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UNIVERSIDAD DE LA HABANA

FACULTAD DE FILOSOFIA –HISTORIA


DEPARTAMENTO DE SOCIOLOGÍA

Título: La familia en el pensamiento sociológico del siglo XIX y XX

Autores:

Annalié Chávez Trujillo


Diana Del Risco Veloz
Lilibet González Martínez
Andrei Hernández Batista
Aniley Naranjo González
Katia Suárez Torres

Tutora: Dr. Reina Fleitas Ruiz

Ciudad de la Habana
Curso 2004-2005
ÍNDICE

Introducción

Capitulo I Corrientes teóricas del siglo XIX que tributan al desarrollo de una Sociología
de la familia

Epígrafe 1.1 El positivismo: un legado para la Sociología de la familia


1.1.1 Reflexiones de Frédéric Le Play y Emile Durkheim en torno a la familia y su
relación con el matrimonio y el parentesco
Epígrafe 1.2 El análisis de la familia, el parentesco y le matrimonio en la producción
teórica de Calos Marx y Federico Engels
Epígrafe 1.3 La Escuela Alemana y su concepción sociológica de la familia

Capitulo II. Principales corrientes teóricas de la Sociología en el siglo XX sobre la


familia

Epígrafe 2.1El interaccionismo simbólico, una perspectiva diferente en los estudios de


familia
Epígrafe 2.2 La representación parsoniana sobre la familia en el marco del
funcionalismo norteamericano
Epígrafe 2.3 Aportes más contemporáneos a la Sociología de la familia: la Teoría
Feminista

Conclusiones
Bibliografía
INTRODUCCIÓN

La familia siempre ha sido una entidad social, el tabú del incesto es la primera regla
elaborada por los humanos que marca, según Levi Strauss, el paso de la especie
animal a su condición humana, de la naturaleza a la cultura, que es decir la sociedad.
Y el tabú del incesto es una regla que determina la aparición de la familia. Por tan solo
citar un ejemplo dentro de las múltiples transformaciones que se produjeron al interior
de los diferentes grupos, de índole cultural y que propiciaron la formación de una
relación de unidad entre sus miembros sobre la base del compromiso social normativo,
filiaciones, herencias simbólicas de generaciones pasadas entre otras
transformaciones en el orden relacional interno y externo jugaron un papel
fundamental a la hora de analizar la formación de la familia.

La familia en su devenir histórico ha atravesado por diferentes etapas resultando


importante el impacto de la modernidad como punto de ruptura y superación en la
representación de la familia, tanto en el plano teórico como en las prácticas cotidianas.
La sociología como ciencia se erige como forma de entender la realidad social
existente, desde sus inicios una de las problemáticas fundamentales lo constituyó el
tema de la familia como una de las vías posibles de explicación en dependencia de las
diversas teorías que se formularon en la época, por ello puede afirmarse que la
Sociología de la familia es tan antigua e importante para explicar el funcionamiento y
complejidad de la realidad como el surgimiento de la ciencia misma. Dentro de ella
aparecen diversas teorías que abordan el problema de una conceptualización y
desarrollo interior de la familia. Por lo que varios autores le han concedido importancia
para explicar la dinámica social, fenómenos económicos, políticos o de otra índole.

Los estudios de familia cuentan con una importancia que trasciende los intereses de
explicar la dinámica y funcionamiento de la familia, a través de los estudios de esta
relevante parte de la sociedad se pueden establecer conexiones entre otras
estructuras con un mayor nivel de complejidad, por ejemplo los estudios de mercado,
los estudios basados en el consumo de medios, en la medida que el sistema
mantenga una interacción con la familia este podrá tener siempre una medida de su
reproducción y con estos fines muchos científicos de todas las épocas y ramas de la
ciencia han intentado comprender los lazos que unen esta forma de organización de la
vida con el resto de la sociedad comprendiéndola de diversas formas en la evolución
de la ciencia y la historia misma. Entre esos científicos que se han destacado en el
estudio de la familia tienen un lugar cimero los sociólogos que han tratado de legitimar
sus construcciones conceptuales a través del entendimiento de la estructura interna de
la familia así como de su rol desde el punto de vista de la socialización del individuo, y
de las formas de interacción que se dan en su interior.

Estas formas de indagación sobre la familia han propiciado diversos cuestionamientos


acerca de las mismas producciones y también respecto a algunas polémicas propias
de los diferentes modos de producción que ha atravesado la historia humana. La
diversidad de formas de concepción y definición del concepto de familia no responde
solo a la multiplicidad de perspectivas con que ha sido abordado el tema sino también
al momento histórico en que estas fueron producidas y al condicionamiento social
sobre los autores de las mismas.

La continua indagación sobre el tema de la familia ha permitido llegar a comprender


los procesos asociados a la procreación entorno a los cuales se llevan a cabo las
relaciones de ascendencia y descendencia, las formas de herencia, el traspaso de la
propiedad y los sistemas simbólicos de las generaciones pasadas además de los lasos
sanguíneos como consolidación del parentesco familiar.

Los cuestionamientos más contemporáneos en los estudios de familia giran alrededor


de polémicas como la desaparición de las funciones de la familia, una fuerte tradición
en el pensamiento de la familia y que aún se mantiene, ¿será cierto esta cuestión?, el
problema de la tendencia de contracción de la familia, de familias extendidas hacia la
familia nuclear, los procesos de construcción de la identidad en el seno familiar, la
aprehensión de los primeros valores como formas de educación y socialización, las
relaciones en el matrimonio, así como los criterios de sostén del mismo han sido
polémicas constantes en la evolución de la historia de las ideas de familia.
Otras de las polémicas gira en torno a la dinámica familiar y su funcionamiento, el
papel de los valores en la delimitación de los comportamientos y acciones basadas en
el respeto mutuo, entre otras conductas aceptadas socialmente y normas de
comunicación intergrupales.

Las normas de grupo que le son propias a la familia actúan como prescripciones de
conducta para sus miembros con un efecto modulador fortalecedor o debilitador, por
otra parte la familia puede funcionar como moduladora y selectora de acciones y
actitudes de sus miembros orientadas por la sociedad.

Pero no solo la familia establece sus normas de interacción, la sociedad marco influye
decisivamente en los comportamientos de los miembros integrantes, la división social
y sexual del trabajo, al igual que diversas esferas de la misma como la ciencia trazan
nociones de diferencia entre los miembros de la familia, una de las construcciones
sociales más evaluadas en esta época es la relación de igualdad o inferioridad entre el
hombre y la mujer en la relación conyugal.

Las tradiciones teóricas de la Sociología muestran un interés creciente por el estudio


de la familia y las desigualdades sociales de diversos tipos. Por largo tiempo muchos
sociólogos creyeron que el ámbito de la familia era el único posible donde podría
hacerse el análisis adecuado sobre la relación entre hombres y mujeres, y eso
determinó que el tema familia y sexo fuera recurrente en la obra de los clásicos del
siglo XIX y entre los pensadores del siglo XX. Los enfoques sin embargo reflejan
similitudes y diferencias que un estudio como el presente considera necesario
visualizar.

Por ello el presente trabajo dando continuidad a esas diversas polémicas teóricas
sobre la familia se ha propuesto como Objetivo General:

Ø Analizar comparativamente las distintas teorías que sobre la familia se construyeron


durante el siglo XIX y XX.
Específicos:
Ø Analizar el contexto histórico y cómo influyó en las diversas construcciones
teóricas.
Ø Analizar críticamente los distintos enfoques que en la Sociología de la Familia del
siglo XIX y XX se desarrollaron entorno a la relación hombre/ mujer en la vida
domestica.
Ø Valorar los enfoques que prevalecieron sobre la familia y su relación con el
matrimonio y el parentesco en el siglo XIX y XX.

Los objetivos antes enunciados pretenden ser alcanzados dando respuesta a dos
preguntas que forman el marco problematizador de la presente indagación:

Ø ¿Cómo han enfocado las diferentes corrientes sociológicas del siglo XIX y XX las
relaciones entre el hombre y la mujer en la familia?

Ø ¿Cómo se han representado los clásicos de la sociología de la familia la relación


familia, matrimonio y parentesco?

Una respuesta preliminar a estas preguntas podría ser:

Ø Las teorías sociológicas sobre la familia pueden clasificarse en dos posiciones


entorno a la reproducción sobre la relación hombre-mujer.

· Los que legitiman una relación de desigualdad como condición de orden en la


familia.
· Los que desarrollan un enfoque crítico hacia la desigualdad y consideran que la
igualdad es determinante de un orden más humano.

Ø Los pensadores de la sociología de la familia coinciden en ubicar el matrimonio


como la estructura más elemental sobre la que se erige el orden familiar.
Ø Los estudiosos de la familia en la sociología redujeron el análisis de la dinámica
familiar a la estructura del parentesco básico, padres-hijos; por eso la familia nuclear
fue la estructura por excelencia de la familia moderna.

Para la elaboración del trabajo se ha concebido la siguiente estructura:

Debido a que el trabajo de curso se basa en el análisis del discurso del pensamiento
clásico y contemporáneo construido por la sociología de la familia es innegable que
una de las fuentes principales para el logro de este fin es la utilización de textos para
emplear el método análisis documental y llegar a conclusiones acordes con el nivel de
seriedad del asunto que nos ocupa. Se logró identificar bibliografía en diferentes
centros de documentación, tales como: la biblioteca nacional José Martí, la biblioteca
de las facultades tales como la Facultad de Comunicación, la Facultad de Psicología y
en Centros como San Juan de Letrán, además de la facilitada por la tutora y las que
teníamos en las bibliotecas personales. En estos lugares se encontró bibliografía
primaria como Economía y Sociedad, las obras de Talcote Parsons, Apuntes para una
Teoría de la Acción, Family and the companionchip, el manual de Teoría Sociológica
Contemporánea de Ritzer, las algunas obras de Carlos Marx y de Federico Engels El
Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado. Dentro de las fuentes
secundarias se encentran consultas en Internet, artículos de Gerardo Pastor, Las
Nuevas Sociologías de Philippe Curcuff, La Familia y las Ciencias Sociales, entre
otros.

Entre las principales dificultades a la hora de consultar las bibliografías se encuentran


algunas como:

ü El deterioro de algunos de los textos consultados.

ü La bibliografía encontrada en el tema de las teorías interactivas fue en su gran


magnitud en idioma inglés.

ü El lenguaje denso desarrollado por algunos de los autores, por ejemplo Talcott
Parsons y en alguna que otra medida algunos de los autores del interaccionismo
simbólico.
Capitulo I Corrientes teóricas del siglo XIX que tributan al desarrollo de una
Sociología de la familia

1.1 El positivismo: un legado para la Sociología de la familia.

El positivismo, es una corriente de pensamiento que se desarrolló, fundamentalmente,


durante el siglo XIX. Con su evolución, la metafísica y la teología son llevadas ante el
tribunal de la razón; la ciencia se exalta, se considera como la única manifestación
legítima.

En toda su interpretación el mundo toma como punto de partida las ciencias naturales,
surgiendo como reacción a la filosofía tradicional. La ciencia como el único
fundamento posible de la vida humana individual y social. El positivismo acompaña y
provoca el nacimiento y la afirmación de la organización técnico-industrial de la
sociedad, fundada y condicionada por la ciencia. Expresa la esperanza, los ideales y el
optimismo, que han provocado y acompañado esta fase de la sociedad moderna. El
hombre ha creído, en esta época, haber hallado en la ciencia la garantía infalible de su
propio destino. Por esto, ha rechazado, por inútil y supersticiosa, toda alegación
sobrenatural.

En su vertiente empírica, esta corriente se sumó a la creciente importancia dada a la


observación y los datos, frente a las tendencias teóricas, muchas veces especulativas,
de la filosofía precedente. El positivismo contribuyó a dar un nuevo vigor a los ideales
de claridad y precisión del pensamiento, con su excesiva preocupación en cuanto a la
metodología y al rigor científico de los resultados.

En la Sociología, el paradigma positivista se caracterizó por el amor al orden social y al


progreso, abogando, en la mayoría de sus discursos por la primacía de la estabilidad y
el equilibrio ante los cambios bruscos. Sus argumentaciones se sustentaban en la
necesidad del uso de métodos que permitieran un conocimiento exacto de la realidad
social, tales como: la observación, la experimentación y la comparación
fundamentalmente.

Esta corriente de pensamiento, se yergue con el deseo de legitimar el estatus de la


Sociología, a través de la toma de enfoques específicos de las ciencias naturales o
métodos que utiliza, el interés por el arribo a leyes invariables que expliquen lo social,
y la necesidad de que los resultados fueran corroborados en la práctica.

El positivismo puede ser clasificado como una de las corrientes que legaron una
explicación sociológica de la familia en el siglo XIX, gracias a figuras como Frédéric Le
Play (aunque sus aportes a la Sociología han sido opacados) y Emile Durkheim; a éste
último se le ha considerado incluso, como el representante más avanzado de la
corriente positivista.
1.1.1 Reflexiones teóricas de Frédéric Le Play y Emile Durkheim en torno a la
familia y su relación con el matrimonio y el parentesco.

I- Frédéric Le Play: base teórica para la construcción de una sociología de la


familia.

Aunque la figura de Le Play ha sido marginada del grupo fundador de las ciencias
sociales, 1 éste pensador, por sus innumerables innovaciones básicas para el futuro
de la Sociología, se ubica entre los principales ingenieros sociales del siglo XIX con
Saint Simon, Owen, Comte, etcétera.

Le Play no se consideraba sociólogo, incluso rechazaba el término acuñado por


Comte; sin embargo, se puede afirmar que fue unos de los principales espíritus
sociológicos del siglo XIX 2. En su pensamiento, influyeron pensadores alejados de su
época (Montaigne, Rousseau, Adam Smith) así como contemporáneos (Tocqueville
fundamentalmente).

Fue un innovador de las metodologías empleadas en sus investigaciones, original en


la dirección de sus observaciones (presupuestos familiares), en su precisión y
cuantificación, en su aspiración por la comparación, en la relevancia que otorgó a la
historia en sus análisis de la realidad social, etcétera. Como lo clasificara Lourau: Le
Play fue un hombre de acción.3

1 Durán, María de los A. “Mujeres y hombres en la teoría sociológica”.


2 Nisbet , R. “Historia del análisis sociológico ” 1988
3 Durán, María de los A. “Mujeres y hombres en la teoría sociológica”.

La trayectoria intelectual de Le Play evoluciona, matizada en gran medida por su


formación y profesión intelectual como Ingeniero de minas; pero, bien pronto desvía su
atención de los minerales hacia los seres vivos. Por otro lado, fue un viajero
incansable, lo que le permitió hacer del conocimiento de diversas realidades una
experiencia rigurosa y profunda. Sin embargo, las raíces últimas del pensamiento,
parecen encontrarse en sus primeras experiencias, en el medio rural donde se
desenvolvió en sus primeros años de vida; en intenso contacto con la naturaleza, que
él mismo describió luego en constantes referencias a la vida rural. Huérfano de padre
en su infancia, durante unos años se traslada a Paris para residir con unos tíos, pero
la ciudad no le cautivará y mantendrá viva la nostalgia por la tranquila, pero intensa
vida en el medio rural.

Este hecho, marcó de manera decisiva, su percepción de la vida y su


desenvolvimiento profesional futuro. De hecho, buena parte de sus aspiraciones de la
reforma social están vinculadas con la recuperación del equilibrio de la vida rural, a la
vuelta a las condiciones que posibilitaban su estabilidad, incluso económica. Su
reivindicación de la familia troncal, por ejemplo, en la que me detendré más adelante,
se fundamenta en su virtualidad para la vida campesina, la organización familiar y el
sistema social en el medio rural, en un momento que no las costumbres, sino la
industrialización quebraban sus bases.
Su toma de partida por la recuperación del pasado, por volver a las raíces, dotaron de
algunas limitaciones a la obra de Le Play; cuando se comparan sus escritos con otros
sociólogos del siglo XIX, el trabajo de Le Play aparece plegado de aciertos parciales,
intuiciones concretas, pero desvinculado del ritmo de la naciente sociedad industrial,
ajeno al futuro. No puede olvidarse que la Sociología se erigía como ciencia de la
sociedad moderna, que era decir industrial y moderna.

Le Play tiene una posición tradicional de la realidad, posición ésta que le hace tomar
partido respecto al papel que le asigna a la mujer, presentando gran similitud con el
pensamiento de otros autores del siglo XIX; sin discrepancias ni posturas innovadoras,
en definitiva, sin romper con el marco cultural dominante. Advertía en los cambios
sociales que se estaban produciendo en esos momentos, un peligro para la posición
de la mujer dentro y fuera del hogar.

En su construcción científica, se busca en vano una obra destinada al papel de la


mujer, en tanto no consideraba necesario ni siquiera problematizar sobre su situación.
No obstante, su silencio y, el no plantear formalmente la cuestión, evidencia la
concepción instrumental que le otorga.

Le Play, en este sentido, consideraba a la mujer subordinada, al servicio de objetivos


ajenos a ella misma; es decir, la mujer constituye un instrumento básico para el
adecuado desempeño de las funciones del grupo familiar y para el mantenimiento del
orden social. Es pues, solo un eslabón más en la configuración de la sociedad
jerarquizada, a la que corresponde obedecer al marido o padre, según sea casada o
no.

Le Play otorga a la mujer una posición subordinada al marido y a la familia, situándola


así, en una posición de inferioridad. También estuvo en contra del trabajo de la mujer
fuera del hogar, describiendo la desventajosa situación de esta respecto a los salarios;
fundamentando, además, que al trabajar, las mujeres pasan el día fuera del hogar. En
realidad, en la base de su oposición estaba el rechazo a los efectos emancipadores de
la independencia económica de la mujer, en los comienzos de la industrialización.

No se limita a intentar mantener a la mujer en la esfera doméstica, al margen de los


efectos que la dinámica política y económica comenzaban a impulsar en el siglo XIX.
Fue extremadamente crítico con la mujer, con la quiebra de su posición tradicional.
Llega a considerar, en La Reforma Social, que las mujeres que se salen de los
papeles tradicionales, aparecen decididas a destruir la demarcación hasta entonces
existentes.

En contraste con su percepción sobre el papel de la mujer, Le Play daba al hombre


una posición de superioridad, éste era el primer eslabón de la jerarquía familiar. El
padre de familia; es decir, la autoridad paterna, tenía el papel de proteger, por igual, a
la mujer y a los hijos; una protección muy amplia que denota la profunda desigualdad
con que contempla a cada sexo. No obstante, también acude a argumentos físicos
para fundamentar la hegemonía del varón y el papel subordinado de la mujer. A ella le
asigna obligaciones exclusivas en la crianza de los hijos. Pero su argumentación es
muy explícita en La Reforma Social al escribir que: El padre tiene el deber de continuar
la obra principal de creación, reproduciendo el único ser que tiene el sentimiento de
orden moral y que se educa en el conocimiento de Dios; Por esto mismo está investido
de la más alta función social. Se ha hecho notar justamente que en el orden
puramente humano, se considera padre por cima del soberano, cuya misión se limita a
dirigir una sociedad que no ha sido creada por él. La autoridad concebida al padre de
familia es la consecuencia legítima de esta dignidad natural. Deriva necesariamente de
su deber principal, que consiste en asegurar la existencia de la mujer y de los hijos. La
mujer, con efecto, en razón a la debilidad física, no podría procurarse sola la
subsistencia en la mayor parte de los climas. Esta imposibilidad resulta absoluta en
todas partes durante las fatigas y las molestias del embarazo y la crianza. La
impotencia del hijo para sostenerse a sí mismo en los primeros años d su vida es aún
más evidente4.

Le Play concebía a la sociedad como un agregado de familias y vio como una salida a
la inestabilidad revolucionaria la recuperación del protagonismo público de la familia,
como organización social. De esta manera, le otorgaba a esta institución un carácter
instrumental, al servicio del orden social, con discriminación de derechos y funciones
entre los sexos, con una organización autoritaria y jerárquica.

Sus preocupaciones fundamentales giraban en torno al restablecimiento del sistema


familiar tradicional, por la subordinación de los derechos individuales a los fines de la
institución familiar. En consecuencia, no ha de sorprender que estableciera como
unidad de observación de la sociedad a la familia y no al individuo.

Le Play distingue 3 tipos de familias: patriarcal, inestable y troncal, cada una con su
peculiar sistema de sucesiones que inciden tanto en la situación de la familia como en
la propiedad. Crítica la familia patriarcal y la familia inestable, por sus regímenes de
sucesiones, donde el padre, el poder supremo (después de Dios),
se encuentra en desventaja con respeto a los hijos en cuanto a la transmisión
hereditaria. Sin embargo, sitúa a la familia troncal como un modelo de orden social y
estabilidad, viéndola como el tipo de familia esencial para el restablecimiento del
sistema tradicional. Pero la piedra angular de su preferencia hacia este tipo de familia
estaba en el afianzamiento sólido de la autoridad en relación con su capacidad para
determinar la suerte de su descendencia. En realidad la familia troncal de Le Play es
una modalidad de la familia patriarcal, el término troncal se nombra en relación al
papel que el derecho de primogenitura ejercía en la conservación de la familia.

La familia troncal tiene como centro material el hogar, y como centro simbólico a la
mujer. El sistema necesitaba de una mujer centrada, exclusivamente, en el hogar. A la
mujer le correspondía el papel central en la vida doméstica de la familia troncal, básica
para su estabilidad y pervivencia.

Le Play era un decidido partidario del matrimonio, considerándolo el futuro de la mujer,


para garantizar así, el orden familiar. El matrimonio implica un proceso de selección en
el que la mujer tiene un papel fundamental, pero no al servicio de sus intereses
personales, sino de la colectividad. Le Play se oponía a la posibilidad del divorcio en el
matrimonio, asegurando que éste ofrece garantías seguras y apoyos firmes a las
buenas costumbres; en otras palabras, garantiza la estabilidad de la sociedad
tradicional. El matrimonio es la base de la familia.
II- Emile Durkheim, sus aportes a la sociología de la familia.

Mientras que Le Play produjo su obra en los inicios del positivismo, la de Durkheim es
un producto de fines del siglo XIX y principios del XX. Emile Durkheim, nació el 15 de
abril de 1858, en Espiral, Francia. Justamente, el hecho de ser francés va marcar
pautas importantes dentro del desarrollo y los matices de su obra; pues los últimos 25
años del siglo XIX en Francia, se caracterizaron por la entrada del capitalismo en la
fase imperialista, con los fenómenos propios de ésta, de la crisis económica, política y
espiritual. El sistema social y económico no podía garantizar su propia existencia
estable y se encontraba bajo la constante amenaza de los movimientos
revolucionarios de las masas trabajadoras. Los círculos clericales y monárquicos
luchaban contra los republicanos burgueses tratando de restaurar el régimen social
reaccionario. En consecuencia, Durkheim vivió un periodo de gran expansión
económica e industrial del que Francia fue protagonista y presenció toda la vorágine
desatada por las fuerzas productivas en desarrollo y sus consecuencias. Desde muy
temprano, se interesó por la Sociología, por tener referencias tan cercanas (Saint
Simon y Comte, ambo franceses). Tanto es así, que se le considera uno de los
principales fundadores de la teoría sociológica moderna. Sus fuentes ideológicas-
teóricas de la actividad científica y pedagógica fueron las concepciones de la
Ilustración y, en particular, las de Montesquiu, Condorcet y Rousseau, así como la de
Saint Simon y Comte.

Contribuyó sustancialmente a resolver los problemas empíricos relativamente


específicos de la Sociología, no pudiendo ignorarse sus contribuciones al análisis de la
naturaleza de los sistemas contractuales de los índices de suicidios y también en
aspectos religiosos. La metodología de la investigación sociológica, elaborada por
Durkheim, permite considerarlo como un destacado representante del positivismo,
quien continuaba esta tradición teórica, ya que revisaba sistemáticamente las reglas
recogidas en los datos empíricos de partida, las explicaciones de las relaciones
establecidas empíricamente entre esos datos y las demostraciones en las hipótesis
representadas.

Durkheim compartía los planteamientos naturalistas (pero fue un crítico del


biologicismo y el psicologismo que predominaba en el positivismo sociológico) de los
positivistas, tratando de estructurar la Sociología al modo de las ciencias naturales con
el método inductivo, propio de esas ciencias y el principio de la observación objetiva.
La aspiración a encontrar las regulaciones objetivas de los fenómenos sociales
condicionó el hecho de que Durkheim valorara altamente la aplicación de la estadística
en la Sociología. Las regularidades estadísticas de contracción de matrimonios, el
número de suicidios y muchos otros que a plena vista dependen de causas
individuales, le parecen a Durkheim la mejor prueba de que en todas esas
regularidades se revela cierto estado colectivo. Uno de sus aportes fundamentales es,
que utilizando el armazón de las tradiciones intelectuales sólidamente establecidas,
fue capaz de formular un esquema teórico sólidamente enraizado en ellas, y
sumamente original.
La división del trabajo y el suicidio, son obras que ponen de manifiesto la utilidad de
los estudios sociológicos exhaustivos sobre determinados aspectos o problemas de la
vida cotidiana.

Él también fue un fiel heredero de la postura intelectual conservadora de la Sociología.


Le preocupó enormemente el desorden social, siendo el móvil de su obra la
inestabilidad social producida por lo cambios sociales de la Modernidad; su producción
científica siempre trató de acentuar los elementos consensuales y cooperativos dentro
de la sociedad y obviar los antagónicos. En su opinión, los desórdenes sociales no
constituían una parte necesaria del mundo moderno, eran atemporales, nunca
dificultades intrínsecas al sistema, por tanto, y conforme a su analogía entre los
procesos sociales y biológicos, veía los problemas como patologías que admitían
remedios o reformas, pero nunca un cambio estructural del sistema social.

Su obra La división del trabajo social es, uno de los tantos análisis que hace Durkheim
para tratar de dar esa imagen de la sociedad capitalista como un todo lo más armónico
posible. El concepto división del trabajo le permite acentuar el aspecto cooperativo del
sistema social e ignorar otros. La división del trabajo, según él, indica el grado en que
las tareas se han especializado, y los cambios en esta división han tenido enormes
implicaciones para la estructura de la sociedad, lo cual refleja en los diferentes tipos de
solidaridad: mecánica u orgánica. En esta obra, Durkheim pretendía ignorar las
consecuencias conflictivas de la división del trabajo al establecer diferencias
jerárquicas entre los actores sociales que dan a unos la potestad de mandar y oprimir
y a otros, la necesidad de obedecer y ser oprimidos.

Durkheim construye un modelo de sociedad armónica y equilibrada, en pos del orden


social, basada en una diferenciación estructural y funcional, el cual aplica a la
explicación de las relaciones familiares, sobre todo de la modernidad. En este sentido,
su principal aporte consiste en buscar una explicación social al proceso de
estructuración y diferenciación funcional que opera en la familia.

En la producción teórica de Durkheim, el tema de la relación hombre-mujer, no


constituye la problemática fundamental; pero si la aborda de forma complementaria a
otras temáticas más importantes en su teoría. Este es el caso de “La división del
trabajo social” (1893) y “El suicidio” 1897, obras en las que inserta el análisis de la
familia como ejemplo histórico de su esencia armónica y como medio social que
determina variaciones en el suicidio como expresión del malestar social,
respectivamente.

•La división del trabajo social (1893)

La familia, constituye para Durkheim la estructura social más importante de la


sociedad en su estado de solidaridad mecánica 5; en ella se elaboran la moral y el
derecho doméstico, es una sociedad doméstica que tiene una función productiva.

5 Para Durkheim esta sociedad presenta una estructura social indiferenciada, con poca o ninguna
división.
En este libro, Durkheim expresa su visión acerca del papel trascendental que juega la
división del trabajo en la cohesión y equilibrio de las sociedades modernas. En este
sentido, introduce el concepto de solidaridad conyugal, con el objetivo de ejemplificar
la validez de este postulado en el plano de las relaciones entre hombres y mujeres. La
solidaridad conyugal, según entiende, dependía de diferencias existentes entre los
sexos, que en vez de oponerse y excluirse, se complementan, siendo la división
sexual del trabajo la fuente de solidaridad conyugal.

La división del trabajo condiciona las diferencias de los individuos que desarrollan sus
dotes y talentos individuales, personales, de acuerdo a su rol profesional. Ahora cada
individuo es personalidad. La conciencia de cada uno depende de otro y que todos
están vinculados por un sistema único de relaciones sociales, creadas por la división
del trabajo, suscita el sentimiento de dependencia mutua, de solidaridad, de sus lazos
con la sociedad.

Durkheim planteaba que en la sociedad moderna el trabajo doméstico lo realiza la


mujer, mientras que el hombre se dedica a funciones intelectuales y públicas. El factor
determinante está en una diferencia de tipo morfológica entre los sexos, que conducen
a otras discrepancias. De esta manera concordaba con algunas conclusiones hechas
por el médico francés, Dr. Lebon: Actualmente en los pueblos cultos, la mujer lleva una
existencia totalmente distinta de la del hombre. Se diría que las dos grandes funciones
de la vida psíquica se han disociado, que uno de los sexos acaparó la funciones
afectivas y el otro las funciones intelectuales. Al ver, en ciertas clases que las mujeres
se ocupan de arte y de literatura, como los hombres, se podría creer, es cierto que las
ocupaciones de los dos sexos tienden a volverse nuevamente homogéneos.

Pero, incluso en esta esfera de acción, la mujer aporta su propia naturaleza, y su papel
sigue siendo muy especial, muy diferente del papel del hombre. Además, si el arte y
las letras comienzan a volverse cosas femeninas, el otro sexo parece abandonarlos
para dedicarse más especialmente a la ciencia. Podría ocurrir pues, muy bien que este
retorno aparente a la homogeneidad primitiva no fuera otra cosa que el comienzo de
una diferenciación. Por lo demás, esas diferencias funcionales se hacen materialmente
sensibles por las diferencias morfológicas que la determinan. No sólo la talla, los
pesos, las formas generales son muy desemejantes en lo hombres y en las mujeres,
sino que con el progreso de la civilización, el cerebro de los dos sexos se diferencia
cada vez más.6 En relación al análisis de las causas que determinan la división sexual
del trabajo Durkheim es inconsecuente con su sociologismo, dado que le atribuye al
factor biológico el papel esencial.

6 Emile Durkheim. La división del trabajo social

Advierte en el estado del matrimonio la situación de la solidaridad conyugal en


cualquier sociedad. Si ésta es muy fuerte, entonces los lazos que unen a los esposos
son numerosos y complejos, y por lo tanto las reglas del matrimonio están muy
desarrolladas; en cambio, en las sociedades en la que los sexos se hallan débilmente
diferenciados, y la solidaridad entre ellos es débil, la institución matrimonial está en
una fase rudimentaria. En este sentido, Durkheim argumentó que en el caso de las
sociedades modernas: el trabajo sexual se ha divido cada vez más. Limitado en un
principio únicamente de las funciones sexuales, poco a poco se ha extendido a
muchas otras. Hace tiempo que la mujer se ha retirado de la guerra y de los asuntos
públicos y su vida se ha reconcentrado toda entera en el interior de la familia. Su papel
no ha hecho sino especializarse más. Hoy día, en los pueblos cultos, la mujer lleva
una existencia completamente diferente a la del hombre (...) Se diría que las dos
grandes funciones de la vida psíquica se han disociado, que uno de los dos grandes
funciones de la vida psíquica se han disociado, que uno de los sexos ha acaparado la
funciones afectivas y el otro las funciones intelectuales7.

7Ibidem

• El suicidio (1897)

El problema suicidio, al cual Durkheim dedicó toda una serie de monografías, atrajo su
atención por muchas razones. Era un grupo de factores bien delimitados y fáciles de
determinar.

Apoyándose en esas premisas teóricas-metodológicas, Durkheim rechazaba la


explicación del suicidio por motivos psicológicos individuales y afirmaba las causas
estrictamente sociales como factores explicativos. Como suponía Durkheim, el suicidio
depende principalmente de causas exteriores que rigen a la gente y no de las
cualidades externas del individuo.

La determinación de la causa del mal social, la recomendación de los medios para


superarlo le parecían el mejor método para analizar el prestigio de la Sociología como
ciencia. La explicación sociológica de un acto más individual podría verter luz sobre las
fuerzas que unen a la gente, ya que los suicidios son un ejemplo patente de la
destrucción de los lazos sociales.

Según la concepción de Durkheim, el porcentaje de suicidios es función de varias


variables sociales; en este sentido, se lanza al análisis de la relación (entre otros
aspectos) entre la familia y el suicidio, entendiendo que la vida familiar tiene una fuerte
influencia sobre éste. En el capítulo III: El suicidio egoísta, específicamente, Durkheim
realiza algunas afirmaciones que nos permiten determinar su concepción sobre la
relación y la posición de la mujer y el hombre.

Mediante sus investigaciones, llega a la conclusión de que el estado del matrimonio


disminuye el peligro del suicidio, argumentando que los casados gozan de esta
inmunidad a causa de las influencias de la familia por sí misma. Sin embargo, no ve en
la familia las mismas influencias sobre el suicidio, en relación con las diferencias de
sexos; sus estudios determinaron que, en Francia, los casados estaban más
protegidos que las casadas, pues la constitución moral de ambos sexos es afectada
de modo diferente por la vida de la familia.

Determina además que cuando el matrimonio es fecundo el coeficiente de


preservación casi se dobla, mientras que en la sociedad conyugal sólo ejerce una débil
influencia en la preservación. En este sentido expresa: En un sentido, los hijos, sin
duda, sujetan al viudo a la vida, pero al mismo tiempo hacen más aguda la crisis por la
cual se atraviesa 8.

8 Emile Durkheim. El suicidio


Si en sentido general y con algunas variaciones dadas por la viudez la presencia de
los hijos, la edad, etcétera, el matrimonio preserva al hombre del suicidio, la situación
de la mujer es muy diferente. Durkheim califica al matrimonio como “un yugo” que
oprime. El hecho es que sus estudios demuestran que la vida familiar preserva menos
a la mujer que al marido porque: en sí mima la sociedad conyugal resulta nociva a la
mujer9 No obstante, se opone a la ley del divorcio.

9 Ibidem

Sin embargo, admite que la sociedad doméstica en su poderoso medio de


preservación contra el suicidio, y que preserva mejor cuanto más poderosamente
constituida está. En este sentido, creía en la consolidación del matrimonio frente a la
desintegración de los lazos conyugales.

Según sus investigaciones, en los países donde son numerosos los divorcios, los
hombre casados tienen un menor inmunidad contra el suicidio, que donde el
matrimonio es indisoluble. Encuentra así que por el contrario, en este tipo de países,
las mujeres tienen un mayor coeficiente de preservación. Es decir, que cuanto más
practicado es el divorcio, más favorecida resulta la mujer con relación al marido.

Durkheim le da una crucial importancia al matrimonio en la sociedad, sobre todo por


las funciones que tiene como fuerza de cohesión social. Entiende éste como: Una
reglamentación de las relaciones entre los sexos, que se extiende no sólo a los
instintos físicos que este comercio pone un juego, sino también a los sentimientos de
toda clase que la civilización ha injertado, poco a poco, sobre la base de los apetitos
materiales.

Porque el amor es, en nosotros, un hecho más mental que orgánico lo que el hombre
busca en la mujer no es simplemente la satisfacción de sus deseos genésicos. Si esta
inclinación natural ha sido el germen de toda evolución sexual, se ha complicado,
progresivamente, con sentimientos estéticos y morales (...) Al contacto de estos
elementos intelectuales, el hombre se ha libertado parcialmente del cuerpo (...) Las
razones morales le sugieren tanto como la intelectuales. No tiene ya la periodicidad
regular y automática que presenta en el animal. En cualquier época puede despertarlo
una excitación psíquica (...) Pero precisamente porque estas diversas inclinaciones,
así transformadas, no están directamente colocadas bajo la dependencia de
necesidades orgánicas les es indispensable una reglamentación social. Puesto que no
hay nada en el organismo que les contengan, es preciso que sean contenidos por la
sociedad. Tal es la función del matrimonio. Regula toda esta vida pasional (...)10 Por
lo tanto, el divorcio implica un debilitamiento de la regulación matrimonial.

Durkheim introduce en la Ciencia Social el término de familia conyugal al referirse a las


sociedades modernas. Su objetivo es destacar el papel que el matrimonio desempeña
en estas sociedades como elemento estructurador de la familia. Para Durkheim las
familias modernas se diferencian de las tradicionales porque su base es la sociedad
conyugal. La familia moderna está formada por los padres y los hijos, lo que luego
Parsons llamaría familia nuclear.
Según él, los sexos no participan igualmente de la vida social, estando el hombre más
activamente vinculado a ésta, siendo considerada por lo tanto, un ser social más
complejo que la mujer, la cual es más institutiva; además afirma, que los hombres
están socializados en un grado más alto que las mujeres.

Una de las afirmaciones más extremistas de Durkheim es cuando concluye que el


“único” medio de disminuir el número de suicidios debidos a la armonía conyugal, es
más indisoluble el matrimonio. Obviamente, para él, el menos grave de los males es el
que aqueja al sexo femenino, sin explicar cómo llega a esta conclusión; sólo hace
alusión a que esta problemática tiene sólo una solución: la perpetuación del
matrimonio, cerrando las posibilidades de buscar otros caminos que no sean tan
drásticos para la mujer. En mi criterio, las bases que sustentaban esta afirmación
estaban más concentradas en supuestos androcéntricos que permeaban su
pensamiento.

Epígrafe 1.2: El análisis de la familia, el parentesco y el matrimonio en la


producción teórica de Carlos Marx y Federico Engels.

Esbozo teórico del surgimiento del paradigma marxista:

La burguesía en su ascenso hacia la Modernidad parecía responder a todos los


intereses de los sectores sociales que pedían ser liberados de la explotadora sociedad
feudal. Los ideólogos eran los encargados de proclamar el triunfo de la razón sobre la
injusticia de la nobleza, la igualdad, la libertad que las nuevas relaciones sociales que
traían consigo el triunfo del capitalismo ponían como condición básica.
Las primeras revoluciones burguesas demostraron que a pesar de los avances que se
lograron con estas nuevas formas de dominación, de explotación del hombre por el
hombre demostraban el engaño de aquella sociedad.

Este papel progresista que representó la burguesía en aquellos momentos


revolucionarios impresionó tanto a Francia y a Inglaterra (como países que eran
partícipes directos de estas transformaciones) como a otros países que exigían la
liberación del régimen feudal.

Todos estos cambios se evidenciaban a través de la Revolución Industrial, que


aumentó la productividad del trabajo. “Situaba a la relación hombre-naturaleza y
hombre-hombre mediada en el nuevo proceso productivo en planos muy enajenantes
y diferentes a los conocidos hasta entonces” , es decir, la distancia entre el productor y
el consumidor comienza a tener niveles iguales a las desigualdades entre los dueños
de los medios de producción y el proletariado que se encontraba semiesclavo.

A pesar de los intentos de instaurar una sociedad con una clase media única, en la
primera mitad del siglo XIX la clase obrera fue emergiendo como una fuerza social
independiente, diferente completamente a la clase burguesa. Al ser instauradas las
nuevas formas de producción capitalistas, se logró reconocer la explotación a la que
eran sometidos los obreros en las largas jornadas de trabajo. Esto trajo consigo la
aparición de concepciones que pretendían mejorar las condiciones de la clase obrera.
Con el surgimiento de estas dos clases antagónicas (proletarios y burgueses)
comienza a desarrollarse el marxismo, a través de sus principales figuras Carlos Marx
y Federico Engels . Dedicaron sus vidas a estudiar los mecanismos que la sociedad
tenía para lograr una superación del movimiento obrero.

El marxismo surgió también al desarrollo de algunas corrientes ideológicas. “Los


nuevos ideólogos de la burguesía buscaban en el utilitarismo, el liberalismo, el
socialdarwinismo, el positivismo, etc., nuevos instrumentos teóricos para fundamentar
filosóficamente el perfeccionamiento de la sociedad burguesa” . Todas estas teorías
aportaron grandemente a las bases que posteriormente formarían parte del marxismo.
En todo este debate ideológico se fue desarrollando la nueva concepción
revolucionaria del mundo.

El marxismo toma del socialismo utópico de Fourier y Saint-Simon, de toda la filosofía


clásica alemana (Kant, Fichte, Schelling y Hegel), de Feuerbach y de la economía
inglesa de Adam Smith y David Ricardo. Todas estas fuentes fueron profundamente
analizadas y llevadas a las condiciones sociales del siglo XIX por el marxismo.

El marxismo es considerado teoría relacional, es decir, para él la sociedad es un gran


proceso de relaciones, nada en ella queda excluida de estas interacciones. El objeto
de estudio del marxismo es el proceso de producción y reproducción de la sociedad en
un sistema, naturalmente, de relaciones. Aplica un principio de totalidad, en el cual la
sociedad es un todo integrado por partes que se relacionan de forma complementaria.

Es además una teoría historicista, que promueve el análisis de cualquier realidad


concreta en su devenir histórico, es decir, para el marxismo cualquier realidad histórica
es digna de ser analizada, pero solo se hace en correspondencia con las condiciones
sociales, políticas y económicas que están presentes en el momento de su aparición.

En fin se puede plantear que el marxismo surgió en la década de 1840, su cuna fue la
lucha liberadora de la clase obrera. El surgimiento del marxismo representó un gran
viraje en la ciencia de la naturaleza y de la sociedad, debido a sus concepciones
revolucionarias y racionales, ya que los planteamientos que comienza hacer el
marxismo van a estar basados en ideas progresistas y de cortes empiristas.

En este trabajo el marxismo será analizado más como concepción científica de la


realidad que como doctrina política. Marx hace hincapié en la relación causa-efecto, la
cual no es considerada de manera unidireccional sino que la causalidad del marxismo
es vista en ambos sentidos, es decir, de manera recíproca entre los factores sociales.
También la concepción relacional planteada anteriormente, es otra idea de la
peculiaridad del análisis social de esta corriente.

Federico Engels nació en Barmen en 1820, realizó una fuerte crítica a las condiciones
en que se desarrollaban las sociedades capitalistas. Participó activamente en
actividades políticas e intelectuales. Fundó en colaboración con Carlos Marx la teoría
marxista. Desde su juventud se sintió atraído hacia la lucha por la transformación de
las relaciones sociales que imperaban, debido a que conocía muy de cerca la situación
a la que la clase obrera de Inglaterra era sometida, ya que su padre lo envió a ese
país para que se dedicara e estudios comerciales. Así comprendió la situación
económica del proletariado y la falta de derechos políticos que tenían. Como
consecuencia de sus estudios surgieron diversos trabajos, entre ellos, “La situación de
la clase obrera en Inglaterra” (1845). En ellos Engels presenta una explicación
profunda de la situación presente y el futuro del proletariado, mostró que el
proletariado es una clase que lucha por su total liberación.

Criticó las condiciones sociales y políticas en que se desarrollaban las sociedades


capitalistas. A pesar de que Marx y Engels no son sociólogos por excelencia, la
perspectiva sociológica de sus discursos y escritos y por los aportes que hicieron a la
ciencia son enmarcados dentro de la Sociología como dos grandes pensadores.

Carlos Marx nació en Trévesis en 1818. Su carrera periodística lo ayudó a ampliar sus
conocimientos sobre cuestiones políticas. Posteriormente viajó a París, donde
continuó con sus ideas revolucionarias. Allí conoció a Engels y se hicieron grandes
amigos y colaboradores. Engels comentó: “Nuestra total coincidencia en todos los
campos teóricos se hizo manifiesta...y nuestra obra conjunta data de aquel tiempo” .

Marx inicia así sus escritos en los “Manuscritos económicos y filosóficos” (1884), “Las
Tesis sobre Feuerbach” y “La Ideología Alemana” (1845-1846). En 1845 se exiliaron a
Bruselas y allí se unieron a una organización de trabajadores radicales, donde se les
pidió escribir un manifiesto teórico oficial, de ahí comenzó la elaboración del Manifiesto
del Partido Comunista (1848). Con este escrito demostraron el carácter revolucionario
de sus propuestas y su capacidad de crear el programa que representaría
posteriormente a un partido.

Posteriormente se trasladarían a Londres, donde Marx viviría desde 1849 hasta su


muerte. Marx trató de analizar el fracaso que tuvo la revolución de 1848 y lo hizo a
través del magnífico estudio histórico El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte (1852).
Trabajo en el que hace una profunda crítica al gobierno de este nuevo Bonaparte y
explica cómo se desarrolló la lucha de clases en Francia. Marx trató de mostrar
también la ley económica del movimiento de la sociedad moderna e investigó
diariamente en la teoría y la historia económica. De todos estos trabajos, esperaba
formar un tratado sistemático en varios volúmenes, pero en vida sólo pudo publicar La
Contribución a la crítica de la Economía Política (1859) y el primer volumen de El
Capital (1867).

Marx dirigió y organizó la Primera Internacional, un movimiento internacional de


obreros fundado en Londres en 1864. Pensó que esta organización sería el vehículo
que llevaría al cambio revolucionario que deseaba, pero esta asociación se disolvió en
1871.

Continuó escribiendo sus cuadernos de notas hasta que la muerte lo sorprendió en


1883. Engels fue capaz de interpretar el mensaje de sus libros y editó los manuscritos
de Marx, publicando el segundo y el tercer volumen de El Capital, antes de su propia
muerte en 1895. Muchos otros manuscritos, notas y cartas de ambos hombres se
publicaron póstumamente.

Esta corriente considera al Comunismo como la fase superior del desarrollo humano,
en el cual la lucha de clases no existe, por lo tanto las relaciones de producción están
basadas en la igualdad. La doctrina marxista fue apoyada en su época por muchos y
era considerada como ideología del partido y del movimiento obrero. Pero no solo en
su época, sino también en las venideras, el marxismo tuvo muchos seguidores como:
Rosa Luxemburgo, Trotsky, Luckács, Gramsci y fuera del contexto europeo, se
pueden mencionar a Mao, Ho Chi Minh, Mariátegui, el Che, Fidel, entre otros.

La concepción materialista de la historia constituye un aspecto fundamental para


entender su propuesta ya que toma como punto de partida el análisis de los propios
hechos reales y primeramente de la producción de bienes materiales.

Otra característica importante de este paradigma es la visión totalizadora del mundo


que plantea, a través de un enfoque relacional y con una constante preocupación por
el futuro. Por todo esto es que la corriente marxista se encuentra tan ligada con la
política. Su enfoque humanista determina su preocupación por todas las formas de
explotación.

El marxismo fue una de las tantas respuestas de la época moderna en el siglo XIX a
las consecuencias que produjo el capitalismo, fue una forma de reflexionar sobre el
mundo más dinámica. El marxismo era una ideología social del conflicto. Pero en su
apasionado análisis de todos los problemas, refiriéndolos a cuestiones de fundamento
económico, organización de clases, conflicto de clases, y en su intento de reducir
todos los fenómenos (arte, música, literatura, filosofía, religión, Estado, etc.) a formas
dependientes de la economía, desempeñó un gran papel por el hecho de llamar la
atención de los científicos modernos sociales sobre estos fundamentos.

El marxismo aparece como conciencia de su época, y en ese sentido en sus tesis


fundamentales se reflejaron directamente las profundas transformaciones que se
produjeron en las relaciones económicas, políticas y sociales a escala mundial con el
desarrollo del capitalismo.

Lenin planteó: “el genio de Marx estriba precisamente, en haber dado solución a los
problemas planteados antes por el pensamiento avanzado de la humanidad” .
Marx y Engels fueron ante todo hombres de su época, y se ubicaron a partir de la
realidad de aquellos países que mayor desarrollo habían alcanzado en el capitalismo,
por esa misma razón han trascendido hasta nuestros días.

Propuestas hechas por Carlos Marx y Federico Engels acerca de la familia, el


parentesco y el matrimonio:

Ellos dedicaron la mayor parte de su vida al auge que tuvo el capitalismo en las
sociedades modernas. Se centraron en las pésimas condiciones en las que se
encontraba el proletariado. A raíz de esto se adentraron de manera profunda al tema
de los sexos.

Marx y Engels se iniciaron en los estudios de familia a raíz de la inserción que tuvo la
maquinaria en las mujeres como trabajadores asalariados “la historia de la familia se
explica a partir de la incidencia que el factor material ejerce sobre las relaciones
familiares. El desarrollo de la tecnología, la técnica, las formas de apropiación, las
relaciones de poder y el derecho son razones que sirven para explicar la evolución de
la familia” Las investigaciones del marxismo hicieron mucho énfasis en el enfoque de
clases, estableciendo distinciones entre la familia burguesa y la proletaria.

Todo este análisis lo explican muy bien en “La situación de la clase obrera en
Inglaterra”. Engels hace un análisis exhaustivo de las incidencias del sector industrial
en la vida familiar y de las difíciles condiciones que tenían las obreras en las
industrias.

Según los datos por Engels consultados la mayoría de los obreros de las fábricas son
mujeres, lo cual demostraba la incorporación del sexo femenino a la actividad
industrial, poniendo en un segundo plano a los hombres.

Es necesario aclarar que Engels denunciaba el trabajo de la mujer no por lo perjudicial


que pueda ser para ella sino por las consecuencias que estaba trayendo, ya que el
capitalismo no apoya a las madres trabajadoras, no hay centros que cuiden de los
niños en horario de trabajo y no pueden cuidarlos ellas mismas porque pierden el
empleo, por lo que se ven obligadas a recurrir a métodos verdaderamente salvajes
para poder trabajar. “El empleo de narcóticos para tranquilizar a los niños es más que
favorecido por ese infame sistema (...); esa costumbre es una de las causas
esenciales de las frecuentes convulsiones mortales”

A Engels también la preocupan los cambios que se están produciendo en las familias
debido a las nuevas posiciones entre hombres y mujeres, ya que estas últimas son las
que en muchos casos mantienen económicamente a la familia. “(...) La mujer es quien
mantiene a la familia, el hombre se queda en la casa, cuida a los niños, hace la
limpieza y cocina”

La historia de la familia como disciplina científica se inicia con aquellos autores


clásicos que aceptan que en el desarrollo histórico ciertos tipos de familias
corresponden a determinadas formaciones económicas-sociales. Para Engels los
fundadores de una perspectiva científica de toda la obra sobre la familia y el
parentesco que realiza con Marx son: “El derecho materno”, de Bachofen (1861) y “La
sociedad antigua”, de Morgan (1877). Estas obras son las iniciadoras de análisis
científicos, vinculados al mundo real y empíricos de la familia y el parentesco, pues
antes se basaban en concepciones moralistas y extraterrenales.

A Marx le llamó mucho la atención la obra de Morgan, al morir dejó unas notas que
Engels fue capaz de ordenar, aportar y publicar bajo el título de “El origen de la familia,
la propiedad privada y el Estado” (1887). Según Engels la teoría de Marx tiene como
factor decisivo la producción de los medios de subsistencia y la reproducción de la
especie humana a través de la familia.

Engels plantea que la subordinación a la que las mujeres eran sometidas, no era
resultado de su constitución biológica sino de raíces históricas que conllevan a un
orden social, es decir, para Engels el que las mujeres fueran esclavizadas no tenía
nada que ver con que su constitución fuera débil por nacimiento sino que la tradición
histórica ha legitimado que para que el orden reine en la sociedad la mujer debe estar
subordinada al sexo masculino.
Plantea Engels que en las sociedades Occidentales la familia está compuesta por la
pareja y su procreación, normalmente comparten un hogar común, el cual es
patriarcal, ya que la autoridad recae en el cabeza de familia. Dentro de esta institución
la mujer que no trabaja es considerada como propiedad del esposo.

Engels se apoya mucho en Morgan y en sus estudios acerca de los tipos de familias
existentes en la humanidad: la familia consanguínea (existe una promiscuidad sexual
entre hermanos y hermanas, los padres e hijos quedan excluidos), la familia punalúa
(prohibición del comercio sexual se extiende a los hermanos y hermanas), la familia
sindiásmica (el hombre vive con una sola mujer, aunque la poligamia y la infidelidad
ocasionales sean un derecho para el hombre) y la monogámica (se funda en el
predominio del hombre, su fin expreso es el de “procrear hijos cuya paternidad sea
indiscutible esta paternidad se exige porque los hijos serán los herederos directos de
los bienes de su padre” . Se diferencia de la anterior por lazos conyugales con mucha
mayor solidez. Solo el hombre puede romper estos lazos y repudiar a la mujer. Fue la
primera forma de familia que no se basaba en condiciones naturales sino económicas
y sociales).

Estos tipos de familias coinciden con los estadios principales, trasmitidos por el
desarrollo de la humanidad: familia por grupos (salvajismo) en el cual había un
comercio sexual sin trabas, en el que cada mujer pertenecía a todos los hombres y
viceversa. Aquí la descendencia solo podía ser establecida a través de la madre, ya
que no se tenía seguridad de quien fuera el padre. “este designa el reconocimiento
exclusivo de la filiación maternal y las relaciones de herencia que después se han
deducido de él con el nombre del derecho materno”.

Esta etapa se caracterizó por el predominio de la mujer en la casa y de una cierta


libertad de esta: “Una de las ideas más absurdas...del siglo XVIII es la opinión de que
en el origen de la sociedad la mujer fue la esclava del hombre. Entre todos los salvajes
y en todas las tribus que se encuentran en los estadios inferior, medio y, en parte,
hasta superior de la barbarie, la mujer no solo es libre, sino que también está muy
considerada”

Los otros tipos de familias que corresponden a los posteriores estadios históricos son:
la familia sindiásmica (barbarie) y la familia monogámica (civilización). Al surgir la
propiedad privada sobre los medios de producción, el predominio de la mujer fue
sustituido por la familia sindiásmica patriarcal. Esto llevó posteriormente al surgimiento
de la monogamia, en el cual el hombre como propietario de los medios de producción
se convirtió en opresor de la mujer.

A través de la monogamia histórica se dan dos temas de gran importancia; la


prostitución y la infidelidad (esta última referente a ambos sexos). Engels en cuanto a
la infidelidad por parte de la mujer no plantea ningún juicio de valor sino que ve esta
situación como una reacción lógica frente al contexto en que se encontraba la mujer,
ya que estaban necesitadas del afecto y el cariño que sus esposos no le daban. “Con
la monogamia aparecieron dos figuras sociales, constantes y caracterizadas;
desconocidas hasta entonces: el inevitable amante de la mujer y el marido cornudo.
Los hombres habían logrado la victoria sobre las mujeres, pero las vencidas se
encargaron generosamente de coronar a los vencedores”.

La familia histórica monogámica se caracteriza por el matrimonio por conveniencia,


concertado por los padres. Para Engels la propiedad privada trae consigo un
matrimonio por conveniencia ya que si se produce entre los burgueses es con el
objetivo de la necesidad de conservar y trasmitir la propiedad privada.
La monogamia histórica se basa en la subordinación de la mujer al hombre y se
considera una forma del matrimonio de una sociedad dividida en clases. La
monogamia etimológica que se basa en la igualdad entre los cónyuges podrá ser
posible a través de un proceso revolucionario en el interior tanto de la familia como de
la sociedad, es decir, tiene que producirse una revolución social.

Los cambios que se producen entre los sexos posteriormente trae consigo el
establecimiento de un orden social en cuanto al orden familiar se refiere, donde impera
la monogamia histórica. El cambio reside en el nacimiento de la igualdad de la relación
entre los sexos en el matrimonio. Se produce la sustitución de una monogamia
patriarcal a una basada en la igualdad.

Según Engels para lograr restaurar la libertad de la mujer es preciso abolir la


monogamia histórica y esta desaparecerá con la instauración de la propiedad social
sobre la propiedad privada. Esto traerá también la implantación de la monogamia en
sentido etimológico. La educación de los niños será una cuestión pública, de este
modo las mujeres podrán integrarse a la producción.

Engels también hace referencia a las diferencias entre el matrimonio monogámico


burgués y el proletariado. El primero se funda siempre por conveniencia, a través de
los bienes económicos de los contrayentes, mientras que en el segundo no existen
bienes que se puedan trasmitir, ni hay preponderancia del sexo masculino, esto no
quiere decir que dentro de las familias obreras no exista dominación masculina sobre
la femenina, sino que “en este caso, el papel decisivo lo desempeñan otras relaciones
personales y sociales” . Esto estaba en vías de cambiar debido a la incorporación de la
mujer al trabajo industrial. La inserción de la mujer a la industria –según Engels-
pudiera ser el inicio de grandes cambios en la sociedad capitalista.

Marx por su parte hace un análisis macrosociológico de la sociedad y la concibe como


un sistema en el cual todo está relacionado. Para él los cambios en la familia se irían
sucediendo en interconexión con los cambios macrosociales.

En los Manuscritos económicos y filosóficos de 1844, Marx analiza que en la sociedad


capitalista el matrimonio es una forma de propiedad privada, donde la mujer le
pertenecía al hombre completamente. En algunas ocasiones Marx hizo referencia a las
inhumanas situaciones por las que atravesaban las mujeres en la sociedad. Plantea
que la sociedad capitalista al permitir la introducción de la mujer al mercado laboral
produce cierta liberación de esta, ya que el trabajo asalariado las podría poner al
mismo nivel que el marido.

El valor de la familia como unidad básica de la sociedad se observa en que la primera


división del trabajo es la que se produce entre los sexos y la primera forma de
explotación es la que ejerce el hombre sobre la mujer en la familia y también
manifiesta, aunque en condiciones mínimas, la lucha de clases. Marx escribió al
respecto: “el primer antagonismo de clase que aparece en la historia coincide con el
desarrollo del antagonismo entre el hombre y la mujer en la monogamia, y la primera
opresión de clase con la del sexo femenino por el masculino... la familia individual
moderna se funda en la esclavitud doméstica franca o más o menos disimulada de la
mujer, y la sociedad moderna es una masa cuyas moléculas son las familias
individuales. Hoy en la mayoría de los casos el hombre tiene que ganar los medios de
vida, que alimentar a la familia, por lo menos en las clases poseedoras y esto le da
una posición preponderante... el hombre es en la familia el burgués, la mujer
representa en ella al proletariado... entonces se verá que la manumisión de la mujer
exige como condición primera la reincorporación de todo el sexo femenino a la
industria social, lo que a su vez requiere que se suprima la familia individual como
unidad económica de la sociedad”

.
Marx plantea que la mujer debe de dejar de ser un instrumento de producción para
insertarse en el sistema productivo, pero aclara cuales eran los oficios que debían
asumir las mujeres, es decir, él apoya que la mujer salga de ese mundo que es el
hogar para participar de las relaciones productivas, pero hace diferenciación de los
oficios entre hombres y mujeres.

El marxismo también se refirió a que a medida que se desarrolla la producción social y


esto trajera consigo libertades de la mujer a las ataduras conyugales esto produciría
que la familia dejaría de ser la unidad económica básica de la sociedad y esta sería la
encargada de la socialización de los hijos, así la mujer tendría libertad de escoger al
hombre que quisiera.

Engels apoya a Morgan cuando plantea que: “los sistemas de parentesco, son
pasivos, sólo después de largos intervalos registran los progresos hechos por la
familia y no sufren una modificación radical, sino cuando se ha modificado
radicalmente la familia”. Al paso que la familia se mantiene, el sistema de parentesco
se hace más fuerte; y mientras este continúa debido a la costumbre, la familia
sobrepasa su sistema. En el sistema de parentesco americano (y en casi todos los
sistemas), un hermano y una hermana no pueden ser padre y madre de un mismo
hijo.

La familia, según Engels, seguirá cambiando a medida que se transforma la sociedad.


Engels cita a Morgan: “podemos creer que es susceptible de nuevos
perfeccionamientos hasta que se haya alcanzado la igualdad de los sexos”, finalidad
última del humanismo marxista.

En fin el marxismo considera que el matrimonio es la estructura básica a raíz de la


cual se logra un orden familiar, pero hace hincapié que no debe hacerse por
conveniencia, sino porque ambos cónyuges desean y aclaran que debe sobre todas
las cosas haber igualdad entre ellos.

En el pensamiento marxista la historia de la familia no se explica solo a través de


factores económicos sino que el derecho materno es considerado como cuestión
necesaria para entender el paso de una época histórica a otra. Engels afirma: “el
derrocamiento del derecho materno fue la gran derrota histórica del sexo femenino en
todo el mundo. El hombre empuñó también las riendas de la casa; la mujer se vio
degradada, convertida en la servidora, en la esclava de la lujuria del hombre, en un
simple instrumento de reproducción” .

El marxismo aportó grandemente a las interpretaciones acerca de la realidad familiar


desde una propuesta revolucionaria. Llegaron a la conclusión de que la familia no es
estática, ella se va desarrollando de formas inferiores a superiores y ese desarrollo se
experimenta como partes de cambios que transcurren en el sistema social.

Epígrafe 3: La Escuela Alemana y su concepción sociológica de la familia

La segunda mitad del siglo XIX y principios del XX estuvo caracterizada por el
sentimiento de crisis social global que atravesaba la sociedad burguesa. Ese
pesimismo se vio reflejado en todas las esferas de la intelectualidad moderna.
Cada país tuvo sus particularidades.

La Sociología Alemana fue una de las principales escuelas que se mostraron


interesadas por el desarrollo y dinámica de la Sociología de la familia. Esta Sociología
se desarrolló más tarde que en Francia, la tardía ilustración en este país se combinó
con un movimiento romántico que convirtió a las universidades en importantes centros
de saber y en lugar seguro para la libertad y la autonomía académica, aunque chocó
con una importante resistencia por parte de los filósofos tradicionales quienes
afirmaban que las facultades de filosofía, donde se encontraban todas las ciencias
humanísticas, no tenían nada que ver con las investigaciones empíricas, en parte por
la no aceptación de la sociología por lo burocracia gobernante. En países como
Francia el desarrollo de la sociología se produjo paralelo a la irrupción del capitalismo
pero en el caso particular de Alemania el desarrollo tardío de este capitalismo provocó
un contexto nacionalista y de conflictos sociales que desembocó en un desarrollo del
movimiento obrero y un debate intelectual cuestionador del enfoque positivista de la
ciencia.

Se aprecia también la influencia de la filosofía kantiana y de la vida con una visión


cultural de la ciencia. Los sociólogos alemanes se apropian de esos enfoques y
desplazan su atención hacia la comprensión y el estudio de lo espiritual.
Por ello, a raíz de una necesidad social que exigía la existencia de la sociología para
analizar y explicar fenómenos sociales que estaban ocurriendo en Alemania y que
giraban o podían girar el curso de la nación, se fundó en 1909 la Sociedad Sociológica
Alemana, a partir de la cual se inició el proceso de institucionalización de la
sociología.

Si bien es innegable la influencia en la Sociología Alemana de pensadores como


Hegel y Kant, resulta necesario señalar la influencia del psicologismo y del
historicismo, de ahí la comprensión de la sociedad a partir de las relaciones más
internas como las expresadas por las conductas humanas, las comunicaciones e
intercambios al interior de las diversas instituciones sociales y el estudio de la
economía nacional con el método histórico.

Es importante señalar que esta Sociología desde sus inicios nació fragmentada entre
Marx y sus seguidores a la par de los que pudiéramos llamar los primeros gigantes de
la corriente sociológica principal de Alemania: Ferdinand Tonnies, Georg Simmel y
Max Weber.

3.1- La concepción sociológica de Ferdinad Tonnies (1855-1836)

Tonnies nació en 1855 en Alemania, estudio en la Universidad de Estrasburgo. Su


inclinación por la obra de Hobbes lo impulsó a realizar su concepción de la realidad
social reflejada en una de sus principales obras nombradas Comunidad y Sociedad
escrita en 1881.

Fue el primer presidente de la Sociedad Sociológica Alemana, cargo que mantuvo


durante muchos años. Obras como Comunidad y Sociedad, La Moral, Principios de la
Sociología y Progreso y Evolución Social muestran a un Tonnies interesado en la
teoría y en la empírica, dando una fuerte crítica a la Alemania que le tocó vivir con los
problemas de delincuencia pobreza, y suicidios producto de la dura realidad social.

Desarrolló su sociología de la familia a partir de dos conceptos fundamentales, el


concepto de comunidad, el concepto de sociedad. En una de sus principales obras,
Comunidad y Sociedad reconoce como al primero a toda la vida en conjunto, interna y
exclusiva y a Sociedad como lo público, extraño ajeno o sea mera existencia de
personas independientes.1

Su Sociología es una variante de formalismo cuya interpretación de la realidad se basa


en estas dos formas, que son históricas y a la vez dos tipos de relaciones sociales, de
conductas y fenotipos de personalidad. Tonnies los presenta como dos formas
excluyentes y dinámicas; ambas están determinadas por dos voluntades diferentes la
natural y la racional.

La Comunidad es la familia, esa es su primera identificación. Es una unión perfecta de


la voluntad humana ya sea por el nacimiento, por la ascendencia o por el linaje.
Para Tonnies todos los hechos de la sociedad y de las relaciones sociales son
productos de la voluntad humana, representando un acto volitivo, así el desarrollo
social es concebido como un proceso de crecimiento de la racionalidad. 2

La vida en Familia es la base general del modo de vivir en la comunidad, en ella


distingue diferentes clases de relaciones:

1. Madre – Hijo (es una relación natural)

2. Marido – Mujer

3. Padre – Hijo

4. Entre hermanos.

Esas son las más fuertes aunque reconoce otras como la de los hermanos de la
madre, tías primos donde existe una conexión de familia en grupo o sea la familia
puede extenderse como un miembro honorable, como un hijo adoptivo siempre y
cuando cumpla con sus deberes como miembros.
El rol de la madre/mujer es la máxima impresión de la comunidad. ¿Qué es la
comunidad? Lo irracional primitivo, afectivo, natural que responde a una convivencia
de mutuo beneficio. Reconoce la existencia de desigualdades de sexo, edad, fuerza
física y morales en cada una de las relaciones sociales en comunidad y como principal
comunidad a la familia nuclear con hijos, madre y padre y como nexos principales al
parentesco y al matrimonio.

1 ver en Comunidad y Sociedad de Ferdinand Tonnies. Ed Losada, 1947.pp-25 y pp 65


2 ver en Comunidad y Sociedad de Ferdinand Tonnies. Ed Losada, 1947 pp - 25

El parentesco es una condición esencial para que todos los miembros de esa familia
puedan gozar de los privilegios comunales. En la relación matrimonial el instinto sexual
o la mera relación sexual no implica duración, se necesita una mutua habitación, se
necesita voluntad de unión para procrear y voluntad para seguir juntos a un con la
ausencia de hijos. En Tonnies es fuerte la idea de la religión en el matrimonio, lo
reconoce como un nexo esencial para que surja la familia y el principal escenario
donde ocurre la necesaria subordinación de la mujer con respecto al hombre. Esa idea
de la religión en el matrimonio, según el autor se debe a que la mujer es la que
necesita creer porque es la que debe orar para que no hayan demonios que
derrumben la unión.

Reconoce que hay matrimonio solo cuando está presente un representante jurídico.
Esta relación marido – mujer junto a las otras dos, está mediada por la existencia de la
reciprocidad y el hábito.

Entre la enorme gama de relaciones sociales que cita entiende por relaciones
naturales aquellas que puedan llegar a convertirse en relaciones sociales tipo,
basadas en la afectividad, la correspondencia de intereses y la irracionalidad. La
familia lo es cuando sus miembros no conviven en relaciones aisladas sino toman
conciencia de su unidad como cuerpo social y plantea que una unidad social que
tenga su base en el compañerismo se concreta mejor que un cuerpo social cerrado.

Aun reconociendo la necesidad de la igualdad y de la reciprocidad en las relaciones


conyugales entiende que para una mejor educación y enseñanza es necesario el
patriarcado. Sin embargo la relación madre – hijo es la más natural y la mas reciproca,
de hecho la define como acción recíproca, la madre tiene la satisfacción de practicar
obediencia y el hijo recibe la protección y la alimentación.

Concibe la diferenciación fundamental de la mujer y el hombre desde la división social


del trabajo, al hombre le corresponde el trabajo pesado y la dirección de los hijos, a la
mujer tareas domesticas como el cuidado de los hijos, la conservación y la
organización de la casa de una manera natural.

Le concede a la familia la función de unir a sus miembros con reciprocidad y voluntad


propia para lograr la armonía que consiste en mantener al hombre como jefe. La
identidad de Tonnies con la comunidad es lo que le permite resaltar el importante
papel de la familia pero del tipo patriarcal. Por tanto, la solución que ofrece al conflicto
de géneros tiene un carácter patriarcal, pues aunque resulta necesaria la reciprocidad
y la igualdad, estas dos descansan en la autoridad del hombre como jefe de la familia.
La comunidad mantiene a los hombres esencialmente unidos pero en la sociedad
están esencialmente separados, en ella los hombres viven para si y nadie hará o
prestará algo para los demás a no ser a cambio de otra cosa igual o superior a lo que
dio, reconociendo que el valor de las cosas es una cualidad objetiva, pues todos los
hombres no establecen el valor de igual manera y para que tenga valor basta para que
una parte de la sociedad así lo considere porque ella es puramente material dándole
valor al oro, la plata y al papel moneda, por ello en la comunidad el cambio es un
consenso pero en la sociedad es un contrato entrando en el juego, las voluntades
individuales. Tonnies alerta que ese intercambio o comercio desmedido atenta contra
la comunidad porque destruye su arte de convivencia, al comerciante solo le interesa
aumentar la fuerza de trabajo que mueve su negocio, para demostrar esto realiza un
análisis exhaustivo de la teoría del valor y de la plusvalía. Las relaciones de
producción que sobrepasan por encima de las relaciones humanas destruyen las
instituciones culturales y sociales pues solo interesa el dinero.

Este problema es centro para el autor que ve al comercio desmedido como la causa
de la destrucción de la reciprocidad e igualdad que tiene la comunidad, la cual es
sustancialmente anterior a la sociedad: sin comunidad no hay sociedad.

Tonnies evidencia la necesidad de la armonía para lograr una familia y concibe a esta
familia como nuclear por tanto la típica familia moderna con relaciones diferenciadas
entre el hombre y la mujer, donde la supremacía es para el sexo masculino porque es
quien posee la voluntad para ocupar ese lugar. Cuando habla de voluntad establece el
concepto de antinomia conceptual que comprende a la voluntad social como un acto
de voluntad y de razón al mismo tiempo, por eso es el sexo femenino quien carece de
voluntad ya que no tiene la capacidad de raciocinio adecuada.

Dejó una importante huella en la sociología aunque muy cuestionada desde hace
décadas, que fue la creación de las topologías de comunidad (familias) y de sociedad
rescatadas especialmente por Durkheim bajo los nombres de solidaridad mecánica y
orgánica.

3.2 La Sociología de George Simmel (1858 - 1918)

Nació en 1858 en la ciudad de Berlín, Alemania, cursó estudios en la Universidad de


esta ciudad y se doctoró en filosofía en 1881. Por ser judío, entre otras razones tuvo
que recorrer un largo camino para obtener reconocimiento como científico social,
siendo una figura importante para la sociología de los Estados Unidos que se
desarrollaría posteriormente. Entre sus obras más importantes se encuentran La
Filosofía del dinero, Sociología, estudio sobre las formas de socialización y cultura
femenina y otros ensayos sin descontar Cuestiones fundamentales de la sociología
donde definió el objeto de estudio y la metodología de esta ciencia.

En su concepción de familia reconoce que la sociedad y las interacciones que suceden


a su interior constituyen el principal objeto de estudio de la sociología dicho en su obra
sociología, estudio sobre las formas de socialización.
En su sistema sociológico el hombre es un ente activo y se encuentra determinado por
la sociedad y esta solo existe cuando un grupo de individuos entran en acción
recíproca por determinados instintos o para determinados fines.

En ella las relaciones entre los individuos son dinámicas con una función bien definida
y que tiene que ser cumplida, lograr la unidad en la interacción. Esta unidad se logra
con una correlación de acciones mutas entre los individuos. Para entrar en sociedad –
según Simmel – es necesario que se produzca una generalización pero esto no impide
que cada hombre manifieste su individualidad, se establece una especie de cambio, el
hombre cede un poco de su individualidad al grupo e incorpora un poco de esa
generalización a su individualidad. Estas son las condiciones para una socialización o
sea cuando “la coexistencia aislada de los individuos, adopta formas de cooperación y
colaboración”.3

La familia es una de las más complejas formas de socialización y junto al Estado, a los
sindicatos y a los sacerdocios, constituyen formas de socialización cristalizadas que
según Simmel son las pertinentes al estudio sociológico. En sus dos obras, Sociología,
estudios sobre las formas de socialización y Cultura femenina y otros ensayos realiza
un análisis exhaustivo de las familias patriarcales en el pasado, expresando la enorme
colaboración que lograron a su interior junto a una estructura de interrelación entre sus
miembros. En su opinión la modernidad ha trastornado esta unidad, si bien no realiza
un análisis profundo del parentesco, si ofrece una connotación negativa al matrimonio
si lo tomamos como entrega mutua y total, para el la soledad en esa unión es la que
presenta un carácter sociológico positivo. La intimidad se interrumpe, por muy buena
que esta sea, cuando nace un hijo, por ello algunos matrimonios ven al hijo como la
posible unión y no lo desean, esto es muy común en las familias modernas. Simmel
expresa que para algunos el matrimonio es bueno y para otros es malo, este análisis
se extiende desde aquellos que no tienen hijos, los que si lo tienen y los que están
conformados por un (a) amante.4

La poligamia no es un fenómeno de su agrado, peor aun si es el hombre la víctima.


Para el científico las mejores familias son las primitivas en ellas es donde hay una
plena socialización, pues no conciben al matrimonio sin hijos y sin amor conyugal. Sin
embargo, reconocen la subordinación de la mujer dentro de la familia; pone el
ejemplo del término domestico y cómo la ama de casa y la servidumbre eran casi la
misma cosa en la sociedad patriarcal.

En la actualidad no es totalmente una esclava y no se resume toda su actividad a lo


doméstico, pero no se ha liberado totalmente pues la coacción en el matrimonio existe
y le dan sus propias leyes que obligan a la convivencia; la mujer se ajusta al hombre.
Analiza los celos dentro del matrimonio y cómo se refleja un estado de posición en el.

La competencia en la familia es algo normal, sui géneris a ella; es una unidad orgánica
que depende del conflicto familiar para sobrevivir y desarrollarse cada miembro de la
familia demuestra constantemente su individualidad. La división social del trabajo es la
primera en poner de manifiesto las diferencias entre los géneros. A la mujer le
corresponde la labor del hogar que es más múltiple pero menos especializada que
cualquier profesión masculina.
Las mujeres pueden trabajar en una profesión masculina pero siempre dándole el
sentido de la intuición, la pasión y el sentimiento por ejemplo como escritora o como
intérprete teatral. Simmel realiza un estudio de elementos esencialmente femeninos
como la coquetería, uno de los puntos donde la mujer es muy buena tanto así que el
hombre se presta sin reservas a este juego sin olvidar su masculinidad y sus
privilegios; ellas son mas ilustradas en aquello a lo cual se sienten unidas, los hombres
son mas relativistas, son pensadores y productores.

3-ver en Sociología, estudios sobre las formas de Socialización de Gerorg Simmel . Ed Espada Calpe,
1939, pp 14
4 ver en Sociología, estudios sobre las formas de Socialización de Gerorg Simmel . Ed Espada Calpe,
1939, pp 82 y pp90

El análisis de la moda dentro de su obra releva su idea de mujer como el sexo débil
que necesita recurrir a lo que está aprobado socialmente un poco para escapar a la
monotonía y a la homogenización de la que han sido objeto y entregarse a la moda
que es cambiante; fundamentalmente Simmel se centra en la cultura para establecer
estas diferencias; según su opinión la cultura es cuando los individuos logran alcanzar
el espirito de objetivación en la historia de la especie humana. Distingue dos tipos de
cultura la objetiva y la subjetiva, la primera es la verdadera, la dominante, la suprema,
y pertenece a los hombres; en cambio la mujer es portadora de una cultura subjetiva
que aportaba algo especifico íntimamente relacionado con el ambiente domestico
donde actuaba; deja claro que la única posibilidad es que realicen algo donde sean
diferentes a los hombres, es decir, en la feminidad, sensibilidad, subjetividad, cuidado
personal etc. Solo a través de la distinción de su sexo la mujer puede ser autónoma.
Simmel aunque enuncia este fenómeno no cree realmente en la posibilidad de esta
autonomía femenina el resultado es que ellas imitan al hombre en todo.

El autor mantiene una posición intermedia un Simmel cree sinceramente en la


posibilidad de una cultura objetiva y autónoma propia de la mujer y otro anuncia una
situación no reconciliable entre la naturaleza de la cultura y el modo de ser femenino.
Este científico es el sociólogo alemán que trata con más fuerza el tema de la diferencia
genérica aunque no emite una respuesta. Constituye el principal puente entre la
escuela alemana y la corriente integracionista debido a su trabajo sobre “fenómenos a
pequeña escala especialmente la unión y la interacción individual, lo que
fundamentalmente vio el científico fue que la comprensión de la interacción entre la
gente eran una de las grandes áreas de la sociología, pues ellos constituían un
elevado número de escenarios sociales”.5 Por ello fue la principal fuente de la
corriente integracionista.

3.3- La Sociología de Max Weber (1864 - 1920)

Nació en 1864 en Alemania en el seno de una familia de clase media. Hijo de un


político relevante y de una madre profundamente religiosa y renegada a los placeres
que su esposo anhelaba; de cierta manera esto influyo en sus estudios a la par de la
situación económica y política que envolvía al país, por ello dirigió su centro de
atención fundamentalmente a fenómenos económicos, políticos y religiosos. En su
obra La ética protestante y el espíritu del capitalismo demuestra su inclinación por la
economía; sin embargo su obra cumbre no terminada fue Economía y Sociedad donde
realizo un análisis de disímiles problemáticas como el poder, la asociación política,
relaciones sociales, acciones sociales, la economía, los tipos de dominación, el
estado, el mercado y tipos de comunidad y sociedad.

Para analizar cada uno de los fenómenos sociales estableció el concepto de acción
social y con el explico cada aspecto de la vida del hombre, pues la acción social son
las conductas humanas que tienen un carácter subjetivo e individual; subjetivo porque
estas acciones se basan en la voluntad, en una capacidad para la anticipación o la
resistencia, el hombre actúa porque tiene una motivación y no un instinto puramente
mecánico. Individual porque son las acciones de un individuo dirigido a otro u otros.
Con este concepto incluido define a la comunidad y a la sociedad.

5 ver en Teoría Sociológica Contemporánea Ed Feliz Varela, 2003. pp 42 - 43

La sociedad es una relación social cuando la acción social se inspira en una


compensación de intereses por motivos racionales o unión de intereses con igual
motivación. Las relaciones en la sociedad son mas materialistas, mas economistas, la
comunidad no queda exenta a esto, las relaciones a su interior también están
matizadas por estos fenómenos aunque más sutilmente. La comunidad es la relación
social cuando y en la medida en que la actitud de la acción social se inspira en el
sentimiento subjetivo (afectivo o tradicional) de los partícipes de constituir un todo.
Weber en su estudio identifica diferentes tipos de comunidad identificando a la familia
solo con la comunidad domestica y dentro de ella establece relaciones de comercio,
sexuales, de producción; concibe a la familia como una institución social con una
organización de diferentes miembros según su posición económica de consumidor o
productor y según su fisiología: madre, padre e hijos solamente por ello la familia es
una unidad dinámica ubicada en la topología de familia nuclear desarrollándose
relaciones comercio – comunidad. Las relaciones entre padre e hijos pueden ser
problemáticas, sin embargo entre madre y padre debe existir una comunidad estable
de sustento o lo lleva implícito. El nexo fundamental para la conformación de esta
comunidad es el matrimonio; el parentesco es fundamentalmente entre estos
miembros nucleares y solos por vínculos con sanguíneos. El matrimonio para Weber
no es una combinación de una relación sexual con una de crianza solamente, sino una
institución social con relaciones y funciones y que no tolera la infidelidad ni la
existencia de hijos ilegítimos.

No le interesan a este autor solo las relaciones económicas o las sexuales, sino
también las que se establecen entre los hijos. Estas relaciones llegan a tener
significación cuando forman parte de una unidad económica específica: la comunidad
domestica. Dentro de ella la mujer tiene la total supremacía en la casa, la cual se
conserva de otras organizaciones familiares anteriores, pero solo cuando el hombre no
esta y reconoce que la causa principal para esta ausencia es el servicio militar – según
Weber – la comunidad domestica es igualmente extensa en todas sus partes pero
representa de manera excepcional la comunidad económica más universalmente
extendida, en ella el individuo contribuye según sus fuerzas y goza según sus
necesidades.
La casa es el único lugar donde existe una posición común de bienes y donde el
comercio sexual no puede existir, sin embargo existe. El sociólogo refleja que en otras
épocas para evitar contradicciones en las relaciones matrimoniales estas se realizaban
entre familias de una misma clase social. El hombre siempre adquiere los derechos
sexual exclusivos sobre la mujer esté en su comunidad o en la de ella.

Pero actualmente el matrimonio no puede hacerse entre dos miembros de un mismo


clan (familia) y sus hijos heredaran fortuna o posición social en dependencia de la
opinión del padre, pues la potestad es siempre para el. Su explicación de por qué la
familia moderna se ha reducido hasta ser nuclear toma como punto de partida de que
a raíz d helos propios adelantos económicos se produjo un aumento a la
individualización de los negocios, cada individuo trabaja para si solo, por ello tiene que
conformar una unidad domestica que pueda costear, además ya no es necesario una
gran familia donde se produzcan enseñanza múltiples pues ahora el individuo recibe
formación desde fuera de la casa, con la escuela, teatro, reuniones y asociaciones por
esas razones estas nuevas organizaciones conllevan a una unidad domestica más
pequeña; pero estas nuevas familias provocaron que los hijos fueran puramente
dependientes, económicos y que primaran estas relaciones.

La mujer en esta unidad domestica queda renegada al plano de instructora de los hijos
y al cuidado del hogar. El autor introduce el concepto de autoridad para explicar las
diferentes relaciones de la sociedad, en el caso de su teoría sobre el poder de la
familia se explica desde el concepto de autoridad patriarcal, como uno de los tipos de
dominación desde el cual se explica las diferencias entre sexos. Acepta que la
existencia de la subordinación en la familia ocurre de manera natural y esta existe
porque es necesario y organizativa para lograr la estabilidad familiar. Se produce una
estratificación entre el hombre y la mujer basada en el prestigio (status) y en el poder.
Weber resume que la familia es el núcleo de las relaciones de dominación
tradicionales y más específicamente de dominación patriarcal.6 Los teóricos de la
sociología posteriores, especialmente los norteamericanos, consideraron que la teoría
marxiana atacaba a su propia sociedad, por ello Weber era una opción atractiva, sus
opiniones políticas adoptaron una forma muy científica y académica, muy distinto a
Marx, quien en “El Capital” por ejemplo, llamo a los capitalistas “Vampiros” y “Hombres
Lobos”.

Además, sus estudios de acción social Inter. – individuales fueron también antesala
del interaccionismo.

6 ver en Economía y Sociedad de Max Weber Ed Fondo de Cultura económica 1997 .pp298 -
299

Consideraciones Finales

Las diferentes concepciones sociológicas sobre las familias elaboradas por estos tres
autores de la escuela alemana son producto, en gran medida de la crisis social que
vivía el país en ese momento histórico de lucha entre la naciente burguesía capitalista
y el enraizado poder feudal, por ello todas en alguna medida comparan su actual
familia alemana con la anterior extendida y patriarcal. La reconoce como familia
nuclear nacida espacialmente de estas contradicciones donde el parentesco es
reducido a personas muy allegadas al núcleo familiar.
El matrimonio es reconocido como un nexo sumamente importante que deben
establecer el hombre y la mujer para la existencia familiar. Reflejan en sus
concepciones ideas importantes como la interacción, acción reciproca o acción social
que contribuye a la formación de la sociedad y de la comunidad como lo evidencian
Tonnies y Weber, o para la socialización base de la sociedad y la familia para Simmel.
El individuo es un punto centro en toda la teoría alemana y alrededor de el se mueven
fenómenos sociales como la economía, la cultura, la política y la moda; por ello es
entendido como un ente activo que reacciona no de una forma mecánica sino por una
voluntad y por un interés marcado; por ello reconocen en la familia a un institución
social dinámica.

La mujer, o el sexo femenino, fue un asunto de especial interés para Simmel, pues
desarrollo de una manera más profunda la explicación de la diferencia entre los sexos,
Tonnies y Weber también tocaron esta idea, todos mantuvieron una posición
intermedia y solapada. Tonnies reconoce la subordinación de la mujer en el hogar, sin
embargo, el hogar necesita de armonía e intercalación conyugal; Weber no dice que la
mujer sea inferior solo que no tiene la voluntad de dominación adecuada y Simmel
ofrece las posibilidades de un desarrollo y ascenso femeninos pero no realizable
verdaderamente y lo refleja con su teoría de cultura objetivo y cultura subjetiva. Los
tres sostuvieron puntos de vista androsentricos. Esta escuela de sociología es un
puente entre el siglo XIX y el XX más avanzado.

Abrió paso a nuevas concepciones que tomaron como centro indiscutible al individuo,
sus relaciones con la sociedad, interrelaciones y acciones. Estas teorías son la base
del pensamiento norteamericano muy interesado en la realidad empírica y en las
relaciones inter- individual o sea para la escuela de Chicago y para la corriente
integracionista que abre concretes el siglo XX estadounidense.

La escuela alemana fue un paso de avance en el entendimiento de la nueva familia


moderna, pero su punto más débil es en su concepción de género por ello dejó una
huella para futuras teorías que lograron una mejor explicación durante todo el siglo
XX.
Capitulo II. Principales corrientes teóricas de la Sociología en el siglo XX sobre
la familia

Epígrafe 2.1El interaccionismo simbólico, una perspectiva diferente en los


estudios de familia

La complejización del escenario social en Estados Unidos, producido, entre otros


factores por el crecimiento acelerado de la población, como resultado de las grandes
oleadas de inmigrantes que llegaban a este país fundamentalmente de Europa,
huyendo de La Primera Guerra Mundial y de sus secuelas; así como por el hecho de
que la variedad de inmigrantes se amplió y que las ciudades pugnaban por
desarrollarse, se manifestó en el orden social, en un deterioro del nivel de vida de
sectores de la población, y en indicadores, tales como: desempleo, miseria,
inseguridad, crisis de los valores. El delito social se incrementó y ciudades como
Chicago se transformaron en ciudades de altos índices delictivos, prostitución,
alcoholismo, asesinatos etc.

En estas condiciones se desarrolla la corriente psicologista en la sociología como un


peldaño más de la evolución de la tradición positivista en estas nuevas condiciones
históricas. Algunos antecedentes teóricos están ligados al desarrollo de esta corriente
dentro de la sociología, entre los cuales está el desarrollo y difusión del voluntarismo
de Schopenhauer y la Filosofía de la Vida en Nietzsche como corrientes irracionalistas,
la difusión del neokantismo y el auge experimentado por la psicología como ciencia.
Se desarrollan el pragmatismo y el conductismo como propuestas especificas para
este nuevo espacio y momento histórico, para los pragmáticos la verdadera realidad
no existe fuera del mundo real, esta se crea en la actividad y en el actuar hacia el
mundo. Los conductistas rehusaron dar demasiada importancia a los procesos
mentales encubiertos que ocurrían en el tiempo que mediaba entre el estímulo y la
emisión de la respuesta.

Estas predisposiciones surgen como elaboración de posibles respuestas para la


complejidad del entorno en que se desenvolvía la sociedad norteamericana de la
época, eran respuestas diferentes al problema de las conductas que se ponían de
manifiesto, a los comportamientos patológicos a nivel social, a las diferentes maneras
de manifestación y asunción de las normas de la sociedad, ángulos diferentes para
explicar la coyuntura de desequilibrio que atravesaba la sociedad en un momento
especifico, búsqueda de causas que pudieran legitimar las maneras de entender el
mundo por parte de los actores sociales.

La socio psicología, tendencia sociológica importante, representada por Charles H.


Cooley y W.I Thomas, los exponentes más distinguidos de esta corriente y quienes
hicieron los aportes más significativos, eslabones fundamentales a la hora de valorar
aspectos como la conciliación del naturalismo con el psicologismo, propios de la
sociología norteamericana en esta etapa.

Mead es heredero del conductismo y el pragmatismo en alguna medida, perspectiva


que le condujeron en una dirección realista y empírica, Mead reconocía la importancia
de la conducta observable, pero también creía que había aspectos encubiertos de la
conducta que eran ignorados. Mead prefirió analizar la conducta como una pequeña
parte del complejo mundo social que se creaba en la interacción individual.
Las enseñanzas de Dewey y Mead se transmitieron a muchos estudiantes en la
Universidad de Chicago durante los años 20, estos estudiantes entre ellos Herbert
Blumer fundaron el interaccionismo simbólico, tendencia heredera y fusionadora en
alguna medida de las tendencias anteriormente abordadas, recibiendo influencia a su
vez de grandes pensadores de la época como George Simmel quien desarrolló
muchos de los basamentos referentes a la condición de la mujer en la relación con el
sexo masculino, este plantea la necesidad que presenta la mujer de crear una cultura
femenina que vaya a la par de la masculina dominante.

La sociología alemana fue fomentadora de nuevas tradiciones y rupturas en el


pensamiento científico sobre la familia. Aunque Simmel y Weber no elaboraron teorías
sobre la familia, su defensa al individualismo metodológico, que preconizaba la
necesidad de estudiar los procesos sociales y sus estructuras desde el proceso del
interacción individual y no desde la perspectiva macro, fue determinante en el posterior
desarrollo del modelo diferenciador basado en una visión grupal de la familia que
cultivó la Escuela de Chicago.

Dentro de esta visión grupal de la familia fomentada en la Escuela de Chicago como


parte de las teorías interactivas forman parte autores como Ernest Burguess, quien
más se destacó en el desarrollo de una línea de investigación psicosocial sobre la
familia como conjunto de interacción en la cual se construyen diferentes tipos de
interacciones.

Todas estas perspectivas destacadas con anterioridad son protagonistas de los


cambios experimentados a fines del siglo XIX y primera mitad del XX donde la ciencia
en general sufrió una serie de transformaciones; pero particularmente la ciencia social
desplazó el enfoque que hasta ahora se venía fomentando de la visión naturalista a la
interpretación de la realidad social de una manera más espiritual en el sentido de que
proliferaron las visiones de corte psicologista y dentro de ellos los estudios de familia
vinculado a las diferentes corrientes de la época, el interaccionismo simbólico, que se
caracterizó en los inicios del siglo XX por mantener una visión estática de la familia.

La interacción, unidad fundamental en la dinámica familiar

Como responden las teorías interaccionistas del siglo XX a las problemáticas


referentes a la relación entre el hombre y la mujer en la familia, en qué medida el
matrimonio es colocado en el centro de las explicaciones como sostenedor de la
dinámica familiar, la representación que se ha tenido de esta (la familia), así como sus
funciones en la sociedad y el transito que esta ha tenido desde el enfoque grupal de
valoración al enfoque institucional.

Es imposible obviar en esta explicación que uno de los antecedentes teóricos en las
formulaciones de carácter interaccionista se hallan en la Escuela Alemana
considerada en el capitulo anterior.
En Weber también existe la creencia de la debilidad y natural subordinación de la
mujer al hombre.

En su obra al igual que en la de Durkheim está presente la idea de la pérdida de


funciones de la familia tras el advenimiento de la modernidad y cómo el desarrollo de
la ciencia y la técnica ha provocado cambios al interior de la familia.
Las primeras formulaciones acerca del interaccionismo tienen fundamento en los
aportes de autores como George Simmel donde a diferencia de los sociólogos
anteriores no encontramos un desarrollo de la dinámica familiar: sin embargo sus
reflexiones se hacen válidas al brindarnos su análisis desde una perspectiva cultural,
donde se reconoce el origen de la familia inicialmente con un marcado carácter político
y real pero con el avance de la modernidad se va haciendo cada vez más psicológico
e irreal, podemos ver aquí la valoración de las influencias de la modernidad en la
familia como fueron valoradas por Weber con su idea de la pérdida de funciones de la
misma, además se pueden apreciar los primeros rasgos de la influencia de la
psicología en las ciencias sociales.

Este reconoce la complejidad de la familia al establecer la existencia de lo que él


denomina su doble función sociológica. Por un lado la concibe como una ampliación
de la propia personalidad, una unidad de la que se siente latir la propia sangre, unidad
cerrada frente a las demás unidades sociales comprendiéndolas como miembro de
ellas, mientras que por otro lado se diferencia de todas las demás unidades y elabora
una manera de existir propia y una posición frente a otras organizaciones sociales.

Otro de sus aportes al entendimiento de la correspondencia hombre - mujer está dado


por lo que creo ocupa el centro de su atención, y es la condición de la mujer en
relación con el sexo masculino referente al amor y la coquetería, en sus valoraciones
la mujer sigue siendo tratada como un ser diferente al varón, a esta sólo le queda la
posibilidad de crear una cultura diferente, no le da la posibilidad de transformar la
existente. Simmel aparece como un conservador machista, ofreciendo pocas
posibilidades de revolucionar el papel de la mujer en la sociedad al plantear una
imposibilidad de solución a una realidad dicotómica y de dualidad de los géneros.

Burgess se apoya en la metodología weberiana de los tipos ideales para explicar sus
ideas sobre el proceso de diferenciación histórica de la familia y así argumenta el por
qué de la transición de la tradición institucional a la tradición grupal. Su enfoque
microsociológico sobre la familia se consolidó a través de una visión y una práctica
investigativa empírica que potenciaba la metodología cualitativa. Trabajó en el
desarrollo de una metodología longitudinal en la investigación sobre familias que
intentaba explicar a esa entidad en una perspectiva de desarrollo, pero de su progreso
interior a través de las etapas de su ciclo vital.

La tendencia que se desarrolla en la sociología dentro de los estudios de la Escuela de


Chicago en la década del 20 y el 30 del pasado siglo abren un debate en torno a las
posibilidades que brinda la perspectiva cualitativa de la metodología centrada en las
historias de vida y la observación participante para la investigación sociológica. En la
década del 40 pasa a predominar el enfoque cuantitativista a través de los estudios de
la universidad de Columbia, especialmente con el empleo de técnicas cuantitativas
como la encuesta. En ese período el criterio que primaba era el del uso del enfoque
cualitativo con el objetivo de buscar datos cualitativos, descriptivos como fase
exploratoria da la investigación cuantitativa con el objetivo de verificar hipótesis
teóricas.

La Escuela de Chicago

La Escuela de Chicago es otro de los espacios académicos donde se produce teoría


sociológica acerca de la familia. En esta prosperó el modelo de investigación
interaccionista que reconocía en la familia no una institución sino un grupo primario.
Se asumió a la familia como una entidad totalmente concreta y pequeña, compuesta
por personas que interactúan entre sí a través del ejercicio de diversos roles diferentes
para cada miembro. La Escuela de Chicago permitió desarrollar la perspectiva cultural
en el análisis de la realidad familiar; el significado pasó a ser el eje temático para
entender el funcionamiento y organización estructural de la organización social: el
matrimonio, los roles paterno-filiales, el proceso de socialización, etc. Ese enfoque
cultural, sin embargo, padeció de un idealismo que reducía la realidad a la experiencia
y la situación social la comprendía definida solo por los actores – con sus significados -
que en ella participaban.

Muchos sociólogos contribuyeron al fomento de una tradición entre ellos W. Thomas y


F. Znaniezcki, a través de su obra El campesino Polaco, un estudio realizado sobre
familias campesinas de polacos que migraron a Chicago y que recogía el impacto
cultural de una migración de zonas rurales a urbanas y a una cultura diferente, con el
objetivo de explicar los procesos de inserción social al nuevo medio.
La tradición empírica que se recreó en esa escuela y en otras áreas de la Sociología
Norteamericana en los estudios de familia se caracterizó por lo que Mills denominó el
empirismo abstracto, que tuvo la limitación de centrarse en los estudios de familias
pequeñas perdiéndose la visión necesaria de la contextualización histórica. La visión
micro de la familia que ella desarrolló desplazó el objeto de estudio de esta disciplina
del análisis de la Familia Moderna en Occidente hacia la reflexión de familias de
ambiente territoriales más pequeños. El conductismo y de la psicología
norteamericana y europea influyeron en esas corrientes de pensamiento creando un
sentido a las mismas que enrumbó sus resultados y explicaciones sobre la familia
determinando el calificativo que se les acuñó de investigaciones sociopsicológicas.

Dentro de la Escuela de Chicago tenemos un grupo de pensadores que en sus inicios


se destacaron por sus aportes a la teoría formulada alrededor de la familia, dentro de
estos valoraremos primeramente el pensamiento de Charles Horton Cooley y George
Herbert Mead para ver en ellos los primeros desarrollos referentes al tema que nos
ocupa, además de las influencias de la psicología y sus puntos de semejanza.

Lo más importante que puede encontrase en el pensamiento de Charles Horton


Cooley es su noción de sociedad: “la sociedad existe en mi mente como el contacto de
la influencia reciproca de ciertas ideas llamadas yo”. Desarrolló una teoría de la
sociedad donde muestra concretamente el sentido de grupo de la familia. Concebía la
realidad social formada por las ideas que los hombres tienen unos de otros y creía que
la tarea sociológica fundamental era el estudio de las relaciones sociales como reflejo
de las ideas, actitudes y sentimientos, se advierte este punto de vista en su orientación
orgánica. La sociedad es para Cooley un conjunto viviente formado de segmentos
diferenciados, cada uno de los cuales tiene una función especial. También se le puede
considerar como un complejo de formas, procesos cada uno de los cuales viven y se
desarrolla por interacción con los otros, estando tan unificado el todo que lo que ocurre
en una de sus partes afecta al resto de ellas. En su noción de organicismo además de
la relación entre las partes también se hace alusión a los procesos interactivos que se
dan a su interior.

Dentro de esta concepción de sociedad, la familia es considerada el grupo primario, y


este es uno de los aportes fundamentales en la formación de la naturaleza social y de
los ideales de los individuos. El grupo primario se caracteriza por la asociación,
cooperación interna y el contacto directo, devenido fuente de identidad personal y
socialización. Una vez más dentro del pensamiento acerca de la familia se resalta la
funcionalidad de la esta como agente socializador en la complejidad social.
Como Cooley explica la relación que guarda el yo y el grupo primario para lograr los
procesos antes descritos?

El yo se desarrolla dentro de un contexto de relaciones sociales. El modo de


imaginarnos nuestra apariencia para las demás personas El modo de imaginarnos su
juicio relativo a aquella apariencia. Una especie de sentimiento de nosotros mismos,
tal como orgullo o humillación. Es decir que este grupo primario re manifiesta y
funciona como el primer agente que crea en el individuo sus primeras expectativas y
valoraciones acerca de si mismo y de los demás.

En la descripción anterior podemos darnos cuenta de los papeles interactivos que


tienen lugar dentro del grupo primario y en qué medida se refleja en esta manera de
reflexionar la herencia recibida de la Escuela Alemana, Weber y los procesos de
reflexividad social.

Uno de los presupuestos básicos a tener en cuenta es el nuevo sentido de integración


que propone la teoría. En cuanto a la relación existente entre sociedad y persona; si
hasta se consideró la familia como elemento intermedio que acentúa el consenso
social, la nueva interpretación la considera como un grupo relativamente autónomo,
constitutivo tanto para la sociedad como para los individuos.

Los grupos primarios se caracterizan por una asociación íntima y cara a cara por la
cooperación y el antagonismo directos, proporciona a los individuos su primera y más
completa experiencia de la unidad social, y esa experiencia de grupo da nacimiento a
ideales sociales universales. Solo en los grupos primarios pueden desenvolverse esos
ideales, y al propagarse por la sociedad más amplia se convierten en señales de
progreso y democracia.

Como puede verse en el pensamiento de Cooley la familia tiene funciones que se


corresponden con otras nociones que han de producirse con posterioridad, teniendo
este pensamiento uno de los primeros lugares en las potencialidades de la familia en
la sociedad. En su pensamiento (el que he podido valorar) no hay una noción muy
enfática sobre los roles del hombre y la mujer en la familia así como la relación que se
guarda entre ellos como en Simmel pero si existen los primeros cimientos interactivos
para las formulaciones acertadas de la dinámica interna de la familia.
La propuesta para este análisis alcanza nuevas dimensiones si se toma en cuenta las
consideraciones de Mead, este considera el grupo familiar como un sistema de
respuestas organizadas para la formación del self.

En cualquier proceso cooperativo, como el de la familia, el individuo provoca una


reacción en los otros miembros del grupo. Mead no perdió de vista el contenido
institucional de la familia, su significado social lo basaba en ser la respuesta común a
hábitos vitales en la comunidad. Para él, las instituciones debían ser de orientación
que promovieran libremente la creatividad y la autonomía de la persona.

La familia, por supuesto, es significativa, y podemos decir que la familia existe antes
que el hombre. Hay no sólo la necesaria relación entre padre e hijo que se debe al
periodo de la infancia, sino también a la relación entre los sexos, que puede ser
relativamente permanente y que conduce a la organización de la familia.
Por su parte el reconocimiento de la acción social, clarificó y vino a acentuar los
procesos microsociológicos y de interacción social, haciendo más comprensible la
síntesis interaccionista ratificando la primacía de la sociedad por un lado y por otro, los
significados y valores interiorizados por el individuo en el grupo en el cual se
desenvuelve. El marco grupal, como otro generalizado, conciliaba los procesos de
socialización e individualización haciéndolos independientes.

No sólo hay un periodo fisiológico de la infancia, sino que esta se extiende de tal
modo, que representa aproximadamente un tercio del término medio de vida del
individuo. Corresponde a ese periodo la relación paterna con el individuo ha sido
prolongada mucho más allá de la familia, el surgimiento de escuelas y de instituciones
tales como las implicadas por la iglesia y el gobierno, es una extensión de la relación
paterna.
En Mead no hay un marcado pensamiento referente al matrimonio ni a la relación
hombre – mujer pero si se ponen de manifiesto claramente las funciones de la familia
en la construcción del self y la puesta en funcionamiento en correspondencia con lo
referente a las etapas del acto unidad en la interacción al interior de la familia. Este
tipo de valoraciones tampoco puede apreciarse en el pensamiento de Cooley, carece
de valoraciones en cuanto a estas cuestiones y se inclina más a la socialización en el
grupo primario.

Burguess

Burgess presentó a la familia como una unidad interactiva en la que cada uno tenía
una posición y un rol que desempeñar dentro de una estructura jerarquizada. Durante
el proceso de interacción los actores perciben los patrones de conductas, forman sus
expectativas sobre el resto de sus miembros y definen la situación social de la familia.
La interacción se produce al nivel simbólico y de muy diversas maneras: conflictiva,
autoritaria, conciliadora, cohesiva, etc. . Para Burgess la visión institucional de la
familia se justificaba solo en el pasado, cuando esa era su forma natural, que ella
adquiría determinada por factores como las leyes, la moral, la opinión pública, la
tradición, la disciplina rígida impuesta por el cabeza de familia y los rituales. En las
sociedades modernas – para este sociólogo – la familia adquiere una nueva forma que
él denomina “companionship” y que define como una sociedad más democrática,
basada en el consenso familiar, con alta movilidad, que se expande en medios
urbanos y se reorganiza, por solo mencionar algunas de sus características.

Las relaciones parentales al interior de la familia ejercen una influencia determinante


en la formación de la personalidad de los menores, la familia, en realidad transmite la
cultura y las costumbres de la sociedad a la generación próxima, además de los
papeles parentales en la familia, donde las expectativas juegan un papel central en la
formación psicosocial de la personalidad de sus integrantes. Las expectativas de la
familia ejercen una influencia directa en el desarrollo y formulación sólida de los roles,
la motivación. Un papel se puede definir como organización del comportamiento en
respuesta a la expectativa del grupo. Es decir que el desempeño de cierto rol en la
familia está condicionado por lo que se espera de la persona, es la idea de que lo que
es grupalmente esperado se convierte en individualmente necesario.

En este sentido nos dice que la naturaleza humana tiene la capacidad de tener
imágenes sociales; para ponerse en el lugar de otra persona, y mirarse, en el espejo
de las actitudes de otras personas, y ocuparse de papeles humanos como la realidad
social lo demanda de la personalidad, es necesario mirarlos no como absolutos pero si
como concerniente a la situación de social. Se vuelve a evidenciar en su pensamiento
la idea de la reflexividad social del pensamiento weberiano que atraviesa a su vez el
de Cooley y el de Mead.

Bajo estas condiciones el niño desarrolla una personalidad integrada con mayor o
menor grado de conflicto entre los papeles que él desempeña en lo referente a otros
miembros de la familia. Donde alcanzar una madurez social implica el logro de una
organización estable de la vida en la cual los valores de la persona sean coordinados
e integrados por un valor o una filosofía central de la vida. Algunas personas pasan de
niñez en un estado del adulto sin experimentar la tensión de la adolescencia.
La idea de la funcionalidad de la familia en cuanto a socializadora y formadora de la
personalidad en los valores sociales, normas interiorización de conductas y patrones
es reiterada en el pensamiento de Burgess aunque esto sucede en mayor medida en
su pensamiento a través de las relaciones parentesco que se establecen en la familia.

El lugar de la familia en la sociedad, roles desarrollados a su interior

Un alto grado de integración al interior de la familia puede ser alcanzado por influencia
de una diversidad de factores entre ellos se encuentra la presión de la comunidad o
puede ser obtenido por el afecto mutuo, la comprensión, intereses comunes,
relaciones democráticas entre las correspondencias marido - esposa, y entre los
padres y los niños, como en la familia del compañerismo.

La armonía en nuestra familia que resulta de la relación democrática o del


compañerismo, ayuda a entender cómo en la unidad de la familia emergen fuerzas
que están en conflicto. Podemos decir que una unión moderna es un equilibrio de dos
grupos de fuerzas, las que van en sentido de la integración y ésas que van en sentido
desintegrativo. Que la unión estable tal que los integrantes predominan fuerzas
integradoras. Inversamente, en la unión inestable la supervivencia es amenazada por
la posibilidad de que las fuerzas quebrantadoras pueden ganar ascenso.
Un problema central del éxito en la unión es el de obtener la unidad en la diversidad.
El marido y la esposa son diversos, en alguna medida por el hecho de que cuentan
con un sexo diferente; de aquí un conjunto de diferencias que tienen causa primera en
lo sexual luego esto depende del temperamento, de fondos culturales, del estado
económico y educativo, de actitudes y de valores sociales de la vida. El electrón en la
física, cuenta con un equilibrio de fuerzas, la atracción y la repulsión: La unión
acertada es una en la cual las diferencias son tan organizadas que contribuyen al
equilibrio, estabilidad, y armonía de la relación marital.

El estudio de los patrones de las relaciones personales en cualquier familia conduce


directamente al concepto de familia como unidad de personas que obran
recíprocamente. El énfasis puesto en la familia radica en su vida, cambio y crecimiento
en interacción. Por el contrario existen las nociones de la familia como colección mera
de personas que viven en conjunto.

La comunicación es el mecanismo a través del cual las ideas, las actitudes, y los
valores son adquiridos por las personas determinando así, en gran parte, su
comportamiento futuro. La familia como unidad de la personas en comunicación
implican la guarnición conjunta de reacciones y actitudes entre el marido y la esposa.
El principio de base, sin embargo, es que las personas que obran recíprocamente
experimentan la modificación en el proceso de la interacción comunicativa dentro de la
familia. Esto significa que con la comunicación particularmente del tipo íntimo
encontrado en la mayoría de las familias, hay fusión en la interpenetración de actitudes
entre el marido y de la esposa.

Hasta aquí hemos visto que el centro de atención para el funcionamiento de la


dinámica familiar está depositada en la relación esposo - esposa donde ocurre un
desprendimiento de conocimientos y enseñanzas hacia los menores de la familia
explicado con anterioridad.

La unidad en la Familia

Los factores que influyen mayormente en la unidad de la familia puede ser analizados
a través de los componentes siguientes: afecto mutuo, interdependencia emocional,
comprensión, compatibilidad temperamental y consenso en valores.

La interdependencia emocional es entendida por Burgess como la satisfacción mutua


de las necesidades de la personalidad, es uno de los factores principales en la
selección del compañero. Asimismo, es uno de los elementos primarios en la unidad
marital. Si el marido o la esposa desea o recibe de la otra parte la satisfacción de una
necesidad psicológica, tal como demostración del afecto, o de la comprensión
entonces de esta manera la solidaridad de la relación aumenta. Las experiencias
comunes de la familia también forman parte emocional del la interdependencia de los
hábitos emocionales que se consolidan a través de los años en la comunicación
íntima. Compartiendo las confidencias, las decepciones, los dolores, las aspiraciones,
y los aprecios, un intercambio de actitudes emocionales y sentimentales ocurre, para
establecer la unidad emocional. Mientras que se comparten las experiencias
emocionales, los hábitos se convierten en congruencias con hábitos anteriores en la
persona y con los hábitos de los otros miembros de la familia.
La comprensión es esencial para la unidad y uniformidad y la supervivencia de una
unión marital cuando se diferencian el marido y la esposa en el temperamento e
intereses y donde uno o ambos desea conservar; su individualidad en la unión.
Comprensión significa la capacidad de entrar en y de compartir las sensaciones, los
intereses, actitudes, y experiencias de otras hasta tal punto que uno puede ver éstos a
través de los ojos del otro. Una interpretación de la unidad de esta familia sería que
cierta cantidad de consenso y de accesorio emocional se había logrado de modo que
sea posible para el marido y la esposa la comunicación y comprensión.
En la unión es fundamental la compatibilidad temperamental del marido y de la
esposa, especialmente cuando sus temperamentos son diferentes pero
complementarios, cada uno siente una satisfacción en la relación.

El consenso, en relación a la familia significa que ha habido una cambio en el campo


común de los valores, los objetivos, y las actitudes.

Burgess utilizó las siguientes tipologías para representar a las diversas familias y sus
grados de unidad: (1) la familia rota, (2) la unión relativa de organización en la familia,
(3) habito limita la familia, (4) la familia altamente solidificada, y (5) la familia
dinámicamente unificada.

La familia quebrada. Las familias están quebradas por muerte, divorcio, debido a
discordia doméstica, y la separación. En una familia libremente organizada hay poca
integración. El hábito limita la familia se integra en base de respuestas habituales. La
familia altamente solidificada con la subordinación; del los miembros a un patriarca, a
un matriarca, o a un cierto concepto de la familia; unidad tal como familismo.
En la integración dinámicamente unida la familia evoluciona y se mantiene con la
participación voluntaria de sus miembros en la realización de un objetivo común.

La Familia Altamente Solidificada: Ciertas familias parecen vivir dentro de sí mismos


solamente. Las personas en estas familias pueden ser o no de muchos individuos
separados como partes de una sola entidad. En estas familias altamente solidificadas
el énfasis está sobre familismo y hay desaprobación de la individualidad. Estas
familias en nuestra cultura, uniforme consisten solamente en el marido, esposa, y los
niños o del marido junto a la esposa.

La Familia Dinámicamente Unificada. Se diferencia de la familia altamente solidificada


en una o más de las siguientes características

Su unidad se basa, no sobre la autoridad o la cabeza de la familia, sino sobre el


consenso de sus miembros.

Es caracterizado por la adaptabilidad de la familia y de los miembros en situación de


crisis, en contraste con los rígidos de la integración la familia altamente solidificada en
una situación del cambio social. la cooperación de los miembros de las actividades
comunes dinámicamente unificadas de la familia se puede estimular realmente por la
libertad y la expresión individual de intereses diversos y por la falta de formalidad de
su organización.

Diversos aspectos de la personalidad significativa para el ajuste de la familia se han


distinguido: (1) interdependencia; (2) semejanza cultural, argumentos; (3) intereses
comunes, ideas, e ideales; (4) congruencia o, expectativas económicas y papeles; y
(5) armonía de los términos de respuesta. En cualquier familia dada su unidad,
integración, y adaptabilidad; es un resultado de la interacción del marido y de la
esposa y de padres y de niños en estos diversos aspectos de sus personalidades.

En estos autores valorados con anterioridad se puede apreciar una ausencia de


análisis sobre la relación funcional entre los diferentes sexos, en estos el tema es dado
de lado y es sustituido por la socialización que se da al interior de la familia como una
de de las formas desvalorar a la familia en el desarrollo industrial de la época. El tema
del matrimonio es considerado como la relación sobre la cual se consolida la unidad
familiar, hay un punto en común entre estos autores y es que todos coinciden en que
la familia es un agente socializador en la formación de la personalidad.

2.2 LA REPRESENTACION PARSONIANA DE LA FAMILIA EN EL MARCO DEL


FUNCIONALISMO NORTEAMERICANO.

2.2.1 CONTEXTO HISTÓRICO DEL FUNCIONALISMO

Durante el período de la Guerra Fría, después de la Segunda Guerra Mundial los


Estados Unidos trataron de esparcir sus propios intereses hacia los países en
desarrollo, en pleno auge de su hegemonismo; política que reclamaba estabilidad en
el orden interno. Por otra parte, la rama económica se caracterizó por una expansión
de la economía y un impulso de la industrialización.

Estados Unidos salió de la guerra fortalecida en todos los órdenes, esto es constatable
por las medidas del progreso que se visualizaron, tales como eran el Producto Bruto
Interno (PBI), la alfabetización, la urbanización y otras similares, todas basadas en
criterios cuantificables. En la práctica la modernización aceleró la urbanización o la
occidentalización de la estructura de élite.

En esta etapa influida por el liberalismo que se extendió desde el siglo XIX y bajo la
influencia del Darwinismo Social se desarrolla el Funcionalismo que tuvo que
empalmar en el ámbito intelectual del desarrollo de la Sociología con el empirismo y
todas sus implicaciones reduccioncitas.

Su idea básica era que la sociedad debía funcionar y si no lo hacía, debía intentarse
que así fuera. Es por esto que lleva el conflicto social y la lucha de clases a un
segundo plano, ya que pensaban en una sociedad armónica. La sociología americana
sólo valoraba al que se adaptaba al medio, por lo tanto, legitimaba las desigualdades.
Otra peculiaridad americana era la Universidad, la sociología no tuvo ningún problema
para su implantación en la universidad. El paradigma de la modernización,
predominante en los círculos académicos entre alrededor de 1945 y 1965, apoyó la
transferencia de tecnología y de la cultura sociopolítica desde las sociedades
desarrolladas hacia las sociedades tradicionales.

Influenciado por el medio y las ideas imperantes emerge la figura de Talcott Parsons
quien llega a convertirse en una de las más destacadas de la sociología
norteamericana.
Nace en 1902 en Colorado, Texas, al Sur de EE.UU. Pertenece a una clase media-
alta, de familia religiosa, siendo su padre ministro de la iglesia y rector de una pequeña
universidad. Estudia en Londres económicas, donde conoce a Malinoski y la obra de
Spencer. Con posterioridad conoce la producción de Max Weber, del que toma parte
de su obra. Años más tarde se va a Harvard, donde es alumno de Sorokin y
ulteriormente le hacen jefe de departamento, llegando a ser presidente de la Sociedad
Americana de Sociología.

Sus obras son "Estructura de la Acción Social" (1937). Donde da también a conocer la
obra de otros pensadores. El primer periodo al que pertenece este libro es el periodo
intersubjetivo. El segundo periodo es el funcionalista y su libro más importante es El
Sistema Social"(1951). El tercer periodo es el Sistemático.

También tiene una obra con Smelser, "Economía y Sociedad", artículos sobre teoría
sociológica contemporánea. Otra de sus obras es sobre política y estructura social
"Estructura y proceso en las sociedades modernas" y en 1978 "La teoría de la acción y
la condición humana". Conocido como funcionalismo estructural, su quehacer teórico
constituye uno de los sistemas más influyentes de la sociología del Siglo XX.
El Funcionalismo es una teoría totalizadora de la realidad, inspirada en un análisis de
convergencia de las obras de Weber, Pareto, Durkheim, Freud, Marshall, Brown.

Estudia no solo las causas que explican o determinan los fenómenos sociales, sino
también las consecuencias, fines o funciones que se desprenden del propio efecto.
El funcionalismo toma como punto de partida el Darwinismo (H. Spencer) y sus
conceptos de estructura, función, sistema y subsistema. La Antropología social inglesa
de Malikoski, Raccliffe-Browun entre otros autores, recrea los conceptos del
funcionalismo y los aplican a las culturas primitivas. Estos antropólogos afirman que en
todas las sociedades existen unas necesidades primarias y a través de la cultura los
hombres satisfacen sus necesidades por medio de las instituciones sociales. De
Durkheim toma la teoría del hecho social bajo su aspecto normativo, considerando al
conflicto como un hecho marginal. Mientras asume por otra parte la reducción que
hace Weber del hecho social a la acción individual, haciendo especial énfasis en una
sociedad consensual, integrada y profesional…

La ideal fundamental del funcionalismo es la interdependencia entre las unidades,


contribuyendo a que la sociedad funcione. Pretende explicar la sociedad por ella
misma mediante el análisis de las interacciones, no teniendo en cuenta ni el análisis
histórico ni el psicológico. Si la sociedad está compuesta por unidades que interactúan
por una relación de tipo racional, se puede construir una ciencia de la sociedad.

2.2.2 EL ESTRUCTURAL- FUNCIONALISMO DE PARSONS

En el funcionalismo, todo sistema presenta estructuras y funciones interrelacionadas.


Dicha interrelación entre las distintas partes del sistema hace que la sociedad avance.
Las instituciones sociales, es decir, la cultura, tienen una gran importancia en la
sociedad, según Parsons.

Parsons evoluciona dando más importancia a las estructuras e instituciones sociales y


sus interacciones, pasando así de una visión micro, a la macrosociología. La teoría del
funcionalismo estructural es una teoría del consenso: "Las normas y valores comunes
de una sociedad son fundamentales, ya que su orden social se logra por acuerdo
tácito y el cambio social se produce de una manera lenta y ordenada. No hay conflicto,
es un cambio gradual que lo demanda la sociedad.”

Pretende solventar el problema social del orden (Las normas y la voluntad). Ofrece
una estructura de análisis que explica la sociedad como un conjunto de acciones que
equilibran los planos normativos y voluntarista.

El orden social es una preocupación constantes Parsons; para lograrlo analiza la


sociedad en equilibrio entre normas y voluntades. El esquema de análisis que aporta
explica a la sociedad como acciones individuales que quieren lograr unos fines, así
equilibra el actor el plano normativo con el voluntarista. El hombre tiene libertad, y esta
consiste en poderse desviar. Busca el equilibrio en la sociedad, está obsesionado con
la cohesión, consenso y orden.

En "El sistema social" escrito en (1951), analiza la sociedad desde un plano


macrosociológico. Prosigue su esquema de análisis con su sistema de acción social.
Define el Sistema social como “la pluralidad de actores individuales que interactúan
entre sí en una situación que tiene al menos un aspecto físico o de medio ambiente,
actores que buscan la misma gratificación, sus relaciones con sus situaciones están
mediatizadas y definidas por la cultura” .

Parsons centra especial atención a la constitución de los sistemas sociales y sobre las
bases de su estructura. Dentro de este Sistema Social la unidad más significativa la
constituyen la participación donde se pueden destacar dos aspectos importantes:
El aspecto posicional (lugar donde se haya localizado el actor en relación con otros
actores, es decir el status).

El aspecto procesual (es lo que hace el actor en sus relaciones con otros
considerando el contexto de su significación funcional para el sistema es decir el rol).
De aquí se deriva que la relación status –rol constituye la unidad funcional del sistema
social.

Una institución es por lo tanto un complejo de relaciones de status o integraciones de


roles, institucionalizadas que tienen cierta significación para el sistema social. O lo que
sería lo mismo decir, un complejo de elementos pautados que pueden aplicarse a un
número indefinido de colectividades. Algunas de estas instituciones regulan las
actividades expresivas, especificando los contextos y relaciones legítimas para ellas.
La unidad de estructura diferenciada para todo sistema e institución es el rol. A su vez
estos roles diferenciados al integrarse forman un sistema en funcionamiento; es por
ello que los actores tanto individuales como colectivos deben estar distribuidos entre
los varios roles y grupos de roles del Sistema Social. En la medida den que estos roles
implican orientaciones instrumentales y orientaciones expresivas existen dentro del
sistema de bienes y recompensas respectivamente.

Se hace necesario señalar –aclara Parsons- que los roles son mecanismos primarios a
través de los cuales se cumplen las condiciones esenciales del sistema social: aunque
la existencia de diferentes roles distribuidos de forma diferente dentro de la población.
La relación estatus-rol es para Parsons cuando un actor no se orienta sólo por los
valores, sino también por las acciones. Considerando que las orientaciones de valor
son pautas culturales integradas e internalizadas por el proceso de socialización. Para
Parsons, por lo general, loa actores no actúan, sino que están constantemente
orientados hacia las situaciones.

Con respecto al sistema social, si es persistente, se puede hablar de sociedad. Esta


persistencia se logra por las cuatro funciones esenciales: adaptación, construcción de
metas, integración y estabilidad normativa. A estas funciones las llama prerrequisitos
funcionales y con ellos el sistema social logra permanencia y estabilidad.

El individuo ha interiorizado unas pautas, mediante el proceso de socialización,


Parsons indica que la socialización está organizada en gran parte en torno a la familia,
es el proceso mediante el cual se otorga al niño un status inicial dentro del Sistema
Social. “es un proceso conservador en el que las disposiciones de necesidad (que
están moldeadas en buena parte de la sociedad) ligan a los niños con el sistema social
y el cual proporciona los medios fundamentales por los cuales satisfacer las
disposiciones de las necesidades,”

Los actores, cuando llevan a cabo una acción se orientan hacia una situación
concreta, por lo tanto, no actúan. Todos estos conceptos son mecanismos de ajuste al
sistema social para lograr la integración institucional. Los ajustes están en función de
la satisfacción y la orientación.

Un sistema funciona mejor si no requiere mucho control social, siempre que el proceso
de socialización sea bueno.

Su teoría tiene grandes detractores, fundamentalmente W. Mills, que escribió "La


imaginación sociológica". Entre las principales críticas a la obra de Parsons; Wright
Mills enuncia:

El problema del orden y la estructura social se enfoca sobre la integración de las


motivaciones de los actores con los criterios culturales normativos que integran el
sistema de la acción.

Mills indica una traducción del libro de Parsons en cuatro párrafos, donde señala los
principales aportes de la teoría parsoniana:

“El sistema social es donde los individuos actúan con referencias el uno del otro,
acciones que por lo general son ordenadas, porque los individuos del sistema
comparten tipos de valor y modos apropiados de conductas, algunos de los cuales
podemos llamarles normas y en la medida en que se actúa adecuándose a ellas hay
regularidades sociales que en caso de ser estables y duraderas pueden denominarse
“estructurales”; las que se pueden considerar dentro del sistema social como un
equilibrio grande e intrincado. Hay dos modos principales de conservar el equilibrio
social y del fracaso de uno de ellos o de ambos es que resulta el desequilibrio: la
socialización y el control social.”

Lo esencial de esta crítica, que no es solo de Mills, es que la teoría de Parsons es una
teoría sobre el orden, que margina la posibilidad de pueden ordenar una sociedad
también sobre la base de un conflicto. Parsons no da alternativas teórico ni
metodolόgicas para concebir la sociedad en un proceso permanente de cambio. Es
preciso señalar también que su concepción del orden es un poco idealista, para el está
determinado por los valores como componentes culturales.

2.2.3 LA FAMILIA PARSONIANA

Se hace preciso partir de que la Teoría sobre la familia de Parsons es una extensión
de su teoría funcionalista, ya que el quiere explicar las estructuras de la familia y sus
funciones y también como se relacionan en los diferentes tipos de sociedades.
Las relaciones hombre - mujer que comprenden también relaciones sexuales dan lugar
casi automáticamente al surgimiento de una familia lo cual demuestra que la
socialización dentro de la familia predispone al niño a asumir roles maritales y
parentales en su propio ciclo vital.

Las principales funciones que debe cumplir la familia dentro del sistema social son:

La socialización del niño.

La atención de las necesidades emocionales de los adultos

En el caso específico de la familia norteamericana puede ser caracterizada como un


sistema abierto, multilineal y conyugal.

La familia conyugal compuesta por padres e hijos es muy importante en los sistemas
de parentesco. Se dice que el sistema es conyugal porque se compone
exclusivamente de familias conyugales relacionadas ente si. Esta tesis esta
relacionada con su concepción funcionalista.

A consecuencia del tabú del incesto la relación estructural de familias se basa en el


ego; miembro común de la familia de orientación y la familia de procreación:
La familia de orientación es aquella en la que nace el ego y se compone por la madre,
el padre, y las hermanas y hermanos.

Mientras la familia de procreación es la fundada por el ego y consta de la esposa o el


marido –en dependencia del sexo del ego- y los hijos e hijas.

En tanto la monogamia se refleja en la identidad terminolόgica del cónyuge así como


en el hecho de que los términos padre, madre, esposa y esposo solo son aplicables a
una persona a la vez. Por otra parte en ambos casos se asimila un status durante la
socialización.

La familia conyugal constituye la unidad domestica normal, es decir la unidad donde


los miembros aseguran en común la base de apoyo económico. Este tipo de familia
vive usualmente en un hogar separado de los padres de los cónyuges lo que los hace
totalmente independientes.

El principal apoyo estructural del sistema de parentesco es el vínculo matrimonial. La


elección del cónyuge se relaciona directamente con la característica del sistema por la
cuota de responsabilidad y de individualidad que tiene intrínseca.
Esto puede traducirse en que para el, es típico de las sociedades modernas la
preeminencia de la familia conyugal que se erige precisamente sobre la base del
matrimonio como la unidad fundamental de dicha institución. Concluyendo que la
familia funcional al sistema es la nuclear completa.

El sistema de parentesco tiene una gran influencia sobre el niño que disponen de
manera uniforme sus modelos de reacción emocional. De este modo se pueden
explicar los rasgos estables y sólidos de la orientación emocional adulta así también la
las orientaciones afectivas del niño se concentran en un marco muy reducido de
personas sobre todo por el carácter nuclear de la familia en las sociedades
industriales.

“La familia es un grupo solidario en el que status, derechos y obligaciones se definen


por la pertenencia al mismo y por las diferenciaciones de edad, sexo y vínculos
biológicos.

Dentro de la familia conyugal el papel competitivo dentro del sistema ocupacional lo


desempeña el marido y padre; quien es responsable del status y del sostenimiento de
la familia lo cual depende fundamentalmente del nivel de ingresos y del prestigio.
Las unidades familiares constituyen de este modo, las unidades de residencia de la
mayor parte de las poblaciones; y en la medida en que la unidad familiar es la unidad
de residencia aparece una relación muy intrínseca entre comunidad y familia, donde la
primera constituye el un agrupamiento de las unidades familiares.”

La socialización ocurre principalmente durante el proceso de desarrollo del niño y se


trata del aprendizaje de de todo lo que sea funcional con el sistema y se ajuste a las
expectativas de roles de la sociedad, también mediante este ocurre el proceso de
internalizar los valores en la personalidad del ego.

Las relaciones amorosas que siempre están cargadas de un gran simbolismo


expresivo ya sea de carácter erótico o afectuoso dentro del sistema social están
íntimamente relacionadas con el matrimonio, la reproducción y la paternidad. De allí
que estas relaciones se conviertan en un elemento sumamente importante dentro del
sistema familiar.

2.2.4 ROLES MASCULINOS Y FEMENINOS EN LA FAMILIA

Parsons propone para las familias una especialización de las mujeres sobre las cuales
deben descansar los valores de integración de dicha institución.

“Los ejes de discriminación sexual se desarrollan en torno al proceso de formación de


la personalidad del niño y pueden destacarse: el tabú de la homosexualidad, que hace
que se desarrolle en el infante un impulso erótico profundo hacia la heterosexualidad
como uniformidad social central.”

Partiendo del modelo concreto de la familia moderna; la mujer debe presumir,


conseguir esposo, tener a los hijos, criarlos, educarlos en todo lo que guarde relación
con afecto, pero no debe trabajar y en caso de hacerlo debe ganar menos pera no
competir con el hombre. En tanto sobre el hombre recae la responsabilidad de
mantener económicamente a la familia, mantener relación con el mundo exterior así
como la representación social de la familia. “Al tener una ocupación o renta aceptable
lleva a cabo una función o una red de funciones esenciales para su familia en cuanto
el sistema le asegura un status dentro de la comunidad.”

Debe decirse que es propio del sistema familiar centrar en la madre los primeros
cuidados del niño y sobre este hecho se encuentran las bases de de la diferenciación
de roles entre los sexos esto se debe principalmente a las incapacidades propias del
embarazo, así como la falta de sustituto en la lactancia materna.
La diferenciación sexual del trabajo defiende la especialización de cada sexo en una
serie de roles que establecen sus diferencias. El hombre posee un rol instrumental
mientras el rol de la mujer es expresivo. Los cuales al unirse conforman la familia y
contribuyen al buen funcionamiento del sistema. Según su teoría de la
complementariedad en roles evita el conflicto y hace que desaparezca la competencia
en el matrimonio esto constituye para Parsons la base de la familia moderna.

“La figura materna es el modelo más asumido por las niñas es por eso que en cuanto
adquiere la aptitud física necesaria, la niña comienza el aprendizaje directo de las
funciones femeninas adultas esto le proporciona la oportunidad para la maduración
emocional. En cambio el niño no dispone de manera inmediata del modelo de padre
para imitar debido fundamentalmente a la ausencia la mayor parte del tiempo de la
figura paterna y en cambio suele resultarle vergonzoso criarse como una mujer por
considerarlas como inferiores.”

Es de interés comprobar la tendencia a separar las funciones respectivas para cada


sexo que se sostiene sobre el atractivo femenino y el encanto sexual, tendencia que
se impone aun en contra del trato idéntico que se intenta dar a los sexos sobre todo en
el dominio de la educación y la libertad personal.

Los sistemas de roles se encuentran institucionalizados dentro de la sociedad, sobre la


base de las relaciones familiares. La principal diferencia radica en la separación de
funciones:

La función femenina primaria es la de ama de casa, esposa, madre, mantenedora de


la solidaridad en la relaciones matrimoniales apelando a los intereses sexuales del
marido, es decir una función domestica dicho de forma general.

La función del hombre implica una serie de tensiones propias de la estructura familiar
relacionadas con el empleo y la forma de ganarse la vida.

Parsons está legitimando con esta diferenciación de roles su posición androcéntrica


que revela los intereses de la sociedad patriarcal en la que está viviendo donde la
mujer es puro objeto de delicadeza y feminidad y el hombre representa en tanto la
virilidad y el poder. Aunque realmente esta división de los roles según el sexo está
respondiendo a un anhelo por el mantenimiento del orden o como dijera Durkheim
para evitar la anomia.
Epígrafe 2.3 APORTES MÁS CONTEMPORÁNEOS A LA SOCIOLOGÍA DE LA
FAMILIA: LA TEORÍA FEMINISTA

“No hay actualmente ninguna sociedad donde las mujeres dispongan de las mismas
oportunidades que los hombres. Esta desigual condición causa considerables
discrepancias entre la gran contribución de las mujeres al desarrollo humano y su
pequeña participación en los beneficios.” 1

La Teoría Feminista se sitúa dentro de las teorías sociológicas del siglo XX junto a las
Teorías Interactivas, al Estructural Funcionalismo y al Marxismo. Ya en este siglo se
desarrolla una interpretación estática sobre la familia que privilegia el análisis de
formas estructurales y sus funciones, hay una introducción del análisis grupal de la
familia, se construye una teoría sobre su ciclo vital considerada una visión más micro
de su desarrollo, se elaboran metodologías muy diversas para los estudios empíricos
de la familia, el Feminismo académico contribuye a la formación de una interpretación
crítica desde una visión de género sobre la familia. En la actualidad se ha
institucionalizado un enfoque más cultural que busca articular visiones macro y micro
dentro de la familia.

La Teoría Feminista constituye esa parte de investigación reciente sobre las mujeres
que implícita o formalmente presenta un sistema de ideas general y de gran alcance
sobre las características básicas de la vida social y la experiencia humana
comprendidas desde una perspectiva centrada en las mujeres. En primer lugar, su
principal “objeto” de investigación, el punto de partida de todas sus investigaciones, es
la situación (o las situaciones) y experiencias de las mujeres en la sociedad. En
segundo lugar, considera a las mujeres como “sujetos” centrales del proceso de la
investigación; es decir, intenta ver el mundo desde el distintivo y ventajoso punto (o
puntos) de vista de las mujeres en el mundo social. En tercer lugar, la teoría feminista
es una teoría crítica y activista que actúa en nombre de las mujeres; su objetivo es
producir un mundo mejor para las mujeres y, por tanto, para toda la humanidad. 2

La meta que se han propuesto es construir la equidad, la igualdad y la justicia en las


relaciones entre mujeres y hombres, entre mujeres y entre hombres. Es decir, que
propone y está llevando a cabo cambios sociales (destinados a transformarse en
cambios jurídicos) que no tienen como mira exclusiva a las mujeres, sino una profunda
transformación de las concepciones, las relaciones, las mentalidades, las prácticas, las
costumbres, de todos los seres humanos. Así pues, el feminismo se define hoy como
una filosofía, una disciplina de conocimientos, una ética y una propuesta de
transformación social sin precedentes en la historia. Consultando el diccionario, acerca
del feminismo dice: Tendencia a aumentar los derechos sociales y políticos de la
mujer; se le define también como corriente política, social y cultural que tiene como
objetivo erradicar la dominación y elitismo en todas las relaciones humanas y/o como
un movimiento social y político que tiene un proyecto de sociedad diferente de la
sociedad patriarcal.

Para estudiar esta perspectiva hay que partir, como toda teoría, desde su génesis y
aquí concuerdo totalmente con Geneviéve Fraisse donde dice que “…el discurso
filosófico de las mujeres y su diferenciación de sexos se halla necesariamente en la
encrucijada de la historia…” 3

1 Afirmación proveniente del Informe sobre el Desarrollo Humano elaborado por el PNUD
(Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) en 1995.
2 Ritzer, George. Teoría Sociológica Contemporánea. Editorial Félix Varela, 2003 p.354
3 Con este planteamiento inicia Geneviéve Fraisse su artículo: Del destino social al destino
personal. Historia filosófica de la diferencia de los sexos.

Los estudiosos de dicha teoría suelen distinguir en ella tres etapas:


Una primera etapa, o primera ola como se le denomina también, se inició con la acción
de las sufragistas, en un período que abarca desde mediados del siglo XIX hasta la
Primera Guerra Mundial. Sin embargo, pueden encontrarse antecedentes en períodos
históricos anteriores y muy especialmente en las declaraciones a favor de la igualdad
de todos los ciudadanos de la Revolución Francesa. Muchos trataron de aplicar esta
igualdad también a las mujeres. En este período se alzan las voces de mujeres de la
figura de Olimpia De Gouges y Mary Wollstonecraft, donde esta última afirma en el
artículo X de su Declaración que “si la mujer tiene derecho a subir al caldaso también
debe tener el derecho de subir a la tribuna” concediéndosele sólo la primera cuestión.

Dentro de esta primera fase se destaca el sufragismo donde, a pesar de su nombre,


no defendían sólo el derecho al voto. Se plantearon objetivos más dilatados como el
derecho al libre acceso a los estudios superiores y a todas las profesiones; la igualdad
de derechos civiles; compartir la patria potestad de sus hijos; denunciaban que el
marido fuera el administrador de los bienes conyugales, pedían salario igual para
trabajo igual. Todos estos objetivos tomaron como eje central el derecho al voto, que
parecía ser la llave para conseguir los demás.

Respecto a estos objetivos Simone de Beauvoir cuenta en su libro: El segundo sexo


que “a principios del siglo XIX la mujer estaba explotada de forma más vergonzosa
que los trabajadores del otro sexo, que en América, en 1918, la mujer sólo cobraba la
mitad del salario masculino, el matrimonio se consideraba una institución que exigía
fidelidad recíproca, parecía evidente que la esposa debe estar totalmente subordinada
al esposo.” 4

Es como respuesta a estas injusticias contra la mujer que se alzaron las voces
femeninas para exigir igualdad, pero no tanto igualdad de sexos, sino que se trate a la
mujer con respeto. Frases contra las mujeres realmente sobran rebasando lugares y
épocas históricas. Hiponax en una ocasión exclamó: “... Sólo hay dos días en la vida
en que la mujer sea fuente de alegría: el día de su boda y el de su entierro…” 5 esto
nos da la medida de la discriminación que a través de la historia ha sido víctima la
mujer.

"Las mujeres son los negros de la humanidad" cantarían años después Yoko Ono y
John Lennon para describir la verdadera cara de las relaciones entre hombres y
mujeres.

Sobre los años 20 el feminismo quedó absorto durante décadas hasta la eclosión en
los años 60. A este período se le puede designar como “crisis de transición entre dos
feminismos”. El resonante de esta etapa fue la publicación del libro de Betty Friedan
en 1963. Su mensaje central fue que “algo” estaba pasando entre las mujeres
norteamericanas, que denominó: “el problema que no tiene nombre”. Eran muchas las
mujeres que, a pesar de su feliz matrimonio y con grandes desenvolvimientos
económicos, no dejaban de sentir una sensación de asfixia, de vacío.

4 Beauvoir, Simone. El segundo sexo, 1998.


5 Ibidem

Es dentro de este período, en 1949, que Simone de Beauvoir da a la luz El segundo


Sexo, siendo éste el libro precursor de todo lo que vendría después y hasta nuestros
días. En él, por primera vez se constata que en ningún país del mundo las mujeres son
tratadas igual que los hombres. "Las mujeres no nacen, llegan a serlo", concluirá la
filósofa tras un recorrido por el pasado y el presente, en cuyo examen destaca la
distancia que hay entre lo fijado en la anatomía humana (el sexo) y lo construido en las
relaciones humanas opresivas (lo que años después se llamaría género).

En una elaboración rigurosa con evidentes orientaciones libertarias, esta autora hace
suyas, de manera profundamente crítica, las perspectivas del evolucionismo, del
materialismo y del psicoanálisis, fundamentos de la revolución intelectual de la que el
feminismo es parte indisoluble. Al construir de Beauvoir el primer discurso filosófico
sobre las mujeres desde la óptica de las mujeres, muestra las falacias del
determinismo biologista para el que todo está preestablecido por la naturaleza, los
instintos y la anatomía; de la misma manera, discute con el materialismo clasista que
no reconoció a las mujeres como sujetos de la historia, y exhibe las limitaciones del
psicoanálisis cuya base es el postulado de que lo masculino es universal,
paradigmático, referente único de lo humano, mientras que lo femenino es simple
expresión de la carencia de lo masculino.

Así fue como ellas comenzaron a escribir su propia historia: una historia de la
humanidad en femenino, en la que las mujeres son protagonistas de la cotidianidad de
todas las culturas y en la que hay cosas más importantes que las gestas guerreras y
las maniobras políticas y diplomáticas de paladines en pugna; de una historia más
apegada a la vida de la gente y menos a la exaltación de los héroes de la violencia y el
patriarcado.

Dentro de esta segunda ola de feminismo encuentra su génesis el Movimiento de


Liberación de la Mujer, donde se le achacaba al capitalismo la opresión sobre la mujer
y el obrero. Aquí se manifiesta el extenso objetivo del feminismo, aplicable a todos los
que de una forma u otra son venerados de recriminaciones, tal y como hace mención
Bebel: “…la mujer y el trabajador tienen algo en común: están oprimidos…” 6 y donde
Engels muestra, igualmente, la suerte de la mujer vinculada a la historia de la
propiedad privada y desencadena esto en la emancipación femenina, pues
primeramente una catástrofe sustituyó el régimen del derecho materno por el
patriarcado, sometiendo a la mujer al patrimonio; pero la revolución industrial sería la
contrapartida de esta decadencia. 7

Al principio ya enarbolé como uno de los objetivos del feminismo su centro de atención
en la mujer, pero se hace un pequeño desvío a favor de todos los ciudadanos
oprimidos.

Siguiendo la misma línea de esta fase se acierta la presencia de un feminismo radical


que considera que la opresión de las mujeres es anterior al capitalismo y no termina
con él, es algo así como el contrapeso de lo dicho anteriormente, pues, como lo
demuestra el mero hecho de que en los regímenes comunistas la mujer seguía siendo
explotada. Por tanto, el origen de su explotación no data del capitalismo sino del
patriarcado, definiéndose éste como “una institución en virtud de la cual una mitad de
la población (es decir, las mujeres) se encuentran bajo el control de la otra mitad (los
hombres).
Puesto que estas nuevas feministas buscaban la igualdad con el hombre y la
capacidad de ser madre es precisamente lo que más distingue a la mujer del hombre,
la maternidad se convirtió para ellas en el mayor obstáculo. A partir de entonces la
sexualidad y la reproducción ya no fueron considerados por las feministas radicales
regalos de Dios, a los niños se les vio como una carga y no como una bendición, y el
tener relaciones sexuales sin temor al embarazo pasó a ser un "derecho" absoluto. De
ahí que las nuevas feministas comenzaran a demandar el "derecho" a la contracepción
primero, y más tarde siguiendo el mismo falso razonamiento, al aborto a petición.

6 Ibidem
7 Engels, Federico. El origen de la familia, la propiedad privada y el estado.

La opinión que expresan las feministas radicales es: "mientras la anticoncepción no


sea ciento por ciento confiable (y esa es la razón fundamental por la cual abortan), las
mujeres tienen que contar con la posibilidad de abortar para controlar su
reproducción".8 Y añaden:"es muy claro que los ideales morales de igualdad, libertad
y autodeterminación para las mujeres son factibles sólo si ellas controlan sus
funciones reproductoras, el derecho al aborto se fundamenta, por lo tanto, en el
derecho inalienable de la mujer a controlar su reproducción y en los valores básicos de
la libertad, la autodeterminación y la igualdad". 9

El feminismo de la diferencia coexiste con el radical, éste primero fue formado por
feministas radicales que evolucionaron abogando por identificar y defender la identidad
propia de la mujer y marcar bien sus señas diferenciales.

En esta etapa se dieron a la luz diversas reformas legales, en España, como


pequeños logros obtenidos de los movimientos feministas se promulgaron varias leyes
favorables a la mujer. La no discriminación legal por razón del sexo, que tanto había
sido reclamada por estos grupos, quedó garantizada en la Constitución de 1978.

En este mismo año se despenalizaron los anticonceptivos y se eliminaron los delitos


de adulterio que desfavorecían a la mujer, en 1981 se de por aprobada la Ley del
divorcio y en 1985 se promulgó la Ley de despenalización del aborto. Esto demuestra
los obstáculos que estos grupos feministas han ido eliminando de su dura y ardua
pero, a la vez, justa carrera.
Ya después, en los años 80 se evidencia el vigor que fue perdiendo poco a poco el
feminismo, en comparación con las dos décadas anteriores. Ya los debates en torno al
sentido mismo del feminismo, su finalidad, objetivos y estrategias se han distanciado
mucho de lo que realmente se quiere, se ha llegado al punto de no saber,
prácticamente, de lo que se discute.

8 Llaguno, Magalys. El Movimiento feminista: ¿Bendición o maldición?


9 Ibidem

Lo que sucede es que el feminismo ha entrado en una nueva fase, más difícil de
analizar; además, una vez alcanzados los objetivos primarios que afectaban a todas
las mujeres por igual, ahora los intereses que surgen no siempre son coincidentes.

Ya en los últimos años ha surgido la creación de ministerios o departamentos


ministeriales encargados de las cuestiones relativas a la mujer; considerado como
feminismo institucional presenta sus prerrogativas y decadencias: por un lado asegura
la atención oficial a las reivindicaciones feministas, pero, por el otro, facilita que los
grupos de base, confiados en su acción, desatiendan la lucha o, todavía peor, se
acostumbren a vivir de sus subvenciones.

He tratado de realizar un esbozo en cuanto a las raíces históricas de esta perspectiva,


la cual ha existido siempre. Allí donde las mujeres son subordinadas, situación que ha
existido casi perennemente y en casi todas partes, han reconocido su situación y
protestado por ella. Esta teoría sociológica difiere de las demás en algunos aspectos.
Las sociólogas feministas desarrollan una comprensión crítica de la sociedad
orientada a cambiar el mundo social en direcciones consideradas más justas y
humanas.

Las preocupaciones feministas se expresaron en los márgenes de la disciplina de la


sociología, en obra de teóricos marginales o teóricas marginadas. Los pensadores
más destacados de la profesión - desde Spencer, Weber, Durkheim, hasta Parsons –
dieron respuestas básicamente conservadoras a los argumentos feministas que se
planteaban. Es de aquí, precisamente, en donde se manifiesta la relación existente
entre la teoría feminista y la Sociología como disciplina. 10

Finalmente, estos teóricos se opusieron a las ideas feministas; para ilustrar esta tesis
el ejemplo más convencional es Talcott Parsons pues afirma que “para que la familia
funcione con eficacia debe darse en ella una división sexual del trabajo en la que los
varones adultos y las mujeres desempeñan papeles muy diferentes.” 11

10 Ritzer, George. Teoría Sociológica Contemporánea. I y II Parte. 1993


11 Ibidem

La protesta feminista frente a su estatus minoritario siempre ha amenazado y, por


tanto, se ha opuesto a la más poderosa y dominante mayoría de los hombres. Antes
de la institucionalización de dicha teoría, el pensamiento que dominaba a los teóricos
era la relación de subordinación entre el hombre y la mujer. Por una parte, los
psicoanalistas en general defendían esta posición: para ellos el hombre se define
como ser humano y la mujer como hembra; cada vez que se comporta como ser
humano, se dice que imita al varón. El feminismo hace notar su oposición al respecto y
alude que la mujer se define como un ser humano en busca de valores en el seno de
un mundo de valores, mundo cuya estructura económica y social es indispensable
conocer.

La utopía de esta perspectiva feminista es la de la libertad, la libertad de la mujer, de


su emulación respecto al hombre. Con esto la emancipación de las mujeres se deja
entrever concretamente y el feminismo, como movimiento social y político, se convierte
en una realidad pública. Mientras ciertos filósofos – Marx o Stuart Mill – hablan con
benevolencia acerca de las mujeres, otros se inscriben en la tradición de Kant y
Schopenhauer que vacilan entre la exclusión social y política del sexo femenino y su
designación como fuerza maléfica.

Originariamente, la mujer es un ser natural y luego se convierte en un objeto mercantil:


únicamente la evolución de la familia y del conjunto de las relaciones sociales estará
en condiciones de restituirle su humanidad. La familia es el tránsito de la naturaleza a
la sociedad. Es considerada el elemento primero de toda sociedad, el núcleo central
de la misma. La mujer es un término medio entre el hombre y el animal, variante de su
lugar habitual entre naturaleza y sociedad, por tanto, con la inscripción de las mujeres
en la familia se las destina muy exactamente al espacio doméstico limitando sus
capacidades a ser madre, esposa y sobre todo ama de casa.

Como dice Reina Fleitas en su artículo: “Género e identidad femenina: las


encrucijadas de la igualdad y la diferencia.” Para el pensamiento feminista la relación
hombre-mujer fue la legitimación de un discurso y una práctica en pro de la igualdad
entre los sexos que develaba críticamente el androcentrismo de un pensamiento social
sobre las diferencias, cuya apoyatura se hallaba en un enfoque naturalista y
justificativo de la explotación del género femenino. Detrás del debate conceptual de lo
genérico y lo sexual se decidía también el dilema de la igualdad y/o la diferencia en la
interpretación de la realidad interactiva entre hombres y mujeres. 12

En el caso específico del marxismo, el movimiento feminista ha elaborado ciertas


críticas pero lo que no se le ha podido hacer es calificarlo de ser un pensamiento
androcéntrico, a diferencia del pensamiento social que le antecede, pues si le
reconocen su calidad de fuente para el feminismo.

A pesar de los avances realizados por la mujer hacia la igualdad en Occidente, les
queda aún mucho por hacer, de acuerdo a las estadísticas internacionales.

· Las mujeres poseen nada más que el 1% de la riqueza del mundo, y ganan cerca del
10% de los ingresos, a pesar de conformar más del 51% de la población.
· Cuando se consideran el cuidado de los hijos y el hogar, la mujer trabaja durante
más tiempo que el hombre tanto en países industrializados como en países en vías de
desarrollo.
· Las mujeres tienen una representación legislativa mucho menor en comparación a la
de los hombres: Suiza posee el mayor número de mujeres con un 42%, mientras que
el promedio mundial es del 9%.
· En promedio la mujer gana un 30% menos que el hombre, incluso en iguales tareas.

Ante estas disyuntivas el feminismo sigue de pie, cada vez reforzando sus objetivos y
metas bien definidas, siguen manteniendo su voto a la igualdad de sexos, a la no
discriminación social de la mujer por el simple hecho de serlo, a cambiar la tesis de
que “el hombre sigue siendo su amo” 13 y que la mujer “está destinada a ser
sometida, poseída y explotada” 14 que durante años ha estado vigente.

12 Fleitas, Reina. Género e identidad femenina: las encrucijadas de la igualdad y la diferencia


13 Beauvoir, Simone: El segundo sexo. 1998
14 Ibidem.

El matrimonio no deja de tener una gran importancia social y la familia conyugal tiene
una existencia muy fuerte en el plano humano, dentro de ésta, la mujer producto de la
maternidad pareciera que está destinada a una existencia sedentaria; mientras el
hombre realiza tareas fuera del hogar la mujer debe permanecer dentro de él. El
feminismo es partidario, como teoría, de establecer una relación de equidad y no de
subordinación dentro del hogar. Trata de borrar esa suerte que, desde tiempos
remotos, se le ha dado a la mujer; mujer como sinónimo de esposa, madre, objeto
sexual; tratándose también de romper esas barreras que les han sido impuestas: el
hogar.

Diderot considera que la inferioridad de la mujer ha sido en gran parte creada por la
sociedad. Beauvoir expone en su gran obra un ejemplo típico de este razonamiento;
escribe:

“Los padres educan a sus hijas pensando en el matrimonio, en lugar de favorecer su


desarrollo personal; ella le encuentra tantas ventajas que lo acaba deseando; el
resultado es que es menos frecuente que se especialice, su formación es menos
sólida que la de sus hermanos, se implica menos totalmente en su profesión; se
condena así a seguir siendo inferior; y se cierra el círculo vicioso: esta inferioridad
refuerza su deseo de encontrar un marido.” 15

En cuanto a los cuestionamientos de la desigualdad de los sexos Geneviéve indica


que es una consecuencia del postulado de la nueva era, postulado que funda la
libertad del individuo y la autonomía del sujeto. 16

Esta teoría sociológica demanda la paz, y no la guerra, entre los sexos; las relaciones
de armonía sobre los conflictos. En cuanto a esta relación de igualdad o desigualdad
entre los sexos G. Fraisse realiza diferentes observaciones: por una parte la mujer
puede ser hija, esposa, madre y hermana, y es sólo esta última relación la que ubica a
la mujer en igualdad con el hombre. En cuanto a la división entre familia y ciudad sólo
el hombre está presente en ambos sectores, evidenciándose la libertad que le está
vedado a la mujer. Se puede apreciar que siempre el mundo que le fue destinado a la
mujer, desde tiempos remotos, fue el hogar; su mundo se limita solamente al espacio
doméstico.

Es muy común oír que la era del feminismo comienza con los utopistas, pero también
con John Stuart Mill, que mantenía un fuerte compromiso con la igualdad de los sexos.
Se manifiesta en total desacuerdo con Auguste Comte en el hecho de que la biología
no podía ser la última verdad de la relación entre los sexos; las mujeres actuales son
productos de la educación, que es modificable. 17 Le otorga total igualdad a la mujer
con relación al hombre en cuanto “derecho político, lo mismo que en derecho civil, así
en la ciudad como en el espacio doméstico”. 18

15 Ibidem
16 Fraisse, Geneviéve: Del destino social al destino personal. Historia filosófica de la diferencia
de los sexos.
17 Ibidem
18 Ibidem

Podemos percatarnos de que a pesar de que el feminismo tenía declaraciones, sobre


todo de filósofos, que se declaraban a toda voz contrarios a sus teorías, también
recibía el apoyo de personas, y no sólo de mujeres, que luchaban a favor de la
igualdad entre los sexos. Como ejemplo de lo primero vemos que las tesis de Darwin y
de Spencer abren paso a todo un pensamiento decidido a justificar científicamente la
imposible igualdad de ambos sexos.

En cuanto a las cuestiones del matrimonio se evidencian también disímiles veredictos.


Fichte ve en el matrimonio una unión perfecta, producido por el amor. Kant lo ve como
un contrato en el que interviene la ley. Para Hegel es un hecho moral inmediato, un
amor consiente, donde el hombre es el jefe de familia. 19

Estas posiciones difieren en cuanto al concepto que le otorgan al matrimonio pero


tiene un aspecto en común y es, precisamente, que evidencian la dependencia de la
mujer respecto al hombre, como ésta debe abandonarse a sí misma para dedicarse al
matrimonio y a la familia.

Para Comte el matrimonio es, para las mujeres, la prohibición absoluta de dirigir o
ejecutar nada en la vida pública y la exclusión de la vida política y social. Por tanto,
para muchos autores el matrimonio no era más que otra forma de manifestar la
desigualdad de los sexos. El feminismo en contradicción con estos planteamientos
trata de lograr una equidad dentro del matrimonio y la familia, trata de desintegrar ese
disfraz de mujer obediente, capaz de dejar de vivir su propia vida para dedicarse a ser,
ante todo, madre y esposa.

La política del capitalismo le otorgó un gran paso de avance a la lucha femenina pues,
al disolverse la familia proletaria, introduce a las mujeres al mercado de trabajo
desarraigándolas de su espacio doméstico, esto da lugar al comienzo del proceso de
liberación de las mujeres. El trabajo asalariado es el primer paso a la autonomía de las
mujeres que se llevará a su punto culminante con el comunismo. Así se evidencia que
el fundamento de la emancipación femenina, así como el e una nueva estructura
familiar no es el derecho, sino la economía.

19 Ibidem

En los Manuscritos de 1844, Marx trata de darle una definición filosófica a la familia
como primera relación social y a la mujer como el ser natural que permite al hombre
crear esa primera relación social. El capitalismo lo que hace es reducir el papel de la
mujer a una mercancía y únicamente la evolución de la familia y del conjunto de las
relaciones sociales están en condiciones de restituirle su humanidad.

El Feminismo “trata de dar una voz a personas que raramente son escuchadas” 20,
haciendo entender al mundo que ninguno de los dos sexos aparece de entrada como
privilegiado, que ninguno está sometido; que la mujer no es una presa ni tampoco un
simple pretexto. La mujer es tan real como el hombre.

Esta teoría sociológica trata, desde sus inicios, de devolverle a la mujer esa libertad de
la que es dueña al nacer, esa libertad que el hombre ha tratado de vedarle; esa es la
lucha incansable de las feministas que a pesar de los logros que han tenido y los
obstáculos que han ido venciendo en el camino, todavía el “sexo débil”, como osan
mal llamarlo, es víctima de la discriminación.

20 Esta frase fue dicha por Oscar Lewis, célebre por sus estudios sobre los pobres en América
Latina. En este contexto yo utilizo la frase para referirme, generalmente, a las mujeres.

Hoy, por vías paralelas y equivalentes que se acercan cada día más y en muchos
aspectos confluyen en una sola, con el feminismo se construyen la equidad y la justicia
que en otros tiempos fueron ideales, utópicos y materialistas, de las pensadoras y los
pensadores que además de comprender a las sociedades se propusieron
transformarlas. Las acciones afirmativas, con las que se hacen aquí y ahora cambios
concretos, son en gran medida resultantes de un feminismo incansable del que parten
muchas mujeres y algunos hombres.

Tal vez éste sea uno de los signos que desde ahora hayan de caracterizar al siglo XXI,
inicio de lo que se llama ya el milenio feminista.

No es corto el sendero recorrido desde los años sesenta...

CONCLUSIONES:

La familia es la institución más antigua creada por la humanidad, razón por la cual ha
sido una de las más analizadas por el pensamiento social desde la antigüedad hasta
nuestros días. En torno a ella convergen las ciencias más cercanas al estudio del
hombre como la Psicología, Historia y Sociología. Mientras que como objeto de
estudio, la Familia ha sido vocera de debates y diversas polémicas en cuanto a su
presencia histórica en las formaciones económicas y sociales, como sujeto de la
cultura y como unidad de vida social por excelencia.

La Sociología de la Familia es una disciplina que ha mostrado variación y fundamento


en la teoría sociológica y profundizar en ella nos ha servido para adentrarnos en su
complejidad y reconocer sus principales dimensiones.

La representación de la familia ha sufrido cambios con la irrupción de la modernidad y


del modo de producción capitalista, así como, las etapas de auge y crisis de sistema y
la influencia de las guerras. Estas transformaciones fueron representadas por los
clásicos de cada una de las numerosas escuelas de forma diversa. Unos legitimadoras
de la subordinación de la mujer con respecto al hombre al interior de la institución
familiar; mientras otras ofrecieron un discurso cuestionador de dicha legitimidad
androcéntrica.
Este trabajo permitió profundizar en conceptos como parentesco, matrimonio y
reconocer a la familia como núcleo original, autónomo, proveedor de afecto para la
persona, en tanto la familia nuclear se distinguió en el pensamiento social como
representativa de la familia moderna. Las tendencias en las escuelas iniciales
advirtieron su naturaleza macrosocial y objetiva y su posición estructural; mientras
otros en el siglo XX señalaron otros caracteres más precisos como: ser un
componente básico para la formación de la personalidad, por jugar un importante
papel en el proceso de socialización.

Se suele pensar en familia de forma general como una entidad social destinada para la
sexualidad y la reproducción; por ser una institución encargada de la regulación social
de actividades con bases biológicas definidas; en particular el sexo y la reproducción;
pero su gran complejidad hace posible que no exista un modo único de estudiarla y
que en consecuencia; emerjan un sin número de valoraciones derivadas de
presupuestos, métodos y estilos científicos diferentes.

En este trabajo se ha intentado hacer un recorrido cronológico por esas valoraciones


que van desde el Positivismo hasta el Feminismo y marca gran parte de los siglos XIX
y XX. El recorrido histórico ha permitido identificar tres posiciones en relación al tema
de los sexos en la familia: La primera es iniciada en los estudios de F. Le Play.

La obra de Le Play es pionera en los estudios sociológicos de la familia. Legó una


importante producción intelectual a la Sociología de la Familia. Él desde su defensa
del pasado, por la sociedad tradicional, tuvo una percepción de la mujer subordinada
al hombre, asignándole las tareas de crianza y educación de los hijos; mientras que el
hombre, en la cima de la jerarquía familiar era el encargado de sostener y proteger a la
familia (esposo e hijos). Su preocupación fundamental era el restablecimiento de la
familia tradicional (patriarcal), situándola como garantía del orden social. La estructura
más elemental sobre la que s erige el orden familiar, Le Play la concibe en el
matrimonio, desechando la posibilidad de la ruptura matrimonial, ante un indisoluble
lazo conyugal.

En relación con el pensamiento de Emile Durkheim, este ha llegado a considerarse


como uno de los representantes más importantes de la corriente positivista, y sus
aportes a la teoría sociológica de la familia han marcado pautas en el desarrollo de
esta disciplina.

Durkheim, al igual de Le Play, defiende una posición de superioridad del hombre


respecto a la mujer, pero la justifica con lo que él llamó la división sexual del trabajo
que se ha producido en las sociedades modernas. Esta división genera
diferenciaciones funcionales que hacen a las partes actuantes complementarias.
En su obra El Suicidio, Durkheim, desde un enfoque androcéntrico pone de relieve la
defensa del matrimonio de por vida. A pesar de que en sus investigaciones
estadísticas las tasas de suicidios arrojaban que los hombres que más se suicidaban
eran los divorciados y las mujeres, las casadas, Durkheim concluye que la solución
estaba en ponerle trabas al divorcio.

Otra postura distinta fue la del Marxismo; ésta nace con el desarrollo del capitalismo y
el surgimiento del proletariado y la burguesía. Esta teoría contribuyó a que
posteriormente se desarrollaran teorías de liberación, ya que no legitima las
diferencias entre los sexos, sino que las denuncia y aboga por la emancipación de la
mujer como un ente activo de la sociedad. Denuncia en su mayoría la penosa
situación de la clase obrera, sobre todo la de la mujer insertada en el mercado de
trabajo.

Un principal aporte de esta concepción marxista es que la relación entre los sexos no
fue analizada solamente desde el punto de vista familiar sino que también en el ámbito
del sistema productivo.

La concepción del progreso familiar en la teoría marxista plantea que todas las
sociedades se iniciaron por un estado de promiscuidad sexual y transitaron por
diferentes formas, que representan los diversos momentos de organización de las
relaciones sexuales, hasta concluir en la monogamia moderna que Engels denomina
histórica porque se le exige sola y jurídicamente a la mujer.

La escuela alemana finalizo el siglo XIX y abrió el XX con un análisis del factor
subjetivo como fuente de exploración para la sociedad, por ello la comprensión de la
familia tomo como centro al individuo, sus relaciones con la sociedad, interrelaciones y
acciones.

Las profundas transformaciones capitalistas dieron una sacudida al pensamiento


alemán y con la nueva división del trabajo se comenzó a considerar a la familia como
esencialmente nuclear; las relaciones familiares comprendían al padre, la madre y los
hijos y el parentesco era reducido, visto fundamentalmente como la unión
desinteresada de estos miembros de la familia cuyo nexo imprescindible es el
matrimonio; es él quien da inicio a la formación de una institución familiar que va a
legitimar la posición del hombre como jefe de familia, por tanto defiende una posición
androcéntrica en cuanto a la desigualdad de género.

Simmel enunció la desigualdad entre los sexos pero su teoría no alcanzó un nivel
crítico y terminó por legitimar la posición anterior.

Esta escuela abrió paso al interaccionismo simbólico en Estados Unidos, precisamente


por su modo de comprensión de la familia como centro de interacciones individuales.
En el ámbito de las ideas interaccionistas se entiende a la familia como un grupo en
interacción donde se definen roles condicionados por las estructuras de parentesco y
dentro de esta relación muchos autores de esta corriente depositan gran potencialidad
en el matrimonio como determinante de los fines familiares, en cuanto a expectativas,
valores, se socializan en la familia.

Al interior de esta corriente a lo largo de la historia se ha dado un desplazamiento en la


concepción de familia como grupo social primario hacia institución social en interacción
con otros a nivel social y a la vez el desplazamiento que se da en cuanto a las ideas
psicologistas que atraviesan toda la producción intelectual en cuanto a esta temática
desembocando en el constructivismo.

Más adelante la aproximación funcionalista más reconocida respecto al tema la hace


Talcott Parsons quien describe a la familia como una organización de individuos que
como sistema asegura atender su estructura, funcionamiento y roles así como
conservar rasgos y aptitudes entre sus miembros.

La incidencia de la modernidad lo lleva a definir esta institución como nuclear y


conyugal relativamente aislada del parentesco amplio que reposaba básicamente en el
matrimonio, siendo su vez unidad de residencia y consumo. Con tales características
se consideraba como indispensable para la estabilidad social constituirse
continuamente como fuente de socialización del niño y estabilidad de la persona adulta
en tanto diferenció roles según sexo.

La familia parsoniana se orientaba hacia la reproducción de las expectativas de


actores sociales. El padre debía ser cabeza de familia instrumentalmente debía
determinar el status de esta a través del ejercicio de su profesión y a la vez se instituía
como proveedor material de la misma; mientras la esposa y la madre ligada
afectivamente y mayoritariamente al círculo doméstico debía dedicarse al cuidado de
los niños y el hogar. Convirtiéndose en mérito de esta teoría la visión del aprendizaje
de los roles como punto crucial para la transmisión de valores.

El desarrollo más contemporáneo sobre la familia aparece con el Feminismo. Este es


un movimiento social que, entre sus pretensiones, está el enfrentar los esquemas de
pensamiento andocéntrico (característica de las teorías anteriores). En esta teoría se
define a la mujer como un ente creador y activo, se trata de ubicar a la mujer en la
esfera política y social, donde se romperían las barreras que constituían para ellas el
espacio doméstico.

La mujer ya no es considerada un sexo débil o “segundo sexo” sino se le comienza a


dar la verdadera importancia social y la libertad que le pertenece al nacer; libertad que
le es vedada socialmente. Ya no es la persona que cumple dentro de la familia un rol
procreador, que se limita a su papel de madre y esposa. Ya no se habla de
subordinación y de desigualdad de sexos sino una relación de equidad, paz y
armonía. Esta teoría sociológica trata a la familia desde un enfoque grupal e
institucional, ve en ésta el sistema desde el cual se reproduce la fuerza de trabajo.

Destaca con gran significación la aparición de la mujer en el espacio público, cuya


salida significa un proceso de cambio en la familia contemporánea y un sobrecargo de
roles para dicha mujer. Aquí radica una de las diferencias de lo que podría ser la
familia moderna sobre la tradicional. En esta última la mujer sólo tenía el papel, dentro
de la familia, de madre, esposa y ama de casa; ahora la mujer ha sabido, o al menos
intenta, desatarse de esos yugos y aventurarse en la vida pública aunque le conlleve
tener a sus espaldas responsabilidades de mayor peso.

A medida que vayan evolucionando las teorías y las concepciones de familia, y dentro
de éstas ya el sistema patriarcal y la invisibilidad de la mujer quedará en la historia
sólo como un mal recuerdo y se borrarán frases como “La mujer es la falta del hombre”
que durante mucho tiempo fueron predominantes en la sociedad.
Ahora, de manera sistematizadota se observa que la hipótesis del matrimonio pone en
condiciones de igualdad a todos los pensadores que opinan que es la base de la
familia moderna aunque hacia su interior visualicen de manera diferente la relación
entre los sexos. Dicho análisis en casi todos los teóricos se refiere al matrimonio como
parte de la familia. Sólo el Funcionalismo y el Feminismo muestran interés en
identificar como se produce un proceso de socialización en la relación padres-hijos de
corte sexual.

Por tanto, a la hora de exponer las ideas esenciales tenemos tres grandes grupos: Por
un lado tenemos al grupo de teóricos andocéntricos como lo son Le Play, Durkheim,
Escuela Alemana y Parsons. Otro grupo se caracterizan por invisibilizar este análisis;
aquí se ubica al Interaccionismo. En el tercero aparecen el Marxismo y el Feminismo,
ambos mantienen posiciones de denuncia al respecto.

Esta diversidad de posiciones se asocia con sus posturas epistemológicas respecto a


la Sociología general y al contexto histórico y biográfico.

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