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INDICE

EL PERIODO DE TACNA COLONIAL (SIGLOS XVI AL XIX) .......................... 3

EL ORIGEN DEL TOPÓNIMO TACNA ................................................................... 3

EL PASO DE ALMAGRO EN TACNA ..................................................................... 7

LA EXPEDICION DE ALMAGRO............................................................................ 8

LA MISTERIOSA ACOMPAÑANTE DE ALMAGRO ............................................ 8

ALMAGRO EN TACNA ............................................................................................ 9

PEDRO VALDIVIA Y SU RECORRIDO POR TACANA ....................................... 9

LAS ENCOMIENDAS ................................................................................................ 9

LOS ENCOMENDEROS .......................................................................................... 12

LA PRIMERA ENCOMIENDA ............................................................................... 12

EL ENCOMENDERO PEDRO PIZARRO ............................................................... 12

LA ENCOMIENDA DE ITE, LOCUMBA E ILABAYA ........................................ 13

EL CACICAZGO O CURACAZGO ........................................................................ 13

EL TESTIMONIO DE UN CURACA: TACANA EN 1588 .................................... 15

LOS CURACAS DE TACNA ................................................................................... 15

LOS PATRONOS DE TACANA .............................................................................. 15

EL CACICAZGO DE ILABAYA ............................................................................. 16

EL CACICAZGO DE TARATA ............................................................................... 21

EL SERVICIO GRATUITO ...................................................................................... 23

EL REPARTIMIENTO ............................................................................................. 24

LA REDUCCIÓN ...................................................................................................... 26

DOCTRINA E IGLESIA ........................................................................................... 28

LOS ASPECTOS DEMOGRÁFICOS ...................................................................... 30

LA JURISDICCIÓN POLÍTICO-ADMINISTRATIVA: EL CORREGIMIENTO . 33

LOS CORREGIMIENTOS........................................................................................ 33

LOS CORREGIDORES ............................................................................................ 34

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ABOLICIÓN DE LOS CORREGIMIENTOS: ......................................................... 35

ECONOMÍA Y ORGANIZACIÓN SOCIAL DE LA COLONIA ........................... 36

LA ESTRUCTURA SOCIOPOLÍTICA .................................................................... 38

LA RELIGIÓN .......................................................................................................... 39

LOS INDIOS TACANAS, UNA CRONICA PÉRDIDA ......................................... 40

LOS FRUTOS DE LA COLONIA ............................................................................ 40

LOS DONES DE ULTRAMAR ................................................................................ 41

LOS DOMINICOS .................................................................................................... 41

LOS PATRONOS DE TACANA .............................................................................. 41

LA CATASTROFE DEL FINAL DEL SIGLO ........................................................ 42

HECHOS IMPORTANTES ACAECIDOS EN LA COLONIA EN LOS SIGLOS


17 Y 18 ........................................................................................................................... 43

DE LA COLONIA A LA INDEPENDENCIA ......................................................... 46

LA CRISIS COLONIAL ........................................................................................... 46

LA REBELION DE TUPAC AMARU ..................................................................... 46

INSURRECCIONES DE TACNA ............................................................................ 47

 EL LEVANTAMIENTO DE ZELA-1811 ...................................................... 47

 EL LEVANTAMIENTO DE PAILLARDELLI-1813 .................................... 48

 EL LEVANTAMIENTO DE MILLER EN 1821 ............................................ 48

BIBLIOGRAFIA ....................................................................................................... 51

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EL PERIODO DE TACNA COLONIAL (SIGLOS XVI AL XIX)

EL ORIGEN DEL TOPÓNIMO TACNA

Hay conformidad entre las evidencias y resultados de las últimas


investigaciones arqueológicas, etnohistóricas y de la lingüística andina, en
señalar que Tiwanaku representa un factor gravitante en la formación de la
sociedad regional desde los tiempos prehispánicos. Y que como señala
Lumbreras, "en el territorio circum-Titicaca se fraguó un proceso cuya magnitud
más conocida es la que se logró en tiempo de Tiwanaku".(Ayca, 2000). Luego
vinieron los procesos protagonizados por los señoríos regionales Lupacas,
Collas y Pacajes, lo que fue acentuado, desde una lógica distinta por la colonia
y la república.

Hay consenso también en que estos pueblos del extremo sur peruano (desde
Arequipa hasta Tarapacá, pasando por Tacna y Arica), durante el imperio
Tiwanaku hablaban corrientemente el idioma puquina, entre los siglos VIII al
XIII, sobrepasando el límite temporal de su etapa expansiva.

Esto nos permite afirmar que el poblado conocido hoy como Tacna, tiene sus
raíces no en el siglo XVI (1,573) -o poco antes como lo sugieren algunos
historiadores locales- en que se funda como reducción de indígenas, por obra
de la acción urbanizadora colonial española; sino que tendría sus orígenes en
los procesos urbanizadores y de control político-tributario Tiwanaku. Carlos
Vela, muy agudo señala que la evidencia arqueológica nos lleva hasta el
formativo tardío con una población asentada en la pequeña aldea El Atajo
(Para), en el siglo VI (580 d.C.)

Precisamente, un estudioso de esta civilización en nuestra región, como lo fue


Max Uhle, al comenzar la segunda década del siglo XX, excavó en los
alrededores de la ciudad de Tacna y descubrió grandes cementerios de la
época tiwanakense, aunque estos ya habían sido saqueados, como tantos
otros, por los buscadores de metales preciosos.

El arqueólogo alemán exploró los terrenos del sector noroeste que descienden
del cerro Intiorko, ocupados actualmente por el cuartel "Albarracín" y la
estación del ferrocarril Tacna- Arica. Asimismo los terrenos del sector sur

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donde se erige actualmente: la ciudad Universitaria. En el primer sector sólo
pudo rescatar fragmentos de cerámica, los cuales, sin embargo, lo llevaron
identificar ceramios Tiwanaku en posesión de particulares, como una taza
"pintada de negro en fondo rojo, con dos figuras de garzas andando,
separadas, por líneas espirales dobles"; además un cántaro decorado con
negro y blanco en fondo rojo, y con dibujos escalerados que suben y bajan.

En el segundo sector encontró tumbas que descendían bajo la superficie del


suelo hasta 75 cm. y 65 cm. construidas con piedras de río, a manera de
celdas estrechas y cilíndricas, en cuyo interior se encontró dos momias de
párvulos en cuclillas -forma característica de enterramientos Tiwanaku- cada
una de ellas con ajuar compuesto por un timbal, una taza y una cuchara;
además plumas coloradas y restos de tejidos.(Panty, 1988).

Las investigaciones arqueológicas de reciente data (López, 1997) sugieren


también la existencia de dos cementerios en Para con tumbas subterráneas de
tipo fosa y cista de forma circular. Una primera aproximación puramente
lingüística (Tomado de Oré, y estudiado por Torero) para entender el término
Tacana, nos conduce a constatar que en el vocabulario puquina se denomina
Taca a la raíz verbal que designa el hecho de "enterrar', y el derivativo verbal -
na ('Causativo' puquina muy productivo; v. gr.,halla- "morir", halla-na- "hacer
morir: matar", estudiado por Torero (2002). Entonces el topónimo Tacana,
podría significar en esta primera acepción: "Lugar con muchos entierros o
aposentos" o sea lugar en donde se ubican varios cementerios, como la
evidencia arqueológica ha corroborado. Pero estos cementerios prehispánicos,
se ubicaban en los linderos extremos de los ayllus y parcialidades, por lo que
se puede decir también alrededor de las zonas de sembríos, y que en el caso
del poblado Tacana estaba constituido seguramente por los antiguos ayllus y
que en su denominación moderna se llaman Collana, Tonchaca, Ayca,
Capanique, Aymara, Silpay, Olanique, Humo.

Esto nos traslada a una segunda acepción en el idioma que venimos refiriendo:
"trabajar". La raíz verbal Taqqa significa precisamente "trabajar" y se
conformaría con el derivativo verbal -na, para significar Tacana: "lugar de
trabajo agrícola o en sembríos", para señalar a los terrenos cultivables de los
ayllus ancestrales. Sin embargo, esta primera aproximación puramente

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lingüística y muy limitada requiere aún su contextualización geográfica y
cultural. Y ello nos lo ofrece, en parte, el Diccionario geográfico del Perú de
Germán Stiglich (1922) para la zona del antiguo Colesuyo.

En este se encuentran por lo menos 10 topónimos que portan el radical Taca.


Entre ellos Tacahuai (costa de Re, donde se forma un morro, ubicado entre la
punta Picata y la punta lcuy), Tacalaya (Nacientes del río Locumba de donde
se derivan aguas para la quebrada de Sinto), Tacagachi (en la quebrada de
Carumas), Tacaupo (Cotahuasi, provincia La Unión)), Taca (Punta en el
península de Huata, pertenece a Conima, Huancané, antiguo sector Puquina),
Tacahuarcay (Nevado en Chuquibambilla), Tacahuasi (Cerros en la cabeceras
del río Soco).

Una deducción primera nos puede conducir a relacionar a un lugar ubicado


entre dos morros, cerros, o puntas del litoral, pero también a unas suaves
quebradas en la zona interandina y altoandina (Tacagachi, Tacahaurcay). Y
esto nos dirige a pensar que el antiguo valle en donde se ubicó -y ubica- el
tradicional poblado Tacana está flanqueado por los cerros Intiorco y Arunta, lo
que nos aproxima al significado semejante de Tacahuai o Tacabaya, expresión
genuinamente puquina, que designa un lugar de suave quebrada del litoral
ubicada entre dos cerros o puntas.

Volviendo al aporte lingüístico, y, aunado a él, la contribución etnogeográfica de


Stiglich, tenemos ya una segunda aproximación; y podemos postular que el
topónimo Tacana significaría un lugar entre dos cerros de suave elevación,
pero que en el caso del valle local al que nos estamos refiriendo, coincide con
que el dicho lugar es de sembríos productivos y donde muy cerca de las faldas
de sus cerros se ubican algunos cementerios.

Los historiadores de la tradición liberal en Tacna — Cúneo Vidal, Dagniño,


Zora, entre otros, — al partir de la idea errónea que Tacna fue ocupada desde
"tiempos remotos" por los reinos aymaras, no pudieron comprender que los
estos reinos — y sobre todo, el sector Lupaca- arribaron a los valles yungas, de
antigua tradición cole o puquina, recién 300 ó 400 años antes que llegaran los
españoles. Es cierto que esta tradición liberal no conoció que el impero
Tiwanaku (siglos VIII-XI o años 700 d.C. a 1, 000 d. C. ó ,1100 d.C.) no tuvo
raigambre aymara o colla-aymara. Hoy las investigaciones etnohistóricas y la

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lingüística andina señalan que recién a partir del siglo XIII, el idioma aymara
ingresa a la meseta del Titicaca, con hombres encargados de la caída del gran
imperio, y a partir de entonces los puquina-hablantes se socorren en el litoral
ya del Titicaca y valles yungas llamados después del Colesuyo (Moquegua,
Tacna, Arica y Tarapacá) en la persecución e imposición del nuevo régimen de
los Estados o señoríos locales aymaras con vigencia en los años 1,100 d. C -
1,475 d.C. (Bouysse-Cassagne, 1987, 1992; Espinoza Soriano, 1987; Cerrón-
Palomino, 2012).

Fue en ese entender que Cúneo- Vidal sostiene que el topónimo Taca es una
contracción del término aymara Tacana, y que, Cavagnaro añade, que así
como al inicio de la Colonia se llamó "Chácara", por economía de su uso, se
llamó después "Chacra", de la misma forma Tacana pasó a formarse en Tacna.
Las referencias escritas más antiguas del topónimo Tacana, las tenemos en la
provisión de la encomienda a favor de Pedro Pizarro del 20 de noviembre de
1538: "...en el pueblo de Tacana el cacique Istaca"; Igualmente en la entrega
del título de merced de la chacra Coyluna (2-9-1560) otorgada a Pedro Pizarro
por el Cabildo de Arequipa se dice "y dar veinte hanegas e sembradura abajo
del ajial de Tacana, que son tierras baldías y montuosas, que se llaman
Rolonia e Vitoria"(GuÉRIN, 1989).

Luego en 1588 en un Memorial dirigido por el cura doctrinero de Aullaguas al


rey Felipe II se dice "En un pueblo que se dice Tacana nueve leguas del puerto
de Arica" (Álvarez, 1588). Dagnino (1909) encontró la evidencia documental en
los archivos de las Cajas Reales de Arica en donde el 30 de marzo de 1612
"aparece por primera vez este pueblo escrito Tacna y bajo la advocación de
San Pedro".

Para el padre jesuita Ludovico Bertonio (1612), quien hizo un esfuerzo


encomiable para reconstruir el vocabulario aymara en su versión Lupaqa del
siglo XVII, encontró que el término Taca y pluralizado en Tacataca servía para
designar al platero y herrero, seguramente fue una voz onomatopéyica por el
sonido que representa. Hay en este texto dos términos más cercanos a Tacana
pero con significado disímil: Taccanaui: "Continuadamente", y Thaccanitha: "Ir
a buscar". Aquí hay al parecer un radical aymara Tacca, pero con significado
diferente a las raíces puquinas para el mismo término.

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Luego, en el texto de Bertonio no hay además una referencia directa a alguna
raíz verbal aymara para designar unos sembríos en andenes o graderías
escalonadas, como lo sugiere Rómulo Cúneo-Vidal. En todo caso, en el lugar
que ocupó el poblado prehispánico de Tacna, no hay suaves graderías; por lo
que este autor dijo encontrarse en la "Llacta" o pueblo de Pachia. La andenería
o las terrazas son designadas como Paterías en el diccionario de Bertonio.

Si es cierto, que en el quechua del siglo XVI, el término Tacana designaba


indistintamente al mazo, martillo, yunque, como lo registra Domingo de Santo
Tomás, en su Lexicón o vocabulario de la lengua general del Perú, de 1560.
Esto, ya Carlos Auza Arce, lo afirmó en la década de 1950, pero no acertó en
que la voz Tacana fuera común al quechua y al aymara.

Algunos actuales estudiosos del aymara local, utilizando los verbos Taqhaña
(buscar). intentan encontrar una aproximación al significado que analizamos, ya
que consideran que el término Takana "arroja una etimología vaga". Esto
sucede, precisamente, pues, como postulamos al inicio, Tacana no es término
quechua ni aymara sino una voz proveniente del idioma puquina.

Un comentario muy crítico de la eminente lingüística Rodolfo Cerrón-Palomino,


respecto a esta discusión, señala que no descarta una raíz puquina para el
término Tacana, pero que deben producirse más investigaciones. En todo caso
adelanta el siguiente juicio:

EL PASO DE ALMAGRO EN TACNA

El primer conquistador por estas tierras fue Diego de Almagro.


Acompañaban a Diego de Almagro de regreso al Cuzco dos evangelizadores
llamados fray Antonio Rendón Sarmiento y fray Francisco Ruiz Castellano
quienes en su recorrido fueron bautizando los poblados fundados con la
primera misa otorgándoles el nombre del santoral de la fecha, así:

 Pica fue el día de San Andrés


 Tarapacá el día de San Lorenzo
 Arica el día de San Marcos
 Azapa el día de San Miguel

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 Tacna el día de San Pedro
 Tarata el día de San Benito Abad

El segundo conquistador fue Pedro de Valdivia quien organizó campamentos


en Arequipa, Tacna y Tarapacá antes de iniciar su recorrido hacia el sur del
continente, quedaron así fundadas estas tierras sureñas por el Reino de
España

LA EXPEDICION DE ALMAGRO

Alrededor del año 1535, Almagro se preparaba en el Cuzco para su


expedición a Chile, pero Francisco Pizarro abusando de su poder había
ordenado a un tal Gabriel de Rojas que también fuera allí, Rojas sabiendo
que el territorio al cual lo había mandado Pizarro era de Almagro, cumplió
con su tarea.

Más tarde cuando Almagro se enteró, mando a tres de sus capitanes para
planea su expedición, ellos eran Rui Díaz, Juan de Herrada y Rodrigo de
Benavides. Rui Díaz tuvo la tarea de llevar refuerzos, Herrada tuvo la labor
de ser el guía para llevarlos por el camino, mientras Benavides tuvo la
misión de llevar los productos y provisiones necesarias por la costa

Cuando Gabriel de Rojas se enteró de la llegada de Almagro, opto por tomar


el camino de la costa para evitar encontrarse con él, quien venía por la vía
de la sierra. Este camino que Gabriel de Rojas había recorrido era Tacna
para luego llegar a Lima

LA MISTERIOSA ACOMPAÑANTE DE ALMAGRO

Según el historiador Fortunato Carbajal, en la expedición de Almagro,


menciona a una mujer llamada Malgarida quien se presume que fue la
acompañante de Almagro y también la primera mujer que pisa suelo
tacneño, aunque en ninguna de las crónicas se menciona a este personaje.

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ALMAGRO EN TACNA

Almagro había llegado a Tacana, en compañía de, Gaspar de Vergara,


Pedro Gómez de Don Benito, Francisco Galdámez, Juan de Guzmán,
Hernando de Sosa entre otros miembros más.

Mientras Almagro hacia su expedición en Tacna, interrogo a los indígenas


preguntándoles el nombre de las provincias, los valles, los caciques para
tener conocimiento de todo ello.

PEDRO VALDIVIA Y SU RECORRIDO POR TACANA

Tras participar en diversas campañas militares en Europa, Valdivia viajó a


América, formando parte de las huestes de Francisco Pizarro, gobernador
del Perú. Con el título de teniente gobernador otorgado por Pizarro.
Alrededor del año 1540, Valdivia recorrería las regiones entre Moquegua y
Tarapacá para a fin de cuentas llegar a Chile.

Valdivia para lograr su cometido reunió a varios hombres con la ayuda de


sus capitanes, a su teniente Alonso Monroy, lo mando al Alto Perú para que
reúna hombres, provisiones y víveres y que lo espere listo en Tacana

Una vez que tuvo ya todo listo, pese a algunos inconvenientes que tuvo
partió de Tacana rumbo a Chile. En dicho rol, fundo las ciudades de
Santiago en 1541, La Serena en 1544, Concepción en 1550, Valdivia en
1552 y La Imperial en 1552.

LAS ENCOMIENDAS
La encomienda ha sido definida como el derecho concedido al "conquistador
español" por merced real para percibir los tributos de los indios que se les
encomendaban. En otras palabras, las encomiendas consistían en la entrega
de un grupo de indígenas a un español para su “protección, educación y
evangelización” a cambio de cobrar (el encomendero) un tributo. “En teoría,
los indios pagaban el tributo como obligación de “vasallos” de la corona a
cambio de beneficios, o supuestos beneficios, de la civilización española.

Se ha enfatizado, igualmente, que los encomendados eran grupos de familias


indígenas a las cuales, por el pago de su tributo, "a su vez el español debía
protegerlos y velar por su instrucción religiosa". Por su parte Trelles (1983),

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sugiere que "lo que se encomendaba no eran territorios, ni siquiera indios en
sentido estricto, sino curacas". Es así como los españoles procedieron a dividir
la mano de obra y la tierra, contribuyendo a la creación de fronteras imprecisas.
Para nosotros es el aprovechamiento o explotación de la mano de obra, lo que
genera el excedente, con mayor razón en el régimen mercantil ya en
condiciones feudales o burguesas; y también obviamente el tributo en especie
y las mitas (como del llamado "chacaneo") para el traslado de vinos y
aguardientes y luego de izangas cuando se descubrió el mercurio o azogue
como se impuso en Tacna, Ilabaya, Tarata y Candarave. Mediante provisión
del 22 de enero de 1540, Francisco Pizarro, dispuso la creación de las
encomiendas del valle de Tacna a favor dé su sobrino Pedro Pizarro y de
Hernando de Torres. En esa misma fecha dicho gobernador ordenó la creación
de una gran encomienda provisional que abarcó territorios desde Moquegua
hasta Tarapacá a favor de su paisano Lucas Martínez Vegazo. En tal
encomienda se registra al pueblo indígena de Ete (ahora lte) y Meca en la boca
del río Yravaya (Ilabaya, ahora denominado Locumba), texto que glosamos a
continuación:

Otras encomiendas decretadas por el Gobernador Pizarro fueron la de Omate


para Martín López de Carbajal y la de Quinoaestaca para el Bachiller
Cantalapiedra. Después el Comisionado Vaca de Castro concedió en
encomienda una parte de Carumas para Hernán Bueno, mientras que la otra
parte ya estaba comprendida en la gran encomienda de Lucas Martínez
Vegazo. Además el Comisionado concedió Cochuna para Hernando de Silva.

Las Nuevas Leyes decretadas en 1542, fijaron un criterio para limitar los
abusos: el tributo de los indios (y éste incluía el trabajo que debían aportar) no
debería ser mayor que aquél que entregaban en tiempos del Inca. Pero luego
se verá como los encomenderos opusieron fuerte resistencia a tales leyes.

E hicieron de las leyes letra muerta. Fue el licenciado Pedro de La Gasca,


Gobernador del Perú, que triunfó sobre la insurrección de Gonzalo Pizarro,
quién ordenó la creación de la-encomienda de Ilabaya con fecha 28 de agosto
de 1548 a favor Hernán Rodríguez de San Juan. Al siguiente año, con fecha 24
de septiembre, el gobernador precisó mediante una Provisión de la tasa de
contribución de los indígenas de la encomienda en mención.

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Según Cúneo-Vidal (1977) estos ayllos del valle Locumba-Ilabaya registrados
al momento de crearse la encomienda fueron: Ilabaya, Sinto, Margarata,
Curibaya, Locumba, Sitana, Camiara e Ite. Añade a ellos el ayllo de
Candarave. Los indígenas encomendados fueron obligados a pagar un tributo
al encomendero. Refiere asimismo, que los tributarios ascendían a 299
personas entre 18 y 50 años. Esto significa que la encomienda contenía a una
población total aproximada de 1,524 habitantes.

Debemos anotar en este acápite que el curacazgo o cacicazgo de Ilabaya era


una comprensión del curacazgo mayor de Chucuito. Como se afirmó para el
valle del río Caplina fueron creadas las encomiendas a favor de Pedro Pizarro y
de Hernando de Torres; recibieron tierras, aguas y hombres andinos en el
pueblo de Tacana; además se beneficiaron con tierras y hombres en Cotpa
(Codpa); la Quiaca (Sama); y Lauca (Sama).

Le fue encomendado a Pedro Pizarro en 1538, 500 hombres de la provincia


Colesuyo, además en el pueblo de Tacana al cacique Istaca con sus 06
indígenas principales 600 indígenas. Estos principales lo eran Quilopana, Cata,
Conchachiri, Quiela, Omechipa, y Lanchipa. Esto confirma la existencia de un
pueblo pretoledano llamado Tacana, mucho antes del establecimiento de la
"reducción o pueblo de indios" en diciembre de 1572 por el capitán Juan
Maldonado Buendía, como parte de las reformas del virrey Toledo.

El 2 de enero de 1540 como se afirmó, el marqués Pizarro concedió en


encomienda al pueblo de Tacna al conquistador Pedro Pizarro y una parte a
Hernando de Torres. Se dice en el documento expresamente que se le
adjudica:

Una rápida lectura de la cedula de encomienda nos indica que el pueblo de


Tacna fue un centro urbano con ramificaciones étnicas en los valles de Sama,
Anca (Azapa y Codpa); esto es confirmado por el testamento del cacique Diego

Caqui de 1588 al señalar relaciones de poder y económicas en estos valles de


Anca.

Para el valle de Sama se tiene la encomienda dada por Francisco Pizarro a


favor de Juan de San Juan, que debe ser en fecha próxima después a 1540,
pues, aparece registrada en la relación de las encomiendas mandada a hacer
por el virrey Andrés Hurtado de Mendoza en 1561.(Hampe, 1979).
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LOS ENCOMENDEROS

Los encomenderos tuvieron en los primeros tiempos no sólo el poder


político, sino también la mayor fuerza económica. Los funcionarios de la
Corona no podían gozar de la posesión de encomiendas de indios, fueron
muy numerosas las excepciones a esa norma

La encomienda le era otorgada al encomendero por la corona, pero las


tierras aledañas a la encomienda eran entregadas por el cabildo de la
ciudad, por culpa de este método, los indios eran sobrecargados de trabajo y
vendidos o alquilados.

LA PRIMERA ENCOMIENDA

Se realizó en Cusco en 1538 a don Pedro Pizarro, que consistía en entregar


el pueblo de Tacana, con 200 indios con sus mujeres e hijos más los
caciques

 Istaca
 Quelopana
 Quea
 Conchalique
 Quina
 Lanchipa

También sirvió como centro de culturización y de evangelización obligatoria.


Los indígenas eran reagrupados por los encomenderos en pueblos llamados
"Doctrinas“.

EL ENCOMENDERO PEDRO PIZARRO

Pedro Pizarro había sido compañero de batalla junto a Francisco Pizarro,


más tarde gracias a ello en 1538 recibe la encomienda de Tacana. Aparte
también es considerado como fundador de Arequipa, lo que lo hizo muy
conocido entre los habitantes e inclusive más tarde, entre los años 1555 y

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1571, fue alcalde de Arequipa, pese al cargo que tenía, no dejo de lado su
labor de encomendero.

LA ENCOMIENDA DE ITE, LOCUMBA E ILABAYA

En enero de 1540, al conquistador Lucas Martínez Vegazo le fue entregada


la encomienda que se iniciaba en el río Tambo y culminaba en Tarapacá.
Esta rica y extensa encomienda generó muchos recelos entre los demás
conquistadores que se sentían con más o iguales derechos que Martínez,
pues esta encomienda comprendía los valles de Ite, Locumba e Ilabaya. En
tal encomienda se registra al pueblo indígena de Ete (ahora Ite) y Meca en
la boca del río Yravaya (Ilabaya

En síntesis, los pescadores de Meca y aldeanos marítimos de Ite, en 1540


fueron asignados a don Lucas Martínez Vegazo, como parte de una
encomienda mayor que abarcaba a los indígenas pescadores de Ilo, Tacna,
Arica y Tarapacá.

EL CACICAZGO O CURACAZGO
El "cacicazgo" es un término introducido por los españoles al territorio andino.
La palabra "cacique" como lo señala Cúneo Vidal (1977) es una voz de Centro
América (antillana), que designaba a los jefes étnicos de pequeñas tierras.
Luego los españoles llamaron caciques a las autoridades de los grupos ayllales
llamados aquí curacas. El derecho oficial colonial español sancionó este
término dentro de la llamada "república de indios" que reconocía el origen
noble de determinados indígenas (caciques, príncipes), pero a la vez el
indígena en general fue tipificado como "vasallo libre de la Corona" y a la vez
"rústicos y miserables".

Steve J. Stern, señaló que la imposición del régimen colonial generó el


colaboracionismo de los nobles curacas, en términos de una nueva alianza
política. Había pues en estos antiguos curacas una doble posición: por un lado
se ubicaban en el grupo de los conquistadores al servir a los intereses del
conquistador (recaudación de tributos y otros); y por otro lado, eran
intermediarios naturales de los indígenas en sus relaciones sociales internas. A

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cambio, los españoles le permitieron adoptar la ropa europea (incluyendo el
caballo como símbolo de prestigio), luego cambiaron sus dietas alimenticias y
finalmente se bautizaron y adoptaron los patronímicos españoles. También
habría que señalar que al alejarse de los principios andinos de reciprocidad y
redistribución, los curacas terminaron por convertirse en codiciosos y
despóticos jefes étnicos. En Moquegua y Tacna protagonizaron largas disputas
legales por la tenencia de estos cargos nobiliarios.

En el caso de los caciques de Ilabaya, Tarata, Tacna y Codpa, Hidalgo (2004)


sugiere que estos, convinieron en forma armoniosa con las autoridades locales
coloniales y gozaban de cierto prestigio y consideraciones; además algunos de
estos nobles indígenas emparentaron con españoles u obtuvieron títulos
universitarios. Por ello cuando se desató el levantamiento de Túpac Amaru en
1781, estos caciques —vinculados a la arriaría directa o indirectamente- no
apoyaron sino que estuvieron en contra como el caso del Cacique Cañipa.

Los estudios sobre los cacicazgos fueron iniciados en nuestra región por
Rómulo Cúneo- Vidal, con una ostensiva preocupación de hacerlo a partir de
las genealogías de los curacas; falta trabajar aún la génesis y evolución
socioeconómica, territorial, política y cultural.

Los trabajos de Jorge Hidalgo (2004; 2009) son muy meritorios en este sentido;
pues ofrecen un sentido más totalizador de las estructuras curacales, y por
presentar una imagen más objetiva y compleja. La simple imagen dada por
Cúneo Vidal en el sentido que los cacicazgos locales son unos meros enclaves
de alguna cabecera de la provincia de Chucuito está en cuestión; pues ahora
por los estudios alternativos se ha constatado que los pueblos prehispánicos de
Tacana, Ilabaya, Tarata, Azapa, estaban ocupados por mitmas de otras etnias
provenientes de Tarapacá, Anca, Capanique, Moquiguaya (Moquegua) y del
Collao y viceversa.

Hay entonces una imagen multiétnica "cuya relación aún no se puede


establecer"; pero con un grupo básicamente yunga y a la vez una presencia
interandina y altiplánica. Hay además en los trabajos de Cúneo-Vidal hay una
faz no definida sobre los orígenes de los curacazgos, por lo que llama al
parecer "protocollas" al periodo del Tiwanaku, adjudicándole erradamente una

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naturaleza aymara. En todo caso sus hallazgos se relacionan a la etapa de los
reinos aymaras y a coyunturas posteriores.

EL TESTIMONIO DE UN CURACA: TACANA EN 1588

El testamento del curaca de Tacana, Diego Caqui, permitió conocer algo de


lo que pudo ser el pueblo de Tacana a fines del siglo XVI. Según Diego
Caqui, ya existía una iglesia donde veneraban un altar con la imagen de la
Virgen del Rosario, mencionaba también que existía un lugar llamado
Chimba en donde habían viviendas y huertos.

Este documento original se encuentra actualmente en el archivo general de


la nación, sin embargo una copia que fue entregada por la familia Gubbins
se encuentra en el archivo regional de Tacna.

LOS CURACAS DE TACNA

Los curacas o caciques, que se establecieron hasta el año 1825, entre sus
principales funciones fueron las de recaudar el tributo indígena y de organizar
las labores de trabajo para los indígenas. Además gozaban de grandes como
ser exonerados de pagar impuestos o poder andar en caballo.

LOS PATRONOS DE TACANA


Lo más probable para la designación de los santos patronos fuese
consecuencia del establecimiento de las congregaciones religiosas a partir
de 1540. La elección de San Pedro como titular de la doctrina de Tacana se
pudo deber a dos razones:

 Al nombre de un encomendero
 Porque recordaba el nombre de un navío que se salvó
milagrosamente
 Porque el 29 de junio se celebró la primera misa en Tacna por la
fiesta de San Pedro

15
EL CACICAZGO DE ILABAYA
Los orígenes del curacazgo de Ilabaya se remontan a la expansión de "...las
comunidades ayllales mitmas del llave lacustre, avanzaron con ojo avizor de
expertos agricultores hacia donde les guiaba con el fluir de las aguas del
riachuelo, que procediendo de aquel sistema montañoso y empozándose,
engrosado en la laguna de Curibaya, baja al encuentro de otros afluentes con
que forma, aquende Locumba, el río de este nombre." Por esta razón Cúneo
Vidal afirma que "Candarave, Curibaya, Chintara, Ilabaya, Mirave, Chipe, Sinto,
Locumba, Sitana e Ite fueron las etapas de la marcha fundadora de pagos, de
los llaves famosos" (Cúneo-Vidal, 1977).

Las recientes investigaciones etnográficas, arqueológicas e históricas


confirman gran parte de las hipótesis y aserciones de Cúneo Vidal al respecto
de la dependencia inicial de indígenas de la cuenca del río Locumba. Las
visitas hechas por Garci Diez de San Miguel a la provincia de Chucuito en
1567, ayudaron a dejar en claro esta vinculación..

A la llegada de los españoles los territorios se encontraban organizados en


curacazgos, tal sistema no era la excepción en el sur del incanato, así lo señala
Cúneo Vidal. "Cuando los españoles de las expediciones de Almagro, en
1535,, de Hernando y Gonzalo Pizarro, en 1538 y de Per Anzures del Campo
Rendón, en 1539, aportaron al Collao hallando vigente en la órbita inmediata
del lago Titicaca una nutrida teoría de cacicazgos menores, agrupados en
cacicazgos mayores". (Cúneo Vidal, 1977).

También hay mayor evidencia o cierto consenso en señalar que el idioma que
hablaban estos indígenas de los valles yungas sur andinos era el puquina.
Rostworowoski (1996) postula, basada en fuentes confiables, que fue el idioma
coli; como Torero identifica la lengua puquina con la lengua koli, que se
hablaba en 1638 en Ilabaya y Locumba y que aún se hablaba en 1792 en
Moquegua (Torero, 1987; Hidalgo, 2004).

La cercanía sugiere que en estos valles yungas había una comunidad


lingüística seguramente con sus naturales variantes idiomáticas. Asimismo
Galdós (1985) encontró que la terminación "baya" o "waya" pareciera ser un
remanente toponímico lingüístico puquina. Es el caso de los lugares Chiribaya,
Muquiwaya [Moquegua, según Mardonio Vargas],Queabaya, en Moquegua; y

16
Curibaya, Ilabaya, Quiabaya, por citar algunos ejemplos en Tacna y
Candarave.

En los tiempos del Inca Huayna Capac, antes de 1532, en que fallece, según la
información contenida en las visitas efectuadas por Garcí Diez de San Miguel
(1567), y Juan Gutiérrez Flores (1572) a la región, es posible establecer que los
gobernantes locales (curacas o caciques) ya de Ilabaya y Tarata, dependían
del cacique mayor (llamado "Inga" por los campesinos de Chucuito), y,
además, que este, a su vez, dependía del gran Inca cuzqueño. Los curacas
locales nacidos en Chucuito, eran designados por el cacique mayor altiplánico
pero ratificado por el Inca. Los distintivos duho y tiana de la autoridad cacical
los recibían del Cusco del propio inca.

Por la cédula de 1548, en que el Licenciado Pedro de la Gasca, entregó en


encomienda a los indígenas que ocupaban la cuenca del río Locumba, a
Hernán Rodríguez; sabemos que por entonces el curaca de Ilabaya fue don
Hernando Escoque, con raíces en Chucuito.

Asimismo, en la parte introductoria de la provisión de tributos ( de 1549) que


deben pagar los indígenas de Ilabaya se lee: "...a vos Hernán Rodríguez de
Guelba, vecino de la ciudad de Arequipa, e a vos Don Hernando, Cacique
Principal, e Don Martín, e D. Francisco, y otros principales e indios del
repartimiento de llabaya (...) acerca de la tasa que se ha de hacer de los
tributos de los naturales de estos dichos Reynos ..." Así , éstos y otros curacas
e indios principales de la cuenca fueron incorporados a los mecanismos de
dominación colonial por casi tres siglos.

Según las investigaciones realizadas por Cúneo Vidal al momento de crearse la


encomienda fue curaca del pueblo y valle de Ilabaya don Hernando Escoque
que gobernaba como tal hacia 1548-49 hasta 1599, en que falleció. Le sucedió
en forma interina don Hernando Chiri; pero quien realmente debió gobernar fue
el nieto de aquel llamado Alonso Horas, pero debido a su menoría de edad, no
pudo.

El interinato de Chiri llegó hasta 1609, en que asumió Alonso Horas. Luego, en
adelante no se sabe documentalmente como se produjo la sucesión. Por eso
un historiador local escribió al respecto "se ignora en qué momento los
Escoque, los Horas y los Cabanita dejaron de ser los señores de Ilabaya para

17
dejar el lugar a los Lupistaca, ni como fue la vinculación familiar que permitió la
sucesión": (Cavagnaro, 2005). En 1581, en documentación de los archivos de
Arica, Cúneo Vidal (1977b) encontró a un Pedro Chipe, como Cacique del
Pueblo de Ilabaya, entre los primeros vecinos de Arica.

El primer Lupistaca que aparece con la dignidad de curaca es un Pedro


Lupistaca, casado con María Mollo, padres de Juan Lupistaca, bautizado de 5
meses en 1667, como consta en los libros de bautizo" (Cavagnaro, 2005).

Le sucedieron otros de su tronco familiar en los siglos siguientes, hasta que el


cacique Remigio Lupistaca, lo hiciera por vez última, pues por decreto de
Bolívar de 1825 se extinguió esta institución colonial.

Los Lupistaca gobernaron conjuntamente con los ilacatas o "segundas


personas del cacique" de Candarave. Tenían propiedades e intereses también
en Curibaya y el propio pueblo de Candarave. Así en 1777, al surgir el curato
de Candarave fue la segunda persona del cacique don Pablo Serrano, y los
alcaldes para ese año don Joseph Romero y Diego Raphael. De acuerdo a la
tradición, Serrano representaba al ayllo de Candarave, mientras que Romero y
Raphael a Camilaca Grande y Camilaca Chico respectivamente.

Los caciques Lupistaca, al igual como ocurrió con otros jefes étnicos, de tantas
comunidades coloniales, fueron despojados de muchas de sus tierras y bienes
a través de muchas formas legitimadas dentro del derecho colonial español y
luego legalizados por el ordenamiento jurídico.

Así consta en el testamento de Feliciano Lupistaca (Archivo Nacional de


Santiago. Vol. 17. Notario: Sebastián Núñez Dávila 1733, f. 225. Información
proporcionada gentilmente por el historiador don Luis Cavagnaro). Es probable
que sus terrenos hayan sido mayores en extensión al inicio de la invasión
española, pero por las composiciones de tierras y otros recursos violentos
como los sufridos por los indígenas de Ite y Camiara, Ilabaya, los españoles se
beneficiaron a costa de las mejores tierras prehispánicas. (Rostworowoski
1996)

El cacicazgo de Tacna Respecto a la evolución del cacicazgo de Tacana, se


tienen los estudios de Cúneo Vidal, y sus primeras noticias escritas se

18
remontan a las visitas pretoledanas y luego la provisión de encomienda dada a
Pedro Pizarro en 1538.

Para 1540 la población llegaba a 1481 "indios", según la provisión de


encomienda dada por Francisco Pizarro a su primo el cronista y encomendero
de Tacna Pedro Pizarro. Estaba integrada por tributarios, es decir por personas
cuyas edades van de 18 a 50 años. Si esa cifra se multiplica por 5, como lo
aconsejan los estudiosos de la demografía del periodo, se tiene 7,405 personas
de todas las edades que residían en el núcleo poblacional de Tacna.

Este núcleo dependía políticamente de los encomenderos. Fue el valle más


poblado comparado a los Arta, Azapa y Codpa. Esta cifra de más de 1400
tributarios comprendía a los mitmas del cacicazgo de Capanique los que fueron
distribuidos entre Arta y Sama, que probablemente dependiente de una
metrópoli étnica mayor del altiplano; como a los pescadores mitmas de Sama
dependientes de Arica y otro grupo procedente de Tarapacá (Hidalgo, 2009).
No se puede ubicar aun con precisión las parcialidades del valle. Cavagnaro
postula que puede decirse mientras tanto que el cacique mayor Istaca al
parecer tenía jurisdicción sobre la mitad superior del pueblo hasta el valle viejo
y que Cata, segunda persona del cacique, sobre la mitad inferior hasta Para y
el mar. Pero en esta aproximación resulta incompleta, puesto que está
demostrado que el control de la cuenca por el cacique local llegaba hasta los
altos del Maure, Visvire, y Cosapilla.

Es decir que el control de aguas y ganado de altura o camélidos estaba


asegurado desde mucho antes por los caciques locales, véanse los diversos
procesos judiciales sostenidos con los comuneros de Pallagua, o Estique o
Carangas (siglos XVI-XVIII). Asimismo, postular que el cacique mayor Istaca
sea aymara y que Cata sea yunga, resulta poco plausible, pues
lingüísticamente Istaca o Estaca resulta ser una nominación puquina o yunga
(Cerrón-Palomino, 2010). Además los indígenas principales a su cargo
Quilopana, Cata, Conchachiri, Quiela, Omechipa, y Lanchipa, tienen una
nominación puquina. Hidalgo (2009) sostiene que el cacique Cata tendría un
origen yunga o producto de un mestizaje entre los invasores y la población
local. Se habría dado un control indirecto del valle por la metrópoli altiplánica en

19
alianza con un gobernante local?, o con alguna alianza matrimonial? La
investigación histórica no tiene respuestas aún para estas interrogantes.

Según Cúneo Vidal, para 1594, el capitán Alonso García Ramón, juez privativo
de tierras, encontró en el valle 8,000 indios, repartidos en catorce ayllus
gobernados por dos caciques, divididos en dos parcialidades: hanansaya (con
su Cacique Diego Caqui, teniendo como !lacta a Pachía) y urinsaya (con su
cacique don Pedro Quea, con su !lacta en Tacana). Sin aportar evidencia
empírica, señala que ambos caciques son nietos de Catad Apasa, de quien
dice ser el primer cacique de Tacna. Un testimonio escrito por el cura Álvarez
—que luego veremos — desliza la idea que Diego Caqui no sería nieto del
poderoso y rico Catad Apasa de Chucuito.

¿Hasta dónde llegaba el cacicazgo de Tacna, en este siglo XVI? Es una


interrogante que nos conduce a señalar en primer término que hubo un control
cuencal de recursos, es decir ocupó el curso del río Caplina, desde sus
nacientes hasta el mar, pasando por el valle viejo, Magollo. Y además se
extendía por el norte hasta Sama y por el sur hasta Copda.

Un hito escrito fundamental para el estudio del cacicazgo lo tenemos en el


testamento Diego Caqui, de 1588. Se sabe de su inmensa fortuna acumulada
en poco tiempo, y que después sus descendientes no supieron conservar.

Pero cómo es que un curaca local acumulara tanta riqueza. Una aproximación
al tema nos lo ofrece un cura doctrinero de Aullaguas, Bartolomé Álvarez
(1588) que por estos años tuvo noticias directas de este cacique tacneño
encumbrado. Dice en su Memorial dirigido al rey Felipe II sobre este jefe étnico:

" En un pueblo que se dice Tacana a nueve leguas de puerto de Adca, que es
el obispado de Cuzco, está un cacique que se dice don Diego, de aventajado
entendimiento para indio: es rico y poderoso que con su discreción y maña se
ha hecho poderoso y obedecido, habiendo quedado de sus padres pobre y de
poco valor."

La primera pregunta que surge es quiénes fueron sus padres y si fueron sus
abuelos realmente los caciques mayores del altiplano como lo afirma en su
testamento.

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Caqui como se sabe que fue sucedido en su gobierno por sus descendientes
Diego I Ara (1588-1621) hasta el de don Toribio Ara (1790-1824). No faltaron
los juicios por la sucesión y control del gobierno cacical, entre los Quelopana y
los Ara, como los pleitos por el control de las aguas y tierras en esta institución
colonial.

EL CACICAZGO DE TARATA

Una novedosa interpretación nos ofrece el historiador Jorge Hidalgo, al


proponer una crítica sustantiva, a la consabida propuesta de Cúneo-Vidal en el
sentido que el cacicazgo de Tarata dependía directamente de Pomata.

Escribe al respecto Hidalgo:

"Con datos derivados de un documento de aproximadamente 1620, Cúneo-


Vidal sostiene que el cacicazgo de Tarata habría sido una "marca" del
cacicazgo lacustre de Pomata una extensión (o una colonia) hacia la costa,
donde obtenían productos agrícolas en las tierras cálidas. Allí se producían
"habas, papas, maíz en alguna abundancia, con toda especie de legumbres, y
en el pago de Talabaya, que ya toca al valle, se dan duraznos, manzanos y
flores de toda calidad" (Álvarez y Jiménez 1793, citado por Cúneo-Vidal,
1977)." El documento de 1620 - continúa Hidalgo- permitiría deducir que hasta
1568 los Chambilla, "caciques conjuntos de Pomata, Tarata, Putina y valle de
Sama...representados en la 'marca' de Tarata por un Ninaja, indio natural de
Pomata" (Hidalgo, 2004).

Los tres pueblos mencionados, Sama, Putína y Tarata, se habrían


desmembrado de Pomata al ser incluidos en la jurisdicción de Anca; en estas
circunstancias se habrían dado las condiciones para que un antiguo tributario
de Pomata, con residencia en Tarata se convirtiera en cacique principal de la
antigua "marca", ahora convertida en un cacicazgo independiente, dando
origen al linaje de los Ninajas y por división de éste al de los Copaja.( ibídem)
Una lectura atenta de la visita de Garci Diez de San Miguel no permite apoyar
su tesis. Ya que en la visita de Chucuito de 1567, Martin Cari, cacique principal
de la parcialidad de Anansaya, declara "que en el pueblo de Sama» hay indios

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de toda esta provincia" (Diez de San Miguel, 1964) y el señor de Urinsaya
Martin Cusi, incluye entre los pueblos dependientes de su parcialidad y del
pueblo de Chucuito a Moquegua, Torata y Tarata (Diez de San Miguel, 1964).

Pero, la consecuencia de ello, es, entonces, que resulta improbable que los
mitimaes lupacas en Sama-Tarata, "fueran únicamente de Pomata y que Tarata
dependiera sólo de una de las siete cabeceras lupaca. "(Hidalgo, 2004). Por
otra parte si bien en 1567 Francisco Tinta y Juan Calisaya eran caciques de
Pomata (Diez de San Miguel, 1964), Pedro Cutimbo declaró que el cacicazgo
no le correspondía a Tinta por vía de sucesión sino a Felipe Chambilla, hijo de
lupaca que habría sido el cacique de Pomata, que se encontraba niño a la
muerte de su padre (Diez de San Miguel, 1964). Pareciera que Garci Diez dejó
restablecido el mejor derecho de Chambilla (Diez de San Miguel. 1964).

De estos datos se desprendería que el cacicazgo de Tarata originalmente


habría sido una colonia de los diversos pueblos de Chucuito. ¿Cómo entonces
compatibilizar la versión de Cúneo-Vidal? No parece probable que éste hubiese
inventado un documento de 1620 en el cual Diego Chambilla, un cacique de
Pomata, señala que sus antepasados tuvieron jurisdicción sobre Sama, Tarata
y Putina (Cúneo-Vidal, 1977).

Es probable que después de dos o tres generaciones, la memoria de los


líderes de Pomata transformara una situación de territorios dispersos en las
áreas occidentales por un control total. (Hidalgo, 2004). Cúneo-Vidal inicia el
linaje de los caciques de Tarata en 1582, reproduciendo el nombramiento que
el virrey Francisco Enríquez de Almanza hiciese de Francisco Ninaja como
cacique principal "de Tarata y Putina, sujetos a la provincia de Chucuito, del
patrimonio Real". No se tiene referencias escritas para el caso de la parcialidad
yunga. Si hay un avance importante respecto de la parcialidad lupaca y sobre
los litigios por el cacicazgo de Tarata entre Diego Copaja y Ninaja con su
primo, Lorenzo Copaja y Ninaja, finalizado en 1748.

En 1716 Roque Ticona encontró el apoyo del corregidor de Anca, el general


Juan Joseph de Obejas, para que lo designara gobernador del ayllo yunga en
razón que ese cargo se encontraba vacante desde hacía "muchos años no al
quien cuide de la cobranza de los Reales tributos y de las demás cosas que
son del cargo de dicho gobernador... y porque también no al sucesor

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hereditario a quien competa este empleo de los últimos que le poseyeron"
(Autos: f. 21v, 22r).

El virrey confirmó a Roque Ticona como gobernador del ayllo yunga, con lo
cual pudo llamarse a sí mismo "cacique Principal y gobernador de ambas
parcialidades reducidas en el pueblo de Sn. Venito de Tarata" (Autos: f. 22v).
Compartimos plenamente la idea que yungas formaron parte de una estructura
segmentaría que sobrevivió (con cambios que desconocemos) primero, a una
colonización lupaca, y luego al proceso colonial de las reducciones y la
organización en pueblos. Se trataría entonces de un grupo minoritario, con un
poder político limitado e incluido en un "repartimiento", "cacicazgo" o "doctrina"
que terminó siendo un ayllu de una estructura segmentaria mayor. "(Hidalgo,
2004).

EL SERVICIO GRATUITO
El servicio gratuito fue la manifestación de la explotación directa de la mano de
obra sin pago o retribución alguna. Esta forma de explotación desarrollada
durante casi todo el periodo colonial, conllevó a la elevación de la mortandad
de los hombres andinos y en los pueblos de Tacna.

Primero fueron los encomenderos quienes abusaban de manera directa con la


población indefensa, luego los corregidores y finalmente los subdelegados,
claro ayudados por los curas doctrineros y una red de funcionarios públicos al
servicio de negocios e intereses particulares. Desde la metrópoli española, al
ver la expoliación a que fueron sometidos los indígenas, y las muchas críticas y
denuncias públicas, se recortó este sistema de explotación particular, para
aliviar la situación. Entonces se obligó a los trajineros y hacendados españoles,
al pago de un pequeño pago o irrisorio salario. Pero esto no se cumplió.

Con anterioridad, el 25 de marzo de 1571, en Carta de Francisco de Toledo a


Felipe II, el virrey defendió el sistema de reducciones y trabajo compulsivo en la
minas frente a la "vejación a los naturales", representada por los servicios
personales tanto a los religiosos como a los encomenderos. (Noejovich, 2009)
Un visita secreta de carácter eclesiástico hecha por el padre Bartolomé
Álvarez, constató en 1588 que efectivamente existía este injusto sistema

23
oprobioso practicado contra la población tributaria de la zona de Tacna,
Ilabaya, Candarave, Tarata y Arica. (Álvarez, 1998). Escribió en su informe al
respecto: "Hablando de los servicios personales, digo que en algunos se les
ofrece gran trabajo y fatiga, digna de considerar y remediar algo. Pondré el
ejemplo en un caso y por allí se pueden regular los otros, y pasa así: que por
este camino que va del puerto de Atice a Potosí pasa el trajín del azo-gue, que
es mucha cantidad, para lo cual está mandado dar el servicio necesario. Y el ir
a servir no es el mayor trabajo, porque en efecto se lo pagan; más es el sufrir
los indios a los criados de los que tienen arrendado el azogue o el trajín. Yo he
visto en este pueblo crueldades hechas en indios que en bestias brutas bravas
no se debían hacer, (...) los tratan mal en exceso."

EL REPARTIMIENTO

La primera división del territorio peruano en la época colonial, podemos


considerar que está representada por los repartimientos de las poblaciones
indígenas entre los conquistadores. (Málaga, 1975).

Cada repartimiento estaba integrado por uno o más pueblos, ocupando muchos
de ellos la extensión de los actuales departamentos, tal es el caso de Tacna
que se repartió al cronista Pedro Pizarro. Por otra parte, en cada repartimiento
había una o más encomiendas gobernadas por los encomenderos que eran
como señores feudales que ejercían jurisdicción sobre los indios y tenían
dominio sobre sus tierras. (Málaga, 1975). En las ciudades de españoles fueron
los cabildos quienes dirigían los asuntos públicos, como es el caso de Arica,
del que dependía Tacna. Posteriormente en 1565 se establecen los
corregimientos y finalmente las intendencias en 1784.

En cada repartimiento había un pueblo-cabeza o cabecera de repartimiento; los


eran pueblos cabeceras el de Ilabaya, llo-Ite, Tacna y Tarata. El repartimiento
de Ilabaya, albergaba inicialmente en 1548, a 1,468 indígenas de todas las
edades, con 299 tributarios. Procedían de los ayllus ancestrales: Borogueña,
Callancachi, Ilabaya, Candarave, y Sagollo dedicados a las tareas agrícolas,
mita, servicios personales, ganadería de altura y minería.

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El repartimiento establecido fue el de llo-Ite, durante la visita del virrey Toledo,
en 1575 y tenía por cabeza al puerto de II°. Valle y puerto famoso por el intenso
intercambio comercial que se producía entre sus productos agropecuarios
(olivo, aceite de este producto, frutas) y pesqueros con Moquegua, Arica y
Charcas, además de sus "lomas" muy valiosas en la cría de ganado mular. El
pueblo de pescadores de Meca, y la estancia de yungas agricultores de Ite, en
la boca del rio Locumba, estaban como se afirmó bajo dependencia de la
encomienda de doña María Dávalos. En lo político-adminiMrativo estaba
regentado gobernado por un teniente gobernador designado por el corregidor
de Anca.

Puede notarse cómo a lo largo del siglo XVI y del XVII, los curacas de Chucuito
intervenían activamente en Tarata y Sama, como en Moquegua. El vecino de
Arequipa y conquistador Juan de San Juan fue su primer encomendero con
hombres, tierras y aguas en parte del valle; lo fue en su zona del litoral (La
quiaca y parte del valle) Lucas Martínez Begazo; en la cédula de encomienda
por éste recibida se consignan 50 mitmas y tributarios en Auca (Sama) y 94 en
Inchura (Sur de Tarata o en la intersección entre Sama y Tarata), dependientes
del cacique mayor altiplánico. Pagaban los tributarios 2500 pesos, al
encomendero San Juan por en el año 1561 (Hampe, 1979).

El marqués Pizarro le proveyó la encomienda en Cuzco en 1540. Lo condujo


hasta antes de 1567, un poco antes incluso, pues por disposición del virrey
Marqués de Cañete (1568), la encomienda de Chucuito fue incorporada a la
Corona. Tempranamente se produjeron conflictos para recuperar estos
dominios en los valles yungas por los caciques de Chucuito. En la tasa de la
encomienda de Toledo (1572-1575) aparecen Sama e Inchura o Inchanchura
formando parte de los tributarios de la corona de la provincia de Chucuito, con
334 tributarios que pagan 820 pesos en plata ensayada y 328 fanegas de maíz.

Los mitmas de "Hinchura" son 11 y pagan 26 pesos y 15 fanegas de maíz que


equivales a 16 pesos y medio de plata ensayada y se llevan a la metrópoli. Se
observa un despoblamiento rápido de Hinchura y proceso inverso en Sama. No
se menciona a Lauca. En consecuencia por estos años iniciales, en lo político -
administrativo estos valles costeros estaban sometidos a la jurisdicción del
corregidor de Chucuito.

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Había en Sama tenientes de corregidor dependiente de aquella metrópoli
altoandina. El curato de Tarata y Putina, inicialmente, pasó a formar parte del
Obispado de La Plata. (Cúneo Vidal) en virtud de la real Cédula de fecha 11 de
febrero de 1553, firmado por Carlos V. En 1614, el Virrey del Perú, Juan de
Mendoza y Luna, Marqués de Montesclaros, en atención a las nuevas
disposiciones del Papa y del Rey, ordena una nueva división eclesiástica
conformando cuatro obispados: Cuzco, Trujillo, Huamanga y Arequipa. Y en el
obispado de Arequipa aparece el corregimientos de Arica que comprendía a los
curatos de Tarata-Putina.

Más tarde en 1754 se habla del repartimiento de Tarata, de acuerdo a la


revisita que se practicó albergaba a 409 indígenas tributarios que pagaban
1413 pesos y 1 real por tributo indígena; de los cuales se sufragaba al Cura y al
Cacique, quedando para el erario real 1010 pesos y 4 y medio reales.
Procedían de los ayllus ancestrales: Tarucachi, Chaspaya, Maure y Ticaco.
(Dagnino, 1909). El repartimiento de Tacna en desde los tiempos de Pedro
Pizarro (1540) albergaba a 1481 indios tributarios. Y cuando se hizo la visita
general durante el gobierno del virrey Toledo (1570-1575) esta cifra inicial bajó
drásticamente a 660 indios tributarios.

La población total de Tacna había descendido de 7,405 personas de todas las


edades en 1540 a 2849 en 1575. Esto se debió a las condiciones generales de
vida de la coyuntura de los inicios de la invasión española en la región:
sobrexplotación, enfermedades y otros factores como el desgarramiento que
trajeron las reducciones como veremos seguidamente. Durante esta visita se
reconocieron los repartimientos de Tacna, Yiabaya, Ho-lle; Sama y Tarata
estaban asignados a la provincia de Chucuito, como se observó anteriormente.

LA REDUCCIÓN

Tras la dolorosa pérdida de los sistemas organizativos y políticos antiguos o


prehispánicos, los naturales tuvieron que soportar un nuevo desgarramiento,
quizá más doloroso: la reducción.

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Señala María Rostworowski (1993) que desde muy temprana fecha el régimen
colonialista quiso implantar las reducciones de indígenas, "pero las guerras
civiles entre españoles impidieron poner en práctica ese plan." Sólo ciertos
lugares como en Los Reyes o Lima se adelantaron por la necesidad de repartir
las tierras pertenecientes a los naturales de Lima, para otorgarlas a los nuevos
vecinos que no disponían de solares y huertas.

Con miras a la eficiencia y control colonialista del tributo y de' la catequización


religiosa, el virrey Toledo ordenó a los indígenas el abandono de sus poblados
ancestrales, sus campos para ocupar unas aldeas o reducciones según
criterios europeos. Pero como se sabe no se logró este objetivo, en lo esencial;
pues los indígenas estaban habituados desde siempre al sistema de ocupación
espacial y de aprovechamiento de recursos en territorios discontinuos,
territorios continuos, y otras formas, diversas.

Según Mendiburu, solamente en la época de Toledo (1572-1574) fueron


fundadas 614 reducciones entre cuales cabe mencionar Tumbes, 'Otusco,
Cajabamba, Huancayo, Abancay, Tacna, Puno, etc. Las reducciones erigidas
en lo que actualmente Constituyen los departamentos Lambayeque, La
Libertad y Cajamarca 'son un poco anteriores, de 1565 y 1566 al igual que la
de Santiago del Cercado las goteras de Lima (Espinoza,1980).

El proyecto reduccional consistía en hacer corresponder las jurisdicciones


cacicales con doctrinas o curatos; pero no siempre se logró este propósito.

En los valles de Moquegua, por ejemplo, según Teresa Cañedo-Arguelles


(2003) estas reducciones fracasaron porque "era natural el apego que los
indios tienen a vivir más contentos en las chozas de sus chacras" .Sin
embargo, no diríamos que fracasaron sino que no se logró la totalidad de sus
planes, ya que tiempo después en 1793 el intendente Antonio Álvarez y
Jiménei encontró que en cada pueblo-cabecera había una reducción, y que los
indígenas seguían viviendo en forma dispersa en sus ayllus y parcialidades
ancestrales, cuyas tierras eran reconocidas por el derecho colonial como "de
reparto".

A estos puntos los españoles llamaron después "anexos", con referencia al


pueblo principal o reducción. Un proceso semejante se vivió en los valles de la
cuenca del río Locumba. Aquí se estableció la reducción en el pueblo-cabecera

27
de los apóstoles de Ilabaya con residencia del cacique con sus poblacIPs
originarios de Locumba, Ilabaya y Candarave. Luego en el repartimiento de llo-
Ite en el pueblo cabecera San Antón de lte. En el repartimiento de Tacna, su
población se redujo en los pueblos de San Martin de Copa (Codpa), San Pablo
de Logias (Laquiaca o Sama) y San Pedro de Tacana con 660 tributarios.

Obsérvese el control curacal por entonces de Tacana sobre Codpa y Laquiaca


o Sama. De Tarata-Putina se tienen noticias de la temprana incorporación de
estos pueblos al curato y dependencia de La Plata o Charcas en 1553; aunque
aún no se tiene noticias pormenorizadas.

En el informe final de 25 de marzo de 1575 presentado por Maldonado al rey


señaló que redujo 226 localidades dispersas y habitadas de la provincia de
Colesullo (entre el río de Arequipa y el río Loa), a 22 pueblos, con de trece
doctrinas.

DOCTRINA E IGLESIA

Al mismo tiempo del establecimiento de los repartimientos y encomiendas, se


erigieron las tareas propias de evangelización en la doctrina cristina y católica
para ejercer el control ideológico y tributario de los indígenas. Las nuevas leyes
(1542) habían impuesto esta fórmula también. Candarave, por cierto, era una
parte de Ilabaya, desde el periodo prehispánico, ya desde una perspectiva del
control cuencal, como étnico. En la región habíadesde antes de la llegada de
los españoles un curaca por cuenca: El curaca de Ilabaya lo era también de
Candarave.

Esta organizaCión político-administrativa resultante, se engarzaba al, control


religioso. Las encomiendas debían contar con curas doctrineros para la
"evangelización de los indígenas" como señalaban los documentos oficiales.

El servicio religioso siempre fue realizado por la iglesia de Ilabaya al ayllu y


pueblo de Candarave, hasta que años después, durante el corregimieto, el año
1777, se erige el curato de Candarave, dentro del curato del de Ilabaya.

Entre 1543 y 1553, los curatos de Ilabaya, La Quiaca, Tacna, Arica y Tarapacá,
formaron parte de la jurisdicción del Obispado del Cuzco.

28
Por Real Cédula de fecha 11 de febrero de 1553, Carlos V, se precisó los
límites de los obispados del Cuzco y La Plata o Chuquisaca, de tal modo que el
curato de Ilabaya-Candarave continuó formando parte del Obispado del
Cuzco.(Cúneo Vidal, Rómulo.

Historia de la Fundación de la Ciudad de San Marcos de Arica.T V). De Tarata-


Putina se tienen noticias de la temprana incorporación de estos pueblos al
curato y dependencia de La Plata o Charcas en 1553. Tacna, por su parte, en
estos años "además de ser cura de españoles residentes en Sama y Azapa"
dependía del Obispado del Cuzco.

Posteriormente, el territorio de Ilabaya- Candarave fue gobernado por los


corregidores entre 1565 y 1784. El corregimiento fue creado como una
institución para corregir los abusos, corrupción y excesos de los
encomenderos, situación que iba en menoscabo del fisco.

El 17 de junio de 1565 fue nombrado don Francisco Rodríguez Almeida primer


corregidor de Arica, con jurisdicción desde llo hasta Tarapacá. Abarcó
inicialmente un territorio comprendiendo los pueblos de Ilabaya, Locumba,
Sama, Tacna, Arica y Tarapacá. Dice Alejandro Málaga (1994) que "la
extensión de este corregimiento-Vicaria era por la costa desde Tambo hasta
Tarapacá, y por la sierra desde la doctrina de Candarave hasta los pueblos de
Pachica y Esquiña, situados en la cabecera de Kara y Camarones; los valles de
Azapa, Locumba e lío fueron los más fértiles".

En base a una autorización del Papa un decreto del 8 de marzo de 1624 dado
por el virrey del Perú, Marques de Montesclaros, el corregimiento de Arica
correspondía a la diócesis del Obispado de Arequipa.

El curato del pueblo de Ilabaya y Candarave, como el de Tacna, tenían


asignados un cura doctrinero. Es de entenderse que desde 1614, y ratificado
luego en 1624, el pueblo y capilla de Candarave recibía el servicio religioso del
cura doctrinero de Ilabaya. Fue la congregación de los dominicos la encargada
de dicho servicio.

A partir de 1784, la anterior jurisdicción del corregimiento, fue remplazada por


el de la Intendencia. Las intendencias se subdividieron, a su vez, en
subdelegaciones o partidos.

29
Por ello, el corregimiento de Mea fue remplazado por la subdelegación o
Partido de Arica; a su vez, esta instancia dependía de la Intendencia de
Arequipa.

En lo eclesiástico, la subdelegación de Arica estaba subordinada al Obispado


de Arequipa.

LOS ASPECTOS DEMOGRÁFICOS

En 1549 el Gobernador La Gasca otorgó a Hernán Rodríguez en encomienda a


299 indígenas tributarios de Ylabaya-Candarave, que tenían por cacique a don
Hernando Escoque y por principales a don Martín y don Francisco.

Estos datos son los primeros que se tienen sobre la población de Ilabaya-
Candarave desde los años iniciales de la encomienda. Si se multiplica este
número de población de 299 tributarios por el ratio de 5.1 o 5 que aconsejan los
especialistas del periodo (Trelles, 1983; Hidalgo, 2004) tendríamos una
población total de 1,524 personas, incluyendo a los niños, mujeres y ancianos y
por cierto a los tributarios.

Según Cúneo Vidal (1977) esta población correspondería a los encomendados


"indios de Ilabaya, Sinto, Margarata, Curibaya, Candarave, Locumba, Sitana,
Camiara e Ite (que) estuvieron obligados a pagar a su encomendero."

No disponemos de una información pormenorizada a nivel de cada poblado o


ayllo y sus tributarios del entonces naciente repartimiento de Ilabaya. Años
después durante la Visita que hizo el virrey Toledo en 1570-75 en todo el
territorio andino, la población indígena del repartimiento ascendía a 1,468
personas; de ella 299 eran tributarios cuyas edades fluctuaban entre los 18 y
50 años.

Los indígenas del repartimiento de Ilabaya pertenecían a los ayllus ancestrales


de la cuenca: Borogueña, Callancachi, Ilabaya, Candarave, Locumba, y Sagollo
dedicados a las tareas agrícolas, mita, servicios personales, ganadería de
altura y minería. Se sabe que en 1577 falleció Hernán Rodríguez; y le sucedió
como segundo encomendero de Ilabaya, su hijo el capitán García de Castro y
Mazuelos. Según Barriga en su "Arequipa y sus blasones" en 1578 "El

30
repartimiento de Hilavaya (Ilabaya), encomendado en García de Castro, tenía
299 indios tributarios y 1,468 personas reducidas en un pueblo llamado los
Apóstoles de Ylabaya.

En la "Relación de tributarios hecha por mandato del virrey Marqués de


Mancera en 1591, "comprendió 299 indios tributarios y 168 mujeres, ancianos y
niños exentos del tributo, reducidos en el pueblo de San Pedro de Ylabaya,
cabeza de la Doctrina de los Apóstoles de Ylabaya, los cuales tributarios
pagaban 2,260 pesos, 4 reales en cada año, de los que correspondían a S. M.
452 pesos". (Cúneo Vidal, 1977) Si se compara esta cantidad de tributarios
registrada por los funcionarios del virrey Marqués de Mancera con la realizada
por el virrey Toledo, se tiene una cantidad estable o constante de 299
indígenas de 18 a 50 años contribuyentes y cabezas de familia. Una cifra que
puede levantar más de una hipótesis, pues desde 1570-75 a 1591 hay dos
décadas de distancia.

Esto evidencia una real pero relativa caída de la población. Con mayor razón si
este guarismo se compara con el dado por Cúneo Vidal para la población
tributaria de 1549 de 299 cuando se inició la encomienda.

Como se observará hay una franca y drástica caída de la población en términos


absolutos y relativos entre 1549 y 1618 en la población indígena de Ilabaya
Candarave, es decir en sólo 69 años iniciales de la colonia.

Esta población de 1549 se redujo a la tercera parte, al 34% de ella en 1618,


cuando visitó el repartimiento el religioso Vázquez de Espinoza. La
sobreexplotación de la población indefensa, el ataque de epidemias traídas por
los españoles, terminaron por consumar semejante catástrofe poblacional en el
valle. Según Dagnino (1909) la primera información escrita que se tiene sobre
la reducción de Tarata, es la de 1754. Precisamente en este año se-practicó
una revisita que arrojó una población de 409 indígenas tributarios que pagaban
1413 pesos y 1 real por tributos indígena; de este recaudo se sufragaba al Cura
y al Cacique, quedando para el erario real 1010 pesos y 4 y medio reales.
Procedían de los ayllus ancestrales: Tarucachi, Chaspaya, Maure y Ticaco.
(Dagnino, 1909).

Tarata estaba formada por 5 pueblos:Tarata, Ticaco, Chaspaya, Alaure y


Tarucachi.(Resaltado nuestro); además de 9 ayllus que en conjunto sumaban

31
450 originarios y 54 forasteros; de los originarios se "rebajaban" 41 tributarios,
es decir, se les excluía del pago del tributo por sus cargos de caciques,
cobradores de tributos, alcaldes, regidores y ayudantes de la iglesia. Cada
originario no rebajado debía pagar un tributo de tres pesos y un real dos veces
al año y los forasteros dos pesos cuatro reales, o sea que en conjunto pagaban
1.413 pesos y 1 real por tercio, o 2.826 pesos con dos reales al año; en
consecuencia, los mitmas lupaca y los yungas tenían las mismas obligaciones
tributarias. Se puede suponer que al establecerse las tasas, los funcionarios
hispanos no apreciaron diferencias de riqueza entre ellos. (Hidalgo, 2004):

La Revisita General y empadronamiento de los indios de Tarata de 1768,


levantada durante la gestión del corregidor don Miguel Salcedo refiere de la
existencia de nueve ayllus y que los originarios pagaban una tasa anual de 6
pesos con 2 reales (Hidalgo, 2004).

La siguiente revisita de Tarata se hizo en 1773 por el corregidor Demetrio


Egan, en esta se encontró que el "Partido del Pueblo de Tarata que tiene los
quatro ayllus de Collana, Yunga, Guana Cuni y Lancata, y los cuatro Pueblos
de Tarucache, Ticaco, Challaguaya y Aransaya y de estos dos el anejo de
Chaspaya y el Aillo del Maure que se compone de estancias (Egan: f. 81v,
citado por Hidalgo).

Se confirman los cuatro ayllus de Tarata que aparecen en la visita de Cárdenas


de 1756. Dice Hidalgo que en la lista de pueblos hay diferencias que pueden
atribuirse "al escribano -parece obvio que el ayllo Alaure de 1756 debe ser el
Maure de 1773- y cambios en la percepción: de pueblo formado por dos ayllos,
Chaspaya ha pasado a ser anexo; Challaguaya, un antiguo ayllo es descrito
como pueblo. Asimismo, el ayllo Mancazava es reemplazado por el pueblo de
Aransaya."

Al final se contabilizaron 632 tributarios, 86 reservados, 582 muchachos hasta


18 años y 1.503 mujeres, con un total de 2.803 personas.

La revisita que se ha conservado más completa es la de 1775. Se contaron


2,804 pobladores indígenas en el repartimiento de Tarata que abarcaba ocho
ayllus denominados Collana, Aransaya, que posteriormente se conoció como
"La Quebrada", Tarucache, Maure, Lancata, Huanacuni, Ticaco y Challaguaya.
(Cavagnaro, 2005)

32
En todos los referidos ayllus la población se distribuía, de acuerdo con el
propósito recaudador de la Revisita, en: Indios Tributarios, Reservados,
Muchachos y Mujeres. Los Tributarios eran los indígenas varones comprendi-
dos entre los 18 y los 50 años de edad. En el censo referido sumaban 632
personas. Los Reservados, eran los varones mayores de 50 años de edad y
exonerados del pago del tributo indígena. En el censo llegaban a 87. Con la
denominación de Muchachos se incluía a todos los varones desde su infancia
hasta que cumplían los 18 años de edad.

En el censo llegaban a 582. Las mujeres constituían una categoría única


puesto que no tributaban. Eran un total de 1,503 personas. Sin embargo,
fueron utilizadas para el servicio no pagado, ya en la construcción de locales
comunales, centros de confecciones o textilerías, y ayuda en servicios al cura
doctrinero, aparte de las tareas agrícolas, quedándoles un nulo espacio para
las tareas domésticas.

Para el caso de Tacna, su población habría descendido de 7,405 personas en


1540 a 2,849 en 1575, cuando se dio la visita general del virrey Toledo.

LA JURISDICCIÓN POLÍTICO-ADMINISTRATIVA: EL CORREGIMIENTO

LOS CORREGIMIENTOS

Los corregimientos fueron divisiones administrativas y territoriales de la corona


española. Para cumplir las funciones administrativas recibieron el apoyo de
caciques y curas. En 1569 el gobernador, capitán general y presidente de la
Real Audiencia de Lima, Lope García de Castro, cumpliendo la Real
Ordenanza del 27 de junio de1565, creó los corregimientos de indios.

El territorio fue gobernado por los corregidores entre 1565 y 1784, como se
afirmó anteriormente. El corregimiento fue creado como una institución para
corregir los abusos, corrupción y excesos de los encomenderos, situación que
iba en menoscabo del fisco.

El 17 de junio de 1565 fue nombrado don Francisco Rodríguez Almeida primer


corregidor de Arica, con jurisdicción desde llo hasta Tarapacá. Abarcó

33
inicialmente un territorio comprendiendo los pueblos de Ilabaya, Locumba,
Sama, Tacna, Anca y Tarapacá.

Dice Alejandro Málaga que "la extensión de este corregimiento-Vicaría era por
la costa desde Tambo hasta Tarapacá, y por la sierra desde la doctrina de
Candarave hasta los pueblos de Pachica y Esquiña, situados en la cabecera de
Kara y Camarones; los valles de Azapa, Locumba e llo fueron los más fértiles".
Esto supone que la doctrina de Tarata, que comprendía a la de Tarucachi,
formaba parte de esta extensa vicaría en su franja serrana"

Se tiene referencias que por acción de las reformas toledanas de 15731575 se


redujeron los ayllus y aldeas prehispánicas de Tacna en "pueblos de indios"
con el objeto de hacer más efectivo el cobro de los tributos y aculturar a la
población sometida, a través de la prédica cristiana.

Desde entonces habían "pueblos de indios" —como llamaban los españoles-o


reducciones —como decían los documentos oficiales- bajo la férula del
encomendero o del corregidor y sus tenientes. Se conocen tenientes de
corregidores que actuaban en Locumba, Tacna, Sama, llo-Ite y Tarata. Estos
cargos se remataban al mejor postor, y para recuperar el dinero invertido en su
compra, estos funcionarios reales expoliaban con creces a la población.

LOS CORREGIDORES
Los corregidores eran nombrados por el Rey, mediante el Consejo de Indias,
pero también podían ser designados por el virrey, en tal caso gozaban de un
periodo más corto de gobierno, existían corregimientos de españoles y de
indios

El corregidor era un funcionario situado, por debajo del virrey, encabezando


las instituciones locales a nivel provincial Representaban al poder ejecutivo y
al judicial, teniendo amplia autoridad que sólo se veía limitada por el poder
del cabildo. Entre sus funciones estaban las de conservar el orden y la
buena marcha de su corregimiento, hacer cumplir las leyes y resolver los
pleitos entre los indios, cobrar los tributos a los indios, corregir los abusos
cometidos contra los indios, este último lamentablemente fue todo lo
contrario.

34
Entre ellos tenemos a los siguientes:

a) Diego García Alfaro


b) Juan Ramírez Zegarra
c) Pedro de Valencia
d) Catillo de Vargas
e) Hernando de Hoces
f) Alonso de Moxo
g) Pedro de Valencia
h) Francisco Arias Herrera
i) Rui Díaz de Valdivia
j) Francisco Sarmiento
k) Alonso García
l) Francisco del Campo
m) Pedro de Valencia
n) Rodrigo de Campusano

ABOLICIÓN DE LOS CORREGIMIENTOS:

Muchos corregidores avaros provocaron revueltas y rebeliones indígenas,


siendo la más importante la que lideró Túpac Amaru II en 1780.

En 1784, después de la Rebelión de Túpac Amaru II, la Corona suprimió los


corregimientos y dividió al Perú en 7 intendencias (departamentos), que a su
vez se dividían en partidos (provincias). Sus jefes (los intendentes y los
subdelegados) tenían las mismas funciones que los corregidores, pero
recibían mejores sueldos y estaban prohibidos de hacer "repartos
mercantiles".

35
ECONOMÍA Y ORGANIZACIÓN SOCIAL DE LA COLONIA

La investigación histórica del sistema colonial ha dado pasos agigantados en


los últimos años. Hay una especialización cada vez creciente. Por esto
sabemos hoy que el último cuarto del siglo XVI, se vio un renacimiento y
sextuplicación de la producción de plata, debido a las reformas de Toledo.

La imagen de que la colonia remitió puntualmente a la metrópoli no es exacta;


los trabajos de Carlos Sempat Assadourian afirman que una parte considerable
del capital de la producción de plata no fue enviado a la metrópoli, se dirigió
más bien a una diversificación regional en el espacio económico
andino.(Klarén, 2013). Más bien en los inicios de la invasión se dio una definida
"economía de enclave" de la plata, fundamentalmente.

Carlos Contreras (2014) historiador económico, señala que la autonomía


económica colonial se habría dado entre 1620 y 1700. A partir de entonces la
crisis minera de la plata no permitió remitir la totalidad de remesas a la
metrópoli; y su caída fue provocada por las guerras en las que se metió Felipe
IV (1621-1665) y el avance de los corsarios ingleses, lo que alentó el
contrabando y el fraude institucional.

La consolidación del sistema colonial entonces se dio gracias al apogeo de la


minería fundamentalmente de Potosí y al sistema de haciendas. Fue el virrey
Toledo quién promovió importantes innovaciones tecnológicas, e inversiones
con este fin, y además de asegurar la concurrencia compulsiva de fuerza de
trabajo campesina a la minería; y por último vinculó Potosí con Huancaveliva,
estableciendo un círculo mercantil para la creciente demanda de insumos para
el sector minero como el azogue.

El inmenso mercado minero resultante generó rutas mineras articuladas al


Puerto de Anca, en donde los valles de Locumba, Ilabaya, Candarave, Tacna,
Tarata, Moquegua y Azapa, desde muy temprano, proveyeron de productos
agrícolas como de vinos y aguardientes. El virrey Toledo asimismo, promovió
sendas ordenanzas, entre 1572 y 1576, a través de las cuales obligaba al
campesinado andino a dirigirse hacia los espacios económicos abiertos por el
sector mercantil de la economía colonial para asalariarse en los centros
mineros o en las nacientes haciendas coloniales. (Gundermann, 2005). Lo que

36
no quiere decir que la mita minera no estuviera establecida en las jurisdicciones
cercanas a dichos yacimientos.

A la apropiación española de las tierras del Inca y del Sol, siguió a partir de la
década de 1570 una reorganización de la ocupación antigua de la tierra. Con
este motivo el virrey Toledo establece las reducciones de indígenas a pueblos y
a la par las antiguas tierras en manos de ambiciosos españoles.

Como consecuencia de estos cambios fundamentales de la economía colonial


se incrementa los espacios urbanos tanto en Lima y potosí estimulando la
llegada de nuevos núcleos de inmigrantes españoles dispuestos a ampliar la
explotación en alza. Aparece la especulación comercial entonces y el
monopolio a gran escala dirigido por comerciantes peninsulares coludidos con
la elite colonial gobernante.

En el periodo de la crisis colonial, en las cuencas en donde se asentaron los


pueblos de Tacna, es decir, las de Locumba, Sama y Caplina, se desarrolló la
producción agrícola, el comercio monopólico, y el arrieraje. Asimismo, la
economía natural campesina se desarrollaba en las alturas de Tarata,
Candarave y los altos de Tacna.

En el litoral, la pesca tuvo una importancia especial en la diversificación


económica y en el rol jugado por los pueblos dedicados a esta actividad. Pero
la actividad que jugaba el rol articulador de esta dinámica fue la minería del Alto
Perú como del sistema de haciendas dedicada a la producción de vinos y
aguardientes. Todas estas actividades productivas estaban articuladas por una
infraestructura de comunicación y arrieraje que circulaba entre yacimientos
mineros, pueblos, villas y puertos como el de Anca.

Desde los inicios de 'la colonia, la minería tuvo gran impulso a raíz del
descubrimiento de las minas de plata de Potosí (1545), Huantajaya (inicios del
siglo XVII) y luego Mecalaco, a mediados de 1700. Asimismo, el
descubrimiento de azogue o mercurio en Huancavelica trajo buenos augurios
para la expansión argentífera. La gran propiedad de la tierra estaba en manos
de las familias españolas y criollas dueñas de las haciendas vitivinícolas y de
panllevar.

37
Algunos grandes propietarios residían en Arequipa o Lima. Las relaciones de
producción semiservil y mercantil del feudalismo colonial presidían el trabajo de
los indígenas para la producción de bienes agrícolas.

Coexistieron entonces dos sectores productivos diferenciados: uno dirigido


hacia el mercado externo, productor de materias primas (vinos y aguardientes,
azúcar, algodón, trigo) dirigido al mercado altoperuano, y dependiente de la
evolución del mercado internacional, y otro dirigido al autoconsumo del
mercado interno. El primer sector estuvo controlado por los hacendados de
Tacna, Sama, Locumba, Cinto, Ilabaya, y el segundo, por los agricultores,
campesinos y comuneros locales de los valles costeros e interandinos.

LA ESTRUCTURA SOCIOPOLÍTICA

A la estructura económica descrita le corresponde unas relaciones sociales y


políticas propias. La sociedad regional de esos años, se encontraba
profundamente dividida y fragmentada, con serios enfrentamientos entre sus
componentes por sus disimiles intereses referidos al acceso al agua, al control
de la tierra (entre hacendados españoles y criollos contra indígenas
campesinos); la imposición de los repartos y alcabalas por funcionarios
públicos y exacciones de los curas, entre otros.

La clase dominante regional en realidad fue un pequeño núcleo de poder


conformado por hacendados y comerciantes peninsulares y criollos dedicados
a la arriería, la agricultura de las haciendas (vinos y aguardientes, ají, granos) y
del comercio interno. Se añade a ella la aristocracia indígena a través de los
caciques de cada pueblo cabecera de Tacna, Tarata e Ilabaya.

Los sectores populares lo integraban los pequeños campesinos indígenas


insertados en una economía de subsistencia orientada al pago del reparto, el
tributo indígena, las gabelas de los curas y otras exacciones, así como
mestizos trabajadores del campo y la ciudad, quienes, dirigían sus excedentes
al mercado local. Los esclavos de origen africano constituían mano de obra
dedicada a labores de hacienda o domésticas. En la sociedad jerarquizada

38
colonial, la propiedad sobre estas personas significaba un claro signo de poder
y distinción social.

Cuando se creó el corregimiento de Adca, comprendía a los repartimientos de


Ilabaya —con sus pueblos de Locumba y Candarave-, llo-Ite y, Tacna, tenía
como máxima autoridad política al corregidor de Ñica y Tacna con residencia
en la ciudad de Añca. La autoridad del cabildo de españoles correspondiente a
la ciudad de Adca. Posteriormente, en 1784, la anterior jurisdicción del
corregimiento, fue remplazada por el de la Intendencia. Las intendencias se
subdividieron, a su vez, en subdelegaciones o partidos. Por ello, el
corregimiento de Anca fue remplazado por la subdelegación o Partido de Arica;
a su vez, esta instancia dependía de la Intendencia de Arequipa. La autoridad
política mayor en Anca con jurisdicción sobre Tacna fue el Subintendente o
Gobernador Subdelegado. Además en Anca había un comandante militar con
mando sobre a ciudad de Tacna.

En el pueblo de Tacna desde su creación como reducción de indígenas había


un Alcalde de naturales, seguido del Alcalde Mayor, el Alcalde Ordinario y dos
Alguaciles. En su conjunto formaban el Cabildo, que era presidido por el
Alcalde Ordinario de Españoles. Fue tradición que la segunda persona del
cacique, en este caso los Quelopana asumieran el cargo de alcalde mayor de
los naturales de Tacna, como desarrollaremos más adelante.

LA RELIGIÓN

La incorporación de las iglesias tuvo lento proceso en donde se pudo


distinguir diversas etapas. La más antigua y de las primeras data a mitad del
siglo XVI entre 1536 y 1540, lo que comprende a los evangelizadores que
acompañaron en las expediciones del sur a Almagro.

La segunda etapa a partir de 1541 caracterizada por la incorporación de


doctrineros en las encomiendas y la tercera en 1553 con la organización
diocesana y la determinación de jurisdicciones parroquiales.

Entre las principales funciones que tuvieron los grupos religioso eran las de
atender a las necesidades espirituales del conquistador español. Los

39
doctrineros se establecieron desde 1541 para y enseñar las cosas de la
Santa fe Católica a los indígenas de las encomiendas.

LOS INDIOS TACANAS, UNA CRONICA PÉRDIDA

Don Pedro Pizarro, como uno de los últimos Pizarros del Perú, fue
merecedor de un alto prestigio. Por alrededor del año 1572 terminaba de
escribir una crónica con título ‘’Relación del descubrimiento y conquista de
los reinos del Perú’’, aparte de esta, Pedro Pizarro había escrito años atrás
una supuesta crónica que detallaba acerca de las costumbres de los indios
tacanas según lo indica un historiador arequipeño de nombre Eduardo
Ugarte, pues el historiador había localizado en los archivos regionales
arequipeños una escritura fechada que data del año 1562 hecha por Pedro
Pizarro en donde indicaba haber entregado al rey un tratado en donde se
manifestaba sobre las costumbres de los indios tacanas, esta crónica pudo
haber sido de gran consideración para los amantes de la historia pero
lamentablemente la crónica nunca fue encontrada.

LOS FRUTOS DE LA COLONIA

Existieron diversas frutas que los españoles consideraban deliciosa y que


encontraron en los valles de Moquegua y Tacana, Don Pedro Pizarro
destaco a las guayabas considerándolas como frutas sabrosas, dulces y de
fácil digestión.

El pepino también sobresalió y los españoles la describían como una fruta


de sabor dulce, textura suave y muy jugosa. Los indígenas la conocían con
el nombre de cachun. También sobresalió la madera del pacae que
abundaba en los valles de Moquegua y que sirvió para la fabricación de
navíos en el siglo XVI. Se habla también un poco de la palta, que en un
comienzo la llamaron pera y que de igual manera abundaba en Moquegua.

40
Algunas frutas que probablemente fueron importadas de otros lugares del
continente fueron la tuna y el plátano.

LOS DONES DE ULTRAMAR

El trigo fue importante para los europeos, según algunos cronistas, una
mujer llamada María Escobar, trajo de España, medio almud de trigo que
distribuyo a los pobladores para que puedan cultivar.

La vid también fue otro importante cultivo porque influyo en la industria de


los valles de Azapa en Chile, Tacana, Locumba y Moquegua.

En la ganadería se trajeron a los caballos, los pollos y el ganado porcino.


Los caballos eran solo de uso exclusivo para los españoles ya que les
servían como transporte mientras que de los cerdos se aprovechó en gran
medida su carne y su manteca para consumo, se ha escrito también que el
chicharrón de chancho con maíz era uno de los platos favoritos de los
conquistadores

LOS DOMINICOS

Por la real cedula se encomendó a la orden de Santo Domingo la labor de


evangelizar al Perú, y aunque los primeros religiosos que estuvieron en el
territorio de Tacana eran solo servidores mercedarios, pronto hubo en la
religión presencia de dominicos

Desde inicios de 1542 se había encomendado a los dominicos Andrés de


Santo Domingo y Domingo de Santa Cruz, la provincia de Juli, a evangelizar
y predicar la fe en la provincia de Chucuito, esta provincia para ese entonces
incluía a los territorios de Moquegua, Tarata y Sama.

LOS PATRONOS DE TACANA

Lo más probable para la designación de los santos patronos fuese


consecuencia del establecimiento de las congregaciones religiosas a partir

41
de 1540. La elección de San Pedro como titular de la doctrina de Tacana se
pudo deber a dos razones:

 Al nombre de un encomendero.
 Porque recordaba el nombre de un navío que se salvó
milagrosamente.
 Porque el 29 de junio se celebró la primera misa en Tacna por la
fiesta de San Pedro.

LA VISITA DE GARCIA DE CASTRO A CHUCUITO

El gobernador de ese entonces, Lope García de Castro puso la mirada en la


provincia de Chucuito, que por no tener un encomendero, los tributos iban
entregados directamente al rey.

Para realizar una correcta expedición y estudio de la zona se debia


primeramente conocer la población, los recursos naturales, economía, fauna,
vegetación, etc... La visita se dio el 12 de febrero de 1567 y como resultado
final se concluyó que debido a su gran altitud y helado clima solo se podía
cultivar quinua, papas y cañigua. De donde más se sacó provecho fue de los
animales que ofrecían los pobladores del Altiplano como intercambio a los
pobladores de la costa, ya que les proveían de carne, cuero y lana, entre
estos animales principalmente se tenían a las ovejas y llamas.

LA CATASTROFE DEL FINAL DEL SIGLO

En 1599 la erupción del volcán Huaynaputina hizo creer a todos la idea del
fin del mundo, pues según la crónica de Poma de Ayala, detallaba con
mucho terror el ambiente que se vivió en ese entonces, manifestaba que el
volcán expulsaba bastante ceniza lo que provoco que la región estuviera a
oscuras cerca por casi un mes. En Arica los pobladores salían a las calles
atemorizados, algunos haciendo penitencia pensando que era el fin del
mundo.

42
HECHOS IMPORTANTES ACAECIDOS EN LA COLONIA EN LOS
SIGLOS 17 Y 18

 La palabra Tacna como se escribe en la actualidad fue inserta en


documento por primera vez, el 30 de marzo de 1612; así aparece en
un documento dirigido a Baltazar López de Segovia, Tenientes de
Corregimiento en el pueblo de San Pedro de Tacana de la
jurisdicción del puerto de Arica.

 Por el año de 1607, Tacna tenía nombrado a su primer Teniente


Corregidor, don Juan de Frías. Es digno de mencionar que por su
actividad y dinamismo se distinguieron en el Tenentazgo de Tacna,
diez Tenientes de Corregidor durante la Colonia.
 Los trabajadores indígenas escaseaban por el año 1608 para el
trabajo del beneficio y despacho de los azogues de Huancavelica;
hubo ocasiones que no encontraban ni 20 indios de 500 que
figuraban como habitantes del pueblo.
 A principios del siglo 17(1600) Tacna no constituía una ranchería
sino un pueblo con Teniente de Corregidor, con iglesia y cura
doctrinero y hasta con casas de cantería y adobes.

 Por el año de 1612 vinieron 40 indios de Hilabaya y 20n de Tarata y


Putina al puerto de Arica en la estación de invierno, como constituía
costumbre hacerlo cada año para la confección de izangas para los
arriendos que acarreaban el azogue de Oruro y Potosí,
permaneciendo en el puerto durante 6 meses.

 La primera iglesia parroquial con que conto Tacna fue destruida por
el terremoto ocurrido el 16 de setiembre de 1615. Posteriormente, en
el año de 1679, la edifico el cura Melchor Méndez de Rueda.
Volviese a desplomar reedificándola el cura don Manuel Zenteno.
Destroce por tercera vez en el terremoto de la madrugada del 18 de
setiembre de 1833, en que tuvo una duración de minuto y medio.

43
 Distinguiese por su vocación sacerdotal y fervor religioso desplegado
entre su feligresía por el año de 1680 al párroco de Tacna don
Melchor Méndez de Rueda.
 E l 29 de junio de 1719 se realiza en Tacana un acontecimiento de
gran trascendencia: la instalación de las Cajas Reales, siendo su
primer Tesorero don Juan Manuel Solórzano y Galarza.

 Las cajas Reales se instalaron en casa de propiedad de Dr. Ignacio


Cornejo. Recibiendo su apoderado con Francisco Blesson 100 pesos
al año por alquileres de la casa.

 En Tacana como otros pueblos del Perú, existió en la época del


Coloniaje el comercio de los esclavos negros. El 10 de noviembre de
1724 don José de Soto pagó 24 pesos a Don Beltrán Lucero por la
alcabala de compra en 600 pesos de una negra con su cría como
aparece inserta en documentos de la época.

 Por estos años se nombra el primer Encomendero de Sama, don


Eustacio Guzmán de la Cueva, construyéndose en Buena Vista una
parroquia por orden del Obispo de Arequipa Chávez de la Rosa, bajo
la advocación de San Jerónimo.

 El terremoto producido el 28 de octubre de 1746 destruyó gran parte


de la población. En este sismo, Tacna perdió su iglesia, realizándose
a continuación colectas entre feligreses, logrando el año 1755 se
inició la construcción del nuevo templo, encontrándose de Párroco, el
doctor don Francisco Matienzo.

 El nombre del valle de Sama aparece inserto por primera vez en


varios documentos por el año de 1661. El 2 de diciembre de este
mismo año figura en un documento por finiquitación del pago de
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alcabalas, se abona la cantidad de 360 pesos por los derechos de la
venta del ají cosechado en el valle de Sama por el Alférez Francisco
López de Cáceres, Teniente del valle d Sama; este pago se realizó
en la Real Caja de Arica.

 En los primeros años de la colonia los españoles introdujeron en


Tacna el olivo, el trigo, la vid y diversas variedades de árboles
frutales. El primer cacique de Tacan, Diego Cachi, en el año de 1586
poseía una rica viña en Tocuco con la apreciable cantidad de 16000
plantas y más.
 Por el mes de setiembre de 1767 se internaron en el pueblo de
Tacna 60 Jesuitas procedente del Colegio de Oruro por orden del
señor Presidente del a Real Audiencia de Lima, para ser deportados
a Europa por el puerto de Ilo; uno de ellos falleció en Tacna.

 En el terremoto del año 1615 que asoló la región del Sur del Perú, en
Tacna fue destruida su iglesia y las casas de adobe y cantería fueron
arrasadas sin quedar parada una sola piedra.

 El primero Corregidor de Arica que visita Tacna por asuntos


concernientes al servicio fue don Antonio Beltrán de Guevara. En
comunicación dirigida por éste al Teniente de Corregidor don
Baltazar Lòpez de Segovia le comunica que espera la llegada del
navío que conduce el azogue y que: “Serán necesarios 36 indios
para el desembarque d este mineral” que deben estar listos para ser
enviados al puerto de Arica.

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DE LA COLONIA A LA INDEPENDENCIA

LA CRISIS COLONIAL

En el siglo XVIII, se produjo una gran crisis en corona española.

La crisis se extendió también a las actividades productivas con el


agotamiento de los minerales y azogue,

En 1776 gobernaba en España Carlos III, que con su pensamiento se había


propuesto en sacar dela crisis a España por lo que promulgo el aumento de
los impuestos.

LA REBELION DE TUPAC AMARU

El 4 de noviembre de 1780, Túpac Amaru apresó al corregidor Antonio de


Arriaga y lo obligó a entregarle dinero, armas y animales. Seis días después
de su captura lo mandó a ejecutar públicamente.

Esta noticia llegó al Cusco, lo que hizo que el corregidor de esa ciudad
organice una defensa e informara a Lima de la situación. El movimiento
siguió creciendo, y las filas de ambos bandos se engrosaron.

El 18 de noviembre de 1780 se enfrentaron en Sangarará (Cusco), donde


triunfaron los rebeldes. Pese a ello y luego de varias luchas, las tropas
represoras enviadas desde Lima por el virrey Jáuregui derrotaron y
capturaron a Túpac Amaru II el 5 de abril de 1781, condenándolo a muerte.

El 18 de 1781 mayo intentaron descuartizarlo vivo en medio de la plaza del


Cusco pero no pudieron; por ello, lo decapitaron poniendo fin a su vida y a la
rebelión indígena, que marcó una etapa importante en la historia peruana

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INSURRECCIONES DE TACNA

 EL LEVANTAMIENTO DE ZELA-1811

Francisco Antonio de Zela fue notable por realizar el primer levantamiento


por la libertad en la ciudad de Tacna, el 20 de junio de 1811, como primer
intento de la Independencia del Perú. Francisco Antonio de Zela fue
apoyado por un grupo de criollos, mestizos e indios, entre ellos los
caciques de Tacna Toribio Ara y su hijo José Rosa Ara además del
cacique de Tarata Ramón Copaja.

Recibe el título de Comandante Militar de la Unión Americana.La rebelión


de Tacna estaba en estrecho contacto con la revolución de Argentina,
iniciada en Buenos Aires el 25 de mayo de 1810. Zela enarboló una
bandera con colores azul y blanco a cuatro campos triangulares y similares
a la bandera de la Junta Suprema de Buenos Aires.[1]

Los argentinos enviaron un ejército (Ejército del Norte) a Charcas (Bolivia),


bajo el mando del general Antonio González Balcarce y el abogado Juan
José Castelli. De allí enviaron proclamaciones a varias ciudades del Perú,
invitándolos a que las sigan en la revolución. La ciudad de Tacna fue la
primera en responder bajo la dirección de Francisco Antonio de Zela,
ocupando el cuartel de caballería Regimiento Dragones del Rey.

Pero el mismo 20 de junio las fuerzas virreinales derrotaron al Ejército del


Norte en la Batalla de Guaqui, al borde del Lago Titicaca, y Francisco
Antonio de Zela nunca recibió la ayuda necesaria. Mientras en Tacna logra
tomar el regimiento de Dragones del Rey estableciendo por escasos tres
días un estado libre. Cuando llegan las terribles noticias, causaron un
problema en la moral de las tropas de Francisco Antonio De Zela y
consecuentemente, fueron derrotados por los españoles. Capturaron a los
líderes principales de la rebelión, entre ellos Francisco Antonio de Zela.

Fue condenado al destierro y prisión por 10 años en Chagres (Panamá).

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 EL LEVANTAMIENTO DE PAILLARDELLI-1813

La Rebelión de Tacna de 1813, conocida también como la Segunda


revuelta de Tacna, fue una insurrección independentista que estalló el 3 de
octubre de 1813 en Tacna. Fue acaudillada por los hermanos Enrique y
Juan Francisco Paillardelli, el alcalde Manuel Calderón de la Barca, entre
otros patriotas, y contó con el apoyo del cusqueño Julián Peñaranda. Esta
rebelión, al igual que su antecedente, la insurrección de Tacna de 1811, se
puso en relación con los revolucionarios argentinos, que en 1813
invadieron por segunda vez el Alto Perú, esta vez bajo el mando del
general Manuel Belgrano.

Tras la toma de Tacna, los patriotas marcharon a Moquegua con dirección


a Arequipa, pero fueron derrotados por los realistas en la batalla Camiara
(31 de octubre de 1813). La noticia de la derrota de los argentinos en
Vilcapuquio acabó con las esperanzas de recibir apoyo exterior y los
patriotas tacneños se dispersaron. Los hermanos Paillardelli pasaron al
Alto Perú, donde se reunieron con los restos de la expedición de Belgrano
en Argentina

 EL LEVANTAMIENTO DE MILLER EN 1821

La lucha por la Independencia del Perú unió a criollos e indios. También a


esclavos. Ese es el caso de Ildefonso, quien, cuando el general inglés
Guillermo Miller quiso reducirlo a ser un ayudante de cobertizo, protestó y
pidió ir junto a él y enrolarse al Ejército Libertador San Martín. Luchar por
la patria era el norte. En ese propósito, Tacna no había claudicado en
lograr la Independencia del Perú, pues, como se recordará, en junio 1811,
Francisco de Zela había dado el “primer grito de libertad”. Esa convicción
estaba siempre en alza. Como describe el historiador Luis Cavagnaro en
Materiales para la historia de Tacna (2007), a comienzos de mayo de
1821, el almirante Cochrane y el mariscal Guillermo Miller se desplazaban
entre Arica y Tacna con cierta facilidad ante el repliegue de los realistas,
aunque estos últimos intentarían luego un contraataque.

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Mientras tanto, también Miller recibía información completa del
desplazamiento de las fuerzas realistas a través de una red de pobladores
informantes que apoyaban la causa independentista. Ante tales
revelaciones, Miller envió una misiva a San Martín el 20 de mayo de 1821
dando cuenta de tales hechos.

Miller dio cuenta de que, si quería evitar ser vencido por los realistas,
tendría que tomar la iniciativa y pasar de atacado a atacante, teniendo que
impedir la unión de las tres fuerzas enemigas. Ante ello ordenó salir de
Tacna con dirección al norte con el propósito de detener a la columna de
La Hera, cuyo éxito dependería de la rapidez de las maniobras
independentistas.

El 20 de mayo, los patriotas arribaron al poblado de Buena Vista, ubicado


cerca del río Sama. Allí Miller es notificado que La Hera ya estaba en
Mirave junto con Rivero. Ante ello, el jefe patriota ordenó acelerar la
marcha para caer sobre los realistas en Mirave, antes de que fuera
reforzada por las otras dos restantes (Guerona y Centro).

El 21 al anochecer, los patriotas se ubicaron en las alturas que forman la


vertiente meridional del río Locumba y que dominan la población de Mirave
por el sur. Horas después, los patriotas bajaron al valle y se ubicaron en la
margen meridional de dicho río. Algunos soldados patriotas que hacían
reconocimiento al otro lado del río se encontraron con un grupo de
realistas que pasteaban sus caballos por la zona, generándose un tiroteo
donde hicieron prisioneros a un teniente y dos soldados realistas, quienes
brindaron información a Miller.

Esa noche, La Hera estaba junto con Rivero, quien se había adelantado a
sus tropas provenientes de Puno. La Hera preocupado por los disparos,
ordenaría a Rivero retornar a Curibaya para dar alcance a su columna y
retornar con ellos a Mirave. La Hera dispuso también que se guarneciera
con una pequeña avanzada en la margen del río que este ocupaba,
mientras colocaba el núcleo principal de sus fuerzas mirando al sur, en
una reducida explanada que se halla sobre una loma de fácil acceso,
dominando el pueblo. Dicha llanura estaba cortada por una pendiente por
su lado occidental, la que cumpliría un papel importante durante la batalla

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Antes de que saliera el sol aquel 22 de mayo, Miller ordenó cruzar el río
Locumba, atemorizando a los realistas que se defendían con “cohetes a la
congreve’’

Cruzando la margen ocupada por los realistas, los patriotas se ubicaron a


medio tiro de fusil de los hombres de La Hera. Los patriotas disponían de
310 infantes, 70 jinetes y 60 montoneros (varios de ellos tacneños)
quienes atacaron a los 290 realistas, atacando intensamente su flanco
izquierdo a fin de formar una cuña desde el comienzo y bloquear así el
encuentro de las fuerzas de La Hera con la de Rivero. El contundente
ataque patriota solo duraría quince minutos, pues lograron rodear y
empujar a los realistas hacía el barranco llamado el “Ahorcado”. Los que
no pudieron escapar tuvieron que rendirse.

Los realistas tuvieron aproximadamente 160 bajas y los patriotas sumaron


solo 25 bajas, entre muertos y heridos, además de apoderarse de casi 400
mulas del enemigo. Mientras que la fuerza de La Hera era destrozada,
Rivero reaparecía cerca de Mirave por la quebrada del río Curibaya, quien,
al intentar cruzarlo, fue recibido por tiros y “cohetes” capturados por los
patriotas. Comprendiendo que había llegado tarde, Rivero no tuvo opción
que irse a Moquegua. De esta manera la iniciativa patriota alcanzó la
victoria en Mirave.

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BIBLIOGRAFIA

Cavagnaro Orellana L (2007), “Materiales para la historia de

Tacna”-Tacna.

Cavagnaro Orellana L, et al, (2008) “Nueva Historia general de

Tacna”-Tacna

Choque Alanoca E. (2015) ‘Historia de Tacna, una síntesis

histórica de sus pueblos’’

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