You are on page 1of 4

PAULA ANDREA CABAL GRACIA

EL MUNDO CONTRACTUAL

La humanidad ha transitado por muchas formas de organización social, cultural o política


y ha ido evolucionando al unísono de los cambios experimentados desde su origen hasta nuestros
días. Se ha generado entonces en el ser humano una exploración de todas sus dimensiones, la
cual es propia de los individuos emprendedores, progresistas y ante todo de aquellos que
incansablemente buscan respuestas a las muchas incógnitas que la existencia les propone.

En ese transitar han prevalecido como base de supervivencia, el manejo de relaciones


sociales con otros individuos, en las que se ha hecho evidente la necesidad de establecer normas
que favorezcan la comunicación, los convenios y los acuerdos de diversa índole. Entre esas
estrategias pactadas aparecen los contratos con finalidades distintas y estructuras diversas pero
con intenciones similares.

Los contratos fueron definidos como un pacto inviolable amparado por las normas legales
establecidas cuya intención era hacerlos cumplir bien fuera en pagos de carácter económico o en
prestación de algún tipo de servicio. De esta manera se activa la inversión con mayor seguridad y
a su vez amparada en un establecimiento de pactos por incumplimiento que beneficiarán
finalmente a quien responsablemente los promueva. Estrategias como la indemnización, la
restitución y el lucro cesante entre otras, han sido un poco flexibilizadas, ya que al final los
contratos no parecen tener una estricta visión humana de complimiento. En cuanto a la norma
parecen existir vacios administrativos que obligarían a aplicar varias estrategias contractuales
para que su efecto fuese realmente positivo o a favor de los contratantes responsables. Esta
práctica contractual favorece evidentemente la operatividad del sector económico ya que se
amplía con nuevas posibilidades y se aminoran algunos gastos que de manera individual serían
de muy alto costo.

Dentro del incumplimiento contractual existen algunas reglas de compensación, entre las
que aparece el resarcimiento de compensación como la más efectiva, ya que se da un pago de
vendedor a comprador por el monto de los beneficios que dejó de recibir. Además aparece el
resarcimiento por daños en sentido estricto, el cual regula su efectividad siempre y cuando no
aparezca otro comprador que oferte un mayor valor y el resarcimiento restitutivo donde el
vendedor puede devolver al comprador lo que éste aportó, sin importar el valor contractual.

Otra medida frente al incumplimiento, tiene relación con la “réplica del contrato”, en la
cual se toma en cuenta lo que las partes hubiesen podido prever frente a lo establecido y la
responsabilidad frente al incumplimiento, donde se analiza la situación de los participantes y su
influencia en el proceso.

Las normas han establecido interpretaciones diversas a los contratos a fin de definir una
explicación general mucho más clara de lo que se pretende establecer, entre las se destacan el
textualismo y el contextualismo. La primara define el contrato de manera textual y global sin
alteraciones o interpretaciones más que las citas que se presentan en las leyes citadas y la segunda
la que define las debilidades del mismo frente a la falta de herramientas legales de su
cumplimiento.

Los economistas y los juristas difieren en sus apreciaciones frente al tema contractual, ya
que en el aspecto de la responsabilidad civil, los juristas aplican las normas establecidas sin medir
el impacto que ésta tenga sobre el contexto, mientras los economistas, miden el impacto desde el
costo como una alteración de lo predispuesto.

En cuanto al poder de negociación de las partes, los juristas han tratado de proteger al más
débil en el proceso, mientras que los economistas analizan a los participantes como individuos en
igualdad de condiciones a los que no se les puede obviar su falta de cumplimiento. En cuanto al
manejo de contratos completos o incompletos se deriva toda una discusión desde lo textual hasta
lo contextual, donde prevalecen los términos literales y el medio en el que se dio el acuerdo. Los
medios y resultados son analizados también desde las dos ramas, donde los juristas se preocupan
por las condiciones en las que se desarrolla el contrato mientras los economistas analizan los
factores que determinarían posibles incumplimientos de parte de los actuantes, los enfoques se
hacen entonces por un lado preventivos y por otro reactivos.

Es de anotar que otro elemento de gran importancia en el proceso contractual y que es


amparado inclusive por las leyes es la moral, componente importante en el derecho, mientras que
la economía la analiza como una variable de fácil modificación y susceptibilidad. Se hace
necesario que algunos valores se integren este tipo de procesos y amparen a la confianza como
eje predominante y necesario en todo acuerdo de pares.

Teniendo en cuenta estos precedentes, se debe aclarar que un contrato perfecto es aquel
que está dotado de todos los términos legales de su estructura y además se puede cumplir con
idoneidad y satisfacción de expectativas. Estabilidad, decisión y maximización serán los
componentes obligatorios de este tipo de contratos.

Los contratos imperfectos requieren de procesos seguros que puedan fortalecer el orden,
el cumplimiento, la comunicación oportuna y la búsqueda de nuevas alternativas en caso de
necesitarse. Ese intercambio de intereses está integrado por dos personajes que se relacionan
entre sí y buscan un beneficio sustancial: el principal y el agente, que podría definirse como el
contratista y el contratante. El principal actúa de forma tal que pueda llegar a convencer al agente
de aceptar un contrato con los mayores intereses posibles a su favor. También juega un papel
importante la actitud de los participantes ya que puede darse de varias maneras: un principal
neutral, el agente neutral y los dos con un alto nivel de riesgo.

Esta estrecha relación de participantes debe por ende ofrecer un reconocimiento tanto del
uno como del otro que genere una efectividad en los resultados del convenio final, se deben
medir los esfuerzos y cada una de las posibilidades originadas.

No es fácil medir la complejidad del mundo de los contratos ni los elementos que los
componen o los representan. Es un trabajo que requiere el análisis de múltiples factores si se
pretende que las ganancias sean equivalentes al proceso, a los participantes y a los resultados
obtenidos.

Un contrato que antiguamente se firmaba con la sola palabra o expresión moralista y ética
hoy en día está impregnado de las garantías que la ley trata de otorgarle a fin de que se garanticen
pactos seguros de reconocida veracidad y legitimidad.

Es así como el hombre evoluciona en su actuar pero se aleja del verdadero sentido integral
que los principios le ofrecen. Cada Ser con la premura de su adquisición hace evidente que se
requiere de procesos complejos, bien estructurados y ampliamente fortalecidos en la ley para
actuar conforme a lo requerido.
No es un asunto sencillo que se ampare en una taza de café o en el compartir un momento
de diálogo entre dos personas, es un proceso vehemente, conciliador, interactuante y ante todo de
índole legal y bien estructurado.

Las cláusulas, las aclaraciones, las recomendaciones han sido las encargadas de
flexibilizar las actuaciones contractuales que a pesar de estar amparadas en la ley, encuentran
rutas de evasión al momento de determinar incumplimientos por parte de alguno de los actuantes.

La economía o la rama judicial debatirán siempre cuál enfoque es el más propicio en el


área de la contractualidad, pero será el ser humano quien asuma la postura clara que necesita la
economía para seguir avanzando al unísono de las nuevas generaciones y seguir ampliando el
campo de acción de nuevas posibilidades de adquisición monetaria, de bien raíz o de servicios.

El tiempo y los ambientes tributarios del país o del mundo tendrán en sus manos la
respuesta a tal complejidad. Contrato es hoy sinónimo de desarrollo y de avance satisfactorio.

You might also like