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Jacob: La transformación de un manipulador

Este otoño vamos a estudiar la vida de Jacob. Es fácil subestimar la


importancia de este hombre enigmático del Antiguo Testamento, pero
¡Dios no se avergüenza de llamarse el Dios de Jacob! Su historia es
interesante, apasionante y sobre todo, real. Gloria al Dios de Jacob que
sigue transformando vidas en la imagen de su Hijo, Jesucristo.

1. Un negro presagio: Desde antes de nacer, había algo diferente de este


hombre y su hermano mayor. Dios pronunció su profecía sobre los dos y
por una acción fortuita del recién nacido, recibió su nombre. Pero nada
ni nadie puede frustrar la gracia de Dios.
6 octubre, 2013

2. El carácter manifestado: El texto sagrado sigue la narración de la vida


de Jacob con un evento años después de la profecía de los bebés de
Rebeca. Se trata de un choque entre Jacob y Esaú, dos chicos muy
diferentes en carácter. La historia no está diseñada para decir que Jacob
ha hecho lo correcto, porque no es tan sencilla, pero tiene varias
lecciones muy importantes para el cristiano.
13 octubre, 2013

3. El carácter manifestado 2: Jacob, a insistencia de su madre, se


disfrazó como su hermano para engañar a su padre y conseguir la
bendición que era suya por la profecía antes de nacer y por el trato
hecho con su hermano. Lo más curioso es que la consiguió. Dios
permitió que el plan funcionara y consiguió la bendición que Isaac
pensaba darle a su hijo mayor. Jacob está a punto de conocer el Dios de
su abuelo y de su padre y verá que nadie a Dios le puede engañar.
20 octubre, 2013

4. Conociendo a Dios: Jacob sale de casa para escaparse de la ira de su


hermano y sin saberlo va al encuentro con Dios. En Bet-el Jacob se
sorprende de la visión que Dios le dio, pero respondió con fe y así
comienza una nueva etapa en la vida del manipulador.
27 octubre, 2013
5. Multiplicado: Dios le había prometido a Jacob que lo multiplicaría, y es
justo lo que empieza en su tiempo con su tío Labán. Jacob se casó con
dos hermanas, manipulado por su suegro, y luego terminó tomando dos
concubinas más. El resultado final era una familia enorme, los doce
patriarcas de la nación de Israel. Dios cumple su promesa, pero a la vez
vemos que Jacob empieza a segar lo que él mismo ha sembrado en todo
este tiempo.
3 octubre, 2013

6. Bendecido: Dios también había prometido que iba a bendecir a Jacob,


y una vez más, vemos que así es. Dios le hace a Jacob muy rico durante
el tiempo que pasa con su tío. Al final de 20 años, vuelve Jacob un
hombre rico en animales. No obstante, sigue intentando manipular las
circunstancias y sigue cosechando lo que él mismo ha sembrado.
10 octubre, 2013

7. Luchando con Dios: Dios había bajado al encuentro con Jacob cuando
salía de la tierra en Bet-el. Ahora, justo antes de entrar en la tierra, Dios
vuelve a encontrar a Jacob. En medio de una crisis que parece amenazar
como mínimo la pérdida de sus bienes y en el peor caso, la muerte de
sus esposas e hijos, Jacob lucha con Dios y como resultado recibe una
bendición. Paradójicamente, el ganador de la lucha sale cojeando
durante el resto de su vida, marcado por la mano de Dios.
17 octubre, 2013

8. Decepcionante: Después de recibir la bendición de Dios y el cambio de


nombre, esperamos ver un gran cambio en Jacob. Y así es un unos
sentidos. Pero en otros sentidos, todavía vemos el mismo Jacob,
engañador y manipulador. Tristemente está confiando en Dios sólo a
medias. Tiene una forma de piedad, pero le falta todavía el verdadero
poder.
24 octubre, 2013

9. Volviendo a Bet-el (Génesis 35): Después de la tragedia de Siquem,


Jacob por fin empieza a dirigir su familia en los caminos espirituales.
Durante demasiado tiempo, había vivido cómodo, dejándose llevar por la
corriente o huyendo de miedo. Pero por fin limpia su familia de los ídolos
y viaja hasta Bet-el. Allí recibe de nuevo la confirmación de todas las
promesas de Dios pero también inicia una de las épocas más difíciles de
su vida. Encontramos tres entierros seguidos. Poco a poco vemos como
un Israel surge del desastre de vida que había llevado Jacob.
1 diciembre, 2013

10. Ojos de fe (Génesis 47-48): Hacemos un pequeño salto en la historia,


dejando a un lado el enfoque de la preciosa historia de José. Retomamos
la vida de Jacob en sus últimos años y notamos que el príncipe para con
Dios ha crecido mucho. En tres eventos narrados en estos dos capítulos,
vemos su gran fe. Y al final entendemos por qué Dios no se avergüenza
de llamarse el Dios de Jacob. No era porque fuera un hombre perfecto.
¡Más bien era un hombre que había aprendido a confiar en su Dios!
8 diciembre, 2013
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DOMINGO, 29 DE SEPTIEMBRE DE 2013
La felicidad
Sermón: ¿Qué es la felicidad? Desde el punto de vista de la Biblia, ¿qué es la felicidad y cómo se
puede conseguir? La Biblia tiene mucho para decirnos sobre este tema. (29 septiembre, 2013).
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DOMINGO, 7 DE JULIO DE 2013
Santiago: La encrucijada entre la vida y la fe

Este verano estudiaremos la Epístola de Santiago. Es un libro


sumamente práctico al tratar la relación entre la verdadera fe en la vida
del creyente. Este sentido trata la encrucijada entre la fe y la vida.

1. Cuando hay dificultades. (Santiago 1:1-11) La vida está llena de


dificultades. ¿Cómo reacciona el creyente cuando tiene que enfrentase
con estas dificultades? Santiago empieza su carta pastoral animando a
los cristianos a ver la buena mano de Dios incluso en las situaciones
más adversas de la vida. 7 julio, 2013

2. Cuando hay tentaciones. (Santiago 1:12-18) En medio de la dificultad,


se encuentra la tentación. O lo tenemos por sumo gozo, entendiendo que
Dios está obrando para nuestro bien, o nos amargamos y rebelamos.
Santiago presenta su argumento a favor de la bondad de Dios. 14 julio,
2013

3. La Palabra. (Santiago 1:19-27) Cuando nos enfrentamos con las


dificultades y con las tentaciones, la solución se encuentra oír y
practicar la Palabra en vez de enfadarnos y dudar de Dios. Escuchar y
obedecer la Palabra es al final la sabiduría que encontramos en los
primeros versículos del capítulo. 21 julio, 2013

4. El Prójimo. (Santiago 2:1-3:12) Dejando el tema de las dificultades de


la vida, Jacobo toma el siguiente tema, los problemas prácticos entre
creyentes. ¿Cómo debe la fe afectar nuestras relaciones cotidianas? En
este texto encontramos tres problemas explicados e ilustrados. La
solución es dejar que el amor de Dios brille en nosotros. 28 julio, 2013

5. La sabiduría. (Santiago 3:13-18) La clave de tratar con las dificultades


entre creyentes es la sabiduría. Pero hay una complicación: hay dos
tipos de sabiduría. La sabiduría terrenal produce más conflictos, pero la
que viene de Dios produce paz y el fruto de justicia. 4 agosto, 2013

6. Dios desplazado. (Santiago 4:1-17) En esta sección, Santiago trata tres


problemas que ocurren cuando un creyente excluye a Dios de su vida o
intenta limitar a Dios en su vida: hay conflictos, murmuraciones y
soberbia en planificación. La solución se encuentra en someterse a Dios
y acercarse a Él. 11 agosto, 2013

7. El justo Dios. (Santiago 5:1-11) Paralelamente con el el tratado del


capítulo 1, Santiago vuelve al tema de las dificultades de la vida. Esta
vez se enfoca en la justicia de Dios. El cristiano puede confiar en que
Dios juzgará a los que ignoran la ley de Dios, pero necesita paciencia
para confiar en que Dios juzgue al pecador. 18 agosto, 2013

8. La oración. (Santiago 5:12-20) Santiago termina esta epístola con tres


consejos prácticos referentes a la paciencia en la prueba. Debemos
guardar la integridad, hacer uso ferviente de la oración y practicar la
restauración activa de hermanos desviados. 25 agosto, 2013

9. Recapitulación. (Santiago 1-5) Este mensaje es el resumen de los


temas principales del libro y el mensaje central, la sabiduría de lo alto. 8
septiembre, 2013
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GENESIS 33:1-18. Encuentro con Esaú


En el capítulo 33 de Génesis leemos sobre el encuentro de Jacob con su hermano Esaú.
Ya habían pasado veinte años desde que Jacob había salido huyendo de la furia de su
hermano. Sin duda se preguntaba si Esaú todavía le guardaba resentimiento o ya lo
había perdonado. A primera vista, parecía que venía con ánimos de pelear, ya que venía
acompañado de una gran compañía de hombres.
(Gen. 33:1-2) Y alzando Jacob los ojos miró, y he aquí, Esaú venía y cuatrocientos
hombres con él. Entonces dividió a los niños entre Lea y Raquel y las dos siervas. (2) Y
puso a las siervas con sus hijos delante, y a Lea con sus hijos después, y a Raquel con
José en último lugar.

Jacob protegió a su familia de un posible ataque de Esaú (aunque siempre mostrando


preferencias por su mujer favorita).

CON HUMILDAD
Jacob actuó con mucha sabiduría en su encuentro con Esaú. No se puso en una actitud
agresiva sino defensiva. Pero lo más importante es que actuó con mucha humildad.

La Biblia dice que la respuesta suave aparta la ira (Pro 15:1), y esa fue la actitud que
tomó Jacob ante Esaú. Jacob no llegó con prepotencia o con excusas, sino con
humildad.
(Gen. 33:3) y él se les adelantó, y se inclinó hasta el suelo siete veces hasta que llegó
cerca de su hermano.
Según las costumbres antiguas, cuando uno se acercaba a un rey, debía inclinarse siete
veces. ¿Acaso Esaú era rey? Es muy posible que se había convertido en el rey de
Edom.

La Biblia nos revela que Esaú dejó la tierra de Canaán para establecerse en Seir. Esa era
una región desértica y despoblada, pero Esaú y sus descendientes habitaron allí y
formaron el reino de Edom. Esaú sabía que él no iba a poder ser alguien de mucha
importancia en Canaán porque él y su familia vivían como extranjeros entre las
poblaciones amorreas. Por eso dejó la Tierra Prometida, y se fue al desierto para
establecer un reino allí. Esaú no era un hombre paciente, y seguramente no estaba
dispuesto a esperar a la promesa divina. Por lo que vemos en la Biblia, él buscaba la
gratificación inmediata, y no la recompensa eterna. Esaú decidió dejar la Tierra Prometida
en busca de “mejores oportunidades”. Toda su vida menospreció la herencia divina, y por
eso él no fue contado entre el pueblo de Dios.

La Biblia dice que Dios rechazó a Esaú, que vino como consecuencia de su rechazo al
Señor y a su herencia.
(Malquías 1:2-3) Yo os he amado--dice el SEÑOR--. Pero vosotros decís: ¿En qué nos
has amado? ¿No era Esaú hermano de Jacob?--declara el SEÑOR--. Sin embargo, yo
amé a Jacob, (3) y aborrecí a Esaú, e hice de sus montes desolación, y di su heredad a
los chacales del desierto.

La herencia que Esaú escogió fue ser rey de los chacales del desierto, en lugar de ser
siervo de Dios. Por eso lo vemos fuera de la Tierra Prometida.

REACCIÓN DE ESAÚ
Ahora volviendo a la historia en Génesis 33, leemos que Jacob se inclinó ante Esaú siete
veces (33:3), lo cual no hubiera sido extraño si Esaú era rey.
Esaú venía acompañado de 400 hombres, dispuestos a pelear. Pero la actitud de
humildad de Jacob desarmó a Esaú.
(Gen. 33:4) Entonces Esaú corrió a su encuentro y lo abrazó, y echándose sobre su
cuello lo besó, y lloraron.

En lugar de atacarlo, Esaú se emocionó al verlo y lo abrazó. Luego quiso conocer a su


familia.
(Gen. 33:5-7) Y alzó sus ojos y vio a las mujeres y a los niños, y dijo: ¿Quiénes son éstos
que vienen contigo? Y él respondió: Son los hijos que Dios en su misericordia ha
concedido a tu siervo. (6) Entonces se acercaron las siervas con sus hijos, y se
inclinaron. (7) Lea también se acercó con sus hijos, y se inclinaron; y después José se
acercó con Raquel, y se inclinaron.

REGALOS
Luego de conocer a la familia, Esaú le preguntó a Jacob acerca de los regalos que le
había enviado en el camino.
(Gen. 33:8) Y dijo Esaú: ¿Qué te propones con toda esta muchedumbre que he
encontrado? Y él respondió: Hallar gracia ante los ojos de mi señor.

En el Medio Oriente hay toda una cultura en relación con los regalos. Se dan regalos
principalmente por dos razones:

* Regalo de reconocimiento: son los obsequios que se dan porque uno debe algo. Esto
aplica también a los regalos para alguien que se considera como superior, reconociendo
lo que ha hecho.
* Regalo de compromiso: son obsequios cuyo objetivo es obtener un favor a cambio. Esto
un tipo de pago anticipado o la compra de un favor.

Sabiendo esto, podemos entender la pregunta de Esaú. El estaba preguntando cuál era
la intención de Jacob al enviarle tantos regalos.
(Gen. 33:9-11) Pero Esaú dijo: Tengo bastante, hermano mío; sea tuyo lo que es tuyo.
(10) Mas Jacob respondió: No, te ruego que si ahora he hallado gracia ante tus ojos,
tomes el presente de mi mano, porque veo tu rostro como uno ve el rostro de Dios, y
favorablemente me has recibido. (11) Acepta, te ruego, el presente que se te ha traído,
pues Dios me ha favorecido, y porque yo tengo mucho. Y le insistió, y él lo aceptó.

Esaú no quería comprometerse con Jacob, y por eso le dijo que él tenía suficiente, y no
necesitaba nada. Pero Jacob le explicó que los regalos eran de reconocimiento, y no de
compromiso.

BASTANTE VRS TODO


Es interesante ver la diferente reacción que tienen Jacob y Esaú al respeto de sus bienes
y riquezas.

Esaú dijo: “tengo bastante” (Gen. 33:9). En hebreo es “Rav”, y también significa: mucho,
abundante. “Bastante” implica abundancia, pero siempre hay espacio para más.

En contraste, Jacob dijo que tenía “mucho”. En hebreo es “Kol” que significa: todo,
plenitud. Esto implica que tiene todo lo que necesita, y por lo tanto, no necesita más.

Hay un refrán judío que dice: “Rico es aquel que está satisfecho con lo que tiene.”

SIGUIERON SU CAMINO
En la aclaración de Jacob, hubo un mal entendido. Al oír Esaú que su hermano lo estaba
reconociendo como rey, él creyó que su hermano se estaba convirtiendo en su súbdito…
pero esa no era la intención de Jacob. Él lo estaba reconociendo como “rey de Edom”,
pero no como “su rey”.

Jacob no quería ir a Edom, sino a Prometida. Aunque allí fuera peregrino y extranjero,
para él esa era la tierra que Dios le había prometido darle a sus descendientes. Esa era la
tierra que consideraba su herencia eterna.
El problema es que Jacob no sabía cómo decirle esto a Esaú. Sin duda quería evitar que
su hermano se enojara de nuevo.
(Gen. 33:12-15) Entonces Esaú dijo: Pongámonos en marcha y vámonos; yo iré delante
de ti. (13) Pero él le dijo: Mi señor sabe que los niños son tiernos, y que debo cuidar de
las ovejas y las vacas que están criando. Si los apuramos mucho, en un solo día todos los
rebaños morirán. (14) Adelántese ahora mi señor a su siervo; y yo avanzaré sin prisa, al
paso del ganado que va delante de mí, y al paso de los niños, hasta que llegue a mi señor
en Seir. (15) Y Esaú dijo: Permíteme dejarte parte de la gente que está conmigo. Pero él
dijo: ¿Para qué? Halle yo gracia ante los ojos de mi señor.

La intención de Jacob no era seguir a Esaú a Seir, sino seguir su camino


hacia Prometida.
(Gen. 33:16-18) Aquel mismo día regresó Esaú por su camino a Seir; (17) y Jacob
siguió hasta Sucot, y se edificó una casa, e hizo cobertizos para su ganado; por eso al
lugar se le puso el nombre de Sucot. (18) Y Jacob llegó sin novedad a la ciudad de
Siquem, que está en la tierra de Canaán, cuando vino de Padán-aram, y acampó frente a
la ciudad.

Mientras que Esaú regresó a su tierra en Seir (hoy, al sur de Jordania), Jacob tomó rumbo
hacia la Tierra Prometida. Pero antes de cruzar el Río Jordán, se detuvieron
temporalmente en Sucot.

Es curioso que “Sucot” es la palabra hebrea para “tabernáculos o cabañas”. También es


el nombre de la última fiesta de redención que celebra la vida de los israelitas en el
desierto, justamente antes de entrar a

GENESIS 32: En Camino a la Tierra


Luego de haber estado veinte años en el exilio, Jacob finalmente iba en camino de
regreso a Prometida.

Su retorno marca el momento en que los descendientes de Abraham finalmente dejaron


atrás su tierra de origen y su parentela. Esta separación se hizo formal con el “pacto de
separación” entre Labán y Jacob (tal como lo vimos en el cap. 31).

Ya no había vuelta atrás. Jacob había quemado el puente por el que podía huir. Ahora no
le quedaba más que ir hacia adelante y enfrentar al hermano que lo amenazó de muerte
muchos años atrás…

En ese momento, Dios le envió un mensaje de ánimo a Jacob, haciéndole ver que el
Señor estaba complacido con su retorno a la Tierra Prometida.
(Gen. 32:1-2) Y cuando Jacob siguió su camino, los ángeles de Dios le salieron al
encuentro. (2) Y al verlos, Jacob dijo: Este es el campamento de Dios; por eso le puso a
aquel lugar el nombre de Mahanaim.

Dios les envió ángeles para cuidarlos en su camino.


(Salmo 91:9-11) Porque has puesto al SEÑOR, que es mi refugio, al Altísimo, por tu
habitación. (10) No te sucederá ningún mal, ni plaga se acercará a tu morada. (11)
Pues El dará órdenes a sus ángeles acerca de ti, para que te guarden en todos tus
caminos.
(Salmo 34:7-9) El ángel del SEÑOR acampa alrededor de los que le temen, y los
rescata. (8) Probad y ved que el SEÑOR es bueno. ¡Cuán bienaventurado es el hombre
que en El se refugia! (9) Temed al SEÑOR, vosotros sus santos, pues nada les falta a
aquellos que le temen.

Jacob necesitaba saber que el Señor lo acompañaba en su regreso, ya que iba a


encontrarse con su hermano Esaú.

El mundo nos enseña a huir de las dificultades, pero el Señor nos enseña a enfrentar
cualquier cosa que se nos ponga delante cuando avanzamos en el camino. Si estamos
en la voluntad de Dios, Él nos ayudará a sobrepasar cualquier obstáculo.

JACOB CONTACTA A SU HERMANO


Antes de cruzar el río Jordán para entrar a la Tierra
Prometida, Jacob se dispuso a contactar a su hermano Esaú.

Para entonces, Esaú no estaba viviendo en Prometida. Esaú ya no vivía cerca de sus
padres en Hebrón, sino que se había trasladado a Seir. En la Biblia no dice que él fue
expulsado de la tierra, sino que se fue por su propia voluntad. Seir era el territorio al sur
del Mar Muerto, lo que hoy es el sur de Jordania. Es una tierra bastante desértica, y por
ello, despoblada. Esaú tomó ese territorio y lo hizo suyo. El se convirtió en el rey de Seir,
y le dio a esa tierra un nuevo nombre: su apodo, Edom (que significa: rojo).

Jacob pudo tratar de pasar desapercibido, pero no lo hizo. Aunque Esaú estaba lejos,
Jacob decidió enviarle un mensaje contándole de su regreso. En lugar de “evadir” la
confrontación, podría decirse que la provocó. Sin embargo, lo hizo de una forma
humilde. Él quería arreglar las cosas con su hermano de una vez por todas.
(Gen. 32:3-5) Entonces Jacob envió mensajeros delante de sí a su hermano Esaú, a la
tierra de Seir, región de Edom. (4) Y les dio órdenes, diciendo: Así diréis a mi señor
Esaú: Así dice tu siervo Jacob: He morado con Labán, y allí me he quedado hasta ahora.
(5) Tengo bueyes, asnos y rebaños, siervos y siervas; y envío a avisar a mi señor, para
hallar gracia ante tus ojos.

¿Cómo respondió Esaú al mensaje?


(Gen. 32:6) Y los mensajeros regresaron a Jacob, diciendo: Fuimos a tu hermano Esaú,
y él también viene a tu encuentro y cuatrocientos hombres con él.

Esaú no respondió al mensaje de Jacob. Simplemente salió a su encuentro, acompañado


de 400 hombres. Eso no daba la impresión de ser un encuentro amistoso, sino el
preámbulo de un ataque.

Ante esto, Jacob reaccionó de dos formas:

a. Posición de Defensa
Jacob dividió a la familia en dos y los mandó al otro lado del río para protegerlos.
(Gen. 32:7-8) Entonces Jacob tuvo mucho temor y se angustió; y dividió la gente que
estaba con él, y las ovejas, las vacas y los camellos, en dos campamentos (8) y dijo: Si
Esaú viene a un campamento y lo ataca, entonces el campamento que queda escapará.

Jacob tomó sus precauciones, pero la defensa más importante fue la siguiente…

b. Oración
Jacob clamó a Dios pidiéndole protección. En ese momento, él le recordó a Dios la
promesa que El le había hecho de traerlo con bien de regreso a
(Gen. 32:9-12) Y dijo Jacob: Oh Dios de mi padre Abraham y Dios de mi padre Isaac, oh
SEÑOR, que me dijiste: Vuelve a tu tierra y a tus familiares, y yo te haré prosperar, (10)
indigno soy de toda misericordia y de toda la fidelidad que has mostrado a tu siervo; pues
con sólo mi cayado crucé este Jordán, y ahora he llegado a tener dos campamentos.
(11) Líbrame, te ruego, de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, porque yo le
tengo miedo, no sea que venga y me hiera a mí y a las madres con los hijos. (12) Y tú
dijiste: De cierto te haré prosperar, y haré tu descendencia como la arena del mar que no
se puede contar por su gran cantidad.

Jacob apeló a lo que Dios le había dicho. Jacob había obedecido, y ahora le pedía a Dios
que cumpliera su parte. También hizo referencia a la promesa de Abraham, la cual él
recibió de su padre como herencia espiritual. Jacob ya había visto que Dios cumple Su
Palabra, y por eso oró con fe, sabiendo que Dios es bueno y justo. También oró con
humildad, reconociendo que no merecemos la misericordia divina, pero Dios la da porque
nos ama.

REGALOS PARA ESAÚ


El mundo nos enseña a ser orgullosos, a no mostrar miedo ni darnos por vencido. Pero el
Señor nos enseña a ser humildes.
(Prov. 15:1) La suave respuesta aparta el furor, mas la palabra hiriente hace subir la ira.

Jacob no reaccionó violentamente a la amenaza de Esaú viniendo acompañado de tantos


hombres, sino que se quedó en su lugar, esperando la llegada de su hermano. Pero no
se quedó con los brazos cruzados, sino que dispuso hacer algo para ganarse su favor:
enviarle regalos por adelantado.
(Gen. 32:13-21) Y pasó la noche allí. Entonces de lo que tenía consigo escogió un
presente para su hermano Esaú: (14) doscientas cabras y veinte machos cabríos,
doscientas ovejas y veinte carneros, (15) treinta camellas criando con sus crías,
cuarenta vacas y diez novillos, veinte asnas y diez asnos; (16) y los entregó a sus
siervos, cada manada aparte, y dijo a sus siervos: Pasad delante de mí, y poned un buen
espacio entre manada y manada. (17) Y ordenó al primero, diciendo: Cuando mi
hermano Esaú te encuentre y te pregunte, diciendo: ¿De quién eres y adónde vas, y de
quién son estos animales que van delante de ti?, (18) entonces responderás: Son de tu
siervo Jacob; es un presente enviado a mi señor Esaú; y he aquí, él también viene detrás
de nosotros. (19) Ordenó también al segundo y al tercero, y a todos los que iban tras las
manadas, diciendo: De esta manera hablaréis a Esaú cuando lo encontréis, (20) y diréis:
He aquí, tu siervo Jacob también viene detrás de nosotros. Pues dijo: Lo apaciguaré con
el presente que va delante de mí. Y después veré su rostro; quizá me acepte. (21) El
presente pasó, pues, delante de él, y él durmió aquella noche en el campamento.

Los regalos siempre tienen un efecto positivo. Con ellos se busca quedar bien con las
personas que lo reciben. Aun puede calmar la ira, como lo dice el proverbio:
(Prov. 21:14) El presente en secreto pacifica el enojo, y la dádiva en el seno, la fuerte ira.

Aun así, Jacob no podía poner su confianza total en los regalos. Sabía que tenía que
proteger a su familia y ponerlos a salvo, en caso que los regalos no fueran suficiente para
ganarse el favor de Esaú.
(Gen. 32:22-23) Y aquella misma noche se levantó, y tomó a sus dos mujeres, a sus dos
siervas y a sus once hijos, y cruzó el vado de Jaboc. (23) Los tomó y los hizo pasar el
arroyo, e hizo pasar también todo lo que tenía.

Jacob llevó a su familia al otro lado del río. La rivera de ese río es muy accidentada, lo
cual lo hace difícil cruzar. De esta forma, los protegería, o por lo menos haría difícil que
los alcanzaran.

Pero Jacob se quedó del lado del río en que venía Esaú.
En el próximo capítulo (cap. 33) leeremos sobre el encuentro con Esaú…pero antes
veremos otro encuentro que Jacob tuvo esa noche de espera…

GENESIS 28: Jacob Sale de la Tierra


Jacob tuvo que salir corriendo de su casa porque su hermano Esaú lo quería matar por
haberle “robado” la bendición de primogenitura. Pero antes de partir, su padre Isaac lo
bendijo una vez más, dándole la “bendición de Abraham”…

BENDICIÓN DE ABRAHAM
La bendición de Abraham consistía en la promesa divina de “tierra y descendencia” (Gen.
12:1-3; Gen. 17:6-8).
(Génesis 28:3-4) Y el Dios Todopoderoso te bendiga, te haga fecundo y te multiplique,
para que llegues a ser multitud de pueblos. (4) Y te dé también la bendición de Abraham,
a ti y a tu descendencia contigo, para que tomes posesión de la tierra de tus
peregrinaciones, la que Dios dio a Abraham.

Lo curioso es que, en ese momento, Jacob estaba saliendo de la Tierra Prometida.


Además, Jacob tampoco tenía descendencia. La bendición podía sonar un poco
“irónica”…pero en realidad era profética.

El Señor advirtió a los patriarcas que antes de recibir la tierra, iba a venir la descendencia
(Gen. 12:7). Por eso era importante que Jacob fuera a buscar esposa. Sin embargo, no
debía casarse con mujer cananea, sino de entre su propia parentela, tal como lo había
hecho Isaac.
(Génesis 28:1-2) Y llamó Isaac a Jacob, lo bendijo y le ordenó, diciendo: No tomarás
mujer de entre las hijas de Canaán. (2) Levántate, ve a Padán-aram, a casa de Betuel,
padre de tu madre; y toma de allí mujer de entre las hijas de Labán, hermano de tu
madre.

Esta no fue sólo una bendición o una promesa—fue una orden, y Jacob obedeció. ¿A
dónde fue?
(Gen. 28:5) Entonces Isaac despidió a Jacob, y éste fue a Padán-aram, a casa de Labán,
hijo de Betuel arameo, hermano de Rebeca, madre de Jacob y Esaú.

Parecía irónico que el hijo que tenía la promesa de recibir Prometida tuviera que salir al
exilio, mientras que el otro hijo se quedaría. Pero esto sólo sería por un tiempo, pues
Jacob regresará (20 años después), mientras que Esaú se va a retirar al otro lado del Río
Jordán, donde la tierra era más adecuada para la crianza de ganado y la cacería.

REACCIÓN DE ESAÚ
Esaú no sólo estaba molesto con Jacob por haberle quitado la bendición de primogénito.
También reaccionó a la búsqueda de mujer por parte de Jacob. Esaú estaba consciente
que sus padres no se llevaban bien con sus dos mujeres, por eso decidió buscar otra…
(Génesis 28:6-9) Y vio Esaú que Isaac había bendecido a Jacob y lo había enviado a
Padán-aram para tomar allí mujer para sí, y que cuando lo bendijo, le dio órdenes,
diciendo: No tomarás para ti mujer de entre las hijas de Canaán, (7) y que Jacob había
obedecido a su padre y a su madre, y se había ido a Padán-aram. (8) Vio, pues, Esaú
que las hijas de Canaán no eran del agrado de su padre Isaac; (9) y Esaú fue a Ismael,
y tomó por mujer, además de las mujeres que ya tenía, a Mahalat, hija de Ismael, hijo de
Abraham, hermana de Nebaiot.

Algunos interpretan la decisión de Esaú como despecho, ya que se casó con la hija de
Ismael, el medio hermano que le había causado tanta pena a Isaac. Pero otros le dan el
beneficio de la duda, y creen que lo hizo para ganarse el favor de su padre al casarse con
una mujer dentro de la “parentela”. De cualquier forma, era evidente que Esaú no tenía
mucho discernimiento espiritual.

ENCUENTRO CON DIOS


En el camino a Harán, Jacob tuvo un encuentro personal con Dios. Hasta entonces, para
Jacob YHVH era el Dios de su abuelo Abraham y su padre Isaac. Él aún no había tenido
una experiencia personal con Dios…hasta ese día…
(Gen. 28:10-14) Y salió Jacob de Beerseba, y fue para Harán. (11) Y llegó a cierto lugar
y pasó la noche allí, porque el sol se había puesto; tomó una de las piedras del lugar, la
puso de cabecera y se acostó en aquel lugar. (12) Y tuvo un sueño, y he aquí, había una
escalera apoyada en la tierra cuyo extremo superior alcanzaba hasta el cielo; y he aquí,
los ángeles de Dios subían y bajaban por ella. (13) Y he aquí, el SEÑOR estaba sobre
ella, y dijo: Yo soy el SEÑOR, el Dios de tu padre Abraham y el Dios de Isaac. La tierra en
la que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia. (14) También tu descendencia
será como el polvo de la tierra, y te extenderás hacia el occidente y hacia el oriente, hacia
el norte y hacia el sur; y en ti y en tu simiente serán bendecidas todas las familias de la
tierra.

Dios mismo le confirmó la bendición que Isaac le acababa de dar, antes de partir.
(Salmo 105:8-11) Para siempre se ha acordado de su pacto, de la palabra que ordenó a
mil generaciones, (9) del pacto que hizo con Abraham, y de su juramento a Isaac. (10)
También lo confirmó a Jacob por estatuto, a Israel como pacto eterno, (11) diciendo: A ti
te daré la tierra de Canaán como porción de vuestra heredad.

Para Jacob era importante recibir esta confirmación en ese preciso momento, ya que no
tenía nada: no tenía descendencia, y estaba huyendo de la tierra de la promesa.
Seguramente se preguntaba si se casaría, si tendría hijos y si volvería algún día a la tierra
donde nació, y si volvería a ver de nuevo a su familia.

El Señor le confirmó que sí iba a regresar a Prometida.


(Gen. 28:15) He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que vayas y te
haré volver a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he
prometido.

Lo que Dios comienza, no lo deja a la mitad. El siempre termina la obra que comenzó.
Esto mismo escribió Pablo.
(Filipenses 1:6) Estando convencido precisamente de esto: que el que comenzó en
vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús.

Jacob tuvo esta revelación a través de un sueño, pero fue muu vívido, y él quedó
impactado. Él supo que había sido de Dios.
(Gen. 28:16-17) Despertó Jacob de su sueño y dijo: Ciertamente el SEÑOR está en este
lugar y yo no lo sabía. (17) Y tuvo miedo y dijo: ¡Cuán imponente es este lugar! Esto no
es más que la casa de Dios, y esta es la puerta del cielo.

Jacob se dio cuenta que el lugar donde durmió era un lugar especial (28:16):
à de Dios [heb. Bet Elohim], y
à del Cielo [heb. Shaar Ha'Shamayim]
Es un lugar donde la tierra se conecta con el Cielo, donde el hombre puede conectarse
con Dios.

¿Cómo reaccionó Jacob ante el sueño?


(Gen. 28:18-19) Y se levantó Jacob muy de mañana, y tomó la piedra que había puesto
de cabecera, la erigió por señal y derramó aceite por encima. (19) Y a aquel lugar le
puso el nombre de Betel, aunque anteriormente el nombre de la ciudad había sido Luz.

Al lugar le puso el nombre de BETEL (heb. Beit-El): “Casa de Dios”.

VOTO DE JACOB
Luego de la señal que hizo a raíz del sueño que tuvo, Jacob hizo un voto.
(Gen. 28:20-22) Entonces hizo Jacob un voto, diciendo: Si Dios está conmigo y me
guarda en este camino en que voy, y me da alimento para comer y ropa para vestir, (21)
y vuelvo sano y salvo a casa de mi padre, entonces el SEÑOR será mi Dios. (22) Y esta
piedra que he puesto por señal será casa de Dios; y de todo lo que me des, te daré el
diezmo.

Jacob le puso una condición a Dios: Si el Señor lo cuidaba y le permitía regresar con su
familia, entonces él prometía a Dios lo siguiente:
à Reconocer a YHVH como su Dios.
à Construir un Templo a Dios
à Dar el diez por ciento de todas sus ganancias.
LLAMADO A CADA PATRIARCA
Aun cuando el propósito de Dios es uno solo, cada uno de los patriarcas recibieron un
llamado diferente en la primera ocasión que oyeron de Dios.

Cada uno de ellos recibió una dirección diferente en relación con , según el momento en
que se encontraban en sus vidas:

ABRAHAM— “Ve a la tierra...” (Gen. 12:1-3)


ISAAC— “Permanece en la tierra...” (Gen. 26:1-4.)
JACOB— “Te haré volver a …” (Gen. 28:10-15)

El Plan de Dios es uno solo, pero Él nos puede dar diferentes instrucciones en diversos
tiempos para cumplir con Su perfecto propósito. Cada persona debe tener una
experiencia personal con Dios, la cual es única. Aunque el llamado sea el mismo, los
pasos los ordena Dios según el proceso y tiempo del Señor. Por eso tenemos que estar
continuamente buscando Su voluntad.

CIELOS ABIERTOS
Jacob vio los cielos abiertos. Jesús también hizo referencia a los cielos abiertos, en los
cuales los ángeles subían y bajaban.
(Juan 1:47-51) Jesús vio venir a Natanael y dijo de él: He aquí un verdadero israelita en
quien no hay engaño. (48) Natanael le dijo: ¿Cómo es que me conoces? Jesús le
respondió y le dijo: Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera,
te vi. (49) Natanael le respondió: Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.
(50) Respondió Jesús y le dijo: ¿Porque te dije que te vi debajo de la higuera, crees?
Cosas mayores que éstas verás. (51) Y le dijo: En verdad, en verdad os digo que veréis
el cielo abierto y a los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del Hombre.
Nosotros todavía vivimos en el Reino de este mundo, pero cuando los cielos están
abiertos, podemos conectar la Tierra con el Cielo (el Reino de Dios).

Los ángeles van de un lugar al otro, de la Tierra al Cielo y viceversa. De aquí suben con
nuestras oraciones, y del Cielo traen la respuesta y la dirección.

La oración que Jesús enseñó a sus discípulos dice:


(Mateo 6:10) Venga tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo.

GENESIS 27: La Bendición

En la entrada anterior comenzamos a ver la lucha que existía entre los gemelos Jacob y
Esaú por conseguir la bendición de primogénito. En el capítulo25 vimos que Jacob
compró la primogenitura de Esaú con un plato de lentejas. Esaú había salido primero del
vientre de la madre, pero Dios le había revelado a Rebeca que el segundo sería el
primero (Gen. 25:22-23)

Aconsejado por la madre, Rebeca, Jacob se hizo pasar por Esaú para conseguir la
bendición de primogenitura.

Esta fue la bendición que Isaac le dio a Jacob, creyendo que era Esaú:
(Génesis 27:28-29) Dios te dé, pues, del rocío del cielo, y de la grosura de la tierra, y
abundancia de grano y de mosto. (29) Sírvante pueblos, y póstrense ante ti naciones; sé
señor de tus hermanos, e inclínense ante ti los hijos de tu madre. Malditos los que te
maldigan, y benditos los que te bendigan.
Esto es exactamente lo que Dios le había revelado a Rebeca, diciéndole que el menor
serviría al mayor.

SE DESCUBRE
A todo esto, Esaú estaba cazando el venado e ignoraba lo que estaba sucediendo en la
casa de Isaac. Cuando él finalmente llegó con su padre, él ya había dado la bendición a
Jacob.
(Génesis 27:30-31) Y sucedió que tan pronto como Isaac había terminado de bendecir a
Jacob, y apenas había salido Jacob de la presencia de su padre Isaac, su hermano Esaú
llegó de su cacería. (31) Y también él hizo un buen guisado y lo trajo a su padre, y dijo a
su padre: Levántese mi padre, y coma de la caza de su hijo, para que tú me bendigas.

La reacción de Isaac en ese momento es muy reveladora…


(Génesis 27:32-33) Y su padre Isaac le dijo: ¿Quién eres? Y él respondió: Soy tu hijo, tu
primogénito, Esaú. (33) Y tembló Isaac con estremecimiento muy grande, y dijo: ¿Quién
fue entonces el que trajo caza, antes de que tú vinieras, y me la trajo y yo comí de todo, y
lo bendije? Sí, y bendito será.

Lo normal hubiera sido que Isaac se enojara y maldijera a Jacob por haberlo engañado…
pero no lo hizo. Al contrario, confirmó la bendición que le había dado a Jacob: “…Sí, y
bendito será”(27:33). Evidentemente algo pasó en el acto de bendición a Jacob que
convenció a Isaac de estar haciendo lo correcto. Probablemente Dios abrió sus ojos
ciegos en ese momento para ver la voluntad divina.

REACCIÓN DE ESAÚ
Pero Esaú no fue tan comprensivo como Isaac. El se alteró mucho al oír que su hermano
Jacob le había “robado” la primogenitura (aunque él sabía que ya se la había vendido
cuando eran más jóvenes).
(Génesis 27:34-36) Al oír Esaú las palabras de su padre, clamó con un grande y amargo
clamor, y dijo a su padre: ¡Bendíceme, bendíceme también a mí, padre mío! (35) Y él
respondió: Tu hermano vino con engaño, y se ha llevado tu bendición. (36) Y Esaú dijo:
Con razón se llama Jacob, pues me ha suplantado estas dos veces. Me quitó mi
primogenitura, y he aquí, ahora me ha quitado mi bendición. Y añadió: ¿No has reservado
una bendición para mí?

Aquí se hace evidente que Esaú no había olvidado el hecho que él había vendido su
primogenitura por un plato de lentejas. Tal vez Isaac no lo sabía, pero él sí lo recobraba.
En este sentido, también Esaú estaba engañando a su padre queriéndose quedar con una
bendición que no le pertenecía.

DOS TIPOS DE BENDICIÓN


En la Biblia, hay dos tipos de bendiciones que los padres daban a sus hijos:

1. Bendición del primogénito (heb. Bejira)


Es la bendición especial que se le da al hijo primogénito (Bejor). Esta constaba de los
siguientes privilegios:
a. Ser la autoridad sobre todos los hermanos.
b. Llevar el nombre del Padre
c. Recibir doble porción de la herencia.

Pero no todo era “privilegio”, ya que ellos quedaban como responsables por el bienestar
de toda la familia.

2. Bendición paterna (heb. Braja)


Son las palabras que el padre le da a cada uno de sus hijos, en momentos especiales o
como la bendición antes de morir. Esta bendición se le da a todos los hijos, no sólo a
uno. Esta bendición contempla palabras que revelan lo que el padre ve en el hijo,
revelando su potencial y el llamado de Dios en su vida. Estas palabras tienen el poder de
marcar el destino de sus vidas.

En Hebreos vemos que Isaac bendijo a sus dos hijos con la bendición paterna
(heb. Braja).
(Hebreos 11:20) Por la fe bendijo Isaac a Jacob y a Esaú respecto a cosas venideras.

La pregunta que se hacían era: ¿quién de los dos gemelos se iba a quedar con la
bendición de la primogenitura?

BENDICIÓN PARA ESAÚ


La Biblia dice que Esaú era el hijo favorito de Isaac. Por eso él le iba a dar a él la
bendición de primogénito. Pero luego, da la impresión que Isaac entendió que esa
bendición le pertenecía a Jacob, tal como Dios lo había revelado a Rebeca cuando
llevaba en el vientre a sus gemelos. Cuando Isaac se dio cuenta que había sido
engañado, no se retractó en la bendición, sino que la confirmó. Pero eso no quería decir
que Esaú se quedara sin bendición (heb. Braja)—pero no sería la de primogénito
(heb. Bejira).
(Génesis 27:37-40) Pero Isaac respondió, y dijo a Esaú: He aquí, yo lo he puesto por
señor tuyo, y le he dado por siervos a todos sus parientes; y con grano y mosto lo he
sustentado. En cuanto a ti ¿qué haré, pues, hijo mío? (38) Y Esaú dijo a su padre: ¿No
tienes más que una bendición, padre mío? Bendíceme, bendíceme también a mí, padre
mío. Y Esaú alzó su voz y lloró. (39) Entonces su padre Isaac respondió, y le dijo: He
aquí, lejos de la fertilidad de la tierra será tu morada, y lejos del rocío que baja del cielo.
(40) Por tu espada vivirás, y a tu hermano servirás; mas acontecerá que cuando te
impacientes, arrancarás su yugo de tu cerviz.

Isaac confirmó la bendición dada a Jacob como primogénito, y Esaú debía estar bajo la
autoridad de su hermano. Sin embargo, al final, Isaac insertó una cláusula bajo la cual él
podría librarse del dominio del hermano. Esto sucedió en tiempos del rey Joram, de Judá
(aproximadamente en el año .C.)
(2 Crónicas 21:5-10) Joram tenía treinta y dos años cuando comenzó a reinar, y reinó
ocho años en Jerusalén. (6) Y anduvo en el camino de los reyes de Israel, tal como
había hecho la casa de Acab (pues la hija de Acab era su mujer), e hizo lo malo ante los
ojos del SEÑOR. (7) Sin embargo el SEÑOR no quiso destruir la casa de David a causa
del pacto que había hecho con David, y porque le había prometido darle una lámpara a él
y a sus hijos para siempre. (8) En sus días se rebeló Edom contra el dominio de Judá, y
pusieron rey sobre ellos. (9) Entonces pasó Joram con sus comandantes, y todos sus
carros con él. Y aconteció que se levantó de noche y atacó a los edomitas que lo tenían
cercado a él y a los comandantes de los carros. (10) Y Edom se rebeló contra el dominio
de Judá hasta el día de hoy. Entonces Libna se rebeló en ese mismo tiempo contra su
dominio, porque Joram había abandonado al SEÑOR, Dios de sus padres.

Los descendientes de Jacob perdieron su autoridad espiritual por haber pecado.


¿QUIÉN ES EDOM?
Esaú recibió el apodo de “Edom”.
Esta palabra está relacionada con varias palabras:
Adom = “rojo”
Adam = “hombre”
Adamá = “tierra”

Ese apodo le fue puesto, no sólo porque era pelirrojo o carnal, sino por las lentejas rojas
que comió a cambio de su primogenitura.
(Génesis 25:29-34) Y guisó Jacob un potaje; y volviendo Esaú del campo, cansado, dijo
a Jacob: Te ruego que me des a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. Por
tanto fue llamado su nombre EDOM. Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu
primogenitura. Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me
servirá la primogenitura? Y dijo Jacob: Júrame en este día. Y él le juró, y vendió a Jacob
su primogenitura. Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y comió y
bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura.

Le fue puesto el nombre de Edom desde que rechazó su primogenitura.

SEMILLA DE RESENTIMIENTO
Desde el día en que Jacob fue bendecido con la primogenitura, se sembró una semilla de
resentimiento en el corazón de Esaú contra su hermano Jacob. Pero no sólo se quedó
como un sentimiento, sino se degeneró en odio, hasta llegar al punto de desear la muerte
de su propio hermano, al estilo de Caín.

El plan de Esaú era matar a Jacob tan pronto como Isaac muriera.
(Génesis 27:41) Esaú, pues, guardó rencor a Jacob a causa de la bendición con que su
padre lo había bendecido; y Esaú se dijo: Los días de luto por mi padre están cerca;
entonces mataré a mi hermano Jacob.

El mal de Esaú no fue sentirse ofendido por lo que pasó, sino haber guardado rencor. En
el libro de Hebreos leemos una referencia de esto:
(Hebreos 12:15-17) Mirad bien de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que
ninguna raíz de amargura, brotando, cause dificultades y por ella muchos sean
contaminados; (16) de que no haya ninguna persona inmoral ni profana como Esaú, que
vendió su primogenitura por una comida. (17) Porque sabéis que aun después, cuando
quiso heredar la bendición, fue rechazado, pues no halló ocasión para el arrepentimiento,
aunque la buscó con lágrimas.

Al igual que Caín, Esaú nunca se arrepintió. Dejó abierta la puerta al pecado, y nunca se
volvió para atrás.

Esaú no le interesaba saber cuál era la voluntad de Dios ni tenía la intención de


someterse a ella. Todo lo que él quería era hacer su propia voluntad y encontrar
satisfacción inmediata.

REBECA INTERVIENE
Posiblemente se hubiera repetido la historia de Caín y Abel, a no ser por la intervención
de Rebeca.
(Génesis 27:42-45) Cuando las palabras de Esaú, su hijo mayor, le fueron comunicadas
a Rebeca, envió a llamar a Jacob, su hijo menor, y le dijo: Mira, en cuanto a ti, tu hermano
Esaú se consuela con la idea de matarte. (43) Ahora pues, hijo mío, obedece mi voz:
levántate y huye a Harán, a casa de mi hermano Labán. (44) Y quédate con él algunos
días hasta que se calme el furor de tu hermano; (45) hasta que la ira de tu hermano
contra ti se calme, y olvide lo que le hiciste. Entonces enviaré y te traeré de allá. ¿Por qué
he de sufrir la pérdida de vosotros dos en un mismo día?

Rebeca sabía que el odio de Esaú no iba a mermar, y la única salida era que Jacob
huyera. Pero su salida también tendría otro propósito…

EN BUSCA DE MUJER
La lección de este capítulo comenzó mencionando el efecto negativo que tuvo el
casamiento de Esaú con las hijas de Het (Gen. 26:34-35), y termina haciendo referencia a
esto mismo:
(Génesis 27:46) Y Rebeca dijo a Isaac: Estoy cansada de vivir a causa de las hijas de
Het; si Jacob toma mujer de las hijas de Het, como éstas, de las hijas de esta tierra,
¿para qué me servirá la vida?

Rebeca no podía pensar que Jacob se fuera a casar con unas mujeres como ellas. Por lo
tanto, envió a Jacob con su parentela en Harán para buscar esposa entre ellos.

Isaac confirmó el deseo de Rebeca con respecto a Jacob:


(Génesis 28:1-2) Entonces Isaac llamó a Jacob, y lo bendijo, y le mandó diciendo: No
tomes mujer de las hijas de Canaán. Levántate, ve a Padan-aram, a casa de Betuel,
padre de tu madre, y toma allí mujer de las hijas de Labán, hermano de tu madre.

En ese momento, Isaac volvió a confirmar la bendición que le había dado a Jacob. No
sólo eso, sino que también le transfirió la bendición de Abraham—de tierra y
descendencia.
(Génesis 28:3-4) Y el Dios omnipotente te bendiga, y te haga fructificar y te multiplique,
hasta llegar a ser multitud de pueblos; y te dé la bendición de Abraham, y a tu
descendencia contigo, para que heredes la tierra en que moras, que Dios dio a Abraham.

Esta bendición será luego confirmada directamente a Jacob por el mismo Señor…

ESAÚ SE VUELVE A CASAR


En el siguiente capítulo vemos la reacción de Esaú a la decisión de enviar a Jacob a
harán para casarse con una mujer de la parentela.
(Génesis 28:6-9) Y vio Esaú como Isaac había bendecido a Jacob, y le había enviado a
Padan-aram, para tomar para sí mujer de allí; y que cuando le bendijo, le había mandado
diciendo: No tomarás mujer de las hijas de Canaán; y que Jacob había obedecido a su
padre y a su madre, y se había ido a Padan-aram. Vio asimismo Esaú que las hijas de
Canaán parecían mal a Isaac su padre; y se fue Esaú a Ismael, y tomó para sí por mujer
a Mahalat, hija de Ismael hijo de Abraham, hermana de Nebaiot, además de sus otras
mujeres.

Parecería que, por despecho, Esaú se casó con una hija del medio hermano de su padre
que tanto problema le había dado. Con este matrimonio, se unió el linaje de Esaú con el
de Ismael.

EDOM VRS ISRAEL


La enemistad entre Esaú y Jacob ha tenido consecuencias que se ven reflejadas a lo
largo de la historia de Israel. De la línea de Esaú volvieron a surgir personajes que
persiguieron al pueblo de Israel:

* AMALEC
Amalec es un descendiente de la unión de Esaú con una de las hijas de Het (Gen. 36:12),
y fue un jefe entre los hijos de Esaú (Gen. 36:16). Amalec fue el primero en atacar a los
israelitas cuando salieron de Egipto, cuando estaban a punto de llegar al Monte Sinaí (Ex.
17:8).

* AMAN
Amán era descendiente de los amalecitas. Él persiguió a los judíos en Babilonia, en
tiempos de Ester.

GENESIS 27: Esaú y Jacob

En el capítulo 27 de Génesis volvemos a la historia de los hijos de Isaac: Esaú y Jacob.


Pero comenzaremos con los últimos versículos del capítulo anterior…

ESAU SE CASA
Esaú tomó la decisión de casarse, lo cual es bueno. Lamentablemente se casó no sólo
con una, sino dos mujeres. Para complicar la situación, ellas eran cananeas, quienes
tenían costumbres y valores muy diferentes a los de la familia de Isaac. La consecuencia
de esa mala decisión se hizo evidente pronto…
(Génesis 26:34-35) Cuando Esaú tenía cuarenta años, se casó con Judit, hija de Beeri
hitita, y con Basemat, hija de Elón hitita; (35) y ellas hicieron la vida insoportable para
Isaac y Rebeca.

Este capítulo comienza con el pesar por las mujeres de Esaú, y terminará con el deseo de
los padres a que Jacob se case con una mujer que no sea de Canaán, preferiblemente de
su parentela, tal como lo había hecho Isaac.
(Génesis 27:46) Y Rebeca dijo a Isaac: Estoy cansada de vivir a causa de las hijas de
Het; si Jacob toma mujer de las hijas de Het, como éstas, de las hijas de esta tierra,
¿para qué me servirá la vida?

no menciona específicamente qué es lo que hacían las mujeres de Esaú para molestar a
Rebeca. Lo que sí menciona es que ella se sentía tan desesperada que deseaba morir.

También a Isaac le causaban molestias las mujeres de Esaú. Sin embargo, él tenía una
debilidad hacia Esaú, pues era su favorito.

CEGUERA DE ISAAC
Isaac tenía un impedimento: no veía bien. Esto no sólo era en lo físico, sino también en
un sentido espiritual.
(Génesis 27:1-4) Y aconteció que siendo ya viejo Isaac, y sus ojos demasiado débiles
para ver, llamó a Esaú, su hijo mayor, y le dijo: Hijo mío. Y él le respondió: Heme aquí.
(2) Y dijo Isaac: Mira, yo soy viejo y no sé el día de mi muerte. (3) Ahora pues, te ruego,
toma tu equipo, tu aljaba y tu arco, sal al campo y tráeme caza; (4) y prepárame un buen
guisado como a mí me gusta, y tráemelo para que yo coma, y que mi alma te bendiga
antes que yo muera.

A pesar de la conducta desviada de Esaú, él seguía siendo su hijo favorito, y había


decidido bendecirlo con la primogenitura antes de morir. Esto podría parecer normal, pero
no debemos olvidar la revelación que Rebeca recibió antes de que los gemelos nacieran y
la venta del derecho de primogenitura.

Pero Rebeca no lo olvidó, por lo que decidió actuar para prevenir tal error.
(Génesis 27:5-10) Rebeca estaba escuchando cuando Isaac hablaba a su hijo Esaú. Y
cuando Esaú fue al campo a cazar una pieza para traer a casa , (6) Rebeca habló a su
hijo Jacob, diciendo: He aquí, oí a tu padre que hablaba con tu hermano Esaú,
diciéndole: (7) "Tráeme caza y prepárame un buen guisado para que coma y te bendiga
en presencia del SEÑOR antes de mi muerte." (8) Ahora pues, hijo mío, obedéceme en
lo que te mando. (9) Ve ahora al rebaño y tráeme de allí dos de los mejores cabritos de
las cabras, y yo prepararé con ellos un buen guisado para tu padre como a él le gusta.
(10) Entonces se lo llevarás a tu padre, que comerá, para que te bendiga antes de su
muerte.

¿Acaso el engaño es la solución a la ceguera espiritual de Isaac? Ciertamente sabemos


que un mal no borra otro mal, sino sólo lo multiplica. Rebeca también estaba actuando
incorrectamente, aunque “tuviera la razón”. Por eso Jacob no quería participar de este
plan…
(Génesis 27:11-12) Y Jacob dijo a su madre Rebeca: He aquí, Esaú mi hermano es
hombre velludo y yo soy lampiño. (12) Quizá mi padre me palpe, y entonces seré para él
un engañador y traeré sobre mí una maldición y no una bendición.

Jacob era temeroso de Dios. El no quería recibir maldición sino bendición.


Pero su madre insistió, diciéndole que lo libraba de culpa.
(Génesis 27:13) Pero su madre le respondió: Caiga sobre mí tu maldición, hijo mío;
solamente obedéceme, y ve y tráemelos.

Esta decisión era muy riesgosa por lo que implicaba. Pero la insistencia de Rebeca hace
ver una de dos cosas: o ella estaba también cegada por su preferencia por Jacob, o ella
estaba convencida de que eso era lo correcto ante los ojos de Dios.

Aun cuando Rebeca tuviera la razón, esa no era excusa para engañar. La Biblia nos
enseña que la forma de vencer el mal es haciendo el bien—no replicando el mal (Rom.
12:21). Rebeca debió apelar, orar, interceder. Esto no es “darse por vencido”, sino dejar
que Dios haga su obra, mientras que uno hace lo que es justo y correcto. Pero Rebeca
prefirió tomar el asunto en sus propias manos (…como si Dios no pudiera abrir y cerrar
puertas, tocar corazones y abrir ojos). Por tomar la vía fácil y combatir el mal con mal,
tanto Rebeca como Jacob tuvieron que pagar un alto costo…como lo veremos en los
siguientes capítulos…

Al final, Jacob siguió el consejo de su madre.


(Génesis 27:14-20) Y él fue, los tomó y los trajo a su madre; y su madre hizo un buen
guisado, como a su padre le gustaba. (15) Entonces Rebeca tomó las mejores
vestiduras de Esaú, su hijo mayor, que tenía ella en la casa, y vistió a Jacob, su hijo
menor; (16) le puso las pieles de los cabritos sobre las manos y sobre la parte lampiña
del cuello, (17) y puso el guisado y el pan que había hecho en manos de su hijo Jacob.
(18) Entonces él fue a su padre, y dijo: Padre mío. Y éste respondió: Aquí estoy. ¿Quién
eres, hijo mío? (19) Y Jacob dijo a su padre: Soy Esaú tu primogénito. He hecho lo que
me dijiste. Levántate, te ruego. Siéntate y come de mi caza para que me bendigas. (20)
E Isaac dijo a su hijo: ¿Cómo es que la has encontrado tan pronto, hijo mío? Y él
respondió: Porque el SEÑOR tu Dios hizo que así me acaeciera.

Nótese que Jacob dice: el Señor “tu” Dios. No debe pasarnos por alto que los hijos de
Isaac aún no habían reconocido a YHVH como su propio Dios. Esta es una decisión
personal que viene por lo general luego de tener una experiencia personal con Él.

ANTE ISAAC
Cuando Jacob se presentó ante su padre haciéndose pasar por su hermano, Isaac
sospechó que quien le hablaba no era Esaú, por lo que le pidió que se acercara para
palparlo.
(Génesis 27:21-27) Isaac entonces dijo a Jacob: Te ruego que te acerques para palparte,
hijo mío, a ver si en verdad eres o no mi hijo Esaú. (22) Jacob se acercó a Isaac su
padre, y él lo palpó y dijo: La voz es la voz de Jacob, pero las manos son las manos de
Esaú. (23) Y no lo reconoció porque sus manos eran velludas como las de su hermano
Esaú, y lo bendijo. (24) Y le preguntó: ¿Eres en verdad mi hijo Esaú? Y él respondió: Yo
soy. (25) Entonces dijo: Sírveme, y comeré de la caza de mi hijo para que yo te bendiga.
Y le sirvió, y comió; le trajo también vino, y bebió. (26) Y su padre Isaac le dijo: Te ruego
que te acerques y me beses, hijo mío. (27) Y él se acercó y lo besó; y al notar el olor de
sus vestidos, lo bendijo, diciendo: He aquí, el olor de mi hijo es como el aroma de un
campo que el SEÑOR ha bendecido.

Con esta experiencia vemos el grado de ceguera de Isaac. Era muy fácil engañarlo y
manipularlo. Él creyó lo que quería creer, sin tomar en cuenta la evidencia.

Puede causar conflicto ver a los “héroes de la Biblia” con tales faltas y cometiendo serios
errores. La Biblia no es un cuento de hadas, sino la historia real del pueblo de Dios. Ésta
presenta a los patriarcas tal como eran, con sus virtudes y defectos. Esa es la realidad;
no hay nadie perfecto, más que Dios. Al final, al leerla podemos identificarnos con los
personajes y aprender de ellos…
(1 Corintios 10:11-12) Estas cosas les sucedieron como ejemplo, y fueron escritas como
enseñanza para nosotros, para quienes ha llegado el fin de los siglos. (12) Por tanto, el
que cree que está firme, tenga cuidado, no sea que caiga.

En la próxima entrada leeremos la bendición que Isaac les da a sus hijos y cómo la
verdad saldrá a luz…

GENESIS 25: Abraham, Isaac y sus Dos Hijos


Muerte de Abraham

En la entrada anterior, vimos cómo Abraham dejó su herencia en orden antes de morir…

Abraham murió a los 175 años, cien años después que haber recibido su llamado
(Gen.12).
(Génesis 25:7-10) Estos fueron los años de la vida de Abraham: 175 años. (8) Abraham
murió* en buena vejez, anciano y lleno de días, y fue reunido a su pueblo. (9) Sus hijos
Isaac e Ismael lo sepultaron en la cueva de Macpela, en el campo de Efrón, hijo de Zohar,
el Hitita, que está frente a Mamre, (10) el campo que Abraham compró a los hijos de
Het. Allí fue sepultado Abraham con Sara su mujer.

[* lit. expiró: dio su último respiro]

Abraham fue enterrado en la Cueva de Macpela, en Hebrón, junto con Sara, en la única
propiedad que adquirió en

Abraham vivió muchos años; pero a la hora de ver atrás y analizar la vida, lo que cuenta
no es tanto el número de años sino la calidad de vida. La Biblia dice que Abraham vivió
una buena vida, “lleno de días”, pues el propósito por el cual fue creado se cumplió.

Isaac iba a seguir el llamado y la obra iniciada por Abraham. Así como Dios bendijo a
Abraham, también lo hizo con su hijo Isaac, el hijo de la promesa.
(Génesis 25:11) Después de la muerte de Abraham, Dios bendijo a su hijo Isaac. Y habitó
Isaac junto a Beer Lajai Roi.

A continuación aparece la genealogía de Isaac en la forma de su historia…


(Génesis 25:19-20) Estas son las generaciones de Isaac, hijo de Abraham: Abraham fue
el padre de Isaac. (20) Tenía Isaac cuarenta años cuando tomó por mujer a Rebeca, hija
de Betuel, el Arameo de Padán Aram, hermana de Labán el Arameo.

HISTORIA DE ISAAC
Abraham había buscado mujer para su hijo Isaac para asegurarse que la simiente
prometida siguiera y se cumpliera el plan de Dios. Curiosamente, la historia se repitió, ya
que la mujer de Isaac también era estéril.
(Génesis 25:21) Isaac oró al SEÑOR en favor de su mujer, porque ella era estéril; y el
SEÑOR lo escuchó, y Rebeca su mujer concibió.
La traducción dice que Isaac “oró”, pero es más que una simple oración. Eb hebreo se
usa la palabra “Atar “ que significa: suplicar, implorar. Implica insistencia y repetición.

En varias instancias en la Biblia, Dios detiene los embarazos, y eso es un mensaje en sí.
Es una forma de decirles a los padres que el bebé que viene tiene un propósito especial.
Así sucedió con Isaac, Jacob, José, Sansón, Samuel, y Juan el Bautista.

PROBLEMAS EN EL EMBARAZO
Cuando finalmente Rebeca quedó esperando, se vino otra complicación en el embarazo:
(Génesis 25:22) Los hijos luchaban dentro de ella y ella dijo: "Si esto es así, ¿para qué
vivo yo?" Y fue a consultar al SEÑOR.

En hebreo, la descripción de lo que sentía Rebeca es más fuerte. La palabra hebrea que
se usa es Ratzatz, que literalmente significa: hacer pedazos, también oprimir, aplastar,
romper, lastimar, desanimar.

Lo que debía ser una bendición estaba siendo una tortura para ella, al punto que quería
morir. Pero en medio de esa dificultad, ella hizo lo se debe hacer: preguntarle a Dios.

Cuando se presentan problemas o dificultades en la vida, en lugar de deprimirnos o


quejarnos o lamentarnos, debemos tratar de averiguar qué nos quiere enseñar Dios a
través de esa situación.

¿Cuál era el mensaje que Dios les quería transmitir?


(Génesis 25:23) Y el SEÑOR le dijo: "Dos naciones hay en tu seno, y dos pueblos se
dividirán desde tus entrañas; un pueblo será más fuerte que el otro, y el mayor servirá al
menor."

La primera noticia fue que tendría gemelos. Pero el principal mensaje era que el mayor
serviría al menor. Esto iba en contra de la costumbre, en la que el primogénito era quien
recibía la autoridad dentro de la familia.
NACIMIENTO
En su momento, nacieron mellizos, tal como lo había anunciado el Señor.
(Génesis 25:24-26) Cuando se cumplieron los días de dar a luz, había mellizos en su
seno. (25) El primero salió rojizo, todo cubierto de vello, y lo llamaron Esaú. (26) Y
después salió su hermano, con su mano asida al talón de Esaú, y lo llamaron Jacob.
Isaac tenía sesenta años cuando Rebeca dio a luz a los mellizos.

Esaú (heb. Esav) significa: velludo


Jacob (heb. Yaakov) literalmente significa: “el que agarra el talón” (del verbo “Akev”)

Los mellizos no eran gemelos idénticos, más bien, eran muy diferentes, no sólo
físicamente sino también en personalidad, carácter y visión de vida.

A Esaú le gustaba el campo, mientras que Jacob prefería quedarse en casa con su
madre. Uno era el favorito de Isaac, y el otro el favorito de Rebeca.
(Génesis 25:27-28) Los niños crecieron, y Esaú llegó a ser diestro cazador, hombre del
campo. Pero Jacob era hombre pacífico, que habitaba en tiendas. (28) Isaac amaba a
Esaú porque le gustaba lo que cazaba, pero Rebeca amaba a Jacob.

Pero la diferencia más trascendental entre estos hermanos gemelos era la diferencia
espiritual: Esaú era un hombre carnal, interesado en la vida terrenal; por el contrario,
Jacob era un hombre espiritual. En hebreo, dice que era “completo, íntegro, puro,
perfecto” (heb. Tam).

CARNE VRS ESPIRITU


La lucha entre Jacob y Esaú, que comenzó en el vientre materno, seguirá durante toda su
vida. Este conflicto, es una imagen del conflicto entre “la carne y el espíritu”. Es una
lucha con la que vivimos toda la vida. Esaú representa la carnalidad, y Jacob la
espiritualidad. La carne parecería llevar la ventaja, pero el orden divino es que el espíritu
esté por encima. Una persona espiritual sacrifica el placer inmediato por un beneficio
mayor a largo plazo. (Rom. 8; Gal. 5:16-17; Mat. 26:41)

LA IMPORTANCIA DE LA PRIMOGENITURA
La diferencia entre Jacob y Esaú se hace manifiesta en su interés por la primogenitura…

Jacob y Esaú

Según la tradición, el día en que murió Abraham, Jacob había preparado un potaje de
lentejas como parte de la comida de luto. Al contrario, ese día Esaú salió a cazar.
(Génesis 25:29-34) Un día, cuando Jacob había preparado un potaje, Esaú vino agotado
del campo. (30) Entonces Esaú dijo a Jacob: "Te ruego que me des a comer * (lit.
tragar) un poco de ese guisado rojo, pues estoy agotado." Por eso lo llamaron Edom.
(31) "Véndeme primero tu primogenitura," le contestó Jacob. (32) "Mira, yo estoy a
punto de morir," le dijo Esaú; "¿de qué me sirve, pues, la primogenitura?" (33) "Júramelo
primero," replicó Jacob. Esaú se lo juró, y vendió su primogenitura a Jacob." (34)
Entonces Jacob dio a Esaú pan y guisado de lentejas. El comió y bebió, se levantó y se
fue. Así despreció Esaú la primogenitura.

Esaú estaba más preocupado por satisfacer sus deseos temporales que por la herencia
familiar. El se dejó llevar por la carne, y despreció los valores espirituales. Al contrario,
Jacob anhelaba la primogenitura, y aprovechó el momento para “comprar el derecho de
primogénito” que eventualmente le sería dado a Esaú por haber nacido primero (a pesar
que Dios había revelado a Rebeca desde el vientre que el menor sería el primogénito).

¿Qué implica ser primogénito en la cultura bíblica?


El primer nacido recibía:
1. El nombre del padre
2. La autoridad sobre los hermanos y la responsabilidad por ellos
3. Doble porción de la herencia

Esaú despreció la primogenitura, no considerándola importante. Él vivía para el momento,


y no consideraba importante el futuro ni mucho menos la vida eterna. Todo lo que le
interesaba era la “satisfacción inmediata”.

(Hebreos 12:16-17) … Esaú vendió su primogenitura por una comida. (17) Porque
sabéis que aun después, cuando quiso heredar la bendición, fue rechazado, pues no
halló ocasión para el arrepentimiento, aunque la buscó con lágrimas.

Por el contrario, Jacob sí le interesaba la primogeniutura, y le molestaba que Esaú no


apreciara lo que tenía por nacimiento. Por lo tanto, aprovechó el momento para “comprar”
ese derecho.

JUEVES, 7 DE MARZO DE 2013

Tengo ante el trono celestial

Charitie Bancroft (1851) escribió el himno "Before the Throne of God


Above". Cantado originalmente con la misma melodía de "Dulce
Oración", el himno no gozó de mucha fama. No obstante, en 1997, una
nueva melodía despertó nuevo interés en el himno y se ha hecho muy
popular. La letra del himno es una exposición preciosa del evangelio y es
una bendición poder recuperar esta joya prácticamente perdida. Aunque
ya existe una traducción del himno al Español, quise volver a traducirlo
para mejorar varios aspectos del lenguaje y sobre todo, preservar mejor
el contenido teológico del himno. Espero que sea de bendición. Se puede
bajar el PDF de la música y la letra aquí. Se puede bajar un midi de la
música aquí.

Tengo ante el trono celestial


(1) Tengo ante el trono celestial, Un poderoso defensor,
Un sacerdote eternal, Que por mí aboga con amor.
Mi nombre ya grabado está, Sobre su mano y corazón,
Y mientras Cristo allí está, Seguro estoy de su perdón.

(2) Al ser tentado a decaer, Y ver el mal que hay en mí,


Mis ojos alzo hacia Aquel, Que eliminó mi culpa vil.
Cuando el perfecto Salvador, Se entregó en mi lugar,
El justo Dios lo castigó, Y así me pudo perdonar.

(3) Ved al Cordero, vivo hoy, Que con justicia me vistió,


El inmutable gran Yo Soy, El Rey de gracia, el Redentor.
En Él jamás morir podré, Pues con su sangre me compró,
Y escondido estoy en Él, En Cristo, Dios, mi Salvador.
trad. Bell y Mavar

3 comentarios:
LUNES, 18 DE FEBRERO DE 2013
Una armonía de los evangelios: El ministerio en Galilea

Hemos empezado este año con una mirada de cerca a la vida y


ministerio de Jesucristo. En vez de limitarnos a un sólo evangelio,
estamos uniendo los relatos de los cuatro evangelistas para crear un
cuadro más completo de los eventos de la vida y ministerio de Jesús.

1. Preparación para su ministerio. Empezando con el ministerio de Juan


el Bautista, miramos el bautismo de Jesús y las tentaciones.
10 febrero, 2013

2. La iniciación de su ministerio. Los primeros discípulos, el primero


milagro, el primer viaje a Jerusalén y la primera predicación pública en
Samaria. [Disculpe por favor mi voz en esta grabación; estuve enfermo y
tenía la voz fatal ese día.]
17 febrero, 2013
3. El rechazo en Nazaret. A pesar de los milagros que hizo Jesús en
Caná, Capernaum y en Samaria, vemos que su propia ciudad se ofendió y
lo rechazó públicamente.
24 febrero, 2013

4. El amigo de pecadores. Jesús y sus primeros discípulos empezaron a


predicar el evangelio alrededor de la zona. En este tiempo, Jesús se
establece como el amigo de pecadores, demostrando su verdadero
propósito en venir.
3 marzo, 2013

5. La controversia del día de reposo. Jesús no tardó mucho tiempo en


tener conflicto con los líderes religiosos. En esta sección encontramos
varios conflictos sobre sus actividades en el día de reposo. Él vino para
buscar y salvar a los perdidos.
10 marzo, 2013

6. En busca de los verdaderos discípulos. Habiendo llamado a los doce,


Jesús los llevó al monte y los enseñó sobre sus expectativas. El punto
principal es tratar las motivaciones y las prioridades del verdadero
discípulo.
17 marzo, 2013

7. Una crisis de fe. Juan el Bautista mandó mensajeros desde la cárcel


para preguntar por el Mesías. Jesús contesta señalando las pruebas de
quién era y le invita a creer.
21 abril, 2013

8. Revelando el reino. En el segundo gran tour de predicación por Galilea,


Jesús emplea las parábolas para enseñar sobre el misterio del Reino de
los Cielos. Pero había muchos que no estaban dispuestos a aceptar el
reino que vino Jesús a revelar. Fue rechazado en su propio pueblo,
Nazaret.
28 abril, 2013

9. La madre y hermanos de Jesús. Cuando vino la familia de Jesús en


busca de Él, aprovechó la oportunidad para enseñar sobre los verdaderos
discípulos.
5 mayo, 2013

10. Compasión y comisión. En este tercer tour de predicación por


Galilea, Jesús manda a sus discípulos para predicar y sanar. A la vez les
manda a contemplar la gran labor y rogar al Señor de la mies que envíe
obreros.
12 mayo, 2013

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