XVIII.

HACER LAS PACES CO N NUESTRO HÁBITAT

Joanna Macy

Los mismos activistas que sufren hoy las cargas policiales por sus acciones
contra la construcción de aeropuertos y autopistas. la tala de árboles, las ar­
mas nucleares y los tratados de comercio. mostrarán algún día con orguUo sus
fich as policiales y expedientes judiciales como preciosos diplomas oto rgados
por sus «operaciones de salvamenro del fururo», si es que llegamos a tener
fin ura. Con toda nuestra riqueza y todos nuestros conocimientos, la genera­
ción actual es la primera que tend rá que anteponer al futuro la partícula con­
dicional ..si•. Mientras outstros (d eseoRlos y microscopios escrutan cuid~
samente l~~lg~ deLunive!§oy 4,e. la p ropia vida, nos enfrentamos~ la
destrucción
.-.=- de- la
- -- - -- vida-hasta
- -- extremos
- ­ desconocidos en la historia escrita.
MO _

Es cieno que nuestros antepasados ya conocían las guerras, las plagas y el

hambre. Civilizaciones completas desaparecieron cuando corraron sus árbo­
les para construir buques de guerra y convirtieron sus tierras en desierros.
,Pero hoy en día no se trata s610 de un bosque aquí y algunas granjas y reservas '
pesqueras alH; hoy están ereciendo es ecies enteras desa arecen cuJeuras y
ttosistemas comp eros a escala mundial. incluso el p-Iancton de nuestro1. ma­
rer-qun irve para prOducir oxlg~_
Los científicos imentan decirnos lo que hay en juego cuando quemamos
, selvas tropicaJes y combustibles f6siles, cuando vertemos residuos t6xicos a la
atm6sfera, el suelo y el mar, y cuando utilizamos productos químicos que
devoran la protectora capa de ozono de nuestro planeta. Pero es difícil prestar
atenCi6n a sus advertencias. Porque la nuestra es una sociedad de crecimiento
industrial basada en un consumo de recursos en constante crecimiento con el
. 6n de mantener sus motores de progreso. EJ planeta está siendo esquilmado y
, convenido en mercancías y sirve también Como ..desagüe- para los residuos
tóxicos de nuestras industrias. Cada vez corremos más deprisa, pero sin mo­
vernos del mismo sitio.

)
 (Qué queda en la reserva para nuestros nietos? ¿Qué les vamos a dejar?
Demasiado ocupados para pensarlo, intentamos cerrar nuestra mente a los
escenarios de pesadi lla. de necesidad y de guerra en un mundo contaminado
y consumido.
Hemos avanzado mucho en nuesuo viaje planetario y [Qdavía quedan
muchas promesas que descubrir, aunque también podemos perderlo todo.
Mientras desentrañamos la compleja red de sistemas vitales. puede que lle­
guemos a desuuirlo todo incl uidos nosotros mismos. Pero todavía podemos
ponernos del lado de la vida. A pesar de las nefastas predicciones. es funda­
mental_que tengamos claro lo siguiente: potÚmos satiifaur nuestras n{usitÚuÚs
sin destruir nu~stro sisuma de mantenimi¡;;; de la vida. Disponemos de k,s
conocimientos técnicos y los medios de comunicación necesarios ara oaer
hacerlo:-Taml5i-én tenemos as técnicas y recursos ara roducir suficientes
.alimentos, garafltiili-rasaIi16'ñ(ía(lae a ua el aire=: enerar la energía que
ñeceSitamos graCias a a energía solar, cólica y la procedente de la biomasa, i
ten"ffños vo!üntaCf, ya d isponemos de los medios para controlar la población
humana. para desmantelar armamentos Y evitar las guerras. así como para
dotar de voz a cada cual en un autogobierno democrático,
Optar por la vida significa construir una sociedad ue la p-reserve, es de­
cir, una sociedad ue, a di erencia de la sociedad de crecimiento indusüial­
ncione dentro de los Umites de la "capacidad de carga.. Dicho en palabras
de LeSter Brown , aaWorldwatch Institute: "Una sociedad sostenible es a ue­
lIa que satisface sus necesidades sin Roner en peligro as perspectivas de las
generaciones futurlS'It, ­ diencia civil y otras formas de rechazo. O también documentación sobre efec­
- Optar por la VIdaen este planeta, y en los tiempos que corren , es una
enorme aventura. Conforme así lo van descubriendo los ciudadanos de todos
los paises y de todos los ámbitos de la sociedad, esta aventura suscita más
valor y más aliento de solidaridad que ninguna campaña militar. De unos
estudiantes de secundaria. que recuperan los cursos de agua para el desove de
los salmones, a los habitantes del centro de las ciudades, que crean jardines
públ ico~ en espacios sin usar, de los ecologistas que se instalan en árboles para
retrasar su tala mientras no se realice n los estudios de impacto medioambiental
a los ingenieros que crean molinos de viento que aportan su tecnologfa a las
regiones con necesidades energéticas. innumerables grupos se están organi­
zando. aprendiendo y actuando.
Esta actividad humana multidisci plinar, realizada en defensa de la vida,
puede no refl ejarse en los titulares de prensa, pero para nuestra descendencia
será más importante que ninguna otra de nuestras acciones. Q ue su mundo sea
un lugar habitable será la consecuencia de que nosotros hayamos sido capaces
de realizar una transición desde una sociedad de crecimiento industrial a una
SQC.iedad basada en la sostenibilidad de la vida. Cuando las gentes del futuro
mire=:n atrás hacia....este.JJlOmento histórico. verán su marcaao--ta:rnacr-revolu­
~
ci0l!-ario, q~L~_ ~n .lJlucha maYOl:..claridad-que-con']a..qu.eJo vem..2s nosotros.
Podrían llamarlo sin ningún problema el moment_o del G~ Cambiº'-..
Más que un momento, lo considerarán como una época. Aunque la revo­
lución agrícola llevó siglos y la revolución induStrial se desarrolló durante
generaciones, esta revolución ecológica debe producirse en cuestión de unos
cuantOs años. También debe ser más amplia y afectar. no sólo a la econom
polftica, sino también a los hábilOs y valores que la fomentan.
H agamos nuestra la perspectiva de las generaciones futuras y, en ese ma­
yor contexto temporal, miremos cómo cobra fuena este Gran Cambio gra­
cias a la decisión de innumerables individuos y gr~pos. Podemos ver que ~I
cambio se está produciendo simultáneamente en-trC&--esferas...OJiimension~
q ue se refuerzan mutuamente. Estas áreas so n: 1) acciones para reducir el
daño ? usaaoafplaneta ~ I~. ~eres qu~.I~ha~it~; 2f;""nálisis de las ~
estructurales y creación de ~terl!ati~ estructuralcs;-y-.22~~ca~fu~..
mental de worcSy dél:tconcepció n del mundo . Muchos de nosotros esta­
moscompro metidos con estos tres ámbi tos y cada uno de ellos es necesario
para la creación de una civilización sostenible.
.. Realizar·actividades» de defensa de la vida - la primera djmensión- se
rehere a lOdo el trabajo polltico, legislativo y jurídico necesario para frenar la
destrucción. así como a acciones directas, es decir, bloqueos·, boicots, desobe­
tos ecológicos y sanitarios, exigencia de leyes y de implementación de norma ..
tivas sociales y medioambientales. O ejercer presiones co ntra los acuerdos
internacionalestde comercio, como el Acuerdo Multilateral sobre Inversiones,
dar la voz de alarma ante prácticas empresariales ilegales o antiécicas y protes­
tar contra el comercio mundial de armas o, simplemente. ofrecer cobijo y
alimento a los pobres y a las personas sin techo.
La segunda dimensión del Gran Cambio, que consiste en el análisis del
sistema existente y la creación de instituciones alternativas. es igualmente fun ­
damental. Para liberarnos de su poder de destrucción debemos comprender
la dinámica de la sociedad del crecimiento industrial. ¿Cuáles son los acuer­
dos tácitos que crean obscenas riquezas para unos pocos mientras empobre..
cen progresivamente al resto de la humanidad? ¿Cómo es pos ible que una
. econom ía in ~aciab l e utilice- nucstro mayor patrimonio, la Tierra, como alma­
cén y como cloaca? Se necesita valor y confianza en nuestro sentido común
para plantearnos la situación con realismo y desmitificar el funcionamiento
 de la eco nom fa global. Cuando com
prendam os cómo fun cion a el siste
estarem os menos tent ado s de demo ma.
niza r a los polí ticos y dirigen tes emp
riales que están atad os a él. E incluso resa
pod rfam os ver la frag ilidad de este
ma que parece tan pod eroso. hast a siste­
q ué puntO depend e de nuestra part
ción y qué condenado está a devorar icip a­
se a sf mis mo.
Al mismo tiempo q ue estudia mos las
causas de la crisis global estamos
creando alte rnat ivas estructu rales. Po
r todas part es escá n bro tand o nuevas
cepcio nes soci ales y econó micas. com con ­
o bro tes verd es naci dos de los esco
bros . Al prin cipio puede ser difícil m­
percibirl os. porq ue pocas veces apa
en los med ios de comunicació n. Si rece n
se man tienen los ojos abiertos y se
con la dist anc ia focal . se pueden ver, juega
com o una vaga nebli na verde que
de las cosas y que se ~ inte nsifican surge
do aqu f y allá en pequeñ as mataS de
ba, berr os y tréboles. Sin esperar a hier­
que los polí ticos nacionales o locales
ten nuestro ritmo. eStamos aun and ado p­
reúnan y adq uieran coherencia los que se
o esfu erzo s y em prendien do accione
nuestro ento rno •.accion es que flore s en
cen de nuestras manos y men tes
pueden parecer marginales, pero que y que
co ntienen las semiUas del futu ro.
En tercer luga r está el cambio en la
perc epción de la real idad , un proceso
que no puede afianzarse y sob revi
vir sin valo res pro fundam ente arra
que los apoyen . Deben refl ejar lo que igados
deseamos y cómo nos relacionamos
la TIerra y con nuestros sem ejan tes. con
~ o de ou~ modo, exigen u.n
.
_ .- - , 1 ~ de a reali
dad . y ese cam bio - -
Este tercer del Gran
de muchas form as, tanto en nuestra
co ncie ncia com o
en nuestras vidas. Sur gen como un
duelo por nuestro mu ndo . rest and
dad a las noc iones establecidas de o ver­
la separación esen cial de n uestro ego
com ­
petitivo y aislado.
En nuestra época discurre n jun toS
tres dos (la angusd a por nuestro mun
do, los avan ces cien tíficos y las ense ­ ciencia de nuestras prin cipales nece
ñanzas de nuestrOS ante pasados) con
riencias y refl exio nes que son abso expe ­ la vida y constru ir la paz. manteni end
lutamen te imprescindibles para libe
del control de la soc iedad del crec rarn os
imie nto ind ustrial. Nos ofrecen obje
más nobles y placeres más profund os. tivos
Al mis mo tiem po. nos ayudan a rede
nuestrOS valo res y nuestras riqu ezas fi nir
y nos libe ran de espejismos sob re
necesitamos poseer y sob re el luga lo que
r que ocupamos en el ord en de las
Llevándo nos más aUá de las tras noc cosas.
hadas y antiguas nociones de indi vidu
mo competitivo, nos transpo rtan al alis­
terre no de los demás y nos abren la
para comprender nuestra mu tua pert men te
enencia al cuerpo vivo del planeta TIe
• Este cambio en nuestro sen tido de
la iden tidad será un salvavidas para
rra.
traumas polí ticos y ecológicos que los
tene mos ante nosotrOS. Las prev isio
nes
120
más realistas apun tan a que el futuro
será tormentoso pues una sociedad
­ dep end e de un con sum o acelerado que
de recu rsos no es sostcnible y no pue
durar si no que se dirige inexorab lem de
ente y de una forma exponencial hac
auto destrucción . Con form e se vaya ia la
n ago tand o los mercad os y sum in
. rem oto s y las instituciones fi nan cier istro s
as asociadas a los mis mos, las olas
temporal caerán sobre todos nosotro del
s, sumiénd onos en el terror y en el
Pero cuando conozca mos y venerem caos .
os la vida en su totalidad, pod remos
aler tas y tranquil os para resistir la estar
tent ació n de buscar en los dem ás
expi atorios en quienes deposi tar nue chiv os
stros miedos y rabias. Sabemos q ue
hay salvació n indi vidual. no
A pesar .de los alen tadores signos
de un _gran cam bioll , no tenemos
rantías de que se vaya a prod ucir ga­
a tiempo, de que el mom ento en
elem entos de una sociedad sost enib
pro d uzca antes de haber llegado a le se
un pUntO de no retorno. Si falla ra
Gran Cam bio, no serfa por carencia de este
tecno logía o de datos relevantes sino,
en gran medida, por la fal ta de volu
ntad ~lf tica . Cuando estam~s tem
yalstraia os, y tOdo se vuel ve en con erosos
tra, es fácil dejar q ue se nos entu mez
e1 ~CEra~i.liriie nte. -=- can
-- ­
Los peligros a los que nos enfrenta mos
en la actualid ad son tan omn ipre­
sentes y, aun asf, frec uentemente diffc
iles de perci bi r -y tan dolo rosos, cuan
consegu imos mirarlos di rectamente do
- que ~ entumecimi ento nos afec
todos. No hay nad ie que no se vaya ta a
a ver afec tado , nadie q ue sea inm une
duda, al rech azo o a la increduüdad a la
respecto de la gravedad de la situació
que nos encont ram os, ni sob re nuestra n en
capacidad de cambiarla. E incluso así,
a pesar de todos los peligros que nos
acechan, desd e el cam bio climático
las guerras n ucleares, ninguno es hasta
tan peligroso como el silenciamie
nuestra respuesta. La dcfensa que nos nto de
queda consiste en volver a tomar con
­
sidades y más profundos deseos, opta
r por
ó el respeto por nuestro háb itat.