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Estimación de escorrentía mejorada utilizando modelos de precipitación y escorrentía

basados en eventos.

Introducción
En hidrología urbana, la estimación directa de la escorrentía superficial es la base para el diseño de
estructuras hidráulicas (King y Balogh 2008). Para este propósito, a menudo se prefieren los
modelos de precipitación-escorrentía basados en eventos debido a su simplicidad para aplicaciones
hidrológicas operativas en tiempo real (Tramblay et al., 2010). El número de la curva de
Conservación de suelos de recursos naturales (NRCS-CN) (antes modelo de servicio de
conservación de suelos (SCS) -CN) es el modelo más popular y ampliamente utilizado para la
estimación de la escorrentía. Originalmente, fue desarrollado por el SCS, Departamento de
Agricultura de los Estados Unidos (USDA), en respuesta a la complejidad del uso del suelo agrícola y
la abstracción hidrológica de la precipitación pluvial utilizando un parámetro clave llamado
número de curva (CN), que varía con el precipitación acumulada, tipo de suelo, uso de la tierra y
condiciones de humedad en los antecedentes (AMC). El modelo está documentado en el Manual de
Ingeniería Nacional del NRCS, Sección-4 (NEH-4) (Chung et al., 2010; Ponce y Hawkins, 1996; Soulis
y Valiantzas, 2012). Debido a su simplicidad, insumos ambientales bien documentados y la
incorporación de muchos otros factores en un solo parámetro CN, el modelo se convirtió en el más
popular para ingenieros y practicantes de hidrología de cuencas pequeñas (Mishra y Singh 2003,
2006; Soulis et al. ) y pronto fue adoptado para varias regiones, usos de la tierra y condiciones
climáticas (King y Balogh 2008, Romero et al.2007, Soulis y Valiantzas 2012). Ha evolucionado más
allá de su alcance original y se ha convertido en una parte integral de los modelos de simulación
continua (Soulis y Valiantzas 2012).
A pesar del uso generalizado, el modelo NRCS tiene algunas desventajas importantes, como los
efectos ambiguos de los AMC, su fuerte dependencia de un único parámetro (el CN), su precisión
variable en diferentes biomas, la imposibilidad de incluir efectos espaciales, la relación de
abstracción inicial fija de 0.2, y las limitaciones del tamaño de la cuenca hidrográfica (Hawkins
1993, McCuen 2002, Ponce y Hawkins 1996, Soulis y Valiantzas 2012). El uso de los parámetros
documentados del modelo NRCS sin calibración a veces dio como resultado errores significativos en
la estimación de la escorrentía superficial (Ajmal y Kim 2014; Grunwald y Norton 2000; Jeon et
al.2014; Mishra y Singh 2003). Los resultados de muchos estudios han apoyado su mejora adicional
(por ejemplo, Ajmal y Kim 2014, Jain et al.2006b, Mishra y Singh 2003, Soulis y Valiantzas 2012,
Tramblay et al., 2010). A partir de varios estudios recientes llevados a cabo en diferentes partes del
mundo, se encontró que un valor de λ promedio más o menos igual a 0.05 era más consistente que
el 0.2 originalmente asumido y, por lo tanto, se recomendaba para aplicaciones de campo (D'Asaro
y Grillone 2012; Mishra et al., 2004; Woodward et al.2003; Yuan et al.2014).

Además de la ambigüedad de la abstracción inicial, la precisión del método de determinación


de los valores CN es desconocida y, sobre la base de evidencia empírica, los sistemas
hidrológicos están sobrediseñados utilizando valores tabulados de CN (Schneider y McCuen
2005). El CN es una variable (McCuen 2002) y está en función del uso / cobertura del suelo,
tipo de suelo, condiciones hidrológicas y AMCs (Grove et al., 1998; Jain et al.2006a; Mishra y
Singh 2003; Mishra et al. 2004, 2005). Se ha determinado que es mejor usar los valores de CN
calculados a partir de stormevents en lugar de seleccionarlos de las tablas (Soulis y Valiantzas
2012). Para las cuencas hidrográficas no tratadas, el CN puede seleccionarse de las tablas
USDA NRCS (2004) basadas en el tipo de suelo, la cobertura de la tierra y la práctica, así
como las condiciones hidrológicas y las AMCs (Sahu et al., 2010). Se ha sugerido que los
valores de CN se deben calcular utilizando los datos medidos de precipitación precipitada
(Hawkins 1993). Para representar los efectos integrados de todas las características de la
precipitación y la cuenca hidrográfica, los datos de precipitación pluvial diaria a largo plazo
deben usarse para estimar los CN en lugar de utilizar algunos eventos de tormenta
seleccionados (Mishra et al., 2008b).
dentro de un clima monzónico continental. En esta región, se produce un aumento repentino en los
caudales y altos picos debido a la intensa intensidad de lluvia en la estación húmeda, la baja
capacidad de las capas de suelo poco profundas para retener el agua del suelo y el tiempo
relativamente corto de concentración debido a la pendiente pendientes (Kim et al.2010). Kim y Lee
(2008) y Kim et al. (2010) investigaron que las estimaciones de escorrentía utilizando las tablas de
NRCS no eran satisfactorias y los valores de NC necesitaban calibración. Debido a la falta de datos,
muchos estudios en Corea han dependido de los CNs tabulados desarrollados para las condiciones
en los EE. UU. El modelo NRCS fue desarrollado originalmente para cuencas hidrográficas pequeñas
y medianas en EE. UU. Se debe tener precaución al aplicar este modelo a cuencas hidrográficas de
más de 250 km2 (Ponce y Hawkins 1996). Cuando se trata de cuencas hidrográficas de mayor
tamaño, las distribuciones temporales y espaciales de lluvia se vuelven críticas. Si la distribución
espacial de la lluvia es uniforme, entonces el tamaño de las cuencas hidrográficas no hace
diferencia. En muchos estudios, se ha aplicado para cuencas hidrográficas superiores a 250 km2
(por ejemplo, D'Asaro y Grillone 2012; Deshmukh et al.2013, Jacobs y Sirinavasan 2005; Jeon et
al.2014; Mishra et al.2008b; Tessema et al. . 2014). Los objetivos de este estudio fueron: (1) evaluar
la precisión cuantitativa del modelo original de NRCS utilizando CN tabulados y eventos de
tormenta y (2) sugerir modelos no lineales nuevos y simples para la estimación efectiva de
escorrentía superficial sin tener en cuenta los CN.

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