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Patricia González
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Pablo C. Díaz
(Prólogo)
Salamanca • 2012
Colección Temas y Perspectivas de la Historia, núm. 2
Editores: José Manuel Aldea Celada, Paula Ortega Martínez, Iván Pérez Miranda, Mª de los Reyes
de Soto García.
Comité editorial: Álvaro Carvajal Castro, Gonzalo García Queipo, Ana González-Muriel Valle,
Javier González-Tablas Nieto, Amaia Goñi Zabelegui, Carmen López San Segundo, Isaac Martín
Nieto, Alejandra Sánchez Polo, Francisco José Vicente Santos.
Consejo asesor: Enrique Ariño Gil (Universidad de Salamanca), Javier Baena Preysler (Universidad
Autónoma de Madrid), Valentín Cabero Diéguez (Universidad de Salamanca), Antonela Cagnolatti
(Università di Bologna), Julián Casanova Ruiz (Universidad de Zaragoza), Rosa Cid López
(Universidad de Oviedo), Mª Soledad Corchón Rodríguez (Universidad de Salamanca), Pablo de la
C. Díaz Martínez (Universidad de Salamanca), Ángel Esparza Arroyo (Universidad de Salamanca),
José María Hernández Díaz (Universidad de Salamanca), Mª José Hidalgo de la Vega (Universidad
de Salamanca), Ana Iriarte Goñi (Universidad del País Vasco), Miguel Ángel Manzano (Universidad
de Salamanca), Esther Martínez Quinteiro (Universidad de Salamanca), Manuel Redero San Román
(Universidad de Salamanca), Manuel Salinas de Frías (Universidad de Salamanca).
Los textos publicados en el presente volumen han sido evaluados mediante el sistema de pares ciegos.
© Los autores
© AJHIS
© De la presente edición: Los editores
I.S.B.N.: 978-84-940214-3-5
Depósito legal: S. 495-2012
Maquetación y cubierta: Iván Pérez Miranda
Edita: Hergar ediciones Antema
Realiza: Gráficas LOPE
C/ Laguna Grande, 2-12 Polígono «El Montalvo II»
37008 Salamanca. España
Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de esta publicación pueden re-
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de los titulares del Copyright.
LA MUJER EN EL CRISTIANISMO PRIMITIVO
Women in Primitive Christianity
Abstract: Christianism needs to create new identities and to define gender roles. For
that reason it must coherently unify the tradition with its classic concepts, that are believed
natural, and the new ideas. The new concepts about women and sexuality will settle roundly,
provided with a double justification, scientific (natural) and religious, and many of them
will prevail strongly until modern times.
El orden social se verá pues reforzado con una doble justificación, natural
y divina, que hará que muchos de sus planteamientos lleguen intocados hasta
nuestros días o que solo se hayan cuestionado algunos principios en épocas
muy recientes.
Esto no quiere decir que no haya contradicciones internas tanto en los
textos como en las ideas, choques entre nuevos y viejos conceptos o amplios
debates sobre el alcance de cada palabra, frase o creencia.
Así mismo, con la creciente complejidad a la que tiene que hacer frente el
cristianismo, la casuística se va ampliando, van surgiendo nuevas dudas y las
normas se vuelven cada vez más complejas. Los debates que surgen a lo largo
de este desarrollo pueden llegar a parece absurdos en su contenido y forma,
pero no hay que engañarse sobre ellos, pues traen detrás temas realmente
serios de derechos, posiciones sociales o luchas de poder. Discusiones sobre
si la mujer es o no imagen de Dios van a marcar su status durante siglos. De
hecho, es una de las principales justificaciones de la sumisión femenina al
3 Efesios, 6, 5.
4 1 San Pedro, 2, 13-17.
5 SAN AGUSTÍN. Confesiones. IX, 9.
hombre, estudiado junto con el relato del Génesis sobre la creación de Adán
y Eva.
En general la conclusión es que la mujer no es imagen de Dios, sino del
varón, y por tanto debe obediencia. Se basaron los diversos autores para
ello en relatos como el del segundo capítulo del Génesis en que la mujer
es creada como ayuda para el hombre y a partir de su imagen. San Pablo
viene a reforzar estas ideas diciendo que «El hombre, no debe cubrir su
cabeza, porque él es la imagen y el reflejo de Dios, mientras que la mujer es
el reflejo del hombre»6. Gregorio Niseno será de los pocos que destaquen
que el primer capítulo del Génesis dice claramente que Dios, al crear el ser
humano, lo «hizo macho y hembra»7.
La primacía en la creación por parte de Adán y el relato de la creación
de Eva justifica en numerosos textos la necesidad de sumisión femenina.
Se dice claramente que es Eva la que es creada para ayuda de Adán y no al
revés, además de recordarse la culpa de Eva en el pecado original, que llega
a identificarse con la sexualidad8.
El mismo argumento de la mujer intrínsecamente malvada, o, como
poco, menos capacitada para el bien que el hombre, y creada después de
éstos, lo encontramos en el relato de Pandora, por lo que las tesis cristianas
tienen un fácil acomodo en la mentalidad clásica.
Aun así, hay que tener en cuenta que cualquiera que hubiera sido el relato,
se hubiera encontrado la forma de justificar el orden social existente. De
hecho, cuando se descubrió que el embrión se desarrolla en principio como
hembra y solo se masculiniza luego, la teoría se invirtió, y se consideró que
la mujer era inferior por estar menos evolucionada9.
Hoy el catecismo de la Iglesia católica tiende a destacar ese primer
capítulo del Génesis, y considera así que hombre y mujer son iguales en
dignidad, pero afirma también de ese modo su intrínseca diferencia sexual,
que marca que, en realidad, no puedan ser considerados nunca iguales en
funciones, roles o acceso a cargos10.
6 1 Corintios 11, 7.
7 GARCÍA ESTÉBANEZ, E. 1992: 119 y ss.
8 KÜNG, H. 2002: 48 y ss.
9 KNIBIEHLER, Y. y FOUQUET, C. 1983: 214 y ss.
10 Catecismo de la Iglesia Católica, 369; 2333.
42 Romanos
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16, 1.
43 Hechos 21, 9.
44 Romanos 16, 7.
45 Sagrada Biblia. Versión crítica sobre textos hebreos y griegos. Traducción por José María Jover
y Francisco Cantera Burgos. Biblioteca de Autores cristianos. Madrid 1951. En la nota
sobre Junias, en Romanos 16,7.
46 RANKE-HEINEMANN, U. 1994: 39 y ss.
47 1 Corintios 7, 38.
48 DEL CERRO CALDERÓN, G. 2003: 79 y ss.
en la que se dice que son tan solo las esposas de los diáconos, y no tienen
papel alguno.
Las Constituciones apostólicas, del siglo IV, que se precian de tener
como autores a los apóstoles argumentan que «nuestro maestro y el mismo
señor Jesús nos ha enviado solamente a nosotros doce» y por ello no se
permite a las mujeres enseñar. 60 Es exactamente lo mismo que se afirma en
la declaración Inter Insigniores, dada por la Congregación para la Doctrina de
la Fe en 1976, aclarando por qué la mujer no puede ser sacerdote, y donde
se aduce que «Jesucristo no llamó a ninguna mujer a formar parte de los
Doce»61.
Otra de las razones que se fueron aduciendo para alejar a la mujer de los
altares es la impureza que traería la menstruación, el embarazo o el puerperio.
Idea claramente heredada de las tradiciones tanto judía como clásica.
La tradición judía apartaba a la mujer de la comunidad durante su
menstruación, y no solo ella resultaba impura durante siete días, sino
también cualquier persona u objeto que la toque, o incluso cualquiera que
entre en contacto con su lecho62. También es considerada impura en caso
de parto, con un periodo más largo para las niñas que para los niños (con
mayor posibilidad para el infanticidio, directo o indirecto, para las niñas) y
con la necesidad de realizar un rito de purificación63.
En la tradición clásica se atribuye también propiedades mágicas a la
sangre menstrual, como algo poderoso y peligroso a la vez. Plinio en su
Historia Natural, o Columela en De Re Rustica advierten de ello, diciendo que
la sangre menstrual puede arruinar cosechas, matar abejas o hacer abortar
a las mujeres, aunque el tópico no aparece en los textos más antiguos64.
La sangre como portadora de miasma, especialmente la menstrual influye
el concepto de impureza cristiana en todo lo relacionado con los ciclos
femeninos o el parto.
65 KÜNG,
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H. 2002: 50 y ss
66 RANKE-HEINEMANN,
����������������������������������
U. 1994: 26 y ss.
67 Congregación para la Doctrina de la Fe. Carta a los obispos de la Iglesia Católica sobre la
colaboración del hombre y la mujer en la iglesia y el mundo. 31 de mayo de 2004.
68 Congregación para la Doctrina de la Fe. Inter Insigniores. 15 octubre 1976.
69 Congregación para la Doctrina de la Fe. Inter Insigniores. 15 octubre 1976.
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