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¿Está el puerro un poco olvidado por vivir a la sombra de la cebolla? Es la sensación que me da al ver el poco
protagonismo que consigue en las recetas de hoy en día, a pesar de sus muchísimas virtudes. Más suave y
digestivo que ajos y cebollas, el puerro bien tratado tiene un sabor exquisito y además enriquece una gran
variedad de platos con diferentes técnicas de cocinado.
Muy utilizado en cremas y sopas, el puerro por sí mismo es una delicia que merece la pena reivindicar, sin
olvidarnos de que la parte verde también se puede aprovechar. Si todavía no te habías enamorado del
puerro, seguro que con estas recetas empezarás a mirar esta hortaliza con otros ojos.
Cremas y sopas
Hay dos recetas de cuchara en las que el puerro reina de verdad, la famosísima vichyssoise y la humilde
pero sabrosa porrusalda o purrusalda. Pero tanto estos platos como otras cremas y sopas pueden dar
mucho de sí con variaciones de todo tipo, y si os gusta el cuchareo, os encantará probar todas estas recetas.
Personalmente me encanta tomar cremas de puerros todo el año, más rústicas en invierno como la crema de
champiñones y puerros con jengibre, o más frescas con un toque de fruta, como en la receta de sopa fría con
manzana y limón. La mayoría de estas preparaciones se pueden hacer más o menos espesas,
enriqueciéndolas con lácteos o dejándolas ligeras y más aterciopeladas.
Vichyssoise de manzana
Si queréis incorporar al puerro en vuestros aperitivos solo tenéis que reinventar las recetas más clásicas,
como las imbatibles croquetas en esta receta con relleno de puerro confitado. La misma idea se puede aplicar
a la receta de croquetas que más os guste, ya sean de jamón, carne o pescado. Albóndigas, empanadillas,
samosas o rollitos de masas admiten al puerro en todas sus formas.
Los platos en los que tenemos una base mayoritaria de verduras sirven para un roto y un descosido, o en el
caso que nos ocupa, para guarniciones o primeros platos. Si son puerros muy frescos y tiernos podemos
cortarlos en juliana fina y tomarlos crudos o blanqueados, también combinados con otros vegetales.
Aunque en los meses fríos los puerros suelen ser más gruesos, y por tanto más jugosos si los cocinamos. Es el
momento de prepararlos enteros, al horno, al vapor, a la brasa, salteados o en la plancha, con las salsas
que más nos gusten. Por ejemplo, unos puerros en papillote que además se pueden hacer con Thermomix
son sencillísimos. ¿Y por qué no aplicar la misma técnica de los calçots?
Puerros en vinagreta
En mi opinión, las mejores recetas para combinar el puerro con carnes y aves son los guisos y estofados. En
compañía o no de cebolla y más verduras, también hace una buena pareja con la patata para ensalzar la salsa
de un buen plato de pollo, cerdo o ternera, como en el estofado al estilo irlandés de la familia de The Corrs.
Pero por supuesto que hay muchísimas más opciones para que los amantes de la carne disfruten de los
puerros. Salteados, empanadas, ensaladas o incluso una pizza admite estos ingredientes juntos, como la
sorprendente pizza de de pollo búfalo y puerro caramelizado.
Recupero las alabanzas a la porrusalda con la versión que incluye bacalao entre sus ingredientes, un plato
estupendo para disfrutar todo el año, ya que puede ser tan reconfortante como ligero si variamos la
proporción de patata y puerro. Por ser mucho más suave que la cebolla, el puerro al dente o confitado
acompaña muy bien los aromas marineros, sin matar el sabor propio del pescado.
Bisque de langostinos
Aunque disponible todo el año, en los meses fríos el puerro está en su mejor momento y parece que
apetece más cocinarlo; aprovechemos la temporada para reivindicar sus virtudes gastronómicas y su poder
nutritivo. Es una hortaliza muy versátil, rica en vitaminas y minerales y con muy pocas calorías. ¿Qué más se le
puede pedir?