Professional Documents
Culture Documents
Ventajas Inconvenientes
In situ Ex situ
Es una técnica sencilla con capacidad para tratar grandes volúmenes de suelo con
una alteración mecánica mínima del suelo.
El aire que se inyecta en el terreno puede calentarse para acelerar el proceso. El suelo
caliente ayuda a que las sustancias químicas se evaporen con mayor rapidez.
Además, se pueden bombear otras fuentes de calor, como el vapor de agua o el agua
caliente, por el pozo de inyección para calentar el suelo.
Duración:
Corto tiempo de ejecución (semanas/años).
Coste:
De muy bajo coste, de 10-50 €/m3, pero variable según tipo de contaminación,
extensión y concentración.
Se aplica in situ a la zona saturada del suelo y a las aguas subterráneas, aunque
algunos contaminantes adsorbidos en la zona no saturada pueden ser a su vez
tratados mediante esta técnica.
Para facilitar el movimiento del aire inyectado, el suelo debe ser suficientemente
permeable y poco humectado y presenta el inconveniente de su elevado consumo
energético.
Duración:
2-4 para alcanzar un 85% de limpieza.
Coste:
De 12-25 €/m3,
Esta técnica separa los COV del agua subterránea en forma de vapor pero, a
diferencia de la extracción de vapores del suelo, en los pozos de recirculación todo
este proceso se lleva a cabo en la zona saturada. Así, esta técnica se fundamenta en
la creación de células de recirculación del agua subterránea en el interior y en los
alrededores del pozo. El aire inyectado a presión dentro del pozo empuja al agua hacia
arriba, disminuyendo su densidad (al disolverse en el agua), y favoreciendo la
volatilización de los compuestos orgánicos que se captan en la parte superior del
pozo, mientras que el agua torna a circular hacia abajo por gravedad, y vuelve a ser
captada por el pozo. El aire contaminado se extrae del pozo con bombas de vacío y se
trata en superficie, generalmente con filtros de carbón activo.
Coste:
Varía mucho en función de la metodología específica que se aplica.
Figura 5. Esquema
de un tratamiento de
pump & treat (U.S.
EPA, 2001)
Duración:
Es un proceso relativamente lento. En general, dura entre cinco y diez años como
mínimo, pero puede llegar a décadas. El tiempo que tarda depende de:
Costes:
Los costes de esta tecnología son variables en función de los equipos que haya que
instalar en cada caso específico, si sólo se lleva a cabo extracción de agua o hay que
reinflitrarla.
Esta técnica es una variante del pump & treat. Al agua inyectada se le pueden añadir
compuestos químicos que favorezcan la desorción de los contaminantes del suelo y
aumentar el rendimiento de la extracción. Así, los contaminantes son extraídos del
suelo haciendo pasar agua u otras soluciones acuosas a través del mismo mediante
un sistema de inyección o infiltración. El agua subterránea y los fluidos extractantes se
capturan y bombean a la superficie utilizando pozos de extracción, donde son tratados
y, en ocasiones, reciclados.
Duración:
Entre 4 y 9 meses, dependiendo de:
Costes:
Variables, en función del tipo de equipamiento y del contaminante.
Duración:
Prolongada en el tiempo, años
Costes:
Ö Costes sistema bombeo: 375 -500 €/semana por filtro
Ö Tratamiento posterior hidrocarburo: 150-250 €/m3
Ö Excavación de zanjas: 2 – 2.5 €/m3
Existen contaminantes que son más densos que el agua, y en vez de formar un
sobrenadante encima del nivel freático, se acumulan en la parte inferior del acuífero,
en la zona de contacto con los materiales menos permeables subyacentes. Es el caso
de los disolventes clorados, algunos PCBs, fenantreno y naftaleno. Estas sustancias
son poco solubles y difíciles de degradar, pueden generar plumas de contaminación
que ocupan grandes volúmenes.
Este bombeo de compuestos más densos que el agua hace que el gasto energético
sea importante.
A menudo, los bombeos de doble o triple fase se combinan con la aplicación de otras
tecnologías como biorremediación, air sparging o bioventing.
Duración:
Se trata de una técnica lenta, que se aplica a grandes vertidos
Costes:
Los costes típicos para una actuación de estas características pueden oscilar entre
100.000 y 500.000 €/un emplazamiento de varios pozos.
1.9.- Electromigración
Es una técnica aplicada in situ basada en establecer una corriente de baja intensidad
en el suelo entre electrodos instalados en el mismo, estimulando la movilización de
agua y de los compuestos iónicos e ionizables.
Así, los aniones se mueven hacia el electrodo positivo y los cationes hacia el negativo.
Los protones generados en el ánodo por oxidación del agua se mueven hacia el
cátodo, con lo que se crea un frente ácido, que favorece la desorción de los cationes
del suelo, y solubiliza los contaminantes precipitados en forma de carbonato,
hidróxido, etc. Por otra parte, los iones hidroxilo generados en el cátodo por la
reducción del agua hacen que precipiten los metales.
Entre sus ventajas, se puede incluir un consumo energético bajo, el control sobre la
dirección del flujo del agua y los contaminantes disueltos, y la acumulación de éstos en
los electrodos, para ser eliminados (redisolviéndolos por inversión de la polaridad de
los electrodos durante pequeños intervalos de tiempo o utilizando resinas de
intercambio iónico).
Duración:
En función de los objetivos de descontaminación y de las concentraciones de partida,
oscilan entre pocas semanas y varios meses
Costes:
75 – 325 €/m3 de suelo.
Funcionan mejor en sitios de suelos arenosos poco compactos con flujo sostenido de
aguas subterráneas, y siempre a profundidades menores de 15 metros. Además,
tienen un nulo consumo energético y permiten la posibilidad de hacer operaciones de
mantenimiento mientras sigue funcionando.
Duración:
Las pantallas pueden durar de seis meses a un año sin mantenimiento, aunque el
medio hay que ir renovándolo porque la precipitación de los metales o la actividad
biológica pueden limitar la permeabilidad.
Costes:
Hay que eliminar pocos desechos soterrándolos en vertederos, con lo que se ahorra
dinero. No hay piezas que se rompan ni equipamiento sobre la superficie. No se
incurre en costos energéticos, ya que funcionan con el flujo natural de las aguas
subterráneas.
Este tratamiento es un 50% más barato que cualquier otro que suponga bombeo del
agua subterránea.
Figura 12. Esquema del proceso de lavado del suelo ex situ (Kaifer y cols., 2004c)
Con COVs y sustancias altamente volátiles, se pueden llegar a rendimientos del 100%.
En los PAHs (hidrocarburos aromáticos policíclicos) un 98%, y en metales pesados
hasta un 90%.
Para conocer la viabilidad de esta técnica hay que conocer los siguientes parámetros
del suelo que se quiera tratar:
Ö Tipo de suelo.
Ö Granulometría.
Ö Humedad.
Ö Contenido de materia orgánica.
Ö Capacidad de intercambio iónico.
Ö pH.
Ö Capacidad tampón.
Ö El contenido de partículas finas debe ser limitado, porque son muy difíciles de
eliminar los contaminantes adsorbidos. El porcentaje de finos no debe ser de
más de un 20 -30 %. En resumen, los contaminantes orgánicos son
fuertemente adsorbidos por las arcillas, por lo que resultan difíciles de eliminar.
Duración:
Desde unas semanas hasta varios meses
Costes:
La planta de lavado se suelos tiene una inversión de 10-40 €/ tonelada de capacidad
anual de tratamiento. Los costes del tratamiento dependen de la composición del
suelo, tipo de contaminación y del objetivo de descontaminación. El precio habitual es
de 45 -100€/m3, aunque este precio puede llegar a 200 -300 €/m3 para suelos con
mucha arcilla.
Los factores que suponen una limitación para esta técnica son:
Ö Granulometría.
Ö Humedad.
Ö Contenido de materia orgánica.
Ö Capacidad de intercambio iónico.
Ö pH.
Ö Concentraciones metales y compuestos volátiles.
Duración:
Por lo general, un año
Coste:
El coste puede variar entre los 120 y 475 €/ tonelada, normalmente en un rango de
120 – 250 €/ tonelada
Extracción de vapores del suelo In situ Compuestos orgánicos volátiles y semivolátiles, combustibles,
(SVE) metales, PCBs, hidrocarburos aromáticos policíclicos, disolventes
halogenados y clorados, etc.
Inyección de aire comprimido In situ Solventes clorados, sustancias volátiles y semivolátiles ligeras
como xileno, benceno, tolueno, tetracloruro de carbono,
tricloroetano, cloruro de metilo, etc.
Extracción de fases densas o In situ Disolventes clorados, algunos PCBs, fenantreno, naftaleno y los
pesadas fenoles
Bombeo de doble o triple fase In situ Productos derivados del petróleo o con disolventes inmiscibles
con agua
Lavado de suelos ex situ Ex situ PCBs, COVs, disolventes halogenados, hidrocarburos derivados
del petróleo y compuestos organometálicos
Extracción con disolventes Ex situ COVs, hidrocarburos derivados del petróleo, PCBs, disolventes
halogenados, compuestos organometálicos
Esta técnica in situ utiliza la capacidad de la microflora bacteriana para biodegradar los
compuestos orgánicos adsorbidos en la zona no saturada del suelo. Consiste en la
inyección a través de pozos de aire (u oxígeno) y, si es necesario, también de
nutrientes para estimular la biodegradación microbiana (figura 13).
El bioventing es una técnica parecida a la extracción de vapores del suelo, pero en vez
de estimular la evaporación de contaminantes (es más, es una técnica que intenta
evitarlo en la medida de lo posible), estimula la biodegradación de los mismos.
Figura 14. Proceso de bioventing con pozos horizontales y verticales (Ortiz y cols, 2007)
Para que esta técnica resulte eficaz es necesario que el suelo posea la cantidad
suficiente de nitrógeno, fósforo y potasio y que esté colonizado por microorganismos
adaptados a la contaminación presente.
Pero esta técnica también plantea una serie de inconvenientes, tales como:
Duración:
Técnica a medio – largo plazo (meses – años).
Costes:
El coste de esta técnica está entre los 8 y los 55 €/ m3 suelo, aunque esto depende de:
2.2.- Biosparging
Si en vez de inyectar aire se inyecta otro gas (por ejemplo oxígeno puro, metano,
ozono, nitrógeno puro u óxidos de nitrógeno) se puede incrementar la tasa de
biodegradación de los compuestos volátiles, o bien alterar las condiciones en las que
se produce la biodegradación, como en el caso del metano, que favorece el
cometabolismo de los compuestos orgánicos clorados.
Figura 15. Proceso de biosparging simultáneo a la extracción de vapores del suelo (U.S.
EPA, 1994).
Se utiliza eliminar:
Ö Hidrocarburos derivados del petróleo con cadena inferior a 12C.
Ö Disolventes no clorados.
Ö Hidrocarburos aromáticos ligeros de 2 anillos.
Ö Compuestos organoclorados volátiles.
Duración:
Es un procedimiento largo, que puede durar dos años.
Costes:
El coste puede variar entre los 10 a 35 €/m3, sin contar el tratamiento del aire extraído.
Los procesos de biodegradación son más lentos cuantos más carbonos tengan los
contaminantes, por lo que no se aplica a derivados del petróleo de más de 25C.
Duración:
Larga, normalmente de años.
Costes:
Entre 25 y 80 €/ m3 suelo, en función de:
2.4.- Biopilas
Se suele aplicar a suelos granulares de todo tipo, aunque los de textura arcillosa son
más difíciles de tratar. Para garantizar la aireación, se recomienda una porosidad
superior a 25%.
En suelos adecuados, los hidrocarburos ligeros se eliminan casi al 100%, mientras que
para fracciones medias se llega al 95 - 97%, mientras que las facciones pesadas no
supera el 80 - 90 %
Duración:
Para contaminantes habituales, la duración es de entre 4 y 12 semanas (hasta 20 en
ciertos casos)
Costes:
100– 200 €/ m3 suelo.
2.5.- Landfarming
Es el método más antiguo aplicado a los suelos contaminados una vez excavados.
Consiste en arar el suelo contaminado para airear y mezclar los contaminantes con los
microorganismos capaces de realizar su biodegradación.
El proceso de landfarming necesita que el suelo esté bien mezclado para aumentar la
superficie de contacto entre los compuestos orgánicos y los microorganismos; y que
tenga suficiente oxígeno para que se produzca la biodegradación aeróbica. Puede
añadirse, además, nuevos aportes de suelo contaminado para proseguir con la
biodegradación.
Duración:
De medio a largo plazo (meses – años)
Costes:
115 €/ m3 suelo
Bioventilación o bioventing In situ Hidrocarburos del petróleo de peso mediano, explosivos (DDT,
DNT)
Biosparging In situ Hidrocarburos derivados del petróleo con cadena inferior a 12C,
disolventes no clorados, hidrocarburos aromáticos ligeros de 2
anillos, compuestos organoclorados volátiles
Es una tecnología ex situ basada en el calentamiento del suelo contaminado hasta una
temperatura de unos 600ºC, en presencia de poco oxígeno, de forma que los
contaminantes con puntos de ebullición bajo-medios se volatilicen, pasando a una
corriente gaseosa que se trata posteriormente. Las temperaturas empleadas son
suficientes para volatilizar contaminantes orgánicos pero no para oxidarlos.
Figura 3. Esquema general del proceso de desorción térmica (U.S. EPA, 2001)
El calentamiento del suelo se realiza en un desorbedor, que puede ser de dos tipos:
b) Los sistemas basados en tornillos sin fin transportan los suelos a través de un
canal cerrado, calentándose mediante intercambiadores de calor de vapor o
aceite.
Los suelos más adecuados son los que tienen una proporción de arcilla baja (hasta un
30%) y hasta un 2% de sustancias húmicas.
Duración:
En sitios pequeños, la descontaminación puede realizarse en sólo unas semanas en si
el sitio es grande y los niveles de sustancias químicas elevados, la descontaminación
puede demorar años. En cualquier caso, el tiempo que tarda en completarse depende
de la cantidad de suelo contaminado, las condiciones del suelo, y el tipo y cantidad de
contaminantes.
Costes:
El coste puede variar entre los 60 y 350 €/m3 de suelo, siendo lo más habitual de 60 a
150 €/m3 de suelo.
3.2.- Incineración
Es una técnica ex situ (pudiéndose aplicar on site y off site) mediante la cual los
contaminantes son destruidos a elevadas temperaturas (785 – 1000 ºC), para
volatilizar y oxidar los compuestos orgánicos y halogenados que contiene en presencia
de oxígeno. Generalmente se utilizan combustibles para iniciar el proceso de
combustión. Las eficiencias de la eliminación y destrucción de los incineradores
operados adecuadamente exceden el 99.99% (con PCBs y dioxinas llega al
99.9999%). Sin embargo, los gases de combustión generalmente requieren de
tratamiento.
Figura 21.
Esquema del
proceso de
incineración
de suelos
(Kaifer y
cols., 2004c)
b) Horno de lecho fluidizado: utiliza aire a alta velocidad para hacer circular y
poner en suspensión las partículas del suelo. Opera a una temperatura máxima
de 870º C.
c) Horno de combustión por infrarrojos: utiliza unos electrodos para calentar los
suelos por a una temperatura de hasta 1010º C.
El tamaño de las partículas del suelo a incinerar también es limitado, por lo que es
habitual hacer un tratamiento previo al suelo que permita separar las impurezas y
gruesos (partículas mayores de 50 mm, aproximadamente).
o Sólidos
Cenizas con metales pesados, que conservan la toxicidad y hay
que estabilizarlos/ solidificarlos antes de almacenarlos en el
vertedero.
Duración:
En general, es una técnica muy rápida, y su duración depende de:
Los incineradores de mayor tamaño pueden limpiar hasta varios cientos de toneladas
de desechos por día.
Costes:
Los costes de esta técnica son de moderados a altos, aunque si el proceso es on site
se reducen sensiblemente los costes. En general, el precio se sitúa entre los 150 y
1800 €/m3 de suelo contaminado con compuestos organoclorados. Para dioxinas el
coste suele ser más alto (2700 - 5000 €/m3 de suelo).
Duración:
El tiempo que tarda un emplazamiento en descontaminarse con esta técnica depende
de diversos factores, tales como el tipo y cantidad de sustancias presentes; la
dimensión y profundidad de la contaminación, y del tipo de suelo y las condiciones
reinantes. La eliminación normalmente tarda años e incluso decenios.
Para que esta técnica sea realmente efectiva, hay que monitorizar constantemente su
evolución, para comprobar que los procesos naturales estén actuando, y así eliminar
riesgos para la salud humana y el medio ambiente.
4.2.- Bioslurping
Esta tecnología está constituida por equipamiento único d bombeo a vacío que extrae
la fase libre y el aire del suelo de manera conjunta. La bioventilación de la zona no
saturada se realiza reinfiltrando el gas que se extrae por el pozo de recuperación de
fase libre, de forma que se minimiza su emisión a la atmósfera. Cuando acaba el
proceso de bioslurping, el sistema se transforma de manera sencilla en un sistema de
bioventing tradicional, completando la biorrecuperación.
También, para que funcione de manera óptima, el suelo debe tener una humedad
adecuada, puesto que un contenido elevado de humedad dificulta la permeabilidad del
aire y disminuye su capacidad de transferir oxígeno, mientras que una humedad
escasa dificulta el desarrollo y la actividad de la microflora. Debe tener también una
temperatura no demasiado baja.
Duración:
En condiciones óptimas, de seis meses a dos años.
Costes:
Los costes son variables, pero suelen ser competitivos frente a tecnologías similares.
Es una técnica que utiliza la capacidad de ciertas especies vegetales para sobrevivir
en ambientes contaminados con metales pesados y sustancias orgánicas y a la vez
extraer, acumular, inmovilizar o transformar estos contaminantes del suelo.
Esta técnica puede aplicarse in situ o ex situ. Para que tenga éxito, hay que escoger
de manera precisa los dos factores principales que permiten mejorar las propiedades
del suelo y fomentar la supervivencia y el crecimiento de las plantas:
a) Fitoestabilización.
b) Fitoextracción.
c) Fitodegradación.
d) Fitovolatilización.
e) Rizofiltración.
4.3.1.- Fitoestabilización
Implica una mejora mecánica de las propiedades físicas del suelo y su protección
frente a la erosión y el transporte de contaminantes.
4.3.2.-Fitoextracción
No todos los metales son igualmente biodisponibles para las plantas. Iones como el
Cd, Ni, Zn, As, Se, Cu son altamente biodisponibles, el Co, Mn y Fe tienen
biodisponibilidad media. En el caso de los que tienen baja biodisponibilidad (Pb, Cr y
U), puede incrementarse ésta mediante la complejación de los metales con agentes
quelantes como el EDTA o el ácido ascórbico, pero se necesita un minucioso control
de lixiviados que aconseja el método de fitoextracción natural.
4.3.3.- Fitodegradacion
En el caso de que la degradación tenga lugar en las raíces de las plantas (proceso que
se denomina Rizodegradación o Rizorrecuperación), la población microbiana radicular
también contribuye a la degradación. Las raíces liberan compuestos químicos que
proporcionan nutrientes a los microorganismos que tienen asociados, como bacterias,
levaduras y hongos, estimulando su actividad biológica. La rizorrecuperación se ha
empleado en la degradación de herbicidas y pesticidas TCE, PCBs y otros
compuestos orgánicos tóxicos.
4.3.4.- Fitovolatilización
4.3.5.- Rizofiltración
Esta técnica, de aplicación ex situ (puede ser realizado on site y off site) consiste en la
inmovilización de los contaminantes (sobre todo inorgánicos, especialmente metales
pesados) previniendo la migración de éstos hacia el entorno circundante bien sea
cambiando su estado químico o aislándolos físicamente dentro de una matriz estable
(figura 27):
b) Bituminizacion: los suelos (en forma de fango) se mezclan con asfalto caliente
dentro de un mezclador.
Como principales inconvenientes, cabe citar que tiene una eficiencia limitada en la
eliminación de compuestos orgánicos y pesticidas. Además, este tratamiento produce
un incremento significativo del volumen inicial del suelo (el incremento puede llegar a
ser del 50%), y no elimina el contaminante del suelo. Si el material resultante no se
puede reutilizar, hay que gestionarlo como residuo.
Duración:
De corto a medio plazo
Costes:
70 – 225 € / m3 del suelo, sin costar los costes de vertedero.
Figura 28. Esquema del procedimiento de inyección de solidificantes (U.S. EPA, 2003)
Duración:
De corto a medio plazo.
Costes:
Ö 90 – 200 € / m3 del suelo, para poca profundidad (1-2 m).
Ö 200 – 325 € / m3 del suelo para mayores profundidades.
5.3.- Vitrificación
Esta técnica, de aplicación tanto in situ como ex situ, consiste en calentar el suelo a
más de 1200º C, lo que produce la fusión de éste junto a los contaminantes. Se
produce una destrucción total del suelo, y como resultado se obtiene un residuo vítreo.
El material vitrificado es muy estable a los agentes químicos y sus lixiviados son
mínimos
Los contaminantes inorgánicos y los minerales del suelo forman una masa vitrificada,
mientras que la materia orgánica y ciertos productos residuales generados por pirólisis
se recogen en una cubierta conectada a un sistema de tratamiento de gases. La
vitrificación se aplica desde la superficie hacia las zonas más profundas del suelo.
Una vez el material se ha fundido, se corta la corriente eléctrica y el fundido solidifica
formando un bloque monolítico. Entonces los electrodos se hunden más en el terreno,
repitiéndose este proceso hasta que toda la masa de suelo contaminado esté
vitrificada. Se necesitan 0,7 a 1,1 kWh/Kg. de suelo para aplicar esta técnica. Al
enfriarse y solidificar la masa vítrea, se produce un hundimiento y hay que rellenarlo
con suelo limpio.
Fig. 30. Disminución del volumen del suelo después de la vitrificación (U.S.EPA, 2003)
Para que la vitrificación in situ sea eficaz, el suelo debe tener una cantidad suficiente
de sílice para poder vitrificar, y óxidos alcalinos de sodio, litio y potasio que lo
estabilicen. Por otra parte, el suelo debe tener una cantidad baja de limos y arcillas,
porque estos materiales pueden dificultar la liberación de agua durante el tratamiento.
La elevada macroporosidad del terreno influye negativamente en el tratamiento in situ,
de forma que si se quiere aplicar esta tecnología a un suelo con gran cantidad de
macroporos hay que compactarlo primero.
Figura 31. Esquema de un proceso de vitrificación ex situ y off site (Kaifer y cols., 2004c)
Esta técnica está especialmente indicada para tratar contaminaciones poco profundas
y a gran escala; y se consigue una eliminación casi total de los compuestos orgánicos
(>99% para PCBs y COV) y una inmovilización de los inorgánicos (70 -99%).
Duración:
Es una técnica rápida.
Costes:
In situ: 650 – 900 € / m3 del suelo,
Ex situ: 500 – 1000 € / m3
Vitrificación In situ Contaminantes inorgánicos (principalmente Hg, Pb, Cd, As, Ba, Cr
Ex situ y cianuros) y algunos orgánicos
Duración:
Es un procedimiento muy corto.
Costes:
Suele ser más alto que el de otras tecnologías de contención, debido a la complejidad
de los trabajos.
Para que esta técnica funcione de manera correcta, es necesario que el material de
sellado no esté secándose y humedeciéndose constantemente, porque estos cambios
pueden deteriorarlo. En
caso de que se sospeche
que pueda haber riesgo
de dispersión lateral de la
contaminación a través de
la fase gaseosa del suelo,
hay que emplearla en
combinación con un
sistema de contención
lateral y de captación de
contaminantes volátiles. Figura 36. Esquema del procedimiento de sellado superficial
del suelo (U.S. EPA, 2003)
A menudo se utiliza junto con sistemas de pump & treat. En estos casos el pump &
treat limpia el agua subterránea contaminada, mientras que la cubierta impide que los
materiales contaminados alcancen el agua subterránea.
Duración:
La construcción de una cubierta puede necesitas días o semanas. El tiempo depende
de varios factores:
Las cubiertas pueden resultar eficaces durante muchos años siempre que se
mantengan correctamente.
Costes:
Entre 574 y 800 €/hectárea.
Es una técnica in situ que consiste en modificar la estructura del suelo con el fin de
disminuir su permeabilidad, limitando las posibilidades de dispersión del contaminante
en profundidad. La profundidad máxima es de 20 metros el caso de sellados
permanentes y en sellados temporales los 30 m.
Es una técnica aplicable tanto a la zona saturada como a la no saturada del suelo. En
la zona saturada, es necesario rebajar el nivel freático temporal o permanentemente,
para evitar la migración de los contaminantes, con lo que suele aplicarse en
conjunción con medidas de contención vertical.
Figura 39. Esquema del proceso de sellado profundo de suelos contaminados (Kaifer y
cols., 2004c)
Costes:
Depende de la profundidad del sellado, los materiales empleados y el tipo de suelo.
Por término medio, el coste es 75 – 120 €/m2 de superficie sellada (excluyendo la
movilización del equipo).
Como ventajas que plantea esta técnica, podemos mencionar su simplicidad, pues
sólo se necesita excavar y transportar el suelo y, además, es eficaz para cualquier tipo
de contaminante y suelo.
Costes:
Varía en función del tipo y cuantía de los contaminantes y de las características del
vertedero. Los costes son de 2 a 10 €/tonelada si es residuo no peligroso, y 30 – 40
€/tonelada si se considera peligroso.
Utiliza las técnicas de bombeo o inyección de agua para el control y/o la contención de
la pluma contaminante en las aguas subterráneas, y así evitar la contaminación y la
migración de la contaminación aguas abajo.
Figura 41. Esquema del funcionamiento de las barreras hidráulicas (Kaifer y cols., 2004c)
Para que esta técnica tenga éxito, hay que determinar de manera precisa en la etapa
de diseño el radio de influencia de cada pozo, ya que se debe asegurar el
solapamiento de los pozos, para que la barrera sea efectiva. En ocasiones, se utilizan
conjuntamente los sistemas pasivos de contención y las barreras hidráulicas.
Como inconvenientes de esta técnica, cabe citar que la extracción en profundidad del
agua puede provocar disminuciones del nivel freático. En algunos lugares, la pérdida
de humedad del suelo puede afectar a ecosistemas valiosos, efecto que se puede
mitigar mediante la reinfiltración de parte del agua extraída
Duración:
El tiempo que hay que invertir en esta técnica depende de:
Costes:
Los costes de esta tecnología son variables en función de los equipos que haya que
instalar en cada caso específico, si sólo se lleva a cabo extracción de agua o hay que
reinflitrarla