Professional Documents
Culture Documents
Parte esta disposición señalando que son atribuciones del Congreso: “ 1) Aprobar o
desechar los tratados internacionales que le presentare el Presidente de la República antes
de su ratificación”1. De la redacción del artículo se colige que el Congreso carece de facultades
para introducir modificaciones a un tratado internacional. Debe, de este modo, aprobarlo o
rechazarlo.
Pues bien, se mantuvo la norma de que los tratados internacionales deben ser
aprobados o rechazados por el Congreso Nacional, o sea, por ambas Cámaras, antes de que
sean ratificados por el Presidente de la República, a quien le compete la conducción de los
asuntos internacionales como Jefe de Estado y Jefe de Gobierno y, por tanto, participa en las
fases de negociación, conclusión, firma y ratificación de un tratado, funciones que, por lo
general, realiza a través del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Ahora, se incorporó en el primer inciso del Art. 54 una segunda oración que señala que
“La aprobación de un tratado requerirá, en cada Cámara, de los quórum que corresponda,
en conformidad al artículo 66, y se someterá, en lo pertinente, a trámites de una ley”. Esta
oración constitucionaliza la interpretación efectuada por la doctrina y el Tribunal
Constitucional, la que había sostenido que las materias abordadas por tratados internacionales
que correspondían a enunciados normativos que la Carta Fundamental sostiene que deben ser
aprobadas por determinado quórum parlamentario en el ámbito del derecho interno de
acuerdo con el Art. 66 de la Constitución, debe aprobarse su incorporación por el Congreso al
derecho interno por el mismo quórum.
1
Cabe precisar que antes que el Presidente proceda a la ratificación de un tratado, por regla general,
debe requerir la aprobación del Congreso Nacional, la cual se somete en lo pertinente a los trámites de
una ley.
2
De acuerdo con Humberto Nogueira, hubiera sido apropiado que el constituyen hubiese indicado
expresamente que en los casos de tratados que contienen distintas normas que, en derecho interno,
poseen quórum de aprobación diversos, las diferentes disposiciones del tratado que correspondan a los
diversos tipos de materias, deben aprobarse por los respectivos quórum, por lo tanto, si no se aprobara
alguna de dichas disposiciones por el quórum necesario, no hay acuerdo aprobatorio del tratado y, en
consecuencia, éste, en su conjunto, no puede ser ratificado.
Cabe señalar que no todos los tratados requieren ser aprobados por el Congreso. La
Constitución consagra dos excepciones que permiten que el tratado pueda entrar en vigor sin
necesidad de que sea aprobado por el Congreso. Estas excepciones son las que siguen 3:
Cabe indicar que para que proceda esta excepción es menester que exista un
tratado marco en virgo previamente aprobado por el Congreso, que el nuevo tratado
tenga el carácter de ejecución del primero y que no se refiera a materias propias de ley,
como ya se indicó.
Los nuevos incisos segundo y tercero del Art. 54 regulan aspectos de calidad de la
información que el Presidente debe proporcionar al Congreso, cuando someta a su
consideración la aprobación de un tratado, lo que es una materia nueva en nuestro
ordenamiento jurídico.
Estas normas tienen por fin mejorar la calidad de la información de la cual pueda
disponer el Congreso al momento de analizar y debatir la aprobación de un tratado, siendo
informado por el Presidente de los alcances del cuerpo normativo en atención a las
negociaciones efectuadas al momento de aprobar el texto que se somete a la aprobación del
Congreso o los alcances de la convención internacional a al cual el Estado chileno busca
adherir, como, asimismo, el Presidente debe hacer presente sus intenciones respecto de
disposiciones del tratado en las que desea formular declaraciones o respecto de reservas que
hará al momento de la ratificación del mismo.
De acuerdo con esta disposición, el Estado no deja ninguna duda sobre la voluntad de
hacer efectivas las obligaciones de ius cogens de cumplir de buena fe las obligaciones
internacionales contenidas en los Art. 26 y Art. 27 de la Convención de Viena de 1969, como
también la obligación de no oponer obstáculos de derecho interno al cumplimiento de las
obligaciones internacionales voluntaria y libremente aceptadas, generando responsabilidad por
ello. De esta manera, ellas sólo pueden ser suspendidas, modificas o derogadas conforme con
el derecho internacional, siendo intangibles a las decisiones unilaterales del Estado chileno, el
que deberá cumplir sus obligaciones mientras no se concrete un acto válido y legítimo en
derecho internacional que desvincule al Estado parte de las obligaciones contenidas en el
tratado en cuestión.
Asimismo el inciso noveno de dicha norma precisa que “El retiro de una reserva que
haya formulado el Presidente de la República y que tuvo en consideración el Congreso
Nacional al momento de aprobar un tratado, requerirá previo acuerdo de éste, de
conformidad a lo establecido en la ley orgánica constitucional respectiva”. De este modo, el
Presidente no puede decidir discrecional y autónomamente el retiro de reservas de tratados
internacionales pues, desde la vigencia de la reforma constitucional, está obligado a solicitar el
acuerdo de ambas Cámaras, única forma legítima y constitucional de hacer jurídicamente
válido el retiro de la reserva.
El mismo inciso agrega que “El Congreso Nacional deberá pronunciarse dentro del
plazo de treinta días contados desde la recepción del oficio en que se solicita el acuerdo
pertinente. Si no se pronunciare dentro de este término, se tendrá por aprobado el retiro de
la reserva”. Así entonces, se consagra un plazo perentorio desde el momento de recepción del
oficio del Presidente en el Congreso, debiendo ambas ramas emitir su pronunciamiento dentro
de los treinta días establecidos constitucionalmente. Si ambas Cámaras no resuelven la materia
dentro del plazo, de acuerdo con la propia Constitución, se entiende por aprobada la reserva.
Ello implica que aunque exista pronunciamiento contrario al retiro de la reserva por una de las
Cámaras sin que la otra se haya pronunciado dentro de plazo, la sanción es la autorización
presidencial para concretar el retiro de la respectiva reserva.
Por último, en el nuevo inciso final del Art. 54 N° 1 se incorpora el otorgamiento de una
facultad al Congreso para que, en el acuerdo aprobatorio de un tratado o convención
internacional, pueda autorizar al Presidente con el objeto que durante su vigencia pueda dictar
disposiciones con fuerza de ley que estime pertinentes para su cabal cumplimiento 6.
El Tribunal deberá resolver dentro del plazo de diez días contado desde que reciba el
requerimiento, a menos que decida prorrogarlo hasta por otros diez días por motivos graves
y calificados.
Así entonces, una vez aprobado el tratado por el Congreso y ratificado por el
Presidente de la República, se procede al canje o depósito de los correspondientes
instrumentos de ratificación. Posteriormente se procederá a su promulgación mediante
decreto supremo del Ministerio de Relaciones Exteriores y tanto el texto de ese decreto como
el texto del tratado serán publicados en el Diario Oficial.
El tratado, de esta manera, rige en Chile como parte de nuestro ordenamiento jurídico
desde la fecha en que el tratado ha sido publicado en el Diario Oficial.
su inserción en el Diario Oficial, y desde la fecha de éste se entenderá conocida de todos y será
obligatoria. Para todos los efectos legales, la fecha de la ley será la de su publicación en el Diario Oficial.
Sin embargo, en cualquiera ley podrán establecerse reglas diferentes sobre su publicación y sobre la
fecha o fechas en que haya de entrar en vigencia.