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AFECTO

ALEXIS MONCADA 1181397

UNIVERSIDAD FRANCISCO DE PAULA SANTANDER


FACULTAD DE INGENIERIA
PROGRAMA ACADEMICO
CUCUTA
20018
AFECTO

ALEXIS MONCADA 1181397

TRABAJO DE AFECTO

DIRECTORA
ALBA JUDITH HERNANDEZ FLORES

UNIVERSIDAD FRANCISCO DE PAULA SANTANDER


FACULTAD DE INGENIERIA
PROGRAMA ACADEMICO
CUCUTA
2018
el afecto es una de las pasiones del ánimo. Se trata de la inclinación hacia a alguien
o algo, especialmente de amor o cariño. Por ejemplo: “La actitud de Ricardo fue una
auténtica demostración de afecto”, “Todos los niños deben ser tratados con afecto”,
“El afecto es imprescindible en las relaciones humanas, pero no impide que puedan
producirse roces y conflictos”.

Es habitual que la noción de afecto se utilice de manera más formal o distante que
el concepto de amor. No es lo mismo sentir afecto por alguien que amarle. Por otra
parte, no es frecuente decir que se ama a un objeto, mientras que tener afecto por
una cosa es más común: “No voy a regalar ningún juguete de mi infancia ya que les
tengo mucho afecto a todos”, “Yo sé que debería decirle lo que pienso, pero no
quiero lastimarlo ya que siento afecto por él”.

Para la psicología, la afectividad es la susceptibilidad del ser humano frente a


distintas alteraciones del mundo real o simbólico. Por lo general se produce a través
de un proceso interactivo (quien siente afecto recibe algo de la otra parte): “Lautaro
sintió un gran afecto al enterarse de la noticia”.

Algunos de los puntos fundamentales de la afectividad son los siguientes: la


preponderancia de la familia y de las relaciones amorosas; se inhiben las funciones
de la consciencia; se plantean metas bien definidas hacia las cuales se dirigen el
querer, las tendencias y el sexo; se produce una oscilación entre lo que agrada o
desagrada y lo que se odia, que representan dos polos de tipo sexual.

Afecto Según Antonio Dalmasio, un reconocido médico neurólogo originario de


Portugal, las emociones y todas las reacciones que de ellas se desprenden tienen
una conexión con el cuerpo, pero los sentimientos están ligados a la mente. A pesar
de que nadie haya establecido una serie de diferencias formales entre el afecto y
las emociones, hay autores que definen el primero como un proceso de interacción
entre un mínimo de dos personas, pero consideran que las últimas ocurren en la
intimidad de cada individuo.

Por otro lado, existe la postura de Benedicto de Spinoza, un filósofo neerlandés del
siglo XVII, opuesta a la anterior en cuanto a los vínculos entre afecto, emociones,
cuerpo y mente. Según sus estudios, existían diversos afectos, que podemos
observar a continuación:

* el deseo: cuando una persona se determina a realizar una acción movido por una
afección que proviene de su propia esencia;

* la alegría: se da al trascender de un grado de perfección a otro mayor;

* la tristeza: el fenómeno inverso a la alegría;

* la admiración: tiene lugar cuando el alma queda perpleja ante una imagen, dado
que no puede conectarla con otras;

* el desprecio: dado el insignificante impacto producido en el alma por una cosa, la


primera intenta buscar todo lo que en esta última no encuentra, en lugar de prestar
atención a lo que sí advierte en ella;

* el amor: es la combinación de una alegría con un hecho de origen externo al propio


ser;

* el odio: similar al amor, se conjuga una tristeza con una causa externa;

* la propensión: se da cuando la idea de un objeto que accidentalmente provoca


alegría, acompaña a una alegría;

* la aversión: es como la propensión, pero en lugar de alegría se centra en una


tristeza;

Por otra parte, se dice que una persona está afectada a algo cuando es destinada
a prestar sus servicios o ejercer funciones en una cierta dependencia: “Los
jugadores afectados a la concentración no pudieron pasear por la ciudad”, “Los
vecinos afectados decidieron llevar su protesta a los tribunales”.

Cuando hablamos de la palabra afecto estamos haciendo referencia a un


sentimiento en el que una persona siente simpatía por otra u otras, porque es
inclinado a esa persona, cosa o, porque siente cariño a cualquiera de ellos o a todos.

Asimismo, el afecto es definido como la acción a través de la cual una persona o


ser humano le demuestra su amor o cariño a otra o varias personas. La palabra
afecto proviene del latín “affectus” el cual traduce la frase de las pasiones del ánimo,
lo que nos lleva a entender que una persona pueda sentirse identificada plenamente
con la otra debido a que le tiene un gran afecto, que lo hace demostrar su apego,
inclinación o amistad hacia esa o esas personas.

Cuando se dice que una persona tiene afecto por otra es porque reiteradamente
tiene gestos y acciones que expresan cariño, estima, aprecio y cordialidad, pero
adicionalmente es porque la otra u otras personas también han demostrado ese
sentimiento para con aquella que siente afecto, es allí donde nacen esos
sentimientos de amistad, valoración y apego entre estas personas y las relaciones
que comparten.

De esta manera, se entiende que el afecto es el resultado de un proceso, un proceso


complejo, en el que interactúan socialmente 2 o más personas, aunque también
puede ser el caso de una mascota, y que se caracteriza por el feedback entre estos,
es decir, que uno expresa su sentimiento de cariño, estima, aprecio o amistad y el
otro u otros también dan señales de tener importancia por sus compañeros.

Sin embargo, debe resaltarse que sentir afecto es diferente a amar a una persona,
ya que la primera frase hace referencia a que la persona siente un grado de cariño
o amistad por otra, mientras que la segunda tiene que ver con aquella persona que
siente amor y se siente apasionada por otra, lo que podría causar que hiciera
cualquier cosa por ella.

Según el médico Neurólogo, Antonio Dalmasio, de origen portugués, las emociones


y las reacciones del ser humano tienen que ver y están vinculadas con el cuerpo,
mientras que los sentimientos como es el caso del afecto tiene que ver o está más
asociado con la mente. Es por eso que explica que cuando se está en presencia de
emociones, se trata de un proceso individual, que a diferencia del afecto es un
proceso de interacción en el que dos o más personas se demuestran dichos
sentimientos de amistad y cariño.

Sin embargo, existen teorías que lo contradicen como la hecha por el filósofo
Neerlandés Benedicto de Spinoza, mediante la cual explica que existen grandes
vínculos entre el afecto, las emociones, el cuerpo y la mente y que estos no se
distinguen según si el proceso es individual o colectivo.

El uso de la palabra afecto también tiene que ver con la obligación que tiene una
persona o varias de ejercer sus funciones o actividades en un sitio o lugar
específico, como es el caso de un equipo de fútbol concentrado previo a un partido,
del cual se puede decir que los jugadores afectados en la concentración no pueden
pasear ni ser interrumpidos durante su entrenamiento.

Afecto y afectar

Es importante saber que, aunque la palabra afectar es derivada del vocablo afecto,
estas son completamente contrarias y opuestas. La expresión afecto hace
referencia a una caricia, un gesto, una atención, un cuidado por la persona, un beso
y demostración de cariño, a su vez, el vocablo afectar a una persona se entiende
que es hacerle daño, perjudicarla, damnificarla, lo que los hace completamente
diferentes unos vocablos con el otro.

Psicología

Afectividad, experiencia de tener sentimientos o emocionarse.

Ciencia afectiva, el estudio científico de la emoción y el afecto.

Embotamiento afectivo o aplastamiento afectivo, reducción en la reactividad


emocional.

Afecto lábil o incontinencia afectiva, incontinencia emocional con cambios repetidos,


rápidos y bruscos de su expresión.

Muestra de afecto, signos de emoción tales como expresiones faciales,


vocalizaciones y posturas.

Teoría de los afectos, busca organizar los afectos, atribuida al psicólogo Silban
Tonkín.

Depresión: Un sentimiento que le da a una persona por no recibir afecto por ya sea
otra persona o también por la pérdida de alguien querido, Ejemplos: Hugo es
rechazado por la chica que le gusta o también: Cándido pierde su memoria que
contenía información importante.

El afecto es la inclinación hacia una cosa o persona; en el ámbito psicológico se


traduce como cariño o simpatía. Del latín affectus, se traduce regularmente como
emoción y se trata de la variación de un cuerpo (o de la mente) tras su interacción
con otro.

Se trata de un estado mental o disposición comúnmente asociada a un sentimiento


de amor. Una demostración de afecto puede generar diversas reacciones
emocionales, que van desde la molestia y desagrado hasta la vergüenza o placer.

Los efectos psicológicos y físicos del afecto pueden ser también muy distintos en
quien lo da y en quien lo recibe.

El uso de la palabra se usa en la actualidad de manera casi restrictiva para hacer


referencia a estados emocionales.

Estos estados pueden ser expresados a través de la palabra, gestos físicos o


acciones. El comportamiento afectivo podría ser consecuencia de la crianza y el
sistema de recompensas hormonales con el que la especie humana ha
evolucionado.

Necesidad afectiva

Se considera al afecto como una necesidad humana, parte integral del desarrollo
de los infantes y de su paso por la vida.

Incluso se le considera una necesidad primaria, dado que es imprescindible para el


desarrollo y supervivencia y que no puede ser sustituida por algo más.

El hecho de ejecutar las acciones para ayudar al otro se considera afecto, como
criar un niño o cuidar de un enfermo. Esto genera sensación de bienestar para quien
lo da y quien lo recibe. El afecto es emocional e intangible.

Los humanos necesitan dar y recibir afecto. Vienen predispuestos a ello porque la
necesidad de crear lazos es parte esencial de su desarrollo.
Pero la forma da dar y recibir afecto pueden variar de persona en persona, por
decisiones personales o convenios sociales.

El afecto no está restringido solo a los humanos y esto es uno de los argumentos a
favor de que al afecto es una necesidad primaria, porque se observa también en
animales.

Por ejemplo, los gorilas y chimpancés se sacan los piojos entre sí, lo que produce
un contacto físico que es considerado afecto.

Los gatos y demás felinos también acostumbran a acicalarse entre ellos. Esta es
una conducta natural entre las madres y sus crías que se extiende hasta la adultez,
cuando se acicalan entre sí y también a los humanos con quienes conviven.

Convenios sociales

La extensión en la que se expresa o percibe el afecto puede variar dependiendo del


grupo social.

Para las culturas descendientes de los latinos (Francia, España, Portugal y


Latinoamérica) es común el saludo físico con abrazo y beso entre amigos y
familiares, mientras que para los norteamericanos o asiáticos esta demostración
puede resultar excesiva e innecesaria.

En contraste, en algunas culturas del Pacífico, Asia y África es totalmente aceptado


que las abuelas y familiares pongan en sus bocas los penes de bebés que lloran
para calmarlos, y no es considerado como una conducta sexual sino afectiva.

El afecto es la acción a través de la cual un ser humano le profesa su amor a otro


ser humano, aunque también es muy común que el destinatario de ese amor no sea
exclusivamente otro individuo, pudiendo materializarse y profesarse también por
una mascota, por ejemplo.

Respecto del origen del mismo, el afecto siempre será el resultado de un proceso
de interacción social entre dos o más organismos y que se caracterizará por el
feedback, es decir, el afecto es algo que le puedo dar a la, o las personas que quiero
y estas apenas reciban mi demostración también pueden contestarlas y retribuirlas,
demostrándome que las recibieron y que ellos también sienten lo mismo.

Tradicionalmente, el afecto ha tomado la forma de un beso, una caricia, un gesto,


una atención, un cuidado, entre otras modalidades y es una cuestión que está
íntimamente ligada al universo de las emociones.

Si bien no es tan determinante como el aire que respiramos y que nos permite seguir
formando parte de este mundo, el afecto es algo esencial para el ser humano, es
una necesidad intrínseca, puesta a la par de cualquier otra necesidad fisiológica o
espiritual y hasta por la cual, de ser necesario, cualquier ser humano luchará por
conservarla o por conseguirla.

Si bien el afecto será necesario en cualquier etapa y momento de la vida, existen


dos momentos claves en la vida de cualquier persona, como ser la niñez y en la
enfermedad, en las cuales el afecto resulta esencial ya sea para desarrollarse y
crecer en óptimas condiciones y armonía, en el primer caso y para superar o bien
para hacer más llevadera alguna afección. Porque sin dudas, hasta la enfermedad
más grave, terminal, si es atravesada con el afecto de todas las personas queridas,
será menos dolorosa.

Pero el afecto no es algo que fluye, se traslada y ya está, listo el pollo, sino muy por
el contrario, el afecto siempre requerirá del esfuerzo, o sea, capaz, no somos
conscientes del esfuerzo que constantemente hacemos cuando ayudamos al otro o
hacemos cosas para darle un mayor bienestar a su vida, pero sin dudas, el esfuerzo
está y es una parte esencial y sin la cual no habría afecto. Porque hasta la más
pequeña cosa que hagamos para demostrarle al otro nuestro afecto y que lo
queremos, como ser comprarle el chocolate que sabemos le gusta, implicará un
esfuerzo, por un lado, un esfuerzo económico y por el otro de tiempo y
desplazamiento hasta el lugar donde lo venden.

El afecto es una expresión de cariño, de amor, de amistad…, con la que


demostramos que alguien nos importa, que hay una vinculación, que la relación
entre dos personas o un grupo es un acto mucho más importante que algo social.
Debemos pensar que, para nuestra especie, las demostraciones de afecto son muy
importantes. El ser humano, como cualquier otra especie animal, tiene una serie de
necesidades que no sólo se centra en el comer, dormir, etc. Como ser social que
es, necesita la integración de un grupo, el que sea y, dentro de este, necesita una
serie de expresiones afectivas para sentirse vinculado al mismo.

Desde el punto de vista personal, lo mismo. Cada uno de nosotros buscamos


relaciones personales adecuadas a nuestra manera de ser, a nuestra manera de
entender el mundo y la realidad que cada día vivimos y, al mismo tiempo,
necesitamos expresiones de cariño, de amor y, por supuesto, de afecto. Esto no
implica una intimidad importante con la persona o con el grupo. A lo que se refiere
es que hay una vinculación afectiva en ciertos aspectos de nuestra vida y una
demostración de que esa persona o personas significan algo para nosotros y, dentro
de los parámetros, su presencia en nuestras vidas es importante. Obviamente,
también podemos sentir afecto en otros aspectos, como puede ser la familia,
personas que conozcamos, no de manera habitual pero que sí responden a los
estímulos necesarios personales para que tengamos esos sentimientos hacia ellas.

Esto demuestra que la afectividad se interpreta según cada persona. El afecto es


un sentimiento individual y que cada uno elabora en función del lugar en el que vive,
las relaciones personales ya sean económicas, familiares, de amistad, etc. y, por
supuesto, influye la personalidad de una manera decisiva. Hemos de tener en
cuenta que la afectividad no siempre tiene por qué ser igual para todo el mundo y
no tiene por qué interpretarse la misma manera.

Para lo que uno puede ser una persona "fría", para otra persona puede ser todo lo
contrario. Es por ello que la afectividad tiene algo de subjetivo y que se valora desde
un punto de vista íntimo e individual. Lo que sí está claro es que todas las personas,
sean quienes sean y con la personalidad que tengan, necesita en algún momento
del día, del año o en su vida, afecto.

El afecto es una de las necesidades primarias y esenciales del ser humano que
involucra a una o más personas en un proceso social interactivo, ya que el afecto
es algo que fluye, que puede proporcionarse y a su vez recibirse. Suele confundirse
con la emoción, que es una respuesta interna a un estímulo exterior que describe el
estado de bienestar que sentimos, mientras que el afecto es algo que puede
brindarse a otro. Los estados emocionales se describen con expresiones de tipo
“me siento aburrido”, “siento enorme felicidad”, “siento una gran pena”; mientras que
los procesos afectivos se describen con expresiones referidas al dar y recibir, como
“me da serenidad”, “me brinda seguridad”, “le doy cariño”. No decimos “me da
sentimientos”, “me da emoción” porque las emociones se experimentan
personalmente, no se brindan ni se reciben. Contrariamente a lo que ocurre con las
emociones, el afecto puede acumularse o “almacenarse”, de modo que cuando
hacemos un viaje de placer o tomamos vacaciones decimos que “recargamos las
pilas”, en relación a la mejor predisposición con la que contamos para atender
nuestras actividades cotidianas, de trabajo, familiares, acerca de nuestros hijos o
clientes. Por lo que el afecto puede ser trasladado a otras personas en la medida
que lo desarrollamos en nuestro ser. También el afecto implica un esfuerzo que a
veces no es conocido por nuestra conciencia. Por ejemplo, cuando iniciamos una
relación amorosa, hacemos un esfuerzo por agradar y proporcionar bienestar al
otro. Del mismo modo cuando cuidamos a un enfermo brindamos nuestro afecto, o
cuando tratamos de comprender y ser empáticos con los problemas de otros
también realizamos un esfuerzo. Existen señales afectivas que se expresan a través
de comportamientos estereotipados que garantizan al otro su recepción: la sonrisa,
la mirada comprensiva, el saludo cordial, los gestos de aprobación, la actitud de
cooperación. Estas señales incentivan la reciprocidad en los intercambios afectivos,
ya que el receptor recibe una muestra de confianza de que puede contar con el otro,
lo que le hace experimentar una obligación de compensar el afecto recibido.

TIPOS DE AFECTO

El deseo es la esencia misma del hombre en cuanto es concebida como


determinada a obrar algo por una afección cualquiera dada por ella.

La alegría es la transición del hombre de una menor a una mayor perfección.

La tristeza es la transición del hombre de una mayor a una menor perfección.


La admiración es la imaginación de alguna cosa en la cual el alma permanece
absorta, porque esta imaginación singular no tiene conexión con las demás.

El desprecio es la imaginación de alguna cosa que toca tan poco al alma, que el
alma misma, por la presencia de la cosa, es movida a imaginar lo que en la cosa
misma no existe, más bien que lo que en ella existe.

El amor es una alegría acompañada por la idea de una causa externa.

El odio es una tristeza acompañada por la idea de una causa externa.

La propensión es una alegría acompañada por la idea de alguna cosa que es, por
accidente, causa de alegría.

La aversión es una tristeza acompañada por la idea de alguna cosa que es, por
accidente, causa de tristeza.

La devoción es la entrega total a una experiencia, por lo general de carácter místico.


La irrisión es una alegría nacida de que imaginamos que hay algo despreciable en
la cosa que odiamos.

La esperanza es una alegría inconstante nacida de la idea de una cosa futura o


pretérita de cuyo suceso dudamos hasta cierto punto.

El miedo es una tristeza inconstante, nacida de la idea de una cosa futura o pretérita,
de cuyo suceso dudamos hasta cierto punto.

La seguridad es una alegría nacida de la idea de una cosa futura o pretérita acerca
de la cual ha desaparecido toda causa de duda.

La desesperación es una tristeza nacida de la idea de una cosa futura o pretérita


acerca de la cual ha desaparecido toda causa de duda.

El gozo es una alegría, acompañada por la idea de una cosa pretérita que sucedió
sin que se la esperase.

El remordimiento de conciencia es una tristeza acompañada por la idea de una cosa


pretérita que sucedió sin que se la esperase.
La conmiseración es una tristeza acompañada por la idea de un mal que ha
sucedido a otro a quien imaginamos semejante a nosotros.

La aprobación es el amor hacia alguien que ha hecho bien a otro.

La indignación es el odio hacia alguien que ha hecho mal a otro.

La sobreestimación es estimar a alguien, por amor, en más de lo justo.

El menosprecio es estimar a alguien, por odio, en menos de lo justo.

La envidia es el odio en cuanto afecta al hombre de tal manera que se entristece


con la felicidad de otro, y, por el contrario, se goza en el mal de otro.

La misericordia es el amor, en cuanto afecta al hombre de tal manera que se goza


en el bien de otro, y, por el contrario, se entristece con el mal de otro.

La satisfacción de sí mismo es una alegría nacida de que el hombre se considera a


sí mismo y considera su propia potencia de obrar.

La humildad es una tristeza nacida de que el hombre considera su propia impotencia


o flaqueza.

El arrepentimiento es una tristeza acompañada por la idea de algo que creemos


haber hecho por un libre decreto del alma.

La soberbia consiste en estimarse, por amor de sí, en más de lo justo.

La abyección consiste en estimarse por tristeza en menos de lo justo.

La gloria es una alegría acompañada por la idea de alguna acción nuestra que
imaginamos que los demás alaban.

La vergüenza es una tristeza acompañada por la idea de alguna acción que


imaginamos que los demás vituperan.

La nostalgia es el deseo o apetito de poseer una cosa, sustentado por el recuerdo


de esta cosa y al mismo tiempo reprimido por el recuerdo de otras cosas que
excluyen la existencia de la cosa apetecida.
La emulación es el deseo de una cosa que se engendra en nosotros porque
imaginamos que otros tienen el mismo deseo.

El agradecimiento o gratitud es un deseo o afán de amor con que nos esforzamos


en hacer bien a aquel que nos ha hecho un bien, con igual afecto de amor.

La benevolencia es un deseo de hacer bien a aquel por quien sentimos


conmiseración.

La ira es un deseo que nos incita, por odio, a hacer mal a quien odiamos.

La venganza es un deseo que nos incita, por odio recíproco, a hacer mal a quien
afectado por igual afecto, nos ha inferido un daño.

La crueldad o sevicia es un deseo por el cual alguien es incitado a hacerle mal a


quien amamos o a aquel por quien sentimos conmiseración.

El temor es un deseo de evitar un mal mayor, del que tenemos miedo, mediante otro
menor.

La audacia es un deseo por el cual alguien es incitado a hacer algo corriendo un


peligro que sus iguales tienen miedo de arrostrar.

La pusilanimidad, se dice, es propia de aquel cuyo deseo es reprimido por el temor


de un peligro que sus iguales osan arrostrar.

La consternación, se dice, es propia de aquel cuyo deseo de evitar un mal, es


reprimido por la admiración que le produce el mal que teme.

La humanidad o modestia es un deseo de hacer aquello que agrada a los hombres


y de abstenerse de aquello que les desagrada.

La ambición es un deseo inmoderado de gloria.

La gula es un deseo inmoderado o también amor de comer.

La embriaguez es un deseo inmoderado y amor de beber.

La avaricia es un deseo inmoderado y amor de riquezas.


La lujuria es también deseo y amor de ayuntamiento carnal.

Agresivos: aquellos que se producen para guardar la rabia que se siente hacia otro.

Amorosos: los que están provocados por las ganas de escuchar al otro y hacerle
protagonista de lo que dice.

Emocionales: cuando los acontecimientos han causado dolor. Siempre provocan


síntomas que hacen sufrir

La elaboración psíquica de estos sucesos pasa por la necesidad de poner palabras


y construir un mundo emocional donde la persona se pueda hacer cargo de sus
deseos y de sus afectos.

En una psicoterapia se ponen palabras a los sucesos y fantasías que, si bien


permanecen silenciados a la conciencia porque están reprimidos, provocan

Patrón de comportamientos observables que es la expresión de sentimientos


(emoción) experimentados subjetivamente. Tristeza, alegría y cólera son ejemplos
usuales de afecto. Es muy variable su expresión entre culturas diferentes, así como
en cada una de ellas. Los trastornos del afecto incluyen las siguientes modalidades:
- Aplanado. Ausencia o casi ausencia de cualquier signo de expresión afectiva. -
Embotado. Reducción significativa de la intensidad de la expresión emocional. -
Inapropiado. Discordancia entre la expresión afectiva y el contenido del habla o
ideación. - Lábil. Variabilidad anormal en el afecto, con cambios repetidos, rápidos
y bruscos de la expresión afectiva. - Restringido o constreñido. Reducción ligera de
la gama y la intensidad de la expresión emocional. Estado emocional entre otros,
cuyo conjunto constituye la paleta de todos los sentimientos humanos, de los más
agradables a los más insoportables, que se manifiesta por una descarga emocional
violenta, física o psíquica inmediata o diferida. Patrón de comportamientos
observables que es la expresión de sentimientos (emoción) experimentados
subjetivamente. Tristeza, alegría y cólera son ejemplos usuales de afecto. Es muy
variable su expresión entre culturas diferentes, así como en cada una de ellas. Los
trastornos del afecto incluyen las siguientes modalidades: Aplanado, Embotado,
Inapropiado, Lábil y Restringido o constreñido. Estado psíquico en tanto vivenciado
como placentero, displacen tero o ambas cosas a la vez. Todo afecto tiene un
aspecto cualitativo (gracias al cual se lo puede diferenciar de otros afectos, como
por ejemplo la nostalgia de la melancolía, o los celos de la envidia) y un aspecto
cuantitativo que define su intensidad (el odio puede ser menos intenso o más
intenso). Un cambio en la intensidad de un afecto puede modificar su cualidad (por
ejemplo, la alegría puede convertirse en euforia). Los afectos se caracterizan
también por su duración en el tiempo. En este sentido pueden distinguirse las
emociones (breves y ocasionales) de los sentimientos (más duraderos y estables).

Escala de Afecto Positivo y Afecto Negativo. Es un cuestionario de auto informe de


20 ítems, que consta de dos sub-escalas. Las sub escalas miden el afecto positivo
(AP) y el afecto negativo (AN), preguntando al sujeto cómo se siente y solicitando
su valoración en relación a los diez adjetivos o constructos que corresponden al
afecto positivo (interesado, fuerte, entusiasmado, orgulloso, excitado, inspirado,
decidido, atento, activo, alerta), y al afecto negativo (asustado, disgustado, culpable,
atemorizado, hostil, angustiado, nervioso, irritable, avergonzado, inquieto).

El Amor… el Amor…

Ese noble afecto que alimenta y engrandece tanto a quien lo recibe, como a quien
lo brinda.

El Amor, esa energía creadora que nos anima a construir.

El Amor, esa fuerza movilizadora que nos da el coraje para perseverar.

El Amor, esa práctica que nos da la valentía para luchar por lo que queremos, por
lo que creemos, por lo que podemos, por lo que nos apasiona, por lo que le da
sentido a nuestra existencia.

El Amor, ese impulso motivador que nos lleva a Hacer para Ser.

El Amor, ese afecto que evolucionado, nos permite trabajar por nosotros mismos,
por los nuestros, por los otros y por la humanidad.
Parece inconcebible que un afecto tan grandioso se pueda acabar ¿verdad? Lo
cierto es que cuando no estamos conscientes, atentos, trabajando
permanentemente para que el amor evolucione; de repente nos hallamos
desconcertados preguntándonos:

¿Qué pasó? ¿No entiendo por qué se acabó el amor, si al comienzo todo era tan
bonito? ¿Por qué cambió tanto de un momento a otro? ¿En qué momento se acabó
el amor? ¿En qué momento todo acabó?

¿Tú qué crees, por qué se acaba el amor? Esta pregunta puede tener tantas
respuestas como modos de pensar existen.

Compartiré contigo una de las tantas posibles respuestas a esta crucial pregunta.
Para esto, tendré en cuenta lo que he aprehendido en el ejercicio de estudiar,
enseñar y practicar la Formación Afectiva.

Sigamos adelante entonces…

Desde la Formación Afectiva se trata de lo siguiente: <<Cuando el Amor no


evoluciona, se extingue>> permítenos explicarte en qué consiste esta afirmación.

mariposas enamoradas El Amor al igual que todos los Afectos, nace como Emoción.
Esto quiere decir que inicia siendo muy intenso y es el resultado de una fuerte
activación bioquímica. Es pura biología en acción. Es una fiesta de
neurotransmisores como la dopamina y norepinefrina, que estimulan la producción
de hormonas como la testosterona. Razón por la cual, experimentamos los efectos
del llamado amor romántico en el vínculo de pareja. Con síntomas como atención
sostenida en el objeto del deseo, pensamiento intrusivo, incremento del deseo
sexual, taquicardia, pérdida del apetito, etc.

En el vínculo con nuestros hijos, también experimentamos el Amor como Emoción.


Cuando están recién nacidos, en nuestros organismos se activa la producción de
hormonas como la oxitócica (predominante en la mujer) y la vasopresina
(predominante en el hombre). La activación de estas hormonas hace que sintamos
un intenso apego por nuestros hijos, sobre todo en sus primeros años de vida.
Antes de continuar hagamos un paréntesis; si bien es cierto, también existe el amor
hacia los amigos, los familiares, la naturaleza, el trabajo etc. Aprovecharemos esta
oportunidad para hacer referencia a dos de los más significativos: el Amor de pareja
y el Amor hacia nuestros hijos.

El Amor Emocional, lamentablemente tiene fecha de caducidad. En el vínculo de


pareja -según AMOR EMOCIONAL probadas investigaciones-[1] caduca
aproximadamente luego de 18 a 24 meses. Puede ser un poco antes, un poco
después, dependiendo de las particularidades y dinámicas propias del vínculo.

En el vínculo con nuestros hijos, la naturaleza nos ayuda a experimentar ese intenso
apego durante los 4 primeros años aproximadamente. Después, todo dependerá
igualmente de las particularidades del vínculo.

El Amor como Emoción en la pareja, es un Amor biológico. Es un Amor donde el


instinto se impone, mediado por el deseo de experimentar placer. Es un Amor que
no piensa en sí mismo, ni en el otro. Es un Amor obnubilado por los efectos de la
bioquímica. Es un Amor ciego y cuando ve, tan sólo ve lo que quiere ver. Es un
Amor de esos que mata si no evoluciona.

Cuando pasa el efecto de la bioquímica se impone nuestra naturaleza egoísta o


altruista con más fuerza (depende del grado de Evolución Afectiva que tengamos).
En el primer caso, es en esta etapa donde muchas parejas se separan o dejan de
prestarle atención a la relación, para ir en busca de una nueva aventura.

El Amor emocional es un Amor egoísta incluso consigo mismo. Al no experimentar


la intensidad propia del efecto bioquímico, pierde el interés por el otro. Es ahí
cuando decide terminar la relación sin pensar en nada más, o en su defecto,
continúa en la relación motivado por creencias egoístas.
REFLEXION
EL PROPOSITO DEL AMOR NO ES LOGAR ALGO QUE QUEREMOS, SINO
HACER ALGO POR EL BIENESTAR DE LA PERSONA QUE SE AMA.
https://www.lifeder.com/afecto/
https://www.importancia.org/afecto.php
https://glosarios.servidor-alicante.com/psicologia/afecto
https://luzadrianatirado.wordpress.com/tag/tipos-de-afectos/

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