Oh, madre de mi creador y madre mía, hija del sempiterno Dios todopoderoso, Santísima Virgen purísima, honrada, cariñosa, sagrada, jamás nos defraudes Madre amada, apartame de toda amenaza, socórrenos en las necesidades, resuelve caritativamente nuestras complicadas situaciones, porque sabemos que en ti nada es imposible. A tu corazón piadoso, todo cariño, toda ternura, y a tu sagrado reflejo el día de hoy confío mis complicados, casi inrrealizables, circunstancias, acongojo, temores y angustias, mis despavoridas necesidades a las que ya no encuentro solución, por estar encima de mi voluntad como humano, y que tú, como mi Santa madre, conoces. Circunstancias a las que no consigo reparo, complicaciones que me parecen irreparables, tristezas que golpean fuertemente mi corazón y me hacen sentir acongojado, solitario y olvidado, malentendidos, anarquías y requerimientos que en tus manos dejo Santa Madre para que tú realices lo imposible para mí, y le des solución: (realiza la petición). Oh, madre majestuosa, estoy más que confiado que con tu fuerza interventora, con el cariño que nos tienes a nosotros, tus hijos y siervos, con tu inmensa misericordia, no permitirás que las tentaciones y el agobio que el día de hoy invaden mi ser e inmensamente me dañan, queden incurables. En tus manos coloco mi vida, mi esperanza, mi devoción, y todo lo que a mí pertenece, nunca me defraudes, nunca te alejes de mí. Santa madre, bríndame tu socorro y resguardo y haz que el padre bondadoso me bendiga, el hijo me proteja y el espíritu santo me salve. Amén. Rezar tres Salves, Avemarías y Glorias.