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Síntomas y causas
Diagnóstico y tratamiento
Médicos y departamentos
Descripción general
Más que solo una tristeza pasajera, la depresión no es una debilidad y uno no puede
recuperarse de la noche a la mañana de manera sencilla. La depresión puede requerir
tratamiento a largo plazo. Pero no te desanimes. La mayoría de las personas con depresión se
sienten mejor con medicamentos, con psicoterapia o con ambos.
Síntomas
Si bien la depresión puede producirse solamente una vez en la vida; por lo general, las
personas tienen varios episodios de depresión. Durante estos episodios, los síntomas se
producen durante gran parte del día, casi todos los días y pueden consistir en:
Pérdida de interés o placer por la mayoría de las actividades habituales o todas, como las
relaciones sexuales, los pasatiempos o los deportes
Cansancio y falta de energía, por lo que incluso las tareas pequeñas requieren un esfuerzo
mayor
Para muchas personas con depresión, los síntomas suelen ser lo suficientemente graves para
causar problemas evidentes en las actividades cotidianas, como el trabajo, la escuela, las
actividades sociales o las relaciones con otras personas. Algunas personas pueden sentirse
infelices o tristes en general sin saber realmente porqué.
Los signos y síntomas frecuentes de depresión en los niños y adolescentes son similares a
aquellos en los adultos, pero puede haber algunas diferencias.
En los niños más pequeños, los síntomas de depresión pueden consistir en tristeza,
irritabilidad, apego, preocupación, dolores, negarse a ir a la escuela o bajo peso.
En los adolescentes, los síntomas pueden comprender tristeza, irritabilidad, sentirse negativo e
inútil, ira, bajo rendimiento o poca asistencia a la escuela, sentirse incomprendido y
extremadamente sensible, consumir drogas de uso recreativo o alcohol, comer o dormir
demasiado, autolesionarse, perder el interés por las actividades habituales y evitar la
interacción social.
La depresión no es una parte normal del envejecimiento, y nunca debe tomarse a la ligera.
Lamentablemente, la depresión a menudo no se diagnostica ni se trata en adultos mayores,
quienes pueden sentir reticencia a buscar ayuda. Los síntomas de la depresión pueden ser
diferentes o menos evidentes en los adultos mayores, entre ellos:
Dolores físicos
Fatiga, pérdida del apetito, problemas del sueño o pérdida del interés en el sexo, que no son
resultado de una enfermedad ni de un medicamento
Querer quedarse en casa con frecuencia, en lugar de salir a socializar o hacer cosas nuevas
Si te sientes deprimido, pide una cita con un médico o un profesional de salud mental tan
pronto como sea posible. Si no quieres buscar tratamiento, habla con un amigo o un ser
querido, cualquier proveedor de atención médica, un líder religioso u otra persona en quien
confíes.
Cuándo pedir ayuda de urgencia
Si crees que eres capaz de lastimarte o intentar suicidarte, llama al 911 o al número local de
emergencias de inmediato.
Llama a una línea directa de atención al suicida. En los EE. UU., llama a la National Suicide
Prevention Lifeline (Línea Nacional de Prevención del Suicidio) al 1-800-273-TALK (1-800-273-
8255). Usa ese mismo número y presiona «1» para contactarte con la Veterans Crisis Line
(Línea de Crisis para Veteranos).
Ponte en contacto con un pastor, un líder espiritual u otra persona de tu comunidad religiosa.
Si tienes un ser querido que está en peligro de suicidarse o ha intentado hacerlo, asegúrate de
que alguien se quede con esa persona. Llama al 911 o al número local de emergencias de
inmediato. O bien, si crees que puedes hacerlo de forma segura, lleva a la persona a la sala de
emergencias del hospital más cercano.
Causas
Se desconoce la causa exacta de la depresión. Al igual que sucede con muchos trastornos
mentales, puede comprender diversos factores, como:
Diferencias biológicas. Las personas con depresión tienen cambios físicos en el cerebro. La
importancia de estos cambios aún es incierta, pero con el tiempo pueden ayudar a identificar
las causas.
Química del cerebro. Los neurotransmisores son sustancias químicas que se encuentran
naturalmente en el cerebro y que probablemente desempeñan un rol en la depresión. Las
investigaciones recientes indican que los cambios en la función y el efecto de estos
neurotransmisores, y cómo interactúan con los neurocircuitos involucrados en mantener la
estabilidad del estado de ánimo pueden tener un rol importante en la depresión y su
tratamiento.
Hormonas. Es posible que los cambios en el equilibrio hormonal del cuerpo tengan un rol al
causar o desencadenar la depresión. Los cambios hormonales pueden presentarse en el
embarazo y durante las semanas o meses después del parto (posparto), y por problemas de
tiroides, menopausia u otros trastornos.
Rasgos hereditarios. La depresión es más frecuente en las personas cuyos parientes
consanguíneos también tienen este trastorno. Los investigadores están buscando genes que
puedan intervenir en el origen de la depresión.
Factores de riesgo
Por lo general, la depresión comienza en la adolescencia o entre los veinte o treinta y tantos
años, pero puede aparecer en cualquier momento de la vida. Esta enfermedad se les
diagnostica más a las mujeres que a los hombres, pero puede ser, en parte, porque es más
probable que las primeras busquen recibir tratamiento.
Ser lesbiana, gay, bisexual, transgénero o presentar variaciones en el desarrollo de los órganos
genitales que no son claramente ni masculinos ni femeninos (intersexualidad) en un entorno
que no brinda apoyo
Una enfermedad grave o crónica, como cáncer, un accidente cerebrovascular, dolor crónico o
una enfermedad cardíaca
Ciertos medicamentos, como los que se indican para la presión arterial alta o las pastillas para
dormir (habla con el médico antes de suspender la toma de cualquier medicamento)
Complicaciones
La depresión es un trastorno grave que puede causar efectos devastadores tanto en ti como en
tus familiares. La depresión suele empeorar si no se trata y puede derivar en problemas
emocionales, de conducta y de salud que pueden afectar todos los aspectos de tu vida.
Aislamiento social
Prevención
No existe una manera segura para evitar la depresión. Sin embargo, las siguientes estrategias
pueden ser útiles.
Acércate a la familia y a los amigos, especialmente en momentos de crisis, para que te ayuden
a superar los malos tiempos.
Consigue tratamiento ante el primer signo de un problema para que te ayude a impedir que la
depresión empeore.
Considera tener tratamiento de apoyo de larga duración para que te ayude a prevenir la
reaparición de los síntomas.