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ECOLÓGICO
Todos los seres humanos viven de la explotación del medio ambiente para asegurar
su supervivencia, de esta manera, de la naturaleza obtenemos los alimentos, aire
puro para respirar, y todo lo necesario para sobrevivir, pero nosotros solo le
regresamos a ella residuos químicos, destrucción de su hábitat, etc. y con ello solo
afectamos cada vez más lo que ella nos brinda.
Es por ello que desde el seno de la familia se le deben enseñar valores a los hijos
para el cuidado y protección del medio ambiente y de esta manera aprovechar los
recursos naturales de una forma más consiente., utilizando energías sustentables
como: calentadores solares, iluminación a base de fotoceldas, etc., aunque al
principio se requiere una inversión considerable, pero que al paso del tiempo se
recupera, ya que se deja de gastar en el gas, energía eléctrica, etc., otra forma de
apoyar al cuidado de la naturaleza es separando los residuos de desecho.
Nosotros como seres humanos debemos de saber, que el hombre no sea un ser
natural más, no significa que sea "dueño de la naturaleza" o que pueda utilizarla de
un modo arbitrario o agotar sus recursos indiscriminadamente: el hombre no posee
derechos absolutos sobre la naturaleza, sino que debe administrar sus recursos
naturales en un marco de respeto hacia la realidad natural en sí misma considerada
y hacia las generaciones futuras. Destruir la naturaleza, no respetar su riqueza,
dinamismo y leyes equivale a no respetar al hombre que ha de vivir de ella y en ella.
Cuando no tratamos adecuadamente y con benevolencia la naturaleza, tampoco
nos estamos comportando nosotros de acuerdo con nuestra naturaleza humana y
dignidad.
Los calentadores solares se componen de tres partes: el colector solar plano, que
sirve para capturar la energía del sol y transferirla al líquido, el tanque térmico, que
es donde se almacena el agua caliente y se mantienen a alta temperatura y, por
último, el sistema de tuberías donde circula el agua.
No son necesarios que los medios masivos de comunicación social se hagan eco
del clamor que hace nuestra tierra, para darnos cuenta que algo está sucediendo,
algo está fuera de lugar y que es necesario recomponer. Hemos roto el delicado
equilibrio que nos unía a la naturaleza, desde hace cien mil años momento en el
que apreció el hombre; equilibrio que ningún otro ser viviente sobre la superficie
terrestre ha corrompido, pero que sin dudas también sufre las consecuencias.
Y para esto tenemos que actuar de tal forma que aprendamos diferentes tipos de
maneras de cómo cuidar a nuestro medio ambiente como lo son:
• Ahorramos energía.
• La tienda ecoeficiente.
• Un equipo sensibilizado.
• El algodón orgánico.
EN EL TRANSPORTE
La flota de camiones de, que transporta cada año más de 200 millones de prendas,
utiliza el 5% de combustible biodiesel. Esta medida permite reducir las emisiones
de más de 500 toneladas de CO2 a la atmósfera.
Los elementos que integran cada cultura son las formas de vida, es decir, la manera
en que una sociedad asegura su subsistencia y se adapta al medio físico; la
estructura social, o sea, cómo se ordena la sociedad teniendo en cuenta las
relaciones que mantienen sus integrantes entre sí (parentesco, vecindad, clases
sociales, sexo, edad); las creencias, los valores, las normas y los principios
aceptados mayoritariamente (lo que la sociedad considera que está bien y que está
mal); la organización política (formas de gobierno, autoridades, leyes), y la religión,
la lengua, el arte.
Sin embargo, las culturas cambian. Estos cambios pueden producirse por la lenta
aparición y aceptación de nuevas pautas o costumbres. Pero, normalmente, la
mayor parte de los cambios son el resultado del contacto con pueblos que tienen
rasgos diferentes. Estos contactos tradicionalmente se producían como
consecuencia de las guerras o las conquistas, pero también por vías pacíficas como
el comercio. A esta forma de introducir cambios -cuando las innovaciones se
transfieren de un grupo cultural a otro- se la llama difusión. No todo se transfiere de
un grupo a otro sin problemas. Es fácil que se transmitan nuevas técnicas para
producir alimentos. Pero no será tan simple que se adopte una nueva religión.
Curioso es destacar la semejanza de los fines de todas las culturas entre sí, esto
es, se tiende a una unidad psíquica de la humanidad. Las necesidades que
experimenta el ser humano pueden ser de orden primario (o fisiológicas),
secundarias (psíquicas), y su satisfacción es variada en cada cultura.
El lenguaje
El hombre puede alterar y adaptar el lugar donde se encuentra para poder vivir. Lo
realizado por el hombre para satisfacer sus necesidades físicas, constituye la cultura
material, la cual no es parte de la cultura, sino el producto de la misma, y mediante
su estudio se conoce la vida que desarrollaron los seres humanos.
La tecnología se puede considerar como la suma de las técnicas que poseen los
miembros de una sociedad. La aplicación de la tecnología da como resultado
artefactos, tales como instrumentos, recipientes, alimentos, vestidos, albergues,
etcétera.
Esto significa que si bien el hombre como sujeto, es portador de actividad, esto no
se engendra por generación espontánea, de modo incondicionado. Posee
condiciones generales para su existencia en tanto tal; todo un sistema de
mediaciones: necesidad, interés, fin, medios y otras determinaciones, engendradas
en el proceso de acción, hasta culminar en el resultado impulsado por la praxis. Se
trata de un proceso internamente complejo y contradictorio, mediado por la práctica,
en tanto relación sujeto y objeto, donde lo ideal y lo material se convierten
recíprocamente, devienen idénticos. La práctica, tiene una jerarquía particular en
los marcos de la actividad humana. Expresa la actividad material adecuada a fines.
Por eso engendra la propia necesidad y funda los intereses, fines y medios en
función del resultado apetecido. Resultado que debe coincidir con el fin, en tanto
expresión de la necesidad y los intereses del hombre.
Hablamos de las actividades que los hombres desarrollan para sufragar las
necesidades que les son propias. Tal cosa es la economía y no otra. Y toda
explicación que pretextando motivaciones técnicas conduzca a resultados distintos
de los enunciados servirá, seguramente, para agudizar las enormes e injustas
concentraciones de medios que caracterizan a las economías llamadas modernas,
a expensas de quienes desde siempre fueron despojados del producido de su
personal trabajo.
ECONÓMICO
¿La economía? el producto del trabajo humano, en último análisis- no debe verse
con perspectiva histórica sino biológica. Lo diré, en otros términos: si el hombre
trabaja para satisfacer sus necesidades, lo debido, lo justo es que las satisfaga en
el tiempo que dura su vida, con la premura que cada necesidad le impone y en la
medida que su esfuerzo haya resultado fructífero.
Y en este punto es preciso advertir que mientras ese hombre espera sin esperanza
o padece su pobreza, los hay que desde ayer exhiben con frivolidad e impudicia las
riquezas mal habidas mediante el trabajo de otros y depositadas sobre las cenizas
de tantas esperanzas frustradas. Recuerdo las leyendas que los comerciantes y
artesanos de otrora ponían en sus negocios y talleres: hoy no se fía, mañana sí.
Los modernos recursos dialécticos, con sofisticada apoyatura técnica y
comunicacional, han incorporado ese mensaje para consuelo de los postergados
Cuando una pregunta es debidamente formulada, suele conducir a la respuesta
correcta. En nuestro caso la pregunta es, además, simple: ¿la economía es para el
hombre o el hombre es para la economía.
La vida del hombre ha sido desacralizada por completo y reemplazada por una
visión interesada de su finitud. En definitiva, el trabajo humano ha sido reducido a
una variable económica llamada mercado laboral, la cual interactúa con otras
variables también económicas, tales como los mercados de capitales, tecnológico,
etcétera. ¿Dentro de tal concepción? que puede llamarse de fundamentalismo
económico o de mercado- es obvio que el trabajo humano habría de ser devaluado.
EDUCACIÓN
A esa exigencia social de información, derivada del interés que manifiestan las
familias y los ciudadanos por la educación, se unen otros motivos relacionados con
las condiciones económicas actuales. Se compartan o no las tesis de la Teoría del
Capital Humano, no cabe duda de que la formación de las personas que participan
en los procesos productivos constituye un factor fundamental para el desarrollo de
los países. De ahí deriva una seria preocupación por conocer el estado y la situación
del sistema educativo, por cuanto constituye la oferta formativa básica al servicio
del conjunto de la población.
Hoy en día está claro que la "universidad, más que un fin en sí misma, es una
institución cuya misión, quehacer y resultados deben estar al servicio del desarrollo
armónico e integral del hombre y de la sociedad, por lo que en primer término debe
responder y rendir cuenta a la comunidad nacional que la rodea y todo anterior
conlleva necesariamente el que su quehacer sea evaluado como institución de
educación superior que es. En la actualidad existe una justificada y creciente
preocupación en relación con la garantía de la calidad, tanto de la universidad como
institución, como de sus programas académicos.
Es en este contexto que surge la acreditación como un proceso por medio del cual
un programa o institución educativa brinda información sobre sus operaciones y
logros a un organismo externo que evalúa y juzga, de manera independiente, dicha
información para poder hacer una declaración pública sobre el valor o la calidad del
programa o de la institución.