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Universidad Externado de Colombia

Facultad de Ciencias Sociales y Humanas


Antropología
Recursos del Lenguaje
Ensayo final.
Nombre. Laura Valentina Zapata Gasca.
Fecha: 17/05/2018

LA TRANSFORMACIÓN DE LA HOMINIZACIÓN A TRAVÉS DE LA


TECNOLOGÍA.

El deseo obsesivo de prolongar nuestras vidas causa extrañeza cuando muchas de


ellas están vacías, o llenas de comodidades o compensaciones engañosas. Pero la tentación
de cercar o controlar los procesos de envejecimiento es intensa, por lo cual, la humanidad
está recurriendo a la tecnología y a sus grandes avances para acercarse al cumplimiento de
su objetivo de ir en contra de la vejez y los defectos tanto físicos como emocionales de los
seres humanos.

Estar viviendo entre ciborgs, entiéndase a estos como seres que combinan partes
orgánicas e inorgánicas, como un humano con manos biónicas, ya no es algo perteneciente a
un mundo ficticio que sólo encontramos en televisión, revistas, cómics, o libros. Esto es una
realidad. Ya no es ciencia ficción. Ya no es una exageración demente. La humanidad es cada
vez menos humana. Los avances en la innovación tecnológica están llevando a una
transformación de lo que conocemos como hombre de forma acelerada, tanto así, que es
posible que en los próximos años el cuerpo de las personas cambie más de lo que ha cambiado
a lo largo de toda su historia. De hecho, la antropóloga argentina, Paula Sibilia considera que
a éstas próximas creaciones se les debería llamar “el hombre postorgánico”. Un hombre
caracterizado por tener un cuerpo que en la era digital pierde su definición y solidez clásica.
Se vuelve permeable, proyectable, programable.

‘‘La selección natural pudo haber proporcionado a Homo sapiens un campo de juego
mucho más amplio del que ha dado a cualquier otro organismo, pero este campo tiene
todavía sus límites. La consecuencia ha sido que, con independencia de cuáles sean
sus esfuerzos y logros, los sapiens son incapaces de librarse de sus límites
determinados biológicamente’’ (Harari, Y. 2014. P.435).
Sin embargo, lo anterior, en la actualidad ya no es verdad, los seres humanos están
traspasando estos límites. Ahora se están empezando a quebrantar las leyes de la selección
natural, reemplazándolas con las leyes del diseño inteligente.

Aproximadamente durante 4.000 millones de años, todos los organismos que


habitaban este planeta fueron evolucionando conforme a la selección natural explicada por
Darwin, que consiste en la evolución biológica a través de la adaptación de los cambios del
entorno, y así fue como cientos de especies fueron avanzando con su entorno para llegar a
ser lo que son ahora y sobrevivir. Un ejemplo de ello son las jirafas, los delfines, los
chimpancés, los neandertales, los cuales en algún momento de su existencia adquirieron por
evolución conciencia y la capacidad de planificar por adelantado.

‘‘Durante miles de millones de años, el diseño inteligente no fue siquiera una opción,
porque no había inteligencia que pudiera diseñar cosas’’ (Harari, Y. 2014. P.436). Pero esto
cambió, a partir de la revolución agrícola, hace aproximadamente 10.000 años, donde el
hombre ya empezó a pensar en cambiar el entorno que lo rodeaba por medio de pequeñas
alteraciones, allí fue donde se comenzó a originar una habilidad de diseño, aunque un poco
limitada.

No obstante, las limitaciones para el diseño que tenía el Homo sapiens fueron
transformándose a lo largo del tiempo, y hoy en día, podemos ver que las capacidades de
planteamiento adquiridas por el hombre son impresionantes, tanto así, que hemos llegado a
sustituir la selección natural por el diseño inteligente de tres distintas maneras: a través de la
ingeniería biológica, por medio de los ciborgs y con la ingeniería de vida inorgánica.

La ingeniería biológica es la intervención humana deliberada a nivel biológico (es


decir, implantación de un gen), destinada a modificar la forma, las capacidades, las
necesidades o los deseos de un organismo, con el fin de realizar alguna idea cultural
preconcebida.1

Con los avances recientes en este campo, es posible cambiar el sexo de alguien
mediante tratamientos quirúrgicos y hormonales, e incluso modificar el ADN de una persona
a través de la manipulación genética. Esto ha generado que se planteen cuestiones éticas,
políticas e ideológicas. Y no son solo los creyentes quienes se oponen a que el hombre usurpe
el poder de Dios. Muchos ateos confesos quedan aturdidos por la idea de que los científicos
ocupen el papel de la naturaleza.

Por otro lado, hay una nueva tecnología que puede cambiar las leyes de la vida: la
ingeniería de los ciborgs. Estamos a punto de convertirnos en ciborgs reales, de tener
características inorgánicas que sean inseparables de nuestro cuerpo, características que
modificarán nuestras capacidades, deseos, identidades y personalidades.2

Los oídos biónicos, la prótesis de retina, los brazos biónicos, son inventos existentes
que provocan que transformemos nuestra hominización y nos convirtamos en seres
desarmables.
Al implantar partes ajenas a nuestro cuerpo estamos poniendo en riesgo conceptos
como el yo y la identidad humana, situación que nos haría replantearnos lo que es la
condición humana, lo cual tiene implicaciones psicológicas, filosóficas y políticas.3
‘‘Durante el siglo xx, la afirmación de que gran parte de la motivación humana es
subconsciente cuestionó (y de manera positiva) las nociones tradicionales de
responsabilidad, identidad, personalidad, conciencia y mentalidad. Las objeciones
actuales las plantea la genética. La genética también invalida el existencialismo, el
modo característico en que la gente… se planteaba qué significa ser humanos,
aceptando la existencia desde el nacimiento hasta la muerte como nuestro único
aspecto inmutable, y asumiendo la vida como un proyecto de autorrealización para
¨convertirse en¨, de manera que quiénes somos va cambiando a medida que el
proyecto se desarrolla’’ (Fernández-Armesto, F. 2005).

La tercera manera de cambiar las leyes de la vida es producir seres completamente


inorgánicos. Un ejemplo claro es el diseño y creación de programas informáticos y virus
informáticos que pueden experimentar una evolución independiente. Esto nos lleva a un
extremo abismal sobre la degradación de la humanidad, o por lo menos a cuestionarnos si al
percibir estos programas como organismos estamos dejando de lado la importancia de la
humanidad.

Finalmente, para Harari, en su libro De animales a dioses (2014), la revolución


cognitiva que ha transformado a Homo sapiens de un simio insignificante en el amo del
mundo no requirió ningún cambio apreciable en la fisiología, ni siquiera en el tamaño y la
forma externa del cerebro de los sapiens. Aparentemente, no implicó más que unos pocos y
pequeños cambios en la estructura interna del cerebro. Quizá otro pequeño cambio sería
suficiente para iniciar una segunda revolución cognitiva, crear un tipo completamente nuevo
de conciencia y transformar al hombre en algo totalmente diferente. Es cierto que aún no
tenemos el ingenio para lograrlo, pero no parece existir ninguna barrera técnica insuperable
que nos impida producir superhumanos. Los principales obstáculos son los cuestionamientos
éticos y políticos que han retrasado algunas investigaciones científicas.

En conclusión, la tecnología como herramienta de transformación de nuestra


hominización, por lo menos en la sociedad occidental, ha provocado que dudemos de nuestra
condición humana, al mismo tiempo que nos impulsa a seguir acumulando poder hasta el
punto de creernos Dioses capaces de modificarnos a sí mismos, sin tener en cuenta el daño
que causamos a nuestro ecosistema, convirtiéndonos así, en seres egoístas que solo piensan
en sus propios caprichos y necesidades.

BIBLIOGRAFÍA.
 Harari, Yuval Noah. (2014.) Sapiens. De animales a Dioses. Barcelona, España:
Debate.
 Fernández-Armesto, Felipe. (2005.) Breve historia de la humanidad. Barcelona,
España: Grupo Zeta.
REFERENCIAS.

1. https://tecnohumanidad.wordpress.com/
2. https://www.infobae.com/tendencias/innovacion/
3. http://www.alcoberro.info/planes/arendt8.html

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