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Índice

Introducción ......................................................................... 2

Desarrollo ............................................................................. 3

Conclusión ............................................................................ 9

Entrevistas .......................................................................... 11

Bibliografía .......................................................................... 14
“La idea de que la sociedad puede cambiarse depende de una
certeza más general: que la realidad puede cambiarse”1

Introducción
En la siguiente monografía proponemos realizar un recorrido con el objetivo de
comprender porque la construcción social tiene la visión de que el trabajo docente
en el nivel inicial no presenta complejidad alguna.

Partimos desde que la sociedad desconoce completamente lo que realmente


significa esta labor. En donde las nuevas infancias traen aparejadas diferentes
problemáticas socio-culturales, las instituciones educativas imponen pautas y
reglas a cumplir y el Estado desmerece y descalifica el rol del docente en este
nivel.

Consideramos que se evidencian prácticas desde una dimensión pedagógica y


otras desde una dimensión asistencial. Este es el principal disparador para nuestro
proceso de investigación y producción de conocimientos, partiendo de diversos
interrogantes: ¿Cómo se fueron consolidando las instituciones que albergan
niños? ¿Qué avances se lograron en cuanto al reconocimiento de las mismas?
¿Cuál es el lugar que le dio la sociedad a las docentes del nivel inicial y que
posición cumplen en la actualidad?

Planteamos realizar un recorrido histórico acerca del contexto social en el que se


dio inicio a esta profesión e ir desmenuzándolo hasta identificar como se
encuentra la situación actual de docentes de nivel inicial en el sistema escolar
educativo.

1
Sartelli. E. “La cajita infeliz”. Pág. 55

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Desarrollo
Registro histórico: “Historia del nacimiento del Jardín de Infantes”

A continuación proponemos realizar un recorrido histórico, es decir, contemplar


cuales fueron los primeros esbozos que dieron origen al Jardín Maternal.

Estos espacios comenzaron a funcionar a partir del año 1699 bajo el nombre de
“La Hermandad de la Santa Caridad, fundada por la Iglesia Católica, en la cual se
brindaba asistencia a niños huérfanos, aquellos que eran abandonados por sus
madres, cabe señalar que en esta época las causas de abandono en su mayoría
se debían a que estos eran hijos ilegítimos de aquellas madres solteras de clases
sociales favorecidas. En otras instancias las causas de abandono eran asociadas
a la pobreza y vulnerabilidad.

Podríamos afirmar que la concepción de infancia era pre-moderna, donde lo


esencial era domesticar, controlar y evangelizar, pensaba desde una concepción
de caridad, donde el mandato divino era ayudar al prójimo.

Por otra parta resulta interesante señalar que se priorizaban a las niñas para la
transmisión de labores domésticas y normas morales y cristianas, tal vez porque
la concepción de esta época tenía una visión del sexo femenino como débil. El
destino de las mismas era formar parte de la servidumbre en los hogares
burgueses.

Hacia fines del siglo XVIII una nueva mirada nace por lo que la concepción de
caridad se desplaza, evidenciándose la filantropía, este nuevo paradigma va a
permitir que sea el Estado quien se haga cargo de las problemáticas sociales.

Es en el año 1779 que el virrey Juan José Vertiz funda la “Casa de Niños
Expósitos”, en la ciudad de Buenos Aires, asistiendo a los niños abandonados

En el año 1823 Bernardino Rivadavia toma la iniciativa de crear la Sociedad de


Beneficencia, a cargo de las mujeres de la elite. Y en 1824 de la mano de María
Sánchez de Mendeville, presidenta de la Sociedad, se da origen a una escuela

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para niñas y es Juana Manzo quien da cuenta de esta institución como un dato
importante para la historia del Jardín de Infantes.

La estructuración del sistema de instrucción pública centralizado estatal -SIPCE -


se originó en el marco de un orden conservador cuya meta era la
homogeneización, la centralización y el disciplinamiento de la sociedad. Es
Sarmiento quien propone un primer modelo de institución educativa para la
primera infancia, en el relato que realiza de las cunas públicas y salas de asilo de
Francia, en Educación Popular, en 1848. Dice allí textualmente: "Son un hecho
conquistado por la civilización y entra por lo tanto en el dominio de la educación
popular". De esta manera, Sarmiento incluye a las salas de asilo en un proyecto
educativo, de las que destacaba: "Su objeto es modificar el carácter, disciplinar la
inteligencia para prepararla para la instrucción y empezar a formar hábitos de
trabajo, de atención, de orden y de sumisión voluntaria". A su vez, sienta las bases
acerca del rol de la mujer en estas instituciones y de la importancia que cobran en
la vida de los/as niños/as como espacios de homogenización social, siendo incluso
capaces de modificar las pautas culturales de sus familias.

En febrero de 1870, Juana Manso funda el primer jardín de infantes


subvencionado por el Estado en la Ciudad de Buenos Aires, en el que se introduce
el método froebeliano.

Destacamos que la concepción de infancia moderna (el romanticismo), que


sostenía Juana Manzo era encontrar en los niños belleza, virtudes y valores
morales. Además de coincidir con las propuestas de las maestras froebelianas,
donde la Concepción pedagógica ponía en foco el juego y el placer.

Las maestras froebelianas nacen gracias a Friederich Froebel, pedagogo alemán,


creador de la primera escuela para niños, más conocida como el kindergarten. El
método de trabajo propuesto por Froebel que comienza desde la cuna,
estableciendo la formación docente de mujeres-madres, permitiendo así la
inclusión femenina en el ámbito social, así es que se las denomina “maestras
froebelianas”

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En el año 1884 la Ley 1420 establece en el art. 11, la creación de "uno o más
jardines de infantes en las ciudades donde fuera posible dotarlos suficientemente",
quedando de esta manera en manos de las jurisdicciones la posibilidad y decisión
de crearlos. Junto con la Ley 1420, el Estado nacional impulsa la creación de
jardines de infantes, anexos a las escuelas normales formando parte de su
Departamento de Aplicación. El primero de ellos, fue el de la Escuela Normal de
Paraná, creado en 1884 y cuya directora, Sara Eccleston, fue una de las maestras
traídas al país especialmente por Sarmiento desde Estados Unidos. Con ella se
inicia, en 1886, la formación, a través de un curso, para maestras especializadas
en kindergarten. La diferenciación en la formación de los/as docentes que trabajan
en el jardín de infantes es constitutiva del Nivel y su sustento convertido en bastión
de lucha en los distintos períodos históricos.

Queda claro que jardín de infantes modelo que funcionaba en el Normal de


Paraná, tuvo sus salas pobladas por los hijos/as de las más distinguidas familias.
El sistema educativo moderno considerado un elemento político clave en la
conformación del Estado Nación argentino, incluye en sus comienzos, al jardín de
infantes como una posibilidad para algunos. El Jardín de Infantes, surge entonces,
en el escenario de principios de siglo XX, como un espacio selecto quedando lejos
aquel ideal homogeneizador que presumía Sarmiento.

Fue Leopoldo Lugones, quien trabajó para convencer a directores de escuelas


normales y hasta al Ministro de Instrucción Pública, Joaquín V González, de lo
poco eficaz y perjudicial que podía resultar que lo niños iniciaran la escolaridad
antes de los siete años; al mismo tiempo que resultaba excesivamente costoso.
Estas conclusiones tienen su correlato en el detenimiento del crecimiento del
Nivel, llegándose incluso a cerrar muchos de los jardines de infantes de la época.

Cabe destacar que la inserción de la mujer en el mundo laboral a través de la


docencia fue cuestionada en una sociedad católica y patriarcal. Rosario Vera
Peñaloza, otra de las mujeres que luchó por la educación y la formación de las
mujeres, en 1912 alertaba acerca de las consideraciones despectivas que recibían
los normalistas. El rol que se asignaba a la mujer estaba reservado a la vida

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doméstica. Sin embargo, el proyecto político liberal ideado por Sarmiento, Alberdi
y Mitre encontraba en la mujer una continuidad del orden doméstico capaz de
educar a los futuros ciudadanos.

Desde este momento de la historia el Nivel Inicial y la formación docente fueron


sufriendo diferentes miradas, ubicándolos en un lugar desprestigiado y no
necesario para el sistema educativo. Por considerar que niñas y niños menores de
6 años de edad no necesitan ser educados más que por su madre dentro del
ámbito privado.

En el año 1946 gracias a la Ley Simini, es que este nivel recobra sentido e
importancia. Esta ley plantea la obligatoriedad del jardín de infantes desde los tres
hasta los cinco y organiza la Rama Inicial de la Provincia de Buenos Aires. Si bien
esta Ley es derogada y reemplazada por la Ley 5650, en 1951, pasando el
preescolar a ser voluntario; se crea la Inspección General de los jardines de
infantes, siendo su primer Inspector el Profesor Jaime Glattstein. De esta manera
el Nivel es jerarquizado y comienza a conformar su identidad en suelo
bonaerense. Se crea a su vez la Ciudad Infantil, la que de alguna manera
materializa las distintas acciones que con pretensiones de igualdad lleva adelante
la Fundación Eva Perón. El discurso oficial pasa a ser "los únicos privilegiados son
los niños", enunciado que aún hoy no encuentra oposición, más allá de las
banderas políticas.

Respecto al lugar que ocupa la mujer históricamente, lo podemos observar, en el


texto de Graciela Morgade, donde hace hincapié en que el grueso de la población
femenina se dedicaba a las tareas domésticas. Sin embargo, las mujeres de las
clases bajas también desarrollaban una gran cantidad de trabajos no calificados:
eran costureras, sirvientas, lavanderas, y bordadoras en pequeños talleres en su
domicilio. El matrimonio era sala salida para ocupar un lugar de importancia.
Hasta que se logra poner en discusión la situación femenina, proclamando la
equiparación de derechos políticos y sociales, e iguales oportunidades educativas.

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Teniendo en cuenta, la situación real que nos compete en cuanto a la mirada que
se tiene del rol que ocupa la maestra jardinera y que posición le da la sociedad la
autora manifiesta que: “ La gente se mete al magisterio porque es una carrera
corta. Serán amas de cada pero… con título terciario. Y si necesitas tendrás un
laburo digno. Serás lo que debes ser y si no serás maestra.”2

Frente a estos supuestos, la historia comienza en el instante que una decide ser
maestra jardinera, ya que nos encontramos condicionados por el imaginario
instalado años atrás y hoy nos toca romper con eso que la sociedad cree de las
profesoras del nivel inicial, defender nuestra posición y nuestra función dentro de
las instituciones. Como así también, correr el velo del lugar que ocupa la mujer,
considerada solo para estar en el hogar junto con la familia, cumpliendo con el
labor de ama de casa y que solo puede utilizar como medio de escape la “ carrera
corta de maestra jardinera.” En palabras de la autora, la misma, sostiene que:

“Para una mujer es ideal, ya que te va a servir a la hora de ser madre. Podes
organizarte de manera tal que puedas y vas a ver cómo te va a servir cuando
tengas hijos. Implica una carrera corta de estudio fácil y una preparación para el
desempeño en el hogar. “Ay que lindo te deben en cantar los chicos además
debes ser tan dulce” El concepto alude a una imagen docente de paciencia infinita,
mirada angelical y sonrisa predispuesta a trabajar con niños pequeños. ¿Y para
eso tenes que estudiar si lo único que hacen es jugar?”3

Otro de los supuestos instalados, donde podemos identificar un estereotipo


asociado a las cuestiones de género en el ámbito educativo. Donde la docente es
considerada como la “segunda madre” y por otro lado debe ser linda, dulce y feliz.
El problema que se refleja en estas imágenes socio-culturales es que en ningún
momento el conocimiento ocupa un lugar central, ya que es considerada por
“atender a los más chiquitos”, esto da cuenta de un enfoque asistencialista,
ubicando a la docente en un rol meramente materno. Por otra parte, la acción

2 Ezpeleta Justa. “Escuelas y maestros”; “Condiciones del trabajo docente en la Argentina” Pág. 73.
3 . Kipersain Paloma. “Maestra jardinera esa soy yo” Pág. 5

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docente queda limitada a las capacidades afectivas en vez de ser considerada una
profesional dotada de capacidades intelectuales con un proyecto formativo para
poder ejercer su función.

En la actualidad esta tensión sigue presente, en cuanto a los supuestos como a la


mirada de la sociedad, influyendo en la identidad de las profesoras del Nivel
Inicial, donde se las ve como unas “cuidadoras”. Consideramos que asumir este
papel estereotipado de maestra jardinera no facilita que se trabaje con los
conocimientos incorporados, donde las prácticas diarias son encapsuladas en
“hábitos y rutinas.”

En cuanto a la tensión que subsiste en la actualidad respecto al lugar de la mujer


como docente del nivel inicial también se pone en cuestión el rol del hombre al que
llamamos maestro jardinero en la educación. “Los maestros tienen en cuenta, en
su prácticas, “lo que es” como “lo que parece”, lo que pensaría quien lo viera y lo
que sugeriría a quien lo escuchara contado. Se trata de dimensiones de su
visibilidad que la sospecha que recae sobre ellos los obliga a tener en cuenta
todos estos aspectos”4

Esto tiene que ver con la fantasía catastrófica que le adjuntan a los maestros
jardineros, en cuanto a la estructuración de su experiencia, la escena temida por
parte de los mismos, es la de ser injustamente acusados de abuso sexual,
violación, o delitos sexuales cometidos contra sus alumnos. Este temor los
conduce no solo a trabajar con la puerta abierta, sino a establecer alianzas de
protección y garantía con los directivos de los jardines y a cultivar cierto tipo de
relaciones con las familias de los alumnos. Por tal motivo, deja en evidencia, que
la carrera de los maestros jardineros tiende a ser cortas y que abandonan la
profesión cuando tiende a ser una alternativa aceptable de trabajo.

4
Brailovsky Daniel. “Educación infantil y masculinidades. El caso de los maestros jardineros varones.” Pág 134.

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Conclusión
Consideramos que la formación docente de nivel inicial hoy en la actualidad se
encuentra atravesada por un paradigma histórico-social implementado bajo
políticas patriarcales que solo buscaban “satisfacer” la necesidad de que niñas y
niños menores de 6 años sean adoctrinados para el ingreso a la escuela primaria.
Este adoctrinamiento debía de estar a cargo de aquellas mujeres con una escasa
y parcial formación, en donde las corrientes pedagógicas y psicológicas no habían
sido gestadas en nuestro país.

El hecho de que una mujer a través de su formación docente lograra formar parte
de una sociedad, fuera del ámbito privado, incentivo a que muchas realizaran sus
estudios terciarios o el “magisterio” como se suele denominar. Además al obtener
el título de manera inmediata, ya que esta carrera duraba 2 años, permitía una
pronta incorporación en el mercado laboral.

Todas estas cuestiones solo favorecían que no se invirtiera tiempo y profundizara


acerca de lo cuan complejo es estar a cargo de un grupo de niños y niñas
menores de 6 años. Fue gracias a la expansión y “globalización” de las nuevas
corrientes pedagógicas/psicológicas que gracias a lo recolectado desde diversas
fuentes de información en algunas instituciones manifiestan una formación
docente critica, que abarca todas las problemáticas sociales y culturales, que
profundiza acerca de la construcción y el desarrollo de cada sujeto, una formación
que se encuentra atravesada por miembros del campo del saber, los cuales
investigan como las nuevas infancias se ven atravesadas por un sistema
educativo, social y económica, a lo cual, si remontamos al trayecto histórico, estos
acontecimientos no se veían reflejado en las instituciones.

Como así también, tomando los datos recolectados, desde los aportes teóricos,
podemos observar esta postura que se tenía del maestro jardinero, proceso de
construcción histórico/social, que en la actualidad fue valiéndose de valor y
prestigio en las salas. Sujetos que a partir de una diferencia que parte del género,

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viéndose forzados a construir un modo diferente de habitar la escuela. La
conveniente presencia de un maestro “varón” considerada positiva para los niños,
logrando una inclusión junto al rol de la maestra jardinera. Esto lo podemos
observar en las diversas salas, la lucha el compromiso por insertarse en la
Instituciones desde un igual y no un diferente.

Concluimos planteando que nuestra formación docente actual representa todo


aquello que niños y niñas necesitan para ir desarrollando sus capacidades,
vínculos, aprendizajes y comunicación. Pero que además es de gran importancia
tener en cuenta que ya no pertenecemos más a una sociedad en donde “la
maestra jardinera estaba para jugar, recortar papelitos y ser dulce”.

Esto lo podemos observar, a partir de datos teóricos, que respaldan nuestro


marco, gracias al reconocimiento ante la ley, la recolección de información que
nos dieron las entrevistas realizadas de la postura que tiene una profesional de la
educación, desde sus inicios, sus valores, experiencias y reafirmando su elección
día a día en el camino de la docencia. Hoy nuestra función es otra, es un
compromiso a cumplir con el derecho de que niños y niñas tienen de ser educados
y formados como futuros ciudadanos. Acompañando con prácticas pedagógicas
fundamentadas bajo marcos teóricos que nos permitan demostrar que nuestro rol
es el de educar. Como así también, poder romper con esos imaginarios instalados
en la Sociedad acerca de nuestro rol docente.

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Entrevistas
A continuación haremos mención a dos entrevistas realizadas, una perteneciente
a una docente con antigüedad en la sala y otra realizada a una docente recibida
actualmente.

Primer entrevista

Se realizó a una docente de Nivel Maternal sala de Lactario. Recibe a niñas y


niños desde los 45 días a 5 años de edad.

1)- ¿Cuál es la función del jardín maternal?

La función del Jardín Maternal es poder albergar a los niños y niñas en un clima
de seguridad y confianza, creando un vínculo de afecto, de contención para
brindar oportunidades que faciliten la comunicación, conocer el ambiente en el
cual están otras personas y objetos y conocerse a sí mismo.

2)- ¿Qué función observas que implementa a diario en la sala un docente de


este nivel?

Un docente en la sala generalmente tiene que ofrecer un ambiente de contención,


de afecto, cuando de afecto nos referimos a comunicarse a través del abrazo, de
la caricia, del sostén, sonreír y tener intencionalidad pedagógica en las propuestas
planteadas y en las actividades de crianza como son el sueño, la alimentación e
higiene.

3)- ¿Cuál consideras que es el criterio de una familia cuando trae a un niño al
jardín?

Las familias tienen una realidad que es la de tener que salir a trabajar y acuden al
Jardín Maternal, confundiéndolo con un guardería. Por eso es necesario tener en
claro nuestro rol, fundamentarlo y mostrar lo que se realiza a diario en la sala para
el desarrollo de niñas y niños.

4)- ¿La institución brinda los espacios y herramientas necesarias para que
los niños tenga acceso a experiencias de aprendizaje?

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Por supuesto que la institución brinda un espacio para generar experiencias de
aprendizaje, teniendo en cuanta las acciones previas de cada docente como la
planificación, la preparación de los materiales, la organización de los espacios y
las acciones posteriores como la evaluación y la toma de dicciones en equipo para
modificar las propuestas.

Segunda entrevistada

Se realizó a una docente recibida hace un año, de gestión privada. Recibe a niños
de la sala de 5 años.

1)- ¿Por qué decidiste ser maestra?

Desde siempre me habían gustado los niños y pensé que ese sería el trabajo que
más feliz me haría. Me dedique en un principio a estudiar para asistente social, y
eso me llevo a la elección de la carrera.

2)-¿Crees en la vocación?

Por supuesto, el trabajo con los niños es duro ya que requiere mucha constancia,
y si no se tiene vocación se hace a disgusto, y eso es lo peor que una profesora
puede hacer con sus alumnos. Suelo dar consejos a cada una de las chicas que
se acerca a preguntarme, y considero que si hay algo en esta profesión como
requisito fundamental es amor a lo que uno ejerce, sino dedíquense a otra cosa.

3)- ¿Qué es lo más difícil de esta profesión?

Es un trabajo que a veces es muy estresante y tienes que estar pendiente de


muchas cosas a la vez, sobre todo de todos los niños. Pero una como docente
tiene que aprender a resolver para no terminar transmitiendo esa energía negativa
a los niños de la sala.

4)- ¿Hace cuánto tiempo te recibiste?

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Me recibí el año pasado, en el normal 1. Empecé a trabajar como maestra auxiliar
y por mi desempeño hoy por hoy trabajo de maestra de sala. Actualmente tengo la
sala roja de 5 años.

5)- ¿Qué diferencias encontras entre una maestra recibida hace diez años
atrás con una actualmente?

Puedo decir que hay diferencia en cuanto a la formación. A mi parecer, es de


suma importancia no quedarnos con el título, sino seguir capacitándonos, ya que
los niños de antes no son los mismos de ahora, se presentan circunstancias
distintas, problemáticas que nos atraviesan y está en nuestra posición poder
resolverlas. No solo eso, sino que poder ampliar nuestros conocimientos,
enriquecerlos en nuestras planificaciones se va a ver reflejada de una manera
positiva en la sala con los niños. También puedo decir que mi trabajo no se basa
solamente en educar sino en conformar un lazo afectivo y saber lidiar con todo lo
que vaya surgiendo, en cuanto a la organización curricular y a generar un vínculo
comprometido con las familias.

6)- ¿Y en cuanto al supuesto que se instaló en la sociedad sobre la maestra


jardinera?

A mi criterio, es algo que no dejo que me afecte. Desde un principio me topé con
gente que me decía para eso vas a estudiar? Y así les puedo nombrar mil
opiniones más, lo importante es la seguridad que uno tenga consigo mismo
respecto a su elección y confrontar con estos imaginarios instalados, empezando
por la lucha de la maestra jardinera para que hoy se nos reconozca como
profesoras del nivel inicial. Este concepto tiene un fuerte significado, y es
importante poder enfrentar, defender y luchar por nuestra posición dentro de la
educación, ya que forma parte de uno de los servicios más importantes de la
educación que es la de educar y formar sujetos libres, críticos y reflexivos.
Marcamos fuertemente la vida de cada uno de ellos, desde el maternal hasta el
infante.

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Bibliografía
 Brailovsky Daniel. “Educación infantil y masculinidades. El caso de los maestros

jardineros varones.”

 Ezpeleta Justa. “Escuelas y maestros”; “Condiciones del trabajo docente en la

Argentina”

 Kipersain Paloma. “Maestra jardinera esa soy yo”

 Ponce Rosana. “Los debates de la educación inicial en la Argentina”

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