You are on page 1of 2

Esta zona de la M30, rebautizada Calle30 por nuestro Faraón, es centro de los ataques

haussmannianos de la sucesiva hilera de gentuza que ocupa la alcaldía y cargos


aledaños de esta Villa y Corte desde que hace muchos años, por no decir desde siempre.
Si recordáis las obras o las habéis sufrido o si pasáis a menudo por este secadero de
tabaco sabréis que aquí uno no puede hacer más que footing, montar en bici, o estar de
paso y eso es lo que nuestro faraón quiere: que estemos de paso por el mundo que
Madrid sea un lugar en el que sus habitantes no dejen ninguna huella ni marca de su
paso por ella; una ciudad en la que los vecinos no se hagan cargo de su barrios y sus
calles puesto que no son de ellos, en la que no puedan expresar ni materializar sus
necesidades y deseos. Nos dicen que la ciudad es de todos y es mentira: es de ellos, nos
la han robado y ahora la manejan: la abren, la cierran, la cambian, la renuevan casi
continuamente y en todas estas acciones la ciudad pierde sus huellas hasta que no queda
rastro de nadie ni de nada. Esta ciudad es una propiedad privada.
Madrid es una actriz decadente que vive de un pasado que apenas recuerda y que
muestra al mundo un largo historial de cirugías estéticas, implantes de silicona y unos
horribles labios de botox. Y esto sigue y no quieren que pare. Recordad las plazas
antiguas y sus árboles, las fuentes, la sensación de que había pasado la vida por esos
lugares, muchas vidas. Pensad en ellas ahora, en esas explanadas de loseta, en el
cemento y el hormigón como pruebas de la modernidad de esta ciudad, una ciudad a la
vanguardia: ¿a la vanguardia de qué?, ya sabéis de qué: de la muerte y del olvido, una
ciudad que no quiere memoria de nada que le resulte incómodo, una ciudad que se
gobierna con los mismos esquemas y principios con los que se gestiona las secciones de
caballero o de señora del Corte inglés y que no ofrece servicios a sus habitantes, se los
vende.
Acaban de tirar la Mahou, llenando de polvo tóxico los colegios y casas de la zona, y
luego va el campo del Atleti, en un nuevo regalo del faraón a las sacyres, ferroviales,
construcciones y conratas y los diversos capitales especulativos que lo sostienen y de
paso se paga la próxima campaña electoral. El faraón nos quiere olímpicos y no para de
cerrarnos en círculos y de acosar toda forma de vida real y espontánea que pueda surgir
de la fricción entre humanos, entre humanos y animales, árboles o lo que se tercie.
Porque han convertido Madrid en una enorme losa de cemento y de cementerio, porque
esta ciudad es el ejemplo más claro del fascismo que nos viene (o que ya nos ha venido),
porque no se quiere una ciudad de ciudadanos, sino un espacio diseñado y administrado
para clausurar la vida y reducirla a relaciones entre esclavos que se mueven por una
cárcel pensando que es un centro comercial, por mil razones y principalmente porque
molesta, A LA CALLE Y A POR ELLOS!!!!!!!!!

You might also like