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De la teoría de género o ¿del renacer de los grandes relatos?

Bosquejo de Ensayo
I
A partir de los años setenta, y tras los acontecimientos de carácter social, cultural y político
que tuvieron lugar en la década anterior, empiezan a aparecer una conjunto de desarrollos
teóricos que no sólo marcarán los grandes debates filosóficos, si no también en teoría
literaria, política, etc. del último tercio del siglo XX. Y, por último, además, esbozan las
principales líneas a seguir durante esta primera década y media larga del siglo XXI.

En 1979 Jean-François Lyotard publica ​La condition postmoderne: rapport sur le savoir1,
obra que se suele tomar como pistoletazo de salida de lo que será “el debate de la
postmodernidad”. En esa obra aparecen, así mismo, expresiones como “fin de los grandes
relatos”, “muerte de los grandes relatos”, etc., que darán lugar a la configuración y
constitución del tópico “muerte de los grandes relatos”. En 1983 Gianni Vattimo y Pier Aldo
Rovatti publican ​Il pensiero debile2. Esta obra dará lugar a una segunda línea de debates que
darán lugar a la constitución de un segundo tópico “la razón débil”, “ la razón postmoderna”.
Aún habría un grupo amplio de autores, obras, líneas de debates que citar, mas no
pretendemos agotar el marco constituyente, sino tan solo dejar esbozada la entrada.

Por tanto, llegados al cambio de siglo cabe afirmar que la afirmación de la “muerte de los
grandes relatos” constituía un lugar común no exento de polémica, pero bastante sólidamente
asentado y aceptado.
Con este tópico se pretendía afirmar que el sentido de lo real, del devenir cotidiano, sus
acontecimientos, tensiones, conflictos, etc. no podían ser recogidos, es decir, descritos y
explicados por un único cuerpo teórico que diese como respuesta “el sentido de lo que está
pasando: por qué, para qué, hacia dónde, etc.” De modo que había que afrontar la realidad, el
día a día, sin una estructura teórica, explicativa, comprensiva y predictiva.
Lógicamente, esta carencia no significaba la desaparición de los conflictos sociales, políticos,
culturales, etc.. Sencillamente nos abocaba a un presente abierto y plural desde el punto de
vista de las herramientas teóricas con las que elaborar discursos, narrativas, etc. que dotasen
de sentido y dirección las distintas líneas de acción que en cada situación estuviesen dadas.

II
Dicho lo anterior, cabe afirmar que los inicios del siglo XXI, desde la perspectiva de las
herramientas teóricas ligadas a las polémicas, tensiones, etc. políticas, sociales, culturales,
etc. se asumía: la ausencia de grandes relatos, y la concepción de la razón, discursividad
humana, como debil y plural.

1
.- Lyotard, Jean-François, ​La condición postmoderna 4ª ed,​ Ed. Cátedra, Col Teorema, Madrid 2006
2
.- Vattimo, Gianni y Rovatti, ​El pensamiento debil,​ Ed. Cátedra, Col. Teorema, Madrid 1995
Ahora bien, el acontecer social, político y cultural venía caracterizado por una serie de
conflictos, polémicas iniciadas en la década de los 60 que ampliaban y ahondaban conflictos
y tensiones precedentes.
Así, tenemos los conflictos ligados al problema del racismo: cuyo punto álgido aconteció en
EE.UU. entre el éxito: ley de los derechos civiles, fracaso: asesinatos de Luther King,
Convención del partidos Demócrata en 1968 en Chicago, y la posterior radicalización del ya
entonces autodenominado movimiento afroamericano: panteras negras, etc; al movimiento
feminista: que retoma, relanza y amplía las luchas de las sufragistas, incorporando nuevas
cuestiones: aborto, anticonceptivos, etc. y que se configurará como “movimiento feminista”.
Otros conflictos, sin pretender agotar la lista, serían el cristaliza en torno al “movimiento
pacifista”, o el que tiene lugar en torno al “movimiento ecologista”
Es decir, a lo largo de la primera década del siglo XXI están dados un conjunto de tensiones,
polémicas que se articulan y, al mismo tiempo, articulan una serie de narrativas, desarrollos
teóricos, en torno a una tópica: “movimiento feminista”, “movimiento ecologista”,
“movimiento pacifista”, etc.

Cada uno de esos topoi sociales, culturales remiten, se remiten no solo a conflictos políticos,
sino, también, a instituciones culturales: universidades, revistas, libros, etc. De entre todos
ellos y entre ellos van teniendo lugar cruces y cristalizaciones teóricas y narrativas entre las
que empieza a destacar una: “la teoría de género”.
No es este el lugar para un estudio más detenido del proceso de cristalización, de la symploké
social, cultural, etc. que da lugar a que todas esa trayectorias, cursos operatorios sean
tematizados, tematizen el topos “teoría de género”.
Lo que no es discutible es su pregnancia, su éxito social, político y cultural. En España un
botón de muestra podría ser que instituciones como el Consejo General de la Abogacía edite
textos como este, Enfoque de Género en la actuación letrada. Guía práctica para la
abogacía3.

III

Habría, pues, que preguntarse ¿es la teoría de género el contrafáctico de la muerte de los
grandes relatos que diagnosticó Lyotard? ¿cabría, por tanto, afirmar que si lo fuese, es porque
cumple satisfactoriamente las funciones que asignaba Lyotard a los grandes relatos, y que
consideraba no podían ser satisfechas?

Tales preguntas obligan a un estudio que en extensión y detalle exceden el espacio de un


ensayo en bosquejo ​como el presente. Mas si cabe presentar un par de situaciones que
indiquen el tipo de líneas, análisis y reflexiones que podrían dar respuesta a dichas
preguntas. Situaciones como las habidas recientemente con el conocido como “juicio de la
manada”, o más recientemente el asesinato de Laura Luelmo muestran la pregnancia de la

3
.- Véase en
https://www.abogacia.es/wp-content/uploads/2017/12/GUIA-ENFOQUE-DE-GENERO-3.pdf
Teoría de Género como horizonte hermenéutico y epistemológico de sentido a la hora de
entender y dar respuesta a las tensiones, polémicas, frustraciones, anhelos, etc. que esta clase
de eventualidades provocan.
Ahora bien, ¿las respuestas proyectivas, preventivas, etc. que la Teoría de Género genera
herramientas preventivas eficientes? Creo que artículos como este aparecido en ​El Periódico
de Ibiza​: ​Llámenlo feminicidio4 E​ videncian la función de metarelato, de gran relato, de la
Teoría de Género, si bien ante la herramienta preventiva que proporciona - según el autor del
texto - “​la categoría ​Feminicidio​” ¿qué valor añadido disuasorio aporta? Pensemos que el
detenido e imputado por tal asesinato es un varón heterosexual, por lo que ¿cabría esperar que
su orientación afectivosexual se orientase a secuestrar a un varón para satisfacerla? por tanto
¿si satisfecho de modo tan traumático y doloroso su heterosexualidad, cabría esperar que la
dejase en libertad? En esa medida, lo que desvela el asesinato de Laura es que la conducta del
imputado es la propia de quien satisface de forma inaceptable la satisfacción de su
orientación afectivosexual. Y cabría preguntarse, si un varón homosexual raptase a otro varón
y tras satisfacer su deseo, actuase de igual forma que en este caso ¿habría que demandar que
tal conducta dejase de ser categorizada como asesinato y pasase a tipificarse como
“​varonicidio​”?
Por ahí, pienso cabría desarrollar líneas que mostrasen:
(i) ¿Qué la Teoría de Género, como metarelato, o gran relato, fracasa igual que los
precedentes analizados por Lyotard?
(ii) ¿Qué la Teoría de Género - como otras previas a ella: la doctrina liberal al desvelar la
problemática de la libertad política a finales del XVIII y principios del XIX; o la doctrina
marxista al desvelar la problemática de la injusticia social de la economía de mercado a
finales del XIX; etc. - ha desvelado la problemática de la injusticia social, política, cultural,
etc. que las mujeres vivían en el estado del bienestar a partir del último tercio del siglo XX?
(iii) Y ¿Que Kant tendría razón, frente a Lyotard al desvelar, al final de la ​Crítica de la Razón
Pura que la razón humana no puede dejar de generar totalizaciones insostenibles, pero que
necesita para culminar su proceso de articular sentido ante lo acontecido, de modo que
“Género” hoy sería una Idea Metafísica, similar a aquellas que él criticó en la referida obra?

Estas preguntas, al menos mostrarían, en la medida en que tiene sentido su formulación que
el anhelo de los grandes relatos, como el de ​LaTeoría de Género,​ constituyen máquina de
desvelamiento inevitables y necesarias. Mas, en tanto que tales, fracasan por cuanto en su
pretensión totalizadora evidencia un creciente e inevitable desajuste con los azares,
eventualidades, etc. que acontecen. Lo que plantea una última cuestión, siendo innegable lo
desvelado, como el inevitable y progresivo desajusta ?qué toca pensar, qué tocar hacer? Ese
es el reto ante el que nos encontramos.

4
.- Vésae
https://www.periodicodeibiza.es/opinion/opinion/2018/12/24/1047079/llamenlo-feminicidio.html

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