You are on page 1of 3

BIOGRAFÍA DE MIGUEL GRAU

Miguel Grau nació en Piura, al norte del


Perú, el 27 de julio de 1834. Sus padres
fueron Manuel Grau y Maria Luisa
Seminario. Desde muy joven trabajó en la
marina mercante y en 1853 ingresó a la
Marina de Guerra. Cuatro año después
participó en la rebelión de Manuel Ignacio
de Vivanco contra la Constitución Liberal
de Ramón Castilla. Al ser derrotado, Miguel
Grau volvió a trabajar en la marina
mercante.
Durante la Guerra contra España participó
en el combate de Abtao (7-2-1866) donde
los aliados peruano-chilenos resultaron
vencedores. En 1867 se casó con la joven
limeña Dolores Cavero, con quien tuvo diez
hijos.

En 1868, recibió el mando del buque Huáscar con el cual destacó defendiendo al
presidente electo Manuel Pardo en 1872 y derrotando al rebelde Nicolás de Piérola
en 1874. En 1876, fue elegido diputado por Paita.

En 1879, al estallar la Guerra contra Chile, se convirtió en el máximo jefe de la


escuadra peruana. El 21 de mayo de 1879, en el combate de Iquique, su buque
Huáscar logró hundir a la nave chilena Esmeralda. Lamentablemente, ese mismo día
nuestro blindado Independencia chocó y se hundió cuando perseguía a la
Covadonga.

Al mando del Huáscar, Miguel Grau logró mantener a raya a la poderosa escuadra
chilena que durante cinco meses hizo vanos esfuerzos por hundirla o capturarla.
Pero el 8 de octubre de 1879 se produjo el combate de Angamos donde una
poderosa flota enemiga rodeó al Huáscar que resistió lo más que pudo. Un cañonazo
del buque chileno Cochrane acabó con la vida del gran "Caballero de los Mares".

Miguel Grau Seminario, por sus virtudes personales y sus grandes servicios a la
Patria, hoy es considerado "El Peruano del Milenio".
LA GUERRA DEL PACÍFICO
En 1879 estalló la Guerra del Pacífico, también llamada Guerra del Salitre. En aquella
contienda Perú y Bolivia se enfrentaron contra Chile por el control de la región
situada al norte del desierto de Atacama, muy rica en salitre. El primer gran
escenario del conflicto fue el mar, el único medio a través del cual podían
desplazarse los ejércitos. Chile contaba con una escuadra superior a la del Perú, y la
flota de Bolivia era inexistente. Cuando Chile declaró la guerra al Perú, Grau aceptó
dirigir la primera división naval aun a sabiendas de la superioridad que tenía la
escuadra chilena en tonelaje, número de barcos, cañones y espesor de blindaje,
frente a la debilidad y mal estado de las unidades peruanas.

El combate de Iquique (óleo de Thomas Somerscales)

Durante seis meses Miguel Grau, al mando del monitor Huáscar, lograría impedir el
desembarco de las tropas chilenas en el territorio peruano. Inició su campaña en
mayo del mismo año y en su primera acción, el combate naval de Iquique, hundió la
corbeta chilena Esmeralda, capitaneada por Arturo Prat, que resistió heroicamente.
Miguel Grau salvó a los náufragos, lo que hizo que uno de ellos, al llegar a la cubierta
del Huáscar, gritara agradecido: "Viva el Perú generoso".

El Huáscar realizó en los meses siguientes una serie de acciones sorprendentes


frente a una escuadra tan poderosa como la chilena. Apresó transportes enemigos,
requisó carbón de puertos chilenos y despistó constantemente a los buques
enemigos que recorrían la costa en su busca. El congreso ascendió a Grau al grado
de contralmirante el 26 de agosto de 1879.
LA BATALLA DE ANGAMOS
El primero de octubre de 1879, en la que iba a ser su última partida, el Huáscarzarpó
del puerto de Iquique, donde el transporte Rímac había desembarcado tropas bajo
su protección. Apresó una goleta al sur de Huasco y el día 5 se hallaba ya en la costa
de Coquimbo, territorio chileno. La marina chilena había renovado los mandos y
ordenado su flota en dos divisiones para cazar al ya célebre navío. Su plan tuvo éxito
el 8 de octubre de 1879, cuando descubrieron al Huáscar en alta mar, frente a Punta
Angamos, acompañado de la Unión, en viaje hacia el norte.

El Huáscar, comandado por Miguel Grau

La flota chilena, compuesta por seis barcos todos ellos superiores al Huáscar en
blindaje y potencia de fuego, formaron un círculo para batirse con el buque insignia
de la marina peruana. Grau ordenó a la Unión retirarse para distraer la flota
enemiga, lo que se logró en parte porque dos corbetas chilenas salieron en su
persecución. La Unión fue más rápida y consiguió escapar; el Huáscar, en cambio,
fue encarado por el Cochrane, que con sus poderosos cañones logró perforar el
blindaje del casco y la torre de mando.

El comandante Grau murió despedazado. El mando pasó a Elías Aguirre, que


también murió. Correspondió el turno al teniente primero Melitón Rodríguez. Caído
también él, tocó el mando al teniente Pedro Garezón, quien conversó brevemente
con tres oficiales que quedaban vivos y ordenó hundir la nave porque ya se
encontraba inmovilizada. Los maquinistas abrieron las válvulas, pero los
desperfectos de la maquinaria paralizaron la inmersión, dando tiempo a que
llegaran los buques enemigos, abordaran el monitor y detuvieran su hundimiento.
Miguel Grau pasó a la inmortalidad como un marino estratega y valiente pero
generoso, que cumplió con sus proféticas palabras: "si el Huáscar no regresa
triunfante al Callao, tampoco yo regresaré".

You might also like