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Universitas Psychologica

Pontificia Universidad Javeriana


lopezw@javeriana.edu.co
ISSN (Versión impresa): 1657-9267
COLOMBIA

2002
Cristina Civera Mollá / Juan Carlos Pastor Soriano / Francisco Alonso Pla
UN SIGLO DE SELECCIÓN DE CONDUCTORES EN ESPAÑA
Universitas Psychologica, enero-junio, año/vol. 1, número 001
Pontificia Universidad Javeriana
Bogotá, Colombia
pp. 19-30

Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal

Universidad Autónoma del Estado de México


UN SIGLO DE SELECCIÓN DE CONDUCTORES EN ESPAÑA 19

UN SIGLO DE SELECCIÓN
DE CONDUCTORES EN ESPAÑA

CRISTINA CIVERA MOLLÁ, JUAN CARLOS PASTOR SORIANO, FRANCISCO ALONSO PLA*
FACULTAD DE PSICOLOGÍA, UNIVERSIDAD DE VALENCIA
INSTITUTO UNIVERSITARIO DE TRÁFICO Y SEGURIDAD VIAL (INTRA),
UNIVERSIDAD DE VALENCIA

RESUMEN
En su intento de trasponer a la normativa española la Directiva 91/439 del Consejo de las Comunidades
Europeas que regula las clases y modelos del permiso de conducción, las aptitudes de los conductores y las
pruebas necesarias para verificarlas, el Reglamento de Conductores en España ha ratificado la necesidad de que
todos los aspirantes a la obtención o renovación del permiso de conducir se sometan a una exploración médi-
co-psicológica previa a la concesión del permiso de circulación. La normativa mantiene una acción psicológica y
un modelo preventivo, que fue legalizado en 1934, aunque ciertos ayuntamientos ya lo venían exigiendo para
conductores del transporte público. Este ámbito definió el primer rol de actuación profesional de tipo psicoló-
gico en España, y ayudó al desarrollo de la disciplina, ya que propició investigaciones empíricas, experimentales
y tecnológicas. Se ofrece un análisis de la evolución, interna y externa, del modelo, su papel en el mercado labo-
ral de los titulados en psicología y su grado de aceptación social.
Palabras clave: selección de conductores, rol psicológico, tests, representación social, profesionalización,
mercado laboral, historia social, prevención accidentes tráfico.

ABSTRACT
Due to the Directorial 91/439 of Cee Council who regulate driving licence, the drivers abilities and re-
quired proves to prove true them. The Reglamento General de Conductores required from all of candidates to
obtein/renewad licence submitted to physical an psychological examination to obtain driving licence. The
Reglamento General de Conductores maintained psychological test and a preventive pattern, legalized at 1934,
although any City Halls required it for public transport. We offered an analysis of internal and external evolu-
tion of the model, and the importance in proffesional labour of psychologist and the popularity of the society.
Key words: Drivers selection, psychological role, test, social representation, proffesionalism, laboral
market, social history, traffic accident prevention.

* Francisco Alonso Pla, Facultad de Psicología, Universidad de Valencia e Instituto Universitario de Tráfico y Seguridad Vial INTRAS,
Universidad de Valencia.
Correo electrónico: francisco.alonso@uv.es

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20 CRISTINA CIVERA MOLLÁ, JUAN CARLOS PASTOR SORIANO, FRANCISCO ALONSO PLA

Introducción nes prácticas durante la Primera Guerra Mundial en prác-


El sector del transporte de mercancías y perso- ticamente todos los países beligerantes, ha tenido suer-
nas no ha sido ajeno a la demanda de desarrollar las tes –y modelos de intervención– diferentes en cada país.
posibilidades prácticas de aplicación de los conocimien- El objetivo es ofrecer el caso español, atendiendo a las
tos psicológicos. La mayor parte de los países avanza- principales dimensiones que lo singularizan.
dos del mundo, a través de organismos públicos y
privados, comenzaron a regular, desde principios de
siglo, el acceso al puesto de trabajo, y el mantenimien- Historia y desarrollo legal del modelo preventivo
to en el mismo de los conductores de vehículos de La historia del modelo en España se inicia en los
servicio público o de transporte colectivo a través de años 20 algunos años después que en el resto de Euro-
requisitos y pruebas de carácter selectivo y obligatorio pa (Barjonet y Tortosa, 2000). Desde el principio, los
(Barjonet y Tortosa, 2000). Se solicitó de distintos pro- aspectos físicos necesarios para un adecuado desem-
fesionales –médicos, ingenieros, psicólogos– el diseño peño de la tarea de conducción los exploraban y
de exámenes de aptitud que permitiesen ofrecer dictáme- evaluaban los profesionales de la medicina; mientras
nes de capacitación para el correcto desempeño de las que los aspectos –normales y patológicos– psicológi-
citadas actividades profesionales. Para efectuar aque- co-aptitudinales eran explorados por psicotécnicos
llos primeros exámenes de aptitud se recurrió al enfo- primero, y por psicólogos profesionales después.
que diferencial-psicofísico o al diferencial-psicométrico El objetido de la exploración era, y es realizar, in-
(González et al., 1988; Tortosa et al., 2000a). dividualmente, una valoración del estado psicofísico ac-
España no fue ajena a este proceso. Siguiendo los tual de cada aspirante, con arreglo a unos parámetros de
modelos alemán y francés (Caparrós, 1985; Gundlach, normalidad –física y psíquica–, obtenidos mediante la
1998a), España se incorporó al necesario proceso de utilización de instrumentos y pruebas homologadas. Con
adecuar o elaborar ex novo pruebas de evaluación, algo ello se pretendía, más que predecir el mayor o menor
que se hizo, obviamente, desde el anclaje científico- riesgo de un potencial conductor de sufrir o producir
investigador y científico-tecnológico en la propia psi- incidentes o accidentes, establecer –o prever– el posible
cología, y dentro de los cauces abiertos por la deterioro de ese estado psicofísico, en el convencimien-
administración o las empresas. to de la posible influencia de dicho estado sobre la cali-
Aquella exigencia ayudó a definir un campo de dad de la conducción.
actuación profesional especializado, la entonces Formalización legal del modelo
psicotecnia aplicada al sector del transporte de perso-
La historia de las ideas psicológicas en España es
nas y mercancías (tranvías, trenes, autobuses, camio-
peculiar (Carpintero, 1994; Tortosa et al., 1998), si bien
nes, coches, aviones, barcos). Dentro de ese marco de
caben pocas dudas de que fue la psicotécnica la que
la –luego– llamada psicología aplicada al transporte
propició la incorporación posterior de una psicología
(Soler y Tortosa, 1987; Bandrés y Llavona, 1996;
general y experimental. Los años veinte vieron fraca-
Montoro y Toledo, 1997; Tortosa et al., 1993a, 1993b,
sar la institucionalización de una psicología académica,
1995; Saiz y Saiz, 1998), al menos en España, un pilar
pese al conocimiento e incorporación de ideas de los
fundamental fue el hoy denominado modelo español
de seguridad vial (Montoro, 1991, Montoro et al., 1991, principales psicólogos del momento. Con todo, du-
1995, 2000). Con este término se etiqueta la actuación rante esos años se generó un modelo de selección de
psicológica en la optimización del proceso del tráfico conductores, propiciado por la pragmática incorpora-
y el transporte, y la prevención de incidentes y acci- ción por profesionales diversos –básicamente ingenie-
dentes actuando sobre los grandes factores que defi- ros y médicos– de una psicotécnica que había mostrado
nen las situaciones viales. Un ámbito de actuación su utilidad en tiempos de guerra (Tortosa et al., 1989a
profesional en el que la exploración –selección positi- y 1989b, 1992).
va– de conductores profesionales primero, y la de to- La existencia de personas que hacían psicotecnia
dos los conductores, cada vez que se obtiene un nuevo propició el proceso de institucionalización, ya que con
permiso o se renueva el periodo de vigencia de uno ya esa acción técnica y crecientemente profesionalizada,
concedido después –selección negativa–, es una parte el rol de psicotécnico fue cobrando forma y reconocimiento
fundamental (Tortosa et al., 1995, 2000a). social, incorporado a la dinámica económica y social
La historia de la aplicación, con fines preventivos, desde la orientación y la selección profesional.
de los conocimientos, métodos y técnicas psicológicas a La pujanza de la psicotecnia propició en muchos
este sector socioeconómico, inicialmente vigente en casos la institucionalización de una psicología científi-
muchos países europeos e impulsado por las seleccio- ca; así ocurrió en Centroeuropa, Escandinavia, países

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de la ex URSS, área francófona, Gran Bretaña, Holan- internacionales iban reafirmando, además, la necesi-
da, Italia y España (Barjonet y Tortosa, 2000). dad de las actividades selectivas en los diversos ámbi-
Fiel reflejo de este estado de cosas fue la organiza- tos profesionales.
ción de la Association Internationale de Psychotechnique Durante el corto ínterin de la II República (1931-
(Trombetta, 1998), que facilitó encuentros entre los 1939) comenzó la regulación legal de las actividades de
psicotécnicos de distintos países en sucesivas conferen- selección psicotécnica de los conductores profesiona-
cias internacionales (Gundlach, 1998b). Esta Asociación les. Un hecho propiciado sin duda por el éxito de las
enfatizó el papel de unos exámenes de aptitud que aca- primeras selecciones (Soler y Dopff, 1930) y la extra-
barían combinando pruebas psicofísicas con pruebas polación de la psicotécnica a nuevos ámbitos como
psicométricas. Los psicotécnicos españoles, incorpora- los de formación (conductores, agentes, niños), cam-
dos al proyecto desde su origen, formaron parte activa bio de actitudes (campañas de seguridad vial), asesora-
del proceso (Tortosa, 1994), consiguiendo que el Insti- miento técnico (diseño de señalización vial, de
tuto de Orientación Profesional de Barcelona organiza- carreteras, organización del tráfico, etc.) o peritaje de
se la Segunda (1921) y Cuarta (1930) Conferencia accidentes (Tortosa et. al., 1989a, 1989b, 2000a).
Internacional, en cuyas conclusiones se acentuaba la ne-
En 1933, el gobierno republicano aceptaba la su-
cesidad de someter a los conductores de los servicios de
gerencia de los especialistas –liderados por Germain
transporte a un examen de aptitudes psicofisiológicas
en representación del gobierno central y Mira por par-
(Saiz et al., 1994, 1995).
te del de la Generalitat de Catalunya, y modificaba el
La primera respuesta en España vino de la mano apartado “C” del artículo 5º del Reglamento de Circu-
de Emilio Mira (1922-1923, 1924), director del labora- lación aprobado en 1926, en el sentido de exigir un
torio psicométrico del Instituto de Orientación Profe- certificado de aptitud psicofisiológica para la obten-
sional de Barcelona, figura clave de la psicotécnica del ción de los permisos de conductores profesionales. El
transporte en España e Iberoamérica (Hoffman et al., nuevo reglamento entraría en vigor el 1º de enero de
1994; Tortosa et al., 2000b, 2000c; Saiz y Saiz, 1996). 1934, incorporando con carácter obligatorio, al ya clá-
La historia comienza en Madrid algo más tarde, sico estudio de las condiciones físicas del conductor,
ya que allí el Instituto de Orientación Profesional se una exploración psicológica, con lo que consolidaba
inauguraría hasta octubre de 1924. A este centro, de la de manera definitiva este campo de acción social del
mano de Madariaga, Rodríguez-Lafora y Oller se in- psicólogo. La disposición “colocó a España a la van-
corporó José Germain (Tortosa y Marti, 1996), desti- guardia de los países que adoptaban medidas científi-
nado a jugar en el área lingüística de habla castellana cas encaminadas a elevar la calidad y la seguridad de
un papel similar al de Emilio Mira en la catalana los conductores, así como para disminuir la accidenta-
(Tortosa et al., 2000b, 2000c). Inmediatamente comen- lidad en el tráfico” (Mallart, 1975). Los institutos y su
zó un activo contacto con el Instituto catalán, que aun red territorial eran los encargados de explorar a los
pasando por años difíciles bajo la dictadura de Primo conductores y emitir los correspondientes dictámenes
de Rivera, mantuvo su alto nivel. de aptitud.
Ambos Centros acabarían convertidos en insti- Apenas se pudo comprobar la eficacia de la nor-
tutos de orientación y selección profesional cuando,
ma, al estallar poco después una cruenta guerra civil
en 1928,, la reforma del Estatuto de Formación Profe-
en España que, entre otros muchos males, propició el
sional elevó a la categoría de tales los servicios existen-
exilio de buena parte de los más representativos cien-
tes en Carcelona y Madrid, dotándolos de una creciente
tíficos españoles a Iberoamérica (Ardila, 1971, 1984,
red territorial de oficinas-laboratorios de orientación
1986, 1989, 1998). A sus tierras de acogida llevarían el
y selección profesional, que los institutos de Madrid y
modelo psicotécnico preventivo que se había desarro-
Barcelona dirigían y coordinaban. Compartían com-
llado en España, una práctica profesionalizada que lue-
petencias y programas de actividades similares: estu-
go tuvo suertes diversas (Hoffmann et al., 1994; Tortosa
dios de fisiología y psicología referidos al trabajo
profesional, elaboración y valoración de tests, orienta- et. al., 2000b; Durán, 1999).
ción y selección profesional, seguridad laboral, inspec- Reafirmación del modelo
ción de servicios psicotécnicos de empresas privadas, En la España franquista el inmovilismo presidió
estudio de las condiciones de trabajo y organización la reanudación de la actividad psicotécnica. El ahora
científica del mismo. Instituto Nacional de Psicología Aplicada y
La situación española no hacía sino reflejar el buen Psicotecnia (INPAP) de Madrid, y la Red Territorial de
momento que, en Europa, están pasando la psicotecnia Institutos mantuvieron el esquema organizativo an-
aplicada a los transportes. Las sucesivas conferencias terior, dedicándose a tareas de orientación y selec-

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ción vocacional y profesional, psicotécnica laboral y y actitudes–, responsables del armónico uso de las ha-
escolar (Calatayud et al., 1984). Además, en combina- bilidades, y llaman la atención sobre las fluctuaciones y
ción con psicotécnicos militares, comenzaron a prac- los factores que producen modificaciones en el desem-
ticas selecciones en las tres armas del ejército peño de las destrezas. Se comienza a trabajar en temas
(Germain, 1958), dada la entonces inexistencia de tan diversos como visión y percepción de eventos y
organismos psicotécnicos autónomos en las Fuerzas señales del entorno circulatorio, fatiga, ergonomía, per-
Armadas. sonalidad, suicidio y accidentes de automóvil,
En la década de los 50 no hubo cambios en la psicopatología, alcohol, drogas y psicofármacos, agre-
legalidad, pero sí en la forma de implementarla, en sividad, predisposición al accidente, epidemiología, in-
buena medida debidos a avances en el proceso ins- tervención en accidentados y validez de las exploraciones
titucionalizador de una psicología que, ya profesio- psicotécnicas.
nalizada desde 1953, enfatizaba la formación científica Todo ello coincide con el desorbitado crecimien-
de sus profesionales. Se adaptaron y validaron prue- to en parque automovilístico y en número de acciden-
bas de la fuerza aérea norteamericana (Pascal, 1983), tes de los años 70, que llevó al Ministerio de
llegó el análisis factorial con Mariano Yela (Tortosa Gobernación a crear, por Real Decreto (R.D.) 1089-
et al., 1994), y comenzó un activo proceso de investi- 1076, una Comisión Nacional de Seguridad Vial en la
gación que culminó, en los años 60, con la creación que la psicología y los psicólogos desempeñaban, como
(1958-1970) de una batería de pruebas del Instituto en los años 30, un papel técnico relevante. Resultado
Nacional de Psicología Aplicada y Psicotécnica. Las de su actuación, y a instancias de la Dirección General
pruebas se apoyan en descripciones factoriales de la de Tráfico, en noviembre de 1979 se aprueba un pri-
aptitud para conducir, no en un profesiograma deri- mer Programa Nacional de Seguridad Vial, en el que
vado del análisis de tareas (selección de textos de uno de sus objetivos era actualizar la normativa sobre
Tortosa et al., 1989). aptitudes mínimas psicofísicas para la obtención y renova-
Diversos eventos, entre ellos la creación de la ción de los permisos de conducir.
Dirección General de Tráfico, propiciaron una revi-
Privatización de la actividad preventiva
sión de la normativa referente a la obligatoriedad de
los exámenes médico-psicológicos para la sección de La década de los años 80 se abre con una norma-
conductores aspirantes a los permisos de primera y tiva que cierra 60 años de historia. El Real Decreto
primera especial. La Orden del Ministerio de la Go- 2689-1980 acababa con los viejos Institutos de Psicolo-
bernación de 5-2-1969, establecía los defectos y las gía Aplicada, convirtiéndolos en Institutos de Orien-
enfermedades determinantes para la denegación de tación Educativa, con lo que perdían su competencia
los permisos de conducir, así como las aptitudes en exámenes de aptitud profesional. Se mantenía, no
psicofísicas que los psicotécnicos debían evaluar en obstante, esta función transitoriamente durante dos
los aspirantes a permisos de conductores de taxis, ca- años, con el objetivo de reorganizar la reglamentación
miones y autobuses. Se debían utilizar pruebas que relativa a la obtención del permiso de conducción.
evaluasen: inteligencia, atención distribuida y concen- La reorganización se basó en la liberalización del
trada, precisión en la concepción de diferencias de sector. El Real Decreto 1467-1982 autorizaba la crea-
velocidad, coordinación de movimientos de ambos ción de Centros de Reconocimiento específicos priva-
brazos, rapidez, precisión y regularidad del tiempo de dos para realizar las exploraciones de los conductores
reacción simple y con inhibición. profesionales, anteriormente función de los institutos
La conducción sigue considerándose como una estatales. Unificaba el examen médico y psicológico de
actividad reactiva, en la agudeza sensorial, coordinación los permisos profesionales en un mismo informe, re-
de movimientos, atención y coordinación perceptivo- conociendo al psicólogo como único profesional ca-
motriz son aptitudes fundamentales a evaluar. Es un pacitado para realizar la exploración psicológica. El
modelo analítico, de habilidades, que confía en que las psicólogo, junto con un médico general y un oftalmó-
pruebas permiten discriminar entre conductores ade- logo, constituían la plantilla mínima obligatoria para
cuada e inadecuadamente capacitados. Se apoyan ahora, que la administración autorizara la apertura y el fun-
no en un profesiograma derivado del análisis de la tarea, cionamiento de dichos centros.
sino en descripciones factoriales de la aptitud para con- El Anexo II del Real Decreto prescribía las apti-
ducir (Montoya, et alt., 1991). tudes que debían ponerse de manifiesto a través de la
Desde hace años los nuevos psicólogos reclaman, e evaluación psicológica (véase Apéndice A). El siguien-
incluso desarrollan o utilizan instrumentos para evaluar te salto cualitativo se producía con el Real Decreto
dimensiones más holistas –sobre todo de personalidad 2272-1985. La exploración médico-psicológica se ex-

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tendía a todos los tipos de permisos de conducir,1 de El presente Reglamento, entre otros aspectos, in-
carácter profesional y particular, pasando con ello el tenta trasponer a la normativa española la Directiva 91/
carácter del examen desde una función exclusivamen- 439 del Consejo de las Comunidades Europeas, modifi-
te de selección a una función de evaluación preventiva cada por las Directivas 94/72 y 96/47. En general, se
de conductores, más acorde con las necesidades socia- trata de Directivas de mínimos, lo que permite a los
les y del propio desarrollo de la psicología. Ampliaba Estados miembros cierta flexibilidad en la implementa-
el campo de variables o dimensiones de carácter es- ción del objetivo de establecer “... un auténtico permiso
trictamente psicológico (inteligencia, personal y esti- de conducción de ámbito comunitario”.
los cognitivos) y mantenía las de carácter psicomotor El título II del Reglamento “... regula las pruebas
(percepción de la velocidad, coordinación manual y de aptitud para obtener autorizaciones administrativas
pruebas de reactimetría). para conducir, determinando tanto aquéllas de carác-
En diciembre de aquel mismo año se publica el ter psicofísico, a evaluar en centros de reconocimiento
Real Decreto 2283-1985, por el que se regula la emisión especializados, como las de control de conocimientos,
de los informes de aptitud necesarios para la obtención aptitudes y comportamientos que pueden medirse en
de licencias, permisos y tarjetas de armas.2 Los psicólo- los oportunos controles, sean éstos en circuito cerra-
gos de los centros entendieron su implementación por do o en vías abiertas a la circulación general”.5
analogía con lo realizado en la obtención/renovación Debe someterse a las pruebas todas las personas
de permisos de conducir (Tortosa y Durán, 1996).3 La que pretendan obtener o prorrogar cualquier permiso
ampliación en el fondo y en la forma, venía a refrendar de conducir, y las que en relación con tareas de conduc-
el singular papel que los profesionales de la salud, médi- ción o con la enseñanza de la misma estén obligadas a
cos y psicólogos, juegan en el ámbito de la seguridad. ello. El dictamen compete a los profesionales –médico,
oftalmólogo y psicólogo– que deben integrarse en los
Centros de Reconocimiento autorizados.
Situación normativa vigente
Existen tres grandes ámbitos de competencia del
Los desarrollos normativos han continuado defi-
psicólogo: a) trastornos mentales y de conducta, b)
niendo el sector, para adecuarlo a la realidad europea.4
trastornos relacionados con sustancias y c) aptitud
Todo ello ha dado paso al Reglamento General de
perceptivo-motora. Queda una cuarta categoría, otras
Conductores (Real Decreto 772-1997). Se trata del úl-
causas no especificadas, que define un amplio margen
timo desarrollo reglamentario del texto articulado de
la Ley sobre tráfico, circulación de vehículos a motor y de posibles causas no incluidas en los apartados pre-
seguridad vial. Cierra un largo pasado, pues deroga el vios, pero que pueden incapacitar para conducir con
capítulo XVI del Código de la Circulación de 1934. seguridad lo cual exige una detallada justificación de
las razones que impiden la adecuada conducción por
parte del facultativo que emita el dictamen (véase Apén-
1
La exposición de motivos enfatiza que: “... razones de seguridad dice B).
vial aconsejan dar igual preponderancia y entrada junto a las de-
ficiencias físicas a las psíquicas, pues es evidente la influencia de
En los dos primeros casos, tanto el médico como
todos estos factores en la conducción”. el psicólogo pueden diagnosticar, pero se requiere,
2
De acuerdo con el artículo 82 del vigente Reglamento de Armas, además del diagnóstico clínico, información adicio-
aprobado por Real Decreto 2179/9181, de 24 de julio, para soli- nal sobre el deterioro funcional que causa el trastor-
citar las licencias, permisos y tarjetas de armas, además de los no, y sobre cómo ese deterioro afecta a las capacidades
requisitos específicos exigidos para cada supuesto, deberán acre- haciendo de la persona diagnosticada un riesgo para
ditar los interesados que poseen las aptitudes psicofísicas ade-
cuadas, con el fin de garantizar que su uso no entraña riesgos
para ellos mismos o para los demás.
3
La modificación del R.D. se apoyó en investigación subvencio- 5
Las pruebas de aptitud psicofísica tendrán por objeto compro-
nada por el propio Ministerio de Interior (Tortosa et al., 1993- bar que no existe alguna enfermedad o deficiencia que pueda
1995), y posteriormente se desarrollaron instrumentos específi- suponer incapacidad para conducir asociada con: a) la capacidad
cos (Tortosa et al., 1995-1997; Montoro et al., 1998-1999, 1999). visual. b) La capacidad auditiva. c) El sistema locomotor. d) El
4
Destaca el Real Decreto 1342-1986, que modifica los artículos sistema cardiovascular. e) Trastornos hematológicos. f) El siste-
6º.2 y 13º del Real Decreto 2272-1985, atribuyendo a Sanidad las ma renal. g) El sistema respiratorio. h) Enfermedades metabólicas
competencias dirimentes en materia psicológica; la Ley 18-1989 y endocrinas. i) El sistema nervioso y muscular. j) Trastornos
de Bases sobre Tráfico, circulación de vehículos a motor y Segu- mentales y de conducta. k) Trastornos relacionados con sustan-
ridad vial, desarrollada posteriormente. El Reglamento General cias. l) Aptitud perceptivo-motora. m) Cualquier otra afección
de Circulación (Real Decreto 13-1992) y el de Procedimiento no mencionada en los apartados anteriores que pueda suponer
Sancionador en materia de Tráfico, Circulación de Vehículos a una incapacidad para conducir o comprometer la seguridad vial
Motor y Seguridad Vial (Real Decreto 320-1994). al conducir”.

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la seguridad vial. La información adicional puede pro- grama (EEG); con el “aparato de precisión en el mane-
venir de un neurólogo, un psiquiatra, un psicólogo, o jo del volante” se vuelve a intentar simular las situacio-
de más de uno de estos facultativos. nes reales de conducción.
En todos los casos se especifican los criterios de Desde mediados de los años 80 se introduce la in-
aptitud para obtener o prorrogar permiso o licencia formática6 en el diseño de instrumentos, simulándose,
de conducción ordinarios, y las adaptaciones, restric- además, algunos de los instrumentos clásicos utilizados
ciones y otras limitaciones en personas o vehículos, o en períodos anteriores, en el caso de las pruebas de anti-
de circulación en permiso o licencia sujetos a condi- cipación (percepción) de velocidad de Maruyama y Kitamura,
ciones restrictivas. el doble laberinto de Bonnardel, y un polirreactígrafo
Evolución interna del modelo programable.
Al modelo subyace una visión ajustada y compleja La incorporación del computador ha abierto
del conductor (Montoro et al., 1995, 1998-2000, 2000). nuevas posibilidades a la exploración rápida y válida
Un análisis esquemático de la misma permite establecer de la aptitud psicomotora (Romero, 1998), así como
unos niveles, que son los que progresivamente va con- a la transculturación de los instrumentos.7 El nuevo
templando la exploración: la capacidad perceptiva y soporte puede simular con gran perfección las ac-
atencional del conductor, su nivel intelectual y las des- ciones y los funcionamientos analógicos de la física
trezas para controlar el vehículo. Además, se tienen en natural y de la acción humana, con las ventajas que el
cuenta características personales que pueden influir so- computador ofrece: abaratamiento de costos, auto-
bre los procesos mencionados, y ciertos estados nomía de funcionamiento, autodecisión, autoinstruc-
psicofísicos, más o menos transitorios, inducidos por ción al sujeto, multifunción, realización de cálculos,
trastornos y adicciones (Montoro et al., 1995, 1996). gráficos, etc.
En los casi 80 años de vida del modelo se han eva- Respecto de otras variables y dimensiones psico-
luado una gran cantidad de variables: aptitudes intelec- lógicas y sus deterioros, se utilizan pruebas de tipo
tuales, estilos cognitivos, aptitudes psicomotoras, psicométrico de entre las existentes en el mercado es-
personalidad y actitudes relacionadas con la conducción. pañol (TEA, MEPSA y García-Yagüe, 1975; MEPSA, 1982;
La distribución por periodos cronológicos responde a TEA, 1992; Calonge y Ávila, 1993).
diferentes puntos de inflexión en el desarrollo del mo-
delo español, algunos de los cuales se atribuirán a estas
Situación actual del ámbito de la seguridad vial
variables e instrumentos, y otros al desarrollo tecnoló-
gico, o a cambios en el ámbito institucional. Quince años llevan funcionando los Centros de
Reconocimiento de Conductores, y en ellos se explo-
Desde el primer modelo se ha intentado combinar
ra, cada año, cerca de tres millones de conductores.
la evaluación analítica de ciertas habilidades con el diag-
De hecho, toda la población con permiso de conducir
nóstico clínico, más global, de dimensiones complejas
existente en España –más de quince millones de ciu-
como la personalidad y la inteligencia, dedicando una
dadanos– ha debido efectuar ya como mínimo un re-
especial atención a los aspectos psicopatológicos, más
conocimiento, y en muchos casos varios, en alguno de
que a los clínicos. Siempre se mantuvieron separados el
los Centros existentes.
momento diagnóstico, del terapéutico (Tortosa et al.,
2000a).
El uso de aparatos electromecánicos, tanto para 6
Se homologaron tres baterías: Driver-Test, Coordinator-2000,
evaluar las aptitudes psicomotoras, como para evaluar L.N.DETER-100 (Blasco y Casas, 1985; Monteverde, 1987; San-
los apectos de personalidad, caracterizan los primeros cho, 1987) que utilizan en detrimento de pruebas más clásicas.
períodos, hasta la década de los 40, existiendo también Un equipo computarizado consta al menos de cuatro elementos:
un micro-computador que actúa como unidad de control y eje-
vehículos esquemáticos que actuaban como precurso-
cución, una pantalla (monitor o TV) para la presentación de la
res de los modernos simuladores. En la década de los situación a estimular, una unidad externa o interna de almacena-
50, se utilizan aparatos electromecánicos para evaluar miento donde reside el programa/s, y una unidad de respuesta
las aptitudes psicomotoras, y se introducen además prue- multifunción para recoger las respuestas del sujeto, con los sufi-
bas de “lápiz y papel” y pruebas proyectivas. cientes elementos o llaves de respuesta para cada una de las prue-
bas que constituyen la batería (fundamentalmente dos pulsado-
En el período 1960-75 aparece una clara tendencia res, dos rotores o palanca y dos pedales).
a sustituir los aparatos por pruebas de “lápiz y papel”, 7
El Instituto Universitario de Tráfico y Seguridad Vial viene lle-
incluso en las evaluaciones de aptitudes psicomotoras. vando a cabo un ambicioso proyecto en esta dirección, bajo la
Continúan en uso pruebas proyectivas para la evalua- dirección de los profesores Montoro y Tortosa (1928, 2001a y
ción de la personalidad, y se incluye el electroencefalo- 2001b).

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UN SIGLO DE SELECCIÓN DE CONDUCTORES EN ESPAÑA 25

El número de Centros ha venido creciendo des- nes de estudios antiguos –mínimamente superado en
de 1982 y, sobre todo, desde 1985 con la ampliación los nuevos–, y el escaso número de estudiantes que
de la exploración a todos los conductores, y a los as- llega a la oferta formativa de tercer ciclo y doctorado.
pirantes a la obtención o renovación de permisos, Las recomendaciones del Colegio de mínimos de for-
licencias y tarjetas de armas, quizás incluso demasia- mación para ejercer (Colegio, 1998), y el proyecto de ir
do aprisa y sin gran control de la administración (Mar- ofreciendo cursos de formación para psicólogos que
tín, 1994). trabajan en Centros puede ayudar a paliar estas caren-
En todo caso, puede decirse que en la actualidad cias desde hace tiempo sentidas.10
existen cerca de 1.500 Centros de Reconocimiento dis- Además existen importantes núcleos de investi-
tribuidos entre las provincias de las 17 comunidades gación que ofrecen productos científicos y tecnológi-
autónomas –sobresalen Andalucía, Cataluña, Galicia, cos (Montoro y Honrubia, 1995; Montoro et al., 1999),
Madrid y Valencia–. como fruto de proyectos en un número creciente de
Desde su aparición, los Centros han venido re- casos subvencionados, y ello tanto con fondos públi-
uniéndose con periodicidad, merced a su organización cos como privados. Ésta es una dimensión refrendada
interna,8 para discutir su problemática y actualizar el incluso por los mass media y los políticos, cada vez más
nivel científico y técnico de sus profesionales.9 Sus atentos a las propuestas de los especialistas (Montoro
Actas, publicadas siempre, constituyen un muestrario y Pastor, 1998).
excelente de la evolución de las preocupaciones sobre En general es buena la imagen de los centros en-
la problemática del sector, así como de la investiga- tre la población española, y ha mejorado con el tiem-
ción centrada en la exploración de conductores. po, lo cual, pese a las dificultades –internas y externas–
Esas asociaciones, y los Centros existentes, man- del sector no deja de ser una buena noticia; además, se
tienen trabajando a un colectivo cercano a los 2.000 ha exportado a Iberoamérica, y es motivo de debate
psicólogos (algunos de tiempo completo y otros de en la Europa actual (Risser, 1997; Durán, 1999;
tiempo parcial), y en ellos ha actuado un elevadísimo Barjonet, 2000).
número de profesionales a lo largo de esos quince años. Datos objetivos permiten constatar que los usua-
Según datos del propio Colegio, al finalizar los años rios de los Centros consideran útil y relevante la ac-
80, el colectivo de colegiados que se dedicaba al ámbi- ción –preventiva– de éstos, y la actuación de sus
to de la seguridad vial como actividad laboral era im- diversos profesionales. La Asociación Española de
portante (Díaz, 1991). Reflejo de ello es su continuada Centros de Reconocimiento viene realizando, desde
presencia en forma de vocalía dentro de la estructura 1988, amplias encuestas para evaluar el nivel de satis-
de gobierno del Colegio Oficial de Psicólogos, y su facción de los usuarios con los Centros, obteniendo
inclusión como uno de los ocho roles básicos defini- resultados satisfactorios (Martín, 1994; Pingarrón,
dos por el Colegio (Colegio, 1998). 1997),11 en todos los casos sin diferencias significativas
Existen todavía lagunas en cuanto a oportunidad en cuanto a sexo y edad, si bien las mujeres tienden a
de adquirir formación específica en seguridad vial, dada ser algo más críticas, y las personas de mayor edad tien-
la casi total inexistencia de oferta curricular en los pla- den a valorar más la contribución a la seguridad vial.

10
Existe una pequeña oferta curricular en aproximadamente una
8
Existen asociaciones provinciales y territoriales (p.e. Asociación cuarta parte de los planes de estudios vigentes, incluso en tercer
Andaluza, Gallega, Catalana, Valenciana, Madrileña, Balear); no ciclo y doctorado, donde el Instituto Universitario de Tráfico y
obstante, la hoy Asociación Española de Centros Médico- Seguridad Vial (INTAS) de la Universitat de Valencia oferta un
Psicotécnicos (ASECEMP) es probablemente la de mayor implan- programa específico y un curso Máster (Montoro, 1998-2000;
tación en el sector, organizadora de eventos y patrocinadora o Montoro et al., 2000).
copatrocinadora de proyectos, monografías, o videos. 11
Entre los resultados más notables: a) un tercio hacía más de cin-
9
En 1984 se celebró el Primer Congreso Nacional de Centros de co años que no se había hecho un reconocimiento médico; b)
Reconocimiento para la Seguridad Vial (Cáceres, 1984), y desde cerca de un tercio afirma que se le ha informado de algo que
entonces, siempre organizados por la hoy Asociación Española desconocía acerca de su salud; c) nueve de cada diez usuarios
de Centros Médico-Psicotécnicos (ASECEMP), se ha continuado manifiesta un elevado –bueno/muy bueno– grado de satisfac-
reuniendo bajo el rubro genérico de RECOSEVIAL . Así, hubo un ción con el reconocimiento que se le ha practicado; d) el 75%
R ECOSEVIAL /2 (Barcelona, 1985), RECOSEVIAL /3 (Santander, afirma que el trato recibido ha sido muy correcto; e) nueve de
1988), RECOSEVIAL/4 (Salamanca, 1990), RECOSEVIAL /5 (Toledo, cada diez usuarios manifiesta que el reconocimiento contribuye
1994) y RECOSEVIAL /6 (Sevilla, 1997). significativamente a la seguridad vial.

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UN SIGLO DE SELECCIÓN DE CONDUCTORES EN ESPAÑA 29

APÉNDICE A
1) Un nivel normal de inteligencia, que se establecerá c) La velocidad de anticipación, así como el tiem-
mediante una o varias pruebas de inteligencia, sea po de recuperación ante una serie de estímulos
de tipo general o libre de sesgos culturales, sea de selectivos que provoquen reacciones diferidas
tipo práctico predominantemente manipulativo. o continuadas;
2) La idoneidad en las siguientes aptitudes sensomo- d) La habilidad y destreza en los movimientos
toras: coordinados de ambas manos, que se determi-
a) El tiempo de reacciones múltiples discrimina- nará mediante pruebas con ritmo impuesto de
tivas, que se evaluará a través de respuestas ejecución que permita medir el número y dura-
motoras de manos y pies ante estímulos visua- ción de los errores.
les (luces y señales) y auditivos; Se podrá verificar la capacidad de aprendizaje del
b) La atención concentrada y la resistencia vigi- examinado, a través de los cambios que tienen lugar en
lante a la monotonía que se apreciará a través el desempeño de este tipo de pruebas.
de las respuestas motoras ante estímulos visua- Igualmente, en los casos en que el psicólogo lo
les (luces y señales) y auditivos presentados en considere necesario, aplicará “aquellas pruebas que
número y tiempo suficientes como para dar permitan evaluar los rasgos de personalidad que afec-
lugar a la aparición de la fatiga; tan o inciden en la Seguridad Vial” (B.O.E. 160).

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30 CRISTINA CIVERA MOLLÁ, JUAN CARLOS PASTOR SORIANO, FRANCISCO ALONSO PLA

APÉNDICE B

Se explora: “10.1 Delirium, demencia, trastornos Dependencia de drogas y medicamentos. 11.7 Tras-
amnésicos y otros trastornos cognoscitivos. 10.2 Tras- tornos inducidos por drogas o medicamentos”.
tornos mentales debidos a enfermedad médico no cla- Se explora: “12.1 Estimación del movimiento. 12.2
sificada en otros apartados. 10.3 Esquizofrenia y otros Coordinación viso-motora. 12.3 Tiempo de reacciones
trastornos psicóticos. 10.4 Trastornos del estado de múltiples. 12.4 Inteligencia práctica”. Señala explícita-
ánimo. 10.5 Trastornos disociativos. 10.6 Trastornos mente: “Cuando según el criterio facultativo, los indi-
del sueño de origen no respiratorio. 10.7 Trastornos cios de deterioro aptitudinal detectados a partir de los
del control de los impulsos. 10.8 Trastornos de la per- predictores utilizados resulten dudosos para determinar
sonalidad. 10.9 Trastornos del desarrollo intelectual. la incapacidad para conducir con seguridad, podrá
10.10 Trastornos por déficit de atención y comporta- requerirse la realización de exploraciones complemen-
miento perturbador. 10.11 Otros trastornos mentales tarias e, incluso, la superación de una prueba práctica de
no incluidos en apartados anteriores”. conducción orientada a la comprobación de las aptitu-
Se explora: “11.1 Abusos de alcohol. 11.2 De- des citadas en el correspondiente informe. Con carác-
pendencia del alcohol. 11.3 Trastornos inducidos por ter general, el facultativo tendrá en cuenta las
alcohol. 11.4 Consumo habitual de drogas y medica- posibilidades de compensación de las posibles deficien-
mentos. 11.5 Abuso de drogas o medicamentos. 11.6 cias considerando la capacidad adaptativa del individuo.”

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