identidad europea
aunque no lo es, obligatoriamente, a la perspectiva cultural (hasta el es muestra del desarraigo y de la
de una única historia» (p. 46). punto de que podemos decir que inseguridad en que vive el europeo
los cambios culturales están aún en del siglo XXI, y corre el peligro de
En el capítulo tercero, «Utopía y proceso). En fin, Passerini detecta dar pie a dinámicas regresivas que
deseo», la autora deja de referirse un triángulo conceptual fundamental potencian valores eurocéntricos.
al pasado de la subjetividad, la me- para entender el 68’: subjetividad, Además, el concepto de identidad
moria, para hablarnos de su futuro, deseo y utopía. Esta tríada, como tiene una naturaleza potencialmente
la utopía. El deseo aparece a su vez recuperación de la utopía desde el uniformizante y por ello Passerini
como puente entre ambas dimen- surgir de nuevas formas de subjeti- recomienda sustituirlo por los de
siones. Ya en el capítulo anterior vidad, sujetos de deseo, es lo que «identificación» o «subjetividad». Se
había visto que «La memoria es permite reformular el concepto en sus trata de conceptos que tienen por
el pasado del deseo, la expectativa aspectos más creativos liberándolo de objetivo superar los esencialismos a la
es el futuro» (p. 41). La utopía es, los más siniestros, como la referencia hora de definir el «ser europeo». Esta

125 I N V I E R N O 2 0 0 8 - 2 0 0 9 R E V I S TA D E L I T E R AT U R A Y P E N S A M I E N T O
lecturas

identificación o subjetividad europea sentido algunos de nosotros quie- La perspectiva de Passerini, en lo


ha de cumplir tres condiciones para ren llamarse europeos», Passerini que a la identificación europea se
superar los problemas del concepto insiste en el tema incorporando refiere, está, a mi juicio, excesiva-
de identidad. En primer lugar, debe una nueva perspectiva: el concepto mente alejada de la realidad políti-
evitar los intentos definitorios que de identidad ha de ser superado, ca. Europa no pasa de ser, en esta
parten de la diferencia con el otro. porque Europa, la Europa que ha perspectiva, un espacio estético, li-
El otro está dentro del propio sujeto, perdido la hegemonía mundial, es terario, urbanístico. Esto, obviamen-
y así el tema de la identidad es, a la más una ausencia que una presencia te, por sí solo no supone una crítica
vez, el de la alteridad. En segundo y por ello es algo que obedece más a la posición de la historiadora ita-
lugar, ha de ver la cultura europea al deseo que a la realidad, más al liana. El problema es que Passerini
como una proyección hacia el futuro: futuro que al presente. Este punto pretende que su enfoque, su mane-
la unidad «solo puede ser entendida de vista le permite recuperar el ra de entender la subjetividad eu-
y acometida como un compromiso tema del 68’, entendido en sentido ropea, sea visto como una alterna-
encarado principalmente hacia el amplio como proyecto cultural no tiva al modelo efectivo, real, de la
futuro y siempre solo de forma acabado. Passerini descubre que las Europa de mercado. Pero, ¿cómo?,
crítica hacia las formas que la han generaciones del 68’ han recupe- ¿cuáles son las mediaciones? ¿Puede
precedido» (p. 95). Europa es una rado el tema de la identificación la esfera de la «alta cultura» consti-
forma del deseo. Por último, el tema europea. Las razones que encuentra tuirse por sí sola en una alternativa
requiere una cierta dosis de ironía; para ello son tres: en primer lugar, al actual modelo político-económi-
las identidades son como máscaras, el descubrimiento de la dimensión co de Europa? Se detecta en mu-
algo móvil, problemático, crítico: cultural más allá de la política y chos de los supervivientes del 68’
la recuperación de la dimensión una tendencia a aligerar el peso po-
«Presagiar que las identidades utópica de Europa; en segundo lítico de sus propuestas. Pero ello
futuras lo serán de la ironía lugar, la permanencia del deseo de conlleva el peligro de pensar de es-
equivale a esperar que sean tan internacionalismo conjugado con paldas a lo que efectivamente está
resistentes que puedan admitir la conciencia de la necesidad de sucediendo en nuestro continente:
el hecho de oscilar, desplazarse, proceder por etapas; por último, pretensiones de cimentar, bajo el
modificarse, y que no tenga que la reconciliación con la generación camuflaje de tratados constitucio-
basarse en rigideces y exclusiones; de la Resistencia y su corriente nales, la ideología del neo-libera-
que consientan la ironía hacia liberal-socialista. Se trata, de nue- lismo; proyecto político de marca-
sí mismos y hacia las ilusiones vo, de una identificación irónica, do carácter tecnócrata y creado al
de grandeza y las pretensiones en línea con el «buen europeo» margen de la ciudadanía; destruc-
hegemónicas del viejo sujeto» de Nietzsche, que transforma la ción de la Europa social; nuevas
(p. 106). expansión colonial en vagabundeo formas de colonialismo global; ul-
errante y que ha renunciado a las traje a la Declaración Universal de
En el último capítulo, «La última pretensiones de ser representación los Derechos Humanos en el trata-
identificación: por qué y en qué de lo universal. miento de los inmigrantes… v

Bibliografía

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drid, Arena Libros, 2002. la historia, Santander, Univer- Arena Libros, 2001. ca, 2000.
sidad de Cantabria.
MONTAIGNE, Michel de (1774),
Ensayos I, Barcelona, Alta-
ya, 1994.

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Tres modalidades: Cuenro, Poe ía y Teatro
(Recepción de originales: del w al i.-4de abril de 2,009)
Premios Alonso Cano
iece modalidades: Arquitecmra Cómic, Di eño, Escultura,
Fotografía, Nuevas recnologías de la imagen y Pintura
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Premios Manuel de Falla
Do rn dalidade : Investigación musical e Interpretación musical
(Recepción de originale : del n al r3 de mayo Je 2009)
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Mo<lali<lad única: Guión de cortometraje
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Premio Emilio Herrera Linares
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Universidad de Granada
Vicerr ectorado de Extensión Universitaria y Coopet ación al Desarrollo

Composici n
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La POeS ,1a de Paul Celan, una de las más herméticas


del siglo XX, sigue siendo hoy objeto de
un intenso debate hermenéutico, en el que a las voces ya clásicas de
Szondi y Gadamer se han sumado más recientemente las de autores
como Jean Bollack, Jacques Derrida y Lacoue-Labarthe, entre otros.
El dossier de este primer número de Afinidades se inscribe de lleno
en esta controversia, al tiempo que trata de arrojar luz sobre su
alcance y motivaciones actuales. Así lo hace, por ejemplo, el ensayo
que abre la revista, donde uno de los mejores conocedores del debate,
el investigador francés Denis Thouard, reflexiona sobre las causas
por las que la obra de Celan habría despertado tanto interés no solo
entre los filólogos y críticos literarios, sino también y especialmente
entre los filósofos. Los dos artículos siguientes son ya, en cambio,
concretas aportaciones a la tarea siempre inacabada de comprender
los sentidos de la poesía celaniana. En el caso de Robert Caner, esto
se lleva a cabo a través de la discusión entre Szondi y Gadamer a
propósito del poema «Estás echado»; mientras que en el de Jorge
Pérez de Tudela, traductor del libro de Derrida sobre Celan, lo que
encontramos es una personal lectura filosófica de los motivos marinos
más recurrentes en la obra del poeta. Por su parte, Julián Jiménez
Heffernan y Ana Corría nos ofrecen sendas lecturas comparatistas
de la obra celaniana: el primero, haciéndola dialogar con la obra de
poetas ingleses cercanos y lejanos; y la segunda, subrayando las
semejanzas entre las visiones del mundo de Celan y de Beckett a
partir de un uso muy parecido de la ironía. Finalmente, el ensayo de
Javier Alcoriza, también comparatista, se centra en la caracterización
de la obra de Celan como literatura del Holocausto.

En la sección «La antorcha al oído» José Luis Villacañas lleva a cabo


una lectura de los márgenes del pensamiento de Schiller sobre la
tragedia, subrayando su vínculo con la ética kantiana, pero también
con algunas de las ideas posteriores de Freud. La sección rinde,
además, homenaje a la figura y obra de Simone de Beauvoir, que
nació hace ahora cien años. El artículo que le ha dedicado Jesús
Nebreda pone de relieve, sobre todo, la dimensión feminista de su
pensamiento, lo que enlaza con el contenido del ensayo de Iris Zavala,
donde se subraya el papel que la mujer debería desempeñar hoy en
la tarea civilizatoria, en el marco de una cultura cada vez más
audiovisual. De uno de los medios de comunicación audiovisuales
más influyentes, la televisión, se ocupa finalmente el artículo de Eva
Navarro, si bien en su caso para hacer una lectura muy positiva de
los beneficios que de su existencia se habrían derivado para la
literatura.

El número contiene, además, una serie de lecturas críticas de libros


de investigación o ensayos de reciente aparición, como la realizada
por José García Leal sobre Ojos abatidos, de Martín Jay.

Composici n

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