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AUTODETERMINACION Y LIBRE DETERMINACIÓN

Rafael García López


Abogado y Notario

Para determinar la acepción de los términos de “autodeterminación y libre


determinación”, es necesario recurrir a las definiciones o descripciones que establecen algunos
diccionarios o autores doctrinarios sobre la materia, porque hay autores que a la
“autodeterminación” la conciben como el reconocimiento de la autonomía individual y del
gobierno elegido por los pueblos; otros, como la decisión de los pobladores de una unidad
territorial acerca de su futuro estatuto político, o como la reivindicación de su liberación y la
creación de su organización estatal propia. En ese mismo sentido los autores también citan la
“autodeterminación de los pueblos” que se conceptualiza como el reconocimiento de su derecho
a la independencia, o bien, la facultad de escoger a sus gobernantes y elegir su sistema de
gobierno. En cuanto a la “libre determinación”, al realizar un análisis sobre cada uno de los
vocablos, “libre”, entre otros, significa que tiene facultad para obrar o no obrar; no ser esclavo;
ser independiente; el capaz de regirse por los dictados de su voluntad o conciencia; y el vocablo
“determinación” que implica toda acción y efecto de determinar o determinarse, tomar una
resolución, osadía o valor.

De las acepciones señaladas, se puede determinar que la “autodeterminación” se puede


ver bajo dos formas de acción, la que se ejerce individual o que se ejerce colectivamente, como
población, en el primer caso, en esa facultad autónoma que tiene toda persona individual de
tomar sus decisiones propias y, en el segundo caso, como parte de un conglomerado o sociedad,
en decidir acerca de su futuro sobre su organización estatal propia, lo que implica el nacimiento
de un nuevo estado y la interrelación con la comunidad internacional, como un estado soberano
e independiente, por lo que al unificar los dos vocablos la “libre determinación” es aquella
facultad que se tiene de hacer o no hacer rigiéndose bajo los dictados de su conciencia en la toma
de una decisión o resolución.

En el ámbito del Derecho Internacional estos vocablos han cobrado mucha vigencia,
especialmente, la libre determinación, tal el caso del contenido del Artículo 1 de la Carta de las
Naciones Unidas, que en el numeral 2 expresa, “fomentar entre las naciones relaciones de
amistad basadas en el respeto al principio de igualdad de derechos y al de la libre determinación
de los pueblos, y tomar otras medidas adecuadas para fortalecer la paz universal”; la Convención
de Viena sobre el Derecho de los Tratados, en su preámbulo dice “Teniendo presentes los
principios de derecho internacional incorporados en la Carta de las Naciones Unidas, tales como
los principios de igualdad de derecho y de la libre determinación de los pueblos, de la igualdad
soberana y la independencia de todos los Estados, …”. Así también se habla de la libre
determinación de los pueblos coloniales, lo cual fue objeto de discusión en las Naciones Unidas,
organismo internacional que por medio de la Asamblea General emitió resoluciones sobre el
particular, destacando la Resolución 1514-XV, Declaración sobre la concesión de la
independencia a los países y pueblos coloniales, calificada por su trascendencia como Carta
Magna de la Descolonización, la que buscaba la liquidación del fenómeno colonial a través de la
independencia de fideicomisos y territorios no autónomos en el plazo más breve posible, porque
la falta de preparación de los pueblos no debía servir nunca de pretexto para retrasar la
independencia y acabar con la subyugación extranjera, contraria a los principios de la Carta de
las Naciones Unidas.

El Protocolo de Reformas a la Carta de la Organización de los Estados Americanos, en el


numeral e) del Artículo 3 expresa, “Todo estado tiene derecho a elegir, sin injerencias externas,
su sistema político, económico y social y a organizarse en la forma que más le convenga y tiene
el deber de no intervenir en los asuntos de otro estado. Con sujeción a lo arriba dispuesto, los
Estados Miembros cooperarán ampliamente entre sí y por independencia de la naturaleza de sus
sistemas políticos, económicos y sociales”; dentro de los derechos y deberes fundamentales de
los Estados de la Carta de la Organización de los Estados Americanos, el Artículo 12 señala que
“La existencia política del Estado es independiente de su reconocimiento por los demás Estados.
Aún antes de ser reconocido, el Estado tiene derecho a defender su integridad o independencia,
proveer a su conservación y prosperidad y, por consiguiente, de organizarse como mejor lo
entendiese, legislar sobre sus intereses, administrar sus servicios y determinar la jurisdicción y
competencia de sus tribunales. …”. A criterio personal, las dos normas citadas están respetando
el principio de la “autodeterminación”, la primera, porque los Estados como personas jurídicas,
tienen el derecho de elegir el sistema político, económico y social y la forma de organizarse de la
manera que más le convenga, sin injerencias externas y, la segunda, porque la Carta reconoce a
los Estados tal y como estén organizados, respetando su legislación, administración de sus
servicios, la jurisdicción y competencia de sus tribunales.

La Constitución Política de la República de Guatemala, en su parte dogmática y orgánica,


no contempla a estas dos figuras, que tienen mucha importancia dentro del Derecho
Internacional, únicamente, en el Capítulo III del Título III tiene establecida las relaciones
internacionales del Estado de Guatemala con otros Estados, lo cual se normará conforme con los
principios, reglas y prácticas internacionales con el propósito de contribuir al mantenimiento de
la paz y la libertad, pero no señala nada sobre las figuras jurídicas que se comentan.

Sin embargo, dentro del tema que se analiza, se encuentran algunas disposiciones
constitucionales, que son susceptibles de encuadrar dentro del ámbito de la “autodeterminación”,
tal el caso del Artículo 140 de la Constitución, que establece que Guatemala es un Estado libre,
independiente y soberano, organizado para garantizar a sus habitantes el goce de sus derechos y
de sus libertades. Su sistema de Gobierno es republicano, democrático y representativo, y el
Artículo 141 de la misma Constitución, que prevé que la soberanía radica en el pueblo quien la
delega, para su ejercicio, en los Organismos Legislativo, Ejecutivo y Judicial. Normas
constitucionales que, como ya se señaló, enmarcan dentro de la autodeterminación del Estado de
Guatemala, como persona jurídica, al constituirse como un Estado libre, independiente y
soberano y que su forma de gobierno república, democrático y representativo; y en el caso de la
delegación de la soberanía, es el pueblo quien la delega a los organismos del Estado, para su
ejercicio.

De lo expresado, se puede concluir que de las dos figuras que se comentan, a criterio del
suscrito, se establecen las siguientes diferencias, la “autodeterminación”, se enmarca hacia lo
interno, que se realiza por uno mismo o lo propio, sin injerencias de ningún ente extraño, en
virtud de esa autonomía que se tiene de tomar sus propias decisiones, caso del Estado de
Guatemala, el haberse constituido como estado libre, soberano e independiente. En cambio la
“libre determinación”, da la idea que una vez el Estado constituido como tal, decidiendo su
futuro como organización estatal propia (autodeterminación), se puede manifestar hacia el
exterior como parte de la comunidad internacional tomando las decisiones o resoluciones
pertinentes, de acuerdo a su “libre determinación”, la cual los demás Estados deben respetar.

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