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CAPITULO 1: PASO 1 - MARCO NORMATIVO

1.1 Constitución Nacional

Cerca (a punto) de cumplirse quince años de la puesta en marcha del sistema penal
acusatorio en Colombia, consagrado en la Ley 906 de 2004, resulta necesario efectuar una
revisión retrospectiva de los cambios realizados a partir de la introducción de dicho sistema,
que de acuerdo con la Corporación Excelencia en la Justicia – en adelante CEJ- “es quizás
de las reformas más trascendentales que ha adoptado el país en la última década y uno de los
esfuerzos de más largo aliento que han emprendido las entidades y la academia para realizar
un ajuste estructural en la justicia colombiana” (CEJ, 2010, pág. 19)1

El punto de partida de dicho cambio, se origina en la necesidad de reformar la Carta Política


de 1991, toda vez que la idea de aplicar un sistema acusatorio en el ámbito penal no era
extraña para el año 2002, porque desde el año 1979 se habían lanzado diferentes propuestas
para poner en funcionamiento un proceso de corte adversarial (GRANADOS, 2005, pág.
11-71) 2 ; con base en el Acto Legislativo No.1 de 1979 , el Congreso otorgó facultades
extraordinarias al Presidente de la República a través de la Ley 6 de ese año, y se autorizó al
Gobierno para expedir un nuevo estatuto procesal penal en el que se planteaba además la
creación de la Fiscalía General de la Nación; finalmente se expidió el Decreto 181 de 1981,
que fue declarado inexequible por la Corte Suprema de Justicia (para aquella época
guardiana del orden constitucional).

Para el año 1991 se expide la nueva Carta Política, que significó un importante cambio en la
estructura judicial con la creación de la Corte Constitucional, el Consejo Superior de la
Judicatura y la Fiscalía General de la Nación que nace como una respuesta a los embates del
terrorismo desatado por el narcotráfico y otras formas de criminalidad que ya se venían
gestando, aunado a los incipientes resultados de la justicia penal y falta de garantías en
derechos fundamentales para los procesados (CANCINO, 2002, pag.469-471)3.

A partir de allí se habla de la “Constitucionalización del Derecho Penal” (BERNAL, 2004,


pág.113) 4 porque se consagran los derechos fundamentales y se conjugan verdaderas
garantías penales y procesales a los involucrados en la actuación penal, tales como el
derecho a la igualdad, la intimidad, el debido proceso y la libertad individual entre otros.

1 Corporación Excelencia en la Justicia. (2010). Balance de los primeros cinco años de funcionamiento del
Sistema Penal Acusatorio en Colombia. [en línea]. [consultado 30.Mar/19]. Disponible en <http://
https://www.cej.org.co/index.php/publicaciones-categoria/73-justicia-penal/252-balance-de-los-primeros-cinco-
anos-de-funcionamiento-del-sistema-penal-acusatorio-en-colombia >
2 GRANADOS PEÑA, Jaime. (2005). Antecedentes y Estructura del Proyecto de Código de
Procedimiento Penal. [en línea]. [consultado 30.Mar/19]. Vniversitas, 54(109), 11-71. Recuperado a
partir de https://revistas.javeriana.edu.co/index.php/vnijuri/article/view/14698
3CANCINO MORENO, Antonio José (2002). La Fiscalía General de la Nación, Evolución Histórica y Análisis
Critico. Editorial ABC, Bogotá, pág. 469-471.
4BERNAL CUELLAR, Jaime – MONTEALEGRE LYNETT, Eduardo. (2004). El Proceso Penal. Universidad
Externado de Colombia.
El nacimiento de la Fiscalía General de la Nación conllevó a la adopción de un sistema mixto
con tendencia acusatoria al otorgar la función de investigar, por primera vez en nuestra
historia procesal penal, a un “estamento diferente a los jueces, como había sido hasta
entonces” (BERNAL, 2005, pag.48)5; con el Decreto 2700 de 1991 se inició formalmente el
tránsito a un sistema mixto.

Luego para el año 2000 se gestó una importante reforma a la estructura penal, “ante la falta
de un adecuado balance entre la eficacia del sistema y su necesario devenir garantista”
(GRANADOS, 1999, pág. 3)6, promulgándose las Leyes 599 – Código Penal- y Ley 600 –
Código de Procedimiento Penal.

A instancias del nuevo Fiscal General de la Nación, Dr. LUIS CAMILO OSORIO ISAZA
se presentó ante el Congreso de la República “el proyecto de modificación a la Constitución
Política que se convertiría en el acto Legislativo 03 del 19 de diciembre del mismo año”
(RAMÍREZ, 2005, pág. 5)7, que modificó los artículos 116, 250 y 251 de la Constitución
Nacional.

Para algunos, el acto legislativo aludido, “no entraña simplemente una remodelación de
añejas estructuras; marca el fin del imperio inquisitivo y el advenimiento de un programa de
tendencia adversarial, que, de ser bien entendido y mejor aplicado, podrá hacer realidad,
desde la perspectiva penal, el Estado Social de Derecho” (FERNANDEZ, 2003, pág.20)8

Modificación que resultaba necesaria para organizar, desde la Carta Política, los ambiciosos
cambios que se requerían para aterrizar el Sistema Penal Acusatorio; mientras que el art. 116
incorporó la Comisión Nacional de Disciplina Judicial, el artículo 250 modificó las
funciones de la Fiscalía General de la Nación y el artículo 251 a su turno, transformó las
tareas a cargo del Fiscal General de la Nación.

Los cambios adoptados a través del artículo 250 superior, pueden resumirse en los siguientes
postulados: juicio oral como núcleo central del procedimiento penal, separación en la
función de investigar y de juzgar, obligatoriedad de la FGN para adelantar el ejercicio de la
acción penal, excepto si se aplica el principio de oportunidad; sujeción al juez de control de
garantías frente a las injerencias a los derechos fundamentales de los ciudadanos; adecuar y
garantizar la efectiva atención a víctimas y aumentar la eficiencia del sistema penal.

Al examinar en detalle los numerales que integran la norma constitucional del art. 250 no se
observa que el constituyente derivado haya incorporado los preacuerdos y negociaciones
dentro del marco aludido, por tal razón es a través de la “participación del imputado en la
definición de su caso” que se habla de justicia penal consensual o de justicia penal negociada

5 BERNAL ACEVEDO, Gloria Lucia. (2005) Las Reformas Procesales Penales en Colombia). Revista IUSTA.
Vol. 1 No. 22. Bogotá, pág. 48.
6 GRANADOS PEÑA, Jaime. Et Alius(1999). Garantismo, Eficiencia y Reforma Procesal Penal. Corporación
Excelencia en la Justicia. Bogotá. Pág. 3-73.
7 RAMÍREZ BASTIDAS, Yesid. (2005) Sistema Acusatorio Colombiano. Ediciones Doctrina y Ley. Bogotá.
8 FERNANDÉZ LEÓN, Whanda. (2003) La Defensa – Revista de la Defensoría Pública de la Defensoría del
Pueblo, No.2. Bogotá. Pág. 19-23.
(RAMIREZ, 2005, pág.299)9, con base en el artículo 2 superior que consagra como fines del
Estado, “facilitar la participación de todos en las decisiones que los afectan” 10 , aspecto
refrendado en decisiones del 14.Dic/05 Rad. 21347 y del 1º.Jun/06 Rad.24764 de la Sala
Penal de la Corte Suprema de Justicia.

1.2 Ley 906 de 2004 – Código de Procedimiento Penal

Con la expedición de la Ley 906 de 2004 se inaugura en Colombia procesalmente la era del
Sistema Penal Acusatorio, que inició de forma escalonada a partir del año 2005 hasta el año
2008 en los diferentes departamentos que conforman nuestro país; cuyos objetivos entre
otros: aumentar la eficiencia y eficacia del sistema penal como “una respuesta a los resultados
negativos de los sistemas procesales penales que lo antecedieron” (CEJ, 2010, Pág.29)11, lucha
contra la criminalidad grave y organizada, hacer más garantista el sistema penal, garantizar a
las victimas su atención adecuada y mejorar la confianza ciudadana en el Sistema Acusatorio.

Los Preacuerdos y Negociaciones se encuentran instituidos entre los artículos 348 a 35… de
la Ley en cita; sin embargo en los principios rectores de este Código, artículo 10 inciso 4
encontramos que el legislador, no sólo consagra acuerdos sobre …. sino también ….; además
en el art. 369 se prevé la posibilidad de realizar manifestaciones de culpabilidad
preacordadas…. (jurisprudencia…)

Representa esta institución, una de las formas de justicia penal premial, entendida esta como
una contraprestación que el Estado otorga al infractor de un delito a cambio de obtener una
colaboración, bien sea renunciando al juicio oral por parte de este mediante la aceptación
unilateral (allanamiento a cargos) o en la modalidad que en este estudio se analiza, por
consenso o acuerdo entre las partes.

Según Gómez Pavajeau12 esta figura de los Preacuerdos integra el principio conocido como
disposición del objeto procesal, en razón a que el articulo 250 constitucional contempla la
aplicación del Principio de Oportunidad en el que la FGN puede disponer en su totalidad
de la acción penal (por renuncia, suspensión o …) que a su vez habilita la facultad
consensuada ( que en su criterio es de menor entidad), bajo el entendido de que quien
puede lo más, puede lo menos.

A partir de esta consagración legal se abre “un componente importante de la denominada


“justicia consensuada”, que es desarrollo de una política criminal que, al igual que la
conciliación y los allanamientos, se encamina a dar solución a conflictos que derivan de la

9 RAMÍREZ BASTIDAS, Yesid. ob. cit. pág. 299.


10 Constitución Nacional….
11 Corporación Excelencia en la Justicia. (2015). Balance diez años de funcionamiento del Sistema Penal
Acusatorio en Colombia (2004-2014). [en línea]. https://www.cej.org.co/index.php/publicaciones-categoria/73-
justicia-penal/254-balance-diez-anos-de-funcionamiento-del-sistema-penal-acusatorio-en-colombia-2004-
2014-analisis-de-su-funcionamiento-y-propuestas-para-su-mejoramiento
12 GOMEZ PAVAJEAU, Carlos Arturo. (2010). Preacuerdos y negociaciones de culpabilidad. Consejo
Superior de la Judicatura, Escuela Judicial Rodrigo Lara Bonilla y Universidad Militar. Bogotá, pág. 40.
comisión de conductas punibles” (SARAY BOTERO y URIBE RAMIREZ, 2017, pág.14) 13;
es decir, las partes, en este caso el órgano de persecución penal FGN y el imputado o
acusado pueden llegar a acuerdos o consensos encaminados a dirimir el asunto de
controversia penal.

Para algunos estudiosos esta temática del acuerdo o consenso representa una alteración al
cauce constitucional, al considerar que a través de estos mecanismos de terminación
anticipada del proceso penal representan un ejemplo de peligro de la privatización del
proceso penal con el nuevo sistema (VELASQUEZ, 2010, pág.13)14, al desconocer valores,
principios y garantías que inspiran un verdadero proceso penal democrático, por tanto
contrarían las normas superiores que no los legitima “ni por asomo”.

13 SARAY BOTERO, Nelson y URIBE RAMÍREZ, Sonia Patricia (2017). Preacuerdos y Negociaciones entre la
Fiscalía y el Imputado o Acusado. Bogotá. Editorial Leyer, pág. 14
14 VELASQUEZ VELASQUEZ, Fernando. (2010) Revista Colección de Estudios de Derecho Penal No. 1 – La
justicia negociada: un ejemplo del peligro de la privatización del proceso penal con el nuevo sistema.
Universidad Sergio Arboleda, pág. 13-42.

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