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Equipo de trabajo

Un equipo de trabajo es un conjunto de personas que se organizan de una forma determinada para
lograr un objetivo común. En esta definición están implícitos los tres elementos clave del trabajo
en equipo:

Conjunto de personas: los equipos de trabajo están formados por personas, que aportan a los
mismos una serie de características diferenciales (experiencia, formación, personalidad, aptitudes,
etc.), que van a influir decisivamente en los resultados que obtengan esos equipos.

Organización: existen diversas formas en las

que un equipo se puede organizar para el logro de una determinada meta u objetivo, pero, por lo
general, en las empresas esta organización implica algún tipo de división de tareas. Esto supone
que cada miembro del equipo realiza una serie de tareas de modo independiente, pero es
responsable del total de los resultados del equipo.

Objetivo común: no debemos olvidar, que las personas tienen un conjunto de necesidades y
objetivos que buscan satisfacer en todos los ámbitos de su vida, incluido en trabajo. Una de las
claves del buen funcionamiento de un equipo de trabajo es que las metas personales sean
compatibles con los objetivos del equipo.

Responsabilidad

Asumir las responsabilidades dentro de un entorno laboral cualquiera, no solo implica cumplir a
cabalidad las funciones que le son asignadas al trabajador, sino apropiarse de los valores implícitos
que tiene consigo el cargo y ponerlos en práctica para el beneficio de la compañía.

De acuerdo con Martha Durango, Directora de recursos Humanos de Adecco Colombia, “si bien,
las responsabilidades que asumen los trabajadores son parcialmente determinadas por las empresas
mediante los acuerdos laborales, el compromiso del trabajador y su capacidad de ser autodidacta
y propositivo, posibilita su desarrollo profesional gracias a que estas iniciativas aumenta la
autoestima y creatividad”.
Adjudicarse una responsabilidad laboral implica ser responsable de nuestras elecciones y acciones,
de nuestro tiempo, de nuestro trabajo, del cuidado de los procesos que se llevan a cabo, de nuestras
relaciones profesionales y de nuestras emociones y pensamientos.

7 Consejos para ser responsable

1. No midas su tamaño: Ser responsable no significa solamente encargarse de las cosas


importantes, exigentes u obligatorias sino de todo tipo de actos, aunque fuesen pequeños o
no exigibles. Un error muy común es pensar que como se trata de asuntos poco importantes,
aburridos o por los cuales nadie te ejerce presión o no tienen fecha límite puedes dejarlos
pasar sin responder ante ellos.

2. Aceptar asuntos inevitables: Si tienes algún problema como un embarazo no deseado,


repites de curso u otra situación inesperada, no pierdas tiempo eludiendo la responsabilidad
del asunto y ponte inmediatamente a trabajar en ello.

3. No esperes que alguien te apruebe: Debes ser responsable por ti mismo y hacer las tareas
que tienes encomendada sin la necesidad de que alguien te supervise o el resto de la gente
te vea.

4. No inventes excusas: Frente a ciertos actos las personas irresponsables son expertas
creativas en inventar excusas o echar culpas a demás factores para no realizar lo que tienen
encomendado. Esta enfermedad es llamada “excusitis” y tienes que evitarla o curarte de
ella lo antes posible.

5. Da el primer paso pequeño: Si tienes muchas obligaciones por cumplir o eres muy
irresponsable debes comenzar a realizar las cosas desde las más pequeñas que suelen ser
las más abundantes hacia las más complejas.

6. Aprende de los errores: Cuando no cumplas con tus metas u objetivos planteados trata de
encontrar la causa y el porque se llegó a esa situación y utilízala como lección para la
próxima vez.

7. Toma la iniciativa: No trates de permanecer pasivo y evitar compromisos ante situaciones


que se necesite hacer o cambiar algo. Toma la iniciativa y eso hará que se fortalezca tu
imagen de líder.
Proactividad

La proactividad es una actitud en la que una persona asume el control absoluto de su conducta de
forma activa. Significa tomar la iniciativa, anticiparse a los hechos, ser responsable por lo que
suceda y decidir en cada momento.

Una persona proactiva es capaz de reaccionar ante cualquier circunstancia. Pero ser proactivo no
significa ni actuar con rapidez ni de forma desorganizada, no es solo llevarse por los impulsos. Un
individuo proactivo no se queja si en el trabajo las cosas no van como espera, sino que trabaja para
conseguir los objetivos y genera cambios constructivos en la organización.

Las personas proactivas en la empresa se conocen por:

 Tener creatividad

 Transformar las ideas en acciones

 Actuar, no esperar a ver qué pasa

 Buscar nuevas oportunidades

 Crear cambios positivos

 Anticipar, prevenir y resolver problemas

 Actuar de forma diferente en función de cómo deban hacerlo

 Estar orientadas a resultados

 Perseverar, no rendirse

 Ser flexibles

 Ser responsables de sus actos

 Serlibres de su propia conducta

 Ser positivos

 No limitarse a cumplir órdenes o desempeñar sus funciones sin más


Un líder proactivo es una persona con iniciativa, positivismo, empatía, capacidad de motivación
y automotivación, comunicación, firmeza, asertividad, cordialidad y educación, capacidad de
innovación y creatividad, visión de futuro, responsabilidad de sus actos y otras cualidades
positivas. Además, es una persona que hace las cosas bien y da ejemplo. No compite, colabora con
los demás para conseguir los objetivos empresariales.

La empresa puede favorecer la proactividad de sus empleados:

 Involucrándolos en las metas y objetivos empresariales

 Siendo receptivos a sus ideas y sugerencias de mejora

 Dejando cierta libertad de actuación a sus trabajadores

 Animando a dejar los miedos a equivocarse

 Creando espacios de creatividad

 Favoreciendo la comunicación empresarial

Muchos estudios afirman que un comportamiento proactivo en el trabajo tiene consecuencias


positivas y beneficiosas tanto para los trabajadores como para la empresa. Y por eso la
proactividad es, a día de hoy, una herramienta imprescindible para que las empresas sobrevivan y
crezcan en un entorno cambiante como en el que estamos.

La adaptación al cambio es una constante en nuestro día a día que conseguimos hacer ya que
no hay otra manera. De una forma mejor o peor, estamos predispuestos genéticamente para lograr
la adaptación al cambio y a las circunstancias del entorno que nos rodea en cada momento. Todo
a nuestro alrededor y el de nuestros antepasados está constantemente modificándose y la única
manera de sobrevivir es a través de la adaptación al cambio. De otra manera en el pasado
quedaríamos en desventaja contra nuestros rivales, lo que potencialmente podría significar nuestra
muerte. Por ello, y dada la evolución, es el que mejor logra la adaptación al cambio quien sobrevive
y transmite sus genes.
En nuestro caso, la adaptación al cambio no supone un peligro real en nuestro día a día, lo más
probable es que no nos suceda nada si tenemos problemas al adaptarnos a una situación, quizá algo
de humillación o frustración pero más allá de nuestro ego no resultaremos dañados.

La adaptación al cambio y la zona de confort

En ocasiones anteriores hemos hablado de las zonas de confort y de cómo nos sentimos en cada
zona, nuestra capacidad de adaptación al cambio está relacionada directamente con nuestra zona
de confort. Cuanto más capaz seas de adaptarte, más grande será tu zona de confort. Salir de
nuestra zona de confort nos pone física y mentalmente en tensión frente a situaciones
desagradables que preferiríamos no tener que afrontar por uno u otro motivo. El primer impulso
instintivo es el de resistirse en lugar de hacer una adaptación al cambio que puede ser para
mejor y resultar una experiencia enriquecedora.

Del mismo modo que la adaptación al cambio resulta natural, también lo es el miedo al cambio.
El motivo de que los cambios tiendan más a tener resistencia que una predisposición a ellos es
porque los cambios son hacia algo desconocido que no se sabe como puede acabar.

La adaptación al cambio es constante en nuestro día a día ya que es la clave para mantener a la
organización actualizada con el medio laboral, genéticamente los seres humanos estamos
predispuestos para lograr la adaptación al cambio y a las circunstancias del entorno que nos rodea
en cada momento, debido a que todo a nuestro alrededor y el de nuestros antepasados está
constantemente modificándose y la única manera de sobrevivir es a través de la adaptación al
cambio.

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