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Durante el embarazo el cuerpo de una mujer sufre una serie de transiciones que permiten
el desarrollo fetal y el parto. Uno de estos cambios es la ampliación del volumen pélvico,
lo que es posible gracias a la movilidad de las articulaciones pélvicas potenciada por la
acción de las hormonas progesterona, estrógenos y relaxina, responsables de fortalecer el
suministro de sangre de los tejidos blandos y la elasticidad de los ligamentos.
Fuerzas ejercidas en la pelvis
Sin embargo, ocurre que la mujer embarazada tiene dolencias de la sínfisis púbica ya en
entre 20. y 26. semana de embarazo, cuando el cuerpo todavía no está listo debido a la
pequeña elasticidad de los ligamentos. En caso de este tipo de dolencia, el ginecólogo
debería excluir problemas relacionados con la patología del embarazo: diabetes,
polihidramnios, hipertrofia fetal, acortamiento cervical o contracción prematura. Si se
excluyen las patologías anteriores, una mujer embarazada puede someterse a un plan de
rehabilitación.
La sínfisis púbica está formada por los huesos púbicos unidos por el cartílago fibroso. Su
estructura consiste principalmente en colágeno tipo 1 que permite muy buena
amortiguación, sin embargo, no tiene propiedades elásticas y no es resistente a la
estiración. El conjunto se estabiliza adicionalmente por los ligamentos: púbico superior,
arcuato inferior, púbico posterior y púbico anterior. El ligamento púbico posterior es
bastante fino, pero unido al periostio se hace muy sensible al estiramiento, mientras que
el ligamento púbico anterior tiene una dirección diferente de las fibras, es bastante
grueso e unido al origen de músculos rectos abdominales y músculos aductores largos.
En las condiciones fisiológicas para la estabilización pélvica y del cuerpo entero
interactúan las tiras anatómicas de músculos: superficial posterior, funcional posterior,
funcional anterior y la tira del sistema lateral. Su tensión se ve afectada por el ajuste del
hueso sacro cruz y la pelvis. En el segundo trimestre del embarazo se puede observar un
aumento repentino en el peso del cuerpo embarazado y un cambio gradual del centro de
gravedad general hacia delante debido al crecimiento del útero. Esto implica una
profundización del movimiento de nutación del hueso sacro en relación con los huesos
ilíacos, seguido por el estiramiento de las tuberosidades isquiáticas y la sínfisis púbica y
el mayor bloqueo de las articulaciones sacro-ilíacas. Este ajuste del hueso sacro provoca
la debilidad de la tensión muscular del suelo pélvico; lo que es más, debido al crecimiento
del útero, los músculos de las tiras anatómica anteriores se estiran, lo que también
provoca la relajación de la conexión de la sínfisis púbica. Además, aumenta la tensión de
la tira anatómica superficial posterior y funcional posterior. Este proceso no tiene
consecuencias significativas para las mujeres que no tienen la anteversión excesiva de la
pelvis antes del embarazo. Las más expuestas son las mujeres que trabajan de pie, o que
se caracterizan por la construcción leptosomática, con mala estabilización profunda antes
del embarazo. Para este tipo de pacientes es importante asegurar el más temprano
equilibrio de fuerzas que afectan a las articulaciones de la cadera y mantener una postura
estable hasta el parto [2 - 7].
Separación de la sínfisis del pubis
Diagnóstico
Durante la entrevista con la paciente, se debe recoger toda la información sobre el dolor
actual, así como las dolencias del embarazo. Además de los trastornos del segmento
lumbar, pélvicos y púbicos, los datos importantes son los que se relacionan con la
incontinencia urinaria, problemas cardiovasculares y respiratorios. Puede dar un valor
significativo el estudio del ángulo de inclinación de la curvatura espinal, especialmente el
ángulo de la inclinación pélvica: el ángulo de la línea que une la sínfisis púbica y las espinas
ilíacas posterosuperiores con la línea horizontal. Valores confusos que sugieren una
anteversión demasiado alta indican resultados que exceden 50°. El siguiente paso es
realizar pruebas para verificar el bloqueo de las articulaciones sacro-ilíacas.
Síntoma de la movilidad de las articulaciones sacro-ilíacas - investigado en posición de
pie, movimiento – levantar alternativamente los miembros inferiores doblados en la
articulación de la rodilla - el terapeuta observa el movimiento de las espinas ilíacas
posterosuperiores. El resultado – falta de movimiento significa bloqueo en la articulación
sacro-ilíaca dada.
Fot. 1a y 1b
Síntoma Piedallu puede ser dividido en dos etapas: en la posición sentada y de pie – para
verificar.
Fot. 2a
Fot. 2b
Fot. 2c
La primera parte de la prueba la paciente realiza sentando en una silla, los muslos
apoyados en la silla, los pies apoyados en el suelo. Movimiento - inclinación hacia delante.
El terapeuta observa el movimiento de las espinas ilíacas posterosuperiores. Resultado –
el adelantar por una de las espinas significa el bloqueo de la articulación del mismo lado.
La verificación se basa en repetir la prueba en posición de pie. Si los resultados en las tres
pruebas no son ambiguos, la verificación a través de la segunda parte de la prueba de Pie
de llu indicará si hay una disfunción sacro-ilíaca (más visible en la posición sentada) o al
revés (un síntoma de adelantado más visible en la posición de pie). En el primer caso hay
que dirigir las actuaciones a la transposición del hueso sacro y en el segundo, el hueso
ilíaco (foto 1A-B, foto 2A-C). Si los resultados de las pruebas anteriores son negativos, se
puede realizar una prueba de distracción. Ésta consiste en ejercer la presión sobre las
espinas ilíacas anterosuperiores causando el movimiento en las articulaciones sacro-
ilíacas. El dolor que aparece en el área sacro-ilíaca indica un trastorno en las
articulaciones (foto 3). En última instancia, es necesario realizar una palpación completa
para determinar el tipo y la naturaleza de la disfunción. En caso de las disfunciones de
articulaciones se pueden utilizar las técnicas articulatorias. Dichas técnicas implican
restablecer la movilidad de la articulación mediante reproducción de la dirección correcta
de movimiento. Tanto los tratamientos manuales como las movilizaciones y/o
manipulaciones representan procedimientos pasivos. Suponen la movilización para
restringir el movimiento, lo que es necesario para reconstruir el movimiento alterado,
teniendo en cuenta los sentimientos subjetivos de la paciente. Hay que concentrarse en
el movimiento de contranutación del hueso sacro y la movilización de la articulación
sacro-ilíaca dolorosa [5, 12-14] (foto 4-5). Los trastornos de los tejidos blandos pueden
reducirse mediante la relajación muscular postisométrica y la terapia fascial. Se trata
principalmente del músculo cuadrado lumbar y el músculo piriforme. Después de trabajar
con las articulaciones sacro-ilíacas y la regulación de la tensión muscular, se debe realizar
los ejercicios que afectan a los músculos del suelo pélvico y que ayudan a corregir la
anteversión pélvica [15 - 19].
Ejercicio 1.
Ejercicio 2. (foto 7)
Ejercicio 3. (foto 8)
Fot. 8
Fot. 9a
Fot. 9b
Fot. 9c
Ejercicio 5. (foto 10A–C)
Kinesiotaping
Con el fin de mantener los efectos de la terapia vale la pena utilizar el tratamiento activo
de aplicación de vendas. Esto ayudará a mantener la tensión muscular adecuada, aliviar
las molestias de articulaciones sacroilíacas y, si es necesario, para mantener la sínfisis del
pubis. Apoyar los músculos abdominales:
BIBLIOGRAFIA: