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como Matlalcueye, la diosa de la falda azul, también conocida como Malintzin, la doncella
de Tlaxcala y para los aztecas era Chalchihuitlicue, diosa del agua y compañera de Tláloc; en
náhuatl: “la que tiene su falda de jade” chalchihuitl jade; i-, su; cue(itl), falda). Aunque
Torquemada se refería a ella como Xochiquetzal.
Se considera surgió hace 25 millones de años y el último evento eruptivo fue hace
más de 1000 a. C., lo cual sin duda debió afectar a los pobladores de la región.
Cuenta con varios conos secundarios que se encuentran situados al pie del volcán y
que corresponden a diferentes periodos. En la cima sur tenemos a Cuaziatonalli, Xaltonalli
o simplemente Cerro Antonio (3865 msnm); arenal del sol; el pecho o segunda tetilla y
Octlayo y por el lado norte la Tetilla o Tlachichihuatzi (4095 msnm), todos son picachos
secundarios. Por el rumbo oriental se encuentra la profunda cañada de Axaltzintle para
otros de San Juan, que llega hasta el corazón de la montaña y que parece ser el vestigio del
verdadero cráter.
Por ser una montaña aislada, con una forma cónica, única en el paisaje del altiplano,
las culturas dominantes de la época visitaban su cumbre, para hacer oración y sacrificios.
También era usada como referencia para la observación del movimiento aparente del Sol
desde los centros ceremoniales de su alrededor. Tales como el Teo Tón y Xochitécatl.
En 1994, desde que se localizó el sitio debajo de la cumbre a 4390 msnm al que
Arturo Montero denominó Malintzin (MA-01) y del sitio denominado Tlalocan (MA-13) que
hizo Sergio Suárez en el año 2001 sobre la ruta Canoa-Malinche; posteriormente en agosto
de 2002, Montero y colaboradores realizaron una intensa y extensa prospección
registrando diecinueve sitios más.
Sin duda alguna, el volcán La Malinche, era el centro de conexión entre el cielo y la
tierra para las poblaciones cercanas, donde acudían para la petición de lluvias. Por eso es
que existían diversos adoratorios. Quizá el centro más importante era el que Arturo
Montero denominó caprichosamente como La Malintzín (MA-01), que se sitúa en una
explanada pocos metros debajo de la cumbre, por el lado sur, el cual posiblemente estaba
también articulado con los demás emplazamientos de La Cúspide (MA-14) y Cañada de San
Juan (MA-02). Este templo, consagrado a la diosa Chalchihuitlicue, desapareció a través de
los siglos, teniendo como causas. persecución eclesiástica durante el virreinato, luego por
la erosión, el olvido, el vandalismo y el saqueo. Dupaix, explorador francés del siglo XIX
escribió “… llegue a la cumbre… aquí ruinas, pirámides, murallones y otros objetos
pintorescos”. Hoy es posible ver en este sitio, algunos pequeños nichos rudimentarios entre
las rocas, ofrendas contemporáneas con veladoras, flores, ropa y piezas de barro.