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Provincia de Misiones
El Ballet Romántico
Primer Año.
2018
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El nacimiento del Ballet Romántico y su contexto.
El ballet tal cual hoy lo conocemos surgió según diferentes historiadores durante el
Romanticismo en Francia y data a partir del comienzo del siglo XIX y en el transcurso
del siglo XX dividiéndose en tres grandes periodos. El primero es el Romanticismo
(aproximadamente entre 1815 y 1870), el segundo el Académico (de 1870 a 1905),
hasta que la Modernidad en el Ballet se abrió pasó y a lo largo del siglo XX fue dando
distintas muestras de lo que se ha denominado el neoclasicismo, constituyéndose en el
tercer y crucial período.
El Romanticismo apareció enmarcado en una Europa convulsionada por movimientos
nacionalistas y por revoluciones liberales, propiciadas por hombres que pedían libertad
de comercio, de expresión, de culto, de enseñanza, etc. La población ya no estaba
dispuesta a tolerar el absolutismo monárquico anterior, puesto que habían
comprobado que la soberanía residía en el pueblo y no en el rey, querían libertad y
participación. Así, por todas partes se produjeron levantamientos contra los
principales soberanos de Europa y, poco a poco, fueron afirmando su influencia
política. En medio de este ambiente, tras el estallido político de la revolución francesa
y el avance implacable de la revolución industrial, fue cuna ideal para el nacimiento del
movimiento romántico. Movimiento que abarcó todos los aspectos de la cultura y la
vida en general. Más que un movimiento, fue una mentalidad, un estilo de vida. Se lo
puede definir como un movimiento cultural producto de un profundo cambio de
sensibilidad. Hacía hincapié en los sentimientos: el amor, la patria, la libertad, la
naturaleza, los valores religiosos y la imaginación. Fue una expresión subjetiva que
surgió como reacción al predominio racional del período anterior. Este estilo de vida se
caracterizó por la gran actividad de los jóvenes. Predominaba la sensibilidad, se
idealizaba el pasado y se recurría a la fantasía. También fueron característicos la
originalidad, la falta de prejuicios y la pasión por la historia. Es el tiempo de las mujeres
pálidas, delgadas y; de los hombres idealistas y sensibles capaces de morir por un
ideal, por defender su honor, o por un amor.
Tras la primera ola de las llamadas Revoluciones Burguesas, llegaba al trono el nuevo
monarca de Francia, Luis Felipe, con su monarquía constitucional, gran apoyo de la
burguesía y planteo de cambios. Y la Opera de París, cuna del ballet romántico, no fue
ajena a ellos. Hasta el momento la Opera, cuya sede no es la que actualmente
conocemos, sino la vulgarmente llamada “La Petelier” (el nombre de la calle en la que
se ubicaba), había sido considerada como bastión del conservadurismo francés, por lo
que resultaba impermeable a las nuevas tendencias artísticas. Pero el nuevo director
de la Opera de Paris, Louis Véron, afín a la nueva oleada de cambios que se vivían,
decidió transformarla en un lugar popular. Visto con ojos del siglo XXI, podría decirse
que Véron poseía un gran don de gestor cultural: hizo un “estudio de mercado” y
conocía los beneficios que el “marketing” podía ofrecer al teatro. Se dio cuenta que el
público estaba cansado de ver dramas complejos o comedias de costumbre, las cuales
ya no atraían. Sin embargo parecía existir interés en una nueva propuesta de historias
simples en las que la danza surgiera naturalmente desde su acción. Se buscó así que
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como espectáculo, el ballet se independizara de la ópera. Y que también lograra
unificar la danza a través del argumento, la música, el vestuario y la escenografía, con
el fin de una mayor sensación de realismo y profundidad.
Para llevar a escena las nuevas obras e incorporar el romanticismo a la danza Véron no
escatimó gastos. Realizó una importante inversión en lo relacionado a la iluminación y
los decorados, incorporando el gas para lo primero y los avances de Louis Daguerre
para lo segundo. También se propuso ampliar el espectro esencialmente burgués del
público, al incluir entre los espectadores a la influyente y pujante burguesía. Para ello
permitió a los abonados más importantes acceder entre acto y acto al “Foyer de la
danse”, espacio en el que se podía conversar y coquetear con los bailarines, y que se
convirtió en una importante institución social hasta después de la Segunda Guerra
Mundial.
Otra innovación que llevó a cabo fue la de promover el sistema de bailarinas estrella:
las “etoiles”. Descubrió que si elevaba a ciertas bailarinas a tal grado, generaba en el
público una gran admiración y expectación, y por los tanto aumentaba la venta de
entradas. La primera bailarina en ser promovida a “etoile” fue Marie Taglioni. Luego
los hechos le demostraron que contar con una única “etoile” podía resultar difícil, ya
que tanta popularidad llegaron a convertirla en por los demás demandante y
caprichosa. Por lo que rápidamente comenzó a “generarle competencias”, elevando a
“etoile” a quien fue su mayor competencia, Fanny Elssler. Los celos y enemistad entre
ambas fueron antológicos.
Características Principales.
‘Romanticismo’ es una palabra que se utiliza en la historia y teoría del arte para
nombrar una tendencia cultural y estética que se extiende por Europa. Desde el punto
de vista social, ésta es una época de pérdida de ilusiones, incomodidad y desacuerdos,
debido al fracaso de la revolución francesa y lo que ésta representa.
el romanticismo tiene muchas variaciones pero dentro de las características
principales del ballet romántico podemos encontrar lo sigiente:
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medieval fantasmagórica de W. Scott, la magia nublada de la poesía alemana,
personajes de hadas, espíritus, duendes…
Poesía, luminosidad, gracia, suavidad, efectos milagrosos…
Importancia de la expresión y el lirismo del bailarín.
Historias de amor imposibles. Amor entre los mortales y espíritus.
Faldas de chiffon blancas.
Ésta es la época en la cual nacen algunos de los arquetipos populares actuales
del ballet: sentimentalismo, amor libre, idealismo extremo frente a una
realidad miserable, amor por la naturaleza como lo verdadero y opuesto a la
civilización, culto de la persona individual, exaltación de la sensibilidad sobre la
razón, gobiernan el corazón y la imaginación.
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mismo final trágico, ambas obras comparten una estructura y canon común de
sentimientos, como son la disyuntiva entre el amor terrenal y el ideal, la locura, la
traición y el arrepentimiento.
Ambas historias se desarrollan en dos mundos (y actos) claramente contrastados. El
primero es real y terrenal, pero en un espacio un tanto lejano y destacado por
aspectos del folclore nacional (un alejado lugar de Escocia en La Sylphide, y sobre el
Valle del Rin en Giselle). Y el segundo, con una atmósfera intensamente poética, se
desarrolla en un espacio irreal habitado por mujeres fantasmagóricas, ideales e
intangibles, hermosas y puras como sílfideso willes.
Esta dualidad de “mundos” en una misma obra aportó gran enriquecimiento
coreográfico al exigirle a un mismo artista en una misma noche, dos actuaciones
completamente diferentes. Un primer acto con una danza con acento abajo, a tierra,
interpretando un ser humano, y un segundo con pasos de elevación, aérea, siendo una
especia de fantasma.
Estos segundos actos fueron favorecidos por otros dos grandes aportes del ballet
romántico: su particular tutú y el uso de las zapatillas de puntas. El “tutú romántico”
que es usado hasta hoy en día y llevaban las sílfides y willis, significó una revolución
estética en el vestuario teatral. Elaborado con gasa y tul, permitió a las bailarinas un
movimiento más ligero, así como ofrecer la sensación de ser más livianas y etérea.
Sensación que se vio potenciada por el uso de las zapatillas de puntas, que si bien son
un invento anterior, en estas obras lograban ser el resultado perfecto de la búsqueda
de la levedad.
Entre otros espectáculos podemos encontrar a “La hija del Faraón” estrenada en 1862,
“Don Qujote” en 1871, “La Bella Durmiente” en 1890, “El Cascanueces” en 1845, “El
lago de los Cisnes” una de las realizaciones más perfectas del siglo XIX y que aunara
una coreografía y música magistral presentada en 1877, entre otros en los cuales
intervino en ellos Marius Petipa.
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transformándola en una de las bailarinas mejor dotadas y más originales de la época. A
la edad de ocho años, fue enviada a París donde estudió con Coulon y, en 1822, debutó
con gran éxito en el teatro Kaernther Thor de Viena. A partir de entonces realizó giras
por Italia y Alemania, trabando amistad con príncipes y reyes. De regreso en Francia
fue contratada por la Opera de París y se hizo famosa después de su actuación en el
ballet "LaSilphide" estrenado el 12 de Marzo de 1832 y que fuera creado por su padre
para ella. "LaSilphide" fue todo un suceso, inauguró la época romántica del ballet y se
hizo tan popular que incluso influyó en la moda, puesto que el "talle de sílfide" pasó a
ser el ideal femenino. La fama de María Taglioni se extendió pronto por toda Europa y
fue considerada la reina absoluta del ballet romántico. El traje que usaba era
representante de este nuevo tipo de ballet: corpiño ajustado, con gran escote que
dejaba lucir los hombros, y falda de gas a acampanada a media pierna. Europa se
"taglionizó" con sílfides, espectros y personajes inmateriales preocupando a todas las
bailarinas que trataron de imitarla. Durante esa época fue tan obsesiva la idea de la
nueva belleza femenina, que los varones quedaron limitados a la tarea poco lucida de
acompañar y sostener a la bailarina. María Taglioni se casó en París con el conde
Gilbert de Voisins, de quien se divorció en 1835 y pasó cuatro años en Rusia donde
tuvo una gran aceptación. Su contrato fue renovado varias veces, debiendo
presentarse más de doscientas veces ante el público. Así, por ejemplo, luego de su
actuación en San Petersburgo, debió salir a saludar dieciocho veces. Bailó "La
Bayadera", "Guillermo Tell", "La Bella Durmiente", "La Gitane", "La fille delDanube", "El
Corsario" y creó varias coreografías que hoy se han perdido.En Milán las dos orquestas
de la Scalla fueron a dar un concierto frente a su hotel e hicieron gravar una medalla
con su efigie. En 1845 llegó a la cumbre del éxito al interpretar en Londres, para la
reina Victoria, el "Grand Pas de Quatre" junto a las bailarinas más famosas de su
tiempo. En 1847 se retiró del ballet, tenía cuarenta y tres años, estaba
económicamente arruinada, por lo que, para poder vivir se vio obligada a dar clases de
baile en Londres y París. Su mejor alumna fue Emma Livry quien murió quemada a
causa de un accidente ocurrido durante un ensayo cuando, al acercarse mucho a las
candilejas, las gasas de sus enaguas se prendieron fuego. Esta desgracia deprimió a
María que se retiró a Marsella donde murió el 27de Abril de 1884 a la edad de ochenta
años. El arte del ballet le debe mucho a María Taglioni, puesto que dejó una herencia
artística muy grande. Con ella desaparecieron los últimos artificios y amaneramientos
del ballet del siglo XVIII y fue ella quien introdujo el uso general de las puntas en el
ballet, siendo este un acontecimiento de vastas consecuencias para la técnica de ese
arte.
Fanny Elssler (1810-1884):
Fanny Elssler nació en Viena, Austria, en 1810. Era hija de un humilde copista de
música, Florian Elssler y de Teresa Prinster, modista célebre por su belleza. Cuando
apenas contaba con siete años de edad, el gran maestro de baile Aumer, advirtió sus
dotes precoces y se interesó inmediatamente por ella. Más tarde, fue contratada para
actuar en Italia donde se perfeccionó. De 1827 a 1833 bailó en Viena, luego en Londres
y, en 1836, se presentó en la Operade París donde tuvo un extraordinario éxito por su
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representación en "El Diablo Cojo" ("LeDiable Boiteaux") donde apareció caracterizada
de española bailando, tocando las castañuelas y haciendo gestos seductores. Fanny
Elssler interrumpió triunfalmente el mundo poético presidido por María Taglioni.
Como contraste absoluto frente a las sílfides y almas en pena que bailan sobre la punta
de los pies, Elssler aportó un dinamismo arrollador y apasionado. El alma del
espectador que recibía Taglioni las caricias de una suave brisa, se veía en peligro de ser
consumido por la exuberancia de vida y fuego interior de Fanny Elssler. Fue una
bailarina clásica como Taglioni pero sus mejores papeles había que buscarlos en ballets
como "El diablo cojo", "La gitana" y "La tarántula" (1839), donde tenía mejores
oportunidades para desplegar su talento apasionado y sensual. Realizó giras por
Europa, Rusia y América. En 1840 viajó a los Estados Unidos y el entusiasmo de los
norteamericanos se desbordó. En Washington el Congreso suspendió sus sesiones el
día de su presentación y un grupo de senadores tiró del carruaje que la trasladaba
mientras la multitud los seguía eufórica. Pusieron sus nombre a barcos, medias, ligas,
chales, sombrillas, abanicos, pomadas para calzado, cremas de afeitar y marcas de
champagne. En La Habana (Cuba), un admirador le regaló una caja de cigarros de oro.
El ballet se había convertido en una manía. Fanny Elssler se retiró del teatro en 1851 y
murió en Viena en 1884
Bibliografía.
Lázaro, José Alemany - HISTORIA DE LA DANZA II La danza moderna hasta la Segunda
Guerra Mundial - PILES, Editorial de Música S. A. - 2ª Impresión: julio de 2013.
Ballet Romántico – Surgimiento por Lucía Chilibroste -
http://www.orpheohotel.com/es/ballet-romantico-surgimiento/
Naranjo, Maria - BALLET HISTORY - 2010. - https://www.contemporary-
dance.org/historia-del-ballet.html
Mujeres-diosas: las bailarinas románticas- https://www.danzaballet.com/mujeres-
diosas-las-bailarinas-romanticas/