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RUBÉN
¡Hey!
GUILLERMO
(sin girarse)
Mira, no te pierdas esto.
GUILLERMO
¿Has visto? Reacciona bien... ¡Ajá!
RUBÉN
Vale, pero como no me digas qué es...
GUILLERMO
Un disolvente que estoy inventando. ¡Potentísimo! Si
metes el dedo, en dos minutos adiós dedo. La fórmula
lleva Coca-cola. Por cierto, he tenido que cogerte un
par de latas que tenías en la nevera.
RUBÉN
No importa. Interesante... Bueno, voy a ver si me pongo
a estudiar, que tengo el examen dentro de dos semanas y
todavía no me he mirado nada.
GUILLERMO
Ponte, ponte, no sea que te cateen. Oye, mañana vendrá a
comer un primo mío, que ha empezado a trabajar aquí al
lado. Hace tiempo que no le veo. Estarás, ¿no? Nos
podías hacer esos espaguetis que te salen tan bien.
RUBÉN
Sí, claro, y luego os friego los platos, ¿no? ¡Qué
morro!
Rubén está cocinando espaguetis. Coge uno y lo prueba para ver si está al
dente. Suena el TIMBRE DE LA PUERTA.
RUBÉN
(gritando hacia el comedor)
¡Guillermo! ¡Será tu primo!
Nadie responde.
RUBÉN
(gritando hacia el comedor)
¡Guillermo!
RUBÉN
¡Ya voy!
ÁNGEL
Tranquilo, que no estoy de servicio. ¿Está Guillermo? Soy Ángel,
su primo.
RUBÉN
Ah, hola. Yo soy Rubén (se dan la mano). Está y no está. Ahí, en
el comedor.
Ángel entra.
ÁNGEL
(a Guillermo)
¿Y la noche que ataste a uno de los críos en el
cementerio? ¡Qué cabrón! (a Rubén) Éste de chaval era un
puta de mucho cuidado... Oye, estaban buenos los
espaguetis. Voy a tener que venir a comer todos los
días. (le da una palmada). Que no, que es broma. (mira
su reloj) Bueno, se me hace tarde, tengo que volver a la
comisaría. ¡Uf! Estamos atascados con un par de casos y
no avanzamos. Un coñazo...
RUBÉN
(a Ángel)
Podrías llevarte a tu primo, a lo mejor os ayuda. Con lo
cerebrito que es...
GUILLERMO
Pues, la verdad, no debe ser tan complicado solucionar
casos de esos. Se trata básicamente de relacionar datos
y sacar conclusiones.
ÁNGEL
(con entusiasmo)
Oye, pues es una idea cojonuda. (a Guillermo) Podías
venirte ahora mismo. ¿No tienes nada que hacer, no?
Venga, vamos, y nos tomamos el café allí.
RUBÉN
(a Ángel)
¡No jodas!
ÁNGEL
(a Rubén)
¡Un caso entero! ¡Si no lo veo no lo creo! Uno de robo.
Ha cogido el expediente, lo ha hojeado...
GUILLERMO
(a Rubén)
Había sido el mismo denunciante, para cobrar el seguro.
Se podía deducir del mismo texto de la denuncia. (a
Ángel) Ya te dije que no era algo tan difícil.
RUBÉN
¡Qué fuerte!
ÁNGEL
(a Guillermo)
¡Primo, eres un crack! ¡Dios, de ésta me ascienden!
RUBÉN
Guillermo, este viernes hay que pagar el alquiler.
Cuando puedas me das el dinero.
GUILLERMO
(sin girarse)
Está ahí, en la mesita.
GUILLERMO
Pues esnifar cocaína. Me la ha conseguido mi primo. La
cocaína, entre otros efectos, potencia el raciocinio. Me
ayudará en mis experimentos.
RUBÉN
Tío, tu verás lo que haces. Voy a estar estudiando,
espero que no te dé por cantar.
GUILLERMO (OFF)
(euforia de menos a más)
... también podría usar... no, no es suficientemente
ácido, rebajará el carbónico de la Coca-cola. ¿Y con el
permanganato? ¡Claro! Pero no, demasiado volátil...
aunque puedo sublimarlo todo... ¡Eso es! Si lo sublimo
combinará bien! ¡Claro! ¡Ya lo tengo! (se oye el ruido
que hace al levantarse de una silla) ¡Ya lo tengo!
GUILLERMO
¡Rubén! ¡Ya lo tengo!
RUBÉN
Vale, me parece muy bien, pero me podrías dejar
estudiar.
GUILLERMO
¡Ah! Perdona, perdona.
GUILLERMO (OFF)
(en tono más bajo que antes)
Claro, lo sublimo y ya está. Increíble, cómo no se me
había ocurrido antes. Si lo sublimo combinará bien.
GUILLERMO
Sí, necesito tocar un poco.
RUBÉN
Oye, ¿tú me has abierto el discman?
GUILLERMO
Me hacía falta un poco de cobre. Pero te lo volveré a
dejar bien, no te preocupes.
RUBÉN
Ya, bueno, pero la próxima vez pídeme permiso, ¿vale?
Rubén está sentado, frente a sus apuntes, mirando hacia la puerta. Ángel
está en el umbral. Lleva un archivador debajo del brazo.
ÁNGEL
¡Menudo bajón tiene Sherlock Holmes! ¡Eso lo arreglo yo
enseguida! (hablando hacia el comedor) Ahora mismo te
vienes conmigo a salir por ahí. (a Rubén) Tú también te
animas, ¿no?
RUBÉN
No, no puedo, tengo que estudiar.
ÁNGEL
Bueno... (enseñando el archivador) Le he traído un par
de casos al máquina, a ver si me los resuelve. (a
Guillermo) ¿Pero qué haces que todavía estás así?
¡Venga, vístete, que nos vamos!
CANON DE PACHELBEL EN VIOLÍN (OFF) Rubén entra en el piso con dos bolsas
de la compra. Cierra la puerta. Camina por el pasillo y entra en la
cocina.
CANON DE PACHELBEL EN VIOLÍN (CONT.) Rubén está de pie, con las bolsas de
la compra en la mano, mirando la encimera, que tiene restos de
espaguetis, salsa de tomate, queso rallado, ensalada y pan, un par de
latas de Coca-cola tiradas y dos trapos sucios, y el fregadero, que está
a rebosar: platos, cubiertos, vasos, el escurridor de pasta, todo mal
colocado y sucio. En los fogones hay una sartén y una cacerola usadas, y
se ha vertido todo al cocinar. Baja la vista: está pisando un charco de
agua. Vuelve a levantar la vista, poniendo cara de pocos amigos.
GUILLERMO (OFF)
(bajo los efectos de la coca)
... para evitarlo tendría que elevar la temperatura.
Pero entonces arrastraría el PH. Tiene que haber una
solución. Piensa, Guillermo, piensa. Quizás si usase un
elemento alotrópico. Estaño, por ejemplo. ¿Y de dónde lo
saco? Piensa, Guillermo, piensa...
GUILLERMO
¡Rubén! ¿No tendrás un poco de estaño?
RUBÉN
Sí, siempre tengo aquí una bolsa llena por si me piden.
¿Podrías dejarme estudiar?
GUILLERMO
¡Ah! Bueno, bueno, perdona...
GUILLERMO
Oye, ¿no tendrás...?
RUBÉN
(saltando de la silla)
¡No, no tengo! ¿Me quieres dejar en paz? ¡Aquí no hay
quien estudie! ¿Por qué no coges tus experimentos y te
vas al parque?
GUILLERMO
¿Y por qué no te vas tú? Yo tampoco puedo concentrarme
si tengo que estar pendiente de alguien al que le
molesta cualquier ruido. Y total, no sé para que
estudias, no creo que te saques el examen...
RUBÉN
¿Cualquier ruido? Estás continuamente molestándome. Ya
van dos noches que me despierto por tu culpa.
GUILLERMO
Si tienes el sueño ligero es problema tuyo.
RUBÉN
Ah, encima... Oye, mira, ¿sabes qué? Si vas a seguir
así, lo mejor será que te busques otro piso.
GUILLERMO
(indignado)
Yo no tengo por qué irme, estoy muy bien aquí. Si tienes
problemas, coges y te largas tú, y así me dejas trabajar
tranquilo.
CHICA (OFF)
(jadeos)
¡Sí! Sí! ¡Dámelo todo! ¡Dámelo todo! ¡Eres Dios! ¡Eres
Dios!
GUILLERMO (OFF)
¡Sí¡ ¡Sí! ¡Lo soy! ¡Lo soy! ¡LO SOOOOYYYY!
Se abre la puerta y entra Rubén (en ropa de calle), con mirada odiosa,
mirando de reojo hacia la parte del comedor donde está el sofá. Cierra la
puerta. Deja la chaqueta en la cama y se sienta. Coge los apuntes. Echa
mano al bote de los lápices y coge un boli. Intenta escribir, pero el
boli no va. Vuelve a echar mano al bote, pero no hay ningún boli más.
Abre el cajón del escritorio y mira. Lo cierra. Se queda extrañado y
vuelve a abrirlo. Remueve. Mira en la mesa. Se levanta y se queda de pie,
extrañado. Mira en el estante, en los bolsillos de un pantalón, debajo de
la almohada... Se queda pensativo. Finalmente abre la puerta y sale.
GUILLERMO
¿No será que lo has dejado en otro sitio y no te
acuerdas? Esa memoria, Rubén...
RUBÉN
Estaba en el cajón y ya no está, y yo no lo he cogido. Y
en mi cuarto, que yo sepa, no ha entrado nadie, por lo
menos nadie de fuera de esta casa.
GUILLERMO
Efectivamente, querido Rubén. En tu cuarto hace tiempo
que no entra nadie. El mío, en cambio, está algo más
transitado.
RUBÉN
Serás cabrón... Seguro que me lo has cogido tú, para
comprarte más coca, ¿no, capullo? ¡Devuélvemelo!
¡Devuélvemelo o te juro que voy a la policía!
GUILLERMO
(pasa de tumbado a sentado y coge el violín y el arco,
que están sobre la mesita)
Un robo es una acusación muy seria. ¿Tienes pruebas
contra mí? No se puede ir por ahí acusando así como así
a la gente, y menos sin pruebas concluyentes.
POLICÍA
Muy bien, ¿y contra quién desea ponerla?
RUBÉN
(está que muerde)
Contra mi compañero de piso.
POLICÍA
¿Y qué es lo que le ha hecho?
RUBÉN
No me deja estudiar. Se pone a tocar el violín y me saca
de quicio.
POLICÍA
Bien, pero eso no es ningún delito. Además, él está en
su casa, ¿no? ¿Le ha hecho algo más?
RUBÉN
Sí, me ha robado. Me ha cogido el dinero del alquiler.
500 euros, el muy cabronazo...
POLICÍA
Cálmese. ¿Está seguro de que se lo ha cogido él? ¿No lo
habrá perdido, o lo tendrá en alguna chaqueta? ¿Tiene
pruebas de qué haya sido él? Si no tiene pruebas, es
difícil que le podamos ayudar.
RUBÉN
No tengo pruebas, pero sé que ha sido él. Me lo ha
cogido para comprarse más coca...
POLICÍA
Sin pruebas va a ser difícil... ¿Toma cocaína su
compañero de piso?
RUBÉN
Sí, varias rayas al día.
POLICÍA
La tenencia de cocaína para consumo propio no es delito,
en todo caso se le podría llegar a cursar una sanción
administrativa. (coge un boli y un formulario) A ver,
deme el nombre de su compañero de piso.
RUBÉN
Guillermo del Olmo.
POLICÍA
(rellenando el formulario)
Guillermo... del Olmo... (pensativo) del Olmo...
Guillermo... ¿Guillermo es tu compañero de piso?
RUBÉN
Sí.
POLICÍA
(vuelve al formulario)
Qué casualidad... A Guillermo aquí le conocemos, se
interesa por nuestros casos. Es listo, el chaval.
(decidiendo qué hacer con el formulario) Es normal que
se quiera distraer. (lo aparta) Tú déjale, déjale que se
distraiga, no se vaya a estresar. Cómprate unos tapones
para los oídos y ya está. Así seguro que podrás
estudiar.
RUBÉN
Pero yo quería denunciarle...
POLICÍA
(levantándose y rodeando la mesa, hasta situarse junto a
Rubén y hacer el gesto de acompañarle a la salida)
Tú vigila que no se estrese. Y ayúdale en lo que puedas.
Y si los vecinos se os quejan, venís y nos lo decís.
Venga. Dale recuerdos de nuestra parte, ¿eh? Y dile que
se pase por aquí cuando quiera. ¡Que tenemos un par de
casos esperando!
GUILLERMO
De tu estado de ánimo deduzco que en la comisaría no te
han hecho demasiado caso. De todas maneras, querido
Rubén, me da que tampoco ibas a aprobar el examen. Te
falta, aparte de capacidad de concentración, habilidad
para resolver problemas. Yo, por ejemplo, en tu
situación, habría buscado una forma de librarme de mí.
Ahora mismo se me ocurre una manera algo, digamos,
drástica, pero efectiva. Hombre, quizás en este caso el
fin no justifica los medios, pero habría valido para
hacerme desaparecer sin dejar rastro. Así nadie podría
acusar a nadie de nada. Un crimen perfecto, vamos. Lo
principal es el cadáver. Si no hay cadáver, no hay
crimen. ¿Y cómo hacer desaparecer un cadáver? Perdona
que divague, querido Rubén. ¡Pues con el disolvente en
el que he estado trabajando!
GUILLERMO
Tengo ya la fórmula final, es de lo más sencilla. Los
ingredientes se pueden conseguir en cualquier droguería.
Habría que comprar bastante, para llenar la bañera, pero
se puede ir comprando aquí y allá. Nadie sospecharía
nada. Llegado el momento hay que tener estómago, pero
más que nada es una cuestión de autocontrol. Previamente
tendría que dejarte inconsciente. Lo ideal sería usar
éter. Mira, aquí mismo tengo un frasco (coge un frasco
de encima de la mesa). Luego habría que apañarlo todo,
como si te hubieses largado del piso...
GUILLERMO
¿Ves? Es como el cloroformo. Se echa un poco en un
pañuelo, se le tapa la boca a la víctima, y ya está.
RUBÉN
(hablando para sí)
Me ha destrozado el ordenador...
GUILLERMO
Ah, tu ordenador, lo he abierto para sacarle un poco de
estaño. Pues lo que te decía, se aplica éter y listo, la
víctima cae dormida al instante.
RUBÉN
¿Sí? Ah, hola, Ángel. Pues no, no está. Desde el lunes
que no le veo. Pues ni idea, se habrá ido de vacaciones
o de ermitaño por ahí, yo que sé, como es tan raro. No,
móvil no tiene. Vale, si llama o algo, te digo.
RUBÉN
(con total normalidad)
Estoy haciendo café, ¿te apetece uno? Espera, que te
dejo respirar un poco.
RUBÉN
¡Uf, qué mal hueles! ¿Ya te lo has vuelto a hacer
encima? ¡A ver si voy a tener que ponerte pañales!
Rubén coge un ambientador que hay a mano y comienza a echar un poco por
la habitación.
GUILLERMO
(serio)
Hace ya tres días que no voy al baño, si no llevo mal la
cuenta.
RUBÉN
Bueno... (volviendo a mirar a Guillermo) Y lo que te
queda. Como mínimo hasta el día del examen. Y luego ya
veremos. ¿Qué tal esos nudos?
GUILLERMO
No sabía que los supieses hacer tan bien. Ayer estuve
intentando soltarme y no hubo manera. Hace un rato lo he
intentado otra vez.
RUBÉN
Paciencia. Ya sabes, la madre de la ciencia. Ahora te
traigo el café. No grites, ¿eh?
Rubén sale. Guillermo muestra con sorna sus manos (los nudos están
deshechos). Se frota la muñecas. Termina de soltarse de las ataduras de
los pies y se incorpora. Encima de la cama, metidas en una caja, están
sus cosas. Las examina con parsimonia. Una probeta grande está rota.
Guillermo la sostiene en sus manos. PITA LA CAFETERA (OFF). Guillermo
coge un frasco (es el de éter) y lo examina. Luego coge un trapo y echa
un poco de éter en él.
RUBÉN (OFF)
(desde la cocina)
Ya está el café. Te lo llevo con una pajita y todo, no
te quejarás.