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Decreto 683/2018

DECTO-2018-683-APN-PTE - Modificación. Decreto N° 727/2006.

Ciudad de Buenos Aires, 23/07/2018

VISTO las Leyes Nros. 23.554, 24.059, 24.948 y 25.520 y los Decretos Nros. 727 del 12 de junio
de 2006 y 1691 del 22 de noviembre de 2006, y

CONSIDERANDO:

Que la Ley N° 23.554 de Defensa Nacional regula una obligación esencial e indelegable del
Estado, donde deben converger todos los esfuerzos necesarios para preservar los intereses
vitales de la República.

Que tanto el Sistema de Defensa como su Instrumento Militar se justifican a partir de la


existencia misma del Estado y no de la definición de determinado escenario temporal y sus
correspondientes amenazas, y que su esencia se relaciona con el eventual ejercicio del
monopolio de la fuerza para la resolución del conflicto en toda su gama, desde la crisis hasta la
guerra o el conflicto armado internacional, según lo disponga el PODER EJECUTIVO NACIONAL.

Que es responsabilidad política establecer los parámetros y criterios a tener en cuenta para la
misión, organización y funcionamiento del Sistema de Defensa en general y, en particular, de
las FUERZAS ARMADAS para que se constituyan en un instrumento de disuasión real, de
acuerdo con la percepción de amenazas a los intereses de la Nación y sus correspondientes
riesgos presentes y futuros.

Que la disuasión es una de las formas a través de las cuales actúa y se expresa la Defensa
Nacional.

Que la Ley de Defensa Nacional expresa claramente en su artículo 2° que aquella “...es la
integración y la acción coordinada de todas las fuerzas de la Nación para la solución de
aquellos conflictos que requieran el empleo de las Fuerzas Armadas, en forma disuasiva o
efectiva, para enfrentar las agresiones de origen externo”.

Que este tipo de agresiones no solo son de carácter estatal militar, sino que en ocasiones se
manifiestan de otras formas que, sin dejar de tener su origen en el exterior, se desarrollan en
nuestro territorio y/o tienen efectos en él, afectando intereses que la Defensa Nacional puede
y debe contribuir a preservar.

Que como consecuencia de la evolución del entorno de Seguridad y Defensa resulta necesario
establecer roles y funciones que deben asumir cada una de las instancias que la componen
para que contribuyan al eficiente uso de los recursos del ESTADO NACIONAL.

Que la Ley N° 24.948 establece como principio fundamental de la restructuración de las


FUERZAS ARMADAS la prioridad al accionar conjunto y a la integración operativa de las fuerzas,
así como con las fuerzas de seguridad en sus funciones de apoyo y con fuerzas del ámbito
regional y las de los países que integren contingentes de paz por mandato de las Naciones
Unidas.

Que la necesidad de modificar la reglamentación existente de la Ley de la Defensa Nacional


surge a las claras desde el mismo momento en que se observa que por un exceso
reglamentario al momento de la determinación de los pormenores y detalles necesarios para
la aplicación de la legislación existente, no resulta adecuado restringir las potencialidades para
la Defensa Nacional.

Que, no obstante ello, esto no implica clausurar los límites existentes entre los ámbitos
adjudicados por el ordenamiento jurídico a la competencia de la Defensa Nacional y a la
Seguridad Interior.

Que, en consecuencia, se trata de determinar las competencias de cada uno de esos sectores a
los efectos de asegurar la protección de la soberanía e independencia de la NACIÓN
ARGENTINA, su integridad territorial, sus recursos naturales, su capacidad de
autodeterminación y la protección de la vida, la libertad y los derechos humanos de sus
habitantes.

Que por tanto resulta menester entender como agresión de origen externo, en los términos
previstos por la Ley de Defensa Nacional, el uso de la fuerza armada contra la soberanía, la
integridad territorial o la independencia política de nuestro país, o en cualquier otra forma que
sea incompatible con la Carta de las Naciones Unidas.

Que sin perjuicio de ello, toda actuación de las FUERZAS ARMADAS, deberá ser efectuada de
conformidad a las previsiones de la Ley N° 23.554, con las limitaciones previstas en las Leyes N°
24.059 y N° 25.520.

Que, por otra parte, el artículo 31 de la Ley N° 23.554 establece que los integrantes del
Sistema de Defensa Nacional identificados en el artículo 9 inciso g) de la citada Ley,
desarrollarán el debido y permanente control y vigilancia de los objetivos estratégicos para la
Defensa Nacional.

Que, en virtud de las diversas modificaciones normativas, la GENDARMERÍA NACIONAL y la


PREFECTURA NAVAL ARGENTINA no dependen orgánica y funcionalmente del MINISTERIO DE
DEFENSA.

Que, en este marco, resulta necesario aclarar que la protección de aquellos objetivos
estratégicos para la defensa Nacional será llevada a cabo por los integrantes del Sistema de la
Defensa Nacional identificados en los incisos f) y g) del artículo 9° de la citada Ley N° 23.554.

Que, finalmente, como consecuencia de la presente reforma a la reglamentación existente de


la Ley de Defensa Nacional resulta menester derogar la Directiva Sobre Organización y
Funcionamiento de las Fuerzas Armadas aprobada por el Decreto N° 1691 del 22 de noviembre
de 2006.

Que han tomado la intervención de su competencia la DIRECCIÓN GENERAL DE ASUNTOS


JURÍDICOS del MINISTERIO DE DEFENSA y la DIRECCIÓN GENERAL DE ASUNTOS JURÍDICOS del
MINISTERIO DE SEGURIDAD.

Que la presente medida se dicta en uso de las facultades previstas en el artículo 99, inciso 2,
de la CONSTITUCIÓN NACIONAL.

Por ello,

EL PRESIDENTE DE LA NACIÓN ARGENTINA

DECRETA:

ARTÍCULO 1°.- Sustitúyese el artículo 1° del Decreto N° 727/06 por el siguiente:

“ARTÍCULO 1°.- Las Fuerzas Armadas, instrumento militar de la defensa nacional, serán
empleadas en forma disuasiva o efectiva ante agresiones de origen externo contra la
soberanía, la integridad territorial o la independencia política de la REPÚBLICA ARGENTINA; la
vida y la libertad de sus habitantes, o ante cualquier otra forma de agresión externa que sea
incompatible con la Carta de las Naciones Unidas.

El cumplimiento de esta misión primaria no afecta lo dispuesto en la Ley N° 24.059 de


Seguridad Interior y en la Ley Nº 24.948 de Reestructuración de las Fuerzas Armadas, en lo
concerniente a los escenarios en los que se prevé el empleo del instrumento militar y a las
disposiciones que definen el alcance de dicha intervención en Operaciones de Apoyo a la
Seguridad Interior.”

ARTÍCULO 2°. - Sustitúyese el artículo 3° del Decreto N° 727/06 por el siguiente:

“ARTÍCULO 3°.- Las Fuerzas Armadas enmarcarán su planeamiento y empleo en los siguientes
tipos de operaciones: Operaciones en Defensa de los intereses vitales de la Nación;
Operaciones dispuestas en el Marco de la ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS (O.N.U.)
u otros organismos internacionales; Operaciones encuadradas en la Ley N° 24.059 y
Operaciones en Apoyo a la Comunidad Nacional e Internacional. A tales efectos, ajustarán su
formulación doctrinaria, planificación y adiestramiento, en la previsión de las adquisiciones de
equipos y/o medios de conformidad a las previsiones de la Ley N° 23.554, con las limitaciones
previstas en las Leyes N° 24.059 y N° 25.520”.

En el caso de las misiones establecidas en la Ley N° 24.059, el MINISTERIO DE DEFENSA


considerará como criterio para las previsiones estratégicas, la organización, el equipamiento, la
doctrina y el adiestramiento de las FUERZAS ARMADAS, a la integración operativa de sus
funciones de apoyo logístico con las FUERZAS DE SEGURIDAD.”
ARTÍCULO 3°. - Sustitúyese el artículo 23 del Decreto N° 727/06 por el siguiente:

“ARTÍCULO 23.- El EJÉRCITO ARGENTINO, la ARMADA DE LA REPÚBLICA ARGENTINA y la


FUERZA AÉREA ARGENTINA conforman el Instrumento Militar de la Defensa Nacional; el cual
deberá concebirse como una única instancia integradora de las formas y modalidades de
acción propias de cada una de esas Fuerzas.

La misión primaria fundamental del Instrumento Militar consiste en asegurar la defensa


nacional ante situaciones de agresión externa.”

ARTÍCULO 4°. - Sustitúyese el artículo 24 del Decreto N° 727/06 por el siguiente:

“ARTÍCULO 24.- Las Fuerzas que conforman el Instrumento Militar tendrán por misión alistar,
adiestrar y sostener los medios puestos a su disposición, como así también aquellas funciones
y responsabilidades asignadas por la normativa vigente, a los efectos de garantizar su eficaz
empleo en el marco del planeamiento militar.”

ARTÍCULO 5°. - Incorpórase como artículo 24 bis del Decreto N° 727/06 el siguiente:

“ARTÍCULO 24 bis.- El Sistema de Defensa Nacional ejercerá la custodia de los objetivos


estratégicos referidos por el artículo 31 de la Ley N° 23.554, a través de los integrantes
identificados en los incisos f) y g) del artículo 9° de la citada Ley.”

ARTÍCULO 6°.- Derógase el Decreto N° 1691 del 22 de noviembre de 2006.

ARTÍCULO 7°.- Comuníquese, publíquese, dése a la DIRECCIÓN NACIONAL DEL REGISTRO


OFICIAL y archívese. MACRI - Marcos Peña - Oscar Raúl Aguad

¿Cambian las funciones de las Fuerzas Armadas, a través del Decreto Nº 683/2018?

El Decreto Nº 683/2018 relativo a funciones de las Fuerzas Armadas argentinas ha encendido


un vigoroso debate en nuestra sociedad, que no parecería justificado si nos limitamos a una
rápida lectura de su texto. No obstante, su detenido examen es necesario, porque, a través de
él se persigue realizar un cambio fundamental en las funciones de las aludidas Fuerzas, asunto
de evidente trascendencia.

Analizaremos, pues, detenidamente la cuestión.

¿Cuál es la modificación fundamental efectuada por el Decreto Nº 683/2018?


A través del Decreto Nº 683/2018, se efectúan modificaciones y agregados al Decreto Nº
727/2006, a través del cual se reglamentó –diez y seis años después de su sanción- la Ley Nº
23.554 de Defensa Nacional.

Respecto de las finalidades perseguidas por estas modificaciones, la motivación del nuevo
decreto establece que la necesidad de cambiar la reglamentación existente de la Ley de
Defensa surgiría… a las claras desde el mismo momento en que se observa que por un exceso
reglamentario al momento de la determinación de los pormenores y detalles necesarios para
la aplicación de la legislación existente, no resulta adecuado restringir las potencialidades para
la Defensa Nacional…

¿En qué consistiría el aludido exceso reglamentario?

Yendo al primer artículo reformado –el artículo 1º del Decreto Nº 727/2006- advertimos que
en su redacción originaria, previa a la reforma, se establecía que …Las Fuerzas Armadas,
instrumento militar de la defensa nacional, serán empleadas ante agresiones de origen
externo perpetradas por fuerzas armadas pertenecientes a otro/s Estado/s, sin perjuicio de lo
dispuesto en la Ley Nº 24.059 de Seguridad Interior y en la Ley Nº 24.948 de Reestructuración
de las Fuerzas Armadas en lo concerniente a los escenarios en los que se prevé el empleo del
instrumento militar y a las disposiciones que definen el alcance de dicha intervención en
operaciones de apoyo a la seguridad interior.

Se entenderá como "agresión de origen externo" el uso de la fuerza armada por un Estado
contra la soberanía, la integridad territorial o la independencia política de nuestro país, o en
cualquier otra forma que sea incompatible con la Carta de las Naciones Unidas.

Examinando el referido artículo, ahora reformado por el Decreto Nº 683/2018, el nuevo texto
establece que …Las Fuerzas Armadas, instrumento militar de la defensa nacional, serán
empleadas en forma disuasiva o efectiva ante agresiones de origen externo contra la
soberanía, la integridad territorial o la independencia política de la República Argentina; la vida
y la libertad de sus habitantes, o ante cualquier otra forma de agresión externa que sea
incompatible con la Carta de las Naciones Unidas.

El cumplimiento de esta misión primaria no afecta lo dispuesto en la Ley N° 24.059 de


Seguridad Interior y en la Ley Nº 24.948 de Reestructuración de las Fuerzas Armadas, en lo
concerniente a los escenarios en los que se prevé el empleo del instrumento militar y a las
disposiciones que definen el alcance de dicha intervención en Operaciones de Apoyo a la
Seguridad Interior.”

De la comparación entre ambos artículos, surge que la diferencia fundamental entre uno y
otro es que la agresión de origen externo que determinará el empleo de las Fuerzas Armadas,
en el texto derogado, para constituir objeto de la defensa nacional, debían ser perpetradas por
fuerzas armadas pertenecientes a otro/s Estado/s, mientras que en el nuevo texto tal
requisito no existe. Se requiere ahora respecto de tales agresiones de origen externo, que
sean… contra la soberanía, la integridad territorial o la independencia política de la República
Argentina; la vida y la libertad de sus habitantes, o ante cualquier otra forma de agresión
externa que sea incompatible con la Carta de las Naciones Unidas… requisito claramente de
mayor amplitud y vaguedad, que el claro y preciso que establecía antes de su modificación, el
Decreto Nº 727/2018.

Fundamentando el cambio realizado, se señaló en la motivación del Decreto Nº 683/2018


que… la Ley de Defensa Nacional expresa claramente en su artículo 2° que aquella “...es la
integración y la acción coordinada de todas las fuerzas de la Nación para la solución de
aquellos conflictos que requieran el empleo de las Fuerzas Armadas, en forma disuasiva o
efectiva, para enfrentar las agresiones de origen externo”.

Que este tipo de agresiones no solo son de carácter estatal militar, sino que en ocasiones se
manifiestan de otras formas que, sin dejar de tener su origen en el exterior, se desarrollan en
nuestro territorio y/o tienen efectos en él, afectando intereses que la Defensa Nacional puede
y debe contribuir a preservar….

En definitiva, la cuestión fundamental a resolver es la relativa a, si en la ley reglamentada, las


agresiones de origen externo a repeler por la Defensa Nacional fueron exclusivamente
aquellas protagonizadas por países externos, o bien si agresiones de otro tipo, como el
narcotráfico o el terrorismo, pueden en la Ley Nº 23.554 constituir válidamente materia de la
Defensa Nacional.

¿Qué se estableció en la Ley Nº 23.554 en relación a la naturaleza de la agresión que


constituye objeto de la Defensa Nacional, y cuál fue la intención del legislador al respecto?

La primera observación a señalar, es que en el texto modificado, al referirse a las agresiones de


origen externo a ser enfrentadas por la Defensa Nacional, se hace referencia a tales agresiones
sin incluir, como lo hace el artículo 2º de la ley reglamentada, que deben ser agresiones de
origen externo …que requieran el empleo de las Fuerzas Armadas, en forma disuasiva o
efectiva…En otras palabras, que, a diferencia de lo establecido por la nueva reglamentación,
para la Ley Nº 23.554, no cualquier agresión de origen externo constituye materia de la
Defensa Nacional, sino exclusivamente aquéllas que requieran el aludido empleo.

Aquí es importante recurrir al debate parlamentario de la Ley Nº 23.554.

En el primer día de debate de la Ley Nº 23.554 en la Cámara de Diputados[1] y puesto en


tratamiento el dictamen de las Comisiones de Defensa y Asuntos Constitucionales de la
Cámara que quien suscribe –a la sazón asesor del presidente de la Comisión, diputado Balbino
Pedro Zubiri (UCR)- tuvo oportunidad de proyectar, y a través del cual se introdujeron
significativas modificaciones al proyecto original, el diputado Antonio Gino Cavallaro (PJ)
solicitó la introducción en el debate de otro proyecto presentado por el bloque justicialista.

Cabe señalar que el artículo 2º del dictamen de las Comisiones antes referidas definía a la
Defensa Nacional del siguiente modo: …La Defensa Nacional es la integración y acción
coordinada de todas las fuerzas morales y materiales de la Nación, para enfrentar las
agresiones de origen externo.

Se concretan en un conjunto de planes y acciones tendientes a prevenir o superar los


conflictos generados por éstas, tanto en tiempo de paz como de guerra. Tiene por finalidad
garantizar de modo permanente la soberanía e independencia de la Nación Argentina, su
integridad territorial y de autodeterminación; proteger la vida y la libertad de sus habitantes,
los intereses nacionales y la plena vigencia del sistema democrático y constitucional…

Por otra parte, el proyecto cuya inclusión solicitó el diputado Cavallaro definía a la Defensa
Nacional como … La Defensa Nacional abarca todas las actividades que se adopten en la
Nación, bajo la conducción de las autoridades constitucionales, para la solución de aquellos
conflictos que requieran el empleo de las Fuerzas Armadas en forma disuasiva o efectiva,
contra el enemigo externo potencial o real.[2]

Al fundamentar su posición sobre este aspecto, el diputado Cavallaro sostuvo que …La
concepción radical ha logrado sacar un pie de la doctrina de la Seguridad Nacional, pero
lamentablemente todavía mantiene el otro pegado a esta nefasta ideología; pues mientras por
un lado en sus opiniones descarta la posibilidad de caracterizar algún enemigo interno —lo
cual es totalmente compartido por nuestra vocación democrática—, por el otro incurre en el
grave error de mantener la doctrina de la seguridad al equiparar e igualar la defensa con la
seguridad, ya que en el artículo 2º del proyecto extiende los alcances de la defensa al
enfrentamiento de todas las agresiones de origen externo sin distinguir su naturaleza..,[3]

El proyecto justicialista, en cambio, limita los alcances de la defensa a la atención de aquellos


conflictos o agresiones que requieran o puedan requerir el empleo efectivo o disuasivo de las
Fuerzas Armadas, evitando de esta manera la confusión entre Defensa Nacional y seguridad…

Es decir, que el referido legislador justicialista –junto con otros integrantes del entonces
denominado sector renovador del justicialismo- cuestionaba el dictamen precisamente si bien
en él se limitaba el ámbito conceptual de la defensa nacional a las agresiones externas, no se
establecía qué naturaleza debían tener tales agresiones para constituir objeto de la defensa.
Proponía que dichas agresiones requirieran o pudieran requerir el empleo efectivo o disuasivo
de las Fuerzas Armadas.

El tratamiento del proyecto continuó con diversos oradores, Debemos destacar aquí, lo
expresado por el diputado José Octavio Bordón (PJ) otro de los legisladores que se destacaron
en el tratamiento del proyecto, quien señaló que …Felicito a la comisión por haber modificado,
por ejemplo en su artículo 2º, el proyecto original, ya que éste no hacía ninguna diferenciación
de fondo en la teoría de la Seguridad Nacional. Solamente podemos hablar de Defensa
Nacional cuando hay una agresión externa en situación de confrontación militar…[4]

En una nueva intervención, el diputado Antonio Gino Cavallaro volvió a destacar que …
quisiéramos que en base a la supresión y rechazo del plan de la doctrina de la Seguridad
Nacional se diga expresamente que la agresión debe ser militar…[5]

Durante el curso de la sesión en que se dio [6]media sanción al dictamen de las Comisiones de
Defensa Nacional y Asuntos Constitucionales, los diputados Balbino Pedro Zubiri, José Octavio
Bordón y José Luis Manzano arribaron a la conclusión relativa a que era posible un acuerdo
sobre el proyecto de Ley de Defensa, entre el radicalismo y el justicialismo, teniendo en cuenta
que en este último, un importante número de diputados apoyaban la posición del sector
renovador –reflejada en el proyecto justicialista que había sido puesto a discusión. En
consecuencia, encomendaron a quien suscribe este artículo /redactar un proyecto de síntesis
entre los dos proyectos en discusión, que tomara los aspectos más relevantes de ambos.

Estando dedicado a esa tarea, ésta debió dejarse de lado por haber requerido el senador
justicialista Vicente Leonides Saadi que el acuerdo se llevara a cabo en el Senado. Por ello, la
sesión concluyó con la aprobación del dictamen de las Comisiones de Defensa y Asuntos
Constitucionales, con la oposición justicialista reflejada en una amplia diversidad de
posiciones.

Efectivamente se arribó a un consenso en el Senado, del que derivaron modificaciones al


proyecto, aprobándose el dictamen modificado en la sesión del 21 de octubre de 1986.[7]

Al haberse efectuado modificaciones, debía retornar el dictamen modificado a la Cámara de


Diputados. No obstante, la Cámara de Diputados se abstuvo de impulsarlo, por razones y
circunstancias que hemos opuesto en otro lugar.[8]

Producida la derrota electoral radical en las elecciones legislativas y de gobernadores de 1987,


se iniciaron conversaciones entre los entonces oficialistas y opositores, procurando encontrar
puntos de acuerdo que mejoraran la gobernabilidad, constituyéndose la Mesa del Consenso,
siendo uno de los puntos propuestos por el justicialismo en dicha Mesa el tratamiento de la
ley de defensa. Para ello se utilizó el borrador de consenso redactado por quien suscribe,
asesor a la sazón del presidente de la Comisión de Defensa, diputado Balbino Pedro Zubiri
(UCR) con el asesor del Partido Justicialista Licenciado Luis Tibiletti,[9]que debía sintetizar las
posiciones de ambos partidos políticos sobre el tema.

En dicho borrador se definió a la defensa nacional como … La Defensa Nacional es la


integración y la acción coordinada de todas las fuerzas de la Nación para la solución de
aquellos conflictos que requieran el empleo de las Fuerzas Armadas en forma disuasiva o
efectiva, para enfrentar las agresiones de origen externo.

Tiene por finalidad garantizar de modo permanente la soberanía e independencia de la Nación


Argentina, su integridad territorial y capacidad de autodeterminación; proteger la vida y
libertad de sus habitantes…

Se advertirá que fue acogido el requerimiento que había formulado el justicialismo en el


debate parlamentario anteriormente citado en el sentido que la agresión para la que debía
prepararse y ante la cual debía actuar la defensa debía ser una agresión externa de naturaleza
militar, tomándose las palabras contenidas en el proyecto justicialista antes referido …para la
solución de aquellos conflictos que requieran el empleo de las Fuerzas Armadas en forma
disuasiva o efectiva…haciéndose en lo restante una síntesis de las definiciones contenidas en
dicho proyecto, con el dictamen de las Comisiones de Defensa Nacional y Asuntos
Constitucionales.
Por ello, la Defensa Nacional se definió en el nuevo proyecto –cofirmado por el vicepresidente
de la Comisión de Defensa Nacional, diputado Miguel Ángel Toma (PJ) junto con el presidente
de dicha Comisión, diputado Balbino Pedro Zubiri (UCR) y otros legisladores, estableciendo
(artículo 2º) que …La Defensa Nacional es la integración y la acción coordinada de todas las
fuerzas de la Nación para la solución de aquellos conflictos que requieran el empleo de las
Fuerzas Armadas en forma disuasiva o efectiva, para enfrentar las agresiones de origen
externo.

Tiene por finalidad garantizar de modo permanente la soberanía e independencia de la Nación


Argentina, su integridad territorial y capacidad de autodeterminación; proteger la vida y
libertad de sus habitantes…

Tratado el nuevo proyecto –que tomó obviamente en cuenta los antecedentes anteriores- en
las sesiones de la Cámara de Diputados de la Nación del 28 y 29 de diciembre de 1987, en el
debate, el diputado Zubiri recordó la frustrada tentativa de alcanzar un acuerdo sobre el tema
que se hiciera en 1985 …No me olvido de que hace dos años nos reuníamos en este recinto
con un propósito idéntico al ahora perseguido. No vale la pena recordar ahora por qué se
frustró el principio de acuerdo que existió en aquel momento entre las fuerzas mayoritarias
que componen esta Cámara…[10]acuerdo alcanzado ahora, a través del aludido proyecto
consensuado.

Señaló también Zubiri que ante la posibilidad de …un rebrote subversivo…que a la época se
señalaba como amenaza que desaconsejaba limitar el empleo de las Fuerzas Armadas, como lo
hacía el proyecto- que …si sumamos la Gendarmería Nacional a la Policía Federal, sin incluir las
policías provinciales, observamos que reúnen alrededor de sesenta mil hombres, y las fuerzas
de la subversión nunca juntaron más de quince mil efectivos, ni siquiera en su época de
máximo auge…[11]

En dicha oportunidad, el diputado Zubiri sostuvo además: …¿Cómo se combate la subversión y


el terrorismo en otras latitudes, en otros pueblos? ¿Cómo combate Francia la Acción Directa?
¿Cómo combate España al ETA? ¿Cómo combate Italia a las Brigadas Rojas? ¿Cómo combate
Alemania a los grupos de Baader-Meinhoff? Estos países combaten a las organizaciones
terroristas con fuerzas de seguridad especialmente adiestradas, posibilidad que aquí habrá que
contemplar cuando tratemos la futura ley de paz interior o de seguridad interior. Pero se trata
siempre de fuerzas de seguridad —Carabineros, Gendarmería, Guardia Civil, etcétera—; no se
trata nunca de las Fuerzas Armadas en operaciones. No descarto la posibilidad de su
intervención en un caso extremo. Lo que descarto es la inclusión de esta posibilidad en el texto
de la ley, porque podría ocurrir que algún desaprensivo —que seguramente no será este
Presidente— se valiese de esta posibilidad abierta en el país para hacernos volver a los planes
Conintes interpretando que una protesta obrera, por ejemplo, es un conflicto interno.
Tendríamos, entonces, de nuevo a las Fuerzas Armadas en la calle, reprimiendo las protestas
obreras o los conflictos gremiales.

Nosotros no estamos dispuestos a que esto ocurra de nuevo en la República, porque no hace
tanto que ocurrió para desgracia de todos los argentinos.

Es cierto, también, que es distinta la organización, el despliegue y el entrenamiento de las


Fuerzas Armadas según tengan que combatir enemigos externos o internos. Nosotros
queremos Fuerzas Armadas preparadas para enfrentar al enemigo externo. Al enemigo
interno, llegado el caso, se lo combate de la misma forma en que se hizo en otros países del
mundo, que no son ni más ni menos importantes que nosotros. Es decir, que no hay un solo
argumento que haya abonado la necesidad de reinstaurar en el país la doctrina de la seguridad
nacional.[12]

Como puede advertirse, se descartaba de plano el empleo de las Fuerzas Armadas para la
lucha contra el terrorismo, u otras amenazas a la seguridad interior.

También sostuvo Zubiri, con relación a cómo se enfrentaba la problemática del terrorismo en
otros países, que …Tenemos el ejemplo de los países más avanzados del planeta, en los que,
bajo el amparo de la ley, se crean fuerzas de seguridad para combatir esos focos del
terrorismo, pero sin desnaturalizar la función de las Fuerzas Armadas.[13]

En la misma sesión, el diputado Alende[14]expresó que …lo que la futura ley de defensa debe
tener en cuenta es la agresión armada exterior por parte de una potencia extranjera, tal como
lo solicitamos en la comisión….

Podrían efectuarse más citas aún. Pero consideramos suficientemente fundada la observación
relativa a que lo que los legisladores entendieron al votar la Ley Nº 23.554 de Defensa
Nacional fue que lo que debía preverse y enfrentarse a través de ella, era la agresión militar
externa, descartándose expresamente su empleo para la lucha contra el terrorismo y otras
amenazas a la seguridad interior, las que debían ser enfrentadas a través de las instituciones
policiales y fuerzas de seguridad.

Precisamente uno de los ejes del acuerdo alcanzado entre el radicalismo y el justicialismo para
votar la ley, fue que al requisito de que se tratara de una agresión de origen externo planteado
por el radicalismo, se agregara el de que tal agresión requiriera el empleo de las Fuerzas
Armadas, expresión que los legisladores entendieron como referida a la producida por las
fuerzas armadas de países extranjeros.

Conclusiones.

Por lo expuesto, y a la luz del texto de la Ley Nº 23.554 y de su debate parlamentario, no cabe
compartir la aseveración contenida en la motivación del Decreto Nº 683/2018, respecto a que
el artículo 1º del Decreto Nº 727/2006, haya constituido un exceso reglamentario.

Por el contrario, dicha norma reflejó lo que evidentemente constituyó la intención de los
legisladores al votar la referida ley.

En cambio, lo que constituye un exceso reglamentario es el Decreto Nº 683/2018, dado que a


través de él se vulnera no sólo la letra de la ley reglamentada –al omitirse en el artículo 1º
calificar la agresión de origen externo, indicando que debía producir un conflicto que requiera
el empleo de las Fuerzas Armadas-sino también su espíritu, al transgredirse uno de los
aspectos que constituyeron materia del acuerdo entre los partidos políticos entonces
mayoritarios y otros, que permitió la sanción de la referida ley : que no cualquier agresión de
origen externo formara parte del ámbito de la defensa, sino exclusivamente aquéllas
agresiones externas de naturaleza militar, protagonizadas por países extranjeros,
descartándose expresamente al terrorismo y a otras amenazas contra la seguridad interior, las
que fueron contempladas posteriormente en la Ley Nº 24.059 de Seguridad Interior, a la que
nos hemos referido en un artículo publicado en este mismo medio.[15]

Teniendo en cuenta que el ejercicio de la facultad reglamentaria requiere precisamente la no


alteración del espíritu de la ley objeto de ella (artículo 99 inciso 2º, Constitución Nacional) no
cabe sino sugerir la rectificación pertinente, lamentando que un estudio insuficiente de la
norma reglamentada y de sus antecedentes por parte de los funcionarios redactores del
decreto en cuestión, haya llevado a la situación descripta.

Repudio al Decreto 683/18 que involucra a las FFAA en la represión interna

JUL 26, 2018por PRENSA F.T.C.I.O.D Y A.R.A.en DERECHOS HUMANOS

Jueves 26 de julio de 2018 | Desde la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial


Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina expresamos nuestro
absoluto repudio y profunda preocupación ante la decisión del gobierno nacional de impulsar
el retorno de las Fuerzas Armadas a tareas de seguridad interior, área de la que se encuentran
apartadas desde el retorno a la democracia. La última vez que los militares argentinos
intervinieron en estos términos fue durante la dictadura genocida de 1976.
El Decreto 683/18 publicado este martes en el Boletín Oficial y firmado por el presidente
Mauricio Macri plantea una reforma que elimina los límites entre Defensa y Seguridad,
desvirtuando el rol de las Fuerzas Armadas y abriendo las puertas a una reedición de la
Doctrina de Seguridad Nacional que imperó en nuestro país en la década del 70.

En esos años oscuros, en nombre de la persecución de un “enemigo interno” se cometieron


atroces crímenes de lesa humanidad y 30 mil ciudadanos y ciudadanas argentinas fueron
desaparecidos por las tres armas. El Estado montó y operó cientos de Centros Clandestinos de
Detención en todo el territorio nacional.

Ahora el gobierno del presidente Macri abre esas puertas una vez más. Según el decreto, las
Fuerzas Armadas se desplegarán en “objetivos estratégicos” que el texto no detalla. El listado
de los mismos será confeccionado por los ministros de Seguridad y Defensa. No hay demasiado
espacio para la especulación. Desde el Ministerio de Trabajo de la Nación adelantaron a la
prensa que los “objetivos estratégicos” no son otros que represas, centrales hidroeléctricas,
nucleares y terminales portuarias, para acallar eventuales protestas de gremios.

Mencionaron específicamente a los compañeros Camioneros, mismo gremio que acaba de ser
absurdamente multado por 810 millones por hacer asambleas. Al apriete mediático y judicial
contra los dirigentes no alineados con el gobierno le suman la asfixia económica y ahora, la
amenaza de la violencia del Estado.

Entendemos que el Decreto se inscribe en un plan sistemático de ajuste, insoportable para la


clase trabajadora y el pueblo argentino, que sólo podrá ser aplicado con la represión más dura.
Y que el gobierno está planificando avanzar en la misma, intentando darle un marco de
legalidad a una intervención que nos retrotrae a las épocas más siniestras del terrorismo de
Estado.
Desde nuestra organización gremial reclamamos la plena vigencia de las libertades y garantías
democráticas, exigimos la inmediata derogación del Decreto 683/18 y adherimos a la
convocatoria de repudio realizada por los organismos de Derechos Humanos a las 17 horas de
hoy, jueves 26 de julio frente al Ministerio de Defensa en la Ciudad de Buenos Aires que se
replicará en numerosas localidades del país.

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