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LOS CUADRANTES DE LA VIDA

La vida es cíclica en su manifestación. Los elementos o fenómenos que integran


una realidad se manifiestan cíclicamente. Conocer la estructura que subyace a los
ciclos permite estudiar la vida en cualquier forma que se manifieste, porque:

Sí un fenómeno es cíclico, es predecible en su comportamiento.

Un ciclo representa
la trayectoria de un objeto en
movimiento, que luego de partir
regresa a su punto de origen.

Existen ciclos que de ser tan evidentes, en su manera de afectar nuestra


existencia, lo hemos aprendido a predecir. Uno de ellos es el ciclo anual con sus
cuatro estaciones. Estudiando el comportamiento de las estaciones en un
año podemos pronosticar que luego
de experimentar calor por un tiempo
vendrá un tiempo de frío y aparente
muerte de la naturaleza, y que luego
del frío vendrá un tiempo cuando
todo renace y florece. A esas
manifestaciones extremas de calor y
frío las llamamos Verano e Invierno,
y a los estadios de transición entre
una y otra, Primavera y Otoño.
Cada día también representa un ciclo completo, con un
pico de luz y un máximo de oscuridad.

No es necesario ser mago ni un cerebrudo científico para


predecir el comportamiento de esos ciclos tan conocidos
de todos.

Tampoco es extraño a nosotros el hecho que los distintos segmentos que


componen un ciclo afectan a los seres que lo experimentan en forma diferente. El
comportamiento de los animales y plantas es diferente en invierno que en verano.
El ciclo diario determinado por el movimiento de la tierra sobre su eje, el cual
determina una alternancia de luz y oscuridad, induce conductas en los seres vivos,
que conocemos como ciclos circadianos, la más conocida de sueño y vigilia. La
influencia no es solo a nivel físico. Psicológicamente hay cambios también.

El ser humano, tiene la facultad de modificar el ambiente para su propio provecho


o interés personal, a fin de minimizar aquellos cambios cíclicos que les son
desagradables. A pesar de los modernos sistemas de aclimatamiento, los
cuales permiten disfrutar de ambientes relativamente estables en las cuatro
estaciones, no deja de ser necesario el tomar precauciones como es abrigarse en
invierno y tomar suficiente líquido en verano.

Pudiera uno pensar o imaginar que en el futuro disfrutaremos de ambientes


absolutamente estables, algo así como campanas aclimatadas que permitan que
los habitantes que en ellas moren, vivan en una perenne primavera. Interesante
como pueda parecer, esa imagen futurista deja de ver la razón de los ciclos. Y en
ello radica el objetivo de la Quadrántica: Los ciclos son necesarios y su necesidad
estriba en que justamente eso que llamamos vida es una integración de
fenomenos en contínuo cambio cíclico. En otras palabras, sí no existieran los
ciclos no existiría vida. La vida en el universo es cíclica en todas sus
manifestaciones, sea que consideremos la manifestación de una onda de luz o el
nacimiento, vida y muerte de una estrella.

Sabemos que el frío nos afecta en forma diferente al calor, y el viento afecta en
forma diferente a la humedad. Quizás hemos percibido que nos sentimos diferente
en la mañana que en la noche. Que hay horas del día cuando preferimos
detenernos y descansar y otras en las que estamos llenos de energía y hasta
eufóricos. Esto hemos llegado a aceptarlo, no obstante, no es tan fácil conocer la
estructura que subyace a dicho fenómeno, más aún cuando el comportamiento de
los ciclos nos afecta a cada uno de manera diferente. Hay quien se siente de
maravillas en el frío y otros no lo soportan. Existe también quien en una etapa de
la vida le molesta el frío y años después cambia y le molesta el calor. Los
ejemplos pueden multiplicarse al infinito y considero que los suministrados bastan
para esbozar la idea de la existencia de influencias cíclicas y naturales cuya razón
y trascendencia no hemos profundizado.

La pregunta que aquí nos concierne es: ¿Será posible conocer y predecir el
comportamiento de los seres vivos frente a cambios cíclicos de la naturaleza, así
como las leyes que rigen ese comportamiento? Sostengo la premisa que ello es
posible.

No pretendo decir ser el primero que se ocupa del estudio de los ciclos. Es un
tema que ha apasionado al ser humano desde el principio de la historia. Desde
las observaciones de nuestros antepasados, en épocas remotas, con relación a
los factores meteorológicos que afectaban la agricultura, hasta los movimientos de
las estrellas con relación a la Tierra -lo cual devino en la doctrina Astrológica-, todo
ha sido una observación de los patrones cíclicos. Estudiosos de la bioquímica
humana, han encontrado que los picos y descensos de la actividad de diversas
hormonas y neuroquímicos ocurre en horarios definidos dentro de ciclos
circadianos predecibles.

En este ensayo no busco hacer un estudio detenido de determinados ciclos, sinó


más bien realizar un aporte de lo que puedo llamar ¨la estructura subyacente¨.
Detrás de cada ciclo hay un patrón que nos permite entender u ubicar cualquier
fenómeno. La Quadrántica se ocupa del estudio de esa estructura cuaternaria de
cualquier fenómeno y de allí deriva su nombre, porque la división de un ciclo en 4
partes no es una decisión arbitraria, como ya veremos.

Es posible que a algunos de mis lectores no les resulte familiar el uso del oráculo
chino denominado I Ching. Para otros la sola palabra oráculo trae remembranzas
relacionadas con lo oculto y desconocido, si es que no lo vincula con
charlatanería. El I Ching es un ejemplo histórico y categórico de la atención que
nuestros antepasados asiáticos le dedicaron al estudio de los ciclos, a sus partes
integrantes y a la forma de predecirlos para proyectar una vida más adecuada a
sus necesidades. No es este el espacio adecuado para hacer justicia a un libro de
la envergadura del I Ching , no obstante, dada las interesantes conexiones entre la
Quadrántica y la doctrina china de los 5 elementos, haré varios comentarios al
respecto.

Los oráculos de la tradición, esos que llevan estampados en su historia un linaje


de abolengo espiritual, que tiene que ver con una visión superior, holística y ética
de la creación, son instrumentos de indagación del comportamiento de los ciclos.
El Tarot, el I Ching, las Runas Vikingas y otros integran esta estirpe. Sí usamos
una daga ceremonial para cortar una lonja de queso, ello no le quita el valor que le
fue adjudicado a ese objeto cuando fue consagrado. Demasiado frecuentemente
encontramos en manos pueriles instrumentos sagrados. Indagar el futuro, usando
un oráculo tradicional, es un uso inteligente del conocimiento de la estructura de
los ciclos, por el mero hecho que éstos son predecibles.
El esquema aprendido en la universidad, cuando cursaba estudios de medicina,
acude ahora en mi ayuda, permitiéndome estructurar el tema de los ciclos
siguiendo la secuencia didáctica de la anatomía, fisiología y patología.

Un ciclo tiene una estructura. Es de notar que esa


estructura tiene un comportamiento que puede ser
normal -ajustado a la norma natural- o puede
corromperse y degenerar llegando a ser anómalo.

En la figura anterior se representa un círculo, con un eje


vertical y otro horizontal, lo cual determina 4 cuadrantes. Un movil que se desplace
describiendo una circunferencia alrededor de un eje central lo hará pasando
sucesivamente pasando por los 4 cuadrantes.

Permìtanme añadir una pequeña complicación a esta


idea: Toda figura tridimensional consta de 3 ejes -son las
3 dimensiones que determinan el espacio-. Sí existen 3
ejes, existirán 4 cuadrantes para cada eje, lo cual nos da
un total de 12 cuadrantes de manifestación –las 3
posibles dimensiones de la manifestación, cada una con
su propia estructura cuaternaria.

La estructura del año nos brinda una


situación experimental ideal para trabajar
y conjeturar sobre ella. Un año está
formado por la sucesión de 4 segmentos
estacionales, cada cual con
características bien marcadas. Esos 4
cuadrantes, a su vez deberían estar
enmarcados sobre una trama invisible
que es ternaria (referida al 3). Percibimos
con nuestros sentidos, que existen 4
estaciones (lo manifestado) , no obstante,
existen 3 fuerzas que no son percibidas
por los sentidos y que son anteriores a la
manifestación de los 4.
El 3 es lo que mueve, inicia y determina, mientras el 4 es lo que responde al 3,
manifestándose –entendiendo que aunque no lo veamos hay una etapa previa a la
manifestación, en la cual ocurre la creaciónmental.

El 3 es el número del cielo, el 4 el número de la tierra.

Comencemos por lo visible y conocido: el 4. Todo ciclo consta de un inicio y un


final. Eso es obvio. Lo que no es tan obvio es la definición de ese inicio. Así,
pareciera que el inicio del año es la primavera, el 21 de marzo, el solsticio de
Primavera. Significa que en esa época del año toda la naturaleza "vuelve a la
vida", renace, los árboles se cubren de nuevo con hojas verdes y hay
florecimiento, la vida parece despertar del sueño invernal y se nota una enorme
actividad por doquier. No obstante, un examen mas a fondo de la cuestión nos
lleva a reflexionar sobre cúal es el verdadero punto de partida de esa actividad.
Esa ubicación interesa tanto en el contexto del tiempo, como del espacio. La
actividad primigenia se ubica en la tierra, que duerme en el invierno pero que no
muere. El invierno a todas luces es el final aparente del ciclo de actividad anual.
Entonces, podemos suponer que el inicio del ciclo ha de estar en algún punto
entre el invierno y la primavera.
Lo mismo sucede con el ciclo diario. Aparentemente el día comienza al amanecer.
No obstante, una observación acuciosa nos revela que la fase de descenso de la
energía y actividad termina en la parte inferior del ciclo -a media noche-
comenzando la actividad horas antes del amanecer.

En la tradición chinase ubicaba el comienzo del día en un punto medio entre la


media noche y el amanecer, es decir aproximadamente a las 3 de la mañana.
El clásico esquema del yin y yang de las 2 gotas nos ilustra esta idea:
Más allá de que aceptemos o no la ubicación del inicio del ciclo a medianoche o a
las 3 de la madrugada, nos interesa reconocer que cada segmento de tiempo tiene
una calidad que lo caracteriza. A las 3am hay una calidad en el ambiente que lo
hace ideal para la meditación. Uno pudiese pensar que sería lo mismo a las 2am o
incluso a las 6am, mas no es así.

Los antiguos chinos adjudicaban un segmento de 2 horas de actividad energética


máxima a cada órgano del cuerpo. Durante esas 2 horas, de acuerdo a la doctrina
de la Medicina Tradicional China, es posible actuar sobre ese órgano, con las
terapias adecuadas, de una forma mas efectiva que en otras horas del día. Este
es otro ejemplo de la cualidad específica del tiempo, considerado como segmento
de un ciclo.

Es esa caracterización cualitativa de los segmentos de los ciclos lo que estudia


la Quadrántica.
En los próximos capítulos analizaremos las características de cada porción
repetible en cualquier ciclo, tomando para ello el ejemplo del ciclo anual, para
luego extrapolarlo a la descripción de otros ciclos de manifestación.

Cada cuadrante dentro de un ciclo tiene correspondencias específicas con


determinadas virtudes, cualidades, emociones, movimientos, puntos cardinales,
sitios del cuerpo, meridianos de acupuntura, etapas en la elaboración intelectual,
etc. Ello nos brinda una extraordinaria herramienta de ubicación, permitiéndonos
saber el lugar y el tiempo relativo que ocupa un fenómeno y sus relaciones con el
resto del sistema. ¿Y no es acaso ese conocimiento el punto de partida de
cualquier estrategia?

Cada empresa la acometemos desde una posición específica en el mapa de los


cuadrantes. Tome Ud. el ejemplo de este libro, el cual representa la recopilación
histórica de distintos momentos del escritor, los cuales corresponden a distintos
cuadrantes. De allí que ese libro tendrá distintos "sabores", matizados todos por el
ingrediente fundamental del escritor, el cual pudo ser primaveral (entusiasmado y
optimista), veraniego (alegre y seguro de sí), otoñal (defensivo) o invernal
(receptivo).

Puedo afirmar sin temor a duda, que la empresa más importante que un ser
humano puede acometer durante su estancia en el planeta, es el de conocerse a
sí mismo, en todas sus dimensiones. Ese conocimiento es el punto de partida para
cualquier acción coherente. La Quadrántica es una herramienta imprescindible en
este proceso de indagación de sí mismo, pues permite conocer nuestras fortalezas
y debilidades y la manera como éstas se relacionan unas con otras. Además, en el
momento histórico que nos toca vivir, en que se hace cada vez más necesario una
visión holística de la realidad, el estudio y comprensión del patrón Quadrántico de
la vida es sencillamente indispensable.

Tiempo y espacio están intimamente ligados, pues son aspectos de una misma
realidad. Aunque originalmente tomé la idea de los ciclos de la observación del
tiempo, la idea se extiende hacia la estructura material que conforma el espacio.

Estudiar la estructura de un ciclo inevitablemente nos lleva a indagar la ciencia de


los números. ¿Me permiten que afirme que los números tienen vida? Los números
tienen un valor que les es propio, que los caracteriza. Sí algo tiene individualidad
es por que tiene vida. Y cada número tiene su individualidad.

Antes de continuar debo advertir, a la vez que dar un consejo a mis lectores. Las
correspondencias numéricas y geométricas, al igual que otros segmentos de
conocimiento humano no convencionales, merecen que les hagamos un espacio
en nuestra mente. Al no encontrar referencias en el modo convencional de ver las
cosas, con frecuencia se genera rechazo. Un acercamiento correcto se logra
permitiendo que estas ideas penetren suavemente sin forzarlas ni pretender
entenderlas en toda su magnitud de una vez. Son como semillas que hay dejarlas
germinar durante meses e incluso años.
Mi objetivo no es atiborrar al lector de información numerológica, sino más bien de
conducirlos hacia una perspectiva holística de la realidad, que le permita asistir a
sus propios procesos creativos y depurativos en una forma más consciente y
efectiva, en lo que podríamos considerar una visión evolutiva, porque la
Quadrántica considera al hombre desde su posibilidad de devenir en un ser
superior, pues un ciclo, aunque comienza y termina en el mismo lugar –aparente-,
en realidad lo hace, tomando una perspectiva tridimensional, en otro lugar de una
trayectoria espiral, mas que simplemente circular, bidimensional.

La tradición afirma: El uno crea al dos, del dos surge el tres y del tres nacen todas
las cosas. Esta simple afirmación contiene una gran sabiduría y nos habla de un
número que no podemos perder de vista pues estaremos refiriéndonos a él con
frecuencia: el 3. Por alguna razón se habla en la religión cristiana de una Trinidad
que es Santísima. Es demasiado curioso que se venere en la religión mas
difundida en la actualidad y se califique de santo a un número o conjunto trinitario.
Mas curioso todavía es que se deje pasar por alto la importancia de la Trinidad. En
mucho este libro, que trata sobre los cuadrantes, mantiene una referencia con la
ley trinitaria, porque el orígen del 4 está en el 3.

Observemos que 7 es 3 mas 4. Y que 12 es igual a 3 por 4.

4 y 3 tradicionalmente han sido magnitudes de una especial categoría. Y es


que son representaciones de conjuntos donde se ha tomado en cuenta la tierra y
el cielo, la totalidad manifiesta y no manifiesta.

La tradición afirma: el 4 es el número de la tierra y 3 el número del Cielo.

Decir que 4 es el número de la tierra significa que el 4 es el número de la


manifestación, de lo que se materializa, de lo que toma cuerpo o encarna. Cuando
un proceso creativo llega al punto de la materialización se manifiesta en 4 fases(o
en múltiplos de 4). También debemos observar que 4 = 2 x 2. Los cuadrantes son
el producto de la doble manifestación de esa ley ahora tan conocida: la del Yin y el
Yang u opuestos complementarios.

Sí el 4 es la manifestación, el 3 representa un proceso anterior de promoción o


estado previo a la manifestación. Un ciclo se estructura en 4 fases sucesivas. No
obstante, antes de manifestarse como 4, existen los 3 principios creadores los
cuales devendrán en una manifestación quaternaria. Es por ello que subyacente a
la estructura cuaternaria de los ciclos se esconde su orígen ternario.

La energía que pasa de un cuadrante a otro puede hacerlo en forma fluida e


ininterrumpida o puede experimentar bloqueos. Quitar bloqueos en un sistema
holístico equivale a sanar. Tradicionalmente este ha sido el arte de la Medicina.

Cada quien ha logrado cultivar virtudes que constituyen su verdad. También


existen en nosotros, los humanos, zonas de oscuridad, que han sido llenadas con
mentiras, que en forma de máscaras usurpan y ocultan un espacio Quadrántico, al
que genuinamente le corresponden virtudes o cualidades, que han de ser
develadas en el devenir del tránsito evolutivo, a fin de cubrir ese camino que se
llama Iluminación.

No he conocido a nadie que pueda presumir de estar libre de bloqueos. No


obstante, yo si he conocido y disfrutado con esos seres humanos que han llegado
a la maestría (siempre relativa) de uno o varios de sus aspectos. En ellos, algunos
de sus segmentos Quadránticos han alcanzado una cuasi perfección. Para esa
pequeña porción de la totalidad iluminada -acúmulo de virtud o virtud perfecta-
tomo del latín la frase "cumulata virtus" como sinonimo de un logro que incluye el
fuego y la tierra: han llegado a la perfección y aún esa perfección la han depurado.
Pero cuidado! la perfección de una parte no es la perfección del todo. También el
perfeccionamiento de un segmento Quadrántico sin el desarrollo armónico del
segmento opuesto, va a traer un desequilibrio y un sufrimiento quizás mayor que
el de aquel que en su desenvolvimiento tan solo es un embrión humano, que ha
desarrollado en forma modesta pero equilibrada sus cualidades. De allí que
encontremos una mayor paz y felicidad en esos seres simples, que no han
adquirido mayor conocimiento y relevancia.

Me gusta el simil del ser humano como un arbol de navidad, de esos que tienen
múltiples adornos y lucecitas. En su periplo evolutivo, el hombre, transita por una
etapa en que es un ente oscuro. Pero a medida que avanza, experimenta y
aprende, va prendiendo mas y mas luces, hasta que llega a convertirse,
literalmente, en un ser iluminado. Es utópico creer que podemos desarrollar todas
las virtudes e iluminarnos completamente en una sola vida. No solo es un asunto
de falta de tiempo, sinó que cada cuerpo y su circunstancia permiten experimentar
solo con un pequeño sector de la realidad. Existen condicionamientos genéticos,
estructurales e incluso socio-históricos que obligan y enrumban las experiencias,
permitiendo unas y coartando completamente otras. ¿Podría acaso un romano del
siglo 1, experimentar la comunicación inalámbrica por radio o tv? Este ejemplo,
que puede resultar obvio, puede conducirnos a considerar que existen otras
experiencias, mas sutiles, que también les fueron imposibles a esos hombres,
como el concebir la redondez de la Tierra y su integración en un Sistema Solar. Y
mas sutil aún, su concepción mágica del mundo los obligaba a una perspectiva
animista y por lo tanto esclava de fuerzas mas allá de su control.

Pronto veremos que el estudio de los cuadrantes no se limita a un sector de


nuestra realidad. Inevitablemente representa la manifestación de una línea
creativa que se remonta a las instancias mas elevadas de la vida, mucho mas allá
de nuestra humana percepción y consciencia. Y aquí no me refiero
exclusivamente a la vida en el planeta Tierra, la cual no está desligada del resto
del Universo. No lo está fisicamente y tampoco lo está en Esencia, pues lo cierto
es que la vida es una.
Lo que percibimos como trozos aislados de la realidad, forman de cierto, un
conjunto perfectamente organizado, una trama cósmica que sigue un plan preciso
y que tiene un generador, un coordinador, un patrón, un CREADOR.. Es el Uno
detrás de la multiplicidad. Mas allá de la ilusión generada por el movimiento de la
rueda de los ciclos, nuestro objetivo es llegar a ser conscientes de ese Uno,
servidores de Su Plan y partícipes de Su Amor.

Año 1998

Dr. Pedro Morales

oyatros@gmail.com

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