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UNIVERSIDAD PRIVADA DE TACNA

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS

PRÁCTICAS DE LAS
PARTES DE UN
EXPEDIENTE CIVIL
PRÁCTICA FORENSE CIVIL
GINA MILAGROS LAURACIO LIMACHE

CURSO: PRÁCTICA FORENSE


CIVIL
DOCENTE: ELVIRA DEL CARMEN
18
REYNOSO CARPIO
CICLO: VII
DEDICATORIA:
Gracias al forjador de nuestro camino, a nuestro
padre celestial, el que nos acompaña y siempre
nos levanta de nuestro continuo tropiezo y a
nuestros padres por haberme forjado como
persona la persona que somos en la actualidad;
muchos de nuestros logros se lo debemos a
ustedes entre los que se incluye este. Nos
formaron con reglas y con algunas libertades,
pero al final de cuentas, nos motivaron
constantemente para alcanzar nuestros anhelos.

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AGRADECIMIENTO
Al Dr. Juan Noa Torres, quien nos enseñó a
sostener la palabra y a cuidar nuestras
responsabilidades. Gracias a sus enseñanzas
aprendimos a enfocar nuestra atención y cuidar de
nuestros deberes.

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INTRODUCCIÓN

A lo largo de este tiempo se ha implementado un régimen penitenciario


excepcional que se ha venido ampliando progresivamente y que se aplica
indistintamente a procesados y condenados tal régimen atenta contra la
dignidad de las personas , al establecer un trato cruel e inhumano , como es el
confinamiento solitario y la existencia de centro penales en los que le
supervivencia humana resulta sumamente difícil tal sistema penitenciario a una
clara intencionalidad política y no al azar o a la ausencia de recursos
económico Tal es así que nuestro sistema penitenciario fue creado como
sustito9 humanitario de la capital, la deportación y diversos castigos corporales
y es el fruto de la ilustración Europa, por lo que surgió como una alternativa
ante castigos más severos Durante más de doscientos años este sistema ha
sido virtualmente el centro de la política penal En las últimas décadas se
controla la atención sobre el modelo de capacitación y enseñanza, poniéndose
énfasis en el desajuste del delincuente, como causa principal de la
criminalidad. Por ello se buscó a través del aprendizaje de un trabajo útil su
posterior reintegración en la convivencia social de una manera digna,
reduciéndose así los factores criminológicos que lo pudiesen llevar a la
reincidencia. Hoy sin olvidar lo que hay en todo esto de positivo, pero tomando
el condenado seque siendo una persona, sujeto de derecho y deberes, se
busca estimular su sentido de responsabilidad Ello permite que, concienzuda y
responsablemente, el sujeto utilizar sus propias reservas morales, no se halle
nuevamente en disposición de delinquir

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OBJETIVOS

OBJETIVO GENERAL:

-Conocer el cómo nace y como se extingue la relación jurídica


penitenciaria dentro de nuestro marco de la legislación.

OBJETIVO ESPECIFICOS:

 Diferenciar las distintas suspensiones existentes tales como la de


ejecución, suspensión parcial y suspensión provisional
 Señalar las principales características que contiene la relación
jurídico penitenciaria.
 Comprender los diversos derechos y deberes que tiene el
condenado dentro de la cárcel.

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MARCO TEÓRICO
CAPITULO I
NACIMIENTO DE LA RELACIÓN JURIDICA PENITENCIARIA

1. CONSIDERACIONES PRELIMINAES:

Si toda relación jurídica se caracteriza por ser una relación que se da


entre dos o más sujetos de derecho, surgiendo obligaciones y derechos
recíprocos, ¿por qué en el ámbito penitenciario las obligaciones recaen
en su mayoría del lado del preso, anulándose incluso los derechos más
fundamentales?

Cuando una persona ingresa en prisión, bien en calidad de detenido,


bien en calidad de preso preventivo o bien en calidad de condenado,
surge una relación jurídica entre el recluso y la Administración
penitenciaria. Tradicionalmente hemos estado acostumbrados a que el
preso fuera un sujeto de obligaciones más que un sujeto de derechos
frente a la Administración, quien ha ostentado las mayores prerrogativas
para alcanzar estrictos fines de seguridad, sin importar para ello el
sacrificio de los derechos fundamentales. Muestra de tal situación ha
sido y sigue siendo la calificación de la relación jurídica penitenciaria, por
parte de la doctrina y la jurisprudencia, como una relación de especial
sujeción, con todas las connotaciones negativas que ello conlleva para
el actual estatuto jurídico del recluso. Pero más paradójico resulta que
dentro de un Estado que presume de Social, Democrático y de Derecho
como el nuestro se continúe calificando a la relación jurídica
penitenciaria, como una relación de especial sujeción, y en base a la
cual se justifiquen las quiebras de los principios y garantías propios de
un Estado de Derecho, para el caso concreto del preso.

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La teoría de las relaciones de especial sujeción1 surge en la época de la
monarquía constitucional alemana a lo largo del S. XIX, –atribuyéndose
a O. MAYER su teorización– conforme a una estructura dualista se
diferenciaba entre ; las relaciones Estado-ciudadano, o sea las
relaciones del Estado con el exterior, y las relaciones Estado-servidores
es decir las internas. Dentro de esta última esfera –las internas– es
donde surgen las relaciones de especial sujeción, según las cuales
determinadas personas –presos, funcionarios, militares y estudiantes–
que mantienen una relación jurídica con la Administración tendrían un
estatus especial caracterizado por una dependencia intensificada con la
Administración en base a la cual ésta tiene una capacidad prácticamente
ilimitada para alcanzar sus objetivos.
Desde tales presupuestos, tal teoría presenta tres problemas
principales2:
 La validez del principio de legalidad, la validez de los derechos
fundamentales y;
 La protección de los derechos fundamentales. Llevándonos a la
conclusión de que desde tal postura los derechos fundamentales,
así como la Reserva de Ley no tendrían ninguna validez dentro
de la mencionada teoría.

En consecuencia F. TEZNER llegó afirmar «que las relaciones de


especial sujeción representaban un bastión del Estado absoluto en el
contexto de un Estado constitucional».

Asimismo, las normas jurídicas crean en los sujetos a los que van
dirigidas, o bien la posibilidad de obrar en un determinado sentido o una
limitación respecto a su libertad de actuar. Cuando estas situaciones
jurídicas tienen el carácter de duraderas reciben el nombre de relación

1
Esta expresión es la traducción en castellano de la expresión alemana Bensondere Gewaltverhältnisse,
ya que fue la doctrina alemana la primera en analizar este tipo de relaciones que se daban en la práctica
y en realizar una construcción jurídica al respecto, la cual sería importada al sistema español hacia
mediados del siglo pasado, y estudiada en profundidad en España por vez primera por GALLEGO
ANABITARTE, A., «Las relaciones de especial sujeción y el principio de legalidad de la Administración» en
Revista de Derecho Público, nº 34, 1961, pp. 11 y ss
2
Vid. GARCÍA MACHO, R., «Entorno a las garantías de los Derechos fundamentales en el ámbito de las
relaciones de especial sujeción», Revista de Estudios de Derecho Administrativo, Madrid, 1989,
menciona a F.TEZNER, «Das freie Ermessen der Verwaltungsbehörden», 1924.

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jurídica; siendo “aquella que se da entre dos sujetos de derecho,
cuando la situación de poder en que se encuentra uno de ellos se
corresponde con una situación actualizada del deber de otro”.

Entre la relación jurídica creada por las primeras normas penitenciarias


(reglamentos) y la relación jurídica existente que surge de la publicación
de las modernas leyes penitenciarias, las diferencias son considerables,
llenando en cuanto a contenido la situación de los recluidos, y vaciando,
al mismo tiempo, el contenido de los derechos de la Administración.

Las razones de la evolución de la relación jurídica penitenciaria son


varias:

 La concepción del Estado como un Estado de Derecho que se


auto limita frente a los ciudadanos. Aplicable también a la situación
de internamiento en prisión, donde las potestades del Estado que
interna y sanciona se contraponen a una serie de derechos de los
recluidos.

 La aceptación por la legislación de que el penado no se halla


apartado de la sociedad, sino que continúa formando parte de la
misma durante el internamiento y así lo expresa la exposición de
motivos de la Ley General Penitenciaria.

 La evolución histórica experimentada por los fines de la pena,


que va de la retribución a la prevención general, y de la prevención
general a la prevención especial (y dentro de ésta, de la intimidación
a la reforma y reinserción social).

 El proceso de valoración de los derechos del recluso es un


reflejo del movimiento general en defensa de los derechos humanos,
que ha dado lugar entre otros documentos, a la Declaración
Universal de Derechos Humanos.

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2. NARTURALEZA Y CONTENIDO:

La doctrina mantiene que la relación del recluido en una institución


penitenciaria es una relación de la que se deriva un status especial.

Son notas que caracterizan esta especial sujeción:

 Que producen una acentuada situación de dependencia.

 Que producen un estado general de libertad limitada.

 El hecho de que esta situación de dependencia se explique en


razón de un determinado fin administrativo.

 La posibilidad de la Administración de citar normas internas para


la buena marcha del servicio.

 La existencia de una potestad sancionadora especial de la


Administración respecto de las personas que se encuentran
sometidas a la relación de especial sujeción.

Pese a estas normas que otorgan un plus de poder para la


Administración, el Derecho está obligado a regular la relación jurídica
penitenciaria a través de:

 Reconocer plenamente la validez del principio de legalidad.

 Garantizar el respeto a los derechos fundamentales reconocidos


por la Constitución.

 Articular un sistema de protección jurisdiccional de los derechos


de los sometidos a una relación de este tipo.

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3. CONCEPTO DE LA RELACIÓN JURÍDICA PENITENCIARIA:

La situación en la que se encuentra el recluso (detenido, preso, penado


o sometido a una medida de privación de libertad) con respecto a la
Administración Penitenciaria se denomina relación 8jurídica
penitenciaria.
Esta relación jurídica penitenciaria es una relación de especial sujeción,
es decir, una relación singularizada en cuanto la Administración
Penitenciaria adopta una postura de supremacía.
Para Jesús MARTINEZ RUIZ3, la define como aquella “…a situación en
la que se encuentra en general un recluso (sea éste detenido, preso o
penado) con respecto a la Administración Penitenciaria debe calificarse
como relación jurídica, compuesta por un conglomerado de derechos y
deberes recíprocos entre los dos sujetos de esta relación jurídica: la
Administración penitenciaria y el recluso…”
Tal relación jurídica surge en el preciso instante en el que el sujeto
traspasa los umbrales del Establecimiento penitenciario, pudiendo
desencadenarse tal situación jurídica por diversos títulos jurídicos: bien
en calidad de detenidos, en virtud de orden judicial de detención

4. CARACTERÍSTICAS:

 Permite a la Administración gestionarse con normas internas.


 Legítima la potestad disciplinaria de la Administración.
 Produce una relación de sujeción especial y de dependencia.
 Se da un estado general en el que se limita la libertad.
Téngase en cuenta que la libertad condicional no rompe la relación
jurídico-penitenciaria
5. NACIMIENTO Y EXTINCIÓN:

3
MARTINEZ RUIZL Jesús. (2017) Artículo La relación jurídico-penitenciaria Especial referencia a la
protección de la vida de los reclusos. [En línea] Disponible: <<http://criminet.ugr.es/recpc//19/recpc19-
30.pdf>> [Consulta 04 de Junio]

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La relación jurídico penitenciaria, nace con el ingreso de una persona en
un centro o establecimiento penitenciario y se genera por un título
jurídico consistente en una resolución judicial.

Puede haber dos causas: extinción de la responsabilidad criminal


(muerte, indulto, cumplimiento de la condena, prescripción) o anulación
del título ejecutivo (por recurso extraordinario de revisión, de amparo
constitucional o ante el TEDH).
 Cumplimiento: requiere que el tribunal de la sentencia apruebe
la libertad definitiva, la dirección del centro penitenciario ha de
formular una propuesta dos meses antes del cumplimiento.
 Indulto: es una de las formas de ejercicio del derecho de gracia,
puede ser total o parcial. El indulto parcial, implica la sustitución
de una pena por otra, o la reducción de la pena impuesta.
 Prescripción: se produce por el transcurso de un tiempo desde
la imposición de la pena a partir del cual no puede ser ejecutada;
se puede computar desde la sentencia firme o desde la fecha de
quebrantamiento de la condena.

6. DERECHOS Y DEBERES DE LOS INTERNOS:

Las actividades penitenciarias se ejercerán respetando la dignidad y


derechos del interno, no restringido por la Ley y la sentencia. Está
proscrita toda discriminación por motivo de origen, raza, sexo, idioma,
religión, opinión, condición económica, nacionalidad o de cualquiera otra
índole.

Todo interno a su ingreso a un Establecimiento Penitenciario tiene


derecho a:

- Mantener o recuperar el bienestar físico y mental.


- Tener acceso a una atención adecuada y oportuna de salud.
- Recibir agua apta para consumo humano y para su higiene
personal.

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- Recibir alimentación balanceada y en condiciones higiénicas.
- Acceder y ejercitar su defensa legal.
- Recibir educación en diversas modalidades.
- Acceder al trabajo en los Establecimientos Penitenciarios.
- Comunicarse periódicamente, en forma oral, escrita y en su propio
idioma o dialecto, con sus familiares, amigos y organismos e
instituciones de asistencia penitenciaria.
- Comunicar inmediatamente a su familia o abogado dentro de las 24
horas, su ingreso o traslado de otro Establecimiento Penitenciario.
En el caso de los internos extranjeros, esta comunicación deberá
hacerse también a su representante diplomático o consular.
- Ser informado por escrito sobre su situación jurídica y régimen
penitenciario bajo el cual se encuentra, así como acerca de sus
derechos y obligaciones cuando ingrese y durante su permanencia
en el Establecimiento Penitenciario. En caso de ser analfabeto,
esta información deberá ser proporcionada en forma oral. La
comunicación será hecha en un idioma que el interno pueda
entender; deberán agotarse para tal efecto todos los recursos que
sean posibles.
- Ser llamado por su nombre.
- Vestir su propia ropa. Puede preferir la que proporcione la
Administración Penitenciaria. En este caso, la ropa no deberá tener
ninguna característica que afecte la dignidad de los internos, salvo
su identificación.
- Contar con un espacio físico adecuado para la atención de los
niños en los establecimientos penitenciarios para mujeres. En el
caso de embarazo, a que no se utilice ninguna clase de medios de
coerción. Formar agrupaciones culturales, deportivas, laborales,
artísticas y religiosas. La enumeración de los derechos
establecidos en este artículo no excluye los demás que la
Constitución, los Instrumentos Internacionales y el ordenamiento
jurídico nacional garantizan.
-

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7. PETICIONES, QUEJAS Y DENUNCIAS DEL INTERNO

El interno puede formular peticiones, quejas o denuncias sobre aspectos


que afecten sus derechos, necesidades o condiciones de detención ante
la dirección del establecimiento penitenciario o si fuera el caso, ante el
Ministerio Público, Defensoría del Pueblo, organizaciones defensoras de
los derechos humanos, así como ante otras autoridades o instituciones
que juzgue conveniente.

Las peticiones, quejas o denuncias formuladas por los internos, serán


registradas por la administración penitenciaria. Las decisiones que sobre
las mismas se adopten deberán ser notificadas por escrito a los
interesados.

Las peticiones, quejas y denuncias podrán ser formuladas en forma


individual o grupal.

Las peticiones o quejas formuladas por un interno ante la administración


penitenciaria que tengan naturaleza administrativa, serán reguladas
supletoriamente por la Ley Nº 27444, Ley de Procedimiento
Administrativo General, en cuanto fuera aplicable.

8. EL TRABAJO

El trabajo en los establecimientos penitenciarios es obligatorio para los


internos sentenciados como medio terapéutico adecuado a los fines de
la resocialización. El trabajo:

- No tendrá carácter aflictivo.


- No será aplicado como medida disciplinaria.
- No atentará contra la dignidad del interno.

Los internos procesados podrán participar voluntariamente en la


actividad laboral del establecimiento penitenciario. El trabajo es un
elemento indispensable para la rehabilitación del interno. Debe propiciar
un carácter creador o conservador de hábitos laborales, productivos y
terapéuticos, con el fin de procurar al interno una opción laboral

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competitiva en libertad.

El trabajo penitenciario no genera vínculo ni relación laboral algunos.


La administración penitenciaria promoverá el desarrollo de la actividad
laboral con la participación de los gremios profesionales y
empresariales, la sociedad civil y la cooperación técnica internacional.
Las actividades artísticas, intelectuales y artesanales y otras de carácter
laboral efectuadas por cuenta propia o por la administración
penitenciaria, serán supervisadas y controladas por el Área de Trabajo
del establecimiento penitenciario.

Las actividades laborales que forman parte del tratamiento, serán


programadas y controladas por el Órgano Técnico de Tratamiento. El
Instituto Nacional Penitenciario a través de la Oficina General de
Tratamiento, dirige, organiza y supervisa la producción y
comercialización de bienes y prestación de servicios de los internos en
los establecimientos penitenciarios a nivel nacional.

Las entidades que organicen las mismas actividades deberán contar


con la aprobación del INPE. El trabajo penitenciario puede ser individual
o colectivo; en ambos casos, el INPE establecerá el horario y la
producción mínima para efectos de las evaluaciones periódicas y la
redención de la pena.

El interno podrá constituir, cuando reúna los requisitos, formas


societarias conforme a ley, siempre que no esté inhabilitado para el
ejercicio del comercio. El producto del trabajo del interno, procesado o
sentenciado, se distribuirá de la siguiente manera:

- 10% para costear los gastos que genera la actividad laboral del
interno a favor del Instituto Nacional Penitenciario.
- 10% para pagar la reparación civil impuesta que permita el
cumplimiento total o parcial de dicha obligación.
- 80% para gastos propios del interno y su familia.

Los internos podrán prestar servicios auxiliares o de mantenimiento.


Estos servicios comprenden las actividades de cocina, enfermería,

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lavandería, panadería, almacén, limpieza, biblioteca, jardinería y otros
similares. Los internos que realicen dichas actividades serán
considerados trabajadores ad honorem, con derecho a redimir su pena
por trabajo.

Los directores regionales del Instituto Nacional Penitenciario abrirán una


cuenta corriente en el Banco de la Nación, para el depósito del 10%
destinado a sufragar los gastos que genera la labor del interno. Este
monto revertirá a los establecimientos penitenciarios en actividades de
promoción de trabajo, adquisición de bienes y materiales e insumos de
trabajo.

En los casos de retención del porcentaje a que se refiere el inciso 111.2


del Artículo 111º del presente Reglamento, el ente administrativo del
Poder Judicial comunicará de este hecho al juez penal correspondiente
quien a su vez lo hará a la parte agraviada.

En caso que el interno concluya su actividad laboral al obtener su


libertad o ser trasladado a otro establecimiento penitenciario, la
administración deberá liquidar los montos abonados por los conceptos
señalados en los incisos 111.1 y 111.2 del Artículo 111º del presente
Reglamento.

Los medios para el trabajo podrán ser proporcionados por:

- La administración penitenciaria.
- Las entidades públicas o privadas a través de la administración
penitenciaria.
- Por el interno o sus familiares.

La seguridad e higiene, accidentes y enfermedades producidas a


consecuencia del trabajo penitenciario, se regularán por las leyes
especiales.

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9. SISTEMA PENITENCIARIO EN EL PERU

Historia del Instituto Nacional Penitenciario

1924
Los antecedentes históricos del INPE relatan que por fin, el artículo 26 del
Código Penal de 1924, recoge la opinión de los entendidos en la materia al
establecer la creación de la Inspección General de Prisiones. Esta
institución se encargaría a partir de esa fecha de la dirección de todos los
establecimientos carcelarios del país, siendo su primer director (Inspector
General) el doctor Augusto Llontop.
1927
Tres años después, el 12 de febrero de 1927, el Decreto Supremo Nº 70
crea la Escuela de Vigilancia, dando paso al funcionamiento del Servicio de
Identificación Dactiloscópica como órgano de la Inspección General de
Prisiones, y la publicación del Boletín de Criminología, revista que dejó de
circular el año 1992.
1928
El 26 de marzo de 1928, el Dr. Bernardino León y León asume la dirección
de la Inspección General de Prisioneros. Se pone en marcha grandes
reformas al sistema penitenciario, como por ejemplo, el cambio de nombre
por el de Dirección General de Prisiones. El 14 de enero de 1929 se dicta el
Reglamento de Clasificación de Conducta de los Penados; y en febrero se
da a conocer el Reglamento del Instituto de Criminología.
1944
Los años subsiguientes evidenciaron un abandono del tema penitenciario,
hasta que el 16 de agosto de 1937, mediante D.S. Nº 97 se dicta un nuevo
reglamento de penitenciaría de Lima. Siete años después, el 2 de junio de
1944, se abre la Escuela de Vigilantes que funcionó hasta mediados de
diciembre de 1945.
1946
Los vaivenes del sistema penitenciario son de conocimiento del entonces
presidente de la República Luis Bustamante y Rivero, quien el 12 de marzo
de 1946 ordena el funcionamiento de la Escuela de Personal Auxiliar de los

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Establecimientos Penales y de Tutela, institución que tuvo vigencia hasta
diciembre de 1948. La administración Bustamante reorganiza los servicios
médicos en los establecimientos penales y de tutela, elabora la ficha psico-
física de reclusos y tutelados, crea el servicio social para esos centros, e
inicia las investigaciones de las condiciones antropológicas y sociales de la
penitenciaría, entre otras medidas. Pero, muchas de esas disposiciones
quedaron truncas, como consecuencia del golpe de estado.
1951 - 1968
En 1951 se crea la colonia penal agrícola El Sepa. Años después, el primer
gobierno del presidente Fernando Belaunde Terry construye el Centro
Penitenciario de Lurigancho, en Lima, e inicia la construcción del Centro
Penitenciario de Ica (Cachiche) y la cárcel de Quenqoro, en el Cusco. Por
Resolución Suprema Nº 211 del 13 de mayo de 1965, se establecen los
estatutos para la creación del Centro de Capacitación Penitenciaria, que
funcionó hasta setiembre de 1968.Luego, el gobierno del General Juan
Velasco Alvarado, dicta dispositivos legales referentes al derecho
penitenciario peruano, y por Decreto Ley 17519 establece que la Dirección
General de Establecimientos Penales forme parte de la estructura del
Ministerio del Interior.
1979
Durante ese mismo gobierno se crea el Centro de Formación y
Capacitación Penitenciaria (CEFOCAP), con la finalidad de formar agentes
penitenciarios. Sería después el siguiente gobierno militar, esta vez el de
Francisco Morales Bermúdez que, de conformidad con lo establecido en la
Constitución de 1979, reapertura el Ministerio de Justicia, incluyendo en su
estructura a la Dirección General de Establecimientos Penales.
En el segundo gobierno del arquitecto Fernando Belaunde Terry, a través
de la Ley Orgánica del Ministerio de Justicia, se incluye a la Dirección
General de Establecimientos Penales y Readaptación Social como uno de
los órganos del sector Justicia.
1985
El 06 de marzo de 1985, por Decreto Legislativo Nº 330 se promulga el
Código de Ejecución Penal, dando origen así al INSTITUTO NACIONAL

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PENITENCIARIO y por Decreto Supremo Nº 012 del 12 de junio del mismo
año se aprueba su reglamentación, definiéndolo como el organismo público
descentralizado, rector del Sistema Penitenciario Nacional integrante del
Sector Justicia.

10. Gestión y Administración de Establecimientos Penitenciarios


Los pilares de la administración en cualquiera que sea su campo de acción,
son la planificación, ejecución y seguimiento. Ahora bien, aplicar estos
procesos en un establecimiento penitenciaria, con las particularidades
inherentes a una institución donde se mantienen privadas de libertad a
personas que se encuentras sometidos al sistema de justicia, exige la
delimitación de sus ámbitos para comprender sus niveles de complejidad y
definir la estrategia de abordaje del tema.
Como establecimiento penitenciario podría considerarse a toda
dependencia del Estado en la cual la persona privada de libertad está
obligada a pernoctar y permanecer durante el tiempo que establezca el
poder judicial. Así, es pertinente mencionar que en Venezuela existe una
clasificación de los establecimientos penitenciarios en función de la
condición jurídica de la población atendida.
Según la Ley de Régimen Penitenciario (2000), en su artículo 3, “Las penas
privativas de la libertad se cumplirán en las penitenciarías, cárceles
nacionales y otros centros penitenciarios o de internación que bajo cualquier
denominación existan, se habilitaren o crearen para ese fin.” Por su parte el
Reglamento de Internados Judiciales (1975), en su artículo 4 expresa:
“Los Internados Judiciales son establecimientos ordinarios destinados:
a) A la reclusión de los encausados penalmente, previa
determinación del órgano jurisdiccional correspondiente.
b) Al cumplimiento de la pena de prisión, que no exceda de un (1)
año, deducido el lapso de la detención sufrida antes de producirse
sentencia condenatoria firme.
c) Al cumplimiento de la pena de arresto cuando así lo determine el
Tribunal ejecutor del fallo.
d) A la reclusión de sujetos procesados conforme a la Ley sobre

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Vagos y Maleantes.
e) Al cumplimiento de las medidas correccionales a que se refieren
los literatos c) y f) del artículo 4 de la Ley sobre Vagos y
Maleantes.
f) A la detención preventiva en aquellos lugares donde no existan, o
sean insuficientes los establecimientos destinados al efecto.”
Ambas legislaciones mencionadas, parcialmente vigentes, permiten
establecer una distinción entre lugares destinados al cumplimiento de penas
privativas de libertad y los establecimientos destinados al resguardo de la
detención preventiva. Técnicamente, se estaría hablando que los
establecimientos que tengan la designación de “Internados Judiciales”
estarían destinados albergar a las personas en calidad de procesadas, con
una medida de prisión preventiva de libertad, y aquellas personas con
penas cortas, hasta un año. Por su parte, existen otros establecimientos
destinados albergar a las personas en calidad de penas, es decir,
exclusivamente para el cumplimiento de penas privativas de libertad, cuya
denominación podría no ser siempre la misma.
En este último caso se puede conseguir nombres como: Centro
Penitenciario, Penitenciaría General, Comunidad Penitenciaria, Centro de
Reeducación, pudiendo existir otras denominaciones.
A pesar de la distinción establecida entre un Internado Judicial y un Centro
de Cumplimiento de Pena, su funcionamiento operativo es parecido. Son
establecimientos penitenciarios donde debe asegurase la permanencia de
la persona recluida en el recinto, y a su vez, garantizar la atención integral
debida y obligatoria a las personas que permanecen dentro del mismo. Por
otro lado, para lograr realizar estas funciones, se requiere tanto de un
personal capacitado y profesional, como de los mecanismos para el
desarrollo de las funciones y el desempeño del personal.
En este sentido, se puede decir que la gestión y administración de
establecimientos penitenciarios se conforman de procesos sustantivos, los
cuales pueden agruparse en cuatro ámbitos: seguridad y custodia,
clasificación y atención integral de la
persona privada de libertad, gestión de talento humano, y asuntos logísticos

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del establecimiento penitenciario.
A. La seguridad y custodia

Se refiere a los procesos destinados a gestionar las restricciones de


movilización de las personas privadas de libertad atendiendo al resguardo de
sus derechos fundamentales, y la integridad física de todas y todos los
involucrados en el proceso (personas privadas de libertad, familiares y
visitantes, personal del establecimiento, y cualquier otra persona que haga vida
dentro del establecimiento penitenciario). Además, comprende la protección e
integridad de las instalaciones del establecimiento penitenciario en función de
evitar conductas desviadas o ilícitas.

En otras palabras, es el ámbito de la administración de establecimientos


penitenciarios asociado a la gestión de los procedimientos destinados a
garantizar el buen orden dentro de los establecimientos penitenciarios y la
integridad física tanto de las personas que hacen vida dentro del recinto
(privadas de libertad, sus familiares, personal del establecimiento y visitantes),
como de las instalaciones del establecimiento.

La seguridad de un establecimiento penitenciario tiene dos componentes:

a) La seguridad externa, encargada de garantizar la permanencia de la


persona privada de libertad dentro del establecimiento de reclusión.
Ejecutada en la actualidad por la Guardia Nacional Bolivariana. Perfilada
como una de las funciones de la Policía Nacional Bolivariana,
establecida genéricamente en la Ley Orgánica del Servicio de Policía y
del Cuerpo de Policía Nacional (2008) y desarrollada dentro del proyecto
de ley Código Penitenciario, aún en discusión en la Asamblea Nacional.
b) la seguridad interna, encargada de mantener el buen orden, el régimen
interno, la convivencia pacífica y el desarrollo de las actividades propias
del establecimiento penitenciario, con estricto apego a los Derechos
Humanos. Este aparte de la seguridad penitenciaria es el más amplio y
está íntimamente relacionado con la Custodia Penitenciaria. Pues, ésta
conforma el conjunto de procedimientos destinados a resguardar,
proteger y vigilar a las personas privadas de libertad, así como asistirlos

GINA MILAGROS LAURACIO LIMACHE 19


en las actividades que realice durante su permanencia en el sistema
penitenciario.

La custodia penitenciaria comprende los procedimientos de: registro y revisión


obligatoria de personas y objetos que ingresen y egresen del establecimiento
penitenciario (control de acceso, cacheo); revisión exhaustiva de personas,
objetos y áreas del establecimiento penitenciario, con la finalidad de detectar y
decomisar, objetos de ingreso y tenencia prohibida (requisa); verificación física
y del número de personas privadas de libertad que se encuentran en el
establecimiento penitenciario de reclusión (Conteo y lista de población); mediar
y controlar en situaciones de confrontación de intereses entre dos o más
personas dentro del medio carcelario (resolución de conflictos y disciplina); y,
asistencia durante el desarrollo de las actividades ordinarias y extraordinarias,
dentro o fuera de las instalaciones del establecimiento, para garantizar el orden
y la disciplina de la población penitenciaria que participa en las actividades
(asistencia y seguimiento de actividades: traslados, visitas, salidas transitorias).

Las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los reclusos (1977), adoptadas por
el Primer Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y
Tratamiento del Delincuente en 1955, y aprobadas por el Consejo Económico y
Social en 1957 y ratificadas en 1977. Es un instrumento internacional que
establece los principios rectores y las condiciones mínimas para la estancia de
personas recluidas en establecimientos penitenciarios, dentro del marco de los
Derechos Humanos.

El mencionado documento no presenta un aparte específico con respecto al


ámbito de seguridad y custodia, sin embargo, tácitamente hace
consideraciones sobre la relación entre las actividades rutinarias de las
personas que se encuentran encarceladas y el cómo estas actividades podrían
afectar la seguridad y el buen orden del establecimiento. Por lo que se debe
tener en cuenta estas consideraciones para la planificación tanto de las
actividades, como de la seguridad y custodia. Por su parte, se hace mención de
un principio para mantener el buen orden del establecimiento en la regla
número 27 que de dice: “el orden y la disciplina se mantendrán con firmeza,
pero sin imponer más restricciones de las necesarias para mantener la

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seguridad y la buena organización de la vida en común.”

Dentro del contexto nacional, orientado por la normativa internacional la Ley de


Régimen Penitenciario (2000) mantiene las consideraciones mencionadas y
desarrolla un capitulo completo acerca de la disciplina. En el Reglamento de
Internado Judiciales (1975) se especifican funciones de los que serían
responsables de este ámbito dentro de un Internado Judicial, sin mucha
especificidad en cuanto a otros procedimientos propios de la custodia, se
enfocan en la disciplina y buena convivencia dentro del recinto.

El campo de la seguridad y custodia penitenciaria enmarcado en los principios


de un Estado democrático garante de Derechos, ha sido uno de los temas poco
desarrollados dentro de la academia. El foco de atención, por lo general, se fija
en la violación de Derechos, mas no en cómo se están desarrollando los
procesos de seguridad y custodia y los aspectos asociados a estos. Por otro
lado, como se puede evidenciar, la legislación que rige el área se encuentra
dispersa y poco clara en cuanto a los detalles para el desarrollo de los
procedimientos propios de esta área y las normas que deberían regir dichos
procedimientos.

El Consejo Superior Penitenciario4, creado en 2008 para diseñar y formular


políticas integrales en materia penitenciaria, así como tomar decisiones y
supervisar los modelos y programas de atención integral inherentes a la
mencionada materia en Venezuela; hizo un primer intento para sistematizar las
normas y procedimientos correspondientes a la seguridad y custodia de un
establecimiento penitenciario.

Luego, de consultas a funcionarios, observación de procedimientos y estudio


de la legislación relacionada con la materia, se logró consolidad un papel de
trabajo que se llamó Manual de Normas y Procedimientos para la Seguridad y
Custodia de un Establecimiento Penitenciario. Aún no validado, representa el
primer intento serio para establecer estándares de funcionamiento para este
ámbito penitenciario. Vale acotar, que sirvió de fundamento para la elaboración
del proyecto de Código Orgánico Penitenciario.

Lo planteado da cuenta que si bien ya está claro lo que representa la seguridad

GINA MILAGROS LAURACIO LIMACHE 21


y custodia para un establecimiento penitenciario, aún falta el desarrollo
detallado de este ámbito de gran importancia para la administración de una
institución tan particular.

B. Clasificación y atención integral

Abarca los procesos asociados tanto a la discriminación de acuerdo a criterios


legales y conductuales de las personas privadas de libertad, como a cubrir las
necesidades de éstas, de tal manera que puedan desarrollarse a través de una
atención integral e individualizada en función de sus capacidades, habilidades y
destrezas. Procesos orientados asegurar sus derechos fundamentales tales
como educación, cultura, formación para el trabajo, desarrollo físico, atención
sanitaria y demás, en función del logro de una estancia humanizada por parte
de la persona privada de libertad.

A diferencia del ámbito de seguridad y custodia, se puede decir que la


clasificación y atención integral han tenido más protagonismo dentro de los
sistemas penitenciarios, pues se refiere al qué hace y qué se debe ofrecer a la
persona privada de libertad durante su encarcelamiento. Denominado, también,
incorrectamente, tratamiento penitenciario, engloba todas las actividades y
oportunidades que se le facilitan a la persona privada de libertad para que su
estancia en el establecimiento no sea simplemente un aislamiento total de la
dinámica social exterior.

La clasificación de la persona privada de libertad, marca el punto de partida de


la atención integral. En las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los
Reclusos

(1977), se expresa que los fines de la clasificación son: “a) Separar a los
reclusos que, por su pasado criminal o su mala disposición, ejercerían una
influencia nociva sobre los compañeros de detención; ⦋y⦌ b) Repartir a los
reclusos en grupos, a fin de facilitar el tratamiento encaminado a su
readaptación social” (Regla No. 67). De esta forma, la clasificación marca el
parámetro de acciones para la atención integral de la persona privada de
libertad, las cuales están direccionadas a incrementar las probabilidades de
retorno operativo a la convivencia en libertad.

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En cuanto a la atención integral, denominado como tratamiento en las Reglas
Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos (1977), tiene como objetivo,
siempre que la duración de la pena lo permita,

“…inculcarles ⦋a las personas privadas de libertad⦌ la voluntad de vivir


conforme a la ley, mantenerse con el producto de su trabajo, y crear en ellos la
aptitud para hacerlo. Dicho tratamiento estará encaminado a fomentar en ellos
el respeto de sí mismos y desarrollar el sentido de responsabilidad.” (Regla No.
65)

Al igual que con el ámbito de seguridad y custodia, el Consejo Superior


Penitenciario sistematizó los procedimientos llevados a cabo en Venezuela en
materia de clasificación y atención integral, generando un documento llamado
Manual de Normas y Procedimientos de Clasificación y Atención Integral
(2011). Desde un nivel operativo este documento específica las acciones para
el desarrollo de los procesos de clasificación y atención integral. En este
documento, la Clasificación se entiende como,

“el proceso en virtud del cual se asigna al penado o penada el grado de


Mínima, Media o Máxima seguridad, dado el riesgo que la conducta del penado
o penada implique para otros y para sí mismo, su capacidad de convivencia
social, la actitud positiva hacia el Plan Individual de Atención Integral así como
a las actividades que ofrece el establecimiento penitenciario, y los niveles de
prisionización manifestadas durante el período de Observación y Evaluación
Inicial.”

Por su parte la Atención Integral se considera como,“el conjunto de actividades


a disposición del penado o penada, que satisface sus necesidades deportivas,
culturales, educativas, recreativas, de capacitación laboral, de trabajo
productivo, de asistencia psicológica y social, dirigido al desarrollo de sus
potencialidades y capacidades, con el fin de mejorar sus posibilidades de
reinserción en la sociedad, con estricto apego y observancia a los derechos
fundamentales del ser humano.” (Ídem)

Aun cuando el tema tiende a ser principal actor en la política penitenciaria,


existe mucho por desarrollar dentro del cómo se llevan a cabo los

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procedimientos de gestión y administración de este ámbito. Además,
considerando que se trata de personas en condiciones especiales por estar
encarceladas, los procesos de clasificación y atención integral de las mismas
debe responder a una política flexible, sujeta a una revisión constante, que
permita ajustarla a los cambios sociales y culturales de cada época.

C. Gestión del talento humano

Refiere los procesos asociados a la selección, capacitación y adiestramiento,


compensaciones, así como la administración de tareas y espacios del personal
que hace vida en el establecimiento penitenciario. El personal que labora en
una institución como la que se está tratando, es clave para que el desarrollo de
la misma sea operativo y funcional. Pues son estas personas las que realizaran
las tareas descritas en los procesos de los ámbitos de seguridad y custodia y
clasificación y atención integral de la persona privada de libertad, comentados
anteriormente.

Este ámbito es de tal importancia que en Las Reglas Mínimas para el


Tratamiento de los Reclusos existe un aparte específico para ello llamado
“Personal penitenciario”. Allí se plasma desde el principio de selección
cuidadosa, pasando por la motivación y estímulo que permita mantener la
dedicación exclusiva, hasta la necesidad de formación inicial y continua, del
personal profesional que labora en los establecimientos penitenciarios.

En tal sentido, no está de más mencionar que la responsabilidad del bienestar


de las personas privadas de libertad es del Estado, por medio de la
administración penitenciaria, la cual es ejecutada por el personal penitenciario.
De allí la necesidad de hacer permanentemente la revisión y análisis del
desempeño y perfil de dicho

personal y cómo este desempeño repercute en los procesos inherentes al


resguardo y atención de las personas privadas de libertad.

D. Asuntos logísticos

Se refieren a los requerimientos operativos básicos que hacen posible el


funcionamiento del establecimiento penitenciario en sus procesos, tales como

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transporte, alimentación y mantenimiento. Tomando como referencia las
Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos (1977), la desestimación
de elementos básicos como la alimentación, el transporte o el mantenimiento
general de las instalaciones penitenciarias aparte de ser un foco para la
desestabilización del funcionamiento normal del establecimiento, sería una
franca violación de algunos derechos fundamentales de la persona privada de
libertad. Ejemplo, dependiendo del destino, al no prestar el traslado de una
persona desde el establecimiento penitenciario podría violarse el derecho a la
asistencia médica o al debido proceso.

La íntima relación entre los procesos propios del sistema penitenciario y los
intrínsecos elementos asociados a su funcionamiento, da cuenta de lo complejo
que es la gestión penitenciaria y con ello la gestión y administración de un
establecimiento penitenciario. A todo esto se de sumar el hecho que la
institución penitenciaria representa un gasto para cualquier Estado y las
políticas dirigidas en esta materia tienen como principal foco, la recuperación
de personas transgresoras. Personas que representan potencial humano para
el desarrollo social y económico del país.

La administración pública de lo penitenciario desde una perspectiva gerencial


esta poco desarrollada en nuestro país. Los problemas que arrastra desde
hace años el sistema penitenciario venezolano han sido hacinamiento,
corrupción, insalubridad, violación de derechos humanos, lentitud en el
otorgamiento de beneficios, malas condiciones laborales para los funcionarios,
pérdida del control interno de la población por parte del Estado, dando cuenta
que la perspectiva gerencial tanto a partir de especialistas para la gestión de
establecimientos penitenciarios, como para el diseño de procedimientos
sistematizados y específicos para cada área, no ha sido manejada
adecuadamente.

Desde este planteamiento se ve la necesidad de desarrollar estudios científicos


que permitan a la institución tener insumos para el mejoramiento de sus
funciones y el logro de sus objetivos. De lo anterior, se desprenden los
siguientes temas sugeridos para investigaciones en este campo:

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 Caracterización de los procesos de seguridad y custodia, donde se
pueda describir tanto la pertinencia de la gestión y administración de los
mecanismos y procedimientos establecidos para el resguardo y
supervisión de personas, instalaciones y actividades, como su relación
con el funcionamiento del establecimiento penitenciario y la política
pública vigente en la materia.
 Caracterización sociodemográfica de los privados de libertad, que sirva
para tener actualizado el perfil de las personas privadas de libertad, así
como para analizar el comportamiento de la población privada de
libertad a lo largo de la historia, que tribute a la generación de políticas
más acertadas en la materia.
 Caracterización y evaluación tanto del proceso de clasificación, como de
los programas de atención integral aplicados en los establecimientos
penitenciarios, que permitan ver la pertinencia de los procedimientos y
criterios utilizados para la clasificación y atención integral de la persona
privada de libertad y su relación con el funcionamiento del
establecimiento penitenciario. Pudiéndose generar sugerencias o
propuestas al respecto.
 Evaluación de procesos de formación del personal penitenciario, que
suministren insumos para el mejor desempeño del personal dentro de
las funciones propias del establecimiento penitenciario.
 Significado de la prisión tanto para las personas privadas de libertad
como para el personal que labora en el medio penitenciario, que den
cuenta de la pertinencia o no de la política aplicada hasta el momento y
evidencie los nudos problemáticos que se encuentren presentes.

11. CÓDIGO DE EJECUCIÓN PENAL

CAPITULO SEGUNDO

ORGANOS

 Artículo 106.- Organos del Establecimiento Penitenciario

El Establecimiento Penitenciario tiene un Director, un Sub-Director, órganos

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técnicos y administrativos y el personal que determine la Administración
Penitenciaria.

Artículo 107.- Director del Establecimiento Penitenciario

 El Director es la máxima autoridad del Establecimiento Penitenciario y es


el responsable de la seguridad y administración, así como de la
aplicación de este Código y su Reglamento. En ausencia del Director, el
Sub-Director, o quien haga sus veces, asume sus funciones.
 En caso de emergencia, sólo el Director, o quien haga sus veces, podrá
autorizar el ingreso de la Policía Nacional al Establecimiento
Penitenciario.
 Artículo 108.- Órgano Técnico de Tratamiento

El Órgano Técnico de Tratamiento está integrado por los profesionales de la


administración penitenciaria.

 Artículo 109.- Consejo Técnico de Tratamiento

El Consejo Técnico Penitenciario está integrado por el Director, que lo preside,


el Administrador, el Jefe de Seguridad Penitenciaria, el Jefe del Organo
Técnico de Tratamiento y los profesionales que determine el Reglamento.
Adopta sus decisiones por mayoría.

 Artículo 110.- Funciones del Consejo Técnico Penitenciario

Son funciones del Consejo Técnico Penitenciario:

1. Asesorar al Director del Establecimiento en las acciones de


administración, tratamiento y seguridad.
2. Investigar y sancionar las faltas disciplinarias y resolver las peticiones de
reconsideración.
3. 33336
4. Evaluar los informes de los profesionales de tratamiento y proponer al
interno para los beneficios penitenciarios.
5. En los casos de progresión o regresión en el tratamiento del interno
puede proponer el cambio de régimen o el traslado a otro
Establecimiento Penitenciario.

GINA MILAGROS LAURACIO LIMACHE 27


6. Las demás que establece este Código y su Reglamento.
 Artículo Art. 111.- Adecuación al Plan Nacional de Regionalización

La Administración Penitenciaria determina la ubicación de los Establecimientos


Penitenciarios de acuerdo al Plan Nacional de Regionalización.

 Artículo 129.- Personal de la Administración Penitenciaria

La Administración Penitenciaria cuenta con el personal necesario y


debidamente calificado para el cumplimiento de las disposiciones del presente
Código y su Reglamento. Las plazas son cubiertas por estricta línea de carrera,
conforme al escalafón.

CAPITULO II

SUSPENSIÓN DE LA EJECUCIÓN, SUSPENCIÓN PARCIAL Y


SUSPENCIÓN PROVISIONAL

12. MEDIDAS ALTERNATIVAS A LA PENA PRIVATIVA DE LIBERTAD


Las medidas; alternativas, también denominadas sustitutivos penales o
subrogados penales, constituyen un variado conjunto de procedimientos y
mecanismos normativos, que tienen como función común la de eludir o limitar
la aplicación o la ejecución de penas privativas de libertad, de corta o mediana
duración.

Cabe considerar a tales medidas como instrumentos de despenalización, en


tanto que su utilización formal o material flexibiliza el rigor del Sistema Penal.

Uno de los principales rasgos característicos del proceso de reforma penal que
tuvo lugar en el Perú entre 1984 y 1991, fue la clara vocación despenalizadora
que guió al legislador nacional, lo que favoreció la inclusión de nuevas medidas
alternativas a la pena privativa de libertad, que al adicionarse a la condena
condicional, pre-existente en el Código Penal de 1924, fueron configurando un

GINA MILAGROS LAURACIO LIMACHE 28


abanico bastante integral de sustitutivos penales, y que alcanzó vigencia al
promulgarse un nuevo Código Penal en abril de 1991.4

En cuanto al tipo de medidas alternativas incluidas, encontramos cinco


modalidades que son las siguientes:

 Suspensión de la Ejecución de la Pena.


 Reserva del fallo condenatorio.
 Exención de Pena.
 Conversión de Penas Privativas de Libertad.
 Sustitución de Penas Privativas de Libertad.

Seguidamente, haremos un breve estudio de las principales características que


corresponden a cada uno de los sustitutivos penales que contiene el Código
Penal de 1991.

13. LA SUSPENSIÓN DE LA EJECUCIÓN DE LA PENA

Se trata de uno de los procedimientos tradicionales de limitación de las penas


cortas privativas de libertad. Se le conoce con distintas denominaciones, pero
las más admitidas en el derecho penal comparado son condena condicional y
suspensión de la ejecución de la pena.

La suspensión de la ejecución de la pena es una forma de tratamiento en


régimen de libertad. Ella consiste en suspender la ejecución efectiva de la pena
privativa de libertad impuesta en la sentencia condenatoria. De esta manera el
sentenciado no ingresa a un centro carcelario para cumplir la pena fijada por la
autoridad judicial, él queda en libertad pero sometido a un régimen de reglas de
conducta y a la obligación de no delinquir.5

Tales reglas y obligaciones deben ser observadas por el condenado durante un


plazo de tiempo que se expresa en la ley o en la sentencia, y que se le
denomina período de prueba. Si el plazo mencionado se vence sin que haya
mediado incumplimiento de reglas o comisión de nuevo delito, se dá por
extinguida la pena y se suprime la condena de los registros judiciales

4
BUSTOS RAMIREZ, Juan. “Derecho Penal – Parte General, Obras Completas”, Tomo I, Ara Editores,
Lima, 2004.
5
HURTADO POZO, José. “Manual de Derecho Penal- Parte General I”. GRIJLEY, 2005, Lima.

GINA MILAGROS LAURACIO LIMACHE 29


correspondientes. Caso contrario, procederán a aplicarse al condenado
mayores restricciones o se le revocará la suspensión, debiendo, en
consecuencia, de cumplir en su totalidad la pena privativa de libertad que se le
impuso en la sentencia.

En el Código Penal de 1991 este tipo de medida se incluye en el Capítulo IV,


del Título III, de la Parte General, entre los artículos 57° a 61°.6

Sus requisitos de procedencia son dos:

 Que la pena privativa de libertad impuesta al condenado no sea superior


a cuatro años (no afecta, por tanto, a otro tipo de penas, las que deben
ser aplicadas con carácter efectivo).
 Que en atención a las circunstancias del hecho y a la personalidad del
agente, el Juez asuma un pronóstico favorable sobre la conducta futura
del condenado. Esto es, que el órgano jurisdiccional llegue a prever que
el sentenciado no volverá a delinquir.

La suspensión de la ejecución de la pena es facultativa para el Juez, y su


concesión o denegatoria deberá estar motivada.

En cuanto al plazo de prueba la ley fija un término flexible entre uno y tres
años. El Juez deberá precisar en la sentencia su extensión concreta.
Tratándose de un imperativo legal, dicho plazo no puede ser inferior a un año,
aún en el supuesto de que la pena impuesta sea menor a doce meses. Ni
tampoco exceder a tres años pese a que la pena impuesta fue superior a dicho
término.

Sobre las reglas de conducta, el artículo 58° dispone que ellas deben
imponerse obligatoriamente y quedar expresamente señaladas. Dicha norma,
además, establece de modo enunciativo un conjunto de reglas las que,
también, pueden integrarse con otras reglas especiales que el Juez estime
adecuadas al caso, siempre que no afecten la dignidad del condenado.

Cabe mencionar, que la reparación del daño ocasionado a la víctima, esto es,
la reparación civil puede incluirse como regla de conducta, salvo que el agente
haya acreditado, previamente, su imposibilidad de cumplir con tal obligación.
6
VILLA STEIN Javier. “Derecho Penal General Parte General”, editorial San Marcos, 1998, Lima.

GINA MILAGROS LAURACIO LIMACHE 30


Sin embargo, es incorrecto imponer al condenado el cumplimiento de
obligaciones ambiguas o equívocas como "abstenerse de concurrir a lugares
de dudosa reputación".

El incumplimiento de las reglas de conducta, según se expresa en el artículo


59° del Código Penal, puede dar lugar a tres tipos de sanciones:

 La Amonestación del Infractor. La que puede materializarse en acto


público y con concurrencia del condenado a la sede del Juzgado o,
también, por intermedio de una notificación judicial.

 Prórroga del Plazo de Prueba. Dicha prórroga puede extenderse hasta


una mitad del plazo fijado en la sentencia. No obstante, la prórroga
acumulada no puede ser mayor de tres años. Ello quiere decir que en su
extremo máximo, si el plazo de prueba inicial fue de tres años, la
prórroga adicionada extendería la duración del período de prueba hasta
cuatro años y seis meses.

 La Revocación de la Suspensión. Se trata de la sanción más severa,


por lo que su uso es excepcional y debe aplicarse luego de las
sanciones precedentes de amonestación y de prórroga.
La ley regula como único supuesto de revocación directa del régimen de
suspensión, la condena posterior impuesta al sentenciado que cometió un
nuevo delito doloso durante el período de prueba, siempre y cuando la
nueva pena sea superior a tres años de pena privativa de libertad.
Tal como lo dispone el numeral 60° la revocatoria trae consigo la ejecución
total de la pena suspendida condicionalmente, y de aquella que
corresponda si el sentenciado cometió un nuevo hecho punible.
Si el período de prueba concluye sin que medie incumplimiento reiterado de
las reglas de conducta, ni comisión de nuevo delito, "la condena se
considera como no pronunciada". El efecto procesal que esto conlleva es la
anulación de los antecedentes penales del condenado.

14. LA RESERVA DEL FALLO CONDENATORIO

GINA MILAGROS LAURACIO LIMACHE 31


La Reserva del Fallo Condenatorio, regulada en los artículos 62° a 67° del
Código Penal Peruano, se caracteriza fundamentalmente porque el Juez
deja en suspenso la condena y el señalamiento de una pena para el
sentenciado.
En términos concretos la medida supone que en la sentencia se declara
formalmente la culpabilidad del procesado, pero éste no es condenado ni se
le impone, por tanto, pena alguna. Estos dos componentes del fallo
condenatorio quedan de momento en reserva. Al sentenciado se le
impondrá un período de prueba dentro del cual deberá de observar las
reglas de conducta que se le fijen en la sentencia y abstenerse de cometer
un nuevo delito doloso.
Si el período de prueba concluye sin infracción de las reglas impuestas, ni
comisión de nuevo delito, el juzgamiento se deja sin efecto. Pero si, por el
contrario, se incurriera en infracción o se volviera a delinquir, el Juez puede
disponer la revocatoria de la reserva. Ello significa que el Juez completará
el fallo condenatorio y señalará la pena que deberá cumplir el sentenciado.7
Un efecto especial de la reserva del fallo condenatorio es que ella no
genera antecedentes penales. Al no haber condena ni pena no es posible la
inscripción de la sentencia en el Registro Judicial correspondiente.
Conforme al artículo 62° la reserva del fallo condenatorio, procede cuando
concurren los siguientes presupuestos:
 Que el delito cometido tenga una pena conminada no superior a tres
años de pena privativa de libertad; o de multa; o de prestación de
servicios a la comunidad o de limitación de días libres por no más de
90 jornadas semanales; o de inhabilitación no mayor de dos años.
Cabe anotar que la reserva del fallo condenatorio también será
procedente en los casos de penas conjuntas o alternativas, siempre
que tales sanciones no excedan a los límites cuantitativos antes
mencionados.
 Que el Juez en atención a las circunstancias del hecho y a la
personalidad del agente, asuma un pronóstico favorable de conducta

7
BRAMONT - ARIAS TORRES, Luis Miguel. “Manual de Derecho Penal-Parte General”, Eddili, 4ª edición,
Lima, 2008.

GINA MILAGROS LAURACIO LIMACHE 32


futura del imputado, esto es, que la medida impuesta le impedirá
cometer un nuevo delito.8
Como en el caso de la suspensión condicional de la pena, la Reserva del
Fallo es una medida de uso facultativo para el Juez. Su aplicación, por
tanto, debe quedar justificada debidamente en la sentencia.
Tanto el plazo del período de prueba como el catálogo de reglas de
conducta aplicables al sentenciado son similares a los considerados para la
suspensión de la ejecución de la pena. Esto es:
 El plazo de prueba puede extenderse entre uno y tres años. Pero en
caso de infracción sucesiva de las reglas de conducta, él puede
prorrogarse hasta en una mitad del plazo inicialmente fijado.
 Las reglas de conducta deben adecuarse a los fines de rehabilitación
del procesado. Es posible considerar como regla de conducta el
cumplimiento del pago de la reparación civil.
 El incumplimiento reiterado de las reglas de conducta motiva una
sanción. En este supuesto el Juez puede disponer la amonestación
del sentenciado, la prórroga del plazo de prueba en los límites ya
mencionados o la revocatoria de la reserva.
La revocatoria de la reserva del fallo condenatorio puede derivar también de
la comisión de un nuevo delito doloso durante el período de prueba (Art.
66°). Al respecto, la ley considera dos posibilidades: Primero, la revocatoria
facultativa cuando por el nuevo delito cometido se imponga al sentenciado
una pena privativa de libertad superior a tres años. Y, segundo, la
revocatoria obligatoria cuando el nuevo delito cometido tiene una pena
conminada superior a tres años. En este último caso, se aplicará la
revocatoria aún cuando la pena concreta sea inferior a dicho tope.

15. LA EXENCION DE PENA


Esta medida alternativa corresponde a las formas del llamado perdón
judicial. Esto es, se refiere a la facultad conferida por la ley al órgano
jurisdiccional para dispensar de toda sanción al autor de un hecho delictivo.

8
HURTADO POZO, José. “Manual de Derecho Penal- Parte General I”. GRIJLEY, 2005, Lima.

GINA MILAGROS LAURACIO LIMACHE 33


En términos concretos la medida que analizamos puede definirse como una
condena sin pena. Ella implica, por tanto, una declaración de culpabilidad
pero además una renuncia del Estado, a través del Juez, a sancionar el
delito cometido.
El Código Penal Peruano se ocupa de la exención de pena en el artículo
68°. Sin embargo, la denominación acordada por el legislador nacional
resulta bastante equívoca, en la medida que con el término exención de
pena se designan también en nuestro Código sustantivo otras medidas
diferentes a las que contempla el artículo 68°. Ello ocurre, por ejemplo, en el
caso de los artículos 178° (exención de pena por subsiguiente matrimonio
del autor con la víctima de un delito contra la libertad sexual) ó 406°
(exención de pena en caso de encubrimiento real o personal). Algo similar
resulta de las normas sobre derecho penal premial que contemplan la Ley
No. 25499 (Art. 1°, II) y el Decreto Legislativo No. 824 (Art. 19°, a) que
también consideran una "exención de pena" para "los arrepentidos"
involucrados en actos de terrorismo o tráfico ilícito de drogas.
Para la procedencia de la exención de pena deben cumplirse dos requisitos.
Uno, cualitativo, que está en función del tipo de pena conminada en la ley
para el delito cometido. Y el otro, valorativo, que toma en cuenta el grado de
culpabilidad del autor o partícipe.
El primer requisito señala que la medida es procedente si la pena prevista
para el delito cometido es privativa de libertad no mayor de dos años o se
trata de pena de multa o de pena limitativa de derechos
El segundo requisito alude a que la culpabilidad del agente sea mínima.
(casos de imputabilidad relativa, de concurrencia de un errorde prohibición
vencible o de un error de comprensión culturalmente condicionado vencible,
o del cómplice secundario).
Si bien la exención de pena no alude a la reparación civil, resulta fácil inferir
que su concesión no excluye el señalamiento de responsabilidades
indemnizatorias. Por tanto, el Juez debe fijar en la sentencia la reparación
civil que corresponda.
La sentencia condenatoria que aplique la exención de pena no debe ser
inscrita en el Registro Judicial. Como éste sirve para dar testimonio de la

GINA MILAGROS LAURACIO LIMACHE 34


pena impuesta a un condenado, al no existir sanción deviene en innecesaria
la inscripción.

16. LA CONVERSIÓN DE PENAS PRIVATIVAS DE LIBERTAD


Este sustitutivo penal consiste en el reemplazo de la pena privativa de
libertad impuesta en la sentencia, por una sanción de distinta naturaleza. En
el caso del derecho penal peruano la conversión de la pena privativa de
libertad puede hacerse con penas de multa, de prestación de servicios a la
comunidad y de limitación de días libres.

La Conversión de Penas Privativas de Libertad se rige por lo dispuesto en los


artículos 52° a 54° del Código Penal.

 Para que proceda esta medida alternativa se requieren dos


condiciones:
 Que la pena impuesta en la sentencia condenatoria no exceda a
cuatro años de pena privativa de libertad; y,
Que en el caso concreto no sea posible aplicar al sentenciado una
suspensión de la ejecución de la pena o una reserva del fallo condenatorio.
Según el artículo 52° la ecuación que regula la conversión de penas
privativas de libertad en penas de multa, prestación de servicios a la
comunidad o limitación de días libres, registra las siguientes equivalencias:
 Un día de privación de libertad se convierte en un día-multa.
 Siete días de privación de libertad se convierten en una jornada de
prestación de servicios a la comunidad.
 Siete días de privación de libertad se convierten en una jornada de
limitación de días libres.
Cabe mencionar que inicialmente la conversión se hacía a razón de un día
de pena privativa de libertad por una jornada semanal de prestación de
servicios a la comunidad o de limitación de días libres. Con estas
equivalencias el intercambio posible resultaba desproporcionado, ya que
730 días de pena privativa de libertad se podía convertir en 730jornadas
semanales, lo que determinaba un período de ejecución de alrededor de 14
años. Esta situación se ha corregido con la Ley N° 27186 del 19 de octubre

GINA MILAGROS LAURACIO LIMACHE 35


de 1999.
La conversión puede revocarse, según los artículos 53° y 54°, cuando el
sentenciado incumple injustificadamente la pena convertida o es condenado
como autor de un nuevo delito doloso a una pena privativa de libertad
superior a tres años. En caso de revocatoria se producirá una reconversión,
que llevará al reo a cumplir la pena privativa de libertad que le fue impuesta
en la sentencia. Sin embargo, para este último efecto podrán aplicarse los
descuentos que corresponda conforme a las equivalencias que establecen
los incisos 1) y 2) del artículo 53°
17. LA SUSTITUCIÓN DE PENAS PRIVATIVAS DE LIBERTAD
La Sustitución de Penas Privativas de Libertad es otra forma de reemplazo
de la pena privativa de libertad impuesta en la sentencia.
Se encuentra regulada en los artículos 32° y 33° del Código Penal, y está
vinculada con la facultad conmutativa que la ley otorga a las penas de
prestación de servicios a la comunidad y de limitación de días libres.
Tal como aparece regulada, la sustitución de penas sería una medida
alternativa sujeta exclusivamente al arbitrio judicial. Él único requisito que
fija la ley es que la pena privativa de libertad a sustituir, a criterio de Juez,
no sea superior a cuatro años. Es de anotar que hasta antes de la Ley N°
27186 la posibilidad de sustitución sólo alcanzaba a tres años de pena
privativa de libertad.9
Por tanto, si el Juez considera que las circunstancias del delito y las
condiciones personales del agente lo ameritan él podrá disponer la
sustitución. Somos de opinión que, además, en esta decisión deben
sopesarse otros factores como lo innecesario de la reclusión y la
inconveniencia, por razones preventivo generales y especiales, de no optar
por otro tipo de medida como la suspensión condicional o la reserva del
fallo.

El artículo 33° dispone que la sustitución debe realizarse con las reglas de
intercambio previstas en el artículo 52°, el cual con las modificaciones

9
GARCÍA CAVERO, Percy. “Lecciones de Derecho Penal- Parte General”. GRIJLEY, 2008, Lima.

GINA MILAGROS LAURACIO LIMACHE 36


introducidas por la Ley N° 27186 evita un reemplazo que originalmente
resultaba desproporcionado.
Otro defecto que se detecta en torno a la sustitución de penas es que el
Código carece de normas que permitan la revocación de la sustitución en
caso de incumplimiento de la pena sustituida.

JURISPRUDENCIA:

1. R.N. 429-2004-Huanuco.- la facultad discrecional del juzgador de


suspender condicionalmente la ejecución de la pena, debe aplicarse con
la prudencia y cautela que cada caso amerita, estableciendo el artículo
57 del código penal que el juez puede suspender la ejecución de la pena
privativa de la libertad cuando esta sea menor de cuatro años, si la
naturaleza del hecho y la personalidad del agente hicieran prever que no
cometerá nuevo delito.
2. R.N. Nº 269-2004-Huanuco.- la aplicación de una condena con pena
privativa de libertad es en principio efectiva, siendo facultad del juzgador
suspender su ejecución cuando se dan los requisitos exigidos por el
artículo 57 del acotado código.
3. Pleno jurisdiccional penal de 1997 tema 1:
 Acuerdo primero.- el pago de la reparación civil es susceptible de
ser impuesto como regla de conducta en un régimen de suspensión
de la ejecución de la pena.
 Acuerdo segundo.- en el caso de procesados insolventes el juez
debe omitir la inclusión de la reparación civil como regla de conducta.
 Acuerdo tercero.- el incumplimiento del pago de la reparación civil
impuesta, si ha sido incluido entre las reglas de conducta impuestas
al condenado, puede provocar la revocatoria de la suspensión salvo
que el condenado sea insolvente o no este en capacidad económica
de hacer frente a su obligación.
 Acuerdo cuarto.- es conveniente fijar un plazo prudencial para el
cumplimiento del pago de la reparación civil impuesto como regla de
conducta en el régimen de suspensión de la ejecución de la pena
privativa de la libertad.

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CONCLUSIONES
PRIMERA:

Un país con seguridad ciudadana será posible cuando todos tomemos


conciencia de que las prisiones son nuestra responsabilidad. Comencemos
apoyando quizá con la aprobación de una partida presupuestal que permita en
el más corto plazo la construcción de penales, la adquisición de herramientas
modernas para la seguridad, la incorporación de más profesionales en
tratamiento y seguridad penitenciaria, y finalmente las capacitaciones
permanentes para los trabajadores actuales en nuevas técnicas carcelarias.

SEGUNDA:

Hay que tener en cuenta además que el interno de un establecimiento


penitenciario, no es una persona eliminada, excluida o separada de la
sociedad, sino que por el contrario, sigue siendo parte de ella, tal es así que
incluso la ley, no le impide el goce de los mismos derechos que el ciudadano
en libertad, sino que sólo no podrá ejercerlo plenamente en algunos casos,
cuando la misma ley le restringa o cuando la sentencia que lo condena, así lo
señale.

TERCERA.- La suspensión de la ejecución de la pena es un medio de


reacción jurídico penal que procede cuando puede lograrse, con su imposición,
que el sujeto no vuelva a delinquir, siendo correctiva porque impone
obligaciones específicas que sirven para reparar el daño causado con ilícito
cometido e impedir la comisión de un nuevo delito, cumpliéndose la finalidad
preventivo especial de la pena.

CUARTA.- La regla de conducta mediante la cual se ordena al sentenciado


comparecer al juzgado para informar y justificar sus actividades debe ser fijada
con pertinencia, es importante establecer una periodicidad y un tiempo
adecuado para el cumplimiento de dicha regla de conducta, lamentablemente,
por lo general se hace un uso indiscriminado de la misma, ordenándose a casi
todos a concurrir mensualmente al juzgado.

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SUGERENCIAS

-Ante el tema planteado se sugiere lo siguiente:


Realizar conferencias, congresos, capacitaciones, talleres, etc., sobre la
importancia y funciones que cumple el Derecho Penitenciario en la
administración de Justica.
Capacitaciones a los administradores de justicia (jueces, fiscales, PNP)
a través de seminarios con especialistas en el tema.
Crear programas en donde se asegure la correcta rehabilitación de los
reclusos.
Incrementar puestos laborales, para que cuando los reclusos salgan de
las cárceles, puedan reinsertarse correctamente a la sociedad.
Contar con un mayor número de psicólogos, tanto en las escuelas e
instituciones para trabajar el tema de la prevención
Fomentar un cambio positivo en nuestra sociedad en donde prevalezca
los valores.

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BIBLIOGRAFÍA

1. Anglas Castañeda Domingo Jesús. Sobre la falta de tecnicidad en la


regulación de las medidas alternativas a la pena privativa de libertad.
Lima, Enero del 2005. Págs. 1 – 4.
2. Bramont Arias Torres. Manual de derecho penal. Parte general. Cuarta
edición Perú. Ed. Y distribuidora de libros EDDILI. 2008
3. Centro de investigaciones Judiciales del Poder Judicial. Pleno
Jurisdiccional Penal 1997. Acuerdo plenario n° 1/97 Reglas de conducta
en la suspensión de ejecución de penas privativas de la libertad.
4. Código penal peruano, artículos del 57 al 61.

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WEBGRAFÍA

 http://html.rincondelvago.com/derecho-penitenciario-ii.html
 https://academiadeprisiones.es/wp-content/uploads/2015/12/TEMA-III-
LA-RELACI%C3%93N-JUR%C3%8DDICO-PENITENCIARIA_-
2016_PA_DEF.pdf
 https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/8984/1/TEMA%203%20RR%2
0JCO%20PENITENCIARIA.pdf
 http://criminet.ugr.es/recpc//19/recpc19-30.pdf
 https://www.unifr.ch/ddp1/derechopenal/legislacion/l_20080626_02.pdf
 file:///C:/Users/HOME/Downloads/OLARTE_SACO_MARCIA_RECONO
CIMIENTO.pdf
 https://portal.mpfn.gob.pe/descargas/renadespple/imagenes/03062013El
_derecho_de_los_reclusos.pdf
 https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/8984/1/TEMA%203%20RR%2
0JCO%20PENITENCIARIA.pdf
 https://www.inpe.gob.pe/resena-historica.html
 http://www.usmp.edu.pe/derecho/centro_derecho_penitenciario/legislaci
on_nacional/CODIGO_DE_EJECUCION_PENAL.pdf

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ÍNDICE
DEDICATORIA………………………………………………………………….….01
AGRADECIMIENTOS……………………………………………………………..02
INTRODUCCION………………………………………………………………….03
OBJETIVOS……………………………………………………………………….04
CAPITULO I

NACIMIENTO DE LA RELACIÓN JURIDICA PENITENCIARIA


1. CONSIDERACIONES
PRELIMINAES:……………………………………..………………………………05
2. NARTURALEZA Y
CONTENIDO:……………………………………………………………………… 05
3. CONCEPTO DE LA RELACIÓN JURÍDICA
PENITENCIARIA…………………………………………………..………………..06
4. CARACTERÍSTICAS……………………………………………………………..06
5. NACIMIENTO Y EXTINCIÓN…………………………………………..…..07
6. DERECHOS Y DEBERES DE LOS
INTERNOS…………………………………………………………………………....07
7. PETICIONES, QUEJAS Y DENUNCIAS DEL
INTERNO……………………………………………………………………………..07
8. EL TRABAJO…………………………………………………………………08
9. SISTEMA PENITENCIARIO EN EL PERU……………………….………10
Historia del Instituto Nacional Penitenciario
10. GESTIÓN Y ADMINISTRACIÓN DE ESTABLECIMIENTOS
PENITENCIARIOS………………………..………………………………………...12
A. LA SEGURIDAD Y
CUSTODIA……………………………….……………………………………….….14
B. CLASIFICACIÓN Y ATENCIÓN
INTEGRAL…………………………………………………………………………...17
C. GESTIÓN DEL TALENTO
HUMANO……………………………………………….…………………………...19
D. ASUNTOS
LOGÍSTICOS…………………………………………..…………………………...20

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11. CÓDIGO DE EJECUCIÓN
PENAL…………………………………………………………………………….…22
CAPITULO II
12. SUSPENSIÓN DE LA EJECUCIÓN, SUSPENCIÓN PARCIAL Y
SUSPENCIÓN PROVISIONAL MEDIDAS ALTERNATIVAS A LA PENA
PRIVATIVA DE LIBERTAD………………..………………………..…………….24
13. LA SUSPENSIÓN DE LA EJECUCIÓN DE LA
PENA………………………………………………………….…………................25
14. LA RESERVA DEL FALLO
CONDENATORIO………………………………………………………...............28
15. LA EXENCION DE
PENA…………………………………………………………………………..……31
16. LA CONVERSIÓN DE PENAS PRIVATIVAS DE
LIBERTAD……………………………………………………………….…………32
17. LA SUSTITUCIÓN DE PENAS PRIVATIVAS DE
LIBERTAD…………………………………………………………………….…..34-36

JURISPRUDENCIA………………………………………….…………………...37
CONCLUSIONES…………………………………………………………………38
SUGERENCIAS…………………………………………………………………..39
BIBLIOGRAFIA……………………………………………………………………40
WEBGRAFIA………………………………………………………………………41
INDICE…………………………………………………………………………..42-43

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