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AGENDA EDUCATIVA EN LA PERSPECTIVA DEL BICENTENARIO

Ayacucho cuanta con su Proyecto Educativo Regional (PER-A) 2006 al 2021 y que consta de 6
objetivos estratégicos y 82 políticas. Sin embargo, no se tiene un balance oficial a la fecha sobre
¿Cuál es el nivel de su implementación (avances, limitaciones)?
Solo a iniciativa del Consejo Nacional de Educación-CNE-, entre los años 2010-2014, a través del
sistema de seguimiento e información a la implementación de los proyectos educativos regionales
y la descentralización educativa (SSII-PER) se promovió balances regionales que dé cuenta de
los progresos en el proceso de la implementación de los Proyectos Educativos Regionales (PER).
En consecuencia, uno de los retos del GRA-DREA de cara al Bicentenario y pos, es la
actualización o rediseño del mismo considerando las tendencias o cambios: demográficos,
económicos, sociales, ambientales, TICs; a razón de que estas miradas exigen a todo sistema
educativo diseñar sus políticas educativas, currículo escolar, sistemas de formación docente, entre
otras; para garantizar un servicio educativo, como derecho, sea de calidad, pertinente y con
equidad.
En cuanto a los macro indicadores educativos se tiene: Acceso-cobertura, permanencia,
conclusión oportuna y logros de aprendizaje de calidad. Al respecto, Ayacucho muestra las
estadísticas:
Tabla 1.
Departamento Ayacucho: Macroindicadores educativos.
INDICADOR INICIAL PRIMARIA SECUNDARIA
Acceso 91,0% 92,6% 88,5%
Permanencia 1,3% 1,9% repetidores 1,9% repetidores
deserción 1,4% deserción 5,3% deserción
0,6% retirados 2,9% retirados
Culminación 83,3% (12-13 años) 60,3% (17-18 años)
Oportuna
Logros de 2do (ECE 2016) 4to (ECE 2016) 2do (ECE 2016)
aprendizaje Comp. Mate- Comp. Mate- Comp. Mate- Hist.
Texto mática Texto mática Texto mática Geog. Y
Econ
52,1% 48,6% 25,2% 23,3% 8,8% 9,3% 9,9%
Fuente: Escale-Minedu. Elaboración Propia
De la información registrada se infiera que, otro de los retos para el sector educación de Ayacucho
al 2021, es asegurar al 100% de ayacuchanos y ayacuchanas en edad escolar el acceso al servicio
educativo; a la vez, reducción de factores que restrinjan su permanencia, así como la conclusión
oportuna; principalmente en la secundaria.
Si bien, Ayacucho ha elevado los índices de acceso y cobertura, pero no en término de calidad de
los servicios y consecuentemente en los logros de aprendizaje. Prueba de ello, los resultados de
la ECE evidencian la situación crítica, principalmente teniendo en cuenta las variables de género
(hombre-mujer), área (rural-urbano), gestión (Estatal y No Estatal) en cada una de las áreas
curriculares evaluadas. Al respecto, “Aunque más jóvenes ingresan y permanecen en el sistema
educativo y la región ha elevado su ritmo en este sentido, lo cierto es que muchos de los niños,
niñas y jóvenes que logran acceder y permanecer en la escuela, no aprenden” (REDUCA, 2018,
p.7)
Otra de las cifras, muestra que Ayacucho, al 2018 contaba con 3921 IIEE a nivel del sistema
educativo regional; de los cuales, el 61,6% (2417) corresponden al área rural frente al 38,4%
(1504) del área urbana. Este hecho caracteriza que el servicio educativo en el ámbito regional es
significativamente mayoritario en la zona rural.
El servicio educativo rural, es crítico en las condiciones de educabilidad y laborales, accesibilidad,
permanencia, conclusión, el nivel de calidad de los logros de aprendizaje. A ello se suma, la
prestación del servicio de modo desordenado, escasamente articulados, poco pertinente a las
características y demandas del territorio; es decir, no genera expectativas de desarrollo personal
ni de su contexto al estudiantado. Por lo dicho, otro elemento para la agenda al Bicentenario es
mejorar la calidad educativa, especialmente de los contextos rurales. Al respecto, el Ministerio de
Educación ha diseñado políticas como: Política sectorial de Educación Intercultural y Educación
Intercultural Bilingüe, así como Política de Atención Educativa para la Población de Ámbitos
Rurales, siendo su objetivo.
En relación a la recomendación de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (2003) “D.
Recomendaciones para la elaboración de una reforma que asegure una educación de calidad, que
promueva valores democráticos: el respeto a los derechos humanos, el respeto a las diferencias,
la valoración del pluralismo y la diversidad cultural; y visiones actualizadas y complejas de la
realidad peruana, especialmente en las zonas rurales”, el sector educación, aunque con
limitaciones y demoras, ha definido políticas a nivel nacional, pero en el escenario regional aún es
agenda pendiente.
En cuanto a la gestión educativa, según el marco normativo del sector educación, las instancias
de gestión educativa descentralizada están constituidas por las Direcciones Regionales de
Educación, o Gerencias Regionales de Educación y las Unidades de Gestión Educativa Local.
Los roles, funciones o competencias están tipificadas en la Ley General de Educación N° 28044 y
su reglamento D.S N° 011-2012-ED, así como el DS N° 09-2016-MINEDU; para garantizar la
calidad del servicio educativo. Empero, los estudios demuestran que la capacidad operativa de
estas instancias, no son necesariamente eficientes ni eficaces. Entre los factores asociados a esta
realidad serían: implementación del modelo de gestión funcional o burocrática, atomización
funcional, deficiente diseño de la estructura organizacional y funcional, inadecuados procesos,
infraestructura y equipamiento insuficiente, inapropiadas políticas de gestión del potencial
humano, deficiencia en sistemas de planificación y articulación, escasa promoción y
fortalecimiento de capacidades de los espacios y mecanismos de participación, cultura mediática
de acceso a la información y transparencia, desarticulación a las demandas y necesidades del
territorio y la diversidad, etc. En consecuencia, de cara al 2021, también constituye un elemento a
trabajarse para la mejora del sistema educativo regional.
Respecto al profesorado, el Banco Mundial (2014) en un estudio ¿quiénes son los profesores en
América Latina? precisaba que “…los maestros son los encargados de gestar el pensamiento
crítico, la capacidad de resolver problemas, así como otra serie de competencias imprescindibles
para el éxito de los jóvenes en la vida profesional. Pese a ocupar un rol determinante en la
sociedad, el panorama de estos profesionales no es para nada alentador” y concluye que, en esta
Región, la baja calidad del profesorado constituye la brecha fundamental para materializar avances
en la mejora de la calidad educativa.
Es de conocimiento que, varios estudios y expertos coinciden en reconocer que el profesorado
constituye el factor fundamental para el aprendizaje del estudiantado y consecuentemente en
garantizar la mejora de la calidad del sistema educativo en su conjunto. Al respecto, el informe
McKinsey sentencia “el nivel educativo de un país depende de la formación, motivación y
aprendizaje permanente de sus profesores”.
Asimismo, en el libro “Profesión: Profesor en América Latina. ¿Por qué se perdió el prestigio
docente y cómo recuperarlo? del BID (2017), se afirma que, las reformas deben ser sistémicas y
se deben realizar de manera integrada y metódica, alcanzando todos los aspectos que afectan el
prestigio y la efectividad docente.
Por lo señalado, es pues una demanda urgente replantear la política del Estado respecto a la
formación docente, cuya iniciativa podría partir desde Ayacucho.
Finalmente, es sabido que la adolescencia “atraviesa una etapa de cambios críticos vinculados al
desarrollo de la identidad, las relaciones interpersonales y la integración social; tienen la
oportunidad para desarrollar habilidades útiles para la vida ciudadana (convivencia y productivas),
constituye una ventana de oportunidad para salir de la pobreza; están vulnerables a conductas de
riesgo que pueden limitar su desarrollo futuro (salud física y mental, proyecto de vida, etc.),
producto -en muchos casos- de toma de decisiones inadecuadas”. Unicef-UARM (2018)
Coincidentemente, en nuestro contexto, la adolescencia generalmente es percibida como un
problema y no una potencialidad y oportunidad de desarrollo y transformación para el bien, y por
lo mismo no es prioridad para la gestión pública (en inversión), tampoco está presente en la agenda
política. Por lo cual, existen limitaciones para el ejercicio de su ciudadanía, escazas posibilidades
de acceso a servicios integrales de calidad en salud, protección y educación. Ello ocurre, porque
aún persisten mitos que “justifican” este descuido. Implica, reformar la secundaria para asegurar
una trayectoria educativa inclusiva, equitativa, pertinencia y formación integral de nuestra
adolescencia.

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