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ECOMALO: ja, ja, ja ¿Hasta crees que van a querer ser como tú? ¿Verdad que no?
SUPERECO: Oye ¿Qué te pasa? ¿Por qué actúas así?
ECOMALO: No sé, tal vez porque mis papás tiraban la basura a la calle y decían que no pasaba
nada porque el barrendero la limpia, yo veía que eso era normal y también en mi casa nunca
me faltó el agua y no sabía que la tenía que cuidar. Recuerdo que jugaba con mis amigos a
matar bichos porque pensábamos que nos podían picar.
SUPERECO: Bueno pero ahora que ya sabes que la Tierra se enferma si no la cuidamos.
¿Quieres unirte a nosotros?
ECOMALO: No lo sé, puede ser, a lo mejor…
Viendo a los niños
SUPERECO: ¿Ustedes qué opinan? ¡Que se una, qué se una!... ¡ANIMATE!, no es tan difícil, ya
todos mis amigos saben cómo hacerlo y acuérdate que todos podemos ayudar.
NIÑA: si, si, únete a nosotros, para cuidar a nuestro planeta tierra, juntos difundiremos para
reciclar la basura y no quemar los pastos.
NIÑO: Muy bien Isabel también pondremos avisos para que no talen los árboles, coloquemos
la basura en tachos. Y nuestra tierra que es nuestra casa se mantendrá limpia y hermosa.
NIÑA: Rápido Carlos limpiemos a nuestro planeta recojamos la basura y ponemos en su lugar.
ECOMALO. Bueno, pero antes tengo que decirles algo muy importante a todos: ¡Perdón por
descuidar nuestra casa! No sabía que le hacía daño…
Ecomalo se quita la capa y Supereco le pone la medalla plateada.
SUPERECO: ayúdame a darles también una medalla a los niños porque todos somos
¡Supereco!