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VISTO las Leyes Nros. 23.554, 24.059, 24.948 y 25.520 y los Decretos Nros. 727 del 12 de junio
de 2006 y 1691 del 22 de noviembre de 2006, y
CONSIDERANDO:
Que la Ley N° 23.554 de Defensa Nacional regula una obligación esencial e indelegable del
Estado, donde deben converger todos los esfuerzos necesarios para preservar los intereses
vitales de la República.
Que es responsabilidad política establecer los parámetros y criterios a tener en cuenta para la
misión, organización y funcionamiento del Sistema de Defensa en general y, en particular, de
las FUERZAS ARMADAS para que se constituyan en un instrumento de disuasión real, de
acuerdo con la percepción de amenazas a los intereses de la Nación y sus correspondientes
riesgos presentes y futuros.
Que la disuasión es una de las formas a través de las cuales actúa y se expresa la Defensa
Nacional.
Que la Ley de Defensa Nacional expresa claramente en su artículo 2° que aquella “...es la
integración y la acción coordinada de todas las fuerzas de la Nación para la solución de
aquellos conflictos que requieran el empleo de las Fuerzas Armadas, en forma disuasiva o
efectiva, para enfrentar las agresiones de origen externo”.
Que este tipo de agresiones no solo son de carácter estatal militar, sino que en ocasiones se
manifiestan de otras formas que, sin dejar de tener su origen en el exterior, se desarrollan en
nuestro territorio y/o tienen efectos en él, afectando intereses que la Defensa Nacional puede
y debe contribuir a preservar.
Que como consecuencia de la evolución del entorno de Seguridad y Defensa resulta necesario
establecer roles y funciones que deben asumir cada una de las instancias que la componen
para que contribuyan al eficiente uso de los recursos del ESTADO NACIONAL.
Que, no obstante ello, esto no implica clausurar los límites existentes entre los ámbitos
adjudicados por el ordenamiento jurídico a la competencia de la Defensa Nacional y a la
Seguridad Interior.
Que, en consecuencia, se trata de determinar las competencias de cada uno de esos sectores a
los efectos de asegurar la protección de la soberanía e independencia de la NACIÓN
ARGENTINA, su integridad territorial, sus recursos naturales, su capacidad de
autodeterminación y la protección de la vida, la libertad y los derechos humanos de sus
habitantes.
Que por tanto resulta menester entender como agresión de origen externo, en los términos
previstos por la Ley de Defensa Nacional, el uso de la fuerza armada contra la soberanía, la
integridad territorial o la independencia política de nuestro país, o en cualquier otra forma que
sea incompatible con la Carta de las Naciones Unidas.
Que sin perjuicio de ello, toda actuación de las FUERZAS ARMADAS, deberá ser efectuada de
conformidad a las previsiones de la Ley N° 23.554, con las limitaciones previstas en las Leyes N°
24.059 y N° 25.520.
Que, por otra parte, el artículo 31 de la Ley N° 23.554 establece que los integrantes del
Sistema de Defensa Nacional identificados en el artículo 9 inciso g) de la citada Ley,
desarrollarán el debido y permanente control y vigilancia de los objetivos estratégicos para la
Defensa Nacional.
Que, en este marco, resulta necesario aclarar que la protección de aquellos objetivos
estratégicos para la defensa Nacional será llevada a cabo por los integrantes del Sistema de la
Defensa Nacional identificados en los incisos f) y g) del artículo 9° de la citada Ley N° 23.554.
Que la presente medida se dicta en uso de las facultades previstas en el artículo 99, inciso 2,
de la CONSTITUCIÓN NACIONAL.
Por ello,
DECRETA:
“ARTÍCULO 1°.- Las Fuerzas Armadas, instrumento militar de la defensa nacional, serán
empleadas en forma disuasiva o efectiva ante agresiones de origen externo contra la
soberanía, la integridad territorial o la independencia política de la REPÚBLICA ARGENTINA; la
vida y la libertad de sus habitantes, o ante cualquier otra forma de agresión externa que sea
incompatible con la Carta de las Naciones Unidas.
“ARTÍCULO 3°.- Las Fuerzas Armadas enmarcarán su planeamiento y empleo en los siguientes
tipos de operaciones: Operaciones en Defensa de los intereses vitales de la Nación;
Operaciones dispuestas en el Marco de la ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS (O.N.U.)
u otros organismos internacionales; Operaciones encuadradas en la Ley N° 24.059 y
Operaciones en Apoyo a la Comunidad Nacional e Internacional. A tales efectos, ajustarán su
formulación doctrinaria, planificación y adiestramiento, en la previsión de las adquisiciones de
equipos y/o medios de conformidad a las previsiones de la Ley N° 23.554, con las limitaciones
previstas en las Leyes N° 24.059 y N° 25.520”.
“ARTÍCULO 24.- Las Fuerzas que conforman el Instrumento Militar tendrán por misión alistar,
adiestrar y sostener los medios puestos a su disposición, como así también aquellas funciones
y responsabilidades asignadas por la normativa vigente, a los efectos de garantizar su eficaz
empleo en el marco del planeamiento militar.”
ARTÍCULO 5°. - Incorpórase como artículo 24 bis del Decreto N° 727/06 el siguiente:
¿Cambian las funciones de las Fuerzas Armadas, a través del Decreto Nº 683/2018?
Respecto de las finalidades perseguidas por estas modificaciones, la motivación del nuevo
decreto establece que la necesidad de cambiar la reglamentación existente de la Ley de
Defensa surgiría… a las claras desde el mismo momento en que se observa que por un exceso
reglamentario al momento de la determinación de los pormenores y detalles necesarios para
la aplicación de la legislación existente, no resulta adecuado restringir las potencialidades para
la Defensa Nacional…
Yendo al primer artículo reformado –el artículo 1º del Decreto Nº 727/2006- advertimos que
en su redacción originaria, previa a la reforma, se establecía que …Las Fuerzas Armadas,
instrumento militar de la defensa nacional, serán empleadas ante agresiones de origen
externo perpetradas por fuerzas armadas pertenecientes a otro/s Estado/s, sin perjuicio de lo
dispuesto en la Ley Nº 24.059 de Seguridad Interior y en la Ley Nº 24.948 de Reestructuración
de las Fuerzas Armadas en lo concerniente a los escenarios en los que se prevé el empleo del
instrumento militar y a las disposiciones que definen el alcance de dicha intervención en
operaciones de apoyo a la seguridad interior.
Se entenderá como "agresión de origen externo" el uso de la fuerza armada por un Estado
contra la soberanía, la integridad territorial o la independencia política de nuestro país, o en
cualquier otra forma que sea incompatible con la Carta de las Naciones Unidas.
Examinando el referido artículo, ahora reformado por el Decreto Nº 683/2018, el nuevo texto
establece que …Las Fuerzas Armadas, instrumento militar de la defensa nacional, serán
empleadas en forma disuasiva o efectiva ante agresiones de origen externo contra la
soberanía, la integridad territorial o la independencia política de la República Argentina; la vida
y la libertad de sus habitantes, o ante cualquier otra forma de agresión externa que sea
incompatible con la Carta de las Naciones Unidas.
De la comparación entre ambos artículos, surge que la diferencia fundamental entre uno y
otro es que la agresión de origen externo que determinará el empleo de las Fuerzas Armadas,
en el texto derogado, para constituir objeto de la defensa nacional, debían ser perpetradas por
fuerzas armadas pertenecientes a otro/s Estado/s, mientras que en el nuevo texto tal
requisito no existe. Se requiere ahora respecto de tales agresiones de origen externo, que
sean… contra la soberanía, la integridad territorial o la independencia política de la República
Argentina; la vida y la libertad de sus habitantes, o ante cualquier otra forma de agresión
externa que sea incompatible con la Carta de las Naciones Unidas… requisito claramente de
mayor amplitud y vaguedad, que el claro y preciso que establecía antes de su modificación, el
Decreto Nº 727/2018.
Que este tipo de agresiones no solo son de carácter estatal militar, sino que en ocasiones se
manifiestan de otras formas que, sin dejar de tener su origen en el exterior, se desarrollan en
nuestro territorio y/o tienen efectos en él, afectando intereses que la Defensa Nacional puede
y debe contribuir a preservar….
Cabe señalar que el artículo 2º del dictamen de las Comisiones antes referidas definía a la
Defensa Nacional del siguiente modo: …La Defensa Nacional es la integración y acción
coordinada de todas las fuerzas morales y materiales de la Nación, para enfrentar las
agresiones de origen externo.
Por otra parte, el proyecto cuya inclusión solicitó el diputado Cavallaro definía a la Defensa
Nacional como … La Defensa Nacional abarca todas las actividades que se adopten en la
Nación, bajo la conducción de las autoridades constitucionales, para la solución de aquellos
conflictos que requieran el empleo de las Fuerzas Armadas en forma disuasiva o efectiva,
contra el enemigo externo potencial o real.[2]
Al fundamentar su posición sobre este aspecto, el diputado Cavallaro sostuvo que …La
concepción radical ha logrado sacar un pie de la doctrina de la Seguridad Nacional, pero
lamentablemente todavía mantiene el otro pegado a esta nefasta ideología; pues mientras por
un lado en sus opiniones descarta la posibilidad de caracterizar algún enemigo interno —lo
cual es totalmente compartido por nuestra vocación democrática—, por el otro incurre en el
grave error de mantener la doctrina de la seguridad al equiparar e igualar la defensa con la
seguridad, ya que en el artículo 2º del proyecto extiende los alcances de la defensa al
enfrentamiento de todas las agresiones de origen externo sin distinguir su naturaleza..,[3]
Es decir, que el referido legislador justicialista –junto con otros integrantes del entonces
denominado sector renovador del justicialismo- cuestionaba el dictamen precisamente si bien
en él se limitaba el ámbito conceptual de la defensa nacional a las agresiones externas, no se
establecía qué naturaleza debían tener tales agresiones para constituir objeto de la defensa.
Proponía que dichas agresiones requirieran o pudieran requerir el empleo efectivo o disuasivo
de las Fuerzas Armadas.
El tratamiento del proyecto continuó con diversos oradores, Debemos destacar aquí, lo
expresado por el diputado José Octavio Bordón (PJ) otro de los legisladores que se destacaron
en el tratamiento del proyecto, quien señaló que …Felicito a la comisión por haber modificado,
por ejemplo en su artículo 2º, el proyecto original, ya que éste no hacía ninguna diferenciación
de fondo en la teoría de la Seguridad Nacional. Solamente podemos hablar de Defensa
Nacional cuando hay una agresión externa en situación de confrontación militar…[4]
En una nueva intervención, el diputado Antonio Gino Cavallaro volvió a destacar que …
quisiéramos que en base a la supresión y rechazo del plan de la doctrina de la Seguridad
Nacional se diga expresamente que la agresión debe ser militar…[5]
Durante el curso de la sesión en que se dio [6]media sanción al dictamen de las Comisiones de
Defensa Nacional y Asuntos Constitucionales, los diputados Balbino Pedro Zubiri, José Octavio
Bordón y José Luis Manzano arribaron a la conclusión relativa a que era posible un acuerdo
sobre el proyecto de Ley de Defensa, entre el radicalismo y el justicialismo, teniendo en cuenta
que en este último, un importante número de diputados apoyaban la posición del sector
renovador –reflejada en el proyecto justicialista que había sido puesto a discusión. En
consecuencia, encomendaron a quien suscribe este artículo /redactar un proyecto de síntesis
entre los dos proyectos en discusión, que tomara los aspectos más relevantes de ambos.
Estando dedicado a esa tarea, ésta debió dejarse de lado por haber requerido el senador
justicialista Vicente Leonides Saadi que el acuerdo se llevara a cabo en el Senado. Por ello, la
sesión concluyó con la aprobación del dictamen de las Comisiones de Defensa y Asuntos
Constitucionales, con la oposición justicialista reflejada en una amplia diversidad de
posiciones.
Tratado el nuevo proyecto –que tomó obviamente en cuenta los antecedentes anteriores- en
las sesiones de la Cámara de Diputados de la Nación del 28 y 29 de diciembre de 1987, en el
debate, el diputado Zubiri recordó la frustrada tentativa de alcanzar un acuerdo sobre el tema
que se hiciera en 1985 …No me olvido de que hace dos años nos reuníamos en este recinto
con un propósito idéntico al ahora perseguido. No vale la pena recordar ahora por qué se
frustró el principio de acuerdo que existió en aquel momento entre las fuerzas mayoritarias
que componen esta Cámara…[10]acuerdo alcanzado ahora, a través del aludido proyecto
consensuado.
Señaló también Zubiri que ante la posibilidad de …un rebrote subversivo…que a la época se
señalaba como amenaza que desaconsejaba limitar el empleo de las Fuerzas Armadas, como lo
hacía el proyecto- que …si sumamos la Gendarmería Nacional a la Policía Federal, sin incluir las
policías provinciales, observamos que reúnen alrededor de sesenta mil hombres, y las fuerzas
de la subversión nunca juntaron más de quince mil efectivos, ni siquiera en su época de
máximo auge…[11]
Nosotros no estamos dispuestos a que esto ocurra de nuevo en la República, porque no hace
tanto que ocurrió para desgracia de todos los argentinos.
Como puede advertirse, se descartaba de plano el empleo de las Fuerzas Armadas para la
lucha contra el terrorismo, u otras amenazas a la seguridad interior.
También sostuvo Zubiri, con relación a cómo se enfrentaba la problemática del terrorismo en
otros países, que …Tenemos el ejemplo de los países más avanzados del planeta, en los que,
bajo el amparo de la ley, se crean fuerzas de seguridad para combatir esos focos del
terrorismo, pero sin desnaturalizar la función de las Fuerzas Armadas.[13]
En la misma sesión, el diputado Alende[14]expresó que …lo que la futura ley de defensa debe
tener en cuenta es la agresión armada exterior por parte de una potencia extranjera, tal como
lo solicitamos en la comisión….
Podrían efectuarse más citas aún. Pero consideramos suficientemente fundada la observación
relativa a que lo que los legisladores entendieron al votar la Ley Nº 23.554 de Defensa
Nacional fue que lo que debía preverse y enfrentarse a través de ella, era la agresión militar
externa, descartándose expresamente su empleo para la lucha contra el terrorismo y otras
amenazas a la seguridad interior, las que debían ser enfrentadas a través de las instituciones
policiales y fuerzas de seguridad.
Precisamente uno de los ejes del acuerdo alcanzado entre el radicalismo y el justicialismo para
votar la ley, fue que al requisito de que se tratara de una agresión de origen externo planteado
por el radicalismo, se agregara el de que tal agresión requiriera el empleo de las Fuerzas
Armadas, expresión que los legisladores entendieron como referida a la producida por las
fuerzas armadas de países extranjeros.
Conclusiones.
Por lo expuesto, y a la luz del texto de la Ley Nº 23.554 y de su debate parlamentario, no cabe
compartir la aseveración contenida en la motivación del Decreto Nº 683/2018, respecto a que
el artículo 1º del Decreto Nº 727/2006, haya constituido un exceso reglamentario.
Por el contrario, dicha norma reflejó lo que evidentemente constituyó la intención de los
legisladores al votar la referida ley.
Ahora el gobierno del presidente Macri abre esas puertas una vez más. Según el decreto, las
Fuerzas Armadas se desplegarán en “objetivos estratégicos” que el texto no detalla. El listado
de los mismos será confeccionado por los ministros de Seguridad y Defensa. No hay demasiado
espacio para la especulación. Desde el Ministerio de Trabajo de la Nación adelantaron a la
prensa que los “objetivos estratégicos” no son otros que represas, centrales hidroeléctricas,
nucleares y terminales portuarias, para acallar eventuales protestas de gremios.
Mencionaron específicamente a los compañeros Camioneros, mismo gremio que acaba de ser
absurdamente multado por 810 millones por hacer asambleas. Al apriete mediático y judicial
contra los dirigentes no alineados con el gobierno le suman la asfixia económica y ahora, la
amenaza de la violencia del Estado.