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1900-1993 l
JU.6TO SIERRA Y ARGENTINA
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CIUDAD DE MÉXICO
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POR
FRANCISCO LARROYO
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EDITORIAL PORRUA, S. A.
AV. REPUBUCA DE ARLENTINA, íS. MEXICO. 1993
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ARISTÓTELES
TRATADOS DE LOGICA
(EL ORGANON)
POR
FRANCISCO LARROYO
NOVENA EDlCION
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EDITORIAL PORRúA, S. A.
AV. REPÜBLICA ARGENTINA . .15
MEXICO, 1993
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Derechos reserVados .
ESTUDIO INTRODUCTIVO
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·Copyright ©•1993
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Qued!l hecho· el depó~ito que marca la ley
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ISBN 968-432-287~9
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IMPRESO EN MÉXICO
PRINTED IN MEXICO
Se declara con justicia que es Aristóteles el fundador de la lógica
a título de ciencia. Dos razones lo muestran y demuestran a satis-
facción.
Una:1 es el primero que con clara conciencia filosófica separa la
indagación lógica de todo otro saber. Aun en Platón, por ejemplo, la
dialéctica está en constitutivo nexo ,con la metafísica. ·
Otra: es quien, también por vez_priníéra, concibe y realiza una
exposición sistemática de los filosofemas lógicos. El mismo lo advierte
al reclamar, en el último capítulo de su tratado sobre las Refutaciones
Sofísticas, el mérito de haber creado una nueva disciplina frente al
arte, exento de principios universales, de los retóricos.
De cierto: Aristóteles encontró en su época no pocas elucidaciones
16gicas. Inclusive se menciona un tratado, perdido, de Demócritg, bajo.
el título de Pcri logikoon ee kanoon. (Acerca de la lógica o canónica.)
Hay más: el filosofar de Aristóteles es ya un filosofar histórico. No
sólo se informa de doctrinas pretéritas; las expone y recibe a benefi=-
cio de inventario. Es, sin linaje de duda, el primer historiador crítico
de la filosofía.
Aristóteles, sí, compila por esta vía, las ideas precedentes, pero
organiza éstas al lado de sus muchos hallaigos, en un cuerpo de doc-
trina, en un sistema. Para ello, vino en su ayuda también el desarrollo
ya alcanzado de la matemática y· de otras ciencias particulares, sobre
todo d.; la zoología y botánica, en cuyo progreso tuvo él mismo papel
decisivo y creador.
El presente estudio introductivo queda dividido en dos partes, aten-
diendo así a la relevancia de Aristóteles en tal dominio del saber,
como a los propósitos críticos y aleccionadores que aquí se persiguen:
l. La lógica prearistotélica
11. La lógica aristotélica
LA LOGICA PREARISTOTELICA
r XI
ESTUDIO INTRODUCTIVO XIII
XII TRATADOS DE LÓGICA
i
l
ESTUDIO INTRODUCTIVO XV
XIV TRATADOS DE LÓGICA
progreso; pues se llega a caracterizar, por vez primera, de modo posi- 6. EL FACTOR PSICOLÓGfCO
tivo, la función privativa del pensamiento frente a la de la percepción.
Sólo por medio del número, enseña Filolao, es posible conocer la esen- No obstante que el filosofar volvió su mirada en un principiO, fun-
cia de las cosas. En otras palabras: nus formamos un concepto de ellas damentalmente, al mundo externo, la actividad anímica del hombre
en la medida en que descubrimos su determinación matemática. Así lo también ha reclamado su atención. Esto se explica porque, al fin y al
habían aprendido en la música y en la astronomía y así lo exigían y' cabo, la psique y sus procesos tuvieron que ser considerados como ma-
buscaban en todos los demás territorios. Pero cuando advirtieron que nifestación y producto del universo entero. En efecto, el alma y su acti-
esta exigencia sólo podía ser satisfecha plenamente en el mundo per-
fecto de las constelaciones' sacaron la conclusión de que la ciencia sólo
tiene que: abarcar el reino del orden y de la perfección, y de que, paré;
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,. vidad quedan incorporadas en el acontecer universal; son para estos
pensadores una de tantas cosas del cosmos; y puesto que aún piensan
como algo material el principio explicativo de la naturaleza, fundan,
el reino de lo imperfecto, del cambio desacompasado, esto es, para h1 , sea dicho con todo rigor, una psicología sbmática ..
Tierra. sólo puede hablarse de un arte empírico. ·El alma es ante todo fuerza motriz. Para Thales los magnetos y, en
genenil, el mundo entero están provistos de almas, esto es, "dioses";
La esencia del alma individual se identifica desde luego con aquello
5. LA PREHISTOHIA DEL PRINCIPIO DE CONTRADICCIÓN que se ha elevado a la categoría de principio motor de la realidad en-
tera: Anaxímenes la encuentra en el aire, Heráclito y Parménides, en
Otra determinación específica del pensar se vislumbra en las argu- el fuego; Leucipo también la ve en los átomos ígneos; Anaxágoras, en
mentaciones de Zenón de Elea, el polemista de la Escuela. Éste, en sus fin, en la materia racional propulsora del mundo (nous). Allí dondE:
polémicas, echó mano de razonamientos de acuerdo con un método falta un principio corporal semoviente, como ocurre en Empédocles, se
denominado dialéctico, que consistía en admitir a manera de hipóte- llama alma a la mezcla que circu;nda el organismo, a saber, la sangre.
sis lo que afirma el -adversario para sacar de ahí lógicamente conse- Diógenes de Apolonia halla la esencia del alma en el aire mezclado con
cuencias absurdas que lo confundían. Por ejemplo, Zenón acepta hipo- sangre, bien que bajo el imperio de lo racional. Los pitagóricos, por su
téticamente la multiplicidad y el movimientó para demostrar que tal parte, enseñan que el alma es un número.
pensamiento es absurdo. De las propiedades que hoy se atribuyen a lo "anímico"; los filó-.
Para refutar a sus adversarios urdió toda una serie de argumentos sofos presocráticos han destacado la. capacidad ,de representación de
-el más famoso de los cuales es el de Aquiles y la tortuga- contra cuanto atribuyeron al alma; lo cual eonfinna, una vez más, su vaca- ·
, la realidad del movimiento. Si una tortuga· parte con ventaja sobre -el ción teorétka.
raudo Aquiles •. qtre ·la-· sigue, éste no podrá alcanzarla jamás, porque
para hacerlo tendrá que llegar antes a la posición precedentemente OCU" 7. SABER. UN !VERSAL Y· ALMA .
pada por la tortuga, la.·cual, mientras tanto, se habrá desplazado otro
intervalo por .pequeño que sea; y así sucesivamente, de tal modo que Siendo el alma individual, como fuerza motrii, una parte de la
la distancia entre Aquiles .y el animal no se réducirá nunca a cero por fuerza que impulsa al universo entero, el saber individual no puede
mucho que se acorte~ Poco .importa-que los sentidos nos demuestren lo ser otra cosa que una parte del saber universal. De modo más claro
contrario: lo que interesa .es que el movimiento es. irracional, puesto se advierte esto en Heráclito y Anaxágon¡s: cada individuo no posee
que el concebirlo lleva a conclusiones absurdas. ni más ni menos saber que el que ha recibido de la razón universal
Como se advierte, elcriterio aquí empleado es el del principio lógico (el fuego en Heráclito, el nous en Anaxágoras). Incluso a Leucipo y a
de la contradicción: no puede afirm~rse y negarse lo mismo de algo. Diógenes de Apolonia no son ajenos estos pensamientos.
Por esta vía dialéctica se iniciaba el descubrimiento de las leyes del Heráclito, sin embargo, se aparta paulatinamente de semejante in-
pensar. 3 terpretación física del conocer que Anaxágoras había extremado hasta
un concepto cuantitativo. Esto significa que Heráclito vuelve al postu-
lado epistemológico. La razón cósmica de la que el hombre participa
.1 F. Larroyo, op. cit.
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¡~~', TRATADOS DE LÓGICA ESTUDIO INTRODUCTIVO XVII
XVI
¡, al conocer es siempre y en todo lugar idéntica a sí misma; el lógos de pueda existir entre su forma periférica y la de sus objetos de conoci-
~~ miento. Además, a los hechos psicofisiológicos. de ver, oír y oler aplica
li Heráclito y el nous de Anaxágoras se distribuyen por el universo entero
¡: a modo de una fuerza semoviente y homogénea. Saber, por lo tanto, su doctrina, haciendo gala, no pocas veces, de finas observí:tciones. 5
F significa percatarse de lo general; es la ley y el orden a que se tiene
que someter cada uno de los hombres. En el sueño, en la opinión sub-
jetiva, el individuo posee su propio mundo; el saber, en cambio, es 9. DE LA RETÓRICA A LA LÓGICA
común a todos: Dracias a este carácter de la ley universal, la noción
de saber toma su sentido regulativo; y la sumisión al orden cósmico, La segunda etapa de la filosofía griega (del año 400 al450 a. de C.),
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a esta ley universal, aparece como un deber no sólo intelectual, sí que representada por los sofistas y Sócrates, es de señalada importancia en
el desarrollo de la lógica. Puede decirse que, con ella, comienza a des-
también político, moral y religioso. 4
lindarse el campo de esta última disciplina.
Los sofistas, convirtiendo la retórica de un arte tradicional en .una
técnica, realizan investigaciones lingüísticas y llegan a ser los creado-
8. LA EXPLICACIÓN MECÁNICA DEL CONOCER
res de la gramática y de la sintaxis: hacen estudios sobre las partes en
La razón humana, empero,, es una manifestación de la razón cós- la oración, el uso de los vocablos, la sinonimia y la etimología. Pró-
mica, para Heráclito. En el hombre despierto, dice, afluye la razón dico, Ripias y Protágoras se destacan sobre todos en estas faenas.
cósmica a través de los sentidos abiertos (la vista y el oído, sobre todo), La retórica, a Ía sazón, tenía un carácter oratorio. Así se vieron los
y, por ello, el hombre conoce, si bien sólo cuando exista en el hombre sofistas impulsados a bosquejar una doctrina del arte de probar .Y refu-
tanta razón o alma que vaya al encuentro de la que le llega por obra tar. Protágoras mismo escribió un tratado, tal vez el más importante,
del movimiento externo; pero el conocer consiste en esta acción recí- Sobre el arte de refutar, y formuló la ley de los juicios contradictorios
proca entre la razón externa y la interna. diciendo que para cada cuestión pueden darse dos proposiciones en
~ pugna. De este modo llegaba a descubrir teoréticamente el proceso
Por su parte, Parménides subraya la dependencia en que se encuen-
lógico que ya Zenón había aplicado en su dialéctica.
tra el pensamiento respecto de los fenómenos corporales; la naturaleza
de las mezclas de los elementos condicionan en cada caso el pensar de
t A veces no se trata de convencer a lm~ oyentes echando mano de
los hombres; lo que viep.e a confirmar, pur otra parte, la identidad recursos lógicos; más bien se actúa no dejando escapar ninguna equi-
de las funciones /corporales e intelectuales por él defendida. Con más vocidad del lenguaje, ninguna deficiencia de la expresión popular;
claridad aún rechaza Empédocles la diferencia psicológica entre pensar en una palabra, se buscan todos los medios para llevar al interlocutor
y percibir, cuando hace ver que toda variación corporal trae consigo
una variación racional y que la capacidad int~lectual del hombre es un
1 al absurdo. A menudo entran en juego retruécanos lingüísticos, gra-
maticales, etimológicos, rara vez lógicos; y mezclados a ellos bromas
groseras, exentas de agudeza.
producto de la peculiar mezcla de su sangre. 1
Estos pensadores evidencian aún más su interpretación echando
mano de hipótesis fisiológicas. Parménides enseñó en su física la idea 10. LA ERÍSTICA
de que lo semejante percibe lo semejante, lo caliente en el mundo
externo lo caliente en el hombre; incluso lo helado del mundo circun- 1 Tal afición a disputar se llama erística (de eristiké, disputa, y tech-
né, arte). Tuvo gran resonancia en un pueblo como el ateniense, lo-
dante, lo helado de un cadáver, y Empédocles llegó hasta afirmar, apro-
vechando su doctrina de las emanaciones y de los poros de los sentidos, r¡ cuaz y vanidoso: al lado de los dos hermanos Euthidemo y Dionisoro
según la cual cada órgano sólo puede ser afectado por aquella partícula !
señalados por Platón, la han cultivado los megáricos, cuyo jefe de escue-
cuyos efluvios se acoplan a sus poros, que cada elemento de nuestro la, Euclides, también se ocupó de un arte de refutar. Hiciéronse céle-
cuerpo capta igual elemento del mundc externo; esto es, explicó la bres sus discípulos Eubúlides y Alexino por sus sofismas, que provo-
energía de los órganos sensoriales por la relación de semejanza que 1~ caran gran admiración en la antigüedad. Entre éstos se encuentran
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XVIH TRATADOS DE LÓGIC/,
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dos, el del "montón" y el de la "calva". ¿Forman un montón dos, tres, ESTUDIO INTRODUCTIVO
[' cuatro granos, etc.? ¿En qué momento se produce el montón? ¿Cuándo
XIX
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se es calvo, esto es, la caída de qué pelo (el primero, el segundo, el Para Gorgias: P el ser (el ser de los eléatas, el ser invariante,
tercero, etc.) produce la calvicie? 6 inmutable) no existe; 2 9 aun en el caso de que existiera, no podría
Entre los erísticos son también habituales las preguntas de tor- conocerse, y }Q admitiendo que se conociera, no sería posible comu-
mento, cuya respuesta, lo mismo afirmativa que negativa, es absurda, nicarse de un hombre a otro.
impidiendo al que contesta emitir la conclusión deseada. He aquí ejem- Una resonancia importante, empero, tiene esta doctrina. Se trat:o;
plos típicos: ¿Acabas de matar a tu padre? ¿Has tirado ya los cuernos? nada menos que el planteo del problema de la· comunicación humar::.'.
¿Cómo se irasmii:c el saber? El conocer es un acto personal, dice Go -
gias, que cacia cual obtiene en su í uero interno. En la educación Po
11. POSIBILIDAD Y REALIDAD. LA IDENTIDAD nay, de fijo, un lr:Jsiado o enirega de un objeto de parte de qukn
habla (el m8ec:trcl) a quien escucha (el alumno). Ei conoce; es w
Diódoro Cronos, un megárico, renovó las pruebas contra el movi-
esfuerzo individuéii, una elaboración DersonaJ, guc supone l1J1<! adc<U:-
miento, bien que sin profundizarlas ni reforzarlas. Incansable en la
sición DrC'iÍa. íograóa de la prooi2 mane:·:·
invención de aporías, sofismas y contradicciones, descubrió el supues-
to argumento contra el concepto de la posibilidad. Afirmaba: sólo lo
real es posible; pues algo posible que no fuera real, sería, precisa-
mente, lo imposible. 13. EL RELATIVISMO LÓG!CO
En otro sentido hacen los sofistas próximos al eleatismo, una apli-
cación extrema del principio de contradicción y una .correspondiente Otra doctrina importante en la historia de las ideas, es la de Pro-
hipérbole del principio de identidad. Ya Gorgias parece que trataba tágoras (480-41 O). Se llama relativismo y, para fundarla, echa mimo
de descubrimientos psicológicos.
de justificar su doctrina de que todos los juicios son falsos, debido a
. que no se puede predicar de una cosa sino lo. que ella en sí misma 1
Protágoras niega al pensamiento toda superioridad sobre la per-
1
es; y los cínicos, así como Stilpon, el megárico, han hecho suyo seme- cepción, y partiendo de ello, llega a postular la identidad psicológica
jante pensamiento. De acuerdo con él, sólo los juicios de identidad
son verdaderos como lo bueno es lo~bueno, el hombre es el hombre, ·
l entre pensar y percibir.
Ahora bien, como la percepción es el producto de dos movimien-
etc. Por consecuencia, juzga:r y discutir es tan absurdo, como, según tos reCíprocos (el del objeto percibido y el del alma que percibe), es
el principio eleático, la pluralidé!d y el movimiento. Así como en la ella misma algo diverso del sujeto y del objeto. Condicionada por 8111-
metafísica de Parménides, que asoma en ocasiones tanto en la filosofía bos, es. sin embargo, heterogénea de ellos. En este descubrimiento, de
de los megáricos como en la de los cínicos, la carencia de conceptos trascendental importancia, radica la teoría dela subjetividad de. la per"
ontológicos de relación impide. el vínculo necesario entre unidad y di- cepción sensible.
versidad y conduce a la negación de lo múltiple, aquí, la falta de con- Sin embargo, tal doctrina. se mantiene dentro de ciertos, límites.
ceptos lógicos de relación hace imposible atribuir a un mismó sujeto Puesto que Protágoras· no admite, siguiendo a los pensadores preceden·
dos o más predicados. tes, que la conciencia pueda darse sin contenido alguno, enseña qúe
en aquel doble movimiento tiene lugar: primero, el percibir ( aís-
12. EL NEGATIVISMO LÓG~CO theesis) del hombre y; segundo, el contenido de la percepción (tó
aisthetón) del objeto. Por lo tanto, la percepción es el conocimiento
La actitud erística condujo directamente a un negativismo radical, adecuado de ·Jo percibido, pero nunca de las cosas mismas. Toda per-
con Gorgias (483-375), quien termina por declarar que explicar y cepción es verdadera siempre y cuando en el instante en que aparece
conocer la existencia es imposible. provenga de la cosa el contenido representado. El hombre no conoce
o Les penseurs greques avant Socrate. Traducción. estudio y notas por J. las cosas como SOil, sino como son para él, y sólo para él, en el mo-
Voilquin. París, !964. mento de la percepción: son en cada instante como él se las repre-
senta. fste es el sentido del relativismo protagórico, según el cual,
para cada individuo son las cosas como le aparecen; y que se expresa
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XX TRATADOS DE LÓGICA
ESTUDIO INTRODUCTIVO XXI
en el célebre postulado: "el hombre es la medida de todas las cosas,
de las que son en cuanto son, y de las que no son en cuanto no son". 7 poder divino, la misión del hombre es aspirar al saber") se torna, a la
postre, un disfraz pedagógico: su final objetivo es conducir al inter-
locutor, por propia reflexión, a la verdad moral. De esta suerte, Só-
crates viene a dar la debida respuesta al problema de la comunicación
14. LA FILOSOFÍA DEL CONCEPfO
docente, que había planteado Gorgias.
La doctrina de Sócrates (469-399) rechaza relativismo y escep- Esta segunda etapa del método consta, a su turno, de dos partes,
ticismo: su método tiene el designio de obtener conocimientos univer- destructiva y negativa una, creadora y positiva la otra. La ironía so-
salmente válidos. Sócrates hace del examen de sí mismo un método crática, la primera, es el arte de rebatir, de exhibir la ignorancia del
filosófico. Nosce te ipsum (conócete a ti mismo): he ahí su principio. aparente sabio y se llama eléntica (de elenchos, objeción); la segunda
En efecto, el examen de casos concretos, vividos por cada cual, es el es el arte de ,dar a luz ideas de cada cual, de descubrir la verdad, que
medio para descubrir las ideas generales, los conceptos. Para averiguar, debe orientar la vida y se llama mayéutica (de mayeuein, parir) o
por ejemplo, lo que sea la valentía moral, hace que su interlocutor heurística (de heuris ristiché, arte de descubrir).
reflexione sobre un hecho valeroso que haya experimentado, 'y me- Sócrates percibe con hondura que la meditación filosófica es auto-
diante un análisis pertinente, procura que ascienda al concepto (defi- actividad. Mediante preguntas pertinentes (forma dialogada) conduce
nición) de la virtud examinada, a la idea de la valentía, que todo el maestro a Jos discípulos a encontrar, por sí mismos, lo buscado.
hombre sensato puede reconocer. El criterio de verdad de Sócrates es Todo esto por un procedimiento que parte de la experiencia concreta
un antropologismo general (es verdadero lo que parece a todos ver- y singular para elevarse a las ideas generales. Por la circunstancia ·de
dadero). Con estas ideas se plantea y resuelve el problema filosófico conducir al interlocutor a la verdad, se le llama a tal procedimiento
epagogía (de epagoge, conducción) .8
de la definición de los conceptos.
Sócrates, como los sofistas, acude a la plaza pública a instruir a
sus conciudadanos. Se distingue de aquéllos en que no es un mercader 15. LA EPISTEMOLOGÍA MATERIALISTA DE LOS ÍDOLOS
de la sabiduría. No conversa como un hombre que oculta su ignoran-
cia con frases seductoras: quiere, en comunidad de trabajo, descubrir Demócrito (460-370 a. de C.), ya del período sistemático de la
la verdad, pues es consciente de que ignora demasiado, a diferencia filosofía griega, que se extiende desde la muerte de Sócrates (399)
de los sofistas que, creyendo saber todo, ni siquiera se dan cuenta de hasta la muerte de Aristóteles (322), formula de manera materialista
su ignorancia. la doctrina epistemológica de la copia, según la cuaL el conOcimiento
Ante todo, Sócrates trata de interesar vivamente al interlocutor consiste en reproducir, acaso copiar, en el alma, el objeto por conocer.
sobre el tema. Para ello, lo exhorta, mediante oportunos apóstrofes. Demócrito vio con claridad que el problema de la ciencia consiste
:B.sta es la primera etapa de su método, y se Ilamaprotréptica (de pro, en explicar mediante conceptos la realidad. Ahora bien, la realidad
primero, y trepo, cambiar, mudar), pues se tratá de hacer variar la verdadera, consta de átomos en movimiento. El mundo de los fenó-
conversión sacando al hombre de su cotidiana vulgaridad para intro~ menos, ello es, de cuanto aparece, tiene su radical explicáción en los
ducirlo en un diálogo filosófico. átomos y su desplazamiento. Lo que la conciencia humana reputa como
Acto seguido, se inicia la indagacion (segunda etapa), requiriendo variación cualitativa, no es en verdad sino relación cuantitativa de áto-
del interlocutor las respuestas que_éste considere correctas, pero que, mos (situación y movimiento de los mismos). La tarea de la ciencia
a menudo, resultan equivocadas. Para hacer notorio el error de estas no es otra que reducir toda mudanza cualitativa a cambio cuantitativo
soluciones y convencer a los oyentes de su ignorancia, se sirve Sócra- y de hacer ver en detalle qué determinaciones cuantitativas de la rea-
tes de hábiles preguntas, encaminadas a confundifÍo. :E:sta es la ironía lidad absoluta provocan los estados cualitativos de la realidad que
socrática (ironía significa en griego interrogació'1). Así el "no saber", aparece. Aquí se involucra claramente el prejuicio intuitivo de que la
que en un principio expresa la modestia del filósofo ("saber es sólo determinación espacial y el movimiento son algo más simple y natural
y menos problemático que la determináción y variación cualitativas.
1 f. Voilquin, op. cit. 3
W. Kranz, La filosofía griega. México, 1962.
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t, XXIV TRATADOS DE LÓGICA ESTUDIO INTRODUCTIVO XXV
La circunstancia de interpretar el conocimiento como un "recuer- de conectar el mundo de las Ideas con el de los fenómenos, estable-
1¡ do", pone de relieve que Platón no admite que la actividad de la con- ciendo una diferencia de valor entre aquéUas y éstos.
ciencia sea creadora y capaz de producir sus diferentes contenidos. En Hay, por otra parte, una doble relación entre las Ideas. Unas están
esto procede como todos sus predecesores. He aquí una limitación tea- comprendidas en otras; asimismo, unas poseen más valor o dignidad
rética de toda la psicología griega: en alguna forma debe darse al que otras (Men6n). Dicho en otro giro: las Ideas forman un organis-
alma el contenido de las representaciones. Ahora bien, si las Ideas no mo articulado, una serie en la cual las más bajas son como funda-
se ofrecen en la percepción y, sin embargo, las encuentra la conciencia mento y supuesto de otras más altas. Esta serie termina en una Idea
dentro de ella, es inconcuso que las ha recibido el alma con anterio- que no está comprendida en otra Idea más amplia o superior. Esta
ridad. Para elucidar semejante recepción echa mano el filósofo de un Idea suma, la "última en el conocimiento", fundamento supuesto de
mito. El alma ha contemplado las formas puras 'de_ la realidad en el todas las demás, es para Platón la Idea del Bien. En una bella imagen
mundo inmaterial ántes de habitar el cuerpo, y la Pt<rcepción de ob- la describe Platón. "Así comó el sol, dice en la Republica, es causa
jetos empíricos semejantes (según la ley general de la 'a&Qciación y re- de la visión y causa no sólo de que las ~osas sean vistas en la luz,
producción) evoca el recuerdo de aquellas imágenes olvidadas en el sino también de que crezcan y vivan, así el Bien posee tal fuerza y
i ajetreo cotidiano de la vida terrestre. 10 belleza que no sólo es causa de la ciencia en el alma, sino que con-
1,'
Lo que es en la doctrina del concepto de Sócrates método epagó- fiere verdad y ser a todas las cosas que pueden ser objeto de la ciencia,
gico, inductivo, se convierte ahora en intuición evocativa (synagoogée, y así como el sol no es la vista ni las cosas vistas, sino que está sobre
synopsis), en una más pura y elevada concepción de lo real. Pero el éstas; del mismo modo el Bien no es la ciencia ni la verdad, sino que
alma busca, estimulada por una diversidad de percepciones sensibles, está sobre éstas, del mismo modo el Bien no es la ciencia ni la verdad,
una pluralidad de Ideas; de ahí que la ciencia se proponga la difícil sino que está sobre ambas, y ambas no son el Bien, s1no sólo semejan-
tarea de descubrir las múltiples Ideas y sus mutuas reJaciones. Esto tes al Bien". La Idea del Bien, según esto, tiene valor absoluto y es la
significa un segundo avance de Platón sobre Sócrates, especialmente que suministra valor a todas las cosas. Es, a la vez, la última razón
importante, por el intento de fijar la conexión lógica de los conceptos del conocer y del ser, de la razón y de lo pensado, de lo subjetivo y
entre sí. Se trata de éstatuir las relaciones de subordinación y co- de lo objetivo, de lo permanente y de lo mudable, de lo ideal y lo
ordinación de ellos; la división de los géneros en especies tienen gran real. Conforme a este pensamiento, no parece admitir Platón la exis-
importancia ~n su doctrina; también se discute el problema de qué tencia de un dios personal. En otros diálogos, empero, habla de un
conceptos son reducibles o no a otros; y como recurso metódico reco- dios inteligente y reconoce la realidad ·de dioses menores. 11
mienda la disquisición hipotética de demostrar si un concepto dado,
por la aplicación de sus posibles sentidos, puec . reducirse a otro de
antemano conocido.
Y bien: ¿qué relación existe entre las ideas y el mundo de la ex-
periencia, el mundo de los hechos empíricos, de los fenómenos? No
hay una respuesta unánime en los diálogos. A veces se da a entender
que el mundo sensible es una ilusión subjetiva (Parménides); otras,
como en el Timeo, se ve aquel mundo como mezcla del ser éla ousía)
con el no ser, o se describen las Ideas, existentes en sí mismas, como
atravesando todas las cosas a manera de una cadena (Sofista). Cabe,
sin embargo, reconocer un predominio de la doctrina que asegura (so-
bre todo en los diálogos de madurez) que cada uno de los objetos
empíricos participa, bien que sólo en parte, de los caracteres de las
Ideas. Algo parecido dice el término "imitación", con el cual se trata
1 o Platón. Diálogos. Estudio preliminar de F. Larroyo. Editorial Porrúa,
S. A. Colección "Sepan cuantos . .. ", 8~ ed. México, 1969. 11
Cfr. Th. Gomperz, Pensadores griegos, Buenos Aires, 1951.
II
LA LOGICA ARISTOTELICA
1. S.INCRONÍA DE ARISTÓTELES
Año
384 Aristóteles pació a fineE¡ .de 384. a. de C., en Estagira, umi an-
Úgm1 ciudad de Macedonia.· Platón había nacido en Atenas
en 427.
367 Dionisias I de Siracusa muere en 367.
367/6 Platón se dirige a Siracusa y retorna dos años después a Ate-
nas. Durante su ausencia, Eudoxo de Knido fue el jefe de la
Academia.
366 Ingresa Aristóteles en la Academia a la edad de 18 años. Pa-
rece ser que Platón permaneció tres años en Atenas entre uno
y otro viaje a Sicilia.
361 Platón viaja por tercera vez a Sicilia, ahora en compañía de
Espeusipo, Xenóerates, Eudoxo y Helicón. Heráclides de Pon-
to se hace cargo de la Academia.
360 A fines de 360, vuelve Platón a Atenas.
356 Nace Alejandro Magno:
347 Demóstenes y el partido antimacedón toman el poder en Ate'
nas. Platón muere en mayo de 347. Aristóteles deja ·Atenas.
Se dirige a Atarneo y Assos para visitar a su amigo Hermias.
345 Aristóteles va a Mitilene y Lesbos, en donde trabaja en compa-
ñía de Teofrasto. (Cuándo deja Mitilene y cuándo, en com-
pañía de Teofrasto, retorna a Estagira, no se sabe.)
XXVII
XXVIII TRATADOS DE LÓGICA ESTUDIO INTRODUCTIVO XXIX o
343 Filipo rey de Macedonia, llama a Aristóteles para ocuparse de Las otras lecciones tenían un carácter popular. Se impartían a jó-
la educación de Alejandro, de 13 años de edad. venes de catorce a veintiún años. En su conjunto, representaban una
Los persas derrotan a Hermias, quien es ejecutado. Pitia, la formación de tipo secundario. También en este dominio, la influencia
341 de Aristóteles aumentó constantemente. Esta educación llegó a com-
hermana de Hermias, logra huir. Poco después se casa con
Aristóteles, que ahora vive en Estagira, laborando con Teo- prender la retórica, la historia, la filosofía, la política y las ciencias
naturales. Aristóteles pedía una formación encíclica, esto es, general.
frasto.
Una y otra vez subraya en sus obras que todo hómbre libre debe
340 Filipo comienza la guerra contra Bizancio. Alejandro llega a poseer todos estos conocimientos. o
ser regente. La organización del Liceo, así, fomentó, por una parte, el desarro-
339 Espeusipo, jefe de la Academia, a la sazón, muere. Lo susti- llo de las ciencias particulares, aunque nunca perdió su dirección
tuye Xenócrates. · filosófica y unítaria; por la otra, enriqueció el programa de estudios
de la educación secundaria superando la controversia acerca de las
338 Filipo derrota a los atenienses en Queronea. materias de estudio, suscitada por Isócrates y Jenofonte, quienes po-
336 Asesinato de Filipo. En julio de 336, se eleva al trono Ale- nían el acento en la mera formación filológica. 2
jandro, a la edad de 20 años. El Liceo se convirtió en el centro filosófico más importante de Gre-
335 Alejandro destruye Tebas. Aristóteles vuelve a Atenas, en da. Sólo la Academia tuvo parecida influencia durante la vida de Plª-
tón. Muerto Aristóteles, Teofrasto, su discípulo y amigo, dirigió. el
donde funda el Liceo.
Liceo de 322 a 288 a. de C., manteniéndose los prestigios docentes
323 Muere Alejandro. Epicuro llega a Atenas. Aristóteles huye a de la institución.
Calcis, acusado de impiedad. Estratón de Lampsaco, hijo de Arcesilao, sucedió como escolarca a
322" Muere Aristóteles. También en este año fallece Demóstenes. Teofrasto, de 287 a 269. Si Teofrasto era un polígrafo, Estratón fue
ante todo un físico experimentador, quien, a veces, rectificó a Aristó-
teles en este dominio del saber. Licón ocupa después la cabeza de la
2. EL LICEO escuela, la cual vino a menos bajo su gestión y la de Cristolao, mora-
lista y célebre orador, muerto hacia 155. Tampoco recupera el Liceo
Aristóteles, en compañía de Teofrasto, fundó el Liceo, en 335. Era su vieja reputación, cuando fueron jefes de la institución Diódoro
un jardín provisto de una galería para pasear al aire libre (de aquí, (muerto en 140) y Erimneo (muerto en 110 a. de C.), ni en los años
probablemente, el mote de peripatéticos dado a los discípulosr del Es- subsiguientes durante los cuales la tradición no informa de los nom-
tagirita, de peri, alrededor y pateo, pasear) y de salas de clase y habita- bres de sus jerarcas.
ciones. El Liceo (de aquí su nombre) fue instalado en las afueras de Hacia esta época, el Liceo sufrió toda suerte de inforte'lios. Sa-
la ciudad, cerca de un pequeño santuario consagrado a Apolo Licio queada varias veces durante las guerras (pues poseía una rica bibliu-
y a las musas. 1 teca y nutridas colecciones de plantas y animales), la escuela fue des-
Aristóteles daba dos tipos de lecciones: unas en que se ocupaba truida a mediados del siglo 1 a. de C. Su último escolarca fue Añcfró-
de cuestiones difíciles, dirigidas a los alumnos más aventajados, quie- nico de Rodas (muerto a fines del siglo r a. de C.).
nes, con el tiempo, se convertían en coinvestigadores. En esta comu- Al lado de los jerarcas, la tradición da noticia de otros peripaté-
nidad _de trabajo se originó un hecho importante: fue separándose la ticos destacados. En la mejor éyoca del Liceo (Aristóteles, Teofrasto,
filosofía de las ciencias particulares, pues hasta entonces la filosofía Estratón)o se mencionan los nombres de Eudemo, Aristoxeno, Dicear-
significaba tanto como ciencia. Aristóteles llamó primera filosofía al co, Fanias, Clearco, Menón, Demetrio y Falerio. Más tarde, aparecen
estudio del ser en general, y filosofías segundas a las diversas ciencias Jerónimo, Farmio y Sotio, entre otros.
particulares (matemáticas, física, zoología, astronomía, etc.).
z Cfr. L. Larroyo, Historia general de la pedagogía, JO~ ed. Editorial Po-
' H o Siebeck~ Aristóteles. Revista de Occidente. Madrid.
o
rrúa, S. A. México, !967.
XXX TRATADOS DE LÓGICA
ESTUDIO INTRODUCTIVO XXXI
3. LISTAS Y CLASIFICACIÓN DE LAS OBRAS Joctrina de Aristóteles no nació completa y lograda, sino que su pen-
¡: samiento sufrió crisis y mudanzas. Los fragmentos que poseemos de
¡¡ La obra arist9télica fue enciclopédica: lo mismo comprendía la tales diálogos nos muestran, en efecto, un Aristóteles que se adhiere
¡, filosofía que la física; la matemática y la astronomía que la psicolo- primeramente al pensamiento- platónico para alejarse después de él y
gía; la botánica y la zoología que el derecho, la política y la retórica. modificarlo; y que, paralelamente, transforma sus intereses espiritua-
l¡.
r Corría la conseja de que Aristóteles había compuesto . un millar de les, los cuales, orientados primeramente hacia los problemas metafí-
obras. En todo caso, las listas de obras que se le atribuyen son muy sicos, se van después concentrando en torno de los problemas cien-
nutridas. De estas listas, la tradición ha conservado tres importantes: tíficos particulares.
a) El Catálogo de Diógenes Laercío (siglo m d. de C.) en su En sus primeras obras, Aristóteles retoma temas de la Academia,
obra Vida, doctrinas y opiniones de los filósofos ilustres, libro V, que mclusive a veces, los propios nombres de diálogos platónicos. De ellas
registra 146 títulos. precisa mencionar un Banquete, un Político, un Sofista, un Menéxono;
b) El Catálogo anónimo, que contiene 192 títulos; de los cuales el Grifo (o De la Retórica), el Protréptico, el Eudemo y el De la filo-
132 figuras ya citados en el de Diógenes Laercio. Lleva tal nombre sofía. Destacan por su importancia las tres últimas. El diálogo De la
en virtud de que Hesiquio de Milete (siglo VI d. de C.) lo copió del filosofía, redactado hacia 344, marca el momento crucial en que Aris-
apéndice de una obra anónima acerca de la vida de Aristóteles. tóteles rompe definitivamente con h doctrina platónica.
e) El Catálogo de Ptolomeo, trasmitido en forma incompleta por
dos autores árabes. Esta lista, de 92 títulos, que reproduce mayormen-
te los títulos de las "tablas" de Andrónico de Rodas, consta de .tres 4. EL CORPUS
partes. La primera contiene los nombres de los diálogos y otras obras
exotéricas; la segunda, los de los tratados escolares (de la época del De las obras aristotélicas se llama el corpus al conjunto de las acro-
Liceo), y la tercera, los de los escritos hipomnemáticos, de las cartas amáticas. Conforme a ellas, Aristóteles hacía sus explicaciones en el
y de las Constitucione&. 3 Liceo. Su composición es muy heterogénea. En ciertos lugares no son
otra cosa que meras anotaciones esquemáticas; en otros, amplios y
Los escritos aristotélicos se dividen, a su vez, en tres grupos: completos desarrollos. Además, se advierten diversas redacciones del
mismo tema y no sería extraño que algunos discípulos hayan llenado
a) Los acroamáticos o esótéricos, llamados así por estar destina- las lagunas originarias con propios escritos. Se dice que Andrónico de
dos a los oyentes del Liceo y que constituyen el corpus aristotelicum. Rodas (siglo primero antes de Cristo) hizo la primera edición comple-
b) Los exotéricos o sea los que fueron compuestos para el pú- ta de las obras de Aristóteles, después de haberse recuperado un ma-
blico en general, y terial importante. Pero como en la dicha edición no se tuvo cuidado
e) Los hipomnemáticos, guías de trabajo destinadas al uso per- de ordenar, previa crítica, las diversas partes de cada tratado, han
sonal del filósofo. surgido muchos problemas de exégesis.
Puede distribuirse el corpus aristotelicum en seis apartados, sin
La forma literaria de las obras exotéricas es el diálogo, a lo Pla-
contar el grupo de las obras espurias:
tón; la de las hipomneínáticas, la nota, prontuario o memorándum
para tareas docentes y de investigación y, la de las acroamáticas, el
a) Tratados de lógica:
tratado didáctico. En estas últimas el pensamiento de Aristóteles se
presenta en forma sistemática. Leyéndolas, parece que en ellas, por lo l. : Categorías
menos a primera vista, Aristóteles no experimentó oscilaciones. Los ¡ 2. Peri hermeneias
escritos exotéricos permiten, por el contrario, darse cuenta de que la ! 3. Primeros Analíticos
1
4. Segundos Analíticos
195 l.
" Cfr. P. Moraux. Les listes anciennes des ouvrages d'Aristote. Lovaina, 1
¡ 5. Tópicos
i 6. Refutaciones Sofísticas
~
¡
¡_
XXXII - TRA'I ADOS DE LÓGICA ESTUDIO INTRODUCTIVC XXXIII
1
Filosofía poyética:
b) Filosofía primera (Metafísica). Colección de trabajos dispues-
tos en catorce libros (numerados en mayúsculas griegas,
!
-~
f)
l. Retórica
$
excepto el Il, ·que lleva alfa minúscula): ~ 2. Poética (fragmento)
l. III, IV, VI (ABGE): Historia, concepto y t·:mática de la
metafísica. g) Tratados espurios:
XI (K): Resumen del grupo anterior. l. Del mundo
XIII, XIV (M, N):
XII (L):
Teoría de los números y de las ideas.
De la filosofía como teología.
1 2.
3.
Del espíritu
De los colores
V (D): Vocabulario filosófico. 4. De lo audible
VII. VIII, IX (ZHTh): Tratado de la sustancia. 5. Los Phisiognomómica
11 (a): Introducción a la física especulativa. 6. De las plantas
X (1): De lo uno y lo múltiple. · 7. De mirabilibus auscultationibus
8. Mecánica
e) Filosofía y ciencia de la naturaleza: 9. Problemas
10. De lineis insecabilibus
l. Física 11. De Meliso, Jenófanes, Gorgias
2. Del cielo 12. Económica
3. De la generación y la: corrupción
4. De los meteoros
5. De la historia de los animales 5. Los COMENTADORES
donde da inusitada importancia a esta disciplina para comprender el la idea de presentar a Aristóteles dentro de un cuadro de saber tra-
sistema todo de Aristóteles. dicional, pero de ahí a creer que la versión clásica de la filosofía, in-
En relación con el tema de los escritos aristotélicos, el jesuita cluyendo los títulos de sus ramas fundamentales (lógica, filosofía pri-
Joseph Zürcher ha lanzado recientemente una tesis atrevida. Indica mera, ética, política, poética ... ) son inadecuadas para comprender a
que Aristóteles es autor sólo de un 25% de las obras contenidas en Aristóteles, hay una gran diferencia, toda vez que el propio pensador
el Corpus. Del resto, dice en su libro Obra y mente de Aristóteles, creó en mucha parte esta terminología.
1950, es autor Teofrasto, su discípulo. Bste habría completado todo El autor ofrece la doctrina aristotélica a través de estos apartados:
el Corpus elaborando los materiales dejados por el maestro. a) Lenguaje, opinión y verdad; b) Oratoria, poesía y tragedia; e) Los
Esta hipótesis, concluye Zürcher, resolvería las siguientes dificul- primeros principios; d) La querella de las Ideas; e) Movimiento y
tades: a) la circunstancia de que las obras exotéricas (diálogos y de- cambio como fenómenos fundamentales de la naturaleza; f) Cosmo-
más) reputadas como obras de juventud, parezcan ser obras de madu- logía. La teoría de los elementos; g) El Protréptico, elogio de la vida
rez; b) las referencias de los tratados del Corpus a las dichas obras intelectual; h) La filosofía de la vida social; i) Investigación de la
exotéricas; e) las evidentes discrepancias de los escritos; d) la exis- naturaleza y filosofía natural; j) El alma y los procesos psico-físicos;
tencia en el Corpus de expresiones de filosofía helenística (estoicas y k) Existencia y verdad.
epicúreas), y e) la semejanza de estilo literario de Aristóteles y Teo- Algunas apostillas. Llamar "investigación de la naturaleza" a la
frasto. física, o denominar filosofía de la vida social humana a cuestiones de
Contra esta tesis ingeniosa, algunos de cuyos aspectos han sido ética y política, no entona dentro de la terminología aristotélica. In-
considerados con anterioridad por L. Robín, está el peso de fuentes cluir el Protréptico, cuya reconstrucción ofrece in integrum el autor,
históricas, ubicadas antes y después de la muerte de Aristóteles. como título de sección, un diálogo de juventud, en el lugar en que se
Recientemente ha aparecido un nuevo liJJro importante sobre el encuentra, es romper con la debida exposición metódica y genética.
Estagirita que, en mucha parte,· viene a recoger y ponderar los resul- En cambio, situar, glosar e interpretar los escritos lógicos bajo el
tados de la crítica histórica iniciada desde la 2~ década del siglo xx. título general de Lenguaje, opinión y verdad, es de todo punto acep-
Se trata de la voluminosa obra (cerca de 700 págs.) de Ingerman Dür- tado. Los tres conceptos de este encabezado describen bien el origen
ing intitulada Aristoteles. Dastellung und Interpretation seines Denkens y desarrollo de la lógica aristotélica. ·
(Aristóteles. Exposición e interpretación de su pensamiento), 1966. Por lo que hace a la crítica externa e interna de los textos aristo-
El autor quiere dar, de un lado, una interpretación completa, inte- télicos, el libro es ejemplar en toda la línea. La imparcialidad de sus
gral, de Aristóteles; de otro, trata de romper con la exposición esco- juicios y la profundidad de sus interpretaciones, revelan un hondo
lástica, rígida y estereotipada, que se ha ido formando desde la Edad conocimiento de la materia.
Media, y a la cual han contribuido viejos y nuevos comentaristas. En fin, el intento de Düring cifrado en exponer la obra entera del
El libro presenta a Aristóteles a la vez como "pensador de pro- Estagirita como un interminable esfuerzo en torno de problemas y a
blemas, como hombre de ciencia y comd filósofo"; proporciona, en manera de doctrina viviente, es nada menos que la exigencia del con-
otras palabras, una imagen cabal de su personalidad intelectual; y, a cepto contemporáneo de historia de realizar ésta a título de conciencia
decir verdad, logra el autor tal propósito; lo que, por cierto, es con- Y sentido actuales del pasado (actualismo).
secuente. La doctrina de Aristóteles se halla esparcida en todas sus
obras: en su Física y en sus estudios biológicos hay ideas ontológicas;
en su Metafísica, filosofemas epistemológicos, etc. Además la evalua- 9. EDICIONES
ción del pensamiento aristotélico está necesitada de tal interpretación
integral, pues para captarlo históricamente precisa recorrer las tres Se han hecho muchas ediciones de las obras aristotélicas. Algunas
etapas de su desarrollo. Para comprender al filósofo precisa descubrir de dichas ediciones son regulativas tocante a la fidelidad del texto.
al científico; para comprender al científico, precisa descubrir al filósofo. Además, no pocas contienen comentarios ya clásicos.
Tocante a la circunstancia,de subestimar cuanto la tradición ha he-
cho, no deja de ser exagerado. Hace bien Düring en reaccionar contra
TRATADOS DE LÓGICA ESTUDIO INTRODUCTIVO XLI
XL
11. LA TAREA DE LA LÓGICA Dado que existe una diversidad de ciencias, se plantea desde luego
el tema de la forma general del saber. Aristóteles habla de tres grupos
La evolución mencionada de la lógica se confirma cotejando ]os de ciencias: ciencias especulativas (filosofía, física, matemática), que,
nombres de ciertos escritos del Catálogo de Ptolomeo, en particular respectivamente consideran bien a1 ser en general (filosofía) , ya al-
de uno, titulado De los vocablos opuestos, y del cual dice Simplicio gunos de los fundamentales. aspectos de éste (física, matemática);
que contiene un buen número de aporías que aparecen. en el capítulo ciencias práctica~, .que 1íacen objeto de estudio la conducta del hom-
10 de las Categorías, usadas, en proporción considerable, en los 1 bre (política, etica)' y ciencias poyéticas, destinadas a comprender la
, Ctea<;i6n de objetos (retórica, poética) .
bros de los Tópicos redactados iniciillmente. 7 •
El ordenamiento de los llamados escritos lógicos se debe, al pare: • Ahora bien: ¿qué caracteriza la forma común de toda esta diver-
cer, a Andrónico de Rodas. Así procedió al advertir que Aristóteles sidad de ciencias? Dos rasgos: la abstracción y la apodeixis. Todas las
en las Categorías se ocupó del concepto, de la palabra aislada; en el ciencias proceden, en efecto, por abstracción, ello es, desposeen a
las COsas de estudio de todos los caracteres que no les interesan. El
•l W. Windelband, op. cit. ~temático despoja a las cosas de todas las cualidades sensibles (peso,
7 Fr. Solmsen, op. cit. . •gereza, dureza, etc.) con objeto de reducirlas a cantidad, o sea al
XLIV TRATADOS DE LÓGICA
ESTUDIO INTRODUCTIVO
XLV
número y a las formas geométricas. El físico abstrae todas las cualida-
Para muchos esta lógica de tres miembtos es todavía el cauce por
des no reductibles al movimiento, porque su finalidad es considerar
el que camina inclusive la logística o lógica matemática, la cual, como
únicamente el ser. en movimiento. Para constituir su ciencia, así el
se sabe, trata de reducir a un mero cálculo lodo posib]e razonamiento.
matemático como el físico, comienzan por establecer ciertos princi-
"Teniendo en cuenta, dice F. de P. Samaranch, er.tre otros, que los
pios generales o axiomas que se refieren justamente a ]a naturaleza
elementos primarios con que operó Aristóteles parz la estructuración
específica de su objeto y que sirven para definirlo distinguiéndolo del
formal del raciocinio son los conceptos que, en número de tres se
de las otras ciencias. 8 ·
articulan en dos proposiciones o premisas, de las que se deriva luego
Del mismo modo debe proceder la filosofía. Ésta debe estudiar
una nueva proposición, esta vez conclusiva --es decir, que aporta un
los muchos significados de la palabra ser, no como cantidad ni como
nuevo nexo de predicación antes de desconocido--, teniendo en cuen-
movimiento, ni bajo ningún 'otro aspecto, sino justa y solamente en
ta esto y que sólo es posible la conclusión a partir de tres conceptos
cuanto a ser.
y dos premisas, la lógica moderna ha recurrido a la representación de
En segundo lugar, las ciencias ya constituidas, todas ellas, ofrecen
estos elementos en un sistema de signos que permite operar y hacer
conjuntos de conocimientos ordenados deductivamente. Aristóteles tomó
cálculos con los elementos en un sistema de signos que permite op-
como modelo a la geometría. Deducción se dice en griego apodeixis.
rar cálculos con los elementos primarios del pensar como si fueran
En efecto, en las ciencias unos conocimientos han de derivarse de elementos matemáticos." 9
otros, de tal manera que no haya duda de su rigurosa secuencia, ello
es, han de obtenerse de manera apodíctica.
14. CoN Y CONTRA PLATÓN
13. LÓGICA DE TRES MIEMBROS Los seis tratados del Organon caen dentro de la segunda y de la
tercera etapa de la actividad filosófica de Aristóteles, pero, a no du-
La lógica de Aristóteles se ocupa fundam~ntalmente de tres domi- darlo, constituyen un desarrollo que se origina del pensamiento lógico
nios que, por constituir un cuerpo de doctrina, pueden ser calificados de Platón; lo que significa, al par, una sistematización y una rectifica-
de tres miembros. Estos dominios son: ción, sobre todo, de las implicaciones metafísicas de ciertos temas.
a) La doctrina del concepto. La doctr~na del Estagirita comparte aún en la última etapa mucho
b) La doctrina de la proposición. de la teoría de las Ideas de Platón. Para aquél como para éste, las esen-
e) La doctrina del razonamiento. cias son generales. Por ello, el concepto es instrumento de conocimien-
to. Lo que combate a Platón es que éste niega el vínculo real que me-
Este último apartado comprende tanto . los Primeros Analíticos y dia entre lo general y lo particular, error que no pudo superar ni en
los Segundos Analíticos, como la Tópica, Iá cual tiene que ver con el la última fase de su doctrina. Como causas finales del acontecer siguen
razonamiento epag6gico. El tratado de las Refutaciones Sofísticas es representando las ideas un mundo ,independiente (al lado) del de las
algo así como la contraíuz de toda la doctrina del razonamiento, pues apariencias. La objeción capital de Aristóteles contra la doctrina de
tiene a su cargo el estudio de los falsos razonamientos, para prevenir las Ideas se dirige, en suma, a esta separación de la esencia y de la
apariencia, del ser y del devenir. 10
del error.
En honor a la verdad, en los Primeros y Segundos Analíticos, Aris· Para Aristóteles, todo objeto consta de materia y forma (hilemor-
tóteles no solamente considera temas fundamentales de la demostración fismo). Esta última es la esencia del objeto, susceptible de conocerse
científica y del conocimiento, y reflexiona sobre ellos; también en es~ i'Ot el concepto. La forma es lo que hace que la cosa sea lo que es.
tas obras y otras, se asoma a una lógica de la interrogación ocasional~ Las esencias no están, por tanto, fuera de las cosas: son inmanentes
mente y busca con frecuencia un fundamento epistemológico a sus a ellas. No existen dos mundos, como enseña Platón: el de las Ideas y
11
doctrinas. 1n S M . Obras. Ediciones Aguilar, S. A. Madrid, !C)64.
Aristóteles,
1
s O. Hamelín, Aristóteles. Buenos Aires, 1944. Ott. · answn,
Lovaina. 1946.La critique de la théorie des ldées dans le TtEpl toEwv d'Aris-
TRATADOS DÉ LÓGICA ESTUDIO INTRODUCTIVO XLVII
XLVl
el de las cosas. Sólo háy uno que comprende por igual materias Y 5) el lugar, por ejemplo, en el Liceo, en el templo.
formas, cosas e Ideas. 6) el tiempo, por ejemplo, el año pasado, mañana.
En una for~a pintoresca formuia Aristóteles su objeción a la exis- 7) la acción, por ejemplo, corta, quema.
tencia de los dos mundos platónicos. La llama el argumento del tercer 8) la pasión, por ejemplo, es odiado, es herido .
. hombre. Si se admite el mundo de los hombres de carne y hueso y otro 9) la posición, por ejemplo, está ahí, sentado ..
· mundo ideal en dohde figura la idea del hombre, habría que admitir 10) el hábito, por ejemplo, está calzado, e.stá armado.
un tercer mundo, intermedio, el constituido por la semejanza existente
entre el mundo de las ideas y el inundo de los individuos concretos. Estas categorías corresponden a distinciones gramaticales. Se tra-
Pero, a su vez, este hombre; el tercero, podría compararse, hacia arri- ta, como puede advertirse, de ciertas partes de la oración. La categoría
ba, con la idea del hombre, y, hacia abajo, con cualquier hombre con- de sustancia corresponde al sustantivo gramatical; las categorías de
creto, dando lugar a un cuarto y a un quinto hombre, y así indefinida- cualidad, cantidad y relación, al adjetivo; las categorías de lugar y
mente; lo que es un puro absurdo. tiempo, al adverbio, y las categorías de acción, pasión, posición y
hábito, al verbo.
15. EL toNCEPTO Y LAS CATEGORÍAS Por esta circunstancia se ha dicho que Aristóteles puso en prác-
tica un método gramatical para derivar las categorías. Error. El hecho
La proposición se descompone en términos (conceptos), como ya fue diferente. El filósofo comenzaba· a ver, partiendo, sí, de la pala-
fue dicho. Éstos se estudian especialmente en el tratado de las Cate- bra y su función gramatical, cómo era posible concebir los términos,
gorías, redactado ya en la segunda etapa de la actividad filosófica de desde un nuevo punto de vista, el de su significación. Por esta vía, en
Aristóteles. 11 efecto, Aristóteles se elevó al concepto general de ser, a manera de
El concepto es el qué de tina cosa. Al observar un ser se puede género supremo; al de cantidad, como nota común de todo objeto,
decir que es un hombre. El conjunto de notas que caracterizan el ser etc.; y esto es mirar el problema desde un nuevo ángulo, el de la con-
hombre, es el concepto de hombre. templación conceptual, esto es, lógica.
Todos los conceptos se obtierteti por la abstracción, y pueden ser
más o menos generales. Bi concepto de hombre es menos general que
el concepto de animal, Pl.\~S este último se aplica a más serés que a los 16. EL LÓGOS APOPHANTIKÓS
hombres; posee mayor generalidad. Un concepto que es más general
respecto de otro se llama género; éi menos general, se designa especie. El Peri hermeneias, posterior a las Categorías, da un paso más
El concepto hombre es una especie de animal, pero, a su vez, es un en el tránsito de la lógica gramatical a la lógica noética. A ello contri-
género respecto de ateniense, espartano, macedonio, etc. buyó mucho la reflexión relativa al tema de lo verdadero y falso.
Para obtener el concepto de algo se pone en práctica la definición Ellógos, además de palabra, y en nexo con ella, significa la forma
(orismós), la que consiste en buscar el género próximo y añadir la del pensamiento. El lenguaje quiere reproducir así las diversas formas
diferencia específica. El hombre es un animal (género próximo) ra- de pensamiento como las diversas formas de la realidad. En advirtien-
cional (diferencia). do ésta su doble tarea se está a un paso de trasponer la consideración
Los conceptos más generales, ello es, los que no pueden figurar· gramatical.
como especies de otros conceptos, se llaman categorías. Aristóteles ha El lenguaje ofrece, primero, términos aislados, los que en un se-
establecido diez: gundo momento se enlazan entre sí formando el juicio o la proposi-
ción. Bsta tiene una unidad distinta de la palabra y es el órgano pro-
'\ la sustancia, por ejemplo, caballo. pio de lo verdadero, porque la verdad se encuentra en la composición
-•;r1ad, por ejemplo, de tres pies de largo. Y división de los términos, composición y división que tienen que
· "iemplo, blanco, ignorante. COrresponder a la realidad. ·
rlnble, más grande. La verdad y el error no tienen su sede en los conceptos y en su
París, 1939. ~ expresión (la palabra), sino· en el enlace o en la separación de los
ESTUDIO INTRODUCTIVO XLIX
XLVIII TRATADOS DE LÓGICA
proceso lógico, reside en derivar un juicio de otros, esto es, en la de-
conceptos; lo que tiene lugar cuando se afirma o se niega un predicado ducción ( syllogismós).
de un sujeto. Todo lo que es objeto de pensamiento, en definitiva, es La silogística (ti!oría de la deducción) se convirtió en el punto
objeto de afirmación o negación: pensar es afirmar o negar un predi- esencial de la lógica aristotélica: en ella converge todo lo que Aristó-
cado cualquiera de un sujeto. teles ha enseñado acerca de las estructuras generales del pensamiento
La proposición resulta entonces ser una expresión enunciativa,
deductivo.
lógos apophantikós, que, como tal, propone algo: una proposición Los principios capitales de esta doctrina, que ha llegado a ser la
que afirma o niega un predicado de un sujeto a través de la partícula sustancia de la lógica tradicional, hasta nuestros días, son los siguien-
sustantiva "es". tes:· concluir significa derivar un juicio de otros dos. Ahora bien,
Sobre esta noción de juicio se fundan las operaciones proposicio- puesto que en la conclusión se afirma un concepto (el predicado) de
. nales, de las cuales Aristóteles define particularmente la oposición otro concepto (el sujeto), es necesario, para fundar la predicación,
contraria, la oposición contradictoria, la subordinación y La conversión. echar mano de un tercer concepto (meson, medius terminus) que
Dos proposiciones son contrarias cuando sólo difieren en la cua- vincula lógicamente los dos primeros ( extremi). Este tercer concepto
lidad. debe encontrarse, por lo tanto, en determinada relación con los dos
Ejemplo: primeros, lo que acontece en los dos juicios iniciales del silogismo lla-
Todo hombre es justo (afírmativa). mados premisas (prótesis). En el siguiente silogismo:
Ningún hombre e¡; justo (negativa) .
Dos proposiciones son contradictorias cuando difiren tanto en cua- "Todos los hombres son falibles;
lidad como en cantidad. Los sabios son hombres;
Ejemplo: Los sabios son falibles";
Todo hombre es jysto (afirmativa universal).
Algunos hombres no son justos (negativa· particular) .
el concepto "hombre" es el término medio, y los conceptos "sabios"
Dos proposiciones son subalternas cuando difieren en la cantidad
y "falibles" son los extremos.
y tienen la misma cualidad. Sólo una de las posibles relaciones de los conceptos ha sido deci-
Todo hombre es justo (afirmativa universal). siva en la construcción de la silogística aristotélica según sus postula-
Algunos hombres son justos (negativa particular). dos más generales: la subsumción de lo particular en lo general. Para
La conversión consiste en intercambiar en una proposición
esta doctrina, en efecto, siempre se trata de ver cómo un concepto (el
sujeto y predicado. sujeto) puede o no subsumirse en otro (el predicado). La silogística
Ejemplo: descubre aquellas formas del pensamiento por medio de las cuales,
Todo hombre es justo. con ayuda de un concepto intermedio, es posible subsumir un concep-
Todo justo es hombre. to en otro o no. Aristóteles ha desenvuelto esta tarea en forma original;
en ello radica el valor permanente de su silogística, pero también sus
17. EL SILOGISMO Y LA APODEIXIS lfmites.
En consonancia con pareja faena ha tratado el filósofo en su obra
La piedra de toque de la ló~ica aristotélica es el concepto Peri hermeneias solamente de los dos caracteres del juicio que intere-
rivación ( apodeixis). Precisa señalar, primero, qué sea derivación; -~ san para este objeto: primero, la cantidad, que consiste en subsumir
después, qué implicación; esto es: exponer aquellas formas por medio e§; el sujeto en el predicado, según su extensión, y que permite distinguir
de las cuales el pensar descubre fa relación de dependencia entre lo entre sí los juicios universales, particulares e individuales; segundo, la
particular y lo general. cualidad, por la que se afirma o niega tal subsunción predicando la
Aristóteles ha dado esta teoría en los Analíticos, una obra funda· compatibilidad o separación de ambos conceptos.
mental que sistemáticamente trata de la deducción, en los Primeros, Y . ~e ahí que se clasifiquen las especies (schémata, figuras) de los
de la prueba y del conocimiento, en los Segundos. Pues el análisis de sllog1smos tomando en cuenta cómo las relaciones de subsunción de
las funciones cognoscitivas revela que la estructura fundamental del
L TRATADOS DE LÓGICA ESTUDIO INTRODUCTIVO Ll
los conceptos, dadas en las premisas, hacen posible la subsunción bus- Por otro lado, la ciencia no puede dar razón de los puntos de par-
cada entre el sujeto y el predicado de la conclusión. Tal relación se tida del conocimiento (axiomas, principios, hipótesis), pues estos pun-
expresa claramente por el lugar que ocupa el término medio en ambas tos de partida tienen validez incondicionada, inmediata.u
premisas (éste puede estar, primero, como predicado de la premisa Con esta doctrina, como ~e ha repetido, el Estagirita viene a negar
mayor y como sujeto de la menor; segundo, como predicado en ambas carácter científico a la historia y a la geografía, entre otras ciencias,
premisas, y tercero, como sujeto en una y otra). Para Aristóteles es la toda vez que éstas se ocupan de lo particular. La historia describe
primera la más valiosa y original de estas tres figuras, porque en ella hombres y hechos concretos; la geografía, regiones particulares.
brilla en todo su esplendor el principio de '1a subsumción, ya que el Pero aquí, como en otros dominios del saber, fue evolucionando
sujeto de la conclusión se subsume en el término medio y éste, a su la concepción aristotélica. Las investigaciones históricas de los últimos
vez, en el predicado; por caer dentro del círculo de su extensión res- años de su _vida, así lo incita a creerlo. Todavía en los Tópicos, como,
pectivamente.12 es explicabie, dada la época de su· redacción, acéptase el limitado con-
cepto de que no hay ciencia sino de lo general.
18. PRUEBA Y CONOCIMIENTO
19. LA EPAGOGÉE
Con el método de la apodeixis penetra Aristóteles en los temas de
los Analíticos Segundos: la prueba y el conocimiento científicos. La de- De la naturaleza del silogismo en general y de la derivación y de
mostración, dice, es un silogismo que suministra conocimiento, y cono- la prueba, en particular, es fácil comprender que el proceso de la cien-
cimiento (epistémee) es el saber por principios, por causas, ello es, cia radica en derivar conocimientos menos generales de otros más ge-
deriva siempre de premisas indubitables. En otros términos: todo sa- nerales; en otras palabras, la conclusión nunca puede tener el mismc
ber proviene en última instancia de premisas ya no demostrables, pero grado de generalidad que el de las premisas, mucho menos uno ma-
que constituyen supuestos de toda demostración. De éstos señala Aris- yor. Es exacto que en la ciencia deductiva, demostrativa y explica-
13
tóteles tres: los axiomas, las definiciones y- las hipótesis. tiva, a menudo los juicios que han servido de premisas en un silo-
Los axiomas son principios sin los cuales no es posible demostra- gismo se derivan (a título de conclusiones) de otras premisas más
ción alguna, por ejemplo, los principios lógicos supremos. Definiciones generales y así sucesivamente; pero, al fin, habrá de llegarse a juicios
son las determinaciones esenciales de conceptos, por ej. el triángulo que ya no sean susceptibles de obtenerse de principios de mayor ge-
es un polígono de tres lados. En fin: hipótesis son supuestos de que neralidad, que ya no puedan ser referidos a término medio alguno y
la existencia de ciertas cosas o sucesos corresponde a los términos cuya verdad, por lo tanto, sea algo inmediato (ámesa), indcrivable,
pensados. El geómetra, dice Aristóteles, supone la existencia de pun- indemostrable, primarios supuestos. Todo derivado implica un origi-
tos y líneas. Sin estos supuestos no es posible comprender principio nario; toda prueba, un fundamento improbado; toda explicación, una
geométrico alguno. causa última.
La ciencia en Aristóteles se desarrolla entre dos polos o extremos: El proceso apodíctico y explicativo de la ciencia tiene necesaria-
los principios indemostrables (dentro de los cuales precisa incluir las mente un límite; no es posible probar los últimos ·fundamentos de la
categorías) y los individuos y hechos singulares. prueba; no es posible explicar las causas últimas de la explicación.
En efecto, por un lado, la ciencia no puede descender hasta los Ahora bien, si la ciencia quiere cumplir su tarea (la explicación de lo
individuos, ya que, como lo reitera Aristóteles, "no hay ciencia sino particular mediante lo general), es preciso que se eleve cle alguna ma-
de lo general", pero tampoco "existencia sino de lo individual". No nera idónea a aquellos principios generales e indemostra b1es cuya
hay conocimiento apodíctico del individuo, pues el conocimiento ri- validez se ofrece en forma inmediata y absoluta. Según esto, debe
guroso se logra enumerando géneros y especies, y el individuo consta preceder a la tarea científica de la derivación, de la prueba y de la
de infinitos caracteres, que no es dable, por ello mismo, reducir a con- explicación, la búsqueda de los puntos de partida de todo proceso
ceptos generales en toda su integridad. derivativo, de los últimos fundamentos de toda operación demostr:l-
tiva, de los principios más elevados de toda deducción explicativa.
J2F. Enriques, Historia de la Lógica. Roma, 1923.
" O. Hamclin, op. cit. H W. D. Ross. Aristóteles. Buenos Aires, 1957.
TRATADOS DE LÓGICA ESTUDIO INTRODUCTIVO Llii
LII
Aristóteles llama dialéctica a la función inquisitiva de estos principios y a) el razonamiento apodíctico ello es, el que concluye partiendo
en los Tópicos consigna sus postulados fundamentales. de premisas verdaderas,
La búsqueda dialéctica de los principios no posee, ni con mucho, b) el razonamiento epagógico, cuya conclusión sólo es probable
la certeza apodíctica que caracteriza la derivación de consecuenias (dialéctica, en la acepción aristotélica),
partiendo de fundamentos ya encontrados. La investigación parte de e) el razonamiento erístico, contencioso, que procede de princi-
lo particular, dado en la percepción, y de las representaciones habi- pios que parecen probables, pero que no lo son. Se trata de un silo-
tuales propias, para ascender a lo general, de donde, a su vez, debe gismo aparente, vale decir, de un paralogismo.
ser explicado y probado lo singular. La investigación sigue, por lo El término erística (de eris, disputa) en sus orígenes significó el
tanto, el camino diametralmente opuesto al de la derivación: éste es arte de dialogar, bien que disputando. No tuvo entonces un sentido
deductivo; aquél, inductivo, epagógico. Éste va probando y explicando peyorativo. Con la sofística adquiere tal vocablo su acepción posterior.
de lo general a lo particular; aquél, buscando y ensayando de lo par- desdeñosa. En los sofistas, en efecto, la disputa llega a tener como fin
ticular a lo general. Sólo la ciencia conclusa es apodíctica; la que está la propia disputa, no la búsqueda de la· verdad, así sea ésta probable.
en formación, epagógica.'" Lo fecundo de la tarea aristotélica en el tratado de las Refutacio-
Para alcanzar por la epagogía estos conocimientos probables, es nes Sofísticas, es el haber dado una teoría de los falsos razonamientos,
obligado partir de determinados y comunes puntos de vista (topoi, una teoría acerca del error, ello es, acerca de los silogismos conten-
en la terminología aristotélica). Dicho de otra manera: para argu- ciosos, que toman lo falso como verdadero y recíprocamente.
mentar en favor de algo, es imprescindible encarar una cuestión (su- La frecuencia del error, a veces de manera intencionada, a veces
jeto o tema de conocimiento) desde un cierto ángulo, ello es, desde por limitación intelectual, obliga a formular no sólo una doctrina del
un lugar dialéctico. conocimiento verdadero, sino también una relativa al error. De esta
Ahora bien, estos puntos de vista fundamentales son los llamados suerte se protege el hombre amante de la verdad ya del sofista, ya de
predicables o categoremas (maneras de atribuir, atribuciones dialécti- los vicios en que se suele caer en la faena inquisitiva. Aristóteles se
cas, dice Aristóteles). De ellos señala el filósofo cuatro: el accidente, empeña en mostrar los caminos que conducen al error, para salva-
el género, lo propio y la diferencia que define. Si se arguye, al carac- guardar los que llevan a la verdad.16
terizar al hombre, por ej., que éste es un animal que camina sobre
dos pies, para refutar tal aserto, se echa mano del predicable de la
definición ( = género próximo + diferencia) . Lo que diferencia al 21. LA ORGANIZACIÓN DEL SABER Y LA METODOLOGÍA
hombre de los otros animales no es el hecho· de tener dos pies, sino En la tercera etapa de su evolución, Aristóteles organizó definitiva-
el ser racional. mente la ciencia. Al hacerlo, se vio obligado, por un lado, a concebir
20. PARALOGISMOS Y ERÍSTICA
nuevas formas de actividad docente y de investigación; y, por el otro,
a precisar y afinar los métodos de trabajo científico. Todo ello tuvo
La inferencia, recurso obligado de la ciencia, está expuesta a un efecto en su última estada en Atenas, desde la fundación del Liceo
peligro. A veces los razonamientos parecen verdaderos, y no lo son. (335).
Asimismo en los debates y polémicas, los ialsos sabios, los sofistas, A tenor de la tradición, la tarea aristotélica fue extraordinaria. No
suelen hacer caer al interlocutor en erróneas conclusiones. Atento a ~'
sólo se indagó en los territorios de las ciencias naturales (astronomía,
ello, Aristóteles redactó un trabajo, las Refutaciones Sofísticas, des- química, botánica, zoología ... ) , en la física, según terminología ge-
tinado a estudiar los falsos razonamientos. En dicho tratado se averi- nérica de la época; también, y no con menos buen éxito, en los domi-
gua en qué se distinguen estos argumentos, cuáles son sus clases y nios de las humanidades. A este período pertenecen su.s trabajos sobre
cómo pueden ser descubiertos. las Constituciones de Atenas, sus Didascalias (archivos de las repre-
Puede hablarse dentro de la lógica aristotélica de tres clases de sentaciones dramáticas) sus Problemas Homéricos, sus Pleitos de las
ciudades, etc.
razonamientos, desde el punto de vista de su validez:
16
J. M. Le Blond, op. cit.
'" W. Windelband, op. cit.
,_-,"!'..
LlV TRATAOOS DE LÓGICA
PREAMBULO
Sustancia: corpórea-incorpórea
corpórea: animada-inanimada
animada: sensible-insensible
sensible: racional-irracional
racional: Sócrates, Pla-
(hombre) tón, Aristóte-
les, Teofras-
to ...
ji
INTRODUCCION
A LAS CATEGORIAS DE PORFIRIO 1
•
CAPITULO l cer. § 3. Me limitaré, pues, a expo-
nerte lo mejor que los antiguos, y
§ 1. Como sea indispensable, entre ellos los peripatéticos sobre
Chrisaoro, 2 para aprender la do·ctri- todo, han dicho acerca de este úl-
na de las categorías, dada a cono- timo punto y de los que hemos in-
cer por Aristóteles, · saber qué son dicado.
el género, la diferehcia, la especie,
lo propio y el accidente, y como este CAPITULO 2
conocimiento no es menos necesario
para dar definiciones, y en general 1§ 1. Las palabras género y es-
para comprender bien todo lo con- pecie no tienen, al parecer, una sig-
cerniente a la división y a la demos- nificación simple. § 2. Así el géne-.
tración, teorías que son muy útiles, ro expresa la coleq:ión de muchos
te haré una exposición concisa de individuos que tienen cierta rela-
ella, y trataré de resumir en pocas ción, sea con una unidad, sea en-
palabras, y por vía de introducción, tre sí. En este sentido se dice, por
lo que han dicho nuestros predece- ejemplo, el género, la raza de los
sores, procurando abstenerme de en- heráclidas, considerando que todos
trar en indagaciones demasiado pro- proceden de un solo antepasado, es
fundas, y tratando dentro de ciertos decir, de Hércules; y este nombre se
límites las que son más sencillas. aplica al conjunto..._ de todos aque-
§ 2. Por lo pronto, en lo que llos que están unidos entre sí por
respecta a los géneros y a las espe- una relación de parentesco común
cies, no me meteré a indagar si exis- que se remonta a este origen. Esta
ten en sí mismos, o si sólo existen denominación sirve para distinguir
como puras nociones del espíritu; esta raza de todas las otras. § 3.
y, admitiendo que existen por sí Género tiene además otro sentido,
mismos, si son corporales o incor- según el cual significa el principio
porales; y, en fin, si están separa- del nacimiento en general, ya nos
dos, o si sólo existen en las cosas remontemos al padre que ha pro-
sensibles de que se componen. Esta ducido, ya nos fijemos en el lugar
c~estión es muy profunda, y exigi- donde se ha nacido. Así se dice que
rla un estudio más detenido y muy Orestes deriva su género, su raza,
diferente del que me propongo ha- de Tántalo, e Hilo de Hércules; así
como que Píndaro es tebano de na-
1
La versión española de este tra~a cimiento, y Platón ateniense. Y es,
do de Porfirio y de los demás de Ans- que, en efecto, la patria es en cierta
tóteles que componen esta edición, se manera lo mismo que el padre; un
debe a Patricio de Azcárate. En el tex- principio de nacirr.iento para cada
~~ )!~iego, los capítulos no aparecen
diVIdidos en parágrafos numerados; lo cual. § 4. Esto mismo parece indi-
que se conserva de la dicha versión es- car el uso del lenguaje; y así se lla-
Pañola en obsequio de la mejor com- man heráclidas a los que genérica-
Prensión. mente descienden de Hércules, y
~ Patricio romano. discípulo de Por- cecrópidas a los que descienden de
f .lno.
Cécrope, así como a los padres
5
PORFIRIO
6
INTRODUCCIÓN A LAS CATEGORÍAS 7
que es una especie, se atribuye a
de los unos y de los otros. § 5. Tam- Sócrates y a Platón, entre los que
bién se llamó primero género, raza, no hay ninguna diferencia especí- diferencias y de ]os accidentes co- tremes, los más genéricés y los más
al principio del nacimiento de cada fica, y que sólo difieren numérica- munes, que se atribuyen a sus res- específicos, hay otros términos que
uno, y a la colección de todos aque- mente. Animal. que es un género, pectivos sujetos, no en esencia, sino son a la vez géneros y especies. El
llos que habían nacido de un mis- se atribuye al hombre, al buey, al en cua1idad o en otra cualquiera re- término generalísimo es aquel por
mo tronco, de Hércules, por ejem- caballo, que difieren entre sí, no lación. § 17. Nada sobra ni falta en encima del cual no puede haber gé-
la descripción de la idea del género nero que le supere; el término_ es-
plo. sólo en número, sino también en que acabamos de hacer.
§ 6. En otro sentido se llama pecialísimo es aquel por bajo del
igualmente género aquello a que especie. § 12. El género differe de lo
§ 18. La especie se dice de la cual no puede haber especie que le
está sometida la especie, nombre propio, en cuanto lo propio es atri- forma de cada cosa, y en este sen- sea inferior. Entre lo más genérico
que se le ha dado quizá a causa de buto de una sola especie, de la cual tido ha podido decirse: «la especie y lo más específico hay otros tér-
sü semejanza con los casos citados es propio, y de los individuos com- es la más digna de la supremacía». minos que son a la vez géneros y
más arriba porque el género en este prendidos en esta especie; y así la §, 19. Se llama también especie a especies, aunque relativamente en
sentido es a modo de principio para facultad de reír es propia del hom- lo que está colocado bajo un géne- verdad a términos diferentes. § 24.
todas las especies inferiores, y pare- bre en general y de cada hombre ro dado; y así se dice habitualmen- Mostremos claramente lo que que-
ce abrazar la multitud colocada baio en particular. El género, por el con- te, que el hombre es 11Íla especie de remos decir tomando una sola Ca-
animal, tomando el animal por gé- tegoría. La sustancia es género. Por
de éL trario, no es atributo de una sola
~ 7. Por lo tanto la palabra gé- especie: es el atributo de muchos nero. Lo blanco es una especie del bajo de ella está el cuerpo; por bajo
nero tiene tres significaciones, la términos específicamente diferentes. color, como el triángulo es una es- del cuerpo, el cuerpo animado bajo
tercera de las cuales es la que co- pecie de la figura. § 20. Pero si en
§ 13. El género difiere de la di-
rresponde a la filosofía. § 8. Para ferencia y de los accidentes comu- nuestra definición de género habla- el cual está el animal; por bájo del
animal, el animal racional bajo el
definir el género en este sentido, se nes. en cual).tO las diferencias y los mos igualmente de la especie, !ii- cual está el hombre; bajo el hom-
ha dicho, que es el atributo esen- ciendo que el género es el atributo
cial aplicable a muchas especies di- accidentes comunes, bien que se que se aplica esencialmente a mu- bre, Sócrates, Platón, y todos los
ferentes, como el atributo animal.B apliquen a muchos términos, no se chos términos diferentes en especie, hombres en particular. De todos es-
§ 9. En efecto, de estos atributos, aplican a ellos esencialmente, sino y si añadimos que la especie es lo tos términos, la sustancia es lo más
unos se aplican a un solo ser, como como simple cualidad. Prueba de que está colocado bajo un género genérico, lo único que no es más
los atributos individuales, Sócrates, ello que si se pregunta cuál es el dado, es preciso tener entendido que que género. El hombre es lo más es-
por ejemplo, tal hombre o tal cosa; término de que las diferencias y los el género, siendo el género de algu. pecífico, lo único que sólo es espe-
mientras que otros, por el contra- accidentes son atributos, se respon- na cosa, como la especie es la es- cie. El cuerpo es una especie de la
rio, se aplican a muchos seres, como de indicando el género. No se in-' pecie de algo, el uno es relativo al sustancia, pero es el g~nergdel cuer-
los géneros, las especies, las diferen- dican en este caso las diferencias otro, y es absolutamente necesario po animado. El cuerpo animado es
cias, los propios y los accidentes, ni los accidentes comunes, emplear recíprocamente el uno en una especie del cuerpo; pero es el
que son comunes a muchos y no no son atributos compren< la definición del otro. § 21. Tam- género del animal. El animal a su
especiales de un solo individuo. Así, la esencia, sino que· son más bién ha podido, por tanto, definirse vez es una especie de cuerpo ani-
por ejemplo. el género es. ser ani- atributos relativos a una cu la especie, diciendo que es lo que mado; r.ero es el género del animal
mal, la especie ser hombre, la di- del su.ieto. Por, ejemplo, si se pre-: está clasificado bajo el género, y raciona . El animal racional es una
ferencia ser racional, lo propio. ser gunta cuál es el hombre, se dice que que es aquello a que se atribuye el especie de animal y el género del
capaz de reírse, el accidente ser es racional; si se pregunta cuál es género esencialmente. Puede decirse hombre. En cuanto al hombre, es
blanco, ser negro,- estar sentado. § el cuérvo, se dice que es negro. asimismo, que la especie es el atri- ciertamente una especie del animal;
10. Los géneros difieren de los atri- cional es una diferencia; negro buto que se aplica esencialmente a pero ya no es el género de los hom-
butos que sólo se aplican a un solo un accidente. Pero si se nos muchos términos que difieren entre bres individuales; es simplemente
individuo, en que se atribuyen por ta qué es el hombre, al ~u~.é_ricamente. § 22. Esta últi~a especie; y todo lo que, siendo ante-
el contrario a muchos. § 11: Difie- que es un animal: porque defm~c~~~ cuadra bien a la espec1e rior a los individuos, se les atribuye
ren también los géneros de los atri- el género del hombre. espcc¡aiJsJma; es decir, que no es inmediatamente, no es más que es-
butos, que pueden aplicarse a mu- § 14. Por lo tanto el ser tnás que especie, y que no es géne- pecie, y cesa de ser género. Por tan-
chos, de las especies, por eiemplo, to de muchos términos es lo ro. la~ ~tras definiciones podrían to, así como la sustancia, que está
en cuanto las especies, si bien se separa al género de todos los COnvemr 1gualmettte ·a las especies, colocada en lo más alto, porque no
que no son especialísimas.4 hay género por encima ·de ella, es
atribuyen a muchos, sólo se atribu- butos individuales, que sólo se
yen a individuos entre los cuales no can a uno solo. § 15. El ser e'§ l3.° Podremos aclarar esto ha- el término generalísimo, de igual
~~n la ob~ervación siguiente. En modo el hombre, que es una espe-
hay ninguna diferencia específica, y de términos diferentes en
sí sólo numérica. Y así, hombre, lo que le separa de los términos u a Categona hay ciertos términos cie después de la cual no hay otra,
huidos como especies o como ~¡ 1¡ ~on generalísimos, otros espe- ni término alguno que pueda ser
11
" Esta es la definición de género que pios. § 16. El ser atribuido ese! SJrnos; luego, entre estos dos ex- dividido en especies, puesto que no
da Aristóteles en los Tóp1cos, libro 1, mente, es lo que le separa de ~ e hay más que individuos, y por indi-
de p 0°r~árese el esquema del Arbol viduos entendemos Sócrates, Platón,
cap. 5. 1
r r 10 • en el preámbulo ..
o tal cosa blanca, por ejemplo, así
INTRODUCCIÓN A LAS CATEGORÍAS 9
8 PORFIRIO sultar necesariamente, que 18. divi- podrá decirse de Sócrates, por con-
sión produzca la multiplicidad; siguiente, que es animal y sustancia.
el hombre, repito, no es más que esto, todos los términos anteriores cuando, por el contrario, se ascien- Esto consiste en que, como los atri-
especie; es la especie última, o, a los más específicos, hasta el más de a los más genéricos, necesaria- butos superiores se aplican a los tér-
corno hemos dicho, la especie espe- genérico, se llaman especies y géne- mente la multiplicidad se convierte minos inferiores, en igual forma la
cialísirna. En cuanto a los grados ros subordinados. § 31. Así Aga- en unidad. En efecto, la especie y especie se atribuye al individuo, así
intermedios, son especies de lo que mernnon es Atrida, Pelópida, Tantá- más aún el género reducen muchos como el género se atribuye a la es-
les precede, y género de lo que les lida, y se relaciona, por último, con términos a una sola y única natu- pecie y al individuo a la vez; el
sigue. § 25. Tienen por lo tanto dos Júpiter. § 32. En las genealogías se raleza. Los términos particulares e género más genérico se atribuye al
relaciones: una con lo que les pre- refiere las más veces el origen a un individuales, a la inversa, convier- género o a los géneros, si hay mu-
cede, y por esto son especies de los solo autor, por ejemplo, a túpiter. ten la unidad en multiplicidad. Por chos intermedios y subordinados, a
términos anteriores; y la- otra con Pero no sucede así con los géneros esto, a' causa de la participación en la especie y al individuo. El género
lo que les sigue, y por esto son gé- y las especies; porque el ser no es la especie, todos los hombres, por más genérico se aplica a todos los
neros de los términos posteriores. el género común de todo; todo no numerosos que se les SUf•mga, no géneros que están por bajo de él, a
§ 26. Los extremos, por el con- es homogéneo relativamente a un constituyen más que utio, el hombre las esp~cies y a los individuos. El
trario, no tienen más que una sola solo término, que sería el género específico; y mediante los hombres género, que precede a la especie es~
relación. El término generalísimo más elevado, como lo muestra bien particulares e individuales, este hom- pecialísima, se aplica a las especies
sólo tiene relación con los términos Aristóteles; sino que es preciso ad- bre único y común se hace en mu- especialísimas y a los individuos; y
que están por bajo de él, puesto mitir, como se hace en las Catego- chos. Lo particular divide siempre; la especie, que no es más que espe-
que es el género más elevado de to- rías, que los diez primeros géneros Jo común, por el contrario, reúne y cie, se aplica a todos los individuos.
dos. No puede tener relación con lo son corno diez primeros principios, unifica. El individuo no se aplica más que
que está por encima de él, puesto y bien que se les pueda dar a todos § 37. Una vez definidos el géne- a uno sólo de los seres particulares.
que es el término más elevado, el el nombre de ser, esto se hará por ro y la especie, y habiendo dicho § 38. Se llama individuo a Sócra-
primer principio, o, como hemos di- homonimia, como observa Aristóte- lo que es cada uno de ellos y mos- tes, por ¡;jemplo, o a esta cosa blan-
cho, el género por encima del cual les, y no sinonímicamente. Lejos de trando la unidad del género y la ca, o al hijo de Sofronisco, que se
no hay otro género que sea supe- esto, si el ser fuese el género multiplicidad de las especies, pues- apro;:ima, admitiendo que Sócrates
rior a él. § 27. El término especia- de todo, todas las cosas se Hama- to que el género se divide siempre fuese hijo único de Sofronisco. Se
lísirno, en igual forma, tampoco tie- rían seres sinonímicarnente. Pero en muchas especies, es prer;so aña- llaman estos términos individuos,
ne más que una sola relación; esto corno hay diez géneros primitivos, dir ahora que el género se 1tribuye porqu'! cada uno de ellos se com-
es, con los términos que le preceden esta comunidad de nombre es pu- siempre a la especie, y q:_.e todos pone de particularidades, cuyo con-
y de que es él la especie; mas la ramente verbal, y no puede llevarse los términos superiores se atribuyen junto no podría encontrarse de igual
relación, que sostiene con los térmi- a la definición que pudiera darse a los inferiores. Pero la especie no modo en ningún otro ser. Así las
nos que le siguen, es idéntica; por- de esta denominación. Los géneros se atribuye, ni al género que la pre- particularidades especiales de Sócra-
que se le llama especie de los indi- generalísimos son por tanto diez. § cede inmediatamente, ni a los géne- tes no pueden ser las mismas qu.:e
viduos. Es la especie de los indivi- 33. De términos especialísimos hay ros superiores, porque no hay reci- las de otro hombre. Lo cual no im-
duos, porque los comprende; es la cierto número, que tampoco es in- procidac;. En efecto, n0 hay térmi- pide que las particularidades espe-
especie de los términos anteriores, finito.5 nos iguales que puedan atribuirse a ciales al hombre, al hombre común
porque le comprenden a él. § 28. § 34. Por lo que hace a los in- término·. iguales, com:. el de ani- queremos decir, no puedan ser las
Se define, por lo tanto, el género dividuos que vienen después de los mal que relincha a cal: .J!Io, o térmi- mismas en muchos hombres, o más
generalísimo, diciendo que es géne- términos más específicos, son infi- nos más amplios que puedan atri- bien en todos los hombres, en tanto
ro y que no es especie, y que por nitos. § 35. Así Platón 6 recomienda buirse a términos menos amplios, que son hombres. § 39. Por tanto
encima de él no hay género que le que, cuando se desciende de los tér· como animal a hombre Pero nunca el individuo aparece envuelto por
exceda. § 29. Y se define la espe- minos más genéricos a los más es- términos menos amplios pueden atri- la especie; la especie por el género.
cie especialísima, diciendo que es pecíficos, nos detengamos en este buirse a términos más amplios, por- El género es un todo, el individuo
lo que es especie y no es género; lo límite y descendamos siguiendo los que no puede decirse que el animal una parte. La especie es a la vez
que, siendo especie, no puede ser intermedios que se dividen según las es hombre, como se dice que el hom- todo y parte; pertenece como parte
dividido en especies; y también lo diferencias especificas, sin cuidarse bre es animal. Los términos que tie- a otro que no es ella; y como todo
que es atributo esencial de muchos de los términos infinitos para los nen la especie por atributo, consien- no pertenece a otro, sino que está
términos, que sólo difieren entre sí cuales no hay ciencia posible. § 36. ten también necesariamente por en otros, porque el todo está en las
numéricamente. Cuando se desciende hasta los tér- atributo el género de la especie y el partes.
§ 30. En cuanto a los interme- minos especialísimos, tiene que re- género del género hasta el más ge- § 40. Esto es lo que teníamos
dios colocados entre los extremos, nérico. Porque si puede decirse de que decir sobre el género y la es-
5 El concepto de ser tiene, según Sócrates, que es hombre, puede tam- pecie, sobre los términos generalísi-
se los llama especies y géneros sub- Aristóteles, diferentes sentidos. Com-
ordinados, y se admite que cada uno bién decirse del hombre que es ani- mos y especialísirnos, sobre los tér-
párese Metafísica, libro V, caps. 1 mal, del animal que es sustancia; y minos que pueden ser a la vez gé-
de ellos puede ser género y especie; &
pero téngase entendido que es con
relación a •érminos diversos. Por
y
6 Véase de Platón, La República.
libro VI.
¡--
l'-
s.~,
10 I'ORFIRlO
neros y especies, sobre los, indivi- § 7. Por tanto las diferencias, INTRODUCCIÓN A LAS CATEGORÍAS 11
duos, y sobre las significaciones di- que hacen que el obj~o sea otro,
versas de las palabras género y e- son las que dan lugar a las divisio- inseparables las diferencias en sí de § 16. Por lo mismo que se la
pecie. las diferencias de accidente, es pre-
nes de los géneros en especies y a comprende de esta manera en la de-
las definiciones que se componen ciso añadir, que entre las diferen- finición, se dice que la diferencia
CAPITULO 3 del género y de estas diferencias. cias en sí hay unas que sirven para es aquello por lo que la especie se
Las diferencias, que sólo hacen al dividir los géneros en especies, y sobrepone al género. El hombre tie-
§ l. La palabra diferencia tiene objeto diferente, no dan lugar más otras que sirven para formar espe- ne en mayor grado que t:1 animal
un sentido común, un sentido pro- que a diversidades y cambios en su cies de estas divisiones. De .aquí las cualidades de racional y mortal.
pio, y un sentido que es aún más modo de ser. que, suponiendo que todas las dife- En efecto, el animal no es precisa-
propio que los demás. § 8. Tomando, pues, las cosas rencias esenciales del animal sean mente· ninguna de estas cosas, pues-
§ 2. Según el sentido común, se desde su origen, es preciso decir, las siguientes: animado y sensible, to que entonces, ¿de dónde habían
dice que una cosa difiere de otra que unas diferencias son separables racional y privado de razón, mortal de sacar las especies sus diferencias?
cuando presenta una alteración cual- y otras inseparables. Moverse, _,estar e inmortal, la diferencia: animado Tampo~o tiene todas las diferencias
c:uiera, ya con relación a ella mis- en reposo, estar enfermo, estar sano; y sensible, es constitutiva de la 'esen- opuestas, porque si lás tuviera, a
. ma, ya con relación a una cosa di- éstas y otras diferencias análogas cia del animal; pero las diferencias: una misma cosa se atribuirían los
ferente. Así, Sócrates difiere de Pla- son separables. Tener la nariz agui- mortal, racional y privado .de razón, contrarios. Pero, como se ha dicho
tón, porque es distinto; difiere de leña o chata, ser racional o estar sólo son diferencias que dividen el con mucha razón, el animal tiene
sí mismo, si se compara su infancia privado de razón, son diferencias in- género animal; porque en vista de en potencia todas las diferencias de
con su virilidad, si está en movi- separables. § 9. Entre las diferencias ellas dividimos los géneros en sus los términos inferiores; pero en acto
miento o si está en reposo; siendo inseparables, hay unas que están .de especies. § 13. Pero estas diferen- no tiene ninguna. Y de aquí que
siempre c¡onsiderado en las altera- suyo en el sujeto, y otras que es- cias, según las que se dividen los de lo que no existe no puede salir
ciones de su moqo de ser. tán en él por accidente. El ser racio- géneros, son complementarías y ninguna cosa, lo mismo que los
§ ·3. En el $entido propio, una nal es en sí la diferencia del hom- constitutivas de las especies. Así, el opuestos no pueden darse al mismo
cosa difiere de otra, cuando difiere bre, como lo son también la de ser animal se divide por la diferencia tiempo en un mismo sujeto.
por un accidente que no puede se- mortal y la de ser capaz de conocer. de ser racional e irracional, como § 17. Se define también la dife-
pararse de ella. Un accidente inse- Pero el tener aguileña la nariz y el se divide igualmente por la diferen- rencia diciendo, que es el atributo
parable es el color azul de los ojos, ser chato no son diferencias en sí, cia de ser mortal e inmortal. Las en cualidad de muchos términos
el achatamiento de la nariz, o la son puramente accidentales. § 10. diferencias de mortal y de racional que son entre sí específicamente di-
cicatriz indeleble de una herida. Las diferencias en sí están compren- se hacen las constitutivas del hom- ferentes. Así, el ser mortal es el atri-
§ 4. En el sentido más propio didas en la definición de la esencia, bre; las de racional y de inmortal buto del hombre, cuando se pregun-
se dice que una cosa difiere de otra, y hacen al sujeto otro. Las diferen- se hacen las constitutivas de Dios; ta cuál es la cualidad del hombre;
cuando es distinta por una diferen- cias de accidente no están compren- las de mortal y de irracional se ha- pero no cuando se quiere indagar
cia específica. Así, el hombre difie- didas en la definición esencial, y cen las constitutivas de los animales cuál es su esencia. En efecto, si se
re del caballo por una diferencia es- hacen al sujeto, no otro, sino dife- privados de razón. En la misma for- nos pregunta qué es el hombre, res-
pecífica, por su cualidad de ser ra- rente. ~ 11. En las diferencias en ma, considerando las diferencias de pondemos ordinariamente, que es
cional. sí no cabeq el más y el menos. Las animado y de inanimado, de sensi- un animal. Y si se nos vuelve a pre-
§ 5. En general, toda diferencia diferencias de accidente, por inse- ble y de insensible, y dividiendo la guntar; ¿pero qué animal? Respon-
al unirse a un ser cualquiera, 1~ al- parables que ellas sean, pueden au- sustancia más elevada, las diferen- demos oportunamente diciendo, ra-
tera de algún modo; las diferencias mentar o dism{nuir en intensidad. cias de animado y de sensible uni- cional y mortal. En efecto, compo-
comunes y propias le hacen diferen- Por esto, el género no es más o me- das a la sustancia bastan para for-
te; las diferencias más propias le nos atribuido al sujeto del cual es niéndose las cosas de materia y de
mar el animal, como las de anima- forma, o por lo menos teniendo una
hacen otro. § 6. Las que le hacen género, como no son atribuidas al
otro se llaman específicas; las que género las diferencias en que aquél do y de insensible bastan para for- composición, que corresponde, so-
le hacen diferente, se llaman sim- se divide. Ellas completan la defini- mar la planta. bre poco más o menos, a ]a mate-
plemente diferencias. Así la diferen- ción de cada cosa. Ahora bien, la § 14. Pero de otro lado, como ria y a la forma, como, por ejem-
cia de la condición racional al unir- esencia de cada 90sa, una e idén- las mismas diferencias tomadas de plo, la estatua, que se compone de
se al hombre, le hace otro, y cons- tica, no consiente aumento ni dis- cierta manera pueden ser constituti- una materia, que es el bronce, y
tituye una diferencia entre él y el minución; pero el ser chato o agui- vas, o servir meramente para divi- de una forma, que es la figura, es
animal. La diferenci¡¡ del movimien- leño, el tener cierto color, sí las dir los géneros, se las llama a todas preciso decir que también el hom-
to hace al objeto que se mueve di- consienten. específicas. § 15. Se las emplea, so- bre común, y aun el específico, se
ferente del que está en reposo; y bre todo, útilmente para diyidir los compone del género, que correspon-
~ 12. Después de haber recono-
por consiguiente aquella diferencia cido tres especies de diferencias y géneros y para formar las definicio- de a la materia, y de la forma que
le hace otro, pero ésta no le hace distinguido las diferencias separa- nes. Pero no pueden utilizarse de es la diferencia. El todo que de aquí
más que diferente. bles y las inseparables, y entre las igual modo las diferencias por acci- resulta, el animal racional mortal,
dente inseparables, y menos aún las es el hombre, como en el ejemplo
diferencias separables. citado, el todo era la estatua.
1
!'
12 PORFIRIO
• INTRODUCCIÓN A LAS CATEGORÍAS 13
§ 18. Se dice también: la dife- y para el etíope; pero puede conce- cuervo y a cada cuervo en particu-
rencia es lo que naturalmente sepa- CAPITULO 4 birse un cuervo blanco y un etíope lar. El moverse, que es un accidente
ra los términos incluidos en el mis- que pierda su color, sin que por separable, se atribuye al hombre y
mo género. 7 Y así, la diferencia en- § l. Lo propio se divide en cua- esto el sujeto se destruya. al caballo; pero primordialmente se
tre ser racional y estar privado de tro especies. 8 § 2. En primer lugar, § 3. También se define el acci- atribuye a los individuos, y en se-
razón, separa al hombre del caba- lo que pertenece a una sola especie dente de este modo: el accidente es gundo lugar a los términos que com·
llo, que pertenecen al mismo géne- accidentalmente, sin pertenecer a la lo que puede darse o no en el mis- prenden a los individuos.
ro, al ammal. especie toda: así ejercer la medki· mo sujeto.
§ 19. · Se define igualmente la di- na, trabajar en geometría es propio § 4. Se dice asimismo que acci-
ferencia: aquello por lo que una del hombre. § 3. Después, lo que dente es lo que no es género, ni di- CAPITULO 7
cosa difiere de otra. Así el hombre pertenece a toda una especie sin per- ferencia, ni especie, ni propio, y que
y el caballo no difieí:]<n por el gé- tenecer a esta especie sola: el ser sin embargo se da siempre en ·el :§ l. Es una cualidad común al
nero, porque los caballos son ani- bípedo es propio del hombre. § 4. sujeto.9 ·
género y a la diferencia, la' de com-
males lo mismo que nosotros: pero También lo que pertenece a una prender especies; porque la diferen-
si añadimos la cualidad de racional, sola especie, a toda esta especie, y cia comprende igualmente especies,
basta para separarn9s de ellos. So- en cierto tiempo; así el encanecer, CAPITULO 6 si bien no encierra todas las que
mos racionales· nosotros y lo son los al llegar a la ancianidad, es propio encierra el género. Así, el término
ángeles; pero si se añade la cuali- de todo hombre. § 5. En cuarto lu- § l. Después de haber definido racional, aunque no comprende los
dad de mortal, nos separamos igual- gar, por último, viene lo que reúne los términos que nos hemos pro- seres privados de razón, como los
mente de los ángeles. a la vez todas estas condiciones: la puesto estudiar, esto es, el género, comprende el género animal, com-
§ 20. Los que con más esmero de pertenecer a una sola especie, la especie, la diferencia, lo propio prende sin embargo el ángel y el
se han ocupado de la teoría de la la de pertenecer a toda la especie, y el accidente, es -preciso ver qué hombre que son especies. § 2. Todo
diferencia dicen que no es indife- y la de pertenecer siempre a la es- tienen de común y qué de especial. lo que se atribuye al género en tan-
rentemente cualquiera de los térmi- pecie, como la facultad de reír, que § 2. La cualidad común a todos to que género, se atribuye igualmen-
nos distintos que separan los seres es propia del hombre. Aunque no ellos, es, como ya se ha dicho, la te a las especies compfendidas en
incluidos en el mismo género; sino ríe siempre, se dice que es capaz de poderlos atribuir a muchos suje- el género. Todo lo que se atribuye
que es aquello que contribuye a for- de reír, no porque ría siempre, sino tos. § 3. El género se atribuye a las a la diferencia en tanto que diferen-
mar el ser y la esencia de la cosa y porque naturalmente puede hacerlo. especies inferiores y a los indivi- cia, lo será igualmente a la especie
hace parte de ella. En efecto, el ser Es una cualidad que forma siempre duos, como se hace también con la por ella constituida. Asi, siendo el
capaz de navegar no es la diferen- parte de su naturaleza, como relin- diferencia; la especie se atribuye a animal el género, se le atribuye la
cia del hombre, si bien es una cua- char forma parte de la del caballo. los individuos que ella comprende; sustanCia en tanto que género, como
lidad propia del mismo; porque po- § 6. Todas estas cualidades se lo propio se atribuye a la especie se le atribuye el ser animado y el
dría decirse que entre los anima- llaman con razón propias, porque de que es propio y a los individuos ser sensible. Y estos atributos lo se-
les hay unos que son capaces na- son igualmente recíprocas respecto incluidos en esta especie; el acci- rán también de todas las especies
turalmente de navegar, y otros que de sus sujetos. Sí el caballo existe, dente se atribuye a la vez a las es- colocadas bajo el animal hasta los
no lo son, separando así el hombre hay tamb~én un ser que puede re- pecies y a los individuos. Y así el individuos. Siendo la cualidad de
de todos los demás. Pero el ser por linchar, y si hay un ser que puede término animal se aplica al caballo racional la diferencia, servirse de la
naturaleza capaz de navegar qo es relinchar, hay también un caballo. y al buey, que son especies; a tal razón es su atributo en tanto. que
una cualidad complementaria de la caballo y a tal buey, que son indi- diferencia: luego servirse de la ra-
sustancia, ni es una parte de ella; viduos. Irracional se aplica al ca- zón será no sólo el atributo de To
no es más _que una aptitud. En efec- CAPITULO 5 ballo y al buey, y a los. individuos racional, sino también de todas las
to, esta diferencia no es igual a las de estas dos especies. En cuanto a especies comprendidas bajo lo ra-
que se ll¡;¡man diferencias específi- la especie, es preciso decir que sólo cional.
cas. Debemos, por tanto, entender § l. El accidente es aquello que se atribuye, como el término hom-
por diferencias específicas todas puede sobrevenir y desaparecer, sin bre, por ejemplo, a los individuos. § 3. Es otra cualidad común a
aquellas que constituyen una espe- llevar consigo la destrucción del su- ambos
Lo propio se atribuye a la especie se el género la de que si llegan a destruir-
cie distinta y que son de la esencia jeto. y la diferencia, todo lo
de la cual es tal, y a los individuos
del sujeto. § 2. El accidente se divide en que constituyen la especie. Así, el que está colocado por bajo de ellos
§ 21. Lo dicho nos parece bas- dos especies, según que está sepa- poder reírse se atribuye al hombre se destruye igualmente. Así, como
tante por lo que hace a la diferen- rado del sujeto, o que es insepara- Y a los hombres individualmente.
cuando no hay animal, no hay ni
cia. ble de él. Así, dormir es un acci- ~~ ser negro, que es un accidente
hombre, ni caballo; de igual modo,
dente separable; ser negro es un mseparabl6, se atribuye a la especie si lo racional no existe, no hay ani-
accidente inseparable para el cuervo mal que haga uso de la razón.
" Accidente es algo que conviene al § 4. Es propio del género el atri-
7 En los Tópicos se da tal definición s Compárese los Tópicos, libro I, sl!ieto sin ser lo propio, ni género ni buirse a más términos que a los que
de diferencia específica, libro 1, cap. 4. cap. 5. dtferencia. Tópicos, libro 1, cap. 5. se atribuyen la diferencia, la espe-
PORFIRIO
- INTRODUCCIÓN A LAS CATEGORÍAS 15
19
'·-!
CATEGORÍAS 21
ARISTÓTELES
20
Cap. 3. Función de los términos dentro de la proposición, a
puede construirse sin la definición de movimiento; la psicología, sin saber, de la función de los sujetos y atributos, de las
la definición de alma. diferencias de las cosas heterogéneas y de las de los gé-
El presente estudio de las categorías constituye un tratado de neros subordinados .
.lógica, no de metafísica. Es, en toda la k.terza del término, una con-
tribución para la metodología y la técnica del pensamiento. El trata-
do, en efecto, no averigua qué es la realidad en sus fundamentos 1, Sección segunda
ontológicos, metafísicos. Tampoco es el tratado un estudio de psico-
logía. No indaga cómo y por qué se originan los conceptos en la con- Cap. 4. Enumeración y ejemplificación de las diez categorías.
La función de las categorías.
ciencia humana y qué relaciones tienen sus representaciones con las
Cap. 5. La categoría de. sustancia. Sustancias primeras y sus-
cosas exteriores. Las Categorías no persiguen, en definitiva, otro pro-
tancias segundas.
pósito que el de señalar los conceptos supr~mos y encontrar las leyes La categoría de cantidad. Cantidad discreta y cantidad
Cap. 6.
conforme a las cuales éstos operan para llegar/ a conocimientos ver- continua. Igualdad y desigualdad.
daderos. Aristóteles reconoce aquí diez categO:r{ás: sustancia, canti- Cap: 7. La categoría de la relación. Los correlativos y las sus-
dad, cualidad, relación, acción, pasión, lugar, tiempo, situación; hábito. tancias.
El carácter metodológico que se advierte en la lectura de este tra- Cap. 8. La categoría de la cualidad. Forma y figura. Los gra-
tado, viene a confirmar la época de su redacción. Las Categorías caen dos. La semejanza y la desemejanza.
en la segunda época de los escritos: aquella en que Aristóteles comien- Cap. 9. Las cátegorías de lugar, de tiempo, de situación, de
za a orientarse hacia la ciencia particular y labora en tareas de inves- acción y de pasión.
tigación científica.
El tratado consta de quince capítulos, de los cuales los nueve pri-
meros son los esenciales; lo que ha llevado a la creencia de que cons- Sección tercera
tituyen los únicos redactados por Aristóteles. Los seis restantes están
Cap. 10. El pospredicamento de los opuestos. Sus cuatro espe-
destinados a estudiar los cinco pospredicamentos, a saber: la oposi-
cies. Sus relaciones con las categorías.
ción, la. prioridad, la simultaneidad, el movimiento y la posesión.
Cap. 11. El pospredicamento de los contrarios. Los contrarios y
Los primeros nueve capítulos pueden dividirse a su turno en los diversos.
partes: la primera, que comprende los tres primeros, suministra la ter·
Cap. 12. El pospredicamento de la prioridad. Las cuatro especies
minología y función general de los conceptos; la segunda (capítulos
de prioridad. La prioridad de naturaleza.
4 al 9) da propiamente la doctrina de las categorías. Cap. 13. El pospredicamento de la simultaneidad. Las tres espe-
Con el nombre latino predicamentum se tradujo el vocablo cies de simultaneidad.
ría. Por ello, los términos lógicos explicados como introducción Cap. 14. El pospredicamento del movimiento. Las seis especies
pítulos 1-3) y como complemento (capítu1os 10-15) se llamaron, del movimiento y sus relaciones.
pectivamente, antepredicamentos y pospredicamentos. Los Cap. 15. El pospredicamento de la posesión. Las ocho especies
camentos son los homónimos (equívocos), los sinónimos (unívocos) de posesión
los parónimos (derivativos) y los heterónimos (diversos).
Sección primera
23
24 ARISTÓTELES
cuerpo caliente, que está más o me- tado un cambio, puesto que se hace § 26. Terminemos con esto lo El sólido tiene igualmente un tér-
nos caliente. La sustancia, por el otro; de igual modo de negro se que concierne a la sustancia. mino común del mismo género; por-
contrario, jamás es ni más ni menos hace blanco, de bueno se hace malo; que puede considerarse ]a línea o la
sustancia; porque no puede decirse y Jo mismo. todas las demás cosas superficie como el término común
que un hombre sea ahora más hom- se hacen susceptibles de los contra- CAPITULO 6 en que se unen todas las partes del
bre que era antes. Y lo mismo debe rios, porque experimentan un cam- sólido. § 8. El tiempo y el espacio
decirse de todas las demás sustan- bio. Pero la palabra y el pensamien- § l. La cantidad es discreta o están en el mismo caso; porque de
cias. Por lo tanto, la sustancia no to permanecen absolutamente y continua. Se compone, ya de cosas una parte lo presente se relaciona
parece susceptible de ser más ni siempre inmutables; y si reciben los cuyas partes tienen entre sí una re- a la vez con lo pasado y con lo
menos. contrarios, es tan sólo porque el ob- lación de posición, ya de cosas cu- porvenir; § 9. y de otra, el espacio
§ 21. La propiedad más especial jeto muda. La aserción de que uno yas partes no tienen posición res- debe contarse igualmente entre las
de la sustanCia parece ser que, sin está sentado subsiste la misma; pero, pectiva. cuantidades continuas, puesto que
dejar de ser una sola y misma cosa, si muda la cosa, la aserción puede § 2. Son cantidades discretas, las partes del cuerpo, que mediante
puede recibir los contrarios. Res- ser sucesivamente falsa y verdadera. por ejemplo, el número y la· pala- su reunión van a parar a un térmi-
pecto de todas las demás cosas, que ' Lo mismo sucede con el· pensamien- bra; 9 son cantidades continuas, la no común, ocupan siempre un espa-
no son sustancias, no puede decirse to. Así, pues, en este sentido será línea, la superficie, el cuerpo, y ade- cio. Por consiguiente, las partes del
que una sola y misma cosa reciba una propiedad de la sustancia, es- más, el tiempo y el espacio. espacio, que ocupa cada una de las
los contrarios. Así, por ejemplo, el pecial por lo menos en la forma, la § 3. En efecto, no hay para las partes del cuerpo, se reúnen en este
color, que numéricamente es una de ser susceptible de los contrarios partes del número ningún término mismo término común en que se
sola y misma cosa, no será a la vez por el solo hecho de experimentar común en que ellas se unan. Asi, reúnen las partes del cuerpo mismo:
blanco y negro, lo mismo que una ella misma un cambio. § 24. Aun cinco es ciertamente una parte de
sola y misma acción no puede ser admitiendo que la palabra y el pen- luego el espacio es una cuantidad
diez, pero cinco y cinco no depen- continua, puesto que estas partes
al mismo tiempo buena y mala. Esto samiento son susceptibles de los den el uno del otro mediante nin-
se splica sin excepción a todas las contrarios, puede decirse que esta van a parar mediante su reunión <~;
gún término común: son ambos un término común.
cosas que no son sustancias. Pero opinión no es, sin embargo, del todo cantidades discret&s. Tres y siete
la sustancia, por el corrtrario, bien exacta. Si se dice que la palabra y tampoco se ligan mediante un tér- § 10. Además se ha dicho. que
que subsista una e idéntica, no por el pensamiento reciben los contra- mino común, y puede decirse en ciertas cuantidades se forman de co-
eso es menos susceptible de los con- rios, no es porque reciban realmen- general respecto al número, que no sas cuyas partes tienen entre sí una
trarios; y así, un hombre, un solo te en sí mismos algo; sino que de es posible ligar sus partes por nin- relación de posición, y que otras se
y mismo hombre, puede ser alterna- hecho se verifica el cambio en otro guna relación común; estas partes forman de cosas cuyas partes no tie-
tivamente blanco y negro, frío y ca- objeto. Sólo con que la misma cosa son siempre cuantidades discretas. nen posición. § 11. Así las partes
liente, bueno o malo. sea de tal o de cual manera, la aser- Por lo tanto, debe incluirse el nú- de ]a línea tienen, las unas con re-
§ 22. En las demás cosas nada ción puede ser calificada de verda- mero entre las cuantidades discre- lación a las otras, una posición,
semejante se descubre, a no ser que dera o de falsa, y no porque la pa- tas. ~ 4. También la palabra es una porque cada una de ellas está colo-
se sostenga que la palabra, el pen- labra misma sea susceptible de reci, de ellas. Por lo pronto es evidente cada en un lugar distinto; y podría
samiento, pueden admitir los con- bir los contrarios. No hay nada, en que la palabra articulada es una decirse e indicarse precisamente
trarios. Una misma aserción, en efecto, que pueda hacer mudar la cuantidad, puesto que se mide por dónde está puesta en el plano, y con
efecto, puede ser falsa y verdadera. palabra ni el pensamiento de suerte sílabas breves y largas; y no pueden qué otra parte se une. § 12. En igual
Por ejemplo, si se dice con verdad que no reciban los contrarios, en referirse las partes que la compo- forma las partes del plano tienen
de alguno que está sentado, esta cuanto ningún cambio sobreviene en nen a ningún término común. No cierta posición, y podía decirse
misma aserción será falsa, si esta aquellos. Por lo que hace a la sus- hay término común que 1,ma unas igualmente respecto de cada una de
persona se levanta. Lo mismo suce- tancia, por lo mismo que recibe ella sílabas con otras; porque cada una ellas el lugar preciso que ocupa, e
de con el pensamiento; porque si se misma los contrarios, puede decirse de ellas constituye una cuantidad indicar las que se unen c'on otras.
piensa una verdad pensando que que es susceptible de los contrarios. discreta. ~ 13. Y lo mismo puede decirse de
uno está sentado, este pensamiento En efecto, la sustancia recibe igual- § 5. Por el contrario, la línea las partes del sólido y de las partes
se hará falso si la persona se levan- mente la enfermedad y la salud, lo es una cuantidad continua, porque del espacio.
ta y se conserva, sin embargo, re- blanco y lo negro; y porque experi- es posible fijar un término común § 14. Con respecto al número
lativamente a ella el mismo pensa- menta ella misma todas las modi- a, qu~ se refieran sus partes, y este sucede todo lo c<mtrario; sería im-
miento. § 23. Aunque admitiéramos ficaciones de este género, se dice termmo es el punto. § 6. Lo mismo posible mostrar, ni cómo sus partes
esta objeción, siempre resultaría una que es susceptible de recibir los es para la superficie la línea; por- tienen entre sí una relación de po-
diferencia formal, y es que las sus- contrarios. qu_e todas las partes del plano se sición, ni dónde están, ni cómo se
tancias no son susceptibles de los ~ 25. Por lo tanto. es lo propio reunen en este término común. § 7. ligan las unas con las otras. La mis-
contrarios, sino como resu~tado de de la sustancia el que, permanecien· ma dificultad se produce respecto a
un cambio que ellas mismas expe- do idéntica y numéricamente una, 9
_En la Metafísica, libro V. cap. 13,
rimentan; y así el cuerpo, que de admite los contrarios mediante un no mcluye Aristóteles la palabra entre las partes del tiempo; porque nin:
caliente se hace frío, ha experimen- cambio que ella misma experimenta. las cantidades. guna de las partes del 1iempo es
30 ARISTÓTELES
CATEGORÍAS 31
permanente. Ahora bien; ¿lo que no § 18. La cuantidad, lo mismo
es permanente puede tener una po- que la sustancia, no tiene contra- otra, ¿cómo puede decirse que tie- ejemplo, una cosa de dos codos no
sición? Podría decirse más bien que rios.l0 Por lo que hace a las canti- ne contrarios? § 23. Más aún; si lo tiene estos dos codos ni más ni me-
las partes del tiempo tienen entre sí dades discretas, es evidente que no grande y lo pequeño fuesen contra- nos que otra de la misma dimen-
un· cierto orden, puesto que en el tienen contrarios: por ejemplo, dos rios, se seguiría que una sola y mis- sión. Lo mismo sucede con los nú-
tiempo esta parte es anterior y aque- codos, tres codos, superficie, y to- ma cosa podría recibir a un mismo meros: tres no es tres más que cin-
lla otra posterior. Lo mismo sucede das las cosas de este orden no los tiempo los contrarios, y que las co- co es cinco, y. recíprocamente. El
con el número, puesto que el uno tienen. § 19. Salvo que se pretenda sas serían contrarias a sí mismas. tiempo no es más tiempo que otro
va antes que el dos. y el dos antes que lo mucho es contrario de lo En efecto, una cosa puede ser a la tiempo. De todas las cuantidades
que el tres. Esto es, si se quiere, poco, y lo grande de lo pequeño. vez pequeña y grande; pequeña; que hemos enumerado, ninguna es
una especie de orden, pero no una § 20. Pero estas cosas no son cuan- con relación a este objeto; gran- más ni menos cuantidad que otra.
posición. § 15. Por último, lo mis- tidades; son más bien relativos. En de, con relación a aquel otro; de Luego la cuantidad no es suscepti-
efecto, no puede decirse de cosa al- suerte que una sola y misma cosa ble de más ni de menos.
mo sucede con las palabras. Ningu- guna que sea en sí pequeña o gran-
na de sus partes es permanente. ·puede ser grande y pequeña en el § 26. La propiedad más especial
de; porque no puede serlo sino con mismo acto, y recibir al mismo de la cuantidad es la de ser igual
Una vez pronunciadas, no es posi- relación a una tercera cosa. Se dice tiempo los contrarios. Ahora bien, y desigual. En efecto, puede decirse
ble recogerlas, de suerte que no es que una montaña es pequeña y que no hay en el mundo cosa alguna de cada una de las cuantidades de
posible posición alguna respecto de un mi.io es grande, porque éste es que hemos hablado, que es igual y
estas partes, puesto que no son per- que pueda admitir a un mismo tiem-
mayor que los objetos del mismo gé- po los contrarios. ¿Se dirá esto de desigual: el número, como el tiem-
manentes. nero, y aquélla más pequeña que los la sustancia? Ciertamente admite los po, se dice igual y desigual; y lo
R 16. Resulta. por tanto, que objetos análogos. Se da aquí por contrarios; mas, sin embargo, nin- mismo sucede con todas las cuanti-
ciertas cuantidades se forman de co- tanto una relación con otro objeto; gún set está a la vez enfermo y sano; dades antes citadas; puede decirse
sas cuyas partes tienen una posición, porque si estos objetos pudiesen ninguna cosa es a la par blanca y que son iguales y desiguales. En.
y otras de cosas cuyas partes no la ser en sí mismos grandes y peque- neg:ra. Entre todas las demás cosas cuanto a las cosas que no son cuan-
tienen. ños, no se diría que la montaña era no hay tampoco ninguna que admi- tidades, no podría decirse con exac-
R 17. Las cantidades propiamen- pequeña y el mijo grande. De igual ta al mismo tiemoo los contrarios. titud que son iguales y desiguales.
te dichas son las que hemos enun- modo se dice que una aldea tiene Resultaría también entonces que Por ejemplo, no puede decirse que
ciado; todas las demás son cuanti- mucha población y que Atenas tie- una cosa podría muy bien ser con- una disposición sea realmente igual
dades por accidente. Sólo en vista ne poca, por más que realmente sea traria a sí misma; porque si lo gran- y desigual; más bien debe decirse
de las primeras mencionamos éstas: la población en Atenas mucho más de es Jo contrario de lo pequeño, y que es semejante y desemejante. La
por ejemplo, se dice una gran blan- numerosa; y se dice también que una misma cosa puede ser a la vez blancura no puede decirse realmen-
cura, no por otro motivo sino por- hay mucha gente en una casa y grande y pequeña, esta cosa será te que es igual y desigual, sino más
que la superficie blanca es muy ex- poca en el teatro, por más que en contraria a sí misma; pero es im- bien que es semejante y desemejan-
tensa; se dice de una acción, que este último haya mucha más. § 21. posible que cosa alguna sea contra- te. Luego la propiedad especial de
es prolongada, porque dura mucho Consiste esto, repito, en que dos co- ria a sí misma. Luego lo grande no la cuantidad es la de poderse decir
tiempo su realización; en el mismo dos, tres codos, y otras cosas del es lo contrario de lo pequeño, ni lo de eJia que es igual y desigual.
sentido decimos también: un gran mismo género expresan una cuanti- mucho de lo poco; luego, aun admi-
movimiento. Ninguna de estas co- dad; pero lo grande y lo pequeño, tiendo que se refieran estas cosas,
sas, considerada en sí misma, puede por el contrario, no expresan una no a la relación, y sí a la cuantidad, CAPITULO 7
ser llamada cuantidad; porque si se cuantidad;; expresan más bien una no serán por eso contrarias. ~ l. Se llaman relativas las co-
quiere expresar la cuantidad de una relación. En efecto, lo grande y lo § 24. La cuantidad con relación
acción, es preciso determinarla por sas, cualesquiera que ellas sean, de
pequeño sólo se distinguen con re- al espacio es la que principalmente que se dice que son cosas de otras
el tiempo, y decir que dura un año lación a otro objeto; y es claro que parece tener contrarios. En efecto, a
cosas, o que se refieren otra cosa
u otro espacio ce tiempo. Lo mismo grande y . pequeño pertenecen a la se considera lo alto como Jo con- de esta o de aquella manera. § 2.
sucede con la blancura; si se quiere categoría de los relativos. § 22. Por trario de lo baio, llamando bajo a Por ejemplo, más grande, cualquie-
decir cuál es la cantidad de la blan- lo demás reconózcanse o no como lo que está hacia el centro, porque ra que sea el objeto en cuestión, se
cura, se la determinará por la su- cuantidades, ·puede decirse que ., el centro se halla a la mayor dis- dice con relación a otra cosa, pues-
perficie, y se medirá la cuantidad grande y pequeño no tiene!). contra- ... ¡:
tancia posible de los límites del to que debe decirse que es más
de la blancura por la cuantidad mis- ríos; porque, tratándose de una cosa ·~ mundo. De aquí se derivan, al pa- grande que tal otra cosa. De igual
ma de la superficie. Por tanto, las que no es posible tomar en sí mis- recer, todas las definiciones de Jos modo, doble sólo puede decirse con
únicas cantidades verdaderas, las ma, de una cosa que se refiere a demás contrarios; porque l2s cosas, relación a otra cosa, puesto que es
únicas cantidades en sí, son las que q~e dentro de un mi:;mo género es- el doble de otra cosa; y lo mismo
hemos dicho: todas las demás ·no 1 " Desde este parágrafo hasta el tér- tan entre sí más distantes, se llaman sucede con todas las demás de este
son cantidades por sí mismas. Jo mino del capítulo, Aristóteles señala contrarias. género. Son también relativos los si-
~on sólo por acciclcntc. las tres propiedades de la cantidad. § 25. La cuantidad no parece guientes: posesión, disposición, sen-
susccptihlc ele más y de menos: por sación, cicnci8. pcsición; rodas es-
CATEGORÍAS 33
32 ARISTÓTELES
es la nave del timón. Pero quizá el todos los hechos acciden1ales que
menos. Así, doble no es más ni me- uso de las palabras sería más exac- pueden referirse al dueño, por ejem-
tas cosas no son más que cosas de to, si se dijese, por ejerilplo: el ti- plo, el ser un animal de dos pies,
otras cosas, o tienen cierta relación nos doble; y lo mismo sucede con
todos Jos relativos de este último món es el timón de una cosa atimo- el ser capaz de conocer, el ser un
con otra cosa, y su valor no se fun- nada, o si se emplease otra expresión hombre, podremos siempre, deján-
da sino en esta relación. La pose- género. semejante, ya que no existe una pa- dole únicamente la propiedad de ser
sión, por ejemplo, es la posesión de § 9. Todos los relativos se apli-
can a cosas recíprocas: y así el es- labra especial. La reciprocidad eiis- señor, referir esclavo a señor; por-
algo; el conocimiento, es el conoci- te siempre si se hace una aplicación que el esclavo se dice esclavo del
miento de algo; la posición, es la clavo se dict, esclavo del señor; y
recíprocamente, el señor es señor de las palabras que sea legítima; en señor. § 15. Por el contrario, si la
posición de algo; y lo mismo acon- efecto, la cosa atimonada es atimo- aplicación de "la palabra no es le-
tece con todos los demás. Así, pues, del· esclavo. El doble quiere decir nada a causa del timón; y lo mismo gítima, aun teniendo cuidado de
los relativos son todas las cosas, el doble de lo que es la mitad; la
mitad es la mitad de lo que es do- sucede en los demás casos. Por descartar todas las demás circuns-
cualesquiera que ellas sean, que no ejemplo, cabeza se dirá más exacta- tancias, para sólo tomar en cuenta
se dicen sino de otras cosas, § 3, o ble; más grande es más grande que mente de un ser acabezado que del aquella. a que debería referirse ·.la
que se refieren, de cualquier mane- Jo que es más pequeño; más peque- animal; porque no ·tiene cabeza el palabra, aun supuesto todo esto; no
ra que sea, a otra cosa que ellas ño es Jo que es más pequeño que lo
más grande, y lo mismo sucede en animal en tanto que animal, puesto podrá emplearse la palabra con exac-
mismas. Se dice de una montaña que muchos animales no la tienen. titud. Por ejemplo, si referimos es-
que es grande con relación a otra los demás casos. Puede suceder, sin
montaña, y sólo se dice grande por embargo, que, en la enunciación, di- fi 12. De este modo pueden encon- clavo a hombre y ala a ave, y des-
relación. Semejante, se dice seme- trarse fácilmente palabras para ex· cartamos del hombre su cualidad de
fieran a veces las cosas recíprocas
jante a alguna cosa, y lo mismo su- por la terminación. Así, la ciencia presar cosas que no tienen nombre señor, ya no podremos decir esclavo
cede con todas las demás cosas aná- es la ciencia de lo que es sabido, y especial, derivándolas de las primi- con relación a hombre, pmque sin
logas; sólo se dicen con relación a lo que es sabido se sabe por la cien- tivas, com0 hemos hecho más arri- señor no hay esclavo. Y de igual
alguna cosa. § 4. En igual forma, el ba. formando de ala alado, y de ti- modo si se quita al ave su cualidad
cia; la sensación es la sensación del de ser alada, ala no será ya una cosa
decúbito, la postura en pie, la del objeto sentido, y el objeto sensible món atimonado.
que está sentado, son posiciones; y ~ 13. Por lo tanto, todos los re- de relación, puesto que sin animal
es sentido por la sensación.
la posición forma parte de los rela- § 1O. A veces esta reciprocidad lativos, si la aplicación de las pala- alado el ala no podría decirse de
tivos. Sin embargo, estar acostado, de los relativos deja de manifestarse, bras es exacta, deben decirse de las una cosa.
estar en pie, estar sentado, en sí mis- cosas que les son recíprocas; y sólo § 16. Por lo tanto es preciso ha-
cuando no se aplican exactamente
mas no son posiciones; pero se las las palabras y ríos equivocamos al cuando esta aplicación se hace a la ser la asignación de la palabra con
llama tales por derivación de las po- hacer esta explicación. Por ejemplo, ventura y no se refiere a la cosa relación a las cosas que pueden le-
siciones que acabamos de citar. si re refiere el ala a un ave, no .po- misma de que se dice, entonces la gítimamente reMbirla. Si existe un
~ 5. Los relativos tienen tam- drá decirse recíprocamente el ave. reciprocidad desaparece. A lo cual nombre especial, esta asignación es
bién la propiedad de los contrarios: de un ala. Esto consiste en que la añado que, aun entre las cosas cuya muy sencilla; si no existe, t;trá Qui-
y así, la virtud es lo contrario del primera aplicación de las palabras reciprocidad es notoria, y que se zá necesario ~rear una nueva. Con
vicio; y la virtud y el vicio son am- no es exacta, y que se refiere inde· pueden expresar por medio de pa- denominaciorres verbales hechas de
bos relativos; la ciencia es lo con- bidamente ala a ave. En efecto, no labras especiales, la corresoondencia esta suerte, és evidente que se pue-
trario de la ignorancia. § 6. Sin se habla de ala en tanto que es ave, cesa, si la denominación se hace en den decir t~dos los relativos de las
embargo, esta propiedad de los con- sino que se dice en tanto que es vista de cualquier accidente, y no cosas y redprocamente.
trarios no pertenece a todos los re- de la cosa misma de que se trata. § 17. ·Los relativos pueden exis-
alada; porque hay muchas cosas que
lativos; doble, triple y las demás tienen afus sin que por esto sean Por ejemplo, si se atribuye el escla- tir, al parecer, simultáneamente por
cosas del mismo género no tienen aves. La reciprocidad se restablece, vo, no al .señor, sino al hombre, al naturaleza, y esto es exacto respecto
contrarios.n ani~al bípedo, o a cualquier otro de la mayor parte de ellos. Doble y
si la aplicación que se hace es exac· mitad existen a la vez; existiendo
§ 7. Los relativos son igualmen· a~c1dente de este género, la recipro-
ta: así el ala es el ala de un animal
te susceptibles de más y de menos: alado, y el animal alado es alado a Cl?ad no existe ya, porque la deno- la mitad, el doble existe igualmen-
en efecto, a los términos semejante causa del ala. § 11. También es ne- mmación de las palabras es inexac- te; existiendo el señor, existe el es-
y desemejante se aplica el más y el cesario a veces crear una palabra ta. §. 14. Pero si se emplea una de- clavo; existiendo el esclavo, el due-
menos; igual y desigual están en especial, ·cuando no existe término ¡ommación debida con relación a ño existe, y lo mismo en los demás
el mismo caso; y todos éstos son re- a que pueda legítimamente referirse a ~sa. que debe ser objeto de ella, casos. Debe añadirse que estas co-
lativos; porque semejante se dice la cosa. Por ejemplo, si se quiere y, ehmmando todo lo que no es más sas se destruyen también recíproca-
semejante a algo, y desigual se dice referir timón a nave, la aplicación que accidente, sólo se considera mente: si no hay doble, no hay mi-
desigual respecto de una cosa. § 8. no es exacta; ·porque no se dice su aquello a que puede con razón apli- tad; si no ~ay #mitad, no hay do-
No todos los relativos. sin embar- ca~e la palabra, entonces la pala- ble, y lo m1smo sucede con todos
timón porque el objeto sea una
go, son susceptibles de más y de nave, puesto que hay naves sin ti· ~rb será siempre perfectamente apli- los demás. § 18. Sin embargo, esta
món. La reciprocidad en este caso ca le a la cosa. Y así, si referimos simultaneidad natural de existencia
11 Del parágrafo 5 al 21 Aristóteles el esclavo al seiior, y descartamos no se da respecto de todos los reJa-
formula las cuatro propiedades del re- desaparece, puesto que no puede
lativo (pros ti). decirse recíprocamente que la nave
34 ARISTÓTELES CATEGORÍAS 35
tivos: la cosa sabida parece ante- la sensación nace con el ser que primera definición de Jos relativos tenece precisamente esta cabeza, a
rior a la ciencia; porque en general siente; porque sólo cuando el ani- se aplica sin duda a todos los rela- quién pertenece esta mano. Estos no
sacamos las ciencias de cosas que mal nace, es cuando nace con él la tivos sin excepción; pero hay gran son relativos; y si no son relativos,
existen previamente. Son pocas' las sensación; pero los objetos sensibles diferencia entre ser relativo y no ser puede decirse con verdad que nin-
cosas, por no decir ninguna, en que existen antes de que haya animal y una cosa lo que es, sino en cuanto guna sustancia forma parte de los
aparece la ciencia formada al mis- sensación. En efecto, el fuego, el . se dice de otra cosa. relativos. ·
mo tiempo que la cosa que debe ser agua y todos los elementos análogos § 26. De lo di~ho se sigue evi- ~ 29. Por lo demás sería quizá
sabida. § 19. Además, si la cosa, de que se forma el animal, existen dentemente, que SI uno conoce un difícil afirmar en estas materias
que debe ser sabida, desaparece, antes de haber animal y sensación. relativo de una manera precisa, de cosa alguna sin examinarlas antes
desaparece con ella la ciencia; pero Por lo tanto, el obieto sensible pre- un modo preciso conocerá también muchas veces; pero de todos modos
si desaparece la' ciencia, no desapa- cede, al parecer, a la sensación. la cosa a que este relativo se apli- no ha sido inútil el haber discutido
rece la cosa que puede ser sabida. § 22. Puede preguntarse, si de ca. Esto es evident~ de suyo. Si cada una de estas cuestiones.
Sin la cosa que puede ser sabida, los relativos está excluida toda sus- uno sabe que tal cosa entra en ,el
no hay ciencia, porque sería la cien- tancia, como parece a primera vis- número de los relatjvos, y si la exis-
cia de nada; 'pero la cosa que debe ·ta, o si puede incluirse entre ellos tencia de los relativos es idéntica a CAPITULO 8
saberse puede muy bien existir sin algunas de las sustancias segundas. la relación que ellos tienen con una
la ciencia. Por ejemplo, la cuadra- Es cierto, por lo que hace a las sus- cosa, conoce igualmente la cosa con § l. Llamo cualidad a aquello
tura del círculo, si es una cosa que tancias primeras, que ni las sustan- que este relativo está en cierta re- que nos obliga a decir de los seres,
con el tiempo pueda saberse, existe cias enteras, ni sus partes, se expre- lación. Si no conoce absolutamente que son de_cierto modo.
corno cosa que puede saberse, si san nunca por relación: porque no: la cosa a que este relativo se refie- § 2. Por lo demás, la palabra
bien la ciencia de esta cosa no exis- se dice que tal individuo hombre . re, no sabrá tampoco si se refiere cualidad tiene muchos sentidos. 13
te aún.'" Añádase a esto que, si el es un hombre de tal cosa, que tal~' a algo. § 27. Esto no es menos evi- § 3. Así la capacidad y la dis-
animal hombre llegase a desapare- buey es un buey de tal cosa, ni tam- dente considerando ejemplos par- posición forman una primera espe-·
cer, no habría ya ciencia, por más poco se dice de sus partes, ·que tal ticulares. Si uno sabe positivamente cie de cualidad. § 4. La capacidad
que una infinidad de cosas suscep- mano es tal mano de alguno, sino.. que una cosa es el doble, sabe po- difiere de la disposición en que es
tibles de ser sabidas permanecerían la mano de alguno; ni se dice que . sitivamente de qué otra cosa es el mucho más durable, mucho más es-
en torno suyo. § 20. Lo mismo su- tal cabeza es tal cabeza de alguno,'> doble; porque, si no supiese qué es table; las ciencias y las virtudes es-
cede con la sensación; el objeto sen- sino la cabeza de alguno. Lo mismo el doble de una cosa determinada, tán en el mismo caso. En efecto, la
sible parece anterior a la sensación sucede respecto a las sustancias se- ,. tampoco sabría en modo .alguno que ciencia parece una de las cosas más
misma. Quitad, en efecto, el objeto gundas, por lo menos a las más de~\ ella era el doble. En igual forma, ~i estables y más fijas, a poco que se
sensible, y desaparecerá con él la ellas. Por ejemplo, el hombre no se/{ sabe que una cosa es más bella, posea, salvo el caso de enfermedad
sensación. Pero porque desaparezca dice el hombre de alguna cosa; el1i debe necesariamente saber sobre la o de cualquiera otra circunstancia
la sensación, no por eso desaparece buey no es el buey de alguna cosa;'!'i marcha y de una manera determina- análoga que determine en nosotros
el objeto sensible. Verdaderamente, la madera, la madera de alguna'é; da la cosa en comparación de la un gran cambio. Y en el orden de
las sensaciones se refieren a un cosa; sino que se dice que son la,<y cual es aqué!Ia más bella. No sabrá las virtudes, la justicia, por ejem-
cuerpo, y están en un cuerpo: des- propiedad de alguno. Es evidente, ~: plo, la prudencia o cualquiera otra
de una manera indeterminada que
truido el objeto sensible, el cuerpo por tanto. que las cosas de este gé<c. es más bella que una cosa más fea; semejante constituyen cierta cosa
mismo desaparece; porque el cuer- nero no figuran entre los relativos: >l porque en este caso sólo tendría uha que no es ni fácilmente variable, ni
po es uno de los objetos sensibles, Sin embargo, hay dudas respecto a_"' mudable. Las disposiciones, por el
c~nc~pció~ vaga y no sería una
y si no hay cuerpo, la sensación alguna~ de las sustancias segundas:,. contrario, son las cualidades que
misma desaparece; de suerte que Por ejemplo, la cabeza se dice la ca- { C1enc1a. NI aun sabría exactamente
que era más bella que una cosa más cambian sin dificultad y se modifi-
destruida la cosa sensible, se destru- beza ·de alguno, la mano se dice la \: can rápidamente, como sucede con
fea;_ porque podría suceder que en
ye con ella la sensación. La sensa- mano de alguno, y Jo mismo de lasf realidad no hubiese cosa menos be- el calor, el frío, la salud, la enfer-
ción, por el contrario, no arrastra cosas de este género que parecen·,· lla que ella. Es por lo tanto eviden- medad y todas las demás cosas aná-
en su destrucción la cosa sensible. logas. El hombre se encuentra en
Si el animal desaparece, la sensa- pertenecer a los relativos. § 23. ~ue·, ; 1<: Y. necesario, que lo que se sabe
cierto estado según estas diversas
ción desaparece con él; pero la cosa go, si la definición de los rel~ti~OS,;¡
Precisamente de los relativos, se
sabe . también precisamente de la disposiciones, y puede cambiar sú-
sensible subsiste; por ejemplo, que- es buena, es difícil, por no dec1r ¡m·:, bitamente pasando del calor al frío,
dan en el cuerpo el calor, la dul- posible, demostrar que ninguna sus· r eosa a que estos relativos se refie-
de la salud a la enfermedad, etc.
zura, la amargura, y tantas otras co- tancia entra en la categoría de lOS ~n. § 28. Puede saberse de una Pero si alguna de estas disposicio-
sas del mismo género que afectan relativos. § 24. Pero si la definición laa~era precisa lo que son la cabe-
nes se ha hecho, a causa de su lar-
a nuestros sentidos. § 21. Más aún; es insuficiente, y se dice que Jos r~· m~ a mano, y otras cosas del mis-
lativos son las cosas cuya existencia ga duración, en cierto modo natu-
no orden, que son sustancias; pero ral, irremediable o completamente
12 Según esto, Aristóteles no está se confunde con la relación de e.n¡s la OOr esto se sabe necesariamente
convencido de no encontrar la cuadra- a otra cosa, entonces sería poslte "- cosa a que corresponden y pue-
u;; rnu '" Acerca de los diversos sentidos de
tura del círculo. responder a esta objeción. § 25. 8 Y b'Ien Ignorarse
· '
a quién per- la cualidad, véase Metafísica, libro V.
36 ARISTÓTELES
CATEGORÍAS 37
inmutable, entonces se la puede lla- impotencia de mostrar esta misma
mar verdaderamente una capacidad. cualidad. ramento natural, de modo que la a las modificaciones que nacen de
§ 8. Un tercer género de cuali- naturaleza producirá un color del causas rápidas y sumamente pasaje-
§ S. Porque es claro que lo que mismo género.
es durable y más difícil de cambiar, dad es el de las cualidades afectivas ras. Por ejemplo, si a consecuencia
y de las afecciones, como la dulzu- § 12. Todas las modificaciones de un disgusto se hace uno más
debe- de ser denominado capacidad. análogas que provienen de alguna
Los que no están en plena posesión ra, el amargor, la acritud y todas las irascible, no se dice entonces que
cosas del mismo orden; así como afección pennanente e invariable, se el individuo, que es más irritable
de los principios de las ciencias, y llaman cualidades afectivas. Así, la
vacilan sobre muchos puntos, no también el calor, el frío, la blancu- bajo la impresión del disgusto, sea
ra, la negrura. § 9. Es evidente que blancura y la negrura se llaman cua- un hombre colérico; se dice más
puede decirse gue tengan una ver- lidades, ya resulten de una eonstitu· bien que experimenta un padeci-
dadera capacidad, aunque tengan todas éstas son cualidades; porque
en vista de ellas se dice que las co- ción natural, porque entonces hacen miento. Estas son afecciones, pero
más o menos aisposiciones para la sas que las reciben son taies o cua- que se nos califique al tenor de no cualidades.
ciencia. Por tanto, la disposición di- ellas de esta o de aquella manera; § 14. El cuarto género de cuali-
les. Así se llama dulce a la miel,
fiere de -la capacidad en que la una porque recibe la dulzura; y el cuer- ya sea que una enfermedád muy dad es el de la figura y la forma
es móvil, mientras que la otra es po se dice blanco, porque recibe la larga, o bien un calor abrasador, exterior de cada cosa. Es. además
más durable y está menos expuesta blancura; y lo mismo en los demás produzcan este mismo efecto, la la dirección en línea recta, en línea
a mudanzas. § 6. Las capacidades, casos. § 10. Llámanse estas cualida- blancura o la negrura, siendo difícil curva, y cualquiera otra propiedad
por lo demás son también disposi- des afectivas, no porque las cosas que estas dos cualidades desaparez- análoga. Cada una de estas propie-
ciones; pero las disposiciones no que las reciben resulten ellas mis· can, y pudiendo suceder hasta que dades, en efeCto, basta para califi-
son necesariamente capacidades. Las mas en modo alguno afectadas; por- permanezcan durante toda la vida car una cosa. El ser triangular o de
capacidades constituyen en cierta que la miel, y lo mismo puede de- det individuo. En este mismo caso cuatro lados basta para calificar
disposición a aquellos que las han cirse de cualquiera otra cosa de este son también cualidades, puesto que una cosa, ya se trate de un objeto
adquirido realmente; pero Jos que género, no se llama dulce, porque se nos califica de igual modo en recto, ya de un objeto curvo; y la ·
tienen la disposición no tienen ne- sea ella afectada de cierta manera; virtud de ellas. A todas las modifi- forma basta asimismo para califi-
cesariamente, y sólo por esto, una ni el calor o el frío se llaman cua- caciones que proceden de causas car una cosa, cualquiera que ella
capacidad. lidades afectivas, porque los cuer- que pueden fácilmente destruirse, y sea.
§ 7. Una segunda especie de cuyos efectos son pasajeros, se las § 15. Claro y espeso, tosco y
pos que reciben estas cualidades ex- puede llamar afecciones, pero no
cualidad es la que hace que diga- perimenten ellos mismos una modi- liso, son palabras que parecen in-
cualidades; porque no pueden deter- dicar alguna cualidad; pero todas
mos, por ejemplo, que los hombres ficación de cierto género, sino que minar una calificación para el indi-
son susceptibles de ser luchadores se las llama cualidades afectivas, estas cosas salen en realidad de las
viduo. No se dice que un hombre divisiones de la cualidad; porque
o corredores, de estar sanos o enfer- porque, con relación a las sensacio- es de color encarnado, porgue la
nes que ellas nos causan, cada una estas palabras expresan más bien la
mos; en una palabra, todo lo que vergüenza le ponga encamado; ni situación en que pueden encontrar-
es denominado en vista de la poten- de estas cualidades produce una se dice que un hombre es de color se las partes de un cuerpo. Espeso
cia o de la impotencia física. En afección particular; y así la dulzura pálido, porque el miedo le ponga se emplea cuando estas partes están
efecto, se califica de este modo a to- causa una afección en el paladar, pálido; ~e dice más bien que es próximas las unas a las otras; cla-
das estas gentes, no a causa de cier- el calor en e! tacto, y lo mismo to- afectado de cierta manera. Estas ro, cuando están distantes; liso,
ta manera de ser real, sino a causa das las demás. § 11. La blancura v mn, por tanto, afecciones y no cua- cuando están dispuestas en línea
de su poder o de su impotencia fí- la negrura, los colores, en una pa· lidades. recta; tosco, cuando, por el contra-
sica para obrar fácilmente o para labra, .qo se llaman cualidades afec- § 13. Hay igualmente en el alma rio, unas se elevan y las otras es-
no padecer. Por ejemplo, se llama tivas en el mismo sentido que las cualidades afectivas y afecciones. tán deprimidas.
a ciertos hombres luchadores, co- cualidades precedentemente nom- \ocio lo que desde la infancia pro- § 16. Puede haber todavía al-
rredores, no porque estén en cierta bradas; y la causa de esto es, que vrene de alguna afección inquebran- gún otro modo de la cualidad; pero
disposición, sino porque tienen el provienen ellas mismas de una afec- table, se llama cualidad. Por ejem- los que acabamos de citar son los
poder físico de ejecutar fácilmente ción. Es evidente, en efecto, que plo, el furor maniático, la cólera 1 principales y los más frecuentemen-
ciertos ejercicios. Se dicen hombres muchas veces las afecciones produ- e.t~., etc., porque, en efecto, se ca- te empleados.
sanos aquellos que tienen el poder cen cambios de color. El rubor hace lifica a uno en virtud de ellas de § 17. Las cualidades son, pues,
físico de resistir fácilmente todos ponerse a uno colorado; el temor, furioso o colérico. Otro tanto se las que hemos enunciado, § 18. En
los accidentes fortuitos; y valetudina- pálido, etc. Si llega el caso de expe- Puede decir también de los procede- cuanto a los objetos calificados, son
rios aquellos que por su constitu- rimentar una de estas afecciones res de diversos géneros, que no son éstos los que se denominan al tenor
ción son impotentes para sufrir fá- como efecto de ca<Isas naturales, se naturales, pero que por efecto de de estas cualidades, sea por deriva-
cilmente todos estos accidentes. En debe en tal caso tomar un color se- o~r~s circunstancias se hacen muy ción, sea de cualquiera otra mane.
el mismo sentido se llama esta cosa mejante; porque la disposición, que difrciles de mudar y hasta por com- ra. § 19. La mayor parte, y puede
dura, aquella blanda; dura, porque se producía con ocasión del pudor pleto inmutables. También de éstos decirse que casi todos, se denomi-
tiene la potencia de no dividirse en los elementos del cuerpo, puede se dice que son cualidades, porque nan por derivación. Así, blanco vie-
fácilmente; blanda, porgue tiene la producirla idénticamente un tcmpe- somos calificados al tenor de ellos. ne de blancura, gramatical de gra-
Pero el término afección .se limita mática, justo de justicia; y lo mis-
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CATEGORÍ.1S
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mo para todos los demás. § 20. dente, considerando en particular al uno ni al otro puede aplicarse la madas así especialmente, podrían
Pero algunos de estos objetos, como las otras categorías. Sea, por ejem- definición del círculo. En general, ser consideradas como cualidades,
las cualidades mismas no tienen plo, la justicia, que es contraria de salvo que los dos objetos puedan puesto que con relación a ellas se
nombre especial, no se les puede la injusticia; si justicia es un califi- admitir la definición de la cosa en nos denomina de tal o cual manera;
nombrar por derivación de estas cativo, la injusticia lo será igual- cuestión, no puede decirse ésta del pero por sí mismas no pertenecen a
cualidades. Así, corredor, luchador, mente; porque ninguna categoría uno más que del otro. Luego no to- la relación. § 33. Por lo demás, si
en tanto que calificaciones aplica- corresponderá a la injusticia, ni la · dos los calificativos consienten el una misma cosa puede ser a la vez
das a una éierta facultad física, no de la cuantidad, ni la de la relación, más y el menos.
ni la del lugar, ni ninguna otra, y si relación y cualidad, ningún absur-
son formadas por derivación de una § 29. En todo lo que llevamos do resulta de incluirla en uno y otro
cualidad, puesto que no existe pala- sólo la de la cualidad. Esta obser-
vación se aplica a todos los contra- dicho hasta ahora, no aparece la género a la par.
bra para expresar las facultades en propiedad especial de la cualidad.
virtud de las que se dan estas cali- rios que se refieren a la cualidad.
§ 26. Los· calificativos son sus- § 30. Esta propiedad peculiar
ficaciones, así como las hay para de las cualidades consiste en po- CAPITULO 9
las ciencias, cuya práctica hace que ceptibles de más y de menos: una derse decir de ellas que son seme-
se dé a las gentes los nombres de cosa blanca es más o menos blanca § l. La acción y la pasión ad-
que otra; una cosa justa es más o jantes y desemejantes; una cosa es
GOrredores, luchadores. En efecto, semejante a otra, porque es califi- miten los contrarios y el más y el
existe una ciencia que recibe el menos justa que otra; y estas cosas
cada de cierta manera; luego lo menos. § 2. Calentar, en efecto, es
nombre de Pugilato y de Palestra: reciben individualmente un aumen-
propio de la cualidad es, que lo lo contrario de enfriar; estar calien-
y los que a ella se consagran reci- to de cualidad; porque una cosa semejante y lo desemejante se apli- te, de estar frío; estar contento, de
ben una calificación derivada del blanca puede hacerse más blanca. quen a ella. estar disgustado; de esta manera la
nombre de estas ciencias. Sucede a § 27. Por lo demás, si éste no es
un caso general, es por lo menos en § 31. No se tema que se nos acción y la pasión reciben los con-
veces que, aun cuando exista un objete aquí que, queriendo tratar de trarios. § 3. Reciben igualmente el
nombre especial para la cualidad, el que se encuentra la mayor par-
no se califica el objeto mediante te de los calificativos. ¿Pero una la cualidad, hemos incluido en ella más y el menos: se puede uno ca-
una derivación de esta cualidad. justicia es más o menos justicia?, gran número de relativos, puesto lentar más o menos, estar más o
Honrado es el calificativo de vir- podría preguntarse; y lo mismo res- que las facultades y las disposicio- menos caliente, estar más o menos
tud, y se llama a uno honrado por- pecto de todas las demás disposicio- nes formaban en nuestra opinión disgustado. Por Jo tanto, la acción
que tiene virtud; pero su denomi- nes morales. Estas dudas han ocu- parte de los relativos. § 32. Esto yy la pasión son susceptibles de más
de menos.
nación no se deriva de virtud. Este rrido en efecto; no puede decirse consiste en que, en casi todos los
casos, los géneros se refieren a la § 4. No diré nada sobre estas
caso, sin embargo, no es frecuente. en modo alguno que una justicia dos categorías.
~ 22. Puede, por tanto, decirse que sea más o menos justicia, una salud relación, y las especies particulares
no se refieren a ella. Así, puede § 5. En cuanto a la de situa-
los calificativos son las palabras di- más o menos salud; y sin embargo,
chas en vista de las cualidades, sea decirse que la ciencia es un género ción, ya tratamos de ella al hablar
puede decirse que tal hombre tiene de los relativos, donde dijimos que
por derivación, sea de cualquiera menos salud, menos justicia que por sí solo, que es lo que es con
se expresaba por derivación de las
otra manera. otro. Esta observación puede exten- relación a otra cosa, puesto que se mismas posi_ciones.
§ 23. Los contrarios son tam- derse a la ciencia de la gramática, dice la ciencia de una cosa. Pero § 6. En fin, para las demás ca-
bién posibles respecto de la cuali- y a todas las demás facultades mo- en cuanto a las ciencias especiales, tegorías, el tiempo, el lugar, el es-
dad. Así, la justicia es lo contrario rales. Luego las cosas que son de- ninguna es lo que es mediante otra tado, como son perfectamente cla-
de la injusticia, la blancura de la cosa: y así la gramática no se dice ras, no añadiremos nada a lo dicho
nominadas al tenor de ellas, son
negrura, etc. Esto se aplica igual- la gramática de una cosa, ]a músi- al principio: a saber, que el estado
incontestablemente susceptibles de
mente a los calificativos formados más y de menos, puesto que se dice ca no se dice la música de una cosa; es, por ejemplo, el estar calzado, el
al tenor de estas cualidades. Por que tal hombre es más gramático; Y sin embargo, en razón del género, estar armado; el lugar, estar en el
ejemplo, lo justo es opuesto a lo in- más justo, más sano que tal otro. de que forman parte, son ellas tam- liceo, estar en la plaza, etc., y de-
justo; lo blanco a lo negro. § 24. bién relativos; y así la gramática es más explicaciones allí dadas. 1 "
§ 28; Por el contrario, un triángulo, la ciencia de una cosa, y no la gra-
Esta propiedad, sin embargo, no es un cuadrilátero o cualquiera otra fi- § 7. La discusión precedente es
general: y así encarnado, pálido o mática de una cosa; la música es bastante por lo que hace a los gé-
gura, no son al parecer susceptibles
cualquiera otro de los colores no de más y de menos; porque todo la .c!encia de una cosa, pero no la neros que nos hemos propuesto es-
tienen contrario, aunque sean tam- lllusJca de una cosa. Como se ve, tudiar.
lo que admite la definición de trián; Por lo tanto, cada una de estas cien-
bién calificativos.H gulo o de círculo, es círculo Y
§ 25. Si uno de los dos contra- cias en particular, no pertenece a
rios es un calificativo, el otro lo
triángulo de la misma manera; y en la r~Iación. Recibimos por otra par-
cuanto a las cosaf que no lo admi· te Ciertas calificaciones conforme a
será también; y esto se hace evi- ten, no son triángulos, ni círculos, ¡stas ciencias particulares, porque
ni Jo uno, ni lo otro. En efecto, un lls poseemos, y se nos llama sabios r;; Para completar la disertación de
14 Desde aquí hasta el término del
cuadrilátero no tiene más de círcU· Por el hecho sólo de poseer alguna estas categorías, véase Metafísica, li-
capítulo se habla de las cuatro pro- lo que un trapecio, puesto que ni bros V y XI. Además el tratado De
piedades de la cualidad. de estas ciencias en particular. To- generación y destrucción y en la Física.
40 ARISTÓTELES CATEGORfAS 41
que en el acto la cosa modificada CAPITULO 15 -·. . . :.. " ; . '. _- -; -~· . , ; . ~- . ' . ' ....
aumentara o disminuyera, o expe- ,,¡
: .: : : PREAMBULO .... -·.-
rimentase uno de los otros movi- § L El térriüno tener se emplea ~ ·' ' .-. : ~
mientos; y no sucede nada de eso. de muchas maneras. § 2. Por lo
§ 5. Sería preciso de igual modo, pronto, como manera de ser, dispo-
que lo que crece o es afectado por sición o cualidad: se dice, en efec- · El nombre Perí hérnteneias describe bien el eón tenido de esta obr:a...
cualquiera otro movimiento fuese to, que un hombre tiene ciencia, Si la fógka se ocupa del ··pensamiento, este tratado averigua la hiter~
también modificado; pero hay cosas tiene virtud. § 3. En segundo lugar, pretación que a tnivés'del lenguaje se hace de lo pensado. (En. griego,
que crecen sin ser modificadas: por como cuantidad: por ejemplo, la ta-
ejemplo, un cuadrilátero, si se le lla que uno tiene; porque se dice dice Boetio, se· llama a este libro Peri hermeneias, Jo que en latín
aplica el gnomon,' 8 se hace cierta- que tiene tres codos, cuatro codos. sígnifka De· interpretatione), e
mente más grande, pero no deja de § 4. O relativamente a lo que ro- Aristóteles no designó Peri hermeneias a este tratado. Aunque fue
ser un cuadrilátero. Lo mismo pue- dea al cuerpo: así se dice que uno redactado, como las Categorias, en el segundo período, recuerda la
de decirse de todas las cosas de este tiene una capa, un vestido. § 5. O
discusión en torno del lenguaje de los diálogos platónicos el Cratilo,
;~¡ género. Así, pues, todos estos movi- con relación a lo que ·está en una
J, mientos son diferentes entre sí. parte del cuerpo: como cuando se el Teeteto y el Sofista, pero desarrollada en un plano intencionada-
¡¡:
§ 6. Hablando en absoluto, el dice que uno tiene un anillo en la mente lógico.
1: reposo es contrario al movimiento; mano. § 6. O relativamente a un¡¡ La forma común de expresar y comunicar un pensamiento es la
T parte del cuerpo: como cuando se
J¡ pero cada movimiento especial es proposición. Quien habla, suele proponer algo, expresar el vínculo
contrario a otro movimiento espe- dice que alguno tiene un pie, una
·~!\l cial: la destrucción a la generación, mano. § 7. O con relación a lo que que hay entre dos términos (sujeto y predicado) afirmando o ne-
:p! el decrecimiento al crecimiento; el está en una vasija: como cuando gando (predicando) el segundo del primero. Tras el tratado de las
reposo a la mudanza de lugar. La se dice que el modio tiene grano y Categorías, que se ocupan del término aislado, el Peri hermeneias está
!!;.'l mudanza a un lugar contrario po- el cántaro vino, porque se dice ver· destinado a considerar las expresiónes predicativas. Por ello, Ammo-
dría considerarse más que ninguno daderamente que el modio tiene
~fj grano y el cántaro vino; y se dice nio Hermias declara en su comentario que el propósito de esta obra
í·: de los otros movimientos, como una
::; oposición: por ejemplo, la trasla- que todas estas medidas tienen una no es otro que la doctrina de los enunciados predicativos ( peri apo-
ción a lo alto parece opuesta a la cosa en tanto que son vasijas. § 8. phantikou /ógou).
traslación a lo bajo, y recíproca- O, en fin, como propiedad: como Por otra parte, un enunciado como tal es la expresión de un jui-
mente. § 7. Mas tratándose de la cuando ::e dice que uno tiene una
casa, un campo. cio, a saber, de una predicación, la cual, por necesidad es verdadera
modificación, último de los movi- o falsa (en griego, prótasis, en latín enuntiatio). El Peri hermeneias,
mientos enunciados, no será fácil § 9. Se dice también que un
decir lo que puede ser su contrario. hombre tiene una mujer, y que una en efecto, no estudia otros pensamientos. No estudia el ruego, el
Nada, en efecto, parece contrario a mujer tiene un marido; pero este ; mandato, la pregunta, que, aunque expresiones, no son en sí verda-
él, a menos que se le oponga el re- modo de posesión parece el más le· " deras ni falsas.
poso con tal cualidad, o bien el jano de todos; porque ordinaria·
cambio de la cualidad en su contra- mente tener una mujer no significa .. El problema de lo verdadero encuentra aquí, consecuentemente,
ria, lo mismo que al cambio de lu- otra cosa que cohabitar con ella. :'.i' S~ sitio adecuado. Aristóteles formula claramente el concepto tradi-
gar se opone el reposo en el lugar, § 10. Quizá hay todavía otros ' flonal de verdad. La concibe a título de una correspondencia entre
modos de posesión; pero nosotros 0
o el cambio pasando a un lugar pensado y lo real. Si el pensar vincula las cosas que están unidas
contrario. La modificación es tam- hemos enumerado sobre poco más
o menos todos los que se emplean e_n la realidad, se llega a una proposición verdadera; si no es así, se
más habitualmente. 19 llene una proposición falsa.
" Gnomon. Es un cuadrado que se
construye agrandando dos lados per- 10 El t_ratado fu e re_putado ~a. por l?s antiguos un tanto di_fícil, co~o
pendiculares de otro cuadrado. '" Véase Metafísica, libro V, cap. 23 .. confnma el escoliasta anon1mo c1tado por C. A. Brand1s en Ans-
47
ARISTÓTELES
48
totelis opera omnia, Berlín, vol. 4. Empero, los comentarios de Tomás
de Aquino y del cardenal Cayetano así como las perífrasis de Silvestre
Mauro, han contribuido mayormente a explicitar el texto.
El Peri hermeneias constituye en su ordenamiento sistemático el "
segundo tratado de la lógica aristotélica, pero. sin lugar a dudas, no PERI HERl\fENEIAS
fue redactado antes de los Segundos Analíticos y los Tópicos. Consta
de catorce capítulos, los cuales pueden dividirse en dos partes: la pri-
mera, hasta el capítulo nueve, se ocupa de la proposición en sus ca-
racterísticas com_unes; la segunda, hasta el capítulo catorce, de aspec- > CAPITULO 1 1 por ejemplo, significa ciertamente
tos específicos a que dan lugar la cantidad, cualidad y modalidad de alguna cosa; pero no es aún ni ver-
§ l. Es preciso comenzar por .dadero ni falso, si no se ¡:¡ñade que
los juicios. El tratado asimismo discurre en consideraciones gramatíca- decir lo que es el nombre, lo que es este animal existe o que no existe,
les, sobre todo en los primeros capítulos. el verbo, y después lo que son la sea de una manera absoluta, sea en
negación y la afirmación, la enun- un tiempo determinado.
Relaciones entre lenguaje y pensamiento. Sólo el jui- ; ciación y el juicio. .
Cap. l. § 2. Las palabras expresadas
cío expresa lo verdadero o ialso. por la voz no son más que la ima- CAPITULO 2
Cap. 2. Elementos de la proposición. Los nombres simples y gen de las modificaciones del alma;
los nombres compuestos. Los nombres indeterminados.· y la escritura no es otra cosa que § l. El nombre es una palabra
Los casos del nombre. la imagen de las palabras que la que por convención significa algo
El verbo y la cópula. Relaciones y funciones. voz expresa. §·,3. Y así como la es- sin expresar tiempo, y ninguna de
Cap. 3. critura no es idéntica en todos los cuyas partes tiene separadamente
Cap. 4. Expresiones predicativas (enunciaciones) y expresiones hombres, tampoco las lenguas ·son significación por sí misma. § 2. En
no predicativas. Sólo de las primeras se ocupa este tra: · semejantes. Pero las modificaciones el nombre de Callippos, hippos no
tado. del alma, de las que son las pala- significa nada por sí solo, como sig-
Cap. 5. Formas proposicionales. Enunciaciones simples y enun- . bras signos inmediatos, son idénti- nificaría en esta frase: Kalos lúp-
ciaciones complejas. ; á, cas para todos los hombres, lo mis- pos. Esto consiste en que en los
mo que las cosas, de que son una
De la afirmación. De la negación. De la contradicción'.'~
nombres compuestos no sucede lo
Cap. 6. fiel representación estas modifica- que en los nombres simples: en los
Cap. 7. Proposiciones universales, particulares, indefinidas y~ ciones, son también las mismas primeros, una parte tomada por se-
singulares. Proposiciones contrarias. Proposiciones con7 1; para todos. § 4. De esto ya habla- parado no tiene ninguna significa-
mos en el Tratado del Alma; y en ción; en los otros, la parte parece
tradictorias. J efecto, esta materia pertenece a otro querer significar algo, y sin embar-
Cap. 8. Realidad y aparente unidad de las proposiciones. .t: tratado y no a éste. § 5. Del mismo go no significa nada, cuando apa-
Cap. 9. Proposiciones contradictorias respecto al futuro. ,~l modo que hay en el alma, así pen- rece aislada; y así en epactrokeles,
Cap. 10. La cualidad y cantidad de las proposiciones. Sus re:~:.' samientos que pueden no ser ni ver- keles no significa nada por sí mis-
laciones de oposición, contradicción y subordinación:,'). daderos ni falsos, como pensamien- ma.2 § 3. Hemos dicho más arriba
tos que necesariamente han de ser que por convención, en vista de que
Cap. 11. La interrogación dialéctica. Las proposiciones no sim~i lo uno o lo otro, lo propio sucede; las palabras no existen en la natu-
ples. Sus esoecies. Ji.: con la palabra; porque el error ·y la raleza y que sólo valen en cuanto
Cap. 12. Las proposiciones modales. De lo posible, lo imposihlll:1) verdad sólo consisten en la combi- se convierten en signos.: y tan cier-
lo contingente y lo necesario. Conceptos y especies. ;< nación y división de las palabras.
~ 6. Los nombres mismos y los ver-
to es esto, que los sonidos inarticu-
lados ·significan también algo; por
Secuencia de las proposiciones modales. Su relación con,;;
Cap. 13. b~s se parecen, por tanto, al pensa- ejemplo, los de las bestias, y sin
la potencia y el acto. ~•. miento sin combinación ni división, embargo no son palabras.
Cap. 14. Las proposiciones contrarias. Consideraciones comple;,;, ~or ejemplo: hombre, blanco, cuan- § 4. No-hombre no es un nom-
mentarías. }'
.~;e:;
o no se añade nada a estas pala- bre; porque no hay nombre que se
b:as. Aquí efectivamente nada es le pueda aplicar; tampoco es una
aun verdadero ni falso. He aquí una enunciación ni una negación; es lo
Prueba de ello: un hipocentauro, que llamaremos un nombre indeter-
1
Arist_óteles considera en este pri· 2 Callippos, hermoso caballo; epac-
grner.
cap¡tulo las relaciones entre len·
uaJe, psique y pensamiento.
trokeles, epactis y /celes son especies
de embarcaciones.
49
¡
1
50 ARISTÓTELES PERI HERMENEIAS
1 51
l-
1 minado. porque conviene igualmen- sente, mientras que los otros indican otra. ~ 2. La negación es la enun-
te a todo, al ser y al no-ser. tiempos accesorios. ~ 6. Los verbos CAPITULO 5
ciación que separa una cosa de otra
~ 5. Philonos, Philoni, y otras tomados aisladamente y en sí mis- § l. La afirmación es la prime- cosa. § 3. Cómo es posible enunciar
palabras de este género no son pre- mos son nombres y significan un ra de las frases enunciativas, que lo que es como no siendo, lo que
cisamente nombres; son casos del objeto especial; al pronunciarlos se . es una; a seguida viene la nega- no es como siendo, lo que es como
nombre. La definición de estas pa- fija el pensamiento del aue oye, el ción. Las demás no forman un todo siendo, y lo que no es como no sien-
lahras es t>ara todo lo demás la cual en el acto fija en ellos su eS· sino mediante el vínculo que las do, y cómo puede aplicarse esto
misma que hi del nombre: consis~ píritu. Pero .nada hay todavía que une. § 2. Toda frase enunciativa en- también a otros tiempos además del
ti-en<;lo la -diferencia en que, unidas exprese que la cosa es o no. es. Ser ~ cierra necesariamente un verbo o un presente, se sigue que se puede afir-
a los verbos es. ha. sido; 'O será, es- o no ser .no es el signo. de la cosa ·" caso del verbo. Por ejemplo, esta mar todo lo que al principio se ha
tas palabras no expresan todavía- misma, como no lo es si se t:X,presa frase: el hombre, no es enunciativa negado y negar todo lo que al prin-
nada fa.lso, nada · verdadero, mien- _ el ser en sí y por completo aislado. ·· ' :
r
;l
tras que el m:ímbre:expresa siempre El verbo ser por sí solo no. es náda;' · ··•
alguna cosa~ -porejemolo, si se dice: sólo indica, además .de su sentido·
es o no es de- Philon; porque ni .lo · propio, cierta combinación, que de
uno ni lo otro es aún verdadero pi ninguna manera puede comprender-
falso. se independientemente de las cosas
si no se añade que el hombre es,
que ha sido, o que será, o cualquie-
ra otra circunstancia análoga. § 3.
Mas ¿cómo es que esta enunciación:
animal terrestre bípedo, constituye
cipio se ha afirmado. Luego es evi-
. dente que para toda afirmación hay
una negación opuesta, y para toda
negación una afirmación opuesta. §
4. Llamamos contradicción a la afir-
una sola enunciación, y no muchas? mación y a la negación que son
que la forman. Ciertamente no es tan sólo porque opuestas. 7 § 5. Digo, pues, que no
CAPITULO 3 las palabras se pronuncian las unas hay oposición sino respecto de la
1' !i¡ l. Elverbo es la palabra que, CAPITULO 4 a seguida de las otras. Pero esto per- proposición de lo mismo a lo mis-
ji tenece más bien a otro tratado." § 4. mo, pero no como efecto de una
además de su significación propia, La frase enunciativa es una, o por- simple homonimia, ni a causa de
¡\ abraza la idea de tiempo, y ninguna § l. Una frase es un enunciado
que tiene un sentido de convención, que enuncia una sola cosa, o por- ningún otro equívoco del mismo gé-·
de cuyas partes aislada tiene senti-
í' y cada una de cuyas partes separa- que está unida mediante el enlace nero, que señalaremos en las Argu-
11!
~
do por sí misma, siendo siempre el
signo de las cosas atribuidas a otras
cosas. § 2. Digo que abraza la idea
da significa por sí algo, § 2, como
simple enunciación, pero no como
negación o afirmación. Por ejemplo,
de las palabras. La frase es comple-
.ia cuando enuncia muchas cosas y
no una sola, o bien cuando las fra-
cias de los sofistas.
&
PERI HERMENEIAS
59
58 ARISTÓTELES
de andar, puede igualmente no ser
mente a la cosa Jos atributos aisla- ·cortado, no andar. Y la razón de
§ 4. Pero ciertas cosas atribui- decirse con verdad que lo blanco es dos. Sin embargo, el no-ser, por lo esto es, que todo lo que es posible
das separadamente, pueden serlo músico, no sería por eso más verda- mismo que es racional, no puede no lo es siempre en acto, de suerte
también en conjunto, de manera dero reunir blanco y músico en un con verdad expresarse como exis- que llevá también en sí la negación.
que la totalidad de los atributos, que solo todo; porque blanco no es mú- tien'do; porque el pensamiento que En efecto, lo que es capaz de an-
estaban separados, forme un atribu- sico sino por accidente; de suerte de él formamos no es que existe, dar, puede muy bien no andar, y
to único al reunirse, mientras qu~ que blanco músico no forma un sino, por lo contrario, que no existe. lo que es visible, no ser visto. Sin
otros, por lo contrario, no pueden todo. Por esto mismo no puede de-
reunirse. ¿En qué consiste esta· di- cirse buen curtidor de ~ma manera embargo, es imposible que las afir-
ferencia? Se puede, hablando de un absoluta, pero puede decirse de una maciones y las negaciones contra-
CAPITULO 12 14 dictorias sean verdaderas con rela-
hombre, decir con verdad separada- manera absoluta animal bípedo; por-
mente que es un animal, que es que no se trata aquí de un acciden- ción a un solo y mismo objeto: lue-
§ 1. · Sentado esto, es preciso ver go la negación de poder ser,, no es
bípedo; o bien pueden reunirse es- te atribuido al hombre.
las ·relaciones entre las afirmacio- poder no ser. § 4. Porque de aguí
tas dos cosas en una sola. También § 7. En segundo lugar, tampoco nes y las negaciones, cuando expre- resulta, o que se afirma y se niega
se puede decir separadamente que pueden unirse los atributos que es-
san ·to posible y lo no posible, lo una misma cosa de un mismo obje-
es hombre, que es blanco; o reunir tán esencialmente en un sujeto; y
igualmente estas dos atribuciones. así, blanco no puede ser repetido, contiÓgente y lo no contingente, y, to a un mismo tiempo, o bien que
Pero de que sea uno curtidor y bue- por último lo imposible y lo nece- las enunciaciones añadidas, ser o
como se hizo antes, y el hombre no
no, no se sigue que sea buen curti- es tampoco el hombre animal, el sario. Esta materia ofrece más de no ser, no forman ni afirmación ni
dor. § 5. En efecto, si porque una y hombre bípedo; porque la cualidad una dificultad. negación. Pero si esto no puede ser,
otra enunciación, tomadas aparte, de animal, la cualidad de bípedo, § 2. En las pronosiciones cone- es preciso tomar otro partido, y de-
sean verdaderas, fuera preciso que están encerradas esencialmente en xas, las contradicciones opuestas cir: luego la. negación de poder ser
reunidas lo fuesen igualmente, se se- el hombre. son las que se forman mediante el es: no poder ser, y de ningún modo
guirían mil absurdos. Así, con re- § 8. Pero se puede con verdad. verbo ser o no ser. Por ejemplo, de poder no ser. El mismo razona-
lación al hombre, hombre e~ ver- y de una manera absoluta, separar esta proposición: el hombre es, la miento se aplica a ser contingente
dadero, blanco es verdadero tam- los atributos respecto de un sujeto negación es: el hombre no es, y no: y a su negación no ser contingen-
bién, el todo reunido lo sería igual- particular. Por ejemplo, de cierto el no-hombre es. Y la negación de te: y de igual modo a las demás
mente; y además, si blanco es ver- hombre puede decirse que es hom- ésta: el hombre es blanco, es: el formas, Necesario e Imposible. § 5.
dadero, el todo reunido lo es igual- bre, y de un hombre blanco que es hombre no es blanco, y no: el hom- Así como en las primeras frases, las
mente, y se tendría el hombre es el hombre blanco; esto, sin embargo, bre es no blanco. En efecto, puesto modificaciones recaen sobre ser y
hombre blanco, blanco; y así suce- no siempre es posible. que o la afirmación o la. negación no ser, y blanco y hombre perma·
sivamente hasta el infinito. También § 9. Si en el atributo que se respecto de toda cosa debe ser ver- necen siendo los sujetos, en igual
es otro ejemplo la reunión de estas añade hay alguna idea opuesta al dadera, se seguiría que se podría de- forma en aquella ser y no ser se
tres palabras: músico, blanco, an- sujeto y que envuelve contradicción, cir, por ejemplo: la madera es el hacen sujetos, poder y ser contin-
dar; se las podría también combi- la división no es verdadera, se hace hombre no blanco. Esto se aplica gente se hacen modificaciones, que
nar unas con otras hasta el infinito. falsa. Por ejemplo, de un hombre igualmente a los casos en que no determinan respecto de. las frases:
Más aún: si Sócrates es Sócrates y muerto es falso decir que es hom- es el verbo ser el que se añade. La ser posible, no ser posible, la ver·
es hombre, se seguiría que Sócrates bre. Si el atributo no lleva consigo palabra puesta en su lugar hará el dad o el error, como ser y no ser
es Sócrates hombre, y si es hombre contradicción, la división es verda- mismo oficio: por ejemplo, a esta la determinaban para Jos otros. § 6.
y bípedo, sería hombre bípedo. dera. § 10. Se puede preguntar: proposición: el hombre anda, la ne- En efecto, la negación de esta pro-
No podría, por tanto, decirse de cuando hay contradicción, ¿la divi- gación no será: el !lo-hombre anda, posición: posible de no ser, no es:
una manera general que estas com- sión es siempre falsa? Y cuando no sino: el hombre no anda. No hay, no posible de ser, sino: no posible
binaciones son posibles, sin incurrir hay contradicción, ¿no es siempre en efecto, ninguna diferencia entre de no ser. Y de esta otra: posible
en todos estos absurdos. verdadera? Homero es tal cosa, poe- decir que el hombre anda o que el de ser, la negación no es: posible de
§ 6. Veamos ahora qué principio ta, por ejemplo; ¿es o no es Ho- hombre es andante. Luego si esta no ser, sino: no posible de ser. Así
conviene asentar aquí. Los atributos mero? El es no se atribuye a Home- regla se aplica a todos los casos, la las proposiciones: fosible de ser.
y las cosas a que se aplican no pue- ro sino por accidente. porque sólo negación· de poder ser será poder posible de no ser, a parecer se co-
den estar nunca reunidos cuando se se le atribuye como poeta, pero no ser, y no no poder ser. § 3. Pero rresponden mutuamente. La misma
atribuyen como accidentes, ya se re- no se le atribuye a él mismo. § 11. parece que una misrna cosa puede cosa. en efecto, puede ser y no ser;
fieran a un mismo sujeto, ya se atri- Por consiguiente, en todus ·los atri- ser y no ser; porque todo Jo que porque éstas no son contradicciones
buyan de este modo el uno al otro. butos en que no hay contradicción. puede ser cort~cb. todo lo que pue- como posible de ser y posible de
Por ejemplo, en esta proposición: aun cuando las definiciones sustitu- no ser. Pero posible de ser y no po-
11 Los capltulos 12 y 13 se ocupan sible de ser, no pueden ser nunca
el hombre es blanco y músico, blan- yan a Jos nombres, y en que los atri-
de las prupmiciones modales. El 12 de dos proposiciones verdaderas a b
co y músico no pueden reunirse, por- butos son del sujeto por sí mismos su concepto, especies y oposición. El
que son dos accidentes de un solo y y no por accidente, se puede siem- vez respecto de un solo y mi~mo
l 3 dd enlace de unas con otras.
mismo sujeto. Aun cuando pudiera pre. sin engañarse, aplicar absoluta-
60
PERI HERMENEIAS 61
ARISTÓTELES
cho. § 5. Pero ¿es posible disponer enunciaciones que son ambas igual-
objeto, porque son contradictorias. sario, no necesario; verdadero, no de esta manera las contradiccio- mente falsas aplicadas a lo necesa-
En igual forma, posible de no ser y verdadero. nes de lo necesario? De esta suerte, rio. Mas por otra parte, parece que
,. no posible de no ser, nunca son dos
necesario es igualmente imposible: la misma cosa puede ser cortada y
1 proposiciones verdaderas a la vez
si no sería la negación la que sería no cortada; puede ser y no ser; y
respecto de un solo y mismo objeto. CAPITULO 13 de aquí habría de deducirse que:
§ 7. De un modo semejante, la preciso tomar en seguida, puesto que
negación de: necesario de ser, no es preciso de toda necesidad adop- necesario de ser, podría igualmente
§ l. Estas enunciaciones, por lo tar la una o la otra; de modo que, de una manera contingente no ser,
es: necesario de no ser, sino: no demás, se siguen las unas a las otras
necesario de ser. § 8. El mismo ra- si la cosa no es posible, entonces lo cual es falso. § 1O. Pero es evi-
ordenándose de esta manera: des- dente que todo lo que puede hacer
zonamiento puede aplicarse a im- pués de: es posible, viene contin- es imposible, y por consiguiente lo
posible de ser; su negación no es: necesario sería imposible, lo cual alguna cosa, ser o andar, no puede
gente, siendo el uno recíproco res- sólo por esto hacer las cosas con-
imposible de no ser, sino: no im- pecto del otro: a no imposible co- es absurdo. Pero a: es posible que
posible de ser. Y de la siguiente: sea, sigue: es imposible que sea, y trarias. Hay ciertos casos en que
rresponde no necesario: a posible
imposible de no ser, la negación es: de no ser, y contingente de no ser, a esta última enunciación corres- cesa esto de ser exacto; por lo pron-
no imposible de no ser. corresponden: no necesario de no ponde la siguiente: no es necesario to, respecto de las cosas cuya fuer-
§ 9. En general, repito, es pre- ser y no imposible de no ser: a ·no que sea; de suerte que resulta de za no es racional: por ejemplo, el
ciso conoiderar ser y no ser como aquí otro absurdo; que lo que es fu~go, que es caliente, y que tiene
posible y a no contingente corres-
sujetos, y coordinar con ser y no ponden: necesario de no ser e im- necesario no es necesario. § 6. Pero: una fuerza destituida de toda razón.
ser las palabras que constituyen la posible de ser: a no posible de no es necesario, no sucede tampoco a: Las fuerzas dotadas de razón pue-
negación o la afirmación: siendo ser, y no contingente de no ser, es posible; ni tampoco a: es nece- den, permaneciendo idénticas, eje-
preciso estimar como afirmaciones corresponden: necesario de ser e sario que no sea; porque la afirma- cutar más de un acto y ejecutar los
opuestas las siguientes: posible, no imposible de no ser. En el cuadro ción y la negación pueden convenir actos contrarios. Pero las fuerzas
posible; contingente, no contingen- siguiente puede verse lo que quere- ambas a lo posible. Pero cualquiera irracionales no están todas en este
te; imposible, no imposible; nece- mos decir: de las dos enunciaciones que sea la caso; porgue, lo repito, no es posi-
verdadera, sólo por esto las otras ble al fuego calentar o no calentar
Es posible que sea ........ . No es posible que no sea. no lo serán; porgue: es posible que indiferenteme:1te. Esta alternativa es
Es contingente que sea ..... . No es contingente que no sea. sea y es posible que no sea, son ver- igualmente imposible a todas las co-
No es imposible que sea .... . Es imposible que no sea. daderas a la vez. Pero, es necesario sas que están siempre e11. acto. Sin
No es necesario que sea .... . Es necesario que sea. que sea y es necesario que no sea, embargo, ciertas cosas dotadas de
Es posible que no sea ...... . No es posible que sea. no pueden ser nunca las dos posi- fuerza irracional pueden recibir
Es contingente que no sea .. . No es contingente que sea. bles. Queda, por tanto, finalmente igualmente los opu.ostos. Pero lo
No es imposible que no sea .. Es imposible que sea. que a: no es necesario que no sea, que aquí se quiere hacer constar es
No es necesario que no sea .. Es necesario que no sea. siga: es posible que sea. § 7. No tan sólo que no toda ¡:;vtencia es
es necesario que no sea, es cierto susceptible de los contrarios, ni aún
§ 2. Así, imposible y no impo- no necesario de ser. Esto consiste Igualmente que: es necesario que aquellas que son de la misma espe-
sible siguen contradictoriamente, y en que una y otra enunciación pue- sea. § 8. En efecto, esta misma pro- cie. § 11. Algunas potencias son ho-
a la inversa, a contingente y posi- den ser verdaderas respecto de un posición se hace la contradictoria mónimas. En efecto, posible no tic·
ble, no contingente y no posible; solo y mismo objeto, puesto que Jo de la que sigue: no es posible que ne un sentido absoluto. Ya se dice
porgue, después de posible de ser, que es nec_esario de no ser, no es sea; porque a esta enunciación su- de un objeto real, porque este obje-
necesario áe ser. § 4. Lo necesario
viene la negación de lo imposible:
no es imposible que sea. Por otra no sigue en el mismo orden que Jos
ceden: es imposible que sea, y es
necesario que no sea, cuya negación
to está en acto: por ejemplo, se dice
que un ser es capaz de andar,
J' ¡
demás, porque lo imposible es CS: no es necesario que no sea. Por porque anda; y en gen~ral, se dice
·r''1
parte, a la negación sucede la afir-
mación; porgue, a: no ser posible, enunciado contrariamente a lo ne- ~nlo, las contradicciones se siguen de una cosa que es posible, porque ;
'!
ir
sucede: ser imposible; y como se cesario para que tenga el mismo va· e la :r:anera indicada, y no hay en ya esta cosa que se dice posible es : ,¡
ve, ser imposible es una afirmación, lor. En efecto, si algo es imposible, tilo dificultad algu'na si se observa de hecho; ya se dice que una cosa rf
'i.
j
mientras que no ser imposible es por esto mismo es necesario, no de el orden trazado. ' es posible, porgue podría ser: por
ser, sino más bien de no ser. Lo bl§ 9. Puede preguntarse si posi- ejemplo, se dice que un ser es capaz
una negación. que es imposible de no ser, es ne· ·1
e de se_r sigue a necesario de ser; de andar, porque en efecto podría
¡1
§ 3. En cuanto a lo necesario,
tPO~quc
cesario de ser. Luego si las prime· SI no le sigue la contradic- andar. De estas dos potencias, la úl-
examinemos el orden que lleva. Por ras enunciaciones se siguen de una Ona·· no pos1ble ·e '
de ser, es la que tima se aplica sólo a los objetos mu-
lo pronto se ve que aquí no sucede
lo que más arriba, sino que son las
manera igual a lo posible y lo no entonces
t d . y s1. se pre-
d-l: b e seguir. dables; la otra se aplica también a ¡
posible, estas últimas siguen u~ or- r;~n, e ll.uc no es ésta la verdadera los objetos inmutables. Puede de-
!
enunciaciones contrarias las que se den contrario, porque necesar!o e n,r¡¡dic!or¡'a • es preciso . a d mitir
.. 1.
siguen, sin tener en cuenta las con- - cirse con igual verdad que una cosa il
imposible no significan una m1sma la 10 n~cs
"' ·
." . necesanamente que lo es es capaz de andar o capJZ de ser.
tradicciones. En efecto, la negación cosa, salvo que se tomen ambas e~ lo!gu¡ente: posible de no ser, sea que ande o exista de hcch o. sea 1
de lo necc,ario de no ser. no es: orden inverso, como ya hemos di·
62 ARISTÓTELES PERI HERMENEIAS 6:>
que pueda solamente andar. Este úl- § 2. Si las palabras correspon- tos al afirmar la existencia de lo tos otros: una cosa buena no es bue-
timo género de lo posible no es ab- den al pensamiento, y si la propo- que no es, y al negar la existencia na; una cosa que no es buena es
solutamente verdadero con respecto sición contraria es en el pensamien- de lo que es. § 7. Pero las contra- buena. Por tanto, ¿cuál será el- con-
a lo necesario; pero es verdadero el to el pensamiento de lo contrario, rias son las únicas que encierran trario de este pensamiento verdade-
otro posible. siendo así la proposición: todo error, y ellas son precisamente de ro que cree que una cosa que no es
~ 12. Lo mismo que lo particu- hombre es justo, la contraria de: las que proceden las generaciones buena, no es buena? No es cierta-
lar es seguido por lo universal, de todo hombre es injusto, lo mismo de las cosas. Ahora bien; las gene- mente el que pretende que la cosa
igual modo la necesidad de existen- debe de suceder en las afirmaciones raciones, y por consiguiente los es mala; porque este pensamiento
cia es seguida por la posibilidad de expresadas por la palabra. Pero si errores, vienen de los opuestos. § 8. ouede ser verdadero al mismo tiem-
existencia; pero esto, sin embargo, el pensamiento contrario no es aquí Luego si lo bueno es a la vez bueno po que el otro, y nunca un pensa-
no es exacto respecto de todos los y no malo, y es bueno por sí mismo miento verdadero es contrario a otro
el de lo contrario, la afirmación no
posibles. será tampoco contraria a la afirma- y no malo por accidente, porque el pensamiento verdadero. En efecto,
§ 13. Puede suceder también, Í10 ser malo es en él un accidente, lo que no es bueno es malo; y así
ción; sino que lo será la negación
que necesario y no necesario de la proposición, que se aplica a: la los dos pensamientos pueden ser
de que se ha hablado. § 3. Por tan-
no ser sean el principio de todas cosa en sí, es en todos los casos más verdaderos a la vez. Tampoco lo es
to, es preciso examinar qué pensa-
J
r~ . estas afirmaciones y de todas estas miento falso es contrario al pen- verdadera, y más falsa también, lo el pensamiento que asienta que la
{
l
.'
negaciones, y que el resto de las se-
ries deba ser considerada tan sólo
como una consecuencia de estos dos
samiento verdadero, y saber si es el
de la negación, o bien el que asien-
mismo que es verdadera. La propo-
sición: lo que es bueno no es bue-
no. es falsa con relación a lo que es
cosa no es mala; porque éste es
igualmente verdadero, puesto que
ambos pensamientos podrían exis-
'1 ta afirmativamente lo contrario. § 4. en sí. v la otra: la cosa es mala. tir a la vez. Por tanto, al pensamien-
términos.
1
~ 14. Conforme a lo que prece- Me explicaré. El pensamiento ver- es relativa al accidente. Así, el pen~ to: que lo que no es bueno, no es
de, es evidente que lo que es de dadero de una cosa buena, es que samiento negativo de lo bueno es bueno, sólo queda que oponer como
toda necesidad lo es igualmente esta cosa es buena; y este otro pen- más falso que el pensamiento de lo contrario éste: lo que no es bueno-
1 de hecho. Por consiguiente, si las samiento, que la cosa no es buena, contrario, y se comete un error, el es bueno; porque esta proposición
cosas eternas son las primeras, el es falso. Que esta cosa sea mala, es mavor posible, cuando se tiene res- es falsa; de suerte que este pensa-
también otro pensamiento. ¿Cuál de
l.¡: acto precede igualmente a la poten-
cia. Ciertas cosas son actos que nun- los dos pensamientos es el contrario
pecto a un objeto cualquiera el pen-
samiento contrario, puesto que los
miento: lo que es bueno no es bue-
no, será el contrario del siguiente:
ca existen en potencia, tales como al pensamiento verdadero? Y si no lo que es bueno es bueno.
l
; las primeras sustancias. 15 Otras van hay más que un contrario, ¿en cuál
contrarios son lo~ que en un mismo
género difiere11 más. Por tanto, uno § 11. Es evidente, que importa
• acompañadas de potencia; y éstas
pueden ser anteriores por naturale-
de estos dos se halla este contrario?
§ 5. Se incurriría en una gran equi-
de los dos pensamientos es contra-
rio, y si el de la negación es el más
muy poco que la afirmación sea
universal; porque entonces la nega-
za y posteriores por el tiempo. vocación si se creyera que los pen- contrario, es evidente que éste es el ción universal será la contraria. Por
t·l! Otras, por último, nunca son actos,
son tan sólo potencias. 16
samientos contrarios están determi- verdadero contrario. Pero este pen- ejemplo, de este pensamiento: todo
~
nados por el solo hecho de aplicarse samiento: lo bueno es malo, es com- lo que es bueno es bueno, será el
,l!!
a los contrarios. Así. decir, hablan-
do de una cosa buena, que es bue-
plejo; porque es preciso suponer ne-
cesariamente en el mismo pensa-
contrario; nada de lo que es bueno
:1 es bueno. Porque este pensamiento:
•!
CAPITULO 14 na, y de una mala que es mala, es, miento que la cosa no es buena . lo bueno es bueno, si lo bueno se
puede decirse, la misma proposición; § 9. Si esto debe aplicarse igual- toma universalmente, es idéntico a
§ l. ¿La afirmación es contraria y será verdadera, ya sea múltiple, ya mente a las demás cosas, hemos he- éste: lo que es bueno es bueno. Pero
a la negación, o la afirmación lo es sea única. Estas expresiones son sin cho bien en anticipar lo que antes este pensamiento no difiere en nada
a la afirmación? Por ejemplo, esta duda contrarias; pero las proposi- dijimos. Esta propiedad de la con- del siguiente: todo lo que es bueno
proposición: todo hombre es justo, ciones son contrarias, no porque se tradicción es real en todos los ca- es bueno. Y lo mismo ,sucede res-
es contraria a .esta otra: ningún apliquen a las contrarias, sino por- sos, o no lo es en ninguno. pecto de lo que no es bueno.
hombre es justo; o bien esta propo- que son expresadas contrariamente. Pero en las cosas que no tienen § 12. Si esto sucede en ·el pensa-
sición. Todo hombre es justo, es con- § 6. Si el pensamiento de ~!na cosa contrario, el pensamiento falso es el miento, y las afirmaciones y las ne-
traria a esta: ¿todo hombre es in- buena es que es buena; y SI es otro opuesto al pensamiento verdadero: gaciones expresadas en la palabra
justo? Otro ejemplo: Callias es jus- pensamiento el de que esta cosa no Por' ejemplo, se engaña uno si cree son el símbolo de lo que está en el
to, Callias no es justo, Callias es in- es buena; y si además hay alguna que el hombre no es hombre. Por espíritu, es evidente que la contraria
justo; ¿dónde está aquí la contraria? otra cosa que no es ni puede ser de consiguiente. si estas negaciones son de la afirmación es la negación res-
aquélla, ninguno de los otros pe~ contrarias, los demás pensamientos pecto del mismo objeto tomado uni-
,-. Se refiere a las sustancias eter- samicntos debe ciertamente ser m1- · de la negación no lo son menos. versalmente. Por ejemplo, de esta
nas.
1'' Se refiere ahora a las sustancias
rado como contrario, ni Jos que afir- ~ 10. Además, son pensamientos proposición: todo lo que es bueno
engendradas y corruptibles y. en últi- man que lo que no es, es; ni los que tguales por la forma éstos: una cosa es bueno, o todo hombre es bueno.
mo lugar, a las que carecen de toda afirman lo que es, no es; porqu~ buena ~s buena: una cosa que no ser<Í !a contraria esta: nada es bue-
realidad. unos y otros son igualmente infim- es buena no es buena: así como es- no, o ningún hombre es bueno. Mas
M ARISTÓTELES
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PREAMBULO
l :¡
jil
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en ser parte de un silogismo, y que, la propia doctrina de la demos-
lración científica (materia de estudio de los Analíticos Segundos) se
desenvuelve a los ojos del silogismo.
Los tratados lógicos, todos ellos, tal como se han establecido, tie-
n~n el aspecto de ser repertorios más o menos ordenados de diserta-
ttoncs, lecciones y comentarios (a veces, de notas). Esto se confirma
en los Analíticos Primeros, que, muy probablemente, fueron aumen-
!ados Y retocados una y otra vez; lo que se explica también por la
~tnportancia concedida a dicha obra. Su contenido y forma definitivos
accn de ella uno de los postreros tratados aristotélicos, dentro de la
letcera etapa.
d D_e _suyo se comprende el nombre de Analítica. Aristóteles trata de
.ijSCnb1r Y explicar las leyes del pensamiento acudiendo a la ciencia,
~.: 0 es, al conjunto de conocimientos; para lo cual precisa descompo-
n:r. analizar las conclusiones de las inferencias; lo que se logra po-
:~~nd~ ~n relación Jo concluido con lo propuesto en las premisas del
! tu ZOna miento. Puede decirse, así, que los Analítícos Primeros consti-
\leYenla, 1·.a doc t r~na
· que a¡ecc10na
· acerca d ~ 1a, f ~rmac10n
· ' o const1tuc1ón
· ·
- (:OnclusiOncs. en una palabra, la sdogJstlca.
65
66 ARISTÓTELES
PRIMEROS ANALÍTICOS 67
Considérese el siguiente silogismo:
¡na. la abducción, por ejemplo) a la forma silogística para suminis-
Todas las ciencias son demostrativas. trarles fuerza probatoria.
La matemática es ciencia. Respecto de la ordenación y contenido de los temas, es evidente
La matemática es demostrativa. que toda la segunda parte del libro Il, estaría mejor situada en el tra-
tado de las Refutaciones Sojísticas, en donJe se esboza un sistema de
]os sofismas y parasilogismos.
Ai analizar la conclusión, se advierte que el término "demostrati-
va" que se precÚca del término "matemática", también se afirma del
término "ciencia", de la cual la matemática es una de sus partes. Este
análisis, así, demuestra la validez de la conclusión. LIBRO I
El propio análisis revela que todo silogismo consta. de tres pro.
!;osiciones (dos premisas y la conclusión) y de tres términos (mayor, Sección primera: estructura del silogismo. Las f(guras
-.;cdio 3' menor) . Término medio es ei que sólo aparece en las premi-
o:::s, y como éste puede ser: Cap. l. Materia de estudio de los Analíticos. Definiciones de
proposición, término y silogismo. La subsumción.
a) Sujeto en la premisa mayor y predicado en la menor; Cap. 2. C6nversión de las proposiciones en general.
b) Predicado en las dos premisas; Cap. 3. Conversión de las proposiciones modales.
e) Sujeto en las dos premisas; Cap. 4. La primera figura del silogismo.
los E;ilogismos pueden tener una de estas tres figuras o esquemas: Cap. S. La segunda figura del silogismo.
Cap. 6. La tercera figura del silogismo.
H III Cap. 7. Conversión de los modos de la segunda y tercera figu-
ras a los de la primera.
BA NM SP Cap. 8. Silogismos de proposiciones modales. Ambas premisas
CB OM SR necesarias. Primera figura.
CA ON RP Cap. 9. Silogismos de proposiciones modales. Una premisa ne-
cesaria y otra absoluta (asertórica). Primera figura.
Aristóteles sólo desarrolla aquí estas tres figuras. La cuarta (en Cap. 10. Silogismos de proposiCiones modales. Una premisa ne-
donde el término medio ocupa el lugar de predicado en la mayor 'y cesaria y otra absoluta (asertórica). Segunda figura.
de sujeto en la menor), llamada galénica, fue estudiada más tard~. Cap. 11. Silogismos de proposiciones modales. Una premisa ne-
A su vez, cada figura consta de modos o sean las especies del silo- cesaria y otra absoluta (asertórica). Tercera figura.
gismo atendiendo a su cualidad (afirmativa o negativa) y a su cand· Cap. 12. Corolarios de los silogismos modales precedentes.
dad (universal o particular). Cap. 13. De la contingencia en general y de los silogismos de
Los Analíticos Primeros se desarrollan en dos libros, cada uno de premisas contingentes.
los cuales puede dividirse en tres capítulos atendiendo a su contenido. Cap. 14. Silogismos con ambas premisas contingentes.
El libro I, una vez señalado el asunto general, trata de la manera de Cap. 15. Silogismos con una premisa contingente y otra abso-
construir el silogismo. La primera sección instruye sobre la estructura luta (asertórica). Primera figura.
del silogismo y sus tres esquemas o figuras. La segunda sección discll· Cap. 16. Silogismos con una~ premisa necesaria y otra contingen-
rre sintética pero comprensivamente en torno del término medio y los te. Primera figura;
problemas que éste suscita; y la tercera toca ya los modos de las fi· Cap. 17. Silogismos con dos premisas contingentes. Segunda
guras, su variedad, habida cuenta de las clases de proporciones de qtit figura.
se componen y las conversiones de unos silogismos en otros. Cap. 18. Silogismos con una premisa absoluta (asertórica) y
El libro 11 contempla al silogismo ya construido. La primera sec- otra contingente. Segunda figura.
ción exhibe la fuerza probatoria y el alcance lógico del silogismo. ~~~ Cap. 19. Silogismos con una premisa necesaria y otra contin-
la segunda se caracterizan las deficiencias y vicios en que se pueat
gente. Segunda figura.
incurrir en esta clase de inferencias; y en la tercera se hace ver có~ Cap. 20. Silogismos con dos premisas contingentes. Tercera fi-
nay que reducir otras formas de razonamientos y prueba (el paradlf gura .
• ,,,'íí!i
PRIMEROS ANALÍTICOS 69
68 ARISTÓTELES
~
w
n
~
Cap. 21. Silogismos con una premisa absoluta (asertórica) y
Cap. 44. No hay propiamente reducción en las deducciones hi-
potéticas ni en las epagógicas.
~~~ otra contingente. Tercera figura. Cómo y cuándo es posible convertir una figura en otra.
. i¡ Cap. 22. Silogismos con una premisa necesaria y otra contingen. Cap. 45.
Cap. 46. La verdadera forma de los juicios contradictorios.
1,;_¡
~ te. Tercera figura.
~
Cap. 23. Reducción de todos los silogismos a los silogismos de
ij las tres figuras y, en definitiva, a los de la primera
! LIBRO II
figura.
;!
'1 Cap. 24. -Todo silogismo válido requiere una premisa afirmativa Sección primera: fuerza probatoria y alcance del silogismo
,,lj -y otra general.
~ Cap. 25. Todo silogismo válido consta de tres términos y dos Cap. l.Diversas conclusiones partiendo de ciertas premisas.
;¡
premisas. Cap. 2.Conclusiones verdaderas de premisas falsas. Primera
j~ Cap. 26. Recursos para demostrar y refutar conclusiones. figura.
¡,
¡, Cap. 3. Conclusiones verdaderas de premisas falsas. Segunda
¡: figura.
Sección segunda: el término medio en particular Cap. 4. Conclusiones verdaderas de premisas falsas. Tercera fi-
gura. Observaciones relativas a las tres figuras.
Cap. 27. Localización del término medio en gentral. Cap. 5. El alcance de los silogismos se revela también en la
Cap. 28. Localización del término medio atendiendo a la canti- demostración circular o recíproca. Primera figura.
dad y cualidad de las conclusiones. Cap. 6. La demostración circular. Segunda figura.
Cap. 29. Localización del término medio en los silogismos hipo- Cap. 7. La demostración circular. Tercera figura.
téticos y modales. Cap. 8. El alcance de las deducciones en las conversiones. Con-
Cap. 30. Significación del silogismo en las ciencias. Cómo en· versión de los silogismos. Primera figura.
contrar los principios supremos de las ciencias. Cap. 9. Conversión de los silogismos. Segunda figura.
Cap. 31. La dicotomía no es sucedáneo del silogismo. Cap. 10. Conversión de los silogismos. Tercera figura. Observa-
ciones relativas a las tres figuras.
:-:
Cap. 11. Reducción al absurdo. Primera figura.
Sección tercera: los modos en particular Cap. 12. Reducción al absurdo. Segunda figura.
Cap. 13. Reducción al absurdo. Tercera figura. Observaciones
Cap. 32. Manera de reducir los argumentos a forma silogística relativas a las tres figuras.
en las diversas figuras. Vicios en las premisas y térmi· Cap. 14. Cotejo entre la demostración directa y la demostración
nos de éstas. por reducción al absurdo.
Cap. 33. Otros vicios en relación con lo universal y lo indeter· Cap. 15. Conclusiones a partir de premisas contrarias y contra-
minado. dictorias.
Cap. 34. Otros vicios en relación con Ío abstracto y concreto de
los términos.
Cap. 35. Otros vicios en relación con la expresión de los tér· Sección segunda: vicios del silogismo
minos.
Cap. 36. Casos gramaticales de los términos. Cap. 16. De la petición de principio.
Cap. 37. Diversos modos de atribución de un término. Cap. 17. De la falsa causa.
Cap. 38. Los términos duplicados. Cap. 18. Del falso razonamiento.
Cap. 39. Cambios de palabras relativos a los términos. Cap. 19. Del argumento.
Cap. 40. Difere-ncia entre propiedad y esencia de los términos. Cap. 20. De la refutación.
Cap. 41. Lo universal. Utilidad de las fórmulas en el análisis. Cap. 21. El error y sus variedades.
Cap. 42. El análisis en los silogismos compuestos.
Cap. 43. El análisis de las definiciones.
70 ARISTÓTELES
71
72 ARISTÓTELES PRIMEROS ANALÍTICOS 73
diferente, sólo por el hecho de ha- es preciso también que algún bien fuese nl!cesariamente a alguna A. A Jo contrario, respecto de las co~a~
ber sido aquéllas sentadas. Cuando sea un placer. ~ 4. Entre las propO- Jo sería también a alguna B. ~ 3. Si que se dicen contingentes, porque
digo sólo por el hecho de haber sido siciones particulares, la afirmativa· A es <~tribuida necesariamente a son más habitual y naturalmente de
sentadas las primeras proposiciones, se con vierte necesariamente en par- toda JJ o a alguna B, B lo será tam- este modo, que es en lo que consis-
quiero decir que a causa de ellas re- ticular; porque si algún placer es un bién necesariamente a alguna A; te la definición que hicimos de lo
sulta probada la otra proposición; y bien. es preciso igualmente que al- porque si no hubiese necesidad de contingente, no sucederá lo mismo
entiendo por esta última expresión, gún bien sea un placer. § 5. Pero no que lo fuese, A no lo sería tampoco en cuanto a las conversiones negati-
que no hay necesidad de un térmi- hay conversión necesaria respectp necesariamente a alguna B. § 4. En vas. Así que la proposición univel·-
no extraño para obtener la conclu- de la proposición privativa; en efec- cuanto a la proposición particular sal privativa no se convierte, y la
sión necesaria. ~ 9. Llamo, por tan- to, de que hombre no sea atribuible privativa, tampoco puede tener aquí ¡)!'Oposición particular se convierte.
to. silogismo completo aquel en que a algún animal, no se sigue que ani- Jugar la conversión por la misma Esto se hará más evidente cuando
no hay necesidad de ningún otro mal no sea atribuible a algún hom- razón que dijimos antes.< tratemos de lo contingente. limité-
dato además de Jos previamente ad- bre. ~ 5. En cuanto a las proposicio- monos aquí a hacer constar, en v'ts-
mitidos, para que la proposición ne- ~ 6. Se<~. pues, la proposición nes contingentes, como el término ta de todo lo que precede, que po-
cesaria aparezca en toda su eviden- universal negativa A 8: " si A no es (Ontingenle se toma en muchos sen- der no ser de ninguna cosa y podi::r
cia: ~ 10. Llamo incompleto aquel atribuida a ninguna B, /3 no lo será tidos. puesto que dijimos que lo ne- no ser de alguna cosa tienen la for-
en que se necesitan uno o más da- a ninguna A; porque si B lo es a cesario, .lo no necesario y lo posible ma de afirmaciones. Esto consiste
tos, que pueden ser precisos además alguna A. por ejemplo a e,
no será son contingentes, la conversión de en que el verbo poder está coloca-
de Jos términos sentados al princi- ya cierto que A no lo sea a ningu- todas las proposiciones afirmativas do en la proposición como el verbo
pio, pero que no han sido. sin em- na B. puesto que ese supone que se hará aquí del mismo modo. Lue- ser, y que el verbo ser, con sólo
bargo, formulados de un modo ter- es de la B. ~ 7. Pero, si A es atri- go si A puede ser atribuida a toda añadirle algunas atribuciones, for-
minante en las proposiciones. buida a tod<~ B. B lo será igualmen- B o a alguna B. B podrá serlo igual- ma siempre y absolutamente una
~ 11. Cuando se dice que una te a alguna A; porque, si no fuese mente a alguna A; porque si no pu- afirmación; por ejemplo, esto es no.
cosa está en la totalidad de otra, o a ningun<~. A no lo sería a ninguna diese serlo a ninguna, A no podría bueno, esto es no blanco; <J en JiC-
que una cosa se atribuye a otra H; y se ha supuesto que lo era a igualmcntL: decirse de ninguna B. neral, esto es no aquello. Por lo U..:-
toda y entera, estas dos proposicio- todas. ~ 8. La misma conversión Esto ya Jo hemos demostrado. ~ 6. más, de esta teoría volveremos a
nes tienen el mismo sentido. Decir cabe respecto de la proposición par- La tcgla cambia tratándose de la tratar v la confirmaremos más ade-
que una cosa se atribuye a otra toda ticular. En efecto, si A es atribuida conrcrsión de las negativas; pero es lante. Pero, en cuanto a las convt:r-
y entera. es decir que no se supone a alguna B. es de necesidad también toda\ÍJ lu misma para las proposi- siones, estas proposiciones cont h-
que haya parte alguna del sujeto de que 13 lo sea a alguna A: porque si óones en que las cosas se llam<~n gentes estarán en el' mismo caso q~•e
que no pueda decirse la otra cosa: no Jo es a ninguna, A no Jo será contingentes, sea porque necesaria- las demás proposiciones.
y lo mismo se entiende cuando no tampoco a ninguna B. ~ 9. Por últi- ¡nentc ellas no son, sea porque ellas
se atribuye a ninguna. mo, si A no es atribuida a alguná no son necesariamente. Por ejemplo.
B. no es necesario tampoco que B si se dice que el hombre puede no CAPITULO 4
no lo ~ea a algllna A; B.. por ejem- ser caballo y que la blancura puede
CAPITULO 2 plo. es animal, y A hombre; hombre no estar en ningún vestido, de estas ~ l. Sentado ya todo lo dichlJ.
no se dice de todo animal, pero ani- dos cosas la una necesariamente no digamos con qué elementos, en qué
::; 1. Como toda proposición ex- m<~l se dice de todo hombre. cs. la otra no es necesariamente. ocasión y bajo qué forma se pro-
presa que la cosa es simplemente, o Aquí por lo tanto la conversión tie- duce todo silogismo. Más tarde ha-
que es necesariamente, o que puede ne lugar de la misma manera. En blaremos de la demostración; pero
ser; y en toda especie de atribución, CAPITULO 3 efecto, si el ser caballo puede no antes es preciso tratar del silogismo,
las proposiciones son o <1firmativas pertenecer a ningún hombre, el ser porque el silogismo es más genenl
o negativas; y como. por otr<1 parte. ~ l. La misma regla se observa· hombre puede no pertenecer igual- que la demostración, que no es otm
las proposiciones afirmativ<~s o ne- rá también respecto de las proposi- mente a ningún caballo; y si la blan- cosa que una especie de silogismo.
g<~tivas son tan pronto univ\!rsales, ciones necesarias, es decir, que la c_ura puede no estar en ningún ves- mientras que no todo silogismo t::s
como particulares, como indetermi- universal privativa se convierte ttdo, el vestido igualmente puede no una demostración.
nadas, ~ 2. es necesario que l<1 pro- estar en ninguna blancur<1. De otra ~ 2. Cuando tres términos están
en universal, y cad<1 una de las dos
posición simple universal priv<~tiv<~ afirmativas se convierte en particu- n_¡anna, si hay necesidad que el ves- entre sí en tal relación, que el úll't-
pueda convertirse en sus propios lar. ~ 2. En efecto, si es necesario ltdo esté en alguna blancura, la mo esté en la totalidad del media,
términos; por ejemplo, si ningún que A no sea atribuid<~ a ninguna blancura también estará necesari<~ y el medio esté o no en la totalidad
placer es un bien, es de necesidad /J. es necesario igualmente que H mente en algún vestido. Esto ya lo del primero, es de necesidad que s~
igualmente que ningún bien sea un no lo sea a ninguna A. porque si demostramos más an·iba. El mismo forme silogismo completo con los
placer. ~ 3. La proposición afirma- razonamiento tiene lugar respecto extremos. ~ 3. Llamo medio al !él-
tiva debe igualmente convertirse. no ·' Como ~e ~dvicrte, Aristóteles ha.:.: de la pmposición negativ<~. ~ 7. Por mino que. estando él mismo ence-
en universal, sino en particular; por uso del empleo simbólico de las letra>. rrado en otro. encierra él igualmén-
ejemplo. si todo pl<~cer es un bien. c¡uL' ha lomado de lm matcnHilicas. ' \'0a>c l'eri hern/Cileias, c<Jp. 9. tc otro tém1 in o. y se hace cntoncc~>
PRIMEROS ANALÍTICOS 75
74 ARISTÓTELES
el primitivo indeterminado, ya se le estén dispuestos como hemos dicho;
medio por su misma posición. Los está colocado en el extremo menor haga particular. § 19. C0mo, por si lo están así, hay silogismo; si lo
extremos son el término que está en tal caso necesariamente el silO: ejemplo, si A está en toda B, y B están de otra manera, no hav silo-
contenido en otro término y el tér- gismo es comrleto. El silogismo es no está en alguna C, o en toda C, gismo posible. · "
mino que contiene igualmente otro imposible si e universal está en la porque el ~érmin? en el cual el me; § 24. Es igualmente evidente
término. § 4. Por ejemplo, si A se menor, o los términos están coloca- dio no esta particularmente, tendra que todos los silogismos de esta fi-
atribuye a toda B, y B se atribuye dos de cualquiera otra manera,§ 10. al primero por consiguiente univer- gura son completos, puesto que to-
a toda C, es necesario que A se Llamo mayor el extremo en que está sal, ya sea afirmativo, ya negativo. dos concluyen con los datos priml-
atribuya a toda C. Ya hemos dicho el medio; y menor, el extremo que Supongamos que los términos sean: tivos.
más arriba lo que entendemos por es sujeto del medio. § 11. En efec- animal, hombre, blanco; y entre las § 25. Se ve igualmente que to-
atribuirse a todo. 5 § 5. En igual for- to, sea A atribuible a toda B y B a cosas blancas a que no es atribuible das las especies de conclusiones re-
ma, si A no se atribuye a ninguna alguna C; si atribuirse a todo es lo hombre, tomemos el cisne y la nie- sultan probadas por esta figura;
B, y B se atribuye a toda C, A no que dije al principio, es de necesj. ve. De una parte, el animal se atri- porque en ella se encuentra: ser
se atribuirá a ninguna C. 6 § 6. Pero dad que A lo sea a alguna C. 7 § 12.' buye a todo, y de otra parteno se atribuido a todo, no serlo a ningu-
,¡
si el primer término es consiguiente Y si A no se dice de ninguna B, y atribuye a ninguno; de suerte que no, serlo a alguno, no serlo a algu-
a todo el medio, y el medio no per- B se dice de alguna C, es necesario no habrá silogismo. § 20. Suponga- no. § 26. A esto llamo yo la primera
tenece en nada al último térmmo, que A no se diga de alguna C; por- mos también que A no sea atribuida figura.
no habrá silogismo de los extremos; que hemos explicado igualmente a ninguna B, y que B no lo sea a al-
porque no resulta nada necesario lo que entendernos por no atribuir- guna C; admitamos además que los
se a ninguno. En este caso, por tan- CAPITULO 5
de la disposición de estos términos. términos sean: inanimado, hombre
El primer término, en efecto, pue- to, el silogismo será completo.8 § 13. y blanco; tomemos luego entre las
de a la vez estar todo en el último Lo mismo sucedería si B C fuese § 1. Cuando un mismo término
cosas blancas a que no puede atri- se atribuye de una parte a todo el
y no estar nada en él; de suerte que indeterminada, con tal que fuese buirse hombre, cisne y nieve; inani- primer término, y de otra no se dice_
no hay conclusión necesaria, ni par- afirmativa; porque el silogismo per- mado se atribuye de una parte a en manera alguna del segundo, o
ticular, ni universal; y como no hay manecerá siendo el mismo, ya se todo y de otra a ninguno.§ 21. Ade-
ninguna conclusión necesaria, no haga a B e indeterminada, ya se más, como Psta proposición: B no bien cuando a la vez ,oe atribuye a
los dos por entero, o no se dice de
habrá silogismo con estos términos. le haga particular. e,
es atribuible a alguna es indeter-
Sean los términos para la afirma- § 14. Pero si la universal atri- minada; porque desde el momento ninguno de los dos, tiene lugar ]o
·¡ tiva universal: animal, hombre, ca- butiva o privativa está colocada en en que el término no se dice de nin- que llamo la segunda figura. § 2.
ballo; y para la negativa universal: el extremo menor, no habrá silogis· guna cosa o no se dice de todo, se Llamo medio en esta figura al téi-
animal, hombre, piedra. § 7. No ha- mo, aunque por otra parte la pro- está en lo cierto al decir que no se mino que se atribuye a los otros
brá aquí tampoco silogismo cuando posición indeterminada o particular dice de alguna cosa; tomando los dos. Llamo extremos a los términos
el primer término no se da en nin- sea afirmativa o negativa. § 15. Por términos de manera que no se atri- a que el medio es at.ri~uido; extre-
gún medio, ni el medio en ningún ejemplo, si A está o no en alguna buyan a ninguno, no hay silogismo, mo mayor el que esta colocado cer-
término último. Sean los términos B, y B está en toda e, Jos términos como ya se ha dicho; luego es evi- ca del medio, y extremo menor el
de la afirmación: ciencia, línea, me- de la afirmación son: bien, dispo- dente que no habrá silogismo, asen- que está más distante del medio.
dicina; de la negación: ciencia, lí- sición, prudencia; de la negación: tando los términos como se acaba § 3. El medio está colocado fuera
nea, unidad. § 8. Por tanto, cuando bien, disposición, ignorancia. § 16. de indicar; porque lo hubiera habi- de Jos extremos y es el primero en
los términos son universales, se ve Por otra parte, si B no se atribuye do también para los demás. La de- orden. § 4. No habrá, pues, en esta
claramente ios casos en que habrá a ninguna e, y A lo es o no a algu· mostración sería semejante si se su- figura silogismo completo. § 5. Pero
en esta figura silogismo, y aque- na B, :o no lo es a toda B, tampoco pusiese el universal privativo. § 22. el silogismo será aquí posible, sean
llos en que no lo habrá; se ve igual- resultará silogismo en este caso. Los_- No habrá tampoco silogismo si los o no por otra parte universales los
mente que si hay silogismo, los tér- términos de la afirmación universaL dos intervalos son particulares, afir- términos. § 6. Con términos univer-
minos deben necesariamente dispo- son: blanco, caballo, cisne; y de la mativos o negativos, o si uno es sales, habrá silogismo cuando el me-
nerse como hemos dicho; y si se negación universal: blanco, caballo,' afirmativo y otro negativo, o bien dio sea atribuido de una parte .a
ha hecho así, es evidente que el si- cuervo. § 17 . .Los mismos términos si uno es indeterminado y otro de- todo y de otra pa1te a ninguno,
logismo se producirá. pueden tomarse en el caso en que finido; o por último, si ambos son cualquiera que sea ele los dos tér-
§ 9. Pero si de los dos términos A B fuese una proposición indeter· indeterminados. En todos estos ca- minos el privativo. De otra manera
es _universal éste y particular aquél minada. sos. el silogismo es imposible; los no habrá silogisnJO. § 7. Por ejem-
con relación al otro, cuando el uni- § 18. Cuando el universal, sea 10r111inos comunes a todas estas su- plo, si M no es atribuida a ningu-
versal, ya sea afirmativo, ya priva- atributivo, sea negativo, está colo- posiciones pueden ser: animal, blan- na N y es atribuida a toda O, como
tivo, está colocado en el extremo cado en la mayor, y el particular co, hombre; animal, blanco, piedra. hay conversión de la proposicíón
mayor, y el particular afirmativo privativo Jo está en la menor, tam- ~ 23. Es por tanto evidente, en vis- privativa, N no será atribuida a nin-
poco habrá silogismo, ya sea haga ta de todo lo dicho, que cuando el guna M. Pero se supuso que M se
" Modus Barbara, de la mnemotec- silogismo es particular en esta figu- decía de toda O, lueRo N no se dirá
nica escolástica. En Darii. ra. es necesario que los términos de ninguna o. que es lo que ya se
G Silogismo en Celarent. R En Ferio.
76
ARISTÓTELES PRIMEROS ANALÍTICOS 77
ha demostrado.n § 8. Además, si M
es atribuida a toda N y no lo es a efecto, si M no es atribuida a nin- ninguna N, M tampoco será atribui- mo, y que si hay silogismo es de
ninguna O, O no lo será tampoco guna N y sí lo es a alguna O, es de da a ninguna O; pero se ha supues- toda necesidad que los términos se
to que lo era a alguna O. Luego no
a ninguna N, porque si M no lo es necesidad que N no lo sea a algu- den en estas relaciones. § 28. Es evi-
es posible encontrnr términos de este
a ninguna O, O tampoco lo será a na O, porque convirtiéndose la pro- dente además que todos los silogis-
género; pero es preciso demostrar
ninguna M; pero M se la ha supues- posición negativa, N no se dirá tam- mos de esta figura son incompletos,
to atribuida a toda N, luego O no poco de ninguna M; pero como se esto observando que la proposición puesto que todos concluyen median-
lo será a ninguna N, y de esta ma- supuso que M era atribuida a al- es indeterminada. En efecto, puesto te la adición de algunos datos, los
nera volvemos a la primera figura. guna O, N no Jo será a alguna O; que puede decirse también con ver- cuales están, o necesariamente in-
dad que M no es atribuida a algu-
Pero como la proposición negativa porque el silogismo entonces es de na O, hasta cuando no lo es a nin-
cluidos en los términos, o admiti-
se convierte, N no será tampoco la primera figura.U § 16. Además, dos como hipótesis, :::omo en el caso
atribuida a ninguna O, y entonces si M es atribuida a toda N y no lo auna, y como cuando no lo es . a en que demostramos por reducción
el silogismo será el mismo.'" § 9. es a alguna O, es necesario que N ~inguna O, no hay silogismo, es evi- al absurdo. § 29. Se ve, por último,
dente que tampoco lo habrá en el
También por reducción al absurdo no lo sea a alguna O, porque si es
atribuida a toda O, como M lo es a presente caso. § 22. Supongamos en
que en esta figura no hay silogismo
puede probarst: esto. § 10. Es por afirmativo,_ sino que todos son en
seguida que las dos proposiciones
tanto evidente que dispuestos de toda N, es preciso que M sea atri- sean atributivas y que la universal
ella privativos, así los universales .
esta manera los términos hay silo- buida a toda O; pero se ha supuesto ocupe siempre el mismo puesto; por
como los particulares.
gismo, pero no silogismo completo, que no lo era a alguna O. Además, ejemplo, que M sea atribuida a toda
si M es atribuida a toda N y si no
porque la conclusión necesaria no lo es a toda O, resultará este silo- N y a alguna O; N entonces puede CAPITULO 6
se forma únicamente con los datos gismo: que N no es atribuida a toda serlo a toda O o no serlo a ninguna.
primitivos; se necesitan además Los términos de la negación univer- § 1. Cuando, respecto a un mis-
otros elementos. § 11. Pero si M se O. La demostración en este caso es sal son: blanco, cisne, piedra. No lo mo término, los demás términos son,
atribuye a toda N y a toda O, no la misma Y § 17. Si M es atribuida habrá respecto a la afirmativa uni- el uno atribuido universalmente,
habrá silogismo. Sean los términos a toda O y no lo es a toda N, no versal por la razón que se dijo antes, y el otro negado en igual forma, o
habrá silogismo. Sean los términos
de la afirmación: sustancia, animal, y es preciso demostrar esto por lo cuando ambos son o no son univer'
hombre; de la negación: sustancia, para la afirmación: animal, sustan-
indeterminado de la proposición. § salmente atribuidos a este mismo
animal, piedra. Sustancia aquí es el cia, cuervo, y para la negación: a'li- 23. Con la universal unida al extre- término, llamo a esta figura la ter-
término medio. § 12. Tampoco hay mal, blanco, cuervo. § 18. Tampoco mo menor, suponiendo que M no cera. § 2. Denomino aquí medio el
silogismo cuando M no se atribuye lo habrá si M no es atribuida a nin- sea atribuida a ninguna O y que término a que atribuimos los otros
a ninguna N ni a ninguna O, como guna O y si lo es a alguna N. Tér- no lo sea a alguna N, N entonces dos; extremos, los términos atribui-
cuando los términos para la afirma- minos de la afirmación: animal, sus- puede serlo a toda O o no serlo a dos; extremo mayor, el que está más
ción son: línea, animal, hombre; tancia, piedra; de la negación: ani- ninguna O. Términos de la afirma- distante del medio, y extremo menor
para la negación: línea, animal, pie- mal, sustancia, ciencia. § 19. Así, ción: blanco, animal, cuervo; de la el que está más próximo. § 3. El
dra. § 13. Es por tanto evidente que pues, siendo lo universal de forma negación: blanco, piedra, cuervo. § medio está fuera de los extremos, y
para que haya silogismo con térmi- opuesta a la de lo particular, ya se 24. Pero si las proposiciones son por el puesto que ocupa es el últi-
ha dicho cuándo habrá silogismo y
nos universales, es preciso que estos cuándo no. atributivas, los términos de la nega- mo. § 4. En esta figura tampoco hay
términos estén dispuestos como he- ción serán: blanco, animal, nieve, silogismo completo. § 5. Pero el si-
mos dicho en un principio, porque § 20. Pero si las dos proposicio-
v de la afirmación: blanco, animal, logismo es posible, ya estén los tér-
no se obtiene conclusión necesaria nes son de la misma forma, ambas cisne. § 25. Es claro por tanto que minos unidos al medio universal-
si lo están de otra manera. privativas o ambas afirmativas, no
cuando las proposiciones son de la mente, ya no lo estén. § 6. Siendo,
§ 14. Si el medio sólo es uni- habrá silogismo. § 21. Supongamos misma forma, y son la una univer- por tanto, los términos universales;
versal en uno de los extremos, cuan- primero que son privativas, y que sal v la otra particular, no hay si- por ejemplo, siendo P y R atribui-
do lo es en la mayor, sea afirmati- lo universal esté unido al extremo logismo posible. § 26. Tampoco le das a toda S, resultará este silogis-
vamente, sea privativamente, y en mayor; por ejemplo, que M no sea hay si el medio es o no es atribuido mo: que P es atribuida necesaria-
la menor es particular y en oposi- atribuida a ninguna N y que no lo particularmente a uno y otro extre- mente a alguna R; porque convir-
ción con el universal, entendiendo sea a alguna O. N pued~igualmen mos, o bien si particularmente lo es tiéndose la proposición universal
por estar en oposición el caso en te serlo a toda O o no serlo a nin- al uno y no al otro, o bien si no afirmativa, S será atribuida a algu-
que siendo lo negativo lo universal guna. Términos de la negación uní-- lo es a ninguno de los dos por en- na R; mas puesto que P se dice de
sea lo particular afirmativo, o bien versal: negro, nieve, animal. No es tero, o si lo es de una manera inde- toda S, y S de alguna R, hay nece-
que siendo lo universal afirmativo posible encontrar términos para la terminada. Términos comunes en to- sidad de que P sea atribuida a al-
lo particular sea negativo, entonces, afirmación universal, puesto que M dos estos casos: blanco, animal, guna R; y entonces el silogismo se
digo, es necesario que el silogismo es a la vez atribuida a alguna O, y hombre; blanco, animal, inanimado. forma en la primera figura. Tam-
sea particular negativo. § 15. En no lo es a alguna otra O, porque si ~ 27. En resumen, se ve que, bién se puede hacer esta demostra-
N lo es a toda O, y M no lo es a
" En Cesare. cuando los términos son los unos ción por reducción al absurdo y por
11
10En Camestres. Festino reducido a Ferio. respecto de los otros lo que se ha la exposición; porque siendo atri-
'~ Baroco reducido a Barbara. dicho, hay necesariamente silogis· buidos los dos términos a toda S.
,,.
.
ma manera, sino los universales por de este: término; y si se concluye lo Y así, por Jo pronto, sup()ngamos
la conversión del privativo, y cada CAPITULO S necesario en cuanto ¡¡] término ex- que lo universal es necesario. y que
uno de los particulares por la re- puesto de esta manera, será igual- A sea necesariamente atribuida a
ducción al absurdo. ~ 9. En cuanto ~ l. Como son cosas muy úife. mente posible respecto de una par- toda 13, y que B lo sea simplemente
a los silogismos particulares de la rentes: existir simplemente, existir te del primer término; porque el a alguna C; es preciso entonces que
prime~a f_igura, éstos so!l completos necesariamente y existir de una ma- que se expone es precisamente una A lo sea necesariamente a 3lguna
por s1 m1smos; pero aun ser1a po- nera contingente, puesto que mu." pal'te de éL Por lo demás, cada C; porque C es sujeto de ll_. y se
sible demostrarlos, reduciéndolos al chas cosas existen sin existir nece- uno de los dos silogismos se forma suponía que A era atribuida necesa-
absurdo en la segunda figura. Por saria, y otras no existen ni necesaria en la figura que le es propia. riamente a toda B. § 7. Lo mismo
ejemplo, si A ~s atribuida a toda ni absolutamente, pero pueden exis- sucede si el silogismo es pr:ivativo,
B y B a alguna C, A Jo será igual- tir; se concibe sin dificultad, que el y la demostración será carnplcta-
mente a alguna C, porque si no lo silogismo será en cada uno de estos. CAPITULO 9 mente iguaL ~ S. Pero, si es la par-
es a ninguna C y lo es a toda B, B casos también diferente. y que los ticular la necesaria, la conclusión no
no lo será tampoco a ninguna C; términos no serán semejantes. Y así. ~ l. Algunas veces sucede tam" será de lo necesario; porque esto no
pero esto no lo -sabemos más que un silogismo se compondrá de tér- · bién, que siendo necesaria sólo una tiene nada de absurdo, como;, no Jo
por la segunda fi!!ura. La demostra- minos necesarios, otro de términos de las proposiciones, el silogismo lo tiene respecto de los silogismos uni-
ción sería también la misma para el absolutos, y otro, por último. de tér- es igualmente; pero no Jo ha de ser versales. ~ 9. La misma regla debe
privativo; porque si A no es atribui- minos contingentes. 1 " indiferentemente una de las dos pro- observarse en cuanto a Jos silogis-
da a ninguna B y B es atribuida a ~ 2. En cuanto a las proposicio- posiciones, sino que es preciso que mos particulares privativos. Sean
alguna C, A no lo será tampoco a al- nes necesarias, sucede poco más o lo sea la mayor. ~ 2. Por ejemplo, los términos: movimiento, animal,
guna C, porque si es atribuida a menos con ellas Jo que con las pro- si se supone que A es o no es atri- blanco.
toda C y no lo es a ninguna B, B posiciones de existencia absoluta; buida necesariamente a B, y que B
no lo será tampoco a ninguna C, y en efecto, estando dispuestos los tér- lo es simplemente a e, con proposi- CAPITULO 10
ésta es precisamente la figura me- minos del mismo modo, el silogismo ciones formadas de esta manera, A
se producirá y no se producirá igual- será o no será atribuida necesaria- ~ l. En la segunda figun. :-,[ la
dia. Por tanto, como todos los silo-
gismos de la figura media son re- mente, ya se trate de la simple exis- mente a e; porque, siendo o no proposición privativa es necesaria,
ducidos a los silogismos universales tencia, ya de la existencia necesaria siendo A atribuida necesariamente la conclusión será igualmente de lo
de la primera, y los silogismos par- afirmada o negada. La única dife- a toda B, y siendo C una de las B, necesario: si es la afirmativa la ne-
ticulares de la primera son reduci- rencia es, que a Jos términos se aña- es evidente que e revestirá necesa- cesaria. la conclusión no I<J ser!i.
dirá que la cosa existe o no existe riamente una u otra de estas formas. ~ 2. Supongamos en primer lugar
dos a los de la figura media, es cla-
ro igualmente que los silogismos necesariamente. § 3. El privativo, ~ 3. Pero si A B no es necesaria, y que la privativa es necesaria, y que
particulares de la primera serán re- en efecto, se convierte absolutamen- B e lo es, la conclusión HO será de A no puede ser atribuida a ninguna
te lo mismo; y conservaremos aquí. lo necesario; porque si Jo fu ese, A B, y lo sea si m plemcnte a C; como
ducidos a los silogismos univers¡¡Jes
en un sentido completamente aná- sería necesariamente atribuida a al- la proposición privativa se c.;,nvier-
de esta misma figura. § 1O. Por úl-
logo, las expresiones: estar en la guna B, en la primera y en la ter- te, B no puede serlo ya a ninguna
timo, los silogismos de la tercera, si totalidad, ser atribuido a todo. En A, pero A !o es a toda C: !u-c:go R
los términos son universales, se cera figura, lo cual es falso; porque
los demás casos se demostrará la B puede ser tal cosa que A no puede no puede serlo a ninguna e: porque
completan inmediatamente por es-
tos mismos silogismos. ~ 11. Y si conclusión de lo necesario precisa- serlo de ninguna manera. Puede ver- e es sujeto de A. ~ 3. Lo misrno SU·
mente de la misma manera, es de- se además, atendiendo sólo a los cede también si se supone C priva-
los términos son particulares, se cir, empleando la conversión, como tiva. En efecto, si A no puede ser
completan por los silogismos par- términos, que la conclusión no será
se ha hecho respecto de las conclu- de lo necesario; por ejemplo, sea A atribuida a ninguna c. e no puede
ticulares de la primera figura, redu- siones de existencia absoluta. Pero, serlo a ninguna A; pero· A lD es a
movimiento, B animal y C hombre;
ciéndose éstos a Jos universales. Y en la figura media, cuando la uni- toda B. de suerte que e no puede
el hombre es necesariamente ani-
así a ellos se reducirán también los versal es afirmativa y la particular mal; pero el animal no se mueve serlo a ninguna B; y aquí s10 pre-
silogismos particulares de la terce- es privativa; y en la tercera, cuan- necesariamente, como tampoco el senta de nuevo la primera fi;gura:
ra figura. § 12. Luego, en resumen, Juego B no podrá ser atribuid:; tan1·
do la universal es afirmativa y la hombre. ~ 4. Y lo mismo sucederá
todos los silogismo~ pueden redu- particular es privativa, la demos- suponiendo A B privativa; porque poco a e; porque aquí la conversión
cirse a los silogismos universales de tración no se hará del mismo modo; la demostración sería igual. ~ 5. En es igualmente posible. ~ 4. Si es la
la primera figura. sino que entonces será preciso ex- cuanto a Jos silogismos particulares, proposición atributiva la necesaria.
~ 13. Ahora sabemos ya cómo poner un término, al cual ni uno ni la conclusión no será de lo neccsa·
si la proposición universal es nece-
se forman los silogismos que afir- otro de los extremos se atribuyan, saria, la conclusión será de lo ne- rio. En efecto, ~upongamos que .4
man o niegan simplemente la exis- y construir el silogismo con rela- cesario igualmente; cuando, por lo sea atribuida necesariamente a toda
tencia. Hemos visto primero cada ción a él; porque habrá entonces contrario, es la proposición particu- B, y que no lo sea simplcmclte a
uno de ellos en una misma figur¡¡, conclusión de lo necesario respecto lar la necesaria, la conclusión no es ninguna C. convirtiendo la p•ivati-
y después sus relaciones cuando son ya necesaria, ya sea privativa o afir- Vll, se obtiene la primera fi~ra:
figuras diferentes. 1
" Véase cap. 2 de este libro. mativa la proposición universal. ~ 6. pero se ha demostrado qtJc, cu<muo
i PRIMEROS ANALÍTICOS 83
1,,,., 82 ARISTÓTELES
ninguna C; A necesariamente tam- la necesaria, la conc,usión no será
la proposición privativa en la ma- § 9. Supongamos ahora que la poco lo será á alguna B; porque B de lo necesario. § I l. Sea, por ejem-
yor no es necesaria, la conclusión proposición atributiva es la univer- es sujeto de C. !§ 5. Si la necesa- plo, B C particular y necesaria, y
no es tampoco de lo necesario; lue- sal y necesaria, y que la afirmación ria es la atributiva, la conclusión no sea A atribuible a toda C, pero no
go no lo será tampoco en el caso va unida a B. Si A es necesariamen- será de lo necesario. Sea, por ejem- necesariamente, haciendo la conver-
que aquí se supone. § 5. Además, si te atribuida a toda B, y no lo es a plo, B C atributiva y necesaria, y sión de B C, se vuelve a la primera
alguna C, es evidente que B no lo
1 la conclusión es de lo necesario, tie-
ne esta forma: C no es necesaria-
mente atribuida a alguna A; porque
será a alguna C, pero no necesaria-
mente; porque aquí los términos
A C privativa y no necesaria; con-
virtiéndose la afi¡mativa, e será
atribuida necesariamente a alguna
figura; y la proposición universal
no es necesaria, sino que es la par-·
ticular la que lo es. Con proposicio-
si B no lo es necesariamene a nin- útiles para la demostración serán B; de suerte que, si A no lo es. a nes de este género, la ·conclusión no
guna e, e no lo será necesariamente los mismos que en los silogismos ninguna C, y C lo es a alguna B, A era de lo necesario; ~ tampoco lo
a ninguna B; pero es necesario que universales. § 10. Pero aún en el no lo será tampoco a alguna B, pero es en este caso. ~ 12. Puede verse
B lo sea a alguna A, puesto que A caso en que la proposición privati· no necesariamente; porque se ha de-
!1 esto examinando solamente los tér-
era necesariamente atribuida a toda va necesaria es particular, la con- mostrado, en la primera figura, que minos: sea A vigilia, B bípedo y C
clusión no será de lo necesario; por
1
;¡
8: luego es necesario que C no sea
atribuida a alguna A; si bien nada lo demás la demostración tendría
si la proposición privativa no es ne-
cesaria, la conclusión tampoco es de
animal; es necesario que B sea atri-
buido a alguna C; pero A puede
obsta a que se tome A de tal mane- lugar con los mismos términos. lo necesario. § 6. Esto, por lo de-
1 serlo a toda C, y A no lo es nece-
ra que pueda ser atribuida a toda más, puede hacerse evidente sólo en sariamente a B; ·porqu~ no es nece-
11,¡ C. § 6. Es posible también, median- vista de los términos mismos. Por sario que algún bípedo esté dormi-
te tan sólo exposición de los térmi- CAPITULO 11 '· ejemplo, sea A bueno, B animal y do o despierto. ~ U. Esto mismo
'! nos, demostrar que la conclusión no
§ l. En la última figura, siendo
e caballo: puede suceder que bue- podría demostrarse ea vista de los
es absolutamente de lo necesario, y no no sea atribuido a ningún ca- términos, aun cuando la proposición
que sólo es de lo necesario con las los términos universales con rela- ballo; pero animal lo es necesaria-
ción al medio, y siendo atribuidas A C fuese particular nc~esaria.
condiciones que quedan sentadas. mente a todo caballo: sin embargo, § 14. Supóngase <Jhora uno de
Sea, por ejemplo, A animal, B hom- las dos proposiciones, basta que una no es necesario que algún animal
de las dos, indiferentemente, sea ne- los términos atributivo y el otro pri-
bre, e blanco, y sean las proposicio- no sea bueno, puesto que es posi- vativo; si el universal es privativo
nes de la misma forma; es posible cesaria, para que la conclusión sea ble, por el contrario, que todo ani-
también de lo necesario. Siendo la y necesario, la conclus:ón será igual-
que animal no se atrib_uya a ningún mal sea bueno; o bien, si esta últi-
,,¡:; ser blanco; hombre entonces no lo una privativa y la otra atributiva, ma suposición es admisible, es pre-
mente de lo necesario. For ejemplo,
si A no puede ser atribuida a nin-
il será tampoco a ningún ser blanco, si es la privativa la necesaria, la " ciso tomar otro término, como dor-
conclusión será igualmente de lo ne- guna C, y B es atribuica a alguna
fl pero no necesariamente; porque pue- mir o velar, atributos de que todo C, es necesario que A no lo sea a
tj de suceder que el hombre se haga cesario; y no lo será, si es la a tri- ·
;:¡ animal es susceptible. § 7. Se ve, alguna B. ~ 15. Si la ;¡firmativa es
blanco, pero no en tanto que animal butiva la necesaria. § 2. Suponga- pues, en qué casos la conclusión
l¡ mos primero que las dos proposi~ la necesaria, ya sea u1ivcrsal ya
no convenga a ningún ser blanco. será de lo necesario, cuando los dos particular, o si la privaliva es pa~
i:J Una vez admitidas estas condicio- ciones sean atributivas, y que A y términos son universales relativa-
p nes,· la conclusión será de lo nece- B sean atribuidas a toda C, y que mente al medio.
ticular. la conclusión no será de lo
A e sea necesaria; puesto que B es necesario. Por lo demú. diremos
sario, pero no lo será absolutamente ~ 8. Supóngase ahora que uno
hablando. atribuida a toda e, e igualmente lo de los términos es universal y el
aquí lo que hemos dicho respecto
será a alguna B, porque la proposi- de los casos anteriores. Sean los tér-
§ 7. Lo mismo sucederá respec- otro particular; siendo las dos pro- minos, cuando el unív,_:rsal atributi-
to de los silogismos particulares. ción universal se convierte en par- posiciones atributivas, cuando el
ticular. ;Y así, siendo A atribuida vo es necesario: vigilia :Jnimal, hom-
Aquí también, cuando la proposi- universal es necesario, la conclu- bre, tomando hombre por término
ción privativa es universal y nece- necesariamente a toda e, y e a al- sión es igualmente de lo necesario.
guna B. necesariamente A !o será a medio; y cuando el necesario es el
saria, la conclusión será igualmen- La misma demostración precedente particular atributivo: -vigtlia, animal.
te de lo necesar,io. Si, por el contra- alguna B; porque B es sujeto de C.· tiene lugar aquí; porque la particu-
De esta manera volvemos a la pri- blanco. En cf ecto, es necesario que
rio, es la proposición atributiva la
mera figura. § 3. De la misma ma-
!ar atributiva puede convertirse animal se atribuya a <JlgLín ser blan-
que es universal y necesaria, y la 1guolrncnte: luego si B es necesaria- co; pero vigilia puede 10 sedo a
privativa es particular y no necesa- nera se demostrará si es B C la ne- mc:lte atribuida a toda C. y A es
cesaria; parque C puede convertir- ninguno: y tampoco es ncce~ario
ria, la conclusión no será de lo ne- suicw de e es necesario · nuc B que vigilia no lo sea a algún animaL
cesario. § 8. Sea, pues, la proposi- se en alguna A; de suerte que si B se <itribuya 'a alguna A; p~ro si
es atribuida necesariamente a toda Para el caso en que la proposición
ción privativa la universal y nece- !3 lo es a alguna A, es necesario particular privativa es ,E:esaria, los
saria: que A, por ejemplo, no pueda C, y C lo es a alguna A, B lo será Igualmente que A Jo sea a alguna
necesariamente a alguna A. § 4. Por términos serían: bípedD, movimien-
ser atribuida a ninguna B, pero que 13; porgue tiene aquí lugar la con- to, animal. óiendo animal e~ términv
lo sea a alguna e, pudiendo la pri- otra parte, se:m A C privativa Y versión. ~ g_ Lo mismo sería si 11 C medio.
vati·:a convertirse, B no podrá serlo B C afirmativa. y sea la privativ~ fuese I1l~ccsaria al mismo tiempo
tampoco a ninguna A: pero ;\ lo es necesaria: convirtiendo la afirmati- 9uc es universal; porque B es su-
a alguna C, luego 13 neL'CSariamente va. e será atribuida a alguna B; ¡eto de C. ~ 1O. Si es la particular
no lo es a alguna C. pero A necesmiamcnte no lo es a
J,
84 ARISTÓTELES
PRIMEROS ANALÍTICOS 85
sas, en efecto, es preciso que haya
CAPITULO 12 afirmación o negación. Por tanto, que depende del azar. En efecto, forma del silogismo; porque en este
lo contingente será no necesario, nada de esto existe por naturaleza caso son ambas proposiciones con-
~ l. Es por tanto evidente que y lo no necesario será contingente."" de una manera dada más bien que tingentes; pero cuando A puede atri-
no hay silogismo absoluto sino en § 4. Debe observarse que todas las de la manera contraria. § 6. Cada buirse a la cosa de que simplemen-
q uno de estos dos contingentes se te se dice B, una de las proposicio-
'1;¡ tanto que las dos proposiciones son proposiciones de lo contingente pue-
absolutas; mas para que haya silo- den convertirse unas en otras. Quie- convierte con las proposiciones nes es absoluta y otra contingente.
1
1; gismo de lo necesario basta tan sólo ro decir con esto, no que las afir- opuestas, pero no de la misma ma- Debemos comenzar aquí, como lo
que una de las dos sea necesaria. mativas se conviertan en negativas, nera. Lo contingente que es natural hemos hecho' en otra parte, por las
§ 2. En ambos casos es indispensa- sino que todas aquellas que tienen se convierte en contingente que no proposiciones de forma semejante.
ble que siendo privativos o afirma- la forma afirmativa se convierten existe necesariamente; por esto es
tivos los silogismos, una de las pro- mediante la oposición: por ejemplo, posible que el hombre no encanez-
posiciones sea igual a la conclusión. poder ser se convierte en poder no ca; el contingente indeterminado se CAPITULO 14 22
Al decir igual, entiendo que si la ser, poder ser de todo en poder no cG:wierte en contingente que no lo
1' conclusión es absoluta, una de las ser de nada, o en poder no ser de es m3s de una manera que de otra. § l. Cuando A puede ser atri-
proposiciones sea igualmente abso- todo, y poder ser de algo en poder no ~ 7. Nc hay ciencia ni silogismo de- buida a toda B, y B puede serlo a
luta, y que si la conclusión es de ser de todo. El mismo método es mostrativo con los contingentes in- toda C, se tendrá este silogismo com-
Jo necesario, una de las proposicio- aplicable a los demás casos. En efec- determinados, porque el término me- pleto: A puede serlo a toda C. Esto
nes lo sea igualmente. ~e 've asimis- to, no siendo lo contingente necesa- dio entonces no es cierto; pero los es claro en vista de la definición
mo que la conclusión no será ni de rio, y pudiendo lo no necesario no hay con los contingentes naturales, misma de lo contingente; porque
Jo necesario ni absoluta, a menos ser, es claro que si A puede ser atri- v casi todas nuestras indagaciones y en este sentido decíamos: poder ser·
que una de las proposiciones sea buida a B, puede igualmente no ser- iodos nuestros pensamientos no tie- atribuido a todo. § 2. En igual for-
necesaria o absoluta. § 3. Esto es, lo; y que si puede serlo a toda B, nen relación sino con los contin- ma, si A puede no ser atribuida a
sobre poco más o menos, lo que te- puede igualmente no serlo a toda B. gentes de este último género. Los ninguna B, y B puede serlo a toda
níamos que decir sobre lo necesario El mismo razonamiento puede apli- otros contingentes pueden muy bien C, el silogismo será que A puéde
y sobre la diferencia que lo separa carse a las afirmativas particulares, producir el silogismo, pero no es no serlo a ninguna C; porque decir
de lo absoluto. en las que la demostración sería por en ellos donde se suele buscar. que A podía no serlo a la cosa a
completo semejante. Esto consiste ~ 8. Todo esto, por lo demás, la que podía serlo B, era no omitir
en que la? proposiciones de este gé- recibirá mayor explicación en lo ninguno de los posibles sujetos de
CAPITULO 13 nero son afirmativas y no negativas, que sigue. Por ahora nos limitare- B. § 3. Cuando A puede ser atribui-
y que el verbo poder ocupa aquí mos a decir en qué casos, cómo, y da a toda B, y B puede no serlo a
~ 1. Después de lo dicho, trate- exactamente el puesto mismo del con qué ·elementos se forma el silo- ninguna e,no hay silogismo con las
mos de lo contingente y digamos verbo ser, como ya se ha dicho pre- gismo de las proposiciones contin- proposiciones primitivas; pero si se
cuándo, cómo, y con qué elementos cedentemente. gentes."1 § 9. Por lo pronto, esta convierte la proposición B C según
habrá silogismo. § 2. Ser contingen- § 5. Sentado esto, observemos proposición: es posible que tal cosa la regla de lo contingente, el silo-
te y contingente se dicen de una también que lo contingente tiene se diga de tal otra, presenta dos sig- gismo se hace lo que era antes. -En
cosa que no es necesaria, pero cuya dos significaciones. De una parte es nificaciones, puesto que expresa a efecto, puesto que B puede no ser
suposición no implica ninguna im- lo que es más habitual, pero sin la vez bien que esta otra cosa exis- atribuida a ninguna e, puede igual-
posibilidad; porque si decimos que carácter de necesidad: por ejemplo, te, o bien que puede existir. Y así mente serlo a toda C, que es lo que
lo necesario mismo es contingente, el encanecer el hombre, su creci- esta proposición: A puede decirse se dijo más arriba. Y así, pudiendo
es por homonimia. § 3. Que lo con- miento, 'SU decaimiento, y en gene- de aquello de que se dice B; indica B ser atribuida a toda C, y A igual-
tingente es esto que decimos, puede ral todo lo que está en el ordeon de igualmente o la cosa de que se dice mente a toda B, el silogismo resulta
verse sin dificultad en las negacio- la naturaleza; porque nada de esto B o la cosa de que se puede decir. también igual. § 4. Lo mismo sería,
nes y afirmaciones opuestas. Y así es de una necesidad constante, pues- Por lo demá:, esta proposición A si la negación fuese unida al con-
estas enunciaciones: no es posible to que el hombre no existe siempre; puede decirse de aquello de que se tingente en las dos proposiciones.
que esto sea, es imposible que esto pero desde el momento que el hom- dice B, equivale absolutamente a Quiero decir, por ejemplo, que A
sea, es necesario que esto no sea; bre existe, o es esto de necesidad, esta: A conviene a toda B. Luego puede no ser atribuida a ninguna
o son proposiciones equivalentes, o o por lo menos lo es ordinariamen- evidentemente, esta proposición: B, y B a ninguna C. Con las propo-
por Jo menos son correlativas las te. Por otra parte, lo contingente es puede suceder que A sea atribuida siciones primitivas es cierto que no
unas respecto de las otras. Luego también lo indeterminado, que pue- a toda B, tiene dos sentidos. Veamos se obtiene silogismo; pero, convir-
también las proposiciones opuestas de existir o no existir. Por ejemplo, en primer lugar el caso en que B tiéndolas, se encuentra de nuevo el
a éstas: es posible que esto sea, no que el animal se mueva, o que so- P~cda decirse de la cosa de que se mismo silogismo que antes. ·
es imposible que esto sea, no es ne- brevenga un temblor de tierra mien- dice C, y A de la cosa de que se dice § 5. Es, por tanto, evidente que,
cesario que esto no sea, o son equi- tras se mueve; y en general todo lo B; Y averigüemos la naturaleza y la suponiendo la negación unida, sea
valentes, o por lo menos se encade-
nan mutuamente. En todas las co- '0 Véase Peri hermeneias, cap. 9. " Véase Segundos Analíticos, libro "" Los capítulos 14-26 se ocupan d~
1, cap. 6. los silogismos modales.
·~
86 ARISTÓTELES
PRIMEROS ANALÍTICOS 87
al extremo menor, sea a las dos pro- mer término no es a la vez contin-
posiciones, o no hay silogismo, o sición del extremo menor es la con- que la regla es la misma para to-
gente respecto de ningún último, y dos. § 8. Además, cuando decimos
por lo menos, si le hay, no es com- lo es necesariamente respecto de tingente, todos los silogismos serán
pleto, puesto que la conclusión ne- incompletos; y los privativos serán, que existiendo A. B existe igualmen-
todo. Los términos comunes de to- te, no debe suponerse, que porque
cesaria sólo se obtiene por conver- dos estos casos son, en cuanto a la no de lo contingente, según la de-
sión. finición, sino de lo necesario, di- exista A, B existirá precisamente;
conclusión afirmativa de lo necesa- atendiendo que es imposible dedu-
§ 6. Si una de las proposiciones rio: animal, blanco, hombre; y en ciéndose ya de ninguno, ya no de
es universal y la otra particular, su- todo. En efecto, si una cosa no se cir nada de necesario de la existen-
cuanto a la conclusión negativa de cia de un solo objeto, porque se ne-
poniendo la universal en el extremo lo contingente: animal, blanco, ves- dice necesariamente de ninguna
mayor, el silogismo será completo. otra, o no se dice necesariamente cesitan por lo menos dos; por ejem-
tido. Se ve, por tanto, que, cuando plo, cuando las proposiciones son
§ 7. Porque, si A puede ser atri- los términos están en esta posición, de toda otra cosa, decimos que pue-
buida a toda B, y B a alguna C, A de suceder que no se atribuya a nin- lo que hemos dicho para formar el
no hay silogismo; porque todo silo- silogismo. Se ha visto, en efecto,
puede igualmente serlo a alguna C. gismo concluye, o que la cosa exis- guna, o que no lo sea a toda esta
cosa. § 2. Supongamos que A, por que siC es atribuida a D, y D a F,
Estd es evidente en vista de la mis- te simplemente,· o que existe necesa- C lo será también de toda necesi-
ma definición que se ha hecho de: riamente, o que puede existir. Pero ejemplo, pueda ser atribuida a toda
poder ser atribuido a todo. § 8. En B, y que B lo sea simplemente a dad a F. Suponiendo que ambos su-
en este caso el silogismo no conclu- puestos son posibles, la conclusión
igual fonna, si A puede no ser atri- ye ni en la existencia simple, ni en toda C. Siendo C sujeto de B, y pu-
diendo A ser atribuida a toda B, es será también posible. Luego si se
buida a ninguna B, y B puede serlo la existencia necesaria, porque el
evidente que A puede serlo igual- supone que las proposiciones están
a alguna C, es necesario que A pue- término negativo impide la conclu-
da no serlo a alguna C. La demos- mente a toda C, y resulta así un si- representadas por A y la conclusión
sión afirmativa, y el afirmativo im- por B, resultará, no sólo que siendo
tración en este caso es la misma. pide la negativa. Resta sólo la po- logismo completo. § 3. En igual for-
ma, si la proposición A B es priva- A necesaria, B !o será igualmente,
§ 9. Por el contrario, si la proposi- sibilidad de existencia; pero esto no sino que además, siendo A posible,
ción particular es privativa y la puede ser; porque se ha demostrado tiva, y B C afirmativa, y la primera
es contingente y la otra absoluta, se la otra lo será también. § 9. Proba-
universal afirmativa, conservando que, cuando Jos términos están dis- do esto, result? de aquí claramente
ambas siempre la misma posición; puestos de esta manera, el primero tendrá este silogismo completo: A
puede no ser atribuida a ninguna C. que partiendo de una hipótesis fal-
por ejemplo, si A puede ser atribui- se dice necesariamente de todo el sa, pero no imposible, la conclusión
da a toda B. y B ouede no serlo a § 4. Es claro, por tanto, que si
último, y no es contingente respecto obtenida conforme a la hipótesis
alguna C. con ·las proposiciones dis- el absoluto está en el extremo me-
de ninguno. No hay, por tanto, silo- será falsa, y no imposible; por ejem·
puestas de esta manera, el silogismo gismo de lo contingente; porque lo nor, los silogismos serán completos.
§ 5. Cuando sucede de otra manera, plo, que si A es falsa, pero sin em·
no es evidente; pero, convirtiendo necesario jamás ha sido lo contin- bargo no imposible, y si, existiendo
la proposición particular, y supo- gente. sólo por la reducción al absurdo
puede demostrarse la realidad de A, B existe igualmente, B será fal-
niendo que B pueda serlo a alguna ~ 11. Es. pues, evidente que sa, pero no imposible; porque se
C, la conclusión será la misma que los silogismos; y es evidente por esta
siendo los términos universales con misma razón, que serán incomple- ha demostrado, que si B existe por-
antes, como ya se ha dicho al prin- las proposiciones contingentes, el si- que A existe, siendo A posible, B
cipio. § 1O. Si la proposición del ex- tos, puesto que la demostración no
logismo se forma siempre en la pri- tiene lugar sólo mediante las propo- será igualmente posible; es así que
tremo mayor es particular. y la del mera figura, ya sean Jos términos se supone que A es posible, luego
menor universal, ya se suponga que siciones que primitivamente se han
atributivos. ya privativos; sólo que admitido. § 6. Es preciso, en primer B lo será igualmente; porque si fue-
ambas son afirmativas, o ambas pri- si son atributivos, el silogismo es se imposible, se seguiría que una
vativas, o de forma diversa. o bien lugar, decir que, si existiendo A, hay
completo; y si son privativos, es in- misma cosa sería a la vez posible e
ambas indeterminadas, o las dos
particulares, no habrá silogismo;
completo. s 12. Por lo demás, no
necesidad de que É exista; siendo
A posible, necesariamente B será· imposible.
puede tomarse lo posible en el sen- también posible. Sea, por ejemplo, § 10. Después de estas explica-
porque nada impide que 13 exceda tido en que son posibles las cosas ciones, supongamos que A sea atri-
a A. y que sea atribuida al mismo este caso: A posible y B imposible;
necesarias; v es pn:cioo entenderlo si lo posible, porque es posible, ha buida a toda B, y que B pueda serlo
,,cur,cro de suieto. Sea. por ejem- se2ún la definición oue ele él se ha a· toda C; luego necesariamentt A
plo. C aquello en que B supera ,. tenido lugar, lo imposible, porque
dado. lo cual se olvida a n'ccs. es imposible, no ·lo tendrá. Luego puede serlo a toda C. Supongamos,
1 · entonces .A -~ucdc no s?r c_onL;l-
si A es posible al mismo tiempo que en efecto, que no lo pueda ser, y
:~·,:~te cOf1 rciacwn a toda C. 111 serlo
B es imposible, A podrá realizarse que B sea atribuida a toda C; esto
;, ;1inguna C. ni scrío a alguna C. CAPITL!UJ h será falso, pero no imposible. Luego
:·,i no serlo a alguna C. puesto que sin B; y si puede realizarse, podrá
igualmente existir; porque lo que ha si A no puede serlo a· C, v B lo es
1as proposiciones de Jo contingente ~ 1. Cuando una de las propo- a toda C, A no puede serlo a toda
;;e convierten unas en otras, y B sucedido, cuando ha sucedido exis-
siciones es absoluta v la otra ClHl- te. ~ 7. Es preciso entender aquí 13; y entonces ya tenemos aquí el si·
puede ab:Jrcar más cosas que· A. tingentc, ,¡ la del c'xtrcmo nJa\'Or logismo de la tercera figura. Pero
Para convencerse de esto pueden por pusible e imposible, no sólo lo
expresa la contingencia, todos ·los que puede suceder, sino también hemos supuesto que podía serlo a
tomarse términos precisos. En efec- silogismos serán completos; y lo se- toda B; luego es indispensable que
to, cuando l<JS proposiciones están lo que se dice con verd2d. lo que
rán de lo contingente en el sentido l'\~i~te realmente. v todm ],y; demás A puedn serlo a todJ C; ¡wrquc con
uispuc,t:¡s de esta manera. el pri- de la definición '"cbda Si lJ propo- versos sentidos de lo pu~iblc; por- una hipóte;is fa]c~J. pero no imposi-
f
88 l'IUMEROS ANALÍTICOS 89
ARISTÓTELES
1
90 ARISTÓTELES
PRIMEROS ANALÍTICOS 91
te debe tomarse en la conclusión en no puede esto reducirse al absurdo.
el mismo sentido que en los casos En efecto, si se supone que A sea rán: animal, blanco, cisne; y de lo dad que B pued~ no serlo a ningu-
precedentes. Pero no habrá silogis- atribuida a alguna C, y que pueda no contingente: animal, blanco, nie- na A. Supongánoslo, en efecto, y
mo concluyendo que necesariamente no serlo a ninguna B, de aquí no ve. § 13. Si las proposiciones son que B pueda no serlo a ninguna A.
la cosa no es; porque es muy dis- resultará ninguna imposibilidad. § indeterminadas, o ambas particula- Como las afirnaciones contingen-
tinto ser no necesariamente de nece- 6. Si el privativo, unido al extremo res, tampoco habrá silogismo. Sean tes se convierten en negaciones, las
sariamente no ser. § 2. Es, por tan- menor expresa la contingencia, ha- Jos términos comunes de la afirma- contrarias lo ~i¡mo que las opues-
to, claro, que no hay conclusión de brá silogismo mediante la conver- ción: animal, b.'~nco, hombre; de la tas, y B puede 110 ser atribuida a
lo necesario cuando los términos sión como precedentemente. § 7. negación: animal, blanco, inanima- ninguna A, es eridente que podría
son afirmativos. Supongamos, en Pero no le habrá, si expresa la no do. En efecto, animal se atribuye a suceder también que B lo fuese a
efecto, que A necesariamente es contingencia. El silogismo tampoco algún ser blanco, y blanco a algún toda A. Pero es!(. es falso. En efec-
atribuida a toda B, y que B pueda tendrá lugar cuando las dos propo- ser inanimado necesariamente, y no to, de que tal <osa pueda decirse
serlo a toda e, habrá silogismo in- siciones son privativas, a no ~er en de una manera contingente. Lo mise de tal otra cosa, no se deduce que
completo, concluyendo que A pue- el caso en que el contingente esté mo sucede respecto de los contin- necesariamente é¡ta se· diga de aqué-
de serlo a toda C; y la demostración unido al extremo menor. Los tér- gente-s, y los términos pueden servir lla; por consiguiente, la privativa
prueba que es incompleto; porque, minos, por lo demás, son los mis- para todos los casos diversos. § 14. no se convierte. ~ 3. Por otra parte,
Dara demostrarlo, será preciso va.- mos; para la afirmación: blanco, Es evidente, conforme a lo que pre- nada impide que .4 pueda no ser de
t ierse del mismo medio -que prece- animal, nieve; y para la negación: cede, que estando dispuestos los tér- ninguna B, mien1ras que B necesa-
kf dentemente. § 3. Que A pueda ser
atdbuida a toda B, y B !o sea nece-
blanco, anima!, pez.
§ 8. Lo mismo sucederá con los
minos en esta forma en las proposi-
ciones absolutas y en las proposicio-
riamente no es de ninguna A. Por
ejemplo, la blancna puede no con·
¡
i sariamente a toda C. Habrá cierta- silogismos particulares; cuando el nes necesarias, el silogismo tiene lu- venir a todos lo~ hombres, porque
!' mente silogismo, concluyendo que privativo es necesario, la conclusión gar o no de la misma manera. Sólo es posible tambié-t que les com•en-
¡¡
r A puede ser atribuida a toda C, será negativa absoluta. Si, por ejem~ que si la proposición privativa es ga; pero no es exacto decir que
¡
¡; pero no que lo sea realmente; y este plo, A puede no ser atribuida a nin- contingente absoluta, la conclusión puede suceder que hombre no con·
silogismo será completo y no incom- guna B, y B puede serlo a alguna es contingente, y si la privativa es venga a ningún sfr blanco; porque,
pieto, porque concluye directamen- C, es necesario que A no lo sea a necesaria, la conclusión es a la vez de hecho, hay mu:hos seres blancos
L
('
te con las proposiciones iniciales. alguna C, porque si lo es a todas contingente y absoluta negativa. § a los que necesaliamente no perte-
§ 4. Pero, si las proposiciones no y puede no serlo a ninguna B, B 15. También es evidente que todos
¡; son de forma semejantes, y la pri- igualmente puede no serlo a ningu- los silogismos son incompletos, y
nece; ahora bien, Qosotros no hemos
confundido lo necesario con lo con·
vativa es necesaria, y necesariamen- na A; luego si A lo es a toda C, B que se completan mediante las figu- tingente. § 4. Tanpoco podría de-
1\Íi te A puede no ser atribuida a nin- puede no serlo a ninguna C; pero ras indicadas más arriba. mostrarse por el absurdo que la con-
\l'l guna B, y B pueda serlo a toda C, se ha su puesto que podía serlo .: , versión tiene luga:; por ejemplo, si
será necesario que A no lo' sea a alguna C. § 9. Cuando el _ porque es falso qte B pueda no ser
ninguna C. Admítase, en efecto, que afirmativo es necesario en el CAPITULO 17 atribuida a ningura A se pretendie-
lo sea a toda C, o a alguna C; pero gismo privativo, por ejemplo, se que era cierto que no puede no
ya se había supuesto que podía no o cuando es el universal en el § l. En la segunda figura, cu~n serlo a ninguna; porque éstas son
serlo a ninguna B. Puesto que el gismo afirmativo, como A B, do ambas proposiciones son contm- una afirmación y ma negación. Pero
privativo se convierte, B puede brá conclusión absoluta. La gentes, no hay silogismo, ya se la_s si esto es así, ento~ces es cierto que
igualmente no ser atribuida a ningu- tración en este caso sería la haga afirmativas O'· privativas, um- B es atribuida necesariamente a al-
na A; pero se supone que A lo es que la hecha más arriba. § 10. versales o particulares. Siendo una guna A, y por cmsiguiente que A
a toda C, o a alguna C; luego B no supone el' universal unido al de las proposiciones absol~ta y. la lo es igualmente a alguna B; lo cual
puede serlo a ninguna e o a toda mo menor, sea afirmativo, otra contingente, si es la ahrmattva es imposible; porGue de que B no
C; pero se supuso al principio que vativo y contingente, y si la absoluta, no habrá silogismo; pueda no ser atrbuida a ninguna
lo era a toda C. Es, pues, evidente particular necesario va pero .si _es la universa_l privativa, 1? A no se sigue q~e necesariamente
que hay igualmente silogismo de: tremo mavor, no habrá habra stempre. Lo mismo, sucedera
Sean los términos de lo lo sea a alguna A. Esto consiste en
poder no ser, cuando le hay de: no cuando una de las proposiciones sea que: no poder nc ser atribuido a
ser. § 5. Supongamos, por otra par- afirmativo: animal, blanco, necesaria y la otra contingente; pero ninguno tiene do1 significaciones,
te, que la proposición afirmativa de lo no contingente: anin es preciso entender en este caso lo
sea necesaria, que A pueda no ser co, vestido. § 11. Cuando el una de las cuales expresa que la
tont_ingente que aparece en las con- cosa necesariamen1e es atribuida a
atribuida a ninguna B, y que B lo sal es necesario y el partícu clus¡ones en el sentido en que lo
sea necesariamente a toda C; el si- tingente, siendo el univers~I alguno; y la segunca, que necesaria-
hemos entendido precedentemente. mente no lo es a a~guno. En efecto,
logismo en este caso será completo, tivo, los términos de la afirmaciV" § 2. Por lo pronto es preciso de-
no en el sentido de: no ser, sino en son: animal, blanco, cuervo; de que tal cosa nfcesariamente no
'!!Ostrar aquí que la Privativa con- sea atribuida a algma A, no se de-
el de: poder no ser: porque la pro- la negación: animal, blan.co, hngcn_tc no puede convertirse; si,
posición del extremo ,mayor ha re- ~ 12. Si el universal es afl~atlVQ, duce que pueda nc serlo a toda A,
los términos de la afirmacwn ~·; CJemplo, A puede no ser atri- así como no será tampoco exacto
cibido esta forma. Por lo demás, Ulda a ninguna B, no es de necesi- decir que lo que e¡ atribuido a una
92 ARISTÓTELES PRIMEROS ANALÍTICOS 93
cosa necesariamente, pueda serlo ria. Supóngase A blanco, B hombre en C. § 4. Si ambas proposiciones buida a ninguna B, pero que pueda
igualmente a toda esta cosa. Luego y C caballo. A, es decir, blanco pue- son privativas, y la una expresa: no serlo a toda C; convirtiendo la pro-
si se pretendiese que C, no pudien- de pertenecer al uno por entero, y ser, y otra: la posibilidad de no ser; posición privativa, B no lo será tam-
do ser atribuida a toda D, necesa- puede no pertenecer en nada al estos datos por sí solos no suminis- poco a ninguna A, pero A podía
riamente no lo es a alguna D, se in- otro; pero no es contingente tam- trarán una conclusión necesaria; serlo a toda C. Tendremos, por tan-
curriría en un error, ·porque es atri- poco ni que B sea atribuido a C, ni pero convirtiendo la proposición to, un silogismo de la primera fi-
buida quizá a toda D; pero como que no lo sea. Por lo pronto, que contingente, hay silogismo que con- gura, que concluye que B puede no
lo es necesariamente a alguna D, no puede ser que lo sea, es de toda cluye que B. puede no ser atribuida ser atribuida a ninguna C. Al mismo
decimos que puede no serlo a toda evidencia, puesto que ningún caba- a ninguna C, como en los casos pre- tiempo es claro que B no lo es a
D. Y así para esta proposición: po- llo es hombre. Pero tampoco es con- cedentes: porque en este caso ten- ninguna C; porque supongamos que
der atribuirse a todo; hay dos opues- tingente que no lo sea, atendido a drá también lugar la primera figura. lo sea, y resultará que: si A puede
tas, que son: serlo necesariamente que es necesario que ningún caba- § 5. Si las dos proposiciones son no serlo a ninguna B, y B lo es a
a alguno, y, no serlo necesariamen- llo sea hombre; es así que nosotros afirmativas, tampoco habrá silogis- alguna C, A no puede ser atribuida
te a alguno; e igual oposición apa- · nunca hemos confundido lo nece- mo. Sean los términos para la afir- a alguna C; pero la suposición que
rece respecto de ésta: poder no atri- sario con lo contingente, luego no mación: salud, animal, hombre; y se hizo fue la de que podía serlo a
buirse a ninguno. Luego evidente- hay aquí silogismo. § 7. La demos- para la negación: salud, caballo, toda C. § 3 _ De la misma manera
mente, comprendiendo lo contingen- tración sería completamente igual si se haría la demostración, si la pri-
te y lo no contingente en el sentido se tomase la negación en un orden hombre.
§ 6. Lo mismo sucederá respec- vativa se aplicase a C.
de nuestra definición anterior, es inverso, o si se hiciese que fuesen to de los silogismos particulares. En § 4. Supongamos que el afirma-
preciso admitir como opuesta, no las dos proposiciones, ya afirmati- efecto, cuando la afirmativa es ab- tivo sea necesario y el otro miem-
sólo: ser necesariamente atribuido vas, ya privativas. La demostración soluta, sea universal o particular, bro privativo y contingente; que A
a alguno, sino también la siguiente: tiene lugar con los mismos términos. no hay silogismo. Esto podría de- pueda no ser atribuida a ninguna
no ser necesariamente atribuido a § 8. Si una de las proposiciones es mostrarse de la misma manera y B, y que lo sea necesariamente a
alguno. Una vez admitido este sen- universal y la otra particular, o am- con los mismos términos que pre- toda C; estando así dispuestos los
tido, no resulta ya imposibilidad al- bas particulares o indeterminadas, o cedentemente. § 7. Cuando es la pri- términos, no habrá silogismo; por-
guna; y por consiguiente, no hay ya se combinen de cualquiera otra vativa la absoluta, el silogismo tie- que la consecuencia es que B nece-
silogismo. § 5. Es, pues, evidente, manera, la demostración podrá ha- ne lugar por la conversión, como en sariamente no es atribuida a C.
en vista de lo que precede, que en cerse siempre con los mismos tér- los casos anteriores. § 8. Pero si se Sean, por ejemplo, A blanco, B
este caso la privativa no puede con- minos. § 9. Es por lo tanto evidente suponen privativos los dos interva- hombre, y C cisne. Blanco es nece-
vertirse. que con dos proposiciones contin- los, y el absoluto privativo es uni- sariamente atribuido a cisne y pue-
§ 6. Probado esto, supongamos gentes no habrá silogismo posible. versal, no habrá conclusión necesa- de no serlo a ningún hombre; y
que A no pueda ser atribuida a nin- ria sólo con estos solos datos. Pero hombre necesariamente no conyie-
guna B, pero que pueda serlo a toda si es convertido el contingente, como ne a ningún cisne. Es claro, por lo
e_ No tendrá aquí lugar el silogis- CAPITULO 18 en los casos precedentes, habrá si- tanto, que no hay silogismo de lo
mo por medio de la conversión, por- logismo. § 9. Si la privativa es ab- contingente; porque lo necesario no
que se ha dicho que una proposi- § 1. Cuando una de las proposi- soluta y es particular, no habrá si- era lo contingente. Tampoco lo hv
ción de este género no es susceptible ciones es absoluta v otra contingen- logismo, aun cuando la otra propo- de lo necesario; porque lo necesa-
de conversión. Pero tampoco habrá te, si es la afirmativa la absoluta y
sición sea afirmativa o privativa. rio resultaba, o de dos proposi~io
silogismo por reducción al absurdo; la privativa la contingente, tampoco § 10. Tampoco le habrá si son am- nes nccesari as, o de una privativa
porque suponiendo que B pueda ser habrá silogismo, ya sean por otra
bas indeterminadas, ya sean afirma- necesaria. Puede suceder también,
atribuida a toda C, no tendrá esto parte los términos universales o par- tivas, o negativas, o particulares. La con estos datos, que B sea atribu[da
nada de falso, puesto que A podría ticulares; la demostración sería la demostración es la misma y con los a C; porque nada obsta a que C sea
serlo a toda C, y no serlo a ningu- misma y con los mismos términos. sujeto de B, y que A pueda ser atri-
Pero si es la afirmativa la contin- mismos términos.
na. Luego, en general, cu2ndo hay buida a toda B, y lo Sé' a necesa ·ia-
silogismo, es claro que es un silogis- gente, y la privativa la absoluta, ha- mente a C; como si, por ciem~lo,
mo de lo contingente, puesto que brá silogismo. ~ 2. Supongamos, en CAPITULO 19 e es despierto, B animal' y A mCIVÍ-
ninguna de las proposiciones es ab- efecto, que A no sea atribuida a nin- miento; porque necesariamente t~do
soluta, silogismo que por lo demás guna B, pero que pueda serlo a § 1. Cuando una de las propo- animal despierto tiene movimierto,
sería, ya afirmativo, ya privativo; toda C. Convirtiendo la proposición stciones es necesaria y la otra con- lo cual puede convenir a todo <ni-
pero no es posible que sea de nin- privativa, B no lo ser:í a ninguna tingente, si es privativa la que es mal; se dirá que todo ser despiet·to
guno de estos dos modos, porque A: pero se suponía que A ~'''día ser- necesaria, habrá silogismo, conclu- es un animal. Es por lo tanto chro
si se supone afirmativo, se demos- lo a toda e, y en este casu : ·hrá yendo, no sólo que la cosa puede que tampoco hay conclusión nq~a
trará por medio de los términos que silogismo concluyendo que lJ !l·J no ser, sino también que no es; con tiva absoluta, puesto que es ncct$<l-
1a conclusión es negativa contingen- puede serlo a ninguna C, en la pri- la afirmativa necesaria, no hay silo- ria la afirmación absoluta con tos
te: y si es privativo, que la conclu- mera figura. ~ 3. En igual forma se gismo. ~ 2. Supongamos, en efecto, -términos dispuestos de esta mantra.
sión cs. no contingente, y sí necesa- verificaría si se colocase la privativa que A necesariamente no sea atri- Tampoco hay silogismo con las pro-
PRIMEROS ANALÍTICOS 95
94 ARISTÓTELES
ría que el par es igual al impar. Se fiere ya al objeto en cuestión. En bien. como se ha supuesto más arri-
concluye, pues, por silogismo, que fin, si se dice que lo es el mismo CAPITULO 25 ba, la misma conclusión saldrá d¡;
el impar debería ser igual al par; placer de la música, se incurre en más de tres términos; pero si es un
y no se demuestra entonces sino por una petición de principio. Esto es ~ l. Es también evidente que término diferente de aqué\1os, habrá
hipótesis, que el diámetro es incon- más evidente todavía en las figuras toda demostración se hace median- muchos silogismos pero sin enlace
mensurable, porque la contradicción geométricas. Por eiemplo, suponga- te tres términos y no más; ~ 2, lo e
entre sí. Si no está con D en una
de esto conduce a un error eviden- mos que se intenta demostrar que cual no obsta a que una misma con- relación tal que puedan formar un
te. En efecto, razonar por absurdo los lados del isósceles apoyados en clusión pueda obtenerse por diferen- silogismo, estos datos serán inútiles,
consiste precisamente en hacer ver la base son iguales; sean las líneas tes términos, y que E, por ejemplo, a menos que no se hayan tomado
la imposibilidad ,que resulta de la A B, que pasan por el centro; si se pueda ser demostrada por A B y por para sacar de ellos una inducción.
hipótesis admitid¡.¡ al principio. Pero forma el ángulo A e igual a B D, C D, o por A B y A e y B e; por- o para disimular sus intenciones, o
como en los silogismos que conclu- sin haber sentado que los ángulos que puede suceder que haya muchos para cualquier otro fin . análogo.
yen por absurdo se demuestra el de las semicircunferencias son igua- medios para las mismas conclusio- Pero si E no es la conclusión dedJ-
error mediante un· silogismo osten- les; si además se toma el ángulo e nes; pero, en este caso, hay, no un cida de A B. y lo es otra distinta. y
sivo, y el mismo dato inicial se de- como igual a D, sin haber añadido silogismo único. sino muchos silo- de e D se concluye uno de estos dos
muestra hipotéticamente; y como que todos los ángulos de una sec- gismos. § 3. Lo mismo sucede si términos o algún otro diferente. re-
por otra par\e hemos :dicho que los ción son iguales; y si, por último, éada una de las dos proposiciones: sultan muchos silogismos que no se
silogismos ostensivos se forman se- se admite que E F son ángulos igua- A. B, se demuestra por silogismo: relacionan con el sujeto en cuestión;
gún nuestras tres figuras, es eviden- por ejemplo, A por D E, y B por porque hemos supuesto que la con-
les, porque ambos son restos de án-
te también que los silogismos por gulos iguales disminuidos en canti- F H: o también si se demuestra una clusión sería E. Si no se saca nin-
absurdo se forman igualmente me- dades iguales, se incurrirá en una por inducción y otra por silogismo. guna conclusión de e D. ninguna
diante estas figuras. § 12. Y lo mis- Pero también de esta manera resul- utilidad han producido, y entonces
petición de principio, a menos que
mo sucede con todos los demás si- tan muchos silogismos; porque hay no hav silo~ismo referente a la pro- ·
no se siente desde luego que los res·
logismos hipotéticos, puesto que en igualmente muchas conclusiones aue posición primitiva. Luego es eyiden-
ros son iguales cuando se quita una
todos se forma el silogismo en re- c:;:mtidad igual a cantidades iguales. son A, B y C. ~ 4. Si hay un sólo tísimo que toda demostración y todo
lación a la proposición añadida; y silogismo y no muchos. puede suce- silogismo se forman mediante tres
Es por tanto evidente que en todo
el dato inicial resulta probado, ya der que la misma conclusión se ob- términos solamente.
silogismo debe aparecer lo univer- ~ 6. De aquí resulta claramente.
por asentimiento, ya por cualquiera sal. S 2. Es sabido además que se tenga por más de tres términos. ~ 5.
otra hipótesis. § 13. Pero si esto es concluye lo universal cuando todos Pero para demostrar e por A B, es que el silogismo tiene lugar median-
exacto, es necesario que toda de- imposible que haya más de tres tér- te dos proposiciones y no más; por-
los términos son universales; y lo que Jos tres términos forman dos
1j mostración, todo silogismo, tenga particular; con términos de una y. minos. Supóngase E, por ejemplo.
lugar en las tres figuras de que se otra especie. Luego si la conclusión demostrado por A B e D. Es nece- proposiciones, a menos que no se
añada alguna otra, como se ha di-.
ha hablado; y demostrado esto, es ~s universal, es preciso que los tér· sario que uno de estos términos se
claro que todo silogismo se comple- pon'ga en relación con el otro, to- cho anteriormente, para completar
minos sean también universales; los silogismos ..~ 7. Es por lo tanto
ta mediante la primera figura, y pero siendo los términos universales, mándose uno como todo y otro
puede reducirse a los silogismos como parte: porque se ha demos- evidente que tratándose de un ra-
puede suceder que la conclusión no zonamiento silogístico en que las
universales de la misma. trado precedentemente que, cuando
lo sea. § 3. También es claro que proposiciones que producen la con-
en todo silogismo es preciso 'que las hay silogismo. es necesario que cier-
tos términos estén en esta relación. clusión principal no son pares. y en
CAPITULO 24 dos pwposiciones, o por lo menos Si A está en esta relación con B: que es a veces necesario que las pro-
una de ellas, sea semejante a la con· desde este acto hay una conclusión posiciones salgan de conclusiones
§ 1. Es preciso además en todo clusión. Quiero decir que, no sólo Que sale de estos términos. ya sea antecedentes, este razonamiento, o
silogismo que uno de los términos debe ser igual en tanto que es afir· f:. Y<l uno de los dos términos e O no es silogístico, o bien ha exigido
sea afirmativo y que se dé en él lo mativa o privativa, sino también en f?. o ya otro malquiera diferente de uno para su tesis más de lo que ha-
universal. Sin universal, o no habrá tanto que es necesaria, absoluta O estos. Si resulta ser E, el silogismo bía necesidad. 8 8. Pero no consi-
silogismo, o no lo habrá con rela- contingente. Aquí, por lo demás, se· se formará sólo con los términos A derando los silogismos sino en sus
ción a la cuestión, o se incurrirá en ría preciso examinar también Jos B. Si e D son entre sí de tal modo proposiciones esenciales, todo silo-
una petición de principio. Y así, si otros modos de atribución. Que el uno es tomado como todo y gismo se forma de proposiciones pa-
tratándose de demostrar que la mú- ~ 4. Hemos visto, en general, e? el otr(> como parte. se deducirá de res y de términos impares. Los tér-
sica es un placer honesto, se dice qué casos habrá silogismo y en cua· minos son siempre uno más que las
sólo que el placer es honesto, sin les no lo habrá; aquellos en que es el . .alguna conclusión·' y esta con-
ellos
proposiciones: las conclusiones son
us1on será entonces o E, o uno
decir: todo placer, no habrá silogis- posible y aquellos en que es com· de. los dos términos A B, o cual- siempre la mitad de las proposicio-
mo. Por otra parte, si se dice que pleto; y resulta, por último, q~e QUitra otro término diferente de nes. ~ 9. Si se concluye por medio
cierto placer es honesto, y esto· se cuando hay silogismo, es necesariO ~llos. Si la conclusión es E o uno de prosilogismos, o empleando otros
refiere a otro placer distinto del de que los términos estén dispuestos de: e .los dos términos A 13. o rcsul- muchos medios: por eiemplo. A B
la música. el razonamiento no se re- uno de los modos indicados. lar"ll
" , 1onces mue h os SI. 1og1smos;
lll . o por e V por D. el n'úmero de los
100 ARISTÓTELES PRIMEROS ANALÍTICOS 101
términos superará siempre en uno figuras y en más casos, será fácil; todo silogismo, con cu4ntos térmi- conclusiones obtenidas en cada fi-
1 al de las proposiciones. En efecto, po.r el contrario, la que se obtiene nos y proposiciones se forma, en gura, cuáles son las que se demues-
.1 o el término añadido está fuera de en menos figuras y en menos casos qué relación están unas proposicio- tran en más figuras, y, en fin, cuá-
los extremos, o es intermedio; de se probará más difícilmente. § 2. La nes con otras, cuáles son además las les se demuestran en menos figuras.
todas maneras, los intervalos serán afirmativa universal sólo se demues-
uno menos que los términos. El nú- tra en la primera figura, y de una
mero de las proposiciones será sola manera en esta figura; la pri-
siempre igual al de los intervalos; mitiva se demuestra en la primera
sin embargo, no serán siempre aqué- y en la figura media: en la prime- SECCION SEGUNDA
llas pares, ni los. términos siempre ra, de una sola manera, y de dos
impares; sino que alternativamente, en la segunda; la afirmativa par~
cuando las proposiciones sou pares, · ticular, en la primera y en la últi, CAPITULO 27 remontándose a los términos supe-
'i los términos .serán impares; cuan- ma: de una sola manera en la pri- riores, hay un límite <;londe es pre-
1
q do los términos son pares, las pro- mera, y de tres en la última; la § l. ¿Cuáles son los medios de ciso detenerse; pero aquí contenté-
posiciones serán impares. En efec- primitiva particular se demuestra en~ontrar siempre, caso necesario, monos con haber sentado este prin-
to, a cada término que se añade, se en todas las figuras, pero una sola los silogismos relativos a la cues- cipio. § 4. Respecto a estas cosas
! añade una proposición, cualquiera vez en la primera, dos veces en la tión plantead?? ¿Cuál es el camino superiores, no se puede demostrar
que sea el lugar que ocupe este nue- segunda y tres en la última. que debe conducirnos al conoci- que alguna otra cosa les sea atribui-
vo término; y, puesto que, siendo § 3. Es por tanto evidente que miento de los principios especiales da, sino por pura suposición; y an-
las proposiciones pares, son impares la universal afirmativa es la más di- de cada cuestión? He aquí los pun- tes por el contrario, ellas son las que
los términos, es evidente que deben fícil de asentar y la más fácil de re- tos de que debemos tratar ahora. se atribuyen a las demás cosas. Los
mudar de condición cuando se les futar; y por punto general, las pro- En efecto, quizá no debe bastar es- individuos jamás se atribuyen a las
añade la misma cuantidad. Por lo posiciones universales son más fáci- tudiar la formación de los silogis- demás cosas, mientras que las de-
demás, las conclusiones no tendrán les de destruir que las paniculares. mos, sino que es preciso poseer la más cosas se atribuyen a los indi-
ya la misma relación ni con los tér- En efecto, las proposiciones de este facultad de hacerlos. viduos. En cuanto a los términos
r minos, ni con las proposiciones. género son refutadas por la negativa § 2. Hay entre las cosas algunas intermedios, es claro que pueden
Añadiendo un término, se añaden universal y por la negativa particu" que no pueden ser jamás atribuidas emplearse de dos maneras; porque
conclusiones que son una menos que lar, una de las cuales, la particular a otras con verdad de una manera sirven de atributos a las demás co-
los términos anteriores: porque sólo negativa, se demuestra por todas las universal; por ejemplo, Cleon, Ca- sas, y reciben las demás cosas como
¡, para el último no habrá conclusión; figuras; y la otra, la universal ne- llias, y todo lo que es individual y atributos. Por lo demás. sobre los
1: pero la habrá para todos los de!T\ás. gativa, se demuestra en dos. La mis: perceptible por los sentidos. A és- términos de este género vienen casi
Q'' Por ejemplo, si se añade Da A B·C, ma observación tiene lugar respecto tas, por lo contrario, pueden atri- únicamente a recaer las discusiones
l:¡ se añaden al mismo tiempo dos con- de las universales negati1ras; la pro> buirse las demás cosas; así los dos y las indagaciones.
l
¡:
clusiones, la una relativa a A, la posición inicial es refutada a la vez
otra relativa a B; y lo mismo suce- por la afirmativa unÍ\'ersal y por la·
dería con todas las demás que pue- afirmativa particular. Es decir, que
seres que acabamos de citar son, lo § 5. Por lo tanto, es preciso to-
mismo el uno que el otro, hombre mar, las proposiciones relativas a
l' dan añadirse. Si se añade el término lo son en dos figuras. En cuanto a
y animal. Ciertas cosas se atribuyen cada objeto, sentando primero este
a otras, sin que otras puedan, sin objeto mismo, así como sus defini-
con carácter de intermedio, subsis- las particulares, por el contrario, no embargo, ser atribuidas anteriormen- ciones y todo lo que le es propio;
tirá también la misma relación; por- hay más que una sola manera de 1~ a ellas. Otras, en fin, pueden ser- en seguida, todo lo que es consi- ·
que sólo con relación a un solo tér- refutarlas, por la universal afirma· VIr de atributos a otras y recibir guiente a este objeto; después, todo
mino no tendrá lugar el silogismo; tiva o negativa. Pero también las ellas mismas atributos; así, hombre aquello de que es él mismo consi-
y el número de las conclusiones será oarticulares son mucho más fáciles puede ser eL atributo de Callias, y guiente; y, por último, todo aquello
mucho mayor que el de los términos de asentar, porque son obtenidas en recibir el atributo: anima\.0 3 § 3. Es, que no le puede pertenecer. En
y el de las proposiciones. muchas más figuras y de un numeró por tanto, evidente que ciertas co- cuanto a las cosas a que el objeto
mayor de modos. § 4. No hay que sas no pueden por su misma natu- mismo no puede pertenecer, es in·
olvidar que puede rdutarse la una raleza ser atribuidas a ninguna otra; útil distinguir, puesto que !a priva·
CAPITULO 26 por la otra, la universal por la pa:· Y en este caso se encuentra la ma- tiva se convierte. § 6. Es preciso
ticular, y la particular por la unJ· Yor parte de las que caen bajo nues- observar también entre Jos consi-
§ l. Puesto que sabemos de qué versal; pero no se puede fundar la ~ro~ sentidos; no pueden ser jamás guientes los que se refieren a la
elementos se forman los silogismos, universal mediante la particular, atnbutos sino impropiamente; así esencia misma de la cosa, y los que
cuáles son las conclusiones obteni- mientras que ésta puede serlo me- Podemos decir algunas veces que son atribuidos, ya como propios, ya
das en cada figura, y de cuántas ma- diante la primera. ~ 5. No es menos esta Persona blanca es Sócrates, y como accidentes; y entre estos atri-
neras se pueden obtener, compren- claro que destruir una proposición qu;; éste que se acerca es Callias. butos, cuáles son ios sólo supuestos
deremos claramente también cuál es siempre más fácil que asentarla. Mas adelante hmcmos ver que. aun y cuáles los verdaderos; porque
conclusión es fácil y cuál difícil de ~ 6. Todo lo que precede ha de· cuanto más se conozcan los atribu-
probar. La que se obtiene en más biclo mostrarnos cómo se produce ~' Vé8se Categorías. cap. 11. tos, tanto más pronto se encontrará ·
102 ARISTÓTELES
1
106 ARISTÓH.LES
107
PRIMEROS ANALÍTICOS
§ 12. Es por lo tanto claro, con- CJpiOs en cada una de ellas. Por
forme a lo que acaba de dr:cirse, ejemplo, la experiencia astronómica gismo la existencia de alguna cosa, pre obligados a tomar el universal
que no sólo todos los silogismos suministra Jos principios de la cien- es preciso procurar siémpre que el por término medio; y para ellos son
pueden formarse por este método, cia astronómica; y sólo después de término medio que forma el silogis- los extremos los que deben demos-
sino que es imposible que se for- haber observado durante largo tiem- mo sea menos extenso que el pri- trarse así como las diferencias. En
men siguiendo ningún otro. En efec- po los fenómenos, es posible llegar mero de Jos extremos, y que no se fin, no dicen claramente lo que el
to, se ha probado que todo silogis- a las demostraciones de la astrono- le atribuya universalmente. La di- hombre, o aquello que es el objeto
mo se producía en una de las figu- mía. Todas las artes, todas las cien- visión, por el contrario, tiende a un de la indagación, de manera que
ras expuestas; es así que estas fi- cias están en este caso. Pero desde resultado completamente opuesto, resulte una consecuencia necesaria.
guras no pueden formarse sino me- el momento en que se han adquiri- toda vez que toma el universal por Esto nace de que siguen un camino
distinto del verdadero, y no sospe-
diante los consiguientes y los ante- do los principios relativos a cada medio. Supongamos~ por ejemplo, chan que hay recursos de que a este
cedentes de cada objeto, puesto que objeto, nosotros podemos sacar de animal representado por A, mortal fin pueden disponer. ~ 4. Es eviden-
de ellos sólo proc~den asL las pro- ellos demostraciones regulares. Si en por B, inmortal·por C; y el hombre, te que siguiendo este método no se
posiciones como el medio; luego el la observación no se ha omitido cuya definición· se trata de dar, re- puede negar jamás; ni tampoco se
silogismo no es posible por otros nada de lb que pertenece realmente presentado por D. La división su
procedimientos que por éste. al objeto, podremos, en todo lo que puede asentar silogismos relativos a
pone que todo animal es mortal o lo propio, a Jo accidental. al género,
es susceptible de ser demostrado, inmortal; en otros términos, que lo y a todos estos casos en que no se
descubrir la demostración y expo- que es A es por entero B o C. Ade- sabe si la cosa es de esta o de aque-
CAPITULO 30 nerla; y si la demostración es natu- más, siguiendo este método de di- lla manera; por ejemplo, si el diá-
ralmente imposible, esto mismo po- visión, se asienta siempre que el metro es o no conmensurable. En
§ l. El método subsiste siempre dremos nosotros hacerlo evidente. hombre es animal, es decir, que se efecto, suponiendo que toda exten-
el mismo, ya se le aplique a la filo- § 4. Hemos dicho de una mane- supone que A se dice de D. Resulta, sión es conmensurable o inconmen-
sofía, ya al arte, ya a la ciencia. ra general y sumaría cómo se hace por tanto la conclusión, que toda surable, y que el diámetro es una
Siempre es preciso reunir en torno la elección de las proposiciones. D es B o C; es decir, que es pre- extensión, se tiene por conclusión,
de cada sujeto propuesto lo que le Pero esta materia la hemos tratado ciso admitir que el hombre es mor- que diámetro es conmensurable o
es atribuido, y aquello a que él mis- con toda la exactitud que podría de-
mo puede serlo; siempre es preciso tal o inmortal, puesto que es nece- inconmensurable. Si se admite que
searse en nuestra obra sobre la Dia-
el mayor número posible de estas sario que el animal sea mortal o es inconmensurable, se admitirá pre-
léctica.
relaciones; siempre es necesario es- inmortal; pero no es absolutamente cisamente lo que se trata de probar;
tudiarlas mediante tres términos, de necesario que el hombre sea mortal; y de esta manera no es posible en
CAPITULO 31 simplemente se supone. Ahora bien, rriodo alguno demostrarlo, porque es
este punto de vista para refutar la
proposición, de aquel otro para esto es precisamente lo que era pre- éste un método que hace imposible
§ l. Puede verse sin dificultad, ciso demostrar. Sea A animal mortal, toda demostración. Supongamos, por
asentarla, tomando Jos atributos ver que la división en· géneros _no es más
daderos para razonar con toda cer- B sin pies, C con pies, y D el hom- ejemplo, que conmensurable o in-
que una muy débil parte del mé- bre: aquí se supone igualmente que conmensurable está representado por
tidunJbre, y limitándose en los si- todo que acabamos de indicar. Esta
logismos dialécticos a la simple pro- A es B o C; porque todo animal A, extensión por B, el diámetro
división no es más que un silogis-
babilidad. mo impotente; supone lo mismo que mortal tiene pies o no los tiene: y por C. § 5. Es evidente que este
§ 2. Hemos explicado también se intenta demostrar, y concluye se supone que A se aplica a D, toda modo de indagar no puede conve-
los principios generales de los silo- vez que se ha supuesto que el hom- nir a toda especie de investigacio-
siempre en uno de Jos términos su-
gismos y dicho lo que son, y se ha bre. es un animal mortal. Y así es nes, y que no es siquiera aplicable
periores. § 2. En primer lugar, nin-
indicado el medio de descubrirlos guno de cuantos han empleado este necesario que el hombre sea un ani- a aquello a que al parecer podría
para no tomarse el trabajo de exa- método ha tomado en cuenta este de· mal con pies o sin pies: pero no convenir mejor.
minar todas las palabras, ni de re- es necesario que tenga pies, porque § 6. Se ve. pues, por lo que pre-
fecto; y se han esforzado en probar
currir a los mismos elementos para que se puede demostrar la sustancia ésta es una suposición que era pre- cede, cuáles son Jos elementos de
deshacer o fundar un razonamiento, misma y la esencia de las cosas: y cisamente lo que había que demos- las demostraciones, cómo se forman,
ya se le funde o refute universal o así no han comprendido, ni cómo trar. Por Jo tanto, ]os partidarios y cuáles son los puntos que deben
particularmente; y para que se li- pueden hacerse silogismos por divi- del método de división se ven siem- tenerse presentes en cada cuestión.
mite la indagación a objetos menos sión, ni tampoco que pueden muy
numerosos y determinados. § 3. bien hacerse siguiendo el método
Cualquiera que sea el objeto en que nosotros hemos expuesto.'" SECCION TERCERA
cuestión, hay siempre una elección § 3. En las demostraciones,
que hacer; por eiemplo, entre el cuando se quiere probar por silo-
bien y la ciencia. En todas las cien- las figuras enunci3das más arriba:
CAPITULO 32 Esta es, en efecto. la umca parte
cias los principios son en su mayor 2" Esta doctrina se refuta también
parte especiales; y a la experiencia ~ 1. Después de todo lo expli- de nuestro estudio que nos resta con-
en los Segundos Analíticos, libro JI, siderar; porque si conociendo ya la
corresponde suministrar estos prin- caps. 4, 5, 6 y 7. cado es preciso indicar la manera
de reducir todos los silogismos a formación de los silogismos, y te-
PRIMEROS ANALÍTICOS
109
108 ARISTÓTELES
niendo la posibilidad de descubrir- conclusión, y aquí faltan proposi- claro que debe examinarse, no to- da a esta .otra, y decir: esta cosa es
los, aprendemos además, una vez ciones. Supóngase también que, exis- das las figuras, sino sólo la figura atribuida a toda esta otra cosa.
construidos aquéllos, a resolverlos tiendo el hombre, es de necesidad especial de la conclusión en cues-
en las tres figuras, quedará perfec- que el animal exista también; y qq.e tión; y cuando la conclusión se ob-
tamente cumplido el objeto que al existiendo el animal, hay necesaria- CAPITULO 34
tiene en muchas figuras a la vez,
principio nos propusimos. Al mis- mente sustancia. Luego en este caso reconoceremos siempre la figura por
mo tiempo esto contribuirá a con- la existencia del hombre lleva con- § l. Muchas veces podrá tam-
la posición del término medio. bién incurrirse en equivocación por
firmar e ilustrar todo lo que precede sigo también la de la sustancia ne-
con lo que va a seguir, porque todo cesariamente. Sin embargo, aquí no no haberse expresado bien los tér-
hay verdaderamente silogismo, pues- minos de la proposición; por ejem-
lo que es verdadero debe ser de CAPITULO 33 plo, sea A !a salud, B la enferme-
todo punto consecuente consigo to que las proposiciones no son lo
mismo. que hemos dicho. Lo que nos alu- § l. Muchas veces, por tanto, se dad y C el hombre. Es cierto que
§ 2. Ante todo debe procurarse cina en este caso es que de estos incurre eri equivocaciones en los ra~
A no puede ser atribuida a ninguna
segregar las dos proposiciones del datos sale una consecuencia necesa- B, porque la salud jamás es atribui-
zonamicnto a causa de este mismo da a la enfermedad, y que B es atri-
silogismo. La división, en efecto, es ria, y que el silogismo nos da tam- carácter de necesidad de que acabo
más fácil hacerla en partes grandes bién una de este género. Pero lo de hablar; pero a veces también son buida a toda e, porque todo hombre
que en partes pequeñas, y los com- necesario es más amplio que el silo- efecto de la semejanza en la forma es susceptible de enfermedad. Lue-
puestos son siempre mayores que gismo, porque todo silogismo es ne, de los términos, cosa que no debe go parecería resultar de aquí que la
sus elementos. § 3. En seguida es cesario, y todo lo necesario no es perderse de vista. § 2. Supongamos, salud no podría ser atribuida a nin-
preciso indagar qué proposición es silogismo. No debemos por tanto por ejemplo, que A es atribuida a gún hombre. La causa de este error
universal, y cuál es particular. § 4. apresurarnos a resolver inmediata- B, y B a e; podría creerse que con consiste en que los términos no han
Y si se ha descuidado el fijar am- mente sólo porque de ciertos datos sido bien sentados en la enuncia-
términos dispuestos de esta manera
bas, es preciso restablecer la que resulte una consecuencia, sino que hay silogismo; y sin embargo, ni hay ción; porque mudando los términos
falte. Muchas veces, en efecto, sea es preciso ffi:!te todo segregar las dos que expresan la disposición, ya no
consecuencia necesaria, ni hay silo-
escribiendo, sea discutiendo, se ol- proposiciones. gismo. § 3. Por ejemplo, que A re- habrá silogismo. Por ejemplo, pón-
§ 6. En seguida he aquí cómo gase, en lugar de salud, sano, y en
vida, después de haber sentado la presente: existir siempre; B: Aris-
lugar de enfermedad, enfermo; en-
proposición universal, el expresar se las dividirá en términos. § 7. En- tómenes imaginable, y e: Aristóme-
la particular que ella encierra; o tre los términos se tomará como nes. Es claro que A es atribuida a tonces ya no es cierto decir que no
bien al expresar tales proposiciones, medio el que se repite en las dos B, porque Aristómenes es siempre es posible que sano se diga de en-
fermo. Pero si no se hace este cam-
se omiten las que hacen que las proposiciones; porque el medio, y imaginable; pero, además, B es atri-
primeras sean concluyentes y se esto tiene lugar en todas las figuras, buida a C, porque Aristómenes es bio, sólo tiene lugar un silogismo
debe encontrarse en las dos propo- de lo contingente, es decir, de lo
formulan respecto de otras inútiles Aristómenes imaginable; pero A no
exigencias. Es preciso por lo tanto siciones. § 8. Luego si el medio es lo es a e, porque Aristómenes es que no es imposible; y en efecto, es
examinar si se ha empleado alguna atribuido a otro término, u otro mortal. En efecto, hemos visto que posible que la salud no se dé en
proposición inútil, y si se ha des- término se le atribuye; o bien si es no hay silogismo con términos de ningún hombre. § 2. Este error pue-
preciado acaso otra necesaria, aña- él afirmado de un término y otro esta forma; era preciso que la pro- de producirse igualmente en la fi-
diendo una y quitando otra, hasta se niega de él, es la primera figura. posición A B fuese universal. Pero gura media. Y así la salud no puede
que se llegue por fin a las dos pro- Si es afirmado él mismo y negado s~ría un error el creer que todo Aris-
atribuirse a ninguna enfermedad,
posiciones; porque sin esta proposi- respecto de. algún otro término, es tomenes imaginable es inmortal, pero puede serlo a todo hombre;
ción no es posible resolver los razo- la figura media. Si los otros térmi- ·puesto que Aristómenes es mortal. luego la enfermedad no se dice de
namientos presentados de esta ma- nos le son atribuidos o si se niega § 4. Sean también e: Micale; B Mi- ningún hombre. § 3. En la tercera
nera. § 5. En ciertos casos es fácil de él el uno y se afirma el otro, es cale músico, y A: inorir mañana. B figura, la conclusión falsa se da en
ver lo que falta; pero a veces cuesta la última; porque ésta es la posición P,uede ser en verdad atribuida a e, forma contingente; porque la salud
trabajo descubrirlo, y se cree que que el medio ocupaba en cada fi- porque Micale es Micale músico; y la enfermedad, la ciencia y la ig-
norancia, y en general, las contra-
hay silogismo porque, en efecto, re- gura. Poco importa por otra parte be~o A puede igualmente ser atri-
sulta de los datos algo necesario. que las proposiciones no sean uni- mda a B. porque Micale músico rias, pueden darse en un todo y mis-
Por ejemplo, si se supone que, des- versales; la definición del medio mo_rirá mañana; pero es un error mo objeto, pero es imposible que se
truyéndose lo que no es sustancia, subsiste siempre la misma. § 9. Es, a.tnbuir A a C. Este ejemplo es idén- atribuya la una a la otra. Esto, por
no se destruye la sustancia, pero pues, evidente que en un razona- lic? al primero, porque no es cierto lo demás, está en contradicción con
que destruyéndose los elementos miento en que un mismo término unJVersalmcnte que Micale músico una observación precedente; porque
de que una cosa se forma, precisa- 'lO es repetido muchas veces, no hay morirá mañana; sin esta universali- se ha sentado que cuando muchas
mente ha de destruirse la misma silogismo, porque no hay medio. dad no habi:t silogismo. ~ 5. El error cosas pudiesen ser atribuidas a una
cosa. Sentado esto, es nece~ario, en ~ 10. Por otra parte, como sabe- en este caso procede de una dife- sola y misma cosa, podrían serlo
efecto, que la parte de la sustancia mos qué conclusión se encuentra en rencia apenas sensible; esto es, en igualmente las unas a las otras.
sea también sustancia. Pero los da- cada figura, y en qué figura es uni- ~ 4. Es por tanto claro que en
que concedemos que no hay ningu-
tos no bastan para suministrar esta versal, y en cuál es particular, es l1a entre decir: esta cosa es atribuí-
todos estos casos el error resulta tan
PRIMEROS ANALÍTICOS
110 ARISTÓTELES 1 1
sQio del enunciado de los términos. ser y no ser atribuido. ~ 2. Por ejem. de tal cosa, o que no pertenece a tal
y que permutando los que expresan plo, cuando se dice: la noción de cosa !:i 7. Por ejemplo: no hay ni CAPITULO 38
la disposición, ya no hay wncJusión los contrarios es única. Supóngase movimiento de movimiento, ni pro-
errónea. Y así es evidente que en que es A la noción única y B los ducción de producción; pero hay § l. Toda nocibn duplicada en
las proposiciones de este género es contrarios recíprocos; A es entonces movimiento y producción del pla- las proposic!ones debe ir siempre
preciso sustituir siempre el derivado atribuida a B; pero por esto no se cer; luego el placer no es ni pro- unida al pnmer e:•tremo, y no u
de la disposición a la disposición pretende que los contrarios sean una ducción ni movimiento. O también: medio. § 2. Por ej<mplo, si en fOJ-
misma y tomar este derivado por sola noción; quiere decirse tan sólo puede haber signo de reír, pero no ma de silogi~m? se concluyese que
término. que se puede afirmar de ellos, COil hay signo del signo~ luego el reír hay el conoc~rnrentl) de que la jus-
no es signo.§ 8. Y lo mismo sucede ticia ·es un bien, se~ía preciso colo
verdad, que la noción que los pro-
en todos los demás casos en que se car: que es un bien o en tanto qut
duce es única. ~ 3. Puede suceder.'
CAPITULO 35 que el primero sea atribuido al me- refuta la conclusión, haciendo ver es un bien, en el primer extremo.
que el género le es atribuido de una Sea A, por ejemplo, el conocitnientc
dio, y que el medio no pueda serlo
~ l. Tampoco es preciso tratar manera cualquiera. § 9. Sea también de que tal cosa es Ílll bien, B el bien,
al tercero. Por ejemplo: si la sabi- y e la justicia. A puede ser con ver-
de encontrar siempre para los térmi- duría es la ciencia. y suponiendo este otro ejemplo: la ocasión no es
nos una palabra especial; porque el tiempo oportuno; porque la oca- dad atribuida a B; porque se sabe
que haya: sabiduría del bien; la con-
hay muchas nociones que no tienen sión existe igualmente para Dios; del bien que es el bien; pero B pue-
clusión será que hay ciencia del
palabras especiales; y entonces es mas para él el tiempo no puede ser de ser -con igual verdad atribuida a
bien. Pero el bien no es en modo al- C; porque _la justi~i~ es lo que es el
muy difícil resolver semejantes si- guno la ciencia, es la sabiduría.~ 4. oportuno, porque para la divinidad
logismos. Podemos engañarnos a ve- no hay jamás nada que le sea útil. bien; y as1 se venflca la resolución
Y puede suceder que el término me- del silogismo. Pero ¡;i se une a B:
ces si buscamos de este modo una dio sea atribuido al tercero, sin que Los términos son aquí: la ocasión,
palabra que no existe. Por ejemplo, que ella es un bien. la aserción y~
d primero Jo sea al medio. Por ejem- el tiempo oportuno y Dios; pero la
se creerá que hay silogismo con pro- no es verdadera. S~Tá muy cierto
plo, si tenemos: ciencia de un ob- proposición debe formarse en el
posiciones sin términos medios. Su- que A es atribuida a B; pero no lo
jeto cualquiera o de un contrario, y caso acomodado del nombre.
pongamos dos ángulos rectos repre- será en manera alguna que B Jo sea
el bien es a la vez un contrario y ~ JO. Decimos, por tanto, de
sentados por A. triángulo por 13. una manera general y absoluta, que
a C; porque at~ibuir ~ la justicia que
tal objeto cualquiera, la conclusión el bien es el b1en, es un error y un
isósceles por C. A es atribuida a C es: hay ciencia del bien. Mas el bien es preciso poner siempre los térmi-
mediante B, pero lo es a 13 sin que contrasentido. § 3. L~ misma obser-
no es en modo alguno la ciencia, ni nos acomodados a la designación vación tendría lugar si se preten-
sea mediante ningún otro término; rampoco tal bien ni su contrario; directa de los nombres. Y así se
porque el triángulo vale en sí dos diese demostrar que una cosa salu-
smo que el bien sólo es el que es dirá, el hombre, el bien, los contra-
ángulos rectos; luego aquí no ha- bre puede ser c?nocida en tanto que
todo esto. ~ 5. A las veces puede rios; y no: del hombre, del bien, de
brá término medio para A 13, que bien; que el chivo-ciervo es inteligi-
suceder también que el primero no los contrarios. En cuanto a las pro- ble en tanto que no e~ste; o, en fin,
sin embargo es demostrable. Es por posiciones, es preciso emplear en
sea atribuido al medio ni éste al que el hombre es tnortd en tanto que
tanto evidente que no hay que creer
que el medio ha de estar represen- tercero; pudiendo, por lo demás, er' ellas los diversos casos que exige
cada palabra. Así se dice: igual a
es sensible. En efecto, en todos los
tado siempre por una palabra dis- primero decirse y no decirse del ter~ casos en que se aña:le algo a la
cero. Por ejemplo, cuando se dice: esto; doble de esto, hiriendo o vien- atribución, es preciso 11nir la noción
tinta; a veces es toda una proposi· do esto; o también: este hombre,
ción, como sucede en el ejemplo si hay ciencia de tal cosa. hay igual· compleja a la mayor.
est~ animal; o, en fin, se toma cual-
que se acaba de citar. men te género de esta cosa; es así § 4. La posición ~e los térmi-
aue hay ciencia del bien; luego la 9U!era otro giro que la palabra exi-
Jil en la proposición.
no~ no subsiste la m sma, cuando
c'onclus~ón es: hay género del. bien; se ponen en el silogi1mo nociones
CAPJTULO 36 pero en este caso ningún térmmo es absolutas que cuando se limita la
atribuido a otro. Otro caso: la cosa noción mediante un t restricción
de que hay ciencia es igual.mente CAPITULO 37 cualquiera de naturale2a o de exten-
~ l. Cuando se dice que el pri-
mer término es atribuido al medio, género; es así que hay ciencra ~el sión; por ejemylo, cuwdo se con-
bien, luego la conclusión es: el b1en § 1. Cuando se dice que tal cosa cluye que el bJCn es cognoscible, y
y éste al último, no se quiere decir es atribuida a tal otra, y que tal
que estos términos deban ser siem- es igualmente género. De esta_ ma· cuando se concluye de ana cosa que
nera el primer término se atnbuyc eosa se dice con verdad de tal otra, se puede c~nocer que ella es un
pre atribuidos de la misma manera:
al último; pero no son atribuidos el ~tas expresiones tienen tantos sen- bien. § 5. SI se demu¡stra de una
el primero al medio y éste al últi-
lídos como géneros de atribuciones manera absoluta que el bien es cog-
uno al otro ..~ 6. De la misma ma·
mu; observación que se aplica igual-
mente a la negación; sino que cuan- nera es pr-eciso razonar respecto 8 ~ay, ya sean éstas limitadas o abso- noscible, cosa será el té1mino medio.
la negación; y cuando se dice que u~as, simples o complejas. Y lo § 6. Pero si se demu(stra que se
tas significaciones pueda tener el ITI1smo se entiende en cuanto a la puede conocer que una cosa es un
verbo: ser, y cuantas significaciones
verdaderas pueden darse a esta ex-
tal cosa no es atribuida a tal otra¡ r!e~ación. Esto por lo demás merece bien es preciso tomar (ntonces por
no se quiere decir siempre que Jll llfla determinación y un examen más
presión: tal cosa es tal otra cosa, co~a no es t;Jl otra cosa, si no qut Precisos. medio esta cosa especioJ. Sea A. el
otras tantas tienen las expresiones: quiere decirse, ya que tal cosa no C) conocimiento de que estt cosa es tal
112 ARISTÓTELES
PRIMEROS ANALÍTICOS 113
cosa, D esta cosa misma, y C el bien. contrario, que es un bien, es preciso
Se puede atribuir con verdad A a para sacar de ellas razonamientos. los datos iniciales, puesto que con-
tomar por término: un bien. Y lo En general, siempre que no se re- cluyen no por silogismo, sino sólo
B, porque se sabe de tal cosa que mismo sucede en todos los demás
es tal cosa; pero se puede atribuir fiere un término a otro como el todo como resultado de una convencióu
casos análogos. a su parte o como la parte a su todo, admitida por ambas partes. Por
igualmente B a C, porque C es esta
cosa misma; de suerte que A será no se puede llegar, hágase lo que ejemplo, si después de haber supues-
atribuida igualmente a C; y se sa- CAPITULO 41 se quiera, a demostrar nada, porque to que no siendo única la potencia
brá por consiguiente del bien que entonces no hay silogismo. Nosotros de los contrarios·, la noción que de·
§ l. No hay identidad, ni en er·· recurrimos aquí por tanto a la ex- ella se adquiere no lo es tampoco,
es el bien; porque la cosa especial fondo ni en la forma, entre estas dos
era el signo mismo de la esencia. posición de los términos al hablar se demuestra que hay más de una
expresiones: A es atribuida a toda : potencia de los contrarios, de lo sa-
§ 7. Pero si se tomase cosa como cosa a que es atribuida B, y A es) al discípulo, lo mismo que si ape-
término m:edio, y se uniese a la ma- atribuida a toda cosa a que por ene.· láramos al testimonio de sus senti- lubre y de lo insalubre, por ejemplo,
yor cosa, pero tomada absolutamen- dos; pero no decimos que sea im- porque de otra manera una sola y
tero es atribuida B; porque puede·~
te, y no la cosa especial, se conclui- posible hacer una demostración. sin misma cosa podría ser a la vez sa-
suceder muy bien que B sea atribuí- '
ría silogísticamente, no que se sabe este auxilio, como sería imposible lubre e insalubre; se ha demostrádo
da a C, sin que lo sea, sin embargo; formar un silogismo sin las proposi- perfectamente que la potencia de lm
del bien que es bien, sino sólo que a toda C. Sea, por ejemplo, B algo
existe. Sean, por ejemplo: A el co- ciones de que se deduce. contrarios no es única; pero no se
bello y C blanco. Si algo bello es
nocimiento de que la cosa existe, B ha demostrado aún que su noción
atribuido a algo blanco, se está en •
la cosa, y e el bien. § 8. -Es por tan- lo cierto al decir que bello es atri-
no lo sea; y sin embargo, hay nece-
to evidente que así es como deben CAPITULO 42 sidad de convenir en ello: pero esto
buido a blanco; pero quizá no es
disponerse los términos en los siJo. exacto decir que lo es a todo lo que no es por medio del silogismo, sino
gismos limitados. § l. No olvidemos que en un sólo por hipótesis. No es posible
es blanco. § 2. Luego si A es atri- mismo silogismo no todas las con-
buida a B, pero no a todo &quello resolver este último silogismo; pero
clusiones pertenecen a la misma fi- se puede resolver el otro silogismo,
CAPITULO 39 de que se dice B, sea que B se atri- gura; sino que una tiene Jugar en
buya a toda C, o en especial a algu- concluyendo que no hay una poten·
ésta, otra en aquélla; de donde re- cia única de los contrarios, por-
§ 1. Algunas veces es preciso na C, no sólo no es necesario que sulta que de la misma manera deben
también permutar los términos de que éste es un silogismo verdadero,
A sea atribuida a toda C, sino que hacerse las resoluciones. § 2. No se mientras que el otro no es más que
un mismo valor, ya unas palabras no lo es en modo alguno a C. § 3. Si
con otras palabras, ya unas proposi- encuentran todas las conclusiones una hipótesis. § 2. El mismo razona·
A es atribuida a toda cosa de que en todas las figuras; sino que, te- miento tiene lugar respecto de los
ciones con otras proposiciones, o con verdad se diga toda B, resultará ,r, , niendo cada figura conclusiones pro- silogismos que concluyen por reduc,
una palabra con una proposición; y que A será atribuida a todo cuanto :, · pias, la naturaleza de la conclnsión ción al absurdo; tampoco pueden
tomar siempre una palabra en lugar se atribuya toda B. ~ 4. Por lo tan-, indicará siempre en qué figura es resolverse. Sólo puede resolverse la
de una proposición entera; porque to, si A se dice de la cosa a qu~''' preciso buscarla. conclusión misma que es absurda,
entonces se puede hacer más fácil- toda B pertenece, nada obsta a que porque está demostrada por un silo-
mente el deslinde de los términos. B sea atribuida a C, a la que no se
§ 2. Por lo tanto, si no hay diferen- CAPITULO 43 gismo: pero no se puede hacer esta
atribuye toda A, o a la cual no se,:_
respecto a la otra conclusión,. que
cia alguna entre decir, que lo conje- atribuye en modo alguno. ~ 5. Se ve,
tural no es el género de Jo proba- pues, mediante tres términos, que § l. Cuando se trata de argu- sólo es obtenida hipotéticamente. §
ble, o bien que lo probable no es mentar contra una definición, y los 3. Estos silogismos difieren de los
esta expresión: A es atribuida a toda
esencialmente lo conjetural, atendi- cosa a que es atribuida B, quiere argumentos han recaído sobre uno precedentes en que en ellos es pre-
do que el sentido es el mismo, en decir, que A es atribuida a todas las de los elementos de la definición, ciso hacer un convenio de antema-
lugar del juicio entero enunciado al cosas a que B es atribuida. Si B es es preciso tomar como término este no para ponerse en seguida de-
principio, será preciso tomar como atribuida a toda la cosa, A Jo será elemento único, y no toda la defi- acuerdo; se conviene, por ejemplo,
términos: conjetural y probable. igualmente, y si B no es atribuida a nición; porque entonces se verá uno en que, si se demuestra que sólo
toda la cosa, no es necesario que A mucho menos embarazado por la hay una potencia de los contrarios,
Jo sea tampoco. prolijidad de los detaiies. Por ejem- se habrá demostrado que tampoco
hay para ellos más que una noción.
CAPITULO 40 ~ 6. No se crea por lo demás plo, si se ha demostrado que el agua
que esta exposición de los términos es un líquido potable, es preciso Pero en los otros silogismos nos po-
§ 1. Pero como no es en modo nos conduzca a error; porque no tornar únicamente por términos: po- nemos de acuerdo sin haber conve-
alguno lo mismo decir: el placer es aplicamos a seguida lo que de esta table y agua. nido nada previamente, porque el
un bien, que decir: f! placer es el error es de toda evidencia; y así si,
bien, es preciso fijarse cuidadosa- manera encontramos, sino que imi-
tamos al geómetra que supone que por ejemplo, se supone el diámetro
mente en esta distinción en los tér- CAPITULO 44 conmensurable, resulta de aquí que
minos; y si el silogismo es: el placer tal línea tiene un pie de largo, que
t:s recta, y que no 1ienc latitud, aun-
el impar es igual al par. § 4. Hav
es el bien, es necesario tomar por ,~ l. No hav necesidad de tratar todavía otros muchas silogismos que
término: el bien. Si se dice. por el que no haya naJa de c;sto, sin_ que de anc,]izar los silogismos hipotéti- concluyen por hipótesis, y que- es
se sirva de ioc~3s esta~, su~o~t;..:Jones cos: porque, no podría hacerse CO!l preciso examinar y explicar clara-
}~ .
114 ARISTÓTELES
I'RIMBROS ANALÍTICOS 115
mente. Más adelante diremos cuáles la privativa está unida al extremo
cer lo mismo. Y así, si B es atribui- únicos que concluyen por absurdo.
son las diferencias que hay entre mayor, se le reducirá a la primera
ellos y cuáles las maneras según que figura. Por ejemplo: si A no es atri- da a toda e, y A a ninguna C, e lo § 26. Se ve, pues. cuáles son,
será entonces a alguna B, y A no conforme a lo que precede, los me-
los silogismos hipotéticos pueden buida a ninguna B, pero lo es a al-
formarse. Por ahora limitémonos a Jo será a ninguna C; y en este caso dios de resolver los silogismos y de
guna C; convirtiendo la privativa,
saber que no es posible resolver esta se tendrá la primera figura; porque e será el término medio. § 17. y lo reducir unas figuras a otras.""
especie de silogismo, y ya hemos IJ no es atribuida a ninguna A, pero mismo sucede si la privativa es uni-
dicho por qué causa. A lo es a alguna C. § 8. Cuando la versal, y la afirmativa es particular;
porque A no será atribuida a nin- CAPITULO 46
afirmativa está unidn al extremo ma-
yor, no hay resolución posible. Por ' auna C. pero C lo será a alguna B.
~ 18. Si la privativa es tomada par- ~ l. Importa mucho, sea que se
CAPITULO 45 ejemplo, cuando A es atribuida a
ticularmente, no habrá resolución mantenga una proposición, sea que
toda B, pero no a toda C; porque A se la refute. saber si estas expresio-
~ 1. Todas las conclusiones que B no admite conversión, y no hay posible. Por ejemplo: si. B es atri-
se demuestran en muchas figuras, buida a toda C, y A no lo es a al- nes: no ser tal cosa, v: ser no tal
silogismo ni aun cuando se haga la cosa, tienen una significación idén-
desde· el momento que se prueban conversión. guna C; porque convirtiendo B C,
silogísticamente en una, pueden las dos proposiciones serán particu- tica o diferente: por ejemplo, si hay
§ 9. En igual forma los silogis- identidad o diferencia entre: no :oer
igualmente reducirse silogísticamen- mos de la tercera figura no pueden lares. § 19. Es también evidente que,
te a la otra. Por ejemplo: la con· para resolver una de estas dos figu· blanco, y: ser no blmco. ~ 2. En
resolverse todos en la primera, pero
clusión ·privativa, en la primera, ras en la otra, es preciso convertir efecto, estas expresiones no tienen
todos los de la primera lo pueden
puede reducirse a la segunda; y la en cada una de ellas la proposición un sentido absolutame'lte igual; y la
ser en la tercera. ~ 1O. Supóngase,
privativa, en la figura media, a la que va unida al extremo menor. Una negación de ser blanco no es: ser
en efecto, que A es atribuida a toda
primera. Esto, sin embargo, se apli- vez cambiado el puesto de esta pro- no blanco; sino que e~: no ser blan-
t: B. y B a alguna C. Puesto que la co."' § 3. La razón de esto es que.
ca, no a tc,dos Jos silogismos, sino afirmativa particular se convierte, e. posición, el tránsito de una figura
sólo a algunos; como se verá luego a otra puede verificarse. esta proposición: puede andar, está
será atribuida a alguna B, pero A lo . con esta otra: puede no andar, en
claramente. ~ 2. Si A, en efecto, no era a toda B; y aquí aparece ya la § 20. De los silogismos de la fi-
es atribuida a ninguna B, y B !o es tercera figura. § 11. Lo mismo su- gura media, el uno se resuelve en la la misma relación que: es blanco.
a toda C, A no lo es a ninguna C. cede cuando el silogismo es priva- tercera, y el otro no se resuelve. § está con: no es blancJ; y esta pro-
Esta es la primera figura; y si se tivo; porque la proposición particu- 21. Cuando la universal es privati- posición: sabe el bien, con esta:
convierte la privativa, se tendrá la lar afirmativa se convierte; y A no va, se: resuelve; porque si, por ejem- sabe el no bien. En 'in. esta locu-
figura media; porque B no es atri- es atribuida a ninguna B, pero C lo _ : plo, A no es atribuida a ninguna B, ción: sabe el bien, y esta otra: es
buida a ninguna A, sino que lo es será a alguna B. '' pero sí a alguna e; los dos extremos sabedor del bien no difieren en
a íoda C. ~ 3. Lo mismo sucede si § 12. En cuanto a los silogismos , · se convierten Jo mismo relativamen- nada, en la misma fotma que: pue-
la conclusión, en lugar de ser uni- de la última figura, sólo uno no se · te a A. de suerte que B no es atri- de andar, no difiere de: es capaz de
versal, es particular; si, por ejemplo, resuelve en la primera, que es cuan-- buida a ninguna A, y C lo es a al- andar. Y lo mismo wcede en las
A no es 'ltribuida a ninguna B, y B do la privativa no es universal; pero guna A; A en este caso se torna oposiciones: no puede andar, no es
lo es a alguna C; porque, convir- todos los cjemás pueden resolverse. como término medio. ~ 22. Pero capaz de andar. Luego si esta pro-
tiendo la proposición privativa. se ~ 13. Y así, si A y B son atribuidas
cuando A es atribuida a toda B. v posición: no es capaz de andar, ex-
¡' obtendrá la figura media. a toda C, C será convertida particu- no lo es a alguna C, no hay resolÚ- presa lo mismo que: es capaz de no
~ 4. Entre los silogismos de la larmente con uno y otro extremo; ción posible: porque ninguna de las andar, estas dos cosas se darán a la
segunda figura, los universales pue- luego ser&. atribuida a alguna B. En- dos proposiciones se hace universal vez en un mismo objeto: porque el
den reducirse a la primera, y sólo tonces se tendrá la primera figura; por la conversión. ~ 23. Los silogis· mismo individuo puece andar y no
uno de los dos en los silogismos porque A es atribuida a toda C, y mos de la tercera figura se resolve- andar; así como sabe- el bien v el
particulares. ~ 5. Supóngase que A C a alguna B. § 14. Y si A es atri- rán igualmente en la media. cuando no bien. Pero la afirmíJción y ]u
no es atribuida a ninguna B, y sí a buida a toda C, y B a- alfSUna C, el . la privativa es universal. Por ejem- negación opuestas de a misma cosa
toda C. Convirtiendo la privativa, razonamiento será el mismo; porque plo: si A no es atribuida a ninguna no pueden ser a la vez verdadcrJs.
se tiene, en la primera figura, que B se convierte relativamente a C.· C, y B lo es a alguna C. o a toda C. Luego como no es ur a sola y mis-
B no es atribuida a ninguna A, y ~ 15. Pero si B es atribuida a toda
entonces C no lo será a ninguna A. ma cosa no saber el bic:n v saber
que A lo será a toda C. § 6. Si la C. y A lo es a alguna C, B debe to- P.ero lo será a alguna B. § 24. Pero el no bien. en igual forma' no es
afirmativa está unida a B; y la pri- marse como primer término; porque st. la privativa t'S particular, el silo- tampoco ser no bueno una cosa
vativa a e, es preciso tomar e por B es atribuida a toda C; y C lo es gtsmo no se resolverá; porque la idéntica a no ser bu ellO; porque si
primer término; porque no es atri- a alguna A; de suerte que B es atri- n.e_gativa particular no tiene conver- entre cosus que están en proporción,
buida a ninguna A, y A lo es a toda buida a alguna A: y como la par- ston posible. ~. 25. Es evidente que
fi: luego C no lo será a ninguna B; ticular se convierte, A será igual- los mismos silogismos que no se re- "'; Véase de Tcofrastc su tratado De
y H tampoco lo será a ninguna C. mente atribuida a ::llguna B. ~ 16. Si solverían en la primera figura, no se /u afirmación.
puesto que la privativa se convierte. el silogismo es privativo, siendo los re;;olvcrán tampoco en Jas.olras dos; :: Estudio dé las [)llJ[JOS!CIOllCS 111
~ 7. Si el silogismo es particular. y trrminos universales. es preciso ha· ~ l{U~ lus otros silogismos, rcducién- dLtcrminada~. v¿asc flrri hcrn?e,'h)id\.
uc,,· a la primera figura, son los ca¡._\ JO.
j';
t.j
unas son diferentes, las otras debe- no es no blanco. Sin embargo. A no co, no es: es verdadero decir no opuestos, de los cuales uno debe ser
rán serlo igualmente. ~ 4. Tampoco puede decirse de toda D; porque de blanco. sino más bien: no es verda- atribuido necesariamente a todo ob-
es lo mismo ser no igual que no ser lo que no es en modo alguno ma- dero decir blanco. Si se quiere de- jeto. Por ejemplo, supongamos que
igual; porque en un caso se subor- dera, no puede_ decirse A, es decir, mostrar que es verdadero el decir que A y B no pueden darse a la vez en
dina algo a ·lo que no es igual, y que es madera blanca. Y así D es todo lo que es hombre es músico o el mismo objeto, pero que el uno
este algo es lo desigual, mientras verdadero; pero no lo es A, a saber, no músico, es preciso suponer que necesariamente se da en aquello en
que en el otro no se subordina nada. que es madera blanca. Es claro todo lo que es animal es músico o no que el otro no se da, y además que
Esto consiste en que efectivamente igualmente que A e no pueden ser músico, y la demostración será com- e y D están en la misma relación,
todo no es igual o desigual; pero atribuidas a la vez a un mismo tér- pleta. Pero si se quiere probar que siendo A consiguiente de toda e; si
todo es igual o no iguaL § 5. De mino, aunque B y D puedan a ve- rodo lo que es hombre no es músico, de aquí se concluye que B se da ne-
igual modo: hay madera no blanca ces decirse ambas de un término se demostrará por la negativa de las cesariamente en lo que se da D, se
y no hay madera blanca, son dos idéntico. § 8 .. Lo mismo sucedería tres maneras que se ha dicho. incurre en un error. Supóngase, en
aserciones que no pueden existir a respecto de la serie de privaciones § 11. En general, cuando A y efecto, la negación de A V repre-
la vez; porque, si hay madera no relativamente a las atribuciones B son entre sí de tal manera que sentada por F, y la de e D por H.
blanca, hay por tanto madera; pero opuestas. Supóngase igual represen- no pueden decirse a. la vez del mis- Es necesario que A o F sean atri-
cuando no hay madera blanca, no tado por A; no igual, por B; des- mo objeto, y una de ellas debe de- buidas a todo objeto, porque es pre-
hay necesidad de que haya madera. igual, por e; no desigual, por D. cirse necesariamente de todo, y ade- ciso que haya afirmación o nega-
~ 6. Luego evidentemente la nega- § 9. Además, en muchos casos, en más cuando e y D están en la mis- ción. y lo mismo respecto a e o a
ción de esta proposición: es bueno. que una misma cosa se dice de un ma relación, si A es consiguiente de H, porque son la afirmación y la
no es: es no bueno. Y como es ab- término y no de otro, la negación C y no recíprocamente, D será igual- negación. Ahora bien: se ha supues-
solutamente preciso que, tratándose puede ser igualmente verdaderá: mente consiguiente de B y no recí- to que A es atribuida a todo a que
de un objeto cualquiera, la afirma- que todo no es blanco, o que cual- · procamente tampoco, y entonces A lo es e, y H lo será igualmente ~
ción o la negación sea verdadera, quiera cosa es no blanca, mientras y D podrán darse en el mismo ob- todo aquello a que lo es f. Además,
si la negación no lo es, es claro que que la afirmación es falsa: que cual- jeto; pero B y e no podrán darse. puesto que uno de los términos F B
la afirmación lo será de algún modo. quiera cosa es no blanca, o que to- Por lo pronto, he aquí la prueba de es atribuido a todo objeto, y a uno
Además, para 'toda afirmación hay das las cosas son no blancas. Lo que D es consiguiente de B, siendo de los términos H D le sucede lo
negación; y en este caso, por ejem- mismo sucede con la siguiente afir- uno de los dos términos e D atri- mismo, siendo H consiguiente de F,
plo, la negación es: no· es no bueno. mación: todo animal es blanco, pues buido necesariamente a todo, y no B lo será igualmente de D, que es
§ 7. He aquí el orden en que se la negación no es: todo animal es pudiendo serlo e a aquello a que lo que ya sabíamos. Luego si A es
dan estas oposiciones. Supongamos no blanco·; porque estas dos asercio- · es B, mediante a que lleva consigo consiguiente de e, E lo será de D,
que: ser bueno, está representado nes son falsas; sino más bien: todo a A, y que A y B no pueden darse lo cual es falso, porque el orden de
por A; no ser bueno por B; ser no animal no es blanco. en un mismo objeto, es evidente que consecuencia era a la inversa para
bueno por e, subordinada a B; y § 1O. Ahora que es bien eviden- D será el consiguiente. Además, los términos que se dan en esta relac
no ser bueno por D, subordinada a te que estas dos proposiciones: es' puesto que e no es recíproco de A, ción. § 13. Esto prueba quizá que
A. A o B se dirán de todo, y no se no blanco y no es blanco, tienen y que e o D se dicen de todo, es
no es necesario que A o F sean atri-
dirán ambas de un mismo término; una significación diferente, y que la posible entonces que A y D se den
buidos a todo objeto, así como tam-
e o D se dirán igualmente de todo, una es una afirmación y la otra una en el mismo objeto; pero B y e no
poco F o B, mediante a que F no es
y las dos juntas no se dirán de un negación, es claro igualmente que pu¡cden darse en el mismo objeto,
la negación de A, porque la nega-
mismo término; y todo lo que es e la manéra de probar la una y la porque A es consiguiente de e; de
debe ser igualmente B; porque, si dDnde resulta álgo que es imposible. ción de: es bueno, es: no es buenc.
manera de probar la otra deben de Pero esta proposición: no es bue-
es cierto que el objeto no es blan- ser también diferentes. Por ejemplo, Es, pues, evidente que B no es recí-
co, es también cierto decir que no proco de D, puesto que A D pueden no, no tiene el mismo valor que esta
no se probarán lo mismo estas dos otra: no es bueno, ni no bueno. La
es blanco. Es imposible, en efecto, proposiciones: todo lo que es ani· darse al mismo tiempo en el objeto.
que sea a la vez blanco y no blan- ~ 12. Sucede también a veces que demostración sería igual respecto de
mal no es blanco, o bien, puede no
co; o bien que la madera sea a la ser blanco; , puede decirse con ver- n?s equivocamos a propósito de esta e D, porque las negaciones de más
vez no blanca y blanca. Luego si dad no blanco, es decir, que es no disposición de los términos, porque arriba serían entonces dos para una
no hay afirmación, hay negación. blanco: Mas para estas aserciones: no se han tomado bien los ténninos sola afirmación.
Pero e no sigue siempre a B; por- es verdadero decir que es blanco, o
que lo que no es en modo alguno bien: que es no blanco, el modo de
madera, no es tampoco madera nc demostración es el mismo, porque es-
blanca. Mas, por el contrario, todo tas dos proposiciones son demostr~
lo que es A debe ser igualmente D: das afirmativamente en la primera Íl·
porque es o e o D; pero, como el gura. Esta adición: es verdadero.
objeto no puede ser a la vez blanco está colocada aquí lo mismo que el
y no blanco, será D: en efecto, de verbo es, porque la negación de esta
lo que es blanco ::?S cierto decir que proposición: es verdadero decir blan·
PRIMEROS ANALÍTICOS 119
118 ARISTÓTELES
B. sin que sea esto mediante el silo- que se obtiene es una conclusión; y
gismo precedente. § 9. Lo mismo lo menos que se flecesita pma for-
sucede respecto a todas las demás mar una conclusión, son tres térmi-
LIBRO SEGUNDO figuras; no habrá conclusión nece- nos, que forman dos intervalos o
saria para lo que está bajo la con- proposiciones. Luego si es cierto que
clusión; pero la habrá para lo que A es atribuida a todo aquello a que
SECCION PRIMERA lo es B, y B a aquello a que lo es
está baio el medio, sin que se haga
esto por este silogismo, lo mismo C, es necesario que A sea atribuida
que en los silogismos universales se a todo a lo que es C; y esto no pue-
CAPITULO términos que están bajo el medio o de ser falso; porque entonces la mis-
ha probado lo que estaba bajo el
bajo la conclusión, si se coloca a és- medio por la proposición que no ha- ma cosa sería y no sería a la vez.
~ l. Acabamos de explicar las tos en el medio o a aquellos en la Por lo tmto, A, tomada como tér-
figuras del silogismo, la naturaleza bía sido demostrada. Y así, no habrá
conclusión.' ~ 4. Por e.iemplo, sí A conclusión necesaria para los silo- mino único, encierra dos proposi-
y número de las proposiciones que B es concluida mediante C, es ne- ciones reunidas. Lo mismo sería
le componen, los casos y las formas gismos universales, o bien la habrá
;}[ cesario que A sea atribuida a todos también para los particulares. respecto de las pr()posiciones priva-
en aue se produce. Además, hemo~ los términos subordinados a B o a tivas; es decir, que con ellas, par-
i],i
señalado los puntos en que es pre- C; porque si D está en la totalidad tiendo de proposiciones verdaderas.
ciso fijarse, sea que se sostenga, sea de B, y B en la de A, D estará igual- no se puede tampoco llegar a una
que se r~fute una proposición, e in- CAPITULO 2
·:r: mente en la de A; además, si E está conclusión falsa.
dicado· los métodos que deben em- en la totalidad de C, y C en la de
plearse en el examen del objeto,
§ l. Puede suceder que las pro § 4. Pero puede concluirse la
A, E estará igualmente en la totali- posiciones con que se forma el silo- verdad de proposiciones falsas, sien-
cualquiera que él sea. En fin, he- dad de A. ~ 5. Lo mismo sucedería
~H mos demostrado por qué camino se si el silogismo fuese privativo. § 6.
gismo sean ambas verdaderas, como do falsas ambas proposiciones, o
puede llegar a los principios en cada puede suceder que ambas sean fa!- siéndolo solamente una de las dos;
;r cuestión. § 2. Puesto que unos silo-
En la segunda figura sólo es posible ;as, o bien que una sea falsa y otra mas no tomada al azar, sino que
concluir lo que está subordinado a··
l gismos son universales y otros par-
ticulares, todos los universales pue-
den tener muchas conclusiones; y
la conclusión. Por ejemplo, si A no·
es atribuida a ninguna B, y sí lo es
verdadera. La conclusión necesaria-
mente es verdadera o falsa. § 2. No
es posible deducir una conclusión
debe ser la segunda, si se la supone
falsa por entero; pues puede ser in-
diferentemente la una o la otra, si
a toda C, la conclusión será que B falsa de proposiciones verdaderas; no se la supone falsa en toda su
entre los particulares los afirmativos no es atribuida a ninguna C. Luego
tienen muchas, los negativos nunca pero puede salir una conclusión ver- extensión. § 5. Supongamos que A
si D está subordinada a C, es evi- dadera de. proposiciones falsas, sino es atribuida a toda C, pero a ni n-
tienen más que una. Esto nace de dente que 13 no es atribuida a D.
que las proposiciones, fuera de es- con relación a la causa, por lo me- guna B, y que B no lo sea tampoco
Pero no es evidente, por silogismo.' nos con relación al hecho mismo. a C. Tomando, para hacer la apli-
tas últimas, pueden convertirse, pero que no sea atribuida a los términos No hay efectivamente silogismo de cación un ejemplo, se tiene: animal
la privativa particular no se con- subordinados a A; sin embargo, no· la causa que pueda salir de propo- no es atribuido a ninguna piedra, ni
vierte; y la conclusión es una pro- lo será a E, si está subordinada a A. siciones falsas; y la razón de esto piedra a ningún hombre. Luego si
posición que expresa una cosa de Pero se ha demostrado por silogis- la daremos más adelante." se supone que 4 es atribuida a toda
otra. Todos los demás silogismos mo, que B no podía serlo a ninguna
pueden tener también muchas con-
§ 3. Por lo pronto, he aquí la 8, y B atribuida a toda C. A será
C; y se ha admitido, sin demostra- prueba de que de proposiciones ver- igualmente atribuid<! a toda C: y de
clusiones. Por ejemplo: si se ha de- ción, que no lo era a A; luego no daderas no puede salir una conclu- dos proposiciones falsas se sacará
mostrado que A es atribuida a toda resulta de este silogismo que B no sión falsa. En efecto, si existiendo una conclusión verdadera; porqrre
!J. o a alguna B, es necesario igual- sea atribuid.J a E. ~ 7. En los silo- A, es necesario que B exista, no todo hombre es animal. § 6. Lo mis-
mente que B sea atribuida a alguna gismos particulares· no habrá nece- existiendo B. hay una necesidad, no mo sucede con la wnclusíón priva-
A. Y si A no es atribuida a ninguna sidad de concluir lo que está ya menos evidente, de que A no exis- tiva. Supongamos que ni A ni B pue-
B, 13 no lo es a ninguna A; y esta bajo la conclusión; porque aquí no ta. Luego si A es verdadera, B lo den ser atribuidas a ninguna C; y
conclusión es distinta que la .. prece-hay silogismo; puesto c¡ue esta pro- será necesariamente también, o re- que, sin embargo, A lo sea a loda
dente. Pero si A no es atribuida a posición es particular. Pero habrá sultaría la contradicción absurda de 8, y que, por ejemplo, conservando
alguna B, no es en modo alguno n-:- necesidad de concluir respecto a q~e una misma cosa es y no es a un los mismos términGs, se tome hom-
ccsario que 13 no lo sea a alguna A; todo lo que está bajo el medio; sólo mrsmo tiempo. Pero de que A apa- bre por término medio. Animal, lo
porque es .posible que sea atribuida que no será por este silogismo; § 8, rezca aquí como término único, no mismo que hombre. no conviene a
a toda A. Es, pues, una causa común por ejemplo, cuando A es atribuida de?e. suponerse absolutamente que ninguna piedra: pero animal convie-
la que hace que todos los silogismos a toda B y B a alguna C; porgue no exrstrendo una sola cosa, otra cosa ne a todo hombre·. luego, si se su-
nucclan tcncr muchas conclusiones, habrá conclusión de lo que está bajo resulte de necesidad: porque esto no pone que ;:mi mal no conviene a nada
ya sean universales, ya particulares. C; pero la habrá de lo que está bajo es posible. El resultado necesario de aquello a que C()nviene, y por el
~ 3. También se puede demostrar contrarío que conviene a todo aquc-
c>to de otra manera respecto de los ~ En los Seg1mdos A11alíticos !lo a que no convim~. la conclusión
' De nuevo se aplica el concepto (;k c;l
silogismos universales; porque habrá subsumción, esencial en la lógica aris- pirulo l'i. scrú verdadera. ·¡ r1abrá salido t<1m·
un mismo silogismo para todos los totélica.
120 ARISTÓTELES PRIMEROS ANALÍTICOS 12!
bién de dos proposiciones falsas. va; porque puede acontecer que A § 17. Lo mismo sucede siendo la te, la conclusión será Ve¡¡dadera,
§ 7. Esto mismo se demostrará de sea atribuida a alguna B, y que no proposición A B privativa; porque siempre que B C sea. Verdadera
igual manera si se suponen sólo fal- lo sea a ninguna e, mientras que 8 puede suceder que A no sea atri- igualmente; porque nada In-tpide que
sas en parte las dos proposiciones. es atribuida a toda C; por ejemplo, buida a ninguna B, ni a ninguna C, A sea atribuida a alguna ,E y a al-
§ 8. Suponiendo falsa sólo una de animal es atribuido a algún ser blan- y que B lo sea, sin embargo, a al- guna e, y que B lo. sea a a]~una C;
las dos, si es la primera la que lo es co y no lo es a ninguna nieve; pero guna C, como por ejemplo: el gé- que animal, _por eJemplo, sea atri-
pór entero, por ejemplo A B, la con- blanco lo es a toda nieve. Luego si J1ero que no es atribuido a la espe- buido a algun ser bellG y a algún
clusión no será verdadera; pero lo se supone que A no es atribuida a cie y a la diferencia que son de un ser grande, y que bello lo lea a al-
será si es la proposición B C la que ninguna B, y que B lo es a toda e, género diferente. Así, animal no gún ser grande. Po~ t~nto, si se su-
conviene a ninguna sabiduría, ni a ypone que A es atnbUlda !1 lod& B,
se supone falsa por entero. Entiendo A no será atribuida a ninguna C. § B a alguna C, la proposición A B
por . proposición falsa por entero la 14. Si la proposición A B es por ninguna sabiduría teórica, pero sabi-
que es contraria a la proposición entero verdadera y B C por, entero duría conviene a alguna sabiduría será falsa en parte~ Y la PrqJosición
teórica. Luego si se ha supuesto que
. B e verdadera, as.t comp la conclu-
verdadera: por ejemplo, cuando una falsa, el silogismo será verdadero;
cosa que no conviene a nada se su- porque nada impide que A sea atri- A no conviene a ninguna B, y que sión. § 22. Lo mtsmo .sucede si la
pone que conviene a todo, o cuando buida a la vez a toda B y a toda e B conviene a toda C, A no conven- proposicióp. ~ B es pnvati\,la; por-
aun cuando B no sea atribuida ~ drú a ninguna C; pero esto era ya que Jos te~mmos seran. los mü;mos
la que conviene a todo se supone y estarán dtspuest?~ de 1gua] manera
que no conviene a nada. § 9. Su- ninguna C, como sucede, por ejem- verdadero.
§ 18. En cuanto a los silogismos para ]a demostracton. § 23. 4demás
póngase, en efecto, que A no con- plo, con todas las especies que son
particulares, cuando la primera pro-
si A B es verdadera y B C :falsa ¡;
posición es por entero falsa y la otra concl~siór: será verdadera; porgue
. viene a ninguna B, y que B convie- del mismo género, pero que no están
ne a toda C. Si suponemos que es subordinadas; porque animal es atri- nada 1mpide que A sea atr. huida a
es verdadera, puede suceder que la
conclusión sea verdadera. Lo es tam- toda B y a al~una e, Y que B no sea
verdadera la proposición B C y A buido a hombre y a caballo; pero
B falsa por entero, es decir, que A es caballo no es atribuido a ningún
bién siendo la proposición A B falsa atribuida a mr:gul!a C. Animal, por
atribuida a toda B, es imposible que hombre. Luego si se supone que A en parte, siendo la proposición B C
ejemp_lo, es atnbmdo a to~o cisne y
la conclusión sea verdadera; porque es atribuida a toda B, y B a toda e, de\ todo verdadera, siendo la par- a algun ser r:egr?; pero Clslle no es
se había supuesto que A no era atri- la conclusión será verdadera, por atribuido a nmgun ser negr(). Luego
ticular falsa, y, en fin, siendo las dos
buida a ninguna C, puesto que A más que la proposición B C sea por si se supone que A es atribuida a
proposiciones falsas. § 19. Porque
no era atribuida a nada de a9.u~llo entero falsa. § 15. Lo mismo sucede nada obsta a que A no sea atribui- toda B y B a algun.a C, la conclu-
a que Jo es B, y que B era atribuida cuando 1? proposición A B es pri- da a ninguna B y lo sea a alguna C. sión será verdadera, au nq ae B e
a toda C. § 10. Lo mismo tiene Ju- vativa; porque puede suceder que y que B lo sea a alguna C; por ejem- sea falsa. §. ~~· Lo misrnc sucede
gar si A es atribuida a toda B, y B A no sea atribuida a ninguna B ni plo, animal no es atribuido a nin- si )a propostcion A f3 se ha~e priva-
a toda C, y la proposición B C se a ninguna C, y que B no lo sea a guna nieve, pero lo es a algún ser tiva; y así p~ede a~ontece 1 que A
supone verdadera, y A B falsa por ninguna C; por ejemplo, el género blanco, y la nieve es atribuida a al- no sea atributda a nmgu_na rJ y que
entero, y que A no es atribuida a es muy distinto tratándose de las es-' gún ser blanco. Luego si se toma la no lo sea a alguna C, y srn t'lnbargo,
nada de aquello a aue lo es B; en pecies de un gér¡ero diferente; por- nieve como medio, siendo el primer que B no Jo s_ea a mnguna C; por
tal caso esta conclusión será falsa, que el animal no es atribuido ni a término animal, y se supone que A ejemplo, el genero resp~ctD de la
porque A será atribuida a toda C, la música, ni a la medicina. Supo- es atribuida a toda B, y B lo es a especie que es de otro ~enero y del
puesto que se ha supuesto que A es niendo, pues, que A no es atribuida <1lguna C, la proposición A B será acciden~e de sus prOtlla~ especies.
atribuida a todo aquello a que lo a ningun~ B, y que B lo es a toda por entero falsa, y B C será verda- Así. ammal no es atnbuidr. a nin-
es B, y B a toda C. § 11. Es claro, C, la conclusión será verdadera. § dera Jo mismo que la conclusión. gún número_. pero lo es a. algún ser
por lo tanto, que cuando se supone 16. Si la proposición B C no es falsa ~ 20. Lo mismo sucede si la propo-
blanco: y numero no se dJc( de nin-
que la primera proposición es por por entero, y lo es sólo en algún sición A B es privativa. porque pue- gún ser blan~o. _Luegü ?i 3e toma
entero falsa, sea afirmativa, sea pri- punto. la conclusión será aún verda~ de acontecer que A sea atribuida a número por ,termino medio, y se 'U·
vativa, y que la otra es verdader,.,, dera de esta manera. En efecto, nada toda B y no lo sea a alguna C. aun pone que A no es atributda a nin-
la conclusión no puede ser ve~da obsta a que A sea atribuida a toda c~anclo 8 Jo sea a alguna C; por guna B. pero que B e.~ atrbuidJ a
dera. § 1 2. Será verdadera, si la pro- B y a toda C, y que B. sin embargo, <.:¡cmplo, animal es atribuido a todo alguna C, A no lo sera a a15 una C:
posición no es falsa por entero. En Jo sea .a alguna C; por ejemplo, el hombre, y no es el consiguiente de lo cual era ya verdadero. 'e' 2 sí la
efecto, si A es atribuida a toda C género es atribuido a la especie y a cualquier ser blanco. por mús que proposici~n., A B es verd: dera, y
y a alguna B, y B a toda C; por la diferencia; porque animal con- hombre convenga a algún ser blan- la propoSIC!On B e es Ealsa_-§ 25. Si
ejemplo, animal a todo cisne v a al- viene a todo hombre y a todo ser c?· Luego si tomando liombre como A B es falsa en partey íl C ¡0 es
gún ser blanco, y blanco a toclo cis- dotado de pies, mientras que hombre krmino medio se supone que i\ no igualmente, la conclm1on ~:::rá ver-
ne; si se supone que A es atribuida conviene a algunos seres dotados de es atribuida a ninguna H. y que B dader<J; porque nad8 obsta 3 qu ..: /\
<l toda /J, y B a toda C. A lo será r·ies, pero no a todos. Luego si se lo es a alguna C. ht conclusión será seiJ atribuida a algllll<i [i y li.arc'Jién
tanlbi~n 'vt;rdadcr&nlcntc a tcxia e;; Si.ijJ<Jnc que A cunvicnc a toda B. Y ~~;·<Jaclera, por n1ús que 18 proposi- a alguna C. V su.c U nc los' a a nin-
B 2. tod.ii e i1 COl! \/Cndr;í igualmen· uon A B s~ea pur entero falsa. ~ 21. guna (': por e_¡c:mplo, ~~ B e lo con-
• ~ • • 1
purq:Je lUOO ClSíl~ CS 3i1!JTt3l.
L(; n1i3rno SliCt;.ode :,; A l-J es L: a l()Ja C'': 1o cual t:I"[~ yerd;idero. St i\ ¡¡ no es falsa m6s que en pm- tr<tr'10 de C. y an1bas mn <iec::idc:nlco
122
ARISTÓTELES PRIMEROS ANALÍTICOS 123
ae un mismo género; porque animal mismos términos. ii 7. Igual resul- atribuida a toda B. v que no lo es a
es atribuido a algún ser blanco y a que sea, de otro lado, la falsa; ·ra tado se obtendrá si la proposición alguna C, la proposición universal
algún ser negro, pero blanco no lo ambas falsas en parte; ya una coin. afirmativa es falsa en parte y la pri- A B será enteramente falsa, y la pro-
es a ningún ser negro. Luego si se pletamente verdadera y otra falsa vativa por entero verdadera; porque posición A C será verdadera, lo mis-
ha supuesto que A es atribuida a en parte; ya sean, por último, una nada obsta a que A sea atribuida a mo que la conclusión. ~ 12. Lo mis-
toda B y B a alguna C, la conclusión completamente falsa y la otra ver. alguna B, y qw' no lo sea a toda C,
será verdadera. § 26. Lo mismo su- dadera en parte; todo lo cual es y que. B no lo s~a a ningun~ C_; así,
mo sucede si se supone la proposi-
ción universal verdadera, y la par-
cede haciendo la proposición A B aplicable lo mismo a los silogismos por eJemplo, ammal es atf!bUido a ticular falsa. En efecto, nada impide
privativa. Los términos quedarán los universales que a los silogismos par- algún ser blanco, pero no lo es a que A no sea consiguiente, ni de
mismos y estarán colocados en igual ticulares. § 2. En efecto, no atribu~ ninguna pez; y blanco no lo es ninguna B, ni de ninguna C, y que
forma para la demostración. § 27. yendo A a ninguna B, y atribuyén. a ninguna pez. Luego si se ha su- B no sea atribuida a alguna C; por
Siendo las dos proposiciones falsas, dola a toda C; por ejemplo, no atri- puesto que A es atribuida a toda B ejemplo, animal no es consiguiente
la conclusión podrá todavía ser ver- buyendo animal a ninguna piedra y · v no lo es a ninguna C, A B será de ningún número ni de ningún ser
dadera; porque puede suceder que sí a todo caballo; si se sientan las falsa en parte, y A C será por entero inanimado; y número no es consi-
A no sea atribuida a ninguna B y proposiciones bajo forma contraria, verdJdera; y lo será igualmente la guiente de algún ser inanimado.
que lo sea a alguna C; y sin embar- y se supone A atribuida a toda B y conclu5ión. ~ 8. Si las dos proposi- Luego si se ha supuesto que A no
go, que B no lo sea a ninguna C; a ninguna C, la conclusión será ver. ciones son falsas en parte, la con- es atribuida a ninguna B y que lo es
por ejemplo, el género respecto de dadera, bien que sacada de dos pro- clusión será también verdadera; a alguna C, la conclusión será ver-
la especie que es de otro género y posiciones completamente falsas. § porque A puede ser atribuida a al- dadera, así como la proposición uni-
del accidente de sus propias especies. 3. Lo mismo sucederá si A es atri- guna B y a alguna C. y B no serlo versal; pero la particular será falsa.
Animal, en efecto, no es atribuido a buida a toda B y no lo es a ninguna a ninguna C; como animal es atri- ~ 13. Lo mismo sucede suponiendo
ningún número, pero lo es a algún C; porque el silogismo será el mis- buido a algún ser blanco y a algún la universal afirmativa; porque pue-
ser blanco, y el número no lo es a mo. § 4. Lo mismo sucede también ser negro, pero blanco no lo es a de suceder que A sea atribuida a
ningún ser blanco. Luego si se su- siendo una enteramente falsa y otra ningún ser negro. Luego si se ha toda B y a toda C, y, sin embargo.·
pone que A es atribuida a toda B enteramente verdadera; porque nada supuesto que A es atribuida a toda que B no sea consiguiente de algú-
y B a alguna C, la conclusión será obsta a que A sea atribuida a toda B y que no lo es a ninguna C. las na C; como acontece, por ejemp1o,
verdadera, aunque ambas proposi- B y a toda C, y que B no lo sea, sin dos proposiciones serán igualmente con el género relativamente a la es-
ciones sean falsas. § 28. Lo mismo embargo, a ninguna C; como suce- falsas, y la conclusión será verda- pecie y a la diferencia. En efecto,
sucede siendo A B privativa; porque de, por ejemplo, con el género res- dera. § 9. El rríismo resultado se animal es consiguiente de todo hom-
nada obsta a que A sea atribuida a pecto a las especies no subordina- obtendrá variando el puesto de la bre y de todo ser dotado de pies;
toda B. y que no lo sea a alguna das. Y así, animal es atribuido a · privativa y con los mismos términos. pero hombre no es el consiguiente
C, ni que B no lo sea a ninguna C; todo caballo y a todo hombre, y nin- § 10. Es también evidente que de todo ser dotado de pies. Lue~o
por ejemplo, animal conviene a todo gún hombre es caballo. Luego si se estas reglas son aplicables a los si- si se ha supuesto que A es atribuida
cisne y no conviene a cualquier ser ha supuesto que animal es atribuido logismos particulares; porque nada a toda B, y que no lo es a alguna
negro, y cisne no conviene a nin- al uno por completo, y que no lo es impide que A sea atribuida a toda C, la universal será verdadera, la
gún ser negro. Luego si se ha su- en manera alguna al otro, una de las B y a alguna C. y que B no lo sea particular falsa,. y la conclusión ver-
puesto que A no es atribuida a nin- proposiciones será enteramente fal- a alguna C; como, por ejemplo, ani- dadera. § 14. Es evidente que de dos
guna C, y que B lo es a alguna B, sa y la otra enteramente verdadera; mal es atribuido a todo hombre v oroposiciones falsas podrá sacarse
A no lo será a alguna C. La conclu- estando la negación indiferentemen- a cualquier ser blanco; pero hombre una conclusión verdadera; por ejem-
sión es, por tanto, verdadera; pero te en una ;u otra de las proposicio- no lo será a cualquier ser blanco. plo, si A puede ser atribuida a toda
las proposiciones son falsas. nes. § 5. Lo mismo sucede si la una Luego si se ha supuesto que A no B, y no lo es a ninguna C, sin que B
es falsa en parte, y la otra por en- es atribuida a ninguna B. y que lo sea, sin embargo, el consiguiente de
tero verdadera; porque A puede ser es a alguna C. la proposición uni- alguna C; porque si se ha supuesto
CAPTTULO 3" atribuida a alguna B y a toda C, y versal será por entero falsa, y la que A no es atribuida a ninguna B
B, sin embargo, no serlo a ninguna Particular será verdadera. así como y que lo es a alguna C, las dos pro-
§ l. En la figura media pueden C; por ejemplo, animal es atribuido la conclusión. ~ 11. El mismo resul- posiciones serán falsas y la conclu-
formarse siempre silogismos verda- a algún ser blanco y a todo cuervo, tado se obtendrá si se toma la pro- sión será verdadera. § 15. Lo mismo
deros con proposiciones falsas, ya y blanco no es atribuido a ningún posición A B afirmativa; porque sucede siendo la proposición univer-
sean las dos enteramente falsas, va cuervo. Luego si se ha supuesto que Puede suceder que A no sea atri- "11 afirmativa y la particular priva-
lo sean una u otra sólo en parte; A no es atribuida a ninguna B, pero buida a ninguna B y no lo sea a tiva; porque puede suceder que A
ya una por entero verdadera, y la que lo es a toda C, la proposición alguna C; y que B no lo sea a algu- no sea atribuida a ninguna B, y que
otra por entero falsa, cualquiera A lJ será falsa en patte, A C es por na C. Y así, animal no es atribuido sea el consiguiente de toda C, y que
a ningún ser inanimado, v no lo es B no sea atribuida a alguna C: por
" En este capítulo (continuando el
entero verdadera, y la conclusión a algún ser blanco; pero inanimado eiemplo, animal no es atribuido a
2) y en el 'ubsiguiente se dan las ba- será igualmente verdadera. § 6. Lo no es atribuido a algún ser blanco. ninguna ciencia, pero es consiguien-
ses de las leves del silogismo. mi:-mo sucede variando la negación: Luego si se ha supuesto que A es te de todo hombre. por más que ¡_,,
y la demostración se hará con los
124 PRIMEROS ANALÍTICOS 125
ARISTÓTELES
ciencia no sea el consiguiente de verdadera. § 5. Asimismo sucede si a todo hombre, y bello lo es a al- algunos; y que, cuando aquélla es
todo hombre. Luego si se ha supues- se supone A C privativa; porque gún bípedo. Luego si se supone que verdadera, no es necesario que sean
to que A es atribuida a toda B, y nada impide que A no sea atribuida A y B son atribuidas a toda e, la verdaderos, ni algunos, ni todos.
que no es consiguiente de alguna C, a alguna C, que B lo sea a alguna proposición B C será verdadera por Pero puede suceder que no siendo
las proposiciones serán falsas; y sin C, y que A no lo sea a toda B; por entero, y la proposición A C será verdadero ningún elemento del si-
embargo, la conclusión será verda- ejemplo, blanco no es atribuido a falsa en parte; pero la conclusión logismo, la conclusión lo sea, sin
dera. será verdadera. § 11. Lo mismo su- que por eso lo sea necesariamente.
algún anim'al. pero Lello lo es a al~
gún animal; y blanco no es atribui- cederá ~i A C es verdadera, y B e § 16. La razón de esto es que, cuan-
CAPITULO 4 do a todo ser bello. Luego si se ha es falsa en parte; se hará la demos- do dos cosas se dan una con otra
supuesto que A no es atribuida a tración con los mismos términos, ha- en tal relación, que existiendo la
§ l. En la última figura se conc ninguna C. y que B es atribuida a ciéndolos variar de lugar. § 12. El una es de necesidad que la otra
cluirá igualmente la verdad con pro- toda C, las dos proposiciones serán mismo resultado se obtendrá, si una exista, no existiendo la segt!nda la
posiciones falsas, ya lo sean las dos falsas en parte; pero la conclusión-.' es privativa y otra afirmativa; por- otra no existirá tampoco; pero por-
por entero, ya ambas en parte, ya será verdadera. § 6. El mismo resul- · que, puesto que B puede ser atri- que ~xista la segunda, no e~ de ne·
una por entero verdadera y la otra tado dará si es una por entero ver- buida a toda e y A a alguna C, es- cesidad que la otra exista. § 17. Pero
falsa, ya una falsa en parte y otra dadera y otra por entero falsa; por- tando dispuestos de esta manera los es imposible que una misma cosa
verdadera por entero, o la inversa; que puede suceder que A y B sean términos, A no es atribuida a toda exista necesariamente, según que
y, en fin, de cualquier otra manera consiguientes de toda C. y sin em- B. Luego si se ha supuesto que B otra misma cosa exista o no exista.
que sea posible modificar las pro- bargo, que A no lo sea de alguna es atribuida a toda C, y que A no Por ejemplo, quiero decir que es
posiciones. § 2. En efecto, nada B; por ejemplo, animal y blanco son lo es a ninguna C, la privativa será imposible que, si siendo A blanco,
impide que, ni A ni B sean atribui- consiguientes de todo cisne; y sin falsa en parte; y la otra será por debe ser B grande de toda necesi-
das a ninguna C, y que, sin em- embargo animal no lo es de todo ser entero verdadera, Jo mismo que la dad, no siendo A blanca, B sea tam-
bargo, A lo sea a alguna B; por blanco. Tomando, pues. estos tér- conclusión. § 13. Además, como se bién grande de necesidad. En efec-
ejemplo, ni hombre, ni dotado de minos, si se ha supuesto que B es ha probado ya que no siendo A to, puesto que, siendo esta cosa A
pies, son consiguientes de ningún atribuida a toda C, y que A no lo es atribuida a ninguna e, y siéndolo blanca, es necesario que esta otr:.J
ser animado; pero hombre, sin em- a toda C. la proposición B e será B a alguna C, A puede no serlo a cosa B sea grande, y siendo B gran-
bargo, es atribuido a algún ser do- por entero verdadera, la proposición alguna B. es evidente que siendo de, que C no sea blanca. es necesa-
tado de pies. Luego si se ha supues- A C por entero falsa, y la conclu- A C por entero verdadera y B e rio que, si A es blanca, C no lo sea.
to que A y B son atribuidas a toda sión verdadera. § 7. Lo mismo su- falsa en parte, la conclusión puede Y si se suponen dos cosas respecto
e, las proposiciones serán falsas por cede si B C es falsa y A C verdade- aún ser verdadera; porque si se ha de las que es necesario que una de
entero; pero la conclusión será ver- ra. Los términos para la demostra- supuesto que A no es atribuida a ellas exista mediante la existencia
dadera. § 3. Lo mismo se verifica si ción serán los mismos: negro, cisne, ninguna C. pero que B Jo es a toda de la otra, no existiendo la segun-
la una es privativa y la otra afir- inanimado. § 8. El resultado no va- C, A C es por entero verdadera, y da, es una necesidad que la primera
mativa; porque puede suceder que ría, aunque se hagan las dos pro- B e es falsa en parte. no exista. Luego, no siendo B gran-
B no sea atribuida a ninguna C, y posiciones afirmativas; porque nada § 14. No es menos evidente que de, no es posible que A sea blanca;
A lo sea a toda C. y que A no lo sea impide que B sea consiguiente de respecto a los silogismos particula- pero si no siendo A blanca, es ne-
J:j a alguna B; y así, negro no es atri- toda e, pero que A no sea atribui- res también se llega a obtener la cesario que B sea grande, resulta de
h1: buido a ningún cisne; pero animal da a C. y que Jo sea a alguna B. Por verdad por medio de proposiciones toda necesidad, que no siendo B
lo es a todo cisne, y animal no es ejemplo. animal es atribuido a todo falsas. Será preciso tomar los mis- grande, la misma B es grande, lo
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atribuido a todo ser negro; de suer- cisne, m:~ro no lo es a ningún cisne,
te que, si se ha supuesto que B es y negro lo es a algún animal. Luego
mos términos que en las proposicio- cual es absurdo. Porque, si B no es
nes uní versales, afirmativos para las grande, A necesariamente no será
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atribuida a toda C y que A no lo es si se ha supuesto que A y B son conclusiones afirmativas, privativos blanca. Luego si no siendo A blan-
a ninguna C, A no lo será a alguna atribuidas a toda C. la proposición para las privativas; porque no re- ca, B es grande, resulta de aquí.
B; y la conclusión será verdadera B C será verdadera por entero, pero sulta ninguna diferencia, cuando la como con los tres términos. que sí
por más que las dos proposiciones A C será por entero falsa, y la con- proposición es universal negativa, si B no es grande, esta misma B es,
sean falsas. § 4. Si ambas son falsas clusión será verdadera. § 9. Lo mis- s~ supone que es universal afirrna- sin embargo, grande.
en p·arte, la conclusión sení aún ver- mo sucederá si se supone que A C ltva; o cuando es afirmativa particu-
dadera; porque nada impide que A es verdadera; y la demostración se lar, se supone que es universal. en
y B sean atribuidas a alguna C. y hará con los n1ismos términos. § 1O. CAPITULO 5"
lo que concierne a la exposición de
que A lo sea a alguna B; que, por El mismo resultado se obtendrá, si los términos. Por lo demás, el mé- ~ 1. Demosttar circular y recí-
ejemplo. blanco y bello sean atri- una es por entero verdadera y otra todo es el mismo para los silogismos procamente es concluir, por medio
buidos a algún animal, y blanco a falsa en parte; porque puede suce- privativos.
algún ser bello. Luego si se ha su- der que B sea atribuida a toda C. y . § 15. Es claro, por lo tanto, que 1 La demostración circular y sus cir-
puesto que í \' n son atribuidas a A a alguna C. y A a algun:.1 fJ. Por s¡ la conclusión es falsa, es preciso cunstancias. Aristóteles analiza cuidado-
toda C. las propusiciuncs serán fal- ejemplo. bípedo es atribuido a todo que los elementos de que se deriva samente cslc tipo de argumentos, que
sas en parte; pero la conclusión será hombre. pero bello no es atribuido sean todos falsos. o por lo menos aplica en las tres figuras del silogisn1o.
126 ARISTÓTELES PRIMEROS ANALÍTICOS 127
de la conclusión y de una de las Y así, en estos dos silogismos, la § 12. En los silogismos particu- que A no lo sea a ninguna C; por-
proposiciones, cuya atribución es proposición C A aparece sin demos- lares no es posible demostrar la pro- que ésta es la segunda figura; y B
trocada, otra proposición que se trar, mientras que todas las demás posición universal por las otras, es el medio. § 4. Si A B es privativa
toma del silogismo anterior. § 2. son demostradas; y si nosotros las pero se puede demostrat la particu- y la otra proposición afirmativa,
Por ejemplo, si debiendo demostrar· demostráramos, aparecerían demos- lar. § 13. Claramente se ve por qué será la primera figura, porque e es
se que A es atribuida a toda C, se tradas todas unas por otras. Luego no es posible hacer esto respecto a atribuida a toda A, y B a ninguna
demuestra por medio de B; y en se- sí se supone que C es atribuida a . la universal; y es que la universal C; de suerte que B no es atribuida
guida se demuestra que A es atri- toda B y B a toda A, las dos pro.. se demuestra mediante términos uni- a ninguna A. De aquí resulta que
buida a B suponiendo que A lo es posiciones resultan demostradas; y e versales; pero la conclusión en este A tampoco es atribuida a ninguna
a C y C a B. se concluirá que .A es es necesariamente atribuida a A. § 6. caso no es universal, y es preciso B, y el medio es C. Y así la conclu-
atribuida a B; pero al principio se Es por lo tanto claro que sólo con hacer la demostración por medio de sión y una sola proposición no bas-
había supuesto, por el contrario, que términos que se convierten, pueden la conclusión y de una de las pro- tan para hacer el silogismo; y es
B era atribuida a C. O bien, si para hacerse demostraciones circulares y posiciones. Tampoco hay silogismo preciso, par'l formarlo, añadir otra
demostrar que B es atribuida a C, mutuas; en los demás caso.s sucede convirtiendo la proposición, porque proposición.§ 5. Pero si el silogismo
se supone que A es atribuida a lo que ya hemos dicho. § 7. Tam- las :los proposiciones se hacen en- no es universal, la nroposición uní-
C. que era la conclusión anterior, bién acontece en estos últimos silo- tonces particulares. § 14. Pero se versal no resulta demostrada, por
y que B es atribuida a A; pero al gismos que, para demostrar, nos ser- puede demostrar la particular. Su- lo que dijimos más arriba. § 6. Pero
principio se supuso, por el contra- vimos de Jo mismo demostrado; por- póngase demostrado que A es atri- la particular resulta demostrada,
rio, que A era atribuida a B. § 3. que C es demostrado de B, y B de buida a alguna e por B. Si se su- cuando la proposición universal es
No hay· otra manera de llevar a cabo A, suponiendo que e se dice de A; pone que B es atribuida a toda A, afirmativa. Supóngase A atribuida a
una demostración recíproca. Si se y C ha sido demostrado de A me- y se conserva la conclu-sión, B lo t1da B, y no a toda e; la conclusión
introduce otro medio, la prueba ya diante estas mismas proposiciones. será igualmente a alguna C, resulta es: B no es atribuida a alguna C.
no es circular; porque entonces no Y así nos servimos de la conclusión la primera figura, y A es el medio. Luego si se supone que B es atri-
se conservan las mismas proposicio- para hacer la demostración. § 15. Si el silogismo es privativo, buida a toda A, y no a toda C, no
nes. Y si son ellas las que se em- § 8. En los silogismos privativos no se puede demostrar la proposi- lo será a alguna C, y el medio es
plean, no debe tomarse más que una he aquí cómo se demuestran unos ción universal por el motivo que se B. § 7. Si la universal es privativa,
sola; porque si se tomasen las dos, términos por otros. Supóngase B ha dicho precedentemente. § 16. la proposición A e no será demos-
la conclusión sería la misma, cuan- atribuida a toda C, y A a ninguna Tampoco se puede demostrar la par- trada trocando A B; porque sucede
do se necesita que sea distinta. § 4. B. La conclusión es que A no es que las dos proposiciones, o una de
ticular, si A B es trocada como en
En los términos que no se convier- atribuida a ninguna C. Luego si es los silogismos universales; pero se ellas, se hacen negativas; y entonces
ten, el silogismo tiene lugar, perma- preciso concluir que C no es atri- no hay silogismo posible. Pero aquí
puede hacer por asumpción. Y así,
neciendo indemostrada una de las buida a ninguna B, proposición que B es atribuida a alguna de las cosas, se demostrará lo mismo que res
proposiciones, porque no es posible ya queda sentada, A no será atri- pecto de las universales, suponien
entre las cuales hay algunas a que do que A es atribuida a alguna d
probar con términos de este género buida a ninguna C, pero C lo será no es atribuida A. Si los términos
que el tercer término es atribuido a toda B; porque de esta manera · las cosas a todas las cuales no 1
tienen otra disposición, no hay silo-
al medio, o el medio al primero. la proposición aparece trocada. § 9. gismo, porque la particular se hace es B.
Con términos recíprocos se puede Pero si es posible concluir que A es
por el contrario probar los unos por atribuida, a C, no hay necesidad de negativa. CAPITULO 7
los otros; esto se verifica por ejem- convertir A B de la misma manera: CAPITULO 6
plo, cuando A B C se convierten oorque la proposición: B no es atri- § 1. En la tercera figura, si las
unos en otros. ~ 5. Porque si se in- buida a; ninguna A, es la misma § l. En la segunda figura no se dos proposiciones son universales,
tenta demostrar A C por medio de que: A no es atribuida a ninguna puede demostrar de esta manera la no es posible demostrar unos térmi-
B. y además A B por la conclusión B. § 1O. Pero es preciso suponer afirmativa; pero se puede demostrar nos por otros; porque Jo universal
y la proposición B C trocada, y lo que B es atribuida a todo aquello la privativa. § 2. La afirmativa no sólo se demuestra mediante propo-
mismo B C por la conclusión y por a que no lo es A. Supóngase A no s~ prueba, porque no son afirma- siciones universales, y la conclusión
la prooosición A B trocada; es pre- atribuida a ninguna C. que era la tivas las dos proposiciones, puesto en esta figura es siempre particular.
ciso demostrar las proposiciones e conclusión; pero que B sea atribui- que la conclusión es privativa, y la Así que es evidente que en esta fi-
B y B A; porque son las únicas de da a todo aquello a que A no Jo es;· afirmativa sólo se obtiene con dos gura no se puede concluir la pro-
que nos hemos servido sin haberlas es de necesidad que B sea atribuida afirmativas. § 3. En cuanto a la posición universal. § 2. Si una de
demostrado. Luego si se supone que a toda C. § 11. Y así, cada una de p_rivé!tiva, · puede ser demostrada las proposiciones es universal y la
B es atribuida a toda C. y que C lo estas proposiciones se ha convertido circularmente. Supóngase A atri- otra particular, lan pronto se podrá
es a toda A, habrá silogismo de B en conclusión; y esto es lo que se buida a toda B y a ninguna C; la demostrar circularmente, como no
relativamente a A. Lo mismo suce- llama demostrar circularmente, es conclusión es que B no es atribuida se podrá. Cuando ambas son afir-
de si se supone que C es atribuida decir, tomando la conclusión y una a ninguna C. Luego si se ha supues- mativas y el universal está en el ex-
a todé! A. y A a toda C. puesto que de las proposiciones trocadas. con- to que B es atribuida a toda A y que tremo menor, se podrá demostrar:
es neces;¡rio que C lo sea a tod<J B. cluir la ona proposición. no lo es a ninguna C, es necesario si está en el ntrn i'xtrPrnO, no se po-
128 ARISTÓTELES PRIMEROS ANALÍTICOS 129
drá. § 3. Supóngase A atribuida a trocando la universal. porque no ha.
toda C, y B a alguna C, la conclu- póngase demostrada A por e, sien- Pero si se convierte en su contraria,
brá en modo alguno silogismo. do B medio. Si se supone que A no ninguna lo es; porque no es pos]blc
sión es A B. Luego si se supone que § 8. Es, pues, evidente que en
C es atribuida a toda A, trocando la primera figura la demostración
es atribuida a ninguna e, y que lo en este caso, como lo es en los slio-
es a toda B, B no lo será a ninguna gismos universales, que se destruyan
la proposición universal, y que A e> circular se hace por la tercera y la .
,,,
i C; y si se supone que A no es atri- ambas por la conversión, porque la
9 atribuida a alguna B, que era la con- primera; porque siendo la conclu- conclusión es limitada. No se puede
clusión, resulta demostrado que e buida a ninguna C, y que B lo es a
sión afirmativa, se hace por la pri- destruir ni siquiera una sola. § 9.
~ es atribuida a alguna B; pero no
resulta demostrado que B lo sea a
mera, y siendo privativa, por la úl-
tima. En efecto, se ha supuesto que
toda C, se concluye que A no es atri-
buida a toda B, lo cual no quiere En efecto, dese por probado que A
decir que no lo será absolutamen- es atribuida a alguna C; luego si se
alguna C. Sin embargo, es necesa- uno de los términos era atribuido a supone que A no es atribuida a nin-
rio, si C es atribuida a alguna B, te a ninguna; porque la universal,
todo aquello a que el otro no lo es guna C, y que B lo es a alguna C.
que B lo sea igualmente a alguna C; en modo alguno. En la figura me-· como ya se ha visto, no se desmues-
tra en la tercera figura. Y así no se A no lo será a alguna B_ Y si A no
pero no es lo mismo ser una cosa dia, cuando el silogismo es univer~ es atribuida a ninguna C y Jo es a
atribuida a tal otra que serlo esta sal, se demuestra por esta figura puede, por la conversión, destruir
por entero y universalmente la pro- toda B, B no lo será a ninguna C;
otra a la primera. También es pre- ,uedia y por la primera; cuando e<¡ y de esta !ll~nera se destruyen la~
ciso añadir que, si la primera es atri- particular, también por la segunda posición unida al extremo mayor,
ouesto que aparece siempre destrui- dos proposiciones. § 10. Pero si la
buida a la segunda parcialmente, la y por la última. En la tercera figura, conversión tiene lugar en la contra-
segunda tiene que serlo igualmente todas las demostraciones se hacen da en la tercera figura; porque es
preciso tomar las dos proposiciones ria, ni una ni .otra proposición a~a
a la primera; pero aun admitiendo por esta misma figura. § 9. Además, recerán destrutdas; porque si A no
esto, no hay silogismo por medio de se ve que en las figuras tercera y con relación al extremo menor. § 4.
Lo mismo sucede sí el silogismo es es atribuida a alguna C, 'i lo es a
1
la conclusión y de una de las pro- media los silogismos que no se for-
,.li privativo. Dese por demostrado que toda B, B no lo será a álguna C.
\ posiciones. ~ 4. Pero si B es atribui- man por estas mismas figuras, o no
A no es atribuida a ninguna C por Pero ni siquiera el dato primero
1¡
:1 da a toda C, y A a alguna C, se po- son susceptibles de demostración . aparecerá destruido; porque puede
drá demostrar A C, suponiendo que circular, o son incompletos. B. Luego si se supone que A es atri-
¡ buida a toda C, y que no lo es a suceder que B sea atrihuida a al-
C es atribuida a toda B, y A a al- guna C, y que no lo sea a alguna
guna B; porque si C es atribuida a toda B, B no lo será a ninguna C;
y si A y B son atribuidas a toda
otra. Mas con respecto a A B, pro-
toda B y A a alguna B, es necesario posición universal, no habrá abso-
CAPITULO 8
que A Jo sea a alguna e, y el medio C, A lo será a alguna B; pero se ha
lutamente silogismo, porque supo-
es B. § 5. Si una de las proposicio- supuesto que no lo era a ninguna.
§ l. Convertir un silogismo con- § 5. Si la conclusión se convier- niendo que A no es atribuida a al-
nes es afirmativa y la otra privativa, guna C, y que B lo es a a)guna C,
y la afirmativa es universal, la otra siste en formar, cambiando de lu- te en su contradictoria, los nuevos
gar la conclusión, un nuevo silogis- ninguna de las proposiciones será
proposición podrá ser demostrada. silogismos s e r á n contradictorios, universal. § 11. Lo mismo ,;ucede
Si B es atribuida a toda e y A no mo, en el que se concluya que el ex- pero no universales; porque una de
tremo mayor no es atribuido al me~ si el silogismo es privativo; par-
lo es a alguna e, la conclusión es las proposiciones se hace particular, que si se supone que A es atribuida
que A no es atribuida a alguna B. dio, o que éste no lo es al último. Y por consiguiente la conclusión es
Entonces es de necesidad . ;u e con a toda e, las dos proposiciones re-
Luego si se añade que e es atribuida también pprticular. § 6. Supóngase, sultan destruidas; Y si se la supone
J toda B, mientras que A, por el
la conclusión convertida, y · conser- en efecto, un silogismo afirmativo,
vando una de las proposiciones, se sólo atribuida a alguna e, ni la un:¡
contrario, no lo es a toda B, es ne- Y que la conversión se haga como ni la otra aparecerán destruidas "
cesario que A no lo sea a alguna dtstruya la otra proposición; porque acaba de decirse. Luego si A no es
si ésta sübsiste, la conclusión sub- en este caso la demostración se~Já
e, y el medio es B. ~ 6. Cuando la atribuida a toda e, y lo es a toda
privativa es universal, la otra pro-
posición no resulta demostrada, a
sistirá también.;; § 2. Pero hay una
diferencia entre convertir la conclu· !· B no es atribuida a toda e; y si
no es atribuida a toda e, y B lo
la misma.
no todo; o bien: alguno, ninguno. ~~Jna e; pero no absolutamente a tremo mayor, cualquiera que sea la
es a alguna C. la conclusión es que gmguna C; y si A es atribuida a al- manera en que se haya convertido
Llamo contrario: todo. ninguno; O
A no es atribuida a alguna B. Lue-
bien: alguno, no alguno. ~ 3. Su- una e y B a toda C, como se su- la conclusión; porque la conclusión
go si se supone que e es atribuida a :us1o al principio, A será atribuida estará siempre en la tercera, que no
alguna de las cosas a todas las cua- " Así como hay conversión de oto- a guna B comprende, c?mo ya se ha dicho,
les no es atribuida A. es necesario posiciones, aoí también hay conversión la§ 8. E~ los silogismos particu- silogismos umversales. Pero podr~
que, e sea atribuida a alguna B. ~ 7. de silogismos. para Aristóteles. A c::<i<.: ,..res, cuando la conclusión se con- mos destruir la otra proposición de
No es posible demostrm de una ma- úl!imo llama ob1·ersián la lógica tra· p~~rte ~r: su contradictoria, las dos la misma manera que aquella en
nera d iferentc la otra proposición, diciunal. postctones pueden ser destruidas. que se ha hecho la conversión; quie-
·¡
PRIMEROS ANALÍTICOS 131
130 ARISTÓTELES
sea afirmativa y A e negativa; en ma. En la segunda, las proposiciones
ro decir, que si se ha hecho la con- efecto, si B es atribuida a toda C, y efecto, así se formaba este silogis- aparecen destruidas en la primera y
versión en la contraria, será des- A no lo es a ninguna !3, A no lo mo. Mas tomando entonces la pro- en la última: la del extremo menor,
truida por la contraria, y si lo ha será a ninguna C; pero se suponía posición contraria de la conclusión, siempre en la última figura, y la del
sido por la contradictoria, lo será que lo era a alguna C. Y también si no hay silogismo; porque si A es extremo mayor, siempre en la ter-
contradictoriamente. 6 § 2. Supónga- B es atribuida a toda C, y A lo es atribuida a alguna B y B a toda C, cera. En fin, en la última figura,
se A atribuida a toda B y a ninguna a alguna C, A lo será a alguna B. no puede haber silogismo de A C. aparecen destruida~ en la primera
C, la conclusión es B C. Luego si se § 8. La demostración es la misma y lo mismo sucederá si A es atri- y en la media: la del extremo ma-
supone que B es atribuida a toda si la proposición universal es afi~ buida a alguna B y no lo es a nin- yor, siempre en la primera; la del
C, y se conserva· la proposición A mativa. guna C, porque tampoco habrá silo- menor, siempre en la media. § i 4.
B, A será atribuida a toda C, por- gismo de B a C; Juego no resultan Se ve por tanto claramente qué es
que es la primera figura. Pero si B CAPITULO 10 destruidas las proposiciones. § 8. la conversión, los casos en que pro·
es atribuida a toda C, y A no lo es Pero, cuando se toma la contradic- duce silogismo en cada figura Y' la
a ninguna C, A no lo será a toda § l. En la tercera figura, cuan- toria. resultan destruidas; porque si naturaleza de los que se obtienen. 7
B; es la última figura. § 3. Si B C do la conclusión es convertida en A es atribuida a toda B y B a toda
es convertida contradictoriamente, la contraria, ni una ni otra proposi- C A será -atribuida a toda C; pero
A B será demostrada como antes, y ción se destruyen en ninguno de s~ suponía que no lo era a ninguna. CAPITULO 11
A C lo será por la contradictoriá; los silogismos; pero cuando lo es Y también si A es atribuida a toda
porque si R es atribuida a alguna en la contradictoria, siempre resul- B y no lo es a ninguna C, B no lo § l. El silogismo por reducción
C, y A no lo es a alguna C, A no lo tan ambas destruidas. § 2. Supón- será a ninguna C; pero se la supo- al absurdo tiene lugar cuando se
será a alguna B. Además, si B es gase probado que A es atribuida a nía atribuida a toda C. § 9. La mis- toma la contradictoria de la con-
atribuida a alguna C, y A a toda alguna B, y que se toma C por tér- ma demostración puede hacerse clusión y se le añade otra proposi-
.t'i.1 B, A lo será a alguna C; luego el mino medio, siendo las proposicio- ción. Se forma en todas la5 figuras,
1
; silogismo se forma mediante la con- nes universales. Si se supone que
cuando las. proposiciones no son
universales; porque la proposición y se asemeja a la conversión. La
tradictoria. § 4. La misma demos- A no es atribuida a alguna B, pero A e se hace universal y privativa; única diferencia es que se hace la
tración se haría si las proposiciones que B lo es a toda C, no hay silo- y la otra proposición se hace par- conversión cuando el silogismo está
fuesen recíprocamente de forma di- gismo de A a C. En igual forma, si ticular y afirmativa. Luego si A es ya formado y se han admitido ya las
ferente. § 5. Si el silogismo es par- , A no es atribuida a alguna B, pero atribuida a toda B, y B a alguna C. dos proposiciones, mientras que se
ticular, siendo la conclusión conver- lo es a toda e, tampoco habrá silo- A por consiguiente es atribuida a reduce al absurdo cuando la contra-
tida en la contraria, ninguna de las gismo de B a C. § 3. De la misma alguna C; pero se suponía que no dictoria, si bien al principio no ha
proposiciones resultará destruida, manera se demostrará cuando las lo era a ninguna C. Supóngase A sido concedida, es verdadera de toda
como no resultaba en la primera proposiciones no son universales. En atribuida a toda B y a ninguna C; evidencia. Por lo demás, los térmi-
figura. Pero ambas lo son, si la con- efecto, para hacer la conversión 'és B entonces no es atribuida a ningu- nos son los mismos en ambos casos,
versión es contradictoria. § 6. Su- preciso, o que ambas se hagan par- na e; pero se la suponía atribuida a
y se toman en la misma forma. Por
pongamos que A no es atribuida a ticulares, o que la universal vaya alguna C. § 10. Si A es atribuida
ejemplo, supóngase A atribuida a
'tl ninguna B, y que lo es a alguna C, unida al extremo menor; y ya sabe· toda B, y que C sea el término me-
l
"t¡
": i'j la conclusión es B C. Luego si se mos que de esta manera no hay silo-
gismo ni en la fip:ura primera, ni
supone que B es atribuida a alguna en la media. § 4. Si las proposicio-
a. alg;una B, y B a alguna C, no hay
s!log1smo; así como tampoco le hay,
SI A es atribuida a alguna B y no lo
dio; si se supone que A no es atri-
buida a toda B, o no lo es a ningu-
;;¡ na B, y que lo es a toda C, proposi-
,,l C, y se conserva A B, lá conclusión nes -se convierten contradictoria· es a ninguna C. Así resulta que las
será que A no es atribuida a alguna menté, ambas resultan destruidas. ción tomada como verdadera, es de
Proposiciones son destruidas de un necesidad que C no sea atribuida a
C. Pero el dato primitivo no se des- § 5. Porque si A no es atribuida a modo, y no lo son de otro.
truye, porque se ouede tener igual- ninguna B, y B Jo es a toda e, A ninguna B, o no lo sea a toda B.
§ 11. Conforme a lo que acaba Pero esto es imposible; por consi-
mente; ser y no ser atribuida a al- no lo será a ninguna C. Y lo mismo de decirse, se ve de qué manera
guna A. Lo mismo sucede si B es sucede si A no es atribuida a nin· guiente, la suposición que se -hace
debe convertirse la conclusión. para es falsa; luego la contradictoria e~
atribuida a alguna C, y A a alguna guna B, y lo es a toda C; B no Jo ~.ue el silogismo tenga lugar en cada
C; no resultará silogismo, porque será a ninguna C. § 6. Y lo misml) verdadera. Lo mismo sucede en to-
Igura. § 12. Se ve además cuándo das las demás figuras; porque todos
ninguno de los datos es universal; será si una de las proposiciones O!' resulta probada la contraria, y cuán-
y así la proposición A B no puede los casos en que puede tener cabi-
d.o_ la contradictoria de la proposi-
ser destruida. § 7. Pero si la con- es universal; porque si A no es atslTI· tton. § 13. Puede observarse igual-
da la conversión, se prestan igual-
buida a ninguna B, y B lo es a · mente al silogismo por reducción al
versión es contradictoria, las dos C, A no lo será a alguna C. ~ent_e que, en la primera figura, los
proposiciones resultan destruidas. En guna
Pero si A no es atribuida a ninguna 1og1smos se forman en fa figura absurdo.
§ 2. Por consiguiente todas las
6 La reducción al absurdo es trata
B y lo es a toda C, B no lo será d ~-~~a y !2 última; y que la propo- demás conclusiones son demostra-
da pormenorizadamente debido a sus ninguna C. § 7. Igual resultado ~en· su]ron .. unida al extremo menor, re-
,'' ¡ta dSicrn pre d estr~n"d a en 1a me,d"I~,
resonancias ora en los Tópicos, ya en dremos si el silogismo es privatiVO· 1 En todo este párrafo se habla sin·
las Refutaciones Sojísticas, sea en la Supóngase probado que A no ~ a e la mayor Siempre en la ult1- téticamente de las leyes del silogism0
Retórica. atribuida a ninguna B, y que B
132 ARISTÓTELES
PRIMEROS ANALÍTICOS 133
das por reducción al absurdo en to- atribuida a alguna B. y supóngase
das las figuras; pero la universal igualmente que e lo es a toda A: truida igualmente; porque A !ra es a toda e, e no lo será a toda B.
afirmativa, que se prueba por la en tal caso es de necesidad que e atríbuida a alguna B y no lo eru a Pero esto es imposible, si se supone
media y la tercera, no lo es en la sea atribuida a alguna B. Pero su- alguna otra B. Además el absurdo evidente que e es atribuida a toda
primera. § 3. Supongamos, en efec- ponemos esto imposible: luego la no se produce aquí por la hipóte- B; luego la suposición era falsa;
to, que A no es atribuida a toda B, suposición que se ha hecho era fal- sis, porque entonces sería ésta falsa, luego es cierto que es atribuida a
o no lo es a ninguna B; y añadamos sa; y puesto que así es, es evidente puesto que de datos verdaderos no toda B. § 2. Si se supone la propo-
otra proposición cualquiera, es de- que e no es atribuida a ninguna B. puede resultar una conclusión falsa. sición contraria, habrá silogismo, y
cir, que e es atribuida a toda A, o § 12. Lo mismo sucede si se supone Pero en este caso es verdadera, pues- resultará demostrada la imposibill-
B a toda D; porque de esta manera que e A es privativa. § 13. Pero si to que A es atribuida a alguna B. dad; pero no lo será la cosa en cue~
se obtiene la primera figura. Luego la proposición va unida a B, no ha- Luego es preciso suponer, no que tión; porque si A no es atribuida a
si se supone que A no es atribuida brá silogismo. § 14. Si se supone la es atribuida a alguna B, sino que ninguna B y Jo es a toda e, e no
a toda B, no hay silogismo, cual- contraria, el silogismo tendrá lugar Jo es a toda B. § 22. Lo mismo su- lo será a ninguna B. Pero esto es
quiera que sea 'la manera en que se y se llegará al absurdo; pero enton: cedería si demostráramos que A no imposible; luego es falso que sea
tome la proposición. § 4. Si A no ces no se demuestra el objeto en es atribuida a alguna B; porque si e~ atribuida a ninguna. Pero si esto es
se la supone atribuida a ninguna B, cuestión. § 15. En efecto, supóngase una misma cosa no ser atribuida a falso, no por eso resulta verdadero
v se añade B D, habrá ciertamente que A es atribuida a toda B, y que alguno y no ser atribuido a todo, la que sea atribuida a toda B. § 3.
silogismo que concluye en un error, e lo es a toda A: habrá necesidad demostración debe ser igual para Cuando A es atribuida a iilguna B,
pero el objeto en cuestión no será de que e lo sea a toda B. Pero esto supongamos que. no lo sea a ningu-
ambos casos. na B y que lo sea a toda e; y en-
demostrado; porque si A no es atri- es imposible; de suerte que es falso § 23. Es, pues, evideme que es
buida a ninguna B, y B lo es a toda que A sea atribuida a toda B. Pero tonces hay necesidad de que e no
preciso suponer en todos los silo- sea atribuida a ninguna B. Pero si
D, A no será atribuida a ninguna de que no lo sea a toda B, no se si- gismos, no la contraria, sino la con-
D. Pero supongamos que esto sea gue necesariamente que no lo sea a esto es imposible, es necesario que
tradictoria. De esta manera se tendrá A sea atribuida a alguna B. § 4. Si
imposible: luego es falso que A no ninguna. § 16. Lo mismo sucederá una conclusión necesaria, y se ob-
sea atribuida a ninguna B. Pero si si se añade la otra proposición a B; se supone que no es atribuida a nin-
tendrá una proposición probable, guna B, se obtendrá el mismo resul-
es falso que no sea atribuida a nin· porque habrá silogismo, y se prue- porque si por regla general es pre-
guna B, no se sigue que sea verda- ba la imposibilidad; pero la hipóte· tado que en la primera figura. § 5,
ciso que la afirmación o la negación Supongamos también que A se~
dero que lo sea a todas. § 5. Si se sis no resulta destruida, y por con- sean verdaderas, una vez demostra-
añade la propo~ición e A, no hay siguiente la que es preciso suponer atribuida a alguna B, y que no l()
do que la negación no es la verda sea a ninguna e,- entonces hay ne·
silogismo, como no lo había cuando es la contradictoria.
se suponía que A no era atribuida a § 17. Para demostrar que A no
. dera, es de necesidad que lo sea la cesidad de que e no lo sea a alguna
afirmación; y recíprocamente, cuan- B. Pero se la suponía atribuida a
toda B. ~ 5. Por lo tanto, es claro es atribuida a toda B, es preciso su· do no se supone que la afirmación
que la afirmativa universal no pue- poner que Jo es a toda B, porque si toda e; luego la suposición es falsa;
es la verdadera, ha lugar a creer v A no será atribuida a ninguna B.
de ser demostrada por reducción al A es atribuida a toda B, y e a toda que lo es la negación. Pero no se
absurdo en la primera figura. A, e lo será a toda B; Juego si esto § 6. No siendo atribuida A a toda
puede admitir la proposición con- B. supongamos que lo sea a todas
§ 7. Pero la particular afirmati- es imposible, la suposición que se
va, la universal negativa y la par- ha hecho es falsa. § 18. El mismo
traria de ninguna de las dos mane- y que no Jo sea a ninguna e; hay
ticular negativa pueden serlo. resultado se tendrá si se une la otra
ras. En efecto, si es falso que no necesidad entonces de que e no sea
sea atribuido a ninguno, no es por atribuida a ninguna B. Pero esto es
§ 8. Supongamos, en efecto, que proposición a B. § 19. Si A C fuese esto necesariamente verdadero que
A no sea atribuida a ninguna B, y negativa, el mismo resultado obten· imposible; Juego es cierto que no
sea atrihuido a todo: ni tampoco Jo es a toda B. § 7. En resumen, se
que B lo sea a toda e o a alguna C. dríamos, porque tiene Jugar igual· es probable que si una de las dos
En este caso es necesario que A no mente el ·silogismo. § 20. Si a B se ve que todos los silogismos se ob-
cosas es falsa, sea la otra verdadera. tienen en la figura media.
sea atribuida a alguna e, o no lo sea une la privativa, no resultará nada ~ _24. Es claro que en la prime-
a toda e; pero esto es imposible. demostrado. § 21. Pero si se supone, ra f1~ura se obtienen por reducción
Suponiendo cierto y de toda evi- no que es atribuido a todo, sino que a) absurdo todas las demás conclu- CAPITULO 13
dencia que A sea atribuida a toda lo es a alguno, entonces resulta de· Siones, pero no la afirmativa uni-
e, si la última conclusión es falsa, mostrado, no que no es atribuido ~ versal. § l . Lo mismo debe suceder en
es necesario que A sea atribuida a todo, sino más bien oue no es atrt· la tercera figura. Supón_gase, en efec-
alguna B. § 9. Si la otra proposición buido a ninguno. Porque supóngase CAPITULO 12 to, que A no es atribuida a alguna
está unida a A, no habrá silogismo. A atribuida a alguna 8, y C a toda B, y que e lo es a toda B: entonces
§ 10. Tampoco le habrá cuando la A, e Jo será igua.lmente a alguna B. . ~ l. En la figura media y en la A no Jo será a alguna C. Pero si
suposición es la contraria de la con- Y si esto es imposible, es falso que lltirna se puede demostrar también esto es imposible, será falso que no
clusión: por eiemplo. la particular A sea atribuida a alguna B; de suer- a universal afirmativa. Suponga- Jo es a alguna e; lue_go es cierto
negativa. Aquí evidentemente la te que resulta cierto que no Jo es a ~~s. en efecto, que A no es atri- que lo es a todas. ~ 2. Si se supone
contradictoria es la que es preciso ninguna. Pero demostrado esto, la UJda a toda _E}, y que lo es a toda que A no es atribuida a ninguna
supcner. § 11 . Supóngase que A es proposición verdadera resulta des· C. Luego si no lo es a toda B y lo B, habrá ~ilogbmo, y la imposibili-
134 ARISTÓTELES
dad resultará probada. Pero el ob- la una toma las mismas proposicio- PRIMEROS ANALÍTICOS 135
jeto en cuestión no lo será; porque nes que deben producir el silogis-
si se supone la proposición contra- mo; y la otra no toma más que una va; porque en este caso aparece de la primera figura. § 15. Lo m[smo
ria, se producirá el mismo resultado con la contradictoria de la conclu• nuevo la figura media. § 8. Supón- sucede si la conclusión es pa-tícular
que en los casos precedentes. § 3. sión § 2. En la una, no es necesa. gase demostrado también que A es afirmativa; porque la hipóte;is será
Es preciso tomar esta misma última rio que la conclusión sea conocida atribuida a alguna B, la hipótesis que A no es atribuida a nin¡una B;
suposición, si se quiere concluir la ni que se suponga de antemano qu~. · entonces es que no lo es a ninguna pero se ha admitido que C to es a
afirmativa particular; porque si A lo es o que no lo es. En la otra, por B. Pero se había admitido que B alguna B, y A a toda C. § 16 Cuan-
no es atribuida a ninguna B, y C lo el contrario, es necesario suponer era atribuida a ·toda e, y que A do el silogismo es privativo, ~ hipó-
es a alguna B, A no lo es á toda C. desde luego que no es conocida.. lo era o a toda C o alguna C; por- tesis es que A es atribuida a alguna
Pero si esto es falso, resulta verda- Poco importa, por lo demás, que· que así es como aparecerá una im- B. Pero se ha admitido que C no es
dero que A es atribuida a alguna la conclusión sea afirmativa o ne, posibilidad. Pero cuando A y B son atribuida a ninguna A y que lo es a
B. § 4. Cuando A no es atribuida a gativa; porque el procedimiento es atribuidas a toda C, resulta la. úl- toda B; y aquí tenemos ya ll figura
ninguna B, .si se supone que lo es .el mismo en ambos casós. . tima figura, y entonces es claro .que media. § 17. Lo mismo sucele si la
a alguna B, añadiendo que C lo es a § 3. Toda conclusión . ostensiva hay necesidad de que A lo sea a conclusión no es universal, porque
toda B, es de necesidad que A sea puede igualmente demostrarse por. alguna B. § 9. Lo mismo sucede si la hipótesis será que A es al"ibuida
atribuida a a.lguna C. Pero no lo era reducción al absurdo; y toda con- ha llegado a admitirse que B o A a toda B. Pero se ha admitido que
a ninguna C; luego es falso que A clusión por reducción al absurdo sean atribuidas a alguna C. C no es atribuida a ninguna .A y que
sea atribuida a alguna B. § 5. Si se puede demostrarse ostensivamente y § 10. Supóngase demostrado lo es a alguna B, y aquí tenemos
supone que A es atribuidá a toda mediante los mismos términos, pero también en la figura media que A también la figura media.
B, la cuestión no resulta demostra- no en las mismas figuras. § 4 .. Cuan- es atribuida a toda B; la hipótesis § 18. Es claro, por lo tanto, que
da. § 6. Para concluir que el ob- do el silogismo por reducción al ab- será que A no es atribuida a toda con unos mismos términos se puede
jeto no es atribuido a todo, es pre- surdo tiene lugar en la primera fi- B. Pero se admitió que A era atri- a la vez demostrar toda con::lusión
ciso tomar esta suposición misma: gura. la conclusión verdadera apa- buida a toda C y Ca toda B; porque ostensivamente y por reducdón al
que no es atribuido a todo. Y así, recerá en la media o en la última; de este modo podrá obtenerse el ab· absurdo. § 19. Cuando los silogis-
siendo A atribuida a toda B, y C a si privativa, en la figura media; si surdo; ahora bien, ésta es precisa- mos son ostensivos, se puedm tam-
alguna B, A es atribuida a alguna afirmativa, en la última. Cuando el mente la primera figura, que tiene bién reducir al absurdo en los tér-
C. Pero no sucedía así; luego es silogismo por reducción al absurdo lugar cuando A es atribuida a toda minos dados, si se toma la ::::ontra-
falso que haya sido atribuida a todo; tiene lugar en la figura media, la. C y e a toda B. § 11 . El mismo re- dictoria de la conclusión; porgue los
y por consiguiente es cierto que no conclusión verdadera está en la pri~ sultado se obtendrá si se ha demos- silogismos que se forman ~e esta
es atribuida a todo. § 7. Si se su- mera, cualquiera que sea la especie' trado que A es atribuida a alguna manera son iguales a los qu( da la
pone que es atribuida a algo, apa- de la conclusión. Cuando el silo-:~ 8; porque la hipótesis era que A conversión, y de este mod' tene-
recerá la misma demostración que gismo está en la última, la conclu:j'' no lo era a ninguna B; y se ha ad- mos desde luego las fjguras en que
en los casos precedentes. sión verdadera está en la primera Y¿'. mitido que A lo es a toda C y C a se forman cada una de las wnc1u-
§ 8. Es por tanto evidente que en la media; la afirmativa, en la alguna B. § 12. Si el silogismo es siones. § 20. Es por tanto clllro que
en todos los silogismos por reduc- primera; la privativa, en la figura privativo, la hipótesis es que A es toda conclusión es demostrable de
ción al absurdo, es la contradictoria media. § 5. En efecto, supóngase_c atribuida a alguna B. Pero se ha ad· las dos maneras, por lo impcsible y
la que debe suponerse.§ 9. Es igual- demostrado que A no es atribuida., · mitido que A no es atribuida a nin- ostensivamente, y que no se puede
mente claro que la afirmativa es a ninguna B o no lo es a toda B, en; guna e, y que C lo es a toda B; y aislar uno de estos dos pro ce( imien-
probada de cierta manera en la fi- la primera figura; la hipótesis· era en este caso se tiene la primera fi- tos del otro.
gura media, y que la universal lo entonces que A era atribuida a al· zyra. § 13. La prueba es la misma
es en la última. guna B. Pero se ha admitido que C.é SI el silogismo no es universal y se
Jo era a toda A, y que no lo era· a. ha probado que A no es atribuida CAPITULO 15
ninguna B; porque así se formaba. a alguna B; porque la hipótesis era
CAPITULO 14 el silogismo y resultaba el absurdo.; que A es atribuida a toda B. Pero § 1. Vamos a mostrar ah)ra en
,t 136 ARISTÓTELES
ninguno; y además hacer la conver- por ejemplo, si hay impar, obte-
ner el no impar; porque la conclu-
f
i\.
decir: todo, ninguno. Por ejemplo: esto ni se verifica siempre, ni puede
sión de cada uno en los términos.
Por ejemplo: A es atribuida a toda B sión era contraria con proposicione;
toda ciencia es laudable, es contra- decirse de una manera absoluta; y y a ninguna e, o bien a toda e y i:l
it opuestas. Luego si se las supone ta-
r
11'
ria de: nin15una ciencia es laudable. sólo tiene lugar cuando los térmi-
A las demas las llamo opuestas. nos, tomados por sujeto del medio
§ 3. En la primera figura no hay son idénticos, o son entre sí como
ninguna B, o bien a toda la ur,a y no
a toda la otra; y se puede además
hacer la conversión en los términos;
les, se tendrá la contradicción de
la hipótesis. § 18. Es preciso obser-
var igualmente, que no se puedeJL
1 .
silogismo con proposiciones opues- el todo relativamente a la parte. De y lo mismo para la tercera figura. En concluir las contrarias mediante U1c
tas, ni afirmativo, ni negativo; n0 otra manera la conclusión es impo-
resumen, se ve el número de mane- solo silogismo, de manera que b
1 afirmativo, porque es preciso que sible; porque las proposiciones no conclusión sea, que lo que no es
1'· ras y la especie de figuras en que
las dos proposiciones sean afirmati- son ni contrarias, ni contradictorias. btu:~no es bueno, o cualquiera -otrt
vas, y que una de las opuestas sea § 10. En la tercera figura, el si- puede formarse el silogismo por me- semejante, a menos que la proposi-
afirmativa y la otra negativa; no logismo afirmativo no podrá for- dio de proposiciones opuestas. ción que se tome romo primera tell-
privativo, porque los opuestos afir- marse nunca ·con proposiciones § 16. No es menos _evidente que ga la forína de 1a proposición si..
man o niegan una misma cosa de opuestas, por la misma razón que se puede sacar una conclusión ver- guiente: todo animal es blanco o no
una misma cosa; y el medio, en la se ha dicho en la primera figura. dadera de proposiciones falsas, como blanco; ahora bien, el hombre e3
primera figura, no se atribuye a los Pero el negativo tendrá lugar, ya ya se ha dicho, pero que no se la animal. O bien es preciso tomar de.s-
dos términos, sino que uno de ellos sean o no por otra parte los térmi- puede sacar de proposiciones opues- de luego la contradictoria, como po~
!' le es atribuido, mientras que él mis- nos universales. § 11. Supóngase la
mo es atribuido al otro término; ciencia representada por B y C, y
tas; porque el silogismo es siempre
contrario a la cosa en cuestión. Por
ejemplo, que: tod! ciencia es conje-
tural; y probar en seguida que n~
porque las propo~iciones bajo esta la mediCina por A. Si se supone que ejemplo, si es buena, se obtiene que es conjetural, porque la medicina es
forma ho son opuestas. toda medicina es ciencia, y que nin- no es buena; o bien si es animal, una ciencia y 11inguna medicinl
§ 4. En la figura media se pue- guna medicina es ciencia, B ha sido que no es animal; porque el silo- es conjetural, y así es como se hace•
1 de formar un silogismo con contra- tomada como siendo atribuida a toda gismo viene de la contradictoria, y las refutaciones. O bien, por últjm<J;
!. dictorias y con contrarias. § 5. Su- A y C a ninguna A; luego habrá al-
póngase bueno representado por A, guna ciencia que no· será ciencia. §
los términos tomados por sujetos son
idénticos, o bien que el uno es como
es preciso sacar las conclusiones. de
dos silogismos, Y así, para que ']as
y la ciencia por B y por C. Si se su- 12. Lo mismo sucederá si A B no el todo, y el otro como la parte. proposiciones admitidas sean rea:-
pone que toda ciencia es buena, o es una proposición universal; porque ~ 17. También es evidente que en mente contrarias, no hay otra ma-
que ninguna ciencia es buena, A es si alguna medicina es una ciencia, y los paralogismos nada impide obte- nera de hacerlo qcre la indicada:m.Js
atribuida a toda B y a ninguna C; ,ninguna medicina es una ciencia, re- ner la contradicción de la hipótesis; arriba.
luego B no es atribuida a ninguna sulta de aquí que alguna ciencia no
C; es decir, ninguna ciencia es cien- es ciencia. § 13. Siendo los términos
cia. § 6. Lo mismo sucedería si des- universales, las proposiciones son
pués de haber supuesto que toda contrarias; y contradictorias, si uno SECCION SEGUNDA
i.' ciencia es laudable, se,.supusiese que de los dos es particular.
la medicina no lo es; porque A es § 14. Es preciso tener en cuenta
atribuida a toda B y no lo es a nin- que se pueden tomar las proposicio- CAPITULO 16 9 sólo puede verifi~rse mediante téJ-
guna C; luego alguna C no será nes opuestas, como nosotros lo ha· minos más claros y superiores. Nada
r ciencia. § 7. En igual forma, si A es cemos, diciendo que toda ciencia es § l. Incurrir en una petición de de esto constituye aún la petición de
~¡
~:! atribuida a toda C y no lo es a nin- buena y_ que ninguna ciencia es bue- P.rincipio, tomar su principio, con- principio. Pero romo ciertas co:sas
guna B, suponiendo B ciencia, C na, o que alguna ciencia no es bue· Siste, limitándonos a indicar aquí se dan naturalmwte a conocer p{]r
medicina, y A conjetura; porque ad- na. Esto es lo que sucede de ordi· sólo el género de este defecto, en sí mismas y otrm por medio de oJ-
mitiendo que ninguna ciencia es nario; pero se puede también esta- no demostrar el objeto en cuestión. sas extrañas a ellas; siendo, J20r
conjetural, se ha admitido sin em- blecer la otra parte de la contradic· § 2. Esto puedP. tener lugar de mu- ejemplo, los principios conocidos
bargo que alguna ciencia lo era. Se ción por otros medios de discusión; chas maneras, ya cuando no se for- por sí mismos, y siéndolo las prop~
ve que este caso .difiere del prece- y hasta obtenerla, como se ha dicho
ma una conclusión regular y com- siciones subordinadas a estos priu-
dente a causa de la conversión en en los Tópicos. § 15. Puesto que
8
Pleta, ya cuando se concluye me- cipios por datos distintos de ella3
Jos término~ que .tiene lugar; P?rque las afirmaciones tienen .siempre treS diante términos más desconocidos o mismas, cuando se intenta demos-
>i
antes la afumac1ón estaba umda a contradicciones posibles, se sigue igualmente desconocidos, ya, en fin, trar por sí rnismé una cosa que po:-
! B, y ahora lo está a C. § 8. Lo mis- que se podrá tomar las opues~as cuando se concluye lo anterior por sí misma no es notoria, se incmr~
mo sucede si la otra proposición no hasta el número de seis: todo y ntn· lo posterior; porque la demostración en una petición de principio. § J.
guno, todo y no todo, alguno Y Esto, por otra ]'arte, puede tener
es universal, porque el medio es 9 La doctrina de los vicios del silo-
siempre el término que se dice ne: s. Tópicos, libro VIII, cap. 1. Aristó- gismo que se inicia en este capítulo, lugar de tal ma11era que el obieto
gativamente del uno y afirmativa- teles llama también a esta obra Tra- e!!laza con el tratado de las Refuta- mismo en cuestic! n se emplee inme-
mente del otro. § 9. Y así puede su- tado de la Dialéctica. Con este nornd• crones Sofísticas, diatamente; o se puede también, rt-
ceder que con proposiciones opues- bre lo cita en el libro I, cap. 30 e
t'as se obtenga una conclusión. Pero los Primeros Analíticos.
138
ARISTÓTELES
manera; pero esta modificación no siempre que cada una de estas cua-
puede contarse en el número de lidades tiene su signo, y que necesa.
nuestras cualidades naturales. Por el riamente tiene uno solo, podemos
contrario, las pasiones, los deseos, muy bien, dadas estas condiciones,
son movimientos completamente na- adivinar la naturaleza de Jos seres.
turales. Luego si se concediese este § 14. Pero cuando todo el género
primer punto; si además se conce- tiene dos cualidades que son propias SEGUNDOS ANALITICOS
diese que no hay más que un signo de él, por ejemplo, el león, que tie-
Para una sola cualidad; y si, por ne el valor a la vez que la generosi-
último, pudiéramos llegar a conoce¡· dad, ¿cómo reconoceremos cuál es,
la cualidad y su signo propio en to- entre estos signos propios del géne- PREAMBULO
dos los géneros de seres, seríam0s ro, el especial de una o de otra
entonces capaces de conocer la na- cualidad? ¿Será atendiendo a si es-
turaleza de estos seres. En efécto, si tas dos cualidades pertenecen a otro . Los Segundos Analíticos. (o Analítica Posterior) se ocupan de la
¡ tal cualidad es particular a cierta género, sin pertenecer ambas a todo pru~ba y de la ciencia. De esta suerte se confirma el concepto de
¡ clase de seres, como el valor en el este género, y ver si tal individuo,
! león, es necesario que esta cualidad lógica como doctrina del saber científico, y se ponen en viva relación
l se revele por algún signo; porque que forma parte de la totalidad de las cuestiones de la metodología y el conocimiento.
'
se ha supuesto que el alma y el este género, tiene una de estas cu-:.-
lidades sin tener la otra? Viendo, La lógica aristotélica, en efecto, no es una lógica formal, como se
cuerpo se sienten afectados a la par. atirma por muchos (inclusive por Kant) , en el sentido de ocuparse de
Admitamos que el signo sea en este por ejemplo, que tal individuo es
caso el tener fuertes extremidades, valiente, sin ser generoso, si tiene las meras formas del pensamiento, con independencia del conocimien-
cualidad que no puede pertenecer a uno de los dos signos, es evidente to de lo real. Lo verdadero para Aristóteles es un predicado lógico,
otrós géneros por entero, puesto que que en ·el león es siempre éste el sí, pero que tiene base ontológica, como subraya E. Maier en su ya
signo del valor.
se dice que el signo es propio en el clásica obra La silogística de Aristóteles, 3 vols., 1936. Así se bosqueja
sentido de que pertenece a todo el § 15. Adivinar de esta suerte la
naturaleza de los seres es posible en los Primeros Analíticos, así se confirma en los Segundos.
género; pero no en el sentido de
que sólo pertenezca a este género, en la primera figura, cuando el me- El pensar es lógico cuando se ajusta a los caracteres del ser. No
como decimos habitualmente. Por dio es recíproco con el primer extre- hay oposición entre el pensamiento y la existencia. Ser y pensar se di-
lo tanto, este mismo signo se pre- mo, y supera al tercero, con el cu:1I
no es recíproco. Así, supóngase que ferencian, empero, en que las leyes lógicas ostentan forma general, al
sentará en otro género, y el hombre el valor es A, las fuertes extremi- paso 1ue lo peculiar de lo real es la sustancia individual.
u otro animal será valiente, y por dades B, el león C. B es atribuida a
consiguiente tendrá este signo espe- Se ha dicho que Aristóteles no hace las debidas referencias a los
cial, puesto que hemos admitido que todo aquello a que lo es C; pero lo principios de las ciencias particulares en los tratados de lógica. La
no había más que un solo signo es también a otros seres; A es atri- advertencia es justa, bien que parcialmente. En descargo de ello, hay
buida igualmente a todo aquello a
para una sola cualidad. § 13. Luego que lo es B; pero como no lo es a que anotar, empero:
si esto es cierto, y nosotros podemos otras cosas, es perfectamente recí- lQ que todos sus trabajos de orden científico, sobre todo los de
reunir signos análogos mediante el proco respecto de B. De otra manera
estudio de los seres que sólo tienen la última etapa, dicen relación a la metodología;
no habria un signo único para una
una cualidad especial, admitiendo sola cualidad. 2 9 que la casi totalidad de sus elucidaciones suponen una idea
rigurosa de ciencia.
Hay continuidad temática de los Primeros Analíticos a los Se-
gundos, a pesar de que probablemente la composición de estos últimos
fue en parte anterior, sin contar con los muchos añadidos ulteriores
que recibieron ambos escritos. En efecto, en aquéllos se ofrece, por
así decirlo, el instrumento en general del saber, el silogismo. En és·
tos, en los Segundos, se echa mano de tal ins~rumento para explicar
la ciencia, que es conjunto de conocimientos en demostración deduc-
tiva, apodíctica. .
La deducción demostrativa, la prueba, es, según expresa declara-
ción del filósofo, el nervio de la ciencia, pues ésta se define (ya en la
Metafísica, 1, 1) como el conocimiento por las causas. Por ello, tam·
149
SEGUNDOS ANALÍTICOS
151
150 ARISTÓTELES
Cap. 4. La deducción científica o apodíctica y sus premisas.
bién puede decirse que el tratado de los Segundos Analíticos, por es- Cap. 5. Posibles errores en la demostración y
manera de evi-
tudiar el método científico, es una doctrina de la ciencia. tarlos.
La disposición del tratado es consecuente. Está dividido en dos Cap. 6. La conclusión científica requiere pretnisas necesarias.
libros, cada uno de los cuales consta de cinco secciones. En la pri- Cap. 7. La conclusión científica así como las Pretnisas han de
mera sección del libro 1, la que comprende sólo el capítulo primero, formar parte del mismo género.
se hace ver que la ciencia es inseparable del silogismo y que cada Cap. 8. La conclusión científica requiere pre111¡
validez. sas de eterna
conclusión proviene de proposiciones que, a título de conocimientos,
suponen otras proposiciones. En seguida, tras de discurrir sobre los Cap. 9. La conclusión científica deriva de los p .
elementos de la demostración (sección segunda), de las diferencias cíficos de una cosa, no de principios conncipios espe-
entre saber científico y no saber (tercera sección) , se pone de relieve Cap. 10. Lo que son los principios específicos y ~unes.. .
s pnnc1pios
que en el regreso de unas premisas a otras, la ciencia es posible comunes.
porque existen ciertos principios últimos, inmediatos, ya no deriva- Cap. 11. Relación de las ciencias con los princ¡ 10.
bles de otros, y de donde parte toda prueba deductiva. Estos prin- Cap. 12. Uso de las interrogaciones en la detnost~ ~, comunes.
cipios· son evidentes por sí mismos (cuarta sección). Vienen después Cap. 13. Demostración del hecho y demostración ~CIOn.
algunas consideraciones acerca de diversas clases de demostración, Sus diferencias. e la causa.
para terminar este libro acometiendo el decisivo tema de la unidad y Cap. 14. La primera figura del silogismo es la tn,
diversidad de las ciencias a la luz de los primeros principios (sección para la ciencia. as adecuada
quinta). Cap. 15. Las proposiciones negativas inmediatas
El libro II (dividido también en cinco secciones) puede reputar-
se como una doctrina de la investigación apodíctica. Los Tópicos,
Sección tercera: saber científico y no saber
por su parte, se ocupan de las indagaciones dialécticas, ello es, de
lo que sólo alcanza el nivel de lo probable. Cierto: todos los capí- Cap. 16. Del error en las proposiciones inmediatas
tulos de que consta ·et libro II de los Segundos Analíticos tocan en Cap. 17. Del error en las proposiciones mediatas
una dirección o en otra el tema de la inv:estigación. Ante todo se
Cap. 18. De la ignorancia como ausencia de con~ CIQ1Iento.
. .
indica cómo el saber científico parte de ciertos problemas cuya res·
puesta está en la búsqueda de principios o causas (primera y segun~
da secciones). Cómo han de utilizarse en tal tema la definición, la Sección cuarta: tránsito de las proposiciones lned·
clasificación y otras operaciones lógicas, es la siguiente y obligada a las proposiciones inmediatas tatas
tarea de quien investiga (sección tercera). A continuación se consi·
dera el nexo entre la causa y el término medio y las diferencias exis· Cap. 19. Si los principios de la demostración cienrr
Ica son li~
1
mitados.
ten tes entre definir y demostrar. ventilán\Jose seguidamente las rela·
ciones entre causa y efecto (cuarta sección), todo lo cual culmina Cap. 20. Si los extremos son limitados, los 11l.edio
ser infinitos. s no pueden
con la tarea de encontrar el método que conduzca a los supremos
.1; l
principios de las ciencias (quinta sección). Cap. 21. Si hay límites para la demostración afinn .
;: ~ también para la negativa. atlVa, los hay
Cap. 22. En la demostración afirmativa, los sujeto .
son limitados. s Y atnbutos
I :rlRO I
Cap. 23. Corolarios. De lo mediato a lo inmediato
Sección primera: fu ciencia y sus pri11cipios
Sección quinta: la demostración y la unidad v div .
Cap. 1. Deducción, condición necesaria de toda ciencia. de las ciencias · erszdad
Sección segunda: Concepto, posibilidad y estructura de la ciencia Cap. 24. La demostración universal es superior a 1
ción particular. a demostra-
Cap. 2. Noción de ciencia.
Cap. 3. Posibilidad de la ciencia.
•i
:¡ 152 ARISTÓTELES
SEGUNDOS ANALÍTICOS
Cap. 25. La demostración afirmativa es superior a la demostra. 153
ción negativa. Sección cuarta: de la causa y efecro
Cap. 26. La demostración directa es superior a la demostración
indirecta. Cap. 16. Causa y efecto son demostrables recípro
Cap. 27. Diferencias entre las ciencias atendiendo a su grado Cap. 17. Si diversas causas pueden demostrar el ca~ente.
de generalidad. Cap. 18. Causa próxima y causa universal. Difer mt~lllo efecto.
Cap. 28. encias.
Unidad y diversidad de las ciencias.
Cap. 29. Una conclusión puede ser demostrada de manera múl-
tiple. Sección quinta: la adquisición de los Prin<::ipios
Cap. 30. No hay ciencia de las cosas que dependan del azar.
Cap. 31. Cap. 19. De cómo se descubren los primeros principio~ de las
No hav ciencia de lo sensible. .
ciencias.
CI'ID. 32. Diversas Ciencias, diversos principios evidentes.
Cap. 33. Ciencia y opinión.
Cap. 34. La sagacidad científica y el término medio.
1'
LIBRO 11
,.
'1
Sección segunda: la causa y el término medio
LIBRO PRIMERC'
SECCION PRIMERA
le da. Así. ~;1 proposición: toda
CAPITULO 1 cosa, cualqu~:- que ella sea, puede
con certezs $:f1llarse o negarse, lo
§ 1. Todo conocimiento racio- que necess:'.Jl~nte Y desde luego
nal, ya sea enseñado, ya sea adqui- se sabe es . .:c."' esta proposición es
rido, se deriva siempre de nociones verdadera. (~" respecto al tríangu-
anteriores.1 1?, es pre.:i~ :aber, 12<?r el contra-
§ 2. La observación demuestra no, que ls ?!'abra. trtangulo signi-
que esto es cierto respecto de todas fica tal co.."-~ ~pee1al. En fin con
las ciencias; porque es el procedi- respecto a ls. Vlidad, es preci~o sa-
miento de las matemáticas y de to- ber a la n-.: ta cosa que expresa
das las demás artes, sin excepción. esta palabra ~ la existencia de esta
§ 3. También es el procedimiento cosa. En ca,is. tJDO de estos casos se
de todos los razonamientos de la es en modc' ;'guno el mismo para
dialéctica, tanto de los que se for-
man por silogismo como de los que nosotros.
§ 5. por !.,· demás pueden cono-
se forman por inducción. Unos y cerse las cl\.~· ya conociendo otras
otros, en efecto, sacan siempre la antes que dl:lS, ya aprendiéndolas
instrucción que· procuran de nocio- simultáneam.:.·~te con otras, como.
nes anteriores; los .'primeros, supo- por ejempl•'· ,;e saben todos los ca-
niendo estas nociones comprendidas sos particul:!!'tS comprendidos en el
y concedidas; y los otros, demos, universal cuY:l noción se tiene. Y
trando lo universal por la evidencia así, se sai.X'. previamente que la
misma de lo particular. Siguiendo suma de 1M ,u1gulos de todo trián-
este método es como los razonamien- gulo es igual J. dos rectos, y se sabe
tos de retórica· producen la persua- que tal figur:l c?mprendida en una
sión; porque llegan a este resultado, semicircunfff(ncm es un triángulo,
ya valiéndose de ejemplos, lo cual en el instante que se la ve. Y es que
no es otra cosa que una inducción; efectivamente hay cosas cuyo cono-
ya valiéndose de entimemas, lo cual cimiento sl' ~~dquiere de esta mane-
no es otra cosa que el silogismo. ra. El extrcntv entonces es conocido
~ 4. Las nociones anteriores ne-
cosa~
sin el auxili•' de un término medio·
cesariamente tienen que ser de dos y éstas son precisamente las
especies: o bien es la existencia mis- individuak>- •lue no pueden ser nun-
ma de la cosa la que es preciso co- ca atribuidn~ a un sujeto." § 6. Pero
nocer previamente. o bien es sólo aún antes ¡\,· que este triángulo haya
e~ nombre de la cosa el que es pre- sido produ,·itiC?, o de que se haya for-
CISO comprender; también a veces mado el sil,,gtsmo, la propiedad de
es preciso saber a la vez la existen- esta figura puede decirse que es co-
cia de la cosa y el nombre que se nocida en tlll sentido y en ot1·o sen·
tración, porque entonces el tal silo- cosa de otra sola cosa: es dialéctica
tido que no lo es. En efecto, de una que no sabríais que fuera par. Esto gismo no producirá la ciencia. cuando toma indiferentemente la
cosa cuya existencia se ignora abso- nace de que aquellos afirman que no § 8. Por lo tanto, es preciso que una o la otra; es demostrativa cuan-
lutamente, ¿cómo podría saberse en se sabe que toda dualidad sea par· )os principios sean verdaderos, por- do sólo toma especialmente una sola
modo alguno que tiene sus ángulos sólo se sabe de la dualidad que se CC:. que no es p~sible saber lo q~~ no por verdadera. La enunciación es
iguales a dos rectos? Sin embargo, noce como tal. Sin embargo, se sabe' existe; por eJemplo, que el diame- una de las dos partes de la contra-
también es cierto que esto se sabía aquello que se poser por demostra. tro es conmensurable. § 9. Es pre- dicción; la contradicción es ]a opo-
en el sentido de tenerse conocimien- ción; o lo que se acepra como demos:. · ciso además, que los primitivos de sición que por sí misma no tiene
to de ello de una manera general, trado. La demostración no se ha ad- que se parte sean indemostrables; término medio posible. Una de las
pero también lo es que no se tenía mitido tan sólo para todo lo que ya porque no se sabrían, puesto que partes de la contradicción es la afir-
este conocimiento de una manera se sabe que es un triángulo o que no se tendría la demostración de mación que atribuye una cosa a
absoluta. § 7. En otro caso, la teo- es un número; sino que se ha que: , ellos, y saber de otro modo que otra; y la otra parte es la negación
ría del Menon sería exacta; y enton- rido hablar absolutamente de todo . de una manera accidental las cosas, que niega una cosa, de otra.5
c_es, o no se aprendería nada, o sólo número y de todo triángulo; porque :: cuya demostración es posible, es· po- § 14. Llamo tesis de un princi-
se aprendería lo que ya se sabe. 3 . nunca se ha formulado la proposj. seer su demostración. § 10. Ade- pio silogístico inmediato a la pro-
§ 8. No puede admitirse por otra ción de esta manera: el número que más, es preciso que los principios posición que no puede ser demos-
parte la solución propuesta por al- conocéis, la figura rectilínea que co- sean causas de la conclusión, que trada, y cuyo conocimiento no es
gunos: «¿Sabéis, dicen, que todo nocéis, etc., sino que la proposición sean más notorios que ella y ante- indispensable para saber algo; y por
>I¡· número binario es par, o no lo sa- se ha aplicado siempre a todo trián- riores a ella: causas, porque no sa- el contrario a aquella qué se debe
'r gulo, a toda figura rectilínea. ·\ necesariamente conocer para cono-
béis?» Si se responde: sí, lo sé, os bemos una cosa sino después de
presentarían una dualidad que no § 9. En mi opinión, nada obsta haber conocido la causa; anteriores, cer la cosa, cualquiera que ella sea,
conocieseis, y por consiguiente de la a que se sepa de una manera y que. puesto que son causa: y previamen- la llamo axioma; porque ha-y cier-
se ignore de otra Jo que se aprende;• . te conocidos, no sólo en tanto que tas proposiciones de este gériero, y·
3 En este diálogo platónico se expli-
Lo que es absurdo, es decir, no qu( se conoce la palabra que los expre- para ellas reservamos generalmente
1 ca el conocimiento, recurriendo al mito se sabe de cualquiera manera aque- · n, sino además porque se sabe que este nombre. § 15. La tesis que toma
\. de que el alma, al conocer, recuerda llo que se aprende, sino que se sabe ellos existen. una de las dos partes de la enun-
algo que contempló antes de caer en de la misma manera y en los tér- § 11. Los términos: anterior y ciación, es decir, que afirma o que
el cuerpo. minos mismos en que se aprende. más notorio, pueden entenderse en niega la existencia del objeto, reci-
\. dos sentidos; porque no debe con- be el nombre de hipótesis. La tesis,
fundirse lo anterior por naturaleza que carece de estas condiciones, es
con lo anterior para nosotros, así una definición. La definición, en
SECCION SEGUNDA como tampoco lo más notorio por efecto, es una especie de tesis, y por
naturaleza con lo más notorio para esto el aritmético asienta por ejem-
CAPITULO 2 más adelante; lo que aquí decimoJ'':. nosotros. Llamo anterior y más no- plo esta tesis: que 1a unidad es
es que se puede saber también por{{ torio para nosotros 1o que e~tá más aquello que. bajo la relación de la
§ 1. Nosotros creemos saber de demostración. § 5. Llamo demostra•T ' ~! Próximo a la sensación; pero consi· cantidad, es indivisible. Pero rao es
una manera absoluta las cosas y no c!ón al silogismo que produce cien•! · ·. derado de una manera absoluta, el en modo alguno una hipótesis; por-
de una manera sofística, puramente c1a; y entiendo por silogismo quet ,.e:\ Primitivo más notorio es el que más que decir lo .que es !a unidad y d~
accidental, cuando creemos saber produce ciencia, aquel que sólo COl\;'' ' ,;~.:.;•, le aleia de eila, porque lo más le- cir que la umdad existe, no es dec¡r
que la causa por la que la cosa exis- que lo poseamos ya sabernos alguna;; :·<.' leno de la sensación es lo más ge- una misma cosa.
te es la causa de esta cosa, y por cosa.~ ; ·:Y· ';?Lntral precisamente, y lo más aproxi- § 16. Puesto que para creer en
consiguiente, que la cosa no puede § 6. Luego si saber es verdacfe.:: ··~}jftnado es Jo particular; y todas estas un'a cosa y saberla es preciso poseer
ser de otra manera que como nos- ramente lo que hemos dicho, se si-.:¡;,,. .::~~<:COtas son opuestas las unas a las este silogismo que llamamos demos-
otros la sabemos. g~e ~e aquí neces~riamente que 11..~: ••'"."HOltas. tración, silogismo que no existe sino
§ 2. Lo que prueba claramente ctencia demostrativa procede df,, . ·,•;~~? § ~2. Partir de los principios porque las cosas de que se cümpo-
que el saber es sobre poco más o principios demostrativos, de princl-i: ;~~;;II'I?P!o.s de la cosa es partir de los nen existen también, no sólo hay
menos esw mismo, es que entre los pios inmediatos, más notorios qdll<' ,:~•,;;,Pfimtllvos de esta cosa; porque para necesidad de conocer anteriormente
que no saben y los que saben no la conclusión de que son causa Y'-~" :~ flf ,es lo mismo primitivo que prin- los primitivos, ya en totalidad, ya
hay más que esta diferencia: que los que preceden. Mediante estas c:oft"-';-:c-~: ll!O. en parte, sino que se deben cor.ocer
primeros creen saber, y los segundos diciones, en efecto, serán tambl64t;',•i .. '1.13. El principio de la demos- necesariamente más que todo lll de-
saben realmente, § 3, que la cosa los principios propios de lo den¡: ; ;:. ~; :lrktón es la proposición inmediata; más. Porque aquello por lo que una
de que tienen conocimiento absoluto trado. § 7. Porque podrá muy ~ . ' ~~ proposición inmediata es la que cosa existe, existe más ouc ella; por
no puede absolutamente ser de otra haber silogismo sin estas con:;:; dl llene otra proposición antes de
manera que como ellos la saben. nes, pero sin ellas no habrá d . '. Oa~ La proposición es, por otra ' Doctrina de la deducción inmedia-
~· UI.Unc .. una de las dos fases de la ta ya expuesta en los !'rimeros Juwlí-
§ 4. Si hay todavía otra mane· 4 El silogismo es más amplio que 11
Ctación que expresa una sola ticós. Jibw l.
ra de saber, es cosa que diremos demostración.
·--·-~~-~ ¿ l J : .... ~
158 ARISTÓTELES
SEGUNDOS ANALÍTICOS 159
ejemplo, aquello por lo cual nos- y se encuentren principios, estos
otros amamos es más amado que el mismos principios son desconocidos !ación con nosotros como en su mente por lo menos dos proposicio-
objeto que amamos: y lo mismo si puesto que no es posible la demos: existencia absoluta; y entonces la nes para poder concluir, si se quiere
sabemos y creemos las cosas por tración respecto de ellos, y que la inducción nos da la ciencia bajo la formar un silogismo. Luego si A es
medio de los primitivos, sabemos y ~e1_11ostraci?n es, según se supone, el : primera. relación. , P_ero, si es así, c~ms~guien!e ~e B y de C y ~st~s dos
creemos estos primitivos más aún umco medro de conocer. Y que si la ciencta no es umca y la hemos , termmos ultrmos son consrgmentes
que las cosas mismas; porque a ellos nos está vedado conocer los primi- definido mal; es preciso entonces el uno del otro así como lo son de
es debido el que creamos y sepamos tivos, se añade también, no es tam- reconocer que es doble; o bien sería A, podrán demostrarse, los unos por
todo lo demás. P?CO posible conocer absoluta y pro- preciso rechaza_r_ absolutamen~e esta l?s otros, todos. los té~inos admi-
§ 17. Ahora bien, no es posible ptamente lo que de ellos se deriva otra de!<lOStracwn que se denva de ttdos en la pnmera frgura, como
creer menos las cosas que se saben y sólo podrá conocerse asentand~ · ]as cosas más notorias con relación hemos visto en el Tratado del Silo-
que las cosas que no se saben y res- hipotéticamente la existencia de Jos a nosotros. gismo. Se ha demostrado además,
pecto a las cuales no se está en una primitivos. . .. § 6. Los partidarios de ·]a de- que en las otras figuras no hay silo-
posición m.ejo!" que en la que se es- § 3. Por otra parte se admite mostración circular, no sólo come- gismo circular, o que, por lo menos,
taría si se supiesen; y sin embargo, la posibilidad de saber; porque se ten la falta que aquí in~i~amos, no Je hay para las proposiciones
esto tendría lugar, si, fiándose de la dice, que sólo por la demostración sin~ que en el fondo .se h~mtan a dadas. , .
demostración, no se tuviesen nocio- se sabe, pero también se pretende decir que una cosa ex1st~ SI, ~xrste. En cuanto a. lo~ termm.os que no
nes anteriores a ella; porque nece- que no hay obstáculo alguno que se De esta manera, nada mas faCI! que pueden ser atrrbU!dos rectprocamen-
sariamente se da más fe a los prin- oponga a que todo se demuestre poder demostrarlo todo. Para probar te los unos a los otros, de nin~una
cipios, ya a todos, ya a algunos, que mediante a que la demostración pue-. la v~rdad de esto, _basta asentar tres manera se pueden. demostrar circu-
a la conclusión que de ellos resulta. de ser circular y a que las cosas sl térmmos; po_r;¡ue rmporta poc~ q~e larmente. _Ahora bren, como en ~as
§ 18. Además, el que ha de adquirir prueben las unas por las otras. la demos.tracwn vuelya sobre sr mis- d.::mostracwnes h~y muy pocos. ter-
la ciencia nacida de la demostra- § 4 . Nosot ros sos tenemas . :. ma mediante un numero mayor o mmos de este genero, se sostrene
r. , . , ·
ción, debe no sólo conocer más los mer lugar q t d . 'er_¡. p 1. menor de termmos; con mas de dos evidentemente una cosa ·Imposible
·
y
principios y creerlos más que lo d ' ~; no 0 a cieocJa C:5 • términos o con dos solamente. Ad- vacía de sentido, cuando se dice que
demostrado, sino que además no ha d~ err:ostrac!on, y que las rropO~I·.. mitiendo pues, que si existe A, es la demostración es recíproca, y que
d!Ones IniJ_I~dtat as son conocrda_s sm
de haber para él nada más creíble
hi más notorio que los opuestos de emo.stracton. 0 ue esto es asJ n.e-..
necesario que exista B, y existiendo
B, hay necesidad de que exista tam-
ouede haber demostración de este
género en todos los casos.
estos principios, de donde podría cesanamen_te, es cosa 9.ue se ve s!O:,,, bién C; existiendo A, existirá C.
sacarse el silogismo del error con- gran trabaJo; porque. SI es necesan<>.r¡.: Pero si existiendo A, hay necesidad
trario a la demostración, mediante saber las cosas antenores y aq~ellll$..0). de que B exista, y si existiendo ésta, CAPITULO 4
a que el que sabe realmente, no c~m que, se forma la demostración, Y{\ A ha de existir recíprocamente, por-
puede errar. sr ademas puede encontrarse u.n.pun-~::.. que ésta es precisamente la demos- § 1. Puesto que una cosa que
!o de. parada en. las proposi~Jone8.\ tración circular, se puede suponer se sabe absolutamente no puede ser
mmedtat_as; s.e Sigue de aq:rr. consr. A en lugar de c. Por consiguiente de otra manera que como se sabe,
CAPITULO 3 toda. evrdencra, que estas ulttmasn.. ·decir, que, existiendo B, A existe resulta de aquí, que lo que es sabi-
son mdemost~ables. Sostenemo~, ~r~\:< igualmente, equivale a decir que e do por ciencia demostrada es nece-
§ l. Como es necesario saber t~nto: que. asr es.' y que no solo la¡:~ existe también; y esto vale tanto sario, siendo ciencia demostrada la
los primitivos, infieren de aquí al- ctencia exrste, smo que hay para<~ ·tomo decir, que existiendo A, e que nosotros poseemos por lo mis-
gunos que no hay ciencia posible; la ciencia un principio, en tanto que:;., , __ :existe; porque C se confunde con A. mo que tenemos la demostración de
y otros, admitiendo la posibilidad conocem?s !_os téll!linos mismos ~JS~ -:?~~·:r. Se ve, po~ consiguiente, que cu~?- ella. Luego la demostración es el
de la ciencia, creen, sin embargo, que la ciencJa se Sirve. 6 ·~~:;o .;.,,."; do se sostiene que la demostraciOn silogismo que se deduce .de propo-
.
que todo puede demostrarse; opi- § S. En cuanto a la demostrai:~:c~¡ ~~;;~fes circular, se viene a parar símple- siciones necesarias. '¡
niones ambas que ni son ellas ver- ción circular, su imposibilidad ah"iA' '".\'-\ lllente, a que existiendo A, existe A. § 2. Veamos, pues, dé qué espe- l
daderas ni necesarios los supuestos soluta es patente, si es cierto que la,:~ , ::(5L Y en este concepto se puede fácil- cie de proposiciones se componen ;
de que parten. demostración ha de partir siemp~.P:;C< • ;0;lllente demostrarlo todo. las demostraciones y a qué se apli- ¡
§ 2. Cuando se admite que la de cosas ante~iores . y más noton~s:,;i' :: . ~~1~":f la§ 7· Pero la_ demostración circu- can; y ante todo definamos lo que
ciencia es imposible, es porque se En efecto, es ¡mpostble que las mw."~;:'<• ~}'¡j;¡;,tl s.6Io es posible. respecto _de Jos entendemos por estas expresiones:
cree que hay que caminar hasta el mas cosas sean respecto de ~~;~,<: :?,\;~··1: rtnmos que se siguen reciproca-
infinito; y se dice entonces con ra-
zón, que no se pueden saber las co-
mismas cosas anteriores y pos.ten":;~f' ·
res a la vez, salvo que sea baJ~ ~:('
}~(:; tnte como los atributos propios.
,,,:'': CUan1ecto, hemos demostrado que
atribuido a todo, esencial y uni-
versal.
§ 3. Digo que una cosa es atri-
sas posteriores por las anteriores, punto de vista diferente: por ejelll,. 11'11 ? se supon~ una sola cosa, es buida a otra cosa, a toda ella, cuan-
porque tampoco éstas son las primi- p!o, tomándolas ~an pronto en ~ _ . la ':'~lb le . concluir necesariamente do no es posible atribuirla a tai
tivas, y sería imposible recorrer el . • .. <,', '.. do Xlstencra de otra cosa, y entien- parte y no a tal otra parte de esta
camino hasta lo infinito. Pero se r. Crítica arislo!élica del cscepUc.lf"_ Ita que ';lila sola cosa no basta, ya cosa; ni tampoco en este momento
ai1ade, que aun cuando se haga alto mo. · ció tér.mmo único, ya sea proposi- y no en otro m.Jmento. Así, por
n Blslada. Es preci5o primitiva- ejemplo, siendo atribuido animal a
--
._,;·.
160 ARISTÓTELES
SEGUNDOS ANALÍTICOS 161
todo hombre, si es verdadero decir, te lo que son. Llamo, ¡mes, esen-
que tal ser es un hombre, lo es ciales a las cosas que no se refieren objeto en tanto que el objeto es lo mo en que ha sido demostrado, al
igualmente decir que es animal; y a ningún sujeto, y accidentales a las ue es. § 10. Resulta de aquí evi- parecer, como primitivo universaL
si uno de los dos existe actualmen- que se refieren a alguno. lentemente que lo que es universal Se incurre en este error, cuando no
te, d otro existe de igual modo § 6. En fin, en otro sentido, se en las cosas, es igualmente necesa- se puede ascender hasta un término
Asimismo, si se dice que el punto dice esencial todo lo que es atribui- rio. § 11. Esencial y en tanto que el más alto que el individuo o los in-
se afirma a toda la línea, el razona- do a una cosa a causa de la cosa objeto es lo que es, son expresiones dividuos; o cuando aunque se llegue
miento es el mismo. La prueba de misma; y accidental lo que no es equivalentes. Por ejemplo: el punto más allá de lo individual, no es re-
esto es, que al hacer una objeción, atribuido sólo por la cosa. Si, por y lo recto son atribuidos esencial- presentado lo universal por una pa-
como suponemos que se nos inte- ejemplo, relampaguea mientras se mente a la línea; porque se dan en labra que reúna las cosas especial-
rroga sobre la totalidad de la cosa, camina, esto no es más que un ac- ella en tanto que es línea. Dos án- mente diferentes; o cuando, por
sostenemos siempre, o que la cosa cidente; porque este relámpago no gulos rectos constituyen el valor del último, el objeto a que se aplica la
no se dice de tal parte; o que no se ha tenido lugar porque se caminaba triángulo en tanto que triángulo; demostración comprende en sí el
dice de ella en tal tiempo. sino tan sólo, como suele decirse' porque esencialmente el triángulo universal solamente como el todo en
§ 4. Esencial se dice de las co- accidentalmente. Mientras que, po; tiene sus ángulos iguales a dos la parte; porque la demostración en
sas que se dan en la cosa en tanto el contrario, lo que tiene lugar a rectos. tal caso tendrá lugar respecto de los
que ella es lo que es, como la línea causa de la cosa misma, se dice que § 12. El universal sólo existe a casos particulares, se aplicará a todo
en el triángulo, y el punto en la es esencial. Si, por ejemplo, alguno condición de ser demostrado de un el objeto, y sin embargo no se apli-
línea. En efecto, la esencia del trián- ha muerto estrangulado, ha muerto objeto cualquiera en el género de cará al primitivo universaL Ahora
gulo y de la línea se compone de esencialmente por efecto de la es- que se trate, y de ser primitivo en bien, digo que no hay demostración
estos elementos; y estos elementos trangulación, puesto que ha muerto ~te género; y así, valer dos ángulos del primitivo en tanto que primiti-
entran en la proposición que expre porque ha sido estrangulado, y no rectos no es universal respecto de vo, sino cuando hay demostración-
sa lo que son el triángulo y la línea. es en manera alguna accidental el toda figura, por más que pueda de- del primitivo universal.
Se llaman también esenciales todas que, habiendo sido estrangulado, mostrarse que una figura vale dos ~ 2. Cuando, por ejemplo, se de-
las cosas, cuya definición esencial hava muerto. ángulos rectos, pero nunca puede muestra que dos líneas rectas son
sólo puede darse por medio de las § 7. Por lo tanto, para todo lo recaer ~obre una figura cualquiera; p~ralelas, podría cr_e,erse qu~ se ha-
mismas cosas de que son esencial- que se sabe de una manera absolu- y además, cuando se demuestra, no Cia una demostracwn prop1amente
mente atributos. Por ejemplo, recto ta, las cosas que se dicen esenciales se aplica a una figura cualquiera; dicha, porque vale para todas las
¡l y curvo se aplican esencialmente a en el sentido de que están esenci~ mediante a que el cuadrilátero, por líneas que al cortarse forman ángu-
'1
¡, la línea: par e impar se aplican al mente en sus atributos o que sus ejemplo, que también es una figura, los rectos; sin embargo, no hay nada
"
~: número como se aplican primero y atributos están esencialmente en no tiene la suma de sus ángulos de esto, puesto que las líneas son
múltiplo, cuadrado y escaleno; y res- ellas, existen a la vez por sí solas Igual a dos rectos. Por el contrario, paralelas, no porque los ángulos que
pecto de todas estas cosas, en la y existen de toda necesidad; porque un isósceles cualquiera tiene sus án- son de cierta manera equivalen a
proposición que expresa lo que ellas es imposible que no se den ellas mis- ~los iguales a dos rectos; pero el dos rectos, sino porque son siempre
son se encuentran, en un caso, la lí- mas en el objeto de una manera bósc~les no es un primitivo, porque iguales a dos rectos, cualquiera que
nea, y, en otro, el número. Podría absoluta, o que no se den sus opues- eltnángulo es anterior a éL Luego sea por otra parte su forma.
citar otros muchos ejemplos análo- tas. En este caso están, respecto a la ~_<luello que sin excepción y primi- § 3. También se incurriría igual-
gos, y en cada caso llamo esencia- línea, lo recto o lo curvo; respecto llvamente se demuestra que tiene mente en error, si, suponiendo que
les a las cosas de este género. Por al núméro, el par y el impar; por· tus. án~ulos iguales a dos rectos o no hay otro triángulo que el trián-
el contrario, llamo accidentales las que Jo contrario es siempre la p;íva· tu~~~~lera otra propiedad, de este gulo isósceles, se creyese que las
cosas que no existen ni de una ni ción o 1<i contradicción en el m1smo ~mi!1Vo se dice el universal, y cabe propiedades del triángulo le perte-
de otra manera. Y así, músico o género; por ejemplo, en los núme- mostración esencial de este uni- necían en tanto que isósceles.
blanco son sólo accidentes con re- ros, lo par es lo que no es impar; Versal. .Para todo lo demás, por el § 4. Tampoco se in e u r re en
lación al animaU porque esto exige la manera en qu~ COntrarw, la demostración tiene error cuando se cree que la. propor-
§ 5. Tambi¿n se dice esencial el uno y el otro se siguen. Luego il ~iertamente lugar hasta cierto pun- ción es permutable tan sólo en tan-
una cosa cuando no puede atribuir-
se a ningún sujeto. Andante, por
eiemplo, supone siempre un ser dis-
es preciso respecto de t~da . cosa
negarla o afirmarla, es precisO ¡gua!·
mente que las cosas esenci~les se
:toe:
• pero nc es esencial. Y así, res-
del isósceles, la demostración
lllás uni_versal, en cuanto ella es
to que los términos son líneas, o
números, o sólidos, o tiempos, como
podría demostrarse respecto de cada
tinto de quien se dice: él anda, él den necesariamente en los objetos a ampha que él. una de estas especies separadamente,
es blanco. La sustancia, por lo con- que se refieren. . , por más que sea igualmente posible
trario, y todo lo que expresa un ob- § 8. Tales son las defiDI~IO~es demostrarlo con una sola demostra-
jeto individual, como no son otra
cosa, que lo que son, son únicamen-
de estas expresiones: ser atnbUJdO
a todo y esencial.
t CAPITULO 5 ción para tuda especie de términos.
Pero como todas estas especies no
~ 9. Llamo universal lo qu~ es t~ !. Es preciso notar que mu- están comprendidas bajo un nombre
7
Acepción del término "esencia", at~ibuido a la vez a todo el objeto¡ <:i'-s Veces se incurre en equivoca- único que las comprenda a todas,
véase Categorías, cap. l. que le es esencial, y que se da en e !':!¡~·. no SF:ndo el demostrado pri- número, superficie, sólido, tiempo;
Jvo lll1 \ crsal en el sc:1tido mis- y como además, en tanto que es])e·
1 SEGUNDOS ANALÍTICOS 163
!~
('
162 ARISTÓTELES
~
164 ARISTÓTELES
SEGUNDOS ANALÍTICOS 165
se admite como necesario Jo que que la conclusión sea esencial, no se
no Jo es; o bien no se creerá que se sabrá que es esencial, ni por qué son accidentes.§ S. He aquí por qué preciso que una de las dos proposi-
¡ sabe ni aun de esta manera; ya lo es. Ahora bien, saber por qué
se sepa, por otra parte, la existen- una cosa existe, es saberla median-
no pertenece a la geometría demos-
trar que la noción de los contrarios
ciones sea no universal y perecede-
ra; perecedera, puesto que la con-
,¡ cia de la cosa por medio de propo- te el objeto mismo que la causa .. ,
siciones mediatas, o ya se sepa la En resumen, el término medio ha
es única, ni siquiera que dos cubos
forman un cubo. He aquí por qué
clusión lo es igualmente, cuando lo
!j es una de las proposiciones: no uni-
causa de ella por proposiciones in- de ser atribuido esencialmente !!1 en general una ciencia no puede versal, porque entre las cosas a que
mediatas. tercero; y el primero al medio, para nunca demostrar lo que pertenece a se aplica la conclusión, existirá la
1 § 10. Es imposible saber por de- que . haya verdaderamente demoS: otra ciencia, a no ser que las dos una mientras que la otra no existirá .
.i mostración los accidentes que no tración.
son esenciales en el sentido mismo
estén entre sí en una relación de
subordinación, como lo está la óp-
Luego no se puede concluir univer-
salmente; se concluye simplemente
de la definición que de esta palabra CAPITULO 7 tica con la geometría, y la armonía que, en el caso actual, la cosa es
hemos dado; y es que, en efecto, con la aritmética. tal como se demuestra.
jamás se puede demostrar, respecto § l. Por esto· no es posible de, ·§ 6. Puede -añadirse a esto que § 2. Esto no es menos verdade-
de los accidentes, que la conclusión mostrar pasando de un género a la geometría nada tiene que ver, ni ro can relación a las definiciones;
es necesaria, puesto que un acci- otro; no se puede, por ejemplo, de- aun en punto a líneas, si se estudia porque la definición es, o un prin-
dente es aquello que puede no ser, mostrar por la aritmética una cues- una de las cualidades de éstas que cipio de demostración, o una de-
j¡ única especie de accrdente a que tión de geometría. no les pertenecen en tanto que lí- mostración que sólo difiere de ella
me refiero en este caso. § 11. Pero § 2. En efecto, tres son las co- neas, ni afectan tampoco a los prin- por la posición de los términos, o,
se puede preguntar, ¿a qué viene sas que deben tomarse en cuenta en cipios propios de las líneas. A,sí es en fin, una conclusión de demos-
entonces formular estas preguntas las demostraciones. Primera, la con·· que la geometría no tiene que inda- tración.
relativas a accidentes en las demos- clusión demostrada, es decir, el atri~ gar si la línea recta es la más bella § 3. En cuanto a la demostra-
traciones si no hay respecto de ello~ buto esencial del género de que se de todas las líneas, o si la línea rec- ción y a la ciencia de las cosas que
conclusiones necesarias; puesto que trata; segunda, los ·axiomas, los cua; ta es lo contrario de J.a circunferen- suceden frecuentemente, las fases de
no hay ningún interés en hacer pre- les son los elementos de donde sale cia; porque estas ¡;ualidades perte- la luna, por ejemplo, evidentemen-
guntas al azar para que se respon- la demostración; tercera, el género necen a las líneas, no con relación te son eternas en la esencia de estas
da a ellas con una conclusión cual- mismo de que se trata, y cuya de- a t>u género propio, sino con rela- cosas, y no son particulares sino en
quiera? § 12. A esto respondo: que mostración prueba los atributos y c!ón a un principio común que en cuanto no existen siempre. Y excu-
cuando se interroga se deben sentar Jos accidentes esenciales. § 3. Los Ciertos conceptos pertenece también sado es decir, que lo que se aplica
estas cuestiones, no como si la cosa elementos de donde sale la demos· a las líneas. aquí al eclipse lo mismo se pue-
fuese necesaria a causa de las pro- tración pueden ser a veces semei. de aplicar a cualquiera otro fenó-
posiciones mismas, sino sólo supo- iantes; pero entonces es preciso que meno.
niendo que el que admite las pre- las cosas a que se aplique la de- CAPITULO 8 8
guntas debe admitir también nece- mostración no sean géneros entera· · CAPITULO 9
sariamente la' conclusión que de mente diferentes, como la aritméd~ § l. No es menos evidente que
ellas se der~va, y concluir la verdad ca y la geometría; porque es impo- si las proposiciones de donde sale § l. Puesto que es evidente que
si las mismas preguntas son verda- sible emplear una demostración ari.t· el silogismo demostrativo son uni- no se puede demostrar una cosa sino
deras. mética pare los accidentes de l~.s versales, es necesario que la conclu- por los principios propios de ella,
§ 13. Por otra parte, puesto que magnitudes, a no ser que las mago. sión de esta especie de demos- es decir, si lo demostrado es atri-
para cada género de cosas sólo es nitud~s se l;lagan números. Por 19 tración, o, por mejor decir, de toda buido al objeto en tanto que este
necesario lo que es esencial a este demás, más adelante diremos cón'i~. demostración, sea eterna. Para las objeto es lo que es, no basta, para
género y le pertenece en tanto que será esto posible en ciertos casos ..; C!'Sas perecederas no hay demostra- saber esta cosa, demostrarla par-
este género es lo que es, es claro § 4. Pero la demostración arit~ t!6n .. Tampoco hay respecto de ellas tiendo de proposiciones verdaderas,
que a las cosas esenciales es a mética se limita siempre al género ttenc1a propiamente hablando; o, indemostrables e inmediatas; porque
las que deben aplicarse las demos- que constituye su objeto, y todas 1~ por lo menos, no la hay más que esto no sería más que querer de-
traciones que proporcionan la cien- demás demostreciones hacen lo mtt ~~ accidente, porque no hay cien- mostrar como Brysan demostraba la
cia, y que de sólo estas cosas pue· mo, y así el género ha de ser, ~.? 811" t!a universal de este objeto, y la cuadratura del círculo. § 2. Las de-
den salir estas demostraciones, me- solutamente el mismo, o el mtsmo t1en~ia en tal concepto sólo existe mostraciones de este género sólo se
diante a que los accidentes no son oor lo menos bajo cierto concepto, en CJertos casos y de cierta manera. hacen valiéndose de un principio
necesarios. § 14. Y que, por lo tan- para que la demostración pueda pa- ~uando la conclusión demostrada es común que se puede aplicar a otro
to, no se sabe necesariamente la sar de un género a otro. Es claro e esta especie, es necesariamente objeto; y por esto convienen igual-
causa de la conclusión, aun admi· que sin esta condición la cosa sería mente a objetos que no son del mis-
tiendo que esta conclusión sea eter- completamente imposible; porque es lo • 1Sobre la ubicación de este capítu- mo género. Y así no se sabe la cosa
na. pero sin ser esencial, como su- necesario que los extremos Y lOS ni6 os comentadores difieren de opi- en tanto que ella es lo que es, sino
cede con el silogismo deducido de medios sean de un mismo génerO• eje n. Para algunos, Thcmistio, por tan sólo en su accidente; de otra
""Pttu 1 o 9.
simples signos; porque por mucho puesto que no son esenciales, y sólo {'o~Pl o, debe ser colocado después del manera la demostración no podría
convenir también a otro género. § 3.
166 ARISTÓTELES
lb~
trar mediante ellos, no aquello de mostrar, ya uno de los objetos de
ARISTÓTELES
que se demuestra, ni tampoco aque- la geometría, ya uno de los objetos
llo que se demuestra. § 6. Igual- demostrados mediante los mismos
§ 9. Las definiciones no son hi- ma cosa se encuentre en muchos se- mente pu.ede decirse que la díaléc- principios que el de la geometría,
pótesis, porque no dicen que las co- res, bien entendido siempre que esta . tica es común a todas las ciencias; 12 los de la óptica, por ejemplo; y lo
sas definidas existan o no existan. cosa no ha de -ser homonima.11 .· § 7, como lo sería también la cien· mismo sucede en las demás ciencias.
Por el contrario, loas hipótesis están § 2. Que es imposible afírmai cía que ~ propusiese demostrar en § 3. En este caso es preciso que la
clasificadas entre las proposiciones. y negar a la vez una misma cosa, e8 · general los principios comunes a to- discusión sólo recaiga sobre los
Las definiciones basta comprender- un principio que no expresa ningi.i. das las demás; por ejemplo, los principios y conclusiones geométri-
las; pero no puede suceder lo mis- na demostración, a no ser que se principios siguientes: es preciso afir- cas. Pero el geómetra, en tanto que
mo respecto de una hipótesis, a no quiera demostrar también la conclu: mar o negar toda cosa; las cantida- geómetra, no tiene que discutir los
ser que se pretenda que una simple sión bajo esta misma forma. En efei' des iguales continúan siendo igua- principios; observación que se apli-
palabra, entender, por ejemplo, sea to, -se demostraría de esta manera les, etc., o algunos otros principios ca igualmente a todas las demás
igualmente una hipótesis. Las hipó- dand_o por !le~ta~o que el .primer del mismo género. § 8. La dialécti- ciencias. § 4. Y así, cuando se sabe
tesis son precisamente todas aque- térrtuno es atnbmdo al medio con ca no se ocupa como las demás · aquello de que se trata, no se debe
llas cosas que por ser, y sólo por el verdad, y que no puede negarse ciencias de ciertos objetos especiales tampoco formular .sobre cada objeto
hecho de existir, producen la con- con verdad. Sería por lo demás per. y determinados; no se Emita a un una pregunta cualquiera, porque a
clusión. fectamente inútil sentar a la vez solo y único género; de otra ma- preguntas hechas de esta manera no
§ 10. El geómetra no forma hi- para el 'término medio la afirma- nera no haría depender sus solucio- debe responderse. Han de limitarse,
pótesis de cosas falsas, como a veces ción v la negación, o bien hacer nes de las respuestas que se dieran lo mismo las preguntas que las res-
se ha dicho. Se dice, en efecto, que otro tanto para el tercer término, a las preguntas que ella formula. puestas, a las cosas especiales- de
si bien 110 debe emplear nunca el En efecto, si se ha concedido el tér- .Por el contrario, cuando se demues- la ciencia de que se trat<a. § 5. Lue-
geómetra cosas f.alsas, hace sin em- mino del que pueda decirse con tra, no es uno libre de interrogar go si dentro de estos límites se ra-
bargo uso de ellas, suponiendo que verdad hombre, aunque por otra de este modo, porque no se puede zona en tanto que geómetra con un
una línea que no tiene un pie de parte pueda ser cierto el negarle de . demostrar una sola y misma cosa geómetra, es claro que razonar bien
largo le tiene realmente, y que una no-hombre desde el momento en que partiendo de principios opuestos; lo será demostrar ~lgo partiendo de
línea trazada es_ recta cuando en se ha admitido solamente que el cual se ha probado ya e11 el Trata~ principios geométricos; y que si no
realidad no lo es. Pero se puede res- hombre es animal, y que no es no do del Silogismo. 13 se parte de principios geométri-
ponder a esto, que el geómetra no animal, será cierto decir: Callías, V cos, se razonará mal; § 6, y no es
concluye nada de que la línea que si se quiere también, no Callias·, es · menos claro que si en este úJtimo
ha trazado sea de tal o cual mane- animal y no es no animal. La causa CAPITULO 12 caso se refuta- al geómetra, sólo es
ra; y sólo concluye las cosas de de esto es que el primer término nó por accidente. § 7. De aquí se si-
que aquéllas no son más que re- es atribuido solamente al medio, § l. Como la interrogación sí- gue que no debe discutirse en geo-
presentaciones. sino que es también atribuido a otro logística se confunde con la propo- metría con quien no es geómetra;
§ 11. Se debe añadir además, término, porque puede extenderse á sición que expresa una de las do~ porque entonces se extravía el ra-
que todo postulado, lo mismo que muchos términos, y he aquí por qué partes de la contradicción, y como zonamiento; y esta recomendación
toda hipótesis, puede ~er universal no importa para l<a conclusión que hay en cada ciencia proposiciones no es menos aplicable a todas las
o particular, y que las definiciones tR l término sea a la vez tal cosa Y de donde sale el silogismo espe- demás ciencias.
no son ni lo uno ni lo otro. 10 no tal cosa. · cial de cada una, se sigue que hay § 8. Puesto que hay interroga-
~ 3. La demostración por reduc• una especie de interrogación que ciones geométricas, ¿las hay también
ción al ;absurdo es la que emple_a produce la ciencia y da los elemen- que no son geométricas? ¿No hay
CAPITULO 11 siempre este principio, según el.que tos de donde se ha sacado para cada para cada ciencia interrogaciones
toda cosa se debe afirmar o negar. ciencia el silogismo propio de ella.14 fundadas en la misma ignorancia
§ l. No es por tanto en modo § 4. Pero no toma este axioma sietn· § 2. Por lo tanto, es claro, que no que separa las preguntas geométr.i-
alguno necesario, para que sea la pre en su universalidad; le toma toda <interrogación es igualmente cas ·de las preguntas no geométri-
demostración posible, que existan sólo en la medida suficiente, es de- geométrica, o médica, o relativa a cas? ¿Y el silogismo de la ignoran-
ideas, ni que haya unidades distin- cir, en el límite en que se aplica a1 cualquiera otra ciencia; no hay in- cia es el silogismo formado de pro-
tas y separadas de la pluralidad. género en cuestión, y entiendo por terrogación verdaderamente geomé· posiciones opuestas a las proposicio-
Sólo hay necesidad de que una sola género en cuestión aquel género con !rica fuera de la que sirve para de- nes verdaderas o paralogismo, que
y misma cosa 'pueda con verdad ser relación al cual se dan las demostra: en este caso no sale de la geome-
atribuida a muchos seres; porque, ciones, como se ha dicho más arriba~ '" Véase Tópicos, libro I, cap. 2. tría? § 9: o bien, ¿es el paralogismo
' 3 Como se advierte. Aristóteles lla-
sin esta cDndición, no existe lo uní- § S. Todas las ciencias Se co~U· sacado de cualquiera otra ciencia, al
nican las unas con las otras medtaD- ma Tratado del Silogismo a los Prime· modo que, por ejemplo, con rela-
versal; sin lo universal no hay tér- ros A na/Ílicos.
mino medio, y por tanto no habrá te los principios que son a ellas ~o • 14 Toda la primera parte de este ca-
ción ·a la geometría, una interro-
tampoco demostración. Por consi- munes; y llamo comunes los pnn- PI.tulo se ocupa de una incipiente doc- gación musical no es geométrica?
guiente lo único que se necesita es cipios que se emplean para demOS' tnna de la interrogación. Pero creer que las paralelas se en-
que sea posible que una sola y mis-
11 Véase Primeros Analíticos. libro
Jo Véase Peri hermeneias, cap. 7. I, cap. 24.
170 ARISTÓTELES
cucntren, es una idea que a la vez ta a las reglas del silogismo, porque SEGUNDOS ANALÍTICOS 171
es geométrica en un sentido y en se toman afirmativamente los consi-
otro sentido no es geométrica. No guientes de los dos extremos. Esto puede concluir de aquí que A Tierra porque no centellean, sino
ser geométrica tiene también dos es, por ejemplo, lo que hace Creneo es ;t:ribuida a C. O también, el nú- que, por d contrario, no centellean
sentidos, lo mismo que no ser rít- cuando concluye que el fuego se au. mero determinado par está repre- porque están próximos. § 3. Por lo
mica; en primer lugar, una cosa es menta en una proporción múltipla· sentado por D. y el número par por demás puede también demostrarse
no geométrica como es no rítmica, porque el fuego, como él dice,
porque no tiene ninguna relación engendra prontamente, y esta pro..
sé E; puede concluirse dl: aquí que A a la inversa el efecto por la causa,
y entonces la demostració11 dará el
es atribuida a E.
con la geometría; y en segundo lu- porción se engendra también pron- por qué de la cosa. Supóngase, por
gar, porgue en geometría es falsa; tamente. Pero con esta manera de . ejemplo, que e representa los pla-
y la ignorancia que parte así de se- proceder no hay silogismo regular. CAPITU!.O 13 netas, B estar próximo, A no cen-
mejantes principios precisamente es Para que haya silogismo, es preciso tellear; B es con razón atribuida a
contraria a la ciencia. § 10. En las tomar como con»iguiente de propor. ~ l. Entre ~aber que una cosa C, y A, no centellear, lo es igual-
matemáticas, el paralogismo no tie- ción más rápida la proporción múl- existe, y saber por qué existe, hay mente a B, de donde se <:oncluyc
ne fácil -entrada. Se sabe que el tér- tipla, y que la proporción más rá- una gran diferencia. Por lo pronto que A es también atribuida a C; y
mino medio es siempre doble, y que pida en su crecimiento sea tomada esta diferencia puede tener lugar en este silogismo da el por qué de In
otro término es atribuido a todo por consiguiente de fuego. Saccd.:, una sola y misma ciencia, y esto de cosa, porgue se ha ascendido has(a
este medio, el cual a su vez lo es a pues, que a veces no puede sacarse dos maneras. La primera cuando el la causa primitiva.
otro término, todo y entero, sin que vna conclusión de términos dispues- silogismo no está formado con tér- § 4. Lo mismo sucede cuando
se tome nunca el atributo sólo uni- tos de esta manera, y que otras ve- míuos inmediatos; porgue entonces se demuestra la esfericidad de la
versalmente; ahora bien, en matemá- ces se puede, pero que no se ad- no se ha ascendido hasta el primi- Luna por los aumentos de su luz;
ticas se puede en cierta manera ver vierte. tivo que es la causa; y 1~ ciencia diciendo: el cuerpo cuya luz aumen-
todo esto por el pensamiento; en la § 13. Por lo demás, si fuese del por qué sólo se denva realmen- ta de esta manera es esférico, es así
discusión, por el contrario, todo siempre imposible demostrar la ver- te del primitivo que es causa. La que la luz de la Luna aumenta de
esto se nos escapa. Si se pregunta, dad partiendo de proposiciones fal- segunda manera tiene lugar cuando esta manera, luego es claro que la
por ejemplo: ¿es todo círculo una sas, sería fácil resolver la conclusión el silogismo, formado por otra parte Luna es esférica; de esta manera se
figura? no hay más que trazar el en sus principios, porque entonces de términos inmediatos, no ha as- forma simplemente el silogismo que
círculo _para que la, respuesta sea la reciprocidad sería necesaria. En cendido hasta la causa, y se ha de- demuestra por el efecto. § 5. Pero
evidente; y si se añade: ¿los versos efecto, supóngase que A representa tenido en aquel de Jos términos re- cambiando de lugar el término me-
son por consiguiente un círculo? es la conclusión; desde el momento en:. cíprocos que era más notorio; por- dio y tomándolo a su vez por extre-
claro, que el trazado. mismo de la que A es verdadera, puedo deducir: que es muy posible que entre los mo grande, el silogismo dará el por
figura hace ver que no lo son. la verdad de las cosas cuya existen- - términos que pueden ser atribuidos qué de la cosa; porque no es la
§ 11. No debe objetarse contra cia conozco y que están representa " mutuamente el uno al otro el tér- Luna esférica a causa de los aumen-
el procedimiento del matemático, das por B; y por consiguiente podré 'mino que no es causa, sea sin em- tos de luz; sino que, p0r el contra-
que la proposición de que se sirve demostrar, partiendo de estas últk bargo más ·notorio, y que en este rio, tiene estos aumentos porque es
es inductiva. En efecto, así como mas, la verdad de A. Pero e~ta reci- ·. concepto se le emplee para la de- esférica. Para demostrar esto supón-
no hay otra proposición demostra- procidad tiene lugar sobre todo en - mostración. s 2. Por ejemplo, se gase que es la Luna C, esférica B, y
aumentos de luz A.
tiva que la que se aplica a muchos las matemáticas, porque éstas no . demuestra que los planetas están
objetos, porque si no se aplica a admiten nada accidental, diferencia próximos a la Tierra, porque no § 6. Cuando los medios no son
muchos obietos, tampoco podrá apli- que las distingue de todo lo que es centellean. Supóngase que C repre- recíprocos, y el término, que no es
carse a todos, mientras que, por el dialéctico,;y también porque no ad- • senta los planetas, B no centellear, causa, es el más notorio, se demues-
contrario, el silogismo sólo se for- miten más que definiciones. A estar próximo. Se está en lo cier- tra ciertamente que la cosa existe,
ma dé proposiciones universales; en § 14. Lo que aumenta en las_ to al decir B de C, porque los pla- pero no se demuestra por qué existe.
igual forma es claro que no hay matemáticas no es el número de los netas no centellean; pero también § 7. Lo mismo sucede cuando
objeción verdadera que no sea _uni- términos medios para una sola con:· se puede decir con verdad A de B, el término medio está colocado fue-
versal. Esto consiste en que en el clusión, y sí el número de las porque cuando un cueroo no cente- ra de los extremos; porque enton-
fondo las proposiciones y las obje- conclusiones que se añaden; por llea, es porque está próximo. Puede ces la demostración da la existencia
ciones son de la misma naturaleza: ejemplo, A atribuida a B, ésta a e, s_u~onerse por otra parte que esta de la cosa. pero no la causa de esta
y cualquiera que sea la objeción que ésta a D, y así hasta el infinito; § ultnna proposición sea suministrada cosa mediante a que la causa no se
se haga, podrá convertirse, caso ne- 15: o bien siguiendo un orden in- P_or la inducción o por la experien- halla expresada en ella. ~ 8. Por
ces!lrio. en oroposición demostrativa directo, A atribuida a e y a E. Su- Cia sensible; de aquí se concluye ne- ejemplo; ¿por qué una pared no
o dialéctica. 15 póngase, por ejemplo, que número cesariamente que A es atribuida a respira? Se responde: porque no
~ 12. Sucede a veces que se f al- determinado o indeterminado está C, y de esta manera se demuestra es animal. Si ésta fuera realmente
representado por A. El número de- que los planetas están próximos. la causa de la falta de respira-
1
" Véase la objeción en los Prime- terminado impar es representado Pero bajo esta forma el silogismo ción, sería preciso que animal fue-
ros Analíticos, libro l. cap. 41. por B, y el número impar por C; se n? dice el por qué de la cosa, y sólo se causa de la respiración. En efec-
d!ce que la cosa existe: porque los to, desde el momento en que la ne-
planetas no estiín próximos a la gación es causa de que una cosa no
172 ARISTÓTELES SEGUNDOS ANALÍTICOS 173
exista, la afirmación debe ser causa mía náutica. La armonía lo mistno están en alguna totalidad, y lo mis-
'¡
~ : de que esta cosa exista; por ejem- significa la armonía matemática que cías que estudian el por qué de las
.·, 1 cosas; porque ert esta figura única- mo cuando lo están ambas a la vez,
plo, si la falta de equilibrio entre la armonía música. § 15. Esto nace A no puede ser negada inmediata-
lo caliente y lo frío es causa de que de que, en efecto, el conocimiento mente, o por lo menos en los más
de los casos y en las más de las mente de B. § 4. En efecto, supón-
no se goce de salud, el equilibrio del hecho pertenece a la ciencia que gase A en la totalidad de C; si B no
de temperatura es causa de que se procede únicamente de los sentidos ciencias, se forma el silogismo de la
causa. está igualmente en la totalidad de
esté bien. Recíprocamente, si la afir- y el conocimiento de la causa per~ C, porque puede suceder que esté
mación es causa de que la cosa exis- tenece a las ciencias matemáticaS. ' ~ 3. Esto hace que esta figura
sea la más científica de todas, pues- A en alguna totalidad sin que lo
ta, la negación será causa de que Ellas son las únicas que poseen lás esté B, habrá silogismo en el que se
esta cosa no exista. Pero en el ejem-' demostraciones de las causas, igno.· to que saber el por qué de las cosas
es el más alto grado de la ciencia. concluirá que A no es atribuida a
plo citado más arriba, esta relación randa por otra parte muchas vecé$
~ 4. Además, esta figura es la B; porque si e es atribuida a toda
que se acaba de indicar no tendrá si la cosa existe, lo mismo que los A y no lo es a ninguna B, A tam-
lugar, puesto que no es cierto que que conocen el universal ignoran'· única por cuyo medio se puede tra-
tar de conocer la esencia de las co- poco lo es a ninguna B. § S~ En
todo animal respire. § 9. Ahora con frecuencia un caso particular igual forma, si B está en alguna to-
hien: el silogismo, que emplea esta dado, porque no se han fijado en sa"; porque en la segunda no hay
silogismo afirmativo; pero lo que talidad, por ejemplo, en D, enton-
clase de causa, se forma en la figu- él. En este caso se encuentran todas ces D es atribuida a toda B y no lo
ra media; por ejemplo, supóngase las ciencias, que aunque diferentes es una cosa sólo se sabe por la afir-
es a ninguna A; luego se tendrá por
que A es animal, B respirar, e la en esencia, sólo se ocupan de for- mación; y en la última hay cierta-
conclusión que A no es atribuida
pared; A es atribuida a toda B, por- mas. Ahora bien; los matemáticos mente silogismo afirmativo, pero no
que todo lo que respira es animal; sólo se ocupan de las formas, y no hay silogismo universal; ahora bien, a ninguna B.
pero no lo es a ninguna e, de don- se consagran a un objeto especial y la definición esencial de una cosa § 6. De la misma manera se de-
de se concluye que B no es atribui- material; porque si la geometría es necesariamente un ser universal; mostrará, si los dos términos están
da tampoco a ninguna e, es decir, puede aplicarse a un determinado por ejemplo, se dice sin ningún lí- en la totalidad de un género.
que la pared no respira. mite que el hombre es un animal !-\ 7. Por lo demás, que B pueda
objeto especial, ciertamente no lo no pertenecer al género en cuya to-
¡:¡ 10. Las causas de esta especie hace en tanto que es geometría. bípedo.
son, puede decirse, como expresio- ~ S. En fm, se puede añadir que talidad está A, o recíprocamente,
nes hiperbólicas; en otros términos, § 16. Puede suceder por otra esta figura no tiene necesidad de las que A pueda no pertenecer al gé-
se va a buscar el término medio parte, que otra ciencia esté con la otras dos, y que estas últimas, por nero en cuya totahdad está B, esto
demasiado lejos. § 11. Sucede exac- óptica en la misma relación que> el contrario, necesitan de ella para lo prueban evidentemente las series
tamente lo que con el dicho de Ana- la óptica está con la geometría; por! condensar y aumentar las proposi- paralelas que jamás se confunden
charsis de que no había tocadoras ejemplo, la ciencia que trata deL· ciones hasta haber llegado a las pro- entre sí; porque si ninguno de los
dP flautas entre los escitas porque arco iris. En efecto, saber que tierier, posiciones inmediatas.'" términos comprendidos en la serie
en Escitia no había viñas. lugar el arco iris pertenece al físi·}'; A, C, D, puede ser atribuido a nin-
§ 6, Luego, en resumen, la pri-
§ 12. Tales son, con relación a co: pero saber POr qué tiene lugat~, mera figura es evidentemente la más guno de 1uS términos de la serie B,
una misma ciencia y en lo concer- pertenece al óptico, ya de una ma,:~, propia de todas para la adquisición E. F, y A está en la totalidad de
niente a la posición de los términos n.era .absoluta. ,Y~ con relación a 1~;. de la ciencia. H, qué se hlllla en la misma serie
medios, las diferencias entre el si- CienCia matemat1ca. · </ que ella, es evidente que B no esta-
logismo que prueba que la cosa ~ 17. Esta relación tiene luga~~ rá en H; porque entonces las series
existe y el silogismo que prueba por también entre muchas ciencias que,· se confundirían. El mismo razona-
qué existe. no estáli entre sí subordinadas,·:: CAPITULO 15 miento tiene lugar, si es B !a que
§ 13. Entre el silogismo del he- como la medicina, por ejemplo, con.: ~ l. Así como A puede, según
está en la totalidad del género.
cho v el de la causa hay esta segun- relación a la geometría. Y así, saber,:, se ha visto, ser afirmada inmediata- § 8. Pero si ninguno de los dos
da diferencia: que pueden tomarse que las heridas circulares curan con,.' mente de B, Jo mismo puede suce-
términos está en la totalidad de un
el uno y el otro de diversas cien- más lentitud que las otras es asunto.; género, y A no es atribuida a B, es
cias. Esto tiene lugar en todas las que atañe el médico; pero saber el;·. der que >ea negada. § 2. Digo que necesário que sea negadn inmediata-
~na cosa es, ya afirmativa, ya nega-
ciencias que están entre sí en una por qué, pertenece al geómetra. mente. En efecto, si ent1 ~ ellos hu-
hvamente, inmediata respecto de
relación de subordinación como, por biese un término medio, s~ría nece-
ejemplo, la óptica respecto de la Otra, cuando entre estas dos cosas sario que uno de ellos estuviese en
geometría, la mecánica respecto de CAPITULO 14 no hay término medio; porque en- la totalidad de un género; y enton-
la estereometría, la armonía de la tonces no es posible que la primera
ces el silogismo se formaría, ya en
aritmética, y los fenómenos meteo- cosa sea atribuida afirmativa o ne- la primera figura, ya en la figura
§ 1. De las tres figuras. la pri· gativamente a la segunda por el in-
rológicos respecto de la astrono- mera es la más científica. § 2. Va· media. Si es en la primera, B estará
mía. § 14. Por lo demás, algunas de liéndose de ella hacen sus demos- termedio de alguna otra cosa. en la totalidad de algún género,
estas ciencias son casi sinónimas. La traciones las ciencias matemáticas, ~ 3. Por tanto, cuando A o B puesto que es preciso que la propo-
astronomía significa a la vez la as- la aritmética, la geometría, la ópti· sición relativa a B sea afirmativa. Y
''' Véase Primeros Analíticos, libro
tronomía matemática y la astrono- ca, y puede decirse, todas las cien· 1. cap. 7. si es en la figura media, será inciife-
¡
SEGUNDOS ANALÍTICOS 175
174 ARISTÓTELES
~ 12. El error puede tener igual- que es atribuido a toda A, lo será
n~ntc que sea uno u otro de los dos ambas negativas sería cuando no mente lugar, siendo falsa indiferen- igualmente a B. Luego si se supone
términos el que esté en una totali- tendría lugar el silogismo. temente sólo una de las dos propo- que e es atribuida a toda A, y que
dad de género; porque hay siempre § 9. Es por lo tanto evidente siciones. ~ 13. En efecto, puede su- no lo es a ninguna B, la proposición
silogismo en esta figura, cualquiera que es posible que un término sea ceder que A e sea verdadera y e B e A será verdadera, y e B será fal-
que sea por otra parte la proposi- negado de otro inmediatamente, y' falsa; A e es verdadera, porque A sa. ~ 20. Además, lo que no es atri-
ción que se haga privativa; pues acabamos de decir cómo y cuándo no es atributo de todas las cosas; y buido a ninguna B, no será atribui-
sólo en el caso de que se hicieran puede verificarse esto. e B es falsa, porque e, a la que A do tampoco a toda A; p;:,rque si Jo
no es atribuida en manera alguna, fuese a A, lo sería iguah1ente a B,
no puede serlo a B; de otra manera v se ha supuesto que no lo era. Lue-
la proposición A e cesaría de ser go si se supone que e es atríbuida
verdadera; y además, si las dos pro- a toda A. y que no lo es a ninguna
SECClON TERCERA
posiciones fuesen ve.rdaderas, la B, la proposición B e será verdade-
conclusión lo sería también. § 14. ra v la otra será falsa. § 21. Tam-
CAPITULO 16 que se ha supuesto que A era ne- En fin, puede suceder también que bié~ sucede lo mismo trastocando
gada inmediatamente de B, y des- e I3 sea verdadera, siendo falsa la la proposición privativa; porque lo
§ l. La ignorancia que descan- pués no es necesario que A sea atri- otra proposición, por ejemplo si B que no es atribuido a ninguna A no
sa, no sobre una negación, sino en buto universal de todas las cosas. está comprendida en e y en A; por- lo será tampoco a ninguna B. Lue-
la admisión positiva de ciertos tér- Por consiguiente, las dos proposi- que entonces es necesario que A go, si se ha supuesto que e no es
minos, es el error cometido por el ciones serán falsas. y e sean sujetos la una de la otra; y atribuida a ninguna A, pero que lo
§ 7. Pero puede suponerse que por esto, si se supone que A no es es a toda B, la proposición A e será
razonamiento. § 2. Se produce de verdadera y la otra será Ealsa. § 22.
dos maneras en las proposiciones una de las dos es verdadera, no in- atribuida a ninguna e, esta proposi-
diferentemente la una o la otra, sino ción sería falsa. A la inversa será falso su poner que
inmediatas, ya sean afirmativas, ya lo que es atribuído a toda B no lo
negativas. Tiene lugar en primer lu- sólo la proposición A e; porque la ~ 15. Luego evidentemente, ya
gar, cuando se supone simplemente proposición e B será siempre falsa, sea una de las dos proposiciones fal- es a ninguna A; porque. si es atri-
puesto que B no se da en ningún sa, va lo sean ambas a la vez, la buido a toda B, es necesario que
que la cosa existe o no existe; y en también lo sea a alguna A. Luego
segundo, cuando se hace esta supo- otro término. Pero la proposición conélusión será igualmente falsa.
sición como resultado de un silo- A e puede ser verdadera, por ejem- § 16. En la figura media, es im- si se ha supuesto que C es atribui-
plo, cuando A es atribuida a e y a posible que las dos proposiciones da a toda B y que no lo es a nin-
gismo. sean falsas por entero. En efecto, guna A, la proposición C B será
B inmediatamente; porque cuando
§ 3. Cuando la suposición es
una misma cosa es atribuida primi- cuando A es atribuida a toda B, no verdadera, pero e A será falsa.
simple, el error es simple también; se puede tomar un tercer término § 23. .Es por lo ta~t'? claro, que
pero cuando la suposición se hace tivamente a muchos términos, nin-
guno de estos términos podrá serlo que sea atribuido al uno por· entero siendo las dos propos!CIOnes falsas
por silogismo, el error puede ser inmediatamente. a ningún otro. § 8. y que no lo sea a todo el otro. Aho- o siéndolo una de ellas solamente,
múltipleY No importa, por lo demás, que A no. ra bien, para que haya silogismo, podrá haber conclusión errónea res-
§ 4. Por ejemplo, suponiendo sea atribuida inmediatamente a C. las proposiciones deben tener esta pecto de las proposiciones inme-
que A no sea inmediatamente atri- § 9. Por tanto, el error que afir· forma: que el medio sea atribuido diatas.
buida a ninguna B, si se asienta por ma que la cosa existe, se produce a uno de los extremos y que no lo
silogismo que A es atribuida a B mediante estas condiciones y de esta sea al otro. Si las proposiciones en CAPITULO 17
tomándo e por término medio, se
habrá incurrido en error por silo-
gismo. § 5. Ahora bien, puede su-
manera sqlamente; porque hemos
visto que no hay silogismo afirma·
esta forma son falsas, se sigue evi-
dentemente, que con una forma con-
traria serán lo opuesto de lo falso;
* l. En cuanto a las proposicio-
nes que no son inmediatas· afirmati-
tivo en otra figura que en la pri·
ceder que las dos proposiciones sean mera. pero esto es imposible. § 17. Nada vas o negativas, cuando el silogismo
falsas, y puede suceder también que § 1O. Por el error, que niega que obsta a que las dos proposiciones del error se forma por el término
sólo una de las dos lo sea. ~ 6. Por- la cosa existe, puede producirse sean falsas en parte. Por ejemplo, medio propio de la cosa, no es po-
que si A no es atribuida a ninguna en la primera figura y en la medía .. cuando e es atribuida a la vez a al- sible que las dos proposiciones sean
C, ni e a ninguna B, y se admiten guna A y a alguna B, suponiendo falsas; porque sólo puede ser falsa
Veamos ante todo de cuántas ma· la del extremo mayor. 18
una y otra proposición a la inversa, nera> se produce en la primera figu~ que. lo es a toda A y que no lo es
ambas serán entonces falsas. Puede ra, v cuól es entonces la naturaleza a n_mguna B, las dos proposiciones ;.¡ 2. Llamo medio propio al me-
suceder, en efecto, que e sea atri- s~ran falsas, no en totalidad. sino dio por el que se forma el silogis-
de fas proposiciones.
buida a A y a B en una relación SO\o en parte. § 18. Y lo mismo su- mo verdadero, contradictorio al del
§ 11. El error es posible cuan·
tal, que ni sea sujeto de A ni atri- do las dos proposiciones son falsas. c~?e mudando de lugar la proposi- error.
buto uniwrsal de B; porque es im- Por ejemplo, si A es atribuida a C ''on privativa. ;.¡ 3. Supóngase, por ejemplo, A
posible por Jo pronto que B esté en y a B inmediatamente, suponiendo ~ 19. También puede suceder ntribuida a B por C, medio. Pucs¡ 0
la totalidad de algún género, puesto que A no es atribuida a ninguna C 9ue solamente una de las dos sea
lndifcrc!llc:mcntc faba: porque lo 1' Véase car. anterior.
y que e lo es a toda B, las dos pro-
~
" V<Sasc adelante libro H, cap. 15. posicionl:s son falsas.
4
¡
177
176 ARISTÓTELES SEGUNDOS ANALÍTICOS
que es necesario, para que el silo- será verdadera y la otra será falsa. g.unas de ellas se dan en cada gé-
gismo tenga lugar, que e B sea afir- § 10. Y recíprocamente, si se admi- CAPITULO 18
nero; y que se llaman abstractas,
mativa, es evidente que esta propo- te que C es atribuida a toda B y que aunque no están separadas hasta el
sición será siempre verdadera, me- no lo es a ninguna A, C B será ver- § l. No es menos evidente, que punto de que cada una de ellas for-
diante a que no puede convertirse; dadera y la otra será falsa. ;uando llega a faltar un sentido, ne- me un objeto distinto. Ahora bien,
pero A C será falsa, porque convir- § 11 . Luego cuando el silogismo , cesariamente tiene que faltar tam- es imposible que induzca el que.
tiendo ésta, se forma el silogismo del error es privativo, se sabe cómo bién alguna ciencia por la imposibi- carece de sensación; porque la sen·
contrario a la verdad. § 4. El mismo y cuándo el error puede tener lugar.,. lidad de adquirirla. En efecto, nos- sación se aplica a los objetos par-
resultado tiene Jugar, cuando se § 12. Si es afirmativo y se for~·: otros no podemos aprender sino por ticulares; y no puede haber respec-
toma el término medio en otra cla- ma por el medio propio, es imposi- >. inducción o por demostración. Aho- to de ellos ciencia, puesto que es
se, por ejemplo D, si es atribuido a ble que ambas proposiciones sean ;. ra bien, la demostración sale de los absolutamente imposible concebir el
toda A y lo es a toda B; en efecto, falsas a la vez; porque necesaria- .. principios universales, y la induc- universal sin inducción, ni obtenerlo
1
es preciso que la proposición D B mente la proposición C B debe sub- ción de los casos particulares. Pero por inducción sin la sensibilidad. !f
subsista siendo afirmativa, y que la sistir siendo afirmativa para que ·. es imposible conocer los universales
otra se· convierta, de suerte que la haya silogismo, como ya se ha dicho · de otro modo que por inducción; '" Este capítulo es considerado como
una es siempre verdadera y la otra más arriba; y por esto la proposi- por la inducción, en efecto, se co- base del llamado sensualismo aristo-
télico. Sobre el particular, véase la in-
siempre falsa; y el error en este caso ción e A será siempre falsa, porque nocen las cosas abstractas, cuando
troducción general.
es sobre poco más o menos el mis- es la convertida. § 13. En igual for- se quiere hacer comprender que al-
mo que el que tiene lugar valiéndose ma, si se saca el medio de otra serie,
del medio propio. sucederá lo mismo, como ya se ha
§ 5. Pero en el caso en que el dicho respecto al silogismo del error
silogismo no se forme por el medio negativo; porque es preciso que D SECCION CUARTA
propio, cuando el medio es sujeto B subsista siendo afirmativa, y que
de A, y no lo es de ninguna B, es A D sea convertida. El error en-
preciso que las dos proposiciones tonces es igual que precedentemente. realmente hay un término medio en-
sean falsas, porque entonces hay que· § 14. Cuando el silogismo no se· CAPITULO 19 "0 tre A y B, y sólo con que parezca
tomar las proposiciones en sentido forma por el medio propio, si D es § 1. Todo silogismo se compo- que no le hay, el que razona con es-
contrario para que el silogismo sea sujeto de A, la mayor será verdadera , .ne de tres téi:ffiinos. § 2. El silogis- tos datos no hace más que razonar
posible. Pero tomándolas de esta y la otra será falsa; p~rque puede ~. ·: mo afirmativo puede demostrar que dialécticamente. Cuando, por el con-
manera, se hacen falsas ambas, por
ejemplo, si A es atribuida a toda
suceder que A esté en relación COJ1<."'
muchos términos que no estén eri- ·
·:·.A es atribuida a C porque lo es a trario, se pretende aspirar a la ver-
dad, es preciso partir de términos
B, y que ésta lo es a C. Pero el silo-
D, y D no lo es a ninguna B; por- - tre sí subordinados. § 15. Pero si D·:. gismo privativo, en una de sus pro- que sean realmente inmediatos. § 5.
que convirtiendo las proposiciones, no es sujeto de A, es evidente que ..,~ posiciones, expresa que una cosa es Es cierto, en efecto, que hay cosas
el silogismo tendrá lugar, y las dos la mayor será siempre falsa, porqúe,, atribuida a otra cosa, y en la otra, de esta clase, puesto que en cada
proposiciones serán falsas. § 6. Pero se la toma afirmativamente. Pero·: . por el contrario, que no lo es. género hay una cosa que es atribui-
cuando el medio, por ejemplo D, no D B puede lo mismo ser verdadera · § 3. Ahora bien, estas proposi- da a otra de otra manera que ·por
es sujeto de A, la proposición A D, que falsa, puesto que puede suceder· ciones son evidentemente las que se accidente. Entiendo que una cosa es
será verdadera, y D B, será falsa. muy bien que A no sea atribuida a llaman principios e hipótesis; por- atribuida por accidente. cuando de-
En efecto, A D es verdadera, porque ninguna D, y que D lo sea a toda · que con estas diversas formas de cimos, por ejemplo, como nos suce-
D no se daba en A; y D B es falsa, B. Así, por ejemplo, animal no es . proposiciones se llega necesariamen- de muchas veces, que este objeto
porque si fuese verdadera, la con- atribuido a :ciencia y ciencia es atri- .·: te a demostrar, por ejemplo, que A blanco es un hombre, no confun-
clusión lo sería igualmente; pero se huida a música. Por otra parte, es es atribuida a C por B, o también diendo por otra parte esta expresión
supone que es falsa. igualmente posible que A no sea oue A es atribuida a B valiéndose con la siguiente: el hombre es blan-
§ 7. Cuando el error se forma tampoco atribuida a ninguna D, ni de otro medio, y que B es atribuida co. Esto consiste en que, en efecto,
empleando la figura meflia, no pue- D a ninguna B. Luego es evidente:
a C de la misma manera. para ser blanco, el hombre no es en
den menos de ser falsas por entero que, si el medio no es sujeto de A, § 4. Cuando sólo se razona aten- modo alguno otra cosa que él mis-
las dos proposiciones; porque cuan- pueden ser falsas las dos proposicio- diendo a la probabilidad y de una mo, mientras que lo blanco sólo
do B es sujeto de A, no hay término nes o una de las dos indiferente- manera puramente dialéctica, es evi- existe por el hecho accidental de
que pueda ser atribuido al uno por mente. ~ente que debe darse uno por sa- ser el hombre blanco. Luego hav
entero y no serlo en manera alguna § 16. Hemos visto. pues, de f¡sfecho siempre que el silogismo se ciertas cosas que pueden ser atribui-
al otro como se ha dicho más arri- cuántRs maneras y mediante qué forme de los elementos más proba- das esencialmente a otras.
ba. § 8. Pero una de las dos, indi- condiciones son posibles los errores bles posibles. Y así, admitiendo que § 5. Supón~ase, pues, un térmi-
ferentemente, puede ser falsa. § 9. por silogismo, ya respecto a las pro- no, C. de tal especie que no sea
Porque suponiendo que C es atri- Posiciones inmediatas, ya respecto a "' Los capítulos 19, 20, 21, 22 y 23, atribuido a ningún otro ténnino. v
buida a A y a B; si se admite que las proposiciones a que puede apli- lrarande ubicar y discernir los ele- que B lo sea inmediatamente a cote
lo es a A y que no Jo es a B, A C carse la demostración. mentos de la demostración.
178 ARISTÓTELES
SEGUNDOS ANALÍTICOS
término, sin que haya entre ellos 179
efecto, en este caso también es pre-
ningún intermedio, y que E sea atri- ciso, o que las cosas, respecto de las no es fundada; porque cualquiera ~ 3. Además,,sj Bes atribuida a
buida de esta misma manera a F, y que se niega A primitivamente, sean que sea el término que yo tome en- toda A y no. lo es a ninguna e, A
ésta a B, ¿es preciso que esta serie infinitas, o bien que tengan un lí- tre las B, los medios relativamente no es atribuida a ninguna C. Para
tenga un límite, o, por el contrario, mitc.21 a A, o relativamente a F, serán in- demostrar esto es evidente que se
puede extenderse hasta el üáinito? § 12. Esto no puede aplicarse a finitos, o no lo serán. El punto pre- podrá emplear, Y<'l la manera de que
§ 7. Por otra parte, si nada pue- los términos recíprocos, porque- en ciso donde comienzan los términos acabamos de hablar, ya la manera
de atribuirse esencialmente a A, y los términos que pueden ser atri- infinitos, ya tenga lugar desde lue- que indicamos ahora, ya, por último,
A es atribuida a H primitivamcnté, buidos recíprocamente el uno al go, ya más tarde, no importa nada; la tercera. Nos hell1os ocupado ya
sin serlo a ningún otro término su- otro, no puede decirse que haya ni porque los términos que vienen des- de la primera, Y Vamos a explicar
perior, y además H es atribuida a primero ni último con relación a la pués de este punto son ya infinitos. la segunda. Se d~rnostrará por ella,
G y ésta a B, ¿hay aquí también atribución. Entonces todo es atri- sentando, por CJetnplo, que D es
necesidad de poner un límite a esta buido a todo en la misma relación, atribuida a toda B Y no lo es a nin-
serie, o podrá continuar hasta el in- ya sean los atributos del objeto in- CAPITULO 21 guna e, sie~pre que se establezca
finito? § 8. Esta segunda cuestión finitos, ya sean los dos movimientos éomo necesano que se afirma algún
difiere de la primera en que la una de que acaba de tratarse infinitos. ~ l. Es por tanto evidente que término de B. Por Otra parte, si pue-
tiene por objeto saber si, comenzan- Es preciso decir, sin embargo, que si en la demostración afirmativa es de demostrarse q~e D no es atri-
do por el término que no es atribui- la reciprocidad es diferente, y que preciso hacer alto por ambos lados. buida a e, otr? terl11ino, que no Jo
do a ningún otro, pero que recibe una de las atribuciones es acciden- es a C, lo s~ra a . D. Puesto que la
otro como atributo, se puede ir su- habrá también límites para la de-
tal, mientras que por el contrario la mostración negativa. Supongamos, atribución afm:natrva respecto de un
biendo hasta el infinito; y que en otra es esencial. término super~o~ Cesa siempre, la
la otra, por el contrario, se trata de en efecto, que no sea posible, ni su-
bir hasta el infinito partiendo del negación cesara Iguall11ente.2s
saber si, ::omenzando por el térmi- § 4. Como. se recordará, la ter-
no que es atribuido a otro, sin que CAPITULO 20 último término, y llamo último tér-
mino al que no es sujeto de ningún cera manera tiene lugar cuando A
ningún otro le sea atribuido, se pue- es atribuida a toda B y C no lo es;
de también ir descendiendo hasta el § l. Se ve, pues, que si las atri- término, pero que recibe otro por
buciones tienen un límite por arri- atributo, como F, por ejemplo; ni entonces e no es at:ibuida a todo
infinito. aquello a que ~s atnbuida A. Esta
§ 9. Puede también preguntarse, ba y por abajo, los medios no pQ-.¡, que sea posible tampoco descender
drían tampoco ser infinitos. Al de-: . hasta el infinito caminando del pri- proposición. se~a demostrada, o por
si los medios pueden ser infinitos Jos modos mdicados más arriba, o
cuando los extremos son limitados. cir por arriba, me refiero a las atri·':v, mero al último, y llamo primero al
buciones que remontan a un térmi7,f, término que es atribuido a otro, sin en este mis?1o modo. Si se toma el
Y así, por ejemplo, si A es atribui- primer medio, la sene se corta. Si se
da a C, y B es el medio entre las no más universal; y al decir por¡c- que ningún otro lo sea a él; y digo
abajo, a las que descienden a Jo,. · que en este caso resultará un límite recurre al segundo, será preciso su-
dos, y hay otros medios entre A y poner de nuevo que B es atribuida
B. y otros todavía entre ellos, ¿es particular. En efecto, siendo A atri<' para la negación lo mismo que para
buida a F, si los medios represen·.'- la afirmación. a E, a la que no, e~ atribuida toda
posible o imposible que estos me- e, y com?, esta ultltna proposición
dios continúen produciéndose igual- tados por B son infinitos, es eviden-- § 2. En efecto, se demuestra la
te que será posible, partiendo de A, será tambien demostrada en la mis-
mente hasta el infinito? § 10. Poner- negativa de tres maneras: si B es ma figura; Y como. ~e supone que la
se uno esta cuestión es precisamente y descendiendo, atribuir sin fin un · - atribuida a todo aquello a que lo
término a otro término, puesto que serie se corta tambi_en descendiendo.
Jo mismo que preguntarse si las de- es C, y A no es atribuida a nada de es claro que habr~, tarnbién un lí-
mostraciones se continúan hasta el Jos medio.s son infínitos, antes de aquello a que lo es B; en este caso,
llegar a F; y lo son igualmente su~ - mite para la n.e,gacion ~Plicada a C.
infinito, y si hay demostración de en cuanto a la proposición B e, y lo § 5. Tamb1en es evidente que si
todo, o si hay un límite para los biendo de F, antes de llegar a A .. mismo respecto de uno de los inter-
Ahora bien, si esto es imposible, es ;:: se demuestra.' no por un solo pro-
términos. yalos, es preciso llegar a términos cedimiento, smo .Por 1odos, emplean-
§ 11. A plica igualmente todo imposible también que Jos medios. mmediatos; porque este intervalo es
entre A y F sean infinitos. 22 do la primera figur~. J.a ~egunda o
esto a Jos silogismos privativos y a .
atributivo. En cuanto a la otra, la tercera, se llegara SJcmpre a un
las proposiciones privativas. Y así, § 2. Si se pretende que los tér· es evidente que si el término es ne-
minos entre. A y B se siguen mutua· límite, puesto que l_~s caminos que
cuando A no es atribuida a ningu- gado de otro término anterior a B, se siguen s~n tambien limitados, y
na B, se puede indagar si se la niega mente de tal manera que no haya c?mo, por ejemplo, de D, será pre-
lugar entre ellos para los interme-. que es preciso q~e cosas limitadas
primitivamente, o si hay algún tér- Ciso que éste sea atribuido a toda tomadas con su limite sean también
mino intermedio· de que haya sido dios, y que sólo Jos otros términos. B; Y si la negación es de un término
son los incoercibles, esta objeción limitadas en su totahdad.
negada anteriormente; por ejemplo, ~nterior a D, será preciso que sea
§ 6. Por tanto Y ,en resumen.
si este término intermedio es G, que 01 Véase Primeros Analíticos, libro este también atribuido a toda B. hay, como .se ve, un lunite para la
es atribuido a toda B; y además si I, cap. 24. ~uesto que esta serie cesa por aba- negación, SI lo hay Par¡¡ la afirma-
el término A· es negado· de otro an- "" No es posible la infinitud de Jos bo, habrá ele cesar también por arri- ción.
terior a este término G, tal como atributos y sujetos. Véase m<Ís adelante a: y se llegará, por último, a un
}{ que es at1·ibuida a toda G. En cap. 22. l Pnmitivo n::specto del cual el térmi- ~3 La infinitud tampDcCJ es posible
como lo es aquí blanco, lo que es nero del objeto, o bien como si fue- siempre son atribuidos a un sujeto·
CAPITULO 22 atribuido, y sea todo objeto, toma. sen una diferencia del género atri- y además que el accidente no es e_r;
do como se toma aquí madera, aque. buido? § 11. Pero se ha demostrado modo alguno un sujeto; porque nc
§ l. Que hay un límite para las llo a que se atribuye. § 5. Suponga- que los atributos esenciales no eran admitimos que se pueda decir d~:
afirmaciones es cosa de que todo el n:os, pues, que abs_olutamente y infinitos, ni subiendo, ni bajando; ninguna de estas cosas, qué es lo
mundo puede convencerse, sólo con siempre, y no por acCidente, el atri- y así, el hombre es bípedo, el bípe- que se dice que es sin ser también
que se estudie la cuestión lógica- buto es atribuido a la cosa de la do es animal, y el animal es tal alguna otra cosa, sino que ella mis-
mente; y he aquí la prueba. cual es atributo; porque sólo me~ cosa. Tampoco hay serie hasta el ma es atribuida a otra cosa, y estos
§ 2. Evidentemente existe un lí- diante esta atribución absoluta las infinito para animal atribuido esen- atributos pueden ser diferentes se-
mite para los atributos esenciales. demostraciones pueden realizarse. § cialmente a hombre, hombre a Ca- gún los diferentes sujetos.
En efecto, -si por una parte es posi- 6. En efecto, una sola cosa puede Ilias, y Callias a tal individuo. Esto ~ 17. Por lo tanto, no podrá de-·
ble definir, o en otros términos, ser atribuida a otra sola cosa: siem. consiste en c¡ue se puede siempre cirse que una cosa es atribuida has-
conocer Jo que es una cosa; y si pre c'on relación a la esencia, o a definir una sustancia de tal o de . ta el infinito a otra cosa ni por arri-
por otra es imposible recorrer el in- la cualidad, o a la cantidad, o a la cuol manera, mientras que no es ba ni por abajo; porque todos los
finito, es indispensable que los atri- relación, o a la acción, o a la pa- posible recorrer intelectualmente el objetos, cuyos accidentes .son los
butos que indican lo que es esen- sión, o al lugar, o al tiempo. infinito; por consiguiente, los térmi- atributos, y que constituyen la esen-
cialmente la cosa, sean limitados en -§ 7. Además, los atributos que nos aquí no son infinitos ni por arri- cia de cada cosa, no son infinitos;
número: expresan la sustancia, expresan pre- ba ni por abajo, puesto que no sería y subiendo, los accidentes no son
s 3. Pero generalicemos esto. cisamente la cosa o una parte de posible definir una sustancia cuyos tampoco infinitos, como no lo son
Puede decirse con verdad, que este la cosa a la que sm; atribuidos; los atributos sean infinitos. § 12. Como !os objetos mismos. Es preciso, por
ser blanco anda, o que este objeto que no expresan la sustancia, pero géneros, estos términos no podrán tanto, que haya una cierta cosa de
grande es de madera; y recíproca- que son atribuidos a otro sujeto que tampoco ser atribuidos mutuamente la que otra sea atributo inmediato, ·
mente, que la madera es grande y no es el atributo ni una parte del los unos a los otros; porque enton- así como otra ,es e] atributo de
que el hombre anda. Pero hay gran atributo, son accidentes; como, por ces la cosa no sería más que una aquella, y que esta serie cese. Es
diferencia entre estas dos maneras ejemplo, lo blanco que se atribuye parte de sí misma. preciso igualmente que haya cierta
ele expresarse. En efecto, cuando al hombre; porgue el hombre no es § 13. Pero ni la cualidad, ni cosa que no pueda ser tampoco atri-
digo que este objeto blanco es de ni lo blanco m especie alguna de ninguna otra categoría, pueden tam- buida a una cosa anterior a la pri-
madera, digo que el objeto que ac- blanco, mientras que puede decirS\! poco ser atribuidas a la cualidad ni mera, ni tener por atributo ningu-
cidentalmente es blanco, es de ma- que es an~mal, porque es una espe~ a ninguna otra de las categorías, na otra anterior a ella misma.
dera; pero este objeto blanco no es cie particular de animal. § 8. Aho- como no sea por accidente; porque Tal es una de ]as maneras de de-
considerado como sujeto de la ma- ra bien; las cosas que no expresan las categorías distintas de la sustan- mostrar el principio de que aquí se
dera; porque no se ha hecho· made- la sustancia deben ser atribmdas a . cia no son más que accidentes, y trata.
ra por ser blanco o por ser cierta un sujeto, y no pueden ser, por' son todas atribuidas a la sustancia. ~ 18. También hay otra, si es
especie de blanco. Este objeto blan- ejemplo, cualquiera objeto blanco, § 14. Por lo demás, los atributos cierto que se pueden demostrar las
co no existe esencialmente, sólo exis- que, sin ser otra cosa que lo que es, tampoco pueden ser infinitos ascen- cosas a que han sido atribuidas
te por accidente. Por el contrario, es blanco. Aquí dejamos a un lado diendo. En efecto, Jos atributos de otras anteriormente. § 19. Y si, por
cuando digo que la madera es blan- las Ideas que no son casi otra cosa una cosa cualquiera son aquello que lo que hace a las cosas que son de-
ca, no es en manera porque exista que inútiles preludios, y que, aun expresa la cualidad, o la cuantidad, mostrables, lo mejor para nosotros,
algún otro objeto blanco, y que este suponiendo que realmente existie· u otra especie análoga; o bien son con relación a ellas, es el saberlas,
objeto haya llegado a ser madera, sen, nada importan a nuestro obje· lo que está comprendido en la esen- y sólo se las puede saber por de.
como, por ejemplo, cuando digo que to; porque no son las cosas de este cia misma de la cosa. Estos últimos mostración; § 20, y si además, de-
el músico es blanco, quiero decir, género a las que se aplican las de· atributos son limitados como lo son biendo ser conocida una cosa por
que tal hombre es blanco, y que ha mostraciones. u los géneros de las categorías; porque medio de otras ciertas cosas, cuan-
llegado a ser músico; lejos de esto § 9. Además, a menos que tal. e.stos géneros son cualidad, o cuan- do no sabemos estas últimas o que
la madera es el sujeto que además cosa no sea la cualidad de tal otra, tidad, o relación, o acción, o pasión, con relación a ellas no nos encon-
se ha hecho blanca, sin ser otra cosa y ésta de otra; es decir, a menos o_ lugar, o tiempo,§ 15, suponiendo tramos en mejor condición que si
que lo que es la madera o una es- que no haya cualidad de cualidad, Siempre que una sola cosa es atri- las supiésemos, no es posible tam-
pecie de madera. es imposible que las cosas puedan buida a otra sola cosa. poco saber lo que ellas deben dar
§ 4. Séanos permitido forjar atribuirse así mutuamente. Pueden § 16. Pero las cosas que no son a conocer; § 21, si, en resumen, es
aquí una palabra, y llamemos: atri- decirse siempre con verdad, perO sustancias no pueden ser atribuidas posible saber algo por demostración
buir, a esta última manera de ha- no se puede con verdad atribuir ]as la~ unas a las otras, porque no son de una manera absoluta, y no sólo
blar; y llamemos a la otra: no atri- unas a las otras. § 10. En cfec!o, mas que accidentes. Mas hay acci- de una manera particular e hipoté-
buir en modo alguno, o por lo me- ¿se las atribuirá como sustancJa, den.tes que son escnciales, y otros tica, es preciso concluir, que las
nos atribuir, no absolutamente, sino como si fueren, por ejemplo, el gé· accidentes que son de n<Jturaleza atribuciones inter;nedias tienen nc-
sólo de una manera accidental. Y, d¡ferente. Al hablar de todos los ac- ccsu riamentc un límite; porquo: si
por tanto, sea todo objeto, tomado " 1 Véase .Caiegorías. cap. 2. cidentes es cuan:lo decimos que su ponemos que ellas no cesan } que
SEGUNDOS ANALÍTICOS 183
182 ARISTÓTELES
plo, A a C y D, cuando ..1no de es- caso la demostración es posible; de
tos términos no es atribuido al otro, otra manera no puede tener lugar.
hay siempre un término superior al mitivo, por ejemplo, al número, así ya de ningún modo, ya, por Jo me- § 7. Pero siempre hay tantos princi-
término que se toma, se sigue que como el número se refiere a ellos, nos, no universalmente, la pri'llera pios y elementos de demostración
entonces habrá demostración de de tal manera que habrá reciproci- cosa no será atribuida siempre a las como términos medio5 hay;· porque
todo; y como no se puede recorrer dad y uno de los lados no excederá
·--~ el infinito, ni aun las cosas cuya de- la extensión del otro. Pero no es me-
otras dos en virtud de cualquier tér-
mino medio que sea común a ellas.
las proposiciones que forman estos
términos son los principios de la de-
mostración es posible, podrán ser- nos cierto que los términos que en- § 2. Y así, el isósceles y el escaleno mostración. § 8. Por esto, así como
nos conocidas por demostración. tran en la definición esencial de una tienen la propiedad de que sus án- hay ciertos principios indemostrables
Luego si con relación a ellas no po· cosa no son ilimitados en número, gulos son iguales a dos rectos con que afirman que tal cosa es tal cosa,
demos menos de saberlas por de- porque entonces no podría definirse relación a algún término común que y que una cosa es atribuida a otra;
mostración, resulta de aquí que será cosa alguna. se da er. el uno y en el otro; en efec- en la misma forma hay principios
"íll § 27. Luego si todos los atribu-
imposible conocer nada por demos- to, tienen este atributo en tanto gue indemostrables que cfirman que tal
tración de una manera absoluta, y tos deben ser considerados como sm~ uno y otro cierta figura, y no cosa no es tal cosa y que una cosél
¡J:¡.
.;J~ que sólo se sabrá por hipótesis. esenciales, y si estos. atributos esen- en tanto que son otra cosa. Pero nu no es atribuida a otra. Por tanto,
§ 22. · De este modo cabe con- ciales no son infinitos, se sigue de siempre sucede así. § 3. Supóngase, unos principios afirmarán que la
vencerse lógicamente de la verdad aquí que habrá para los atributos por c_jemplo, B, según el cual A es cosa es tal cosa, y otros que no es
del principio sentado por nosotros. un límite lo mismo por arriba que atribuida a e D, y que es evidente tal cosa.
§ 23. Pero analíticamente se por abajo. § 28. Admitido esto, se que B es igualmente atribuida a e § 9. Cuando quiere demostrarse
puede, más brevemente aún, ver por sigue también que los intermedios y a D según algún otro término me- alguna cosa de B, es preciso tomar
lo que sigue, que no puede haber colocados entre los dos términos se- dio común a ambos, y éste según un término que sea atribuido primi-
ni por arriba ni por abajo atributos rán siempre limitados en número. algún otro término, de suerte que tivamente a B, por ejemplo C, y al
infinitos en las ciencias demostrati- § 29. Y si esto es así, no es menos entre dos términos hava una serie que sea atribuida A del mismo
vas que son objeto de este estudio. evidente que para las demostracio- infinita de términos medios. Pero modo, y procediendo siempre así, la
§ 24. Por lo pronto, la demostración nes ha de haber principios, y que esto es imposible; Juego una sola y proposición nunca se toma, como
''ll
:'1
1
sólo se aplica a los atributos que
son esenciales. § 25. Esencial puede
no hay, como algunos opinan, de-
mostración de Jos principios, como
misma cosa puede ser atribuida a
muchas sin que haya necesidad de
no se toma el atributo, fuera de A
en las demostraciones; pero el in-
' tener dos sentidos diferentes. En ya hemos dicho; porque, si hay que tenga lugar en virtud de algún tervalo se condensa m.ís y más, has-
t primer lugar, los atributos son esen- principios, resulta de aquí que no término común, puesto que los in- ta que l2s proposiciones se hacen
'· ciales siempre que están compren- todas las cosas son demostrables, y tervalos han de ser inmediatos. indivisibles y se ,teducen a la uni-
didos en la definición esencial de además que no se podría ir por este § 4. Sin embargo, si el medio dad. Ahora bien; no hay unidad
los sujetos; y en segundo lugar, los camino hasta el infinito. Sostener común es un atributo esencial, es sino cuando se llega a lo inmedia-
atributos son esenciales, cuando su una u otra de estas dos aserciones preciso que los términos estén en to, no hay más que una proposición
definición esencial comprende sus equivale absolutamente a decir qué un mismo género y salgan de los absolutamente una, en otros térmi-
propios sujetos. Por ejemplo, rela- no hay proposición inmediata e in· mismos indivisibles; porque, como nos, una proposición inmediata. Y
tivamente al número, impar es atri- divisible, y que todas las proposi- se recordará, las demostraciones no lo mismo que en todo lo demás, el
buido al número, y el número mis- ciones son divisibles, mediante a pueden pasar de un género a otro. principio en este caso es una cosa
mo está comprendido en la defini- que, tomando un término en el inte· . § 5. Es evidente, además, que simple, lo cual no impide que el
ción de Jo impar; y por otra parte, rior de la proposición, y no fuera Stendo A atribuida a B, si hay al- principio varíe para todos Jos gé-
la pluralidad o la divisibilidad están de ella, es como se demuestra lo que gún término medio entre ellos, en- neros; por ejemplo, respecto del
comprendidas esencialmente en la es demqstrado; y por consiguiente, lon~es es posible probar por demos- peso, el principio es la mina; como
definición del número. § 26. Y no que si ésta división puede llevarse lractón que A es atribuida a B; y lo es la diesis para el r:anto, y esta
obstante, ninguna de estas dos atri- hasta el infinito, es posible igual- los elementos de esta demostración o aquella unidad para cualquiera
buciones puede ser infinita, y desde mente que los medios colocados en- SOn precisamente los términos me- otra especie de cosas. De igual modo
Juego no lo es la que atribuye Jo tre los dos términos sean infinitos. dios y son tan numerosos como en el silogismo, la unidad es la pro-
1¡: K:
impar al número; porque sería pre-
ciso entonces que hubiese en el ir.r-
par algún otro término al cual se
Ahora bien: esto es imposible, si
las atribuciones cesan por arriba Y
por abajo, y ya se ha probado que
~llos. En efecto, las proposiciones
rnmediatas son todas elementos de
demostración, por lo menos todas
posición inmediata: en la demostra·
ción y en la cJencia es el entendi-
miento.
ntribuiría lo impar, recibiéndole cesan, procédicndo primero de una las que son universales; sin térmi- Por lo tanto en los silogismos de
como atributo; y si esto fuese así, manera puramente lógica, y aquÍ de no medio, no hay demostración, demostración que son afirmativos,
del número se dirían primitivamen- una manera analítica. rrqu~ entonces se ha llegado ya a el término medio jamás está fuera
te estos atributos que le pertenece- os prmcipios mismos. ~ 6. Lo mis- de los extremos.
rían. Luego si no puede haber atri- mo sucede cu<muo A no es atribuida § 10. En los silogismos privati-
butos hasta el infinito para un ob- CAPITULO 23 a B.. si hay entre ellos un término vos de la primera figura. el iérl'>Í-
jeto uno y limitado, tampoco habr-á ~ed1o, o bien un término anterior a no medio no está nunca fuera de la
serie hasta el infinito, subiendo. Mas § 1. Demostrado esto, es claro al cual no sea atribuido A: en este proposición que se afirma; como
es necesariamente preciso que todos que si una sola y misma cosa es
estos términos se refieran a un pri- atribuida a dos términos, por ejem·
184
ARISTÓTELES
la negativa, es evidente -que es su- que la geometría necesita de una no son de una misma clase, pero no
perior también a la que conduce al en las proposiciones mediante las ad.junción. hasta tal punto que ninguno de los
absurdo. cuales se concluye; sino que aque~ medios pueda ser atribuído a nin-
§ 2. Pero veamos cuál es la di- llo de donde se saca la conclusión gún otro; porque es preciso que am-
ferencia entre la primitiva y la que es el silogismo, que está compuesto CAPITULO 28 bos sean atribuidos a la vez a algún
procede por reducción al absurdo. de tal manera que hay entre los término común.
~ l. Una ciencia una, una cien-
§ 3. Supóngase que A no es atri- términos la relació!J del todo a la ~ 3. Sería preciso rodavía exa-
buida a ninguna B, y que B lo es parte, o de la parte al todo; pero cia de un solo género, es la que se minar en las otras figuras de cuán-
. a toda C, luego necesariamente A las proposiciones A C y A B no es- forma .::e principios primitivos y de tas maneras se puede obtener una
no es atribuida a ninguna C. Con tán entre sí en esta relación. todo lo que se da en ellos, ya sea misma conclusión por silogismo.
términos dispuestos de esta manera, § 8. Por tanto, si la demostra- una parte, ya una modificación esen-
la demostración negativa: A no es ción procedente de cosas más nO-' cial de los mismos.
§ 2. Una ciencia es distinta de CAPITULO 30
atribuida a C, es ostensiva. Ahora torias y anteriores es preferible, y
otra ciencia siempre que los obie-
veamos cómo se forma la que con- si las dos demostraciones son creí- los de estas ciencias tienen· princi- ~ J. No hay ciencia por demos-
duce al ábsurdo. Si es preciso de- bies, partiendo ambas de una nega- pios q•Je no proceden de los mis-
mostrar que A no es atribuida a B, ción, como la una procede de un tración para lo que depende del
mos orígenes, ni los unos de Jos azar; porque lo que sólo depende
debe suponerse que lo es, y que B término anterior y la otra de un tér-
otros. 27 del azar no puede ser considerado,
es atribuida a C, de suerte que de mino posterior, se sigue, que la de- § 3. La prueba de esto es que, ni como necesario, ni como si acae-
aquí se concluya que A es atribui- mostración privativa es mejor de cuando se llega a los elementos in- ciera habitualmente. Lejos de esto,
da a C. Pero admitimos que se con- una manera absoluta que la que demostrables, es preciso que estos el azar es precisamente lo que su-
cede y se reconoce que esto es ab- conduce al absurdo. § 9. Luego si ele111~ntos sean del mismo género cede de un modo contrario a lo
surdo; luego no es posible que A la demostración afirmativa es me- aue las conclusiones que sirven para uno y a lo otro. Ahora bien; la de-
sea atribuida a B: luego si se con- jor que Ia negativa, evidentemente demostrar. § 4. Otra prueba es que mostración sólo puede aplicarse a ·
cede que B es atribuida a C, es im- es mejor que la demostración por las conclusiones demostradas por los uno de estos dos modos de existen-
posible que A sea atribuida a B. el absurdo. indemostrables son del mismo gé- cia. Todo silogismo se forma, ya
§ 4 .. De esta manera los térmi- nero que ellos y homogéneos con con pr?~osiciones necesaria~, ya con
nos están dispuestos en la demostra- ellos. proposictones que son generalmente
ción por reducción al absurdo como CAPITULO 27 26 verdaderas. Cuando las proposicio-
lo están en la demostración osten- CAPITULO 29 nes son necesarias, la conclusión es
siva. § 1. Una ciencia es más exacta necesaria como ellas; si sólo son ha-
§ 5. Lo que importa es· saber, si y más elevada que otra, cuando ~ t. Puede haber muchas de- bitualmente verdaderas, la conclu-
la proposición privativa: A no es sabe a la vez la existencia de la cosa mostraciones para una sola y mis- sión tiene también este carácter.
atribuida a B, es más conocida que y la causa de la cosa; es decir, cuan- ma conclusión, no sólo tomando en Resulta, por lo tanto, que si lo
el absurdo que envuelve esta CO!)- do la ciencia que demuestra que la una misma clase un medio que no fortuito no es, ni lo más habitual,
clusión: A no es atribuida a C. cosa existe no está separada de la sea continuo, por ejemplo. C y D y ni necesario, respecto de ello no
Cuando la conclusión falsa es la que conoce por qué existe. § 2. Ade- F, medios de A B; ~ 2, sino tam- cabe demostración.
más conocida, la demostración por más, la ciencia que no tiene un ob- bién tomando 'un medio en otra cla-
el absurdo se produce; cuando, jeto sensible está por cima de la se. Supóngase, por ejemplo, que A
por el contrario, la más conocida que lo tiene, como, por ejemplo, la es mudar, D ser alterado, B tener CAPITULO 31
es la proposición negativa del silo- aritmética, que es superior a la mú- Placer, y G estar tranquilo. Se pue-
gismo, ·entonces tiene lugar la de- sica. § 3. Lá ciencia que procede de de con verdad atribuir D a B, y A ~ l. La ciencia no se adquiere
mostración ostensiva. § 6. Pero, na- un número menor de elementos es a_ D. En efecto, todo hombre que tampoco por la sensación; porque,
turalmente, esta negación: A no es superior a la que necesita adjuncio- llene placer es alterado, y lo que es no obstante que la sensación se re-
atribuida a B, es anterior a esta nes, y en este concepto la adtmé- alterado experimenta cierto cambio. fiere a tal cualidad general y no so-
otra: A no es atribuida a C, me- tica vale más que la geometría. En- Por otra parte, es cierto atribuir A lamente a tal objeto particular, no
diante a que aquello de donde se tiendo por adjunción, por ejemplo, a G, y G a B, porque todo hombre por eso es menos necesario sentir
saca la conclusión es anterior a la que la unidad aritmética es una sus- que tiene placer está tranquilo, y una cosa especial en tal Jugar y en
conclusión misma. Ahora bien; tancia que no tiene posición; mien- ~1 que está tranquilo experimenta tal momento. Pero lo que es uni-
la conclusión es que A no es atri- tras que, por el contrario, el punto Igualmente un cambio. Luego, como versal, lo que afecta a todos los ob-
buida a C, y esta proposición: A no en geometría es una sustancia que se ve, el silogismo puede tener lugar jetos, no puede en modo alguno ser
es atribuida a C, es de donde se saca tiene una posición; y entonces digo Por términos medios diferentes, que sentido, puesto que lo universal no
la conclusión. § 7. Porque no es la es una cosa especial, ni es de tal
proposición que puede destruirse 2
G En los l:apítulos 27, 28, 29, 30,
"' Aquí se suministra una base, bien momento; porque en tal caso deja-
Que muy gcne~dl, para la clasifical:ión ría de ser universal, puesto que lla-
la que se hace conclusión, al paso 31, 32. 33 y 34, Aristóteles formula por de las ciencias. Véase sobre el tema,
.. que- los otros.. términos se convierten vez primera en la historia de las ideas Metafísica, libro IV, cap. l. mamos universal a lo que existe
una doctrina de la ciencia.
190 ARISTÓTELES 191
SEGUNDOS ANALÍTICOS
siempre y en todas partes. § 2. Pues- para obtener lo universal. Así, por dagar si los principios son idénticos
to que las demostraciones son uni- ejemplo, si viésemos el cristal atra- principiOS difieren en género y no para todas las cosas; ésta es una
versales y que no se puede sentir lo vesado por la luz, sabríamos evj. concuerdan entre sí; como las uni- aserción por demás inocente, porque
universal, es evidente que tampoco dcntemente entonces por qué hay dades que no concuerdan con los esto no tiene lugar ni en las cien-
se puede adquirir la ciencia por la claridad, puesto que, al ver repetir. puntos, puesto que las primeras no cias propiamente dichas, ni en el
sensación. § 3. Más aún; es eviden- se este fenómeno en cada cristal en , tienen posición, mientras que éstos análisis, donde esto es igualmente
te que, aun cuando nos fuese posi- particular, sabríamos al mismo tiem- la tienen. Para que los principios imposible. Y es que, en efecto, las
ble sentir que el triángulo tiene sus po que lo mismo sucede con todos sean idénticos, es preciso que las proposiciones inmediatas son los
tres ángulos iguales a dos rectos, los cri~tales, sin excepción. proposiciones concuerden siempre, principios; y, para obtener una con-
aún buscaríamos una demostración ya en los medios, ya por arriba, ya clusión diferente, es preciso añadir
de ello, y no lo sabríamos, como al- por abajo, o bien que tengan unos otra proposición inmediata.
gunos afirman. Son necesariamente CAPITULO 32 de sus términos dentro y otros fue- § 11. Si se pretende que las pri-
las cosas particulares las que perci- ra de los extremos. meras proposiciones inmediatas son
bimos por la·. sensación, y no hay · § l. Es imposible que los prin~ § 4. Pero aun entre los princi- precisamente los principios idénti-
ciencia sino cuando se conoce lo cipios sean los mismos para todos, pios comunes no es posible que haya cos, se puede responder que no hay
universal. los silogismc~, y esto se ve desde algunos de los cuales se saque la más que una en cada género.
§ 4. Por esta razón, si nos co- luego con sólo consultar la lógica. demostración de todo lo demás. Lla- § 12. Pero si es igualmente im-
locáramos por encima de la Luna y En efecto, unos silogismos son ver~ mo principios comunes a los que posible que se demuestre por todos
viéramos. la Tierra en frente de este daderos y otros son falsos; y aun- son como éste: respecto de toda los principios indistintamente una
cuerpo, de ninguna manera sabría- que pueda sacarse una conclusión cosa es preciso afirmar o negar. En conclusión cualquiera, como sería
mos por eso la causa del eclipse; verdadera de proposiciones falsas, efecto, los géneros de las cosas son preciso sin embargo, y que los prin-
sentiríamos ciertamente que en aquel sin embargo, en este caso sólo pu~ diferentes; unos sólo son aplicables cipios sean de tal modo diferentes
momento la Luna estaba eclipsada, de haber esta proposición verdade:' a las cantidades, otros lo son a las que sean diferentes para cada cien-
pero no sabríamos el por qué; por- ra. Por ejemplo, si A es verdadera cualidades, y se hacen las demostra- cia, queda únicamente que los prin-
que la sensación, como ya hemos respecto de C, es preciso que el me· ciones con el auxilio de estos géne- cipios de todas las conclusiones sean
dicho, no se aplica a lo universal. dio B sea falso, porque entonces ni ros unidos a los principios comunes. homogéneos, y que se demuestre
~ 5. Lo cual no impediría que, al A es atribuida a B, ni A Jo es a C, § 5. Además los principios son, esta conclusión por este principio, y
ver este fenómeno repetirse muchas Y si se toman términos medios para sobre poco más o menos, tan nu- aquellas otras conclusim:¡es por aque-
veces, pudiéramos llegar a la demos- probar estas proposiciones, será pre· merosos como las conclusiones; por- llos otros principios. Pero esto evi-
tración, buscando el universal; por- ciso que las nuevas proposiciones que los principios son precisamente dentemente no es posible, porque se
que el universal se forma evidente- sean también falsas, porque una;.; las proposiciones mismas, y las pro- ha demostrado que los principios
mente de la reunión de muchos ca- conclusión falsa sólo puede proce-t posiciones se forman, ya añadiendo son diferentes en género para las
sos particulares. § 6. Pero el gran der de proposiciones falsas. Por eL un término, ya intercalando un me- cosas diferentes en género.
mérito de lo universal consiste en contrario, de dos proposiciones ver·:;' dio. ~ 6. Por otra parte las conclusio- Mas los principios son d~ dos es-·
dar a conocer la causa. Y así, en daderas sólo puede salir e~;: conciu· ., nes son infinitas, pero- los términos pecies: hay primero los principios
las cosas que tienen otra cosa por sión verdadera; y así las ¡:unclusio- . medios son limitados, § 7. Por últi- de donde sale la demostración, y
causa. la noción universal está muy nes verdaderas y las conclusiones mo, unos principios son necesarios luego el objeto a que ella se aplica.
por encima de las sensaciones y del falsas son del todo diferentes. § 2. Y otros son contingentes. § 8. Exa- Los principios de donde sale la de-
pensamiento: mas ·respecto de los Además las conclusiones falsas no minando de esta manera la cuestión, mostración son los principios comu-
pri mi ti vos, la manera de conocerles proceden siempre de principios entJ7 s~ ~e que es imposible que los prin- nes; y los objetos a los cuales se
es completamente diferente. sí semejantes; porque pueden cons~· Cipios sean los mismos, puesto que aplica son los principios propios,
§ 7. Es por tanto evidente que derarse como falsas las que son con·. los principios serían limitados, mien- como el número y la magnitud.
es imposible saber por la sensación trarias entre sí y las que no pueden tras que las conclusiones no lo son.
nada de lo que es demostrable, a coexistir; como, por ejemplo, cuan· ~ 9. Si se sostiene que bajo otro
menos que no se quiera confundir ao se dice que la justicia es la injus· P~nto de vista los principios son los CAPITULO 33
estas dos cosas: sentir v tener cien- ticia o la cobardía; que el hombre es m~smo,., sólo que unos son de geome-
cia por demostración. " caballo o buey; o bien que el ho!ll· tria, otros de aritmética otros de me- ~ 1. El objeto conocido de cien-
~ 8. Por lo demás, hay. entre las bre es más grande o más pequ~no. d_icina. ¿no equivale est~ a decir pre- cia cierta v la ciencia difieren del
cuestiones, algunas que no pueden ~ 3. He aquí cómo es posJbl~. Cisamente que hay principios especia- objeto conocido por opinión y de la
ser atribuidas sino a la imperfección conforme a las reglas sentad;1s !nas l~s _para cada ciencia? Porque sería opinión, en que la ciencia es uni-
misma de la sensación. En efecto, arriba para la demostración, prob~r, ttd1culo llamarlos idénticos porque versal y procede de proposiciones
bastaría ver ciertas cosas para que que los principios no son los miS· f>Can idénticos a sí mismos; c:n este necesarias; y necesario es Jo que no
no tuvi¿ramos precisión ele indagar mos para todos los silogismos. Por ~n.tido todas las cosas o.on idénticas. puede ser de otra manera que como
~ 10. Por otra parte, sostener es Pero hav ciertas cosas verdade-
mtis: no porque por el simple he- lo pronto. los pincipios de todaS
~uc se puede demostrar siempre una ra~. y que e:.;istcn. pudiendo sin em-
cho de ver udquiramos la ciencia, las conclusiones verdaderas no son
sino porque nos habría bas(ado ver idénticos. Hay ,,wchas cosas cuyos o~a cualquiera ml'!diante todos los bargo ser de o1ra m:Jncru de corno
Pnnci)·Í<h, indistintamente, no es in-
SEGUNDOS ANALÍTICOS 193
192 ARISTÓTELES
nión y la ciencia se aplican a un zonamiento y el entendimiento, la
mismo objeto. Así la ciencia conci- ciencia, el arte, la prudencia y la sa-
son. Es evidente que respecto de es- también de su causa, y la causa pre- biduría, son cuestiones todas que
,, cisamente es el medio. · be que un ser es animal, de tal
tas cosas no cabe ciencia; porque deben dejarse unas para la Física y
manera que no puede menos de ser
se seguiría que lo que puede ser de § 5. Pero cuando alguno conci- animal. La opinión concibe, por el otras para la Moral.
otra manera que como es, no puede be cosas que no pueden ser de otra
ser de otra manera que como es. Y manera que como ellas son, dándo- contrario, que puede no serlo. Por
es también igualmente claro, que les este carácter, de la misma ma- ejemplo, si la una encuentra que
animal es un atributo esencial del CAPITULO 34
tratándose de cosas de esta clase, nera que cree poseer también las
hombre, la otra, aunque consideran-
no es tampoco el entendimiento el definiciones con que se hacen las § 1. Lo que se llama sagacidad
que funciona, porque llamo entendí- demostraciones, ¿no debe decirse do también al hombre, no se fija
en Jo que hace que sea esencialmen- no es más que el descubrimiento
¡ miento al principio mismo de la entonces que no tiene una simple exacto del término medio en un
ciencia. Tampoco cabe respecto de opinión, sino que lo sabe realmen- te hombre. El sujeto en ambos ca-
sos es el mismo.: puesto que es el tiempo muy breve. § 2. Por ejem-
tales cosas la ciencia 'indemostrable, te? Pero si él supone que las cosas plo, si al ver que la Luna tiene
¡ es decir, la intuición de la proposi- son verdaderas, pero sin que por hombre; pero bajo el punto de vis-
¡ ta de la manera que se le considera, siempre su parte iluminada vuelta
i ción inmediata. Y sin embargo, el eso suponga que los atributos de hacia el Sol, uno comprende sobre
entendimiento, la ciencia y la opi- ellas que él conoce sean esenciales no es en modo alguno el mismo.
¡
'
nión son verdaderos, así como todo
aquello que se dice con su auxilio.
y específicos, ¿no debe decirse tam-
bién que en tal caso realmente no
~ 7. Es evidente, por lo tanto,
que no se puede a la vez tener una
simple opinión sobre una cosa y sa-
la marcha que la causa de este fe-
nómeno es que la Luna recibe su
luz del Sol, éste es hombre sagaz;
Queda, pues, que la opinión se apli- sabe y que sólo posee una simple como Jo es si, al ver a uno hablan-
íL que a aquello que, siendo verdadero opinión, ya de la existencia y de la ber esta misma cosa, porque enton-
do con un hombre rico, adivina in-
o falso, puede además ser de otra causa, si su opinión se aplica a prin- ces se creería a la vez que una mis-
ma cosa puede ser y no ser distinta mediatamente que le pide dinero;
manera que como es. Es, por tanto, cipios inmediatos, ya de la existen- así como el adivinar que lo que
la intuición de la proposición, que es cia sola, si se aplica a principios no de como es, lo cual es imposible.
1 La ciencia y la opinión pueden apli- hace que dos personas sean amigas
a la vez inmediata y no necesaria. inmediatos? es el tener un enemigo común. En
§ 2. Esto está de acuerdo con § 6. La opinión y la ciencia no carse, como se ha dicho, a una sola
y misma cosa en espíritus diferen- efecto, en todos estos casos ha bas-
;¡ los hechos, porque la opinión es son en modo alguno aplicables a un tado conocer los extremos para co-
¡¡ cosa instable, y en esto consiste pre- mismo objeto; sino que, así como tes; pero esto no es posible en un
mismo espíritu, como se pretende, nocer igualmente los términos me-
¡t cisamente su naturaleza. sobre una sola y misma cosa puede dios que son las causas. § 3. Su-
¡l § 3. Además, nadie, e u ando haber a la vez, en cierto sentido, porque se tendría a la vez, por
pongamos representada por A esta
,,
~~
piensa que la cosa que concibe no una opinión falsa y una opinión ejemplo, el pensamiento de que el
proposición: la parte brillante de la
¡,'i ouede ser de otra manera que como verdadera, únicamente en una rela- hombre es esencialmente animal,
Luna está vuelta hacia el Sol; reci-
l!:~ es, cree tener una simple opinión, ción análoga la ciencia y la opinión que es lo que significa el dicho
de que no puede menos de ser ani- hir la luz del Sol representada por
sino que todo al contrario cree que se aplican a un mismo objeto; por- B, la Luna por C. B, recibir la luz
!li1 'i sabe. Y sólo cuando cree que la co-
sa puede ser lo que es, y que además
que si se pretende que la opinión
falsa y la opinión verdadera se apli·
mal; y el pensamiento de que no
es esencialmente animal, porque del Sol, es atribuida a la Luna, C.
Pero A. es decir, que la oarte bri-
puede ser de otra manera, es cuando can a un solo y mismo objeto en esto es lo que significaría el dicho
H no hace más que tener una simple el sentido en que algunos lo sostie- de poder no ser animal. llante está vuelta hacia aquello que
§ 8. En cuanto a lo demás, es la hace brillar, es atribuida a B; y
opinión. Por tanto, para lo que apa- nen, resulta de aquí que se admite de aquí se concluye que A es atri-
rece con este carácter no cabe más entre otras cosas absurdas, que no decir, en cuanto a las distinciones
que conviene establecer entre e 1 ra- buida a C por B.
que la opinión, así como es posible se tiene una opinión cuando se tie·
ciencia para lo que es necesario. ne una opinión falsa. Pero como.
§ 4. ¿Por qué no son una sola esta expresión: sola y misma, pue-
y misma cosa tener una opinión y de tener muchos sentidos, en uno
saber? ¿Por qué la opinión no es es posible que las dos opiniones, LlBRO SEGUNDO
ciencia, ni se admite que se pueda falsa y verdadera, se apliquen a un
tener opinión de todo lo que se mismo objeto, y en otro esto n? SECCION PRIMERA
sabe? En efecto, el uno sabiendo y puede tener lugar. Tomar por opt·
el otro no teniendo más que una nión verdadera que el diámetro es qué es tal cosa, si existe, lo que
simple opinión, caminarán ambos conmensurable, es un absurdo; pero, CAPITULO
ella es.'
igualmente con el auxilio de los tér- como el diámetro, a que las dos § 1. El número de las cosas que § 2. En efecto, cuando indaga-
minos medios hasta los principios opiniones se aplican, es una sola Y ~e.indagan es precisamente igual al mos si una cosa es tal o cual cosa,
inmediatos; de suerte que, si de una misma cosa, estas dos opiniones son numero mismo de las cosas que se
parte el uno posee realmente la cien- aplicables a un solo y mismo objeto. ~aben. Ahora bien; cuatro son las 1 Planteo ontológico. De ahí han sa·
cia, el otro, que sólo tiene una opi- Sin embargo, la esencia admitida en cosa,s que se pueden tratar de in- cado los escolásticos su quaestio quod
nión, los posee también mediante a la definición no es en modo alguno ~esttgar, si la cosa es tal cosa, por ct quaestio propter quid.
que se puede tener una opinión, no la misma en ambos casos. Precisa·
sólo de la existencia de la cosa, sino mente de la misma manera la opi·
194 ARISTÓTELES
SEGUNDOS ANALÍTICOS 195
implicándose aquí siempre cierto Luna se eclinsa o si tiene crecientes
número de cosas, por ejemplo, si el porque aquí lo que tratamos de ave: ¡0 s sentidos. En efecto, nosotros logismos son, unos privativos, otros
' ! Sol se eclipsa o no se eclipsa, en- riguar es si la cosa es o no es tal sólo indagamos aquello que no sen- no universales; por ejemplo, todos
,':;
tonces indagamos el atributo de la cosa. De una manera absoluta cuan- timos; por ejemplo, el eclipse, y en- los de la segunda son privativos, y
cosa. La prueba de esto es que nos do se trata, por ejemplo, de saber tonces investigamos si existe o no no hay uno de la tercera que sea
detenemos desde el momento en que si hay o no Luna o noche. Por tan- existe. Pero si estuviéramos por en- universa1? § 4. Además, la definí-.
sabemos que el Sol se eclipsa; y que to, en todas las cuestiones se llega· cima de la Luna, no indagaríamos ción no se aplica a todos 1os silo-
si hubiéramos sabido desde el prin- a indagar una de estas dos cosas: si el eclipse tiene lugar ni por qué, gismos afirmativos de la primera
cipio que se ecljpsa, no habríamos
tratado de indag?r si se eclipsa. Una
si hay un término medio, o cuál es mediante a que esto nos sería sobre figura; por ejemplo, no se aplica a
esta conclusión: todo triángulo tie-
este término medio." § 2. En efecto la marcha conocido con toda .evi-
vez que sabemos que la cosa es tal la causa es el medio, y la causa e~ dencia; porque de nuestra misma ne sus ángulos iguales a dos rectos.
cosa, queremos saber por qué es lo que se busca en todas las cosas, sensación nos vendría el conoci- § 5. El motivo de esto es, que saber
tal cosa. Por ejemplo, al saber que ¿La Luna está eclipsada? ¿Hay 0 miento de lo universal. La sensa- una cosa demostrable es poseer la
el Sol se eclipsa y que la Tierra no hay alguna causa del eclipse? ción nos atestigua que actualmente demostración de ella. Luego si 1a
tiembla, procuramos indagar por Sabiendo en seguida que hay una la Tierra se interpone, porque es demostración se aplica a las cosas
qué aquél se eclipsa y ésta tiembla. causa, indagamos entonces cuál es evidente que actualmente la Luna de este género, es evidente por esto
Este es, pues, el orden en que ave- esta causa; porque la causa que -se eclipsa; y de aquí nos vendría mismo que la definición no se apli-
riguamos la solución de estas cues- hace que una cosa es, no tal o cual la concepción de lo universal. ca a ellas; porque entonces se po-
tiones. cosa, sino que ella sea absolutamen- § 5. Y así, lo repetimos, saber dría saber alguna cosa sólo por la
§ 3. Hay otras que procuramos te sustancia, o que si no es absolu- lo que es una cosa se confunde con definición, sin tener la demostra-
resolver de una manera diferente; tamente, es uno de los atributos saber por qué es; y esto se verifica ción de ella, puesto que nada obsta
oor ejemplo, cuando queremos sa- esenciales o accidentales, éste es el tuando la cosa existe absolutamente a que se pueda tener la definición
ber si existen o no los centauros, medio. A lo que existe absoluta- y no es uno de los atributos esen- sin tener al mismo tiempo la demos-
si hay o no hay Dios. Digo de una mente llamo yo el sujeto; por ejem- ciales, o bien cuando es uno de es- tración.
manera absoluta que la cosa existe plo, la Luna, la Tierra, el Sol o el tos atributos; como, por ejemplo, § 6. La inducción puede tam-
o no existe, y no si el hombre es triángulo; y la cualidad que posee cuando se dice, que la cosa en cues- bién darnos una certidumbre sufi-
blanco o no es blanco. Una vez que la cosa es el eclipse, la igualdad, la tión es igual a dos ángulos rectos, ciente; porque nunca conocemos por
sabemos que la cosa existe, indaga- desigualdad, o bien es el ocupar o o bien que es más grande o más una definición anterior los atributo~
mos lo que es; y nos preguntamos, no el centro. § 3. En efecto, en to-: pequeña que tal otra. esenciales del objeto, ni sus acci-
por ejemplo, qué es Dios, y qué es dos estos casos es claro que la cues- Es claro, por lo tanto, que todas dentes.
el hombre. tión de saber lo que es la cosa yJa' las indagaciones no son en el fondo § 7. Además, la definición pue-
§ 4. Por tanto, las cosas que in- de saber por qué es la cosa son otra cosa que el descubrimiento del de ser muy bien una manera de co-
dagamos y las que sabemos después idénticas. ¿Qué es el eclipse? Es término medio. nocer la sustancia; pero es evidente
de haberlas encontrado, son tales y una privación de luz en la Lun$ que las cosas demostrables no son
tan numerosas como acabo de decir. causada por la interposición de la sustancias.
Tierra. ¿Y cuál es el por qué del CAPITULO 3 Luego es claro, que no hay defi-
eclipse, o por qué la Luna se ecli~ nición de todo aquello de que hay
CAPITULO 2 sa? Porque le falta la luz cuando la ~ l. ¿Cómo se muestra lo que demostración.
Tierra se interpone. ¿Qué es la ar· es la cosa? ¿Cómo se debe reducir § 8. Pero ¿quiere esto decir que
§ l. Cuando queremos averiguar monía? Es una relación numérica la definición a la demostración? haya demostración de todo aquello
si una cosa es otra cosa, o simple- entre los tonos agudos y los graves. ¿Qué es la definición, y a qué se que puede definirse? § g_ O ¿no la
mente que existe, investigamos si ¿Por qué lo agudo concuerda con an.lica? Esto es lo que vamos a ex- hay? Para estas dos preguntas no
hay un término medio para esta lo grave? Porque lo grave y lo agu· Plicar, después de habernos pro- hay más que una sola respuesta, y
cosa o si no le hay. Pero una vez do tienen entre sí una relación nu· Puesto sobre ello previamente algu- es la misma que acabo de dar; por-
que sabemos que la cosa es tal cosa mérica. ¿Lo grave y lo agudo pue~en nas dudas, que deben resolverse. que, para una cosa una, en tanto que
o que existe, es decir, que sabemos concordarse? ¿Existe una relac16d § 2. Comencemos lo que tene- una, no puede haber más que una
su existencia, ya particular, ya ab- numérica que los una? Una vez a· mos que decir por la cuestión que sola manera de saberla: luego sí sa-
soluta, si además queremos saber mitido esto, nos preguntamos: ¿cuál le enlaza más con todo lo que pre- ber una cosa demostrable es tener
por qué existe y lo que es, enton- es esta relación? ~de, y que es la siguiente. ¿Es po- su demostración. se llegará a este
ces indagamos también cuál es este § 4. Donde es fácil convence~ '1ble saber por la definición y la de- resultado imposible: que basta te-
medio. Por lo demás, cuando digo de que siempre es el término medtO m1Ostración la misma cosa y con re-
a., ner la definición para saber sin la
que la cosa es tal cosa o que ella
existe, quiero decir que existe en
particular y que existe de una ma-
el que se indaga, es en aquell~s e~
sas en que el medio es accesible r CJon a una misma cosa? § 3. ¿O
est? imposible? Por una parte,
~ defmición, al oarecer, explica lo
demostración.
§ 1O. Por otra parte, los princi-
pios de las demostraciones son las
nera absoluta. En particular, cuan- · , 1a d.JSqUlsJctOn
" e ont1nua .. ., ontoló- Ue es la cosa, v todo lo que expli-
do se investiga, por ejemplo, si la gica. ca lo q_ue es la · cosa es umversa
a!i · ¡ y " Véase el cap. 5 de los Primeros
rmatJvo. Por el contrario, los s1- Analíticos.
196 AR 1STÓTELES SEGUNDOS ANALfTTCOS 197
definiciones para las cuales, como entre sí en esta relación, porque la minos. A y B. expresarán lo que es mente a toda B. En efecto. la esen-
ha probado precedentemente, no una no es una parte de la otra. .:sencialmente la cosa, y B por con- cia del animal es atribuida a la
hay demostración posible. Una de § 15. Luego por lo pronto es siguiente será también atribuida esencia del hombre; puesto que esta
dos cosas: o los principios serán evidente, que no hay demostración ¡;iertamente a e en su esencia. proposición: todo lo que es esen-
demostrables, y el principio de los de todo aquello en que hay defi-. Pero si ambas expresan la esen· cialmente hombre es también esen-
principios igualmente, y así hasta el níción; además, que no hay defi,: da y la identidad de la cosa, la :ialmente animal_, es cierta; como
infinito; o los primitivos serán las nición de todo aquello respecto de identidad de la cosa entrará en el lo es esta otra: todo hombre e~ ani-
definiciones indemostrables. lo que cabe demostración; y por término medio antes de entrar en mal; pero no puede decirse en ma-
nera alguna que estos dos términos
§ 11. Pero si ·la definición y la último, que no pueden nunca ser: la conclusión.
demostración no. se aplican simul- ambas a la vez una sola y mi&ma ~ 2. Supongamos, poniendo un sean en este caso una sola y misma
táneamente a todos los objetos, qui- cosa. ,;_ .:jemplo general, que se trata de de- cosa.
mostrar lo que es el hombre. Su- Luego si sólo se hace una supo-
zá haya por lo menos algunos a que § 16. Es por lo tanto claro, que
se apliquen. § 12. O bien, ¿es. esto la definición y la· demostración nó
pongamos que e es el hombre, y A sición del género que hemos dicho,
imposible? No hay demostración lo que es, sea animal bípedo, sea no puede -concluirse de aquí que A
se confunden, y que no está la una
respecto de aquello de que hay de· cualquiera otra definición. Si se es atribuida a C en identidad y en
comprendida en la otra; porque en
finición. La definición, en efecto, quiere formar un silogismo, es ne- esencia, y si se hace esta suposición,
otro caso los asuntos de ambas es- cesario que A sea atribuida a toda se habrá admitido, antes de la con-
se refiere a lo que es la cosa, a la
esencia, mientras que es evidente.
tarían en esta misma relación. B; pero en este término medio ha- clusión, que 8 es atribuida a e en
§ 17. Aquí doy por terminadas brá otra definición, y por consi- identidad; de suerte que no habrá
que todas las demostraciones, sin las cuestiones preliminares que me guiente expresará también lo que es resultado demostración, porque no
excepción, suponen y admiten la proponía examinar. el hombre. Luego se supone preci- se. habrá hecho más que incurrir en
esencia de ~a cosa. Así, las demos- samente lo que se trata de demos- una petición de principio_
traciones matemáticas suponen la . trar, puesto que B es Jo que es el
esencia de la unidad, de lo impar; CAPITULO 4 hombre.
y las otras especies de demostrado· CAPITULO 5
~ 3. Tomando dos proposiciones
nes hacen lo mismo.
§ 1. ¿Hay silogismo_y-dé~ostra· es sólo como puede observarse este
§ 13. Además; tóda demostra- ~ 1. El mélodo de división tam-
ción de la esencia, o no hay ni lo defecto en los términos primitivos
ción demuestra una cosa de otra, uno ni lo otro, como lo supone la e inmediatos; porque así podrá ver- poco llega a formar silogismo, como
por ejemplo, que es o que no es tal se con mayor claridad. ya he dicho en el análisis relativo
presente discusión? En efecto, el si·
cosa. En la definición, por el con- logismo demuestra con el auxilio Por tanto, cuando se pretende de- a las figuras. Siguiendo este méto·
, 1rario, una cosa no es en manera mostrar por la reciprocidad de los do, nunca es necesario que tales co-
del término medio una cosa de otra
alguna atribuida a otra. Por ejem-
cosa; pero la esencia de la cosa ~ términos lo que es el alma, lo que sas existan porque otras cosas exis·
plo, animal no es atribuido a bípe-
absolutamente propia de la cosa, y es el hombre o cualquier otra cosa, ten; ni demuestra más que la in-
do, ni bípedo a animal; así como
se atribuye a ella en su misma de; no se hace más que incurrir en una ducción. En efecto, no hay precisión
tampoco se atribuye figura a super-
finición. 1 ~hora bien, es necesario petición de principio. Sucede abso· de que la conclusión sea una inte-
ficie, porque la superficie no es fi·
que estas proposiciones sean red· lutamente lo mismo que cuando se rrogación, ni que exista tampoco
gura, ni la figura superficie. supone que el alma es lo que en sí porque se quiera concederla. Es pre-
procas entre sí; porque si A es pro-
§ 14. Puede añadirse que es muy misma es causa de su propia exis- ciso que exista de toda necesidad,
pia de C, es evidente que lo es igual·
diferente mostrar lo que es la cosa, tencia, y se añade que ser causa de una vez admitidos los principios.
mente de B. como ésta lo es de C:
y demostrar que la cosa es tal cosa. su propia existencia es ser un nú· aun cuando el que responda rehú-
La definición muestra lo que es la por consiguiente, estos tres térmi.· mero que se mueve por sí mismo; . sase convenir en ella. ¿El hombre
cosa, mientras que la demostración nos pueden tomarse recíprocamenlf. porque entonces es preciso suponer es un ser animado o un ser inani·
prueba solamente en que tal cosa es el uno por el otro. Esto nace de. que el alma es de un modo idéntico mado? Se admite que es un ser
o no es tal otra, Ahora bien, la de- que, en efecto, si A es atribuida, ·11. lo que es el número que se mueve animado, pero esto no se~ha pro-
mostración de la una difiere de la toda B en su esencia, y B se d}c.'e por sí mismo, de tal manera que el bado por silogismo. Adeniás, todo
demostración de la otra; porque no universalmente de toda e también al!f!a y este número son una sola y ser animado es terrestre o acuático.
se trata aquí de una parte relativa· en su esencia, es necesario que A mtsma cosa. Se supone que el hombre es un ser
mente a una totalidad; quiero decir, se diga igualmente de een su es~ § 4. En efecto, si A es consi- animado terrestre. Pero el que el
por ejemplo, que se· ha demostrado cia. Pero si no se duplica este ,~ e.
I.Utentc de 8, y ésta de A no será hombre sea el todo formado de la
que el isósceles tiene sus ángulos nero de atribución, en las dos pro- ~lo por esto atribuida a e en su combinación de animal y de terres-
iguales a dos rectos, desde el mo- posiciones, ya no habrá necesidad_ 1
entidad esencial· podrá decirse tre, no resulta necesariamente de Jo
de que A sea atribuida a C en Sil ~o .
· <\ n. verdad, pero sin suponer que que se hubiese asentado al princi-
mento en que se ha demostrado que
todo triángulo los tiene; porque el
uno es una parte, el otro el todo;
esencia; por9ue A es atribuida ~
en ~u esenna, y no lo es csencta
f · sea una cosa atribuida esencial- pio; lo que se hace es únicamente
una nueva suposición. Nada impor-
pero la existencia de la cosa y su mente a todas las demás cosas a
es atribuida B. Y así. estos dos 1
q;:. hu; Adviérta'" d mo reiterado de sím-
0' POI p:1rte dr Aristóteles.
ta por Jo demás que se trate de un
gran número de di visiones o de al-
-~sencia no están en manera alguna
198 SEGUNDOS Al'' 'LÍTICOS
ARISTÓTELES 199
gunas divisiones solamente; el resul- tar a cada cualidad que se añada. do se concluye por silogismo, con- c 1on, por medio de los objetos par-
tado es siempre el mismo. Se dirá, y si se quiere se demostra- cluir sin la definición del silogismo ticulares que son evidentes que el
Por consiguiente, siguiendo este rá, por la división, que todo ser es y sin _la definición de lo que es la todo es de tal especie, puesto que
método, no se llega a formar silo- mortal o inmortal; pero esta expre- · esenc1a. ninguna de sus ~artes es de otra
gismo ni aun respecto de aquellas sión en su totalidad no es una defi- § 4. El mismo resultado tene- especie; porque as1 se prueba, no lo
cosas en que el silogismo podría sin nición, y así, suponiendo que se de-. rnos, si se pretende demostrar por que es la cosa, si~o sólo que ella
embargo tener lugar." muestre algo por la división, la de- hipótesis que, por ejemplo, si la existe o que no existe, ¿Y qué otro
~ 2. En efecto, ¿qué obsta a que finición que ella da no es en verdad esencia del mal consiste en ser di- método puede haber para mostrar
todo esto sea cierto del hombre, sin un silogismo. visible, y la esencia de lo contrario la esencia? Ci~rtamente que no se la
expresar sin embargo ni su e~encia consiste en lo contrario, por lo me- mostrará med_tante la sensación, no
ni su identidad? § 3. ¿No es posible nos para las cosas que tienen con- se la mostrara con el dedo.'
asimismo que se haya añadido algún CAPITULO 6 trarias, como el bien es lo contrario § 2. Por ejemplo, ¿cómo se de-
.término, o quitado u omitido al- del mal, y lo indivisible de lo divi- mostrará lo que es el hombre? Por
gún elemento indispensable de la sible, resulta de aquí que la esencia lo pronto hay necesidad, cuando se
§ 1. ¿Pero puede demostrarse de· del bien es el ser indivisible. Pero sabe lo que es el hambre o cual-
sustancia? otra manera lo que es la cosa en
§ 4. ·· Estos son defectos que pue- aquí aún se demuestra suponiendo quier otro ser, averiguar igualmente
su esencia, asentando por hipótesis la esencia de la cosa, es decir, que que existe; porque lo que no existe
den hasta cierto punto deiarse de primero, que la definición de un~ se toma esta esencia para demos- no es posible que nadi.e sepa lo que
tomar en cuenta en el método de di- cosa es lo que resulta como propio
visión, pero que sería posible evitar trar esta esencia. § 5. Sin embargo, es: lo más que en tal caso se sabe es
de ella de sus atributos esenciales; puede decirse que hay alguna dife- lo que significa la emmciación o el
tomandc sólo los atributos que son en segundo lugar, que no hay otros
esenciales y continuando el curso de rencia. Yo lo concedo; pero en las nombre de esta cosa, como cuando
atributos que los que se indican. demostraciones se admite ciertamen-
la división, después de haber su- para la cosa en cuestión, y que su se dice chivo-ciervo; pero es impo-
pUesto el primitivo, y teniendo cui- te que tal cosa es atribuida a tal sible saber lo que es un chivo-cier-
totalidad es propia únicamente de otra; pero jamás se admite ni la
dado de no omitir ningún elemento; la cosa; y por último, que ésta es vo. Ahora bien, si se demuestra a
el resultado tendrá entonces algo de cosa misma, ni otra cosa cuya rela- la vez lo que es la cosa y que exis-
verdaderamente .Ja esencia de la ción sea igual y sea recíproca res-
necesario, si todos los elementos es- cosa? § 2. ¿O acaso no se ha su- te, ¿cómo es posible hacerlo me-
tán incluidos en la división y no pecto de ella. diante una sola Y misma enuncia-
puesto aquí todavía la esencia mis' § 6. La objeción hecha a la de-
falta ninguno; porque entonces es ma que se busca, y no es ella el tér·. ción? La definición, y lo mismo su-
de necesidad que la totalidad a que mino medio por el que únicamente, mostración por división puede re- cede con la demost-rllción, enseña
se ha llegado sea específicamente se puede demostrar? 6 petirse respecto del silogismo que se una sola y única cosa; pero lo que
indivisible. forma según el método precedente. es el homb_re, por ejemplo, y que el
§ 3. Puede añadirse que, ~k· ¿Por qué el hombre será animal
§ 5. Pero esto no obstante, no como en el silogismo no se asienta .. · hombre extste son dos cosas entera-
hay tampoc:> así silogismo, y si por bípedo terrestre, y no animal y te- mente diferentes.
la definición del silogismo, porqu~:. rrestre? Es que, en efecto, no hay
semejante método de división se co- la proposición es en él siempre todo·, § 3. Digamos también que nece-
noce alguna cosa, será por otro ca- o parte, no se asienta, repito, entre,· ninguna necesidad conforme a los sariamente por medio de la demos-
mino y no por el silogismo. Por lo los elementos de donde sale el silo-: ... datos de que el atributo forme un tración es como debe probarse que
demás, nada de sorprendente tiene gismo; en igual forma tampoco hay todo, sino que puede suceder lo que la cosa existe, cuando esta cosa no
esto, puesto que por la inducción precisión de que la definición de la cuando se dice de un solo y mismo es sustancia; pero el ser jamás es la
tampoco resultan demostraciones, y hombre que es músico y gramático.
esencia ~a colocada en el silogismo esencia de alguna' cosa; porQue el
sin embargo, por ellas se conocen de la esencia, sino que ella está ne· ser jamás es género: luego la de-
algunas cosas. § 6. Cuando de la di- cesariamente separada de los datos mostración es la única que prueba
i: visión se saca una definición, no es que lo forman. Si se duda que una CAPITULO 7 que la cosa es. § 4. Esto es lo úni-
un silogismo el que se hace; por- cosa se concluya por silogismo, es. co que verdaderamente las ciencias
que así como en las conclusiones preciso responder que lo es, porque § l. ¿Cómo se podrá entonces, se limitan a _Practicar. El geómetra
obtenidas sin su término medio, si el silogismo es regular según la de¡ por medio de la definición, dar a admite prevwmente la definición
se dice que existiendo tales cosas, finición misma del silogismo; y SI conocer la esencia o lo que es la del triángulo, Y demuestra en se-
es preciso qué tales otras existan, se se duda que se haya concluido la cosa? Ciertamente no será posible, guida que el t~iángula existe. ¿Pero
puede siempre preguntar el por qué, esencia por silogismo, debe respon· como cuando se demuestra partien- qué demostrara el geómetra cuando
lo mismo se puede hacer en las de- derse que sin duda alguna es ésta d.o de principios cuya verdad ha defina lo que es el triángulo? ¿Será
finiciones por división. ¿Qué es el una definición, porque es ciertamen· Sido concedida hacer ver evidente- el triángulo mismo? Pero de aquí
hombre? Un ser mortal que tiene
te lo que se había dado como defi· m~nte que hay' necesidad de que si resultaría que podría saberse por la
pies, que es bípedo y que no tiene existe esta cosa, otra cosa exista, que definición lo que es e} triángulo sin
nición. Por tanto, es necesario, cuan·
alas. ¿Y por qué?, se puede pregun- ~ el procedimiento ordinario de la
emostración. Tampoco se podrá ' Véase Primeros Aiiafíticos, libro ll,
,, Compárese cuanto se dice sobre 6 Compárese cuanto se dice sobre la
mostrar, como sucede en la induc- cap 23 '
los predicables en los Tópicos, libro J. definición en los Tópicos, libro VI.
200 ARISTÓTELES
SEGUNDOS ANALÍTICOS 201
saber que existe, lo cual es imposi- la esencia de la cosa, ni por defini-
ble. ción, ni por demostración. saber por qué una cosa existe antes qué existe. Supóngase la Luna C,
§ 5. Es evidente que, siguiendo de saber que existe; en igual forma el eclipse A. y B esta proposición:
los métodos actuales de definición, y con toda evidencia, la esencia de que no pued~' haber sombra alguna
no se llega ni aun a demostrar que CAPITULO 8 )a cosa no puede suponérsela jamás en la época dfl plenilunio. si no hay
la cosa existe. En efecto, aunque la sin .~~isten~ia; porque es impo- algo interpu~sto entre la Luna y
igualdad de las líneas que van del § l. Entremos otra vez en ma- silifé'saoer que es una cosa, cuando nosotros. Luego si B es atribuida a
centro a la circunferencia sea ver· teria para examinar qué tiene de. se ignora si ella existe. ~ 6. Nosotros C. significando B que no puede ha-
dadera, se puede siempre preguntar: verdadera y qué de errónea esta sabemos la existencia de la cosa tan ber ninguna sombra en la época del
¿por qué existe el definido? Y ¿por discusión, ver lo que es la defini- pronto sólo por el accidente, como plenilunio, cuando no hay cosa al-
qué esta definición es la del círcu- ción, e indagar si hay alguna de, conociendo una parte esencial de guna interpuesta entre la Luna y
lo? Porque con la misma razón po- mostración y definición de la esen~: esta misma cosa. Por ejemplo, sabe- nosotros; y si A. eclipsarse, es atri-
dría aplicarse esta definición al cia, o si es absolutamente imposibié mos que el, trueno es un ruido en . buida a C. es evidente que la Luna
bronce, por ejemplo. que las haya. ·. · las nubes; que el eclipse es una pri- se eclipsa; pero no se sabe aún por
Por lo tanto; las definiciones ja- § 2. En primer lugar, saber la vación de la luz; que el hombre es qué se eclipsa; sabemos que el eclip-
más llegan a demostrar, ni que la esencia de una ~osa se confunde, un ser animado; que el alma es lo se éxiste, pero no sabemos lo que es
cosa en cuestión sea posible, ni que como ya hemos dicho, con saber la que se mueve por sí mismo. ~ 7. el eclipse. § 11. Cuando es· ya-una
las cosas que pretenden definir exis- causa de la existencia de esta cosa. Por tanto, respecto de todas aque- cosa evidente que A es atribuida a
tan realmente; siempre cabe pre- La razón de esto es, que siempre llas cosas, cuya existencia sólo co- C, indagar por qué lo es, equivale
guntar: ¿Por qué esto es así? hay alguna causa de esta cosa, y nocemos por el accidente, es nece- a indagar qué es B. es decir, si es
§ 6. Si se reconoce que la defi- esta causa es, o la cosa misma, u sario que ignoremos completamente la interposición de la Tierra o el
nición sólo puede mostrar lo que es otra cosa. Si es otra cosa, esta causa su esencia, puesto que precisamente movimiento de la Luna sobre sí mis-
la cosa o lo que significa el nombre es demostrable o indemostrable. no sabemos ni aun su existencia. ma, o la extinción de la luz; y ésta
que la expresa; y si, de hecho, no Luego si es otra cosa y se puede Ahora bien, indagar qué es una es precisamente la definición del
puede en modo alguno mostrar lo demostrar, es preciso que la causa cosa, cuando se ignora que existe, otro extremo. Y en las demostracio-
que es la cosa, sólo queda que sea sea el término medio, y que la de- es no indagat nada. Pero en cuan- nes de este género es ésta de una
tan sólo una expresión de la misma mostración tenga lugar en la prime- lo a las cosas de las que conocemos parte la definición de A: porgue el
significación que el nombre de la ra figura; porque lo demostrado es por lo menos una parte esencial, la eclipse no es más que la interposi-
cosa; pero esto es absurdo. § 7. Por- universal y afirmativo. He aquí ya indagación es más fácil. Por consi- ción de la Tierra. Por otra parte,
que en primer lugar se aplicaría a una manera de conseguir el fin que guiente, tanto cuanto sepamos de la ¿qué es el trueno? la extinción del
lo que no es sustancia; es decir, a lo nos proponemos, que consiste en de-; existencia de las cosas, otro tanto fuego en las nubes. ¿Por qué true-
que no existe, puesto que se pueden mostrar la definición de una cosa sabemos de su esencia. na? Porque el fuego se extingue en
nombrar cosas que no existen. § 8. por medio de otra definición. En ~ S. Ocupémonos, pues, de las las nubes. Nubes C. trueno A, extin-
Además, todas las enunciaciones se- efecto, para probar las esencias, es cosas respecto de las que sabemos ción del fuego B; B es atribuida a
rían en este caso definiciones; por- preciso que el medio sea una esen- una parte de su esencia; y ponga- C. la nube; porque es en la nube
que podría siempre imponerse a una cia, y una propiedad para probar mos como primer ejemplo el si- donde se extingue el fuego. Pero A,
enunciación cualquiera el nombre propiedades; de tal manera, que de guiente: el eclipse representado por es decir, el ruido es atribuido a B,
que se quisiera; y resultaría enton- dos definiciones esenciales de la mis- A: la Luna por C; la interposición y B es la definición de A que es el
ces que al hablar no haríamos más ma cosa, se demostrará la una Y ~e la Tierra por B. En este caso, primer extremo. ~ 12. Si es preciso
que definiciones, y que toda la !lía- no se demostrará la otra.R Indagar si la Luna se eclipsa o sí todavía otro término medio para
da, por ejemplo, no sería más que § 3. ~Este método, como se ha no se eclipsa es indagar si B existe probar B. la definición de A será
una definición. § 9. Por último, aña- dicho precedentemente, no es una O no existe; lo cual equivale preci- siempre el resultado de las defini-
do a lo dicho, que ninguna ciencia demostración, no es más que el silo- .. san:ente a indagar si la causa del ciones anteriores.
debe demostrar lo que significan gismo lógico de la esencia. ecl.lpse, B, existe; y si esta causa ~ 13. Hemos expuesto cómo se
las palabras, porque no son éstas las § 4. Ahora, volviendo a ~a ~u~s ~XIste, decimos que el eclipse existe indaga la esencia y cómo se llega
cosas que las definiciones deben dar tión planteada desde el prmcipiO, tgualmente. O también indagamos a a conocerla. Propiamente hablando,
a conocer. expliquemos cómo se puede llegar CUál. d~, las dos partes de una con- no hay demostración ni silogismo
§ 10. Luego, en resumen, resul-
ta al parecer que la definición y el
silogismo no son en ningún concep-
a la demostración de la esencia.
§ 5. Así como cuando sabe~OS ·
q.ue una cosa existe, tratamos de lfu
rrtrad¡ccwn puede aplicarse la causa,
ejemplo, valer o no valer dos
ngulos rectos
de la esencia; y sin embargo, me-
diante el silogismo y mediante la
demostración la esencia se hace evi-
to una misma cosa, que la defini- dagar por qué existe, y a veces ~ 9. Una ~ez que hemos encon- dente. De suerte, que ni se puede
ción y el silogismo no pueden en existencia y la causa de la cosa n~ trado la causa que se busca, sabe- sin demostración conocer la esencia
manera alguna aplicarse a una mis- son conocidas ambas a la vez, stn mos a la vez que la cosa existe y de una cosa, de la que es causa
ma cosa; y, por último, que la de- que por lo demás se pueda nunca r.or qué existe, si la demostración otra cosa, ni tampoco hay demostra-
finición no muestra ni demuestra ¡'0 ne lugar por términos medios. § ción de la esencia, como ya hemos
nada, y 4ue no es potibJe reconocer " Véase- ;;a p. 11 de este libro 1l. · De otra manera sabemos que la dicho en nuc~lras dudas prelimina-
CO<a ·
- ex1ste. pero no sabemos por res.
202 ARISTÓTELES SEGUNDOS ANALfTJCOS 203
cho en las Categorías acerca de la sus- y cómo puede o no puede aphCS mer el efecto de que los dimentos
tancia. al mismo objeto que ella. '" Véase Metafísica, libro IV, cap. 2. no vaguen a la e11trada del estóma-
SF.GUNOOS ANALÍTICOS 205
204 ARISTÓTI:.LES
~
Porque la utn1 se h<~ verifiu1do.
terror saludable interposicir.h; y existe el ec!lpSC·
206 ARISTÓTELES SEGUNDOS ANALÍTICOS 207
y el término medio sean inmediaros. bradas; y se demut:stra también ~ , l osa se veri- verifican las. má~ vece~, habrá tam-
Por ejemplo, A ha tenido lugar, liéndose del término medio; porq se supone ,solo qu~ ae co es necesa- bién principiOS mme~latos; y éstas
puesto que e ha tenido lugar. e ha los cimientos habrán de ser anteri. ¡¡ca las mas ve¿.es, lu r~sentado por serán las cosas que existen o se pro-
sucedido posteriormente, y A antes res a la casa que sobre ellos se e · río que el me, 10 rep § 16 Luego ducen las más veces de una manera
que c. e es el principio, porque es fica .· · B exista las mas veces. ·
. .. d llas cosas que se dada.
el más próximo al instante presente, § 13. Pero. así como vemos respecto e aque
que es el principio mismo del tiem- ciertas cosas, que se producen, u
po. Ahora bien, e ha tenido lugar. especie de generación circular, est;
si D se ha verifitado; luego habién- mismo se encuentra en el silogism
dose realizado D, es n~cesario-que cuando el medio y los extremos se1 SECCION TERCERA
A se haya realizado igualmente; y siguen mutuamente; porque pueden
entonces e es la causa; porque ha- convertirse los unos en los otros R
biendo tenido lugar D, hay necesi- cíprocamente. Ahora bien, hemos la cosa. § 4. Po~ ~Í~If!Plo, toda tria-
dad de que e haya tenido lugar tam- CAPITULO l3 '" da tiene por dehmcton el ser un nú-
demostrado en nuestros primeros es-
bién; y desde el momento en que C tudios que las conclusiones son en. mero impar, Y un núrnero primo
§ l. Hemos dicho anteriormen- bajo dos conc~p~~; primero en
se ha efectuado, es necesario que tonces recíprocas, y que a esto se te cómo se da la esencia en los tér-
4 se haya efectuado antes. cuanto no es dwmble por ningún
llama demostración circular. L~ minos del silogismo, y de qué ma- número, y segund?, en cuanto no
Pero tomando de esta manera el mismos hechos reales reproducen nera hay y no hay demostración o
termino medio, ¿podrá venirse a pa- está formada de n!lm~ros; luego, en
~sta reciprocidad. Humedecida la definición de la esencia. Digamos resumen, la esene1a. ·.e la triada es
rar a un término inmediato? ¿O su- tierra, se produce necesariamente el ahora cómo deben buscarse los atri- el ser un , número tmpar primo, y
cederá que se ingerirán siempre me- vapor; producido el vapor, se pro- butos esenciales.
dios, cuyo número será infinito? En primo segun acabo de ~ecir. Ahora
duce la nube; y producida la nube, § 2. Entre los atributos que per- bien, de todos estos atnbutos, unos
efecto, como se ha dicho, lo que ha se produce necesariamente la lluvia; tenecen siempre a la cosa, algunos perten~ce? ~ todos los n~meros im-
sucedido no se une en manera al- y una vez producida la lluvia, es de traspasan la misma cosa, aunque sin pares mdtstmtamente, el ultimo per-
guna a lo que ha sucedido anterior- necesidad que la tierra se humedez- salir del género. Digo que los atri- tenece igualt;lente al dos; pero lo-
mente; pero no por eso deja de ser ca. Pero esto último era precisamen- butos traspasan la cosa, cuando, per- dos estos atnbutos, tomados colecti-
necesario comenzar por el término te el punto de partida, y así resulta teneciendo a ella universalmente, vamente, sólo pertenecen a la triada.
medio y por el instante primitivo. recorrido el círculo. En efecto, exis- pertenecen sin embargo a otra cosa § S. Pero ~omo hemos demos-
§ lO. El m i s m o razonamiento tiendo cualquiera de estas cosas, era distinta también. Por ejemplo, hay trado más arnba qu~ los atributos
tiene lugar respecto de una cosa ve- preciso que otra existiese; y exi&: cierto atributo que pertenece a toda esenciales sol! necesanos, porque los
nidera; porque, si se dice con ver- tiendo ésta, otra le ha sucedido, ;y triada y que sin embargo pertenece atributos umversales _lo ·son igual-
dad que D será, es necesario que se luego otra última, hasta que prodU. igualmente a lo que no es triada. mente; y como lo~ ·atnbutos esencia-
diga de igual modo y desde luego cicla, ha aparecido reproducida l,a Así el ser es un atributo que per- les, sea de la tnada, se!l de cual-
que A será. Pero C es la oausa, por- primera a su vez. .e tenece a la triada, pero pertenece quier otra cosa, son atnbutos uni-
que si D debe ser, e será antes; y § 14. Hay ciertas cosas que g ~demás a lo que no es número. Lo versales, es de_ absoluta necesidad
si e debe ser de esta manera, A será atribuyen universalmente, porque tmpar es un atributo de toda tria- que la triada. misma sea Precisamen-
también antes que ella. Aquí, pues, existen o suceden siempre y en to- da, pero traspasa al número tres, te la colecciÓn de estos atributos.
puede también la división continuar- dos los casos de una manera dada. puesto que pertenece también al nú- § 6. He aquí la pru~ba de que ésta
se hasta el infinito, porque las cosas Otros no siempre suceden, pero si mero cinco; sin embargo no sale del es la esencia de l~ tnada. En efecto,
que deben ser no se unen las unas las más;veces de una cierta mane- género, porque cinco es ciertamente si no es la esencta de la triada, es
a las otras; también respecto de ra; por ejemplo, el individuo varón un número; pero fuera del número preciso que sea una suerte de géne-
ellas es preciso partir de un princi- de la especie humana no tiene bar- no hay nada que sea impar. ro de la triada, que puede por otra
pio que sea inmediato. ba siempre, pero sí generalmente•. § 3. Los atributos de esta clase parte tener o ~o un nombre determi-
§ ll. Lo mismo sucede también § 15. Ahora bien, es preciso .nece- IO!lhlos que deben tomarse hasta que nado; este gener?, pues, será más
con los hechos reales. Si la casa ha sariamente aue el término medto re- le aya llegado al punto en que, su- extenso que la tnada, a la cual ha-
sido hecha, es necesario que las pie- lativo a las éosas de este género t~ ~rando cada uno, tomado aparte, brá de exceder; po~que debemos ad-
dras hayan sido labradas; ¿y sí se ga como ellas este carácter: _el extensión de la cosa, cuando se mitir que lo peculiar del género es
han labrado las piedras, para qué acaecer comúnmente. Supome~ 1otnan. :n conjunto, no tengan más el poder ser más extens~ que la cosa
se ha hecho esto? Necesariamente en efecto, que A sea _atribui4a rsal- txtens10n que la cosa misma, por- respecto de la que es genero. Luego
para los cimientos, puesto que hay versalmente a B y esta umve : ent.onces es cuando representan si este género no puede Pertenecer
igualmente una casa; y si ha habido mente a e, es .ptecis? también ~ . esanamente la esencia misma de a ninguna otra cosa que a las tria-
cimientos, ha sido precisa la labr¿¡ A sea siempre atnbu1da a C Y 11 lo ~ das individuales, ento~ces será Ia
anterior de las piedras. ~ 12. En buida a toda e porque e~to .es • ., bu;' Como fue dicho ya en el preám- esencia misma ?.e la tn~~a; porque
igual formá si ha de haber una casa, propio del univer~a!, el arnbutr:qui let 0 de este tratado. esta sección. la podemos tamb1en admrltr que la
las piedras serán anteriormente la- toda la cosa y s1empre. Pero :11, ti cera. es una doctrina de la definí· esencia de cada cosa es precisamen-
6
" n.
SEGUNDOS ANALÍTICOS 209
208 ARISTÓTELES
~ 19. Se estará seguro de tene 1-
te esta espe¡;ie de atribul:ión última que de esta primera parte y de la diferencia, y se supone que todo el todos Jos atributos de la cosa, si se
de los individuos, y los atributos diferencia bípedo se componga la género entra en uno u otro de los ha admitido que el primer término
que en tal con¡;epto se demues- definición del hombre, o de cual- opuestos, si se admite que el atri- de la división debe tener todo él
tre que pertenecen a una cosa cual- quier otra totalidad que pueda for. buto que se busca está en uno de uno u otro de los dos atributos
quiera, serán de la misma manera mar la definición, es preciso que en los dos, y se tiene de él conocimien- opuestos, y que tiene tal atributo
la esencia de esta cosa. la división se incurra en una peti- to, no importa nada el saber o no determinado; si después se ha to-
!:i 7. Es preciso, cuando nos ocu- ción de principio. § 12. Debe aña. todas las demás cosas a que estas mado la diferencia de todo este atri-
pamos de un objeto complejo, divi- dirse, que el único medio de no omi. diferencias son atribuidas, porque es buto, y si, por último, se ha reco-
dir el género en ·individuos especí- tir ninguna parte de la esencia e~ muy daro que si, procediendo de nocido que no hay ya .diferencia
ficamente primitivos; dividir, por el siguiente: una vez admitido el esta manera, se llega a elementos para el último término; o más bien,
ejemplo. el número en tres y en dos. primer género, si se toma alguna de entre los que no hay diferencia po- que tomando a la vez. la definición
Después es necesario procurar for- las divisiones inferiores, el género sible, se habrá llegado a la defini- y la última diferencia; na difiere es-
mar las definiciones de los indivi- IOdo no podrá entrar en esta divi- ción de la esencia. Pero suponer que pecíficamente del. térmi tlO total. ¡;i
duos escogidos de esta manera; por sión. Por ejemplo, no todo animal todo el género entra en la división, 20. Porque es ev1dente, en primer
ejemplo, definir la línea recta, el tiene las alas enteras o alas dividi- cuando los atributos opuestos no tie- lugar, que no hay ningun atributo
círculo, el ángulo recto; y por últi- das; sino que es solamente todo ani- nen términos intermedios, no es in- de más, puesto que todos estos atri-
mo, indagando lo que es el género mal alado el que las tiene de una o currir en una petición de principio; butos han sido tomados como esen-
de la cosa, según que sea por ejem- de otra manera; porque ésta es pre- porque es de toda necesidad que el ciales; y que tampoco se ha tomado
plo una cantidad o una cualidad, es cisamente una diferencia de este atributo se encuentre en una u otra ninguno de menos, porque si faltase
pre¡;iso estudiar las afecl:iones pro- animal. La primera diferencia del de las dos partes de la división, si alguno, sería el género o l:J diferen-
pias de las especies conforme a los animal es aquella en la que entra esta división expresa la diferencia cia; ahora bien, el género es el pri,
primeros atributos comupes a toda sin excepción todo animal. Y lo mis- de la cosa. mitivo de la definición y lo formado
ella. En efecto, los atributos de los mo sucede con todos los demás gé- § 16. Mas para construí r la de- con las dif eren cías que se añaden;
géneros, que sólo se cdmponen de neros, ya estén fuera del de animal. finición por la división, son preci- pero todas las diferencias resultan
individuos, se muestran con plena va estén subordinados a él. Por sas tres condiciones: primero, tomar enunciadas, porque no hay otras
evidencia en las misma~ definiciones éjemplo, la primera diferencia del los atributos esenciales; después, co- después de aquéllas. pucolo que en
de los individuos, mediante a que ave es aquella en la que entra toda locarlos en orden, uno el primero, otro caso el último término diferi-
la definición y el elemento simple a\•e; respecto de pez aquella en la otro el segundo; y, por último, to- ría específicamente del definido; y
son el principio de topo, y que los que entra todo pez. Procediendo de marlos todos sin omitir ninguno. ya se ha dicho que no di (ería.
atributos sólo pertenecen esencial- esta manera se puede estar seguro § 17. Se cumple la primera con- ~ 21. Es preciso, fijándose en
mente a los individuos simples, y de no haber omitido nada; obran· dición sólo con que se pueda cons- las cosas que son semejan tes y entre
únicamente a causa de ellos pueden do de otro modo, es de toda necesi- truir la definición med1ante el gé- las cuales no hay diferencia, inda-
estos atributos entrar en las otras dad que se omitan ciertos atributos, nero, así como se puede por conclu- gar lo que puedan tener todas de
divisiones. sin advertir que se omiten. sión afirmar del accidente que se da común. En seguida es nec:esario ha-
~ 8. Por lo demás, las divisiones ~ 13. Por lo demás, para defi· en la cosa. cer la misma indagación respecto
que se hacen según las diferencias, nir y dividir, no es preciso conocer ~ 18. En cuanto a la verdadera de las cosas que, form<Jndo parte
son igualmente útiles para proceder, todos los seres sin excepción, por manera de el a si ficar los atributos, del mismo género, son enlre sí de
~omo acaba de decirse, a hacer más que algunos pretendan que es la primera regla es que se ha de to- especie idéntica, pero que difieren
la definición. ~ 9. Sin embargo, ya imposible conocer las diferencias de mar el primero de todos los atribu- en especie de las primeras que se
hemos dicho más arriba hasta qué una cosa con relación a todas las tos; y este primer atributo será pre- han estudiado. Una vez que se ha
punto las divisiones demuestran; y demás, si no se conocen igualmente cisamente el que es consecuencia de encontrado respecto de todas estas
únicamente si demostraran, podrían todas estas cosas; y que sin estas todo los demás, mientras que nin- cosas la relación común 'que entre
servir para dar la conclusión de la diferencias no se puede conocer cosa guno de todos los demás le sigue a ellas puede haber, y que :se ha en-
esencia. J:\ 10. Pero. al parecer. las alguna, teniendo en cuenta que aque· éL porque es preciso que haya un contrado igualmen!e resp~:cto de las
divisiones no hacen más que admitir llo en que difiere es una cosa ente· atributo de este género. Una vez demás, es preciso indagar de nuevo
desde luego y sin prueba todos los ramente distjnta de ella. ~ 14. P~;o a~entado este término, basta obser- qué identidad hay entre las cosas
a tri bu tos de la cosa, como podría por lo pronto esta última aserc1on var la misma regla para los atribu- agrupadas de esta manera, hasta que
hacerse de.de un principio y sin di- es falsa; porque una cosB no difiere se llegue a una expresión única que
tos inferiores; porque el segundo
visión. ~ 11. Pero hay diferencia en- de otra en toda clase de diferencias. atributo será el primero entre los comprenda a todas.
tre colocar un atributo el primero o puesto que hay muchas diferencia~ que restan, y el tercero, el primero
Esta expresión única es ya la de-
el último; por ejemplo, es diferente entre cosas de especie~ idénticas. finición verdadera de la cosa; y si
decir: animal domesti¡;ado bípedo,
y decir: bípedo animal domesticado.
En efecto, si la definición de toda
sin que estas diferencias afecten
esencialmente a estas cooas, ni se
den en estas cosas en sí mismas.
l' entre los siguientes; es decir, que en lugar de llegar a esta s:::o]a expre-
separando siempre el término supe- sión. se obtienen dos o mJ~has. en-
rior, el siguiente será el primero en- tonces es evidente que lo que se
tre los demás, y lo mismo sucederá busca no es único y que es múlti-
cosa se forma de dos partes y ani- ~ 15. Además, cuando se toman por
mal dorWt$ticado es una, de suerte división los atributos opuc>tos y la
1 con todos los otros.
SEGUNDOS ANALÍTICOS 21 1
210 ARISTÓTELES
Acabamos de hablar tan sólo de CAPiTULO \5
\os nombres que se llaman nombres
pie. § 22. Digo, por f!jemplo, que si encuentra en los colores y !& que se
se busca la definición de la magna- encuentra en las figuras, como lo comunes: ~ l. Entre las cuestiones que de-
§ 2. Pero no hay que fijarse sólo ben probarse, l1ay unas que son
nimidad, es preciso fijarse en algu- a~udo respecto de los sonidos de la
nos hombres magnánimos que reco- en éstos. Si se descubre alguna otra . idénticas, porque tienen un mismo
voz. Siguiendo este camino se pue-
nocemos como tales, y buscar el úni- cosa de común que no sea el nom· término medio; como sucede, por
de llegar al punto común, teniendo
siempre buen cuidado de no incu-
bre, es preciso, después de apode- ejemplo, cuando se ·dice de cierto
co punto que tengan todos ellos de
rarse de ella, ver en seguida aquello orden de hechos que son lodos el
común, en tanto que están dotados rrir en la homonimia.
de que ella es consiguiente y lo que resultado de una repercusión.
de magnanimidad. Considerando, § 26. Si en la discusión no con-
es consiguiente de ella. Por ejemplo, Algunas de estas cuestiones son
pues, verdaderamente magnánimos a viene emplear nunca las metáforas,
con retación a los animales que tie- idénticas sólo en género, y son las
Alcíbiades, a Aquiles, a Ajax, me no es menos evidente que tampoco
nen cuernos, es un consiguiente de que no difieren entre sí sino por-
pregunto yo qué es lo no poder to- se debe .definir por medio de me-
los cuernos el tener un estómago que son relativas a otras cosas, o
lerar una afrenta. En efecto, el uno táforas, ni definir lo que se expresa
rumiante y el no tener dientes en porque los h~chos pasan de otra
hizo la guerra a su patria, el otro metafórica~ente, pues~o que e!l tal
las dos partes de la mandíbula; pero manera. Por eJemplo, ¿por qué tie-
tuvo aquel celebrado coraje, el ter- caso se vena uno obligado a mtro-
es preciso además indagar aquello ne lugar el eco; o por qué la ima-
cero se quitó la vida con sus propias ducir también la metáfora en la dis- de que es consiguiente el tener cuer- gen aparece en el espejo; o por qué
manos. Tomemos ahora otros perso- cusión.1'<
nos; entonces se verá evidentemen- se produce el arco iris? En efecto,
najes, Lisandro o Sócrates, y si es- te por qué esta propiedad pertenece todas estas cuestiones genéricamen-
tos últimos tienen de común el ha- a estos animales, puesto que por te no son más que una misma cues-
CAPITULO 14
ber sido indiferentes así en frente ello será precisamente por lo que tión, puesto que todos estos fenó-
de la fortuna como de la adversi- § l. Para plantear bien las cues- tienen cuernos. menos no son más que efectos de la
dad, me fijo en estas dos cualida- tiones que han de demostrarse, es § 3. Hay todavía otro medio refracción; pero difieren en especie.
des, puesto que las encuentro, e in- preciso escoger las secciones y las además de éste, que es el de esco- En segundo lugar, ciertas cuestio-
dago lo que pueden tener de común, divisiones; es preciso, admitiendo ger por analogía; porque no es po- nes difieren únicamente en que el
de una parte, la indiferencia en me- por lo pronto el género, escoger el sible, por ejemplo, encontrar un término medio de la una está subor-
dio de los vaivenes de la fortuna, y, atributo común de todos los seres solo y mismo término que exprese dinado al término medio de la otra.
de otra, la imposibilidad de tolerar que se estudial), de tal manera, que las ideas de espinas, espinazos y Por ejemplo ¿por qué el Nilo es más
las afrentas. Si estas dos cualidades si estos seres, por ejemplo, son ani- huesos, y sin embargo todas estas caudaloso a fin de mes? ¿ For qué
no tienen nada de común, es porque males, se den por supuestos desde cosas tienen ciertos atributos que el mes es más húmedo cuando está
habrá dos especies distintas de mag- luego los· atributos que pertenecen les pertenecen en común, como si a punto de concluir? Y ¿por qué
nanimidad. § 23. En efecto, la defi- a todo animal. Una vez admitido todas tres tuviesen una sola y mis- sucede esto a fin de mes? Porque la
nición es siempr§ universal; porque esto, es preciso indagar, con rela- ma naturaleza.l 4
Luna desaparece. Y, en efecto, la re-
el médico no dice sólo lo que es ción al primero de todos los térmi- lación entre estos fenómenos es la
bueno para tal ojo particular, sino H Ideas incipientes sobre el método que nosotros indicamos.
nos que quedan, los atributos que
que dice lo oue es bueno para todo pertenecen a todo este término; por analógico.
ojo en general, o por lo menos, para ejemplo, si se trata de aves, es pre-
todo ojo de cierta especie. ciso indagar de nuevo cuáles son los
§ 24. Es más fácil definir lo par- atributos de toda ave. Debe conti·
ticular que lo universal, y por esto nuarse siempre lo mismo, avanzando SECCION CUARTA
es preciso pasar siempre de las co- paso a pasó; porque evidentemente
sas particulares a }as cosas universa- nos será posible entonces decir la
les; porque las homonimias pueden causa de todos los atributos de los que la Tierra se interpone. Si estas
ocultarse más fácilmente en las co- CAPITULO 16 causas no existen, habría otras dis-
seres colocados dentro del génpro co-
sas universales que en las cosas en- mún, por ejemplo, por qué los atri- tintas de las indicadas; pero si la
tre las que no hay ya diferencia. § l. En cuanto a la causa y al causa existe, el efecto que causa
butos de animal son . atribuidos al efecto de que ella es causa, puede existe al mismo tiempo que ella; por
§ 25. Así como es preciso que hombre o al caballo. Supóngase dudarse si cuando el efecto causado ejemplo, cuando la Tlerra se inter-
las demostraciones tengan siempre pues qué el animal es A; B, los_ atri- existe, la causa existe también; por pone, la Luna se eclipsa; el árbol
fuerza de conclusión, de igual modo
es preciso 'que en las definiciones
butos pertenecientes a todo amma!, ~jemplo, si el árbol pierde sus ho- pierde sus hojas cuando tiene hojas
y C, D, E, ciertas especies de anr· JaS o se eclips<i la Luna, se puede
haya claridad; y esta claridad se males. Se ve claramente por qué B dudar si la causa que hace que las anchas.
§ 2. Si esto es as1, la causa y el
obtendrá, si por medio de cada una es atribuida a D; lo es por A. Y lo hojas caigan y la que produce el efecto existirán al mismo tiempo, y
de las cosas particulares se puede mismo sucede con las demás espe· eclipse existen; y la causa es res- podrán demostrarse el uno por el
definir separadamente lo que perte- cies. porque el razonamiento sería Pecto del árbol quizá el tener las otro. En efecto, supóngase el fenó-
nece a cada género; definiendo, por idéntico. hoias anchas, y respecto del eclipse
ejemplo, no toda semejanza en ge-
neral, sino separadamente la que se '" Véase Tópicos. libro VI, cap. 2. 1
212 ARISTÓTELES SEGUNDOS ANALÍTICOS 213
meno de la pérdida de las hojas re- ~ 4. ¿Pero no puede un solo y rcrentc. o no es esto posible'? " ~ 2.
1
sa, y aquello de que ella es causa
presentado por A; tener hojas an- mismo efecto tener muchas causas? Cuando el atributo demostrado es y aquello relativamente a lo qu~
chas representad¡} por B. y la vid Sin duda alguna, y esto se verifica t:sencia de la cosa. es decir, si no epa es ca~sa, son términos que se
por C. Si A es atribuida a B. en cuando es posible que una misma es demostrado ni como signo, ni stguen rectprocarncnte; pero, toman.
cuanto que todo árbol de hojas an- cosa sea atribuida inmediatamente a como accidente de la cosa, ¿no es do en cuenta casos p_articul ares
chas pierde sus hojas; y si B es atri- muchas. Supóngase A atribuida a B imposible que la causa. sea la mis- a_quello _de que .l!i cau~a es caus.;
buida a C, puesto qlÍ__c toda vid tie- inmediatamente y a e también in- ma. puesto que la definici6n del ex- ttene mas extenst~m. Ast, por ejen,_
ne hojas anchas, se concluye de aquí mediatamente: supóngase además tremo es el término medio?. ¿o bien plo, tener los angulos exteriores
que A es atribuida a C, es decir, estos dos últimos términos atribui. ~s esto posible cu,mdo el atributo iguales a cuatro ángulos rectos es
que toda vid pierde las hojas; y la dos a D E. A será por tanto atribui- demostrado no es esencial? un atributo que exceda del triángu.
causa aquí es B, que es el término da a D E; pero B es la causa de que ~ 3. Es posible estudiar sólo lo y del cuadrilátero; pero es un
medio. Recíprocamente, se puede lo sea a D, y C de que lo sea a E. bajo la relación del accidente aquc· atributo igual en extensión a todos
demostrar que la vid tiene hojas Y así, desde el momento en que la 1\o de que la causa es causa y los sujetos, es decir, a todas las fi-
anchas por este término medio; per- causa existe, . es necesario que el aauello relativamente a lo cual es guras que tienen los ángulos exte-
der sus hojas. Supóngase que D es efecto exista igualmente; pero exis-· ~-iusa; mas al parecer éstas no son riores iguales a cuatro ángulos rec-
planta de hojas anchas; E, perder tiendo el efecto, no hay necesidad de. verdaderamente cuestiones. § 4. Si tos; y lo mismo sucede con el tér-
las hojas, y la vid F. E es atribuida que todo lo que pueda ser causa se presentan cuestiones de este gé- mino medio .. § 6. Ahora bien; el
a F; puesto que toda vid pierde de él exista. Es preciso ciertamente nero, el medio será semejante a los término medio es la -definición de]
sus hojas, y D es atribuida a E. que haya una causa de este efecto, extremos. Si éstos son homónimos. primer extren:o, y por esto toda
puesto que todo árbol que pierde pero no hay necesidad de que todas el medio será homónimo; si se los ciencia se obttene por definiciones
las hojas es un árbol de hojas an- las causas de este efecto existan. considera comprendidos en un gé- y así, el perder las hojas es a 1~
chas; luego toda vid es de hojas an- § 5. A esto se puede responder nero, lo mismo habrá de suceder vez un consiguiente de la vid, y un
chas: v la causa de esta conclusión lo siguiente. Si la cuestión es uni- con el medio. Y así, por ejemplo; término más extenso que ella; por.
es la ~isma pérdida de las hojas."· versal, es preciso que la causa sea ¿por qué hay en ciertas cosas pro- que es también un consiguiente de
§ 3. Pero si estos términos no también entera y universal, y el efec- porción múltiple? La causa sin duda la higuera, aunque sea también más
pueden ser mutuamente los unos to del cual es ella causa debe ser alguna es diferente para las líneas extenso que ella. Sin embargo, este
causas de los otros, siendo la causa igualmente universal. Por ejemplo. que para los números, pero en el atributo, lejos de exceder de todos
perder las hojas es el atributo de fondo es la misma causa. En tanto estOs términos tomados colectiva.
siempre anterior a aquello de que
un cierto y determinado género que se trata de números, la causa mente, es perfectamente igual a
es causa, y siendo la interposición
de seres, ·por más que este género es diferente; pero en tanto que esta ellos. Luego si se toma el término
de la Tierra causa del eclipse, le- medio primitivo, será la misma de-
jos de ser el eclipse causa de la in- tenga por otra parte muchas espe- proporción es un crecimiento de tal
cies; y este atributo pertenece igual- especie, la causa es perfectamente finición del atributo: perder las ho.
terposición; si además, la demos- jas. En efecto, habrá ciertamente en
tración que se hace por la causa mente a todas las especies univer- idéntica. Lo mismo sucede en todos
salmente, sea a las plantas, sea a los demás casos. Pero se dice que el otro caso un medio primitivo que
demuestra por qué la cosa existe, ~erá el estar estos árboles hechos
mientras que la que no se hace por todas las plantas de tal especie. En · es una causa diferente, sólo porque
estos casos diversos es indispensa- se da en un objeto diferente, la que todos de cierta manera, pero en se-
la causa sólo demuestra que la cosn guida el me~io de esta misma pro-
ble que el medio y aquello de que hace que el color sea semejante al
existe; si, por ejemplo, se sabe sólo posición sera que_ la humedad se
él es causa sean de extensión iguaL co!or y la figura sea semejante a
que la Tierra se ha interpuesto, sin coagula, o cualqmer¡¡ otra explica-
y que estos dos términos puedan to- la figura, puesto que semejante es
saber el por qué, puesto que es evi- marse rec[procamente el uno por el ción. ¿Qué es por tanto perder la,;
dente que el eclipse no es la causa un término homónimo en estos dos
otro. ¿Pof qué los árboles pierden casos. De una parte, en las figuras hojas? No es otra cosa que la co-
de la interposición de la Tierra, sino las hojas'? Admitiendo como caus~ agulación del i_ugo generador en la
la semejanza consiste quizá en que
que, por el contrario, la interposi- la coagulación de la humedad, :ii unión de la ho1a con la rama.
tienen los lados proporcionales y
ción de la Tierra es la causa del los árboles pierden sus hojas, es pre· los ángulos iguales; de otra, en los ~ 7. Para expresar por medio de
eclipse. puesto que en la definición ciso que la coagulación se verifiq~~; colores, la semejanza consiste en que figuras el enlace de la causa y de
misma del eclipse es preciso hacer si, por el contrario. la coagulaci?n la sensación que producen es com· aquel_lo de que ella es causa, he aquí
entrar esencialmente la interposición tiene lugar, no en una cosa cualquu:, pletamentc análoga, o en que se cómo habrá de procederse. Supón.
de la Tierra; resulta de todo esto ra sino en el árbol, es preciso que Cl pueda dar cualquiera otra expli<.:a- gase A atribuida a toda B. y ll a
claramente, que el efecto es cono- árbol pierda sus ho¡as. ción de este género. Y así las cosas, cada una de las D. j' más extensa
cido por medio de la causa. y que que sólo son idéntic<~s proporcional- que cualquier~ de ellas: B será po 1•
la cama no lo es por medio del mente, tendrán wmbién un término consiguiente universalmente atribui-
efecto. CAPITULO 17 medio proporcionalmente idéntico. da a las D: porque llamo universal
~ 5. Es muy cierto que la ca u- lo que no co recíprom; y primitivo
,., Aristóteles busca hechos cmplrl- ~ 1. ¿La causa de un mismo universal. aquello respcc:to de lo que
cos para hablar de la relación causa- atributo puede no ser la misma re, cada término aislado no es redpro-
efecto. ''· Cuc,tión planteada en el cap. pre-
pecio de todos los sujetos y ser di· co. pero respecto de lo que. toma-
cedente .
•
214
ARISTÓTELES
SEGUNDOS ANALÍTICOS
215
dos todos ellos colectivamente, son
recíprocos, porque no le exceden. Y evidente que los medios son los rnás leza que el conocimiento de las con· tencia de la_s sensaciones, ~ que en
así B es causa de que A sea atribuí. próximos a los individuos de que clusiones? ¿Hay ciencia de los unos otros la razo':l no se form_a J<.!JUás. y
da a las D. Es preciso, por tanto, son causas; porque ellos son los que y de _las otra;. o no la, hay? ¿Ha)' así la memo:~a, como decunos, viene
que A sea más extensa que B, pues hacen que el pnmitivo esté conteni- ciencia para estas, y algun modo di- de la s_ensacwn; y de la memoria de
de otra manera ¿por qué ésta po- do en el universal; por ejemplo, e ferente de conocimiento para aque- una m1~ma cosa, muc~as _veces repe-
dría ser causa de aquélla más bien es causa de que B sea atribuida a llos? ¿Las facultades que sirven para tida, ,v1ene la expenenc1a; porque
que aquélla de ésta? Luego si A es D; luego C es causa de que A sea conocer Jos principios son adquiri- los recuerdos pueden ser n urnérica-
atribuida a todas las E, todas jun- atribuida a D. B es causa de que A. das por nosotros sin darse en nos- ment~ multiphcados, pero la. expe-
tas ·formarán una unidad diferente sea atribuida a C, y B es cau~a .de otros primitivamente? O bien, dán· rienCia que ellos_ fo~man es Slernpre
de B. Pues de no ser así ¿cómo po- que A le sea atribuida." ·
dose en nosotros primitivamente, una. De la expenenc~a, o sea de todo
dría decirse que A es atribuida a _¿permanecen al principio ocultos? lo universal que. se ha depositado
todo aquello a que lo es E, y que § 4. Creer que nosotros los po- en el alma, ;.tmdad que_ subsiste
E no lo es a todo aquello a que es CAPITULO 18 seamos de esta manera es un absur, siempre, ademas de los obJetos tnúl-
atribuida A? ¿Por qué no habría de de: porque se seguiría de aquí, que, tiples, y que ~s una _e idéntica en
suponerse alguna causa como la que § l. Si las premisas inmediatas teniendo conocimientos más exactos todos estos obJetos, y1en~ el princi-
hace que A sea atribuida a todas no se consiguen de una vez y no que la misma demostración, sin em- pio del arte y de la c:encia; del arte,
las D? ¿Pero las E formarán igual- hay simplemente un término medio bargo nosotros los ignoramos; y por si se trata d~ productr las cosas; de
mente alguna unidad? Esto es lo sino varios términos medios, es de: otra parte, si los adquirimos sin te· la ciencia, si ~e trata de conocer las
que es preciso examinar; y supon- cir, varias causas, ¿es la causa de la nerlos anteriormente, ¿cómo podría- cosas que existen.
gamos, por ejemplo, que sea C. Es inherencia de la propiedad en lás mos conocerlos, cómo podríamos § 6. Por ta?to_, ~stos conocimien-
sabido que puede haber muchas cau- diversas especies el término medio aprenderlos sin un conocimiento an· tos de los pnnctp1os no están en
sas de una misma cosa, pero sin terior? Todo esto es imposible, como nosotros completamente determina-
embargo no tratándose de sujetos que está más cerca del universal pri- ya lo hicimos ver en la demostra· dos· no proceden tampoco de otros
idénticos en especie. Y así, por mario, o el término medio que está ción. Luego evidentemente, ni es po- con~cimientos más notorios que
ejemplo, la causa de la longevidad más cerca de la especie? Evidente- sible que tengamos primitivamente ellos; vienen únicamente de la sen-
mente, la causa es aquello más cer-
es en.los cuadrúpedo~ el no tener estos principios, ni que se formen en sación. En la guerra, en medio de
hiel y en las aves es ser secos o cano a cada especie en particular nosotros sih que tengamos ningún una derrota, c~ando uno de Ios que
en la que se manifiesta, porque esto
cualquiera otra razón.
es la ca~sa de que el sujeto entre conocimiento de ellos, ni facultad huyen se detJen~, otro se detiene
§ 8. Pero si no se llega sobre la dentro del universal. Para ilustrarlo alguna para adquirirlos. también, y despues otro y otro, has-
marcha a un término indivisible, y formalmente: C es la causa de la ~ 5. Y así, es de necesidad que ta que se rehace el estado primitivo
si hay muchos términos medios en inherencia de B en D, de donde e tengamos algún poder de adquirir- del ejército; pues el alma está cons-
lugar de uno sólo, es decir, si hay los, sin que por eso ,esta facultad, tituida de manera que puede expe-
muchas causas, ¿cuáles es entre es- es la causa de' la inherencia de A en - poseída por nosotros, sea superior rimentar una cma seme]ante. 1 ~ § 7
tos términos medios la verdadera D, B de la inherencia de A en e, en exactitud a los principios mis- Esto ya lo hei!l?S dicho antes, per~
causa respecto de los individuos? mientras que la causa de la inheren- mos.
como no lo h1c1mos con toda clari-
¿Es el que se aproxima más al pri- cia de A en B es el mismo B. Ahora bien, esto es lo que parece dad, no tememos repetirlo. Desde
mitivo universal, o el que se apro- 1 encontrarse en todos los animales, el momento en que una de estas
Véase el libro I, caps." 1 y 2 de
xima más a los individuos? § 9. Es este' tratado. puesto que todos tiene'n este poder ideas, entre las que no hay ninguna
innato de juzgar, que se llama sen- diferencia, se detiene en el alma, en
sibilidad. Siendo la sensibilidad una seguida ésta concibe lo universal·
facultad innata en todos los anima- hay sensación del ser particular'
les, va acompañada en algunos de pero la sensibilidad se eleva hast~
SECCIOJ\T QUINTA la persistencia de la sensación, y en lo general. Se tiene la sensación del
otros no. En aquellos en que no tie- hombre, por ejemplo, y no la de tal
n~ ~ugar esta persistencia, el cono- hombre particular, de Callia&. Estas
CAPITULO 19 1 s
te la solución de algunas dudas que Cimiento en general, o por lo menos ideas sirven, por tanto,_~e punto de
necesitamos discutir ante todo. en los casos en que la percepción parada hasta que se fl1an también
§ 1. En cuanto a saber cómo se borra en el momento, no pasa en en el alma las ideas indivisas, es de-
pueden ser conocidos los principios, § 2. Hemos asentado precedente- ellos más allá de la sensación mis- cir universales. As[, por ejemplo
y cuál es la facultad que nos los da mente que no es posible saber nada ma. Los otros, por el contrario, con- se 'para la idea de tal animal en eÍ
por la demostración, sino a condi·
a conocer, nos lo hará ver claramen- servan después de la sensación algo alma hasta que se forma la idea de
ción de conocer los primeros prin- en el alma; y hay muchos animales animal, que sirve también de pun-
1' Es obvio: con el estudio de los cipios, los principios inmediatos. ~ que están constituidos de esta mane- to de parada para otras ideas.
primeros principios culmina su doctri- 3. Pero este conocimiento de los
na de la demostración, materia de es- ra. Pero hay sin embargo entre ellos
lUdio de los Segundos Analíticos. principios inmediatos, puede pregun- la diferencia de que en unos se for- "' El habitus principiorun;, ele los
tarse, ¿es o no de la misma natura- ma la razón a causa de esta persis· escolásticos.
'
216
ARISTÓTHES
i
~
222 ARISTÓTELES
LIBRO VIII
De la práctica de la dialéctica
~e
TÓPICOS 231
230 ARISTÓTIOLES
se sea lo que quiera, como decía debe honrarse a los dioses y amsr
gramática es numéricamente uno, A~tisthenes: o bien que todo está a los padres, tienen necesidad de ser
parecerá probable igualmente que el CAPITULO 11 en movimiento, como sostenía He- reprimidos; y los que dudan si la
arte de tocar la flauta es numérica- ráclito: o bien que el ser es uno, nieve es blanca o no lo es, necesitan
mente uno; y si hay muchos artes
de la gramática, parecerá que hay
§ l. ~na c;~estión ?ialéctica e;¡;
una cons1derac10n que t1ene por fin·,,
según afirmaba Melisso; porque se- tan sólo de la sensación. § 10. Pór
ría una inoce':lt.ada ocuparse de p~n lo tanto, la discusión no debe apli-
también muchos artes de tocar la ya el buscar o evitar una cosa, ya ~F . samientos emrtrdos por un cualqUie- carse a aquellas cosas cuya demos-
flauta; porque todas estas cosas pa- hacérn,osla sabe_r en toda su verdad~' ra en oposición a las opiniones reci- tración esté demasiado próxima o
recen semejantes y del mismo géne- O hace,rnosla Sl_mpJemente conoce~~ . bidas. § 6. También debe entenderse demasiado remota; porque las unas
ro. ~ 5. Y en la misma forma las produc!Cndo directamente por ' Sí por tesis la aserción que pudiéramos no suscitan la duda, y las otras ofre-
proposiciones contrarias a las opi- misma, o contribuyendo por lo níe..:' sostener por medio de razonamien- cen dificultades que no convienen a
niones probables, si se presentan en nos a producir uno de estos efee.:::' tos por contrarias que ellas sean a simples ejercicios.
una forma opuesta, parecerán pro- tos; consideración en la que el vuJ." )as' opiniones vulgares:, por ejemplo,
bables igualmente. Por ejemplo, si go no piensa ni en uno ni en otro que todo lo que existe ni ha llegado
es una opinión probable que es pre- sentido, o piensa en oposición con 8 ser lo que es, ni es eterno, como
CAPITULO 12
ciso hacer bien a sus amigos, es los sabios, o bien sobre la que los dicen Jos sofistas. Y así, según ellos,
igualmente probable que se les debe sabios piensan en oposición con el es imposible que un hombre músico § 1. Después de las distinciones
hacer mal. A esta proposición: que vulgo; o bien, por último, sobre Ja sea gramático, puesto que ni lo ha precedentes, es preciso determh;ar
es preciso hacer bien a sus amigos, que los sabios están discordes entre lJeP.:ado a ser, ni lo es de toda eter- el número de las especies de razo-
corresponde la proposición contra- sí, y el vulgo se divide también en nidad; y esta opinión, aunque pueda namientos dialécticos. § 2" Hay dos,
ria: que es preciso hacerles mal; el mismo concepto. § 2. En efecto, aparecer dudosa a alguno, no por la inducción y el silogismo. § 3. Ya
pero la proposición contraria, bajo hay ciertas cuestiones que es conve. eso deja de poderse sostener con ra- hemos dicho lo que es el silogismo.
forma opuesta es, que no es preciso niente resolver, sea para buscar, sea zones bastante convincentes. § 4" La inducci&n es la transición
hacerles mal. En igual forma, si es para huir de tales o cuales cosas; § 7. Por lo tanto, la tesis es de lo particular a lo universal. Por
preciso hacer bien a sus amigos, no por ejemplo, si el placer es o no un igualmente una cuestión; pero no ejemplo, si es el mejor de los pilotos
lo es hacerlo a sus enemigos; pero bien. Hay otras en que se limitan toda cuestión es una tesis, puesto y de los cocheros el que mejor des-
esta misma proposición entra tam- únicamente a saber; por ejemplo, si que hay ciertas cuestiones sobre las empeña su oficio, podrá decirse en
bién en los contrarios bajo forma el mundo es eterno o no lo es. Hay cuaJe:- no tenemos formado juicio general también que el mejor es el
opuesta; porque lo contrario puro y otras que no se refieren directameli· ni en un sentido ni en otro. Por lo que hace lo mejor.9 § 5. La induc-
simple sería que es preciso hacer te y en sí a ninguna de estas cosas; contrario, es evidente que la tesis es ción es más persuasiva y más clara,
bien a sus enemigos; y lo mismo en pero que pueden, sin embargo, con- verdaderamente una cuestión, pues- más accesible a la sensación y más
todos los demás casos. § 6. En la tribuir a ellas, no por sí mismaS¡ to que resulta necesariamente de lo conocida del vulgo; el silogismo es
comparación que se haga de dos sino a causa de otras cosas, para que se ha dicho, o que el vulgo está más poderoso y más vigoroso para
contrarias parecerá lo contrario pro- que, auxiliados de las primeras, {10' en disentimiento con los sabios, o refutar a los contradictores.
bable aplicado a su contrario. Por damos conocer otra cosa diferente. que los sabios se dividen entre sí lo
ejemplo, si es preciso hacer bien a § 3. También pueden llamarse mismo que el vulgo, siendo la tesis
sus amigos, y si es preciso hacer mal cuestiones a aquellas proposiciones siempre una aserción paradójica. § CAPlTULO 13
a sus enemigos, hacer bien a sus con las que pueden formarse raza. 8. Generalmente, casi tod<~s las cues-
amigos parecerá igualmente lo con- namient.os contrarios. Algunas ve~ tiones dialécticas se llaman tesis. § l. Por lo que hace a los géne-
trario de hacer mal a sus enemigos. ces, en 'efecto, puede dudarse si las Pero imnorta poco el nombre que ros a que se aplican; y de donde
Que sea así o no sea verdaderamen- cosas son o no de tal manera, por- Pueda dárseles, porque no las he- salen los razonamientos, conserye-
te, lo diremos cuando nos ocupemos que en uno y otro sentido se pueden Mos dividido nosotros para crear mos la división ames hecha. En
de las enunciaciones por las contra- alegar buenas razones. Se puede }» denominaciones nuevas, y sí única- cuanto a los procedimientos que po-
rias.8 § 7. Es también evidente que ner igualmente en duda cosas cuya mente para que no ignoremos cuá- drán suministrarnos, según la nece-
todas las opiniones recibidas en cier- explicación no tenemos, porque son les pueden ser las diferencias ver- sidad, silogismos e inducciones, son
tas artes son proposiciones dialécti- graves, y que creemos difícil saber daderas que hay entre ellas. cuatro: primero, saber asentar ·Las
cas: porque se pueden admitir como el por qué. Por ejemplo, es una cues-, ~ 9. Por lo demás, no hay para proposiciones; segundo, poder ru:o-
probables las opiniones aprobadas tión ardua la de saber si el mundo que \omarse el trabajo de examinar nocer las denominaciones diversas
por Jos que se han ejercitado en es- es eterno o si no lo es; porque éstaS l~das las tesis, todas las cuestiones; de cada cosa; tercero, distinguir las
tas materias; y se pensará, por ejem- son cuestiones que puede intentarse solo debemos fijarnos en aquellas diferencias; cuarto v último, saber
plo, cómo piensa el médico en las el resolverlas. G~e pueden ofrecer duda a quien discernir lo semejant~. ~ 2. De es-
cosas que conciernen a la medici- § 4. Y así, las cuestiones Y las SOlo neceoita ser ilustrado por el ra- tas cuatro cosas, tres r10 -son en cier-
na, y cómo el geómetra en las cosas proposiciones son por lo tanto tales ZOnamic:llo, sin que su opinión me-
de geometría, y lo mismo en todo como las hemos definido. rezca ser rejJrimida, o ya ,porgue • Un estudio pormenori1:ado de la
lo demás. ~ 5. La tesis es una opini?n pa: acuse un vacío en la scnsaóón. Y inducción en Primeros Anaiíticus. li
radójica de algún filósofo celeb~- así, por ejemplo, los que dudan si bro !1, cap. 23.
' En ?eri hermeneias. cap. 14. por eiemplo, que nada puede nega
:!
¡¡ 232 ARISTÓTELES
TÓPICOS 233
ll to modo más que proposiciones; nes. Así oímos recibiendo algo que cosas en !oda su verdad; pero en por lo tanto evidente que lo contra-
porque siempre se puede con cada viene de fuera, y no emitiendo algo
una de ellas formar una proposición. dialéctica basta con la verosimilitud rio de lo agudo tiene muchas deno-
que salga de nosotros. El acto de y la probabilidad. minaciones; y si esto es así, lo agu-
Puede decirse, por ejemplo, que se gustar y el de oler se producen de
debe preferir la virtud, o el placer, § 8. Es preciso hacer, hasta don- do debe tener también muchos sen-
esta misma manera. Una observa. de sea posible, todas las proposicio- tidos. Es preciso que lo contrario
o el interés; que la sensación difiere ción análoga podría hacerse respec;,
de la ciencia, en que se puede reco- nes universales; y de una sola, de- sea distinto respecto de cada una de
to de todos los demás casos. § 3 .. ducir muchas. Por ejemplo, si se ha estas cosas; porque el mismo agudo
brar la una después de haberla per- También es preciso admitir conW ·
dido, mientras que no se puede re- sentado, que la ciencia de los opues- no será Jo contrario respecto de lo
principio y como tesis probable, ·la tos es única, es preciso sentar en grave· y de Jo obtuso, por más que
cobrar la otra; y que lo ·sano está que se presenta en todos los casos
con la salud en la misma relación seguida, que la ciencia es única para lo agudo, sin embargo, sea lo con-
o por lo menos lo que se verific~ Jos contrarios, que la ciencia es úni- trario de los dos. Y en un sentido
que lo bien dispuesto lo está con la en la mayor parte de ellos; porque
buena disposición. La primera de es- ca para los relativos. Estas nuevas inverso, lo agudo es en cuanto a la
es admitido por todos los que no proposiciones se. ha de procurar di- voz· lo contrario de lo grave; pero
tas proposiciones nace de la diversi- han observado que suceda otra cosa
dad de significación en las palabras; vidirlas tanto cuanto se pueda, y de- es lo ligero lo contrario de éste en
en algún caso. cir. por ejemplo, que la ciencia es el peso. Y así, lo grave tiene mu-
la segunda procede de las diferen-
¡\. cias, y la tercera de los semejantes. 10
§ 4. También es preciso tomar
las opiniones escogidas en buenos
única para el bien y para el mal; chos sentidos, puesto que su contra-
que la ciencia es única para lo blan- rio tiene igualmente muchas deno-
autores, § 5, y formar con cuidado co y para lo negro; que la ciencia minaciones. Y de igual modo lo feo
listas separadas para cada género, es única para lo frío y para lo ca- es lo contrario de lo bello si se tra-
CAPITULO 14 poniendo aparte, por ejemplo, las liente; y lo mismo en todo lo de- ta de un ser :mimado; y si se trata
opiniones relativas al bien lo mismo más. de una casa, es lo incómodo lo con-
§ 1. Hay tantas maneras de es- que las referentes a la vida, y las § 9. Lo que precede debe bastar trario de lo bello: luego lo bello es .
coger las proposiciones cuantas es- correspondientes al bien tomado en· por lo que hace a la proposición. homónimo.
pecies hay en la proposición misma, toda su generalidad, comenzando § 4. Tratándose de ciertas cosas,
según las distinciones que hemos siempre por su propia definición. los nombres no presentan ningún
hecho. Podemos sentar las opinio- Es preciso también notar cuidadosa· CAPITULO 15 desacuerdo; pero si se atiende a la
nes aceptadas por todo el mundo o mente las opiniones originales de especie, la diferencia se hace en d
por la mayoría, o por los sabios; y cada uno: por ejemplo, la de Em- § l. En cuanto a las denomina- acto evidente: por ejemplo, respec-
entre los sabios, seguir el dictamen pédocles, el cual ha dicho que los dones múltiples y diversas de las to de lo blancu y lo negro, se dice
de totlos, o el de la mayoría, o el de elementos de todos los cuerpos eran cosas, no es posible limitarse a in- que una voz es clara u opaca (blan-
los más distinguidos. Podemos tam- cuatro; porque se puede sostener. dicar tan sólo sus diferentes mati- ca o negra) , como se dice de un
bién exponer las opiniones contra- una aserción emitida por un hom•.: ces, sino que es preciso tratar tam- color. Aquí no hay diferencia en las
rias a las que parecen ser más ver- bre digno de fe. .· bién de dar su explicación. Por palabras; p5o la diferencia resalta
daderas, y todas las que resultan de § 6. Limitánc{onos a dar una li-- ejemplo, no basta decir que el bien atendiendo a la especie; porque no
una práctica especial en un arte. gera idea, diremos que hay tres es• se llama de una manera justicia y se dice de una voz y de un color
Pero en cuanto a las opiniones con- pecies distintas de cuestiones o de valor, y de otra manera vigor y sa- que son claros de la misma manera.
trarias a las que parecen más ver- proposiciones; unas, que son mora· lud; sino que es necesario añadir Esto mismo es evidente cuando me-
daderas, es preciso presentarlas en les; otras, físicas; otras, lógicas: mo- además, que las cosas se llaman bue- dia la sensación; el mismo sentido
forma· opuesta, como hemos dicho rales, como cuando se pregunta si nas, ya porque son de cierta mane- es el que percibe las cosas de la mis-
más arriba. debe un0 obedecer a sus padres an- ra, ya porque producen cierto efec- ma especie; pero no juzgamos por el
§ 2. Es útil igualmente, al hacer tes que a las leyes, cuando no están. to, sin que por_ otra parte se tenga mismo sentido lo claro en la voz y
la elección, no sólo tomar proposi- de acuerdo; lógicas, como, por ej~m· en cuenta su naturaleza especial; y lo claro en el color; juzgamos el uno
ciones que son probables, sino tam- plo, si la ciencia de los contranOS lo mismo en todo lo demás. por la vista y el otro por el oído.
bién aquellas que se aproximan a es única o no lo es; físicas, por
ejemplo, si el mundo es o no eter•
:§ 2. Para saber si, bajo la rela- Y lo mismo sucede respecto de lo
ellas; por ejemplo, que la sensación Ción de la especie, una cosa tiene agudo o lo obtuso en los sabm-es y
de los contrarios es única, porque no. Lo mismo sucede con las cues- un solo nombre o muchos, he aquí en los ángulos; porque el uno co-
la ciencia de los contrarios es tam- tiones. En cuanto a reconocer _las lo que deberá hacerse: § 3. Primero, rresponde al tacto y el otro al pala-
bién única; que el acto de la visión especies que acaban de ser indJCIJ- es preciso mirar si lo contrario tie- dar. Aquí, por lo demás, no hay de-
se verifica recibiendo alguna cosa das, no sería fácil dar el medio para ne igualmente muchas denominacio- semejanza en las palabras, ni res-
del exterior, y no saliendo cosa al- ello por una simple definicióJ?; pero nes, ya difiera en especie, ya en pecto de las mismas cosas, ni de sus
guna de nosotros, porque esto Sü- se puede intentar el distingmr cada nombre; porque ciertas cosas difie- contrarías; porque lo obtuso es lo
cede, en efecto, con otras sensacio- una de ellas por la inducció~, estu- ren a primera vista por el nombre contrarío de lo uno y de lo otro.
diándolas conforme a los eJemplos c¡ue llevan: por ejemplo, lo agudo § 5. Es preciso también obser-
10 Adviértase la diferencia entre pre- que hemos puesto. . de pene por contrario, con relación a var, que en un caso hay un contra-
dicables e instrumentos dialéc~icos § 7. Bajo el punto de VISta l a V?z, lo grave; en cuanto al ángu- rio, y que en otro caso no le ltay
~
(procedimientos). la filosofía, es precise tratar de las lo, lienc por contrario lo obtuso; es para una misma cosa; por ejemplo,
TÓPICOS 235
234 ARISTÓTELES
oUCIJO !o que sucede a tiempo. Mu- § 13. Y no sólo es prcci:so exa-
el placer de beber tiene por contra- tidos aplicados al alma y al cue!Po chns veces es la categoría de la can- minar si los géneros del objeto en
rio la pena ae tener sed; pero no ser sensible tendrá también muchos' tidad, como lo bueno en el sentido cuestión son diferentes y no subor-
existe contrario al placer de com- ya respecto al alma, ya respecto del de la moderación; porque la mode- dinados; sino que es preciso exami-
prender que el diámetro es incon- cuerpo. Y que las expresiones cita-· ración también se llama buena. Y nar además los géneros de lo con-
mensurable con el lado. Y así pla- das aquí son opuestas por privación. así, bueno es una palabra homóni- trario; porque si lo contrario se dice
cer se dice en muchos sentidos. y por posesión, es una cosa de toda ma- Y lo mismo sucede con la pa· en muchos sentidos, evidentemente
Amar, cuando se trata del corazón, evidencia, puesto que los animales labra claro: si se trata de la voz, el objeto en cuestión se dice tam-
tiene por contrario aborrecer; pero tienen naturalmente estas dos espe. significa lo que es armonioso; y si bién en muchos sentidos.
no tiene contrario si se trata del cíes distintas de sensación, una re. se trata de un cuerpo, es un color. § 14. También convendrá aten·
acto corporal. Y -así, amar es evi- lativa al alma y otra referente al Lo agudo está poco más o menos en der a la definición de estas palabras
dentemente una palabra homónima. cuerpo. este mismo caso; porque no se da en composición con otras: la defi-
§ 6. También es preciso tener § 1O. También es preciso aten. el mismo sentido a la palabra agu- nición, por ejemplo, de cuerpo claro
en cuenta las cosas intermedias; por- der a los diversos casos de las pala. do respecto de todos los objetos a y de voz clara; porque quitando lo
que los contrarios pueden así tener bras: porque si se dice just<~mente que se aplica: y así, una voz es agu- que es especial en cada uno de estos
un término medio como no tenerlo; en muchos sentidos, justo se dirá da cuando es rápida, como dicen los casos, será preciso que quede una
o los contrarios pueden tener un in- igualmente en muchos sentidos, por. que conocen la teoría numérica de · sola y misma definición. Pero esto
termedio sin que- sea el mismo para que lo justo debe encontrarse en la armonía; un ángulo es agudo no tiene lugar respecto de los homó·
los dos casos; por ejemplo, lo páli- cada cosa hecha justamente. Por cuando es más pequeño que un án· nimos, como en los ejemplos que
do es intermedio entre lo claro y lo ejemplo, se emplea la palabra jus. WJlo recto; y una espada es aguda acabamos de citar; porque el cuer·
oscuro, si se trata de color; pero no lamente aplicándolo a un hombre porque tiene la punta afilada. po es claro, porque tiene tal color;
hay intermedio si se trata de la voz, que juzga conforme a su conciencia § 12. También es preciso ver, y la voz es clara, porque es armo-
a menos que no sea la ronquera, si y al que juzga como es debido: lo atendiendo a los géneros de las ca- niosa. Quitando el cuerpo de una
es que una voz ronca es una especie mismo sucederá con lo justo. En tegorías, si estos géneros son dife- parte, y la voz de la otra, lo que·
de medio, como pretenden algunos igual forma, si sano tiene muchos rentes de las cosas comprendidas queda en uno y otro caso no es ya
músicos. Luego, blanco es una pa- sentidos, sanamente tendrá también bajo el mismo nombre, y no sub- una sola y misma cosa. Pero la de-
labra homónima lo mismo que ne- muchos. Y así, si lo sano es a la ordinados entre sí; por ejemplo, la finición habría sido necesariamente
gro. § 7. Es posible que en un caso vez lo que produce la salud, lo que palabra asno en griego significa a la la misma para los dos términos, si la
los términos intermedios sean nu- la conserva y lo que la muestra, sa· vez cierto animal y cierto vaso. Pero palabra claro hubiese sido sinónima.
merosos, y que no haya más ·que namente se dirá también en estos la definición que corresponde a esta § 15. Muchas veces, sin aperci-
uno en un caso diferente: por ejem- tres sentidos; de producir la salud,· palabra es diferente en uno y en birse de ello, se desliza la homoni-
plo, para lo claro y lo oscuro en los de conservarla y de mostrarla. Y lo otro caso; porque, hablando del uno, mia insensiblemente en las defini-
colores hay muchos intermedios; mismo sucede con todo lo demás. se dirá que es un animal de tal ma- ciones. Y así es preciso atender a In
para la voz, no habría más que la Cuando se dice que una cosa tiene nera; y hablando del otro, que es definición: por ejemplo, si alguno
ronquera. muchos sentidos, el caso o la infle- un vaso que está hecho de tal modo. llama a lo que muestra la salud y
§ 8. Es preciso examinar tam- xión de que ella es susceptible, K Si los géneros están subordinados, a lo que contribuye a la salud, un
bién si el término opuesto bajo for- dirá también en muchos sentidos; no es necesario que las definiciones debido equilibrio en la salud, es pre-
ma contradictoria tiene muchos sen- y si el caso tiene muchos sentidos, sean diferentes: por ejemplo, animal ciso no rechazar esta definición;
tidos; porque, si tiene muchos, su muchos tendrá también la cosa. , V pájaro son los géneros del cuervo; pero también hay que examinar lo
opuesto tendrá muchos también: por § 11. También es preciso examl· c~ando decimos que el cuervo es un que en uno y otro caso se ha lla-
ejemplo, no ver se entiende de mu- nar cuáles son los géneros de las pa.]aro, decimos también que es un mado debido equilibrio, y asegura¡·-
chas maneras: una, no tener vista; categorías aplicables a la pala~ra, Y ammal de tal especie, de suerte que se, por ejemplo, si en el uno se ha
otra, no ejercer el acto de la visión; ver si los géneros son los m1sm0$ estos dos géneros se le atribuyen a comprendido por esto lo que es ca-
pero si no ver se dice en muchos para todos los casos; porque si no la vez; y asimismo cuando decimos paz de dar la salud, y si en el otro
sentidos, es necesario igualmente que son los mismos. es que evidentemen- que el cuervo es un animal con alas, se ha comprendido por esto Jo que
ver se diga también en muchos sen- te el nombre de la cosa es homó- bí.~edo, decimos también que es un sirve por naturaleza para mos!rar
tidos; porque en ambos sentidos nimo: por ejemplo, lo bueno, en pa¡aro; de esta manera Jos dos gé- el verdadero estado de la salud.
debe no ver tener su opuesto; por materia de alimentos, es lo que P~ nt·r?s ;,on atribuidos al cuervo. y la § 16. Además es preciso exami-
ejemplo, tener la vista y no tenerla; duce placer; y en la m~dicina esdel defmición de cada uno de ellos le nar si las cosas pueden ser compa-
y verificar el acto de la visión y no que produce la salud. S1 se trata de conviene igualmente. Pero no sucede radas bajo la relación del más y del
verificarlo. alma, lo bueno consiste en serb'o este: cuando los géneros no son sub- menos, o bajo la relación de la se-
§ 9. También es preciso atender tal o cual manera, como ser 511 • 1~ Otdmados entre sí; cuando decimos mejanza. Así, por ejemplo, se com-
al sentido que se saca de la priva- l· usto o valiente· y lo mismo 51 vaso, en manera alguna decimos ani· parará una voz clara y una capa de
ción y de la posesión; porque si una ·tratase
' del hombre.' A 1gunas veces
. ,.,. ~al; Y recíprocamente, cuando dc- color claro, un gusto agrio y una
de las dos tiene muchos sentidos, la es el tiempo la categona · de1 •su¡c 1"'
•n Cilmos animal no decimos en modo voz agria: porque ninguna de estas
otra tendrá también muchos. Por por e¡emplo, . e1 b'1en que se< hace r; a ):(Uno vaso. ' cosas se dice que es clara o agria, ni
ejemplo, si sentir tiene muchos sen- tiempo oportuno; porque .e
'II:•m;l
l
236 ARISTÓTELES TÓPICOS 237
bajo la relación de la semejanza, de las cosas bajo los puntos de vis. m1smo género, si tienen todas algo nunca sobre palabras, a menos que
ni bajo la relación del más y del me- ta que hemos dicho o bajo otros de idéntico. Por ejemplo, las seme- el ~dversario no pueda disertar de
nos. Luego las palabras claro y agrio análogos. ¡anzas del hombre, del caballo, del otra manera sobre el objeto de que
son homónimas; porque toda pala- perro; porque, por el hecho mismo se cuestiona.
bra sinónima puede ser comparada de haber en ellos algo de idéntico, § 6. Encontrar las diferencias
en sus diversos sentidos; y los obje- CAPITULO 16 entre las cosas es útil para formar
. estos seres son semejantes.
tos sinónimos serán, o semejantes, o los silogismos que recaen sobre lo
diferirán en el más y en el menos. § l. En cuanto a las diferencia$' mismo y sobre lo diferente, y para
§ 17. Como en las cosas de gé- es preciso examinarlas en los géne= conocer la esencia de cada cosa.§ 7.
neros diferentes y que no están sub- ros mismos, comparando unas con CAPITULO 18
Es desde luego evidente que esta in-
ordinadas entre sí, las diferencias otras. Por ejemplo, es preciso inda: dagación es útil para formar los si-
gar en qué difiere la justicia del vj¡. § 1. El estudio de las diversas
son también diferentes en especie, denominaciones de las cosas es útil, logismos que recaen sobre la iden-
y así, por ejemplo, para el animal y lor, y en qué la sabiduría de la prl¡: tidad y diversidad de las cosas;
dencia; porque todas estas diferen, en cuanto da claridad a las discu-
para la ciencia, las diferencias son . siones. Se sabe mejor lo que se sos- pórque una vez encontrada una di-
distintas, es preciso examinar si las cías pertenecen al mismo género, 'a ferencia cualquiera entre los objetos
la virtud. § 2. Algunas veces es pre..:' tiene, cuando se conocen los diver-
cosas comprendidas bajo el mismo .sos scn1idos ele la cosa sobre que se propuestos, resulta ya demostrado
nombre son diferencias de géneros ciso pasar de un género a otro, cuan- que no son una misma cosa. § 8.
do las cosas no están muy lejanas cuestiona. § 2. Sirve también para
distintos, y no subordinados entre hacer recaer los silogismos sobre la Esta indagación sirve también para
sí, como lo agudo de la voz y u'1a de otra, e il)dagar, por ejemplo dar a conocer la esencia de la cosa,
en qué difiere la sensación de 1~ cosa misma, y no sólo sobre la pa-
lo agudo del ángulo. Una voz, en labra que la designa. Si no se saben porque ordinariamente se determina
efecto, difiere de otra voz en cuan- ciencia; § 3, porque las diferencias la definición propia de la esencia
entre las cosas que están muy lej¡; perfectamente todos los sentidos de
to es aguda; y de igual modo el la cosa, es muy posible que el que de las cosas mediante las diferen-
ángulo difiere del ángulo. Por lo nas, son perfectamente evidentes. cias especiales. de cada una de
Interroga y el que responde no ha-
tanto, agudo es una palabra homó- gan recaer su pensamiento sobre el ellas.
nima; porque constituye diferencias mismo objeto. Por lo contrario, § 9. La indagación de las se-
entre géneros muy diversos y no CAPITULO 17 roando se saben claramente todos mejanzas es útil para los razona-
subordinados entre sí. Jos sentidos de la cosa, y se sabe mientos por inducción, para los si-
§ 18. AJemás, es preciso ver si § l. La semejanza se puede en- lambién sobre qué pretende el in- logismos por hipótesis y para la
las diferencias son distintas para los contrar hasta en cosas que son de . ·terlocutor hacer recaer su tesis, se- exactitud de las definiciones que se
géneros colocados bajo un mismo géneros diferentes, en cuanto se ha· ria ridículo que la persona a quien hacen. § lO. Es útil para los razo-
ilombre: por ejempln, el color cuan- !la que la relación entre el primer ;;:~terroga no dirigiera su razona- namientos por inducción, porque
do se trata de los cuerpos, y el color térmit\o y el segundo en uno de 101 "':llliento ateniéndose al mismo sen- por la inducción particular de los
cuando se trata de los cantos. El géneros es semejante entre otros dos if~O. § 3. Además, ~ste estudio es casos semejantes es como creemos
color, cuando se habla de cuerpos, términos en un género diferente. PQr '•f:l5' 4ttl a la vez para evitar que se nos poder inducir lo universal; porque
es el que hace que podamos distin· ejemplo, la relación que la ciencia ,f~gan paralogismos, y que nosotros sería muy difícil inducir, si no se
guír y comparar las cosas por la tiene con la cosa sabida, la sensá• ;:rloS hagamos a los demás; porque, conociesen las semejanzas. § 11. Es
vista; pero las diferencias no son ción la tiene con la cosa sentida. :" Jabiendo todos los sentidos de una útil para formar silogismos por hi-
en manera alguna las mismas res- § 2. La semejanza puede consisrir \~cosa, no podemos dejarnos engañar pótesis, porque es probable que lq
pecto del color que se da en los can- en que en igual forma que una pJi. ;, ~ ur. panlogismo; y advertiremos que es de tal manera en uno de los
tos. Y así. la palabra color es homó- mera cosa se da ,en una segund8, ;: des,dc luego si el que interroga no casos semejantes, sea también lo
nima, porque las diferencias son otra cosa distinta se da en otra: así, ;:,,dlnge su razonamiento sobre el mis- mismo respecto de todos los demás.
idénticas respecto de cosas idénticas. por ejémplo, lo que la vista es en r;;-:110 objeto que tenemos en nuestro Y así, cualquiera que sea el seme-
§ 19. Además, como la especie el ojo, el entendimiento lo es en el ,.;;fl!ensami~nto. Y si somos nosotros jante de que podamos hablar, sen-
de una cosa jamás es su diferencia, alma; y también lo que la calrnt ::~.los. que mterrogamos, podremos ha- taremos desde luego como princi-
porque, por ejemplo, hombre y buey es en el mar, la ausencia del viento <;«~' Paralogismos, si el que nos res- pio incontestable, que lo que para
no son diferencias, mediante a que es en el aire; en ambos casos ba1 .;,rde no sabe todos los sentidos este caso semejante valga, valdrá
ambos son especies, es preciso exa- reposo. ;C' Yer~os de la palabra sobre que se igualmente para el objeto sobre que
minar en las cosas incluidas bajo el § 3. Entre las cosas que esWt ;¡k::Sltona. ~ 4. Esto, por lo demás, se discute. Entonces, una vez que
mismo nombre, si la una es especie a grandes distancias es respecto de hayamos probado ese mismo caso
',1;¡~:!)/ltoes pos1ble en todos los ~asos;
y la otra diferencia. Por ejemplo, lo las que importa principahnen!e eJcr: ' •'~i;,~ pueden hacerse paralogrsmos que sabemos, habremos demostrado
claro es una especie del color piara citarse en descubrir sus semeJan~ t\"'"' 111 do, de los diversos sentidos de también, conforme a nuestra hi?ó-
el cuerpo; es una diferencia para la porque podremos hallar ento J;.. ~tosas, unos son verdaderos y tesis, el caso que se discute; porque,
voz, en cuanto que una voz difiere más fácilmente J.as semejanzas eff~ ~-•: llitt fal~os. § 5. Pero esto n? es un habiendo supuesto que lo que es
de otra voz porque es clara. demás casos. § 4. Lo cual no O ~'i:\ .~~ >erdaderamente propto de la verdad respecto de los casos cono-
~ 20. Es preciso por lo tanto es- a que se examine igualmsnte re:¡ ~<; Cl:lld thca; ';! los dialécticos han de cidos lo es también en cuanto al
tudiar las diversas denominaciones pecto de las cosas que estan en l arse s1empre de no disertar caso que se cuestiona, resulta que
·!ií:'
}· .
j;
238
ARISTÓTELES
•
Ldo. refutar, es prccJso tomar los eJcm-
tas palabras que en las definiciones chos sentidos, se objetará que el m·
242
ARISTÓTELES TÚl'ICUS 243
plos opuestos a la tesis del adversa- Ja palabr<l misma, entonces poscerú, oc habrá hcl'lm ver la no existcnci<J
rio y dejar a un lado todo lo demás. § 2. Para probar que los contra. ya la gramút_ica, _Ya la 1~1úsica ~) cual- del sujeto sobre que se cuestiona.
Esto es lo que debe hacerse hasta rios se dan en un mismo sujeto es quier otr<t cJenc1a, o b1en sera nom- ~ 6. Ha de atend.::rse también al
con los ejemplos opuestos. Cuando preciso atender al género de ~te brado por derivación de una Jc e~ tiempo >i ha) alguna discordancia;
no se sabe en cuántos sentidos pue- sujeto; por ejemplo, si queremO$ tas ciencias. por eJemplo, gramático como, por ejemplo, si el interlocu-
den tomarse las palabras, es preciso probar que. en la sensa~ión puede 0 músico. Luego si el interlocutor tor dice que lo que se alimenta debe
afirmar, valiéndose de Jos mismos hab~r exa~t1tud y error, d~remos qúe afirma algún atributo que procede crecer neccsdriamcntc; purgue se le
lugares, que tal cosa es o no el atri- sentir es JUZ:_gar; que se pu_ede juz~. de una manera cualquiera del géne- puede responder que los animales :,e
buto de tal otra. Por ejemplo, que gar mal o b1en, y por consiguiente· ro. por ejemplo, que el alma está alimentan siempn:, y que, sin em-
la ciencia se aplica a tal cosa, ya que puede tener lugar en la sensaE ~n movimiento, es preciso examina~· bargo, no siempre crecen. La misma
como ciencia del fin de esta cosa, ción la exactitud o el error. La !Je.., si el alma puede moverse siguiendo objeción puede hacc:rsc :,i el inter-
ya como ciencia ele los medios que mostración tiene aquí lugar partiei:í• cualq uicra de las especies Je movi- locutor ha dicho que sab~:r es recor-
sirven a este fin, ya como ciencia do del género a la especie; juzgar miento: por ejemplo, si puede au- dar; porque en este caso uno de los
de los accidentes de esta cosa, lo es género co!l relación a sentir; 'POI:~ m¡;ntar o disminuir, o ser destruida. sentidos se refiere al tiempo pasado,
mismo que se puede probar también que el que s;ente forma una especie o mcer, o tener cualquiera otra de el otro ~e refiere al presente y al
que el sujeto de que se trata no es de juicio. A la inversa, se puede las cspcc:it·s de movimiento; porque porvenir. Puede decirse que se sabe
de ninguna de las maneras enun- ir de la especie al género; porque si no se mueve según ninguna de lo presente y lo porvenir; por ejem-
ciadas. El mismo razonamiento que todos los atributos de la especie son cHao. e:: "" idente que no- se mueve. plo, se ;;abe que habrá un eclipse
se hace aquí respecto de la ciencia, también del género; por ejemplo, si Este lugar común, por lo demás, es de Sol; pero el acordarse sólo cabe
podría hacerse con relación al deseo, la ciencia es buena o mala, la dispo- útil en los dos sentidos; esto es, respecto a lo pasado.
y en general a todas las cosas que sición es igualmente buena o mala;. para dcknder y para refutar la tesis;
son aplicables a otras muchas; por- porque la disposición es el género· porque si el alma se mueve según
que el deseo se aplica a tal cosa de la ciencia. Y así el lugar común una de las especies de movimiento,
como fin, como el deseo de la sa- anteriormente indicado es falso; pero es claro lJUC se mueve; y si no se CAPITULO 5
lud; o a cosas que sirven a este el segundo es verdadero cuando se mueve según ninguna de dichas es-
fin, como el deseo de cui.darse; o trata de defender la tesis; porque pecies. es claro que no se mueve. § 1. También hay una manera
a cosas puramente accidentales~ así, no es necesario que todo lo que es § 4. Cuando faltan argumentos sofistica de,discutir, que consiste en
el que gusta de las cosas dulces, atribuido al género lo sea igualmen- para refutar la tesis, es preciso tra- llevar al ad,versario a un punto en
desea beber vino, no porque el vino te a la especie. Y así el animal d.· tar de sacarlos de las definiciones el que podemos tener argumentos
es vino, sino porque el vino es dul- alado y cuadrúpedo, pero el hombte"' reales del objeto sobre que se cues- en abundancia. Este punto es unas
ce. Desea en sí lo que es dulce, y no lo es. ·Por lo contrario, todo 19: tiona o de definiciones simplemente veces necesario, y otras sólo lo pa-
no desea el vino sino por acciden- que es atribuido a la especie, Jo·!'. probables; y si una sola definición rece; y otras ni es necesario ni pa-
te; y la prueba es que si el vino es necesariamente al género; si el hom.;, no las suministra, es preciso exami- rece serlo. Es necesario, cuando, ha-
agrio, no lo quiere; luego sólo lo bre es virtUoso, el animal es iwaf.i:: nar muchas; porque una vez que se biéndonos negado el que nos res-
desea por accidente. Este lugar co- mente virtuoso. Si se trata de refut!f ., ~ haya formado una definición. es mu- ponde alguna aserción indispensa-
mún se aplica útilmente, sobre todo, la tesis, entonces el primero es w • cho más fácil atacar la tesis. pues ble para sostener la tesis, debemos
a los relativos; porque las cosas de verdadero y el segundo el fal~J.: el ataque contra las definiciones es dirigir la argumentación sobre este
este género son casi todas relativas. porque todo lo que se niega de! .P: .
nero se niega igualmente de la
pecie, mientras que todo lo. que te
* siempre más fácil. punto negado, y e~te punto es pre-
§ 5. Es preciso ver también, res- cisamente uno de aquellos sobre los
niega ;de la especie no se mega ne- . pccto al sujeto propue;:tu. de qué que tenemos numerosos argumentos.
CAPITULO 4 cosa es l:ste su jcto c(.'tHi r.t..J icn te, o Lo mismo succ:de cuando el adver-
cesariamente del género. .·C(Io< •·
~icn ver qué es Jo que exi::te necesa- sario, que como resultado de L.1 te-
§ l. También puede ser conve- § 3. Es indispensable que las ., ·. fl~mentc dc,dc el momentL) que est~ sis ha hecho una inducción de al-
niente servirse de una palabra más sas a que es atribuido el. género ro- liU¡cto ''xistc. Cuando se quiere de- gún término nuevo. in tcnta dcstru ir-
conocida; por ejemplo, vale más de- ciban igualmente por atnbuto algd-
cir que ·una expresión es clara que nas de las especíes; y todo Jo J:t.· fender la ksis. es preciso ver de quf lo; porque, destruido este término,
Co~a este ~ujc:to es el consiguiente; dc:;;truida resultad también la tesi'
no que puede ser exactamente com- tiene el género se nom_bra por icftf !JOryLlc 'i ó-c prueba que esta cosa, de que "-C trata. Algunas veces e:.:tc
prendida, y en lugar de actividad es vación parónima. del genero, Y t M . tuyu c:\ickncia llc\'a ct)llsigo la Jcl punto de la discusión sólo tiene la
quizá preferible decir amor al tra- también _necesan_amentc alguna~'«'·."····· ~Uictu. niste. se habrá demostrado apariencia de ncccsa1 io. cuando pa-
baio. Siendo más conocida la nueva las especies, o bien se nombra por .;· ; I~II;J!m,·ntc: que el sujeto que se· cucs- rece útil y dci todo e'pecial de l<J
palabra que se elige, se hace tam- d~rivación_ de ~lgu!!a de el_lb~Ída a · . ~t>r:a. n;~lc Por lo contnorio, cuan- tesis sin ocrlu c,in .cmbmgo rcalncn-
biéJ¡ Tn<ís fácil el refuta¡· la tesis. e 1emplo, s¡ la cien~Ia. es atne 1 f1 d~ ~~ LJl'•cTC refutar la t~:,1s, se 111 .. re. se;¡ purquc ci·-quc smticnc b
Este lug<Jr común es, como los que alguno es imprescmd1ble qu • Yq ..l.L
•lga <lLJLdlo q ut" exi stc por el hecho tesis niq:ue e~tc pullt'~. :::e;¡ porque.
- ' , · 0 cua 1 1"'"'"'
preceden, aplicables en lo5 dos sen- gramática, ya la mus¡ca 'buida• Á ID15~ 0 J, · · ·
tidos, ya pam sostener, ya para re- ra otra ciencia, le sea _amo se
al12uno posee b CJencta.
le
·ma de
~
• .... te ex1st1r e1 su¡cto; pcrquc temiendo una ind:1ccióú que probu-
$¡se prul:ba que el con.sigui'cnic del blum:ntc la tcsi, le obli¡;arí;_¡ a ha-
futar una aserción. ,,
,igna ·
por dcnvacwn·, par6m !U¡cto dado no exi~tc. con sólo cqo cer este pu111u. intcntc de,'truirlo:
244 ARISTÓTELES TÓPICOS 245
~ :.
El último caso tiene lugar cuan- igualmente respecto del otro. Este mente contrario a lo habitual; por- los dos atributos contrarios puede
do este punto, sobre que recaen las lugar común puede servir a la vez que siempre lo contrario· de lo combinarse con cada uno de los dos
argumentaciones, no es ni necesario en los dos sentidos; porque basta habitual tiene menos extensión que sujetos, y esto de dos maneras. Por
ni parece serlo, y es posible al inter- haber probado que uno de los con- Jo habitual mismo. Si se dice, por ejemplo, hacer bien a sus amigos y
locutor que responde refutar a su trarios se da en el sujeto, para que ejemplo, que los hombres por lo co- mal a sus enemigos: o bien a la
adver813rio de una manera muy dis- resulte demostrado igualmente que mún son malos, los buenos en este inversa, hacer mal a sus amigos y
tinta. Sin embargo, es preciso estar el otro no se da: y recíprocamente mismo hecho son menos numerosos bien a sus enemigos: o también pue-
en guardia respecto de este modo si probamos que el uno no se da' que los malos. Y así se habría erra- den los dos atributos contrarios re-
de discusión, que acabamos de in- habremos demostrado sólo con estÓ do mucho más aún, si se hubiera ferirse a un sujeto único, y estó tam-
dicar en último lugar, porque pare- que el otro se da. Luego evidente- dicho que los hombres eran nece- bién de dos maneras. Por ejemplo,
ce estar completamente alejado y mente este lugar es bueno, así para sariamente buenos. Lo mismo acon- hacer bien, hacer mal a sus enemi-
como fuera de la dialéctica. El que refutar, como para sostener la tesis. tece, si lo que depende del azar se gos; o hacer bien, hacer mal a sus
responde debe evitar las dificulta- § 2. También se puede atacar al ·toma como necesario o como habi- enemigos. O bien, por último, un
des, conceder aquellos puntos que a¡:ivcrsario transportando· la discu- ~al; porque lo que depende del azar solo atributo puede decirse de dos
no son útiles a la discusión, reser- sión de la palabra a su explicación no e<> necesario ni habitual. Ahora sujetos a la vez, y esto también de
vándose siemp;e el indicar los que etimológica, mediante a que es más bien; es posible que, aun sin haber dos meneras: hacer bien a sus ami-
concede, por más que sean contra- conveniente tomar ésta que conser· dicho el interlocutor positivamente gos y hacer bien a sus enemigos, y
rios a su opinión personal; porque var la palabra bajo su forma pro. que toma el hecho como habitual o hacer mal a sus amigcs y hacer mal
el interlocutor que interroga se ve pia: por ejemplo, podrá decirse que como necesario, siendo la cosa sim- a sus enemigos. Las dos primeras
ordinariamente más embarazado con el hombre valiente no significa el plemente habitual, se discuta como combinaciones indicadas no dan lu-
esta clase de concesiones, si no lle- hombre lleno de bravura, según la, si el interlocutor la hubiera hecho gar a oposición, cuyos términos se
ga a concluir. 4
acepción recibida, sino que esta ex· .absolutamente necesaria. Por ejem- excluyan; porque hacer bien a sus
§ 2. Además, desde el momento presión significa el hombre que tie- plo, sí ha dicho, sin determinación amigos no es contrario a hacer mal
en que se ha dicho una cosa cual- ne coraje en el corazón. Así como precisa, que les jóvenes abandona- a sus enemigos; son dos cosas que
quiera, se han dicho en cierto sen- se puede entender por estar atento dos son viciosos, es posible que se pueden existir a la vez y que pro-
tido muchas; porque cada cosa el que espera alguna cosa, y por di· discuta contra él como si hubiera ceden del mismo sentimiento. Hacer
arrastra tras de sí necesariamente choso aquel cuyo genio es virtuoso; sentado que lo son necesariamente. mal a los amigos tampoco es con-
otras varias: por ejemplo, si se dice lo cual hacía decir a Xenócrates, § 4. Es preciso ver también, si trario a hacer bien a los enemigos;
que el hombre existe, se dice implí- que es dichoso aquel que tiene el . se ha tomado la cosa misma por porque son dos cosas que deben evi-
citamente también que el animal alma virtnosa; porque sostiene que ) accidente de la cosa, suponiéndola tarse y que proceden ambas del mis-
existe, que el animal es vivo, que el alma es el genio de cada uno de :{i!· una cosa diferente porque el nom- mo sentimiento; porque lo que debe
es bípedo, y que es susceptible de nosotros. :xi:~ bre es diferente. Así Prodico dividía evitarse no puede ser contrario de
inteligencia y de ciencia. Y así, que § 3. Unas cosas son de toda neo: · i·;'; indebidamente los placeres en ale- lo que debe evitarse, a no ser que lo
se destruya una sola de estas con- cesidad, otras lo son ordinariamen· ..;,. '·i''' grfa, pasatiempo, contentamiento; uno. sea por exceso y lo otro por
secuencias, y resultará destruido te, y otras lo son indiferentemente · ·~· porque éstos son nombres de una defecto; porque lo mismo el exceso
también el principio mismo que las según la casualidad. Si se afirma lo :;{sola .Y misma cosa, del placer. Lue- que el defecto deben evitarse. Pero
produce. Ahora bien; es preciso no que es necesario como si fuera sim· ~!. go SI alguno atribuye regocijarse a las otras cuatro combinaciones pro-
abandonar el punto combatido para plemente ordinario, o lo que 7s or· ·~;. tener placer, no hará más que dar ducen oposiciones, cuyos términos
pasar a otro más difícil; porque tan dinario como si fuera necesariO, ya ;:·.por atributo la cosa a la cosa mis- se excluyen. Y así, hacer bien a sus
pronto es más fácil refutar la con- se tome lo ordinario mismo, ya lo , Jna.s amigos es lo contrario de .hacerles
.,__,,~,
secuencia, como lo es el refutar el contrario ~de lo ordinario, siempre mal; porque proceden de un sen-
objeto mismo. presta esto materia para atacar. Si t~~.,é · CAPITULO 7 timiento enteramente contrario; lo
se considera lo que es nece~arlo :~~r~ uno consiste en hacer y lo otro en
como simplemente habitual, eviden- ~~i;;t '§ l. Como los contrarios se com- evitar. Lo mismo sucede en las de-
CAPITULO 6 temente se da por supuesto que ·~;¡.~,blnan de seis maneras, y en cuatro más combinaciones. En cada par,
el atributo no se da en todo e! su: ''-de estas combinaciones forman opo- en efecto, una de las cosas se ha
§ 1. Siempre que uno de los dos jeto, cuando se da en todo el suJe~: ::lieiones cuyos términos se excluyen, de hacer, y la otra se ha de evitar;
atributos contrarios se da necesaria- y entonces se incurre en u_na eqhl ~lerá preciso tomar los contrarios en la una procede de un sentimiento
mente en el sujeto, por ejemplo, la vocación. Si, por lo contrano, se '~sentido en que sean útiles, ya para bueno, y la otra de uno malo. Es
salud o la enfermedad en el hom- dicho que lo más habitual es ne<» . ~tener, ya para refutar la tesis. por lo tanto claro, conforme a lo
bre, si tenemos numerosos argumen- sario, se incurre también en e~ , •·TUtde verse sin dificultad que los que acaba de decirse, que puede su-
tos para probar que el uno se da o porque se supone entonces qu~ to. r·nt COntrarios se combinan de seis ma- ceder que una tnisma cosa tenga
no se da en el sujeto, los tendremos atributo se da en todo el suje. • ··f\};¡;fletas: por lo pronto, cada uno de muchas contrarias. En efecto, hacer
cuando no se da en todo el ~ bien a sus amigos tiene por contra~
• Lugar importante para las refuta- to. Lo mismo sucede, si se ha .to le- J'5H~~ Véase el diálogo platónico Carmi- rio hacer bien a sus enemigos y ha-
ciones sofísticas. do como necesario lo que es simP ~·;~ . cer mal a sus amigos. Y lo mismo
2C:6 AR!STÜTEL!o::>
sucede con todos los demás pares. la parte conntpisciblc, el odio no TÓPICOS 247
Mirando la cosa bajo este punto de es la consecuencia de la cólera,
vista, se verá que cada una de estas mismo razonamiento tiene lugar, si
a otra tampoco lo es. Y lo mismo si por privación y posesión. Sólo que
aserciones tiene dos contrarias. Lue- ¡0 que no es agradable no es bien, la consecuencia inversa no tiene ja-
se dice que la parte concupiscible se sigue que el bien es agradable. más lugar en las privaciones; y es
go es preciso lomur aquella de lus
del alma es aquella a la que perte. y así evidentemente, la consecuen- siempre necesario que la consecuen-
'f. contrarias que pueda servir a la te- nece la ignorancia; porque sería e¡¡.:
sis que se sostiene. cia tornada en sentido inverso por cia sea directa; por ejemplo, la sen-
paz de ciencia si fur;:se capaz de:ig- contradicción es igualmente útil para sibilidad es el resultado de la vista.
§ 2. Además, si hay un contra- norancia: cosa que no puede ser
rio del accidente, es preciso exami- sostener la tesis y para refutarla. y la insensibilidad es el resultado
puesto que la parte concupiscibJé § 2. Con respecto a los contra- de la ceguera; porque la sensibilidad
nar si se da en el sujeto, al que se del alma no es capaz de ciencia. Es
dice pertenecer el accidente; porque preciso emplear este lugar común ríos. es preciso examinar si lo con- es opuesta a la insensibilidad como
si el uno se da, el otro no puede lo repito, cuando se quiere destr.tk trario es el resultado de Jo contra- posesión y privación, puesto que una
darse, mediante a que es imposible la tesis. Pero cuando se la quiere rio. sea en el sentido directo, sea en de estas cosas es posesión y la otra
que los contrarios se den a la vez sostener, no es posible servirse de . el sentido inverso: y este lugar es privación .
en una sola y misma cosa .. útil para sostener o para refutar la § 4, Es preciso proceder respecto
este lugar que sienta, que el accj. tesis. Aquí también conviene proce- de los relativos corno se hace con
§ 3. O bien, es preciso, ver si dente se da en la cosa: siendo en
der pcr inducción siempre que se la posesión y la privación; porque
se ha afirmado algún accidente, cuya tal caso más útil el que establece:
considere conveniente. Y así la con- en cuanto a ellos también sólo tiene
existencia lleve consigo necesaria- que puede darse en ella; porque des-
secuencia es directa en casos como lugar la consecuencia directa. Por
mente la existencia simultánea de de el momento en que se ha pro-
el siguiente: el valor y la cobardía ejemplo, si el triplo es un múltiplo,
los contrarios. Por ejemplo; si se bado que el sujeto no es susceptible
tienen por consiguiente, aquél la vir- lá tercera parte será igualmente su
ha dicho que las ideas están en nos- de recibir el contrario, en este mis- submúltiplo; porque el tri plo es re-
otros, se seguirá de aquí que las mo hecho se ha probado también, 1ud y ésta el vicio; la una, la virtud,
tiene por consiguiente, que es pre- lativo respecto de la tercera parte
ideas estarán a la vez en movimien- que no sólo el accidente no se da corno el múltiplo lo es respecto del
to y en reposo, serán sensibles e in- en el sujeto, sino que no puede dar· ciso buscarla; el otro, que es pre-
ciso huir de él; y de igual modo, submúltiplo, Otro ejemplo: si la
teligibles; para los que creen en ]a se. Pero si probamos que el contra- ciencia es percepción, lo que es sa-
existencia de las ideas, las ideas es- rio se da en el sujeto, o que el sujeto respecto de estos dos últimos térmi-
nos, la consecuencia es también di- bido será igualmente percibido; y si
tán en reposo y son inmóviles e in- es susceptible de recibir el contra· la vista es sensación, lo que es visto
teligibles. Pero una vez dadas en rio, no por esto habremos demoslra· recta, puesto que lo que hay que
buscar es lo contrario de aquello de será igualmente sentido. Puede ob-
nosotros, es imposible que sean iñ- do que lo contrario se da en el su- jetarse que en los relativos la con-
móviles; porque desde el momento jeto: sólo habremos hecho ver que . que hay que huir. Lo mismo sucede
en que nos movernos, es necesario puede darse.
·:, en todos los demás casos. Por lo secuencia no es necesaria tal como
'r:,;'contrario, la consecuencia es en sen- se ha dicho; porque lo sensible es
que todo lo que está en nosotros se
mueva también con nosotros. Tam- ca:b\ tido i~verso, como cuando se dice, sabido, mientras que la sensación no
es ciencia. Sin embargo, esta obje-
··;:·por eJemplo: la salud es el resul-
bién es evidente, que si las ideas CAPITULO 8
están en nosotros, serán sensibles;
f; tado de una buena constitución; y ción no parece fundada; porque
'f:i" en lugar de decir que la enfermedad puede sostenerse, como lo hacen
porque por medio de la sensación y § 1. Como las oposiciones de JOr .es el resultado de una mala consti- muchos filósofos, que no puede ha-
de la vista reconocernos la forma contrarios que se excluyen son cua- tución. se dice, por lo contrario, que ber ciencia de las cosas sensibles.
que se da en cada objeto."' tro, es preciso examinar también las la mala constitución es el resultado Este lugar, por lo demás, no sería
§ 4. Además, si el accidente es contradicciones trastrocando la COD· de la enfermedad. Es claro que aquí menos útil para probar lo contrario;
atribuido a un sujeto que tiene un secuencia regular, ya se sostenga 11 1~ c~nsecuencia tiene lugar en sen- por ejemplo, que lo que es sentido
contrario, será preciso examinar si tesis, ya se refute. En este caso se lldo mverso; pero esta consecuencia no es sabido, mediante a que' la
este sujeto, que recibe el accidente, debe proceder por inducción; por 1 la inversa raras veces tiene lugar sensación no es ciencia.
recibe igualmente el contrario; pues- ejemplo, si se dice que el hombre Ct para los contrarios, y las más veces
to que es una cosa misma la que animal, se sigue que lo que no Cl es la consecuencia directa la que se
es susceptible de los contrarios. P:..r animal no es-hombre. Y lo misn» etnplea. Luego si lo contrario no si- CAPITULO 9
ejemplo, si se dice que el odio si- en todos los demás casos. Aquí, 1t gue a su contrario directamente, ni
gue a la cólera, y que el odio está consecuencia es en sentido inverso: en sentido inverso consiste cviden- ~ l. Sea que sostengáis, sea que
en la parte irascible del alma, por- porque el animal sigue ::11 hombtt. ~ente en que lo~ términos que se refutéis la tesis, tomad en cuenta
que allí tiene su asiento la cólera, pero el no-animal no sigue al tw.\< ,: discuten no se siguen el uno al otro. los términos conjugados y los casos.
es preciso examinar si lo contrario hombre; por lo contrario, es ff .• Ah~ra b1en, si respecto de los con- Se llaman conjugados los 1érrninos
del odio, es decir, la afección, está no-hombre c1 que sigue al no-ani!fl'l• 'é.ltanos el uno es la· consecuencia del que están entre sí en la mis:na rela-
también en la parte irascible; si no Es preciso aplicar el mismo .P"'fc' Otro • necesanamente · .
es prec1s0 que ción que justos v justo con ~usticia.
estú, es decir, si la afección está en pio a todos Jos casos; por CJCml' · IUceda lo mismo con Jos términos o valiente' v valil'nte con 'i<Jlor. Y
si el bien es agradable, lo_que n\? ~
1
'' VéasL el tratado Del Alma. libro
11 l.
agradable no es bien: y si esta 1.1
ma proposición no es \'erdadcrB.
111
., qu~ se cbcu1cn.
~- 3. Lta inc\agnción. que se
iip[¡co " . . .
·•p]j· ~ _':· 'c'S ;:onlranos. CS pi eCI'O
1 1
también se dice. que las CC5<1>' que
~llas hacen y que ellas C011,;ervan.
Por ejemplo, J~;s co~as sanas lo c.s·
t{m cun b sJlz:zl, L1s crs2s fc>rtifj.
1
:;:, · " ' ' ¡,,¡ gna,mcntc a los opue,•o;;
;~'·' ·..
248
ARISTÓTELES TÓPICOS 249
cantes con la fuerza, y así de las
demás. Estos son los que ordinaria- § 3. Es preciso atender también ~co que respecto de una sola cosa sea que un solo atributo sea seme-
mente se llaman conjugados. Los ca- a la producción y a la destrucción Sllber sea pensar. jante o parezca ser semejante en dos
sos tienen lugar cuando se dice, por de las cosas, a Io que crea las cosas § 2. También debe atenderse a sujetos, si no lo es realmente del
ejemplo, justamente, valientemente, y a lo que las destruye, ya se sos.. lo que puede dar de sí el más y el uno, no lo será tampoco del otro;
sanamente, fuertemente y otras ex- tenga, ya se refute una tesis. Ell !llenos. Ahora bien, hay cuatro lu- pero si lo es de éste, lo será igual-
presiones de este género. También efecto, las cosas cuya produccjÓii v.res para el más y el menos. § 3. mente de aquél. § 9. Supóngase que
es buena, son buenas igualmente;,;_ El uno es cuando lo más sigue a lo dos atributos semejantes se den en
al parecer los casos son conjugados; si las cosas son buenas, también Jo un mismo sujeto; si d uno no se da
por ejemplo, justamente es conjuga- !llás· por ejemplo, si el placer es un
es la producción. Recíprocamente· bien: el pla~er má? ~rande es un bien en él, tampoco se dará el otro; pero
do con justicia, valientemente con si la producción es mala, estas
valor. Pero se entiende por conju- son igualmente malas. A la inversa
cossi !llityor, y SI ser lllJUSto es un mal, si el uno se da, se dará el otro. § 10.
ser más injusto es un mayor mal. Lo mismo sucedería también si dos
gados todos estos términos que es- sucede con la destrucción; porque
tán en la misma conjugación o se- la destrucción es buena, es porqué-
si Por lo demás, este lugar es útil en atributos semejantes se dieran en
¡05dos sentidos, porque si la admi- dos sujetos; porque si uno de los
rie: justicia, justo, lo justo, justa- las cosas son malas; y si la destruc. atributos no se da en uno de los su-
mente. Es por tanto claro que basta ción es mala, es porque las cosas ~n del accidente sigue a la ad-
mtsión del sujeto, como se ha dicho jetos, el que queda no se dará tam-
haber probado uno solo de estos son buenas. Otro tanto puede decir. poco en el otro sujeto. Pero si uno
términos conjugados, lo bueno, lo se respecto de aquello que crea las 'en la tesis, es claro que el accidente
.se da en el sujeto; y si no sigue, es de los atributos se da en uno de los
laudable, para que todos los demás cosas y de aquello que las destru. sujetos, el atributo que queda se
claro que no se da. 7 Es fácil con-
se terigan por igualmente prcbados; ye; porque desde el momento en que vencerse de la exactitud de este prin- dará también en el sujeto que queda.
por ejemplo, si se ha probado que lo que crea las cosas es bueno, las cipio por la inducción. § 4. He aquí § 11. Todos estos argumentos
la justicia es una cosa laudable, es- cosas son igualmente buenas; y deó- otro lugar del más y del menos; que se acaban de indicar pueden
tarán también entre las cosas lauda- de el momento en que lo que Ias consiste en mostrar que si el acci- por tanto sacarse de Jo más y tic lo
bles lo justo, justo, justamente. Se destruye es bueno, es porque las co- dente atribuido a dos sujetos no se menos, y de lo semejante.
dirá por una inflexión de caso com- sas son malas. da en aquel en quien más debería
pletamente igual, que justamente es darse, tampoco se da en aquel a que
laudablemente; porque laudablemen- menos debía pertenecer; o bien, que CAPITULO 11
te viene de laudable, como justa- CAPiTULO 10 si se da en aquel en quien menos
mente de justo. _ debería darse, con más razón se da § l. También pueden deducirse
§ 2. Es. preciso examinar bajo § 1. Es preciso atender también en el sujeto en el que más debiera argumentos de la oposición. Si una
este punto de vista, no sólo la cosa a si los semejantes al sujeto son lo- · . darse. § 5. Por otra parte, atribuidos cosa añadida a otra la hace buena
que se cuestiona, sino también lo mados semejantemente; por ejemplo, ··: dos accidentes a un solo sujeto, si o blanca, sin que esta otra cosa fue-
contrario respecto de ló contrario. si aplicándose la ciencia a muchll$ el que parece serlo más no se da ra antes buena o blanca, la cosa aña-
Por ejemplo, puede decirse que el cosas, se aplica igualmente la opi., en él, el que parece serlo menos no dida será buena o blanca, como que
bien no es necesariamente agrada- nión; y si siendo tener vista verJ se dará tampoco; o si el que parece comunica estas cualidades al todo
ble, porque el mal no es necesaria- tener oído es oír. Y así en todos los darse menos no se da, el que parece que forma con la otra cosa. § 2.
mente penoso, y si el mal es nece- demás casos, lo mismo para Jo que darse más se dará igualmente. § 6. Además, si una cosa añadida a otra,
sariamente penoso, el bien es tam- es verdadero, que para lo que no el Además, atribuidos dos accidentes a que tiene ya cierta cualidad, la hace
bién necesariamente agradable; y si más que verosímil. Este lugar co- dos sujetos, si el que parece serlo ser aún más lo que ya era, es por-
la justicia es ciencia, la injusticia mún en uno y en otro sentido; por- más de uno de los dos sujetos no que la primera cosa posee igualmen-
es por lo mismo ignorancia; y si jus- que si de tal manera se verifíca en se da .en él, el que queda tampo- te esta cualidad. Lo mismo sucede
tamente es sabiamente y prudente- uno de los semejantes, Jo mismo co ~e dará en el sujeto que queda: en todos los demás casos. Pero este
mente, injustamente será ignorante- debe suceder con todos los demás O bten, si el atributo, que parece ser
mente e imprudentemente. Si' estas semejantes: y si no se verifica en menos atribuido a uno de los dos lugar no es siempre aplicable; lo es
sólo en Jos casos en que puede pro-
últimas relaciones no son verdadP-- uno de· ellos, tampoco se veri~ca . SUje~os, se encuentra, sin embargo,
ducirse un aumento. Por otra parte
ras, las otras no lo son tampoco, en los demás. También es preciSO ~ e!, el atributo que queda será
este lugar no es recíprocamente útil
como en el ejemplo que hemos ci- ver si la similitud subsiste igualtnen- Igualmente atribuido al sujeto res-
tado antes; porque podríamos en- te, ya se aplique lo semejante a un1a tante. para la refutación; porque de que
contrarnos con que injustamente es sola cosa, ya a muchas; porque a· ' .la§ 7 · Pueden salir tres lugares de la cosa añadida no haga la cosa bue-
gunas veces no hay acuerdo en estOS · semeJanza real o aparente, com- na, no se sigue que la cosa misma
más bien prudentemente que impru-
dentemente. Por lo demás, ya se ha dos casos: por ejemplo, sí sa~er ~ ~letamente análogos a los que se no sea buena; y así, el bien añadi-
pensar, saber muchas cosas sera pcn an expuesto para lo más y para lo do al mal no hace que el todo sea
expuesto este lugar común en las sar muchas cosas. Pero esto no es
~enos en los tres últimos matices necesariamente bueno, ni más ni me-
consecuencias de los contrarios; por- exacto; porque se pueden saber mu- nos que lo blanco añadido a Jo ne-
que aquí no hacemos más que de- chas cosas y no se puede pensar Cl1 e que hemos hablado. § 8. Y así,
gro no hace que el todo sea blanco,
cir que lo contrario sigue a lo con-
trario. muchas; luego si no se puedepens:- ¡· : Sobr~ ciencia y opinión, véase Am<- lo mismo que sucede con lo dulce
en muchas cosas, no es cierto ta • lllros Segundos, libro I, cap. 23. añadido a lo agrio.
250 ARISTÓTELES
TÓPICOS 251
§ 3. Si una cosa puede tener gimen, por ejemplo, en ciertos Iu.
más o menos tal atributo, tiene igual- gares insalubres; pero de una ma- cuando no se encuentra en el géne-
mente este atributo absolutamente. Ja superioridad de la una sobre la ro; y así, el hombre blanco no cons-
nera absoluta no es bueno seguirle. otra. Es evidente que tratándose de
En efecto, lo que no es ni bueno ni Puede suceder que en tal lugar no tituye esencialmente el color: y lo
bello, no puede decirse más ni me- estas cosas, tan pronto como se haya
nos bueno ni blanco. Y así el mal
haya más de un hombre; pero, ab-. demostrado la superioridad de una mismo en todo lo demás.
§ 6. Lo que es apetecible en sí
solutamente hablando, no es posi-' de ellas en un punto o en muchos,
no es iamás ni más ni menos bue- ble que no haya más de uno. De es preferible a lo que sólo es apete-
no; sólo podrá decirse que es más tranquilo el espnitu, convendrá en
igual modo, puede ser un bien en seguida en que aquella,_ que entre
cible en razón de otra cosa; por
o menos malo. Este lugar no es re- tal país inmolar a su padre; por ejemplo, la salud es preferible a la
cíprocamente útil para refutar; por- todas las demás es superior, merece
ejemplo, entre los tribalios; pero, avaricia; porque la una es preferi-
que muchas cosas que no son sus- absolutamente hablando, no es bue, )a preferencia. ble en sí. y la otra a causa de otra
ceptibles de más, son de una manera § 3. En primer lugar, lo que es cosa; § 7, y lo que en sí es apeteci-
no. Pero, ¿no se trata aquí más bien
absoluta; y así no se dice de un más durable y más permanente me-
d.e los hombres que del lugar mis. ble es preferible a lo que es acci-
hombre que es más o menos hom- rece la preferencia sobre lo que lo dental: por ejemplo, debe preferirse
mo? En efecto, poco importa e! pun: -:s menos.1 § 4. Asimismo se conce- que los amigos sean justos a que lo
bre, pero esto nada obsta a que sea to en que estén, porque dondequie-
hombre. dtrá la preferencia a lo que un hom-
ra que se hallen, esta acción será sean los enemigos; porque lo uno
bre sobio o virtuoso escoja, a Jo que es bueno en sí, y lo otro sólo lo es
§ 4. El mismo examen debe ha- buena a sus ojos por el solo hecho una ley justa ordene, a lo que per-
cerse en lo que es limitado en su de ser tribalios. Otros ejemplos: accidentalmente. Nosotros sólo por
sonas entendidas en cada cosa pre- accidente podemos desear que nues-
manera de ser, en el tiempo o en el puede ser bueno hacer remedios en fieran en tanto que son entendidas, tros enemigos sean justos, para que
lugar; porque si alguna cosa puede momentos dados; por ejemplo, cuan· o bien a lo que adopten las gentes no nos dañen. Pero este lugar se
ser de una cierta manera, es que do se está enfermo; pero, absoluta-· ilustra-das en cada género. Se prefe-
existe ya absolutamente. Y lo mismo mente hablando, esto no es bueno. confunde con el que precede y sólo
rirá lo que los más o todos quieran; difiere de él por la forma. En efec-
respecto al tiempo y al lugar; porque Y en este caso, ¿no se trata mucho por ejemplo, en la medicina o la ar- to, deseamos en sí que nuestros ami-
lo que no existe absolutamente no menos del tiempo que de una cier-. quitectura, lo que la mayor parte de gos sean justos, aun cuando nada
puede existir ni de una cierta ma- ta disposición? porque poco importa los médicos o todos los médicos pueda resultar de ello para nosotros,
nera, ni en tal tiempo, ni en tal lu- el momento, basta sólo estar dis- piensen. En una palabra. se prefe- aun cuando estuviesen entre los in-
gar. Puede añadirse, que hay hom- puesto de tal manera. Una cosa es
rirá \o que la mayoría de los hom- dios; pero con respecto a la justicia
bres naturalmente virtuosos de una absolutamente lo que ella es, cuan- bres o todos los hombres, y hasta de nuestros enemigos, la deseamos
cierta manera: hombres, por ejem- do puede decirse, sin añadir nada; todas las cosas desean, como, por en vista de otra cosa, teniendo en
plo,que son naturalmente generosos que es buena o lo contrario;. por,
ejemplo, el bien; porque todas las cuenta nuestro propio interés.
ejemplo, no diréis que matar a su cosas tienden al bien. Es preciso, por
o prudentes, pero que, absolutamen- § 8. Lo que causa el bie;¡ por sí
te hablando, no son virtuosos natu- padre es bueno, sino que es bueno otra parte, dirigir la discusión hacia mismo es preferible a lo que sólo
ralmente. Y es que nadie es pruden- en algunos pueblos; luego esto no uno de estos puntos, según la nece- le causa por accidente: y así, la vir-
es absolutamente bueno. Pero diréis, sidad que de ello haya. Pero absolu- tud es preferible a la fortuna; por-
te por el solo hecho de la naturaleza.
sin añadir nada, que es bueno hon·
Y también puede suceder que en rar a los dioses, porque esto es bue-
tamente hablando, lo mejor y lo pre- que la una es en sí causa del bien,
estos casos alguna de las cosas pere- ferible es lo que revela la mejor y la otra sólo lo es por accidente.
no de una manera absoluta. Luego, ciencia. Si, por ejemplo, la filosofía Lo mismo sucede con las cosas de
cederas no perezca; pero, absoluta- lo que sin adición ninguna parece
mente hablando, no puede menos es una ciencia mejor que la arqui-
bello, o indigno. u otra cosa seme· esta clase. Y lo mismo también con
de perecer. En igual forma puede tectura, las cosas de filosofía valen
jante, lo 'será de una manera ab· lo contrario, porque de lo que en sí
ser útil en tal lugar observar tal ré- más que las cosas de arquitectura;
sol uta. es causa de mal debe huirse más
Y tratándose de un individuo deter-
que de lo que es causa de mal por
minado, lo preferible es lo que pro- accidente; por ejemplo, el vicio y la
cede de la ciencia especial que él
fortuna; porque el uno es malo en
posee. sí, mientras que la fortuna sólo lo
LIBRO TERCERO § 5. Luego lo que es esencial-
es por accidente.
mente tal cosa es preferible a lo que ~ 9. Lo que es absolutamente
no ~ntra en el género: por eiemplo, bueno es preferible a lo que sólo
CAPITULO entre las que haya grandes diferen· ~a ¡usticia es preferible al hombre lo es en ciertos casos; por ejemplo.
cías; pues que no hay nadie, por IU,Sto; porque la justicia está en el la salud a la amputación; porque la
~ l. Para saber cuál de dos o e_lemplo, que dnue que debe prefe· genero que es el bien, y el otro no una es absolutamente buena, y
nJús cosas es preferible o mejor, he lo está: la una es esen-cialmente el la otra sólo lo es para el que tiene
nrse la felicidad a ]a riqueza. Nu~
aquí cómo debe procederse. bien, y el otro no lo cs. La razón necesidad de sufrir la amputación.
tro ex<Jmen recaerá sobre cosas pro-
~ 2. Por lo pronto, debemos de- de esto es, que jamiís se dice que ~ 10. Lo que es natural es preferí·
ximas respn lo de las que se dude
cir que nuestro examen nu recaerá una cosa es esencialmente el género ble a lo que no Jo es; por ciemplo,
a cuál de ellas deba darse la prefe-
sobre cosas entre sí muy distantes, rencia, por no verse distintamente la justicia es preferible al hombre
1 Le id-:a de preferencia. 1m portan·
justo; porque aquélla es natural, y
les re fkxioncs.
¡
252 TÓPICOS
ARISTÓTELES 253
éste es en cierta manera una cosa felicidad supera a lo que constituye § 2. Los bienes más numerosos fuese todo el mundo y;¡Jiente, ]a jus-
adquirida. § 11. Lo que pertenece a la salud; pero la salud supera a lo son preferibles a los menos numero- ticia no sería por eso menos útiL
(; lo más honroso y mejor es preferi- sano menos que la felicidad supera sos, ya absolutamente, ya cuando los § 8. También pueden sacarse ar-
ble; por ejemplo, debe preferirse lo a la salud; luego lo que forma la fe- unos se dan en los otros, es decir, oumcntos de las destrucciones y de
que es de Dios a lo que es del hom- licidad sobrepuja m1s a lo sano que los menos numerosos en los más las pérdidas, de las generaciones y
bre, lo que es del alma a lo que es numerosos. Se objeta y se dice: pero de las adquisiciones, lo mismo
del cuerpo. § 12. Lo que es propio la salud a lo sanG. Luego es tam- si uno de le>s bienes, por ejemplo, que de las contrarias de todas las
bién evidente que lo que constituye existe a causa del otro, no son ya cosas. En efecto, las cosas cuya des-
de lo mejor es preferible a lo que
es propio de lo inferior; por ejem- la felicidad es preferible a la salud, los dos preferibles a uno solo; por trucción debe temerse más, son pre-
plo, lo que es propio de Dios es pre- porque supera más al mismo objeto. ejemplo, curarse y la salud no son feribles. Lo mismo sucede cOil la
ferible a lo que es propio del hom- § 20. Es preciso preferir tam- preferibles a la salud sola, puesto pérdida y con las contrarias; pcrgue
bre; porque bajo la relación de lo bién lo que es en sí más bello, más que no deseamos curarnos sino a aquello cuya pérdida a lo contrario
que ambos tienen de común no hay precioso y más laudable; por ejem- causa de la salud. Pero nada obsta debe evitarse és preferible. Mas a
entre ellos ninguna diferencia; mas plo, la amistad a la riqueza, la jus- a que ciertas cosas, que no son bue- la inversa sucede en las generacio-
para las cosas que les son propias, ticia a la salud y a la fuerza; por- nas, reunidas a cosas buenas sean -nes y adquisición de las cosas; por-
el uno es superior al otro. § 13. Lo que, entre estas cosas, unas son en preferibles: por ejemplo, el bienes- que aquello cuya generación y cuva
que se da en las cosas más precio- sí preciosas y laudables; mientras tEr y cualquiera otra cosa que no es adquisición tienen preferencia, es
r.' sas, anteriores y mejores, es también que las otras no lo son en sí, sino buena, puede ser preferible a la jus- igualmente preferible.
mejor; por ejemplo, la salud es me- que lo son a causa de uea cosa dis- ticia y al valor. § 3. Las mismas co-
§ 9. Otro lugar: lo más próxi-
jor que la fuerza y la belleza, por- tinta de ellas. Y así nadie estima la sas acompañadas de placer son pre-
que la salud reside en las partes riqueza en sí misma; pero se estima feribles a estas mismas cosas sin pla- mo al bien es mejor y preferible;
§ 10, así como lo es lo más sc:me-
húmedas, secas, calientes y frías, en la amistad por sí misma, aunque cer. § 4. Y las mismas sin dolor lo
iante al bien, como la iusticía es·
una palabra, en los elementos esen- ninguna otra cosa deba resultar de son a las mismas con dolor.
ciales de que el ser se compone, ella para nosotros. § 5. Toda cosa es apetecible, so- más semejante al bien qtie el hom-
mientras que la fuerza y la belleza bre todo en el momento en que tie- bre justo. § 11. De dos seres debe
sólo residen en las cosas posterio- ne más importancia: por ejemplo, preferirse aquel que es más se.me-
res a aquéllas; porque la fuerza está CAPITULO 2 la tranquilidad es apetecida en la iante a un ser mejor que amhos. Por
en Jos músculos y en los huesos, y vejez más que en la juventud, por- tr ~·nplo, algun?s dicen que Ajal'\ era
la belleza es una cierta armonía en- § l. Cuando dos cosas están en- que tiene más importancia para la superior a Ulrses, pC1rque se pare-
tre los miembros. § 14. El fin parece tre sí muy .próximas, y no podemos ancianidad. Por esto mismo en la cía más a Aquiles. Se objeta que
preferible a lo que sólo contribuye discernir la superioridad de la una ancianidad es preferible la pruden- esto no es cierto; porque nada obsta
a este fin. § 15. De dos cosas es pre- sobre la otra, .es preciso fijarse en- cia, y nadie toma por jefes a los a que Aquiles sea el mejor e;-¡ el
ferible la más próxima al fin; § 16, tonces en los consiguientes; porque jóvenes, porque no los considera respecto en que Ajax es más seme-
y en general lo que se refiere al fin aquella de las dos que tiene por prudentes. Lo contrario sucede en jante a él, mie~tras que Ulises p ue-
mismo de la vida es preferible a lo consiguiente un mayor bien es pre- el valor; la energía necesaria al va- de ser bueno, sm ser por otra parte
que se refiere a una parte de la ferible. Pero si los consiguientes son lor se encuentra principalmente en semeiante a Aquiles. Es pre<::tso .:xa-
vida; por ejemplo, lo que contribu- malos, es preciso preferir la cosa que la juventud. También sucede esto minar también si lo semejante es
ye a la felicidad es preferible a lo lleva consjgú un menor mal; porque mismo respecto a ia sabiduría, por- ¡:ior el lado ridículo; así el n:ono
que sólo contribuye a la prudencia. por más que las dos cosas sean ape- que la pasión ciega más a los jóve- se parece al hombre, el caballo no se
~ 17. Lo que es posible es preferi- nes que a los ancianos. le parece; pero el mono no es más
tecibles, es muy posible que impli-
ble a lo imposible. ~ 18. De dos quen algo malo. Ahora bien, el exa- § 6. También debe preferirse lo bello que el caballo, poc más que
cosas que producen efectos, aquella, men de Jos consiguientes puede ser que es más útil, ya sea en todo tiem- sea semejante al hombre. § 12. Si
cuyo fin es mejor. es también la me- doble; porque el consiguiente puede po, ya en la mayor parte de casos: de dos cosas la una es más semejan-
jor. § 19. Para decidir la preferen- ser anterior o posterior: por ejem- por ejemplo, la justicia y la sabidu- te a la mejor y la otra a la peor, la
cia entre lo que produce un fin y plo, cuando un hombre aprende, el rfa son preferibles al valor; porque mejor será la más semejante a la me-
otro fin, es preciso hacer una espe- consiguiente anterior es que él ig- las dos primeras son siempre útiles; jor: Pero aquí también se puede :_.¡a-
cie de proposición y preferir aquel nora: el consiguiente posterior es e: otro sólo lo es en ciertos casos. cer una objeción. En efecto, nada
de Jos dos fines que sobrepuja al que él sabe; el preferible las más S 7. De dos cosas es preciso prefe- empece que la una se2. ligeramente
otro más que el fin mismo supera a veces es el consiguiente posterior. rir aquella que, si todo el mundo la semejante a la mejor, y que Ja otra
aquello que le produce: por ejem- También es preciso tomar entre los tuviese, haría innecesaria la otra, a lo sea grandemente a la menos bue-
plo, si la felicidad supera a la salud consiguientes el que sea útil para la aquella que, aunque todo el mundo na; por ejemplo, que .Ajax se parc~
más que la salud supera a lo sano, tesis que se sostiene.~ la tuviese, no por eso haría innece- ca ligeramente a Aq mks, y qu~ Ull-
lo que constituye la 'clicidad es pre- saria la otra; y así la justicia es pre- ses se parezcJ rnucho a J\éstor. Es
ferible a la s;¡Jud; porque tamo fcrillic; al valor, porgue siendo todo preciso además examiniir sj lo ót.::mc-
\'éast: el concepto de antecedente
cuanto la felicidad su¡x:r<J a la sa- 1 c·o;::oecucntc en !'rimeros A ¡¡a{if icos, ::i mundo justo, para nada servi- iante a lo mejor se le pmecc en :us
lud, otro Ulnto lo q;¡e conslituyc la lihtu 1 ·c.1p. 27. r:¿¡ LJ valo:·, mientras yue auuque lados mejores: así es c·omc• d ..:aba-
TÓPICOS 255
254 ARISTÓTELES
donde ellas proceden; porque todas que basta que se le quite para gue
llo se parece al asno y el mono al es cosa preferible para el que carece estas cosas se siguen mutuamente las el resto sea más pequeño.
hombre. de lo necesario. Cuando se tiene unas a las otras: por ejemplo, si jus- § 14. Es precjso ver si una de
~ 13. Otro lugar consiste en que todo lo necesario, entonces entra lo tamente es preferible a valerosa- las cosas es apetecible .en sí y la
Jo más evidente es preferible a lo superfluo que consiste en adquirir mente, la justicia también será prefe- otra sólo por vanidad: como, por
que es menos; § 14, y lo más difícil además de aquello cosas buenas; .· rible al valor: y si la justicia es pre- ejemplo, la salud comparada con la
a lo que es menos, porque se tiene pero generalmente lo necesario es ferible al valor, justamente lo será belleza. Una cosa de pura vanidad
más gusto en poseer lo que se ad- preferible por más que lo superfluo también a valerosamente. Así tiene es aquella para adquirir la cual no
quiere más difícilmente. § 15. Lo sea mejor. lugar t•l todos los demás ejemplos. haríamos esfuerzo alguno, si nadie
que es más especial es preferible a § 22. También es preciso prefe- § 6. Además, si respecto de una hubiera de saber que la tenemos.
lo que es más común. § 16. Debe rir lo que no podemos procurarnos misma cosa, uno de los atributos es § 15. Y si lo uno es preferible en
preferirse también lo que está me- por otro a lo que podemos adqui- un mayor bien, y el otro uno menor, sí y por vanidad, mientras que lo
nos sujeto a causar mal; porque se rir por otro; tal es la relación entre el mayor es preferible; § 7, o tam- otro sólo es apetecible en uno de
escoge con preferencia lo que no la justicia y el valor. § 23. De dos bién, si el' uno pertenece a un ser estos dos conceptos, § 16, lo que es
produce ninguna dificultad a lo que cosas es preciso preferir aquella que -lllayor, es porque él es asimismo ma- más p1"ecioso en sí, es igualmente
puede producir alguna. es apetecible sin la otra, a la que yor. § 8. Además, si dos cosas cua- preferible y mejor: y entiendo por
§ 17. Si una cosa es preferible sólo es apetecible con la otra. Y así lesquiera son preferibles a otra cosa más precioso en s[ aquello que en
a otra de una manera absoluta, la el poder no es apetecible sin la sa- sola, la más preferible de ellas es caso de elección tomaríamos con
mejor entre todas las cosas que per- biduría; la sabiduría, por lo contra- preferible a la que es menos. § 9. más gusto aunque nada por aira
tenecen al género de aquélla es pre- rio, es apetecible sin el poder. § 24. La causa, cuya abundancia es prefe- parte viniere unido a ello.
ferible a la mejor de las que son Y si negamos tener una de dos cosas rible a la abundancia de otra, es § 17. Es preciso examinar ade-
del género de la otra; por ejemplo, a fin de parecer que tenemos la otra, igualmente preferible a esta última; más los diversos sen ti dos de que es
si el hombre es mejor que el caballo, esta última es preferible: por ejem- y en este sentido, la amistad es pre- susceptible la palabra preferir, y los.
el mejor hombre será mejor que el plo, negamos que trabajamos mucho ferible a las riquezas; porque la objetos a que puede aplicarse; por
mejor caballo. § 18. Si lo mejor es a fin de parecer dispuestos natural- abundancia de la amistad es prefe- ejemplo, a lo útil, al bien, al placer;
mejor que lo mejor, es porque la mente. § 25. También debe prefe- rible a la de la riqueza. § lO. Tam- porque lo que procura todas estas
cosa de una manera absoluta será rirse aquello cuya falta fuese menos bién debe preferirse la cosa de la cosas, o por lo menos el mayor nú-
mejor que la otra. Por ejemplo, si reprensible estando en desgracia; que uno querría ser causa personal- mero de ellas, es preferible a la que
el mejor hombre es mejor que el § 26, y recíprocamente es preci~ mente, practicándola por sí mismo, no las procura igualmente. § 18.
mejor caballo, el hombre absoluta- preferir aquello cuya falta sea mas más bien que recibirla de otro. Y Pero cuando las dos cosas tienen
mente hablando es mejor que el ca- reprensible, cuando no se está en la así es como los amigos son preferi- las mi8mas ventajas, es preciso mi-
ballo absolutamente hablando. desgracia. bles a las riquezas. rar la que tiene más; por ejemplo,
§ 19. Es preciso preferir las co- § 11. También puede sacarse lu- cuál es la más agradable, la más
sas en que los amigos pueden tener gares de la asociación, si una cosa bella, la más útil. § 19. También se
parte, a aquellas en que no pueden. CAPITULO 3 añadida a una misma cosa hace el ha de preferir lo que se hace con
§ 20. Las cosas que preferimos ha- todo preferible. Sin embargo, es ne- la mira de lo mejor; y así debe pre-
cer en favor de un amigo más bien § l. Entre las cosas comprendi· cesario procurar no extender esto ferirse lo que se hace con la mira
que de un extraño, son preferibles: das bajo la misma especie, es pre· hasta las cosas en las que el térmi- de la virtud a lo que se hace con
por ejemplo, hacer un bien o pres- ciso preferir aquella que tiene la vir· no común puede servirse de una de la mira del placer. Lo mismo debe
tar un servicio más bien que parecer tud espe_cial de la especie, a la que las cosas añadidas, o por lo menos hacerse con las cosas que es nece-
hacerlo; porque para nuestros ami- no la tiéne; § 2, y si ambas la tie· sacar de ella algún auxilio de una sario evitar, porque es preciso evitar·
gos preferimos hacerles un servicio nen, la que la tiene más. § 3. Y si manera cualquiera, sin servirse de más lo que más entorpecimiento
en realidad que figurar que lo hace- de dos cosas la una causa bien a otra, ni sacar de ella ninguna ayuda. debe causar a las cosas que se de-
mos; lo contrario sucede tratándose aquello a que está unida, y la otra Por ejemplo, la sierra y el hacha sean: por ejemplo, es preciso evitar
., de los extraños~ no le causa, es preciso preferir la unidas a la arquitectura. Es preciso la enfermedad más que la vergüen-
§ 21. Las cosas superfluas son primera: por ejemplo, lo que calien· preferir la sierra cuando se la une za: porque la enfermedad impide
mejores que las cosas necesarias, y ta es más caliente que lo que no ca· a lR arquitectura; pero por sí mis- más el placer y la virtud. § 20. Tam-
a veces son preferibles a éstas: vivir lienta; ·§ 4, y si ambas causan el ma no es absolutamente preferible. bién pueden sacarse argumentos de
dichoso es mejor que vivir, pero vi- bien, es preciso preferir la que le ~ 12. Además, es preciso preferir la que el objeto sea apetecible o ao
vir dichoso pertenece a lo superfluo, cause más, o que le cause a lo me· ~OSJ que, añadida a la más peque- apetecible. En efecto, se debe desear
y vivir absolutamente pertenece a jor y a lo principal: como por ejem- na, hace al todo más grande. ~ 13. menor una cosa que lo mismo se
lo necesario. Algunas veces las co- plo, si la una causa bien al cuerpo La :nisma observación tiene lugar desea que se rcpugn3, que la que
sas mejores no son las más apeteci- y la otra al alma. cuando se quita en Jug¡¡r de añadir; únicamente se desea. ~ 2 i. Las com-
bles; porque de que sean mejores § 5. También es preciso fijarse Porque aquello que, quitado de una paraciones entre J¡:s co.sas deben ha-
no se infiere que sean necesariamen- en los casos de las palabras, en. lod cesa, hace el resto más pequeño, cerse, por tanto, de la manera qLie
te preferibles, y así filosofar vale usos, en la acción, en la reahda elto mismo es más grande, puesto acabamos de decir.
más que enriquecerse. pero esto no de las cosas y en todo aquello de
156 ARISTÓTELES TÓPICOS 257
mismo tiene lugar, suponiendo que sibilidad no es tampoco impotencia; cultad es me.1os buena que la cien-
CAPITULO 4 el término sea añadido, si añadido si alguna cosa percibida es sabida, cia, y que alguna facultad sea bue-
a la misma cosa hace que el todo. alguna percepción es ciencia; ade- na, la ciencia lo es igualmente; pero
§ 1. Estos mismos lugares son sea más tal cosa: § 8, o también si . 111ás, si rdguna cosa injusta es buena, si ninguna facultad es buer.a, no
¡ítiles para probar, que una cosa añadido a lo que es menos tal cosa · alguna cosa justa es mala; si alguna resulta necesariamente que ninguna
cualquiera es, absolutamente hablan- hace q:1~ el todo sea ~ás ~al cosa. § cosa hecha injustamente es mala, al- ciencia no lo sea. Se ve, pue~, clara-
do, de desear o de evitar; porque 9. La m1sma observac10n tJene lugar· ~una cosa l1echa justamente es bue- mente que con el menos sólo se
basta entonces hacer des.aparecer el si se quita en lugar de añadir; por. ~a; si debe huit·se de alguna cosa puede sentar y defender la tesis.
carácter de superioridad que se· da que lo que hace por el solo hecho· agradable, debe huirse de algún pla- § 5. No sólo se puede destruir
a una de las dos. En efecto, si una de quitarlo que el resto sea menos cer; y si alguna cosa agradable es 1a tesis partiendo de ol ro género,
,cosa más preciosa es más apetecible, tal cosa, es por lo tanto más tal cosa. _ útil, algún placer es útil. sino también partiendo del mismo
una cosa preciosa es apetecible: y § 10. Las cosas que se mezclan me: § 3. Lo mismo sucede respeclO y· tomando en él lo que es más tal
si una más útil es más apetecible, nos con las contrarias son igualmen. de las cosas que destruyen, de las cosa: por ejemplo, si se ha sentado
!u útil es apetecibk. Lo mismo su- te más tales cosas; por ejemplo, lo )l:eneraciones y de las dest~ucciones que la ciencia es un bien y se prue-
cede con todas las demás cosas en más blanco se mezcla menos con lo de l<;s cosas. En efecto, SI lo que ba que la sabiduría mi~ma no es
que puede tener lugar la compara- negro. destruye el placer o la ciencia es buena, entonces ninguna otra cien-
ción. § 2. Respecto a algunas, desde § 11. Para completar lo que se bueno, es preciso que algún placer cia lo será ciertamente, puesto que
el momento en que hacemos la com- ha dicho más arriba, es preciso pre- v alguna ciencia sean malos; y lo la que lo parece más no la es. § 6.
paración de una con otra, podemos ferir lo que recibe más la definición mismo si la destrucción de la cien- En igual forma, si se sienta como
decir en el acto, que ambas son ape- propia del objeto; por ejemplo, si la cia es mala. o si su generación es hipótesis que desde el momento en
tecibles, o decir cuál de las dos lo definición de lo blanco es ésta: ca. mala, habrá alguna ciencia mala; que un atributo es ü no es atribuido
es: por ejemplo, cuando decimos lor que hace que la vista distinga los por ejemplo, si es bueno olvidar algo a un sujeto, es o no es igualmente
que la una es buena por su natura- objetos, se llamará más blanco lo vergonzoso que alguno ha hecho, o atribuido a todos: como, por ejem-
leza y que la otra no lo es; porque que tenga más color y lo que bien recordárselo es un mal, saber plo, si se supone que siendo el alma
evidentemente lo que es bueno por hace que la vist;¡ distinga los ob- lo malo que ha hecho será una cosa del hombre inmortal, todas lu serán
su naturaleza es apetecible. jetos. mal3. Lo mismo sucede en todos igualmente; y que no siéndolo ella,
los demás casos; porque lo proba- no lo serári tampoco las otras. Lue-
CAPITULO 6 ble ~l'" afirma en todos ellos de la go si se sienta que este atributo se
CAPITULO 5 misma manera. da en algún sujeto, será preciso pro-
§ 1. Si la cuestión es particular § 4. Además, es preciso ver lo bar que no se da en algún sujeto;
§ l. Es preciso tomar en la for- que es de tal manera más o menos porque se seguirá de aquí, a causa
ma más universal posible estos luga- y no universal, todos los lugares in-
dicados más arriba, ya sirvan para o semejantemente. En efecto, si se de la hipótesis misma, que no se da
res, relativos al más y al menos, y dice de una cosa que es más tal en ninguno; y si se sienta que no se
a lo grande y a lo pequeño; porque, construir, ya para destruir, son apli·
cables. Basta, en efect0, haber sos- entre cosas sacadas de otro género, da en algún sujeto, deberá probarse
·tomados de esta manera, son aplica- y que estas cosas no sean tales, el que se da en alguno; porque, me-
bles a más cuestiones. § 2. Entre los tenido o refutado universalmente la
tesis, para que resulte probada sólo objeto de que se trata no lo será diante esta misma hipótesis, habrá
mismos que se han expuesto pueden tampoco; por ejemplo, si se dice que de seguirse que se da en todos. Es
hacerse algunos más universales con por esto la proposición particular;
porque desde el momento en que la ciencia es más un bien que el evidente que por medio de la hipó-
sólo mudar un poco la expresión: place•-. y ninguna ciencia es un bien, tesis se ha hecho universal la cues-
§ 3, por ejemplo, lo que es de esta el atributo es atribuido a todo el
sujetó, sé entiende atribuido tam· t~mpoco habrá placer que sea un tión que había sido sentada como
manera por naturaleza, es más tal b1en. Y lo mismo sucederá respecto particular. En efecto, es cosa con-
que lo que no es tal por naturaleza. bién a cualquier parte del sujeto: Y"
si no es atribuido a ninguna parte de semejantemente y de menos; es venida, que el que concede lo par-
~ 4. Si uno de los accidentes hace rl.ecir. que se podrá, ya sentar la te- ticular, concede igualmente lo uni-
que sea de tal manera, y el otro no, del sujeto, tampoco lo es a ~Igup~
parte del sujeto.J § 2. Los mas utx~ Sis, y: refutarla. Sólo que las dos versal, puesto que concede que des-
el sujeto que le posee y del que es arg~Jmc:nlaciones pueden salir de se- de el momento en que el atributo
atributo, el que modifica al sujeto les y comunes de estos lugares son
los que salen de los opuestos, de lo~ P,le_)antcmentc; pero con menos sólo se da en un sujeto, se da 2gual-
es más tal que el que no le modi- se pude sentar v defender la tesis, mente en todos}
fica. § 5. Y si ambos le modifican, conjugados y de los casos. Y asl
son dos proposiciones igualmente Pero no se la puc~de refutar. En efec- § 7. Cuando la cuestión cueda
el que más le modifica es el que 1?. ~i puede decirse igualmente, que indeterminada, sólo se la puede re-
tiene más tal cualidad. § 6. Además, probables éstas: si todo placer es
bueno, todo dolor es malo; si algún S~endu alguna facultad buena la futar de una manera: corno, por
si relativamente a una misma cosa Ctencié! co buenR, desde el momento ejemplo, si se ha dicho que el pla-
el uno es más tal cosa y el otro lo placer es bueno, algún dolor es
igualmente malo; si alguna sensa- e~ que Rlguna facultad es buena, la cer es un bien o no es un bien, sin
es menos, y el uno es más tal que Ciencia lo es igualmente: y si no
otra cosa, mientras que el otro no cion no es potencia, alguna insen-
hay ninguna facultad buena, tampo- > En la Etíca rúcornáquea, lihro Vl,
lo es, es evidente que la primera es 3 Véase Primeros Analilicos, libro co hay ciencia que lo sea. Por ·lo ca o. 8, se distingu~ entre ciencia l' sa-
más tal cosa que la otra. § 7. Y lo II, cap" l. <;ontrar tu, si se dice que alguna fa- biduría.
258 ARISTÓTELES TÓPICOS 259
añadir ninguna determinación. En plo, que la prudencia es la única
efecto, si el interlocutor ha dicho virtud, que es una ciencia, se podrá
que algún placer es un bien, es pre- destruir la aserción de cuatro mane-
ciso probar universalmente que nin- ras. Se podrá probar que toda vir-
,, gún placer es un bien cuando se tud es ciencia, o que ninguna virtúd
LIBRO CUARTO
quiere destruir la aserción que se ha es ciencia, o que alguna otra lo es
sentado. En igual forma, si ha dicho por ejemplo, la justicia; o bien,' po;
que algún placer no es un bien, es últü;w, _que la prudencia misma no CAPITULO 1 § 4. Sobre todo es necesario fi-
preciso probar universalmente que es <:tenCia; y entonces la proposición jarse, en cuanto a la definición del
todo placer es UH bien. Por ningún sentada resultará destruida. § l. Después de los lugares de] accidente, en si conviene realmente
otro medio es posible destruir la § 11. Es útil también tomar én_ accidente, es preciso estudiar los re- al género indicado, como en los
proposición; porque si probamos cuenta Jos individuos de quienes se lativos al género y a lo propio: son, ejemplos citados más arriba; porque
que algún placer es o no un bien, ha afirmado o negado algún atribu. en efecto, los elementos de las de- una cosa puede o no moverse por
no por eso la proposición sentada to, como se ha hecho en las cuestio. Finiciones, si bien son cosas que sí misma, así como ser blanco o no
resulta destruida. Es por lo tanto nes universales. § 12. También i:S raras veces examinan los que dis- serlo. Y así estos atributos no son
evidente, que sólo se la puede des- preciso fijarse en los géneros, divj. cuten. géneros, sino que son accidentes,
truir de una manera, mientras que diendo las especies hasta los indivi· § 2. Si el adversario ha sentado puesto que hemos llamado acciden-
se la puede sostener de dos. Basta, duos, como se ha dicho más arriba: el género de algún objeto, es preciso te a lo que puede o no puede darse
en efecto, probar universalmente que porque, sea que el accidente parezca . ante todo atender a todas las cosas en una cosa.
todo placer es bueno, que algún pla- darse en todos los individuos o no que son de este mismo género, y § 5. También es preciso ver si el
cer es bueno, para que resulte pro- darse en ninguno, cuando se com- ver si hay alguna a la que no puede género y la especie no están en la
bado lo que uno se propone. Y en paran muchos ejemplos, es preciso ser atribuido, como se ha hecho para misma división, siendo el uno sus-
igual forma, si es preciso discutir exigir del adversario que conceda el accidente: por ejemplo, si el ad- tancia y el otro simple cualidad, o
esta aserción: que algún placer no que el accidente es universal, o versario ha sentado que el bien es el uno relativo y el otro cualidad;
es bueno, podremos demostrar que bien que indique en su refutación el género del placer, es preciso ver pa,r ejemplo, la nieve y el cisne son
ningún placer es bueno, o bien que el sujeto en que no se da, como se si algún placer no es bueno, por- sustancias, pero lo blanco no es una
algún placer no lo es; y de este ha dicho. § 13. En las cosas en que que ~ i esto es así, es el aro que el sustancia, no es más que una cuali-
modo habremos probado de las dos se puede determinar el accidente, bien no es el género del placer, toda dad; de suerte que lo blanco no es
maneras, universal y particularmen- sea por el número, sea por la espe- vez que el género de be ser atribuido el género ni de la nieve ni del cisne.
te, que algún placer no es bueno.G cie, es preciso mirar si no es suscep- .a todas las especies contenidas en Otro ejemplo: la ciencia forma par-
§ 8. Cuando la proposición es deter- tible por naturaleza de recibir nin· él. § 3. También es preciso ver si el te de los relativos; lo bello y lo bue-
minada, se la puede destruir de dos guna de estas determinaciones; por . pretendido género, en lugar de ser no son cualidades, de suerte que ni
maneras: por ejemplo, si el adver- ejemplo, se puede sostener que el atribuido esencialmente, resulta que lo bello ni lo bueno son el género
sario ha sostenido que algún placer tiempo no se mueve o que no es 110 es más que un simple accidente: de la ciencia, porque es preciso que
es bueno y que alguno no lo es; movimiento, después de haber con· por ejemplo, si lo blanco se atribu- los géneros de los relativos <ean
porque, ya se pruebe que todo pla- tado todas las especies de movimien· ye a la niP-ve, o al alma lo que se ellos también relativos; por ejemplo,
cer es bueno o ya que ningún placer to. En efecto, si ninguna de ellas~ mueve por sí mismo; porque la nie- para el doble es el género el múlti-
~~bueno, la tesis resulta igualmente da en el tiempo, es evidente que na ve no es lo que es lo blanco, puesto plo, y el múltiplo es también rela-
aestruida. § 9. Si el adversario ha se mueve, y que no es un movimien- q~e lo blanco no es el género de la tivo. En una palabra, es preciso que
supuesto que no hay más que un to. En;igual forma se puede,sos!C< IIICVe, ni e] alma es tampoco lo que el género esté comprendido bajo la
solo placer bueno, se puede destruir ner, que el alma no es un numero, se mueve por sí mismo; sino que el misma división que la especie; si l<J.
esta suposición de tres maneras: después de haber dividido todo _nú¡ · llloverse es un accidente para ella, especie es sustancia, el género -!o será
puede probarse que todo placer es mero en par o impar; porque SI e COmo lo es muchas veces en el ani- igualmente; y si la especie es un
bueno, o que ningún placer es bue- alma no es ni par ni ih1par. es claro Jllal el andar o ser aquello que anda. cualitativo, el género será igualmen-
no, o· que más de un placer es que no es un número." !:cde añadirse que este pretendido te cualitativo; por ejemplo, si lo
bueno; y siempre resultará más des- § 14. Así debe procederse con 11•nero. lo que se mueve por sí mis- blanco es cualitativo, el color lo será
truida la suposición. relación al accidente y por lo q~ mo, no es una sustancia, y que pa- igualmente; y así en los demás ca~
§ 10. Si se determina aún más hace a los lugares que acaban !'tce cxnresar más bien sólo un su- sos.'
[a proposición, y se dice, por ejem- citarse. IC!o que obra o que padece; y lo § 6. Además, es preciso ver si
tl>tnC! pccde decirse respecto a hay necesidad o simple posibilidad
Véase Pcri hcrmeneias, cnp. 7. Vé<~Sc? Culcgoríus, c:.1p. !+. ¡¡¡ ~lance:; porou~ este atrib!-1to no de que el género participe de lo que
tece _lorliU<.: l:S la 11l(Ye sust~!:cwlmen se supone en el género. La palabra
(O 51_11,• _c¡·J~ ~xprcsa su cuaudad. Por
participación debe en tenderse en el
l.éns~guJ~nl:, ningun•J de estos dos sentido de recibir la definición Jc
.rmmos puede ::cr <Jtribuido esen-
tlahn·'r.
- "'"11c- <1
.
1 su ¡eto 1 \·éase Categu.ría:-.;, c.np. ;s,
TÓPICOS 261
260 ARISTÓIELES
de las líneas que son divisibles, no esencialmente a la especie- Si hay
aquello en que se participa. Es, pues, de Jos individuos que se dan en la obstante que no tengan diferencias en a1gún punto discordancia, es evi-
evidente que las especies participan especie del movimiento. Y es que en cuanto a la especie, puesto que dentemente porque el género indi-
de los géneros, pero que los géneros en efecto, los individuos participan entre todas las líneas rectas no hay cado no es género en realidad. A la
no participan de las especies: por- a la vez del género y de la especie· ninguna diferencia específica. inversa, es preciso ver si el género
que la especie recibe la definición por e,iemplo, un individuo hombr~ participa de la especie, ya sea este
del género; pero el género no recibe participa del hombre y del animal. género mismo, ya alguno de los gé-
la definición de la especie. Es pre- § 9. Es preciso ver además si lo neros superiores; porque el término
ciso por lo tanto examinar si el gé- CAPITULO 2
que está colocado en el género es superior no puede participar de nin-
nero indicado parti~ipa o puede par- más extenso que el género, como guno de los inferiores_ Es necesario,
§ l. Es preciso ver aún si hay
ticipar de la especie; por ejemplo, por ejemplo, lo probable que es má~ algún otro género de la especie dada pues, cuando se refuta una proposi-
si se da alguna cosa como género extenso que el ser; porque lo que que no abrace al género indicado, ción, conducirse como ya se ha di~
\ del ser o de lo uno, resultará que ~xiste y lo que no existe son cosas cho. Cuando se la sienta, y se reco~
el género participará de la especie; y que no esté bajo él: por .eje~plo,
probables. Luego lo probable no es si se ha sentado que la c1enc!a es noce que el género indicado es ver-
porque el ser y lo uno son, atributos una espe~ie del se_r; porque el gé- daderamente atribuido a la especie,
el género de la justicia; porque la
de todas las cosas, de suerte que su nero es s1empre mas .extenso que la pero hay duda de si lo ha sido como
definición lo es igualmente. virtud es también el género de la
especie. § 10. Es preciso atender justicia, y ninguno de estos géneros género, basta probar que uno de los
§ 7. Es preciso ver también si la asimismo a si el género y la especie comprende al otro_ Luego la cien- géneros superiores es atribuido esen-
especie dada para una cierta cosa tienen extensión igual; por ejemplo, cia no es el género de la justicia; cialmente a la especie; porque desde
es verdadera, mientras que el géne- si de atnbutos q~e lo son de todo, porgue cuando una especie está bajo el momento en que uno solo es atri-
ro no lo es; por ejemplo, si se su- se hace al uno genero y al otro es- dos géneros, el uno debe estar com- buido esencialmente, todos los de-
pone que el ser o la ciencia son el pecie, como el ser y lo uno. El ser prendido en el otro. Sin embargo, más, sea que estén por cima o por
género de lo probable; porque lo y lo uno son atributos de todo. Lue. esto ofrece alguna dificultad en cier- bajo de él, si son atribuidos a la
probable podrá ser atribuido a go éste no es el género de aquél, tos casos: pcr ejemplo, algunos especie, lo serán esencialmente. Lue-
lo que no existe. Muchas cosas que puesto que son de extensión perfec. creen que la prudencia es a la vez go el género dado también es atri-
no existen podrán ser probables, tamente igual. Y lo mismo sccede si una virtud y una cíencia, y sin em- buido esencialmente. Para conven-
pero es evidente que el ser y la se han supuesto subordinados entre bargo ningttno de estos géneros está cerse de que siendo atribuido esen-
ciencia no pueden ser atribuidas a sí el primitivo y el principio; por· comprendido en el otro. Es cierto cialmente uno de los géneros, todos
lo que no existe. Luego ni el ser, que el principio es el primitivo, y que no está todo el mundo acorde los demás, con tal que sean atribui-
ni tampoco la ciencia, son el género el primitivo es el principio; luego en que la prudencia sea una cien- dos, lo habrán de ser también esen-
de lo probable; porque es preciso estas dos cosas son idénticas, y la cia: pero si se concede que esta aser- cialmente, es preciso recurrir a la
que a las cosas a que es atribuida una no es en manera alguna género ción es exacta, es preciso que los inducción. Pero si se duda absoluta-
la especie, el género Jo sea igual- de la otra. El punto esencial, que géneros de una misma cosa estén mente que el género indicaao sea
mente. § 8. A la inversa, es preciso debe tenerse en cuenta en todo esto, subordinados entre sí, o que ambos atribuido al sujeto, no bastaría ya
ver si Jo que se dice del género no es que el género es más amplio que estén comprendidos bajo un mismo probar que uno de los géneros su-
puede corresponder a ninguna de las la especie y que la diferencia; por· género, que es el caso en que se en- periores es atribuido a la especie
especies; porque es imposible que que la diferencia es igualmente me· cuentra la virtud y la ciencia; por- esencialmente; por ejemplo, si se ha
aquello en que no participa ninguna nos amplia que el género. . que ambas están bajo el mismo gé- sostenido que la traslación es el gé-
especie participe el género, a menos ~ 11. También es preciso ver SI nero de la marcha, no basta probar
nero. puesto que una y otra son po-
que no sea una de las especies de el género enunciado no es o puede sesión y disposición. Es preciso por que la marcha es un movimiento
la primera división; porque sólo és- no parecer ser el género de una ~e tanto ver si ninguna de las dos per- para probar también que es una tras-
tas son las únicas que participan las cosas no diferentes en espec1e: tenece al género indicado; porque si lación, puesto que hay otros movi-
del género. Por tanto, si se ha su- y cuando se sienta la tesis, es pre- los géneros de ambas no son subor- mientos además de ella; sino que es
puesto que el movimiento es el gé- ciso ver si es el género de una de din<Jdos entre sí, o si no están com- preciso probar .también que el an-
nero del placer, es preciso ver si el estas cosas; porque el género es ~1 Prendidas ambas en un mismo gé- dar no participa de ninguno de los
placer no es ni destrucción, ni alte- mismo para todas las cosas n~ d•: nero, el género indicado no pertene- movimientos incluidos bajo la mis-
ración, ni ningún otro de los movi- fercntes en especies. Luego SI se ce al sujeto. 2 ma categoría, fuera del de la trasla-
mientos conocidos; porque entonces prueba que es el género de la un3. ción. En efecto, es necesario que lo
es evidente que no participa de nin-
guna de las especies, y que no par-
se habrá demostrado que lo es
todas: y si se prueba respecto ~~
d: ~ 2. Es preciso atender también
~1 género del género dado, así como
11 lodos los géneros superiores, y ase-
que participa del género participe
igualmente de alguna de las especies
ticipa tampoco del género, porque es una sola que no es el género ~e ella. &urars" de que son todos atribuidos incluidas bajo la primera división.
una necesidad que lo que participa se habrá demostrado que mnguna a la especie y que lo son esencial- Luego si la marcha no participa ni
del género participe también de una le pertenece. Por <.: icmplu. si des· illente: porgue es preciso que el gé- de aumento, ni de disminución, ni
dl:' las especies. Luego el placer no pués de haber sentado las Iín·~~.: nero superior pueda ser atribuido de ninguno de los otros movimien-
pucd,o -;cr una especie de movimicn-
lo. puesto que no es uno de Jos mo-
indivisibles, se dice qtiC lo no ~-11
cante es su género, se incurre ens ud
1
¡ ' \'é;1s~ Cruegorías, cap. 7.
tos, es evidente que participa de la
traslación, y por consiguiente que
vimientos individuales, es decir, uno crrcr; porque e;lc género no e
1
262 ARISTÓTELES TÓPICOS 263
la traslación es el género de la mar- inmortales. Es por tanto claro que § 8. Tar¡.1~ién pue?e incurrirse cie en tanto que la especie misma
cha. en error a la mversa, st se han pues- subsiste.
se ha incurrido en un error; por.
§ 3. A la inversa, respecto de que la diferencia no puede ser gé- to las diferencias en la especie; por
las cosas en que la especie indicada nero de ninguna cosa. Y lo que hace· ejemplo, si se ha dicho que lo in- CAPITULO 3
es atribuida realmente como género, ver que esto es así, es que toda di. mortal es Dios; porque entonces la
es preciso ver si el género dado es ferencia expresa, no la sustancia especie será tan amplia y aun más § l. Aún es preciso examinar si
atribuido esencialmente a todas las sino más bien la cualidad, como 1¿ amplia que la diferencia; ahora bien, lo que se da en el género participa
cosas a las que es también atribuida terrestre y lo bípedo. la diferencia es siemprf tan amplia o puede participar de uno de los con-
la especie; y lo mismo para todos § 6. También se ha incurrido en y más amplia gue la especie, § 9. trarios del género; porque entonces
los términos superiores al género. Si error si se ha colocado la diferencia También ha podido colocarse el gé- una misma cosa podría tener los
hay alguna discordancia, es evidente e!l el géf!ero com~ especie: por nero en la diferencia; por ejemplo, contrarios, puesto que el género no
que el género dado no ha sido ver- ·eJemplo, sr se ha drcho que lo .1m. si se ha dicho que el color es lo falla nunca, así que participa o pue-
dadero; porque si fuese el género par es Jo que es el número; porqu~;J: que hace que distingamos las cosas, de participar de lo contrario.
verdadero, todo lo que está por en- Jo impar no es más que una dife. y que el número es lo que es impar. § 2. Es preciso ver además, si
cima de él y él mismo serían atribui- rencia de los números, v no es la ~ lO. Se puede asimismo sentar el la especie está dotada de alguna
dos esencialmente a todas las cosas especie. Más aún; la diferencia no género como diferencia, y haber for- cualidad que no puede absolutamen-
a las que es atribuida también esen- parece ni aun participar del género; mado una proposición como la si- te pertenecer a lo que está bajo el
cialmente la especie. Por tanto, cuan- porque todo lo que participa del gé· guiente: que la mezcla es una dife- género: por ejemplo, el alma está
do se refute la proposición, podrá nero es especie o individuo, y la di- rencia de la combinación, o el cam- dotada de vida, pero ningún mime-
uno servirse de la consideración si- ferencia no es ni especie ni indivi· bio en el espacio una diferencia de ro puede vivir; luego el alma rro es
guiente: que el género no es atribui- duo. Por lo _tanto, es evidente que !a traslación. Es preciso aplicar a una especie de número.'
do esencialmente a las cosas mismas la diferencia no participa del géne· todos los casos análogos el mismo § 3. Es preciso examinar tam- ·
de las que la e§pecie es un atributo ro. Luego tampoco lo impar es una procedimiento, porque los lugares bién si ia especie es homónima al
esencial. Pe! J cuando se sienta la especie, sino que es una diferencia, son comunes a todos. Es necesario género, sirviéndose para descubrir
proposición, sólo puede servirse del puesto que no participa del género. que e! género sea siempre más am- la homonimia de los procedimientos
caso en que el género es atribuido plio que la diferencia y que no par- indicados más arriba; porque el gé-
esencialmente; porque entonces el § 7. Es preciso ver igualmente si
se ha colocado el género en la es- ticipe de la diferencia; pero supo- nero y la especie son sinónimos.
género y la especie serán atribuidos pecie; por ejemplD, si se ha llamado niéndolo como se ha hecho en los § 4. Como siempre hay muchas
esencialmente al mismo .sujeto: de a la contigüidad continuidad, y a la ejemplos indicados más arriba, estas especies en un género, es preciso ver
suerte que el mismo sujeto está en mezcla combinación, o se hace lo dos reglas cesan de ser posibles; si es posible que haya una segunda
dos géneros. Luego necesariamente que Platón, que define la traslación porque el género entonces será me- especie del género nombrado; por-
estos dos géneros están entre sí sub- el movimiento en el espacio. Estos nos amplio, y participará de la di- que si no lo hay, es claro que el tér-
ordinados. Luego si se ha mostrado son otros tantos errores; porque la ferencia. m:ino indicado no puede en manera
que lo que se quiere afirmar como contigüidad no es continuidad: todo § 11. Además, si ninguna de las alguna ser género.
género no está bajo la especie, es lo contrario, es la continuidad la diferencias del género es atribuible § 5. También debe verse si el
evidente que la especie estará bajo que es contigüidad. Todo lo conti· a la especie dada, tampoco el géne- término dado como género es un
él y se habrá probado que este tér- ·guo no es continuo, mientras que ro será atribuido; por ejemplo, ni lo término puramente metafórico, como
mino es con razón el género. todo lo continuo es contiguo; y lo par ni lo impar son atribuidos al cuando se dice, por ejemplo, que la
§ 4. Es preciso fijarse también mismo sucede con los demás; por· alma, así como tampoco el número prudencia es una armonía; porgue
en las definiciones de los géneros y que no foda mezcla es combinación; por consiguiente. § 12. También _es todo género es atribuido propiamen-
ver si convienen con la especie dada y así, la mezcla de cosas secas no preciso ver si la especie dada es na- te a sus especies; pero la armonía
y con todo lo que participa de esta es una combinación, así como e1 turalmente anterior al género, y si es atribuida, no propiamente, >ino
especie; porque es preciso que las cambio en el espacio no es una traS:. destruida ella, destruye al género; por metáfora, a la prudencia; pLJes
definiciones de los géneros sean atri- !ación; por ejemplo, la marcha no porqtJe debería suceder todo lo con- en efecto, la armonía sólo se Ja e:n
buidas a la especie y a todo lo que parece que es una traslación: la tras· trario: y es que entonces no se ha los sonidos.
participa de la especie. Luego si hay ]ación apenas puede decirse . más dado el verdadero género. § 6. Asimismo es preciso ver si
en algún punto discordancia, es evi- que de los objetos que pasan mvo- § 13. Es preciso ver además si hay algún contrario de la especie;
dente que el género dado no ha Iuntariamente de un lugar a <?tro. se puede dejar a un lado el género examen que puede hacerse de nm-
sido el verdadero género. como sucede con las cosas inanuna· o. la diferencia respecto de Ji espe- chas maneras. § 7. En primer lugar
~ 5. Es preciso ver asimismo si das. Es por tanto evidente que: en Cte: por ejemplo, en cuanto al alma, debe verse si el contrario está en el
se ha dado la diferencia por género; todos Jos casos que acaban de cttar¡ el. :11ovimiento; y respecto de la opi- mismo g¿nero, cuando no hay con-
por eje m pi o. si se ha dicho que lo se, ]a especie es más amplia gue ee nJon. lo verdadero y Jo falso; por- trario del género; porque es preciso
inmortal es el g,~nero de la divini- q~e entonces ninguno de los dos tér-
género. cuando precisamente deb
dad: lo inmortal no es más que la suceder todo io conirario.' ~mos indicados serían ni ~énero, ni ' Crítica de la definición de alrna
diferencia del animal, puesto que dtferencw, j)ucsto gue el genero y la dad:J por X:cnócn1tes. discípulo de P!a-
~
uncJs animales son mortales y otros . X tfercncJa stguen siempre a la cspc- tón.
3 En ·el di<ik>f!O de 1:" Leyes, hbro ' ·
264 ARISTÓTELES
TÓPICOS 265
y la virtud es un relativo, mientras las palabras, no son igualmente re- preciso igualmente que lo que es rencia entre decir, que la perma-
que lo bello y lo bueno no son re- cíprocos como respecto del doble y sabido sea sensible, pero esto no es nencia es el género de la memoria,
lativos sino que son cualidades. del múltiplo; porque cada uno de cierto; porque no todo lo que es sa- y decir que la Permanencia es un
§ 8. También es preciso tener ellos se dice que es el duplo, el múl· bido es sensible, sino que hay cier- accidente respectG de ella; porque
en cuenta si la especie no se dice en tiplo de alguna cosa, sea en sí mis- tamente algunas cosas puramente de cualquiera manera que la memo-
sí misma y del género con relación mos, sea en sus términos recíprocos, intelectuales que se saben. Luego ria sea la perman~ncia de la ciencia,
a la misma cosa: por ejemplo, si el Y así la mitad y lo submúltiplo se lo sensible no es el género de lo esta misma definición le convendrá
doble se dice el doble de la mitad, dicen que son la mitad y el submú]. que es sabido, y si no lo es, la sen- siempre.
es preciso también que Jo múltiplo tiplo de alguna cosa; y lo mismo sación tampoco es el género de la
se diga de la mitad: porque en otro sucede con la ciencia y la perceP:- ciencia. CAPITULO 5
caso, lo múltiplo no sería el género ción; porque son la ciencia y la per~ . § 14. Como, entre los relativos,
de lo doble. cepción de algo, y son expresadas hay unos que están necesariamente § 1. Además, si se ha puesio 1a
§ 9. También es preciso ver si igualmente en sus términos recípro- en las cosas, o por lo. menos junto facultad en el acto o el acto en la f<i-
la especie no se dice relativamente cos; y así lo que es sa:Jido, lo que a ]as cosas con relación a las cuales cultad, lo que se ha tomado por g~
a la misma cosa respecto del género es percibido, es sabido, es percibido se dicen relativos; por ejemplo, la nero no es verdaderamente género:
y de todos los géneros del género: por alguno. Luego, si no hay res- disposición, la posesión y la con- por ejemplo, si se ha dicho que la
porque si lo doble es relativo de la pecto de alguno de los términos una mensurabilidad; porque no es posi- sensación era movimiento en el cuer-
mitad, lo múltiplo lo es igualmente, reciprocidad igual, es claro que el ble que estos tres relativos estén en po; porque la sensación es una fa-
y lo que excede será relativo de la uno no es el género del otro. otras· cosas que en aquellas de que cultad, mientras que el movimiento
mitad; y por punto general todos § 12. Además es preciso ver si son relativos; y como otros relati- es un acto. Y lo rnismo sucede si se
los géneros superiores serán relati- el género y la especie son relati~ vos, por lo contrario, no están ne- ha dicho que la memoria es una fa-
vos de la mitad. Se objeta que no vos a un número igual de cosas; cesariamente en las cosas de que cultad susceptible de recibir la per-
es neéesario que la especie sea rela- porque uno y otro deben decirse son relativos sino que sólo _pueden cepción; porque ninguna memoria
tiva a una misma cosa, en sí y res- igualmente de un mismo número estarlo: por ejemplo, si el alma es es facultad, porque es más bien un
pecto del género; porque la ciencia de cosas, como de la donación y del una cosa que pueda saberse, porque acto.
se dice la ciencia_ de lo que es sa- don; y así la donación se dice do- nada obsta a que el alma tenga co- § 2. También es un error poner
bido, pero la posesión y la disposi- nación de alguno o a alguno, y el nocimiento de sí misma; pero esto la facultad en la _potencia que es Sl,l
ción se dicen posesión y disposición, don es el don de alguno y a algu· para nada es necesario, puesto que resultado: por eJemplo, si se dice
no de lo que es sabido, sino del no; el don es el género de la do- esta misma ciencia puede estar tam- que la dulzura es un refrenamiento
alma. nación, siendo la donación un don bién en otra cosa; y como, por últi- de la cólera, y que la justicia y el
§ 10. Además es preciso ver si irrevocable. Mas respecto de ciertas mo, otros relativos no pueden estar valor son el refrenamiento de los
el género y la especie están expre- cosas el género y la especie no son absolutamente en las cosas de que efectos codiciosos y medrosos; por-
sados de una manera igual en los igualmente extensas; porque el du· son relativos: por ejemplo, lo con- que basta entonces ser impasible
casos de las palabras: por ejemplo, plo es el duplo de alguna cosa, pero trario no está jamás en lo contra- para ser valiente y benigno; mien-
si se dicen a alguno, de alguno, o el exceso y lo más grande exceden rio, lo mismo que la ciencia no está tras que el hombre que se modera
de cualquiera otra manera, porque alguna cosa y de alguna cosa; más en lo que es sabido, a menos que lb es el que siente emociones y no se
el género debe seguir a la especie. grande es más grande que alguna que es sabido no sea el alma misma deja arrastrar por el!as. Por lo de-
Así Jo que es respecto del doble, lo cosa y de alguna cosa; porque todo del hombre; se sigue de todo esto más, quizá este poder es el resul-
es igualmente de los géneros supe- lo que excede y es más grande ex· que es necesario examinar si el ad-
riores: lo mismo que el doble es el cede algun:a cosa y de alguna cosa, versario ha puesto una cosa que tie- tado de uno y otro estado, de suer-
doble de alguna cosa. Y respecto a y es más grande que alguna cosa 1 ne esta cualidad de relativo en un te que el hombre dueño ele sí, sufre,
la ciencia, es igualmente la ciencia de alguna cosa. Luego estos térnu· género que no tiene esta cualidad. no se ve arrastrado y saber resistir.
de alguna cosa, así como sus géne- nos no son los géneros del doble, Por ejemplo, si se ha dicho que Pero esto mismo no es la esencia en
ros, como la disposición y la pose- puesto que no son relativos a tan!as __. 1~ memoria es la permanencia de la un caso del valor y en otro de la
sión. Puede objetarse que no siem- cosas como lo es la especie. O b1en Ciencia: porque toda permanencia suavidad; la esencia de ambos con-
pre se verifica de esta manera, por- no es exacto el decir generalmente está en el objeto permanente y en siste en no dejarse llevar por tales
que lo opuesto y Jo contrario son que el género y la especie son rehl· lo que le concierne, de suerte que pasiones.
la per-manencia de la ciencia está § 3. Algunas veces se toma la
opuestos y contrarios a alguna cosa, ti vos en una extensión igual. . , . consecuencia, cualquiera que ella
mientras que lo otro, que es el gé- § 13. Es preciso ver tamb1en SI en la ciencia, y que la memoria está
nero, es, no opuesto a alguna cosa, lo opuesto es el género de lo opues· en la ciencia, puesto que es la per- sea, por el género: por ejemplo, el
sino distinto de alguna cosa. En efec- to; por ejemplo, si lo múltiplo es ,11 manencia de la ciencia; pero esto dolor por el género de la cólera, y
to, se dice que tal cosa es distinta género de lo doble, y si lo submu • no es posible, porque toda memoria la per-cepción por e] de la certidum-
bre. Es cierto que ambos son en cier-
de cual otra. tiplo lo es de la mitad: porque es está en el alma.
§ 11. Es necesario atender asi- preciso que lo opuesto sea el género Por lo demás, este lugar de que ta manera consecuencia de las espe-
mismo a si los relativos, exp;-esados de lo opuesto. Luego si se supon: acabamos de ocuparnos es común cies indicadas; pero ninguna de
de una manera igual en Jos casos de que la ciencia es la sensación, sera
• t<Jmbién al accidente; no hay dife- ellas, sin embargo> es su género. En
TÓI'JCOS 269
268 ARISTÓTUEJ/ mal. Y así la potencia no puede ser concepción, si hay una violencia de
el género de nada que sea represi- concepción, de suerte que la con-
efecto, el hombre encolerizado no lvidente que el accidente ha sido ble; porque entonces resultaría, que cepción tendrá la certidumbre. Si se
ha montado en cólera sino despué~ mal indicado." alguna cosa reprensible sería desea- pretende que es así, sucederá que
que ha venido el dolor a atacadé; ~ 5. También hay error si la es- ble, y que alguna potencia sería re- la violencia es violenta, y que el ex-
y no es la cólera la causa del sfÓlor, pecie participa sólo en parte del gé- prensible. ceso es excesivo; porque hay una
sino más bien el dolor la causa de nero indicado; porque el género no § 8. Es preciso ver también si el certidumbre violenta. Luego si la
la cólera; luego abso~utaente ha- puede ser poseído en parte por la· adversario ha dado como potencia certidumbre es violenta, la violen-
blando, la cólera no es dolor. Por espeCie. Y así, el hombre no es ani- o posible, o simplemente como pu- cía será violenta. Y asimismo resulta
la misma razón la _s; rtidumbre no mal en parte, la gramática no es diendo producir algo, una de las támbién una estupefacción excesi-
es la percepción; porque se puede ciencia en parte: y lo mismo sucede cosas preciosas o deseables en sí; va: luego si la estupefacción es ex-
tener la misma jltrcepción sin tener en todos los demás casos. Es PreCi- porque toda potencia, toda posibi- ceso, habrá un exceso excesivo. Pero
certidumbre; 1 esto no podría ser so, por tanto, examinar si el géner(j lidad, toda cosa que obra, no son ninguna de estas cosas parece ver-
si la certi~ufubre fuese una especie es poseído sólo en parte por algunos apetecibles sino en vista de otra ·dadera, a 1a manera que el movi-
de la p¡;rcepción .. En efecto, no es términos. Por ejemplo, si se dice cosa. · miento no es lo móvil, ni la ciencia
posibll}/ que una · cosa subsista la que el animal es aquello que es sen- § 9. O bien si el adversario ha es lo que es sabido.
IT'!smá si se la hace cambiar por ttdo o aquello que es visto~ porque colocado en un solo género una cosa § 11. También se incurre en
cofupleto de especie. Y así un mis- si bien el animal e~ en parte sensi- que está en dos géneros o en mu- error colocando la modificación en
. tno animal no podría ser tan pronto ble y visible, y es en el cuerpo don- chos; porque hay ciertas cosas que el género mismo que es modificado
hombre como no serlo. Pero si se de es ~cnsibk y visible, sin embargo no pueden colocarse en un solo gé- por ejemplo, cuando se dice que la
pretende que necesariamente el que no lo es en su alma. Luego lo sensi- nero; por ejemplo, el embustero· y inmortalidad es una existencia eter-
percibe tiene también certidumbre, ble y Jo visible no pueden ser los el calumniador. En efecto, la inten- na; porque la inmortalidad parece
la percepción y la certidumbre apa- géneros de lo animal. ción sin la potencia o la potencia ser una modificación o una circuns-
recerán como iguales, de suerte que ~ 6. Algunas vt--:es no vemos sin la intención no bastan para ha- tancia de la existencia. Pero eviden-
de esta manera tampoco habría gé- que se coloca el todo .::n la parte, cer a uno embustero ni calumnia- temente la precedenie aserción sólo
nero; porque es preciso que el géne- como cuando se llama al animal un dor; porque sólo lo es el que reúne podría tenerse por verdadera si se
ro sea siempre más amplio que la cuerpo animado; siendo así que la ambas cosas. Luego es preciso colo- concediera que de mortal pudiera
especie. parte no puede ser atribuida al todo. car las dos cosas indicadas aquí, no uno hacerse inmortal; porque nadie
§ 4. Es preciso ver también si Luego el cuerpo no puede ser el en un género, sino en dos. diría entonces que toma otra exis-
no pueden estar los dos natur':llmen- género animal, puesto que es una § 1O. Algunas veces también se tencia, sino sólo que a esta misma
te en un solo y mismo objeto; por- parte. da recíprocamente el género por la existencia se agregó una modifica-
que donde está la especie allí está § 7. Es preciso ver también si diferencia, y la diferencia por el gé- ción o cualquiera otra circunstancia
el género: por ejemplo, donde está el adversario ha colocado en la po- nero; por ejemplo, la estupefacción nueva. L.tego la existencia no es el
lo blanco allí está el color; y donde tencia y en lo posible alguna cosa por un exceso de admiración, y la género de la inmortalidad.
está la gramática, allí está la cien- que merezca ser condenada o de certidumbre por una violencia de § 12. Además, hay asimismo
cia. Luego si se llama a la vergüen: la que deba huirse; como por ejem· concepción. Pero ni el exceso, ni la error si se d:ce que el género de la
za temor, y a la cólera dolor, resul- plo. si se ha llamado sofista al que violencia, son el género: no son más modificaGióif es e1 objeto mismo en
tará que la especie y el género no puede sacur un lucro de su sabídu· que la diferencia; porque la estupe- el que tiene lugar la modificación:
están en el mismo objeto; porque rh aparente, Q calumniador al que facción parece ser una admiración por ejemplo, si se dice que el viento
la vergüenza está en el alma racio- pucd..: calumniar en secreto y sem· excesiva, y la certidumbre una .con- es el aire agitado; porque el vien-
nal, el temor en el ;¡Jma npasionada, brar el odio entre los amigos, o la· cepción violenta. Luego la admira- to es más bien la agitación del aire.
y el dolor en el .::,ua concupisci- drón al que puede robar las cosas ción y la concepción son el género, Y en efecto, el aire siempre es el
ble; porque allí existe: también el de otro. En efecto, ninguna de estas como el exceso y 1a violencia son mismo, sea que esté agitado, sea
placer, mientras que la cólera está personas es calificada con este nom· la diferencia. Además, si se tomase que esté en reposo. Luego, absoluta-
en la parte apasionada. Luego no bre únícamente porque pueda ser el exceso y la violencia por géneros, mente hablando, el vie;lto no es el
son verdaderos géneros los indica- tal. Dios y el hombre virtuoso pue- l~s mismas cosas inanimadas expe- aire; porque ent0nces habría vien-
dos. puesto que no pueden darse den igualmente obrar mal de esta nmentarían certidumbre y estupe- to aun cuando el aire no estuviera
naíuralmente en los mismos objetos suerte, pero no son tales, sin emba¡; facción. En efecto, la vio.lencía ·de agitado, puesto que subsiste el mis-
que las especies. Y lo mismo sucede go; porque no se llaman malos m cada cosa y el exceso son atribui- mo aire que hace un instante era
con la amistad; si se la coloca en la que a los que lo son voluntariame~ dos a aquello de que son el exceso viento. Lo mismo tiene lugar en to-
parte concupiscible, cesará de ser te. Esto nace de que toda potencia V la violencia. Luego si la estupe- dos Jos demás errores de este géne-
un acto voluntario, puesto que toda es apetecible: el mismo poder d~l facción es un exceso de admiración, ro. Pero sí en el ejemplo procedente
voluntad está en la parte racional. mal lo es también, y por est? decJ· la estupefacción será <Jiribuida a la se puede conceder que el viento esté
Este lugar, por lo demás, es tam-
bién útil para el accidente; porque
mos que Dios y el hombre v1rtu'4
lo poseen; porque pueden obrar e
1 admiración, de suerte que la admi- en el aire agitado, no podría admi,
ración será estupefacta: y lo mismo lirsc aserciones de csk género para
el accidente y la cosa a que perte-
nece están en el mismo objeto, de éase el concepto de amistad¡~
f la certidumbre será atribuida a la todas las cosns en las que el género
~
0 '-:
ciso ver si el que sabe, en tanto que preciso, digo, cuando se argumenta virtud relativamente a la ciencia es, en sí puede ser comparado a mu-
sabe, está cierto de ello; porque es uno a sí mismo, admitir que el tér- que :a una está en muchas partes chas cosas; porque es prccíso que
claro entonces que la ciencia es mino que sigue siempre es género del alma, y que la otra está por su lo propio sea atribuido al sujeto
una especie de certidr1mbre, y lo cuando el otro no le es recíproco: naturaleza en la parte radonal úni- comparado con todas las demás co-
mismo sucede en todos los casos § 18. Pero cuando un adversario camente y en los seres que tienen sas; de suerte, que si el sujeto no
análogos. quiere proceder de esta manera, no razón. Lo propio de lo que subsiste queda aislado relati~amente a todo,
§ 17. Y además, como es muy se debe pre~tar su aquiescencia en· siempre es aquello que es verdadero es porque lo propio no ha sido bien
difícil, cuando una cosa sigue siem- todos los casos; y la objeción que en todo tiempo y no declina jamás: atribuido. Lo propio que ~ubsiste
pre a otra sin ser entre sí recípro- se puede hacer, es que el no-ser si- y así respecto del animal, es el ser siempre, se le puede buscar "'en mu-
cas, no consider.f!rla como su géne- gue a todo aquello que nace, por. compuesto de alma y de cuerpo. Lo chos tiempos; y si no existe, si no
ro, es preciso cuando una cosa si- que lo que nace no existe, pero no propio, en cierto tiempo, es aquello ha existido, si no debe existir, es
gue a otra toda y entera, sin que hay aquí . reciprocidad, puesto que que es verdadero en cierto momen- porque no es lo pr(]pio. En cuanto
ésta otra siga a la primera toda y no se puede decir que todo no-ser to, pero que no es siempre una con- a lo propio, que sólo es en cierto
entera; como, por ejemplo, el repo- nace: y por consiguiente el no-ser secuencia necesaria del sujeto: y así, tiempo, no le buscamos en ningún
so sigue a la calma del aire, y lo no es el género de lo que nace; por- respe-cto de tal hombre, es el pa- otro momento de la duración, sine
divisible sigue al número, sin que que, absolutamente hablando, el no- searse en la plaza pública. en aquel de que se trata ahora. Para
lo inverso sea cierto, puesto que no ser no tiene especies. § 5. Expresar el propio relativo, este propio no hay razonamientos
todo divisible es número y no todo § 19. Luego es preciso tratar el es decir la diferencia que se da, o posibles; y una cuestión verdadera-
reposo es la calma en el aire; es género como acabamos de decir. en todos los sujetos y siempre, o las mente lógica es aquella en que los
más veces y en la mayor parte de razonamientos pueden ser numero-
los sujetos: por ejemplo, un propio sos y sólidos.
relativo, que está en todos los su- § 7. El propio que llamo rela-
ielos y siempre, es para el hombre tivo ha de ser tratado con arreglo a
LIBRO QUINTO relativamente al caballa el ser bí· los lugares indicarles para el acci-
pedo; porque el hombre es siempre dente, y debe verse si es atribuido
bípedo, y todo hombre es bípedo, a tal sujeto mientras que no lo es a
CAPITULO 1 cuestiones: y así, lo propio del hom- y ningún· caballo es nunca bípedo. tal otro. En cuanto a los propios
bre relativamente al caballo, es el Lo propio que subsiste más habi· que son perpetuos y a los propios
§ 1. En cuanto a saber si el tér- ser bípedo; porque podría sostener-· tualmente y en la mayor parte de en sí, es preciso proceder como va-
mino indicado es propio o no lo es, se que el hombre no es bípedo, y los sujetos es, por ejemplo, lo pro- mos a decir.
he aquí cómo se puede reconocer. 1 que el caballo es bípedo: y se des- pio de la parte racional del alma,
§ 2. Lo propio puede darse o truiría de estas dos maneras lo pro: que es mandar a la parte concupis-
en sí y siempre, o relativamente a pio dado. Pero si se áfirma y se cible e irascible; la una ordena y la CAPITULO 2
otra cosa y por cierto tiempo. Por niega lo uno y lo otro de ambos, otra obedece; y es que en efecto la
ejemplo, en sí lo propio del hombre habrá cuatro cuestiones: y así, Jo § 1. Por lo pronto, es preciso
parte racional no manda siempre,
es el ser un ammal naturalmente propio del hombre relativamente al examinar si lo propio ha sido bien
sino que algunas veces es mandada;
sociable; y con relación a otro, lo caballo, es que el uno es bípedo y o mal sentado. ~ 2. Para sab~r si ha
y la parte concupi$cible e irascible
propio del hombre será dado por la el otro cuadrúpedo. Y puede soste- no es siempre mandada, sino que sido oicn O mal scnLado, puede pre-
comparación del alma con el cuer- nerse ;que el hombre no es natural- algunas veces manda, cuando el guntarse. en primer lugar, si lo pro-
po, porque el alma está hecha para mente bípedo, sino que es cuadrú· alma del l1ombre está pervertida." pio ha sido explicado por términos
mandar, y el cuerpo para obedecer. pedo; y es posible también sostener qu~ nJ son más conocidos o que
§ 6. De entre los propios, son
Lo propio que subsiste siempre, es, que el caballo es bípedo y que no son más conocidos. Cuando se rc-
los más lógicos los propios en sí, f uta. es pr::;;iso mirar a' los térmi-
por ejemplo, decir, hablando de es cuadrúpedo; y cualquiera de es· los que subsisten siempre y los pro-
Dios, que es inmortal. Y lo propio tas proposiciones que se pruebe, nos que; no 'On más conocidos; y si
pios relativos. El propio relativo
para cierto tiempo, es, por ejemplo, queda destruida la proposición sen- abraza muchas cuestiones, como di-
se ~icnta la proposición, es preciso,
tada. por !u comr2rio. mirar a los lél'mi-
decir de tal hombre que se pasea en i imos más arriba; porque f orrn a de no' cue sur. más conocidos.
el gimnasio. § 4. Lo propio en sí es aquello toda necesidad dos o cunlro cues-
que es atribuido al sujeto cuando ~ 3. Pude no habcrs<e procedi-
§ 3. Lo propio dicho con rela- liones. Esta especie de propio es la
se le compara con todo lo demás Y que suministra más cuc:,tÍl>n·::s. En do mcdianL térmmos más co:loci-
ción a otra cosa puede formar dos
que le separa de todo lo demás. Así, cuanto al P'·opio en sí y <~1 que sub- do'; en ,rr:~v~r JugJr; si lo pl opio
cuestiones o cuatro. Si una misma
respecio del hombre, es propio en siste siempre, puede ::;cr compar:1do que ''' allr:":z, es absotutamcntc m~
cosa es afirmada de otra cosa y tam- dcoc:c:·:CJjck 4ue ht cosa a q Lh_, se
bién de otra, no habrá más que dos sí el ser animal mortal capaz de el muchas co~Lis y ser buscado en
ciencia. Lo propio relativo a <;tra le ;,· .orno propio; cntonc..:s
muchos ti<:mpos. Y as!, lo propio
1 Viene a cuento leer cuando dice cosa es lo que no separa al sujeto ' 10 ¡;; babní :;ido bi.:n SCl1·
. ;x:·r<--! - ]1() se d ~ce lo rroplo
Porfirio sobre lo propio. Isagoge, ca-
pítulo 4.
de todo, pero le separa de alguna
cosa especial; y así lo propio de la
i
\
11:
V éasc el tratado Del Af¡¡;u, librt.J
ot · :·~Jr;¡ · a conocer mejor las
274 ARISTÓTELES TÓPJCOS 275
cosas; puesto que para instruirse se cidos, y se sienta un propio más caso lo propio no habrá sido bien cual sustancia s_on una sola y mis-
forman los propios y las definicio- conocido en Jos dos sentidos; y así sentado. ,:, Y por qué? Esto lo expl i- ma cosa. Y ast se habrá repetido
nes. Y así es pteciso proceder aquí lo propio del animal habrá sido bien ca bastante wdo lo dicho más arri- sustancia muchas veces, de suerte
por términos más conocidos; porgue sentado con relación a esta cuali- ba; pues no pueden menos de re· que ni uno ni Otro propio habrán
de esta manera se podrá compren- dad de tener sensación. producirse aquí aquellos mismos in- sido bien sentados. Cuando se sien-
der más debidamente. Por ejemplo, convenientes; por ejemplo, teniendo ta la tesis, es Preciso no servirse
§ 5. Cuando se refuta, es pre- muchas veces de Ja misma palabra;
si se dice que Jo propio del fuego ciso ver si una de las palabras in- saber muchos sentidos, puesto que
es el ser Io que más se parece al cluidas en la explicación de lo pro- significa a la vez tener ciencia, ser- porque entonce:' lo propio estará
alma, como nos servimos en este pio tiene muchas significaciones, o virse de la ciencia, tener ciencia de bien sentado ba¡o esta relación. Por
caso del alma, que es mucho menos bien si toda la frase tiene muchos tal cosa y servirse de la ciencia de ejemplo, puesto que cuando se dice
conocida que el fuego, porque sabe- sentidos. Por ejemplo, puesto que esta cosa, no se habrá sentado bien que el ho~bre _es un anima! suscep-
mos mejor Jo que es el fuego que sentir tiene varias significaciones: lo propio de saber, si no se han fi- tible de ctencta, no nos servimos
lo que es el alma, se sigue que esta una, tener sensación; otra, servirse jado las diversas significaciones res- muchas veces de la misma palabra,
semeianza del fuego con el alma de la sensación, no puede darse pecto de las que se dice lo propio. lo propio del hombre estará bíen
no puede ser un propio bien senta- como propio del animal el estar or- Cuando se sienta la tesis, es preciso sentado en este concepto. § 8. Ade-
s
do. 4. En segundo lugar, se co- ganizado naturalmente para sentir. hacerlo de manera que la cosa de más, cuando se refuta, es preciso ver
si se ha empleado en lo propio una
mete un error si la atribución de lo Por esto no conviene servirse para que se dice lo propio tenga, no mu-
propio al· sujeto no es también más lo propio, ni de una palabra de mu- chos sentidos, sino un sentido único palabra que puede convenir a todo;
conocida que el sujeto. Esto consis- chos sentidos, ni de una definición y simple; porque entonces resultará porque la palabra que no ~epara el
!'
i\ te en que no basta que lo propio que tenga igualmente muchos, por· bien sentado lo propio bajo esta re- sujeto de cierto número de cosas,
~~ sea más conocido que la cosa, sino que la palabra de muchos sentidos lación. Por ejemplo, si se habla del no podrá ser útilmente empleada;
que es preciso que la atribución de oscurece lo que se dice, y no se hombre de una manera absoluta, se sino que es preciso que los térmi- _
lo propio a esta cosa sea también sabe, cuando se va a discutir, cuál sentará bien lo propio del hombre nos que ~orman lo_s propios distin-
más conocida; porque si no se sabe de los diferentes que tiene se ha diciendo que es un animal manso gan el suJeto, lo mtsmo que los téJ·.
que lo propio es atribuido a tal cosa, adoptado. Nunca se dice lo propio por naturaleza. minos que componen la~ definicio-
no se sabrá tampoco si lo es a esta sino para dar a conocer mejor la § 7. Cuando se refuta, es pre- nes. Y así lo propio no estará bien
cosa sola, de suerte que ni en uno cosa; puede añadirse también que ciso ver también sí la misma cosa sentado, por ejemplo, si al dar lo
ni otro caso lo propio es perfecta- necesariamente se expone uno a al- es repetida muchas veces en lo pro- propio de la ciencia, se dice que,
mente claro. Por ejemplo, cuando guna refutación, cuando se da a co- pio; porque las más veces no se ad- permanenciendo una, es una concep·
se dice que Jo propio del fuego es nocer de esta manera lo propio, vierte esta falta lo mismo en los ción firme en frente del razonamien-
el ser el elemento primitivo en que porque el adversario fonna su silo- . propios que en las definiciones. Pero to. Desde el n:omento en que se
existe naturalmente el alma, nos ser- gismo sobre la palabra de muchos lo propio que presente este defecto dice: permaneciendo una, se sirve
vimos de una noción menos cono- sentidos, tomando el que está en no habrá sido bien sentado, porque ya en lo propio el térniino uno, que
cida que el fuego mismo, a saber: desacuerdo con la cuestión. Cuando una cosa muchas veces repetida es· hace a todo, Y lo propio de la cien-
que el alma ha existido en él y ha se sienta la tesis, es preciso hacer torba al que la escucha, resultando cia no está bien sentado. Pero cuan-
existido primitivamente. Y así lo de manera que ninguna de las pa- de aquí necesariamente, que la pro- do se establece la proposición, es
propio del fuego está bien sentado, labras ni la explicación entera ten- posición se hace oscura y que pare· preciso no, servir~e de ~ingún t~r
si se dice que es el principio en que gan mucho_s sentidos; porque en- ce perderse entonces el sentido de mino comun, Y S! tan solo de ter-
naturalmente el alma ha existido en tonces lo pfopio aparecerá bajo esta sus palabras. Puede suceder que se minos que separen el sujeto de toda
su origen. Cuando se establece la te- relación bien sentado. Por ejemplo, repita la misma cosa de dos mane- otra cosa; porque de esta manera lo
sis, es preciso ver si lo propio es puesto que la palabra cuerpo no ras: la una, cuando se nombra mu- propio estará b_ien sentado. Por
dado en términos más conocidos y tiene muchos sentidos, y que esta chas veces la misma cosa, y se dice, eiemplo, si se d1ce que lo propio
mediante términbs más conocidos en expresión: lo que se dirige más vi- por ejemplo, que lo propio del fue· del animal es el tener un alma, no
uno y otro sent;do; porque de este vamente hacia arriba, tampoco los go es el ser el cuerpo más ligero de nos servimos de ningún término co-
modo es como lo propio estará bien tiene, y que la definición total for- todos; porque entonces se repite mún, y el tener alma será con ra-
sentado relativamente al término en mada con estos elementos tampoco cuerpo muchas veces; y la segunda, zón, por lo menos en est~ concepto,
cuestión. En efecto, entre Jos luga- tiene muchos, lo propio del fuego cua:1do se toman las definiciones de lo propio del ani~al. § 9. Cuando
res que establecen que lo propio está aparecerá bien sentado, y se dice qu: las palabras por palabras, y se da, se refuta, es prcc¡so ver si se dan
bien sentado, los unos prueban que es el cuerpo que se dirige más VI- por ejemplo, por propio de la tierra muchos propios de una misma co:;a,
lo está respecto de tal cosa solamen- vamente hacia m-tiba. el ser, entre tocios los C)JCrpos, la sin haber advertido que se; loman
muchos, porque entonces Jo propio
te, y los otros prueban también que s 6. Cuando se refuta, es preci-
lo cslá en general. Por ejemplo. so ver si la cosa de que se dice 1~
sustancia que se dirige más viva·
mente hacia abajo; y en seguida se no estará bier, sentado. Así como
cuando se dice que lo propio del propio tiene muchos sentidos, y SI toma, en lugar de la palabra cuer- en las definiciones nu dc"Jc aii<'dirse
anim;:d es el tener sensación, se sien- no se lw clctcrmin<~clo aquel que po, los nombres uc tales o cuales nada a la ex pi ic<lc;ón m 1 ~ma de ];;
ta lo rropio en términos mií~ cono- mucstr;¡ lo Pl"O?ÍC': Pl'rc¡uc en tal
• sustancias, porque el cuerpo y tal y esencia, en igual fCJrma ~n los pro-
276
ARISTÓTELES TÓPICOS 277
•
. • '-.. 1'--•• l._ojl_; < .__ "- ¡:_¡, '--; ''·"
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?80 ARISTÓTELES 281
TÓPICOS
explicados para el género y para lo cusJón dic~endo, que la expli~iótt TÓPICOS 291
. .
propio.
no se aphca a todo aquello, C!ija ~ . porque siempre que nos servi-
§ 4. Resta decir cómo se puede ddinición se ha hecho. § 3. Est~res , e, de la metáfora, lo hacemos en del mismo género, no separa de lo
reconocer si. se ha definido bien o principalmente lo que el adve~ :ta de alguna semejanza. Pero esta que se da en el género; de suer-
mal. te que la adición de este atributo es
puede hacer cuando la horno~ , " forma de expresión no da a
§ 5. Por lo pronto, es preciso está oculta. Pero po~ ot~a parte., ~ocer nada; porque no hay aquí por completo inútil.
ver si no se ha definido bien; por- d~ hacer ~no por ~I mrsmo ~~~..·=.ejanza según la cual la ley s~a § 2. O bien es preciso ver si el
atributo añadido es propio del de-
que es más fácil obrar de una ma- gismo: temendo. cmdado de .:m~ ·~ida ú imagen, Y. que a?em_as
nera cualquiera gue obrar bien. Es, en cuantos .sentidos se to~a la;~ lllsnca es tomada propia y ordmana- finido; de tal manera, que si se le
quita, la definición no deja de ser
se defr~e; porque SI no .se. . ~.•. '.~·.
pues, evidente. que en este punto el
error es más frecuente, puesto. que que · te en este sentido, de suerte que menos propia, y no expresa menos
hecho suficlentet?ente resp~t<t~ i:~ dice absolutamente .que la ley por eso la esencia de la cosa. Por
la cosa es má~ difícil, de suerte que ninguno de los drverso~ ~enttdOIIffl ·.· medida
0 imagen, se mcurre en ejemplo, añadir en la definición del
la argumentación respecto del se-
claro que m;> se ha defimdo ~~ ·" error: la imagen, .e_n e~ecto, es hombre la cualidad: susceptible de
gundo punto es, más fácil que resc · manera debrda. ,~~,, . ·ello cuya produccron tiene lu- ciencia, es inútil; porque suprimién-
pecto del primero; · · ·. § 4. Otro . lugar ocur;e cuatúJo .*!U por imitación; y en manen~ al-
§ 6. La definición no ha sido se ·ha empleado la me~afora: .par.· llf.fllla se encuentra en este caso. la dola, el resto de la definición es to-
bien hecha por dos motivos: el uno, ejemplo, cua!ldo se. ha dicho qucrk ·)ey. Si no se toma esta exprestón davía propio del hombre, y expresa
por haberse empleado una expresión ciencia era mve~crble, que la''ne-, lbsolutamente, es evidente que la su . esencia. En una palabra, debe
oscura; siendo ·así- que; cuando se rra era una nodn~a, que la temples. , f:tplicación es oscura, que se ha em- considerarse comg inútil todo aque-
.define, es preciso tomar la expresión za era una ~rmoma. En ~fecto,,t(ldo :jlleado una expresión peor que to- llo que si se suprime, no por eso el
más clara p"ible, puesto que la de- lo que se dice por medio de :JnCt1. • {~ las metáfor~s. definido deja de resultar perfecta-
, .
finición sólo se haée para dar a foras es os<;uro; y se puede,~ -;;;§ 7. Es prec so ver ademas sr la mente claro. Esto sucede con la de:
comprender las cosas. En. segundo el adversariO emplea una m~táfOI'I; · ~inición de lo 1contrario no es per- finición del alma, si se dice que es
lugar, la definición puede ser mala, enredarle y pretender. que. no se &á io:tamente clara conforme ~ !~ que un número, moviéndose por sí mis-
por extenderse más de lo necesario; servido de palabras propia~, ·y C!UC .·~ ba dicho; porque las deftmcwnes mo; porque lo que se mueve por sí
porque todo lo que sea excesivo en la definición no es la debtda. Por 111m hechas explican igualmente los mismo, es precisamente la misma
cosa que el alma, tal como la ha
la definición .es inútiL ejemplo, esto sucede con la lem- contrarios. § 8. Es necesario v~r, por definido Platón. ¿Es que este tér-
§ 7. Además cada uno de los planza; es claro que t~da .armonfa ltimo, si la definición hecha mdic:>
mino indicado aquí es de tal ma-
defectos que acabamos de decir pue- está en los sonidos, y SI la armQIIfl JQII evidencia qué objeto es el deft- nera propio que la definición cesa-
de dividirse en muchas especies. es el género de la templanza, Ja.m¡. Jido; 0 si, como sucedía ~on las ría de expresar la esencia si se su-
ma cosa estará a 1~ vez en dos·'!¡ .· •¡.·.turas de los antiguos a~ttstas, es primiese la palabra número? Difícil
neros no comprendido~ el uno e¡1 · ' iso escribir por debaJO de lo es expresar claramente lo que hay
CAPITULO 2 otro; porque la armom~ no contietll.. ·. . es para que se conozca. en esto. Por lo demás, es preciso
la virtud, así como la VIr,tud no~ ·. ·.~;:S 9.. He aquí, P.or tanto, cóm? servirse de este lugar en todos los
§ l. Hay, pues, un primer lugar tiene tampoco 1~ armoma. • ""!if Jilede reconocerse s1 no se ha deft- casos análogos, siempre que el ha·
sobre la oscuridad de la definición, § 5. Es. prec1so ver tamb1énbfa¡ .jo claramente. cerló sea útil. Por ejemplo, supon-
cuando la palabra empleada es ho- ~1 a?versano hace. uso de ~~ ;,'f!:.~
musitadas: por eJemplo, d1 ·L;i·:
gamos que la definiCión de la flema
mónima con alguna otra; como, por sea lo húmedo primitivo procedente
ejemplo, si se dice que la genera- col!lo Platón, que el,ojo es oph'!! . ?;;,e CAPITULO 3 del alimento sin cocción. Ahora bien;
ción es una preparación a la sus-
quw,; 0 que la tarantula es ~r:L ,'l!lí.'· . . el primitivo es único, y no puede ser
tancia, o .bien que la salud es .un dacea. o que la médula es,.~ J~11. Si ~e ha hecho una defi.m- muchos. Y así esta adición de las
justo equilibrio entre los elementos gena. Toda palabra, que no ~cm- ..~ demasiado ~xtensa, es l?reciso palabras: sin cocción, es inútil; y
plea habitualmente, es oscura~ ·:.t. lf• ante todo, st se ha servido de quitándola, el resto de la definición
calientes y fríos; porque la prepara- ~ 6. Hay otras expresio!le~ ....... f. término que se aplica a todo, sea
ción y el justo equilibrio son pala- no se toman ni por homon~~.., . . .,todos los seres absolutame_nte, no será menos propio del definido.
bras homónimas: no se sabe por
e
tanto claramente cuál de los senti- por metáfora, ni por propiO¡1 t.. tia 8 cosas que están comprendtda.s
eiemplo, cuando se di~e que J CO" . · • el mismo género. que el defi-
En efecto, no puede provenir del
alimento primitivamente este pro-
dos expresados por la palabra que es la imagen o la medida de ..- . .·. :h¡ porg;e nec~sanamente este ducto y otro además. ¿O bien, será
que la flema no es absolutamente el
pretende designar. § 2. Y lo mismo sas justas P<!r na_tur_aleza. Todo QUC . 'ltlihno ser_a ~emas1ado extenso. E!l primitivo procedente del alimento?
tiene significaciones múltiples se
por l.o demás, es mas defec~OSO ·f(lf ~o, es md1spensable que el ge- ¿será que sólo sea el primilivo de
acontece si no se ha hecho división
en el caso en que el definido tenga la metáfora. La metáfora
8
~p ~se~are el def~nido d.e las demás los productos sin cocción, de tzi ma·
lo menos. clara la cosa qde d tiC tt l ' ) que la d1ferenCJa le separe nera que sea preciso añadir, sin coc·
muchos sentidos; porque entonces
a causa de la semejanza e q .. ~a de las _otras c,osas compren· ción? Expresándose de esta manera,
no se sabe cuál de estos sentidos se
. b~. ~en e! m1smo genero. Pero el la definición no es verdadera; por·
ha dado a !a definición, y el adver-
sario puede entonces enredar la dis-
Opl~ryosquio. dio e~. solll • filie to. que es atribuido a todo lo que la flema no es el primitivo de
por la ceja. .)e¡ es Simplemente, no separa nad;;¡; todos los productos procedentes del
que se aplica a todo lo que es alimento.
292 ARISTÓTELES TÓPICOS 293
§ 3. Es preciso ver además, si porque en tal caso bípedo sería au¡. todo número y antes que todo nú-
uno de los elementos puestos en Ja buido dos veces a la misrna cosa· CAPITULO 4 mero. De igual modo la letra es más
definición cesa de ser atribuido a pero lo bípedo se dice del an.irn ' conocida que la sílaba. Pero, con
todos los objetos comprendidos en terrestre bípedo, de suerte que ~ § 1. Veamos ahora cómo deberá relación a nosotros, sucede a veces
la misma especie; porque entonces bípedo es atribuido una sola Vt2 saberse si ha sido o no indicada y todo io contrario; porque el sólido
se define todavía peor que tomando Lo mismo sucede respecto al deseo: definida la esencia d~; la cosa. es más perceptible a la sensación,
un atributo aplicable a todos los porque aplicarse a lo agradable ~ ~ 2. Pot lo pronto, es preciso la superficie lo es más que la lí-
seres existentes. En efecto, de esta
manera, si el resto de la definición
se .atribuye al apetito, sino a 1; to. ve~ si la definición ha sido hecha nea, y la línea más que el punto.
tahdad; de suerte que la atribución mediante cosas anteriores y más co- Son éstas cosas que e1 vulgo conoce
es propio del definido, la definición aparece hecha aquí una sola lfez nocidas. En efecto, puesto que la mejor; porque puede aprender las
toda será también propia de él, por- No es absurdo por lo demás· el re: definición no se hace sino para dar unas una inteligencia común, mien-
que añadiendo a lo propio un atri- petir dos veces la misma palabra· a conocer el definido, y conocemos tras que las otras exigen una inte-
buto verdadero, cualquiera que él lo es tan sólo el atribuir la misnu: éste, no mediante cualquiera cosa, ligencia discreta y distinguida.
sea, Ja totalidad de la definición no cosa muchas veces a una misma sino por cosas anteriores y más co- § 4. En general, por tanto, vale
deja por eso de ser propia. Pero cosa. De este modo Xenócrates pre. nocidas, como sucede con las de- más conocer las cosas posteriores
desde el momento en que uno de los !ende que la reflexión es la facuJ. mostraciones, porque de este modo por las que preceden, porque de
elementos admitidos en la definición tad que define y que observa los procede toda enseñanza, toda cien- este modo se aprende más. Sin em-
no es aplicable a todo lo incluido seres. La definici5n en este caso es cia, es evidente que cuando no se bargo, cuando las gentes no pueden
en la misma especie, es imposible ya una especie de observación de ha definido con elementos de este conocer por estos medios, es pre-
que la definición toda sea propia suerte que añadiendo: y que obser· género, no se ha definido; de otro ciso hacer la definición mediante las
del definido, porque no podrá ser va, dice dos veces la misma cosa. modo habría muchas definiciones de cosas mismas que les son conocidas.
tomada recíprocamente por la cosa. Lo mismo sucede con los que pre- una misma cosa. También es evi- En este caso están, por ejemplo, las
Por ejemplo, si la definición del tenden que el enfriamiento es la pfi. dente que se define mejor por las definiciones del punto, de la línea,
hombre es animal terrestre bípedo, vación del calor natural; porque cosas anteriores y más conocidas; de la superficie; porque todas ex-
de cuatro codos de altura, esta de- toda privación se aplica a lo que es de suerte que las dos definiciones plican las cosas anteriores por las
finición no puede tomarse recípro- natural, luego es inútil añadir: na· se aplicarían a una misma cosa. posteriores, y el punto es, según se
camente por la cosa, porque este tural; y basta decir privación del Pero esto no podría ser; porque dice, el límite de la línea, ésta de
atributo: de cuatro codos de altura, calor, puesto que la misma priva. cada cosa es únicamente lo que es; la superficie, y ésta de! sólido.
no pertenece a todos los seres in- ción indica bastante que se trata dt y si hay muchas definiciones de una ,§ 5. Es preciso no perder de
cluidos en la misma especie. una cosa naturaL misma cosa, será preciso que la vista, que cuando se define de esta
§ 4. Es preciso ver además, si § 5. Es preciso ver, por otra esencia dada en cada una de las manera, no se puede mostrar res-
se ha repetido una misma cosa mu- parte, si siendo el término universal definiciones sea idéntica a la esen· pecto de la cosa definida lo que es
chas veces: como, por ejemplo, se añade a él un término particu· cia de la cosa definida. Mas estas su esencia, sino a condición de que
cuando se dice que el deseo es el lar: por ejemplo, si se dice que la esencias no son idénticas, puesto que la misma cosa sea a la vez más co-
apetito de lo que es agradable; por- moderación es una concesión reto las definiciones son diversas; Juego nocida para nosotros y más cono-
que todo deseo se aplica a lo que es pecto de cosas útiles y justas; por• es evidente que no se ha definido, cida en sí, puesto que para definir
agradable. De aquí se sigue que lo que lo justo es algo útil, de s~~r· cuando no se ha definido mediaP.te bien, es preciso definir por el gé-
que es idéntico al deseo, se aplica te que está comprendido en lo utll. cosas anteriores al definido y más , nero y las diferencias. Ahora bien,
también a lo agradable, y de esta Y así lo justo aquí es superfl~o, conocidas que él. 3 § 3. De dos ma- estos elementos son más conocidos
manera la definición del deseo se porque. se ha añadido un términO neras puede comprenderse el no ha- que la especie y anteriores a la es-
convierte en el apetito de lo agra- particular no obstante emplearst; un berse hecho la definición mediante pecie; porque con el género se des-
dable de lo agradable: porque no término universal. Como, por .eJC'!'' cosas más conocidas; según que se truye la especie, y con l.a diferencia
plo, si se ha dicho que la cJenCIII hace mediante cosas más descono- sucede otro tanto; de suerte que es-
hay diferencia entre decir el deseo médica es la ciencia de lo que e~ cidas en sí, o más desconocidas para tas dos cosas son anteriores a la
o el apetito de lo agradable; y cada sano para el anima! y para el hoJ:;~ nosotros; dos casos que podrán pre-
una de estas expresiones se aplica especie. Además, son más conocidos
bre, o que la ley es la imagen de !~ . sentar>c. Lo anterior es absoluta- que ella, porque cuando se conoce
igualmente a lo agradable. Pero qui-
cosas bellas y justas por naturalezJ: ll_lenh" más conocido que lo poste- la especie, hay necesidad de cono·
zá no hay en esto nada que sea ab-
porque lo justo es ya algo bell~; ~: t!or; ''or ejemplo, el punto es más cer también el género y la diferen-
surdo. E! hombce, en efecto, es suerte que la misma cosa aparC•• co?o..: cj¡~ que la línea, la línea
bípedo, y lo que es idéntico al hom- cia. Y así, cuando se conoce el hom·
aouí repetida muchas veces. ~a& ~~~e Ia superficie, la superfi- bre, se conoce también el animai y
bre es bípedo: es así que animal '/:) 6. Por consiouiente por es!OS
, "' lle ?:a~ que el s~lido; lo !nismo que lo terrestre; pero cuandG se conoce
terrestre bípedo c:s idéntico a hom- medios u otros análogos po d ra, vt'·
• a_ L•lluad es mas conocrda que el el género y la diferencia, n~ h~y
bre: luego animal terrestre bípedo se si se ha definido bien o mal. numcru; porque es el principio de
es bípedo. Pero no hay en esto úada necesidad de conocer la especte, de
de absurdo; y el bípedo no es atri- 2 suerte que la especie es má~ des-
T¡,¡ como se dice en los Segurzdos
buido dos veces al animal terrestre; Ana!u:cDs. libro 1, cap. l. conndcla.
TÓPICOS 295
294 ARISTÓTELES siones, o lo que es el hombre para
cirna de .la Tierra, se ha nombrado
el Sol: de suerte que sirviéndose del saber contar. Pero el género aspira
§ 6. Además, cuando se preten· § 11. Veamos otro, que consiste día, se ha servido jgualmente del siempre a expresar lo que es la cosa,
de que las verdaderas definiciones en hacer la definición de lo que está y éste es el primero de los elemen-
son definiciones compuestas de ele- soL . · ·
en reposo y de lo que es finito por § !5. ·También si se ha definido tos que se han de sentar en la de-
mentos conocidos por todos, se está el movimiento y pór lo indefinido· un término de la división por otro finición.
expuesto a hacer muchas definicio- porque lo que permanece en repos~ término de la misma división: por § 2. Otro lugar es ei que se ve-
nes de una misma cosa; porque es anterior a lo que está en movi. ejemplo, si se ha definido el impar rifica si, ,siendo la cosa definida
ciertas cosas son más conocidas miento y es más conocido; lo mis- por lo que es mayor que el par en aplicable a muchas, no se la refiere
par.a tales personas, y no son las mo que lo determinado es anterior una unidad; porque las cosas divi- a todas: por ejemplo, si se define
mismas cosas más conocidas para a lo indeterminado. didas en el mismo género coexisten la gramática: la ciencia de escribir
todo el mundo. Y así, sería preciso § 12. Hay tres lugares para pro- aturalmente. Ahora bien, el impar lo q~e se eni!!J-cia; porque es preciso
11
hacer una definición distinta para bar que no se ha definido median. y ~l par está~ precisamente en di- añadir tambien: y de leer. En efec-
cada uno, si fuera cosa de hacerse te las cosas anteriores. § 13. El viswnes semeJantes, puesto que am- to, no se ha definido la grmnática
las definiciones mediante las cosas primero, si se define lo opuesto por bos son diferencias del número. por la ciencia de escribir más que
más conocidas para· cada cual. Es lo opuesto: por eJemplo, el bien § 16. Lo mismo sucede si las co- por la de leer. Luego no es dicien-
más: respecto a los mismos indivi- por el mal; porque los opuestos son sas superiores son definidas por las do una u otra cosa, sino diciéndolas
duos, son más conocidas otras cosas simultáneos por naturaleza. Respec- inferiores: por ejemplo, si se ha de- ambas ,como se define verdadera-
según las diversas épocas. Y así, pri· to de algunos, la noción de los dos finido el par por el número dividido mente, puesto que no puede haber
mero las cosas sensibles son las que parece ser la mi~ma; de suerte que en dos, y el bien por la posesión de muchas definiciones de una misma
les son más conocidas, pero cuando el uno no es más conocido que el , la virtud; porque en dos está com- cosa. Respecto de algunos casos, su-
han adquirido mayor instrucción otro. Por lo demás no hay que ol- _prendido dos, que es también un .cede realmente lo que acaba de de-
sucede todo lo contrario; de suerte vidar, que quizá algunos ténninos · número par; y la virtud por sí mis- cirse; pero en otros no hay rmda de
que respecto a una misma persona no pueden ser definidos de otra ma- ma es ya un bien; de suerte que eso; como acontece, por ejemplo, en
no podría darse siempre una misma nera: por ejemplo, lo doble no pue- estas dos cosas son inferiores a las todos aquellos casos en que el tér-
definición, si es que ésta hubiera de ser definido sin la mitad, y su- otras. § 17. También está obligado mino no se dice en sí respecto de
de hacerse por las cosas más cono- cede lo mismo con todos los térmi- el que se sirve del término inferior, ambas relaciones; como la medici-
cidas para cada cual. Es, por lo tan- nos que por si ·mismos son relati- a emplear igualmente el definido na, que no es la ciencia de dar la
to, evidente, que no debe definirse vos; porque respecto de todos estos mismo, porque si se toma la virtud, salud y la enfermedad; porque en
por estas cosas, sino por las cosas términos la existencía se confunde se toma también el bien, puesto sí se aplica a la una, y a la otra
más conocidas absolutamente ha- con la relación que sostienen, de que la virtud es cierto bien. Y asi- sólo se aplica por accidente. En
blando; porque sólo así puede ha- cualquiera manera que sea. Y as{, mismo cuando nos servimos de: en efecto, absolutamente hablando, es
cerse una definición que sea una y es imposible conocer el uno sin el dos, nos servimos del par, puesto cosa extraña a la medicina el pro-
siempre la misma. § 7. Pero quizá otro; y por consiguiente, es necesa- que en dos se indica una división ducir la enfermedad; de suerte que
puede decirse también que lo ab- rio que el uno esté incluido tam· en dos, y dos es par. refiriendo la definición a estas dos
solutamente conocido no lo es ne- bién en la definición del otro. Es § 18. En resumen, no hay más cosas, no se ha definido mejor la
cesariamente por todos, y sí tan sólo preciso, por tanto, conocer igual· que un solo lugar relativo a la defi- medicina que refiriéndola a una
por los que tienen buena inteligen- mente todos los términos de este nición que no se ha hecho mediante sola; y quizá se la ha definido mal,
cia; lo mismo que lo sano, toma- género, y servirse de los lugares que cosas anteriores y más notorias, y puesto que cualquier hombre es ca-
do absolutamente, se refiere a los les conciernen según los casos en este lugar tiene las partes que que- paz de producir la enfermedad.
que tienen una buena organización que p.uedan ser útiles. dan enumeradas. § 3. Otro lugar: si se ha referi-
corporal. § 8. Es preciso, por lo § 14. · Otro lugar ocurre cu~ndo do el definido, no a lo mejor, sino
tanto, fijarse bien en cada uno de se sirve en la definición del m1smo a lo peor, cuando las cosas a las
estos puntos, y servirse de ellos se- definido. Por lo demás, esto no se CAPITULO 5 que es aplicable el definido son mu-
gún las exigencias de la discusión. nota a veces cuando se sirve del chas; porque toda actividad, toda
§ 9. También puede rechazarse la
§ 1. Un segundo lugar consiste ciencia, no debe aplicarse sirro a lo
nombre mismo del definido. Por en que. estando la cosa en un gé- mejor.
definición, y todos convienen en ejemplo, si se define el Sol diciendo nero, no se la coloca en este género.
esto, si no se ha hecho ni por las que es un astro que aparece c~n el ~ 4. Por otra parte, si la .cosa
Este error se produce siempre que definida no está colocada en el gé-
cosas absolutamente más conocidas, día, es claro que servirse del. d1a e!í no se ha dicho en la definición qué nero propio de ella, es preciso acu·
ni por las cosas más cor:ocidas para lo mismo que servirse del S'?l. Par~ es ~1 definido. Por ejemplo, si se dir a los elementos relativos al gé-
nosotros. descubrir este error, es prec1so sus defm~ e1 cuerpo diciendo, que es_ lo nero, como ya se ha dícho más
§ 10. He aquí, pues, un primer tituir con la definición e1 non;bre
luga~ ace~ca de la definición h_echa mismo, y decir en el preser;te eje;¡ q_ue llene tres dimensiones; o bien
S¡ se define el hombre, lo que sabe
arriba.
~ 5. Otro lugar: si se han sal-
medJante Jas cosas menos conoc1das; plo que el día es el movim1ento contar; porque no se ha dicho lo que
y que procede cuando se han defi- Sol por encima de Ia Tierra. Entohn; es el cuerpo para tener tres dimen- tado géneros; por ejemplo, sí se ha
nido las anteriores por las posterio- ces es evidente que cuando se
res, como acabamos de decir. dicho el movimiento del Sol por en·
296 ARISTÓTELES
TÓPICOS 297
dicho que la justicia es la facultad
que produce la igualdad o que re- mente opuesta, sin ser verdadera
parte lo igual; porque definiendo sin embargo, respecto del género' titud. Y así este Jugar sólo es útil rece expresar siempre alguna cuali-
de esta manera, se hace caso omi- Entonces es evidente que ningun~ contra Jos que sostienen que el gé- dad de la cosa. § ll. Es preciso
so de la virtud. Prescindiendo, pues, de estas dos diferencias será la di- nero es uno numéricamente. Pero de asimismo ver también si la diferen-
del género de la justicia no se dice ferencia del género; porque todas este modo sólo opinan los que ad- cia dada expresa, no tal cualidad
lo que ésta es; porque la esencia las diferencias opuestas son verda- nüten las ideas; porque dicen que de la cosa, sino la esencia de la
de cada cosa está en su género. deras con relación a su género es- la longitud en sí, el animal en sí, cosa; porque toda diferencia parece
Este error es el mismo, por lo de- pecial. § 4. También puede ser ver- son géneros. deber expresar cierta cualidad.
dadera, sin que, añadida al género § 7. Algunas veces también es § 12. Es necesario ver igual-
más, que el no colocar el definido
en el género más próximo; porque forme, sin embargo, una especie; y preciso valerse de la negación cuan- mente si la diferencia es un simple
colocándole en el género más pró- entonces es evidente que no es una: do se define; como, por ejemplo, accidente de la cosa definida; por-
ximo, se comprenden igualmente diferencia específica del género· para definir las privaciones; ciego que ninguna diferencia puede ser
todos los géneros superiores, puesto porql.!e toda dife.re!lcia específic~ se define, en efecto, lo que no tiene clasificada entre los accidentes,
que todos los géneros superiores se constituye una especte cuando se la vista cuando naturalmente debería como no lo puede ser el género,
atribuyen a los inferiores; de suer- aplica al género. Y si no es ésta una . tenerla. § 8. No importa, por lo de- porque no es posible que la dife-
te que una de dos cosas: o es pre- diferencia, es porque la diferencia más, dividir el género por la nega- rencia pueda ser o no ser indife-
ciso colocar el definido en el género indicada no lo es tampoco, puesto ción, o por la misma afirmación a rentemente atribuida a la cosa. §
más próximo, o unir al género su- que es opuesta a ella en la división. la que debe necesariamente ser 13. Si la diferencia o la especie, o
perior todas las diferencias median- § 5. Se comete un error si se opuesta la negación. Por ejemplo, bien alguno de los términos infe-
te las cuales es definido el género divide el género por negación, como se puede definir longitud que tiene riores a la especie, es atribuido al
más próximo. De esta manera no se hacen los que definen la línea: una latitud; porque lo que tiene latitud género, no resultará definición; por-
habrá omitido nada; y en lugar del longitud sin latitud; porque esto no tiene de opuesto más que lo que que ninguno de e:;tos términos pue-
nombre se habrá determinado el gé- sólo significa que no tiene latitud. no la tiene, y no tiene otro; y así de ser atribuido al género, puesto
nero inferior por una definición; D13 aquí habrá de resultar que el el género aparece dividido por ne- que el género es más amplio que
pero cuando se ha designado sola- género participa de la especie; por- gación. todos ellos.
mente el género superior, no se ha que toda longitud se da con o sin § 9. Otro error tiene lugar si se § 14. Además, tampoco se ha
nombrado al mismo tiempo el gé- latitud, puesto que de toda cosa la sienta la especie por la diferencia, definido si se atribuye el género a
nero inferior. Por ejemplo, si se dice negación o la afirmación es necesa- como hacen los que definen el in- la diferencia; porque e[ género pa-
el vegetal, no por esto se ha di· riamente verdadera, de suerte, que sulto: una injuria con burla; por- rece deber ser atribuido, no a ·la
cho el árbol. siendo el género de la línea la lon- que la burla es una especie de inju- diferencia, sino a las cosas a las que
gitud, lo será tenga o no tenga lati· ria; de suerte que la burla no es es atribuida la diferencia. Por ejem-
tud. Pero longitud sin latitud es la una diferencia, es una especie. plo, el animal debe ser atribuido al
CAPITULO 6 definición de la especie, y lo mismo § 10. Es preciso ver también si hombre, al buey y a los demás ani-
longitud con latitud. Y es que, sin se ha sentado el género como dife- males terrestres, y no a la diferencia
§ 1. Es preciso ver igualmente, latitud y con latitud son diferencias: rencia; por ejemplo, si se ha defi- misma, que sólo se dice de la espe-
atendiendo a las diferencias, si se ahora bien, la definición de la es- nido la virtud: disposición buena o cie; porque si el animal e:; atribui-
han fijado bien las del género; por- pecie se -compone de la diferencia laudable; porque el bien es el gé- do a cada una de las diferencias,
que si no se ha definido por las y del género, y por consiguiente, el nero de la virtud. O mejor: ¿no es muchos animales ser[an atribuidos a
diferencias propias de la cosa, o se género recibiría la definición de la el bien, no el género, sino la dife- la especie, puesto que Ja¡, diferen-
ha consignado algún término que no especie, y también la definición de rencia, si es cierto que una misma cias son atribuidas a la especie. Hay
pueda ser diferencia de cosa algu- la diferencia, puesto que una de ~as cosa no puede darse en dos géneros más: todas las d:iferencias serán es-
na, por ejemplo, el animal o la sus- diferencias indicadas es necesana· que no se comprendan mutuamente? pecies o individuos, si son animales;
tancia, es claro que no se ha defi- mente atribuida al género. Este lu· Porque el bien no comprende la dis- porque cada uno de Jos animal!;;s
nido; porque los términos emplea- gar, por lo demás, es útil contra ~ posición, y la disposición no com- es especie o indi\liduo.
dos no son diferencias de cosa al- que admiten la existencia de P;ende el bien. En efecto, no toda § 15. En igual forma es preciso
guna. § 2. Es necesario ver además ideas. § 6. En efecto, si hay ~ disposición es un bien, así como ver si la especie o alguno de los
si hay alguna división opuesta a la longitud en sí, ¿cómo podría atrJ: tampoco no todo bien es una dis- términos inferiores a la especie ha
diferencia expresada; porque si no buirse al género que se da con la posición; y así ni uno ni otro serán sido atribuido a la diferencia; por-
la hay, es claro que la diferencia tud y sin latitud? Porque es preclde 50 que esto no puede ser, puesto que
géner,o. Luego si la disposición es
indicada no es la diferencia del gé- respecto de toda latitud que. una es- el genero de la virtud, es claro la diferencia se considera más am-
nero, porque todo género se divide estas dos cosas sea verdadera, pu el que e} bien no es el género, y que plia que las especies. Podrá suceder
en diferencias opuestas, como el ani- to que debe ser verdadera parah y es mas bien la diferencia. Añádase también que la diferencia .sea espe-
mal se divide en terrestre y volátil, género; pero en este caso no 8 a esto, que la disposición expresa cie, si alguna de las espedes le es
acuático y bípedo. § 3. Además, la nada de eso, porque aquí se su!J: lj esencia de la virtud mientras que atribuida; porque si hombre, por
diferencia puede muy bien ser real- nen longitudes sin latitud Y con t que ejemplo, es atribuido, es daro que
•
e_ bien no expresa lo es la cosa,
Sino su cualidad; y la diferencia pa- la diferencia es hombre. § 15. Es
TÓPICOS
299
así, la identidad no existe tampoco. mente de los dos términos sentados cepción de lo que es sabido, y la che es la sombra de la tierra, o el
Es preciso por lo tanto servirse de no lo es la otra igualmente de lo; voluntad un deseo del bien.' En la temblor de tierra el movimiento de
este lugar de la manera que hemos dqs, sino que lo es más del uno tnisma falta se incurre si se ha defi- la tierra, o la nube la condensación
dicho. del otro. 0 del aire, o el viento el movimiento
nido la gramática, diciendo: la cien-
§ 6. Es necesario mirar también da de las letras; porque era preciso del aire. En todos estos casos es
CAPITULO 7 si la definición relativa a dos ténn¡. jndicar en la definición, o la cosa preciso añadir la cantidad y la cau-
nos se refiere verdaderamente a am- relativamente a la que se dice la sa. Y lo mismo s·ucede en los casos
§ l. También es preciso ver si bos: por ejemplo, cuando se llama gramática, o aquella relativamente análogos; porque. si se olvida una
el definido pertenece más bien a bello lo que es grato de ver o grato a la que se dice el género. § 2. O sola diferencia, no se indica ya la
otra cosa que a la definición dada. de oír; y ser lo que puede padecer bien es preciso ver si indicado un esencia de la cosa. Es preciso atacar
Por ejemplo, se incurre en error, si o hacer, porque entonces lo bello y relativo, no es referido a su fin pro- siempre lo que falta en la defini-
se dice que la justicia es la facultad lo no bello serán la misma cosa, pio; y el fin de cada cosa es lo me- ción; porque no habrá temblor de
distributiva de la equidad;. porque Y lo mismo tiene lugar con el ser y . or, o aquello por lo que es hecho tierra con el movimiento de una
el que se resuelve a dar lo equita- el no-ser. En efecto, entonces lo gra- 1todo lo demás. Luego será preciso tierra cualquiera, ni con un movi-
tivo es más justo que el que puede to de oír será lo mismo que lo be- decir si es lo mejor o si es el tér- miento cualquiera de la tierra; ni
darlo. Y así la justicia no es pre- llo; y así lo que no es grato de oír mino final; así, por ejemplo, el de- tampoco habrá viento por el movi-
cisamente la facultad distribuidora será idéntico a lo que no es bello; seo es, no el deseo de aquello que miento cualquiera del aire, cuales-
de la equidad; porque entonces sería porque respecto de cosas idénticas agrada, sino del placer, puesto que quiera que sean su cualidad o can-
más justo el que puede repartir la los opuestos son idénticos, y a 1~ a causa del placer buscamos lo que tidad.
§ 5. Es preciso ver también, res-
í1 equidad. bello se opone lo no bello, y a lo agrada. pecto a la definición de los deseos,
~ 2. También es preciso ver si grato de oír lo no grato de oír; § 3. Es preciso ver también, si
;¡:
1 la cosa consiente el más, cuando lo pero es evidente que lo que no es es a la generación a la que se ha si no se añade la idea de aparien-
grato de oír es idéntico a lo que no referido el definido, o si es al acto; cia; y lo mismo respecto de cual-
que se da en la definición no lo re-
quiera de las cosas siempre que con-
:i' cibe; o recíprocamente, si lo que se
da en la definición es susceptible
es bello. Luego si algo grato a la
vista no lo es al oído, será a la vez
porque nada de esto es el fin: y es
que, en efecto, haber obrado y ha- viene añadirla. Por ejemplo, si se
dice que la voluntad es un deseo
de él y la cosa no lo es; porque es bello y no bello. Podríamos demos· ber existido, es el fin, más bien que
trar en igual forma, que en este existir u obrar. ¿Pero no podrá de- del bien, y que el deseo es un ape-
preciso que los dos términos le reci- tito del placer, sin decir que lo es
ban, o ninguno de ellos, puesto que sentido el ser y el no-ser son idén- cirse que esto no es exacto respecto
ticos. de todos los casos? Porque los más del bien aparente, del placer apa-
lo dado en la definición es idéntico rente; porque muchas veces, cuan-
a la cosa definida. § 3. Es necesario § 7. Por último, es preciso ver, de los hombres prefieren gozar a
cuando a los nombres se sustituyen cesar de gozar, de suerte que miran do se desea, no se sabe si el objeto
ver también, si los dos términos re- es bueno o si es agradable; y así
ciben el más, sin que ambos reci- definiciones de los géneros, de las más bien como un fin el obrar que
diferencias y de todos los demás el haber obrado. no es nec~sariamente preciso que el
ban al mismo tiempo aumento. Por objeto sea bueno ni que sea agra-
ejemplo, se comete una falta si se elementos que se ponen en las de- § 4. Además es preciso ver si en
finiciones, si no resulta díscordan· algunos casos el defecto de la defi- dable; basta que tenga la aparien-
dice que el amor es un deseo de co- cia de tal. Este matiz ha de aparecer
habitación; porque el que ama más cia alguna. nición nace de no haberse definido
la cantidad, ni la cualidad, ni el lu- también en la definición. § 6. Y si
no desea más la cohabitación. Y así, se hace la adición que acabo de in-
los dos términos no reciben al mis- gar, ni las demás diferencias. Por
CAPITULO 8 ejemplo, si se define el ambicioso dicar, es preciso conducir a las ideas
mo tiempo el más, y sería preciso al que admite las ideas; porque no
que le recibiesen, puesto que son sin decir qué honores y cuántos ho-
§ l. Si el definido es relativo, nores son los que ansía; porque to- hay idea de lo que no es más que
tma misma cosa~ aparente, sino que la idea debe re-
o en sí o por su género, es preciS? dos los hombres desean los honores,
§ 4. Es preciso ver, si, dados ver si en la definición se ha descUI- ferirse a otra idea. Por ejemplo, el
dos términos, la definición se dice dado el referirlo a la cosa de que de suerte que no debe llamarse am-
bicioso a aquel que los desea, sino deseo en sí se refiere a lo agradable
en menos de aquel del cual el defi- es relativo, o en sí o por su género. en sí, y la voluntad en sí al bien en
l'lido se dice en más. Por ejemplo, Por ejemplo, si se ha definido la Que deben añadirse también las di-
ferencias indicadas. Lo mismo su- sí. No es por tanto a un bien sim-
si se dice que el fuego es el cuerpo ciencia, diciendo que es una con· plemente aparente al que se refiere
cuyas partes son más tenues; por- cepción irrefutable, o la voluntad cede con el avaro: es preciso decir
~uánta riqueza desea; y respecto del la voluntad en sí, ni el deseo en sí
que la llama es más fuego que la que es un deseo sin dolor; ahora a lo que sólo tiene la apariencia de
ltiz, y sin embargo, la llama es un bien, consistiendo la esencia de todo lntemperante, con relación a qué
placeres lo es; porque no se llama agradable; porque es absurdo que
ClJerpo de partes menos tenues que relativo en referirse a una cosa dis- el bien o lo agradable sean en sí sim-
lq luz, y sería preciso que los dos tinta de él, puesto que se ha sentado 111temperante al que se deja arras-
trar por un placer cualquiera, sino plemente aparentes.
términos se diesen más en la misma que era una misma cosa para todos
CCJsa, puesto que son idénticos. § 5. los relativos el ser y el tener cierta Por ciertos placeres. Se define mal
Además es preciso ver, si, siendo relación con algo, era por tanto pre· también cuando se dice que la no-
UJla de las dos definiciones igual- ciso decir, que la ciencia es la con-
hasta con intención, hacer la defi- niega que el nombre se aplique a labras simples, no sustituyendo más la diferencia es menos conocida que
nición de la vida como si toda vida todo, porque la definición no se apli- que una palabra con otra palabra, el género.
fuese sinónima, y como si se apli- ca, debe responderse a esta obje- no se habrá definido; como, por
case a una especie única. Pero aun ción, que es preciso servirse de la ejemplo, cuando en lugar de vestido
cuando se vea la homonimia y se denominación recibida y seguida CAPITULO 12·
se pone capa.
quiera hacer la definición de uno generalmente, y no mudarla. Esto § 3. Aún se comete una falta
de los sentidos, esto no impide que no impide que en ciertos casos deba § l. Cuando se ha dado la de-·
más grave cuando se hace la susti- finición de la diferencia, es preciso
se haga sin saberlo, no una defini- emplearse otro lenguaje que el del tución con palabras desconocidas.
ción especial, sino una definición vulgo. ver si es aquella común también a
Por ejemplo, si, en lugar de hombre alguna otra cosa. Por ejemplo, cuan-
común a los dos. Sin embargo, ya se blanco, se dice mortal blanco; por-
tome uno u otrci", siempre resulta do se ha llamado número impar al
CAPITULO ll que de este modo no se define: y número que tiene un medio, es pre-
igualmente error. además, expresándose así, se habla ciso definir también qué se entien-
§ 6. Como pueden no verse a con menos claridad.
veces los homónimos, es preciso, § l. Cuando se ha hecho la de-. de por: que tiene un medio; porque
finición de una cosa unida a otras, § Es preciso ver también si, al la palabra número es común en es-
cuando se interroga, servirse de
es preciso ver si, quitando la defi- hacer esta sustitución de palabras, tas dos definiciones, y la definición
ellos como si fuesen sinónimos; por- nición de una de las dos cosas uni- del impar sustituye al definido. Pero
que entonces la definición del uno no se expresa la misma cosa. Por
das, lo que queda es la definición ejemplo, cuando se llama a la cien- la línea y el cuerpo tienen un me-
no .concordará con la definición del de lo demás; de lo contrario, es cla- dio, sin ser, sin embargo, impares;
otro: y por consiguiente, el adver- cia teórica una concepción teórica;
ro que la definición total no es la porque la concepción no es lo mis- de suerte que no es ésta la defini-
sario parecerá no haber definido definición del todo. Por ejemplo, ción de lo impar. Si la expresión:
como debía; porque es preciso que mo que la ciencia; y sería preciso
cuando se ha definido la línea rec- que lo fuese, puesto que se quiere que tiene un medio, es susceptible
la palabra sinónima se aplique a ta finita: el límite de una superfi- de muchos sentidos, es preciso defi-
todo. Por lo contrario, es preciso que la expresión total sea igual-
cie que tiene límites y cuyo medio mente la misma cosa. Ahora bien: nir además en qué sentido se toma:
distinguir cuando se responde. § 7. está unido a los extremos; si la de- que tiene un medio. Luego se po·
Pero como algunos, al responder, la palabra teórica es común en las
finición de la línea finita es el lí- dos definiciones, pero el resto es di- drá aún razonadamente pretender, o
toman un sinónimo por un homó- mite de una superficie que tiene demostrar por silogismo, que no se
nimo, cuando la definición hecha no ferente. § 5. También es preciso ver
límites, el resto de la definición: si, al hacer la sustitución de una ha definido.
se aplica a todo, o bien un homó- cuyo medio está unido a los extre- § 2. Además, es preciso ver si
nimo por un sinónimo, cuando se de las palabras, se ha hecho la sus-
mos, debe aplicarse a la idea de aquello cuya definición se hace es
aplica igualmente a los dos, es pre- titución, no respecto de la diferen-
recta. Pero la línea infinita no tie- una cosa real, mientras que aquello
ciso entenderse, ante todo, sobre es- ne medio ni fin, y es recta sin em- cia, sino del género, como en el
que se da en la definición no lo es.
tos puntos, o probar, por silogismo, bargo; de suerte que la parte de ejemplo que acaba de citarse; por-
Por ejemplo, si se ha definido lo
que el término es homónimo o si- definición que queda no es en este que la palabra teórica es más des-
blanco: un color mezclado con fue-
nónimo, o decir cuál lo es; porque caso la definición de lo demás. conocida que la palabra ciencia. La go; porque es imposible que una
se llega mejor a un acuerdo cuando § 2. Es preciso ver también si, una, en efecto, es el género; la otra cosa incorporal esté mezclada con
no se prevé cuál deba ser la conse- siendo compuesto el definido, se ha es la diferencia, y el género es el .una cosa corpórea; el color mezcla-
cuencia. Pero cuando sin acuerdo hecho una definición de miembros más conocido de todos Jos términos, do con fuego no es una cosa real,
previo se llama homónimo a lo que iguales a los del definido. Se lla- puesto que es el más común. Lue- mientras que lo blanco lo es.
es sinónimo, porque la definición ma definición de miembros iguales, go era preciso aplicar la sustitución, ~ 3. Además, cuando no se in-
hecha no se aplica igualmente al cuando, cualesquiera que sean los no al género, sino a la diferencia, dica claramente por división, res-
término que se designa, es preciso elementos compuestos del definido, puesto que es más desconocida. § 6. pecto a los relativos, aquello rela-
ver si la definición de este término hay en la definición otros tantos ¿O acaso es éste un cargo ridículo? tivamente a lo cual se dice la cosa,
se aplica a todo lo demás; porque nombres y verbos; porque es nece- porque nada impide que la diferen- sino que se los engloba t:ntre mu-
es evidente que para todo lo demás sario, en los casos de este género, cia sea expresada por la palabra chas cosas, hay error en totalidad
debe ser sinónimo; de lo contrario que pueda haber cambio recíproco más conocida, y que el género no o en parte. Como, por ejemplo, si
habría muchas definiciones para de palabras, sea de todas, sea de al- lo sea. En este caso, es claro, que se dice que la medicina es la cien-
todo lo demás; y entonces se apli- gunas por lo menos, puesto que no era preciso hacer la sustitución no- cia de lo que es; porque si la me-
can a estos términos restantes las se han añadido más nombres que minal, no de la diferencia, sino del dicina no es la ciencia de nada de
dos definiciones nominales, la pri- los que había antes. Pero cuando se género. Pero si no se toma una pa- Jo que es, es claro gue hay un error
mera que se ha hecho y la hecha define, es preciso poner la defini- labra por otra, y se toma una defi- total; pero si es la ciencia de tal
después. § 8. Por otra parte, si, al ción en lugar de las palabras, y tra- nición por una palabra, es claro que cosa y no Jo es de tal otra, es un
definir un término de muchos sen- tar de hacer esto respecto de todas, es preciso hacer más bien la defi- error en parte. Y es que, en efecto.
tidos, no aplicándose la definición que es lo mejor, y si no, de la ma·
! a todos, el adversario dice, no que yor parte por lo menos; porque de
nición de la diferencia que la del
género, puesto que la definición no
debe de ser la ciencia de! todo. si
se dice que es en sí, y no por acci-
~ el término sea homónimo, sino que esta manera, hasta tratándose de pa· se hace sino para dar a conocer, y clcnk, la cicllcia de lo que cs. Y
~
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l,,, TÓPICOS 307
' 306 ARISTÓTELES
para probar que las partes y el todo cosa buena o mala, y que de lo
no son la misma cosa, son también bueno o de lo malo, no proceda ni
así lo mismo ha de suceder con to- -que hace. una cosa, lo. que la con- utilizables para el punto que ahora lo uno ni lo otro, § 11. También es
dos los demás relativos; todo lo que serva, es una cosa deseable a causa nos ocupa. En efecto, cuando se de- preciso ver si siendo el uno bueno
es sabido debe decirse relativamente de otra distinta. § 8. O acaso nada fine de esta manera, parece preten- más que el otro malo, el definido
a una ciencia; y lo mismo debe de obsta a que una cosa deseable en derse que las partes son idénticas al que de aquí procede es igualmente
ser ·en todos los demás casos, pues- sí lo sea también en vista de otra todo. § 5. Estas objeciones tienen más bueno que malo. Por ejemplo,
to q1,1e todos los relativos son recí- cosa. § 9. Sin embargo, no por eso sobre todo lugar, cuando la compo- si la impudicia procede del valor
procos, y lo que es sabido es siem- se deja de incurrir en error al defi- sición de las partes es tan evidente y de una· opinión falsa, como el va-
pre relativo. § 4. Sí al sentar la atri· nir de esta manera una cosa desea- como lo es respecto de una casa o lor tiene más de bueno que de malo
bución, no en sí, sino por acciden- ble en sí; porque lo mejor de cada cosa semejante. En este caso es cla- tiene la opinión falsa, sería preciso
te, se la ha sentado bien, es que cosa se da sobre todo en su esen- ro, que. las partes pueden existir sin que el compuesto de ambos siguie-
entonces cada relativo se dirá, no cia, y una cosa deseable en sí es que el todo exista; y así 1as partes se el más, y que fuese, o absoluta-
de una sola cosa, sino de muchas; mejor que una cosa deseable en vis- no son lo mismo que el todo. mente bueno, o por lo menos más
porque nada obsta a que la misma ta de otra cosa. Y así, es preciso bueno que malo. § 12. O ¿acaso no
cosa sea a la vez real, buena y blan- que la definición indique esto sobre § 6. Si· se ha dicho, no que la es esto necesario, si ni el uno ni el
cosa definida sea muchas cosas, sino otro son buenos o malos en sí? por-
ca. Por consiguiente, refiriendo la todo.
definición a una de estas cualida- que procede de muchas cosas, es
que muchas cosas, que producen
des, habrá sido bien hecha, si, al preciso ver ante todo, si no puede otras, no son buenas en sí, sino que
hacer la definición por el acciden- CAPITULO 13 salir naturalmente un todo de lo se hacen tales mezclándolas con
que se ha dicho; porque ciertas co- otras. Y recíprocamente, puede cada
te, ha sido también bien hecha. § 5.
Además es imposible que esta defi- § l. También es preciso ver si sas están entre sí en tal relación, una ser buena separadamente, y
al hacer la definición de una sola que no puede formarse todo alguno mezcladas ser malas o por .lo me-
nición sea propia de la cosa de ~ue porque se reúnan: por ejemplo, la nos no ser ni buenas ni malas. Esto
se trata; porque no sólo la medici- cosa, se ha dicho que el definido
es muchas cosas, o que está com- línea y el número. § 7. Además es es por completo evidente respecto
na, sino las más de las otras cien- puesto de tales cosas, o que va preciso ver si el definido se da na- de las cosas salubres e insalubres;
cías, se dicen con relación a Jo que acompañado de cuáles cosas. § 2. turalmente en algún primitivo, y si porgue ciertos remedios son de tal
es; de suerte que cada ciencia es la Sí se han definido muchas cosas, las cosas de donde se dice que pro-
ciencia de Jo que es. Luego es evi- sucederá que la definición podrá naturaleza que el uno y el otro to·
cede, no están en un solo primitivo, mados aparte son buenos, pero si se
dente que ésta no es la definición ser atribuida a las dos a la vez, y sino que se dan una y otra en pri- administran mezclados son malos.
de ninguna ciencia; porque es pre- no serlo a ninguna aparte: como mitivos diferentes; porgue entonces
ciso que la definición sea especial por ejemplo, si se define la justicia, es evidente que el definido no pro- § 13. También es preciso ver si
y no común. § 6. A veces se define, prudencia· y valor; porque si se su- cede de estas cosas, puesto que allí el definido se compone de una cosa
no la cosa, sino la cosa completa y ponen dos hombres, cada uno de los donde están las partes, es necesario mejor y de otra peor, sin que el
acabada; y ésta es la definición que cuales tiene una de las dos cuali- que esté también el todo, de suerte todo que forman sea pero que la
cuadra al retórico y al ladrón, cuan- dades, ambos serán justos, y ningu- que el todo no está en un solo pri- mejor y mejor que la peor. § 14. O
do se dice que el retórico es el que no lo será, puesto que ambos re- mitivo, sino que está en muchos. bien ¿no es esto necesario, cuando
puede ver lo que hay de aceptable unidos tienen la justicia, y cada uno § 8. Y si las partes y el todo están las cosas, de que el definido se com-
y sostenible en cada cuestión, sin de ellos aparte no la tiene. § 3. Por en un solo primitivo, es preciso ver pone, no son buenas por sí mis-
omitir nada; y que el ladrón es el lo demás, esto mismo no es comple- si las partes y el todo están en el mas? Pero nada obsta a que el todo
que coge algo a escondidas; porgue tamente, absurdo, mediante a que mismo, o si las partes están en uno sea bueno tratándose de cosas que
es evidente que siendo así ambos, algo análogo ocurre también en y el todo en otro. § 9. Además, es no son buenas y por sí mismas,
ambos serán buenos, cada uno en otros casos; pues que, por ejemplo, preciso examinar si las partes des- como en los casos que acabamos de
su género: el uno será un buen re- nada impide que dos hombres ten- aparecen con el todo; porque es ne- citar.
tórico ·y el otro un buen ladrón, gan ambos una ciencia, y que nin- cesario, a la inversa, cuando ias par- § 15. Es necesario ver asimismo
puesto que el ladrón no es tanto el guno de ellos la tenga separadamen- tes son destruidas, que el todo lo si el todo es sinónimo de una de las
que coge algo & escondidas, como te. Es cierto que siempre sería com· sea igualmente; pero destruido el partes; porque no puede serlo, como
el que quien;: coger algo de esta pletamente absurdo que Jos contra- todo, no es necesario que las partes no lo es respecto de l8s sílabas. En
manera. rios se diesen en las mismas cosas; 1::: de~truy<Jn. § lO. También se ha efecto, una sílaba nunca es sinón:-
§ 7. Además, se incurre en error como sucedería si uno de ellos, por de ver sí el todo es bueno o malo, ma de ninguna de las Jet ras que la
si se sienta lo que es deseable por ejemplo, tiene prudencia y cobar- y las partes no son ni lo uno ni lo componen.
sí mismo como capaz de hacer o ca- día, y el otro valor e imprudencia: otro: o por el ccmtrurio, si las par- § 16. También ticn,; lugar el
paz de obrar; en una palabra, como en este caso, ambos tendrán a la tes wn bucnJs o malas, y el todo error si no se ha ÍtHJiutdu el modc
deseable en vista de otro objeto vez la justicia y la injusticia, por· no es ni lo uno ni lo otro; por- de la composición: porque no bas-
cualquiera: por ejemplo, si se dice que si la justicia es prudencia y va- que nD es posible que de lo que ta, para conuccr biL'1l la c:c•s;¡, clc:,~ir·
que la justicia es la conservadora lor, la injusticia será cobardía e im- no es ni lo uno ni lo otro, proceda que procede de tal otra c•.:JS<.L La
de las leyes, o que la sabiduría es prudencia. § 4. Y así, todos los ar-
la causa de la felicidad; porque lo gumentos que pueden emplearse
•
308 ARISTÓTELES TÓPICOS 309
esencia de lo& compuestos consiste, aplique a las cosas salubres; y sin ra de estos elementos la carne; sino que destruyéndose la parte, toda la
no sólo en estar formados de tales embargo, no es por eso valiente mediante cierta composición que en definición queda igualmente des-
elementos, sino en estar formados aquel que tiene una y otra cosa al un caso se dice carne y en otro truida. Siempre que las definiciones
por ellos de una manera dada, como mismo tiempo. Tampoco lo es, si hueso. Por lo demás, ninguna de no son claras, es necesario, después
la casa; porque no resulta una casa, las dos cualidades son relativas a estas cosas que acabo de citar pa- de haberlas rectificado y corregido.
cualquiera que sea la manera en un mismo objeto, a objetos medici- rece ser en modo alguno idéntica y para que expresen algo y suminis-
que las partes han sido reunidas. nales, por ejemplo; porque nada im- a una composición; porque la di- tren argumentos, proceder a atacar-
§ 17. Si se ha sentado el defi- pide el que se tengan a la vez, en solución es lo contrario de toda las; porque entonces es necesaria-
nido con otra cosa, es preciso ex- m_edicina,. audacia y un pensamien- composición, y ninguna de las cosas mente preciso que el que responde,
presar ante todo, si al decir que tal to recto; y sin embargo, tampoco es indicadas tiene contrario. Si, por o acepte lo añadido por el que in-
cosa se da con otra, se entiende valiente el que tiene una de estas otra parte, es creíble igualmente que terroga, o que explique él mismo
que hay tal y cual cosa, o bien que cualidades con la otra. Lo que su- todo compuesto o ningún compues- lo que puede significar la definición
la una está formada de la otra: por cede es que no hay precisión de que . t'l es una composición, .como todo hecha por él.
ejemplo, cuando se dice miel con se las suponga a ambas con relación animal, por compuesto que sea, no § 5. Añadamos que, así como
agua, quiere decirse, ya miel y agua, a una cosa diferente, a la manera es una composición, es preciso con- en las asambleas políticas, si una
ya la mezcla que se ha hecho con que el sujeto común a que se refie- cluir de aquí, que ningún otro com- ley nueva que se propone vale más,
miel y con agua. Resulta de aquí, ren una y otra, no puede ser cual- puesto puede ser una composición. se deroga la precedente, en igual
que según se identifique esta expre- quiera; han de referirse ambas al § 2. Además, si los contrarios forma, respecto de las definiciones,
sión: esto con aquello, con uno de fin mismo del valor, como, por pueden darse igualmente en algún es preciso proponer otra al adver-
los matices indicados, convendrá de- ejemplo, a los peligros de la guerra, sujeto y sólo se ha definido median- sario; porque si parece mejor, si ex-
cir precisamente lo que se ha dicho o a cualquier otro fin, si hay otro te uno de los dos, es evidente que plica mejor la cosa que se trata de
más arriba respecto del uno y del que sea más especialmente el del no se ha definido. De otra manera definir, es evidente que hará des-
otro. § 18. Además, después de ha- valor. habría muchas definiciones de una aparecer la que se había hecho al ·
ber dicho en cuántos sentidos se § 20. Algunas de las cosas de- misma cosa; porque, ¿se ha defini- principio, puesto que no hay varias
puede entender que una cosa exis- finidas de esta manera no entran en do mejor tomando éste que to- definiciones de una misma cosa.
te con otra, es preciso ver si la una modo alguno bajo la división indi- mando aquél, puesto que los dos § 6. No es, por lo demás, un in-
no se da en modo alguno con la cada. Por ejemplo, si se dice que la se dan natural e igualmente en el significante elemento para alcanzar
otra, es preciso ver si la una no se cólera es una pena con la sospecha sujeto? En este caso se encuentra éxito, al atacar las definiciones, el
da en modo alguno con la otra. Por de haber sido desdeñado, esto quie- la definición del alma, cuando se fijarse uno bien a sí mismo el ob-
ejemplo, si se dice que una cosa re decir, que la pena que se siente dice que es una sustancia capaz de jeto sobre que se cuestiona, o hacer
con otra significa que ambas se da- se produce por esta sospecha mis- ciencia, puesto que también es ca- suya la misma definición cuando
rán en un mismo sujeto que las ma. Pero decir que una cosa se pro- paz de ig:norancia. 6 está bien hecha; porque necesaria-
recibe, como la justicia y el valor duce por otra, no es en modo al- § 3. Cuando no puede atacarse mente, tomándola como un modelo,
están en el alma, o bien que están guno lo mismo que decir que la una la definición en su totalidad, dicien- se descubre lo que falta entre los
en el mismo tiempo o en el mismo se da con la otra, en ninguno de do que el todo no es conocido, es elementos que deberá tener la defi-
lugar, y aquello de que se trat~ no los sentidos indicados más arriba. preciso también por lo menos atacar nición y Jo añadido inútilmente, re-
es en manera alguna verdadero en una parte, si no es ella conocida y sultando de aquí para uno tanta más
ninguno de estos diferentes concep- parece que no está bien hecha; por- riqueza de argumentos.
tos, es claro que no se ha hecho la § 7. Esto es todo lo que tenía-
definición de cosa alguna, puesto CAPITULO 14 mos que decir sobre las definicio-
r. Definición de alma muy común en
que esta cosa no se da de ningún la Academia. nes.
modo con aquella otra. § l. Si se ha dicho también que
el definido total es la composición
§ 19. Si respecto de las cosas de tales cosas; por ejemplo, que el
de las que se ha dicho distintamen- animal es la composición de alma .
te en cuántos sentidos debe tomarse y cuerpo, es preciso ver ante todo
esta expresión: darse con otra, es si se ha· omitido decir qué especie LIBRO SEPTIMO
cierto que ambas pueden existir al de composición es ésta. Por e.iem-
mismo tiempo, es preciso ver si la plo, si al definir la carne o el hue-
una y la otra pueden no poderse so se ha dicho que es una composi- CAPITULO 1 La identidad propiamente dicha es,
decir del mismo sujeto; pues se in- ción de fuego, de tierra y de aire; como se recordará, la de la unidad
curre en error, por ejemplo, si se porque no basta decir que es una § 1. Es preciso estudiar ahora la numérica.
define el valor: audacia con pensa- composición, sino que es preciso de- cuestión relativa a si el sujeto de § 2. Es preciso atender a los ca-
miento recto. En efecto, puede suce- terminar además qué género de com· Que se trata es idéntico a otro, o es sos, a los conjugados, a los opues-
der que se tenga audacia para ro- posición es. En efecto, no se forma diferente, en el sentido más especial tos; porque si la justicia es lo mis-
bar, y que el pensamiento recto se mediante una composición cualquie- de todos los que se han indicado mo que el valor, lo justo es idén-
tico a Jo valiente, y justamente "
•
con respecto a la palabra idéntico .
310 ARISTÓTELES
TÓPICOS 311
valientemente. Y otro tanto sucede los unos serán recíprocamente mejo.
con los opuestos; porque si tales co- res que los otros, si los unos no una es atribuida, deben recibir igual-
la otra ciencia. § 10. O bien, cuan· mente la otra por atributo.
sas son las mismas, los opuestos de están comprendidos en los otros. Y do el género es el mismo, es preciso
estas cosas serán igualmente las mis- así será preciso que los peloponen- § 16. Además, como lo mismo
ver si las mismas diferencias no tiene muchos sentidos, es preciso
mas, cualquiera que sea la especie ses sean más valientes que los lace- pueden ser atribuidas a las dos: ver si las cosas son }as mismas de
de oposición de que se hable. En demonios, si los unos no están com- sino que respecto de la una la cien· una manera diferente; porque las
efecto, importa poco que se suponga prendidos en los otros, puesto que cía sea teórica, y que sea práctica cosas que son las mismas en especie
el sujeto opuesto a esto u opuesto los peloponenses son más valien- respecto de la otra. Y lo mismo o género, no son. necesariamente las
a aquello, ya que las cosas son idén- tes que todos los demás pueblos. Y sucede en los demá& casos. mismas numéricamente, y nosotros
ticas.1 en igual forma es necesario también § 11 . Es preciso atender de igual debemos atender a si son las mis-
§ 3. ·Es preciso atender también que los lacedemonios sean más va- modo a la expresión más; si la una mas de esta manera o si no lo son.
a las cosas que producen los suje· lientes que los peloponenses; por- recibe el más y la otra no lo recibe; § 17. En fin, es preciso ver si es
tos o los destruyen, a las generacio- que son .igualmente más valientes u si las dos le reciben, pero no al posible que la una esté sin la otra;
nes y a las de?trucciones, y en ge- que los demás; de suerte que son wismo tiempo; como el que ama porque entonces no serán la misma
neral a las cosas que son de una recíprocamente más valientes los más no desea más la cohabitación, cosa.
manera semejante con relación a unos que los otros. Es, pues, evi- de {)uerte que el amor y el deseo § 18. He aquí, pues, todos los
uno y otro objeto; porque cuando dente, que es preciso que la cosa de cohabitación no son en manera lugares relativos a la identidad.
las cosas son absolutamente las mis- más deseable y más importante sea alguna una misma cosa.
mas, las generaciones y las destruc- numéricamente única, si se quiere § 12. Es preciso fijarse también
ciones de tales cosas son las mis- demostrar la identidad. Y así Xe- en la adición, y examinar si añadi- CAPITULO 2
mas, y lo que las hace y lo que las nócrates no demuestra su proposi- das una y otra al mismo sujeto, no
destruye son también lo mismo. § 4. ción; porque la vida dichosa y la forman un todo idéntico. § 13. O § 1. Conforme a lo dicho más
Es necesario ver además respecto a vida virtuosa no forman numérica- bien si quitando el mismo término arriba, es claro que todos los luga-
las cosas, uria de las cuales se dice mente una unidad, y por consiguien- de las dos~ el resto no es diferente. res relativos a la identidad, que son
en superlativo, si la otra de estas te no es necesario que constituyan Por ejemplo, si se dice que el doble buenos para refutar, pueden servir
dos mismas cosas se dice también la misma vida, puesto que ambas de la mitad es lo mismo que el múl- relativamente a la definición de la
en superlativo del mismo sujeto. Y son las más deseadas; mas es pre- tiplo de la mitad, es preciso que manera que se ha expuesto prece-
así, por ejemplo, Xenócrates preten- ciso que la una esté comprendida quitando la mitad de uno y otro dentemente; porque si la palabra
de que la vida virtuosa es lo mismo en la otra. lado, el resto exprese lo mismo; pero definid< y la definición no signifi·
que la vida dichosa, porque es en- § 6. Es preciso ver también si no lo expresan; porque lo doble y can la misma cosa, es claro que la
tre todas las vidas la vida virtuosa una de las cosas es idéntica a aque- lo múltiplo no expresan ambas una explicación dada no sería una de-
y la vida dichosa la que más debe llo a que la otra es idéntica; porque misma cosa. finición.
desearse. Pero no hay más que una si no son ambas idénticas a un mis- § 14. Es preciso ver, no sólo si § 2. Pero de todos los lugares
sola y única cosa que sea la más mo sujeto, es claro que no lo son resulta algo imposible de la propo-- que sostienen la proposición de
deseada y la más importante. Y lo entre sí. sición, sino también si es posible identidad, ninguno es útil para la
mismo acontece con todas las demás § 7. Es preciso atender además que la cosa sea conforme a la hi- definición; porque para sentar que
definiciones de este género. § 5. Es a los accidentes de estas cosas y a pótesis. Y así, se dice que vacío y hay definición verdadera, no basta
preciso, por lo tanto, que una y las cosas de que son accidentes; lleno de aire son la misma cosa; demostrar la identidad de la palabra
otra cosa presentadas, o como más porgue todos los accidentes que son ahora bien, es evidente que, si el con la explicación que se dé de ella;
deseable o como la más importante, atribuídós a la una deberán ser atrí· aire sale, no habrá menos vacío, sino que es preciso también que la
sean numéricamente una. De no ser buídos también a la otra, y las co· sino que habrá más, y que el espa· definición llene todas las condicio-
así, no se habrá demostrado ser la sas a las que el uno es atribuido cío no estará ya lleno de aire. Por nes de que se ha hablado.
misma; porque no es necesario, si como accidente tendrán igualmente consiguiente, supuesto esto, y ya sea § 3, De esta manera siempre y
los peloponenses y los Iacedem·j· el otro por accidente. Si una de es· la hipótesis por otra parte verdade· por todos estos medios es como
nios son los más valientes· entre los tas relaciones no concuerda, es da· ra o falsa, lo cual importa poco, debe tratarse de refutar la defini-
griegos, que los peloponenses y !m ro que las cosas de que se trata no uno de los dos será destruido mien· ción.
lacedemonios sean los mismos, pues- son idénticas, tras que el otro no lo será; luego
ro que peloponense y lacedemonio § 8. Es preciso ver iambién si no son la misma cosa. CAPITULO 3
no son numéricamente uno; sino que !as -dos cosas, en lugar de estar en § 15. En general, es preciso ver
un sclo género de categoría, cxpn> § l. Si, por lo contrario, quere-
es necesario que el uno esté com- si no hay alguna discordancia en mos defenderla, es preciso tener en-
l't-cndido en el otro, como los lace- san la una la cuantidad. ia otra ];:¡ las cosas atribuidas de una manera tendido que nunca, o por lo menos
demonios Jo est:ln en lo> pelopo- cualidad o la relación. 13 9. Y tam· cualquiera a ambas, y en las cosas raras veces, en la discusión se con·
nenses. De no ser así. suceucrá que bién si el género de la~ do~ no es a las que aquéllas son atribuidas; cluye en la definición por conse-
el misrrw, sino que la una es mala porque todo lo que es atribuido a ettencia. De ordinario se la sienta
1 \'0J>c' Categorías, cap. JO. y la otra buena. la una co; virtud Y la una debe ser igualmente atribui-
do a la otra; y la> -:osas a que la como principil!, lo mismo c¡ue óe
~
TÓPICOS 313
una es género y la otra diferencia, fender. § 6. Esto es evidente en preciso probar en primer lugar to-
y que el género solo y las diferen- cuanto a lo propio, conforme ~ Jo mente, sucede todo lo contrario; dos estos elementos por silogismo; ,
cias son atribuidos esencialmente al que se ha dicho. 4 En efecto, como porque es más fácil en este caso es decir, que todas las partes enu-
sujeto. Ahora bien, sin estas proP.o- lo propio se da las más veces en · probar que refutar la proposición. meradas pertenecen verdaderamente
siciones, es imposible que haya silo- combinación con otros términos, se ¡\s[, pues, cuando se le prueba, bas- al sujeto, que es el género el que
gismo de la definición; porque si le puede refutar destruyendo tan ta mostrar que el accidente es atri- se ha sentado y que la explicación
hay algunas otras cosas que sean sólo un elemento, mientras que ne-. buido a cualquiera término, y cuan- es propia del definido;·y además es
también atribuidas esencialmente al cesariamente, cuando se sienta ·la .· do se refuta es )reciso probar que preciso probar que la definición ex-
sujeto, no se sabe si es la definición proposición, se debe probar todo · no lo es a ninguno. presa realmente la esencia de la
dicha u otra la que conviene al su- por silogismo. § 7. Por lo demáS § 12. Se ve claramente por qué cosa, y todo esto ha de hacerse de
jeto, puesto que la definición es la podría bien decirse de lo propi~ . es lo más fácil refutar la definición; una manera debida.
explicación que expresa la esencia casi todo lo que se aplica a 111 de. , puesto que lo numeroso de los ele- § 15. Entré las demás cuestio-
de la cosa. § 2. He aquí lo que lo finición. Y así, CJJando se sienta ·la. mentos que la forman suministra nes, lo' propio es. lo más semejante
prueba: que es más fácil· concluir tesis, es. preciso probar, que la cosa igualmente más datos para la refu- a la definición; porque es más fácil
una sola cosa, que concluir muchas. se dice de todo lo óue ,está éom: · tación, y el silogismo se forma tanto reíutarlo, pu.:s que se compone or-
Cuando se refuta, bastz destruir un prendido bajo la pal3bra, mientra~ más pronto cuantos más elementos dinariamente de muchos elementos;
solo elemento de la definición; por- que cuando se refuta, basta probar se tienen. Parece, en efecto, que el y es lo más difícil el defenderlo,
que destruyendo una parte cualquie- que.no se dice de un solo.t.éi:minp. error· es tanto más frecuente cuan- porque es preciso reunir muchas co-
ra, habremos destruido toda la defi- .Y si lo propio lo es realmente de . to el número mismo de las cosas es sas; y además es preciso probar que
nición. Por lo contrario, cuando se todo el sujeto, pero no lo .es de cite. , , ma)'Or. § 13. Además, se puede re- se dice tan sólo del término sobre
defiende la definición, es preciso de- sujeto solo, ya con i!sto resultar~: futar la definición por los demás que se cuestiona, y que puede ser
mostrar la realidad de todas las co- refutado,· al modo que se ha dicho~;. medios indicados; porque sea que tomado recíprocamente por la cosa
sas puestas en la definición. § 3. Es respecto a la definición. · · · la explicación que dé no sea propia de que es lo propio.
preciso también, cuando se sienta la § 8. En cuanto al género, cuan- del definido, sea que el término § 16. Lo más fácil de todo es
definición, sacar una conclusión uni- do se ha demostrado que lo es de atribuido no sea el género, sea que sentar el accidente; porque para las
versal; porque es preciso que la de- todo el sujeto, no hay más que una alguna de las cosas comprendidas demás cuestiones es preciso probar,
finición sea aplicable a todo aquello manera de probarlo. Pero cuando en la definición no pertenezcan al no sólo que el término indicado se
a que se extiende la palabra; y ade- se refuta, hay dos maneras; porque definido, la definición resulta des- da en el sujeto, sino que se da de
más, que haya reciprocidad, y que si se ha demostrado que no lo es truida. Las demás cuestiones, por lo cierta manera; tratándose del acci-
la palabra se aplique a todo aquello de ninguna de las partes del sujeto, contrario, no pueden combatir.se, ni dente, por lo contrario, basta pro-
a que se aplica la definición, si la o que no lo es de alguna parte del por los lugares relativos a las defi- bar que se da de una manera cual-
definición dada ha de ser especial sujeto, queda . destruido el género niciones, ni por todos los demás. En
del definido. Cuando se refuta, por sentado al principio. § 9. Además, efecto, sólo los lugares relativos al quiera.
§ 17. Lo más difícil es refutar
lo contrario, no es necesario demos- cuando se sienta la proposición, no accidente son comunes a todas las el accidente, porque presenta los ele-
trar universalmente; porque basta basta probar que el género se dice cuestiones indicadas, puesto que es mentos menos posibles, puesto que
mostrar que la definición no es ver- del definido: sino que es preciso preciso que cada uno de estos tér- no se dice cómo el accidente se da
dadera respecto de una de las cosas probar también que le pertenece minos pertenezca al sujeto. En cuan- en el sujeto. De aquí que respecto
comprendidas en la palabra. Y aun como género. Cuando se refuta, bas- to al género, puede suceder que no de todas las demás cuestiones se
cuando fuera preciso refutar univer- ta probar que no pertenece a alguna se diga del sujeto como propio sin puede refutar de dos maneras, o
salmente, no sería necesario para parte del sújeto o que no pertenece que por esto resulte destruido. En probando que el término no se da
refutar que hubiese reciprocidad, a ninguna. § 10. Parece, pues, que igual forma, no es necesario que lo en el sujeto, o que no se da de cier-
porque para refutar universalmente, propio se dé en el sujeto como gé- ta manera, mientras que tratándose
así como en todas las demás cosas
basta probar que la definición no nero, y el accidente no tiene nece- del accidente no se le puede refutar
es más fácil destruir que refutar, sidad de darse en él como género o sino demostrando que no se da en
es atribuible a una de las cosas a aquí también es más fácil refutar
que el definido es atribuido. Pero como propio; sólo es preciso que se
que afirmar la tesis. dé en él. No es posible, por tanto, el §sujeto.
no es recíprocamente necesario pro- § 11. Respecto al accidente, es 18. Quedan, pues, enumera-
bar que el definido no es atribuido servirse de los argumentos de una dos casi todos los lugares que Sll.-
más fácil refutarlo universalmente de: las cuestiones contra las otras,
a las cosas a que no lo es la defi- que probarlo. En efecto, cuando se ministran los medios de tratar cada
nición. § 4. Además, aun aplicándo- s:.llvo contra la definición; luego es una de las cuestiones indicadas."
le prueba es preciso mostrar que C"> idente que lo más fácil de todo
se a todo el definido, la definición, se da en todo el sujeto; y cuando s~
·.si no se aplica al definido solo, con es refutar la definición. § 14. Y lo
le refuta, basta mostrar que el acci- " Libro !, cap. 5.
más difícil es defenderla, porque es
sólo esto queda destruida. dente no pertenece a un solo térmi-
§ 5. Lo mismo sucede respecto no. Cuando se le discute particular-
a lo propio y al género; porque para
ambos :os m::ís fácil destruir que de- " Libro VI.
~·
317
TÓPICOS
316 ARISTÓTELES
se forman los silogismos. Deben to-
veniente sentar estas proposiciones marse sucesivamente las aserciones
útiles al silogismo, aun cuando no que se refieren a conclusiones dife-
pueda obtenerse la aprobación del rentes; porque, colocando las aser-
LIBRO OCTAVO' adversario. § 6. En vista de estas ciones especiales las unas después
mismas proposiciones necesarias de- de las otras, la conclusión que de
ben sentarse también las proposi- ellas debe resultar será más evi-
ciones subsidiarias, y he aquí cómo dente.
CAPITULO 1 rías. § 2. Se llaman necesarias aque- debe uno servirse de cada una de
llas con las que se forma el silo- § 12. Respecto a la definición,
ellas. § 7. Por la inducción se pasa es preciso tomar también, cuando
§ 1. Después de lo dicho, es gismo. § 3. Las que se admiten ade- de lo particular a lo general, y de se puede, la proposición universal,
preciso tratar del orden que debe más de éstas se dividen en cuatro lo conocido a lo desconocido. Las no en las cosas mismas, sino en las
guardarse en los argumentos, y de- clases: se las admite, o en vista de cosas referentes a la sensación son cosas del mismo orden; porque los
cir cómo se debe interrogar. La pri- una inducción para que el adversa- más conoc;idas, ya absolutamente ha- adversarios se refutan a sí mismos
mera cosa que importa, cuando- se rio conceda Jo univers::;I, o para blando, ya por lo menos para el cuando se saca la definición de una
debe de hacer una pregunta, es en- agrandar la expresión, o para di- vulgo. § 8. Cuando uno quiere di- cosa del mismo orden, porque no la
contrar el lugar que deba emplear- simular la conclusión, o para ilus- simular su conclusión, debe procu- conceden universalmente. Por ejem-
se; luego, interrogarse a sí mismo, trar la discusión. No es posible to- rar sentar por prosilogismos las pro- plo, si fuera preciso obligar a que
prepararlo todo convenientemente; mar ninguna otra proposición fuera posiciones, por cuyo medio se proba-
y en tercer lugar, exponer todo esto de éstas; y mediante éstas debe in- rá el principio; y será preciso mul- se concediera esta proposición: que
a la persona a quien nos dirigimos. tentarse desenvolver la discusión e tiplicar estas proposiciones todo lo el hombre encolerizado desea la
a causa del desprecio que
Mientras no se ha encontrado ese interrogar al adversario. posible. Se hará así, si se prueba venganza
lugar necesario, esta indagación lo § 4. Las que disimulan sólo se por silogismo, no sólo las proposi- se le ha hecho, y se hubiera con-
mismo pertenece al filósofo que al hacen para el combate; pero ya que ciones necesarias, sino también al- seguido la concesión de esta pro-
dialéctico. Pero el disponer todas ninguna indagación de este género gunas de las proposiciones subsi- posición: que la cólera es un deseo
~stas cosas, y en seguida interrogar, se hace sino suponiendo un inter- de venganza a causa de un despre-
diarias útiles para aquéllas.
constituye el estudio especial del locutor, es necesario servirse igual- § 9. No es preciso tampoco cio hecho, es evidente que, una vez
dialéctico, porque todo esto supone mente de proposiciones que no son enunciar las conclusiones de los pro- concedida esta proposición, se ha-
otro a quien uno se dirige. Mas en necesarias. silogismos, sino que se las debe pre- brá obtenido la proposición univer-
cuanto al filósofo y al que estudia § 5. No es preciso, por tanto, sentar en conjunto; porque de este sal que se busca. Pero cuando no
para sí mismo, importa poco, cuan- adelantar las proposiciones necesa- modo se alejará más de la proposi- se sale de las cosas mismas de
do las cosas mediante las que forma rias con que se forma el silogismo; ción primitiva. § 10. En general, es que se trata, sucede muchas veces
el silogismo son verdaderas o co- pero se debe tomarlas de tan alto preciso interrogar, cuando se quiere que el que responde niega las pro-
nocidas, que el que responde no las como se pueda. Por ejemplo, si se ocultar su pensamiento, de manera posiciones, más fácil
porque la refutación es
para él en este punto; y
conceda, porque estén próximas al piensa que la noción de los contra- que, hecha ya toda la interrogación sostiene, por ejemplo,
principio, y que presiente la conse- rios es la misma, y se quiere sos- y dada también la conclusión, esté
que, cuando
cuencia que el adversario va a sa- tener esta tesis, no debe encaminar- se está encolerizado, no siempre se
car de ellas. Quizá el filósofo ten- se directamente a los contrarios; es
el interlocutor en la necesidad de desea la venganza; y así podemos
preguntar aún el por qué; y se ob- muy bien irritarnos contra nuestros
drá buen cuidado de que los axio- preciso subir hasta los opuestos; tendrá sobre todo este resultado si- padres, y sin embargo, no desear
mas sean Jos más conocidos posibles porque una vez admitido esto, po- guiendo el método que acaba de in- castigarlos. Pero quizá esta refuta-
y Jos más próximos a la cuestión; drá concluirse por silogismo, que la
porque de aquí es de donde proce- dicarse. En efecto, no enunciando ción no es muy verdadera; porque,
noción de los contrarios es la mis- más que la conclusión extrema, el en ciertos casos, es venganza sufi-
den los razonamientos que enseñan ma, puesto que los contrarios son
realmente algo. Ya se ha dicho an- también opuestos. Si el adversario interlocutor no podrá saber cómo ciente el causar un disgusto a las
se la obtiene, porque no ha visto gentes y obligarlas a arrepentirse de
teriormente de dónde deben tomarse no concede esto, es preciso valerse
los lugares propios de la argumen- de la inducción apelando a contra- previamente cómo se llega a ella, su acción. Sin embargo, en esta ob-
tación; y ahora es preciso hablar del rios particulares; porque se debe to- puesto que los silogismos anteriores jeción hay una apariencia de ver-
orden en que debe colocárselos, e mar las proposiciones necesarias, ya no se han sentado niiembro tras dad, que obliga a no tener por tan
igualmente de la interrogación, des- por silogismo, ya por inducción, o
miembro. El silogismo de la conclu- irracional al adversario porque de-
pués de haber indicado las propo- bien las unas por inducción y las sión ext;cm<J ti~nc menos todavía seche la pwposición sentada al prin-
siciones que pueden emplearse ade- otras por silogismo. En cuanto a las sus nJicrobn_)s regulares, puesto que c~~io. Pc~-o c~1 cuanto a la def~:~!
más de las proposiciones necesa- oue son completamente evidentes, nosolrc:; !-.:;nos drrdo, no sus ele- c¡un ele ;a cokra, no es tan fuul
1
Lo más fecundo de este libro V! lL
no por eso deben de produ n"'cnt8': .
;1J~d ¡ante
sino sói? 1_os prin- encontrar la rd-utación_
que e1 sdog1sruo § 13. ·[<, preciso, por !o demás,
e irse: porq ,,,: Ll consecuencia que
filo.:::óf!carücJHe hablando. es lo que se se concluye: •.:s m<Ís oscura dLo <\qll'~iios s,:; ¡:;roduce. § 11. Con- sentar tsl<!s proposiciones como ~:
dice acerca de la cscnciJ v forma de
cwmdo se 12 de[:: <•parle y se la saca vien~C i81l1~1íén no tom2x de una ma- sr; hi•,~icsc, no respecto de la cosa
1a int(rrogación como co_,nt('.nido de
por inducción. Y :10 <_> mc:nos con- nera cvnlinua Ja~ asc1cione.~) Ut qn~
'JL'n.sunl i el 1to.
TÓPICOS 319
318
ARISTÓTELES
sas del mismo género. Ya se ve cla- za, mediante a que muchas cosas se
misma, sino de otra cosa; porque ramente lo que es la inducción. La dicen semejantes y, sin embargo,
el adversario está siempre en guar- se sienta en favor de otra cosa, que división consiSte, por ejemplo, en no lo son.~
dia, por lo que hace a las conce- lo que se sienta en favor de uno decir, que esta ciencia es mejor que § 3. Cuando, después de una in-
siones que pueden ser útiles a la mismo_ § 20. Tampoco debe sentar- aquella otra, o porque es más -exac- ducción hecha mediante muchos tér-
proposición. § 14. En una palabra, se directamente la cosa que se quie- ta, o -porque su objeto es más eleva- minos, el adversario no cóncede el
es preciso presentar tan oscuro re sostener, y sí aquella de la que do; es ·deéir, que entre las ciencias, universal, es justo reclamar de él
cuanto sea posible el saber si es la es la otra una consecuencia necesa- unas son teóricas, otras prácticas, que objete. Si no ha designado uno
ria. El adversario concede más fá- mismo los términos de que se trata,
cosa que se cuestiona o la opuesta cilmente lo que se le exige, porque otras productivas. Cada una de estas
la que se quiere tomar; porque en la consecuencia que debe resultar cosas en efecto, embellece el discur- no es justo exigirlo respecto de aque-
este caso lo que puede interesar a so, pero no son necesarias en razón llos de qce no se trata; porque sólo
la discusión queda oscuro, y se que- no es entonces tan evidente; y con- de la conclusión que se busca. después de haber hecho al principio
cediendo lo uno se concede igual- esta h1ducción, ·se puede· exigir la
da en más libertad para sostener la § 26. Para aclarar la discusión,
verdadera opinión. § 15. También mente lo otro. § 21. Sólo en último es preciso valerse de ejemplos y obieción del adversario.-§ 4, Puede
es preciso interrogar valiéndose de obtenerselugar debe exigirse lo que quiere exigirse que no se haga recaer las
por encima de todo; por- de comparaciones. Deben escogerse
la semejanza; porque puede bastar ejemplos familiares, tomados de las objeciones sobre d sujeto mismo, a
para persuadir, y oculta más las co- que el adversario rechaza principal- cosas que conocemos, como hace no ser en el casci de que éste sea
sas que la proposición universal. exigen, mente las primeras cosas que se le · único de una manera dada, ·como
a causa de que la mayor Homero, y no como hace Querilo,
Por ejemplo, puede decirse que, así parte de los que interrogan enun- porque de esta manera lo que se la diada que es é1. úriico número
como la noción y la ignorancia de cian desde luego las cosas que más dice se hace más claro. primo entre los números pares; por-
los contrarios es única, de igual que . es preciso que el que hace la
modo la sensación de los contrarios ciertos les preocupan. § 22. Tratándose de
interlocutores, es preciso ade- objeción la haga recaer sobre otra
es ' única: o recíprocamente, que lantar desde luego estas cosas; por- cosa, o que pretenda que el sujeto
puesto que la sensación de las con- CAPITULO 2
que las gentes temerarias conceden sobre que se cuestiona es el único
trarias es la misma, la ciencia lo que está en tales circunstancias
es igualmente. Esto se parece a la sobre todo las primeras cosas cuan- § l. Cuando se discute, es pre-
dadas.
inducción, y sin embargo, no es do la conclusión que debe resultar ciso servirse del silogismo más bien
~ 5. En cuanto a los que refutan
no es muy evidente; y reservan las
idéntico a ella; porque por la in- dificultades con los dialécticos que con el vul-
haciendo recaer la objeción, no so-
ducción se saca lo general de lo mo hacen lospara lo último. Lo mis-
que se precian de ser
go; y, por lo contrario, es preciso
bre la cosa misma, sino sobre un
p~rticular; y por los semejantes no servirse con preferencia de la induc-
homónimo; y sostienen, por ejem-
se saca el término general bajo el sutiles en sus respuestas; porgue ción con el vulgo. Ya hemos habla-
plo, que uno puede tener un color
cual están comprendidos en junto concesiones,después de haber hecho numerosas do de esto precedentemente. § 2.
hacen argucias al últi- En ciertos casos es posible, interro- que no es el suyo, o un pie, o una
torios los semejantes. mano, como el pintor po~ría tener
mo, pretendiendo que la conclusión gando, exigir lo universal por vía
§ 16. También es preciso algu- no se deduce de los datos admiti- de inducción; y en otros casos esto un color que no es suyo, y el coci-
nas veces refutarse uno a sí mismo; dos. Estos conceden a su contrario no es fácil, porque no hay un nom- nero un pie que no le pertenece,
porque los que responden no des- sin dificultad, fiándose en su talen• bre común para todas las semejan- para interrogar a éstos, es precisG
confían en modo alguno, cuando to, y suponiendo siempre que nin- zas. Pero cuando es preciso obtener hacer la división; porque en tanto
parece que se presentan los argu- gún mal resultado tendrá para ellos. el universal, se dice que de esta que la homonimia permanezca ocul-
mentos con lealtad_ § 17. Es asi- § 23. Tambi~n es preciso alargar la manera debe procederse para to- ta, la objeción a la proposición pa-
n:ismo útil aüadir, que lo que se discusión, y añadir muchas cosas das las cosas de este género; pero recerá procedente. § 6. Si, por lo
sostiene es habitualmente admitido; que no son útiles a la cuestión, como es extremadamente difícil determi- contrario, la obieción hecha, no so-
porque se repugna el contradecir hacen los que trazan falsos dibujos nar cuáles son, entre las cosas que bre un homónimo, sino sobre la
una opinión recibida, cuando no geométricos; porque cuando se se han sentado, las que son tales cosa misma, es de tal naturaleza
hay una refutación preparada; y amontonan así las cosas, no se sabe como se dice, y las que no lo son; que impida toda cuestión, es pre-
precisamente pcr lo mismo que uno exactamente en cuál está el error. y esto da origen a disputas cuando ciso, suprimiendo la parte atacada
mismo usa argumentos de este gé- oc discute, sosteniendo unos que las por la refutación, sostener el resto
nero, se guarda de rechazarlos. § 18. A veces también los que interrogan cosas que no son semejantes lo son, de la proposición. haciéndola gene-
Tampoco debe mostrarse demasia- no se esta hacen cargo de que han lan-
y poniendo otros en duda que las ral, hasta que se haya obtenido un
do ordor por un argurnc:nto, por :t:ado oscuridad de cosas, qL:e,
presentadas aparte, de ninguna ma- cosas semejantes lo sean. P<lra evi- término que pueda serví r, como en
vcntaioso que pueda ser; porque el este ejemplo: el olvido y haber ol-
(Jlh/cr:-~~·!~·r~) rc::;istt: 1nús cuando ob- nera hubieran sido concedidas. ~ 24.
tar .estas dificultades, es preciso
Fs p:-.::c;:;u por lo tanto ss•·virse de crear uno mismo palabi·ris, para que viclado; porque los adversarios no·
:<'1''<2 ¿s¡ un vivo ir1t ..~rés en el con- conceden que el que ha perdido la
los rncd ios que· at.:absn de s¡;r indi- el que responda no niegue que lo
lr·:!rio. ~ 19. También conviene no cicnci3 haya olvidado, pues que di-
que se enuncia se diga semejante-
prcscn far su opinión sino como una cados pJra ocultar su pensan1icoto.
comparación; porque se presta más § 25. Para at<:vi~rlo, por Jo con- mente, ni que el que interroga puc-
c!a hacer sofismas sobre la serncian- 2 Véase Catt>gorías. cap. 7.
Lícilmeníc el asentimiento a lo que t¡·ario, será precio;o recurrir 3 la rn-
ducción v a la división c!e las ca-
j
320 ARISTÓTELES
TÓPICOS
321
cen que habiendo desaparecido la sin la reducción al absurdo, ya por
cosa, se ha perdido realmente la reducción al absurdo, si se demues- dividido diciendo, por ejemplo, ¿el términos. Es necesario, por tanto,
ciencia, pero no se la ha olvidado. tra y no se discute dialécticamente, bien se dioe en este o en aquel sen- conocer cada uno de ellos por b
En este caso es preciso sostener el importa poco formar el silogismo de tido? porque la respuesta en este definición.
resto de la proposición, quitando una o de otra manera. Pero cuando caso es muy fácil, ya' se afirme, ya § 2. Las propos!ciones, que son
aquello sobre que recae la refuta- se discute con alguno, no se ha de se niegue. En esta forma es como muy próximas al pnncipio, son tam-
ción; por ejemplo, decir que si sub- deben sentarse las proposiciones de bién difíciles de atacar; porque no
sistiendo la cosa se ha perdido la emplear el silogismo por reducción este género. Es quizá igualmente leal pueden encontrarse n!Uchos argu-
ciencia, es porque se ha olvidado. al absurdo; porque el adversario no
puede combatir cuando se concluye él no exigir en cuántos sentidos se mentos contra ellas, en razón de que
Lo mismo sucede con los que refu- sin reducción en lo imposible. Mas entiende el bien, sino cuando, he- entre ellas Y el principio hay pocos
¡; tan esta proposición: que el mal , cha una división y sentada una pro- términos; y mediante estos términos
mayor es opuesto al bien mayor; cuando, por ]o contrario, se ha con- posición, el adversario no la cbn- es como debe . necesariamente de-
porque sostienen que a la salud, que cluido por el absurdo, si el error no cedé.
es perfectamenk manifiesto, el ad- mostrarse todo ·lo que viene detrás.
es un bien menor que la fuerza, se § 12. El que durante largo tiem-
opone un mal mayor, mediante a versario sostiene que no hay absur- ' po se limita a hacer una sola pre-
§ 3. De todas las definiciones, las
más difíciles de atacar son las que
que la enfermedad es un mal ma- do; y entonces los que interrogan ¡runta, interroga mal; porque una se sirven de palabras de las que no
no llegan en manera alguna al punto
yor que la debilidad de constitución. que quieren. ~ez que la persona interrogada ha puede decirse desde luego con certi-
Es preciso por tanto hacer también respondido a lo que se le pregunta- dumbre si se las to:rna en sentido
en este caso que desaparezca aque- § 9. Es preciso sentar las aser- ba, es claro que se le preguntaron,
llo sobre que recae la refutación; ciones que más ordinariamente son absoluto o en muchos sentidos, sin
o muchas cosas a la vez, o muchas que se sepa, por otra Parte, si el que
porque, quitado esto, el adversario de la manera que se dice; porgue veces las mismas cosas; de suerte define las emplea en sentido abso-
concederá mejor la proposición: y entonces, o la refutación no es en que, o es un vano pasatiempo, o no luto o metafórico. Precisamente por
en el ejemplo citado, será preciso modo alguno posible, o no es fácil tiene lugar el silogismo; porque el
decir que un mal mayor es opuesto descubrirla a primera vista. En efec~
lo mismo que son oscuras no cabe
silogismo se compone siempre de argumentar contra ellas, y no se las
a un mayor bien, cuando el uno no to, no pudiendo ver las cosas res- pocos elementos. Si el adversario no puede ata"car en. este concepto, por-
implica el otro, como la fuerza de pecto de las que no es así, el adver- responde, ¿por qué entonces no vol- que se ignora SI estas palabras son
sario acepta la aserción como ver-
constitución implica la salud. § 7. dadera. ver sobre él, haciendo que siga la oscuras úni~amente t;orque se to-
No sólo es preciso hacer esto cuan- discusión? man en sentido metaforico.
do el adversario opone objeciones, § 1O. Por lo demás, no se debe
sino también . cuando, sin hacerlas, de convertir la conclusión en pre- § 4. En general,_~uando se trata
CAPITULO 3 de cualquiera cuestJO!l que es difí-
,~ niega la proposición sentada pre- gunta; de lo contrario, en el caso cil de atacar, es prectso suponer, o
viendo algo semejante. En efecto, en que el adversario la niegue, pa- que .es necesario defin~rla, o que es
rece que no hay silogismo; porgue § 1. Es difícil atacar y fácil de-
cuando se ha hecho desaparecer muchas veces, aun sin hacer interro- fender las mismas suposiciones; y una de las cosas que henen muchos
aquello sobre que recae la objeción, gación y presentando la proposición estas suposiciones son naturalmente sentidos o un sentido llJ.etafórico o
el adversario se verá precisado a las primeras y las últimas. Las pro- que no está_lt;jos de los principi~s;
admitir la proposición inicial, por- de.,como consecuencia de lo que prece-
los adversarios la niegan; y ha- posiciones primeras tienen necesi· 0 bien, por ultimo, que nuestra duda
que no habrá descubierto e11 lo de- ciendo esto, no parece que han sido dad de deLr.ición; y las últimas se procede únicamente de que no sabe-
más una parte que no sea· como se refutados a juicio, los que no han concluyen de otras muchas, cuando mos por cuál de lo_s lllotivos aquí
ha dicho; y si no la admite, cuando presentido la cCfnclusión de los datos se quiere tomar la ·serie continua de enumerados este objeto nos la ins-
se le reclame su objeción, no estará admitidos. Cuando, aun sin haber los argumentos partiendo de las pri- pira. En efecto, una Vez fijados en
en posición de poder darla. Estas dicho qué es la conclusión, se inte- meras: o si no los argumentos pare- la manera que hace ~ue sea difícil
proposiciones, por lo demás, son mi- rroga, y el adversario responde ne- c~n sofísticos, puesto que es impo- esta cuestión: ~s evi~~nte que es
tad verdaderas y mitad falsas; por- gativamente, parece que de ninguna Sible demostrar nada de otro modo preciso, o defmtr, .o dtvtdir, o resta-
oue se puede, quitando una parte, manera hay silogismo. que comenzando por los principios blecer las proposiciOnes intermedias:
dejar sólo la que es verdadera en § 11. No toda proposición uni- Propios del objeto, y si no se cami- puesto que por ellas se demuestran
ellas. Si, cuando extiende uno su versal es al parecer siempre una pro- na hasta los últimos términos. Los las más remotas.
aserción a muchas cosas, el adver- posición dialéctica; por ejemplo, q~e responden no creen deber defi- § 5. Cuando la definición no ha
sario no hace la objeción, es preciso ¿qué es el hombre? ¿En cuántos sen- ntr y no escuchan al que interroga sido bien hecha, hay llluchas tesis
creer que la ha admitido; porque la tidos se entiende el bien? La propo- cuando define. Ahora bien, cuanao que no es fácil discutir o atacar;
proposición dialéctica es aquella sición dialéctica es aquella a la que ~o se ve claramente lo que es el ob- ésta, por ejemp~o: ¿una sola cosa
que, aplicándose de este modo a se puede responder sí o no; cosa l~l_o, no es fácil atacar la proposi- tiene un contrariO o muchos? Pero
muchas cosas, no se ha hecho obje- que no puede hacerse con respecto CJOn, y esto tiene lugar, sobre todo, una vez que los contr~tios se han
ción sobre ella. a las que acaban de enunciarse. Y respecto de los principios; porque definido como es _debJdo, es fácil
§ 8. Cuando puede concluirse si- así estas preguntas no son dialécti- Por medio de los principios se de- concluir, si una mtsrna cosa puede
logísticamente una misma cosa, ya cas, si uno mismo no ha definido Y llluestra todo lo demás, mientras tener o no uno o muchos contr<Jrios.
que ellos no pueden serlo por otros Lo mismo pasa con todas las pru-
ll
322 ARISTÓTELES
TÓPICOS 323
posiciones que hay necesidad de de- hacerse las preguntas y cómo se-1as
finir. § 6. Hasta en las matemáticas debe preparar.
hay también ciertas cosas que no pa- que debe conceder o no conceder, conclusión; porque de esta manera
recen difíciles de demostrar sino a para defender bien o mal la tesis parecerá haberse discutido bien.§ 7.
causa de la falta de definición; por sentada. En vista de esta falta de Lo mismo tiene lugar si la proposi-
ejemplo, este teorema: la recta que CAPITULO 4 3 método, que no nos han trasmitido ción no es ni probable ni improba-
corta por el lado la superficie divi- los demás, procuremos nosotros de- ble; porque también en este caso es
de igualmente la línea y el área de § 1. En cuanto a la respuesta cir algo. preciso conceder todo lo que pare-
la figura. Pero una vez dada la de- es preciso fijar ante todo lo qu~ § 2. Es necesario que el que res- ce verdadero, y de lo que no parece
finición, la cosa se hace en el acto debe de hacer el que responde bien ponda sostenga la discusión, sentan- verdadero todo lo que es más pro-
evidente; Rorque las líneas y las lo mismo que lo que debe hacer ei do una tesis cualquiera, ya sea pro- bable que la conclusión; porque, de
áreas experimentan la misma sus- que interroga bien. § 2. Es preciso bable o improbable, o ni lo uno ni esta manera, los argumentos se ha-
·. tracción, y esta definición se aplica que el que. interrogue, conduzca la lo otro, quiero decir, absolutamente rán más probables. § 8. Luego si el
por ambas partes a la misma idea. discusión de manera, que el que res- probable o improbable, o con limi- objeto es absolutamente probable o
En general, los primeros elementos, ponda, le responda las cosas más tación; por ejemplo, respecto de tal improbable, es preciso hacer la com-
cuando se han hecho las definicio- insostenibles que sea posible, con- o cual persona, de sí mismo o de paración de los argumentos con Jo
nes, como la de la línea y la del forme a los datos necesarios de la cualquiera otro. § 3. Importa poco, que parece absolutamente verdade-
círcul~on fáciles de demostrar, sin cuestión. § 3. Y el que responde, por lo demás, cómo es probable o s
ro. 9. Si el objeto no es absoluta-
contar con que no hay muchos ar- debe de hacer de manera, que lo improbable: porque la manera de mente probable o improbable, y sólo
gumentos posibles contra cada uno imposible y paradójico que dice pa- responder bien será siempre la mis- lo es para el que responde, es pre-
de ellos; porque no hay muchos in- rezca proceder, no de él, sino deJa ma, así como la de '.::onceder o no ciso, para conceder o no conceder,
termedios. Pero si nó se definen los cuestión misma; porque es quizá un conceder lo que se pide. § 4. Siendo referirse a lo que le parece verda-
principios, el atacarlos se hace difí- error muy diferente el sentar desde la proposición improbable, es nece- dero y a Jo que no le parece. § 10.
cil, y hasta imposible; y lo mismo luego lo que no debe sentarse, y el sario que la conclusión sea proba- Si el que responde defiende el pen-
sucede con los términos que se ha- no defender como es debido lo que ble, y que ésta sea improbable si la samiento de otro, es evidente que
cen entrar en las definiciones. se ha sentado proposición es probable; porque el se ha de conceder o desechar cada
§ 7. No debe olvidarse, por tan- que interroga concluye siempre en proposición, refiriéndose al pensa-
to, que cuando la proposición es di- lo opuesto a la tesis. Si lo que se miento de ese otro. Y así, aquellos "
fícil de atacar, tiene uno de los de- CAPITULO 5 cuestiona no es probable ni impro- mismos que sostienen opiniones dis-
fectos que acaban de indicarse. § 8. bable, la conclusión será igualmente tintas de las suyas, por ejemplo, que
Cuando es más difícil discutir con- § 1. Aún no se ha determinado de este género. Puesto que" el que el bien y el mal son idénticos, como
tra el axioma y contra la proposi- el camino que han de seguir los que razona bien, demuestra la cuestión dice Heráclito, rechazan sin embar-
ción, que contra la tesis, puede du- sólo discuten por vía de ejercicio y por principios más probables y más go la opinión de que los contrarios
darse si es o no preciso sentar las de ensayo. Y es que, en efecto, no conocidos que ella, es claro que, no pueden darse a la vez en una
mismas cosas; porque si no se las nos proponemos en modo alguno el siendo el objeto completamente im- misma cosa, no corno una opinión
sienta, y se pretende discutirlas, será mismo fin cuando se enseña o cuan- probable, no es posible que el que que les parezca falsa, sino sólo por-
más difícil que lo que al principio do se instruye, que cuando se coro· responda, conceda ni lo que le pa- que es preciso decidirse por ella si-
se había afirmado; y si se las sien- bate; así como tampoco cuando se rece falso absolutamente, ni lo que guiendo a Heráclito. Esto es lo que
la, deducirá uno su creencia de co- combate y cuando se conversa por le parece verdadero, aunque siem- hacen los interlocutores que aceptan
sas menos creíbles. Luego si no se simple curiosidad teórica. Cuando se pre menos verdadero que la conclu- mutuamente el uno del otro los da-
quiere hacer la cuestión más difícil, trata de un discípulo, es preciso sión. En efecto, cuando la proposi- tos de la discusión; porque entonces
es preciso sentar la tesis. y si se pue- sentar siempre principios que pa· ción es improbable, la conclusión es sólo se proponen razonar como lo
de razonar valiéndose de principios rezcan verdaderos; porque nadie probable, de suerte que es preciso haría el que los ha sentado.
más conocidos, es preciso no sen- piensa en enseí'lar lo que es falso. que todos los datos admitidos sean § 11. Se ve, por lo tanto, clara-
tarla. ¿O acaso deberá decirse que Cuando se lucha en la discusión, es probables y más probables que la mente, las cosas que d~be tener a la
no debe darse por sentada cuando preciso que el que interrogue parez- tesis, puesto que es preciso concluir vista el que responde, ya sea el ob-
se aprende, si la tesis no es más co- ca hacer siempre 1o debido, y que lo menos cono.cido por lo más co- jeto absolutamente probable, ya lo
nocida, y que es preciso darla por el que responde no parezca en modo nociC:o. Y así, si entre las cosas exi- sea sólo para ciertos interlocutores.
sentada cuando se ejercita, con tal alguno que sucumbe. Y así en J~s giiLs no hay nada que tenga esta
que parezca verdadera? Es, por lo contiendas dialécticas en que se dts- con::!ición, no es posible que el que
tanto, evidente que no debe darse cute, no para combatirse, sino par~ eL lo conceda. CAPITULO 6
por sentada la tesis indiferentemen- ejercitarse e ilustrarse, nadie ha ft- Si la proposición es absok-
te, según que se interroga o que se jado aún claramente el fin que debe ta;Lcx;~,; probable. es claro que 1a § l. Como es irnprescindíble que
en~eña. proponerse el que responde, y lo CüiH.:]:...;~)i..:);-1 será abso1uüunentc in1~ toda cosa sentada po~ el interlocu-
§ 9. Lo que acaba de decirse " Este y ot1·os capítulos tienen un ProlJc:bk, Es preciso, pues, conceder tor sea probable o improbable, o ni
casi" basta para probar cómo deben carácter extremadamente retórico. tod'--) ;,_; qJc parece verdadero, y en~ lo uno ni lo otro, y que sea relalivli
trc ~:-' Ci~l~.: nu pneccc verdadero todo al objeto o que no lo sea, si parece
lo e,,,, c'o menos improbable que la v,~rdadera sin hacer relación <1l ob-
324 ARISTÓTELES
TÓPICOS 325
jeto, es preciso concederla, diciendo siempre autorizado para decir: yo
que se encuentra que es verdadera; no comprendo; y cuando una cosa porque, sin objeción, ya sea verda- miento o que nada se mueve, pue-
porque admitiéndola, no se destruye tiene muchos sentidos, como no está dera, ya parezca serlo, el impedir den considerarse también como im-
el principio que se ha sentado al en la necesidad de concederla o de la discusión es crear dificultades probables todas las proposiciones
principio. negarla, es evidente, desde luego inútiles. Luego si, no habiendo ob· que sólo pueden ser adoptadas por
§ 2. Si no parece verdadera, y que si la expresión empleada no ~ jeción que hacer, no se concede el un corazón depravado y que son
no es contraria al objeto, es preciso clara, no debe vacilar en decir que universal, no obstante haber conce- contrarias a la conciencia: por ejem-
concederla también, pero añadiendo no la comprende; porque muchas dido muchas proposiciones particu- plo, que el placer es el bien, y que
que se la concede., aunque no se en- veces resultan dificultades por ha- lares, es evidente que sólo se trata hacer una injusticia vale más que
cuentra que es verdadera, para pro- ber respondido a una pregunta que de embrollar la cuestión. Si no se padecerla; porque se detesta al que
curarse uno las ventajas de la con- no ha sido claramente formulada. objeta ni siquiera que la cosa no sostiene tales máximas, en cuanto
descendencia. § 3. Cuando esta nue- § 2. Pero si la cosa que tiene mu- es verdad~ra, se descubrirá más cl~c se cree que las sostiene, no sólo por
va opinión es contraria al objeto y chos sentidos es bien conocida, se. ramente que sólo se quiere discutir las exigencias de la discusión, sino
parece verdadera, es preciso decir gún que es verdadera o falsa respec, empleando vanas sutilezas. Sin em- por convicción.
que se la encuentra verdadera, pero to de todos los términos a que se la bargo, esta observación no es muy
q_ue está demasiado cerca del prin- quiere aplicar, es preciso concederla exacta: porque encontramos mu-
cipio, y que si se la admite, el sujeto o negarla absolutamente. § 3. Si la chas aserciones opuestas a nuestras CAPITULO 10
sentado al principio queda destruido. cosa es en parte verdadera, y en opiniones que nos sería muy difícil
§ 4. Si la proposición, aun ha- parte falsa, es preciso añadir que refutar: por ejemplo, las de Zenón § 1. Todos los razonamientos,
ciendo relación a la discusión pare· tiene muchos sentidos, por qué éste cuando sostiene que es imposible cuya conclusión es errónea, pueden
ce demasiado improbable, es preciso es verdadero y aquél falso; porque, que haya movimiento, y que no se corregirse, quitándoles lo que cons- .
reconocer que, sentado esto, la con- si no se hace esta distinción hasta puede recorrer el estadio. Pero no tituye el error. Pero no se rectifi-
clusión sentada se deduce de ello; más tarde, resulta duda de si se ha deben, a causa de este embarazo, can, quitando de ellos una parte
pero es preciso añadir que la pro- visto la ambigüedad que está en el concederse las aserciones opuestas a cualquiera, ni aun quitando una par-
posición sentada es demasiado sim- principio. § 4. Pero si no se vio éstas. Luego si se rechaza la propo-
ple. te errónea; porque la proposición
esta ambigüedad y no viéndola se sición sin tener nada que oponerte, puede encerrar más de un error: por
§ 5. Si la proposición no es pro- admitió la proposición, tomándola sin tener objeción que hacer, es cla-
bable ni improbable, en el caso en ejemplo, si se supone que el que
en uno de los sentidos, es preciso ro que no se hace más que enredar está sentado escribe, y que Sócrates
que no contradiga la discusión, es manifestar al que dirige la discusión la cuestión; porque el embrollo, en
preciso concederla sin añadir nada. el otro sentido, diciendo que en éste está sentado, puede incurrirse en
materia dediscusión, es una respues- error concluyendo que Sócrates es-
§ 6. Si la contradice, es preciso aña- y no en el otro es como se admitió ta que está en pugna con todos los
dir que, admitido esto, el principio la proposición. En efecto, desde el cribe. Quitando, por tanto, esta pro-
modos indicados arriba y que des- posición: que Sócrates está senta-
sentado antes queda destruido; § 7, momento en que hay muchas cosas truye el silogismo. 4
porque de esta :manera el que res- comprendidas bajo la misma pala· do, no resulta hecha la rectificación,
ponde no aparecerá derrotado, si bra o la misma definición, la duda y sin embargo esta proposición era
sabe prever de antemano el resul- se hace muy fácil. § S. Si lo que se falsa. Pero no era ella precisamente
tado de los datos que va a conce- pregunta es claro y sencillo, es pre· CAPITULO 9 la que hacía que el razonamiento
der: y el que interroga podrá for- ciso res~onder sí o no. fuera falso. En efecto, si alguno está
mar su silogismo, puesto que se le § l. Para prepararse bien a sos- sentado, pero sin escribir, tampoco
habrán dado todas las proposicio- tener su tesis y su definición, es pre- puede tener lugar la misma rectifi-
nes que son más probables que la CAPITULO 8 ciso dirigirse uno a sí mismo todas cación; de suerte que no es esto lo
conclusión. Pero todos aquellos que las objeciones; porque es claro que que debe quitarse, sino la aserción
se proponen razonar, hablando de § l. Toda proposición silogística es necesario ponerse en disposición de que el que está sentado escribe;
cosas menos probables que la con- es una de las que se saca el silo- de poder rechazar los argumentos porque no puede decirse, en gene-
clusión, razonan mal: y así no de- gismo, o una proposición hecha en con que los que interrogan podrían ral, que todo hombre senfado escri-
ben concederse estas proposiciones vista de una de aquéllas. Cuando destruir la proposición sentada. be. Luego se rectifica el razonamien-
a los que interrogan. se pide una proposición a causa de § 2. Es preciso cuidar mucho de to quitando lo qLe da origen al
otra, recayendo la cuestión sobre no sostener una proposición impro- error. § 2. Esta rectificación se hace,
muchas cosas iguales, porque es por bable. Puede ser improbable de mu- sabiendo que el razonamiento afec-
CAPITULO 7 inducción o por semejanza como se chas maneras. Por lo pronto es im- ta a este punto, como se trata de
toma ordinariamente lo universal, probable cuando las consecuencias las figuras falsas; porque DJ basta
§ l. Es preciso tratar, siguiendo es preciso evidentemente conceder son absurdas: por ejemplo. si se hacer una objeción, ni aun quitar
el mismo método, los casos en que todas las proposiciones particulares Pretende que todo está en moví- la parte errónea, sino que es pre-
las proposiciones son oscuras o tie- si son verdaderas y probables. Y ciso demostrar también en dónde
nen muchos sentídos. Como el que debe procurarse que no recaiga !a ' Se trata de Zcnón, de Elea, de está el error; y entqnces, en efecto,
responde, si no comprende, está objeción sino sobre el universal, c~y0 argumento se ocupa también Aris-
lük'!es en la Física, libro V l. se verá claramente si se hace la ob-
326 ARISTÓTELES TÓPICOS 327
jeción por haberse previsto o no la obra común resulte bien hecha. Al- que, respondiendo, no concede lo § 9. La tercera, cuando el silogism."J
consecuencia falsa. 5 gunas veces es por lo mismo nece. que le parece verdadero, y no ad- tiene lugar añadiendo ciertos datos,
.s3. Para impedir que se llegue sario atacar personalmente al que mite las preguntas que el que in-
terroga le quiere hacer. Es por lo
y estos datos son menos buenos que
las cuestiones mismas y menos pro-
a concluir, puede obraú;e de cua- habla, y no a la tesis, cuando el in-
tro maneras: § 4, ya quitando aque- terlocutor al responder intenta pre- tanto claro, conforme a lo que aca- bables que la conclusión. § 10. Y
llo en que consiste el error: § 5, ya sentar cosas completamente desfa- bamos de decir, que no debe criti- además, si esto se verifica quitando
dirigiendo la objeción al mismo que vorables al que le interroga; porque carse de la misma manera el razo- ciertas partes del razonamiento,
interroga; porque muchas veces, entonces, con estas argucias, las dis- namiento en sí mismo que al que porque muchas veces se toman más
aunque no haya solución, el que cusiones se convierten en disputas interroga, porque nada impide que datos que los que se necesitan; de
interroga no puede caminar más y no peúenecen ya a la dialéctica: el razonamiento sea malo, y que el manera que el silogismo no tiene
adelante. § 6. En tercer lugar, pue- § 2. Por lo demás, como las discu- que interroga discuta lo mejor po- lugar porque estos- datos desfiguran
de dirigirse la objeción a la . pre- siones de que aquí se trata no son sible con relación al que le respon- en él. § 12. Por último, se puede
gunta misma; porque puede suceder más que un ejerc1cio y una prueba, de; porque contra los que sutili- criticar el razonamiento, si parte de
que la pregunta, tal como está for- y no un medio de instrucción, es zan, no skmpre es posible formar principios más improbables y menos
mulada, no baste para producir la claro, que es preciso concluir, no en el acto los silogismos que se quie- creíbles que la conclusión; o si se
conclusión que queremos, porque se sólo en lo verdadero, sino también ren, y sólo se hacen los que se pue- parte de principios que, siendo más
nos ha interrogado mal, y que aña- en lo falso, y proceder, no sólo por den. verdaderos, son más difíciles de de-
diendo alguna cosa obtengamos la proposiciones verdaderas sino a ve- § 5. A veces se descuida el fi- mostrar que la misma cuestión.
conclusión apetecida. Luego si el que ces también por medio de las fal- jar si los interlocutores adoptan los § 13. No debe pretenderse, por
interroga no puede ir más adelante, sas; porque muchas veces, sentando contrarios o los principios primera- lo demás, que para todas las cues-
la objeción se dirigirá contra el que lo verdadero, hay necesidad, al dis- mente sentados; porque con fre- tiones los silogismos han de ser
pregunta, y, si puede, contra las cutir, de destru(rlo, de suerte que cuencia, cuando habla uno de sí, se igualmente probables y convincen-
cosas que pregunta. § 7. La cuarta, es preciso sentar cosas falsas. Y al- admiten los contrarios; y después tes; porque entre las cuestiones que
y la peor de las objeciones, es la gunas veces, cuando es lo falso lo de haber negado ciertas proposicio- se intenta resolver, hay unas que
del tiempo; porque a veces se hace que se ha sentado, es precio refu- nes, se concluye por concederlas. son naturalmente más fáciles, y
esta objeción: que se necesita más tarlo con proposiciones igualmente De aquí resulta muchas veces, cuan- otras que son más difíciles. Por con-
tiempo del que se dispone en el falsas; porque nada obsta a que el do es uno interrogado, el admitirse siguiente,' se discute bien si se to-
momento, para discutir el asunto. § interlocutor no crea lo que no es los contrarios y los principios pri- man las proposiciones más proba-
8. Por tanto, las objeciones son. más que lo que realmente es. En- meramente sentados. De donde se bles que sea posible. De aquí se
como acabamos de decir, de cuatro tonces, suscitándose la discusión sigue necesariamente que las discu- sigue evidentemente que la crítica
especies: la primera es la única que conforme a los principios que él siones son malas, de lo cual es el no debe ser la misma relativamente
puede servir de verdadera solucíón; acepta, puede sacar de ello más per- que responde la causa, ya no con- a la argumentación, y relativamen-
en cuanto a las otras, no_ son más suasión que provecho. § 3. También cediendo ciertas cosas, ya conce- te al objeto que se cuestiona; por-
que dificultades y obstáculos que se es preciso, cuando se quiere cam- diéndolas de cierto modo. Es, pues, que puede suceder muy bien que la
ponen a la conclusión. biar convenientemente la discusión, evidente, que no debe criticarse de argumentación sea en sí misma muy
cambiarla no disputando, sino dia- la misma manera a los que interro- atacable, y que sea muy buena res-
lécticamente, ya sea por otra parte g2n que a sus razonamientos. pecto de la cuestión de que se tra-
~ 6. Hay cinco críticas posibles ta; o bien, a la inversa, laudable en
CAPITULO 11 verdadero o falsa la conclusión. Ya
se ha dicho más arriba lo que son contra el razonamiento mismo. § 7. sí y mala con relación a la cues·
los silogismos dialécticos. Primera: cuando, después de senta- tión sentada, cuando es fácil dedu-
§ l. La crítica del razonamien- das las interrogaciones, no se con- cir la conclusión de muchos princi-
to ·no es la misma cuando se dirige § 4. Puesto que es mal ·compa-
ñero el que impide llevar a cabo cluye en pro del objeto que se cues- pios verdaderos y conocídos. A ve-
directamente al razonamiento que t!Una, o no se concluye nada; lo ces también, una argumemación con-
cuando se presenta en interrogación la tarea común, es claro que esto
se aplica también a la discusión; cual tiene lugar desde el momento cluyente podrá ser menos buena que
por el interlocutor; porque muchas qur; son falsas e improbables, ya to- una argumentación sin conclusión,
veces el que es interrogado· de esta porque lo que en ellas nos propo·
nemos, es también una obra común, d"s, ya la mayor parte de_ las pro- cuando la primera, por ejemplo,
manera, es causa de aue el razona- PDsiciones septadas y en las que nrocede de proposiciones muy dé-
mienlo no haya sido bien conduci- salvo los que sólo buscan la lucha.
En efecto, en este caso, 1os ínter- está contenida la conclusión; y biles, sin que la cuestión tenga este
do, porque rw concede las proposi- cuando la conclusión no puede ob- carácter, mientras que la otra tiene
cio~Ie:; c¡l'e_ pt>drí2n. se1_yir ¡;:at:l. dis- locutore~ no pueden aopirar :::m?os
c. un ;::lismo fin; c;~J.e es Im-
t~nerse, ni quitando ni añadiendo necesidad, además de sus principios
(',Lll!A Uli.:!i lo .::utsUOli. i:::.ri tlecto, no Ciertas cosas, ni quitando éstas ni propios, de otros principios verda-
Í)c.~;t.:l r::n ~...:-~!..<. .~ ~,a~o 1u voluniad de posÍble que cc~J.currc~~tes
c.onsig~~nun solo n~-'.:'!l~~i(). P~)co Im- añadiendo aquéllas, § 8. La segun- deros y conocidos, ·Y que Ja argu-
·un. :se,~.__~ :fJ~.'~::_-];.)~ulOl phra que la da crítica procede cuando el silo· mentación no consiste en los datos
port2:, por 1o
gismo no tiene Jugar contra la tesis, que se la añaden. § 14. Tampoco
ial=~~:./' es ·,,t1¡:f- haga interrcgar.'do : ~
•
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REFUTACIONES SOFISTICAS
(DE LAS FALACIAS)
PREAMBULO
' 333
334
ARISTÓTELES
REFUTACIONES SOFÍSTICAS
335
dalidades como las causas que las provocan. La descripción es amplia,
en vittud de que para descubrir los errores en que incurren, objeto Cap. 9. Verdaderas y falsas inferencias y refutaciones son ma-
de la sección segunda (hasta el capítulo 23), es preciso tener un teria de una ciel)cia general, no de las ciencias particu·
conocimiento suficiente de aquellos razonamientos. En la tercera sec. lares.
ción, que sólo consta de un capítulo, el 34, se hace alusión consecuen- Cap. 10. Falsa división de los falsos razonamientos en falsos ra-
te a tareas inquisitivas. del autor dentro de esta disciplina. Allí mismo zonamientos verbales y falsos razonamientos de pensa-
Aristóteles reclama el mérito de sus investigaciones. miento.
Cap. 11. Dialéctica, peiréstica (arte probatorio), erística y so-
El tratado, ,así, queda dividido en tres secciones, habida cuenta -
del contenido de los capítulos (Silvestre Maurus habla de dos libros, fística.
Cap. 12. Segundo y tercer propósitos de la sofística: Inducir a
de acuerdo con opiniones antiguas). En el texto griego conservado ·no
s~ habla de libros ni de secciones. proposiciones falsas y paradójicas.
Cap. 13. El cuarto propósito: Ind,ucir a tautologías.
Por lo que hace a la fecha de composición de este tratado, como Cap. 14. El quinto propósito: Inducir a errores gramaticales (so-
ya se dijo, se ubica· en general, después de los Tópicos y antes del
libro II de los Segundos Analfticos, y de la mayor parte de los Prime- lecismos).
Cap. 15. Del orden y procedimiento de las preguntas tocante a
ros Analíticos, excepto tal vez el capítulo 34, que fue un poco poste-
rior, dado que aiií se hace una referencia a toda la teoría del razona- la refutación sofística.
miento incluyendo los Tópicos, como ya quedó indicado, y, en donde
se deja ver la experiencia de un pensador maduro y ducho en faenas
de investigación.
Sección segunda: solución de los paralogismos
Además: tocante a la redacción del texto, hay que contar con
añadidos interpolados a última hora, como lo ponen de relieve las re- Cap. 16. Utilidad de conocer las refutaciones sofísticas (paralo-
ferencias a los Analíticos, en no pocas partes de este reiterado tratado gismos) y normas generales para encararlas.
de las Refutaciones Sofísticas.
Cap. 17. De la solución aparente de los paralogismos. Generali-
dades. ·
Cap. 18. De la solución verdadera de los paralogismos. Genera-
Sección primera: especies de paralogismos lidades.
Cap. 19. Solución de las fallaciae dictionis. Homonimia y anfi-
Cap. 1.
Propósito y contenido del tratado. Sofista y sofisma. bología.
Cap. 2. Cap. 20. Solución de paralogismos por división o composición
Las cuatro clases de argumentos en general: didascáli-
co, dialéctico, ejercitativo y erístico (contencioso). de palabras. ·
Cap. 3. Cap. 21. Solución de los paralogismos que provienen de equívo-
Los cinco fines en la disputa: la refutación, el error, la
paradoja, el solecismo y la charlatanería. cos de prosodia.
Cap. 4. Cap. 22. Solución de los paralogismos que provienen de equívo-
La refutación. Las dos especids de refutación: Ia falla-
cía dictionis (verbal) y la fallacia extra dictionem (re- cos de la sintaxis.
lativa a las cosas). Las seis especies de falacias verba- Cap. 23. Revisión de las soluciones de los paralogismos verbales.
les. Las siete especies de falacias no verbales. Cap. 24. Solución de los paralogismos relativos a las cosas. So-
Cap. 5. lución de los paralogismos relativos al accidente.
Descripción de las siete especies de falacias no ver-
bales. Cap. 25. Solución de los paralogismos que toman una expresión
Cap. 6. restrictiva en vez de una absoluta.
Los argumentos sofísticos ignoran la refutación verda-
dera. Cap. 26. Solución de los paralogismos que incurren en 1a igno-
Cap. 7. rantia elenchi.
Causas de error de estos argumentos.
Cap. 8. Cap. 27. Solución de los paralogismos que incurren en la peti-
En las inferencias falsas predomina por igual la falacia
verbal y la falacia relativa a las cosas. Incluso en el tio principii.
charlatán. Cap. 28. Solución de los paralogismos que incurren en falsa con-
secuencia .
•
336
ARISTÓTELES
Cap. 29.
Solución de los paralogismos que incurren en non causa.
Cap. 30.
Solución de los paralogismos que incurren en plurium
interrogationum (variedad de preguntas en una sola).
Cap. 31.
Solución de los paralogismos que incurren en tauto-
logías.
Cap. 32. Solución
de los paralogismos que incurren en solecis- REFUTACIONES SOFISTICAS'
mos.
Cap. 33.
Grados de dificultad en la solución de los paralogismos.
SECCION PRIMERA
Sección tercera: referencia general de la doctrina CAPITULO 1 cosas como si las mirasen desde lar-
del razonamiento ga distancia.
§ L Pero hablemos de las refu- § 3. El silogismo es un razona-
taciones sofísticas, es decir, de las miento en el que, sentados ciertos
Cap. 34. Resultado de la doctrina de los paralogismos en nexo refutaciones que parecen ser verda- datos, se saca de ellos alguna con-
con los Tópicos. Lo heredado y lo original de la doc- deras; pero que no lo son realmen- clusión, que sale necesariamente de
trina. Aristóteles reclama el mérito de sus descubri- te, y sí tan sólo paralogismos. Co- ellos, y que es diferente de los mis-
mientos. menzaremos, como es natural, por mos.2
los principios. § 4. La refutación, por Jo con-
§ 2. Es evidente que hay unos si- trario, es un silogismo con contra-
logismos que son verdaderos, y otros dicción de la conclusión. § 5. Los
que lo parecen sin serio. Como en sofistas no lo hacen realmente; p~ro
tantas otras cosas, esta confusión parecen hacerlo en más de un um-
nace aquí de cierta semejanza que cepto, y el lugar más natural y más
pueden presentar igualmente los dis- común de todos aquellos mediante
cursos. Y así, entre los hombres, hay los que se produce esta apariencj¡¡
unos que gozan realmente de salud, es el que depende tan sólo de la;
y otros que sólo tienen la aparien- palabras. En efecto, como no se pue-
cia, hinchándose y ataviándose a sí de discutir mostrando las cosas mis-
mismos, como se hinchan y se ata- mas de que se trata, y es precí:, 0
vían las víctimas ofrecidas por las servirse de palabras que las repre-
tribus. Unos son hermosos por su sentan, en lugar de las cosas p()f
propia belleza, y otros lo parecen aquellas reemplazadas, creemos q•Je
a fuerza de componerse. También lo que se verifica con las palabras,
puede aplicarse esto a las cosas in- tiene lugar igualmente con las ú"J-
animadas: éstas son verdaderamen- sas, a la manera que se concluye rJc
te de plata, y aquéllas de oro, y los guijarros la cuenta que se quit-
otras no lo son realmcrcc, y lo pa- re h"'c:~r Ahora bien; aquí la serr,;;-
recen engañando a nuestros senti- janza no es del todo completa; P'-r-
dos: por ejemplo, el plomo y el li- oue la;:; palabras son limitadas, cor;JJ
targirio parecen de plata. y las cos&s también lo es el número de las c':-
doradas parecen oro. Lo mismo su- finiciones, mientras que las co,,,,
cede con el silogismo y la refuta- son innumerables. Y así es nccesa, r¡
ción: aquéi es realmente silogismo, que una misma definición y un m·.-
ésta no lo es; pero parece serlo a m o nombre signifiquen muchas ~ ,-
:Jjos inexpertos; porque los que ca- sas. Por tanto, así como los que r.,
recen de experiencia sólo ven las saben servirse bien de las piedr~,
para contar, son engai1ados por 1-_.
1
Hace notar don Patricio de Azcá- que lo saben, lo mismo sucede v-,
ratc que la conjunción "pero" con gue ios razonamientos: !os que no co: ·
se inicia c"stc: trulado. parece confirmar, e en el alcance de las pnlab:as ha e
conforme se ha dicho ~n el preámbulo,
que se trata de otro libro. el último de " Definición dalia en lus Primer
los Tópi~·us.
i1nalític-os, libro l.
. 337
REFUTACIONES SOFÍSTICAS 339
338 ARISTÓTELES
ponde a que hable como un verda- re decir que tal persona está sen-
falsos razonamientos, ya discutiendo sión: instructivo, dialéctico, ejerci- dero bárbaro; en último y quinto tada o enferma ahora, como que
ellos mismos, ya escuchando a los tativo, contencioso. El instructivo lugar, hacerle repetir muchas veces .se trata de una persona que lo es-
demás. Esta causa y las que se di· parte de los principios propios de las mismas cosas. taba antes. Sí, sin duda, el enfermo
rán más adelante, hacen que haya cada ciencia, y no de las opiniones sanaba en el acto mismo de estar
silogismo aparente y una refutación particulares del que responde; por- enfermo, pero no sana estando en-
que parece serlo; y que, sin embar- que es preciso que el discípulo crea CAPITULO 4 fermo, es el enfermo el que sana,
go, no es verdaderamente una refu- en aquello que se le di_ce. El dialéc- pero no es el enfermo en el acto
tación. tico es el que concluye silogística- § 1. Hay dos maneras de refu- de estarlo, es el que lo estaba antes. 4
§ 6. Como hay ciertas gentes mente la contradicción, partiendo de tar: una que recae sobre la pala- § 4: En cuanto a la anfibología,
que se ocupan más de parecer sa- principios probables. El ejercitativo bra, y otra que es extraña a la pa- he aquí un ejemplo de ella. Que-
bios que de serlo realmente sin pa- parte de principios sentados por el labra. § 2. Las causas que produ- réis para mí la toma de los enemi-
recerlo, y la sofistería no es otra que responde, y que debe necesaria- cen ilusión con relación a las pala- gos: el que conoce, ¿conoce esto?
cosa que una sabiduría aparente y mente conocer el que se supone en bras; son seis: la homonimia, la Porque por esta expresión puede en-
no real, y el sofista sólo trata de posesión de la ciencia; cuál sea el anfibología, la combinación, la divi-tepderse y designar como que cono-
sacar provecho de una sabiduría método que debe seguirse en este sión, la pro1>odia y la forma misma ce, al que conoce, y a la cosa que es
aparente que nada tiene de verda- caso, ya se ha dicho en otra parte. de la palabra. Puede demostrarse conocida. Lo que éste ve ¿ve aque-
dera, es claro, que tales gentes se Por último, el razonamiento conten- por el método de inducción y por llo? Ve la columna; luego es la co-
proponen figurar que hacen una cioso procede de principios que pa- el silogismo, o cualquiera otro mé- lumna lo que ve. También, lo que tú
obra de sabiduría, y no hacerla real- recen probables, pero que no lo son; todo, que puede expresarse una cosa dices ser, ¿es lo que dices serlo? Tú
mente sin parecerlo. Por lo demás, es silogístico o parece serlo. § 3. Ya que no es la misma, de todas las dices que es una piedra, luego dices
y comparando una cosa con otra, es hemos hablado en los Analíticos del maneras que acabamos de decir, va- que tú eres una piedra. En fin,
en toda cosa la obra propia del que género instructivo y demostrativo, y liéndose de las mismas palabras y ¿el que -calla habla?, porque esta ex-
sabe, primero, no engañarse a sí mis- en otra parte del dialéctico y del términos. presión tiene dos sentidos; uno que
mo en lo que sabe, y después poder ejercitativo; aquí deberemos hablar § 3. En cuanto a la homonimia, el que habla se calla, y otro que son
desenmascarar al que engaña; y es- de los argumentos de combate y de hay razonamientos del género si- las cosas mismas las que se callan.
tos dos méritos consisten, el uno, en disputa." guiente: los que saben aprenden, § 5. Hay tres especies en la ho-
poder dar razón de las. cosas, y el porque los gramáticos aprenden las monimia y en la anfibología; una,
otro en apreciarlas cuando otro las cosas que hacen decir a otros de cuando la expresión o la palabra
da. Es necesario, por tanto, que los CAPITULO 3 memoria. Y esto consiste en que tiene propiamente muchos sentidos,
que quieren desempeñar el papel de aprender es un homónimo, y signi- como águila, perro; otro que proce-
sofistas, busquen razonamientos del § l. , Es preciso darse razón ante fica a la vez hacer comprender, sir-
todo de lo que se proponen los que de del uso que acostumbramos a
género que acabamos de decir; por- viéndose de la ciencia, y adquirir la hacer de estas palabras; la tercera,
que esto es lo que han menester, gustan disputar de este modo en las ciencia. También se prueba que los
discusiones. § 2. Cinco son las cosas por último, cuando la palabra en
puesto que este talento es el que les males son bienes; porque lo que combinación con otra tiene muchos
hará aparecer como sabios, que es que pueden proponerse: la refuta- debe de existir es un bien, y los ma-
ción, el error, la paradoja, el sole- sentidos, pero sólo tiene uno cuando
precisamente lo que ellos desean y Jes deben de existir. Esto consiste está sola. Por ejemplo, saber las le-
se proponen. - cismo, y, en quinto lugar, hacer en que deber de existir tiene doble
charlar al que discuta con ellos: y tras; porque cada una de estas pa-
§ 7. Que existe tal género de ra- sentido, y significa de una parte lo labras, tomada separadamente, sig-
zonamientos, y que los que llama- entiendo por charlar, hacerle repetir necesario, lo que se presenta muchas
inútilmente muchas veces una mis- nifica una sola cosa: saber y letras;
mos sofistas van en busca de este veces hasta para los males, porque pero reunidas las dos tienen mu-
talento, es una cosa evidente. ma cosa.'Por otra parte pueden pro- hay tal mal que es necesario; y por
seguir lo que no es, pero que parece chos sentidos; por lo pronto de que
otra parte decimos, que los bienes son las letras mismas las' que tienen
ser alguna de estas cosas. ~ 3. De J son igualmente lo que debe ser. la ciencia, o que es otro el que
estos cinco fines, el que ellos pre-
!
Veamos otra homonimia: se prueba tiene la ciencia de las letras. Estas
CAPITULO 2 fieren, es el de figurar que refutan que el mismo individuo está sen-
al antagonista; en segundo lugar, son las diversas especies de homo-
tado y de pie, está enfermo y sano; nimia y de anfibología.
§ l. Cuántas especies de argu- hacer ver que ha incurrido en algún porque el que se ha levantado está
mentaciones sofísticas hay, cuál es error; en tercero, arrastrarle hasta ~ 6. Veamos las de la combina-
de pie, y el que se ha curado está ción: por ejemplo, que el que está
el número de aquellas mediante las la paradoja; en cuarto, obligarle a sano. Ahora bien, era un indivi-
que se puede adquirir esta capaci- cometer un solecismo; es decir, obli- sentado puede andar, y que el que
duo sentado el que se levantaba. no escribe puede escribir; porque el
Jad, y cuántas partes tiene este es- gar con su razonamiento al que res- y un enf crmo el que se curaba;
tudia, es lo que vamos a decir, aña- sentido no es el mismo, si se preten-
3 Esta referencia parece indicar que
porque la expresión: de que el en- de, separando las ideas o reunién-
diendo además todo lo que puede fermo hace o padece una cosa cual-
A. ristótelcs separaba las Refutaciones
completar este arte. Sojíslic,!s de los Tópicos. Éstos se ocu- quiera. !10 tiene una significación ' El mismo ~rg_um~nto en el Euthi-
~ 2. Cuatro son Jos géneros po- oarí<m soLimcnk Jcl rDzonamiento dia- única, sino que tan pronto quie- demo. Jc Platón.
sibles de razonamiento en la discu- lc'ctico.
i
340 ARISTÓTELES REFUTACIONES SOFÍSTICAS 341
dolas, que sea posible que el indi- inversa, la cualidad por la cantidad, sofistas sostienen que de esta ma- to, o que no deben de ser atribuidos
viduo sentado ande, y que el que o la acción por la pasión, o la ac- nera se concede que es una cosa absolutamente los dos al mismo
no escribe escriba. Y lo mismo su- ción por la disposición. Y lo mismo distinta de hombre, mediante a que tiempo, o que nD deben de serlo ni
cede si se reúnen estas dos ideas: sucede con las demás divisiones he- el ser con relación al que se ha di- el uno ni el otro: por ejemplo, si
que el que no escribe, escribe; por- chas precedentemente; porque es po- cho que era otro, tiene por acci- una mitad es blanca y otra mitad es
que esto significa entonces q_ue el sible expresar por la palabra, como dente el ser hombre. negra, se pregunta: ¿es la cosa blan-
que no escribe escribe; y si no se si fuera de la categoría de la ac- § 3. Los paralogismos, que de- ca o negra?
reúnen las ideas, se q_uiere decir en- ción, Jo que no pertenece a la cate- penden de que una cosa que debe- § 4. Otros paralogismos tienen
tonces que tiene la facultad de es- goría de la acción; y así estar sano, ría decirse absolutamente se toma lugar, porque no se ha definido lo
cribir aun cuando no escriba. El que si atendemos a la simple forma de con restricción y no propiamente, que es el silogismo o la refutación,
aprende ahora la gramática está en la palabra, es completamente lo mis- tienen lugar cuando se toma lo que y nacen del olvido de la definición.
el mismo caso, puesto que aprendía mo que cortar y construir; y sin em- iiC dice de Jo particular corno abso- La refutación es la contradicción de
Jo que sabe. Y ·de igual modo el bargo, lo uno expresa que se tiene luto; así, por ejemplo, en lugar de una sola y misma cosa, no de una
que no puede cargar con una sola cierta cualidad, cierta disposición, y (lecir que el no-ser es concebible, se palabra, sino de una cosa real: y si
cosa, puede, sin· embargo, cargar con lo otro, que se hace cierta cosa. Y lo dice que el no-ser es; porque no es es de una palabra, no es de una
muchas. mismo sucede en todos los demás en modo alguno cosa idéntica ser tal palabra sinónima, sino de la misma
§ 7. La división tiene lugar en casos. r;osa o ser absolutamente. o también palabra, que permanece la misma
estos casos, por ejemplo: cinco es § 10. Los argumentos que salen d se dice que el ser no existe real- necesariamente conforme a los datos
dos y tres, y por lo tanto es par e de las palabras son por tanto de es- mente, porque no es una de las iniciales, sin tomar en cuenta el
impar: lo mayor es igual; porque tas diferentes especies. cosas que existen; por ejemplo, por- principio, y permaneciendo la mis-
por lo pronto es otro tanto, y luego que no es hombre: puesto que no ma relativamente a la misma rela-
tiene más. En efecto, la misma ex. son expresiones idénticas no ser algo ción, respecto de la misma cosa, de
presión, según se la combina o se CAPITULO 5 y no ser absolutamente. El error la misma manera, y en el mismo
la divide no significa ya lo mismo. nace de la semejanza de la expre- tiempo. Y lo propio acontece cuan-
Por ejemplo, yo te he hecho libre § 1. Hay siete especies de para- sión, pues parece que no hay gran do recae el error sobre algún pun-
de esclavo; el divino Aquiles dejó logismos extraños a las palabras; diferencia entre ser tal cosa y ser, to. A veces, dejando a un lado una
cincuenta hombres de ciento. una se saca del accidente; otra de y entre no ser tal cosa y no ser. Se parte de las condiciones que se aca-
§ 8. En punto a prosodia, no es no tomarse absolutamente un térmi- confunden también la restricción y ban de indicar, parece que se refuta:
fácil equivocarse cuando sólo se dis- no que absolutamente debería to- el sentido absoluto; por ejemplo, y se dice, por ejemplo, que una
cute de palabra sin escribir, y tiene rnarse, y que sólo se toma con una si el indio que es completamente misma cosa es doble y no es doble;
lugar más bien en las cosas escritas restricción de lugar o de cualquiera negro, es sin embargo blanco por lo porque dos es el doble de uno; pero
y en la poesía. Por ejemplo, hay otra relación: la tercera es relativa que hace a la dentadura, es a la vez no es el doble de tres. Y si la mis-
gentes que defienden a Homero con- a la ignorancia de la refutación; la blanco y no blanco; o bien si es ma cosa es el doble, y no es el doble
tra los que le acriminan por haber cuarta a la consecuencia; la quinta ambas cosas, en cierta manera a la de una misma cosa, es porque no se
dicho: no es alcanzado por su llu- a la petición de principio; la sexta vez, es preciso, pues, que los con- dice bajo la misma relación, porque
via. Se defiende esta expresión sir- nace de haber sentado como causa trarios coexistan en éL Todo el mun- es el doble en longitud, pero no lo es
viéndose de una regla de prosodia, lo que no Jo es; la séptima, por úl- do puede ver fácilmente en ciertos en latitud. O bien, si es el doble de
diciendo que la palabra que se dis- timo, procede de reunir muchas cues- casos paralogismos de este género, la misma cosa bajo la misma rela-
cute debe llevar acento agudo: y en tiones en .una sola. por ejemplo, si suponiendo que el ción y de la misma manera, no Jo
el sueño de Agamemnón, que no es § 2. Los paralogismos relativos etíope es negro, se pregunta si es será al mismo tiempo. Así, pues, no
Júpiter mismo quien dice: le conce- al accidente tienen lugar, cuando se blanco por la dentadura. Luego 5i es más que una refutación en apa-
demos que obtenga lo que pide, sino cree que una cosa cualquiera Jo mis- es blanco de esta manera, podrá riencia. Por lo demás, podría redu-
que ordena al sueño que se la con- mo puede decirse del accidente que creerse que se ha probado por silo- cirse este paralogismo a los que ha-
ceda. Éstas son las observaciones re- de la cosa misma. En efecto, de que gismo que es negro y no negro a la cen relación a las palabras.
lativas a la prosodi?.:' muchas cosas puedan darse como vez, cuando haya terminado su in- § 5. Los que tienen lugar acep-
§ 9. En cuanto a los argumentos accidentes en una misma cosa, no es terrogación. Pero este error queda tando el principio por demostrar, se
que se sacan de la forma de la pa- necesario que todos estos accidentes muchas veces oculto: lo cual se ve- hacen de la misma manera y de tan-
labra, tienen lugar cuando lo que lo sean de todos los atributos de la rifica en todos aquellos casos, en tos modos como se incurre en la pe-
no es la misma cosa se expresa de cosa o de1 sujeto que tiene estos que, cuando se dice la cosa con una tición de principio; parece que refu-
la misma manera, por ejemplo, si el atributos; porgue de esta manera to- restricción, parece que debería to- tan, porque no puede verse clara-
masculino se expresa por femenino, das las cosas serán idénticas, como rnarse el sentido absoluto, y en to- mente lo mismo y lo otro."
o el femenino por masculino: o el pretenden los sofistas. Por ejemplo, dcf aquellos en que no es fácil ver § 6. La refutación relativa a la
neu; ro por el uno o por el otro: o si Corisco es otra cosa que hombre, cuál de los dos sentidos deba tomar- consecuencia tiene lugar porque se
la cantidad por la cualidad; o a la será otra cosa que él mismo, porque se propiamente. Y esto ocurre siem-
es hombre: o si es distinto que Só- pre que los opuestos son igualmente " Vé<Jse Primeros A¡¡afíticos, libro I I,
Homero, Jlíada, canto 22. crates, y Sócrates es hombre, los ctribuidos al s11jcto. Parece, en efec- cap. 16.
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342 ARISTÓTELES
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REFUTACIONES SOFÍSTICAS
supone que la consecuencia es recí- cuenta la proposición absurda, la tica, como sería preciso que lo fuese
refutación parecerá depender de esta Contéstese lo que se quiera, se corre
proca. Así, cuando existiendo tal riesgo de dar lugar a una refutación, la cosa, para que hubiera silogismo
cosa, otra existe por necesidad, se proposición ~isma. Por ejemplo, o refutación. Por ejemplo, si se tra-
o por lo menos de incurrir en un
cree que existiendo esta última, la cuando se sostiene que el alma y la ta de vestido, es preciso concluir no
vida no son una misma cosa. En error aparente; porque igual error
otra deberá existir necesariamente capa, sino vestido; porque capa pue-
también. De aquí proceden hasta efecto, si la generación es contraria hay en decir que, entre cosas que
no son buenas, tal cosa es buena, de ser muy verdadera, pero no se
errores de sensación en el pensa- a la destrucción, tal generación será ha incluido en el silogismo. Es pre-
miento: porque se ha tomado mu- contraria a tal destrucción, pero la que decir, entre cosas que son bue-
nas, tal cosa no lo es. Algunas veces ciso obtener, por medio de una nue-
chas veces la bilis por la miel, a cau- muerte es una especie de destruc- va interrogación, la concesión de
sa de que el color amarillento es un ción, y es contraria a la vida: y por - también, añadiendo ciertos datos, es
una verdadera refutación la que se que esta palabra significa lo mismo
consiguiente de la miel. Y como su- tanto, la vida es generación, y vivir que la otra, si el interlocutor pre-
cede que cuando llueve se pone la es ser engendrado. Pero esto es un prepara. Así, por ejemplo, si se su-
pone que una o muchas cosas se gunta en qué sentido se la emplea.
tierra resbaladiza, si se la encuentra absurdo; luego el alma y la vida no § 4. Los paralogismos relativos
resbaladíza, se supone que ha llovi- son idénticas. En este caso, cierta- dicen igualmente blancas, y desnu-
das, y ciegas; porque si un ser es al accidente son del todo evidentes,
do; lo cual no es en modo alguno mente no se ha formado silogismo;' cuando se define el silogismo. Y así,
necesario. porque la consecuencia absurda se ciego, porque no tiene vista cuando
está hecho naturalmente para tener- es preciso que la definición de la
§ 7. En la retórica, las demos- produce sin dar por sentado que el refutación sea la misma, a no ser
traciones que salen de un signo, alma y la vida son una misma cosa; la, las cosas que no tienen vista,
cuando están hechas por la natura- que se añada la contradicción; por-
proceden también de los consiguien- y basta sostener que la vida es con- que la refutación no es más que el
tes. Si se quiere probar que cierto traria a la muerte, que es una des- leza para tenerla, serán igualmente
ciegas. Luego si la una tiene la vista silogismo de la contradicción. Luego
hombre es desarreglado, se fija en trucción, y que la generación es con- si no hay silogismo del accidente,
la consecuencia, esto es, que siem- traria a la destrucción. Estos razo- y la otra no la tiene, ambas serán
ciegas o con vista, lo cual es im- no le hay tampoco de la refutación. _
pre se atavía mucho, y que se le namientos no son del todo incapaces En efecto, si existiendo tales cosas,
ve vagar por la noche. Ahora bien, de concluir, pero no concluyen con posible.
hay necesidad de que cual otra cosa
estas circunstancias se notan en mu- relación al objeto que se cuestiona; exista, no se sigue que siendo tal
chas personas; y sin embargo, no y este vicio se oculta muchas veces CAPITULO 6 cosa blanca haya necesidad de que,
les pertenece aquel atributo. § 8. Lo a los mismos que plantean las cues- por silogismo, cual otra cosa sea
mismo sucede en las discusiones por tiones. § 1. De este modo es, pues, pre- blanca. No es tampoco necesario
silogismos: por ejemplo, el dicho § 1O. Tales son, pues, los para- ciso dividir los silogismos aparentes que teniendo el triángulo sus ángu-
de Melisso que sostiene que el uni- logismos relativos a la consecuen- y las refutaciones aparentes: o se los iguales a dos rectos, y teniendo
verso es infinito, porque supone que cia y a lo que no es causa. les puede aún referir a la ignoran- por accidente el ser una figura, sea
el universo es increado, puesto que § 11. Los que consisten en hacer cia de la refutación, y partir de este como primitivo, sea como principio,
de la nada, nada se hace, y lo de dos cuestiones una sola, tienen principio. En efecto, puede muy bien la figura, primitivo o principio, ten-
que existe ha existido desde el prin- lugar cuando no se sabe que hay atribuirse todos los matices indica- ga esta propiedad del triángulo. La
cipio. Luego si el universo no ha muchas cosas, y se da una sola res- dos a la definición de la refutación. demostración de esta propiedad se
sido creado, el universo no tiene puesta, como si efectivamente no se ~ 2. Puede hacerse, por lo pronto, hace respecto del triángulo, no en
principio, es por lo tanto infinito. cuestionase más que sobre una cosa. si estos paralogismos no son conclu- tanto que es figura o primitivo, sino
Pero esto no es en modo alguno ne- A veces es fácil ver que hay mu- yentes; porque es preciso que la con- en cuanto es triángulo. Y lo mismo
cesario; porque, de que todo lo que chas cosas, y que no debe darse una clusión salga de los datos, de tal sucede en todos los demás casos.
ha sido creado tenga un principio, respuestá única. Por ejemplo, ¿la manera que se la deduzca necesaria- Por tanto, si la refutación es una·
no se sigue que si alguna cosa tiene tierra es mar o cielo? Otras veces mente, y que no sea una simple apa- especie de silogismo, no habrá re-
un principio ha sido creada, a la esto es menos fácil, y se responde riencia. § 3. En seguida, pueden futación que proceda del accidente.
manera que porque el que tiene fie- como si no hubiese más que una también hacerse, aun atendiendo Y, sin embargo, en este punto es
bre tenga calor no es necesario que sola cosa, v entonces se encuentra sólo a las partes de la definición. Y en el que los artistas y los hombres
el que tenga calor tenga fiebre. uno refutado: o bien se concede el así, los paralogismos relativos a la hábiles en general son refutados por
§ 9. Los que dependen de que objeto que se discute, no respondien- palabra, los unos vienen de un do- los ignorantes; porque hacen silo-
se toma por causa lo que no es cau- do a lo qu.e se pregunta, y entonces hle sentido: por ejemplo, ]a homoni- gismos del accidente contra aquellos
sa, tienen lugar cuando se toma Jo también parece que ha sido uno re- mia, la anfibología y la semejanza que saben; pero los que no pueden
que no es causa como si la refuta- futado. Por ejemplo, se pregunta si de forma. Se admite generalmente dividir la cuestión, o conceden Jo
ción se derivase de ella. Esto se ve- tal y. cual es hombre. y Je ·aquí se oue todos estos paralogismos signi- que se les pregunta, o, sin haberlo
rifica en Jos silogismos por reduc- concluye que si se golpea a tal y fican algo análogo. En cuanto a la concedido, parece qu:o lo han con-
ción al absurdo; porque en estos cual, se golpeará a un hombre, pero combinación. la división y la proso- ccdiclo.
silogismos es necesario destruir al- no a hombres. O si se pregunta res- dia forman ))8r<1logismos, porque el ~ 5. Lns refntacio·1cs pDr cxpre-
gunos de los datos iniciales. Luego pecto de cosas, en las cuales unas sentido nc es el mismo' o la pala- 'ión restrictiva v ab,ocutJ. tienen lu-
si en las proposiciones necesarias, son buenas y otras no lo son. si to- bra e~ diferente. Ahora bien: sería gar. porque la I1cgación y la afirma-
antes de la conclusión, se tiene en das juntas son buenas o no Jo son. prcci,_o que la palabra fuese idén- ción no oC apliG1Il a la misma cos¡¡;
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344 ARISTÓTELES
REFUTACIONES SOFÍSTICAS 345
puesto que de lo que es blanco en mcrón de Melisso, que supone que
parte, es la negación lo que no es nacer y tener principio es una mis- pregunta, habrá refutación; si no se uno consigo mismo; porque el exa-
blanco en parte; de lo que es blan- ma cosa. O también es suponer que ha dado. pero oarece que se ha men con otro se hace por medio de
co absolutamente, es la negación lo hay identidad entre llegar a ser dado, sólo tendrá lugar una refuta- discursos, mientras que el examen
que no es blanco absolutamente. igual y alcanzar la misma magni- ción aparente. consigo mismo se hace tanto por lo
Luego si cuando se concede que la tud. En efecto, Melisso cree que lo § 10. En resumen, todos estos menos por la cosa mis:na. Sucede,
cosa es blanca en parte, el adversa- que nace tiene un principio, y que matices nacen de la ignorancia de la por lo demás, que hay error en este
rio supone que lo es absolutamente, lo que tiene un principio ha debido refutación; los unos, relativos a la examen personal, hasta cuando se
no hace una refutación verdadera; nacer, como si lo creado y lo finito palabra, porque hay contradicción hace recaer su estudio sobre el ra-
y si parece hacerla, es sólo porque fuesen dos cosas idénticas, en cuan- aparente; que era lo propio de la zonamiento. El error procede tam-
ignora lo que es la refutación. to ambas tienen un principio. Y lo refutación; los otros porque se re- bién aquí de la semejanza; y la se-
§ 6. Los más evidentes de todos mismo tiene lugar en las cosas que fieren a la definición del silogismo. mejanza depende de la palabra. § 6.
los paralogismos son aquellos de que se hacen iguales, si se supone que En cuanto a los paralogismos del
se ha hablado al principio, y que las cosas que alcanzan una sola y accidente, tienen lugar, porque no
J- son relativos a la definición de la misma magnitud, se hacen iguales, CAPITULO 7 puede distinguirse lo mismo y lo
refutación. Se los ha llamado así y que las cosas hechas iguales reci- otro, la unidad y la pluralidad, y
porque esta apariencia de refutación ben igualmente una misma magni- § 1. El error proviene, en los porque los accidentes no son siem-
se produce a causa de la falta mis- tud. Y así, Melisso, toma en este paralogismos relativos a la homoni- pre idénticos, respecto de los atri-
ma de la definición. Pero, dividien- caso el consiguiente por el sujeto mi" v ¡~ la definición, de que no se butos calificados y respecto de la
do los paralogismos, como Jo hemos mismo. Puesto que la refutación del oueden distinguir los sentidos diver- cosa misma. § 7. Lo mismo tiene
hecho, puede decirse que el vicio accidente procede de la ignorancia sos en que se ha tomado la cosa; y lugar con los relativos a la conse-
común de todos es la falta de defi- de la refutación, es evidente que lo es que hay ciertas cosas que no es tuencia; porque el consiguiente es
nición. mismo sucede con el paralogismo fácil dividir. como lo uno, el ser, lo una parte del accidente. En la ma:
§ 7. Los que proceden de peti- por consecuencia. Todavía puede idéntico. § 2. En cuanto a los para- yor parte de los casos parece, y así
ción de principio, y de tomarse por examinarse este punto de otra ma- logismos relativos a la combinación se cree, que si esto no está separado
causa la que no lo es, son evidentes nera. y a la división, consiste en que se de aquello, una de las cosas no oue-
por la definición misma de la refu- § 9. La~: refutaciones que se ha- cree, que no hay diferencia entre la rle estar separada de la otra. § 8.
tación; porque es preciso que la con- cen reuniendo muchas cuestiones en expresión combinada y la expresión En cuanto a los que se refieren al
clusión tenga lugar, para que tales una sola, {ienen lugar porque no se dividida, como en la mayor parte defecto de definición y a los aue no
proposiciones sean verdaderas, lo desmembra ni se divide la defini- de los casos. § 3. Lo mismo sucede dependen sino de una expresión res-
cual no puede verificarse con los ción de la preposición. La proposi- con los que se refieren a la proso- trictiva o absoluta, el error es casi
-; términos que no son causas, y ade- ción es una sola cosa que se dice dia; porque la entonación grave o imperceptible; porque concedemos
más teniendo en cuenta el principio, de una sola cosa; porque la misma aguda no parece significar una cosa la proposición universal, como si tal
lo cual no hacen Jos paralogismos definición sólo recae sobre una sola diferente en caso alguno, o por lo cualidad, tal restricción, tal expre-
por petición de principio. cosa y absolutamente sobre esta menos no parece significarlo en mu- sión absoluta, tal indicación de ma-
§ 8. Los que tienen lugar por sola cosa: por ejemplo, la definición chos casos. § 4. En cuanto a los que nera o de tiempo no añadiese nada
consecuencia no son más que una del hombre no se dirige más que al hacen relación a la forma de la pa- a la proposición inicial.
parte de los relativos al accidente; hombre sólo, y lo mismo acontece labra, se producen a causa de la se- § 9. Lo mismo sucede con los
porque el consiguiente no es más en todos Jqs demás casos. Luego si meianza. En efecto, es difícil deter- que incurren en una petición de
que un nccidente. Pero difiere del '.!na proposición una y ~"la es aque- minar bien cuáles son las palabras principio, o toman por causa lo aue
accidente en cuanto éste sólo se apli- lla que sólo predica una cosa de una que se dicen de la misma manera, no es causa. y con todos aquellos
ca a unA sola cosa: por ejemplo, Jo sola cosa, una interrogación de este y las que se dicen de otra. Pero el que confunden muchas cuestiones
rubio y la miel son la misma cosa, género será también absolutamente que puede hacer esta distinción, está en una sola. En todos, en efecto,
como lo blanco y el cisne; pero el una proposición. Componiéndose Jos bien cerca de ver la verdad, y sobre tiene lugar el error, porque se intro-
consiguiente se da siempre en rr.u- silogismos de proposiciones, y sien- todo sabe conocerla. Esto nace de duce poco a poco; porque no defi-
chas cosas. En efecto, admitimos do la refutación un silogismo, la re- qu~. en efecto, suponemos aue todo nimos exactamente ni la proposición
que las cosas que son idénticas a futación se compondrá también de atributo de una cosa es algo, y que ni el siloP:ismo. oor el motivo que
una sola y misma cosa, son idénti- proposiciones. Luego si la proposi- nosotros lo identificamos con ella; hemos dicho anteriormente.
cas entre sí, y he aquí cómo tiene ción sólo enuncia una cosa de una y así lo individual y el ser nos pa-
lugar la refutación por consecuen- sola cosa, es evidente que el silo- recen ser necesariamente la conse-
cia. Pero esto no es absolutamente gismo entra igualmente en la igno- cuencia de lo uno y de la sustancia. CAPJTULO 8
verdadero y, por ejemplo, es mil~ rancia de la refutación. En efecto, § 5. Por tanto, es preciso colo-
bien falso, si la cosa sólo es blanca rt'sulta en !al caso una proposición car desde luego esta especie entre § l. Puesto que sabemos todos
por accidente. Así, la nieve y el cis- que parece ser proposición sin serlo las refutaciones relativas a la pala- los casos en que se producen los
ne son idénticos con relación a la realmente. Luego si se da la res~ bra, porque el error tiene lugar más silogismos aparentes, sabemos igual·
blancura. Sucede lo que con la ddi- puesta como si ~e tratara de llrld sola frecuentemente cuando se discute mente en los que se producen los
con los demás, que cuando discute silogismos sofísticos y las refutacio-
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346 ARISTÓTELES REFUTACIONES SOFÍSTICAS
ncs sofísticas. Llamo silogismo so- nes no forma más que una, y peca nacimiento total de todas las cosas. refutaciones de este género. § 6. Una
fístico y refutación sofística, no sólo contra la rroposición: y la que nace Pero no hay arte que pueda enseñar vez llegados a este punto, tendremos
al silogismo o a la refutación que de que e argumento, en lugar de semejante cosa. En efecto, las cien- también soluciones; porque las ob-
parecen serlo sin serlo realmente, recaer sobre la misma cosa, sólo re- cias son quizá infinitas en número, jeciones a estas refutaciones son so-
sino también a los que siéndolo ver- cae sobre el accidente, y la refuta- de suerte que es evidente que las de- luciones. § 7. Nosotros sabemos to-
daderamente, parecen falsamente es- ción, que no es más que una parte mostraciones lo sc:n igualmente. Pero dos los casos en que tienen lugar las
peciales de la cosa que se. cuestiona. de aquélla, y recae sobre el consi- hay refutaciones también que son que no son más que aparentes; apa-
Tales son aquellos, que refutan re- guiente. También bay la refutación vcrdaderas; porque todo lo que se rentes, no precisamente para todo el
lativamente a la cosa misma y que que consiste en probar que el argu- puede demostrar, también se puede mundo, sino para Ciertas personas
no demuestran que se la ignora; que mento vale, no respecto de la cosa, refmar sentando la contradicción de particularmente. Pero mirando de
es el fin mismo del arte ejercítativo. sino tan sólo de las palabras. Ade- lo verdadero: por ejemplo, si se ha cerca, podría verse que hay una in-
Mas este arte es una parte de la dia- más habría la refutación que resulta supuesto que el diámetro es con- finidad de fases en que parecían
léctica; y también puede concluir lo de haber tomado, en lugar de lo mensurable, se refutará demostran- aparentes al vulgo.
falso a causa de la ignorancia del universal, la contradicción, con re- ao que es inconmensurable. Para co- § 8. En resumen, se ve clara-
que responde. En cuanto a las refu- lación al mismo objeto, bajo la mis- nacer todas las refutaciones, sería mente que pertenece al dialéctico el
taciones sofísticas, aun cuando con- ma relación, y particularmente de la preciso saberlo todo; porque unas poder conocer todos los casos, en
cluyan por contradicción, no de- misma manera o en cada uno de es· harán relación a los principios de que se producen por principios ca-
muestran evidentemente la ignoran- tos matices. Resta, por último, la re- geometría y a las conc1usiones que munes la refutación real, o la refn-
cia del adversario; porque todo lo futación relativa a la petición de de ellos se deducen, otras a los prin- tación simplemente aparente, o la
que con ellas se pretende, es emba- principio, cuando se tiene en cuen- cipios de medicina, y otras a los refutación dialéctica, e la refutación
razar con esta especie de razona- ta lo que se sentó al principio. Sa- principios de todas las demás cien- que parece dialéctica. o últimamente
mientos al que sabe. bemos por tanto todos los casos en cías. § 2. Por otra parte, las refuta- la refutación que sólo tibe por fin
§ 3. Es claro que nosotros les que se producen los paralogismos, ciones falsas no serán menos infini- ensayar las fuerzas del adversario.
obtenemos también por el mismo porque no pueden producirse de más tas: en efecto, en cada arte se da el
método; porque tantas cuantas ve- maneras, puesto que todos tienen falso silogismo; en geometría, el geo- CAPITULO 10
ces como parece a los oyentes que lugar en los casos que quedan indi- métrico; en medicina, el médico.
la conclusión resulta de las proposi- cados. Cuando digo en cada arte, entiendo § 1. No existe entre \os razona-
ciones sentadas, otras tantas debe § 5. La refutación sofística no siempre que el silogismo se dirige a mientos esa diferencia que se quie-
parecer esto igualmente hasta al mis- es en absoluto una refutación, es los principios de este arte. re establecer entrrlos de palabra y
mo que responde, de suerte que los una refutación sólo para cierto in- § 3. Es por tanto claro que no los razonamientos de pensamiento.
silogismos serán falsos a causa de terlocutor. Lo mismo sucede con el debe intentarse reunir los lugares de Es un absurdo creer, que los razo-
estas cuestiones mismas, ya de to- silogismo sofístico. En efecto, si la todas las refutaciones sin excepción, namientos de palabra sean distintos
das, ya de algunas. En efecto, lo que refutación por homonimia no sienta y que debemos limitarnos a los de de los razonamientos de pensamien-
se cree haber concedido sin haber como principio que la palabra tiene la dialéctica, como que estos luga- to, y que unos y otros no sean los
sido interrogado, se concedería igual- un solo sentido; si la refutación por res se extienden a todo arte, a todo mismos. § 2. ¿Qué es, en efecto, ra-
mente si fuera uno interrogado; sólo semejanza de las palabras no sienta
que en ciertos casos sucede, al pre- que sólo se atiene a tal palabra, y si 1 ejercicio del espíritu. § 4. En cuan- zonar contra el pensamiento, sino
to a la refutación especial en cada servirse de la palabra que ha con-
ll
guntar lo que falta para la conclu- todas las demás no hacen reservas ciencia, al sabio corresponde cono- cedido el interlocutor, en un sentid0
sión, que se descubre al mismo tiem- semejantes, ya no son silogismos, ni cerla, y el distinguir, cuando no es en que no ha creído ser interroga-
po el error, como sucede en los pa- absolutamente hablando, ni siquiera real, que es simplemente aparente: do? Pero esto mismo también se re-
ralog;ismos relativos a las palabras relativamente al interlocutor. Si ha- y cuando es verdadera, por qué lo fiere a la palabra. Permanecer en el
y al solecismo. Luego si los paralo- cen estas reservas, son silogismos • es. En cuanto a la que se saca de los pensamiento, es comprender la cosa
gismos de la contradicción sólo to- buenos para el interlocutor: pero, principios comunes, y que no perte- en el sentido en que el interlocutor
can a la refutación aparente, es evi- absolutamente hablando, no lo son;
dente que habrá igualmente silogis- porque toman, no una expresión que l' nece especialmente a ningún arte, la ha dado. Pero si, cuando la pa-
sólo al dialéctico corresponde estu- labra tiene muchos sentidos, se ima-
d mo de lo falso en todos los casos sólo ten¡¡,a un sentido, sino una ex-
en que haya refutación aparente. § presión gue sólo parece tener un sen-
diarla. gina que no tiene más que uno sólo,
§ 5. En efecto, si supiéramos de creyéndolo así 1o mismo el que in-
4. Pero la refutación aparente se tido, y que sólo puede ser compren- dónde salen los silogismos probables terroga que el interrogado; por ejem-
produce por la omisión de las par- dida por el interlocutor.
tes de la verdadera; porque, con que 1 sobre un objeto cualquiera, sabría- plo el ser . 1o nno, tienen muchos
mos también ck dónde salen las re- sentidos: si Zenón que intr.:rrogi:l v
falte una parte, la refutación no es futacionco;; porque ];e refutación no su interlocutor han sup'1Csto en la
ya más que aparente: como sucede CAPITULO 9 es mós que el silogismr:: de 1a con- interrogación que no tenüm más que:
con la que depende de que la con- :radicción, de ~uerte que uno o dos un solo sentido. y que '~" este con
clusión no sale de los datos inicia- § l. Para saber de cuántas ma- silogismos r~~· ;:on:rndic:;:ión forman cepto se 11ega a b conclusión de que
les, a la que procede por reducción neras puede tener lugar la refutación una rcfutac;on: V "'i:a s:::.oen1os todos todo es uno: oi. repito. al!!uno ;.br:1
al absurdo, o la qu.e de dos cuestio- verdadera, sería preciso tener un co- Jos lugares de ;_¡~_,;,d(~ :;e sacan las
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ARISTÓTELES REFUTACIONES SOFÍSTICAS
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de esta manera, habrá discutido, nc
sólo la palabra, sino también el pen- futación no es más que un silogis- dría incluir en esta clase, no ya to- que sólo ]o hace en apariencia es
samiento con relación al objeto que mo, de suerte que es preciso haber das las refutaciones, pero ni siquie- sofista.§ J. El silogismo contencioso
se cuestiona. Si, por lo contrario, se discutido el silogismo antes de pasar ra todas las refutaciones aparentes; y sofístico es el que sólo tiene la
supusiese que la palabra tiene mu- a la falsa refutación. En efecto, esta porque hay también refutaciones apariencia de silogismo, en las ma-
chos sentidos, es claro, que no sería refutación no es Irás que el silogis- aparentes que no son relativas a la terias en que la dialéctica hace sus
expresión; por ejemplo, las que son
ya el pensamiento al que se dirigi- mo aparente de la contradicción. Y pruebas ordinariamente, bien que la
ría el argumento. § 3. En efecto, en así, Ja causa del error está, o en el relativas al accidente, y otras mu- conclusión sea verdadera; po.-que
los razonamientos que tienen mu- silogismo, o en Ja contradicción, por- chas. este silogismo nos deja en el error
chos sentidos es donde debe buscar- que es preciso añadir también la § 10. Pero si se pretende dividir sobre la causa verdadera de la con-
se esta distinción entre la palabra y contradicción, y también puede es- de este modo; cuando digo que el clusión. También pueden colocarse
el pensamiento. § 4. Después es pre- tar en Jas dos, si es una refutación que se calla habla, .. , la cosa es en en esta clase todos los paralogismos
ciso ver a dónde se dirigen; porque aparente. Así, en el paralogismo de parte de esta manera, y en parte de que, sin ser conformes al método
no consiste tanto en la expresión que e] que se calla, l1abla, e] error otra_ La primera observación que verdadero de cada cosa, parece que
el razonamiento relativo al pensa- está en la contradicción y no en el desde luego debe hacerse, es que es están formados según todas las re-
miento, como en la disposición par- silogismo. En el de que se puede dar absurdo pensar así; porque a veces glas del arte. Esto consiste en que
ticular en que se encuentra el inter- Jo que no se tiene, el error está en la cosa que se cuestiona no parece las descripciones falsas de las cosas
locutor, con relación a los principios ambos. Por último, en el de que la tener muchos modos de ser; y lo que no son susceptibles de disputa; por-
concedidos. § 5. Puede suceder, ade- poesía de Homero es una figura por- no se piensa como múltiple es im- que los paralogismos entonces se re-
más, que todos estos razonamientos que es un ciclo, el error está en el posible dividirlo. Además, ¿qué sig- fieren a cosas que son del dominio
del pensamiento se dirijan también silogismo. Pero cuando el error no nifica explicar una cosa, sino darla de la ciencia. Ni tampoco hay discu-
a la palabra puesto que en este caso está ni en el uno ni en la otra, el a conocer evidentemente al interlo- sión contenciosa, si la descripción
dirigiéndose sólo a la palabra, es silogismo es verdadero. cutor que no ha investigado, que no falsa se refiere a algo verdadero
lo mismo que no dirigirse al pen- § 7. Pero volviendo al punto de sabe si puede ser de otra manera, y como la de Hipócrates y la cuadratu:
samiento. En efecto, si no se refi- donde partió la discusión, ¿hay en que ni aun la supone? Y ¿qué im- ra por las lúnulas. Pero lo contrario
rieran a ella tQdos, habría enton- las matemáticas razonamientos que pide el hacer esto respecto de las acontece con el método por el que
ces algunos que serían distintos y se dirigen o no se dirigen al pensa- cosas que no son dobles? ¿Las uni- Bryson cuadraba el círculo, si es ,que
dades son, por tanto, iguales a las
que no serían ni de palabra, ni de miento? Y si parece a alguno que diadas en el número cuatro? Ahora
el círculo puede ser cuadrado; mas
pensamiento. Pero se pretende que triángulo t ene muchos sentidos, y si bien, las diadas son, éstas de esta
no era sofístico este procedimiento
todos los razonamientos son de esta Jo ha concedido así, sin que sea con manera, aquéllas de otra. ¿Hay o
porque no fuese propio de la cosn.
manera, y se los divide en razona- relación a esta figura de la que se no una noción única de los contra-
Y así, el silogismo aparente, en las
mientos de palabra y razonamien- concluyó que tiene sus ángulos igua- rios? Pero entre los contrarios hay
cosas de este género, es un razona-
tos de pensamiento, no queriendo re- les a dos rectos, ¿el razonamiento miento contencioso; y el silogismo
unos que son conocidos y otros que
conocer otros. Sin embargo, entre obtenido de esta manera responde o son desconocidos. Y así, cuando se
aparente, no obstante ser relativo a
todos los silogismos que dependen no al pensamiento del interlocutor? piensa de esta manera parece igno-
la cosa en cuestión, y sitndo silo-
de los diversos sentidos de las pala- § 8. Si la palabra tiene muchos gismo, como lo es, es también un
sentidos, y no se sabe o no se pien- rarse, que enseñar es una cosa muy razonamiento contencioso. En efec-
bras, hay algunos que no son rela-
sa en ello, ¿cómo puede el razona- distinta que discutir, y que es pre- to, no hace más que aplicarse en
tivos a la palabra. En efecto, es un miento dejar de responder al pensa- ciso que el que enseñe no interrogue apariencia a la cosa; pero en el fon.
error· querer llamar a todos los pa- sino que aclare él mismo las cosas, ·
miento? ;Q bien, ¿cómo puede sen- do es engañador e injusto. Así corno
ralogismos de expresión, paralogis- tarse la interrogación, sino pregun- mientras que el otro debe interrogar. la injusticia puede producitse tam.
mos de palabras. Hay seguramente tando de nuevo, después de haber bién en un combate, y hay tal espe-
ciertos paralogismos que tienen lu- obtenido la división, si es posible cie de luchas que son completamen-
gar, no porque el que responde esté que e] que se calla habla, o si no es CAPITULO 11 te injustas, de igual modo en la dis.
respecto a la cuestión dispuesto de posible; o bien si es en parte impo- cusión, la contradicción perpetua es
una manera dada, sino porque la ar- sible y en parte posible? Si el inter- § J. Cuando se demuestra no una injusticia contenciosa en la po-
gumentación misma encierra una locutor no hace ninguna concesión debe exigirse al interlocutor que lémica. En un caso, los luchadores
cuestión que puede presentar mu- y se continúa discutiendo, ¿podrá afirme o niegue proposiciones; sí que quieren vencer a todo trance, se
chas significaciones. 7
decirse por esto que no se ha argu- sólo cuando se quiere probar las valen de todos los medios para con-
§ 6. También es completamente mentado contra su pensamiento? Y fuerzas del adversario. En efecto, seguirlo; y en el otro, los disptH<J-
absurdo discutir sobre la refutación sin embargo, el razonamiento, en
sin haber previamente discutido este caso, parece un simple razona-
el arte eicrcitativo e' una especie s
dores hacen lo mismo. 4. Los qw.
de dialéctica. y examina y observa hacen C>{O flOr e] sofo pJacer d~ la
acerca del silogismo; porgue la re- miento de palabras. Luego no hay en lodos 'cntiJos, no al ·que: sabe, victoria, se conducen como hombres
un género particular de razonamien- sino al que ignora y fingl: saber.~ 2. apasion2dos por fa dispLtta y por la
Su/m.: el léxto Jc este capítulo, hay tos relativ2mcntc al pensamiento. § Por consiguicntL~ el que, sobre una lucha contcncima. Pero los que sólo
algunac; divergencias. Aquí se sigue e!
del COlllL'lli;Jr::,w italiano Paciuo,. 9. Hay algunos que sólo hacen rela- cosé, Jal'i1. sólo <>tiende a Jc,s prin-- piensan en aqudla rcfut~lCÍ(ÍJl qu,_·
ción a las palabras; pero no se po-
•
1
cipi.l' ·:omunes, es diakctico; y él lleva a la fortuna, son sof1s1as; pw-
REFUTACIONES SOFÍSl'ICAS 351
350 ARISTÓTELES
los interlocutóres no lo ignoran, en que se haya determinado con cui-
que la sofística es, como ya hemos todos estos casos. § 6. Pero el dia- el acto mismo en que parece que dado el objeto que se cuestiona, y
dicho, una especie de especulación léctico no se limita a una especie más se extravían del asunto. Y así, dejar al interlocutor decir lo que
para ganar dinero, que tiene por determinada de cosas: no demues- todo el mundo hace refutaciones; quiera, son medios que facilitan el
base una sabiduría aparente, y por tra nada, no es en modo alguno lo pero hace sin arte lo que la dialéc- conducir al interlocutor a sostener
esto sólo buscan demostraciones apa- que el filósofo que se ocupa de lo tica hace con mucho arte; y el que lo improbable o lo falso; y ya res-
rentes. Las gentes apasionadas por universal; porque no están todas las prueba las fuerzas de su adversario ponda a una de las cuestiones por
la disputa y los sofistas cultivan las cosas en un mismo género, y aun con el arte silogístico, es dialéctico. afirmación o por negación, es fácil
mismas argumentaciones, pero con cuando estuviesen, no sería posible Como estas reglas son numerosas y conducirle a un objeto respecto del
un fin muy distinto. El mismo dis- que todos los seres se dieren bajo se aplican a todo, sin ser tales sin que se tengan argumentos numero-
curso puede ser sofístico y conten- los mismos principios. embargo que formen una especie o sos de estos procedimientos. Por lo
cioso a la vez; pero no será respec- § 7. Así pues, ninguna de las un género particular, sino que son demás, no es fácil abusar hoy como
to de una misma cosa. En tanto que ciencias que demuestran una cierta como las negaciones; mientras que . lo era antes; porque los interlocu-
busca una victoria aparente, es con- naturale:za de las cosas, emplea la átras no son en modo alguno de tores saben muy bien preguntar qué
tencioso; y en tanto 'que aspira a interrogación. En efecto, no es posi- esta manera, sino que son especia- relación puede tener todo esto con
una sabiduría aparente, es sofístico; ble dar aquí indiferentemente cual- les, se puede intentar fundar un mé- el principio. § 3. Uno de los medios
porque la sofística no es más que quiera de las partes, porque el silo- todo para todo esto, y sacar de él de llegar a obtener del adversario
una especie de sabiduría aparente y gismo no se forma igualmente con un arte que, por otra parte, no será alguna aserción falsa o improbable,
no real. § 5. El disputador conten- las dos. La dialéctica, por lo contra- en modo alguno igual a las ciencias es el no sostener por el pronto nin-
cioso es respecto del dialéctico, so- rio, procede por interrogación; mas de demostración. § 10. Por esta ra- guna tesis, y hacer creer que sólo
bre poco más o menos, Jo que el si demostrase, no todo, pero al me- zón el argumentador contencioso no se interroga por el simple deseo de
falso delineante es respecto del geó- nos los elementos primeros y los es de todo. punto igual al falso de- saber; porque este examen. da en-
metra, porque partiendo de los mis- . principios especiales, no interroga- lineante;. porque no hace paralogis- tonces entrada fácil al ataque.
mos principios que la dialéctica, ría, porque, en efecto, si no se la mos con relación a un género espe- § 4. El lugar especialmente so-
hace sus paralogismos. Y en esta concede nada, ya no tiene ningún cial de principios; mientras que el fístico para probar que el adversa-
misma relación est-á el falso deli- medio de discutir contra !a objeción contencioso se ocupa de todos los rio se engaña, es conducir el razona-
neante con el geómetra; sólo que que se la dirija. géneros sin distinción. miento sobre un asunto que abunde
este último no es contencioso sólo § 8. Lo mismo acontece también § 11. Estas son, pues, las diver- en argumentos. Por lo· demás, podrá
porque dibuja mal, sino porque par- con el arte ejercitativo. En efecto, sas clases de refLúaciones sofísticas. usarse bien o mal de este lugar como
te de principios y de conclusiones éste no es como la geometría; pero No es difícil ver que al dialéctico ya se ha dicho precedentemente.
adquiridas de la ciencia. Pero el que se le puede poseer sin poseer la cien- corresponde estudiarlas y el poder- § 5. Por otra parte, para sentar
se entra en la esfera de la dialéctica cia; porque es posible que el mismo las formar; porque el método óe las paradoias, es preciso ver a qué cla-
será evidentemente disputador con- que no sabe una cosa, ponga a prue- proposiciones comprende también se de filósofos pertenece el interlo-
tencioso en una multitud de otras ba con motivo de esta misma cosa todo este estudio. Esto es todo lo cutor, y en seguida pedirle que con-
cosas. Tomemos, por ejemplo, la al que no la sabe. Basta que el in- que teníamos que decir sobre las ceda una de las paradojas que los
cuadratura: la que se hace por las terlocutor conceda proposiciones, no refutaciones aparentes. filósofos de su opinión sostengan
lúnulas no es contenciosa; pero la conforme a lo que sabe, ni tampoco contra el vulgo; porque algo seme-
de Bryson tiene este carácter. Esto conforme a los principios de la cosa, jante a esto hay siempre en toda
CAPITULO 12 escuela; v el medio en este caso
consiste en que la una sólo puede
referirse a la geometría, porque par-
sino conforme a sus consecuencias
naturales, que puede muy bien sa- consisteen formular las opiniones
te de principios propios de ella; y ber, sin que por esto conozca en § l. En cuanto a probar que el especiales de cada una de ellas en
la otra sólo se dirige al vulgo, que modo alguno la ciencia, pero que interlocutor se engaña, y precisarle proposiciones.
no sabe lo que hay de posible y de no puede ignorar sin ignorar tam- a sostener lo improbable, segundo § 6. La solución que es más
imposible en cada cosa, y que se bién la ciencia. Es, por tanto, evi- ~
objeto de la spfística, se obtendrá oportuno oponer a estas dificulta-
dente que el arte ejercitativo no es este resultado sobre todo haciendo des, es el hacer ver que lo improba-
conforma perfectamente con esta
demostración. Tampoco puede te- la ciencia de obieto alguno deter- ' las preguntas de cierta manera, y di- ble no pr0cede del razonamiento
nerse por contenciosa la solución de minado, y he aquí por qué se aplica { rigiendo la interrogación según cier- mismo; porque esto es lo que quie-
la cuadratura de Antifon. O bien si a todo; porque todas las ciencias to método. Y así, a esto se aspira re probar siempre el que os comba-
alguno niega, apoyándose en· la opi- tienen para su uso algunos princi- cuando se interroga sobre un objeto te. ~ 7. También se puede apelar a
pios comunes. 8 9. He aquf también cualquiera, sin haber determinado las intenciones y a las opiniones ma-
nión de Zcnón, que sea bueno el
pasearse después de comer, este ra- por qué todos los hombres, hasta Jos 1 nada de antemano. En efecto, ha- nifestadas; porque no se piensa ni
zonamiento no es médico: es co- poco ilustrados, se sin·en en cierta blando a la ventura, se incurre más se dice siempre lo mismo; pero se
mún. Luego si el argumentador con- manera de la dialéc!ica y del arte fácilmente en errores; y se habla a sostienen con frecuencia las cosas
tencioso estuviese absolutamente con ejercitativo; porq;Jc hasts cierto pun- la ventura cuando el asunto no está más dignas, y en el fondo sólo se
el dinléctico en la misma relación to todos 1ra1an de juzgar ;;: aquellos 1 bien especificado. § 2. Preguntar quiere lo que parece útil. Así se afir-
que el falso delineante cst<Í con el con quienes hab];;n. Esus son dis- muchas cosas confusamente, por más ma resueltamente que vale más mo-
geómetra. no sería contencioso en posiciones comu1ws :1 todos; porque
l
REFUTACIONES SOFÍSTICAS 353
352 ARISTÓTELES
nes, o cualquiera otra cosa análoga, bre éste expresa el masculino, y ésta
rir con gloria que vivir con placer; como el vulgo, se le oponen las opi- que se expresa en la definición de el femenino. Pero la palabra esto
que es preferible ser pobre con ho- niones de los pensadores que sobre estas cosas en medio de los atribu- quiere expresar el neutro, y muchas
nor que rico con deshonra; y sin ello han reflexionado mucho. Así, tos que la componen. Por ejemplo, veces expresa también uno de los
embargo, en el fondo se quiere todo los unos sostienen que necesariamen- se dice que el impar es un número otros dos géneros. Así, por ejemplo,
lo contrario. El que sólo habla con- te el hombre dichoso debe ser justo; que tiene un medio; pero también cuando se dice: ¿qué es esto? es
forme a sus intenciones, es preciso pero para el vulgo es una cosa in- se dice número impar, lo que equi- Calliope, es madera, es Corisco. To-
obligarle a que exprese sus opinio- creíble el que un rey no sea dichoso. vale a decir número número que tie- dos los casos del masculino y del
nes con evidencia: y el que las ex- § 11. Conducir así a alguno a soste- ne un medio. Y si el romo es la cor- femenino difieren; en cuanto a los
presa, es preciso estrecharle a que ner opiniones improbables, es lo mis- vadura de la nariz, como se dice del neutro, los unos difieren y otros
manifieste sus opiniones ocultas. De mo absolutamente que llevarle a la también de una nariz que es roma, no difieren. Cuando se emplea el
estas dos maneras, es necesario que oposició.1 de la naturaleza y de la se tendrá nariz nariz corva. ·. pronombre esto, se razona muchas
se le arrastre a la paradoja; porque ley; porque la ley es la opinión del § 5. Algunas veces, al parecer veces como si se hubiera dicho éste.
dirá lo contrarío, ya de sus opinio- vulgo, pero los sabios hablan de con- se hace decir simplezas al adversa- Y lo mismo sucede cuando se toma
nes evidentes, ya de sus opiniones formidad con la naturaleza y con la rio, cuando realmente no es así, por- un caso por otro caso. El paralogis-
ocultas. verdad. que no se tiene cuidado de pregun- mo entonces tiene lugar, porque la
§ 8. El lugar más ordinario para § 12. De esta clase de lugares, tar si la palabra en cuestión, el do- palabra esto es común a muchos· ca·
obligar a decir paradojas es el que por consiguiente, es de los que de- ble, significa algo por sí sola o no sos; porque esto puede expresar ya
se atribuye .a Cal!icles en el Gor- ben sacarse las paradojas. significa nada; y cuando significa éste (en nominativo), ya éste (en
gias, y que todos los antiguos han algo, si es la misma cosa o una cosa acusativo); pero es preciso expresar
creído poder emplear. 8 Se le deriva diferente. Porque se quiere sacar so- sucesivamente que con el verbo es
de la naturaleza y de la ley; porque CAPITULO 13 bre la marcha la conclusión. Y sien- significa el nominativo, y con el ver-
se pretende que la naturaleza y la do la palabra la misma, parece ser bo ser el acusativo: por ejemplo,
ley son contrarias, y que la justicia § l. En cuanto a obligar a de- también la misma la cosa y tener Corisco es, Corisco. La misma ob-
es bella según la ley, pero que no cir simplezas al adversario, ya he- el mismo sentido. · servación tiene lugar respecto de los
lo es según la naturaleza. De aquí, mos dicho lo que entendíamos por nombres femeninos, y de lo que se
que al que hable según la natura- esto. § 2. Todos los razonamientos llama instrumentos que tienen la
leza es preciso responderle según la de este género no tienen otro fin que CAPITULO 14 denominación del masculino y del
ley, y traer a la naturaleza al que el siguiente: si no hay ninguna dife- femenino; porque todos los nombres
habla según la ley; porque de estas rencia entre tomar la palabra o for- ~ l. Qué sea solecismo, ya se
que terminan en o o en n son los
dos maneras se llega a paradojas. Y mar la definición, y el doble y el ha dicho precedentemente. § 2. Es únicos que tienen la denominación
así, para ellos, lo que es según la doble de la mitad son una misma posible incurrir en un solecismo y
cosa, si el doble es el doble de la de instrumentos. Podría citarse mu·
naturaleza es lo verdadero, y lo que parecer que se incurre en él cuando
mitad, se dirá el doble de la mitad chos ejemplos; pero los que no so!!
es según la ley lo es para el vulgo. no se incurre, y cometerle sin pare-
así son del masculino o del femem-
Se ve, pues, evidentemente, que és- de la mitad. Y además, si en lugar cer que se comete. Y así, Protágoras
del doble se toma el doble de la mi- sostiene q¡¡e cólera y coraza son no, y algunos de estos nombres se
tos, lo mismo que los de hoy día,
trataban de refutar al interlocutor, tad, se repetirá tres veces el doble masculinos. Por tanto, el que dice aplican a los instrumento$. Por ejem-
o estrecharle a decir paradojas. de la mitad de la mitad de la mitad. perniciosa, hablando de la cólera, plo, pellejo es un nombre masculi-
¿El deseo se refiere a ]o que es agra- comete un solecismo según Protá- no, y camilla es femenino; y res-
§ 9. Algunas preguntas son de
tal naturaleza, que la respuesta que dable? Sí; es el apetito de lo agra- goras; pero, al parecer, no le come- pecto de estas palabras, el verbo
se da es igualmente improbable en dable; y por tanto, el deseo es el te a los ojos de los demás: y el que es, y el verbo ser serán igualmente
los dos sentidos. Por ejemplo: ¿debe apetito de lo agradable de lo agra- dice pernicioso, comete, al parecer, importantes.
obedecer uno a los sabios o a su dable. solecismo para todos los demás, y § 5. El solecismo es en cierto
padre? ¿Debe obrar uno consultan- § 3. Todos estos razonamientos sin embargo no le comete para Pro- modo igual a las refutaciones ex-
do su propio interés o el de la jus- no recaen sino sobre relativos, y en tágoras. § 3. Es, pues, evidente que presadas de una manera semejante
ticia? ¿Es preferible padecer el mal todos los casos, no sólo con los gé- se podrían no llevar las cosas en este respecto de cosas que no son se-
a hacerlo? neros son relativos, sino que tam- punto con cierto arte; y he aquí por mejantes; porque así como se ve-
§ 1O. Es preciso que la discusión bién lo son las cosas mismas, las qué muchos razonamientos, que no rifica entonces que la refutación
recaiga sobre objetos en que el sabio cuales se refieren a una sola y mis- concluyen én solecismos, parecen recae sobre las wsas mismas, de
y el vulgo sostienen opiniones con- ma cosa: por ejemplo, el apetito es concluir, como puede verse en las igual modo succd:: también que el
el apetito de algo; el deseo, el deseo refutaciones. solecismo sólo recae sobre las pa-
trarias. Si el interlocutor habla como
los razonadores hábiles, se le opone de algo; y el doble es el doble de § 4. La mayor parte de los so- labras; porque h:-mbre y blanco
1a opinión del vulgo: y si habla alguna cosa y el doble de la mitad. lecismos aparentes se fundan en el son a la vez un<: cosa y una pa-
§ 4. Esto se presenta igualmeme en pronombre esto. cuando el caso no labra.
' Este diálogo platónico es decisivo todas las cosas, cuya esencia no es expresa ni el masculino. ni el fe· ~ 6. Es. pues, b'idente que debe
para Aristóteles en su tarea de descri- verdaderamente el ser relativos, pero menino. sino c1 neutro. El pronom· tratarse de concl-~:r el solecismo
bir y refutar a la sofística. que tienen cualidades, modificacio-
354 ARISTÓTELES REFUTACIONES SOFÍSTICAS 355
por medio de los casos indicados. se quisiera obtener lo contrario, o, § 12. También es un procedi- ciendo que se le ha tomado en este
§ 7. Tales son las especies de por lo menos, como si la concisión miento sofístico el exigir que el ad- último sentido, coma hace Cleofón
argumentos contenciosos, las partes que se pide de lo uno o de lo otro, versario responda lo que le parezca en su Mandróbulo.l(' § 15. También
de estas especies y las maneras di- fuera perfectamente indiferente; por- acerca de una paradoja que se ha es preciso, alejándose del asunto, su-
versas de distinguirlos. que, cuando se ignora Jo que quiere sostenido, por más que haya dado primir todo el resto de Jos argumen-
obtener el adversario, se ponen me- su dictamen sobre el punto sentado tos; pero el que responde, si se aper-
nos dificultades. § 8. Cuando el ad- desde el principio; así como el diri- cibe luego de ello, debe adelantarse
CAPITULO 15 versario concede por partes todos los gir preguntas de este género y bajo y decirlo él primero. § 16. También
casos particulares, es preciso mu- esta forma: ¿qué os parece? porque es preciso dirigir los argumentos con-
chas veces no llevar la inducción si la cuestión se compone de los ele- tra una cosa diferente de aquella
§ 1. Importa mucho, para ocul- hasta interrogar sobre el universal; sobre que se cuestiona, y atenerse a
tar el fin a que se aspira, disponer mentos mismos del silogismo, es ne-
sino gue es preciso servirse de él cesario que se haga una refutación, ella, cuando no se tiene argumento
los elementos de la pregunta con- como concedido. Más· aún; a veces contra la cuestión mismaY Esto hizo
forme a cierto método, como en la o una paradoja, o una especie de
el adversario mismo cree haberlo refutación. Si se concede la pregun- Lycofrón cuando se le proponía ha-
dialéctica. Es preciso, por lo tanto, concedido; y así parece también a ta, es una refutación; si no se la cer el elogio de una lira.§ 17. Cuan-
hablar de aquel fin ante todo des- los oyentes, porque se acuerdan de concede, y se dice que no se acepta, do el adversario exige, que se precise
pués de lo que acaba de decirse. 9 la inducción, y creen que no se ha se sostiene una paradoja. Si no se el argumento, porque le parece que
§ 2. Una cosa útil para refutar, exigido en vano la concisión de Jos concede, pero diciendo al mismo es necesario indicar la causa del
es la difusión; porque es difícil ver casos particulares. § 9. En los casos tiempo que la cosa es probable, se error, y que una vez fijados ciertos
muchas cosas a la vez. Para la di- en que el universal no está -expre- hace una especie de refutación. puntos, se encuentra más apercibido,
fusión es preciso servirse de los me- sado por una palabra, es preciso ~ 13. Como sucede en la retóri- es preciso, como se acostumbra en
dios indicados precedentemente. § 3. servirse de la semejanza de lo que ca, es preciso atender también en las refutaciones, decir que se quier?
El segundo medio es la rapidez del se aproxima a él según lo aconseje las refutaciones a las contradiccio- sostener la contradicción, y negar lo
razonamiento. Los interlocutores que la necesidad; porque muchas veces nes que el interlocutor comete en que el otro ha dicho, o afirmar
se quedan rezagados, ven menos a la semejanza está oculta. § 10. Mas lo que él mismo ha dicho, o con- lo que ha negado. Pero no debe de-
dónde se los conduce. § 4. También para obtener la proposición que se tra lo que han dicho o hecho aque- cirse sólo, que se pretende sostener
puede emplearse la cólera o el es- quiere, es preciso interrogar hacien- llos que le parezcan a él que hacen que la noción de las contrarias es
píritu de disputa; porque, cuando do que recaiga la comparación so- bien o dicen bien, o contra los que o no es la misma. § 18. Tampoco
se siente uno turbado, se está me-
nos apercibido. Los elementos de la
bre los contrarios. Supongamos que 1 parezcan ser de este modo, o contra debe exigirse la conclusión bajo for-
l
se trata, por ejemplo, de obtener la sus semejantes, o por lo menos, con- ma de proposición;-ni deben exigirse
cólera son el mostrar evidentemen- proposición de que es preciso obe- tra la mayor parte, si no es contra ciertas cosas, sino que se las debe
te que se quiere recurrir a la injus- decer en todo a su padre; se puede todos. § 14. Así como es frecuente considerar como concedidas.
ticia, y_ sobre todo, que se está dis- preguntar si es preciso obedecer en que los que responden, cuando se § 19. Queda explicado de dón-
puesto a no avergonzarse por nada. todo, o desobedecer en todo a sus 1 ven refutados, hagan una distinción de deben sacarse las preguntas y
§ 5. También es preciso trastornar padres. Y si se quiere probar que en la pregunta sobre el punto en que cómo se las debe sentar en las dis-
el orden natural de las cuestiones, es preciso obedecerles con frecuen- la refutaci0n debe de afectarles, en cusiones contenciosas.
ya se tengan muchos argumentos cia, debe preguntarse si es preciso igual forma Jos que interrogan pue-
para una misma cosa, ya se sosten- tener para con ellos poca o mucha den servirse de este medio contra las '" Se dice que Mandróbulo era un
ga que la cosa es y no es así; por- condescenélencia. En efecto, parece-
1 objeciones, si la objeción tiene lu- diálogo de tipo platónico.
que el adversario necesita luchar a rá que más bien debe tenerse mu- gar en un sentido, y no en otro, di- " En La Politica, libro Il, cap. 5.
la vez, o contra muchas cosas, o cha, puesto que necesariamente es
contra las contrarias. § 6. Y todo lo preciso tenerla. Cotejando así las 1
que se ha dicho más arriba sobre contrarias, las cosas aparecen en
los medios de ocultar su pensamien- toda su grandeza; parecen mavores,
to, es útil también en las discusio-
SECCION SEGUNDA
nes contenciosas. No oculta uno su
mejores o peores. · '
~ 11. Lo que muchas veces hace
pensamiento sino para disimular su creer en la refutación, es la impu- ~ 3, en primer lug<Jr, como recaen
propósito, para engañar. § 7. Res-
pecto a aquellos que rehusan conce-
dencia sofística de aquellos que in- r CAPITULO 16
las más veces sobre la palabra, en·
terrogan, y que, sin haber hecho ra- -~ 1. Debemos hablar ahora de la sciian tanto mejor a conocer en
der lo que creen útil para el razo- zonamientos, sin haber hecho una respuesta, y decir cómo deben re- cuántos sentidos se emplea cada pa-
namiento del adversario, es preciso última pregunta, no por eso dejan solverse los paralogismos, qué es re- labra, y cuáles son las semejanzas
interrogarles por negación, como si de afirmar en forma de conclusión, solver, y para qué son útiles los ra- y las diferencias de formas, en las
como si hubiesen formado silogis- zonamientos de este género. cosas y en las palabr<JS. ~ 4. Son
" Véase los T<5picos. libro VII, ca- mos regulares: luego tal cosa no es; ~ 2. Los paralogismos son útiles útiles, en segundo lugar, para las
rítulo 4. luego tal cosa es. para la filosofía por dos razones: indagaciones persona le'; porgue el
356 ARISTÓTELES
REFUTACIONES SOFÍSTICAS 357
que, engañado fácilmente por los pa- carla conforme a lo verdadero: por-
ralogismos de otro, no se apercibe que es preciso combatir con los cuando, al interrogar, se ha hecho pués suceJe con no menos frecuen-
de ello, cometerá el mismo error disputadores, no como si refutasen bien la indispensable división, es ne- cia que, sobre el punto mismo que
muchas veces cuando discurra a so- realmente, y sí tan sólo como si pa- cesario que el que responda diga sí no se creía que la discusión vendría
Jas consigo mismo. § 5. En último reciese que lo hacían. En efecto, o no. a recaer, se encuentra la paradoja.
y tercer lugar, son útiles para la apa- nosotros negamos que formen ver- § 4. Cuando se supone que la § 9. Así que, puesto que puede ha-
riencia, en cuanto parece que se ha daderas conclusiones, y todos nues- refutación sólo tiene lugar por ho- cerse la división, no debe vacilarse
ejercitado uno en todos los asuntos tros esfuerzos deben tender a que monimia, no es posible en cierta ma- en hacerla, como se ha dicho ante-
sin ser extraño ¡¡ ninguno; porque no parezca que las forman. Luego nera que el que responde evite el riormente.12
si alguno que toma parte en la dis- si la refutación es una contradicción ser refutado; porque, por lo que § 10. Si no se reuniese!l dos pre-
cusión, critica la discusión misma, que no es homónima, y se la saca hace a las cosas que caen bajo el guntas en una sola, el paralogismo
sin poder especificar los defectos, de ciertos datos, no habría necesi- dominio de la vista, es preciso que no se formaría por homonimia o an-
hace sospechar que, si pone dificul- dad de hacer la división, para evitar se niegue la palábra que se había fibología, sino que sería una refuta-
tades, no es por el interés de la ver- la anfibología y la homonimia, por- afirmado o que se afirme lo que se ción en la que no habría ni siquiera
dad, sino a causa de su ignorancia. que no forman verdaderos silogis- había negado. § 5. En efecto, nin- apariéncia de refutación; porque,
§ 6. Se ve sin dificultad cómo mos. Pero no hay necesidad de ha- guna utilidad resulta de la rectifica- ¿qué diferencia hay entre preguntar
debe obrarse, cuando se responde a cer la división por otro motivo que ción que intentan hacer algunos in- si Callias y Ternístocles son músi-
discusiones de este género, si hemos el de tener la conclusión la aparien- terlocutores. Y así, sostienen que cos, o si no hay más que un solo
explicado bien anteriormente de dón- cia de una refutación. Y así debe Corisco no es a la vez músico e ig- nombre para ambos, por más que
de salen los paralogismos, y si he- cuidarse, no sólo de no ser refutado, norante en música, sino que tal Ca- sean distintos? En efecto, si este
mos demostrado suficientemente las sino de ni siquiera parecerlo. § 2. risco es buen músico y tal otro Coris- nombre designa más de una cosa,
argucias que emplean los sofistas al La interrogación que recae sobre co- co no lo es. Pero ya se diga que también se han preguntado varias
interrogar.§ 7. No es, por lo demás, sas anfibológicas, o equívocas de ho- Corisco, ya que este Corisco es mú- cosas. Luego si no debe procurarse
la cosa misma, cuando se estudia monimia, como todas las demás sor- sico o no lo es, la misma expresión obtener una sola respuesta absoluta-
un razonamiento, el ver y el corre- presas de este género, hacen desapa- será la que niega y afirma a la vez mente para varias preguntas, es cla-
gir el vicio, y cuando es uno in- recer la verdadera refutación, y no el interlocutoc. Pero quizá no es por ro que no conviene responder en
terrogado el poder responder sobre dejan ya reconocer ni quién es refu- completo el mismo sentido, porgue forma absoluta, por medio de nin-
la marcha; porCjue aquello mismo tado, ni quién no lo es. En efecto, la palabra tampoco es completamen- gún término homónimo, aun cuan-
que sabemos lo desconocemos mu- como es siempre lícito, cuando se te la: misma; y he aquí de dónde do la respuesta sea verdadera en to-
chas veces por el solo hecho de no llega a la conclusión final, decir que nace la diferencia. § 6. Pero si se dos los sentidos de la palabra, como
estar en su debido lugar. Y así como el adversario niega lo que no se ha concede por una parte que la pala- algunos admiten; porque no hay más
en tantas otras cosas la mayor o me- afirmado, porque no ha hecho más bra se toma sencillamente: Corisco, diferencia que si se dijese: ¿Corisco
nor rapidez nace principalmente del que interrogar por homonimia o por y por otra se añade restrictivamen- y Callias están o no en casa? Ya es-
eiercicio, lo mismo sucede en las anfibología: y que de este modo ha te: este o alguno, esto es absurdo; tén ambos presentes, ya estén ambos
discusiones; de tal manera, que si afirmado uno una cosa distinta de porque la restricción no se dice más ausentes, de las dos maneras hay
vemos claramente la cosa, pero que la que él comprendió a[ principio, del uno que del otro, y no importa siempre varias proposiciones. No
nos desentendemos de ella, sólo con y negó en la conclusión, por más nada a cuál de los dos se le atri- basta, en efecto, decir verdad, para
esto perdemos la oportunidad. § 8. que se esforzara para que la discu- buye. que no haya más que una sola in-
Sucede también a veces lo que en el sión recayera por una y otra parte § 7. Sin embargo, como no se terrogación; porque puede suceder
trazado de las figuras, que después sobre el fl1Ísmo punto, es claro que sabe claramente, cuando no se ha que se propongan otras diez mil in-
de haberlas analizado, no podemos no se sabe nunca con evidencia si el determinado la anfibología, si es uno terrogaciones, a las cuales se podrá
ya recomponerlas. Lo mismo aconte- interlocutor es refutado, porque no refutado o no lo es, aunque haya responder con verdad diciendo sí o
ce con las refutaciones. Conocemos se sabe si ahora dice verdad. Pero podido hacerse la división necesaria no. Sin embargo, na debe conten-
muy bien cuál es el lugar del razo- si el que interroga hubiese mostra- en el razonamiento, es evidente que tarse dando una sola respuesta; por-
namiento, y sin embargo no pode- do, al dividir, el sentido homónimo conceder la interrogación sin esta que esto equivale a destruir toda
mos destruirlo. o anfibológico, la refutación no se- definición, y absolutamente, es una discusión. Es absolutamente lo mis-
ría ya oscura.§ 3. Sucedería precisa- falta, de suerte que, si no es el in- mo que si se diese un nombre igual
mente entonces lo que los disputa- terlocutor mismo, por lo menos su a cosas diferentes. Luego si no debe
CAPITULO 17 dores buscan ahora menos que en razonamiento tiene trazas de ser re· darse una respuesta única a dos pre-
otro tiempo; que el interlocutor in- futado. guntas, es evidente también que tam-
~ 1. Ante todo pues,. así como terrogado responda sí o no. Aquí, § 8. Sin embargo, sucede mu- poco debe responderse diciendo sí o
dijimos que vale más algunas veces por lo contrario, como los que in- chas veces que aun viéndose la an- no a los homónimos. § 11. Porque
razonar de una manera prqbable que terrogan hacen mal :;us preguntas, fibología, hay repugnancia en hacer el que lo hace así, no responde; no
de una manera verdadera, de igu<~l es preciso que el que responda aña- la división, a causa del gran número hace más que hablar. Mas se supone
modo es preferible a veces buscar da algo a la respuesta para rectifi- de proposiciones de este género, y a a veces en las discusiones que hay
la solución según lo probable a bus- car el vicio de la interrogación. Pero fin de que no parezca que se están
suscitando siempre dificultades. Des- 1
" En los Tópicos, libro VIl!, cap: 7.
i
358 ARISTÓTELES REFUTACIONES SOFISTICAS 359
en este caso una verdadera respues- pondcr, o absolutamente, o por una conmensurable); en todos estos ca- se quiere resolver un razonal)liento,
ta, porgue no se ve lo que debe re- distinción. ~ 18. Pero siempre que sos, repito, y siempre que la verdad es preciso ver ante todo si este ra-
sultar. se ve uno obligado a suplir algo con es controvertida, el mejor medio de zonamiento concluye o no conclu-
§ 12. Así como, según hemos di- el pensamiento, como sucede, por ocultar su pensamiento, será cam- ye; en seguida, si la conclusión es
' cho, ciertas refutaciones, que no lo ejemplo, en todas las preguntas que biar respecto de todas las palabras verdadera o falsa, para poder resol-
son realmente, parecen serlo, de la no son bastante claras, y que son el terreno de la discusión. En efec· ver, ya destruyendo, ya dividiendo
misma manera hay también solucio- en cierta manera cojas, la refutación to, precisamente, porque hay gran las proposiciones; y se destruye, sea
nes, que parecen serlo, sin serlo en tiene lugar. Esto sucede con esta oscuridad acerca de la verdad en de una manera, sea de otra, como
realidad. Éstas son de las que es pre- pregunta: ¿lo que es de los atenien- este caso, no parecerá que se hace se ha dicho más arriba. § 4. Hay
ciso valerse algunas veces más bien ses, es posesión de los atenienses? un sofisma, y ni parecerá siguiera una grandísima diferencia, para re-
que de las soluciones verdaderas, en Sí. Y lo mismo en todo lo demás: que hay error, puesto que las opi- solver el razonamiento, entre ser y
las discusiones contenciosas, y con- ¿el hombre es de los animales? Sí. niones están divididas. El cambio no ser interrogado; porgue es difícil
tra los paralogismos procedentes del Y así ei hombre ; la posesión de de discusión hará al razonamiento ver de pronto la solucioh, y es más
doble sentido de una palabra. Jos animales; porgue decimos que inatacable. fácil verla despacio.
§ 13. Es preciso responder en el hc,mbrc es de los animales, por- § 22. En fin, siempre que hosti-
cuanto a las cosas que se admiten: que Ce' animal, y que Lisandro es de ga una pregunta, es preciso presen-
sea así, porgue de esta manera no los lac,·.demonios, porgue es lacede- tar por delante la objeción y decirla CAPITULO 19
es posible al interlocutor retorcer la monio. Ss por lo tanto evidente, que desde Juego; porgue de este modo
refutación. Si se ve uno obligado a en los casos en que la cosa propues- es como principalmente se hace di- § l. Entre las refutaciones que
decir alguna paradoja, entonces es ta es oscura, no debe concederse de fícil la posición del que interroga. dependen tan sólo de la homonimia
cuando principalmente se debe aña- una manera absoluta. y de la anfibología, hay unas que
dir, que así parece; porgue de esta § 19. Cuando dos cosas son d~ encierran preguntas que presentan
manera, no parecerá que hay ni re- tal manera que. existiendo la una, CAPITULO 18 muchos sentidos; y otras, en las que
futación, ni paradoja. la otra debe existir de toda necesi- es la conclusión la que tiene diver-
§ 14. Como se sabe claramente dad, sin que porgue exista la segun- § 1. Puesto que la solución ver- sos sentidos. Así, por ejemplo, en
lo que es una petición de principio, da la primera deba existir necesa- dadera consiste en hacer ver que el el caso en que se pretendiera pro-
y todo el mundo conviene en que riamente, es preciso que el que sea silogismo es falso, indicando entre bar que el que se calla habla, es la
tiene lugar si la proposición es pró- interrogado sobre estos dos térmi- las preguntas aquella en la que está conclusión la que tiene el sentido
xima del principio, hay ciertas cosas nos, conceda el que es menos ex- el error, el silogismo falso puede doble. En esta otra proposición: el
que es preciso negar y no conceder, tenso; porque es más difícil formar serlo de dos maneras; si ha conclui- que sabe no sabe, es una de las pre-
sosteniendo que se incurre en una el razonamiento cuando recae sobre do falsamente; o bien si, no siendo guntas la que es anfibológica. Por
petición de principio. Y si el inter- muchas cosas. un silogismo, tiene la apariencia de ejemplo, en este razonamiento: el
locutor exige que se le conceda pre- J:¡ 20. Cuando se intenta probar tal. La solución indicada aquí, y la que sabe hacer o decir algo, sabe
cisamente una proposición, que debe que uno de Jos términos tiene un del silogismo aparente, consistirán también lo que dice y lo que hace;
resultar necesariamente de la tesis contrario, y que el otro no lo tiene, en rectificar aquella de las pregun- es así que este hombre sabe decir
inicial, y esta proposición es falsa si esta aserción es verdadera, es pre- tas que hace que aparezcan como versos yámbicos, luego sabe también
o improbable, es preciso hacer la ciso decir que, en efecto, el segundo no es; y por consiguiente, se llega los versos yámbicos. Lo que tiene
;nisma objeción. En efecto, lo que término tiene un contrario, pero que a la solución apetecida, primero, un doble sentido es verdadero en un
resulta necesariamente de la tesis pa- ·este contrario no tiene nombre. destruyendo Jos razonamientos que sentido y no lo es en otro; y así, el
rece que forma parte de la tesis mis- § 21. Como hay ciertas c0sas concluyen realmente, y haciendo una doble sentido expresa a la vez lo
ma. !:\ 15. Además, cuando el uni- respecto de las que dice el vulgo distinción respecto a aquellos que que es y lo que no es.
versal se toma, no por la palabra que el que no las concede se equi- no son más que aparentes. § 2. P-::ro § 2. Siempre; por tanto, que hay
que le representa, sino por compara- voca, y respecto de otras. no se ex- como de los razonamientos regula- muchos sentidos al final, si no· se
ción, es preciso observar que el ad- presa tan claramente: como sucede, res, unos tienen la conc!úsión ver- toma la contradicción, no hay re-
versario no lo toma como se le con- por ejemplo. con todas aquellas en ! dadera, y otros la tienen falsa, pue- futación: por ejemplo, si se preten-
cedía, o como él mismo lo había que las opiniones están divididas (v t de resolverse de dos maneras los de que el ciego ve; porque sin con-
~upuesto; porque muchas veces de así el vulgo no se decide en general oue tienen la conclusión falsa; es tJ·adicción no hay refutación. § 3.
este punto depende la refutación. en pro o en contra acerca de la decir, ya destruyendo algunas de las En todos los casos en que la diver-
S 16. Cuando ha sido uno rechazado cuestión de saber si el alma de ]os interrogaciones sentadas, ya demos- sidad de sentidos se encuentra en
de este terreno, es preciso agarrarse animales es perecible o inmortal) ; trando que la conclusión no es tal las pr~untas, no es necesario com-
a la irregularidad de la demostra- en todos estos casos en que no se como se dice. Contra los razona- batir de:~<.l.e luego el doble sentido;
ción. v apoyarse para esto en la de- sabe qué piensa esta opinión vulgar, mientos que son falsos en las pro- porque" no recae sobre este punto el
finición que se ha dado del silogismo como sobre las sentencias (y se lla- posiciones, no hay más solución po- razonamiento; es solamente uno de
y de la refutación. man sentencias Jos pensamientos vcr- sible que destruir una de estas pro- los elementos de donde se le dedu-
§ 17. Cuando las palabras se rladeros y las aserciones enteras, ta- posiciones, puesto que la conclusión ce. ~ 4. Al principio, por tanto, es
emplean propiamente, es preciso res- les como ésta: el diámetro es in- es verdadera. ~ 3. Por· tanto, cuando preciso 1·espondcr fijando el doble
360
ARISTÓTELES
REFUTACIONES SOFÍSTICAS 361
sentido, sea en la palabra, sea en el
razonamiento, y diciendo q.:e se preguntas es también anfibológica: toca, pero que se puede hacer cuan- rio, la existencia sustancial de un
acepta en un caso y no se acepta en pero el paralogismo nace sobre todo do no se hace? § 11. También se término que, siendo relativo- o de
otro. Y así, si se trata de esta pro- de la combinación; porque el senti- resuelve de otra manera este para- cuantidad, parece expresar igual-
posición: el que se calla, habla; es do doble no subsiste después de la logismo; porque si el interlocutor mente la sustancia a causa de la
preciso decir que se la acepta en división, pt.wsto que la proposición concede que se hace como se puede forma verbal que se le da. § 2. Es
parte, y que en parte no se la acep- no es ya la misma cuando se la di- hacer, se sostiene que no debe con- lo que sucede en la proposición si-,
ta. Y si el adversario ha dicho que vide. ¿No basta un simple cambio cluirse de aquí que se toque la CÍ· guientc: ¿Se puede al mismo tiem·
es preciso cumplir sus deberes, ha en la prosodia, para que la misma tara, no tocándola. En efecto, no se po hacer y haber hecho una misma
de distinguirse, diciendo que deben palabra signifique otra cosa? Pero ha concedido que lo haga de cual- cosa? No, se responde. Sin embar-
cumplirse los unos y no los otros; esta palabra es la misma en su for- quier manera que pueda hacerlo; go, se puede al mismo tiempo ver y
porque deberes tiene muchos senti- ma escrita, puesto que se escribe con porque no es lo mismo decir cómo haber visto la misma cosa y bajo la
dos. Si la diversidad de sentidos no las mismas letras y de la misma ma- pueda, o decir de cualquier manera misma relación.§ 3. ¿Padecer es al-
ha sido notada al pronto, es preciso nera; mas hay también signos que que pueda hacerlo. § 12. Pero es gunas veces hacer? No. Pero es he- .
rectificar el error, añadiendo al úl- hacen que las palabras en la pro- evidente que esta solución no es bue- rido, es quemado, él siente, son pa- ·
timo algo a la pregunta: luego el nunciaéión no sean las mismas: y na; porque para los razonamientos labras de igual forma, y todas ex·
que se calla habla; nada de eso; así, una vez hecha la división, el idénticos la solución es la misma. presan la idea de padecer. Por otra
sino que debe decirse: este tal que sentido doble desaparece. § 4. Es Mas ésta no convendrá a todos los parte, decir, ver, correr, son expre-
se calla. § 5. Lo mismo sucede en evidente también que no proceden razonamientos análogos ni a todos siones semejantes; mas ver es cier-
los casos en que la diversidad de todas las refutaciones sin excepción, los interlocutores. Conviene única- tamente también sentir, de suerte
sentidos está en las proposiciones. nos de ser el sentido doble, como algu-
pretenden. mente al que interroga y no al ra- que expresa a la vez padecer y ha-
Luego, ¿no se sabe lo que se sabe? zonamiento mismo. cer alguna cosa. § 4. Pero si el in-
No, ciertamente; pero esto no es § 5. Por lo tanto es preciso di-
terlocutor afirma desde luego que
cierto respecto de los que saben de vidir cuando se responde, porque no puede ser que se haga y que .se
tal manera; porque no es lo mismo no es lo mismo decir que se ha vis- CAPITULO 21 haya hecho al mismo tiempo la mis·
decir que no es posible saber cuán- to, sino con sus ojos tal hombre he- ma cosa, y concede en seguida que
do se sabe, o que esto no es posible rido; y decir, que se ha visto tal § l. Respecto a la prosodia, no se ve y se ha visto, no será por eso
respecto a aquellos que saben de hombre herido con sus ojos. § 6. De hay paralogismos, ni en la escritura refutado, si dice, que ver no es ha-
cierta manera. § 6. En general, es este género es el razonamiento de ni en la pronunciación, sino en muy cer, sino padecer; porque es preciso
preciso combatir a su ádversario, Euthydemo: ¿Ves tú, estando en Si- pequeño número y de la misma ca- añadir también esto. Pero el oyente
aun cuando haya concluido de una cilia, las galeras que se hallan ahora lidad que el siguiente: ¿Es ésta la cree que este punto se ha concedido,
manera absoluta, diciendo que ha en el Pirco? § 7. Y también: ¿es casa que tú habitas? Sí. ¿Donde tú cuando ve que se concede que cor-
negado, no la cosa que se afirmaba, posible que, siendo uno buen curti- habitas es la negación de tú habi- tar es hacer y que haber cortado es
y sí tan sólo la palabra, de modo dor, sea malo? Pero alguno que es tas? Sí; pero has dicho que la casa haber hecho, y todas las demás ex-
que no hay refutación. buen curtidor podría ser malo, de
suerte que será un curtidor malo. § era en donde tú habitas; luego la presiones semejantes. El oyente aña-
8. El aprendizaje de las cosas, cuyo casa es negación. § 2. Se ve cómo de por sí el resto, suponiéndolo de
conocimiento es bueno, ¿es bueno puede resolverse esta dificultad; por- forma en todo semejante. Sin em-
CAPITULO 20 que la palabra no tiene el mismo bargo, aquí la expresión no es com-
también? Mas el aprendizaje del mal
sentido, si se la toma con acento pletamente semejante, pero lo parece
§ l. También se ve claramente es bueno; luego el mal es un buen agudo o si con acento grave.'" por la analogía de la palabra. Su-
cómo han de resolverse las refuta- aprendizaiff. Pero el mal es mal y cede, pues, lo mismo que en las ho-
ciones que dependen de la división aprendizaje a la vez: luego el mal monimias. En efecto, en éstas el que
y de la reunión de ciertas palabras; es un mal aprendizaje. Mas la cien- CAPITULO 22 no conoce bien el valor de las pala-
porque, si la proposición dividida o cia de lo que es mal es buena. § 9. bras, cree que uno de los interlocu-
combinada tiene un sentido diferen- Es exacto decir ahora que tú has § 1. También se ve claramente tores ha negado la cosa que el otro
te, es preciso sostener lo contrario nacido, ¿Juego tú has nacido ahora?; cómo es preciso rechazar las refuta- afirma, y no solamente la palabra.
de la conclusión. § 2. Pero todos pero, empleando la división, esto
los razonamientos capciosos, que se significa otra cosa; porque es exac- • ciones que proceden de que cosas,
que no son las mismas, son expresa·
Pero aquí también se hace necesaria
una pregunta para saber si se ha
fundan en la división y combina- to ahora que tú has nacido, pero das de la misma manera, una vez empleado el homónimo fijándose en
ción, son de la calidad de los si- no has nacido ahora. § 10. ¿Haces que tenemos los géneros de las ca- un solo sentido; porque concedien-
guientes: aquello por lo que tú has las cosas que puedes de la manera tegorías. Y así, aquel a quien se in- do este punto, es como habrá refu-
visto este hombre herido, ¿es. aque- que puedes hacerlas? Aunque no to- terroga, concede que una de las co· tación.
llo por lo que ha sido herido? y ques la cítara, tienes la facultad de sas que expresan la esencia no exis- § 5. He aquí más razonamien-
aquello por lo que ha sido herido, tocar la cítara, luego tocas la cítara te; y el otro prueba, por lo contra- tos en todo semejantes a estos: ¿Se
¿es aquello por lo que tú lo has vis- sin tocar la cítara. ¿O es que no ha perdido aquello que habiéndolo
to? § 3. En este ejemplo una de las debe decirse que no se tiene el po- "' Natur¡¡Jmente todas estas cucstio- tenido antes no se tiene después?
der de tocar la cítara cuando no se
ncs competen más a la Retórica. Entonces el que pierde sólo una taba
;
1
363
REFUTACIONES SOFÍSTICAS
362 ARISTÓTELES
;;abe, ya por haberlo aprendido, ya CAPITULO 23
no tendrá ya diez tabas. ¿Pero se ellos, de este hombre sólo se podrá por haberlo encontrado? Pero tra-
ha perdido realmente lo que no se obtener una sola piedra. § 10. Pero tando de cosas de las cuales una se § 1. En general, en los paralo-
tiene y antes se tenía? ¿No es más otros destruyen en el momento la f\a encontrado y otra se ha apren- gismos puramente verbales, la solu-
bien necesario perder tanto y tantas pregunta sosteniendo que se puede :lido, no se saben las dos, tomadas ción estará siempre en el término
cosas como son las que ya no se tie- tener lo que no se ha recibido: por ~n junto, ni de una ni de otra ma- opuesto a aquel sobre CJ.Ue recae el
nen? Así, en la pregunta se dice: lo ejemplo, que habiendo recibido buen nera. ¿Pero no se ve que aquí se razonamien.to. § 2. Por ejemplo, si
que _se tiene; y en la conclusión se vino, se puede tener vinagre, si se toma la totalidad de lo que se sabe, el paralogismo viene de la combina-
oice: tantas cosas como son las que ha adulterado mientras que se re- mientras que allá no se toma esta ción, la solución se obtendrá divi-
se tienen; porque diez expresa una cibía. totalidad? ~ 17. Un razonamiento diendo: si viene de la división, com-
cantidad. Luego si se hubiera pre- § 11. Pero, como se ha dicho análogo tiene lugar cuando se dice binando. § 3. Si viene de la prosodia
guntado desde el principio: ¿puede más arriba, todas estas discusiones que hay un tercer hombre, además aguda, la solución se obtendrá en
uno haber perdido otras tantas cosas se dirigen, no al razonamiento, sino del hombre en general y de todos la prosodia grave, y recíprocamente.
como las que no tiene después de al hombre; porque; si fuese una so- los hombres particulares; porque Si el paralogismo consiste en la ho-
haberlas tenido antes? nadie haría lución verdadera, bastaría que el in- hombre, y lo mismo sucede con monimia, la solución estará en el
esta concesión, y se concedería sólo terlocutor sostuviese lo opuesto, para todo otro término común, no expre- empleo de la palabra opuesta. Por
que se pierde tanto cuanto se tiene que no fuese posible resolver como sa la sustancia, no expresa más que ejemplo, si se llega en la conclusión
o una de las cosas que se tienen. en muchos otros casos. Por ejemplo, una cualidad o un relativo, o una a decir que el ser es animado, y el
~ 6. Lo mismo sucede si se dice, que si la solución es en parte verdadera manera de ser, o algo análogo. Lo adversario lo niega, es preciso de-
se puede dar lo que no se tiene, y en parte no lo es, respondiendo el mismo cuando se pregunta por Ca- mostrar que es animado. Si se ha di-
porque no hay una sola y única interlocutor de una manera absolu- risco y Corisco músico: ¿es la mis- cho que es inanimado, y el adversa-
taba. Pero río se ha dado Jo que no ta, hay conclusión: pero si no hay ma cosa o una cosa diferente? Por- rio ha sostenido que es animado, es
se tenía; se ha dado esta única taba, conclusión, tampoco habrá solución. que e\ uno significa una cosa, el preciso probar que es inanimado.
de 'la manera que no se la tenía; Por Jo contrario, en los casos ante- otro significa hi cosa de tal manera, § 5. Lo mismo sucede con la anfi-
porque sola y única no significa ni riores, aun habiendo una concesión de suerte que no se puede despren- bología; § 6, si a causa de la seme-
esta cosa, ni una cosa de tal géne- completa de parte del interlocutor, der esta modificación de la cosa janza de la palabra se ha formado
ro, ni tantas cosas; sino. que expre- decimos que no hay conclusión re- misma. El desprenderla no es lo que e1 paralogismo, lo opuesto será la
sa tan sólo la relación, como por gular. constituye al tercer hombre: y sí el solución. Y así, ¿puede darse lo que
ejemplo, que esta taba no existe con § 12. He aquí todavía más razo- que se concede que este término no se tiene? No se puede dar lo
otra. Es, pues, lo mismo que si se namientos de este género: ¿ha es- común expresa una sustancia; por- que no se tiene, pero se puede dar
preguntarse: ¿Se puede dar lo que crito alguien Jo que está escrito? que no es posible que sustancial- como no se tiene, por ejemplo, una
no se tiene?, si el interlocutor dice Pero está escrito que tú estás sen- mente lo que es Callias sea lo que sola taba. Lo que se sabe ¿se sabe
que no, se le podría preguntar si al- tado ahora; aserción falsa, pero que es el hombre. Por lo demás, ningu- porque se ha aprendido o encontra-
guno puede dar pronto sin tener era verdadera cuando se la escribía. na importancia tendría el decir que do? pero esto no habla con las co-
pronto, y si dice que sí, se concluye Y así, se escribía a la vez una cosa la palabra abstracta no es una sus- sas que se saben. ¿Se pisa con los
entonces que alguno puede dar lo verdadera y una falsa: porque de- tancia real, sino que es una cuali- pies lo que se anda? pero no cuan-
que no tiene. Pero es evidente que cir que un razonamiento es verda- dad; porque será siempre algo dis- do se anda, y lo mismo en todos
aquí no hay silogismo; porque dar dero o falso, o que Jo es un pensa- tinto de los individuos, será. por Jos demás paralogismos.
rápidamente no es dar tal cosa; sino miento, significa, no que tal cosa ejemplo, el hombre. Es, pues, evi-
que es dar de tal manera; y puede es, sino que la cosa es de tal ma- dente, que no es preciso conceder
darse de la manera que no se tiene, nera. Y ·la ~misma observación se que el término común, que se atri- CAPITULO 24
porque teniendo con gusto, se pue- aplica al pensamiento que al razo- buve a todos los individuos, es una
de dar con pesar. namiento. cosa especial y real: se debe con· ~ l. En cuanto a los paralogis-
~ 7. Todos los paralogismos si- § 13. Otro paralogismo: ¿lo que ceder tan sólo que expresa una cua- mos sacados del accidente, la solu-
guientes son semejantes. ¿Se puede aprende el que aprende, es lo que él lidad, una cantidad, una1 1 relación, ción es una y la misma para todos.
golpear con la mano que no se tie- aprende? Pero alguno aprende rápi- o cualquier cosa análoga. En efecto, como no se determinan
ne? ¿Se puede ver con el oio que
no se tiene? Y es que, en efecto, no
damente la lentitud. Y es que se ha
dicho, no lo que él aprende, sino
• los casos en que puede atribuirse
también a la cosa el atributo del ac-
se tiene un solo órgano. ~ 8. Se re- cómo aprende. § 14. ¿Pisa alguno cidente, y como en ciertos casos esta
suelven algunas veces estos paralo- con sus pies lo que anda? Mas él atribución es evidente y así se re-
gismos diciendo, que también se tie- anda el día entero: mas se ha dicho, conoce, y en otros, se dice que no
ne este solo ojo o cualquiera otra no aquello sobre que anda, sino el es necesaria, es preciso sostener
cosa, por más que se tengan muchos. tiempo durante el cual él anda. § 15. ' l~d en:ncia al llamado argumento siempre, extendí en do este razona-
~ 9. Otros dicen. que se ha recibido Lo mismo sucede cuando se dice que del krccr hombre {ormulado por Aris- miento a todos los casos, que esta
la cosa como se la tiene; porque este bebe una copa; no se dice lo que él tóteles para criticar la teoría platónica atribución no es necesaria, y que se
hombre no daba más que una sola bebe. sino aquello en lo que hcbe. de las ideas.
piedra; y por comiguiente, dicen § 16. También: ;,se 'ahe lo que c·C
"
364
ARISTÓTELES
el caso siguiente: lo que tú dices esta manera no es gramaticalmente parirá delante? Ninguna: sino que
no debe concederse que las catego- ambas parirán por detrás. ¿ Borcas
con verdad ¿es verdadero? Tú dices correcta. ~ 5. ¿Sabes tú esto? Pero es puro? No, porque ha matüdo al
rías, tomadas separadamente, tengan
por sí solas un sentido para los re- que esto es una piedra: luego hay esto es una piedra; Juego tú sabes mendigo y al mercader. ¿Es Evarco?
lativos. Por ejemplo, el doble no algo que es piedra. ¿O es que el una piedra. ¿O acaso debe decirse No. es Apolónidcs. Lo mismo en
significa nada sin el doble de la mi- decir piedra es decir, no un neutro, que esto no exprese lo mismo en: casi todos los demás ju,'gos de p;¡1a-
tad, bien que esto parezca todo uno. sino un masculino, no esto, sino sabes tú esto'J y en: esto es una pie- bras. Otros casos de homonimia, po,·
Y así, diez está en diez menos uno, O:stc? Luego si se pregunta: ¿lo que dra; ; que en el primer caso está lo Cl>ntrario. se escapan a los má:::
y hacer está en no hacer, y en ge- tú dices es ése?, no se hablará. ;,J en acusativo, y en el segundo en no- hjbiks: y la pr\lcba es que muchas
neral, la afirmación está en la nega- parecer, correctamente, lo mismo ouL· minativo. ~ 6. ¿Sabes tú aquello
~-
370 ARISTÓTELES REFUTACIONES SOFiSTICAS 371
J
1
TRATADOS DE LÓGICA ÍNDICE 375
49
Cap. 2. Elementos de la proposición. Los nombres simples y
Sección primera los nombres compuestos. Los nombres indetermina-
Cap. 1. Los anteprcdicamentos o términos homónimos, sinó- dos. Los casos del nombre .................... . 49
Cap. 3. El verbo y la cópula. Relaciones y funciones ..... .
nimos y parónimos ........................... . 50
Cap. 4. Expresiones predicativas (enunciaciones) y expresio-
Cap. 2. Estructura y ubicación lógica de los términos. Tér-
nes no predicativas. Sólo ele las primeras se ocupa
minos simples y compuestos. SujeJos y atributos ...
3. este tratado .......................... . 50
Cap. Función de los términos dentro de la proposición, a
Cap. 5. Formas proposicionales. Enunciaciones simples y
saber. de la función de los sujetos y atributos, de las
diferencias de las cosas heterogéneas y d..; lás de los enunciaciones complejas .................... . 51
Cap. 6. De la afirmación. De la negación. De la contradic-
géneros ~u bord i na dos ......................... .
ción ........................................ . 51
Cap. 7. Proposiciones universales, particulares, indefinidas y
s·ección segunda
singula1:cs. .Proposiciones contrarias. Proposiciones
Cap. 4. Enumeración y cjl'll1plificación de las diez cakgo- contrad1ctonas ................................ . 51
rías. La función de !u~ l ~;tcgorías ............... . 24 Cap. 8. Realidad y aparente unidad de las proposiciones .. 53
C<Jp. 5. La categoría de sustancia. Sustancias primeras y sus- Cap. 9. Proposiciones contradictorias respecto al futuro ...
24 53
tam·ias segundas ............................. . Cap. 10. La cualidad y cantidad de las proposiciones. Sus re-
C:1p. C. l .a ~atcgoría de cantidad. Cantidad discreta y canti- laciones de oposición, contradicción y subordinación
29 55
d;:d , unti;w;;. Igualdad y desigualdad . . . . . ..... Cap. 11. La interrogación dialéctica. Las proposicior.cs no
Cap. 7. La catcguría de la relación. Los correlativos v las simples. Sus especies ........ _......... .
31 57
;,u,•;mcia> Cap. 12. Las proposiciones modales. De lo posible, lo impo-
~
ÍNDICE 377
37ó TRATADOS DE LÓGICA
Pdg,
Pág.
Cap. 21. Silogismo: con una premis? absoluta (ascrtórica) y
sible, Jo contingente y lo necesario. Conceptos y es-
otra contmgente. Tercera figura .............. _ .. 95
pecies ......................... · · · · · · · · · · · · · · · 59
Cap. 13. Secuencia de las proposiciones modales. Su relación Cap. 22. Silogismos con una premisa necesaria Y otra contin-
gente. Tercera figura ......................... . 96
con la potencia y el acto ...................... . 60
Cap. 14. Las proposiciones contrarias. Consideraciones com- Cap. 23. Reducción de todos los silogismos a los silogismos de
plementarias ................................. . las tres figuras y, en definitiva, a los de la primera·
62
figura ........ · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · ....... . 97
Cap. 24. Todo silogismo válido requiere una premisa afirma-
PRIMEROS ANALITICOS tiva y otra general ......................... . 98
(DEL SILOGISMO) Cap. 25. Todo silogismo válido consta de tres términos y d~~
PREÁMBULO premisas ..................................... . 99
............................................... 65
Cap. 2b. Recursos para demostrar y refutar conclusiones 100
LIBRO 1
Sección primera: estructura del silogismo. Las figuras Sección segunda: el término medio en particular
Cap. ·l. Materia de estudio de los Analíticos. Definiciones Cap. 27. Localización del término medio en general 101
de proposición, término y silogismo. La subsumción Cap. 28. Localización del término medio atendiendo ~- j~ ·c~.n~
71
Cap. 2. Conversión de las proposiciones en general ...... . 72 tidad y cualidad de las conclusiones ..... 102
Cap. 3. Conversión de las proposiciones modales ........ . 72 Cap. 29. Localización del término medio en los silogl;~~~ ·hi~
Cap. 4. La primera figura del silogismo ................ . 73 patéticos y modales ......................... . 104
Cap. 5. La segunda figura del silogismo ............. : . . . 75 Cap. 30. Significación del silogismo en las ciencias. Cómo e~-
Cap. 6. La tercera figura del silogismo ................. . 77 contrar los principios supremos de las ciencias .. 106
Cap. 7. Conversión de los modos de la segunda y tercera Cap. 31. La dicotomía no es sucedáneo del silogismo .... : : 106
figuras a los de la primera ..................... . 79
Cap. 8. Silogismos de proposiciones modales. Ambas premi- Sección tercera: los modos en particular
sas necesarias. Primera figura ................. . 80
Cap. 9. Silogismos de proposiciones modales. Una premisa Manera de reducir los argumentos a forma silogís-
Cap. 32.
necesaria y otra absoluta (asertórica). Primera figura 81 tica en las diversas figuras. Vicios en las premisas y
Cap. 10. Silogismos de proposiciones modales.· Una premisa términos de éstas .......................... . 107
necesaria y otra absoluta (asertórica) . Segunda fi- Cap. 33. Otros vicios en relación con lo universal y lo inde~
gura ........................................ . SI terminado ............................... , .. 109
Cap. 11. Silogismos de proposiciones modales. Una premisa Cap. 34. Otros vicios en relación con lo abstracto y concre~~
necesaria y otra absoluta (asertórica) . Tercera figura 82 de los términos ......................... . 109
Cap. 12.
Cap. 13.
Corolarios de los silogismos modales precedentes .. 84 ~ap. 35. Otros vicios en relación con la expresión de los tér-
De la contingencia en general y de;Jos silogismos de minos ................................. . 110
premisas contingentes ......................... . 84 Casos gramaticales de los términos ............ .
Cap. 14. Cap. 36. 110
Silogismos con ambas premisas contingente:> ...... . 85 Diversos modos de atribución de un término ·
Cap. 15. Cap. 37. Ill
Silogismos con una premisa contingente y otra abso- Los términos duplicados . . . . . . . . . . . . . . . · · · · · ·
Cap. 38. 111
luta (asertórica). Primera figura .............. . 86 Cap. 39. Cambios de palabras relativos a los términ~~ · ·. · · ·
Cap. 16. 112
Silogismos con una premisa necesaria y otra contin-
Cap. 40. Diferencia entre propiedad y esencia de los tér~i~~~ 112
gente. Primera figura .................. : ...... . 89 Lo universal. Utilidad de las fórmulas en el análisi 5
Cap. 17. Silogismos con dos premisas contingentes. Segunda Cap. 41. 112
Cap. 42. El análisis en los silogismos compuestos . . . 113
figura ....................................... . 91 El análisis de las definiciones . . . . . . . . . . · · · · · ·
Cap. 18. Cap. 43. 113
No hay propiamente reducción en las i·n·f~;~~;~{ ·.
Silogismos con una premisa absoluta (asertórica) y
otra contingente. Segunda figura ............... . 92 Cap. 44. . , . . , . as
Cap. 19. h1potet 1cas 111 en 1as epagog1cas ......... . 113
Silogismos con una premisa necesaria y otra contin-
Cap. 4'i. Cómo y cuándo es posible convertir una fig~~~ · ~~
gente. Segunda figura . . . .................... . 93
Cap. 20. otra .......................... ·. · · .......... . 114
Silogismos con dos premisas contingentes. Tercera
Cap. 46. La verdadera forma de los juicios contradictorios . : 115
figura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . · ..... · . · · · G4
i
37R ÍNDICE
TRATADOS DE LÓGICA
379
'
244. ALVAREZ QUINTERO, Serafín y Joaquín: Amoresyamorlos. Puebla de
las mujeres. Doria Clarines. El genio alegre. Prólogo de Ofelia Garza de Del 112. BALZAC, Honorato de: Eugenio Grandet La piel de Zapa. Prólogo de Car-
Castillo. Rústica. . N$10.00 men Galindo. Rústica. . N$ 9.00
ALV AREZ QUINTERO, Hnos. (Véase: Teatro Espmiol Contemporáneo.) 314. BALZAC, Honorato de: Papá Goriot Prólogo de Rafael Solana. Versión
y notas de F. Benach. Rústica. . . . . . . . . . . . N$ 9.00
131. AMADJS DE GAlJL.A. Introducción de Arturo Souto.Rústica. N$ 12.00
157. AMICIS, Edmundo: Corazón. Diario de wz niño. Prólogo de María Elvira 442. BALZAC, Honoratode:E/ lirio me/valle. Prólogo de Jaime Torres Bode.t
Bermúdez. Rústica. . . . . . . . . . . . . . . Rústica.. 'l$ 10.00
N$ 7.50
505. AMIEL, Enrique Federico: Fragmentos de un diario intimo. Prólogo deBer- BAQUlLIDES. (Véase: PINDARO.)
nard Bouvier. Rústica. . . . . . . . . . . . . . . N$15.00 580. BAROJA, Pío: Desde la última vuelta del camüw. (Memorias). El escritor
ANACREONTE: (Véase: PJNDARO.) según él y según los críticos. Familia, infancia y juventud. Introducción de
83. ANDERSEN, Hans Christian: Cuentos. Prólogo de María Edmée Alwt- l\'éstor Luján. Rústica. 'l$ 20.00
rez. Rústica. . N$12.00
ANDREIEV. (Véase: Cuentos Rusos.) 581. BAROJ A, Pío: Desdé la última vuelta del camino. (Memorias). Final del
428. ANONIMO:Aventuras del Picara Till EulenspiegeL W!CKRAM, Jorge. siglo XIX y principios del siglo XX. Galería de tipos de la época. Rústica. . N$ 20.00
El librito del carro. Versión y prólogo de Marianne Oeste de Bopp. 582. BAROJA, Pío: Desde la última vuelta del camino. (Memorias). La intui-
Rústica . . N$10.00 ción y el estilo. Bagatelas de otoño. Rústica. N$ 20.00
432. ANONIMO: Robín Hood Introducción de Arturo Souto A Rústica.
N$ 8.00 592. BAROJ A, Pío: Las inquietudes de Slzanti Andia. Rústica. . N$ 15.00
301. AQUINO, Tomás de: Trmado de la ley. Tratado de la justicia Opúsculo so-
bre el gobierno de los prfndpes. Traducción y estudio introductivo por Carlos 335. BARREDA, Gabino: La educación positivista. Selección, estudio introduc-
Ignacio González, S. J. Rústica . . . . . . . . . . . . tivo y preámbulos por Edmundo Escobar. Rústica. N$ 12 00
N$ 25.00
317. AQUINO, Tomás de: Suma contra los gentiles. Traducción y estudio intro- 334. R4 TALLAS DE LA REVOLUCIÓN Y SUS CORRIDOS. Prólogo y preparación de Daniel
ductivo por Carlos Ignacio González, S. J. Rústica. . N$35.00 Moreno.Rústica N$ 1000
406. ARCINIEGAS, Guzmán: Biografta del Caribe. Rústica. 426. BAUDELAIRE, Carlos: Las flores del maL Diarios fntimos. Introducción
N$15.00
76. ARCIPRESTE DE HnA: !Jlrode buen amor. Versiónantigua,conprólogoy de Arturo Souto Alabarce. Rústica. N$12.00
\ersión moderna de Arnancio Bolaño e Isla. Rústica N$10.00 17. BECQUER, Gustavo Adolfo: Rimas, leyendas y narraciones. Prólogo de
67. ARISfOFANES: Las once comedias. Versión directa del~ con in traduc-
Juana de Ontañón. Rústica. N$10.00
ción de Angel María Garibay K. Rústica. N$18.00 BENAVENTE. (Véase: Teatro Español Contemporóneo)
70. ARISTOTELES: Etica Niconomaquea. Polftica. Versión española e intro-
35. BERCEO, Gonzalo de: Milflgros de Nuestra Señora Vula de Santo Domingo
ducción de Antonio Gómez Robledo. Rústica. N$15.00 de Silos. Vula de San Millón de fa Cogolla. Vuia de Santa Oria Martirio de San
120. ARISTOTELES: Metaftsica. Estudio introductivo, análisis de Jos libros
Lorenzo. Versión antigua y mo:ierna. Prólogo yversión moderna de Ama nci o
y revisión del texto por Francisco Larroyo. Rústica. . . . . . . N$10.00
124. ARISTOTELES: Tratados de lógica. (El organón). Estudio introductivo Bolaño e Isla Rústim N$ 20.00
preámbulo a los tratados y notas al texto por Francisco Larroyo. Rústica. 491. BERGSON, Henry: Introducción a la metaftsica. La Risa. La filosofía de
N$ 20.00
ARTS!BASCHEV. (Véase: Cuemos Rusos.) Bergson por Manuel García Moren te. Rústica. . N$10.00
82. ARRANGOIZ, Francisco de Paula de: México desde 1808 hasta 1867. Prólo- 590. BERGSON, Henry: Las dos fuentes de la moral y de la religión Introduc-
go de Martín Quirarte. Rústica. ción de John M. Oesterreicher. Rústica. .
N$5000 N$12.00
103. ARREO LA, Juan José: Lectura eni'OZ alta. Rústica. . N$12.00 BERL\1UDEZ, Ma. Elvira. (Véase: VERNE, Julio.)
195. ARROYO, Anita: Razón y pasión de Sor Juana. Rústica. .
431. AUSTEN, Jane: Orgullo y prejuicio. Prólogo de Sergio Pitol. Rústica. N$15.00 BESTEIRO, Julián. (Véase: HESSEN, Juan.)
N$ 10.00
327. AUTOS SACRAMENTALES. (El auto sacramental antes de Calderón.) LOAS: 500. BIBLIA DE JERUSALEN. Nueva edición totalmente revisada y aumen-
tada. Rústica N$ 55.00 Tela N$62.00
Dice el sacramento. A un pueblo. Loa del auto de acusación contra el géne-
ro humano. LO PEZ DEYANGUAS: Farsa sacramental. AN01\1MOS: Farsa sa- 380. BOCCACCIO: El Decamerón. Prólogo de Francisco Montes de Oca.
cramental de 1521. Los amores del alma con el príncipe de la luz. Farsa Rústica. '\fS 18.00
sacramental de la residencia del hombre. Auto de los hierros de Adán.Farsa 487. OOECIO, Severino: La consolación de la filosofta. prólogodeGustaveBardy.
del sacramento del entendimiento niño. SANCHEZ DE BADAJOZ: F<:irsa de la Rústica .. N$ 10.00
iglesia. TIMONEDA: Auto de la cweja perdida. Auto de la fuente de los siete 522. BOISSIER, Gastón: Cicerón y sus Amigos. Estudio de la sociedad Roma-
sacramentos. Farsa del sacramento llamada premática del pan. Auto de la fe. na del tiempo de César. Prólogo de Augusto Rostagni. Rústica. N$12.00
LOPE DE VEGA: La adúltera perdonada. La ciega. El pastor lobo y cabaña 495. BOLIVAR, Simón: Escritos polfticos. El espíritu de Bolívar por Rufino
celestial. VALDIVIELSO: El hospital de los locos. La amistad en el peligro. El Blanco y Fombona. Rústica. N$12.00
peregrino. La Serrana de Plasencia. TIRSO DE MOLINA: El colmenero BOSCAN, Juan. (Véase: VEGA: Garcilaso de la.)
divino. Los hermanos parecidos. MIRA DE AMESCUA: Pedro Tclonario. 278. BOTURINI BENADUCCI, Lorenzo: Idea de wza mu"'a historia general
Selección, introducción y notas de Ricardo Arias. Rústica . NS 16.00 de la América Septentrional. Estudio preliminar por Miguel León-Por-
293. BACON, Francisco: Instaurado MagiUL Nonon Orgamon. NutvaAI!ánáda Es- tilla. Rústica. N$20.00
tudio introductivo y análisis de las obras por Francisco Larroyo. Rústica. . N$ 12.00 119. BROI>'TE, Emily. Cumbres Borrascosas. Prólogo de Sergio Pitol. Rústica. N$ 9.00
200 BALBUENA, Be mando de: La grandeza mexicana y compmdio apologé-
420. BRONTE, C_arlota: Jane Eyre. Prólogo de Marga Sorenscn. Rrística. "l$15.00
tico en alabanza de la poesfa. Prólogo de Luis Adolfo Domínguez. Rrística. . !\'$ 10.00
53. BAI .ME.<;, Jaime L.: El criterio. Estudio preliminar de Guillemw Díaz-Plaja. 516. BULWER-I..YITDNLos1Íitimos dias de Pompcya. MocSmtia,roGalirill. Rtca. 'l$ 1200
R~~ . N$ 8.00
584. BRL"YERr;, lA Los caroctat'S. Precedidos oc los caracteres de Teofrdsto. Rrístic a. :<S 15.00
241. BAI ,MES, .Jaime L. Filosofta clmunwl Estudio preliminar por Raúl Can:lid. 441. BURCKHARDT, Jacob: La Cultura del Renacimicmo m flalia. Prólogo
Rústica.
N$ 12.00 de Wemcr Kaegi. Rústica. . NS 16 00
606. BURGOS, Fernando: Alllnlogfa del cumto hi~panoaméricano. Rústica. NS 40.00
"
104.CABALLERO, Fernán: La gaviota. La familia de Alvareda. Prólogo de 230. CICERON: Los oficios o los deberes. De la vejez. De la amistad. Prólogo
Salvador Reyes Nevares. Rústica. N$10.00
N$ 15.00 de Joaquín Antonio Peña losa. Rústica.
222. CALDERO N, Fernando: A ninguna de las tres. Eltomeo. Ana Bolma Hcr- 234. CICERON: Tratado de la República Tratado de las le;cr Catilinarias. Rrístic a. ~$12.00
man o la vuelta del cnuado. Prólogo de María Edmée Alvarez. Rústica. N$ 10.00 CID: (Véase: Poema de Mio Cid.)
41. CALDERO N DE LA BARCA, Pedro: La vida es sue~io. El alcalde de
137. CIEN MEJORES POESÍAS LÍRICAS DE LA LENGUA CASTELLANA,
Zalamea. Prólogo de Guillermo Díaz-Piaja. Rústica.
331. CALDERO N DE LA BARCA, Pedro: Autos Sacramentales: La cena del
N$ 8.00 Las. Selección y advertencia preliminar de Marcelino M~néndez Pelayo.
N$10.00
Rey Baltasar. El gran Teatro del Mundo. La hidalga del valle. Lo que va del Rústica.
29. CLAVUERO, Francisco Javier: Historia antigua de México. Edición y pró-
hombre a Dios. Los encantos de la culpa. El divino Orfeo. Sue1ios hay N$25.00
logo de Mariano Cuevas. Rústica. . . . . . . . . . . .
que verdad son. La vida es sueño. El dia mayor de los dfas. Selección, intro- 143. CLAVUERO, Francisco Javier: Historia de la Antigua o Baja Califomia PA-
ducción y notas de Ricardo Arias. Rústica. N$ 20.00 I.DU, Fr. Francisco: La vida de Fr. Junlpero Serra y Misiones de la Ca/ifomia
74. CALDERO N DE LA BARCA, Madame: La vida en México. Traducción Septentrional. Estudios preliminares de Miguel León-Portilla. Rústica N$25.00
1
y prólogo de Felipe Teixidor. Rústica. N$25.00 60. COLOMA, P. Luis: Boy. Prólogo de Joaquín Antonio Peña! osa. Rústica. . N$ 8.00
252. CAMOENS, Luis de: Los Lusiadas. Traducción, prólogo y notas de llde- ~ 91. CDlDMA,P. LuKPequáiect:l'. Jerom.in Prólogo de Joaquín Antonio Peña losa.
fonso-Manuel Gil. Rústica. .N$12.00 N$15.00'
Rústica.
329. CAMPOAMOR,Ramón de: Doloras. Poemas. Introducción de Vicente Gaos. 167. COMEN!O, Juan Amó;: Didáctica Magna. Prói<:go de GOOricl de la Mora.
Rústica. ~$18.00
N$15.00
Rústica
435. CAN OVAS DEL CASTILLO, Antonio: La campana de Hucsca Prólogo 340. COMI'E, Augusto: La filoso[fa positil'a Proemio, estudio introductivo, selec-
de Serafín Estébanez Calderón. Rústica. N$ 10.00 ción y análisis de los textos por Francisco Larroyo. Rústica. N$15.00
279. CANTAR DE ROLDAN, EL. Versión de Felipe Teixidor. Rústica. N$ 9.00 7. CORTES, Hernán: Canas de relación. Nota preliminar de Manuel Alcalá.
285. CANTAR DE LOS NIBELUNGOS, EL: Traducción al español e intro- N$12.00
Ilustraciones. Un mapa plegado. Rústica.
ducción de Marianne Oeste de Bopp. Rústica. N$ 10.00 313. CORTINA, Martín: Un rosillo inmortal. (Leyendas de los llanos). Un tla-
307. CARLYLE, Tomás: Los Héroes. El culto a los héroe.~ y lo heroico de la cuache vagabundo. Maravill~ de Altepepan (leyendas mexicanas). In
N$ 20,00
historia. Estudio preliminar de Raúl Cardiel Reyes. Rústica. N$ 8.00 traducción de Andrés Henestrosa. Rristica. .
215. CARROLL, Lewis: Alicia en el pais de la maravillas. Al otro lado del espejo. 181. CDUlA"iGES, Fuste! de: La ciudad antigua (estudio sotíre el culto, el derecho y las
instituciones de Grecia y Roma). Estudio preliminar de Daniel Moreno. Rústica. N$12.00
Ilustrado con grabados de John Tenniel. Prólogo de Sergio Pito!. Rústica. N$ 10.00
57. CASAS, Fr. Bartolomé de las: Los Indios de México y Nuel'G Espwia. 100. CRlJL,SorJuanalné:sdela: Obr~completas. Prólogo de Francisco Monterde.
1'1$ 40.00
Antología. Edición, prólogo, apéndices y notas de Edmundo O'Gom1ann; Rú.<Jica
con la colaboración de Jorge Alberto Manriq ue. Rústica. N$12.00 342. CUENIDS RUSOS: Gógol- Tu rgueñev- Oa;toicvsk.y- Tolstoi - Garín - O!éja-;-
318. CASIDAS DE AMOR PROFANO Y MÍSTICO. lb Zaydum.lbnArabi. Gooo -Andréiev- Kuprin - Artsibachev- Dimov- Tasin- Surguchov- Korolenko-
Estudio y traducción de Vicente Cantarina. Rústica Goncharov- Sholojov. Introducción de Rosa Ma. Phillips.Rú'itica . N$12.00
N$12.00
223. CASONA, Alejandro: F7or de leyendas. La sirena varada. La dama del alba. 256. CUYAS ARMENGOL, Arturo: Hace falta un muchacho. Libro de orienta-
La barca sin pescador. Prólogo de Antonio Magaña Esquive!. Rústica. ción en la vida para los adolescentes. Ilustrada por Juez. Rústica. NS 10.00
N$12.00
249. CASONA, Aleja'ndro: Otra vez el diablo. Nuestra Na tacha Prohibido suici- 382. GIA1FAUIRIAND.El [PliO del cristianismo. Introducción de Arturo Souto A.
darse en primavera. Los árboles muerm de pie. Pról. Antonio Magaña Esquive l. N$20.00
N$ 9.00 Rústica
357. CASTELAR, Emilio: Discursos. Recuerdos de Italia. Selección e introduc- 524. Cl-Ii'l.lFAUBRIAND, René: Ata/a-Rmé- El último abencerraje. Páginas auto-
ción de Arturo Souto A. Rústica. biográficas. Prólogo de Armando Rangel. Rústica. . NS 8.00
NS 10.00
372. CA~TRO, América: La realidad histórica de Espmia. Rústica. 623. CHANCER, Geoffrey: Cuentos de Canterburi. Prólogo de Raymond Las
N$ 25.00
268. ~0, Guillén de: Las mocedades del Cid P!Ó!ogo de Mana Edmée Alvare:z. Vergnas Rústica.
Rusttca.. . ;. N$ 8.00 148. CHAVEZ, Ezequiel A.: Sor Juan Inés de la Cna.. Ensayo de psicología y de es-
25. CERVANTES DE SALA?..AR, Francisco: Mélico en 1554 y Tú1m;lo Im- timación del sentido de su vida para la historia de la cultura y de la formación
N$15.00
periaL Edición, prólogo y notas de Edmundo O'Gorman. Rústica. N$12.00 de México. Rústica.
6. 411. GIEJOY,Antón: Cuentos escogidos. Prólogo de Sanmerset Maugham. Rústica. N$15.00
CERVANTES SAAVEDRA, Miguel de: El ingenioso hidalgo Don Quijote
de la Mancha. Prólogo y esquema biográfico por América Castro. Rústica. 1'1$ 20.00 454. CHElOV, Antón: Teatro: La gaviota Tfo Vania. ~tres hermanas. El jar-
9. din de los cerezos. Prólogo de Máximo Gorki. Rústica. N$ 8.00
CERVANTES SAAYEDRA, Miguel de: Novelas ejemplares. Comentario
de Sergio Femández. Rústica NS 9.00 CHElO V, Antón: (Véase: Cuentos Rusos)
98. CERVANTES SAAVEDRA, Miguel de: Entremeses. Introducción de Ar- 478. CHESIERTON, Gilbert K: Ensayos. Prólogo de Hilarie Belloc. Rústica. N$ 800
turo Souto A. Rúslica. 490. QfESTERTON, Gilbert K: Ortodoxia. El hombre eterno. Prólogo de Au-
N$ 6.00
422. CERVANTES SAA VEDRA, Miguel de: Los trabajos de PersilesySe- N$12.00
gusto Assia.Rústi.ca
gismunda. Prólogo de Maurici Serrahima. Rústica. . 1\$ 12.00 42. DARlO, Rubén: Az:ul... El salmo de la pluma. Cantos de vida y esperan-
578. CERVANII~ SAA YEDRA, Miguel de: Don Quijote de la Mancha Edi- za. Otros poemas. Edición de Antonio Oliver. Rústica. N$ 7.00
ción abreviada. Introducción de Arturo Uslar Pictri. Rústica. N$ 12.00 385. DARWIN,Caria;:E/ origm de las c1pecies. Introducción de Richard E Leakey.
20. CESAR, Cayo Julio: Comcmarios de las guerra de las Gafias. Guerra Cil·il. NS 20.00
Rústica
prólogo de Xavier Tavcra. Rústica. .\'$ 1000 377. DACDET, Alfonso: Tartarln &: Tarascón Tanarfn az losA/pes. P[)rt-Taras·
320. CETINA, Guticrre de: Obra. Introducción del Dr. D. Joaquín 1lazaiia y ~$ 12.00
eón Prólogo de Juan Antonio Guerrero. Rústica.
la Rúa. Presentación de Margarita Peña. Rústica. .\'$ 30.00
"
140. DEFOE, Daniel:APcflluras de Robinson Crusoe. Prólogo de Salvador Re- 601. DUMAS, Alejandro: Mil y un fantasmas. Traducción de Luisa
yes Nevares. Rústica. Sofovich. Rústica. N$13.00
N$ 10.00
154. DELGADO, Rafael: La calandria. Prólogo de Salvador Cruz. Rústica. 349. DUMAS, Alejandro (hijo): La dama de las Camelias. Introducción de
N$10.00 N$ 8.00
280. DEM:OSIENEs:Discursos. Estudio preliminar del Francisco Montes de Oca. Arturo Souto A. Rústica.
Rústica . 309. EC.A DE QUEIROZ: El misterio de la carretera de Cintra. La ih1stre casa
N$15.00
177. DESCARTES: Discurso del método. Meditaciones metaftsicas. Reglru-para la de Ramfrez. Prólogo de Monserrat Alfau. Rústica. . N$15.00
dirección del espfritu de la filosofta. Estudio introductivo, análisis de las obras y 444. ECKERMANN: Conversaciones con Goethe. Introducción de Rudolf K.
notas al texto por Francisco Larroyo. Rústica. Goldschmit-Jentner. Rústica. . N$ 20.00
N$ 6.00
604. DIAZ COVARRUBIAS, Juan: Gil Gómez el Insurgoue o In hija del médico. 596. EMERSON, Ralph Waldo: Ensayos. Prólogo de Edward Tinker. Rústica. N$12.00
Apuntes biográfiros de Antonio Canión.Los mártires de Tacubaya por Juan 283. EPICIETO: Manual y mátimas. MARCO AUREUO: Soliloquios. Estu-
A Mateas e Ignacio M. Altamirano. R1ística. dio preliminar de Francisco Montes de Oca. Rústica. N$10.00
N$18.00
5. DIAZ DEL CASTILLO, Berna!: Historia verdadera de la conquista de la 99. ERCILLA, Alonso de: La Araucana. Pról. de Ofelia Garza de Del
Nue1•a España. Introducción y notas de Joaquín Ramírez Cabañas. Con un Castillo. Rústica. N$ 20.00
mapa. Rústica.
N$ 25.00 ESOPO: (Véase: Fábulas.)
127. DICKENS, Carlos: Dm·id Copperjield Introducción de Sergio Pitoi.Rtística. 233. ESPINEL, VKIDte: Vída de Marcos Obregón. PróiCJ!PdeluanPérczde Guzmán.
NS 15.00
310. DICKENS, Carlos: Canción de Navidad El grillo dd IW!Jff. Historia de dos ciu- Rústica N$10.00
dndcs. Estudio preliminar de María Edmée Alvarez. Rústica. . 202. ESPRONCEDA, José de: Obras poéticas. El pe/ayo, Poesfas !frie as. El es-
N$10.00
362. DICKENS, Carlos: O!il'er Twist. Prólogo de Rafael Solana. Rúslica. tudiante de Salamanca. El diablo mundo. Prólogo de Juana de Ontañón.
N$ 12.00
DIMOV. (Véase: Cuentos Rusos) Rústica. . N$ 10.00
28. DON JUAN MANUEL: El Conde Lucanor. Versión antigua y moderna 11. ESQUILO: Las siete tragedias. Versión directa del griego, con una intro-
e introducción de Amando Bolaño e Isla. Rústica. . ducción de Angel María Garibay K Rústica. N$ 7.00
N$10.00
84. DOSTOIEVSKI, Fedor M.: El Prfncipe idiota. El sepulcro de los vivos. 24. EURIPIDES: Las diecinueve tragedias. Versión directa del griego, con una
Nota preliminar de Rosa Maria Phillips. Rústica. introducción de Angel María Garibay K. Rústica. N$17.00
N$10.00
106. DOSTOIEVSKI, Fedor M.: Los lzennanos Karamazov. Prólogo de Rosa 602. EVANGELIOS APÓCRIFOS. Introducción de Danid Rops. Rústica. N$.15.00
María Phillips. Rústica. 16. FÁBULAS. (Pensador mexicano, Rosas Moreno; La Fontaine, Samaniego
N$ 25.00 N$15.00
108. DOSTOIEVSKI, Fedor M.: Crimen y castigo. Introducción de Rosa Iriarte, Esopo, Fedro, etc.). Selección y notas de María de Pina. Rústica
María Phillips. Rústica. FEDRO. (Véase: Fábulas).
N$20.00
259. DOSTOIEVSKI, Fedor M.: Las noches blancas. El jugador. Un ladrón 593. FEIJOO, Benito Jerónimo: Obras escogidns. Introducción de Arturo
honrado. Prólogo de Rosa Maria Phillips. Rústica. . Souto A. Rústica. N$ 20.00
N$ 6.00
DOSTOIEVSKI, Fedor M.: (Véase: Cuentos RliSos) 387. FENEIDNAventuras de Telémaco. Introducción de Jeanne Renée
341. DOY LE, Conan Arthur: Aventuras de Sherlock Hobnes: Un crimen extra- Bécker. Rústica. N$12.00
ño. El intérprete griego. Triunfos de Sherlock Holmes: Los tres estudiantes. 503. FERNANDEZDEAVEllANEDA,Alonso: El ingenioso hidalgo Don Quijo-
El mendigo de la cicatriz. KKK La muerte del coronel. Un protector origi- te de la Mancha. Que contiene su tercera salida y que es la quinta parte
nal. El novio de Miss Sutherland. Las aventuras de una ciclista. El misterio de sus <m:nturas. Prólogo de Marcelino Menéndez Pela)Q. Rústica. . N$15.00
de Boscombe. Poiiciá fina. El casado sin mujer. La diadema de Berilos. El car-
bunclo azul. "Silver Blaze". Un empleado extraño. El ritual de los M usgrave. 1. FERNANDEZ DE LIZARDI, José Joaquín: El periquillo samieto. Pró-
El Gbria Scxxt. El dxumento robado. Prólogo de Marn EMra Bennúdez.Rústica logo de J. Rea Spell. Rústica.
N$12.00
343. DOYLE, Conan Arthur:Avcnturas de Sherlock Hobnes: El perro de Basker- 71. FERNANDEZ DE LIZARDI, José Joaquín: La Quijotita y su prima. In-
ville. La marca de los cuatro. El pulgar del ingeniero. La banda moteada. Nue- troducción de María del Carmen Ruiz Castañeda. Rústica. N$12.00
vos triunfos de Sherlock Holmes: El ingenio de Napoleón. El campeón de 173. FERNANDEZ DE MORATIN, Leandro: El sf de las niñas. La comedia
Foot-Ball. El cordón de la campanilla. Los Cunningham. La!; dos manchas nueva o el café. La derrota de los pedantes. Lección poética. Próbgo de
de sangre. Rústica. Manuel de Ezcurdia. Rústica. . . . . . . . . . . . . N$ 7.00
N$12.00 521. FERNANDEZ DE NAVARRETE, Martín: Viajes de Colón Rústica. N$ 20.00
345. DOY LE, Conan Arthur: Aventuras de Sherlock Holmes: La resurrección
de Sherlock Holmes: Nuevas y últimas aventuras de Sherlock Holmes: La 211. FERRO GAY, Federico: Breve historia de la literatura italiana. Rústica. N$ 25.00
caja de laca. El embudo de cuero, etc. Rústica. 512. FEVAL, Paul: El jorobado o Enrique de Lagardcre. Rústicá. N$12.00
N$ 12.00
73. DUMAS, Alejandro: Los tres mosqueteros. Prólogo de Salvador Reyes FILOSTRATO. (Véase: LAERCIO, Diógenes)
Nevares. Rústica. 352. FLAUI3ERT, Gustavo: M a dome Bovary. Costumbres de provincia. Pró-
N$ 12.00 N$ 8.00
75. DUMAS, Alejandro: Veinte mios después. Rústica. logo de José Arenas. Rústica. .
N$12.00
346. DUMAS, Alejandro: El Conde de Mame-Cristo. Prólogo de \1auricio 375. FRANCE, Ana tole: El crimen de un académico. La azucena roja. Tais.
González de la Garza. Rústica. Prólogo de Rafael Solana. Rústica. N$15.00
N$ 30.00
364-365. DUMAS, Alejandro: El Vizconde de Bragclone. 2 Tomos. Rústica. 399. FRANCE, Ana tole: Los dioses tienen sed La rebelión de losángdes. Pró-
N$ 60.00 N$15.00
407. DUMAS, Alejandro: El paje del Duque de Sabaya. Rústica. logo de Pierre Josserand. Rústica.
N$12.00
415. DUMAS, Alejandro: Los cuarenta y cinco. Rústica. FRANCE, Anatole: (Véase: Rabelais)
!\$ 15.00
452. DUMAS, Alejandro: La dama de Monsorcau. Rús1ica. 391. FRANKLIN, Benjamín: Autobiograffa y otros e.1·critos. Prólogo de Arturo
N$!5.00 Uslar Pietri. Rústica. N$12.00
502. DUMAS, Alejandro: l,a Reina Margarita. Rústica.
N$1200 92. FRIAS, Heriberto: Tomóchic. Prólogo y nota~ de James W. Brown. Rú.ltica N$ 8.00
50<1. DUMAS, Alejandro: La mano del muerto. Rúscica
N$ 12.00
•
494. FRIAS. Heriberto: Leyendas históricas mc.xicanas y otros re/mas. Prólogo 315. G RACIAN, Baltasar: El discreto. El cridcón El héroe. Introduet:ión d I
, R, · e sabe!
de Antonio Saborit. Rústica. N$12.00 CTaran. usuca. . . . . . . . . . _ . . .
N$10.00
534. HUAS, Heriberto: Episodios militares mo.icanos. Principales campañas, joma- 121. Grinun, aiCIUOS de. Prólogo y selección de María Edmée Alvarcz · R·~ · . -
~SIIC;:¡
N$10.00
das, batallas, combates y actos heroicos que ilustran la historia del ejército na- GUILLEN DE NICOLAU, Palma. (Véase: MISTRAL, Gabriela.) . .
cional desde la Independencia hasta el triunfo defmitivo de la república.Rúsdca. N$ 15.00 169. GUIRALDES, Ricardo:Don.~egWufosombra. Prólogo de Mana Ed "
608. FURMANOV, Dimitri. Chapa~!'.·. Prólogo de Dionisia Rosales Rústica . N$ 25.00 rez. Rústica. mee Alvd-
N$ 7.00
354. GABRIEL Y GALAN, José Mana: Obras completas. Introducción de Arturo GUITTON, Jean. (Véase: SERTILANGES, A. D.)
So u to Alabarce. Rústica. N$18.00 19. GUTIERREZNAJERA,Manuel: Cuentosycuaresmasdel Duq 11 J 0 b
311. GALVAN, Manuel de J.: Enriquillo. Leyenda histórica dominicana Cuentos frá¡jles. Cuentos de color de hwrto. Primeros cuentos. VZLi!nos e •
, , d 1 Ed' . , . od ., d F cumws
(1503-1533). Con un estudio de Concha Meléndez. Rústica. N$ 12.00 Prologo~ c~pltulo e nove as. ICIOn e mtr ucc1on e ranciscu Mon~
305. GAlLEGOS, Rómulo: Dofia Bárbara. Prólogo de Ignacio Díaz Ruiz. Rústica. N$ 9.00 terde. Rusuea.
N$ 15.00
368. GAMIO, Manuel. Forjaru:W patria. Prólogo de Justino Femández. Rúsdca. N$15.00 438. GUZMAN, Martín Luis: Memorias de Pancho Vi/la. Rústica
508. HAGG~, He~~ Rider: Las minas del Rey SalonuJn lntroduccÍó11 ¡¡~
N$ 35.00
251. GAROALORCA,R!dericalihro de poemas. Poema del Cante fondo. Roman- AJicn ·
cero Gitano. Poeta en Nueva York. Odas. Llanto por Sánchez Mejfas. Quatermam. Rústica. . . . , . . . . . . . .
N$ 12.()()
Bodas de Sangre. Yerma. Prólogo de Salvador Novo. Rústica. N$12.00 396. HAMSUN, Knut: Hambre-Pan. Pi-ólogo de Antonio Espina. Rústica
N$ 10.00
255. GARCIA LORCA; Federico: Mariana Pineda. La zapatera prodigiosa. Asf 484. HEBREO, Lt:OO:Diálogos de Amor. Traducción de Garcilaso de la y E
que pasen cien años. Dofia Rosita la soltera. La casa de Bernarda Alba. Inca. Rústica. . . . . . . ega, 1
N$ 15.00
Primeras canciones. Canciones. Prólogo de Salvador Novo. Rústica. . N$12.00 187. HEGEL: Enciclopedia de las ciencias filosóficas. Estudio illtr~<lu- . ·
164. GARCIA MORENIE, Manuel: Lecciones preliminares de jilosofta Rústica. N$12.00 '· · de l a o b ra por F ranClsco
anahs1s · La rroyo. R' ·
usuca. . . . <:'llvoy
621. GARCIA M O RENTE, Manuel: Estudios y ellSayos. Prólogo de Luis 429. HEINE, Enrique: Libro de los cantares. Prosa escogida. Prólo~o d · 1 M N$2000
Aguirre Pardo. Rústica N$20.00 celino Menéndez Pelayo. Rústica. . . . . . . . e ar-
N$10.00
GARCILASO DE LA VEGA (Véase: VEGA, Garcilaso de la.) 599. HEINJ?, ~nrique:Alemanüz. Cuadros de viaje. Prólogo de Maxm~e M~
22. GARIBAY K, Angel María: Panoranwliterario de los pueblos nahuas. Rústica. N$ 10.00 dre. Rusuca. . . . . . . . . . . . . .. . .
N$ !5.00
31. GAIUBA Y K., Angel María: Mitologfa griega. Dioses y héroes. Rústica. N$12.00 HENRIQUEZ UREÑA, Pedro. (Véase: URBINA, Luis G.)
GAIUN. (Véase: Cuemos Rusos) 271. HEREDIA,_ José María: Poesfas completas. Estudio preliminar de Raimun _
373. GAY, José Antonio: Historia de Oamca. Prólogo de Pedro Vázquez C'-01- do Lazo. Rustica. . . . . . . . . . . . .
N$ 10.00
menares. Rústica. N$ 25.00 216. HERNANDEl,Ja;é:Manfn Fierro. Ensayo preliminar por Rain1un~o ~ 0·
433. GIL Y CARRASCO, Enrique: El sctlor de Bembibre. El lago de Carucedo. Rústica. _ . . . . . . . . . . . . . . --
N$ 6.00
Arrfculos de costumbres. Prólogo de Arturo Souto A. Rústica. N$12.00 176. HERODOTO: Los nueve libros de la historia. lntroduccJón de Edm el
21. GOETI-IE,.J.W~ Fausto. Werther. Introducción de Francisco Montes de Oca. O'Gorman. Rústica. . . . . . . . . . . t.m o
Rústica. NS 10.00 323. HERRERA YREISSIG,Julio: Poesfas. Introducción de Ana Victo~a 011·d · M .\f$ 20.00
400. GOETHE, J. W.:-De mi vida- poesfa y verdad. Prólogo de Ernst Robert Rústica. . _ . _ . . . . . . . . . . . ada.
N$10.00
Curtius. Rústica. N$30.00 206. HESIODO: Teogonla. Los trabajos y los dias. El escudo de Herac[~s Ú 'l: ·
132. GOGOL, Nikolai V.: Las abnas muertas. La tercera orden de San ~'1adi- de Bión. Idilios de Mosco. Himnos órjic~s. Prólogo de Manuel Víllat~. ~:
NS 10.00
miro. (Fragmentos de comedia inconclusa). Prólogo de Rosa María 607. HESSE, Hermann. El Lobo Esteparw. Relatos Autobiográficos p . 1
Phillips. Rústica. N$12.00 de F. Martini. Rústica . . . . _ . . . . . · m ogü
N$16.00
457. GOGOL, Nikolai V .. : Taras Bulba. Relatos de Mirgorod. Prólogo de Emilia 351. HESSEN, Juan: TeOIÚI dd conocimientos. MESSER, Augusto: ReaÚsmo crf · ·
Pardo Bazán. Traducción de Irene Tchemowa. Rústica.
GOGOL, Nikolai V. (Véase: Cuentos Rusos)
N$12.00 BESTEIRO, Julian: Los juicios sintéticos "a priori". Preliminar y est 10 :ca.
introductivo por Francisco Larroyo. Rústica. . . ll
N$ 8.00
461. GOMEZROBLEDO, Antonio: Elnwgisterio filosóficoyjwiilicÓ de Alonso 156. HOFFMAN, E. T. G.: Cuentos. Prólogo de Rosa María Phillips. Rúst
. , Es p· 1ca. N$15.00
de la Veracruz Con una antología de textos. Rústica. N$10.00 2. HJMERO:l.a flfa d a. Traduc. de Lu IS Sega la y talella. rol. de Al foil ll'~
GONCHAROV. (Véase: Cuentos Rusos) Rústica. . . . . . . . . . . . . . . . so ·-,'ES. N.$ 7.00
262. GONG ORA: Poesfas. Romances. Letrillas. Redondillas. Décimas. Sonetos 4. HOMERO: La Odisea. Traducción de Luis Scgalá y Esta! ella. Pról~<> ·d ·
atribuidos. Soledades. Polifemo y Gala tea. Panegírico. Poesías sueltas. Pró- Manuel Alcalá. Rústica. ,p e
!\'$ 7.00
lago de Anita Arroyo. Rústica. N$12.00 240. HORAOO: Odas y épodos. Sátiras. E pistolas. Arte poética. &tu dio. .
GONZALEZ O BREGO N, Luis: Las calles de México. Leyendas y suce- · · M d O R' · pre 1l-
568. mmar de Franc1sco antes e ca. ust1ca. . . . . .
N.ll !5.00
didos. Vida y costumbres de otros tiempos. Prólogo de Carlos G. Peña y 77. HUGO, Víctor: Los miserables. Nota preliminar de Javier Peñal~.Rúsci~a
Luis G. Urbina. Rústica. '\CS 30 00
N$15.00 294. HUGO, Víctor: Nuestra Sefwra de Parfs. Introducción de ArturoSoutoA
44. GONZALEZPEÑA, Carlos: Historia de la literatura mexicana. (Desde los Rústica.
orígenes hasta nuestros días). Rústica. NS 12.00
N$ 15.00 586. HUGO, Víctor: Nrwcnta y tres. Prólogo de Maree! Aymé. Rúuica_
N$ 15..00
254. GORKI. Máximo: Lil madre. Mis confesiones. Prólogo de Rosa María Phi llips. 274. HUGON, Eduardo: Las veinticuatro tesis tomistas. Incluye. aden¡ás· E .·
Rústica. N$ 9.00 clica Aetemi Patris,de León XIII. Motu Propio DoctorisAn¡,'Clici,d~ 0fl~
Pí
397. GORKL Máxima Mi infancia, Por el mundo. Mis wl/¡•crsidadt,s. Prólogo de Motu Propio non multo post, de 13enedicto XV. Enádica Studionm1Duce 11
M are Slonim. R1L\1ica N$ 20.00 de Pío XI. Análisis de la obra precedida de un estudio sobre losorigcr:
118. GOYIDR1UASAN1DS,Jcsús:Pmvdtu Premio "Ianz Duret" 1944. Rú<Jicu N$ 15.00 y desenvolvimiento de la Ncocscolástica, por Francisco Larr~o. Rrísri~:.
1\'S 1200
•
IIUIZINGA, Johan. (Véase: R01'TERDAM, Erasmo de) 30. KEMPIS, Tomás de: Imitación de Cristo. Introducción de Fnmc:isco Mon-
39. HUMBOLDT, Alejandro de: Ensayo polftico sobre el reino de la Nueva tes de Oca. Rústica. N$ 10.00
España. Estudio preliminar, cotejos, notas y anexos de Juan A. Ortega y Medina. 204. KIPLING, Rudyard: El libro de las tierras virgerres. lntroduc:ión de Artu-
Rústica. N$ 40.00 ro Souto Alabarce. Rústica. N$ 12.00
326. HUME, David: Tratado de la naturaleza humana. Ensayo para introducir 545. KOROLENKO, Vladirnir G.: El sueño de Makar. Mala¡compañias.
el método del razonamiento humano en los asuntos morales. Estudio intro- El clamor del bosque. El músico ciego y otros relatos. lntrOducdón por A.
ductivo y análisis de la obra por Francisco l.arroyo. Rústica. N$ 16.00 Jrabrovitski. Rústica. . . . N$ 10.00
KOROLENKO: (Véase: Cuentos Rusos.) ·
587. 1-IUXIEY, Aldous: Un mundo feliz. Retomo a tul tmmdo feliz. Prólogo de 598. KUPRIN, Alejandro: El desafio. Introducción de Ettore lo <iatto.Rústica. N$15.00
Theodor W. Adorno. Rústica. N$ 10.00 KUPRIN: (Vease: Cuemos Rusos.)
78. IBARGÜENGOITIA, Antonio: Filoso!fa mexicana. En sus hombres 427. LAEROO, Diógenes: Vidas de los filósofos más ilustreS. ~lR"'-TO: Vidas
y en sus textos. Rústica. N$ 15.00 d e los sofistas. Traducciones y prólogos de José Ortiz y San¡ y José M.
348. IBARGÜENGOffiA CHICO,- Antonio: Suma filosófica me~icana. (Re- Riaño. Rústica. . N$ 20.00
sumen de historia de la filosofía en México).Rústica. N$10.00 LAERCIO, Diófenes. (Véase: LUCRECIO CARO, Tito.)
303. IBSEN, Enrique: Peer Gynt. Casa de muñecas. Espectros. Un enemigo del LAFONTAINE. (Véase: Fábulas.)
pueblo. El pato silvestre. Juan Gabriel Borkman. Versión y prólogo de Ana • 520. LAFRAGUA, José María y OROZCO Y BERRA, Manuel: La ciudad
Victoria Mondada. Rústica. · N$ 10.00 de México. Prólogo de Ernesto de la Torre Villar. C0n la COI¡!Joración de
47. IGLESIAS, José María: Revistas históricas sobre la intervención fran- Ramiro Navarro de Anda. Rústica. N$ 25.00
cesa en México. Introducción e índice de materias de Martín Quirarte. Rústica. N$40.00 155. LAGERLOFF, Selrna: El nuJraviUoso <iaje de Ni/s Holgersson. lnlroducción
63. INCLAN, Luis G.: Asatcia. El jefe de los hemumos de la hoja o los charros de Palma Guillén de Nicolau. Rústica. . . N$ 12.00
contrabandistas de la rama. Prólogo de Salvador Novo. Rústica. N$20.00 549. LAGERLOFF, Selma: El carretero de la muene. El esclm•o fe ru finca y
207. INDIA LITERARÍA, LA. Mahabarata. Bagavad Gita. Los vedas. Leyes de otras narraciones. Prólogo de Agustín Loera y Chávez. Rúst¡ca. N$ 15.00
Manú.Poesía. Teatro. Cuentos. Apólogos y lc)"'ndas. Antología, introducciones histó- 272. LAMARTINE,Aifonso de: Graziella. Rafael. Estudio prelinü~ar de Da-
ricas, notas y un vocabulario de hinduísmo por Teresa E. Rohde. Rústica. . N$ 12.00 niel Moreno. Rústica. N$ 10.00
270. INGENIEROS, José: El hombre mediocre. Introducción de Raúl Carran- 93. LARRA, Mariano José de "Fígaro':Aniculos. Prólogo de J u a~ a <:le Onta-
cá y Rivas. Rústica. . N$10.00 ñón. Rústica. N$ 20.00
IRIARTE. (Véase: Fábulas.) 459. LARRA, Mariano José de: El doncel de Don EnrU¡ue. El dolitruc. Macias.
79. IRVING, Washington: Cuentos de la Al/zambra. Introducción de Ofclia Prólogo de Arturo Souw A. Rústica. N$ 12.00
Garza de Del Castillo. Rústica. N$12.00 333. LARROYO, Francisco: La filoso/fa Iberoamericana Historia, fmnas, ternas.
46. ISAACS, Jorge: Maria. Introducción de Daniel Moreno. Rústica. N$ 8.00 Polémica. Realizaciones. Rústica. . . N$ 20.00
245. JENOFONIE:La expedición de los diez mil. Recuerdos de Sócrates. El ban- 34. LAZARILLO DE TORMES, EL (Autor desconocido): Vida del buscan
quete Apologfa de Sócrates. Estudio preliminar de Francisco Montes de Don Pablos, de FRANOSCO DE QUEVEDO. Estudio prelimi1a r de ambas ol:tms
Oca. Rústica. N$12.00 por Guillern10 Díaz-Plaja. Rústica. N$ 6.00
66. JIMENEZ, Juan Ramón:Piatero y yo. Trescientos poemas (1903-1953). 38. LAZO, Raimundo: Historia de la literatura hispanoamericam. El perio-
Rústica. N$ 7.00 do colonial (1492-1780). Rústica. N$ 15.00
374. JOSEFD,Flavio: La gr.terra de Jos judios. Prólogo de Salvador Marichalar. 65. LAZO, Rairnundo: Historia de la literatura hispanoamcricam. El siglo
Rústica. N$ 18.00 XIX (1780-1914). Rústica. . N$ 12.00
448. JOVELLANOS, Gaspar Melchor de: Obras históricas. Sobre la legisla- 179. LAZO, Raimundo: La novela Andina. (Pasado y futuro. Ali:idcr Arguedas,
ción y la historia. Discursos sobre la geografía y la historia. Sobre los es- César Vallejo, Ciro Alegria, Jorge !caza, José Morfa Arguedas.Prcvisible
pectáculos y diversiones públicas. Descripción del Castillo de Bellvcr. Discipli- misión de Vargas Llosa y los futuros narradores). Rústica. . . N$ 12.00
na eclesiástica sobre sepulturas. Edición y notas de Bviro Mart:(nez. Rústica. N$ 10.00 184. LAZO, Rairnundo: El romanticismo. (Lo romántico en la lírica ~is;xmoameri-
23. JOYAS DE LA AMISTAD ENGARZADAS EN UNA ANFOLCXJÍA. Se- cana, del siglo XVI a 1970). Rústica. .\'$ 20.00
lección y nota prelimi-nar de Salvador Novo. Rústica. N$ 10.00 226. LAZO, Rairnundo: Gertrudis Gómez de Avellaneda. La mujerv la poesía
390. JO YCE, James: Retrato del artista adolescente. Geme de Dublin. Prólo- llrica. Rústica. N$ 10.00
go de Antonio Marichalar. Rústica. N$15.00 Lectura m mz alta. (Véase: ARREO LA, Juan José.)
467. K~FKA, Franz: La mcramotjosis. El proceso. Prólogo de :\filan Kundera.
321. LEIBNIZ, Godofredo G.: Discurso de metaftsica. Sistema de larw ntraleza.
Rusuca. . . . . . . . . . . . . . . . . . . N$ 9.00 Nuevo tratado sobre el entendimimto humano. Monadologfa.Principios
486. K.AfKA, Franz: El castillo. La condma. La gran Muralla China. Introduc-
ción de Theodor W. Adorno. Rústica. N$ 12.00 sobre la naturaleza y la gracia. Estudio introductivo y análisis de [as obras
203. KANT, Manuel: Critica de la razón pura. Estudio introductivo y análisis por Francisco !..arroyo. Rústica. "f$ 25.00
de la obra por Francisco Larroyo. RúsLica. N$ 20.00 145. LEON, fray Luis de: La perfecta casada. Cantar de los Catlla¡¡:s Pofsfas
212. KANT, Manuel: Fundamemación de la mctaftsica de !as cosutmbrcs. Criti- originales. Introducción y notas de Joaquín Antonio Peñalosa.Rll.úca. N$ 10.00
ca de la razón práctica. La paz papelito. Estudio introduclivo y análisis de 247. LE SAGE: Gil Bias de Santillana. Traducción y prólogo de FraJCiscoJosé
las obras por Francisco !..arroyo. Rústica. N$ 15.00 de Isla. Y un estudio de Saint-Beuve. Rústica. :V$ 25.00
246. KANT, Manuel: Prolegómenos a wtlo mccaffsica del¡xm'Cilir. Obscrvacio· 48. LIBRO DE LOS SALMOS. Versión directa del hebreo Y conertarios de
nes sobre el sentimielllo de lo bello y lo sublime. Crftica del juicio. Estudio José Gonzálcz Brown. Rústica. N$ 20.00
preliminar de las obras por Francisco l "'noyo. Rústica. N$15.00
304. UVIO, Tito: Historia Ronuma. Prüncra década Estudio preliminar de Fmn- 565. MAUGIIAM W.,Somer.;et:Co.11nopolilru. La misccláneadcsiem¡n. Estudio
cisco Montes de Oca. Rústica. N$ 15.00 sobre el cuento corto de W. Somerset Maugham. Rústica. N$ 12.00
276. WNDON,Jock:EIIobo dt' mar. El maica110. lnt:n::ducciáldcArturoSry.¡toA Rústica. N$12.00 410. MAUPASSANT, Guy de: Bola de sebo. Mademoiscllc fifi. Las hemumas
277. LONDON, Jack: El llamado de la selva. Colmillo blanco. Rústica. N$ 12.00 Rondoli. Rústica. N$ 9.000
284. LONGO: Dajilisy Clac. APULEYO: El asno de oro. Estudio preliminar 423. MAUPASSANT, Guyde:La becada. Claror de luna. MissHan-ieL lntrcxluc-
de Francisco Montes de Oca. Rústica. N$12.00 ción de Dana Lee Thomas.Rústica. N$ 12.00
12. LOPE DE VEGA Y CARPIO, Félix: Fuentem•ejuna. Peribáñez y el comen- 506. MELVILLE, Herman: Moby Die k o la ballena blanca. Prólogo de W.
dndor de ocaña. El mejor alcalde, el Rey. El caballero de Olmedo. Biogra- Somerset Maugham.Rzística. N$12.00
fía y presentación de las obras por J. M. Lope Blanch. Rústica. N$ 12.00 336. MENENDEZ, Miguel Angel: Nayar. (Noi'Cla) Ilustró Cadena M. Rzíslica N$ 20.00
566. lDPEZ DE GOMARA, Francisco: Historia de la conquista de México. Es- 370. MENENDEZ PELA YO, Marcelino: Historia de los heterOt::!Qws ("Spaiio/es.
tudio preliminar de Juan Miralles Ostos. Rústica. N$ 20.00 Erasmistas y protestantes. Sectas mfsticas. Judaizantes Y l'710riscos. Artes
LOPE DE VEGA. (Véase: Autos Sacramentales.) mágicas. Prólogo de Arturo Farinelli. Rústica. :'-J$ 30.00
LO PEZ DE Y ANGUAS. (Véase: Autos Sacramentales.) 389. MENENDEZPHAYO, Marcelino: Historia de los heterodoxo¡; espq1ioles.
298. LOPEZ-PORTILLO Y ROJAS, José: Fuertes y débiles. Prólogo de Ramiro Regalismo y enciclopedia. Los afrancesados y las Cortes de C4diz. Reinados
Villaseñor y ViHaseñor. Rústica. N$10.00 de Fernando VII e Isabel//. Krausismo)' apologistas católicos_ Prólogo de
LOPEZ RUBIO: (Véase: Teatro Español Contemporáneo) Arturo Farinelli. Rústica. N$ 30.00
574. LO PEZ SOLER, Ramón: Los bandos de Castilla. El caballero del Cisne. 405. MENENDEZ PELAYO, Marcelino: Historia de los hetcroilo~-o~ espmioks.
Prólogo de Ramón López Soler. Rústica. N$12.00 Epocas romana y visigoda. Prisciliani.suw y adopcionismo. M o:árabes coulo-
beses. Pantefsmo scmitico. AlbigeiiScsy t•aldemes. Ama/do de 1/iial!ova. &i-
- 218. LO PEZ Y FUENTES, Gregorio: El indio. Nm•elo mexicana. Prólogo de
Antonio Margaña Esquive!. Rústica.
1mmdo Lulio. Herejes en elsirfo XV. Advertencia y discurso preliminar de M a.r.
N$10.00
ce lino Menéndez Pe layo. Rústica NS 30.00
297. LOTI, Pierre: Las descncamadns. Introducción de Rafael Solana. Rústica. N$10.00
475. MENENDEZ PElAYO, Marcelino: Historia de las ideas estéticas m Espa-
LUCA DE TENA. (Véase: Teatro Español Comcmporáneo.)
iw. La ideas estéticas entre los antiguos griegos y latinos. Desarrollo de las
485. LUCRECIO CARO, Tito: De In naturaleza lAERCIO, Diógenes: Epicuro.
ideas estéticas hasta fines del siglo XVII. Rústica. )\$35.00
Prólogo de Cocetto Marchessi. Rústica. N$15.00
482. MENENDEZPEIAYO, Marcelino: Historia de las ideas est&icas m E~paiia
353. LUMMIS, Carlos F.: Los exploradores españoles del Siglo XVI Prólogo de Reseña histórica del desarroUo de las doctrinas estéticas durante el sigloXVID.
Rafael Altamira. Rústica. N$ 10.00 Rústica. :-.:s 3o.oo
595. LLUL, Ramón: Blanqucrna. El doctor iluminado por Ramón Ximu. Rica. N$15.00 483. MEl\'ENDEZPELAYO, Marcelino: Historia de las ideas estéticllS en E~-
324. MAElERLINCK, Maurice:E/ pájaro azul. Intrcxlucción de Teresa del Conde. paña. Desarrollo de las doctrinas estéticas durante el siglo XIX &!stica. N$ 40.00
Rústica. N$ 8.00 MESSER, Augusto: (Véase: HESSEN, Juan.)
178. MANZONI, Alejandro: Los novios. (Historia mifancsa del siglo XVIJ/). MIHURA: (Véase: Teatro Espariol Colltcmporánco.)
Con un estudio de Federico Baráibar. Rústica. N$15.00
18. MIL Y UN SONETOS MEXICANOS. Selección y nota prelimin<~rde Saki:lor
152. MAQUIA VELO, Nicolás: El prtncipc. Preccdio de Nicolás Maquim·e!o Novo. Rústica
en su quinto centenario por Antonio Gómez Robledo. Rústica. N$ 6.00 NS 15.00
136. MIL Y UNA NOCHES, Las. Prólogo de Teresa E. de RhOde.Ritstíca. N$ 15.00
MARCO AURELIO: ~Véase: EPICfETO)
192. MARMOL, José: Ama ia. Prólogo de Juan Carlos Ghiano. Rústica. N$ 20.00 194. MILTON, John: Elparaíso perdido. PrélogüdeJoaquín AntonioPeñaJosa. Rilsúca. N5800
367. MARQUEZSIERLING, Carlos: José Martf Síntesis de una vida extraor- MIRA DE AMEZCUA: (Véase: Autos Sacramcmalcs.)
dinaria. Rústica. N$ 15.00 109. MIRO, Gabriel: Figuras de la pasión del señor. Nuestro Padre Sat1 fu1id
MARQUINA (Véase: Teatro Español Contemporáneo.) Prólogo de Juana de Ontañón. Rústica. i\$ 15.00
141. MARTI, José: Hombre apostólico y escritor. Sus mejores páginas. Estudio, 68. MISTRAL, Gabriela: Lecturas para mujeres. Gabriela Mistral (1922-1924)
notas y selección de textos, por Raimundo Lazo. Rústica N$ 10.00 por Palma Guillén de Nicolau. Rústica. N$ 8.00
236. MARTI, José: Ismaelillo. La edad de oro. Versas sencillos. Prólogo de Raimun- 250. MISTRAL, Gabriela: Desolación. Tcmura. Tala. Lagar. Introducción ce
do Lazo. Rústica. 1\$ 10.00 Palma Guillén de Nicolau. Rústica. \i$ 10.00
338. Mt\RTINEZDE'IDLEJX),Aiforro:Arcipreste de Tala vera o Corbacho. 144. MOLIERE: Comedias. Tartufo. El burgués gentilhombre. El misántropo.
Introducción de Arturo SoutoA con un estudio del vocabulario del Corbacho y El enfermo imaginario. Prólogo de Rafael Solana. Rústica. . . N$1ü.OO
cobriSnd: ~yal<xuciones contenidos en el mismo por A Steiger. Rústica. N$12.00 149. MOUERE: Comedias. El avaro. Las preciosas ridículas El médico o [a fuerza.
214. MAR11NEZ SIERRA, Gregario: Tú eres la paz Canción decw1a Prólogo J
La escuela de las mujeres. Las mujeres sabias Prólogo de Rafael Solana Rústica N$ 10.00
de María Edmée Alvarcz. Rústica. N$10.00 32. MOLINA, Tirso de: El 1ugonzoso C/1 palacio. El condenado por de......:onfiado
193. MATEOS,Juan A.:Elcarode la~ campanas. (Memorias de w1 guerrillero). El burladDr de SCI'Ílla. La pnuicncia en la nwjer. Edición de 1uana de Ont<d1ó11 _
Prólogo de Oementina Díaz y de Ovando. Rústica. ]\;$ 20.00 Rústica. N$ 8.00
197. M ATEOS, Juan A.: El sol de mayo. (Memorias de la intcrl'ención). Nota MOl Jl\iA, Tirso de: (Véase: Awos Sacra mema les.)
preliminar de Clementina Díaz y de Ovando. Rrística. N$ !5.00 600. MONfAIGNE üt\V\m completos. Nota' prologales de Emiliano M. .l\gui!cra _
514. MKJT:os, Juan A: Sacerdolcy caudillo. (Memorias de la ill.swrccción ). Rústica :\'S 20.00 Traducción del francés de Juan G. de Luaces. Rústica. \'S ~5.00
573. Mi\TF.OS,JuanA:Los insurgentes. Pról. y epilogo de Vicente Riva Palacio. 208. \10NTAI.VO, Juan: Capftulos que se le olvidaron a Cm'Wllcs. Esluclic
Rústica. N$ !5.00 introductivo de Gonzalo Zaldumbidc. Rústica. \'S 15.00
344. MATOS MOCI'EZCMA, Eduardo: Elncgruo poera mexicano y el domi- 501. !'vfOVfALVO. Juan: Si<:tc trillados. Prólogo de Luis Alberto Sánchez Rú.>t1Ó" :\S J5 00
nicmw. ;Realidad o [amasia? Exordio de Antonio Pompa y Pompa. Rtística. \'S 10.00
1
'
381. MONTES DE OCA, Francisco: Poesia hispanoamericana. Rústica. N$ 20.00 í 577. PASCAL, Bias: Pcnsamiemos y otros escritos. Aproximaciones a Pasc.al de
191. MONTESQUIEU: Del espfritu de las leyes. Estudio preliminar de Daniel R. Guardini, F. Mauriac, J. Mcsnery H. Kung. Rústica. N$ 20.00
Moreno. Rústica. N$ 25.00 PASO: (Véase: Teatro Espmiol Contemporáneo.)
282. MORO, Tomás: Utopfa. Prólogo de Manuel Alcalá. Rúscica. N$ 6.00 3. PAYNO, Manuel: Los bandidos de Rfo Frfo. Edición y prólogo de Antonio
129. MOTOLINIA, Fray Toribio: Historia de los indios de la Nueva EJpatia. Castro Leal. Rústica. N$ 25.00
Estudio crítico, apéndices, notas e índice de &lmundo O'Gorman. RlÍstica. N$ 12.00 80. PA YNO, Manuel: El fistol del diablo. Nm·ela de costumbres mexicanas.
588. MUNTHE, Axel: La historia de San Michele. Introducción de Arturo Texto establecido y estudio preliminar de Antonio Castro Leal. Rústica. N$40.00
Uslar-Pietri. RlÍstica. N$15.00 605. PA YNO, Manuel: El Hombre de la Situación. Retratos Hisróricos. Mocee-
286. NATORP, Pablo: Propedéutica filosófica. Kant y la escuela de Marburgo. zumo JI. Crwuhtemoc. J"a SePillana. Alfonso de A vila. Don Martfn de Mena
Curso de ped.agogfa social. Presentación introductiva (el autor y su obra) El Tumulto de 16?..1. La Familia Dongo. Allende. Mina. Guerrero. Oc ampo
y preámbulos a los capítulos por Francisco Larroyo. Rústica. NS 8.00 Comonfon Prólogo de Luis Gonza!cz Obregón. RlÍstica N$12.00
527. NAVARRO VILWSLADA, Francisco:Anf0!aOlCI5 Vascosmdsiglo VIII PEMAN: (Véase: Teatro Espmiol Contemporáneo.)
RlÍstica. N$ 25.00 Pensador Mexicano: (Véase: Fábulas.)
171. NERVO, Amado: Plenitud, perlas negras. Mfsticas. Los jardines interiores.
El esÚmque de los Lotos. Prólogo de Emesto Mcjía Sánchez. Rústica · N$10.00
64. PEREDA, José María de:Paias arriba Sotileza. Introducción de Soledad
Anaya SolórLano. Rústica. :-.1$12.00
175. NERVO, Amado: La mllild.a inmóvil Serenidad. Elevación La última luna.
Prólogo de Ernesto Mejía Sánchez. Rústica. 165. PEREYRA, Carlos: Hmzán Conés. Prólogo de Martín Quirarte. Rústica. N$ 10.00
N$ 8.00
NERVO, Amado: Poemas: Las voces. Lira hcróica. El éxodo y las flores 493. PEREYRA, Carlos: Las huellas de los conquistadores. Rúslica. NS 12.00
443.
del camino. El arquero divino. Otros poanas. En \'OZ baja. Poesfas varias. 498. PEREYRA, Carlos: La conquista de las rutas oceánicas. La obra de Espa-
Rústica. ña en América. Prólogo de Silvio Zavala. Rústica. N$ 15.00
N$10.00
NEVILLE (Véase: Teatro Español Comemporáneo.) 188. PEREZ ESCRICI-I, Enrique: El mártir del Gólgota. Prólogo de Joaquín
395. NIEfZSCHE, Federico: A si hablaba Zaratusrra. PIÓ!. de E W. E Tomlin Rústica. N$ !0.00 Antonio Peña losa. Rústica. N$ 20.00
430. NIETZSCHE, Federico: Más allá del bien y del m.al Gmealogfa de lamo- 69. PEREZ GALDOS, Benito: Miau. Mariane!a. Prólogo de Teresa Si!,a Te-
rol. Prólogo de Johann FischL Rústica. N$ !0.00 na. Rústica. N$ 8.00
576. NUÑEZ CABEZA DE V A CA, Alvar: Naufragios y comauarios. Apun- 107. PEREZ GALDOS, Benito: Datia perfecta. Misericordia. Nota preliminar
tes sobre la vida del adelantado por Enrique Vedia. RlÍstica. N$ 8.00 de Teresa Silva Tena. Rústica. N$ 12.00
356. NUÑEZDEARCE Gasfru;Poesfas completas. Pról de Arturo &luto A Rústica. N$12.00 117. PEREZ GALDOS, Benito: Episodios nacionales: Trafalgar. La cone de
8. OCHO SIGLOS DE POESÍA EN LENGUA ESPAÑOLA. Introducción Carlos IV Prólogo de María Eugenia Gaona. Rústica. . N$15.00
y compilación de Francisco Montes de Oca. Rústica. . . . . . N.$ 20.00 130. PEREZ GAlDOS, Benito: Episodios rwcionales: 19 de marzo y el 2 de m a-
45. O'GOR.i\1AN, &lmundo: Historia de las divisiones territoriales en México. Yo. Bailén. Nota preliminar de Teresa Silva Tena. Rústica. N$10.00
Rústica. N$15.00 158. PEREZ GALDOS, Benito: Episodios nacionales: Napoleón en Ch.amartfn.
OLMO~ (Véase: Teatro Espaiiol Contemporáneo.)
Zaragoza. Prólogo de Teresa Silva Tena. Rústica. N$10.00
ONrANON, Juana de: (Véase: Santa Teresa de Jesús.)
462. ORTEGA Y GASSEf, José: En tomo a Galileo. El hom/x'e y la fPUC. Pró- 166. PEREZ GALDOS, Benito: Episodios nacionales: Gerona. Cádiz. Nota
logo de R.amón Xirau. Rústica. . . . . . . . . . . . N$15.00 preliminar de Teresa Silva Tena. Rústica. N$10.00
488. ORTEGA Y GASSEf, José: El tema de nuestro tiempo. La rebelión de 185. PEREZ GALDOS, Benito: Fortu11ata y Jacinta. (Dos hiswrias de casad.as. ).
las masas. Prólogo de Fernando Salmerón. Rústica. N$15.00 Introducción de Agustín Yáñez. Rústica. N$ 25.00
497. ORTEGA Y GASSEf, José: La deshumanización del arte e ideas sobre 289. PEREZGALIX>S, Benito:EpisodioslUJCiona!es: Juan Martfn el Empeci-
la novela Velázquez-Goya. Rústica. nado. La batalla de los Arapliles. Rústica N$ 10.00
499. ORJEGA Y GASSEf, José: ¿Qué es Jilosofta? Unas lecciones de metaftsica. 378. PEREZGAIJ)()S, Benito: La deslwedada. Prólogo de José Salavanía. Rústica 'J$ 15.00
Prólogo de Antonio Rodríguez Húescar. Rústica. N$ 10.00 383. PEREZ GALDOS, Benito: El amigo manso. Prólogo de Joaquín Casal-
436. OSIROVSKI, Nicolai: Asf se templó el acero. Prefacio de Ana KaraV<íeva. Rústica. . N$ 12.00 duero. Rústica NS 12.00
316. OVIDIO:L.a metamorfosis. F~tudio preliminar de Francisco Montes de Oca. 392. PEREZ GALDOS, Benito: La fomana de oro. Introducción de Marceli-
Rústica. N$ 10.00 no Menéndez Pelayo. Rústica. NS 1500
213. PALACIO VALDES, Armando: La hennana Sm1 Su/picio. Introducción 446. PEREZGALDOS. Benito: Tnstana-Nazarfn Prólogo de Ramón Gómez
de Joaquín Antonio Peña losa. Rústica. N$12.00 de la Serna. Rústica. N$ 12.Cl0
125. PALMA, Ricardo: Tradiciones perumws. Estudio y selección por Raimun- 473. PEREZ GALDOS, Benito: Angel Guerra. Prólogo de Emilia Pardo
do Lazo. Rústica. N$12.00 Bazán. RlÍstica. 'JS 15 00
PALOU, Fr. Francisco: (Véase: CLAVIJERO, Francisco Xavier.) 489. PEREZ GALDOS, Benito: Torqucmada en la hoguera. Torquemadn en
421. PAPINI, Giovanni: Gog El libro negro. Prólogo de Ettorc Allodoli. Rústica. N$ i5.00 la cruz. Torquemada en el purgatorio. Torquemada y San Pedro. Prólo-
424. PAPINI, Giavanni: Histona de Cristo. Prólogo de Victori.ano Capánaga.Rústica. N$ 12.00 go de Joaquín Casalduero. Rtística. N$ 18.00
266. PARI)O BAZAN, Emili.a: Los pazos de U/loa. Introducción de Arturo l 231. PEREZ LUGI:'-1, Alejandro: La casa de la Trova. Estudiamitw. Rúslicü. '<$ 8.00
1
Souto A. Rthtica. N$ 10.00 235. PEREZ LUGIN, Alejandro: Currito de la Cna. Rústica. 1'-'$ 12.00
358. PARDO Bi\?AN, Emilia: San Francisco dcAsú. (Siglo XIII). Prólogo de 263. PERRAULT, Cuentos de: Grisc!da. Piel de asno. Los deseos ridicu!os.
Marcelino Menéndcz Pclayo. Rústica. '\'$ 15.00 La bella dumúcntc del bosque. Capcmcila rujt1. Barba azul. El garo con
496. PARDO BAZi\N, Emilia: La madre nalllralcza. Introducción de Al uro botas. Las had<J:,: Ccmcicnw. Riq11etc el del e o¡><"! f. Pu/¡;arcito. Prólogo de
Souto A. Rústica. ;\!$ 12.00 1 María Edmée A!varcz. fúísliw. :--:s w.oo
l
308. PESTOLAZZI, Juan Enrique: Cómo Gertrudis enseña a sus hi~os. Cartas
332. QUEVEDO Y VILLEGAS, Francisco de: Suelios. El suetio de las cafa¡·e-
sobre la educación de los rniíos. Libros de educacwn elemaual Prologo ,est u- 1
dio introductivo y preámbulos de las obras por Edm un do Escobar. Rústica. N$ 8.00 ras. El alguacil alguacilado. Las zahúrdas de Plutón VESiw de los ciJisres.
369. PESTOLAZZI, Juan Enrique: Como del cisne. F.studio preliminar de Jo- El mundo por dentro. La hora de todosv lafottuna COl! seso. Poes(as.Intro-
N$12.00
1 ducción de Arturo Souto A. Rústica.
sé Manuel Villalpando. Rústica. . . . . . . . · · · · N$ 9.00
97. QUIROGA, Horacio: Cuemos. Selección, estudio preliminar y notas crí-
492. PEIRARCA: Cancionero. Triunfos. Prólogo de Ernst Hatch Wilkins. Rústica N$15.00
ticas e informativas por Raimundo Lazo. Rústica
221. PEZA, Juan de Dios: Hogar y patria. El arpa del amor. Noticia preliminar 347. Q UJROGA, Horncio: MáY cueruos. Introducción de Arturo Souto A. Rrisl ica. N$10.00
de Porfirio Martínez Peñalosa. Rústica. . N$12.00 N$ 8.00
360. RABELAJS: Gargamúay POIItar!1.1el Vufa de Rabefáis. Por Ana tole Franc:e.
224. PEZA, Juan de Dios: Recuerdos y esperanzas. Flores del alma Y versos Ilustraciones de Gustavo Doré. Rústica. .
festivos. Rústica. . . . . . . . . . . . . . _- . N$12.00 219. RABINAL ACHI: El varón de Rabinal Ballet-drama de los indios quiqués :\1$25.00
557. PEZA Juan de Dios: Leyendas históricas tradicionales y famásttcas de de Guatana/a. Traducción y prólogo de Luis Cardoza y Aragón.Rúslica.
las call~s de la ciudad de Mt.:ico. Prólogo de Isabel Quiñones. Rúsuca. N$15.00 N$10.00
RANGEL, Nicolás. (Véase: URBINA, Luis G.)
594. PEZA, Juan de Dios: Memorias. Reliquias y retratos. Prólogo de Isabel 366. REED, John: México insurgente. Diez dfas que estranecieron al mundo.
Quiñonez. Rústica. . . . . . . · . . · .· · · . · N$12.00 Prólogo de Juan de la Cabada. Rústica. . .
. 248. PINDARO: Odas. 0/fmpicas. Pfticas. Nemeas. Istmicas ~fragmentos de 597. RENAN, Ernesto: MarcoAure/io y el fin del mundo antiguo. Precedido de N$13.00
otras obras de Pfndaro. Otros líricos griegos: Arqufloco. Tmeo. Alceo. Sa- la plegaria sobre la acrópolis. Rústica.
fo. Simón/des de Ceos. Anacrewte. Baquilides. Estudio preliminar de Fran- 101. RIVA PALACIO, Vicente: Cuentos del general. Prólogo de Clementina N$18.00
cisco Montes de Oca. Rústica N$10.00 Díaz y de Ovando. Rústica.
474. RIVA PALACIO, Vicente: Las doce emparedadas. Memorias de los tiem- N$10.00
13. PLATO N: Diálogos. Estudio preliminar de Francisco Larroyo. Rústica. N$ 28.00
139. PLATO N: Las leyes. Epinomis. El polftico. Estudio introductivo ypreám- pos de la inquisición. Rústica.
476. RIVA PALACIO, Vicente: Calvario y Tabor. Rústica. N$12.00
bulos a los diálogos de Francisco Larroyo. Rústica. . . . · · . N$ 25.00
507. RIVA PALACIO. Vicente: La vuelta de los muertos. Rústica. N$12.00
258. PLAUI'O: Comedias: Los mellizos. El militar fanfarrón. La olla. El gorga-
162. RIV A, Duque de: Don Alvaro a la fuerza del Sino. Romances históricos. N$1200
joAnfitrión Los cautivos. Estudio preliminar de Francisco Montes de.
OcaRústica. N$ 12.00 Prólogo de Antonio Magaña Esquive!. Rústica.
N$ 10.00
26. PU.JfARCD: Vidas paralelas. Introducción de Francisco Montes de Oca. 172. RIVERA, José Eustasio: La vorágine. Prólogo de Cristina Barros
Rústica. N$ 15.00 Stivalet. Rústica.
87. RODO, José Enrique: Ariel Liberalismo y Jacobinismo. Ensayos: RuMn ""S 9.00
564. POBREZA Y RIQUEZA. En obras selectas del cristianismo primitivo por
Carlos Ignacio González S. J. Rústica. . . . . · . · N$ 12.00 Darlo, Bo!fvar, Momaii'O. Estudio preliminar, índice biográfico-<:ronoló-
210. POE, Edgar Allan: Narractones ntraordinarias. A ;·entura~ de Arturo gico y resumen bibliográfico por Raimundo Lazo. Rústica.
115. RODO, José Enrique: Motivos de Proteo y /IUevos motivos de Protea Pro- N$ 6.00
Gordon Pym. El cuervo. Prólogo de Ma. Elvua Berrnudez. Rusttca. . . N$12.00
85. POEMA DE MÍO CID. Versión antigua, con prólogo y versión moderna logo de Raimundo Lazo. Rústica.
88. ROJAS, Fernando de: La Celestina. Prólogo de Manuel de Ezcurdia. OJn N$ 8.00
de Amancio Bolaño e Isla. Seguido del Romancero del Cid Rústica. N$ 8.00
102. POESÍA MEXICANA. Selección de Francisco Montes de Oca. Rústica. N$ 25.00 una cronología y dos glosarios. Rústica.
N$ 6.00
371. POLO, Marco: Viajes. Introducción de María Elvira Bermúdez. Rústica. N$10.00 i ROMANCERO DEL CID. (Véase: Poema de Mio Cid.)
ROSAS MORENO: (Véase: Fábulas.)
510. PONSON DU TERRAIL, Pierre Alexis: Hazañas de Rocambole. Tomo 328. ROSTAND, Edmundo: Cyrano de Bergcrac. Prólogo, estudio y notas de
l. Rústica. . . . . . . . . N$ 20.00
Angeles Mendieta Ala torre. Rústica.
511. PONSON DU TERRAIL, Pierre Alexis: Hazañas de Roe ambo/e. Tomo N$ 8.00
440. R01TERDAM. Erasmo de: Elogio de la locura. Coloquios. Erasmo de
JI. Rústica. . . . . N$ 20.00
Rotterdam. Por Johan Huizinga. Rústica.
518. PONSON DU TERRAIL, Pierre Alcxis: La resurreccif>n de Roe ambo/e. N$ 10.00
Tomo l Continuación de ''Hazalias de Rocambole". Rustre a. . . . N$ 20.00 113. ROUSSEAU, Juan Jacobo: El contrato social o principios de Derecho Pe>-
519. PONSON D U TERRAIL, Pi erre Alexis: La resurrección de Rocambole. lftico. Discurso sobre las ciencias y las anes. IY.scurso sobre el origen de¡,.
Tomo Il Continuación de "Hazalias de Rocambole". Rústica. . . . N$ 20.00 desigualdad Estudio preliminar de Daniel Moreno. Rústica.
159. ROUSSEAU, Juan Jacobo: Emilio o de la educación. Estudio preliminar N$ 8.00
36. POPOL WUJ. Antiguas historias de los indios quichés de Guatemala. Ilustra-
das con dibujos de los códices mayas. Advertencia, versión y vocabulario de Daniel Moreno. Rústica. . . . . . . . .
470. ROUSSEAU, Juan Jacobo: Confesiones. Prólogo de Jeannc Renée 1\$12.00
de Albertina Saravia E. Rústica. N$ 15.00
Bécker. Rústica.
150. PRESCOTI, William H.: Histma de kt c01u¡uista de Mt.ico. Anotada por Don 265. RUFDA l.ope de: Teatro completo. Eufemía. Armelina. De los enga'1ados. N$ 12.00
'
1
Lucas Alamán. Con notas, críticas y esclarecimientos de Don José Fe_rna n do
Medora. Co!loquio de Camelia. Colloquio de Tymbria. Diálogo sobre la in-
Ramírez. Prólogo y apéndices por Juana A. Ortega y Medma. Rust1ca. . N$ 30.00
vención de las C..akas. El deleitoso. Registro de representantes. C.oloquio
198. PIUEIO, Guillermo: Musa callejera. Pról. de Francisco Monterde. Rúsu"ca. N$ 10.00 llamado prendas de amor. Colloquio en verso. C-Omedia llamada disrnrdia
450. P!UlTID, Guillermo: Romancero naci01wl PróL de Ignacio M. Altamirano. y questión de amor. Auto de Naval y Abigail. Auto de los dcspa;or:ia;de
Rlística N$ 15.00 l
Moisén. Farsa del sordo. Introducción de Arturo Souto A Rústica.
481. PRIEID, Guillcm;o: M anorias de rnis tiem¡JO.>: P!d de Horacio ~ Rústica N$15.00 ' 10. RUIZ DE ALARCON. Juan: Cuatro comedias: Las paredes oye¡¡_ Los N$ 12.00
~4 PROVERBIOS DE SALOMÓN Y SABIDURÍA DE JESUS BEN SIRA K pechos privilegiados. La verdad sospechosa. Ganar amigos. Estudio, tn1o
- . Versión directa de los originales por Angel María Garibay K Rústica. NS 12.00 y comentarios de Antonio Castro [.cal. RIÍstica.
QUEVEDO, Francisco de: (Véase: Lazarillo de Tonnes.) "!$ l5.00
376. SALGARI, Emilio: En las [romeras del Far- West. La cazadora de cabelleras.
451 RUIZ DE AI.ARillN, Juan: El examen de maridos. La pmeba de las pro Prólogo de María Elvira Bermúdez. Rústica.
M 12.00
mesas. Mudarse por mejorarse. El tejedor de Segovia. Prólogo de Alfonso 379. SALGARI, Emilio: La soberana del campo de oro. El rey de los ci)Jtgrejos.
N$12.00 Prólogo de María Elvira Bermúdez. Rústica.
Reyes. Rr1stica. N$12.00
RUIZ IRIARTE: (Véase: Teatro Español Contemporáneo.) 465. SALGARI, Emilio: Las "?ameras" de ArgeL El filtro de los Cali[íl.l. Prólogo
51. Sabiduría de Israel. Tres obras de la cultura judía. Traducciones directas de María Elvira Bermúdez. Rústica. . . . . . . . . . . . N$ 10.00
de Angel María Garibay K. Rústica. . N$10.00 517. SALGARI, Emilio: Los náufragos del Liguria. Devastaciones de los piratas. ;\1$ 10.00
Sabiduría de Jesús Ben Sirak: (Véase: Proverbios de Salomón.) 533. SALGARI, Emilio: Los mineros de Alaska. Los pescadores de· ballenas. N$ 10.00
300. SAHAGUN, Fr. Bemardino de: Historia general de las cÓsas de la Nueva 535. SALGARI, Emilio: La campana de plata. Los hijos del aire. Rústica. N$ 10.00
España. La dispuso para la prensa en esta nueva edición, con numeración, 536. SALGARI, Emilio: El desierto de fuego. Los bandidos del Sallara. Rr1slica.
N$50.00 N$10.00
anotaciones y apéndices, Angel María Garibay K. Rústica. 537. SALGARI, Emilio: Los barcos filibusteros. Rústica.
1 N$10.00
299. SAINT-EXUPERY, Antoine de: El principito. Nota preliminar y traduc- 538. SALGARI, Emilio: Los misterios de la selva. La costa de marfil. Rwtíca.
ción de María de los Angeles Porrúa. Rr1stiea. N$ 6.00 ~ 540. SALGARI, Emilio: La favorita del Mahdi. El profeta del Sudán. Rústica.
N$10.00
N$ 10.00
322. SAINT-PIERRE, Bemardino de: Pablo y Virginia. Introducción de Arturo 542. SALGARI, Emilio: El capitán de/a ''DJwru!d'. La montaña de luz. Rúslica
.N$15.00 1 N$ iü.OO
Souto A. Rústica. ¡ 544. SALGARI, Emilio: El hijo del corsario rojo. Rústica.
N$ 10.00
456. SALADO ALV AREZ, Victoriano: Episodios nacionales. Santa Anna. La 547. SALGARI, Emilio: La perla roja. Los pescadores de perlas. Rústica
reforma. La intervención. El imperio: sus alteza serenfsima. Memorias de w1 N$10.00
N$12.00 553. SALGARI, Emilio: El mar de las perlas. La perla del rlo rojo. Rústica. N$10.00
Polizonte. Prólogo biográfico de Ana Salado Alvarez. Rústica.
554. SALGARI, Emilio: Los misterios de la India. Rústica. N$10.00
460. SALADO ALVAREZ, Victoriano: Episodios nacionales. Santa Anna. La
reforma. La intervención El imperio: el golpe de estado. Los mánires de Ta- 559. SALGARI, Emilio: Los horrores de Filipinas. Rústica. N$ 10.00
N$12.00 560. SALGARI, Emilio: Flor de las perlas. Los cazadores de cabezat Rú.Jtica. ,..,¡$ 10.00
cubaya. Rústica.
464. SALADO ALV AREZ, Victoriano: Episodios nacionales. S anta Anna. La 561. SALGARI, Emilio: Las hijas de los faraones. El sacerdote de PluaiL Rlldlica N$10.00
reforma. La intervención. El imperio: la reforma. El plan de pacificación. 562. SALGARI, Emilio: Los piratas de las Bermudas. Dos abordajes. Rústica
N$ 12.00.
N$12.00 563. SALGARI, Emilio: Nuevas aventuras de cabeza de piedra. El cas¡i!ln de
Rústica.
466. SALADO ALV AREZ, Victoriano: Episodios nacionales. S ama Anna. La Montecar/o. Rústica.
N$1000
reforma. La intervención El imperio: las ranas pidiendo rey. Puebla. Rústica. N$ 12.00 567. SALGARI, Emilio: La capitana del Yucatán. La herolna de Puerto Arll:t-
468. SALADO ALVAREZ, Victoriano: Episodios nacionales. Santa Anna. La ro. Nota preliminar de María Elvira Bermúdez. Rústica. N$10.00
refonna. La intervención. El imperio. La Corte de Maximiliano. Orizaba. N$ 12.00 579. SALGARI, Emilio: Un drama en el Océano Pacifico. Los solilarios del
469. SALADO ALVAREZ, Victoriano: Episodios nacionales. Santa Amw. La Océano. Rústica.
N$12.00
reforma. La intervención. El imperio. Porfirio Dlaz. Ramón Corona. Rtca. N$12.00 583. SALGAR!, Emilio:A/ Polo Norte a bordo del "Taimyr'. Rústica. N$1000
471. SALADO ALV AREZ, Victoriano: Episodios nacionales. Santa Amw. La 585. SALGARI, Emilio:EICO!Uinente misterioso. ElesclavodeMadagascar. Rúslica. N$1200
reforma. La intervención. El imperio. La emigracióll. Querétaro. Rústica. N$12.00 288. SALUS'TIO: La conjuración de Catilina. La guerra de Jugurta. Estudio
477. SALADO ALVAREZ, Victoriano: Memorias. Tiempo ~·iejo. Tiempo Nue- preliminar de Francisco Montes de Oca. Rústica.
Nllü.OO
vo. Nota preliminar de José Emilio Pachecho. Prólogo de Carlos González SAMANIEGO: (Véase: Fábulas.)
Peña. Rústica. N$ 16.00 393. SAMOSATA, Lucia no de: Diálogos. Historia verdadera. Introducción de
220. SALGARI, Emilio: Sandokan. La mujer del pirata. Prólogo de María Elvira Salvador Marichalar. Rústica. N$20.00
Berrnúdez. Rr1stica. 59. SAN AGUSTIN: La ciudad de Dios. Introducción de Francisco Mont..:s
239. SALGARI, Emilio: Los piratas de la Malasia.I:os estranguladores. Nota pre- de Oca. Rústica. N$15 00
liminar de María Elvira Berrnúdez. Rústica. N$ 12.00 142. SAN AGUSTIN: Confesione~: Versión, introducción y notas de Francis-
242. SALGARI, Emilio: Los dos rivales. Los tigres de la Malasip. Nota preliminar co Montes de Oca. Rústica. '\IS 10.00
de María Elvira Berrnúdez. Rústica. N$ 12.00 40. SAN FRANOSCO DEASIS: Florecillas. Introducción de Francisco Montes
257. SALGARI, Emilio: El rey del mar. La reconquista de Mompracem. Nota pre- de Oca. Rústica. N$10.00
liminar de María Elvira Bermúdez. Rústica. N$ 10.00 228. SAN JUAN DE LA CRUZ: Subida del Mome Cam1elo. Noche oscunl.
264. SALGARI, Emilio: El falso Bracmán La calda de un imperio. Nota prelimi- Cántico espiritual. Llama de amor 1·il·a. Pocsfas. Prólogo de Gabriel de J<J
nar de María Elvira Bermúdez. Rústica. . N$ 10.00 Mora. Rústica. 1\S 15 Oü
267. SALGARI, Emilio: En los junglares de la India. El desquite de Yáñez. Nota 199. SAN PEDRO, Die"o de: Cárcel de amor. Ama/te e Lucmda. Senntlll.
preliminar de María Elvira Bermúdez. Rústica. N$ 10.00 Poesias. Desprecio de la fortllna. Sq,1údas de questión de amor. Introduc-
292. SALGARI, Emilio: El capitán Tonnenta. El León de Damasco. Nota prelimi- ción de Arturo Souto A Rústica. N$ 15.00
nar de María Elvira Bermúdez. Rr1stica. . N$ 10.00 SANCHEZ DE BADAJOZ: (Véase: Autos Sacramemales.)
296. SALGARI, Emilio: El hijo del León de Damasco. La galera del Bajá. Nota so. SANTA TERESA DEJr~US: Las moradas. Libro de su vida. Biografía
preliminar de María Elvira Bermúdez. Rústica. N$ 10.00 de Juana de Ontañón. Rústica. 1\S 12.00
302. SALGARI, Emilio: El corsario negro. La venganza. 1\'ota preliminar de María 49. SARMIENfO, Domingo F.: Facwulo. Civilización y Barbarie. Vida di: Juan
El vira Berrnúdez. Rústica. . . . . . . . . . . . . . . N$ 10.00 Facundo Quiroga. Ensayo preliminar e índice cronológico por Raimun-
306. SALGARI, Emilio: La reina de los caribes. Honorata de Wan Guld. Rústica. N$ 10.00 do Lazo. Rústica. l\S JO.OG
312. SALGARI, Emilio: Yolanda. Morgan. Rústica. N$ 10.00 SASTRE: (Véase: Teatro Espmiol Contemporáneo.)
363. SALGARI, Emilio: Avcmuras emre los pieles rojas. El rcv d<: la pradaa. Pró- 4.'
logo de María Elvira Bermúdez. Rústica. N$ [2.00
1
138. SCOTf, Walter: /Pan/roe o El Cruzado. Introducción de Arturo Soutuo 355. SUETONIO: Los dc,ce Césares. Introducción de Francisco Montes
A. Rústica. N$ 10.00 de Oca. Rrística. N$12.00
409. SCOTT, Walter: Elnwna~tcrio. Prólogo de HcnryThomas. Rústica. NS 12.00 SURGUCHOV: (Véase: Cuentos Rusos.)
416. SCOTT, Walter: El pirara. Prólogo de Henry Thomas. Rúslica. N$ 12.00 196. SWIFT. Jonathan: Viajes de Gulliver. Traducción, prólogo y notas de
401. SCHILLER, rederico: Morfa Estuardo. La doncella de Orleáns. Grdller- Monserrat Alfa u. Rlística. . . . . . . . . . . . . N$ 9.00
mo Tell. Prólogo de Alfredo S. Barca. Rústica. N$12.00 291. TACITO, Comelio:Arzale.l: Estudio preliminar de Francisco Montes de
434. SCI IILLER, Federico: Don Carlos. La conjuración de Fiesco. Intriga y Oca. Rústica. N$12.00
amor. Prólogo de Wilhelm Dilthey. Rrística. 1\'$12.00 33. TAGORE, Rabindranath: La hma nuei'G. El jardinero. El cattero del re)'.
458. SCHILLER, Federico: Wal!cnstcin El campamento de Wallcmtcin Los Las piedras hamhriemasy otros cuentos. Estudio de Daniel Moreno. Rrística. N$12.00
Piccolomini. La muerte de Wallenstcin La IWI'ia de Mesina. Prólogo de '
1 232. TARA CENA, Alfonso: Francisco J. Madero. Rústica. N$12.00
1
Wilhelm Dilthey. Rústica. NS 12.00 1 386. TARACENA, Alfonso: losé Vasconcclos. Rústica. N$ 12.00
1
419. SCHOPENHAUER, Arturo: El mundo como voluntad y represenwción 610. TARACENA, Alfonso: La l'erdadera revolución mexicana. (1901-1911).
Introducción de E. Friedrich Sauer. Rústica. N$15.00 J, Prólogo de José V asconcelos. Rústica. N$ 35.00
455. SCHOPENHAUER,_Arthur: La sabiduría de la vida. En tomo a la filoso- 611. TARACENA, Alfonso: La l'erdadera revolución mexicana. (1912-1914).
fta. El amor, las m u¡ eres, la muerte y otros temas. Prólogo de Abraham 1
1 Palabras de Sergio Golwan. Rústica. N$ 35.00
Waismann. Traducción del alemán por Eduardo González Blanco.Rrística. N$ 15.00
612. TARA CENA, Alfonso: La verdadera revolución mexicana. (191S-1917)
603. SCHWOB, Maree!: Vidas imagiiwrias. La cruzada de los nitios. Prólogo Palabras de Jesús gonzález Schmal. Rústica. N$ 35.00
de José Emilio Pacheco. Rústica. . N$15.00
613. TARA CENA, Alfonso: La verdadera revolución mexicana. (1918-1921 J
281. SENECA: Tratados filosóficos. Canas. Estudio preliminar de Francisco Palabras de Enrique K.rauze. Rústica. N$ 35.00
Montes de Oca. Rústica. N$ 12.00
614. TARACENA, Alfonso: La \>crdadera revolución mexicana. (1922-192-1)
437. SERTILANGES, A D.: La vida intelectual. GUITfON, Jean: El trabajo Palabras de Ce ferino Palencia. Rústica N$ 35.00
imelectual. Rústica. N$15.00
615. TARACENA, Alfonso: La verdadera revolución mexicana. (1925-1927)
86. SHAKESPEARE: H amlet Penas por anwr perdidas. Los dos hidalgos de
Palabras de Alfonso Reyes. Rústica N$ 35.00
Verona. Suctio de una noche de verano. Romeo y Juliera. Con notas prc-
liminares y dos cronologías. Rústica. . M 10.00 616. TARACENA, Alfonso: La verdadera revolución me:dcana. (1928- J 929)
Palabras de Rafael Solana Jr. Rústica. N$ 35.00
94. SHAKESPEARE: Otelo. La fierecilla domada. A mestro gww. El ny Lear.
NS 8.00 617. TARACENA, Alfonso: La verdadera revolución mexicana. (1930-1931)
Con notas preliminares y dos cronologías. Rústica.
Palabras de José Muñoz Cota. Rúscica. N$ 35.00
96. SHAKESPEARE: Macbeth. El mercada de Venecia. Las ah-gres coma-
dres de Windsor. Julio César. La tempestad. Con notas preliminares y 618. TARACENA, Alfonso: La verdadera rei'Oluciótl mexicana. (1932-1934)
dos cronologías. Rústica. N$ 8.00 Palabras de Martín Luis Guzmán. Rústica. N$ 35.00
SHOLOJOV: (Véase: Cucmos Rusos.) TASIN: (Véase: Cuemos Rusos.)
160. SIENKIEWICZ, Enrique: Quo vadis? Prólogo de José Manuel Villalaz. Rlíslica. NS 15.00 403. TASSO, Torcuato: lemsalénlibertada. Prólogo de M. Th. Laignel. Rústica. N$ 12.00
146. SIERRA, Justo: luárez: su vida y su tiempo. Introducción de Agustín 325. TEATRO ESPAÑOL CONTEMPORANEO: BENAVE!'.'TE: Los ime-
reses creados. La malqucridn. MARQUINA: En Flandes se ha puesto el
Y áñez. Rústica. .'-iS 15.00 1
!XJl HNOS.ALVAREZQUINTERO: Malva/oca. VALLEINCLAN:
515. SIERRA, Justo: Evolución polftica del pueblo mexicano. Prólogo de Al- 1 El embrujado. UNAMUNO: Sombras de sueño. GARCIA LORCA: Bo-
fonso Reyes. Rúslica. N$ 12.00 das de smt¡.re. Introducción y anotaciones por Joseph W. Zdenek y Gui-
1
81. SITIO DE QUERETARO: Segr.ínprocagonistasycc;,1igos. Selección y notas llermo 1 Castillo-Feliu. Rústica. . . . . N$ 15.00
introductorias de Daniel Moreno. Rúslica. M 20.00 330. TEATRO ESPAÑOL CONTEMPORANEO: LOPEZ RUBIO: Celos
14. SOFOCLE.'>: Las siete tragedias. Versión directa del griego con una intro- del aire. MI HURA: Tres sombreros de copa. LUCA DE TENA Don
ducción de Angel María Garibay K. Rústica. , ~S 8.00 José, Pepe yPepito. SASfRE: La mordaza. CALVO SOTELO: La mura-
la. PEMAN: Los tres etcéterc5 de Don Simón. NEVILLE: Alta fideli-
89. SO LIS Y RIVADENEll~ Antonio de: Historia de la conquista de México.
Prólogo y apéndices de Edmundo O'Gorman. Notas de José Valero. RLíslica. N$ 20.00 dad. PASO:Cosas de papá y mamJ. OLMO: La camisa. RUIZ IRIAR-
TE: Historia de 1111 adulterio. Introducción y anotactones por Joseph W.
472. SOSA, Francisco: Biograftas de mexicanos distinguidos. (Doscientas no-
Zdenek y Guillermo l. Casllllo-Feliú. Rústica. . . . . . N$ 15.00
venta y cuatro.) Rústica. N$ 20.00
350. TEIXIDOR, Felipe: Viajeros mexicanos. (Siglos XIX y XX). R1lsúca. N$ 15.00
319. SPINOZA: Etica. Tratado teológico-polftico. Estudio introductivo, aná-
lisis de las obras y revisión del texto por Francisco Larroyo. Rústica.
105. SfENDIIAL: La cartuja de Panna. Introducción de Francisco Montes
N$ 20.00 •
J
37. TEOGONJA E HISTORIA DE LOS MEXICANOS. Tres opúsculos del Si-
glo XVI. E'..dición de Angel M. Garibay K. Rústica. NS 10.00
de Oca. Rústica. N$10.00 253. TERENCIO: Comedias: La andriana. El ewwco. El atonncmador de ;,í
mismo. Los hennanos. La suegra. Fonnión Estudio preliminar de Fran-
359. SIENDHAL: Rojo y negro. Introducción de Francisco \1ontes de Oca. Rústica. cisco Montes de Oca. Rústica. . . . . . . . . . . . 0:$ 10.00
110. ~lEVENSON, R. L.: La isla del tesoro. Cuentos de los mares del sur. TIMONEDA: (Véase: Alllos Sacramcmalcs.)
Prólogo de Sergio Pito!. Rúslica. N$ 1000 201. TOLSTOI, León: La guerra _1' la paz. De "La guerra y la paz" por Eva
72. STOWE, Harrict Bcccher: La cab01!a d.eltlo Tom. Introducción de Da- Alcxandra Uchmany. Rústica. N$ 45.00
ni el Moreno. Rústica. NS 10.00 205. TOLSTOI, León: Ana Karcnina. Prólogo de Fedro Guillén. Rústica. NS 25.00
525. SUE, Eugenio: Los 1//Ístcrios de l'arls. Tomo J. Rústica. 1\:S 20.00 295. TOU;TOI, León: Cuemos escogidos. Prólogo de Fedro Guillén. Rlistica NS 12.00
526 SUE, l'ugcnio: fjJS misterios d<· Parls. Tomo 11. Rústica. \$ :w.oo 394. TOI~'>TOI, León: Infancia-Adolcsccncia-lut·mtud. Rcwcrdos. Prólogo
de Salvador Marichalar. Rústica. :'\S 20.00
413. TOI.STOI, León: Resurrección. Prólogo de EmiEa Pardo Bazán. Rústica N$ 20.00 243. VELA, Arqueles: Análisis de la expresión literaria. Rústica. N$12.00
463. TOI.STOI, León: Los Cosacos. Sebastopol. Relatos de guerra. Prólogo 339. VELEZ DE GUEVARA, Luis: El diablo cojuelo. Reinar después demo-
de Jaime Torres Bodet. Rústica. . . . . . . . . . . . N$12.00 rir. Introducción de Arturo Souto A. Rústica. . . . . . . . N$10.00
479. WRRE VIUAR, Ernesto de la: Los Guadalupes y la indepCIIdencia. Con
111. VERNE, Julio: De la tierra a la luna. Alrededor de la luna. Prólogo de Ma-
una selección de documentos inéditos. Rústica. N$10.00
ría Elvira Bermúdez. Rústica. N$10.00
550. TRAPE, Agostino: San Agustln. El hombre, el paswr, el mlstico. Presen-
114. VERNE, Julio: Veinte mil !eguar de viaje submarino. Nota de María Elvi-
tación y traducción de Rafael Gallardo García O.S.A. Rústica. N$15.00
ra Bermúdez. Rústica. N$12.00
290. TU CID ID ES: Historia de la guerra del Peloponeso. Introducción de Ed-
116. VERNE, Julio: Viaje al centro de la tit7Ta. El doctor ili MaeseZacarfas.
mundo O'Gorman. Rústica. N$20.00
Un drama en los aires. Nota de María Elvira Bermúdez. Rústica. N$ 9.00
453. TURGUENEV, Iván: Nido de Hidolgos. Primer amor. Aguas prima ve-
123. VERNE, Julio: La isla misteriosa. Nota de María Elvira Bermúdez. Rlística. N$15.00
rafes. Prólogo de Emilia Pardo Bazán. Rústica. N$12.00
168. VERNE, Julio: La vuelta al mundo en 80 dfas. Las tribulaciones de wz
TURGUENEV: (Véase: Cuentos Rusos.)
chino en China. Rústica. N$12.00
591. TURNER John Kenneth: México bárbaro. Rústica. N$10.00
180. VERNE, Julio: Miguel Strogoff .Con una biografía de Julio Veme por Ma- ·.
209. 1WAIN, Mark: Las aventuras de Tom Sa¡,ryer. Introducción de Arturo ría Elvira Bermúdez. Rústica. . · N$10.00
Souto A Rústica. N$ 6.00
337. 1W AIN, Mark: El prlncipe y el mendigo. Introducción de Arturo Souto 183. VERNE, Julio: Cinco semanas en globo. Prólogo de María El vira Ber-
A. Rústica. N$10.00 múdez. Rústica. N$ 8.00
UCHMANY, Eva: (Véase: TOI.STOI, León.) 186. VERNE, Julio: Un capitán de quince mios. Prólogo de María El vira Ber-
múdez. Rústica. . N$10.00
UNAMUNO, Miguel de: (Véase: Teatro Espmiol Contemporáneo.)
384. UNAMUNO, Miguel de: Cómo se hace una novela. La tfa Tu/a. Smz Ma- 189. V~RNE, ~ul_io: Dos mios de vacaciones. Prólogo de María Elvira Ber-
mudez. Rrísttca . . . . . . . . . . . . . . . . . N$10.00
nuel buen, mánir y tres historias más. Retrato de Unamuno por J. Cassou
y comentarios de Unamuno. Rústica. N$10.00 260. VERNE, Julio: Los hijos del capitán GranL Nota preliminar de María El-
vira Bermúdez. Rústica. . . . . . . . . . . . . . N$12.00
388. UNAMUNO, Miguel de: Niebla. Abe/ Sánchez. Tres novelas ejemplares
y un prólogo. Rústica. .N$10.00 361. VERNE, Julio: El caSiil!o de los Cárpatos. Las indias negras. Una ciudad
402. UNAMUNO, Miguel de: Del semimiemo trágico de la vida. La agonfa del
flotante. Nota preliminar de María Elvira Bermúdez. Rústica. . . N$12.00
cristianismo. Introducción de Emst Robert Curtius. Rústica. . . . N$10.00 404. VERNE, Julio: Historia de los grandes viajes y los grandq viajeros. Rústica N$15.00
408. UNAMUNO, Miguel de: Por tierras de Portugal y Espolia. Andamasy 445. VERNE, Julio: Héctor Servadac. Prólogo de MarEa Elvira Bennúdez. Rústica N$15.00
visiones espatlolas. Introducción de Ramón Gómez de la Serna. Rústica. N$12.00 509. VERJ\'E, Julio: La Jangada. Ochociemas leguas por el Rfo de las A mazo-
417. UNAMUNO, Miguel de: Vida de Don Quijote y Sancho. En tomo al cas- nas. Rústica. N$12.00
ticismo. Introducción de Salvador de Madariaga. Rústica. . N$ 9.00 513. VERNE, Julio: Escuela de Robinsones. Nota preliminar de María Elvi-
523. UNAMUNO, Miguel de:Amologfa poética. Prólogo de Arturo Souto AR:istica N$15.00 ra Bermúdez. Rústica. . N$12.00
480. URBINA, Luis G., HENRIQUEZ UREÑA, Pedro y RANGEL, Nico- 539. VERNE, Julio: Norte contra sur. Rústica. N$10.00
lás: Antologfa del Centenario. Estudio documentado de la literatura me- 541. VERNE, Julio: Avellluras del capitán Hatteras. Los ingleses en el Polo
xicana durante el primer siglo de independencia 1800-1821. Obra com- None. El desieno de hielo. Rústica. N$12.()0
pilada bajo la dirección de Don Justo Sierra. Rústica. . N$ 20.00 543. VERNE, Julio: El pafs de las pieles. Rústica. N$10.00
237. USIGU, Rodolfo: CorOIUl de sombra Corona de fuego. Corona de luz Rústica. N$18.00 551. VERNE, Julio: Kerabán el testamdfJ. Rústica. N$10.00
52. VALDES, Juan de: Diálogo de la lengua. Prólogo de Juan M. Lope 552. VERNE, Julio: M atlas Sandorf Novela laureada por la Academia Fran-
Blanch. Rústica. . . . . . . . . . . . . . . . N$10.00 cesa. Rústica N$ 12.00
VALDIVIELSO: (Véase: Autos Sacramentales.)
569. VERNE, Julio: El archipiélago de fuego. Clovis Dardentor. De Glasgow a
56. VALERA, Juan: Pepita Jiménez y Juan ita la Larga. Prólog.? de Juana de
Ontaflón. Rústica. ;_ N$10.00 Cizarleston. Una invemado entre los hielos. Rústica. . . N$ 12.00
190. VALMIKI: El Ramayana. Prólogo de Teresa E. Rohde. Rústica. N$ 8.00 570. VERNE, Julio: Los amotinados de la Bounty. Mistress Branican. Rústica. . N$10.00
135. VALLE-IN CLAN, Ramón del: Sonata de primavera. Sonata de estfo: 571. VERNE, Julio: Un drama en México. A !'enturas de tres m sos y de tres
Sonata de oto!lo. Sonata de inviemo. (Memorias del Marqués de Brado- ingleses en el Africa Austral. Claudio Bombamac. Rústica. · N$ 12:00
mln.) Estudio preliminar de Allen W. Phillips. Rústica. N$12.00 575. VERNE, Julio: César Cascabel. Rústica. . . . . ~ . . N$ 12.Cl0
2B7. VALLE-INCLAN, Ramón del: Tirano Banderas. Introducción de Arturo
Souto A Rústica. N$ 8.00 •'
1
VIDA DEL BUSCÓN DON PABLOS: (Véase: Lazarillo de Tonnes.)
163. VIDA Y HECHOS DE ESTEBANJLLO GONüÍ.LEZ Prólogo de Jua-
VALLE-INCLAN, Ramón del: (Véase: Teatro Espariol Contemporáneo.) na de Ontaflón. Rústica. N$10.00
55. VARGAS MARTINEZ, Ubaldo: More/os, siervo de la nación. Rústica. N$15.00 227. VILLAVERDE, Cirilo: Cecilia Valdés. Novela de costumbres cubanas.
95. VARO NA, Enrique José: Te:aos escogidos. Ensayo de interpretación, aco- Estudio crítico de Raimundo Lazo. Rústica. N$15.00
taciones y selección de Raimundo Lazo. Rústica. · N$15.00 ·, 147. VIRGIUO:Eneida. Geórgicas. Bucólicas. Edición revisada por Francis-
425. VEGA, Garcilaso de la, y BOSCAN, Juan: Poeslas comple/JlS. Prólogo de co Montes de Ocá. Rzística. . . . . . . . . . . . . N$ 8.00
Dámaso Alonso. Rústica. N$15.00 261. VITORIA, Francisco de: Reelecciones. Del estado, de los indios y del de-
439. VEGA, Garcilaso de la (El Inca): Comentarios reales. Introducción de recho de la guerra. Con una introducción de Antonio Gómez Robledo,
José de la Riva-Agüero. Rústica. N$18.00 del Colegio Nacional. Rústica. N$ 10.00
217. VELA. Arqueles: El modemi,.,11UJ. Su filosofta. Su ética. Su téorica. Rú~tica. N$15.00
•
1
447. VIVES, Juan Luis: Tratado de la ensaianza. Imroducción a la sabiduría.
Escolta del alma. Diálogos. Pedagogfa pueril. Estudio preliminar y pró-
lagos por José Manuel Viltalpando. Rústica. N$15.00
27. VOCES DE ORIENTE Amologia de te:aos /iJerarios del cercano Oriellle.
Traducciones, introducciones, compilación y notas de Angel María Gari-
bay K. Rústica. N$10.00
398. VOLTAIRE: Cándido. Zadig. El ingenuo. Mierómegas. MCIIImon y otros
cuentos. Prólogo de Juan Antonio Guerrero. Rústica. N$12.00
170. W ALLACE, Lewis: Ben-Hur. Prólogo dcJoaqufu Antonio Peñalosa. Rústica. N$12.00
WICKRAM, Jorge: (Véase: ANONIMO, núm. 428.)
133. WILD E, Osear: El retrato de Dorion Gray. El prlncipe feliz. El ruiseñor y
la rosa. El crimen de Lord Arthur Saville. El famasma de Canten,il/e. Tra-
ducción, prólogo y notas de Monserrat Alfa u. Rústica. N$12.00
238. WILDE, Osear: La importancia de llamarse Ernesto. El abanico de Lady
Wmdennere.· Una mujer sin importancia. Un marido ideaL Salomé. Trad uc-
ción y prólogo de Monserrat Alfa u. Rústica N$15.00
161. WISEMAN, Cardenal: Fabiola o la Iglesia de las Catacumbas. Introduc-
ción de Joaquín Antonio Peñalosa. Rústica. N$10.00
90. ZARCO, Francisco: Escritos literarios. Selección, prólogo y notas de Re-
né Avilés. Rústica. N$15.00
546. ZAV ALA, Silvio: Recuerdo de Vasco de Quiroga. Rústica. N$12.00
269. ZEA, Leopoldo: Conciencia y posibilidad del me.-dcano. El occideme y
la conciencia de México. Dos ensayos sobre México y lo mexicano. Rústica
528. ZEV ACO, Miguel: Los Pardaillán Tomo 1: En las garras del monstruo.
La espía de la Médicis. Horrible revelación. Rústica. N$15.00
529. ZEVACO, Miguel: Los Pardaillán Tomo 11: El círculo de la muerte. El
cofre envenenado. La cámara del tormento. Rústica. N$15.00
530. ZEV ACO, Miguel: Los Pardaillán Tomo III: Sudor en sangre. La sala de
las ejecuciones. La venganza de Fausta. Rústica. N$15.00
531.· ZEV ACO, Miguel: Los Pardaillán. Tomo IV: Una tragedia en la Bastilla.
Vida por vida. La crucificada. Rústica.
532. ZEVACO, Miguel: Los Pmdoillán. Tomo V: El vengador de su madre.
Juan el Bravo. La hija del Rey Hugonote. Rústica N$15.00
548. ZEVACO, Miguel: Los Pardoillán. Tomo VI: El tesoro de Fausta. La pri-
sionera. La casa misteriosa. Rústica. N$15.00
555. ZEVACO, Miguel: Los Pardoillán Tomo VII: El día de la justicia. El san-
to oficio. Ante el César. Rústica. N$15.00
556. ZEVACO, Miguel: Los Pardaillán Tomo VIII: Fausta la diabólica. Par-
daillán y Fausta. Tallo de lirio. Rústica. N$15.00
558. ZEVACO, Miguel: Los Pardillán. Tomo IX: La abandonada. La dama
blanca. El fin de los Pardaillán. Rústica. N$15.00
412. ZOLA, Emilio: Naná. Prólogo de Emilia Pardo Bazán. Rústica. N$ 9.00
414. ZOLA, Emilio: La taberna. Prólogo de Guy de Maupassant. Rústica N$ 12.(JO
58. ZORRILLA, José: Don Juan Tenorio. El puñal del Godo. Prólogo de Sal-
vador Novo. Rústica. N$ 8.00
153. ZORRILLA DE SAN MARTIN, Juan: Tabaré. Estudio crítico por Rai-
mundo Lazo. Rústica. N$10.00
418. ZWEIG, Stefan: El mundo de ayer. Rústica. N$12.00
589. ZWEIG, Stefan: Impaciencia del corazón. Rústica. N$10.00
DICCIONARIO
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PORRUA.
DE HISTORIA, BIOGRAFÍA ~
Y GEOGRAFÍA DE Mf~XICO ~
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SEXTA EDICION EN PREP ARACION
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