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Comentario de san Beda

v. 30-32 “Hay que advertir minuciosamente el tenor de las palabras y grabarlo en el corazón
tanto más profundamente cuanto más evidente es que en ellas está contenido el resumen de
nuestra Redención.” (p. 92)

v. 36.  Sobre Isabel. Observación sobre las dos tribus. La madre de Dios, desciende de la tribu
real y está emparentada con la tribu sacerdotal. “esto se adaptaba perfectamente a los misterios
celestiales. Porque convenía que, al comparecer en el mundo el mediador entre Dios y los
hombres (2 Tim. 2, 5), tuviera su origen carnal en ambas tribus, ya que sin duda en la Humanidad
que asumía habría de tener las dos funciones: la de sacerdote y la de rey” 8p. 97).

Midrash

Trabajo científico (TC)

Tanto el de Mateo como el lucano, pertenecen al género literario de los llamados midrashîm. En
íntima relación con la interpretación de la Biblia. … el midrásh existe en orden al texto, puesto
que su objetivo es hacerlo comprensible; busca lecciones edificantes: es una meditación del
texto sagrado, una reconstrucción imaginaria de la escena o el episodio relatado.

Sin embargo, debemos aclarar que los textos veterotestamentarios no se emplean en los relatos
de infancia para explicar el Antiguo Testamento, sino para describir la persona de Jesús [R. E.
BROWN, El Nacimiento del Mesías. Comentario a los Relatos de la Infancia, Cristiandad, Madrid
1982, 584, “Mateo y Lucas no sólo se inspiraron en la Biblia, sino también en midrases que
interpretaban los libros bíblicos, añadiéndoles detalles”]. Nuestros primeros hermanos
cristianizaron el midrásh. Es en este sentido que el término “midrás, o si se prefiere —como
subraya H. Hendrickx— midrás cristiano, se puede usar justamente en los relatos de la
infancia”.20 Este peculiar género, en consecuencia, no pretende una reproducción histórica en
un sentido moderno, sino una interpretación teológica del acontecimiento Jesús.

El principio de fe de los evangelistas radica, por lo tanto, en afirmar que en Jesús se han cumplido
las Escrituras. Sin embargo, cada uno las ha visto cumplirse a su manera y relata su cumplimiento
según su propio estilo literario

Ratzinger, Infancia

En Lucas parece haber un texto hebreo subyacente. En cualquier caso toda la descripción está
caracterizada por semitismos que, por lo general, no son típicos en él. Se ha intentado entender
las propiedades de estos dos capítulos, Lucas 1-2, a partir de un antiguo género literario judío, y
se habla de un midrash haggádico, es decir, una interpretación de la Escritura mediante
narraciones. La semejanza literaria es innegable. Y, sin embargo, está claro que el relato lucano
de la infancia no se sitúa en el judaísmo antiguo, sino precisamente en el cristianismo antiguo.

Pero este relato es también algo más: en él se describe una historia que explica la Escritura y,
viceversa, aquello que la Escritura ha querido decir en muchos lugares, sólo se hace visible
ahora, por medio de esta nueva historia. Es una narración que nace en su totalidad de la Palabra,
pero que da precisamente a la Palabra ese pleno significado suyo que antes no era aún
reconocible. La historia que se narra aquí no es simplemente una ilustración de las palabras
antiguas, sino la realidad que aquellas palabras estaban esperando. Ésta no era reconocible en
las palabras por sí solas, pero las palabras alcanzan su pleno significado a través del evento en
las que ellas se hacen realidad.
La fuente de Lucas en los relatos de la infancia

Ratzinger

Siguiendo a Joachim Gnilka habla de tradiciones de familia. “Lucas alude a veces a que María
misma, la madre de Jesús, fue una de sus fuentes, y lo hace de una manera particular cuando,
en 2,51, dice que «su madre conservaba todo esto en su corazón» (cf. También 2, 19). Solo ella
podía informar del acontecimiento de la anunciación, que no había tenido ningún testigo
humano.

Naturalmente, la exegesis crítica moderna insinuará que las consideraciones de este tipo son
más bien ingenuas. Pero ¿por qué no debería haber existido una tradición como ésta,
conservada y a la vez modelada teológicamente, en el círculo más restringido? ¿Por qué Lucas
se habría inventado la afirmación de que María conservaba las palabras y los hechos en su
corazón, si no había ninguna referencia concreta para ello? ¿Por qué debería hablar de su
«meditar» sobre las palabras (cf. Lc. 2,19; 1, 29, si nada se sabía de eso?

Trabajo científico

Las discrepancias entre los relatos de infancia de Mateo y Lucas resultan irreconciliables en
todos y cada uno de sus detalles, pero es un hecho irrefutable que ambos afirman la concepción
virginal de Jesús. En consecuencia, que Lucas haya elegido un molde veterotestamentario no
significa que debamos asumir esto como una opción meramente literaria, como si el evangelista
hubiera decidido introducir cualquier contenido.1 ¿Será acaso que “demasiada verdad nos
sorprende”?2 (p. 78-79)

La Tradición como fundamento. Los relatos de infancia, tanto el de Mateo como el de Lucas,
hunden sus raíces en la reflexión cristiana primitiva sobre el significado salvífico de Jesucristo.
Es posible que Mateo y Lucas, cada uno por su cuenta, hallaran en otra parte la idea de una
concepción virginal y el esquema de anunciación. Se trata, por lo tanto, de ideas anteriores a
ellos, y que cada uno habría desarrollado a su manera

“Me parece totalmente improbable —afirma R. E. Brown— que los dos eligieran
independientemente la misma situación marital, tan peculiar, como marco para la anunciación”
(Brown, 251-252). De ahí que todas las coincidencias entre ellos sean relevantes, en la medida
en que entra en juego el criterio de testimonio múltiple: “Tales coincidencias en dos relatos
independientes y marcadamente discrepantes se remontarían, como mínimo, a una tradición
primitiva y no serían creación de los evangelistas” (J. P Meier, vol. 1, 227).

A pesar de que existía una tradición pre-evangélica sobre la anunciación del nacimiento del
Mesías davídico, fue cada evangelista quien dio a esa tradición su actual forma narrativa.
Mateo enmarcó el anuncio en un ambiente veterotestamentario “onírico”, mientras que Lucas,
como hemos constatado, siguió un modelo del Antiguo Testamento de corte decididamente
literario. Entre ambas narraciones existen significativas diferencias. Por ejemplo, en Mateo el

1
Para I. H. MARSHALL, The Gospel of Luke, Eerdmans Publishing Company, Grand Rapids, Michigan
1998, 76, “la creencia en el nacimiento virginal no es irracional, si uno puede aceptar la realidad de la
encarnación”.
2
PASCAL, El hombre sin Dios (Pensamientos), traducción de J. Domínguez, Folio, Barcelona 2007, 12. La
cita completa dice: “Nuestros sentidos no perciben nada extremo: demasiado ruido nos ensordece y
demasiada luz deslumbra, demasiada distancia y demasiada proximidad impiden la visión, demasiada
duración y demasiada brevedad de discurso lo obscurecen, demasiada verdad nos sorprende”. Las
cursivas son del autor.
destinatario del anuncio es José, mientras que en Lucas el mensaje va dirigido a María. En Mateo
no se menciona Nazaret hasta 2,23; es lógico pensar que al momento del anuncio José se
encontraba en Belén. Por el contrario, Lucas dice que María estaba en “una ciudad de Galilea
llamada Nazaret” (Lc 1,26). Los dos evangelistas, si bien deudores de la tradición precedente,
han compuesto su narración con base en modelos distintos.

Carrillo Alday Salvador, el evangelio según San Lucas

1. Fuentes propias. Lucas afirma que ha investigado personalmente, consultando a


“testigos oculares y ministros de la Palabra” (1,2); tiene, por tanto, mucho material que
le es propio y equivale más o menos al 40% del escrito: La infancia de Juan el Bautista y
de Jesús. Himnos y cánticos: Benedictus, Magníficat, Gloria in excelsis, Nunc dimittis.
Una genealogía popular. Parábolas: el buen samaritano, entre otros.
2. Evangelio de Marcos (35%)
3. Fuente Q (20%)
4. Fuente anterior a Marcos, posiblemente el Evangelio de Mateo en arameo (algunos
autores, presente en Biblia de Jerusalén).

Pero no es un simple transcriptor sino que hizo obra personal y propia, de acuerdo a su talento
literario y a sus intenciones teológicas. (p

Teología del Evangelio: Lucas es el evangelista del designio de Dios: el misterio de la Pascua es
su foco, el Espíritu Santo es su autor y la comunidad universal de los creyentes es su término3.

Evangelio de la alegría y de la paz: No podía ser de otra manera. La salvación traída por Jesús
Mesías tiene como frutos la auténtica alegría y la paz perfecta, síntesis de los bienes prometidos
para los tiempos mesiánicos.

La alegría inunda a los padres de Juan Bautista (1,14.41-44.58). El ángel saluda a María con un
grito de regocijo: “¡Alégrate!” (1,28). La Virgen entona un cántico de gozo (1,46-55). Belén es un
himno de alegría celestial (2,10-13).

Jesús exulta de gozo al impulso del Espíritu Santo (10,21). Los discípulos y las multitudes se
llenan de alegría (3,17; 10,20). Zaqueo recibió a Jesús con gozo (19,6). Los apóstoles se regocijan
al entrar a Jerusalén (19,37). La pequeña comunidad cristiana goza por la glorificación del Señor
Jesús (24,52).

Dios se regocija por la conversión de los pecadores (15,7.10.23- 24.32). A la alegría sigue la paz,
la paz que Dios da, la paz que comunica Jesús (2,14-29; 7,50; 8,48; 18,32). La paz es el don de
Jesús resucitado (24,36).

Estructura del fragmento

El fragmento de la Anunciación integra, junto a la anunciación de Juan el Bautista y la visita de


María a Isabel, el primer tríptico (I, 5-56) de la primera parte del plan del Evangelio según san
Lucas: Nacimiento y vida oculta de Juan el Bautista y de Jesús (1,5–2,52).

3
E. Rasco, La teología de Lucas, Sal Terrae, Santander 1982. P. Tremolada, “La teologia di Luca (1986-
1996)”, ScuolCatt 126 (1998) 59-108. Temas importantes en el estudio actual de la teología de Lucas: el
AT en la obra de Lucas, Israel en el plan de Dios, la teología de la salvación, la cristología de Lucas, el
Espíritu santo en los escritos lucanos, la escatología y la eclesiología.
TC

Para describir el anuncio del nacimiento de Juan Bautista y Jesús en contundente y aleccionador
paralelismo, Lucas utilizó el esquema que aparece en el Antiguo Testamento para este tipo de
narraciones. Éste comprende cinco elementos básicos: 1) la entrada en escena del mensajero
(cf. Lc 1,8-11; 26-27); 2) la sorpresa causada por el ángel (cf. Lc 1,12; 29); 3) el mensaje celeste
(cf. Lc 1,1317; 30-33); 4) la objeción (Lc 1,18; 34), y 5) la respuesta y la señal (cf. Lc 1,20-22; 35-
37).

En ambos casos, estos cinco elementos se cumplen de manera íntegra. La clave de


interpretación radica en el material de la anunciación lucana que desborda el esquema literario
y consiste en la descripción de la singularísima forma de la concepción de Jesús, que conforme
al texto lucano apunta a la unicidad de su misterio: “por eso (dio. kai.) el que ha de nacer será
santo y será llamado Hijo de Dios” (Lc 1,35). El relato de la anunciación del nacimiento de Jesús
contiene, en efecto, un elemento nuevo: la presentación de María como una “virgen” (cf. Lc
1,27). El término “virgen” se repite dos veces en el versículo. Esta descripción “se parece mucho
más a Dt 22,23 que a Is 7,14”.

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