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AFECTIVIDAD

En Psicología la afectividad será aquella capacidad de reacción que presente un sujeto ante los
estímulos que provengan del medio interno o externo y cuyas principales manifestaciones serán
los sentimientos y las emociones.

La expresión de sentimientos y emociones que resultan de la recepción de un estímulo externo o


interno. En un lenguaje menos formal y más coloquial, cuando se habla de afectividad, todos
sabemos que se está haciendo referencia a aquellas muestras de amor que un ser humano brinda
a las personas que quiere y porque no también a otras especies que también sean parte de su
entorno querido, tal es el caso de las mascotas domésticas, por citar algunos seres que no son
humanos y por los que normalmente también expresamos emociones positivas.

Entre algunos estudio y alcances de la afectividad, como ya hemos mencionado al comienzo, es


la disciplina que se ocupa de darle especialmente un abordaje, aunque, desde los tiempos más
remotos se ha indagado sobre este aspecto de las emociones que evidenciamos las personas en
diversas situaciones que nos propone la vida.
La filosofía lo ha hecho también, y con la evolución y el paso del tiempo, la ciencia, ha hecho
grandes avances y aportes al encontrar que hay diversas áreas de nuestro cerebro que están
asociadas a los afectos que una persona puede tener.

La afectividad es imposible pensarla de modo consciente, es decir, no podemos decidirla


mentalmente, nos damos cuenta que la experimentamos pero es imposible tener un control sobre
la misma, van surgiendo de manera espontánea y natural a lo largo de nuestra vida y a causa de
las diferentes situaciones que nos va colocando el destino delante y que debemos sí o sí atravesar.

Lo único que se puede decidir con la cabeza cuando de emociones se trata la cosa es el
comportamiento que desarrollaremos ante esas situaciones y sobre los afectos que surjan
mediante.

Otra cuestión que también es posible de manejar es la de promover los afectos, tomando
decisiones que por ejemplo beneficien nuestra vida y la del resto en algún aspecto, y entonces
generen consecuentemente un sentimiento de bienestar.

La afectividad siempre se producirá en un marco interactivo, porque quien siente afecto por
alguien es porque también, de parte del otro, recibe el mismo afecto. O sea que el afecto es
siempre la respuesta a un estímulo que también trae afecto, raramente podamos sentir o
manifestar afecto por aquel que no nos quiere o que se hace el indiferente ante nosotros.
“Su predisposición para ayudar siempre a mi familia es una de las causas fundamentales de mi
afecto para con el”.

Importancia

En tanto, el afecto es una de las pasiones de nuestro ánimo, es la inclinación que manifestamos
hacia algo o alguien, especialmente de amor o de cariño, una persona, una mascota, un objeto, un
trabajo, entre otros. “Laura me demostró su afecto llamando todas las noches para saber cómo
me sentía luego de sufrir el accidente”.
Desde el punto de vista psíquico es una pasión que siente nuestro ánimo y que está especialmente
asociada al cariño y amor pero sin connotaciones de tipo sexual, es decir, no solamente tiene una
intensidad moderada sino que el destinatario no es la persona con la cual mantenemos una
relación amorosa, para él están destinados mayormente la pasión y el amor.

De esto se desprende que los seres humanos, independientemente de que seamos más o menos
sensibles, siempre necesitamos de la afectividad para vivir, para desarrollarnos y para seguir
adelante a pesar de los obstáculos que a veces nos pone el destino, porque aunque el día en el
trabajo no haya sido de lo más brillante, sabemos que encontraremos contención y olvido en casa
cuando nos abracemos a ese ser querido que nos está esperando.

La afectividad, entonces, es parte fundamental de la vida porque es la que en definitivas cuentas


nos ayudará a ser mejores personas y a no sentirnos jamás solos.

En contrapartida, cuando este aspecto de nuestra vida no se encuentra en armonía, seguramente,


nos costará mucho más crear vínculos con las personas y expresar nuestros sentimientos.

Existen una gran cantidad de símbolos de afecto, aunque los más recurrentes y usados por los
seres humanos son los besos, las caricias, los abrazos, las sonrisas, entre otros.

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