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CAPÍTULO III - EL OTRO PRÓXIMO

la posibilidad de hacer etnología plantea algunas observaciones como:


- se relativiza la diferencia entre ese sí mismo y ese otro.
- si se utilizan de modo absoluto, dichos términos (sí mismo y otro) no tienen más valor que el relacional y el relativo, por ello parecen remitir a la
posibilidad de una doble etnología, una auto etnología.
- Se denomina a Europa como el sí mismo, y al resto como el otro.

la antigua idea del etnólogo es aquel que va más allá de los mares a ver qué se encuentra, por ello, el otro más lejano no es, pues, tan diferente, en tanto
que objeto de estudio, de los otros más próximos.

La noción de inconsciente indica que se pueden captar los mecanismos más profundos con los que una sociedad se vuelve comprensible y comparable,
más allá de las particularidades locales.

Es imposible disociar la cultura en el sentido individual y trivial del término de la cultura en sentido global, al igual que tampoco puede disociarse los
problemas de identidad de grupo de los problemas de identidad individual.

Por eso el autor insiste mucho en la noción de cultura y su plasticidad, pues dentro de una misma sociedad hay polos tan opuestos como diferencias entre
una sociedad y otra.

La cuestión de la identidad individual está íntimamente ligada a los ritos que acompañan al nacimiento, pero también a ritos de tipo más coyuntural, con
ayuda de algún determinado acontecimiento.

en los sistemas culturales más totalitarios, en sentido intelectual (los que permiten explicar cualquier tipo de acontecimiento interno), la imagen de la
individualidad absoluta es impensable, y por ello, provocadora.
Ejemplo: Un rey africano que visualmente parecía un individuo común, viéndolo todos envejecer, pero, aun así, respetándolo como se merece, como su
rey.

Considerar la cultura como un conjunto de textos que dicen algo de algo es exponerse al riesgo de hacerla decir lo que sea, especialmente perogrulladas.
una cultura es un diálogo creativo abierto y cerrado, de nosotros mismos y los otros de diversas facciones. Es a partir de situaciones particulares
plenamente exploradas como se plantea el problema de las conexiones o de las posibles generalizaciones.

El autor argumenta que la etnología hoy se trata más de un deber que de una posibilidad.

CAPÍTULO IV - LA NORMA DE LOS OTROS

Comienza con la paradoja que funda la etnología, el objeto de la etnología es la cultura, como conjunto de valores específicos que implican
comportamientos específicos.

La cultura, define una singularidad colectiva:


- colectiva porque corresponde a un cierto número de hombres
- singular porque también es lo que distingue a unos de otros.
El problema está en si se puede ratificar una concepción tan englobante y tan discriminadora de la cultura a la vez.

Observaciones del término Cultura:


- La primera designa un objeto real,
- La segunda sobre la actualidad del debate
- La tercera tiene que ver con una sensación de malestar del autor, y es sobre la excisión de su país, y el debate que ello supone.
Toda cultura reconoce desviaciones y estigmatiza a quienes se apartan de la norma. Este proceso de discriminación interna es diferente del que rechaza
hacia el exterior lejano aquellas prácticas consideradas horribles.

Existen tres tipos de desviaciones:


- los que faltan a su palabra
- los que no cumplen su papel de protectores en relación a sus subordinados
- los propios campesinos, cuando se rebelan, quienes no conocen las reglas de la cortesía y que señores de sangre y capitanes de aventura se
encargan de reprimir, en este caso, y de conducir a una mejor toma de conciencia de las reglas del juego.

las culturas no están hechas para dialogar, al menos por dos razones:
- si pudiesen hablar no lo harían en la misma lengua
- además, no hablan, salvo en sentido metafórico.

Ejemplo: en el pueblo africano los funerales no son el entierro, sólo se celebran mucho más tarde, cuando todas las circunstancias de la muerte han sido
elucidadas. El momento del funeral es precisamente aquel donde todo ha sido reconocido y las situaciones interpretativas no son, ilimitadas.

la a-culturización antagonista, se adopta de tres formas:


- Una es el aislamiento defensivo, una supresión pura del contacto social, una supresión de los ítems culturales (boicot, embargo, etc.).
- Otra es la adopción de nuevos medios sin la de los fines que les corresponden en su medio de origen, procesos que aparecen en situaciones
de colonización.
- La tercera forma es mediante la aculturación negativa disociativa, que dirige la adopción de ítems culturales nuevos.

La posibilidad de la inversión-perversión constituye un primer elemento de posible comparación entre las culturas y la oficial implica un cierto número de
transgresiones en relación a las normas habituales.
Ejemplo: El rey es individual por exceso, al igual que el brujo, se podrían definir como
Anormales. Se presiente de este modo que el juego sobre la norma y la desviación, en el interior de culturas que se consideran ellas mismas
como totalidades cerradas, tendría todas las posibilidades de definir in totalitarismo intelectual que constituye la tentación de todo poder.

Finalmente, todas culturas pueden ser apreciadas bajo esto: no existe la inmunidad cultural.

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